Una charla bajo la nieve [ Priv. Arabel - Pasado]

Me encontraba sentada, viendo el horizonte, sintiendo la nieve, esa clase de pequeñas cosas que hacen tu vida algo mas agradable. Son los pequeños detalles, como el sentir la nieve caer sobre ti y acumularse, me encontraba en guardia voluntaria, cuando de repente, una joven pequeñita que no era parte de la tripulación, pero era nuestra invitada de honor, me hablo. Era inconfundible, ya que no traía el uniforme típico.

Arabel dejo de mirar el firmamento, y se limpio un poco la nieve encima de ella, y paso a inclinarse.

Ara - Saludos *Con una voz delicada y gentil pero notoriamente limitando su voz*, sin hacer demasiado movimiento le saluda con su mano en la frente guardándose la palma hacia su cara. Agradezco su amabilidad. *respondiendo con una sonrisa*

La visera de su gorra termino ofreciendo un refugio a la nieve de la joven.

Toma la pequeña taza, para ella claro, y acomodando de largo el carrito en un lugar donde no moleste. Pasa a oler y beber lentamente el te con tragos muy pequeños, intentando disfrutar.

Ara - Es un hermoso clima, me agrada el agua, mucho. En todas sus formas. Creo que la nieve es la forma mas agradable de todas. Es suave, y blanca como las intenciones que se buscan en la marina. Pero acumuladas un gran peso. Y con algo de calor por parte de la pasión en un gran muro de hielo, transparente pero impenetrable. Me gusta pensar eso.*regresando la mirada al firmamento y sentándose nuevamente*

Se denota el como goza del calor del te, y la sensación de la taza, ya que la gira en sus manos, a pesar de los gruesos guantes que trae puestos. No porta consigo ninguna arma a la vista, y carga una gran capa invernal con el símbolo en la espalda de la marina.

Ara - ¡Deben virar hacia las 7 en punto, cambio de marcha en angulo contra viento !

Tan pronto como resonó su voz en todo el navío se sintió el giro repentino.

Ara - Lo siento. *mirando a su pequeña y agradable acompañante la tomo suavemente de su capa y la coloco en su hombro*

Ara - Tal parece que se formara un remolino adelante, la corriente y ese glaciar si impacta con la corriente que llevamos se formara justamente entre nosotros. Y ese glaciar nos inpedira la salida.

Dio unos pasos hacia popa para mirar que libráramos el glaciar sin problemas, pero nos acercábamos y paresia que no seria a tiempo, entonces se sentó, y suavemente cuando iba a impactar con sus piernas empujo el navío, no sucedió nada, en el océano, pero valla que si iban a impactar.

Ara - Al parecer aun me falta mucho, esto de ser navegante es complicado.* ríe suavemente a su acompañante en el hombro* Lamento el ajetreo. *Un tanto pensativa mirando el océano* Pues si quieres saber algo sobre nosotros, puedes preguntarme no es que sea algo secreto * ríe suavemente*

Arabel regresa a su punto de origen pasan de largo la masa de hielo, se mantiene sentada, y comienza a tomar nieve y jugar con ella. Aun que basicamente limpiaba la cubierta. Rapido y eficientemente.

Ara - Me encanta esta clase de climas, donde el agua es tranquila, los vientos frios. Y sobre todo cae nieve. No hay mejor forma para el agua que la nieve.

Arabel se quedo tranquila, y bajo de su hombro a su nueva amiga, se recosto sobre la cubierta. Tras un pasar de minutos la nieve comenzaba a crearle un frio abrigo, que parecia lejos de molestarle, agradarle aun mas. Se encontraba bien cubierta, y su resistencia natural al exterior era formidable. Así que para ella era un mero juego.

Ara - ¡Hahahahaha! Así que esas tenemos.

Arabel se inclino sobre el barco, y sumergió la cabeza en el agua, su rostro palidezio fue como emocionante, su cabello se sumergió en el agua helada, estaba agarrada con sus piernas del mástil mayor, el barco se inclino, pero se reincorporo rápidamente. Arabel estaba de vuelta mojando todo en cubierta con su cabello, con sus manos se frotaba el cabello de tal forma que empezó hacer un cono. Efectivamente su cabello era un gran pico rojo, y estaba congelado.

Ara - ¡Soy el azote de los mares el pica hielo escarlata.!

Golpeaba el barco delicadamente con su cabello congelado, mostrando que en verdad estaba congelado, pero bastaba ver que el cabello se quedaba en su sitio.No solo su nueva amiga miraba el espectáculo la tripulación también, soltó carcajadas y risas, pero no parecían de esas burlonas, si no de esas alegres, de esas que te da gusto generar, sonrisa y jubilo a la gente. Un poco de calor a todos los tripulantes, algún motivo para sentir alegría. Y olvidar tan amargo y crudo frió por el que surcaban.

Ara - Pues claro que enfermamos, no somos diferentes a ustedes, bueno claro solo no tomes en cuenta nuestra altura, y el echo que vivimos al menos 3 veces mas que ustedes. Pero claro, no creo enfermarme, estoy acostumbrada al frió, el problema es si me dejas al calor, un poco de agua fresca, y hielo no pasara nada.

Mientras golpeaba mi cabello un tanto tieso, para regresar a su forma original. miraba como es que reía su compañera, era grato ver alguien tan energético, es raro disfrutar de buena compañía, y mas femenina, ya que gran parte de la marina tiene un alto indice de varones. El clima era fresco y la nieve no muestra signos de empeorar, si no al contrario de mantener una temperatura estable y agradable. Un gusto para todos los que viajamos. Se puede sentir como la nieve en mi frió cabello, se deposita y se une a la cristalización de lo que podía ser una broma, en algo mas grave, sin embargo ya me había acostumbrado a las situaciones extremas. No era la primera ocasión que terminaba con algo de pelo congelado.

La joven ladeo su cabeza unos instantes mientras la escuchaba con total atención. Muchas veces su padre había hablado ese gran deseo que poseía por conocer Elbaf y sus gigantes, orgullosos guerreros de los que siempre se contaban historias, como la de los gigantes de Little Garden.

-¿Sabes?, mi papa siempre quiso conocer Elbaf.-

Dijo abrazando sus piernas mientras la nieve seguía cayendo. Muy por el contrario de sus deseos, el ambiente casi se pone nostálgico por lo que volvió a sonreír ampliamente antes de que las cosas se confundieran. Levanto la cabeza para mirar a la bonita gigante pelirroja con aquella sonrisa que tanto le caracterizaba.

-Siempre me hablaba de lo geniales que eran los gigantes. Así que estoy muy feliz de conocerte Arabel.-

Mientras hablaba cayo en la cuenta de que ella jamas había dicho su nombre, por lo que se levanto rápidamente y se puso firme.

-Lo siento, nunca me presente. Soy Rosalia D. Cromwell, miembro de la Cyper Pol y es un placer conocerte. Ah... Por cierto, llámame Rozzen, no me gusta que me llamen por mi nombre.-

Una vez mas su distraído y cómico carácter la habían salvado de tener una situación nostálgica en la cual se pusieran a profundizar en su pasado. Había muchas posas de el que aun seguían latentes en su presente pero no le gustaba recalcarlas a cada rato... Quería vivir el presente y nada mas.

Me mantenía atenta mientras Rozzen conversaba, era interesante escuchar la historia de las personas, era lo que nos definia, una vida llena de tropiezos y errores diferentes, triunfos y logros, sueños y metas, todo gracias a una vida en un contexto social. Y como es que admiran los pequeños nuestro estilo y unica forma de vivir. No existe algo mas esplendoroso que el honor, y como no sentir orgullo de poseer honor, si es la inmortalidad en si misma. Ser recordado jamas olvidado. Que nuestros seres resuenen en la eternidad. A mi me daba gusto conocer a todas las personas en general, las hay desde las muy malas hata muy buenas. Mientras mi amiga Rozzen cayo en cuenta y se presento abruptamente.

Ara - O no te preocupes no pasa nada. Así lo hare Rozzen.

Mientras le sonreía, me sentia calmada y ligera entre la nieve.

Al escuchar las palabras de Rozzen comencé a reír, intente no parecer grosera así que me cubrí la boca pero no oculte mis intenciones, que me daba gracia.

Ara - El tamaño no es lo que define si eres Grande. Es tu honor. Solo podrás conocer Elbaf, si tienes el coraje de afrontar lo que te gusta y no te gusta, si en verdad quieres ir podrás ir, no hay mas grandeza, que la que tu muestres. Así que por favor no digas que eres pequeña y no temas preguntar, llénate de confianza y expresa tu forma de vida. Siéntete orgullosa de quien eres y de lo que quieres lograr. Puedo responder con seguridad, Si puedes conocer Elbaf. Siempre que tu quieras.

Le sonreí, y me acomodaba aun el cabello, era un caos, pero divertido.

Ara - Fantastico, suena que sera muy divertido. Entonces deberíamos ir a prepararnos, una ve en tierra firme me cuentas de que se trata.

Me levante y fui a dejar la tasa de Te, junto con el carrito a su lugar respectivo, fui a por mis espadas y ponerme algo mas abrigado, tambien acomodarme bien el cabello. Que por las bromas, termino echo un desastre. Me alimentaria. Y daria las ordenes de embarcación y los escuadrones de patrulla. Todo devia estar en su lugar. Surcábamos los oceanos a toda vela, y la nieve comenzaba a ser mas pesada y constante. Algo digno de disfrutar.

Rozzen sonrió nuevamente y asintió. Tomo el carrito y salio de regreso a la cocina donde dejo el carrito con todas las cosas que había pedido. Luego se retiro a su camarote para revisar los papeles que había sacado y ver cual era la misión.

Aparentemente un grupo pequeño de revolucionarios estaba siendo perseguido por la marina, pero le perdieron el rastro al llegar a esta Isla de Invierno. Lo mas probable, dado que era un hecho muy reciente, es que aun siguieran escondidos en alguna parte y era su deber entregarlos al gobierno.

Sabiendo esto solo le quedaba comer, dormir y esperar a llegar a aquel bello reino de la nieve donde trabajaría a la par de la gigante.