Eikel
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Era una tarde soleada, Eikel había terminado con todas las tareas domesticas y se disponía a dar su paseo matutino por el pueblo. Cuando el sol brillaba el humor de la pequeña ardilla desbordaba, como si le recargase las pilas. La casa donde residía, se encontraba en lo mas alto de la colina, por lo tanto, para llegar al centro del pueblo tenia que pasar por varias casas en las cuales sus propietarios no dudaban en saludar al joven Eikel con ilusión, y este no dudaba en devolverles el saludo con una gran sonrisa.
-Debería parar en la librería a ver si tienen nuevo material. Pensaba en voz alta la ardilla mientras corría colina abajo.
Una vez llego al centro del pueblo empezó a escuchar una melodía un tanto extraña que venia del centro de la plaza, a la par que varias personas venían de esa dirección cuchicheando descontentas. La curiosidad le puedo y fue corriendo hacia a la plaza. Al llegar vio a un Gyojin claramente inspirado tocando lo que parecía ser una guitarra. Era una música extraña, rara, pero a Eikel no le desagradaba. Sin darse cuenta y extasiado mirando como tocaba ese instrumento, no se dio cuenta de que se habían quedado solos, toda la gente desapareció entre abucheos y gritos de descontento.
El Gyojin paró de tocar al rato y se quedo mirando a la ardilla dedicándole una cómplice sonrisa. El pez recogió sus cosas y se marchaba sin mirar atrás. Eikel se levanto corriendo gritando que esperase. El Gyojin no pudo evitar girarse sorprendido al ver que la pequeña ardilla era capaz de hablar. Cuando llego a su altura, se detuvo.
-¡Me llamo Eikel!. Dijo la ardilla estirando la mano con una gran sonrisa, esperando un apretón entre caballeros.
-Debería parar en la librería a ver si tienen nuevo material. Pensaba en voz alta la ardilla mientras corría colina abajo.
Una vez llego al centro del pueblo empezó a escuchar una melodía un tanto extraña que venia del centro de la plaza, a la par que varias personas venían de esa dirección cuchicheando descontentas. La curiosidad le puedo y fue corriendo hacia a la plaza. Al llegar vio a un Gyojin claramente inspirado tocando lo que parecía ser una guitarra. Era una música extraña, rara, pero a Eikel no le desagradaba. Sin darse cuenta y extasiado mirando como tocaba ese instrumento, no se dio cuenta de que se habían quedado solos, toda la gente desapareció entre abucheos y gritos de descontento.
El Gyojin paró de tocar al rato y se quedo mirando a la ardilla dedicándole una cómplice sonrisa. El pez recogió sus cosas y se marchaba sin mirar atrás. Eikel se levanto corriendo gritando que esperase. El Gyojin no pudo evitar girarse sorprendido al ver que la pequeña ardilla era capaz de hablar. Cuando llego a su altura, se detuvo.
-¡Me llamo Eikel!. Dijo la ardilla estirando la mano con una gran sonrisa, esperando un apretón entre caballeros.
Hacia ya varios meses que el pez había llegado al East Blue, estaba de gira recorriendo las islas allá donde las olas le llevasen. Había llegado a una nueva isla con un puerto a simple vista. “Desembarcando”, no dudó en ir al centro de la isla donde, como bien suponía, se encontraba la plaza principal del pueblo.
Sin más dilación extendió un pequeño pañuelo que llevaba en su antebrazo, cogió de su espalda su guitarra y comenzó a tocar melodías que para aquellas personas serian completamente extrañas, pues era música proveniente de la mismísima Isla Gyojin. Cerró sus ojos, pues así podía sentir mejor la melodía, y no paró de tocar en ningún momento esperando complacer a las personas de aquel poblado.
Por desgracia, pero sin ninguna sorpresa para el pez, con forme vinieron los pueblerinos se fueron por su camino, la mayoría de ellos por sus palabras debido a la providencia de ese ser. A Rhi no le importaba y continuó su melodía sin importarle nada más que ella. Cuando finalizó esta, abrió los ojos lentamente y con una gran sonrisa en su rostro. Por sorpresa si hubo alguien que escuchó su melodía hasta el final, un raro animal que parecía una ardilla el cual llevaba unas raras telas en forma de capa.
Sonriendole a modo de agradecimiento, cogió su instrumento y colocandolo de nuevo en su espalda se fue por donde vino. Algo le impidió continuar, una voz hizo que el joven se detuviera y girase para ver de quien se trataba, para su sorpresa, se trataba de la ardilla la cual, por algún tipo de milagro o brujería, parecía que tenia el don del habla. Esta de una forma muy cordial se presentó y saludó extendiendo su brazo, demasiadas formalidades lo cual le sacó una sonrisa al Gyojin. En su lugar, chocó la palma de su mano con la del pequeño animal, arrodillándose antes para llegar a su altura. - Rhi, mi nombre es Rhi.- Mantuvo la sonrisa mientras aún apretaba firmemente sus manos.
- ¿Te gusta la música pequeño amigo? - Le preguntó de forma amigable el pez mientras alzaba su cuerpo de nuevo.
Sin más dilación extendió un pequeño pañuelo que llevaba en su antebrazo, cogió de su espalda su guitarra y comenzó a tocar melodías que para aquellas personas serian completamente extrañas, pues era música proveniente de la mismísima Isla Gyojin. Cerró sus ojos, pues así podía sentir mejor la melodía, y no paró de tocar en ningún momento esperando complacer a las personas de aquel poblado.
Por desgracia, pero sin ninguna sorpresa para el pez, con forme vinieron los pueblerinos se fueron por su camino, la mayoría de ellos por sus palabras debido a la providencia de ese ser. A Rhi no le importaba y continuó su melodía sin importarle nada más que ella. Cuando finalizó esta, abrió los ojos lentamente y con una gran sonrisa en su rostro. Por sorpresa si hubo alguien que escuchó su melodía hasta el final, un raro animal que parecía una ardilla el cual llevaba unas raras telas en forma de capa.
Sonriendole a modo de agradecimiento, cogió su instrumento y colocandolo de nuevo en su espalda se fue por donde vino. Algo le impidió continuar, una voz hizo que el joven se detuviera y girase para ver de quien se trataba, para su sorpresa, se trataba de la ardilla la cual, por algún tipo de milagro o brujería, parecía que tenia el don del habla. Esta de una forma muy cordial se presentó y saludó extendiendo su brazo, demasiadas formalidades lo cual le sacó una sonrisa al Gyojin. En su lugar, chocó la palma de su mano con la del pequeño animal, arrodillándose antes para llegar a su altura. - Rhi, mi nombre es Rhi.- Mantuvo la sonrisa mientras aún apretaba firmemente sus manos.
- ¿Te gusta la música pequeño amigo? - Le preguntó de forma amigable el pez mientras alzaba su cuerpo de nuevo.
Eikel
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A Eikel le hacía gracia aquel Gyojin, no podía evitarlo, tenía algo atrayente en su personalidad.
-Me encanta la música, he leído un montón sobre ella, pero nunca he visto un instrumento tan extraño como el tuyo. Dijo mientras señaló su "guitarra".
El pequeño intento alentar al pez, puesto que su concierto había sido un fracaso total, pero no tardó en darse cuenta de que poco le había importando. Como era costumbre en él, no tardo ni un segundo en importunar a Rhi con preguntas, mientras le seguía aunque no sabía a donde. El pez no tardó en pararle los pies haciéndole preguntas también con sarcasmo, pero para su sorpresa, el roedor se tomaba todas y cada una de las preguntas enserio respondiéndolas. Caminaban por el pueblo en lo que parecía ser una danza sin sentido, mientras los cuchicheos de los pueblerinos no tardaron en aparecer acerca del Gyojin, parece ser que incluso en lugares apartados el racismo seguía siendo presente.
Llegados a cierto punto, el roedor pidió un segundo y entro corriendo en un local. A los pocos minutos salió cargado con dos libros, uno sobre la marina, con su gran logo en la portada y otro libro que por su titulo parecía ser una novela de aventuras.
-Perdona, para esto baje al pueblo. Señaló mientras le mostraba los libros al Gyojin.
Eikel no tenía intención de dejar a aquel curioso personaje marchar, así que siguió caminando a su lado, pensando cual sería su siguiente pregunta.
-Me encanta la música, he leído un montón sobre ella, pero nunca he visto un instrumento tan extraño como el tuyo. Dijo mientras señaló su "guitarra".
El pequeño intento alentar al pez, puesto que su concierto había sido un fracaso total, pero no tardó en darse cuenta de que poco le había importando. Como era costumbre en él, no tardo ni un segundo en importunar a Rhi con preguntas, mientras le seguía aunque no sabía a donde. El pez no tardó en pararle los pies haciéndole preguntas también con sarcasmo, pero para su sorpresa, el roedor se tomaba todas y cada una de las preguntas enserio respondiéndolas. Caminaban por el pueblo en lo que parecía ser una danza sin sentido, mientras los cuchicheos de los pueblerinos no tardaron en aparecer acerca del Gyojin, parece ser que incluso en lugares apartados el racismo seguía siendo presente.
Llegados a cierto punto, el roedor pidió un segundo y entro corriendo en un local. A los pocos minutos salió cargado con dos libros, uno sobre la marina, con su gran logo en la portada y otro libro que por su titulo parecía ser una novela de aventuras.
-Perdona, para esto baje al pueblo. Señaló mientras le mostraba los libros al Gyojin.
Eikel no tenía intención de dejar a aquel curioso personaje marchar, así que siguió caminando a su lado, pensando cual sería su siguiente pregunta.
El bombardeo mutuo de preguntas hizo gracia a Rhi el cual parecía que había encontrado a un nuevo amigo, el cual estaba claro que no era muy común y que albergaría muchos secretos.
El sol se posó en lo más alto y el hambre afloraba en el estomago del anfibio, mientras el pequeño roedor entraba en un establecimiento, Rhi le esperó fuera, ignorando que no era bien recibido allí y haciendo caso a su estomago no dudo en tener la idea de invitar al único que le había mostrado algo de afecto por la zona, el pequeño Eikel.
Cuando este salió del establecimiento, pudo observar como uno de los grande libros que portaba era de la Marina, nuestro parlanchin pescado no podía callarse de nuevo y siguió intercambiando preguntas con su nuevo amigo. - ¡Ui! ¿No estarás pensando alistarte en la Marina?- Le dijo mientras torcía su cabeza y acariciaba su barbilla. - ¡Bah! ¡Eso es muy aburrido! - Añadió entre risas recomponiendo la postura.
La cara del pequeño era dudosa, no comprendía la razón de las palabras del pez. Dándose cuenta de esto, Rhi, no dudó en apresurarse a contarle historias como las que había escuchado a lo largo de su vida en la Isla Gyojin. Historias de piratas los cuales vivían grandes y lujosas aventuras, quien sabe, a lo mejor pretendía despertar la vena aventurera de la pequeña ardilla.
Doblando un poco su espalda, golpeo la de Eikel como invitándole a caminar, echo esto colocó sus sobre su cabeza y comenzó a caminar tras él. - Vamos, te invito a comer-Le propuso sin pensárselo dos veces, no tenia mucho dinero, no sería bien recibido en la mayoría de locales del poblado, pero eso no era ningún impedimento que causara algo de preocupación en el rostro del afable Gyojin.
Mientras caminaban sin rumbo, pues Rhi no se conocía para nada la zona, le dejó una última pregunta en el aire al roedor... - Dime, ¿Nunca has querido vivir aventuras?- Formuló aguardando una respuesta.
El sol se posó en lo más alto y el hambre afloraba en el estomago del anfibio, mientras el pequeño roedor entraba en un establecimiento, Rhi le esperó fuera, ignorando que no era bien recibido allí y haciendo caso a su estomago no dudo en tener la idea de invitar al único que le había mostrado algo de afecto por la zona, el pequeño Eikel.
Cuando este salió del establecimiento, pudo observar como uno de los grande libros que portaba era de la Marina, nuestro parlanchin pescado no podía callarse de nuevo y siguió intercambiando preguntas con su nuevo amigo. - ¡Ui! ¿No estarás pensando alistarte en la Marina?- Le dijo mientras torcía su cabeza y acariciaba su barbilla. - ¡Bah! ¡Eso es muy aburrido! - Añadió entre risas recomponiendo la postura.
La cara del pequeño era dudosa, no comprendía la razón de las palabras del pez. Dándose cuenta de esto, Rhi, no dudó en apresurarse a contarle historias como las que había escuchado a lo largo de su vida en la Isla Gyojin. Historias de piratas los cuales vivían grandes y lujosas aventuras, quien sabe, a lo mejor pretendía despertar la vena aventurera de la pequeña ardilla.
Doblando un poco su espalda, golpeo la de Eikel como invitándole a caminar, echo esto colocó sus sobre su cabeza y comenzó a caminar tras él. - Vamos, te invito a comer-Le propuso sin pensárselo dos veces, no tenia mucho dinero, no sería bien recibido en la mayoría de locales del poblado, pero eso no era ningún impedimento que causara algo de preocupación en el rostro del afable Gyojin.
Mientras caminaban sin rumbo, pues Rhi no se conocía para nada la zona, le dejó una última pregunta en el aire al roedor... - Dime, ¿Nunca has querido vivir aventuras?- Formuló aguardando una respuesta.
Eikel
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El gyojin no tardó en replicarle cosas sobre sus libros, concretamente del que trataba sobre la marina, exponiéndole que era aburrida. Eikel sabía que no y no tardo en replicarle.
-Para nada es aburrida, se aprenden un montón de cosas allí. De echo mi mejor amiga pertenece a la marina, si la conocieras no dirías eso. Soltó el pequeño con una gran sonrisa en su rostro.
Después de una pequeña conversación acerca de lo maravilloso de la vida pirata, de la cual Eikel no perdió detalle tomando apuntes mentales, recibió una invitación del pez para comer. Parecía muy convencido, a pesar del rechazo recibido hace un rato. El roedor pensó rápido y para no hacerle pasar otro mal rato le hizo una contra oferta, compraría algo de comida para llevar y se irían al bosque en plan picnic. Al gyojin simplemente la idea de comida gratis ya le parecía estupenda, así que no dudo en aceptar la invitación, dándole igual el lugar.
La primera parada era la taberna del pueblo, donde compró un bocadillo de jamón asado y un par de refrescos. Después se aproximo a la tienda del viejo Python a comprar unos pocos frutos secos y la última parada como no, fue la pastelería donde compro un par de pasteles de los cuales el era precursor, había entregado la receta hace unos meses y era de los dulces mas exitosos del local. Eikel pudo observar las ansias que tenía Rhi por comer, así que no dudo ni un segundo en ponerse en marcha.
Mientras caminaban hacia su destino, el pescao no paraba de llenarle la cabeza a Eikel de historias sobre piratería y la libertad que se vivía en ella, así como todas las cosas que se podían aprender visitando tantos lugares. La verdad es que al roedor empezaba a interesarle el tema realmente, sus sueños, serían mucho mas fáciles de cumplir si fuera un pirata, en su mente empezaron a volar imágenes de un pirata bondadoso, que ayudaba a los necesitados siempre que tenía ocasión, la visión de él mismo con sombrero pirata le hizo reír repentinamente. Después de unos minutos, habían llegado a su destino.
-Que te parece este sitio. Añadió mientras señalaba un enorme peñasco al lado de una cascada, tan solo adornado por un viejo arbol que para poco servía ya aparte de dar sombra. El sitió era bonito, a su manera, en contacto total con la naturaleza.
-Para nada es aburrida, se aprenden un montón de cosas allí. De echo mi mejor amiga pertenece a la marina, si la conocieras no dirías eso. Soltó el pequeño con una gran sonrisa en su rostro.
Después de una pequeña conversación acerca de lo maravilloso de la vida pirata, de la cual Eikel no perdió detalle tomando apuntes mentales, recibió una invitación del pez para comer. Parecía muy convencido, a pesar del rechazo recibido hace un rato. El roedor pensó rápido y para no hacerle pasar otro mal rato le hizo una contra oferta, compraría algo de comida para llevar y se irían al bosque en plan picnic. Al gyojin simplemente la idea de comida gratis ya le parecía estupenda, así que no dudo en aceptar la invitación, dándole igual el lugar.
La primera parada era la taberna del pueblo, donde compró un bocadillo de jamón asado y un par de refrescos. Después se aproximo a la tienda del viejo Python a comprar unos pocos frutos secos y la última parada como no, fue la pastelería donde compro un par de pasteles de los cuales el era precursor, había entregado la receta hace unos meses y era de los dulces mas exitosos del local. Eikel pudo observar las ansias que tenía Rhi por comer, así que no dudo ni un segundo en ponerse en marcha.
Mientras caminaban hacia su destino, el pescao no paraba de llenarle la cabeza a Eikel de historias sobre piratería y la libertad que se vivía en ella, así como todas las cosas que se podían aprender visitando tantos lugares. La verdad es que al roedor empezaba a interesarle el tema realmente, sus sueños, serían mucho mas fáciles de cumplir si fuera un pirata, en su mente empezaron a volar imágenes de un pirata bondadoso, que ayudaba a los necesitados siempre que tenía ocasión, la visión de él mismo con sombrero pirata le hizo reír repentinamente. Después de unos minutos, habían llegado a su destino.
-Que te parece este sitio. Añadió mientras señalaba un enorme peñasco al lado de una cascada, tan solo adornado por un viejo arbol que para poco servía ya aparte de dar sombra. El sitió era bonito, a su manera, en contacto total con la naturaleza.
El sitio al que le llevó la ardilla no estaba nada mal, un lugar tranquilo y apartado en el que los dos podrían charlar sin ninguna interrupción acústica ni nada por el estilo. Antes de que siquiera sentara el culo en el gran peñasco, Rhi se tiró al agua en busca de refrescarse, de esa forma le sentaría aún mejor la comida. Los dos se sentaron allí mismo y dándole las gracias comenzaron a engullir aquellos deliciosos bocadillos.
Tras haberle contado bastantes historietas con las cuales comprobó que realmente le podría llegar a interesar al pequeñín el vivir una vida llena de aventuras, no dudó en inventarse algo para arrancar aún más esa necesidad. El joven Gyojin había querido ser pirata desde hace mucho tiempo, pese a su dura adolescencia, y que mejor modo de serlo que junto a alguien el cual no le hacia tan raro.
- ¿Ves estos tatuajes? Representan el número de islas que he visitado. - Dijo muy confiado mientras levantaba su trasero y se dirigía al borde de la roca dándole la espalda a Eikel. Su movimiento fue debido a que no quería que el pequeño viera la cara del Gyojin en ese momento, este no pudo resistir el morder fuertemente su labio inferior para no echar a llorar en ese mismo instante pese aque era muy difícil borrar la sonrisa de su rostro.
Era una pequeña mentira piadosa, pese a que el mundo estaba lleno de distintos tipos de piratas, no quería que la primera historia propia del Gyojin fuera tan siniestra. Sabía que si le contaba su pasado tal y como era, asustaría al pequeño y perdería ese brillo en sus ojos al nombrar la palabra “aventura”.
Calmando su estado, giró por completo para darle la cara al roedor y posando como un héroe, con los brazos en jarra, prosiguió con su historia. - La libertad es el mayor sentimiento que puedes llegar a sentir mi pequeño amigo. - Continuó mientras comenzaba a caminar hacia donde se encontraba la comida, cogió una de las latas de refresco, la suya y puso su mano de tal forma que cubriera la mayor cantidad de la lata que pudiera. - Bajo la bandera de la Marina eres un títere de los de arriba, una marioneta del Gobierno sin poder seguir tus propios ideales. - Dijo en el preciso instante en el que apretó la lata. - Pero... - Prosiguió dejando la lata en el suelo y esta vez cogiendo el pastel y dejándolo en la palma de su mano sin ningún tipo de presión. -... Siendo Pirata puedes ir bajo la bandera que quieras, bajo la bandera de la libertad, si algo no te gusta lo cambias, si alguien no te gusta... - En ese momento le vino a la mente aquel torturador que permanece aún en el fondo de sus pesadillas, apunto estuvo de soltar una verdadera barbaridad digna de aquel ser pero no del pacifico Gyojin. - … Tranquilo, no me refiero a matar. - Sonrió a su amigo. - Pirata no es sinónimo de villano, si que es cierto que se puede saquear pero, ¿Quien dice que no puedas hacerlo a alguien que maltrata personas o animales? Puedes hacer tu propia justicia sin necesidad de transformarte en un bárbaro. - Culminó dándole un bocado al pastelito que tenia en su mano.
- Por cierto, esto esta muy bueno – Alagó al propio postre mientras le guiñaba un ojo a Eikel. No pretendía comprarle con sus palabras, era algo egoísta lo que pretendía, quería un amigo. La infancia del pez había sido muy dura en algunos aspectos, no tubo ninguna amistad en su isla natal y al abandonar su hogar y enfrentarse al mundo del exterior no es que hiciera muchas amistades con las razas de la superficies y lo cierto es que con el roedor estaba las mar de agusto.
Tras haberle contado bastantes historietas con las cuales comprobó que realmente le podría llegar a interesar al pequeñín el vivir una vida llena de aventuras, no dudó en inventarse algo para arrancar aún más esa necesidad. El joven Gyojin había querido ser pirata desde hace mucho tiempo, pese a su dura adolescencia, y que mejor modo de serlo que junto a alguien el cual no le hacia tan raro.
- ¿Ves estos tatuajes? Representan el número de islas que he visitado. - Dijo muy confiado mientras levantaba su trasero y se dirigía al borde de la roca dándole la espalda a Eikel. Su movimiento fue debido a que no quería que el pequeño viera la cara del Gyojin en ese momento, este no pudo resistir el morder fuertemente su labio inferior para no echar a llorar en ese mismo instante pese aque era muy difícil borrar la sonrisa de su rostro.
Era una pequeña mentira piadosa, pese a que el mundo estaba lleno de distintos tipos de piratas, no quería que la primera historia propia del Gyojin fuera tan siniestra. Sabía que si le contaba su pasado tal y como era, asustaría al pequeño y perdería ese brillo en sus ojos al nombrar la palabra “aventura”.
Calmando su estado, giró por completo para darle la cara al roedor y posando como un héroe, con los brazos en jarra, prosiguió con su historia. - La libertad es el mayor sentimiento que puedes llegar a sentir mi pequeño amigo. - Continuó mientras comenzaba a caminar hacia donde se encontraba la comida, cogió una de las latas de refresco, la suya y puso su mano de tal forma que cubriera la mayor cantidad de la lata que pudiera. - Bajo la bandera de la Marina eres un títere de los de arriba, una marioneta del Gobierno sin poder seguir tus propios ideales. - Dijo en el preciso instante en el que apretó la lata. - Pero... - Prosiguió dejando la lata en el suelo y esta vez cogiendo el pastel y dejándolo en la palma de su mano sin ningún tipo de presión. -... Siendo Pirata puedes ir bajo la bandera que quieras, bajo la bandera de la libertad, si algo no te gusta lo cambias, si alguien no te gusta... - En ese momento le vino a la mente aquel torturador que permanece aún en el fondo de sus pesadillas, apunto estuvo de soltar una verdadera barbaridad digna de aquel ser pero no del pacifico Gyojin. - … Tranquilo, no me refiero a matar. - Sonrió a su amigo. - Pirata no es sinónimo de villano, si que es cierto que se puede saquear pero, ¿Quien dice que no puedas hacerlo a alguien que maltrata personas o animales? Puedes hacer tu propia justicia sin necesidad de transformarte en un bárbaro. - Culminó dándole un bocado al pastelito que tenia en su mano.
- Por cierto, esto esta muy bueno – Alagó al propio postre mientras le guiñaba un ojo a Eikel. No pretendía comprarle con sus palabras, era algo egoísta lo que pretendía, quería un amigo. La infancia del pez había sido muy dura en algunos aspectos, no tubo ninguna amistad en su isla natal y al abandonar su hogar y enfrentarse al mundo del exterior no es que hiciera muchas amistades con las razas de la superficies y lo cierto es que con el roedor estaba las mar de agusto.
Eikel
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Eikel estaba contento, puesto que a Rhi le había gustado el lugar elegido. Nada mas llegar el gyojin no dudo en saltar y darse un chapuzón antes de empezar a comer. Una vez tranquilos y disfrutando de la comida, el pescao no dudó en hacer gala de su carisma para intentar impresionar al roedor con la historia de sus tatuajes, pero en lo que no estuvo tan de acuerdo fue con la opinión sobre la marina.
-La marina no está tan mal, se trata de ayudar a la gente y eso es lo que me gustaría hacer. Añadió el roedor, aunque poco parecía importarle a Rhi que seguía contando las maravillas de la vida pirata.
El gyojin se había ido de la lengua conforme hablaba y se había dado cuenta, así que intento rectificar lo dicho, aprovechándose de la inocencia del pobre Eikel. Cuando éste le expuso sobre su justicia y las formas de impartirla, no pudo evitar en compartir su sueño.
-Realmente me gustaría juntar una gran cantidad de berries. El pescado se extraño ante la idea del pequeño, no se esperaba algo como eso.
-Me gustaría poder abrir un hospital completamente gratuito, en el que curar a cualquier ser sin importar su procedencia o linaje. Ahora si encajaba mas en la imagen que tenía sobre el, la inocencia de Eikel le parecía incluso graciosa.
Siguieron comiendo mientras charlaban e intercambiaban ideas, el joven Eikel no paraba de repetir un nombre como ejemplo una y otra vez, Leah, para defender los ideales de la marina y hacer contra a las palabras del gyojin contra la organización. Una vez llegó la hora del postre, Rhi no dudó en alagar el sabor del mismo.
-Muchas gracias, yo soy el co-creador de ese dulce. Lo hice a partir de una receta que me regaló una viajera que estaba aquí de paso. Yo se la enseñé al pastelero. Aclaró el pequeño. De vez en cuando, le gustaba fanfarronear sobre sus logros, a quien le amarga un dulce, nunca mejor dicho.
-Te gustaría hacer algo en especial Rhi. En este pueblo no hay muchas cosas que hacer que digamos. Aclaró con una ligera expresión de tristeza en sus ojos.
-La marina no está tan mal, se trata de ayudar a la gente y eso es lo que me gustaría hacer. Añadió el roedor, aunque poco parecía importarle a Rhi que seguía contando las maravillas de la vida pirata.
El gyojin se había ido de la lengua conforme hablaba y se había dado cuenta, así que intento rectificar lo dicho, aprovechándose de la inocencia del pobre Eikel. Cuando éste le expuso sobre su justicia y las formas de impartirla, no pudo evitar en compartir su sueño.
-Realmente me gustaría juntar una gran cantidad de berries. El pescado se extraño ante la idea del pequeño, no se esperaba algo como eso.
-Me gustaría poder abrir un hospital completamente gratuito, en el que curar a cualquier ser sin importar su procedencia o linaje. Ahora si encajaba mas en la imagen que tenía sobre el, la inocencia de Eikel le parecía incluso graciosa.
Siguieron comiendo mientras charlaban e intercambiaban ideas, el joven Eikel no paraba de repetir un nombre como ejemplo una y otra vez, Leah, para defender los ideales de la marina y hacer contra a las palabras del gyojin contra la organización. Una vez llegó la hora del postre, Rhi no dudó en alagar el sabor del mismo.
-Muchas gracias, yo soy el co-creador de ese dulce. Lo hice a partir de una receta que me regaló una viajera que estaba aquí de paso. Yo se la enseñé al pastelero. Aclaró el pequeño. De vez en cuando, le gustaba fanfarronear sobre sus logros, a quien le amarga un dulce, nunca mejor dicho.
-Te gustaría hacer algo en especial Rhi. En este pueblo no hay muchas cosas que hacer que digamos. Aclaró con una ligera expresión de tristeza en sus ojos.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.