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Drake había salido del barco de su señor Derian a investigar. Su primer destino fue aquella isla que diviso desde el bote. Vio aquella gran zona elevada y subiendo hasta las alturas. La curiosidad que sentía por saber lo que allí había era enorme. No pudo contenerse y empezó a remar rápidamente al sitio. Llevaba su ropa de siempre. Su camiseta de tirantes negra acompañado de su pantalón largo negro y su cinturón. Y claro está, colgando de su cinturón aquellos guanteletes de acero que portaba consigo. Al igual que su collar negro con la perla roja en medio de este. Sonreía ampliamente emocionado por investigar aquello. Viajaba solo por lo que se veía y remaba con los dos remos que sostenía con mucha facilidad. Esto era posible debido a su poderoso cuerpo. El chico ya cada vez estaba más cerca de su destino. No tenía ni idea de lo que podía haber en esa isla ni de cómo treparía. Ni siquiera había escuchado relatos ni rumores acerca de ella. Tal vez los habrían relatado en su presencia, pero era tan despistado que seguro estaba en su mundo en ese momento de seriedad. Cuando el bote empezó a ser embestido por las olas hacia la orilla por la corriente suspiro. Dejó de remar sabiendo que el agua haría el resto y lo conduciría a tierra firme donde empezaría su aventura. Deslizo los dedos por los bordes hasta tocar el agua marina con estos y notar su frescor.
- Si! Ya estoy llegando!
En el rompeolas una de las grandes dio con fuerza en el bote y lo arrojo a él y a su transporte contra la arena empapándolos. Este una vez cayó se quedo boca arriba y empezó a reír sonriente. Era muy serio y bastante egocéntrico, pero como se pudo ver eso era solo cuando había algún desconocido. Si se le conocía bien, era una gran persona y un buen amigo. Observo el cielo unos segundos y bostezo un poco abriendo su boca dejando salir el bostezo para después quedarse pensativo sobre la arena. No sabía bien lo que hacer. Si ir ya a investigar o esperar a la noche y dormir un poco pues le entro un poco de sueño. La isla parecía grande y él no tenía ni idea de lo que podía haber por lo que dormirse ahora sería un suicidio. Lo que sí hizo fue levantarse a toda prisa y recoger el bote. Tiro de él con fuerza y lo arrastro por la arena con gran esfuerzo hasta un árbol. Allí con una cuerda que venía en el vehículo ato su embarcación allí. El nudo le salió fatal, lo apretó genial pero después las pasaría canutas para desapretarlo. Realmente con las manos para las cosas delicadas era un animal y nunca mejor dicho. Tras el esfuerzo se dejó caer hacia atrás agotado y respirando un poco mientras cerraba sus ojos. Finalmente espero un par de minutos para abrirlos. En ese intervalo se relajo un poco escuchando el ruido del mar y la brisa de la playa.
- Que sensación tan agradable…
Dijo sonriente observando el cielo y a las gaviotas pasar por este. Finalmente observo la zona de la vegetación y la inmensa torre y decidió investigarla en ese momento. Se veía decidido y con motivación. Algo que no le faltaba nunca a este chico para las misiones como investigar o luchar. Estas misiones cuando no se las asignaba Derian se las asignaba así mismo. Así incrementando su entrenamiento y mejorando todo lo posible. Se preguntaba si en esta ocasión tendría que usar su habilidad, esperaba que no pues quería aprender a valerse sin tener que utilizarla. Él veía ese poder como un Don y era algo que debía usar en situaciones críticas o de necesidad. Con una sonrisa en su rostro cogió un poco de aire y lo soltó muy lentamente para dar un par de pasos adelante.
- Si! Ya estoy llegando!
En el rompeolas una de las grandes dio con fuerza en el bote y lo arrojo a él y a su transporte contra la arena empapándolos. Este una vez cayó se quedo boca arriba y empezó a reír sonriente. Era muy serio y bastante egocéntrico, pero como se pudo ver eso era solo cuando había algún desconocido. Si se le conocía bien, era una gran persona y un buen amigo. Observo el cielo unos segundos y bostezo un poco abriendo su boca dejando salir el bostezo para después quedarse pensativo sobre la arena. No sabía bien lo que hacer. Si ir ya a investigar o esperar a la noche y dormir un poco pues le entro un poco de sueño. La isla parecía grande y él no tenía ni idea de lo que podía haber por lo que dormirse ahora sería un suicidio. Lo que sí hizo fue levantarse a toda prisa y recoger el bote. Tiro de él con fuerza y lo arrastro por la arena con gran esfuerzo hasta un árbol. Allí con una cuerda que venía en el vehículo ato su embarcación allí. El nudo le salió fatal, lo apretó genial pero después las pasaría canutas para desapretarlo. Realmente con las manos para las cosas delicadas era un animal y nunca mejor dicho. Tras el esfuerzo se dejó caer hacia atrás agotado y respirando un poco mientras cerraba sus ojos. Finalmente espero un par de minutos para abrirlos. En ese intervalo se relajo un poco escuchando el ruido del mar y la brisa de la playa.
- Que sensación tan agradable…
Dijo sonriente observando el cielo y a las gaviotas pasar por este. Finalmente observo la zona de la vegetación y la inmensa torre y decidió investigarla en ese momento. Se veía decidido y con motivación. Algo que no le faltaba nunca a este chico para las misiones como investigar o luchar. Estas misiones cuando no se las asignaba Derian se las asignaba así mismo. Así incrementando su entrenamiento y mejorando todo lo posible. Se preguntaba si en esta ocasión tendría que usar su habilidad, esperaba que no pues quería aprender a valerse sin tener que utilizarla. Él veía ese poder como un Don y era algo que debía usar en situaciones críticas o de necesidad. Con una sonrisa en su rostro cogió un poco de aire y lo soltó muy lentamente para dar un par de pasos adelante.
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Llevaba días sin ver a mis cazadores. Los había despistado y me habían perdido. Si lo había hecho bien no me encontrarían. Aunque no debía cantar victoria tan pronto. Pudiera ser que me atacaran cuando menos me lo esperaba. Siempre ocurría lo mismo. Por si acaso di un par de vueltas por una zona de un kilómetro a la redonda y me aseguré de que no había nadie que pudiera seguirme. Estaba solo. No tenía rumbo ni sabía donde estaba. Era cuestión de que el mar decidiera a dónde llevarme.
La marea me empujaba. Pude haber nadado, pero preferí dejarme llevar un rato. Un pequeño rato. Tras una hora de viaje a donde las olas decidían llevarme me desperté cerca de una isla. Allí podría conseguir algo para comer. Di unas patadas con fuerza en el agua y me impulsé hacia tierra. No tarde mucho en llegar. Trepé unas rocas que sobresalían y visualicé el terreno. Una imponente forma se alzaba bastante alta. Si no fuera por el increíble tamaño habría dicho que era un árbol. No recordaba haber visto nada semejante en toda mi vida.
-Vaya, es un sitio bastante pintoresco. Veamos que hay pro aquí- Dije para mí.
No esperaba hallar tesoros ni civilizaciones antiguas. No creí ni si quiera que hubiera civilizaciones actuales. Pero, quién sabe, esta isla podía depararme más de una sorpresa. Anduve unos pasos contemplando todo a mi alrededor y observé una sombra bastante imponente en el suelo. Al mirar arriba descubrí que aquello que la producía era aún más imponente. Una enorme ave surcaba el cielo como dueña de él. Me escondí en la maleza antes de que me viera. Podría acabar con ella de un espadazo, pero prefería no arriesgarme por el momento.
Antes debía llenar el estómago. No era mi fuerte luchar con hambre. Encontré unas frutas en un arbusto cercano, pero el olor y la apariencia no me gustaron nada. Estuve a punto de lanzarme al mar para pescar algo. Pero esperé a ver si encontraba algo más. Acababa de salir del agua y me estaba secando. No era plan de volverme a remojar Me adentré un poco más en la isla. Era bastante pequeña, pero seguro que habría algún animal que pudiera cazar. Y si no había suerte también podría trepar aquel árbol para conseguir algo.
La marea me empujaba. Pude haber nadado, pero preferí dejarme llevar un rato. Un pequeño rato. Tras una hora de viaje a donde las olas decidían llevarme me desperté cerca de una isla. Allí podría conseguir algo para comer. Di unas patadas con fuerza en el agua y me impulsé hacia tierra. No tarde mucho en llegar. Trepé unas rocas que sobresalían y visualicé el terreno. Una imponente forma se alzaba bastante alta. Si no fuera por el increíble tamaño habría dicho que era un árbol. No recordaba haber visto nada semejante en toda mi vida.
-Vaya, es un sitio bastante pintoresco. Veamos que hay pro aquí- Dije para mí.
No esperaba hallar tesoros ni civilizaciones antiguas. No creí ni si quiera que hubiera civilizaciones actuales. Pero, quién sabe, esta isla podía depararme más de una sorpresa. Anduve unos pasos contemplando todo a mi alrededor y observé una sombra bastante imponente en el suelo. Al mirar arriba descubrí que aquello que la producía era aún más imponente. Una enorme ave surcaba el cielo como dueña de él. Me escondí en la maleza antes de que me viera. Podría acabar con ella de un espadazo, pero prefería no arriesgarme por el momento.
Antes debía llenar el estómago. No era mi fuerte luchar con hambre. Encontré unas frutas en un arbusto cercano, pero el olor y la apariencia no me gustaron nada. Estuve a punto de lanzarme al mar para pescar algo. Pero esperé a ver si encontraba algo más. Acababa de salir del agua y me estaba secando. No era plan de volverme a remojar Me adentré un poco más en la isla. Era bastante pequeña, pero seguro que habría algún animal que pudiera cazar. Y si no había suerte también podría trepar aquel árbol para conseguir algo.
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Hoy el día era bastante soleado y no se podían visualizar muchos nubes en el cielo, era un buen día para navegar, pero hoy era bastante extraño este día, de todos los lugares en que debía navegar, quede en el mar del sur, específicamente en una isla desconocida para mí, que no sé muy bien cómo demonios quede atrapado en esta isla, ¿Por qué?, porque en una rutina de visita al south blue en mi embarcación de la marina, un Rey Marino salió de la nada y arraso todo el barco, la verdadera razón de que el barco fue arrasado, era que el grupo de marines que se encontraban a bordo, era totalmente inexpertos y cobardes a la hora de luchar, por lo que al aparecer este Rey Marino, no supieron ni como huir y quedamos atrapado en su juego. AL final del caso todos naufragamos en los botes salvavidas pero gracias al Rey Marino, me separe del grupo y naufrague en solitario por todo un día hasta que por milagro visualice una isla cercana, no dude un momento y comencé a navegar con los remos hasta llegar a esta misma.
…Diablos…Por culpa de estos vagos he llegado hasta aquí… tendré que encontrarme con el pueblo más cercano. Bajándome del pequeño bote y atándolo fuertemente para que no se escapara por la marea, llegue finalmente a esta rara isla, que tenía un denso bosque y una gran árbol que se podía visualizar muy lejos de donde estaba, pero parecía ser el centro de la isla, por lo que hay debería ser mi objetivo , posiblemente se encuentre ahí el pueblo más cercano, pero tenía la ligera idea ( aunque fuera negativo y deseaba que no fuera verdad) que esta isla no estaba habitada por ningún pueblo, se observaba primitiva y simplemente una isla más en este gran mar. Antes de detenerme a pensar en muchas cosas, pude notar como mi cuerpo pedía comida, ya que llevaba desde ayer sin comer algo y gaste muchas fuerzas en navegar hasta esta isla, aunque fuera malo para pescar, había muchos pájaros en esta isla, así que velozmente tome mi katana para tratar de sobrevivir. Tome a Yuki no Sora (Cielo Nevado, mi katana) y la tome con las dos manos, mientras sigilosamente me acerque a varios pájaros que no notaban mi presencia, antes de salir volando. Ittoryu Lai. Flexionando mis rodillas y sosteniendo mi katana en su funda aun, sin desvainarla, di un veloz movimiento hacia el frente, dando un veloz corte que atravesó toda el área recta de mi recorrido. Onigiri. Envaine de nuevo y rápidamente mi katana, observando que aunque la mayoría de los pájaros huyeron ahora, unos 3 quedaron muertos en el suelo por mi veloz corte, así mismo los tome de sus pies y para buscar algo de leña para una fogata.
Colocando las ramas en forma de fogata ,coloque mis manos encima de estas, aumentando mi temperatura a un aproximado de 30°C, comenzando a hacer arder la leña, para luego lograr que encendiera rápidamente, estabilizando de nuevo mi temperatura corporal, esta era la especialidad de mi Akuma no mí, pero ahora que lo pienso, me salve de morir ahogado por el Rey Marino, podría decirse que soy afortunado de haber llegado a la isla con vida y de poder comer algo ahora ero no quería pensar más en mi mala suerte. Posteriormente coloque los pájaros a hacerse mientras descansaban en una roca mirando el cielo rápidamente, el humo subía hasta el cielo, llegando a superar la altura de los diversos árboles que se encontraban, esperaba encontrar algún pueblo, si no tendría que buscar provisiones para lograr encontrarme con el cuartel de este mar lo más rápido que pueda, ya el grupo del cual me separe, deben haber llegado a este muertos del miedo y sin saber de mí. …No sé ni cómo encontrare al cuartel…estoy metido en un aprieto.
…Diablos…Por culpa de estos vagos he llegado hasta aquí… tendré que encontrarme con el pueblo más cercano. Bajándome del pequeño bote y atándolo fuertemente para que no se escapara por la marea, llegue finalmente a esta rara isla, que tenía un denso bosque y una gran árbol que se podía visualizar muy lejos de donde estaba, pero parecía ser el centro de la isla, por lo que hay debería ser mi objetivo , posiblemente se encuentre ahí el pueblo más cercano, pero tenía la ligera idea ( aunque fuera negativo y deseaba que no fuera verdad) que esta isla no estaba habitada por ningún pueblo, se observaba primitiva y simplemente una isla más en este gran mar. Antes de detenerme a pensar en muchas cosas, pude notar como mi cuerpo pedía comida, ya que llevaba desde ayer sin comer algo y gaste muchas fuerzas en navegar hasta esta isla, aunque fuera malo para pescar, había muchos pájaros en esta isla, así que velozmente tome mi katana para tratar de sobrevivir. Tome a Yuki no Sora (Cielo Nevado, mi katana) y la tome con las dos manos, mientras sigilosamente me acerque a varios pájaros que no notaban mi presencia, antes de salir volando. Ittoryu Lai. Flexionando mis rodillas y sosteniendo mi katana en su funda aun, sin desvainarla, di un veloz movimiento hacia el frente, dando un veloz corte que atravesó toda el área recta de mi recorrido. Onigiri. Envaine de nuevo y rápidamente mi katana, observando que aunque la mayoría de los pájaros huyeron ahora, unos 3 quedaron muertos en el suelo por mi veloz corte, así mismo los tome de sus pies y para buscar algo de leña para una fogata.
Colocando las ramas en forma de fogata ,coloque mis manos encima de estas, aumentando mi temperatura a un aproximado de 30°C, comenzando a hacer arder la leña, para luego lograr que encendiera rápidamente, estabilizando de nuevo mi temperatura corporal, esta era la especialidad de mi Akuma no mí, pero ahora que lo pienso, me salve de morir ahogado por el Rey Marino, podría decirse que soy afortunado de haber llegado a la isla con vida y de poder comer algo ahora ero no quería pensar más en mi mala suerte. Posteriormente coloque los pájaros a hacerse mientras descansaban en una roca mirando el cielo rápidamente, el humo subía hasta el cielo, llegando a superar la altura de los diversos árboles que se encontraban, esperaba encontrar algún pueblo, si no tendría que buscar provisiones para lograr encontrarme con el cuartel de este mar lo más rápido que pueda, ya el grupo del cual me separe, deben haber llegado a este muertos del miedo y sin saber de mí. …No sé ni cómo encontrare al cuartel…estoy metido en un aprieto.
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Drake finalmente se adentro en la selva tranquilamente a paso despacio pues no veía la necesidad de correr. Observaba los diferentes sitios de aquella zona, gracias a su habilidad de guardabosques le era más fácil moverse por aquel entorno. La última vez que este comió fue en su barco con los demás hombres de Derian. Eso fue hace unas doce horas por lo que tenía algo de hambre aún. Sus ojos observaron lo que parecía ser una enorme ave. Este se agacho escondiéndose despacio. No le parecía apetitosa ni nada por el estilo tampoco saltaba tan alto como para defenderse de ella. Suspiró observándola irse, un ave gigantesca la cual nunca había visto había pasado por delante de sus narices. Pasó de ella y sonrió de lado caminando tranquilamente adentrándose en la isla aun mucho mas avanzando hacia la enorme zona elevada. Su estomago rugió un poco y se frenó en seco observando la dirección por la que se había ido anteriormente aquella gigantesca ave. Abrió la boca para hablar solo tranquilamente cruzándose ahora de brazos algo más serio que de costumbre al parecer.
- Maldición, si lo llego a saber me arriesgo a cazarla. Grr debo encontrar comida rápido que me muero de hambre, doce horas sin comer es un infierno. Voy a morir como siga así.. no quiero morir aquí! Ahí pájaros muy grandes y me usaran de alpiste!. La culpa la tienen los demás por no prepararme comida para llevar, malditos bastardos perezosos. Siempre pensando en el bien propio. Espero que Derian los arroje al mar en cuanto pueda o se los coma!.
Estaba ahora enojado porque no le había preparado nada de comida para su viaje. Algo un poco ridículo pero él buscando excusas era todo un experto por muy malas que fueran. Deslizo las manos hasta la cintura observando a su alrededor para ver a algún animal que pasara cerca pero no hubo mucha suerte. Continuó caminando tranquilamente cuando al no reconocer olores empezaba a ponerse de los nervios. Su mirada ahora se fijó en un humo que sobresalía por los arboles. Aquello podía atraer a depredadores como aquellas aves. Pero la pregunta que ahora rondaba la cabeza de Drake era clara. ¿Quién había hecho salir ese humo y cómo?. Algo curioso quiso averiguarlo y de forma rápida.
- Parece que por ahí hay humo. Que suicidio pero iré a comprobar. No pierdo nada por intentarlo, además hace tiempo que no corro y quiero echarme una carrerilla
Dijo hablando solo de nuevo para después sonreír de lado y colocarse en el suelo a cuatro patas y sonreír aun más ampliamente. Sus ojos cambiaron a un tono dorado y sus uñas empezaron a crecer. Su nariz se alargó formando un hocico negro y sus orejas se estiraron. Su piel empezó a despellejarse cayendo esta al suelo mientras una cola salía de la parte baja de su espalda. Empezó rápidamente a invadirle una mata de pelo blanca por todo el cuerpo. En pocos segundos la transformación se había completado y un lobo blanco algo más grande que un lobo normal y más corpulento estaba sobre aquella zona. Empezó a olfatear pues era un gran rastreador gracias a su Akuma y ya la había desarrollado un poco. Su olfato detecto varios olores como las de las aves, pero no solo olía a las aves. También detectó el olor de una persona. Rápidamente salió corriendo hacia donde estaba el humo a una velocidad impresionante. Realmente le encantaba sentir el viento en la cara y esa sensación de libertad. El lobo no tardo en llegar al ``campamento`` donde estaba aquel chico. El lobo se quedo observándolo tranquilamente sin malas intenciones. Su apariencia era la de un lobo algo grande por lo que no sabrían que era un humano o tal vez sí. Le daba igual pues ocultarlo o no le era irrelevante
- Maldición, si lo llego a saber me arriesgo a cazarla. Grr debo encontrar comida rápido que me muero de hambre, doce horas sin comer es un infierno. Voy a morir como siga así.. no quiero morir aquí! Ahí pájaros muy grandes y me usaran de alpiste!. La culpa la tienen los demás por no prepararme comida para llevar, malditos bastardos perezosos. Siempre pensando en el bien propio. Espero que Derian los arroje al mar en cuanto pueda o se los coma!.
Estaba ahora enojado porque no le había preparado nada de comida para su viaje. Algo un poco ridículo pero él buscando excusas era todo un experto por muy malas que fueran. Deslizo las manos hasta la cintura observando a su alrededor para ver a algún animal que pasara cerca pero no hubo mucha suerte. Continuó caminando tranquilamente cuando al no reconocer olores empezaba a ponerse de los nervios. Su mirada ahora se fijó en un humo que sobresalía por los arboles. Aquello podía atraer a depredadores como aquellas aves. Pero la pregunta que ahora rondaba la cabeza de Drake era clara. ¿Quién había hecho salir ese humo y cómo?. Algo curioso quiso averiguarlo y de forma rápida.
- Parece que por ahí hay humo. Que suicidio pero iré a comprobar. No pierdo nada por intentarlo, además hace tiempo que no corro y quiero echarme una carrerilla
Dijo hablando solo de nuevo para después sonreír de lado y colocarse en el suelo a cuatro patas y sonreír aun más ampliamente. Sus ojos cambiaron a un tono dorado y sus uñas empezaron a crecer. Su nariz se alargó formando un hocico negro y sus orejas se estiraron. Su piel empezó a despellejarse cayendo esta al suelo mientras una cola salía de la parte baja de su espalda. Empezó rápidamente a invadirle una mata de pelo blanca por todo el cuerpo. En pocos segundos la transformación se había completado y un lobo blanco algo más grande que un lobo normal y más corpulento estaba sobre aquella zona. Empezó a olfatear pues era un gran rastreador gracias a su Akuma y ya la había desarrollado un poco. Su olfato detecto varios olores como las de las aves, pero no solo olía a las aves. También detectó el olor de una persona. Rápidamente salió corriendo hacia donde estaba el humo a una velocidad impresionante. Realmente le encantaba sentir el viento en la cara y esa sensación de libertad. El lobo no tardo en llegar al ``campamento`` donde estaba aquel chico. El lobo se quedo observándolo tranquilamente sin malas intenciones. Su apariencia era la de un lobo algo grande por lo que no sabrían que era un humano o tal vez sí. Le daba igual pues ocultarlo o no le era irrelevante
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Di unas cuantas vueltas a lo que parecía la base del tronco. Tardeé un par de horas y vi unos cuantos animales, pero la mayoría eran demasiado huidizos y escapaban al mínimo ruido. Pero había un buen conjunto de aves algo inalcanzables que no huían debido a la altura en la que estaban. Algo que no era problema para mí. Cuando divisé una bastante gruesa lancé una onda de corte hacia ella. No funcionó, pero corté la rama y cayó un nido lleno de deliciosos huevos.
-Algo es algo, no puedo quejarme...- Dije algo desanimado.
Busqué unas buenas piedras con las que encender una hoguera. Por donde había llegado parecía haber algunas buenas, así que marché hacia allí. Una vez llegue pude ver que había un barco en la lejanía. Quizás se acercaba o se alejaba de la isla. O tan solo estaba de paso hacia otro lugar. Nada que me preocupara. Volví a lo que de verdad me interesaba y seguí buscando rocas con las que iniciar una chispa. Las encontré y me marché de nuevo hacia el lugar de antes.
Aproveché la rama que había cortado y la troceé. La apilé y, con unos cuantos golpes de las piedras, encendí una hoguera. Puse los huevos en una fina losa de piedra para que se frieran. Fue entonces cuando vi otra columna de humo que no era la mía. Malditos cazadores. Seguro que me habían encontrado y habían venido a por mí. Hasta tenían la desfachatez de encender una hoguera para advertirme de su presencia. Aunque podían ser civiles. Peor no iba a esperar para verlo.
-Si pretenden darme caza se van a convertir en mis presas- Dije con seguridad.
Esperé a que los huevos se hicieran y me los comí. Me quemé la garganta, estaban recién hechos y ardiendo. Pero no era problema. Mi impaciencia a la hora de comer me había causado bastantes quemaduras en la garganta, manos y boca. Pero se curaban pronto. Apagué la hoguera y me dirigí hacia la otra columna de humo. Tenía que ir con cuidado y andar tan sigiloso como pudiera. Además debía observar el suelo, podría haber trampas.
-Algo es algo, no puedo quejarme...- Dije algo desanimado.
Busqué unas buenas piedras con las que encender una hoguera. Por donde había llegado parecía haber algunas buenas, así que marché hacia allí. Una vez llegue pude ver que había un barco en la lejanía. Quizás se acercaba o se alejaba de la isla. O tan solo estaba de paso hacia otro lugar. Nada que me preocupara. Volví a lo que de verdad me interesaba y seguí buscando rocas con las que iniciar una chispa. Las encontré y me marché de nuevo hacia el lugar de antes.
Aproveché la rama que había cortado y la troceé. La apilé y, con unos cuantos golpes de las piedras, encendí una hoguera. Puse los huevos en una fina losa de piedra para que se frieran. Fue entonces cuando vi otra columna de humo que no era la mía. Malditos cazadores. Seguro que me habían encontrado y habían venido a por mí. Hasta tenían la desfachatez de encender una hoguera para advertirme de su presencia. Aunque podían ser civiles. Peor no iba a esperar para verlo.
-Si pretenden darme caza se van a convertir en mis presas- Dije con seguridad.
Esperé a que los huevos se hicieran y me los comí. Me quemé la garganta, estaban recién hechos y ardiendo. Pero no era problema. Mi impaciencia a la hora de comer me había causado bastantes quemaduras en la garganta, manos y boca. Pero se curaban pronto. Apagué la hoguera y me dirigí hacia la otra columna de humo. Tenía que ir con cuidado y andar tan sigiloso como pudiera. Además debía observar el suelo, podría haber trampas.
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Ya había pasado un buen rato desde que naufrague en esta isla totalmente desconocida, podía asegurar que había un denso bosque y que lo más probable es que no hubiera ninguna población, de esta manera si deseaba llegar al cuartel debería descansar y prepararme para salir al mar de nuevo, así llegue hasta ahora cocinando unas aves algo grandes, en la fogata que había generado, me recosté de una roca mientras esperaba que se frieran las aves, luego de un ligero momento de descanso escucho unas pasos muy cerca de donde estaba y luego de esto la presencia de alguien, de esta manera me levante desvainando un poco mi katana para estar preparado ante cualquier situación. No estoy solo en esta isla finalmente, así que es mala idea hacer una fogata…
Comencé a buscar por mi vista el lugar de los ruidos, pero me sorprendí mucho que era una bestia la que me había seguido hasta aquí, precisamente era un lobo blanco, quizás tenía hambre y siguió el olor de la comida desde muy lejos, aunque me extrañaba mucho encontrar este animal, en una isla como esta, pero notaba algo diferente en este lobo, de los que anteriormente había visto, el lobo se me quedo mirando por un tiempo sin mostrar intenciones de atacar. ¿Un lobo en esta isla? Luego de ver como el lobo se acerco un poco , me aleje un poco de este, acatando que seguramente tenía hambre. Si lo que tienes es hambre puedes comer lo que quieras. Le coloque en el suelo una rama que tenía una de las aves freídas totalmente, me senté inmediatamente cogiendo otra ave y comencé a comer lentamente, sin perder la vista del lobo, si este intentaba atacarme de todos modos, no dudare en matarlo, pero si era un lobo hambriento, lo mejor era darle algo de comida, con tal bastaba y sobraba para los dos. Si es así , debo apagar el fuego, me levante rápidamente colocando varias rocas en la fogata para que el fuego cesara y dejara de expulsar la estela de humo en el cielo, ya que más animales podrían llegar hasta aquí como el lobo o quizás alguna persona desconocida, de todos modos al final esta isla era desconocida. Después de empezar a comer, observe al lobo si se comería lo que le cedi o me atacaría, de todos modos estaba preparado para todo.
Comencé a buscar por mi vista el lugar de los ruidos, pero me sorprendí mucho que era una bestia la que me había seguido hasta aquí, precisamente era un lobo blanco, quizás tenía hambre y siguió el olor de la comida desde muy lejos, aunque me extrañaba mucho encontrar este animal, en una isla como esta, pero notaba algo diferente en este lobo, de los que anteriormente había visto, el lobo se me quedo mirando por un tiempo sin mostrar intenciones de atacar. ¿Un lobo en esta isla? Luego de ver como el lobo se acerco un poco , me aleje un poco de este, acatando que seguramente tenía hambre. Si lo que tienes es hambre puedes comer lo que quieras. Le coloque en el suelo una rama que tenía una de las aves freídas totalmente, me senté inmediatamente cogiendo otra ave y comencé a comer lentamente, sin perder la vista del lobo, si este intentaba atacarme de todos modos, no dudare en matarlo, pero si era un lobo hambriento, lo mejor era darle algo de comida, con tal bastaba y sobraba para los dos. Si es así , debo apagar el fuego, me levante rápidamente colocando varias rocas en la fogata para que el fuego cesara y dejara de expulsar la estela de humo en el cielo, ya que más animales podrían llegar hasta aquí como el lobo o quizás alguna persona desconocida, de todos modos al final esta isla era desconocida. Después de empezar a comer, observe al lobo si se comería lo que le cedi o me atacaría, de todos modos estaba preparado para todo.
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El lobo observaba al peliblanco con atención. No le había gruñido en ningún momento no darle motivos para desconfiar de él. Al parecer el chico le había dado permiso para comer y le ofreció incluso aquellas aves. El lobo no iba a mostrar su forma humana en esa ocasión por lo que se quedaría todo el rato en su forma de lobo hasta abandonar la isla. Nadie podría darse cuenta de esa forma de que era un usuario de una Akuma Zoan. Sus ojos estaban fijos en las aves fritas. Tenía bastante hambre a decir verdad. Se acercó muy despacio hasta estas y después las estuvo olfateando despacio con cuidado. No creía que el chico le diera algo malo pues no parecía tener esas pintas. En principio no se las hubiera comido ni por asomo, no se fiaba de nadie y solo seguía las órdenes de su señor. Esta vez si gruñió un poco por lo bajo. Las hubiera dejado y se hubiera marchado pero tenía bastante hambre para hacer eso. Se acerco con cuidado a las aves sin quitarle al chico la vista de encima. Una vez llegó hasta la rama que le había dado la cogió entre sus fauces y retrocedió con ella. Se hubiera ido a comérsela a otro lugar donde estar más seguro y comer más tranquilo y despacio pero decidió no esperar ni un segundo más en devorarla. Con cuidado de los huesos empezó a comerse el ave. Mientras observaba de reojo como cortaba las estelas de humo. Cierto se había olvidado de eso. Esas estelas podrían traer a más cosas como lo atrajeron a él como por ejemplo aquellos seres alados tan enormes o quizás a algo peor. Desconocía la isla y no sabía que mas podía haber pero era muy arriesgado, menos mal que este fue listo y empezó a cortar las estelas de humo con precaución. Viendo esto el lobo volvió a lo suyo y siguió comiendo. Una vez hubo comido las pechugas del animal y la parte que no tenia huesos se relamió. Le había gustado bastante el ave. Sabia deliciosa a decir verdad. Ahora su prioridad era saber donde estaba y que era aquella extraña isla alejada de la zona a la que el se dirigiría después de investigarla un poco o quizás de arriba abajo. Aquel chico no se había dado cuenta de que la presencia allí de un lobo ártico era algo extraño ya que estos no podían vivir en climas tan cálidos. O tal vez si se había dado cuenta. Quién sabe, la cuestión ahora era si quedarse allí o empezar a investigar la isla ya. Aquella elevación era su principal objetivo ahora. Debía saber qué es lo que había arriba del todo por curiosidad más bien. Ver aquellas aves le hacía pensar en nidos o algo así pero debía asegurarse antes de abandonar aquella isla. Observó al chico de nuevo y asintió con la cabeza en señal de agradecimiento. Después se acerco un poco olisqueándolo y quedándose con su olor y tranquilizándose.
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Me dirigí hacia la columna de humo tan bien como pude. No era difícil seguir un rastro tan visible. Pero, por desgracia para mí, la columna empezó a desvanecerse poco a poco. El fuego había desaparecido. Seguramente habían levantado campamento o venían a por mí. Lo que no se esperaban era que yo también estuviera de caza. Apresuré el paso hacia el lugar donde creía que había estado la hoguera. Ya no estaba seguro, pero esperaba no equivocarme.
-Se os ha acabado el juego, estoy cansado de vosotros- Dije como si me escucharan.
Empecé a correr sin prestar atención al suelo. Debería haberme fijado por si habían puesto trampas, pero ya me daba igual. Solo quería matar a aquellos bastardos. Entonces sentí una presencia a mi alrededor. Algo me estaba dando caza. No podía ser, seguramente era una encerrona y yo había caído de pleno. Pero debía actuar con cautela y seguí corriendo como si no pasara nada. Si intentaban atacarme pro sorpresa lo llevaban claro. Antes de que me tocaran estarían todos muertos.
El bosque seguía igual desde el principio y el clima era idéntico. Después de todo no era una isla tan extraña. Cuando llegué a la zona donde podría haber estado la hoguera descubrí que me había equivocado, pero debía estar cerca porque, desde donde estaba, podía oler la ceniza y la madera quemada. Empece a seguir el rastro del olor y por fin llegué. Me escondí en unos matojos y vi a una persona con un perro. Era un humano de pequeño tamaño comparado conmigo.
Era extraño ver a un cazador de recompensas solo y acompañado pro un animal. Solían ir en "manada" por su cobardía y para asegurarse matar a criminales poderosos. O era un loco o un tipo muy fuerte. Aunque siempre cabía la posibilidad de que no fuera un caza recompensas. Agarré mi espada con fuerza. Podía matarlo desde aquí antes de que se diera cuenta, pero preferí esperar para saber quién era o qué hacía en esta isla. Quizás no era nadie importante ni tenía nada que ver conmigo.
-Espero no arrepentirme de esto- Dije para mí.
-Se os ha acabado el juego, estoy cansado de vosotros- Dije como si me escucharan.
Empecé a correr sin prestar atención al suelo. Debería haberme fijado por si habían puesto trampas, pero ya me daba igual. Solo quería matar a aquellos bastardos. Entonces sentí una presencia a mi alrededor. Algo me estaba dando caza. No podía ser, seguramente era una encerrona y yo había caído de pleno. Pero debía actuar con cautela y seguí corriendo como si no pasara nada. Si intentaban atacarme pro sorpresa lo llevaban claro. Antes de que me tocaran estarían todos muertos.
El bosque seguía igual desde el principio y el clima era idéntico. Después de todo no era una isla tan extraña. Cuando llegué a la zona donde podría haber estado la hoguera descubrí que me había equivocado, pero debía estar cerca porque, desde donde estaba, podía oler la ceniza y la madera quemada. Empece a seguir el rastro del olor y por fin llegué. Me escondí en unos matojos y vi a una persona con un perro. Era un humano de pequeño tamaño comparado conmigo.
Era extraño ver a un cazador de recompensas solo y acompañado pro un animal. Solían ir en "manada" por su cobardía y para asegurarse matar a criminales poderosos. O era un loco o un tipo muy fuerte. Aunque siempre cabía la posibilidad de que no fuera un caza recompensas. Agarré mi espada con fuerza. Podía matarlo desde aquí antes de que se diera cuenta, pero preferí esperar para saber quién era o qué hacía en esta isla. Quizás no era nadie importante ni tenía nada que ver conmigo.
-Espero no arrepentirme de esto- Dije para mí.
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Después de comer finalmente aquellas aves que había cazado y cocinado, aquel lobo también procedió a comerlas sin pena alguna, como pude acertar no era un lobo cualquiera, pero quizá esperar su reacción primero, ese fue mi plan para comenzar. Después que el acabara de comer, se acercó a mí, al parecer me tomo algo de confianza y me olio seguramente para recordar mi olor más adelante, era una forma común de reconocer entre los animales, con este hecho note que de verdad no era un cualquier animal. No eres un lobo cualquier ¿verdad?, no sabría decirlo a verdad, nunca he visto un lobo como tú. La verdad decir algo inapropiado, podría causar revuelo en esta situación, si era verdad que no era un lobo salvaje, o precisamente si fuera “solo” un lobo, lo podría asustar o ponerse a la defensiva. No diré nada más, seas o no seas un lobo, me da igual. Aunque estaba con aquel lobo en esta extraña situación, sentí la presencia de otro ser, pero este no era de un animal bien sabia, era algo diferente, me sentí en peligro al momento , escucho unos ruidos de los arbustos , muy ligeros la verdad , casi podría decirse que no se escuchó, pero al estar en silencia, fue suficiente para llegar a mis oídos, así que rápidamente desenvaine mi katana que la tenía colgando en mi espalda, aunque esto sorprendiera al lobo y también lo tomara como amenaza, tenía que estar a la defensiva ahora.
…¿Quién es? Dije para mí mismo rápidamente, mientras con mi katana en mi mano derecha y levantada hacia arriba, comencé a mirar por todos lados, la verdad habían bastantes arbustos, y la selva estaba cerca realmente, una emboscada en este caso, sería mortal si no estuviera preparado, pero aun así es peligroso. Parece que no estamos solos lobo… ¡no estoy buscando problemas…pero si te interpones en mi camino, no voy a vacilar! Estas fueron mis últimas palabras, comenzar a observar por todos lados, así que al ver que no salía aquella persona, comencé a caminar levemente hacia los arbustos. En esta isla aparte de animales, pudiera haber personas humanas, posiblemente que vivan a lo salvaje o en una población no civilizada, en tal caso, que me encontrara en semejante isla, la hacía el peor sitio para el cual naufrague.
A pesar de todo no me olvide del lobo, aquel extraño animal que salió de la nada, me era sumamente extraño, más en el ambiente en que nos encontrábamos, y estaba casi seguro que no era un lobo perdido y hambriento, aunque lo podía descartar como un enemigo, no podría bajar la guardia tampoco, de todos modos él no lo ha hecho ni por un segundo, aunque no guardemos malas intenciones
…¿Quién es? Dije para mí mismo rápidamente, mientras con mi katana en mi mano derecha y levantada hacia arriba, comencé a mirar por todos lados, la verdad habían bastantes arbustos, y la selva estaba cerca realmente, una emboscada en este caso, sería mortal si no estuviera preparado, pero aun así es peligroso. Parece que no estamos solos lobo… ¡no estoy buscando problemas…pero si te interpones en mi camino, no voy a vacilar! Estas fueron mis últimas palabras, comenzar a observar por todos lados, así que al ver que no salía aquella persona, comencé a caminar levemente hacia los arbustos. En esta isla aparte de animales, pudiera haber personas humanas, posiblemente que vivan a lo salvaje o en una población no civilizada, en tal caso, que me encontrara en semejante isla, la hacía el peor sitio para el cual naufrague.
A pesar de todo no me olvide del lobo, aquel extraño animal que salió de la nada, me era sumamente extraño, más en el ambiente en que nos encontrábamos, y estaba casi seguro que no era un lobo perdido y hambriento, aunque lo podía descartar como un enemigo, no podría bajar la guardia tampoco, de todos modos él no lo ha hecho ni por un segundo, aunque no guardemos malas intenciones
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Un olor extraño le recorrió el olfato al lobo blanco ahora. Un olor como de pescado. Drake era un gran rastreador gracias a su Akuma y a sus buenos sentidos como la vista, el olfato y el oído. Al escuchar las preguntas de aquel muchacho no le respondió pues no iba a desvelar que era humano. Los lobos no hablaban, al menos los normales por lo que no dijo ni una palabra solo se dedico a escucharle tranquilamente. Tras unos segundos observo como sacaba una katana. No se lo tomó como una amenaza pues el olor a pescado se había acercado. Ya sabía que había alguien bastante cerca de ellos por lo que observo a los matorrales de donde venia el olor.
- Grrr…
Dio un pequeño gruñido observando atento en todo momento cuando de repente se giro mirando a otro lado. Cinco hombres les observaban seriamente. Parecían vestidos con algunas ropas rotas y en malas condiciones. Drake había escuchado sobre los rumores de esa isla. No sabía nada de los pájaros pero si había escuchado algo de los caníbales. Ya había olido mas presencias en la isla pero no había dicho nada. Quizás antes su mayor preocupación era la de comer y no preocuparse por ellos. Dos de ellos corrieron a por el lobo con toda la intención de comérselo seguramente. El lobo blanco sin esperar más saltó a toda velocidad mordiendo el cuello de uno de ellos y apretando para destrozárselo. La sangre surgió de golpe manchando el suelo y manchando algunas de las hojas que allí había. Gotas caían por los dientes del lobo que soltó el cuello de aquel hombre cuando dejó de gritar dando la señal de que su vida había acabado. El segundo hombre venia con una especie de vara con la cual intento golpear al lobo que mordió la vara con sus fauces y la partió de un mordisco. Acto seguido se lanzo sobre él clavando los dientes en su cuello también apretándolo con fuerza y sus garras sobre su pecho. Aquel hombre gritó incluso más que el anterior para después callarse y cerrar los ojos muriendo en el suelo de aquella isla.
Los tres hombres restantes tenían dos de ellos lanzas y el que quedaba no tenía armas. Los miraron con el ceño fruncido caminando despacio hacia ellos. El lobo retrocedió unos pasos rugiendo y olfateando también aquel tipo que olía como una especie de pez pero al cual ahora no prestaba atención debido a los caníbales que les atacaban. Seguramente el peliblanco también estaría alerta.
- Grrr…
Dio un pequeño gruñido observando atento en todo momento cuando de repente se giro mirando a otro lado. Cinco hombres les observaban seriamente. Parecían vestidos con algunas ropas rotas y en malas condiciones. Drake había escuchado sobre los rumores de esa isla. No sabía nada de los pájaros pero si había escuchado algo de los caníbales. Ya había olido mas presencias en la isla pero no había dicho nada. Quizás antes su mayor preocupación era la de comer y no preocuparse por ellos. Dos de ellos corrieron a por el lobo con toda la intención de comérselo seguramente. El lobo blanco sin esperar más saltó a toda velocidad mordiendo el cuello de uno de ellos y apretando para destrozárselo. La sangre surgió de golpe manchando el suelo y manchando algunas de las hojas que allí había. Gotas caían por los dientes del lobo que soltó el cuello de aquel hombre cuando dejó de gritar dando la señal de que su vida había acabado. El segundo hombre venia con una especie de vara con la cual intento golpear al lobo que mordió la vara con sus fauces y la partió de un mordisco. Acto seguido se lanzo sobre él clavando los dientes en su cuello también apretándolo con fuerza y sus garras sobre su pecho. Aquel hombre gritó incluso más que el anterior para después callarse y cerrar los ojos muriendo en el suelo de aquella isla.
Los tres hombres restantes tenían dos de ellos lanzas y el que quedaba no tenía armas. Los miraron con el ceño fruncido caminando despacio hacia ellos. El lobo retrocedió unos pasos rugiendo y olfateando también aquel tipo que olía como una especie de pez pero al cual ahora no prestaba atención debido a los caníbales que les atacaban. Seguramente el peliblanco también estaría alerta.
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Parece que no fui suficientemente silencioso, porque me descubrieron. No sabían exactamente dónde estaba, pero buscaban a mi alrededor. Del lobo no me habría extrañado, pero ese humano era especial si podía haberme detectado así. Mi sigilo dejaba mucho que desear, pero no era tan malo como para que me descubrieran de esta forma. Estuve a punto de salir de mi escondite cuando algo muy extraño ocurrió. El lobo miró hacia otro lado y atacó a otros “humanos” que intentaron matarlo. No solía ayudar a la gente, pero siempre me habían gustado los animales y este estaba en peligro.
-Bueno, habrá que actuar- Dije.
Salí de los matojos y corrí hacia ellos. Con un rápido corte de espada envié una onda cortante que partió en dos a uno de los hombres y me abalancé hacia el otro. Antes de que pudiera darse cuenta lo había atravesado con mi espada. Antes de que pudiera sacarla del cadáver el último humano, desarmado, corrió despavorido huyendo hacia el interior de la isla. Si había más como ellos podríamos estar en problemas, pero no me preocupaba. Ahora me interesaban más el humano y el lobo. Me picaba la curiosidad y quería saber algo sobre ambos. Al menos saber el motivo de su estancia en la isla.
El chico seguía con la katana preparada para luchar. No sería necesario si no me molestaba. Miré al lobo y tenía las fauces ensangrentadas. Había matado a dos de los humanos sin ningún problema. Había visto lobos muy feroces, pero nunca algo así. No era un lobo normal al igual que el humano de pelo blanco. Según lo dicho por él no quería problemas, así que clavé mi espada en el suelo y me senté en un tocón. Podría haber sido algo peligroso e idiota, pero algo me decía que no había nada malo en ellos y que no me harían nada. Aunque si lo intentaban serían los únicos que salieran mal parados.
-Jajajajaja. Eres muy gracioso, chico. Así que no quieres problemas pero… ¿me matarás si me pongo en tu camino? Jajajaja. Eres muy gracioso. Con tu permiso cogeré un poco de carne- Le dije.
Acto seguido cogí un pequeño pedazo de carne del que estaban comiendo y empecé a devorarlo. Tenía un hambre atroz y les había salvado la vida, así que me lo había ganado. Pero tampoco era cuestión de abusar de ello. No era de buena educación comerme toda su comida. Después de acabar con el pequeño pedazo de carne suspiré. Con todo esto había olvidado el hambre que tenía y había disfrutado mucho de la carne que, pro le sabor, debía pertenecer a un ave. Me levanté y miré al chico de nuevo. Parecía tenso, quizás no había visto a uno de mi especie en su vida o simplemente estaba sorprendido.
-Tranquilo, no te haré daño si no te lo ganas. ¿Qué hacéis aquí y qué isla es esta?- Le pregunté.
-Bueno, habrá que actuar- Dije.
Salí de los matojos y corrí hacia ellos. Con un rápido corte de espada envié una onda cortante que partió en dos a uno de los hombres y me abalancé hacia el otro. Antes de que pudiera darse cuenta lo había atravesado con mi espada. Antes de que pudiera sacarla del cadáver el último humano, desarmado, corrió despavorido huyendo hacia el interior de la isla. Si había más como ellos podríamos estar en problemas, pero no me preocupaba. Ahora me interesaban más el humano y el lobo. Me picaba la curiosidad y quería saber algo sobre ambos. Al menos saber el motivo de su estancia en la isla.
El chico seguía con la katana preparada para luchar. No sería necesario si no me molestaba. Miré al lobo y tenía las fauces ensangrentadas. Había matado a dos de los humanos sin ningún problema. Había visto lobos muy feroces, pero nunca algo así. No era un lobo normal al igual que el humano de pelo blanco. Según lo dicho por él no quería problemas, así que clavé mi espada en el suelo y me senté en un tocón. Podría haber sido algo peligroso e idiota, pero algo me decía que no había nada malo en ellos y que no me harían nada. Aunque si lo intentaban serían los únicos que salieran mal parados.
-Jajajajaja. Eres muy gracioso, chico. Así que no quieres problemas pero… ¿me matarás si me pongo en tu camino? Jajajaja. Eres muy gracioso. Con tu permiso cogeré un poco de carne- Le dije.
Acto seguido cogí un pequeño pedazo de carne del que estaban comiendo y empecé a devorarlo. Tenía un hambre atroz y les había salvado la vida, así que me lo había ganado. Pero tampoco era cuestión de abusar de ello. No era de buena educación comerme toda su comida. Después de acabar con el pequeño pedazo de carne suspiré. Con todo esto había olvidado el hambre que tenía y había disfrutado mucho de la carne que, pro le sabor, debía pertenecer a un ave. Me levanté y miré al chico de nuevo. Parecía tenso, quizás no había visto a uno de mi especie en su vida o simplemente estaba sorprendido.
-Tranquilo, no te haré daño si no te lo ganas. ¿Qué hacéis aquí y qué isla es esta?- Le pregunté.
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Después de escuchar los sonidos en los matorrales y que el lobo se colocara alerta a la situación, me dispuse a ponerme en guardia ante un posible ataque, aunque a primera circunstancia algo me sorprendió mucho, no sabía la cantidad de personas nos estaban rodeando, no pude percibir esto, y casi fue un error fatal, ya que atacaron sin previo aviso unos caníbales al parecer, eran hombres con escasas ropas y armas hechas a mano, pero letales en todo caso, el lobo por sus sentidos agudos, pudo percatarse del ataque y el mismo contra ataco a los caníbales, matando rápidamente a dos, cosa que me impresiono mucho, un lobo tan salvaje e inteligente, no era común, era más que obvio que ya el lobo pasaba a otro plano en esta isla. Estaba preparado para defenderme cuando estos se acercaran a mí, pero sin previo aviso la presencia que había percatado, salió de su escondite y se dispuso a luchar al parecer a favor de nosotros, matando con su espada rápidamente a dos caníbales mas
…¿un Gyojin? es la primera vez que veo a uno. Era uno de los famosos Gyojin, al parecer muy fuerte, debido a la facilidad para matar a dos de esos hombres, sin apenas esforzarse, al parecer no tuve que actuar en esta ocasión, pero la situación ahora se complicaba, ya que en esta isla desconocida, aparte de las grandes aves y animales feroces, había también hombres caníbales a primera vista, pero no podíamos sacar información, estos dos los habían aniquilados. ¿Gracioso?...como sea, no te pedimos ayuda. El Gyojin tomo un pedazo de carne que había sobrado y se lo devoro rápidamente, no me interesaba mucho la comida, lo que me preocupaba era ese Gyojin y estos caníbales ahora, pero cuando el pregunto que era esta isla, posiblemente paro en esta isla como yo. ¿Esta isla? No tengo la menor idea, naufrague como pude en esta isla, al parecer no hay habitantes civilizados, y las aves son gigantescas, pero creo que en la torre está en el medio de la isla pueda haber algo, eso es todo lo que se. Posiblemente hable un poco de más, pero era todo lo que podía decir no había nada más que agregar, sobre el lobo bueno, puede que hasta él lo haya notado, no era cualquier lobo. ¿Qué hace un Gyojin en esta isla? Fue lo que le pregunte , después de responder lo que él quería, pero antes de que todo se calmara de nuevo, uno de los caníbales al parecer se había escondido y con una lanza se lanzó atrás de mí, pero me pude percatar de esto a tiempo, dando un medio giro y con mi mano derecha lo tome del rostro para lanzarlo contra el suelo y con mi otra mano quitando su arma, luego de que el forcejeara por poder respirar, coloque mi mano izquierda en la que sostenía al caníbal. Creo que debemos conservar a este con vida. Luego de esto el caníbal comenzó a congelarse rápidamente, desde las piernas hasta sus brazos, su cuerpo estaba totalmente frio y comenzaba a cristalizarse del hielo, un poco, estaba aproximadamente a una temperatura de -20°C. Cuando quedo inmovilizado me levante, se observo en mi mano, un dial congelante, que serviría para esta ocasión. Podríamos darle uso a este caníbal para saber en qué lugar estábamos. Era un plan retorcido pero fiable, usando a este caníbal para interrogarlo, y si no hablaba nuestro dialecto, lo liberaríamos y para seguirlo por el basto bosque, que cualquier otra persona se podría perder o morir en el intento. ¿Y quién eres tu Gyojin?
…¿un Gyojin? es la primera vez que veo a uno. Era uno de los famosos Gyojin, al parecer muy fuerte, debido a la facilidad para matar a dos de esos hombres, sin apenas esforzarse, al parecer no tuve que actuar en esta ocasión, pero la situación ahora se complicaba, ya que en esta isla desconocida, aparte de las grandes aves y animales feroces, había también hombres caníbales a primera vista, pero no podíamos sacar información, estos dos los habían aniquilados. ¿Gracioso?...como sea, no te pedimos ayuda. El Gyojin tomo un pedazo de carne que había sobrado y se lo devoro rápidamente, no me interesaba mucho la comida, lo que me preocupaba era ese Gyojin y estos caníbales ahora, pero cuando el pregunto que era esta isla, posiblemente paro en esta isla como yo. ¿Esta isla? No tengo la menor idea, naufrague como pude en esta isla, al parecer no hay habitantes civilizados, y las aves son gigantescas, pero creo que en la torre está en el medio de la isla pueda haber algo, eso es todo lo que se. Posiblemente hable un poco de más, pero era todo lo que podía decir no había nada más que agregar, sobre el lobo bueno, puede que hasta él lo haya notado, no era cualquier lobo. ¿Qué hace un Gyojin en esta isla? Fue lo que le pregunte , después de responder lo que él quería, pero antes de que todo se calmara de nuevo, uno de los caníbales al parecer se había escondido y con una lanza se lanzó atrás de mí, pero me pude percatar de esto a tiempo, dando un medio giro y con mi mano derecha lo tome del rostro para lanzarlo contra el suelo y con mi otra mano quitando su arma, luego de que el forcejeara por poder respirar, coloque mi mano izquierda en la que sostenía al caníbal. Creo que debemos conservar a este con vida. Luego de esto el caníbal comenzó a congelarse rápidamente, desde las piernas hasta sus brazos, su cuerpo estaba totalmente frio y comenzaba a cristalizarse del hielo, un poco, estaba aproximadamente a una temperatura de -20°C. Cuando quedo inmovilizado me levante, se observo en mi mano, un dial congelante, que serviría para esta ocasión. Podríamos darle uso a este caníbal para saber en qué lugar estábamos. Era un plan retorcido pero fiable, usando a este caníbal para interrogarlo, y si no hablaba nuestro dialecto, lo liberaríamos y para seguirlo por el basto bosque, que cualquier otra persona se podría perder o morir en el intento. ¿Y quién eres tu Gyojin?
- off:
- Disculpa por el retraso, he tenido el tiempo algo reducido y las ganas de postear disminuyen pero posteare ahora bien
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Al parecer él tampoco tenía ni idea sobre esta isla. Según lo que contaba había naufragado y no conocía nada sobre este lugar. Eso no me servía de ayuda. Además usó unos poderes para congelar a otro de los hombres que les habían atacado. Era igual al poder de una de esas famosas frutas del diablo, pero después descubrí que se trataba de un objeto y no de un poder especial. Eso era muy curioso y consiguió llamar mi atención. Antes de que pudiera interesarme más preguntó por mí. No me gustaba que la gente supiera sobre mi vida, pero no era peligroso.
-Me llamo Cánabar. Soy un fugitivo de la ley por matar a una decena de Nobles y a centenares de cazadores que me persiguen. Como puedes ver soy un Gyojin y llegué aquí a nado. Pero tampoco sé nada sobre este lugar- Dije.
Después de decir eso me acerqué al hombre medio congelado. Era una buena idea preguntarle por la isla. ¿Quién mejor que un habitante para hablarnos sobre este lugar?. Parecía aterrado, sus ojos estaban temblando y su rostro reflejaba muecas y gestos de pánico. Seguramente no entendería cómo se había congelado y tendría miedo de perder la vida. Podría explotar ese temor para hacerlo hablar. Si le prometía hacerlo sufrir cantaría como un pajarito. No era la primera vez que hacía algo así. Me acerqué a él. Me arrodillé y puse la hoja de mi espada apoyada en el cuello. Presioné lo justo para que notara lo afilada que estaba.
-¿Sabes? Sería muy fácil separar este enorme cabezón de tu abultado cuerpo. Solo un poco de presión y el peso del arma haría el resto. Me pregunto qué tal quedaría tu cabeza como trofeo... Aunque quizás te perdone la vida si hablas. ¿Dónde estamos y quienes sois?- Le pregunté.
No sabía si me entendería, pero era la mejor opción que teníamos para saber dónde estábamos. A mí no me importaba tanto como seguramente le importaría al chico. Pues, después de todo, yo siempre podía irme nadando hasta la próxima isla mientras que él necesitaría una nave. Aunque me interesaba saber algo más sobre mi paradero. Necesitaba conocer si era un lugar seguro o peligroso. Si la Marina estaba cerca o lejos. Y si los cazadores de recompensas me buscarían aquí. Había demasiadas preguntas por resolver..
-Te aconsejo que respondas rápido. No me caracterizo por ser muy paciente. Si hablas mi idioma habla ya. O no me servirás de nada vivo- Le advertí.
Esta vez presioné algo más y un pequeño reguero de sangre brotó de un corte superficial en su cuello. Lo notó porque tragó saliva asustado, cosa que apretó aún más la carne de su cuello contra el filo de mi acero. Si sabía algo y me entendía tenía que hablar. Alguien tan primitivo como ese hombre no resistiría una tortura psicológica estando su vida en peligro. Estaba seguro de que nos contaría todo lo que sabía. O simplemente no hablaría nuestro idioma y sería otro cadáver más.
-Me llamo Cánabar. Soy un fugitivo de la ley por matar a una decena de Nobles y a centenares de cazadores que me persiguen. Como puedes ver soy un Gyojin y llegué aquí a nado. Pero tampoco sé nada sobre este lugar- Dije.
Después de decir eso me acerqué al hombre medio congelado. Era una buena idea preguntarle por la isla. ¿Quién mejor que un habitante para hablarnos sobre este lugar?. Parecía aterrado, sus ojos estaban temblando y su rostro reflejaba muecas y gestos de pánico. Seguramente no entendería cómo se había congelado y tendría miedo de perder la vida. Podría explotar ese temor para hacerlo hablar. Si le prometía hacerlo sufrir cantaría como un pajarito. No era la primera vez que hacía algo así. Me acerqué a él. Me arrodillé y puse la hoja de mi espada apoyada en el cuello. Presioné lo justo para que notara lo afilada que estaba.
-¿Sabes? Sería muy fácil separar este enorme cabezón de tu abultado cuerpo. Solo un poco de presión y el peso del arma haría el resto. Me pregunto qué tal quedaría tu cabeza como trofeo... Aunque quizás te perdone la vida si hablas. ¿Dónde estamos y quienes sois?- Le pregunté.
No sabía si me entendería, pero era la mejor opción que teníamos para saber dónde estábamos. A mí no me importaba tanto como seguramente le importaría al chico. Pues, después de todo, yo siempre podía irme nadando hasta la próxima isla mientras que él necesitaría una nave. Aunque me interesaba saber algo más sobre mi paradero. Necesitaba conocer si era un lugar seguro o peligroso. Si la Marina estaba cerca o lejos. Y si los cazadores de recompensas me buscarían aquí. Había demasiadas preguntas por resolver..
-Te aconsejo que respondas rápido. No me caracterizo por ser muy paciente. Si hablas mi idioma habla ya. O no me servirás de nada vivo- Le advertí.
Esta vez presioné algo más y un pequeño reguero de sangre brotó de un corte superficial en su cuello. Lo notó porque tragó saliva asustado, cosa que apretó aún más la carne de su cuello contra el filo de mi acero. Si sabía algo y me entendía tenía que hablar. Alguien tan primitivo como ese hombre no resistiría una tortura psicológica estando su vida en peligro. Estaba seguro de que nos contaría todo lo que sabía. O simplemente no hablaría nuestro idioma y sería otro cadáver más.
- Off:
- No te preocupes, todos tenemos falta de tiempo y a todos nos afectan antes o después las pocas ganas de rolear xD
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El lobo pudo observar como un hombre pez parecido a un tiburón salía de los matorrales. De un impresionante movimiento cortante se había cargado a uno de aquellos hombres para después matar a otro de ellos con una habilidad impresionante. Su espada era realmente preciosa, o así le parecía al lobo. Tras eso se sentó como si nada a comer carne tranquilamente. Parecía estar hambriento, lo que le recordó a él mismo hace unos minutos. No fue lo único que pasó, el chico de pelo blanco ahora había atrapado y congelado a otro de aquellos tipos que se escondía. El lobo estaba tan concentrado en el Gyojin que no se dio cuenta del olor del hombre. Tras aquello el hombre tiburón se acercó hasta aquel congelado hombre y empezó a amenazarle con el filo de aquella espada. Ninguno de los dos acompañantes que ahora tenía la bestia blanca sabía nada de la isla. El hombre pez al parecer era buscado por la marina y los cazadores de recompensas. Ese tipo le había caído genial y si pasaba algo no dudaría en ayudarle. Encima había llegado a nado, algo impresionante a fin de cuentas.
Drake decidió seguir en su apariencia de lobo un tiempo más pues no quería mostrar su identidad aun. Seguramente ellos habían notado que no se trataba de un simple lobo normal. Aparte de que un lobo ártico no pintaba nada en una isla como esa. Pero sería difícil que supieran que era un usuario de la fruta del diablo. Sus ojos dorados observaban cada movimiento y palabra de ambos. Finalmente el Gyojin que se hacía llamar Cánabar realizaba un leve corte en el cuello del hombre congelado. El lobo se acerco muy despacio hasta ellos y observó a aquel hombre mirándolo a los ojos. Mostrando sus dientes ensangrentados y gruñendo todo lo alto que podía dejando caer algunas gotas de sangre sobre su rostro y arrugando el hocico a la vez que levantaba su pata y la colocaba sobre su pecho en señal de amenaza. Aquel hombre debía estar muerto de miedo entre las amenazas del hombre tiburón y la mirada del lobo. Aprovechó el animal para olisquearlo y quedarse con su olor. Podría haber muchos más en la isla. Y no solo eso, la duda de aquella enorme torre en el centro de la isla sobre que podía haber allí. Sus pensamientos ahora no solo se desarrollaban en el hombre y la torre. Sino también en aquellas aves enormes y la posibilidad de que podía haber cazadores o marines en la isla. O quizás una guarida revolucionaria. Había tantas posibilidades de que hubiera más de lo que creían, que tenía al lobo un poco nervioso. Pero lo suficiente para que no se lo notaran.
Drake decidió seguir en su apariencia de lobo un tiempo más pues no quería mostrar su identidad aun. Seguramente ellos habían notado que no se trataba de un simple lobo normal. Aparte de que un lobo ártico no pintaba nada en una isla como esa. Pero sería difícil que supieran que era un usuario de la fruta del diablo. Sus ojos dorados observaban cada movimiento y palabra de ambos. Finalmente el Gyojin que se hacía llamar Cánabar realizaba un leve corte en el cuello del hombre congelado. El lobo se acerco muy despacio hasta ellos y observó a aquel hombre mirándolo a los ojos. Mostrando sus dientes ensangrentados y gruñendo todo lo alto que podía dejando caer algunas gotas de sangre sobre su rostro y arrugando el hocico a la vez que levantaba su pata y la colocaba sobre su pecho en señal de amenaza. Aquel hombre debía estar muerto de miedo entre las amenazas del hombre tiburón y la mirada del lobo. Aprovechó el animal para olisquearlo y quedarse con su olor. Podría haber muchos más en la isla. Y no solo eso, la duda de aquella enorme torre en el centro de la isla sobre que podía haber allí. Sus pensamientos ahora no solo se desarrollaban en el hombre y la torre. Sino también en aquellas aves enormes y la posibilidad de que podía haber cazadores o marines en la isla. O quizás una guarida revolucionaria. Había tantas posibilidades de que hubiera más de lo que creían, que tenía al lobo un poco nervioso. Pero lo suficiente para que no se lo notaran.
- Off:
- Me habeis saltado XD. No os habreis dado cuenta jeje no pasa nada ^^
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- Off:
- No me había dado ni cuenta, estaba en mi mundo. Como había pasado tanto tiempo desde el último post he posteado en cuanto he podido si pensarlo. Te pido disculpas. Aunque, en mi defensa, diré que no pensaba que hubiera un orden. Ahora que lo sé lo respetaré :)
El lobo se acercó a mi posición y ayudó a que el ambiente fuera más terrorífico para el "prisionero". Aunque fue demasiado para él. Tras un breve momento en el que el olor a orina llenó el aire, el hombre se desmayó. No le dio tiempo a explicarnos nada sobre lo que le habíamos preguntado. No sería una buena opción por el momento, así que lo dejé tirado en el suelo. Hasta que recobrara la consciencia solo sería un bulto. Seguíamos tal y como al principio y eso no me gustaba nada. Tarde o temprano vendrían más como él, alguno podría contarnos algo. O todos acabarían desmayados.
-¡Buen chico!- Dije al lobo. -Tienes un lobo muy especial. Nunca había visto uno así. Tienes mucha suerte. Yo voy a ir a echar un vistazo a lo alto de ese enorme árbol central. Podéis quedaros aquí con el meón o acompañarme, me da igual. Pero si venís no arméis mucho jaleo. Y no os preocupéis por le gordo, sus compañeros lo encontrarán tarde o temprano- Le dije al peliblanco.
Me levanté y puse mi espada a la espalda. Siempre era placentero sentir el roce fría del acero en mi piel. Me reconfortaba y me otorgaba seguridad. Nada me pasaría mientras pudiera defenderme con mi arma. Desde que era pequeño me enseñaron a luchar y ningún habitante de esta isla, si eran como los últimos, podría poner en peligro mi vida. Y tampoco parecía haber nada interesante aquí. En cuanto descansara un buen rato y estuviera en condiciones me marcharía a seguir mi camino. Pero todavía tenía mucho por ver es este lugar. Sobretodo en ese inmenso árbol.
-Bueno, yo voy tirando ya- Les dije.
Me levanté y comencé a andar. Estaba atento a los matojos, arbustos y árboles en general que había a mi alrededor. Mi punto fuerte no era precisamente la defensa, por lo que debía tener cuidado a las emboscadas. Además estos hombres tenían pinta de cazadores y contaban con la ventaja de conocer el terreno. A no ser que estuvieran en la misma situación que nosotros y fueran náufragos como el chico o hubieran llegado a la isla de casualidad como yo. Había muchas posibilidades, pero sus vestimentas me indicaban que la más correcta sería, con mucha certeza, la primera.
Seguí caminando sin dejar de mirar a mi alrededor. Si hacían un ataque rápido podrían tener ventaja porque yo tenía el arma en la espalda y no en la mano, pero no me pillarían desprevenido. Una sombra enorme cruzó el suelo bajo mis pies y, al mirar hacia arriba pude ver una inmensa ave que surcaba los cielos. Si eran depredadores podríamos estar en problemas, aunque la pinta que tenían no era precisamente de aves rapaces. Aunque el tamaño ya era intimidarte. Quizás su carne estaba buena. Siempre era una opción cazar una de esas.
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EL Gyojin se hacía llamar Canabar y no conto mucho del como era de esperarse. La verdad no me interesaba en absoluto de donde era o quien era, más que todo , quería saber cómo llego a la isla y que sabía de ella, pero al parecer todos estábamos en la misma estúpida situación, perdidos aquí por diversos motivos, pero como fuera el caso teníamos que hacer algo , aparte de darnos el lujo de ver el mar aquí sentados sin hacer nada, por lo cual cuando capture vivo a uno de los caníbales, Canabar con su aspecto intimidante y su gran espada filosa , se la coloco en el cuello del caníbal esperando que este soltara algunas palabras, pero era realmente inútil su intención, realmente el acoso violento no siempre es la mejor idea, las palabras podrían haber resultado más fiables, pero el lobo colaboro con la intención del Gyojin aunque fuera indirectamente, al olerlo y quedársele mirando, como era de esperarse el Caníbal no hablo por el miedo , aunque nunca supimos si él hablaba para empezar nuestro idioma, ya que hicieron que se desmayara sin que obtuviéramos alguna información. Perdí la paciencia y lance uno de los palos que tenía restos del ave anteriormente cocinada. Realmente eres muy impulsivo, ahora que se desmayó, perderemos mucho tiempo si esperamos a que vuelva en sí.
Pero el Gyojin no quería para nada esperar a que despertara y quería probar su suerte, marchándose al bosque, posiblemente se dirigía al centro de la isla, donde se puede observar el gran árbol, así mismo nos avisó que si queríamos lo siguiéramos, la verdad a él le daba igual. Yo realmente no tenía nada que perder acompañándolo, podría ser útil llegar a la cima del árbol para poder buscar una mejor vista y la salida de esta isla. Como sea, si no hay otra opción, te acompañaremos, el lobo no creo que tenga alguna incomodidad, además no es mi lobo, simplemente apareció seguramente por la comida… aunque resulta extraño. Tome mi espada a mi espalda y decidí irme con el Gyojin por este denso bosque.
Ya cuando salimos en la búsqueda, hay dos cosas a tomar en cuenta, la primera es tener cuidado con los caníbales y animales salvajes, ya que los primeros resultan los más peligrosos y seremos su presas fácilmente al tocar su territorio y los animales salvajes se podrían notar nada mas con las grandes aves que surcaban los cielos, tuve suerte en cazar una de menor tamaño y estando poco acompañada y al parecer eran asustadas. Y lo segundo era llegar al centro de la isla como punto crucial, pero el trayecto nos podríamos encontrar con obstáculos, además cuando Canabar revelo que era buscado por cazadores, marines y entre otras cosas, me ponía en una situación complicada, sabiendo la agresividad y precaución del Gyojin. Si sabe que soy marine posiblemente me atacara o me obligara a no seguirle, necesitaba su ayuda para escapar de esta isla y también la del lobo por sus instintos animales. Será complicado esto… Dije en voz baja para mí mismo, luego de que una sombra pasara por encima de nosotros, fijándonos que era un ave gigantesca, hacia más peligroso esta selva interna.
Ahora que mataste a los Caníbales junto al lobo, ellos nos buscaran seguramente, hay que estar el doble de prevenidos, tengo una idea para empezar. Saque una brújula de mi bolsillo y la mira fijamente para concordar que íbamos en dirección Noreste. Si seguimos en esta ruta, es posible que encontremos acantilados, así podríamos observar mejor en donde estamos parados para llegar al medio de la isla. Seguramente este al norte, sería un plan para comenzar. Aunque fuera un plan para empezar, las cosas no creo que salgan tan fáciles como pensábamos.
Pero el Gyojin no quería para nada esperar a que despertara y quería probar su suerte, marchándose al bosque, posiblemente se dirigía al centro de la isla, donde se puede observar el gran árbol, así mismo nos avisó que si queríamos lo siguiéramos, la verdad a él le daba igual. Yo realmente no tenía nada que perder acompañándolo, podría ser útil llegar a la cima del árbol para poder buscar una mejor vista y la salida de esta isla. Como sea, si no hay otra opción, te acompañaremos, el lobo no creo que tenga alguna incomodidad, además no es mi lobo, simplemente apareció seguramente por la comida… aunque resulta extraño. Tome mi espada a mi espalda y decidí irme con el Gyojin por este denso bosque.
Ya cuando salimos en la búsqueda, hay dos cosas a tomar en cuenta, la primera es tener cuidado con los caníbales y animales salvajes, ya que los primeros resultan los más peligrosos y seremos su presas fácilmente al tocar su territorio y los animales salvajes se podrían notar nada mas con las grandes aves que surcaban los cielos, tuve suerte en cazar una de menor tamaño y estando poco acompañada y al parecer eran asustadas. Y lo segundo era llegar al centro de la isla como punto crucial, pero el trayecto nos podríamos encontrar con obstáculos, además cuando Canabar revelo que era buscado por cazadores, marines y entre otras cosas, me ponía en una situación complicada, sabiendo la agresividad y precaución del Gyojin. Si sabe que soy marine posiblemente me atacara o me obligara a no seguirle, necesitaba su ayuda para escapar de esta isla y también la del lobo por sus instintos animales. Será complicado esto… Dije en voz baja para mí mismo, luego de que una sombra pasara por encima de nosotros, fijándonos que era un ave gigantesca, hacia más peligroso esta selva interna.
Ahora que mataste a los Caníbales junto al lobo, ellos nos buscaran seguramente, hay que estar el doble de prevenidos, tengo una idea para empezar. Saque una brújula de mi bolsillo y la mira fijamente para concordar que íbamos en dirección Noreste. Si seguimos en esta ruta, es posible que encontremos acantilados, así podríamos observar mejor en donde estamos parados para llegar al medio de la isla. Seguramente este al norte, sería un plan para comenzar. Aunque fuera un plan para empezar, las cosas no creo que salgan tan fáciles como pensábamos.
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Aquel hombre se había meado y se había quedado inconsciente. El lobo blanco se echó hacia atrás moviendo la cabeza de un lado a otro rápidamente. No soportaba aquel olor y para colmo al tener el olfato más desarrollado lo hacía más horrible. El hombre pez le había dicho aquellas palabras ``Buen chico`` por alguna razón le habían agradado. Al parecer según las palabras que el gyojin dijo quería ir ahora al árbol que parecía extraño para el lobo. El chico de pelo blanco accedió también. También había escuchado al chico peliblanco decir que no era su lobo. Drake era un espíritu libre por así decirlo. No tenia dueño ni lo tendría nunca. Tenía a su maestro del cual era guardaespaldas. No era su maestro realmente pero con el tiempo este había cogido la costumbre de llamarle así. También dijo que el lobo solo habría aparecido por la comida seguramente, ahí tenía razón. El gyojin que se hacía llamar Cánabar parecía ser buscado como se dijo. El lobo comenzó a analizar a los dos
Uno era un chico peliblanco con un dial que usaba para congelar. No le había visto pelear, lo único que más o menos sabia de este sujeto era que le había dejado comer tranquilamente como si nada. Esto le daba a entender que no era posible peligro ya que ni siquiera había entrado en combate con el hombre pez. Solo se había dedicado a hablar con él. Por otro lado estaba el hombre pez que se hacía llamar Cánabar, este le había caído al lobo especialmente bien. Al parecer era muy bueno en el combate debido a lo que había hecho con los enemigos que habían aparecido anteriormente. Aquella enorme espada era digna de admiración. Parecía mas bien un tiburón. No parecía ser peligroso para el lobo ya que creía haberle caído bien y eso podría significar el no ser atacado. Además era un tipo que estaba en búsqueda por matar a una decena de nobles como bien afirmó y a varios cazadores, centenares había dicho él. Estos parecían ser los que iban a hacer este viaje junto al lobo ya que tenía planeado seguirles.
Cuando empezaron a caminar el lobo iba tras ellos para poder oler bien los peligros cercanos como los enemigos. Tras ver aquella sombre gruñó un poco lo suficiente fuerte para que solo sus dos acompañantes le oyeran. Tras aquello el peliblanco había sacado una brújula y hablaba sobre llegar a unos acantilados desde donde tendrían buenas vistas. Era un buen plan para comenzar pero ahora debía decidir el hombre tiburón. No creía que le preguntaran a él pues solo era un lobo a sus ojos. Aunque empezaba a sospechar que ellos no lo verían como un simple lobo. No se lo esperaba de Cánabar pero algo le decía que el otro chico era más listo de lo que parecía. Aún así no tendrían pruebas para descubrirles pues no usaría la forma humana. Así que lo que ahora faltaba era la decisión de Cánabar para seguir.
Uno era un chico peliblanco con un dial que usaba para congelar. No le había visto pelear, lo único que más o menos sabia de este sujeto era que le había dejado comer tranquilamente como si nada. Esto le daba a entender que no era posible peligro ya que ni siquiera había entrado en combate con el hombre pez. Solo se había dedicado a hablar con él. Por otro lado estaba el hombre pez que se hacía llamar Cánabar, este le había caído al lobo especialmente bien. Al parecer era muy bueno en el combate debido a lo que había hecho con los enemigos que habían aparecido anteriormente. Aquella enorme espada era digna de admiración. Parecía mas bien un tiburón. No parecía ser peligroso para el lobo ya que creía haberle caído bien y eso podría significar el no ser atacado. Además era un tipo que estaba en búsqueda por matar a una decena de nobles como bien afirmó y a varios cazadores, centenares había dicho él. Estos parecían ser los que iban a hacer este viaje junto al lobo ya que tenía planeado seguirles.
Cuando empezaron a caminar el lobo iba tras ellos para poder oler bien los peligros cercanos como los enemigos. Tras ver aquella sombre gruñó un poco lo suficiente fuerte para que solo sus dos acompañantes le oyeran. Tras aquello el peliblanco había sacado una brújula y hablaba sobre llegar a unos acantilados desde donde tendrían buenas vistas. Era un buen plan para comenzar pero ahora debía decidir el hombre tiburón. No creía que le preguntaran a él pues solo era un lobo a sus ojos. Aunque empezaba a sospechar que ellos no lo verían como un simple lobo. No se lo esperaba de Cánabar pero algo le decía que el otro chico era más listo de lo que parecía. Aún así no tendrían pruebas para descubrirles pues no usaría la forma humana. Así que lo que ahora faltaba era la decisión de Cánabar para seguir.
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Parecía que iban a seguirme. Nunca me había visto con madera de líder, pero parecía que el lobo y el chico iban a acceder a lo que yo había dicho y "viajar" conmigo. No los consideraba una amenaza, por lo que estaría bien tenerlos como compañía en caso de un ataque. Al pasar la sombra del ave el lobo gruñó. Me giré y comprobé que no había nadie tras nosotros o a nuestro alrededor. Cuando cercioré que había gruñido por la sombra me agaché y le acaricié la cabeza. Era curioso ver a un animal tan majestuoso a la defensiva o nervioso por una simple sombra.
-Tranquilo chico, solo es una sombra. Si el pájaro intenta comerte lo mataré y nos lo acabaremos comiendo nosotros- Le dije.
No me gustaba ser amable con las personas, a excepción de mujeres y niños, pero los animales... eran mi debilidad. Siempre me habían gustado. Un animal no traiciona ni vive por el interés, son fieles y luchan por sus compañeros. Cualidades que no abundan ni en humanos ni en gyojin. Quién sabe, incluso podría adoptarlo y llevármelo conmigo. Aunque mis viajes no eran óptimos para un animal como ese y no podría nadar como yo ni vivir huyendo. No era una buena idea, por lo que la rechacé nada más pensarla. Seguramente sería autóctono de la isla.
El chico pensó algo diferente a mí y dijo de ir a unos acantilados para observar bien la isla. Pensaba que sería mejor desde el árbol central, pero quizás era una buena opción ojear primero antes de acercarse allí. Así podríamos saber que nos deparaba el camino y evitar sorpresas inesperadas o, al menos, estar preparados para los problemas. Lo pensé unos segundos. No me gustaba aceptar "órdenes" de otros, pero era una buena idea. Finalmente accedí. Y si él lo había pensado lo justo era que iniciara la marcha y fuéramos el lobo y yo los que siguiéramos.
-Me parece bien. No es mala idea observar un poco antes de marchar. Adelante, nosotros te seguimos. Y ten cuidado no te salga algo pro el camino y te pille por sorpresa- Le dije sonriendo.
-Tranquilo chico, solo es una sombra. Si el pájaro intenta comerte lo mataré y nos lo acabaremos comiendo nosotros- Le dije.
No me gustaba ser amable con las personas, a excepción de mujeres y niños, pero los animales... eran mi debilidad. Siempre me habían gustado. Un animal no traiciona ni vive por el interés, son fieles y luchan por sus compañeros. Cualidades que no abundan ni en humanos ni en gyojin. Quién sabe, incluso podría adoptarlo y llevármelo conmigo. Aunque mis viajes no eran óptimos para un animal como ese y no podría nadar como yo ni vivir huyendo. No era una buena idea, por lo que la rechacé nada más pensarla. Seguramente sería autóctono de la isla.
El chico pensó algo diferente a mí y dijo de ir a unos acantilados para observar bien la isla. Pensaba que sería mejor desde el árbol central, pero quizás era una buena opción ojear primero antes de acercarse allí. Así podríamos saber que nos deparaba el camino y evitar sorpresas inesperadas o, al menos, estar preparados para los problemas. Lo pensé unos segundos. No me gustaba aceptar "órdenes" de otros, pero era una buena idea. Finalmente accedí. Y si él lo había pensado lo justo era que iniciara la marcha y fuéramos el lobo y yo los que siguiéramos.
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Ya llevábamos varias horas atrapados en esta isla desconocida donde habitaban dos clases de seres vivos que sobresalían de todos los anteriores que habíamos visto en esta isla, las cuales eran los pájaros de enormes dimensiones y los caníbales que ya nos habían atacado previamente, un isla donde el gran árbol que se encuentra por todo el medio era el punto clave de nuestra expedición para buscar las respuestas que ansiábamos, cada uno tenía su motivo, Canabar huyo de sus cazadores y quedo en esta isla , aunque él puede irse nadando o se le facilitaría buscar otros medios como irse, quería aventurarse más que nada, el Lobo poco sabia de él, simplemente un lobo ártico, poco común y era sobrenatural que este fuera su ambiente, por lo cual este lobo no está en esta isla por mera coincidencia, se me venían al a mente las leyendas de hombres lobos, aunque no fuera al caso, esto tenía algún vínculo con el lobo que estaba junto a nosotros, y pues yo pare en esta isla por un accidente con mi flota y sin saber dónde estoy, conocer esta isla , puede que me ayude a buscar una vía fiable para escapar.
Todo se engloba en nuestra misión principal, la cual es llegar a este el medio del a isla y localizar el gran árbol, pero para llegar hasta ahí sería un camino largo y totalmente al azar, aunque pudiéramos observar el gran árbol, la ruta por la cual llegar no la sabríamos del mismo modo, como me tomo muy serio mi trabajo en la marina, hacer actos sin pensar y dejándome llevar, es algo que no haría. Ya que ellos aceptaron mi sugerencia, tome la delantera en nuestro viaje para guiarlos, por alguna razón sentía una extraña aroma que provenía del fondo de la isla, pero era indescriptible, estaba algo lejos posiblemente.
Note que entrabamos en un campo de monte muy alto que nos llevaba al nivel del ombligo, así que desenvaine mi katana y ve dispuse a dar simples cortes veloces que cortaban todo a su alrededor, mi manejo en el arte de una espada, era avanzado pero aún tenía mucho que aprender, mientras abría el camino note algo sumamente interesante, antes de llegar a lo alto de la colina a la cual nos dirigíamos. Parece ser un arma de los caníbales…pero está rota. La tome y pude observar que estaba totalmente rota e inservible, y manchada en sangre en su punta. Sea lo que sea…al parecer no somos sus únicos enemigos.
Cuando el deje de nuevo en el suelo con mis manos separe un gran pasto que era hasta más alto que yo y de esta manera habríamos llegado a lo alto de la colina, note algo perturbarte, esto debe ser el origen del olor tan extraño que había percibido, mis ojos azules se abrieron más de lo normal y me quede muy sorprendido de lo que estaba viendo ante mis ojos. …esto es un matadero. En lo alto de nuestra vista al final se podía observar el gran árbol céntrico, y un gran bosque denso, pero debajo de nosotros…estaban un montón de cadáveres tanto de los caníbales como de aquellas aves gigantes que hemos visto, todos estaban dispersados y muchos tenían tiempo en ese estado. … al parecer las aves y los caníbales tienen una guerra entre ellos… quizás por el dominio de estas tierras u otro motivo más profundo… pero aun así estaremos entrado en un terreno de guerra, ¿ aun así quieren seguir?. Lo dije aunque sabía la respuesta de ellos.
off: sorry de nuevo jaja D:
Todo se engloba en nuestra misión principal, la cual es llegar a este el medio del a isla y localizar el gran árbol, pero para llegar hasta ahí sería un camino largo y totalmente al azar, aunque pudiéramos observar el gran árbol, la ruta por la cual llegar no la sabríamos del mismo modo, como me tomo muy serio mi trabajo en la marina, hacer actos sin pensar y dejándome llevar, es algo que no haría. Ya que ellos aceptaron mi sugerencia, tome la delantera en nuestro viaje para guiarlos, por alguna razón sentía una extraña aroma que provenía del fondo de la isla, pero era indescriptible, estaba algo lejos posiblemente.
Note que entrabamos en un campo de monte muy alto que nos llevaba al nivel del ombligo, así que desenvaine mi katana y ve dispuse a dar simples cortes veloces que cortaban todo a su alrededor, mi manejo en el arte de una espada, era avanzado pero aún tenía mucho que aprender, mientras abría el camino note algo sumamente interesante, antes de llegar a lo alto de la colina a la cual nos dirigíamos. Parece ser un arma de los caníbales…pero está rota. La tome y pude observar que estaba totalmente rota e inservible, y manchada en sangre en su punta. Sea lo que sea…al parecer no somos sus únicos enemigos.
Cuando el deje de nuevo en el suelo con mis manos separe un gran pasto que era hasta más alto que yo y de esta manera habríamos llegado a lo alto de la colina, note algo perturbarte, esto debe ser el origen del olor tan extraño que había percibido, mis ojos azules se abrieron más de lo normal y me quede muy sorprendido de lo que estaba viendo ante mis ojos. …esto es un matadero. En lo alto de nuestra vista al final se podía observar el gran árbol céntrico, y un gran bosque denso, pero debajo de nosotros…estaban un montón de cadáveres tanto de los caníbales como de aquellas aves gigantes que hemos visto, todos estaban dispersados y muchos tenían tiempo en ese estado. … al parecer las aves y los caníbales tienen una guerra entre ellos… quizás por el dominio de estas tierras u otro motivo más profundo… pero aun así estaremos entrado en un terreno de guerra, ¿ aun así quieren seguir?. Lo dije aunque sabía la respuesta de ellos.
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El lobo blanco se dejo acariciar la cabeza por el tiburón blanco. Este le había dicho que si el ave atacaba, lo matarían y el ave se convertiría en la cena. Tenía gracia que ninguno de sus acompañantes supiera que era un usuario de la fruta del diablo. Se iría de aquella isla con el pensamiento de que para ellos solo había sido un lobo. Quizás en otra ocasión que coincidiera con alguno de ellos se mostraría, pero ese día solo se quedaría con la imagen de un lobo ártico. Aunque sospecharan que podía ser un usuario de la fruta no tendrían pruebas ya que el lobo se haría el tonto.
Ahora pretendían ir a unos acantilados. Cosa que al lobo no le importó y a Cánabar le agradó. Ahora debían seguir al peliblanco. El chico apartaba las ramas con su espada abriéndose paso tranquilamente con un buen manejo de la espada. Había escuchado de que había buenos espadachines en el mundo y ese tenia la pinta de ser bueno. Más tarde el chico se paró y dijo que aquellas aves y salvajes estaban en guerra y que si seguían avanzando se meterían en ella. Una guerra parecía algo divertido y no era tiempo de darse la vuelta tras todo lo ocurrido. El lobo blanco no se paró y siguió caminando dando a entender que por él podían seguir hacia delante como si no pasara nada de nada.
Todo parecía una carnicería ya que los cuerpos de algunos salvajes y aves estaban en aquel lugar. Unos recientes y otros podridos, incluso algunos estaban ya consumidos y solo quedaban huesos. El lobo giró su cara cuando escuchó un ruido de entre los cadáveres. Una de las aves parecía estar viva e intentaba salir de entre otros cuerpos de aves muertas que le impedían a esta salir de aquella especie de cementerio. Solo la cabeza del animal asomaba y daba gruñidos extraños pidiendo ayuda o simplemente de la impotencia de no poder salir de allí. La bestia se acercó tranquilamente hasta el ser alado y con cuidado se puso a un lado de su cuello. Bajó sus poderosas mandíbulas y mordió el cuello del animal apretando la boca y clavando sus dientes afilados en el pescuezo del animal con fuerza. La sangre caía por el cuello del lobo y sus dientes estaban impregnados de aquel líquido rojo oscuro. La vida del animal acabó en pocos segundos cuando su garganta fue brutalmente aplastada por los poderosos dientes del violento animal.
Una vez acabó con la vida de aquella ave gruñó despacio relamiéndose y acercándose de nuevo a los dos que le acompañaban. Sus ojos dorados primero observaban al chico peliblanco y segundos después observaban al tiburón blanco tranquilamente como si nada hubiese pasado y todo estuviese en calma. No detectaba olores de enemigos cercanos, solo podía oler el maldito pestazo que emanaba aquella pila de cadáveres sobre el suelo de la isla.
Ahora pretendían ir a unos acantilados. Cosa que al lobo no le importó y a Cánabar le agradó. Ahora debían seguir al peliblanco. El chico apartaba las ramas con su espada abriéndose paso tranquilamente con un buen manejo de la espada. Había escuchado de que había buenos espadachines en el mundo y ese tenia la pinta de ser bueno. Más tarde el chico se paró y dijo que aquellas aves y salvajes estaban en guerra y que si seguían avanzando se meterían en ella. Una guerra parecía algo divertido y no era tiempo de darse la vuelta tras todo lo ocurrido. El lobo blanco no se paró y siguió caminando dando a entender que por él podían seguir hacia delante como si no pasara nada de nada.
Todo parecía una carnicería ya que los cuerpos de algunos salvajes y aves estaban en aquel lugar. Unos recientes y otros podridos, incluso algunos estaban ya consumidos y solo quedaban huesos. El lobo giró su cara cuando escuchó un ruido de entre los cadáveres. Una de las aves parecía estar viva e intentaba salir de entre otros cuerpos de aves muertas que le impedían a esta salir de aquella especie de cementerio. Solo la cabeza del animal asomaba y daba gruñidos extraños pidiendo ayuda o simplemente de la impotencia de no poder salir de allí. La bestia se acercó tranquilamente hasta el ser alado y con cuidado se puso a un lado de su cuello. Bajó sus poderosas mandíbulas y mordió el cuello del animal apretando la boca y clavando sus dientes afilados en el pescuezo del animal con fuerza. La sangre caía por el cuello del lobo y sus dientes estaban impregnados de aquel líquido rojo oscuro. La vida del animal acabó en pocos segundos cuando su garganta fue brutalmente aplastada por los poderosos dientes del violento animal.
Una vez acabó con la vida de aquella ave gruñó despacio relamiéndose y acercándose de nuevo a los dos que le acompañaban. Sus ojos dorados primero observaban al chico peliblanco y segundos después observaban al tiburón blanco tranquilamente como si nada hubiese pasado y todo estuviese en calma. No detectaba olores de enemigos cercanos, solo podía oler el maldito pestazo que emanaba aquella pila de cadáveres sobre el suelo de la isla.
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- Habría que ir terminando ya la isla porque se está alargando demasiado xD Yo voy a irme ya del lugar poniendo a unos cazadores como motivo.
Esto parecía un campo de batalla. Había cadáveres por doquier y signos de lucha por todos lados. Además todo era reciente, por lo que podría volver alguno de los bandos. Aunque, con la cantidad de muertos, no sería extraño que no quedara ni un solo ser vivo en la isla. Empecé a andar y a observar los cuerpos. La mayoría tenían heridas horribles que, seguramente, les habrían causado una muerte rápida. Aunque había algunos que no tenían tanta suerte. Las aves, por ejemplo, tenían miles de heridas. Seguramente las hirieron hasta que no pudieron más y murieron todas.
Me acerqué al borde del lugar en el que estábamos. Desde aquí se podía ver el mar y... ¡otra batalla! Lejos de donde estábamos, a unos trescientos metros, se estaba llevando a cabo otro combate de menos intensidad que este. Pero no era lo único que se veía. En el mar se apreciaban dos naves que se dirigían hacia la isla. No me habrían importado si no fuera por su bandera. Tenían el emblema de un famoso gremio de cazadores de recompensas. No podían dejarme en paz ni un solo momento. De nuevo tenía que marcharme. Si aprovechaba ahora podría huir antes de que me vieran.
-Lo siento, chico, pero tengo que marcharme. Los cazadores de recompensas vienen a por mí y no tengo ganas de esperarlos- Dije.
Me acerqué hacia el lobo y le acaricié la cabeza. Me había caído muy bien. Siempre me habían gustado los animales. Y este, además, era muy especial. Pero todavía no entendía cómo había llegado hasta aquí. Pensé en llevármelo, pero solo sería una carga para mí y yo sería un peligro para él. Además, no podría nadar tan rápido como yo ni respirar bajo el agua. Era un suicidio para él, por lo que rechacé la idea y seguí acariciándolo. Quizás sobreviviría en esta isla o, quien sabe, quizás nos volviéramos ver en algún momento. Si llegó hasta aquí podría marcharse.
-Espero que todo te vaya bien, lobito. Yo me tengo que ir, ten mucho cuidado- Le dije sonriendo.
Dicho eso arranqué a correr hacia le borde y salté hacia le mar. Había una buena distancia de caída, pero había saltado de lugares más altos. En cuanto toqué el agua sentí como me hundía varios metros. No salí al exterior, pues era innecesario y podrían verme. Aproveché para bucear y marcharme de allí bajo el agua sin ser visto. Si todo salía como esperaba, los cazadores perderían un tiempo precioso buscándome en esta isla sin encontrar nada de provecho. No había dejado ninguna pista. Aunque el chico peliblanco podría decirles algo sobre mí. Pero no importaba.
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Cuando me quede observando de lejos todo el ambiente destructivo de lo que dejo esta guerra, pude percibir que esta isla no era un territorio para explorar , aunque posiblemente hubiera un secreto y una respuesta en esta isla y sobre la guerra, nada haríamos un marine , un pirata y un lobo , aunque nuestro objetivo era explorar esta isla y llegar al gran árbol, el camino delante de nosotros dejaba mucho que desear, cuando notamos la gran guerra que se estaba desatando muy lejos de aquí, sabía que no podríamos seguir. Es un lastima…esto está más allá de nuestras manos, sería un suicidio meternos en esta guerra sin sentido entre personas no civilizadas y animales. Aunque también pensé que podríamos seguir adelante, la verdadera razón que estaba siguiéndolos era para encontrar una vía de escape
El lobo hizo el primer movimiento y vio a una ave que aunque quedo viva después de esta gran guerra, pero el lobo no quiso ayudarla, si no darle fin a su agonía… o quizás solo quería matar, era lo que se me podía ocurrir en un momento como este, así que rápidamente al matar a la pobre ave con su colmillos, se limpió con sus patas y lengua, volviendo a nosotros, el lobo ahora lograba tener un aspecto humano con este acto. Parece tienes algo de humano en tu interior, diste el fin a su sufrimiento o quizás lo mataste por instinto, pero un lobo salvaje lo mataría para comer. Así con este acto realizado por el lobo, ya que estábamos en un lugar lo bastante alto, podíamos observar el otro extremo de la isla desde muy lejos, observando el mar que rodeaba la isla, pero algo me desconcertó mucho y fueron unas estelas numerosas viajando por el mar y que se acercaron a la isla, embarcando rápidamente, estos eran barcos, aunque no eran piratas, el Gyojin se sorprendió ante esto y decidió huir de la isla por su cuenta, no le interesaba ahora esto. Claro era un Gyojin podio nadar fácilmente por su cuenta hasta un isla cercana sin cansarse, así que solo quedamos el lobo y yo, pero ya sabía qué hacer ante esta situación. Esta será la mejor oportunidad para escapar, que tal si nos echamos una mano Gyojin.
Le propuse rápidamente que atacaría a uno de esos barcos y me haría con uno, así le daría tiempo para escapar mientras llamaba la atención de sus otras flotas, aunque no sé si el Gyojin cooperaria salte por el barranco acercándome a una de las costas las cuales embarco uno de los barcos que nos habían visto, o mejor dicho habían localizado al Canabar, así que aprovechando esto use mi katana para derrotar rápidamente al primer enemigo que era el que desembarcaba su barco, pero muchos de los tripulantes de este pequeño barco no estaban , aquí , seguramente habían salido a buscar a Canabar, el había hecho su parte aunque no lo supiera. Cuando camine dentro del barco y tome el timón para salir de nuevo al mar, uno de los cazadores me ataco por la espalda con su espada, con intenciones totales de matarme, solamente con el reverso de mi katana bloquee el ataque y con mi otra mano, dando una media vuelta lo tome de su brazo con el cual sostenía su arma. Congélate mejor. Dicho esto el Cazador, bajo su temperatura corporal rápidamente y se desmayó en el suelo, tan pálido y con un tono azul, que posiblemente ya no causara problemas, este era mi Akuma no mí, aunque era mucho más complicada de lo que parecía a simple vista, retire al cazador del barco y me retire de la ciudad, esperaba que el lobo me hubiera seguido para huir de la isla, o simplemente si se quedó, hubiera podido huir de estos cazadores. Con que un pirata Gyojin… y un lobo con mente humana. Dicho eso me comencé alejar de la isla rápidamente, dando un adiós a lo que descubrí en este mar
OFF: Me salgo del tema a petición de Canabar, pues no quedo tan mal el post, descubrimos la isla, quizas algun dia nos volvamos a cruzar, Drake si quieres puedes irte en mi barco sin que yo lo sepa y te vas en el primer puerto que veas , o como quieras xD. COn esto pueden entregar para que nos den experiencia
El lobo hizo el primer movimiento y vio a una ave que aunque quedo viva después de esta gran guerra, pero el lobo no quiso ayudarla, si no darle fin a su agonía… o quizás solo quería matar, era lo que se me podía ocurrir en un momento como este, así que rápidamente al matar a la pobre ave con su colmillos, se limpió con sus patas y lengua, volviendo a nosotros, el lobo ahora lograba tener un aspecto humano con este acto. Parece tienes algo de humano en tu interior, diste el fin a su sufrimiento o quizás lo mataste por instinto, pero un lobo salvaje lo mataría para comer. Así con este acto realizado por el lobo, ya que estábamos en un lugar lo bastante alto, podíamos observar el otro extremo de la isla desde muy lejos, observando el mar que rodeaba la isla, pero algo me desconcertó mucho y fueron unas estelas numerosas viajando por el mar y que se acercaron a la isla, embarcando rápidamente, estos eran barcos, aunque no eran piratas, el Gyojin se sorprendió ante esto y decidió huir de la isla por su cuenta, no le interesaba ahora esto. Claro era un Gyojin podio nadar fácilmente por su cuenta hasta un isla cercana sin cansarse, así que solo quedamos el lobo y yo, pero ya sabía qué hacer ante esta situación. Esta será la mejor oportunidad para escapar, que tal si nos echamos una mano Gyojin.
Le propuse rápidamente que atacaría a uno de esos barcos y me haría con uno, así le daría tiempo para escapar mientras llamaba la atención de sus otras flotas, aunque no sé si el Gyojin cooperaria salte por el barranco acercándome a una de las costas las cuales embarco uno de los barcos que nos habían visto, o mejor dicho habían localizado al Canabar, así que aprovechando esto use mi katana para derrotar rápidamente al primer enemigo que era el que desembarcaba su barco, pero muchos de los tripulantes de este pequeño barco no estaban , aquí , seguramente habían salido a buscar a Canabar, el había hecho su parte aunque no lo supiera. Cuando camine dentro del barco y tome el timón para salir de nuevo al mar, uno de los cazadores me ataco por la espalda con su espada, con intenciones totales de matarme, solamente con el reverso de mi katana bloquee el ataque y con mi otra mano, dando una media vuelta lo tome de su brazo con el cual sostenía su arma. Congélate mejor. Dicho esto el Cazador, bajo su temperatura corporal rápidamente y se desmayó en el suelo, tan pálido y con un tono azul, que posiblemente ya no causara problemas, este era mi Akuma no mí, aunque era mucho más complicada de lo que parecía a simple vista, retire al cazador del barco y me retire de la ciudad, esperaba que el lobo me hubiera seguido para huir de la isla, o simplemente si se quedó, hubiera podido huir de estos cazadores. Con que un pirata Gyojin… y un lobo con mente humana. Dicho eso me comencé alejar de la isla rápidamente, dando un adiós a lo que descubrí en este mar
OFF: Me salgo del tema a petición de Canabar, pues no quedo tan mal el post, descubrimos la isla, quizas algun dia nos volvamos a cruzar, Drake si quieres puedes irte en mi barco sin que yo lo sepa y te vas en el primer puerto que veas , o como quieras xD. COn esto pueden entregar para que nos den experiencia
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El cadáver de aquella ave se quedó allí desangrándose por el cuello tras el mordisco del animal. Tras unos segundos se percató de una batalla que sus compañeros también estaban observando desde el barranco. Los nativos se enfrentaban a las aves gigantes, el lobo sonrió de lado ya que deseaba pelear. Rápidamente el tiburón se acercó a él acariciándole la cabeza, casi le entraron ganas de llorar con sus palabras emotivas. Aquellos cazadores iban a tener un pequeño percance antes de buscar a su amigo Cánabar. Tras aquello el Gyojin se tiró al agua y se fue.
Tras aquello el chico peliblanco saltó y se dirigió hacia un barco de aquellos cazadores. Empezó a pelear y de repente congeló a uno de ellos. La oportunidad de colarse en el barco era perfecta pero este quería salir pitando con su bote. Una vez el barco donde el chico peliblanco se había montado se fue comenzó el juego. Ya nadie le veía pues se aseguró que el barco estuviese lejos. El lobo volvió a su forma humana suspirando y estirándose después de haber estado tanto rato en su forma completa. Tras unos momentos escuchó a varios cazadores pasar cerca su posición. Había llegado el momento, no iban a ir detrás de Cánabar, no iban a salir con vida de allí. El chico iluminó los ojos tomando el aspecto de un enorme lobo blanco altísimo que caminaba a dos patas. Sin pensárselo rugió con fuerza y se lanzó a donde estaban los cazadores. Atravesó el cuello de uno con sus dientes y atravesó con sus garras a otro. Muchos sacaron armas blancas pero el lobo golpeaba con fuerza a aquellos tipos que no podían hacer nada ante la bestia que tenían delante.
Solo quedaba uno de esa expedición el cual sacó un mandoble y corrió a por el lobo, este lo agarró de la cabeza mordiéndole después esta y arrancándosela para tirarla contra un árbol después. Con tanto ruido había atraído a un nativo que se retiraba herido de la batalla y quería ver qué pasaba. Cuando aquel salvaje observó al lobo gritó de terror pero la bestia lo atravesó con la uña de su dedo índice y lo mató como si nada. Un nuevo rugido del licántropo dejó en silencio a toda la isla, la batalla había cesado por las aves que volaban de un lado a otro inquietas, los salvajes corrían despavoridos. Pero cuando el lobo miró a su derecha se le abrieron los ojos como platos. Más de diez cazadores con escopetas. Volvió a su forma humana y salió corriendo de aquella isla sin que estos le vieran el rostro. Llegó rápidamente a la playa.
- ¡Tramposos eso no vale!
Gritaba mientras se escuchaban tiros por detrás de aquellos hombres buscándolo. Su rostro mostro felicidad cuando puso divisar su bote y se metió en él. Empezó a remar como loco alejándose de aquella isla rápidamente, algo le decía que volvería a ver al Gyojin y al peliblanco y estaba seguro de que así iba a ser.
Tras aquello el chico peliblanco saltó y se dirigió hacia un barco de aquellos cazadores. Empezó a pelear y de repente congeló a uno de ellos. La oportunidad de colarse en el barco era perfecta pero este quería salir pitando con su bote. Una vez el barco donde el chico peliblanco se había montado se fue comenzó el juego. Ya nadie le veía pues se aseguró que el barco estuviese lejos. El lobo volvió a su forma humana suspirando y estirándose después de haber estado tanto rato en su forma completa. Tras unos momentos escuchó a varios cazadores pasar cerca su posición. Había llegado el momento, no iban a ir detrás de Cánabar, no iban a salir con vida de allí. El chico iluminó los ojos tomando el aspecto de un enorme lobo blanco altísimo que caminaba a dos patas. Sin pensárselo rugió con fuerza y se lanzó a donde estaban los cazadores. Atravesó el cuello de uno con sus dientes y atravesó con sus garras a otro. Muchos sacaron armas blancas pero el lobo golpeaba con fuerza a aquellos tipos que no podían hacer nada ante la bestia que tenían delante.
Solo quedaba uno de esa expedición el cual sacó un mandoble y corrió a por el lobo, este lo agarró de la cabeza mordiéndole después esta y arrancándosela para tirarla contra un árbol después. Con tanto ruido había atraído a un nativo que se retiraba herido de la batalla y quería ver qué pasaba. Cuando aquel salvaje observó al lobo gritó de terror pero la bestia lo atravesó con la uña de su dedo índice y lo mató como si nada. Un nuevo rugido del licántropo dejó en silencio a toda la isla, la batalla había cesado por las aves que volaban de un lado a otro inquietas, los salvajes corrían despavoridos. Pero cuando el lobo miró a su derecha se le abrieron los ojos como platos. Más de diez cazadores con escopetas. Volvió a su forma humana y salió corriendo de aquella isla sin que estos le vieran el rostro. Llegó rápidamente a la playa.
- ¡Tramposos eso no vale!
Gritaba mientras se escuchaban tiros por detrás de aquellos hombres buscándolo. Su rostro mostro felicidad cuando puso divisar su bote y se metió en él. Empezó a remar como loco alejándose de aquella isla rápidamente, algo le decía que volvería a ver al Gyojin y al peliblanco y estaba seguro de que así iba a ser.
- Off:
- Un fantastico Rol señores. Ha sido un placer ^^.
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