¡Devuelveme mis cerezas! (Hayato y Rozzen)[Pasado]

Rozzen amaba viajar por el mundo, era un verdadero gozo y placer que tenia por ser un agente del gobierno mundial. La joven siempre tuvo recuerdos acerca de su corta vida como aventurera, cruzando los mares del Gran Line incluso desde antes de los cuatro años de edad. Daba gracias siempre de poder recordar esa breve época de su vida, con su padre.

Flashback:

Spoiler:

Se había tomado el tiempo que duro la caminata para recordar ese dia tan gracioso y divertido. Un recuerdo corto, pero que adoraba repetirlo en su cabeza una y otra vez.

En su andar, llego a un bar... Una expresión de sonrisa se dibujo en su rostro al verlo. "Aun existe." Sin pensarlo dos veces entro apurada y se sorprendió de ver tanta clientela, aunque por suerte aun había lugares para ese momento. Viajeros, marines, cazadores e incluso hasta piratas... Aunque esperaba no encontrarse con nadie así por el momento.

Se sentó y pidió un raspado de cereza. Quizás luego pediría un te o algún otro helado... Siendo como era ella seguramente esa opción seria la mas segura. En lo que traían su pedido se saco su largo abrigo blanco, debajo tenia un sweeter del mismo color y unos jeans azules, ademas de unas botas para la nieve, también blancas. Simplemente empezó a comer tranquila al mismo tiempo que leía un periódico sobre los últimos sucesos...Realmente no esperaba que algo fuera a ocurrir ahí.

Se había quedado sumida en la lectura aun en todo el bullicio del local, pero realmente estaba esperando ver a alguien aparecer tras la barra. "Sera que..." empezaba a decepcionarse pero espero de forma paciente. Quizás con tanta gente aun tenia mucho que atender.

-¡Señor Hacchi!- exclamo de repente antes de salir corriendo a la barra. Un hombre ya algo anciano con lentes y canoso, bastante grande la quedo viendo extrañado unos momentos. Acomodo sus gafas y la miro algo mas de cerca.- Pero... Pero si tu eres Rozzen, ¡la hija de aquel loco pirata!- dicho esto cualquiera lo pudo haber tomado como una "ofensa" mas la chica no borraba de su rostro aquella sonrisa de gusto que tenia. Pidiendo que lo espere se fue de la cocina antes de volver con un gran helado, especialidad de la casa y una taza de te.

-Hacia años que no te veía y casi no te reconozco...¿Como esta el loco de tu padre por cierto? Hace años que no se nada de el...- Rozzen estaba a punto de llevarse el primer bocado cuando escucho esa pregunta, bajo la cuchara lentamente, tranquila.- El murió hace años.- su voz fue casi apenas un susurro. El encargado agacho la cabeza algo apenado.- Lo siento.-

La joven peliblanca se encogió de hombros, restandole importancia al asunto.- El conocía los riesgos...- dicho esto empezó a comer nuevamente como si nada hubiese pasado. No quería que el hombre creyera que la había puesto triste o nostálgica de algún modo así que exclamo.- Mmmm... ¡Tus helados siempre fueron los mejores! ¡Y aun no cambian!- sin darse cuenta, al estirar sus brazos tiro el te que le habían servido, arruinando el helado de un hombre cerca de ella.

-¡Ah! Lo siento, lo siento... Discúlpeme señor no me di cuenta.- dijo tomando una servilleta y empezando a limpiar aquel desastre. -Prometo pagárselo.- dicho esto se volteo a verlo y se quedo pensado... ¿Acaso había visto a esa persona antes? Como su abrigo le cubría la mitad de la cara no podía estar segura.

Mientras se limpiaba desesperado, y era entendible por que el te estaba bastante caliente, Rozzen movió sus orejas y se pregunto si había visto a esa persona antes. Era bastante despistada, pero si le parecía al menos recordar a alguien es por que alguien normal no era...

-E... Espere, señor.- dijo tratando de frenarlo mientras agarraba su abrigo en el aire. Si se metía al baño no iba a poder seguirlo así que lo tomo del hombro. - ¿Usted y yo no nos conocemos de algún lado? Me resulta familiar...- mientras hablaba se movía tratando de adelantarse un poco y ver su rostro aunque sea, así lo sabia con seguridad. Pero quizás lo mejor era dejar de insistir, quizás tenia buenas razones para no dejarse ver...

-De todas formas lo siento...- dijo volteándose. Estaba a punto de volver a su asiento cuando vio el helado que había desperdiciado gracias a ella. Sabor cereza... Ahí fue cuando Rozzen reacciono. -¡Tu!- grito señalándolo con su brazo estirado. Su expresión no era enojada... Mas bien había sido su reacción al acordarse.- ¡Tu eres el ladrón de cerezas!-

Parpadeo un par de veces mientras lo miraba y luego ladeo la cabeza. ¿Por que parecía tan nervioso como si hubiese visto un fantasma? De repente como si fuera el objeto de caza de alguna inquisición salio corriendo a toda velocidad.

-¡Es...Espera! ¡Yo solo...!- no pudo decir mas, había salido corriendo a toda velocidad sin que ella siquiera moviera un solo pelo. -Miedoso...- susurro con expresión caprichosa. Realmente no iba a hacerle nada... Fue hasta su mesa nuevamente y tomo su abrigo junto con el del joven.

-Volveré y pagare lo que debo, ¡lo prometo Señor Hacchi!- le dijo al hombre que se encargaba del lugar el cual parecía mas que divertido por aquella situación. -Estos jóvenes de hoy en día.- susurro luego de saludar a la peliblanca. Mientras tanto una fira ventisca golpeo a Rozzen haciendo que se pusiera de inmediato su abrigo. Mientras sostenía el otro en su mano miro a todos lados y empezó a buscar al "ladrón de comida".

Cuando pudo salir de el bar no pudo encontrar mas que la nevada que la había recibido, y que parecía solo ponerse peor, y un camino desierto. Ni señales del dueño del abrigo, "el ladrón de fruta".

-¿Se habrá congelado en la nieve?- pregunto Rozzen inocentemente, imaginando como se congelaba y caía al suelo hasta ser tapado por la nevada. Se arrodillo en el piso y empezó a mover la nieve del piso a ver si encontraba algo. -¡Hey! ¡Chico ladrón de cerezas! ¿Esas congelado?- mas por mucho que insistió no recibió respuesta alguna. Suspirando se sentó en el barril y empezó, con un pañuelo a limpiar el te derramado. Por suerte era una tela impermeable así que no tuvo grandes problemas...

Mientras estaba en esto escucho un grito familiar que venia detrás del bar. Acercándose por un pequeño callejón vio como el joven intentaba subir una colina, que mas bien parecía un gran montículo de nieve por la forma en que se iba hundiendo cada tanto. Gracias a esa escena no pudo evitar llevarse una mano a la boca para tapar una pequeña risa.

Decidió rodear un poco la colina. Cuando nadie la miraba se saco su abrigo y su sweeter quedando solo con una simple blusa. Esto era por que al sacar sus alas era una de las pocas prendas que no le estorbaban. Hecho esto se impulso hasta caer cerca del ladrón, pero sin acercarse ni hacer contacto con el aun. Las guardo de forma silenciosa, esperando no hacer ningún sonido, ni el mas mínimo. Se coloco su sweeter nuevamente y luego si se acerco despacio hasta quedar cerca de el, justo detrás. - ¡Bu!-

-Jajajaja... ¡Debiste ver tu cara!- exclamo la peliblanca mientras reía fuertemente. No solo por la reacción del chico sino también de como había caído hasta rodar y chocar con el bar, literalmente.

Rozzen dibujo una gran sonrisa y, usando su abrigo, se deslizo por la nieve hasta llegar donde estaba el peli azul. Se sentó de piernas cruzadas sobre la nieve, frente a el y le entrego su chaqueta extendiendo ambas manos.

-Parece que tienes frío, aunque me sorprendería que no te hayas enfermado ya.- le dijo arqueando sus cejas y una sonrisa altanera. Sin embargo volvió a reír divertida, sin poder mantener esa cara por mucho tiempo mas y esperando que entendiera que todo ese esfuerzo que hacia por huir era totalmente innecesario.

Rozzen no podía borrar su sonrisa de diversión aunque quisiera, mas aun cuando el joven hablaba tan gracioso por estar tiritando. Coloco ambas manos en sus brazos y empezó a refregarles, esperando que el gesto no le molestase por estar tan cerca.

-Lamento haberte asustado pero no lo resistí... Por cierto me llamo Rosalia, pero me dicen Rozzen.- si mal no recordaba, no se habían presentado aquella vez en el hotel, antes de que todos huyeran para evitar los problemas. Luego se levanto y le extendió la mano.

-Me encantarían unas cerezas, ¿vienes? - dicho esto espero a que se levantara para volver al bar. Quizás podría aclararle, aunque seria ya obvio, que no lo mataría por unas pequeñas y tontas cerezas.

Mientras caminaban no dejaba de tiritar de esa manera, haciendo que la joven suspirara con una sonrisa. -Creo que mas que unas cerezas vas a necesitar un te.- bromeo, aunque quizás no estaba tan alejada de la realidad, mientras arqueaba las cejar y levantaba sus manos, negando con la cabeza.

Ese curioso sonido propio del Den Den Mushi empezó a sonar antes de que Hayato lo sacara de uno de sus bolsillos. Al escuchar la conversación y la respuesta del chico sus orejas se agacharon y su expresión paso a una decepcionada. - ¿De verdad?-

Lamentablemente no podía retenerlo mas tiempo y mas sabiendo que hacia tanto tiempo que no veía a sus hermanos. -Ya veo.- respondió. Sin embargo cambio a una expresión curiosa cuando vio el papel lo tomo mientras escuchaba sus palabras. Parpadeo unos momentos y sonrió nuevamente.- De acuerdo, prometido.- dijo mientras lo guardaba con cuidado.

-¡No te preocupes! ¡Ya me las pagaras! ¡Buena suerte!- dijo riendo mientras agitaba su mano alto, haciendo una pequeña broma antes de que se fuera. Cuando el joven se perdió de vista Rozzen saco el papel una vez mas y lo miro sonriente antes de volverlo a guardar.

Debido a su trabajo, nunca tenia la oportunidad de hacer muchos amigos y sin darse cuenta había hecho uno. Pensándolo mejor, no sabia nada del muchacho, incluso si era un pirata. ¿Que pasaba si era así y algún día debía pelear contra el en algún momento?

Simplemente negó con la cabeza y volvió al bar riendo, para después pedir otro gran helado y continuar con aquella tranquila tarde como si nada hubiese pasado.