Humano y tritón una alianza de razas diferentes (pasado)(privado) (Kaiser y whitedog)

Me encontraba en una más de mis aventuras con mi tripulación, hoy me encontraba en una isla bastante rara habían burbujas que salían del suelo, gente metida dentro de burbujas y gente que llevaba sus cosas metidas en burbujas. Todo parecía bastante tranquilo por donde estaba yo, la verdad es que habían muchos islotes no creo que en todos hubiera tanta paz.

Me separe del grupo para dar un paseo por mi cuenta quería ver que cosas interesantes podría ver por allí, pero solo había gente haciendo sus cosas cotidianas y con esas extrañas burbujas. Seguí caminando y vi que había un numero pintado en un islote, tal vez se identificaban así, era el numero 6, allí encontraba un ambiente más tenso que el de antes.

- ¿No eres de por aquí verdad? -me dijo un hombre algo nervioso.
- No. -le dije.
- Deberías alejarte, pronto va a pasar un noble mundial. -me dijo pálido.
- No se que es un noble mundial, pero soy libre de estar donde quiera así que seguiré mi paseo. -le conteste mientras seguía andando.

Tenía curiosidad por saber que era un noble mundial si tan temido era, pero ahora me apetecía pasear tranquilo y ver aquella isla.

Hoy era un día especial. Había conseguido una información precisa y suculenta, algo que podría cambiar mi vida por completo. Me encontraba sumergido en el agua, cerca del Archipiélago Shabaody, contemplando la inmensa cantidad de manglares gigantescos y las extrañas y peculiares pompas que surgían del agua para flotar hasta una gran altura y estallar en mil pedazos.

Observaba atento lo que pasaba por allí, aunque me era imposible presenciarlo todo, pues el archipiélago era grandioso y mi vista no daba para tanto. Si los rumores eran ciertos, un noble mundial, uno de esos estúpidos humanos que eran tan importantes y hacían cosas imperdonables. Aquellos desgraciados se dedicaban a comprar, vender y matar a los gyojin, a los tritones y a las sirenas como si fueran una moneda de cambio, aparecería en la isla número 6... Era algo que no podía dejar tal y como estaba. Tenían que pagar.

Aceleré la marcha, fijándome en los números que se mostraban en gruesos árboles para indicar la isla en la que estabas y me guié por lógica hasta alcanzar la isla que buscaba. Había bastante gente y se escuchaba bastante barullo, por lo visto, aquel hombre daba mucho de lo que hablar. Subí a la isla y me acerqué a un tipo que estaba más alejado de los demás. Un hombre de mediana estatura, de pelo negro, muy corto y vestido con ropa de harapos. -Tú, ¿Sabes si va a pasar por aquí un noble mundial?- Dije con la mirada fija en sus ojos y una expresión bastante macabra. -S...S...Sí- Dijo tartamudeando y algo tembloroso. -Perfecto.- Añadí justo antes de dar media vuelta y observar el panorama.


Off: La intención de mi gyojin será asesinar al noble mundial, pero buscaré la manera de impedir que me acerque, pues mi personaje es demasiado débil como para soportar esa carga por ahora xD

Paseaba por aquel islote con mi tranquilidad habitual sin saber donde iba, empezó a haber movimiento había mucha gente en la calle haciendo un pasillo como si fuera haber algún desfile. Tenía un mal presentimiento había mucha gente de la armada y algunos de esos hombres parecían tener cargos importantes.

- Disculpar, ¿hay alguna taberna por aquí? -les dije con educación a un grupo de personas que había allí.

Nadie me contestó, todos me miraron con cara de tener miedo de algo, aquella isla empezaba a volverse siniestra, la gente había empezado a tener miedo sin motivo alguno además estaban rodeados de gente de la armada estarían protegidos. De repente vi que uno de los hombres de la armada se acercaba a mí, era un hombre bastante alto con una barba corta, de unos cuarenta años de edad y parecía tener un rango alto.

- Supongo que no eres de aquí, te recomiendo dos opciones si quieres vivir, ponte de rodillas cuando pase el noble mundial o vete de aquí. -me dijo seriamente ese hombre.
- Si me dices donde hay una taberna estaré allí, pero ¿por que teméis tanto a un noble mundial, acaso son peligrosos? -le dije amablemente aquel hombre.
- Allí tienes la taberna, si se te ocurre acercarte al hombre no nos quedara otra que atacar, son ordenes que tenemos y al igual que tu cualquiera. -me respondió el hombre de la armada.
- Gracias. -le dije mientras me iba hacía la taberna.

Mientras caminaba hacía aquella taberna decidí girarme y comprobar que el hombre ya no estaba, tenía que ver quien demonios era ese maldito noble mundial que asustaba a tanta gente, use mi forma híbrida y me subí a un tejado que había para llamar menos la atención volví a mi forma humana y me puse a observar lo que pasaba.

Lo que antes era un montón de gente apelotonada, pasó en poco tiempo a ser un pasillo de personas arrodilladas. -Así deberían estar siempre, de rodillas.- Pensé esbozando una sonrisa. La zona se llenó de marines que vigilaban el lugar, por lo visto, matar a un noble mundial no era tarea sencilla, y en caso de que lo hiciese, probablemente me coserían a disparos. El peligro era tal que incluso me estaba haciendo perder las ganas de intentarlo, mas aquel hombre debía morir, aunque no fuese por mis propias manos.

-No entiendo que hace uno de esos desgraciados por aquí... No tienen nada que hacer en Shabaody, como odio a esa gente, si pudiera... Si tan solo pudiera hacer algo...- Decía uno de los hombres arrodillados que tenía más cerca. Este vestía con ropas lujosas, de colores llamativos y mostraba su pelo de un rubio dorado peinado hacia atrás. Eso me sorprendió, pues no parecía estar muy contento con la llegada de aquel sujeto, además de parecer de una clase bastante alta y aún así hincaba la rodilla en el suelo.

-Cállate insolente, cualquiera de los presentes eliminaría a esa persona si pudiera, pero como te oigan será lo último que digas. Piensa en tu familia, tienes una esposa y unos hijos que mantener, deja esas locuras y no se te ocurra hacer ninguna estupidez.- Añadió su compañero, con ropajes parecidos pero de distintos colores y con un corro de copa que tapaba su cabello.

-¿Cualquiera querría acabar con el noble mundial? ¿Y por qué no lo hacían? ¿Le odiaban todos y lo único que se les ocurría era agachar la cabeza y mostrar respeto por un ser como ese? Panda de ratas cobardes.- Pensaba yo, acercándome cada vez más a la gente.

Mientras seguía observando aquel desfile la gente empezó a ponerse de rodillas, no entendía nada, ese noble mundial tendría que tener un poder brutal para conseguir tanto respeto. Al poco escuche una conversación de unos tipos que tenía parecía que hablaban de cazar algo.

- Mira eso, es un tritón vamos a capturarlo y dárselo al noble. -dijo uno de ellos riendo.
- Seguro que nos paga bien, y además seremos bastante reconocidos. -dijo el otro.

Mire hacía un lado y vi que había un pez con cuerpo de hombre, había oído hablar de los tritones pero nunca había visto uno. De todas formas quería estar vigilando que era aquel tipo que tanto respeto le imponía a tanta gente. De repente vi que los dos tipos que tenía abajo no estaban, me gire para buscar donde habían ido y los vi con pistolas cerca de aquel tritón que decían que iban a capturar.

- ¡Oye tu! Ten cuidado con esos dos. -le dije al tritón mientras desenfundaba una de mis espadas y me dirigía hacía donde estaban los dos tipos que querían capturarle.

Off: Antes que nada, me gustaría aclarar que no soy un tritón, si no un gyojin. Son razas diferentes a pesar de que ambas convivan en el mismo lugar y tengan semejanzas, solo es para informar ^^

On:

De repente se escuchó una voz de alerta, alguien gritando para avisar a alguien, necio de mi por no saber que aquellas palabras eran para mí. Un disparo lo confirmó. La bala atravesó mi hombro izquierdo, provocándome un gran dolor en este y haciendo que la sangre brotara y la gente huyera despavorida. Me giré enfadado y algo atónito ante tal acción. Pude ver a un hombre sosteniendo el arma y con una sonrisa bastante amplia en su rostro mientras otros dos se acercaban, uno con otro arma de fuego y el siguiente con una espada desenfundada. Me agarré el hombro con la mano derecha y mostré una mueca de dolor.

-Maldita sea... Larson, ocúpate de ese idiota escandaloso, yo capturaré al pez para los tenryuubito.- Dijo el tipo que me había disparado, ordenando a su compañero que se encargara del espadachín mientras él acababa conmigo.

El humano que le acompañaba no tardó en prepararse para disparar al que dio la voz de alarma mientras el otro se acercaba a mí soltando carcajadas. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, me apuntó con su pistola entre los ojos, afirmando que haría lo que él dijese o me mataría. -Maldita basura...- Pensé, justo antes de propinarle un manotazo en la mano que sostenía su arma, haciendo que este la soltase y seguidamente lo cogí por el cuello y lo alcé.

Un segundo rifle me apuntó en la espalda seguido de una frase peculiar. -Suelte a ese hombre. Están todos bajo arresto,  en nombre de la marina, por alterar el orden público y el uso de armas de fuego.- Dijo aquella voz.

En poco tiempo un pelotón de soldados nos rodeó y nos esposó a los cuatro, diciendo que pasaríamos un tiempo en el calabozo. Tras esto nos llevaron a una pequeña prisión de mínima seguridad, donde atendieron mi herida, extrayéndome la bala y poniéndome un vendaje. Nos pusieron en cárceles individuales, quizás para evitar más peleas.


Off2: Le he dado un vuelco a la historia, espero que no te importe, si no te agrada la idea, puedes decir que tu no fuiste arrestado

Off: Vale, perdón es que estoy acostumbrado a decir tritón a los hombres pez aún no me he acostumbrado a lo de gyojin. No te preocupes por la historia ahora nos escapamos de la prisión jejeje.

Mientras iba a detenerlos, uno de esos tipos disparo al gyojin en el hombro izquierdo, mientras el otro se giro para dispararme a mi, pero nuestra pelea termino muy rápido. Un montón de gente de la armada nos había rodeado, no podía escapar seguro que entre ellos habría alguno con un rango muy alto y eran demasiados.

Finalmente nos llevaron a una pequeña prisión, me confiscaron las espadas así que poco tenía que hacer para huir y nos encerraron en celdas individuales pero estábamos muy cerca unos de otros. Observe que al gyojin se lo llevaron para atenderle la herida y luego lo devolvieron a la celda.

De repente escuchaba a los dos cazadores protestar con bastante miedo, me demostraban que no eran mas que unos cobardes que se dedicaban a atacar cuando podían y luego huir.

- ¿Queréis callaros? ¡estoy intentando dormir un poco! -les dije a aquellos cazadores.
- ¿Como puedes estar tan tranquilo? estos tíos nos van a vender de esclavos. -dijeron aquellos tipos casi llorando.
- A mi no me van a vender, si no consigo huir por mi cuenta mis compañeros vendrán a buscarme. -dije bastante tranquilo.

De todas formas no me gustaba que me salvarán y ser una carga para los demás así que tenía que buscar la manera para salir de allí y pensé en que tal vez aquel gyojin podría ayudarme ya que como no tenía mis espadas no podía hacer mucho.

- Oye chico gyojin, ¿te gustaría hacer un trato conmigo para huir de aquí? -le dije.

Mientras permanecía acostado en el suelo, pude escuchar las voces de los otros arrestados, un par de ellos lloriqueando y diciendo que serían vendidos como esclavos, mientras que el otro les mandaba a callar y aseguraba que saldría de allí, ya fuese por él mismo o por la ayuda de sus compañeros. Sin duda, a pesar de ser una prisión de mínima seguridad, habría que hacer un plan para escapar de ella, y no me vendría mal un poco de ayuda, pero no quería rebajarme a ese nivel. Mi orgullo como gyojin me lo impediría por el momento, aunque llegado el caso de ser necesario, no dudaría en dejar que alguno de ellos mechase una mano.

Contemplé el lugar, pequeño, algo desordenado y con un marine sentado en su silla, apoyando los pies en su escritorio que se veía cargado de papeleo y una taza junto con las llaves de las celdas. De repente miró a aquellos tres y se levantó, metiendo una de sus manos en el bolsillo y posando un cigarro en su boca con la otra. -Callaos ya, idiotas. Sois un incordio, me revienta tener que vigilar a gente tan pesada.- Dijo tomando una calada para después expulsar el humo. -Solo estaréis unos cuantos días aquí, más os vale portaros bien si no queréis que vuestra condena se alargue.- Añadió antes de sentarse nuevamente.

-Oye chico gyojin, ¿te gustaría hacer un trato conmigo para huir de aquí?- Dijo la voz del tipo que me alertó anteriormente.

-¿Hacer tratos con un humano? ¿Por quién me tomas?- Pregunté yo, haciéndome el duro y rechazando una propuesta que en realidad esperaba. -Aunque ahora que lo dices, quizás precise algo de ayuda, no pienso estar aquí mucho más tiempo.- Continué, intentando que no se notase tanto mi hipocresía. -¿Has pensado en algo?- Dije para finalizar.

Allí estaba yo en mi celda medio dormido, cuando acabe de discutir con los dos tipos aquellos vino un guardia bastante enojado, no le hice caso ya que estaba casi durmiendo. Cuando le propuse al gyojin de aliarse conmigo para salir de allí no parecía estar muy de acuerdo de juntarse con humanos.

- No se que te habrán hecho algunos humanos, pero yo no te he hecho nada y seguro que muchos humanos tampoco te han hecho nada, no deberías odiar a una raza entera. -le dije con un tono de seriedad.

Al final acepto, pero su tono no parecía ser diferente al de antes, me pregunto que si tenía algún plan. La verdad es que el único plan que tenía era para recuperar mis espadas pero una vez las consiguiera podría volver a luchar con ellas y escapar con facilidad además he oído que los gyojins son muy fuertes entre los dos podríamos huir fácilmente.

- Sí, tengo uno. Necesito que finjas que te vuelve a doler el disparo y que necesitas volver a la enfermería, una vez salgas fuera necesito que recuperes mis dos espadas y las traigas, una vez las recupere podremos salir de aquí sin problema alguno. ¿Aceptas? -le explique el plan al gyojin.

El tipo dijo algo curioso, que a su vez, era un razonamiento estúpido. Todos, absolutamente todos los humanos merecían mi rencor, nadie se salvaba, el simple hecho de haber nacido como tal les hacía culpables de mi ira. Tras esto, me expuso lo que él había pensado, y la verdad, no era una mala idea. podría aprovecharme de la herida para llamar la atención y que me dejaran salir de la celda, una vez fuera, podría deshacerme de aquel carcelero. Me senté en el suelo de nuevo y me agarré el hombro. -¡Aaaahhhh! ¡Maldita sea!- Exclamaba yo, esperando que aquel idiota cayese en nuestra trampa. -¿Qué te pasa estúpido pez?- Dijo el carcelero con aires de grandeza y bastante molesto. -Me duele demasiado el hombro, necesito que me den alguna anestesia o algo.- Sugerí, exagerando el dolor que sentía. Aceptó a regañadientes, agarró las llaves y unas esposas y se dirigió a mí. Abrió la puerta y me hizo salir fuera, poco después me quiso poner las esposas, por lo que yo puse las manos en la espalda, para que no sospechase y en el momento que lo intentó, le mordí en el cuello.

-Por cierto, no soy un pez, soy una orca.- Dije limpiándome la sangre de la boca, y viendo como el cuerpo de aquel hombre se desplomaba.

Dejé a aquel hombre apoyado en la pared de mi celda y cerré la puerta con las llaves que le arrebaté. Tras esto cogí las espadas de aquel tipo, que yacían apoyadas en un rincón del edificio y se las pasé. Seguidamente abrí su celda. Después de todo, a pesar de ser un humano, me alertó cuando me dispararon y indirectamente me ayudó a escapar. -Te ayudo porque no quiero deberte nada, que quede claro.- Dije justo antes de mirar a mi agresor y a su amigo. -Vosotros podéis pudriros ahí, no merecéis que os saque.- Añadí mirándoles fríamente.

Aquel guardia acabo creyendo el teatro de mi aliado gyojin, cuando le abrió la celda escuche un grito de dolor por parte del guardia, seguro que el gyojin se lo había cargado, al poco vino, me dio mis espadas y abrió mi celda. Me dijo que no quería deberme nada y por eso me ayudaba.

- No me debes nada, te intente ayudar como hubiera hecho cualquiera. -dije sonriendo.

Mientras seguíamos buscando la forma de salir de allí aparecieron más guardias, esta vez eran solo cinco, además estaban muy cerca unos de los otros, podría atacarles a todos con un solo ataque utilizando los poderes de la fruta del diablo, me puse una de mis espadas en la boca y use mi transformación animal. Me prepare para usar mi técnica de una espada "Colmillos de tigre" esta técnica consistía en aprovechar la velocidad de mi transformación para atacar a los enemigos a gran velocidad. No me costó nada abrirnos paso los cinco guardias cayeron rápidos.

- Tenemos que darnos prisa antes de que venga alguno de un rango alto. -le dije mientras guardaba mi espada.

Por lo visto nuestra revuelta y probablemente el grito del carcelero, no tardó en alertar a unos cuantos guardias, unos cinco para ser más exactos, a los cuales venció el espadachín con gran facilidad, haciendo gala de una fruta del diablo del tipo zoan, pues no había otra explicación para que adoptara una forma de animal como lo hizo, aunque quizás lo más sorprendente fue que era capaz de agarrar con la boca la espada y hacer una técnica que consiguió derribar a todos los presentes en nuestra contra. -Vaya, no ha estado mal.- Mencioné mientras seguíamos buscando la forma más rápida de huida.

Aseguró que debíamos darnos prisa, pues podrían venir más y la cosa se complicaría, así que aceleramos el paso y salimos de aquel edificio lo antes que pudimos. Ya solo nos faltaba ocultarnos por si llegaban refuerzos, según cuantos fueran no podríamos enfrentarnos a todos. Sinceramente, todo había sido muy extraño. Había venido a matar un humano y acabé en prisión y aceptando a la vez que dando ayuda a alguien de dicha raza. Mi rencor hacia ellos podía llegar a ser muy fuerte, pero no por ello era idiota. Si podía aprovecharme lo haría.

-Usuario de una akuma no mi por lo visto.- Dije una vez a salvo y dejando mis pensamientos a un lado para intentar entablar una conversación con mi nuevo compañero.

Conseguimos salir de aquel edificio, ya parecía que estábamos a salvo al menos por ahora, me preocupaba que pudieran venir altos cargos de la armada, no quería que descubrieran a mis camaradas y les atacarán por mi culpa. El chico gyojin hablo sobre mi fruta, aunque tuviera pensamientos negativos contra los humanos estaba empezando a caerme bien, tal vez comprendiera que no todos los humanos somos iguales aunque el era libre de tener los pensamientos que quisiera.

- Así es, gracias a mi habilidad con la espada y el poder de la fruta he conseguido realizar técnicas increíbles. -dije sonriendo a aquel gyojin.

Mientras teníamos aquella conversación miramos a nuestro alrededor para estar alerta y evitar otra emboscada. También intentamos averiguar donde estábamos ya que seguramente nos habían cambiado de isla, pero a fin de cuentas a mi me daba un poco igual tarde o temprano volvería a desorientarme.

- Por cierto mi nombre es Løuis Toby, ¿como te llamas? -le pregunte amablemente al gyojin.

Se presentó y espero el mismo trato por mi parte, preguntando mi nombre. No me gustaba congeniar con ellos, ni si quiera sabía porque seguía allí, hablando con él. En cierto modo, no sentía lo mismo de siempre, y eso me ponía nervioso. No quería cogerles afecto, me daba igual si había humanos humildes, buenos, humanos que jamás harían aquello que otros hicieron. Su mero nacimiento era una burla hacia el mundo. Debía destruirlos, pero aún no era el momento...

-Yo soy Kaiser, y como puedes ver, soy un gyojin. Un gyojin orca, algo bastante extraño entre los de mi raza, pues a diferencia de muchos, carezco de branquias y otras diferencias debido a ser mamífero y no medio pez.- Explicaba yo, esperando que le sirviera de respuesta.

Casi había olvidado el motivo por el cual estaba aquí. Seguramente aquel noble mundial ya habría pasado o quizás no, no estaba al tanto del tiempo que había transcurrido y no sabía cuanto tardaría en llegar aquel tipo ni lo que mantendría su estancia en el lugar. Tras esto pensé que él podría decirme algo acerca de esas personas.

-Dime Løuis... ¿Quiénes son los tenryuubito? ¿Por qué son tan temidos e importantes? ¿Por qué nadie les planta cara?- Cuestionaba yo, con un bombardeo de preguntas sin saber si quiera si el pelinaranja podría contestarlas. Había demasiadas cosas que aún desconocida, y la ignorancia no era ningún bien para mí. Toda información podría ayudarme en un futuro.

Su nombre era Kaiser, me explicó que era un gyojin orca, decía que era extraño en su especie ya que no tenía branquias como el resto de los de su especie. La verdad es que me extrañaba bastante ya que dicen que la tierra natal de los gyojins, de los tritones y de las sirenas es una isla sumergida en el fondo del mar, me preguntaba como era capaz de haber vivido allí abajo.

Tras habernos presentado me preguntó acerca de los nobles mundiales, la verdad es que yo no sabía nada esperaba saberlo cuando viera uno, yo tenía la misma curiosidad que el.

- No se nada sobre ellos, esperaba averiguarlo cuando estaba viendo aquel desfile. Tal vez tengan alguna habilidad muy peligrosa, o tengan un titulo alto como pasaba en las tierras de las que yo vengan. -le explique bastante dudoso.

A decir verdad solo había una forma de saberlo y era encontrar uno, era una idea muy arriesgada ya que eran tan importantes, pero solo así resolveríamos nuestra duda.

- Oye Kaiser, busquemos uno, solo así podremos saber quienes son esos tipos. -le propuse sonriendo.

Por lo visto ambos estábamos en las mismas, él sabía tan poco como yo acerca de aquellas personas, cosa por la cual no pude aclarar mis dudas y continué algo confuso. Seguidamente, propuso algo interesante. Buscar a uno de ellos para sacar información. De nuevo estaría como al principio, pero esta vez sin unos datos exactos de donde encontrar a dicho a sujeto ni si aún había alguno por el archipiélago.

-Está bien, hagámoslo, no tengo nada mejor que hacer y supongo que no perdemos nada por intentarlo.- Dije mirando hacia los al rededores. -Eso sí, tendremos que ir con algo de cuidado. Dudo que la gente nos reconozca por lo que ha pasado, seguramente ya ni se acuerden de nosotros, pero más vale prevenir que curar.- Añadí frotándome la barba.

Tras decir esto, y de forma incoherente, agarré a un hombre que pasaba por allí cerca, le miré fríamente y le pregunté por el noble mundial. Esperando que pudiese decirme algo de mi agrado, mas lo único que salía de su boca eran súplicas y afirmaciones de que no tenía ni idea, solo sabía que iba a pasar uno por la isla 6 pero que seguramente ya no estaba por allí. -Maldita sea...- Murmuré mientras lo soltaba. -Nunca nos has visto.- Añadí, apuntándole con el dedo en el pecho.

-Ahora que lo pienso... Creo que eso no ha sido muy precavido por mi parte... Bah, no pasa nada.- Dije pasando mi mano por mi nuca y esbozando una sonrisa para esconder mi fallo.

Kaiser acabo aceptando mi propuesta, la verdad es que parecía que tenía las mismas ganas que yo para ver a uno de esos nobles mundiales. Pero mientras íbamos a empezar nuestra búsqueda Kaiser hizo algo que no me gusto, asusto a un hombre inocente que parecía que se le iba a salir el corazón por la boca del miedo que tenía.

- ¡Oye! déjalo tranquilo, no deberías hablarle así a la gente. Además el no tiene porque saber nada sobre esos nobles mundiales. -le dije seriamente.

Tras haber dicho esto vi un periódico en el suelo, mire por encima los titulares y uno me llamó la atención ponía algo sobre una subasta de humanos. Me agache y recogí aquel periódico para leer la noticia. Entonces me puse a leer haber de que se trataba. "Mañana a las 6 de la tarde dará inicio la subasta de humanos, de momento el producto estrella se trata de un gigante como precio de 50.000.000 berries. Esperamos a nuestros queridos nobles mundiales y a todos aquellos ricos..." Tras haber leído esto mire la fecha y este periódico era de ayer, lo que significa que hoy era la subasta.

- Kaiser, lee esto, tal vez podamos encontrar aquí a los nobles mundiales. -le dije mientras alargaba el brazo para darle el periódico.

A Løuis no le pareció correcta mi actitud, mas poco me importaba, solo me interesaba encontrar a nuestro objetivo. Poco después, él cogió un periódico y lo miró algo sorprendido, no tardó en pasármelo. En este salía información acerca de una subasta un tanto peculiar. Una de aquellas subastas sin escrúpulos donde vendían cualquier cosa, y sobre todo, seres vivos, tales como humanos, gigantes, y lo que más me ponía enfermo, gyojins, tritones y sirenas. Como si tuvieran algún derecho de comerciar con nuestra raza como moneda de cambio. -Miserables...- Susurré yo, arrugando el periódico y lanzándolo seguidamente al suelo.

-Cómo pueden tener tanto morro... Es imperdonable que hagan algo así. No merecen otra cosa que no sea su muerte, si pudiera les arrancaría la piel a tiras.- Decía yo, bastante cabreado y mirando hacia la dirección  que teníamos que tomar. -Vamos, no tenemos tiempo que perder, tenemos que detener ese evento de alguna forma.- Dije a punto de ponerme en marcha cuando una voz desconocida nos advirtió del peligro.

-¿Pretendéis enfrentar a todo el gobierno mundial?- Preguntó un anciano, bastante menudo y con ropajes andrajosos. Tapaba su cabello con un gorro de lana y mostraba una gran barba. Este estaba sentado sobre una gran roca, hablando con gran seriedad.

-No sé quienes sois, ni tengo ninguna intención de ayudaros, pero si puedo advertiros que lo que pensáis hacer es una locura. Por ese periódico puedo deducir que algún tenryuubito irá a la casa de subastas, eso sí... Tocar, tan solo tocar a uno de esos hombres, será una condena que os llevará de cabeza al infierno. Los mismísimos almirantes os perseguirán hasta daros caza, y su poder es terrible. Espero que seáis conscientes de ello, o tengáis el poder suficiente como para plantarles cara, de lo contrario, no aparezcáis por ese lugar.- Sugirió el hombre. -Os lo digo por experiencia.-  Finalizó con una sonrisa y desapareció. Fue bastante extraño, pero a la vez, era algo que te hacía pensar.

Kaiser parecía enfurecido con aquella noticia, era normal a mi también me molestaba que se hicieran esas cosas. De repente un anciano misterioso apareció y nos explico las condiciones que tendríamos si atacamos a un Noble Mundial.

- Por eso nadie se atreve a tocarlos, todo el Gobierno se pone en tu contra. No sé porqué serán tan importantes unos tipos tan malvados que se dedican a comprar humanos. -dije reflexionando.

Me puse a pensar en que debería hacer, si le hago algo a esos tipos el Gobierno me atacaría pero lo que verdaderamente me preocupaba era que le atacara a mis compañeros. No me decidía que hacer, así que mire a Kaiser, depende de su decisión seguiría o no.

- ¿Que vas a hacer? ¿Iras a ver a ese Noble Mundial? -le pregunte para ver cual iba a ser su decisión.

Cuando pregunté a Kaiser me dijo que iría a la subasta para echar un vistazo pero no atacaría a ninguno de esos tipos, yo no tenía ninguna idea de atacarles si ellos no me hacían nada pero si quería ir a verlos. Pero además de esto Kaiser me dijo en su respuesta algo que me sorprendió, dijo que para que no huyéramos el gobierno destruiría la isla con todos los civiles. Tal vez no fuera tan cruel con los humanos después de todo le preocupaban los civiles, pero aún así solo sonreí y no le dije nada de eso por si se ofendía.

- Esta bien, vayamos a la subasta. -dije bastante contento por ir allí aunque no fuera muy recomendable.

Entonces nos pusimos a caminar a buscar la casa de subastas no sabía donde estaba pero había memorizado como era el edificio con la foto del periódico. Teníamos que llamar la atención lo menos posible ya que si algún cazador ve a Kaiser nos volverían a atacar.

- Creo que debe ser ese sitio. -dije señalando un edificio muy parecido al que salía en la foto del periódico.

Mi compañero esbozó una sonrisa y dio su visto bueno a hacer una visita de reconocimiento en la casa de subastas, así que sin más demora, nos pusimos en marcha, sin tener ni idea de como llegar allí, pero con una foto en la mente de como era el edificio gracias a aquel periódico que vimos. Y no tardamos mucho en dar con él. El espadachín lo reconoció a lo lejos y yo asentí con la cabeza, confirmando que era aquel el lugar donde se llevaría a cabo el evento tan "especial".

-Sí, tiene que serlo, es igual a como se veía en el periódico, y se escucha bastante alboroto.- Comenté, confirmando las sospechas de Louis.

Esperando que él hiciese lo mismo, reanudé la marcha para llegar lo antes posible a la casa de subastas. Al fin podría ver con mis propios ojos las atrocidades que podían presenciarse en un lugar como ese. Que en cierto modo, me echaba un poco para atrás, pues no quería tomar ninguna reacción violenta ni dejarme llevar por la ira. Estaba claro que un atentado contra esa gente podría significar el fin de mis días. Mas ya no podía retroceder, solo podía ir hacia adelante.

-¿Entramos?- Pregunté. Era extraño que yo pidiera la opinión a un humano, pero en cierto modo en ese instante eramos casi como un equipo.

Cuando llegamos allí Kaiser me preguntó que si íbamos a entrar, una pregunta que iba a tardar en responder ya que tenía que reflexionar. Me di cuenta que los gyojins se vendían a un alto precio, no podíamos entrar así como así intentarían coger a Kaiser y venderlo. Así que tuve una idea para poder entrar.

- Vamos a entrar, pero tenemos que hacer un poco de teatro. Fingiremos que soy un cazador y tu mi presa, de ese modo podemos entrar llamando la atención lo menos posible, es arriesgado pero no hay otra opción para entrar. -le explique mi plan a Kaiser.

No estaba seguro de que quisiera hacer eso, tal vez podía afectarle a su orgullo aunque no fuera nada más que un engaño para poder entrar de la forma más segura.

- Bueno compañero, ¿aceptas? -le dije sonriendo.

Entonces tenía que pensar que si aceptaba tenía que ser muy habilidoso para que no se fuera todo a piqué dentro de esa maldita casa de subastas.

Tenía razón en que mi entrada era peligrosa. Estaba claro que los gyojin no eramos bien recibidos en aquellos lugares, o al menos no sin cadenas y con un precio sobre la frente. Si entraba sin más, seguramente me atacarían y me venderían como esclavo, a no ser que me hubiera quitado la vida antes de intentarlo. Por ello, él propuso un plan, pero no me hizo ni pizca de gracia. Quizás su intención fuera buena, pero tampoco lo sabía seguro. Nos acabábamos de conocer prácticamente y además era un humano. ¿Qué pasaba si accedía y luego era él mismo quien me entregaba a los nobles mundiales. No podía correr esa suerte. No me pondría en manos de uno de ellos.

-Lo siento, por mucho que hayamos escapado juntos y que no aparentes ser como todos los demás, no puedo confiar en ti. Son demasiados años como para que por unas horas pierda un rencor que tengo desde niño, y no voy a entrar a ese lugar si tengo que hacerlo como esclavo, aunque sea un simple engaño. Nuestra camino se separa aquí. Es hora de que me vaya. Por ahora no puedo cumplir el objetivo que me marqué al venir al Archipiélago Shabaody, no puedo estar perdiendo más el tiempo.- Dije, dando media vuelta y dirigiéndome al mar.

Sin duda era el plan lo que no me convenció y me dio el motivo para largarme, pero no fue el único motivo que me llevó a hacerlo. No podía ni quería tener esa clase de sentimientos que estaba empezando a sentir con aquella persona. Cada vez que recordaba el motivo por el que odiaba a los humanos, me daban ganas de girarme y arrancarle la cabeza, pero no lo hice. Tenía que salir de allí, debía permanecer lejos de aquella raza y acercarme a ella solo para aniquilara.

Empecé a correr y en el momento que estuve cerca del agua, me lancé de cabeza y me sumergí en esta, buceando a gran velocidad para irme lejos lo más rápido posible.


Off: Aquí se acaba este rol, espero que lo hayas disfrutado tanto como yo y podamos hacer alguno más. Tal y como es mi personaje y queriendo llevarlo de ese modo, tengo que actuar de esta forma, dudo que Kaiser cambie de parecer, y si lo hace, será de aquí a mucho tiempo, espero que no te moleste.