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Rukongai, a saber como el castaño había llegado allí. A base de aprovechar corrientes y dormir en su bote el mar le había llevado hasta allí. No sabía que era aquel sitio ya que nunca había estado allí, pero bueno, siempre hay una primera vez para todo. El bote se acercaba a la isla y por fin llegó. El castaño iba como siempre sin camiseta, con su poderoso y fuerte cuerpo del pecado. Sus pectorales de infarto y su tableta desarrollada junto a sus enormes brazos y su cuello musculado. En su ojo izquierdo tenía una cicatriz que le atravesaba desde un poco por encima del ojo hasta la mejilla. Por suerte el ojo no estaba dañado, su pantalón negro era largo y en su espalda llevaba su guadaña enorme y negra. En su cintura sus guanteletes de acero con el pincho en el nudillo corazón. Sus botas en los pies y una cinta roja en la cabeza.
Salió del bote tranquilamente mirando alrededor de forma tranquila, le había dado cierta curiosidad aquella isla y ahora quería saber que había en ella. Antes de nada debía calentar si no quería que le diera un tirón durante su caminata. Se puso a correr en el sitio y hacer después algunas flexionas con un solo brazo, también unas abdominales y por último se dedicó a lanzar puñetazos al aire pero de forma floja para no formar ondas de choque debido a su inhumana fuerza. Una vez acabó sonrió de lado y soltó una pequeña carcajada mientras se sacudía las manos. Cuando parecía que se iba a poner en marcha su haki observación, el que siempre llevaba activado, le informó de algo. Rápidamente el castaño saltó a un lado rodando. Algo le paso rozando y ahora pudo ver a una pantera negra gruñéndole. No se trataba de Iku ya que olía diferente y sus ojos eran distintos además de menor tamaño, eso sin contar que la chica no le atacaría.
- Lo siento gatito, has atacado al canido equivocado.
Dijo el castaño para después sonreír de lado y empezar a cambiar. Su cuerpo bajó su altura que era cercana al metro noventa. Ahora era mucho más baja y sus ojos eran dorados. Sus orejas se estiraron y de la parte baja de su espalda le salió una peluda cola mientras se colocaba a cuatro patas. Sus dientes se quedaron afilados y sus garras salieron a la luz. En poco tiempo allí había un preciosa e increíble lobo blanco. Su mirada daba realmente bastante miedo y eso no era nada comparado con lo que podía llegar a hacer. Aquel duelo de especies iba a comenzar y aquella pantera asesina no se llevaría la victoria. Los dos saltaron intercambiando mordiscos y arañazos, el lobo se llevó un buen mordisco en la pata derecha pero tras unos segundos, el lobo lanzó un mordisco letal. Los dientes se clavaron en el cuello de la pantera ahogándola y destrozándoselo acabando con su vida al momento. Tras haberlo hecho pegó un enorme aullido con la boca llena de sangre.
Salió del bote tranquilamente mirando alrededor de forma tranquila, le había dado cierta curiosidad aquella isla y ahora quería saber que había en ella. Antes de nada debía calentar si no quería que le diera un tirón durante su caminata. Se puso a correr en el sitio y hacer después algunas flexionas con un solo brazo, también unas abdominales y por último se dedicó a lanzar puñetazos al aire pero de forma floja para no formar ondas de choque debido a su inhumana fuerza. Una vez acabó sonrió de lado y soltó una pequeña carcajada mientras se sacudía las manos. Cuando parecía que se iba a poner en marcha su haki observación, el que siempre llevaba activado, le informó de algo. Rápidamente el castaño saltó a un lado rodando. Algo le paso rozando y ahora pudo ver a una pantera negra gruñéndole. No se trataba de Iku ya que olía diferente y sus ojos eran distintos además de menor tamaño, eso sin contar que la chica no le atacaría.
- Lo siento gatito, has atacado al canido equivocado.
Dijo el castaño para después sonreír de lado y empezar a cambiar. Su cuerpo bajó su altura que era cercana al metro noventa. Ahora era mucho más baja y sus ojos eran dorados. Sus orejas se estiraron y de la parte baja de su espalda le salió una peluda cola mientras se colocaba a cuatro patas. Sus dientes se quedaron afilados y sus garras salieron a la luz. En poco tiempo allí había un preciosa e increíble lobo blanco. Su mirada daba realmente bastante miedo y eso no era nada comparado con lo que podía llegar a hacer. Aquel duelo de especies iba a comenzar y aquella pantera asesina no se llevaría la victoria. Los dos saltaron intercambiando mordiscos y arañazos, el lobo se llevó un buen mordisco en la pata derecha pero tras unos segundos, el lobo lanzó un mordisco letal. Los dientes se clavaron en el cuello de la pantera ahogándola y destrozándoselo acabando con su vida al momento. Tras haberlo hecho pegó un enorme aullido con la boca llena de sangre.
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Había llegado a Rukongai el "Red Love Machine" estaba en alta mar mientras yo me aproximaba en un bote para echar un vistazo superficial a aquella montañosa isla. A simple vista no parecía una isla de especial interés o que la gente visitase de manera fluida. Yo vestía como de costumbre mi camisa blanca con mis pantalones carmesí, por encima de ambos caía mi abrigo de color negro que colgaba dejando una pequeña cola a mi espalda, esta se movía a causa del viento. También portaba conmigo mi mochila y mi guadaña como ya era costumbre en mis viajes.
No tardé mucho en arribar a la isla que era un terreno arduo y seco y que no permitía que la vegetación creciese a sus anchas. Por lo que había podido apreciar a primera vista la fauna parecía normal y no eran criaturas prehistóricas, monstruos o gigantes. Esto facilitaría el viaje por la isla pues los animales comunes tampoco eran gran cosa. Salté del bote y comencé a caminar por la fina y brillante arena de la playa que cubría una larga extensión de la costa en la que había anclado el bote. No tardaron en invadirme preguntas del estilo: " Me pregunto si habrá algo interesante en esta isla, ¿ Quizá haya alguna civilización, o un tesoro ? " Pero todos estos pensamientos no tardaron en ser interrumpidos por un fuerte aullido que por el sonido parecía provenir de una posición más al sur que la mía, en esta misma playa.
Me lancé rápidamente a la carrera por la playa en busca de aquel cánido con la intención de verlo y observar que actitud tomaba en una situación en la que alguien invadía su territorio. Pronto pude avistar a la lejanía la silueta del cánido y de un bote junto a este, " Que cosa más rara tal vez sea una mascota. " Pensé mientras me acercaba a este para saludarlo y ver como reaccionaba.
No tardé mucho en arribar a la isla que era un terreno arduo y seco y que no permitía que la vegetación creciese a sus anchas. Por lo que había podido apreciar a primera vista la fauna parecía normal y no eran criaturas prehistóricas, monstruos o gigantes. Esto facilitaría el viaje por la isla pues los animales comunes tampoco eran gran cosa. Salté del bote y comencé a caminar por la fina y brillante arena de la playa que cubría una larga extensión de la costa en la que había anclado el bote. No tardaron en invadirme preguntas del estilo: " Me pregunto si habrá algo interesante en esta isla, ¿ Quizá haya alguna civilización, o un tesoro ? " Pero todos estos pensamientos no tardaron en ser interrumpidos por un fuerte aullido que por el sonido parecía provenir de una posición más al sur que la mía, en esta misma playa.
Me lancé rápidamente a la carrera por la playa en busca de aquel cánido con la intención de verlo y observar que actitud tomaba en una situación en la que alguien invadía su territorio. Pronto pude avistar a la lejanía la silueta del cánido y de un bote junto a este, " Que cosa más rara tal vez sea una mascota. " Pensé mientras me acercaba a este para saludarlo y ver como reaccionaba.
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El animal continuaba con la boca llena de sangre pero no tardó mucho en relamerse y tragársela, no le gustaba ser atacado cuando no atacaba a nadie y aquel día había mucho ataque últimamente. Estaba incluso acostumbrándose a viajar con su haki de observación activado, a pesar de que el haki que mejor dominaba hasta el momento era el haki armadura. Ahora no sabía lo que iba a hacer en aquel lugar, las posibilidades eran muchas como ponerse a entrenar o subir a lo más alto a investigar, y quizás fuera lo correcto al fin y al cabo. El peligroso animal movió un poco la cola mientras se relamía y soltaba un pequeño bostezo abriendo la boca y mostrando aquella dentadura afilada y perfecta. Podía notar varias presencias pero no lograba diferenciarlas, sin embargo su olfato también le ayudaba y ahora olía a carne humana acercándose. Se giró despacio y pudo ver a un chico que portaba una guadaña parecida, no sabía quién era pero el lobo empezó a volver a la forma humana con calma. Una vez estuvo en su forma habitual se quedó mirando al chico de forma calmada mientras parpadeaba varias veces y dejaba el ojos de la cicatriz cerrado.
- Parece ser que no soy el único que viene a esta isla a investigar, o bien puedes ser un habitante de ella.
Tras decir aquello se quedó observándole de forma calmada, pocas eran las veces que se encontraba a alguien que no huía al verle en su forma completa y ahora no iba a espantarlo. La cosa no tenía sentido, una isla tan alejada y grande y un único chico en ella, no había otra y debía ser un visitante también. De repente el chico lobo caminó hacia el otro castaño con una media sonrisa en el rostro. El viento empezaba a soplar con algo de más fuerza y unas nubes negras comenzaban a hacer acto de presencia en el lugar. Estaba claro que no iba a tardar mucho en ponerse a llover. Ahora llegó hasta donde el castaño de forma tranquila y sonrió amistosamente con ninguna mala intención mientras hablaba en un tono normal y amable.
- Lobo me llaman, pero tú puedes llamarme Drake o socio.
Dijo mientras le sonreía de nuevo de forma calmada y volvía a donde estaba la pantera. Se quedó mirando el cadáver unos segundos y después miró su pierna derecha la cual sangraba un poco, pero no le dio mucha importancia. Cogió el cadáver del animal y se lo puso en la espalda llevándolo sobre los hombres para después acercarse de nuevo al chico y tenderle la mano amistosamente esperando que este le diera la suya mientras le hablaba de nuevo con un tono algo más serio.
- Parece ser que no tardara mucho en caer una buena tempestad, será mejor que busquemos un lugar para cobijarnos, yo cargare con la pantera para tener carne de la que alimentarnos en caso de que nos de hambre o algo así.
Sus palabras habían sonado con una pequeña carcajada mientras acababa la frase, el chico lobo no era de darle la mano a nadie pero ese chico le había caído bastante bien. No era el típico chulo ni arrogante, o eso al menos no parecía a simple vista y además cuando le vio en forma lobo no le atacó ni trató de huir, lo que le hacía un chico valiente y que sabía lo que hacía. Ahora el chico lobo esperaba con la mano estirada y con una mirada muy calmada y tranquila, un trueno sonó de repente en el cielo nublado.
- Parece ser que no soy el único que viene a esta isla a investigar, o bien puedes ser un habitante de ella.
Tras decir aquello se quedó observándole de forma calmada, pocas eran las veces que se encontraba a alguien que no huía al verle en su forma completa y ahora no iba a espantarlo. La cosa no tenía sentido, una isla tan alejada y grande y un único chico en ella, no había otra y debía ser un visitante también. De repente el chico lobo caminó hacia el otro castaño con una media sonrisa en el rostro. El viento empezaba a soplar con algo de más fuerza y unas nubes negras comenzaban a hacer acto de presencia en el lugar. Estaba claro que no iba a tardar mucho en ponerse a llover. Ahora llegó hasta donde el castaño de forma tranquila y sonrió amistosamente con ninguna mala intención mientras hablaba en un tono normal y amable.
- Lobo me llaman, pero tú puedes llamarme Drake o socio.
Dijo mientras le sonreía de nuevo de forma calmada y volvía a donde estaba la pantera. Se quedó mirando el cadáver unos segundos y después miró su pierna derecha la cual sangraba un poco, pero no le dio mucha importancia. Cogió el cadáver del animal y se lo puso en la espalda llevándolo sobre los hombres para después acercarse de nuevo al chico y tenderle la mano amistosamente esperando que este le diera la suya mientras le hablaba de nuevo con un tono algo más serio.
- Parece ser que no tardara mucho en caer una buena tempestad, será mejor que busquemos un lugar para cobijarnos, yo cargare con la pantera para tener carne de la que alimentarnos en caso de que nos de hambre o algo así.
Sus palabras habían sonado con una pequeña carcajada mientras acababa la frase, el chico lobo no era de darle la mano a nadie pero ese chico le había caído bastante bien. No era el típico chulo ni arrogante, o eso al menos no parecía a simple vista y además cuando le vio en forma lobo no le atacó ni trató de huir, lo que le hacía un chico valiente y que sabía lo que hacía. Ahora el chico lobo esperaba con la mano estirada y con una mirada muy calmada y tranquila, un trueno sonó de repente en el cielo nublado.
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Aquel hombrelobo o lo que fuese parecía una "persona" de carácter agradable y no tardó en tenderme la mano a modo de presentación justo después de estrecharme su mano. Yo no era del tipo de personas que rechazaba algo como un saludo así que acepte el apretón de manos gustosamente mientras le sonreía. Con la otra mano saqué una pareja de cigarros y le ofrecí uno a el lobo mientras me presentaba:
- Encantado soy Leumás Akynton, aunque dudo que te suene ese nombre todos me llaman Kuroi Kage.- Dije mientras encendía uno de los cigarros y soltaba su mano. - Y bueno... Veo que has estado cazando. - Dije mientras le pegaba una calada al cigarro y me acercaba a la pantera que yacía sobre el hombro de aquel hombre. - De esto se tiene que sacar una buena cantidad de carne, no es por parecer gorrón pero... ¿ La compartirías conmigo ? Tengo algo de Ron por si gustas. - Le dije mientras sacaba un par de botellas de la mochila y pegaba otra calada al cigarro.-
Tras decir esto dejé las botellas sobre la playa y me dirigí hacia el límite del bosque con la playa, con la idea echar mano a un par de palos secos y hojas sacas para encender un fuego. No iba a hacer falta si queríamos cocinar a la dichosa pantera al menos para que fuese comestible. Sinceramente tenía muchísimas ganas de comer algo ya que llevaba al menos 2 días sin probar bocado así que volví junto a Drake rápidamente. Una vez allí empece a juntar los palos y las hojas haciendo una pequeña hoguera. Fue entonces cuando cogí la pantera de la espalda de Drake y le dije:
- Con tu permiso voy a arreglar un poco esto.- Con varios movimientos de brazo comencé a despiezar la pantera que acabó quedando en 11 trozos grandes de carne que nos iban a servir para comer. Le di un par a Drake y dejé el resto sobre mi chaqueta que ahora estaba en la arena. - ¿Bueno cuéntame a que te dedicas y como has llegado aquí?
- Encantado soy Leumás Akynton, aunque dudo que te suene ese nombre todos me llaman Kuroi Kage.- Dije mientras encendía uno de los cigarros y soltaba su mano. - Y bueno... Veo que has estado cazando. - Dije mientras le pegaba una calada al cigarro y me acercaba a la pantera que yacía sobre el hombro de aquel hombre. - De esto se tiene que sacar una buena cantidad de carne, no es por parecer gorrón pero... ¿ La compartirías conmigo ? Tengo algo de Ron por si gustas. - Le dije mientras sacaba un par de botellas de la mochila y pegaba otra calada al cigarro.-
Tras decir esto dejé las botellas sobre la playa y me dirigí hacia el límite del bosque con la playa, con la idea echar mano a un par de palos secos y hojas sacas para encender un fuego. No iba a hacer falta si queríamos cocinar a la dichosa pantera al menos para que fuese comestible. Sinceramente tenía muchísimas ganas de comer algo ya que llevaba al menos 2 días sin probar bocado así que volví junto a Drake rápidamente. Una vez allí empece a juntar los palos y las hojas haciendo una pequeña hoguera. Fue entonces cuando cogí la pantera de la espalda de Drake y le dije:
- Con tu permiso voy a arreglar un poco esto.- Con varios movimientos de brazo comencé a despiezar la pantera que acabó quedando en 11 trozos grandes de carne que nos iban a servir para comer. Le di un par a Drake y dejé el resto sobre mi chaqueta que ahora estaba en la arena. - ¿Bueno cuéntame a que te dedicas y como has llegado aquí?
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El chico lobo sonreía tranquilamente cuando aquel chico que se hacía llamar Kuroi le ofreció un cigarrillo, sin pensárselo sonrió de lado y se lo llevó a la boca masticándolo un poco. De repente escupió asqueado a un lado mientras sacaba la lengua, aquello realmente estaba malísimo y no sabía bien. Escupió un poco más para después toser un poco y seguir caminando como si no hubiese pasado nada de nada, simplemente no le había gustado el sabor de aquella cosa llamada cigarrillo. A continuación observó al cielo mientras suspiraba y escuchó las siguientes palabras, el chico le ofreció algo de ron si compartía la pantera con él. Odiaba el Alcohol, eso estaba más que claro pero claro que iba a compartir la carne con él, eso planeaba hacerlo desde el principio. No era mucho compartir pero aquel chico le había caído bastante bien y pensaba llevarse bien con él.
- Eso está claro colega, no me ha gustado ese palo de hierbas que estas aspirando pero la carne si es buena.
Una vez subieron los dos a la cueva, el chico hizo pedazos la pantera con su guadaña e hizo una pequeña hoguera. El chico lobo iluminó de repente su puño con un aura rojiza que desprendía calor y pegó un puñetazo suave en la hoguera prendiéndola un poco más con su aura ardiente. Después aparató la mano desactivando su aura y sonriendo de lado cogiendo el trozo de carne que le había dado el chico y mordiéndolo. Arrancó la carne con sus dientes mientras la masticaba y despedazaba para después tragarla tranquilamente con una sonrisa disfrutando de aquel delicioso sabor. La carne sin duda era uno de los mayores placeres de la vida y para él era la segunda mejor cosa del mundo entero, comer carne le hacía ser el tipo más feliz en el momento y solía calmarle muchísimo. Era la primera vez que probaba la carne de pantera y no estaba nada mal a decir verdad. De repente escuchó las nuevas palabras del chico y este siguió comiendo hasta tragarse por completo el trozo de carne, después dirigió su mirada al chico y sonrió de lado mientras pensaba.
- Pues me dedico a la protección, soy guardaespaldas, de hecho soy el guardaespaldas del Shichibukai Derian Markov. Lo que pasa es que me gusta mucho buscar sitios cómodos donde entrenar o investigar y por eso estoy aquí. He llegado en mi bote, soy un usuario del tipo zoan, un lobo para ser exactos y mi mayor sueño es ser el luchador más poderoso del mundo entero y acabar con la marina y el gobierno.
Tras terminar de hablar volvió a sonreír quitándose su propia guadaña de la espalda y dejándola a un lado, esta era como de un metro y medio y sin duda más pequeña que la del otro chico. Dejó también los nunchakus de titanio y sus guanteletes de pinchos, además de unas crántulas lanza redes. Estaba bien equipado pero todo era una tapadera pues su mejor arma era sin duda su poderoso cuerpo. Una vez se libró de todo, sonrió de forma calmada mientras cogía otro pedazo de carne y le pegaba un bocado, hablando ahora con la boca llena sin educación alguna y entre risas.
- ¡Jajajaja! ¡Ahora te toca a ti!
- Eso está claro colega, no me ha gustado ese palo de hierbas que estas aspirando pero la carne si es buena.
Una vez subieron los dos a la cueva, el chico hizo pedazos la pantera con su guadaña e hizo una pequeña hoguera. El chico lobo iluminó de repente su puño con un aura rojiza que desprendía calor y pegó un puñetazo suave en la hoguera prendiéndola un poco más con su aura ardiente. Después aparató la mano desactivando su aura y sonriendo de lado cogiendo el trozo de carne que le había dado el chico y mordiéndolo. Arrancó la carne con sus dientes mientras la masticaba y despedazaba para después tragarla tranquilamente con una sonrisa disfrutando de aquel delicioso sabor. La carne sin duda era uno de los mayores placeres de la vida y para él era la segunda mejor cosa del mundo entero, comer carne le hacía ser el tipo más feliz en el momento y solía calmarle muchísimo. Era la primera vez que probaba la carne de pantera y no estaba nada mal a decir verdad. De repente escuchó las nuevas palabras del chico y este siguió comiendo hasta tragarse por completo el trozo de carne, después dirigió su mirada al chico y sonrió de lado mientras pensaba.
- Pues me dedico a la protección, soy guardaespaldas, de hecho soy el guardaespaldas del Shichibukai Derian Markov. Lo que pasa es que me gusta mucho buscar sitios cómodos donde entrenar o investigar y por eso estoy aquí. He llegado en mi bote, soy un usuario del tipo zoan, un lobo para ser exactos y mi mayor sueño es ser el luchador más poderoso del mundo entero y acabar con la marina y el gobierno.
Tras terminar de hablar volvió a sonreír quitándose su propia guadaña de la espalda y dejándola a un lado, esta era como de un metro y medio y sin duda más pequeña que la del otro chico. Dejó también los nunchakus de titanio y sus guanteletes de pinchos, además de unas crántulas lanza redes. Estaba bien equipado pero todo era una tapadera pues su mejor arma era sin duda su poderoso cuerpo. Una vez se libró de todo, sonrió de forma calmada mientras cogía otro pedazo de carne y le pegaba un bocado, hablando ahora con la boca llena sin educación alguna y entre risas.
- ¡Jajajaja! ¡Ahora te toca a ti!
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Aquel lobo era una persona curiosa no solo por ser un lobo sino por su propia manera de actuar. Este hombre me gustaba tenía una buena personalidad y me transmitía confianza, cosa que pocas personas logran. Ha decir verdad era un hombre bastante rarito ya que no sabía si quiera lo que era un cigarro o como se utilizaba cosa que me resultó graciosa. Mientras el lobo devoraba la carne yo le pegaba un par de caladas al cigarro a la vez que cocinaba el trozo que me iba a comer. " No todos tenemos tanto cuerpo como para poder comernos las cosas crudas" Pensaba mientras le veía devorar la pantera ante mí.
Tras acabar con su bocado respondió a mi pregunta de forma muy satisfactoria para mi. Para mi sorpresa el lobo era el guardaespaldas de uno de los shichibukais al servicio de la marina. Por si esto no fuese ya suficiente sorpresa el shichibukai al que protegía no era otro que Derian, “ ¿ Cómo estaría aquel chupasangres ? Espero poder volver a verle algún día. “ Me preguntaba mientras el lobo terminaba de hablar y descargaba las cosas que portaba a la espalda, una guadaña de menor tamaño que la mía y otras armas que el individuo portaba. Después ver esto imité su acción y dejé mi guadaña también a un lado junto a mi mochila que se hallaba apoyada en una piedra. A continuación pegué una pequeña calada al cigarro justo antes de responderle sobre quién era.
- Pues como ya te he dicho antes me llamo Leúmas Akyton pero todos me conocen como Kuroi Kage, soy pirata e inicié mi viaje hará unos meses. Desde entonces mi recompensa no ha dejado de subir y ahora ostento título de supernova, mi recompensa es de 120.500.000 berris. - Hice una para pegar una calada al cigarro y continué. - Me eché a los mares en busca de justicia y para buscar a alguien, aunque por desgracia aun no he podido lograr ninguna de las dos cosas. Actualmente soy uno de los miembros de la primera división de Sons of Anarchy bajo el mando de Dark D. Rose… Y creo que eso debería bastar para hacerte una idea de quién soy.- Dije antes de pegar de nuevo otra calada y continuar. - Me toca preguntar a mi cómo se encuentra el maldito del Conde llevo bastante tiempo sin verle desde que nos encontramos en una isla del East Blue. Veo que ya no ostenta su cargo de Yonkaikyo y que le han “ascendido” para ser parte del Ouka Shichibukai parece que le van bien las cosas.
Tras decir esto retiré la carne del fuego y me la llevé a la boca, disfrutando de ese sabor especial que tenía aquella carne de pantera. Tras unos segundos ya solo quedaba el hueso rodeado de algunos restos de carne, solté un fuerte soplido para dar a entender que estaba lleno y me quede mirando al lobo en busca de su respuesta.
Tras acabar con su bocado respondió a mi pregunta de forma muy satisfactoria para mi. Para mi sorpresa el lobo era el guardaespaldas de uno de los shichibukais al servicio de la marina. Por si esto no fuese ya suficiente sorpresa el shichibukai al que protegía no era otro que Derian, “ ¿ Cómo estaría aquel chupasangres ? Espero poder volver a verle algún día. “ Me preguntaba mientras el lobo terminaba de hablar y descargaba las cosas que portaba a la espalda, una guadaña de menor tamaño que la mía y otras armas que el individuo portaba. Después ver esto imité su acción y dejé mi guadaña también a un lado junto a mi mochila que se hallaba apoyada en una piedra. A continuación pegué una pequeña calada al cigarro justo antes de responderle sobre quién era.
- Pues como ya te he dicho antes me llamo Leúmas Akyton pero todos me conocen como Kuroi Kage, soy pirata e inicié mi viaje hará unos meses. Desde entonces mi recompensa no ha dejado de subir y ahora ostento título de supernova, mi recompensa es de 120.500.000 berris. - Hice una para pegar una calada al cigarro y continué. - Me eché a los mares en busca de justicia y para buscar a alguien, aunque por desgracia aun no he podido lograr ninguna de las dos cosas. Actualmente soy uno de los miembros de la primera división de Sons of Anarchy bajo el mando de Dark D. Rose… Y creo que eso debería bastar para hacerte una idea de quién soy.- Dije antes de pegar de nuevo otra calada y continuar. - Me toca preguntar a mi cómo se encuentra el maldito del Conde llevo bastante tiempo sin verle desde que nos encontramos en una isla del East Blue. Veo que ya no ostenta su cargo de Yonkaikyo y que le han “ascendido” para ser parte del Ouka Shichibukai parece que le van bien las cosas.
Tras decir esto retiré la carne del fuego y me la llevé a la boca, disfrutando de ese sabor especial que tenía aquella carne de pantera. Tras unos segundos ya solo quedaba el hueso rodeado de algunos restos de carne, solté un fuerte soplido para dar a entender que estaba lleno y me quede mirando al lobo en busca de su respuesta.
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Aquel chico dijo que su recompensa era de ciento veinte millones, si lo entregaba se llevaba una buena suma, sin embargo Drake solo usaría el dinero para comérselo pues no lo quería, de hecho nunca llevaba ni un céntimo encima. De todas formas el chico le caía bien y no pensaba entregar a un colega y menos a esos perros que se hacían llamar gobierno. El único marine que le caía bien en su forma de pensar era Krauser, sin embargo era un capullo. Su mirada observaba al chico, aquella era buena recompensa, sin embargo la recompensa del chico lobo era mayor a la del tipo de la guadaña. Su recompensa rozaba casi los doscientos millones aunque no podía tener más debido a su cargo y eso le molestaba bastante.
- Yo tengo casi doscientos.
Dijo con una sonrisa tranquila. Ahora seguía escuchándole de forma tranquila mientras sonreía de lado esperando a saber más de ese chico. De repente dijo unas palabras que nunca debería haber dicho delante del chico lobo. Nombró a la maldita banda de traidores y encima a la traidora de la pelirroja. El chico frunció el ceño al escuchar que el castaño era parte de esa banda, los ojos del lobo empezaron a tomar un tono rojizo. De repente unas marcas aparecieron en su rostro, como tatuajes de llamas negras, se extendieron por su hombro derecho y su brazo mientras el chico ahora se colocaba de rodillas gruñendo. “Grr…” una bestia interna rugió en su interior. Se trataba de Slayer, estaba saliendo y quería tomar el control del cuerpo del castaño al escuchar el nombre de esas ratas, cuando Slayer salía, la velocidad y fuerza del castaño aumentaba muchísimo y era más poderoso, era como una personalidad asesina con energía propia.
El chico no podía hacer nada, escupió a un lado una bocanada de sangre mientras sus músculos se tensaban y comenzaba a rugir observando al chico de la guadaña. Lentamente su ojo derecho tomó un color verdoso y las llamas tatuadas fueron desapareciendo. Finalmente el castaño quedó arrodillado ante la hoguera respirando de forma agitada. Había conseguido controlar a Slayer y eso no era nada sencillo. Recuperó el aliento un poco y se reincorporó observando al chico tranquilamente levantando la mano en señal de disculpa.
- Perdona, no pronuncies a esas ratas delante de mí por favor. Yo era de esa banda… hasta que un día me traicionaron como si de un perro fuera, me trataron como a una basura, y desde entonces los odio, sobre todo a la pelirroja. Son unos sucios traidores, no te odiare por estar en esa banda ya que no me pareces mala gente, pero ellos son de la peor calaña. Al principio se muestran buenos y agradables pero luego te apuñalan por la espalda como me hicieron, aunque claro considerando el monstruo que soy no me extraña, cualquiera odiaría a un estúpido como yo jejejeje. Solo digo que vigiles tus espaldas o te pueden atacar, son las ratas del mar y solo confio en Abyss.
Cuando escuchó lo de su líder sonrió un poco calmándose algo más y volvió a contestarle esta vez en un tono tranquilo y alegre pues su maestro era todo un asesino y se impresionó al saber que se encontró con Kuroi.
- Le van bien, no dejo que nadie se acerca a él jejeje aunque sigue igual de frio y serio que siempre. Yo creo que está enamorado del médico de mi tripulación, Alex Cooper. Pobre Derian, es todo un vampiro pero tiene mucho trabajo el pobre.
- Yo tengo casi doscientos.
Dijo con una sonrisa tranquila. Ahora seguía escuchándole de forma tranquila mientras sonreía de lado esperando a saber más de ese chico. De repente dijo unas palabras que nunca debería haber dicho delante del chico lobo. Nombró a la maldita banda de traidores y encima a la traidora de la pelirroja. El chico frunció el ceño al escuchar que el castaño era parte de esa banda, los ojos del lobo empezaron a tomar un tono rojizo. De repente unas marcas aparecieron en su rostro, como tatuajes de llamas negras, se extendieron por su hombro derecho y su brazo mientras el chico ahora se colocaba de rodillas gruñendo. “Grr…” una bestia interna rugió en su interior. Se trataba de Slayer, estaba saliendo y quería tomar el control del cuerpo del castaño al escuchar el nombre de esas ratas, cuando Slayer salía, la velocidad y fuerza del castaño aumentaba muchísimo y era más poderoso, era como una personalidad asesina con energía propia.
El chico no podía hacer nada, escupió a un lado una bocanada de sangre mientras sus músculos se tensaban y comenzaba a rugir observando al chico de la guadaña. Lentamente su ojo derecho tomó un color verdoso y las llamas tatuadas fueron desapareciendo. Finalmente el castaño quedó arrodillado ante la hoguera respirando de forma agitada. Había conseguido controlar a Slayer y eso no era nada sencillo. Recuperó el aliento un poco y se reincorporó observando al chico tranquilamente levantando la mano en señal de disculpa.
- Perdona, no pronuncies a esas ratas delante de mí por favor. Yo era de esa banda… hasta que un día me traicionaron como si de un perro fuera, me trataron como a una basura, y desde entonces los odio, sobre todo a la pelirroja. Son unos sucios traidores, no te odiare por estar en esa banda ya que no me pareces mala gente, pero ellos son de la peor calaña. Al principio se muestran buenos y agradables pero luego te apuñalan por la espalda como me hicieron, aunque claro considerando el monstruo que soy no me extraña, cualquiera odiaría a un estúpido como yo jejejeje. Solo digo que vigiles tus espaldas o te pueden atacar, son las ratas del mar y solo confio en Abyss.
Cuando escuchó lo de su líder sonrió un poco calmándose algo más y volvió a contestarle esta vez en un tono tranquilo y alegre pues su maestro era todo un asesino y se impresionó al saber que se encontró con Kuroi.
- Le van bien, no dejo que nadie se acerca a él jejeje aunque sigue igual de frio y serio que siempre. Yo creo que está enamorado del médico de mi tripulación, Alex Cooper. Pobre Derian, es todo un vampiro pero tiene mucho trabajo el pobre.
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Es cierto fue entonces cuando recordé que Alex también formaba parte de la misma tripulación que Derian y había podido relacionarme con él a bordo del mismo barco en el que todos se hallaban. Había pasado buenos ratos con parte de los integrantes de la tripulación de Derian y ahora había tenido la suerte de haber conocido al que se encargaba de su seguridad. Respecto a Alex yo ya sabía que era el médico de su tripulación desde que me encontré con él y tuve una charla amistosa sobre la Akuma que había conseguido semanas antes de encontrarlo.
- Lobo, bueno si me dejas llamarte así, ¿ Ya me dijiste que venías a la isla a investigar, lo hacías por alguna razón en especial ?
Le preguntaba a Drake mientras encendía de nuevo el cigarro que se había apagado por no darle uso, es lo que tenían las marcas baratas eran tan malas que ni quemaban. Le pegué una larga calada y me levanté para salir a la entrada de la cueva y observar el cielo en el que tan solo se veía la gran luna blanca iluminando todo el firmamento cubierto por nubes de tormenta. Era una bonita noche para estar de viaje por alguna isla y no encerrado en el barco con la banda. La verdad estaba intrigado por las razones que impulsaron realmente al lobo a venir a esta isla concretamente, qué cosa buscaba o que esperaba encontrar.
- Oye Lobo, te apetece que salgamos a dar una vuelta hace muy buena noche como para quedarnos encerrados en esta cueva.- Le decía mientra me aproximaba a mis cosas para recogerlas. -
Tras recogerlas volví a la entrada de la cueva y esperé unos segundos la respuesta de Drake para ver si iba a tener que marchar solo o iba tener compañía, realmente esperaba que fuese la sengunda.
- Lobo, bueno si me dejas llamarte así, ¿ Ya me dijiste que venías a la isla a investigar, lo hacías por alguna razón en especial ?
Le preguntaba a Drake mientras encendía de nuevo el cigarro que se había apagado por no darle uso, es lo que tenían las marcas baratas eran tan malas que ni quemaban. Le pegué una larga calada y me levanté para salir a la entrada de la cueva y observar el cielo en el que tan solo se veía la gran luna blanca iluminando todo el firmamento cubierto por nubes de tormenta. Era una bonita noche para estar de viaje por alguna isla y no encerrado en el barco con la banda. La verdad estaba intrigado por las razones que impulsaron realmente al lobo a venir a esta isla concretamente, qué cosa buscaba o que esperaba encontrar.
- Oye Lobo, te apetece que salgamos a dar una vuelta hace muy buena noche como para quedarnos encerrados en esta cueva.- Le decía mientra me aproximaba a mis cosas para recogerlas. -
Tras recogerlas volví a la entrada de la cueva y esperé unos segundos la respuesta de Drake para ver si iba a tener que marchar solo o iba tener compañía, realmente esperaba que fuese la sengunda.
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El chico le dijo que le llamaría lobo si no le molestaba, no lo hacía en absoluto, le gustaba que le llamaran así pues se consideraba más un lobo que una persona. Al parecer ahora el chico salió a fuera y después volvió diciéndole que si salía a fuera a dar una vuelta, que el cielo ya estaba despejado y no era bueno quedarse allí encerrados. Ese maldito loco quería ligarse al lobo con un paseo bajo las estrellas y ese nombre anterior llamándole lobo, ese tío quería tema y el chico dio un paso atrás. De repente en su subconsciente escuchó la voz de Slayer, esta vez el maldito asesino no le hablaba de mala forma, más bien parecía que estuviera riéndose de él totalmente por aquella proposición del castaño.
- Slayer: ¡Jajajajajajaja! ¡Dios mío, este tío quiere engatusarte y reventarte por detrás, yo que tu haría algo porque esa mirada que tiene es de vicioso total, esta noche cenas leche calentita chaval!
Una gota de sudor cayó por la frente del chico lobo que por un lado se acojonó mirando al chico mientras tragaba saliva retrocediendo un poco más y por otro lado negó varias veces mientras pensaba de forma rápida. “Slayer, tu y yo no nos llevamos muy bien, pero tío échame una mano ¿Qué debería hacer ahora?” Sus pensamientos eran escuchados por su otra personalidad que sin duda alguna se estaba partiendo de risa dentro de su mente, el chico lobo apretó los puños mientras se enfurecía hasta que por fin escuchó en su mente las palabras del maldito asesino.
- Slayer: Yo solo te doy un consejo Drake…
De repente aquella voz cesó en la cabeza y se cayó, el chico se quedó con la duda de lo que aquel asesino le iba a decir y pegó un suspiro mientras pensaba en qué hacer. De repente asintió mientras recogía la guadaña guardándosela y cogiendo los guanteletes y los nuchakus además de las crántulas. Guardó todo y pegó una patada a los tablones de madera para evitar un posible incendio. Ya lo encendería después con su aura de fuego si era necesario, además se llevó las armas por si alguien en su ausencia las cogía o un oso de las comía o algo así. Después de unos momentos mientras se levantaba, la voz del asesino de su mente volvió a sonar mientras se partía de risa.
- Slayer: ¡No gimas mucho vaya a que le guste y te dé más fuerte! ¡cuando Minathy se entere que su lobito ha sido sodomizado me voy a partir de risa!
Drake suspiró un poco, era imposible que aquel tío quisiera violarle pero todo era posible y más cuando le invitaba a salir a dar un paseo. Una vez cogió sus armas, salió de la cueva junto a él mientras observaba el cielo tranquilamente, estaba despejado tal y como había dicho el chico de la guadaña. Sin embargo el chico castaño aún tenía algo de miedo por si quería violarlo. “Slayer ya te vale mamonazo”. Pensó de nuevo mientras empezaba a caminar sintiendo la brisa de la noche. Buscaba un tema de conversación mientras apretaba las piernas con miedo de que tratase de tocarle el culo aquel hombre de la sonrisa lasciva.
- Bueno, no soy el único que tiene este cuerpo, también está mi hermanita Tahika, ella está más buena así que ya te la presentare.
Dijo intentando quitarse importancia él mismo para que el castaño pensara en otra cosa, era tan cabrón que ponía a su hermana como cebo para librarse él, era todo un hermano responsable y protector por lo que se veía.
- Slayer: ¡Jajajajajajaja! ¡Dios mío, este tío quiere engatusarte y reventarte por detrás, yo que tu haría algo porque esa mirada que tiene es de vicioso total, esta noche cenas leche calentita chaval!
Una gota de sudor cayó por la frente del chico lobo que por un lado se acojonó mirando al chico mientras tragaba saliva retrocediendo un poco más y por otro lado negó varias veces mientras pensaba de forma rápida. “Slayer, tu y yo no nos llevamos muy bien, pero tío échame una mano ¿Qué debería hacer ahora?” Sus pensamientos eran escuchados por su otra personalidad que sin duda alguna se estaba partiendo de risa dentro de su mente, el chico lobo apretó los puños mientras se enfurecía hasta que por fin escuchó en su mente las palabras del maldito asesino.
- Slayer: Yo solo te doy un consejo Drake…
De repente aquella voz cesó en la cabeza y se cayó, el chico se quedó con la duda de lo que aquel asesino le iba a decir y pegó un suspiro mientras pensaba en qué hacer. De repente asintió mientras recogía la guadaña guardándosela y cogiendo los guanteletes y los nuchakus además de las crántulas. Guardó todo y pegó una patada a los tablones de madera para evitar un posible incendio. Ya lo encendería después con su aura de fuego si era necesario, además se llevó las armas por si alguien en su ausencia las cogía o un oso de las comía o algo así. Después de unos momentos mientras se levantaba, la voz del asesino de su mente volvió a sonar mientras se partía de risa.
- Slayer: ¡No gimas mucho vaya a que le guste y te dé más fuerte! ¡cuando Minathy se entere que su lobito ha sido sodomizado me voy a partir de risa!
Drake suspiró un poco, era imposible que aquel tío quisiera violarle pero todo era posible y más cuando le invitaba a salir a dar un paseo. Una vez cogió sus armas, salió de la cueva junto a él mientras observaba el cielo tranquilamente, estaba despejado tal y como había dicho el chico de la guadaña. Sin embargo el chico castaño aún tenía algo de miedo por si quería violarlo. “Slayer ya te vale mamonazo”. Pensó de nuevo mientras empezaba a caminar sintiendo la brisa de la noche. Buscaba un tema de conversación mientras apretaba las piernas con miedo de que tratase de tocarle el culo aquel hombre de la sonrisa lasciva.
- Bueno, no soy el único que tiene este cuerpo, también está mi hermanita Tahika, ella está más buena así que ya te la presentare.
Dijo intentando quitarse importancia él mismo para que el castaño pensara en otra cosa, era tan cabrón que ponía a su hermana como cebo para librarse él, era todo un hermano responsable y protector por lo que se veía.
Worick L. Arcangelo
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Por la cara que Drake me había dedicado estaba claro que había malinterpretado aquella frase que por otra parte tal vez sonase demasiado afectiva. No me quería imaginar los pensamientos del lobo en ese momento pero estaba claro que no debían ser muy normales. " Que estará pensando ahora mismo el pirado este, no quería decir la frase con esa intención. " Pensaba mientras miraba a Drake y podía casi leer su mente.
- No era mi intención decirlo con ese sentido y no pensé que malinterpretarías la frase. - Dije entre carcajadas. - Pero bueno me alegró de que lo interpretases así al menos me he podido echar unas risas.
Fue entonces cuando con la intención de evitar el tema nombro a cierta chica, Tahika. Aquella chica de pelo anaranjado y que tan de culo me había llevado unas semanas atrás. Para colmó resultaba que esta era familiar de Drake, para ser más exactos su hermana. No tenía claro cómo decirle que la conocía y que tuve algo con ella, principalmente por el modo en el que reaccionaría. “ Tengo que decirle la verdad, es lo más importante además él es su hermano querrá lo mejor para ella. “ Pensaba mientras trataba de buscar las palabras exactas para comunicarle la situación al lobo.
- Lo cierto es que… ya he tenido el placer de conocer a tu hermana y se podría decir que de bastante cerca. Hará unas semanas la conocí y desde entonces no paro de pensar en ella, realmente creo que la amo. Pensé que debías saberlo. - Le decía mientras pegaba una calada al cigarro y movía mi pie pegando puntadas para aliviar mi nerviosismo. - Agradecería tu opinión sobre el tema a ser posible . - Le dije mientras salía un poco más de la cueva para que mi cabeza quedará totalmente por debajo del oscuro cielo de la noche. -
La reacción del Lobo podía marcar tanto mi relación con él como la que tenía con su hermana, esperaba que esta fuese tan positiva como pudiese ser. “ Dios… En vaya fregados me meto quién me mandaría a enamorarme ella… “ Pero bueno el amor no tiene fronteras así que esperemos que Drake tampoco lo sea.
- No era mi intención decirlo con ese sentido y no pensé que malinterpretarías la frase. - Dije entre carcajadas. - Pero bueno me alegró de que lo interpretases así al menos me he podido echar unas risas.
Fue entonces cuando con la intención de evitar el tema nombro a cierta chica, Tahika. Aquella chica de pelo anaranjado y que tan de culo me había llevado unas semanas atrás. Para colmó resultaba que esta era familiar de Drake, para ser más exactos su hermana. No tenía claro cómo decirle que la conocía y que tuve algo con ella, principalmente por el modo en el que reaccionaría. “ Tengo que decirle la verdad, es lo más importante además él es su hermano querrá lo mejor para ella. “ Pensaba mientras trataba de buscar las palabras exactas para comunicarle la situación al lobo.
- Lo cierto es que… ya he tenido el placer de conocer a tu hermana y se podría decir que de bastante cerca. Hará unas semanas la conocí y desde entonces no paro de pensar en ella, realmente creo que la amo. Pensé que debías saberlo. - Le decía mientras pegaba una calada al cigarro y movía mi pie pegando puntadas para aliviar mi nerviosismo. - Agradecería tu opinión sobre el tema a ser posible . - Le dije mientras salía un poco más de la cueva para que mi cabeza quedará totalmente por debajo del oscuro cielo de la noche. -
La reacción del Lobo podía marcar tanto mi relación con él como la que tenía con su hermana, esperaba que esta fuese tan positiva como pudiese ser. “ Dios… En vaya fregados me meto quién me mandaría a enamorarme ella… “ Pero bueno el amor no tiene fronteras así que esperemos que Drake tampoco lo sea.
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El chico escuchó las palabras del castaño de la guadaña que le tranquilizaron bastante, menos mal que no quería darle salami ni nada de eso. Tan solo era un paseo, el chico entonces sonrió con una mirada tranquila y una calmada sonrisa.
- Slayer: Jajaja no te fíes chaval, que es muy raro que lo haya notado, este tipo quiere merengue del bueno.
Era algo incomodo tener que escuchar a Slayer dar la vara, pero no podía hacer nada al respecto y le tocaba aguantarse aquello. De repente las siguientes palabras de aquel chico, hicieron que el lobo abriera los ojos de forma exagerada y alzara una ceja. No era posible, aquel tipo conocía a Tahika y además dijo que la quería, la historia le recordaba a él y a Minathy, una cazadora y un criminal. Eso no le molestaba pues le diría que nunca la involucrara en nada pero lo que más le molestaba sobre cualquier cosa que pudiera pasar, era la banda del chico. No iba a permitir bajo ningún concepto que la peli naranja estuviera con alguien perteneciente a la banda que más odiaba en el mundo y a la que tenía ganas de destripar y destrozar totalmente de forma sádica y cruel. Sus ojos por un momento tomaron un color dorado y Slayer desapareció totalmente dejando ahora al chico lobo al cargo. El nivel de furia que sentía el lobo era enorme, no por el chico sino por su banda de basuras (así los consideraba).
- Voy a dejarlo claro. No me caes mal, pero voy a avisarte de dos cosas. La primera es que a Tahika le atrae una persona que yo conozco, pero bueno eso es lo sencillo. Lo más importante es que no voy a dejarla estar con alguien de esa banda de traidores repelentes. Si quieres estar con ella debes largarte de esa tripulación, de lo contrario no pienso consentirlo. Aunque ella misma te lo dirá cuando se entere, si de verdad la quieres te recomiendo abandonar a esas ratas antes de que te apuñalen por la espalda. Si no lo haces me temo que es algo imposible, tanto por mí como por ella.
Sus palabras fueron serias en todo momento y su opinión no iba a cambiar de ninguna forma. Odiaba a esas personas y les arrancaría la cabeza a varios de ellos en cuanto pudiera. Solo se libraban Abyss y Midorima, los demás debían ser eliminados y arrasados. Ahora se libraba el chico de esa lista a no ser que su respuesta fuera subida de tono y negativa. No era asunto suyo, pero solo le estaba advirtiendo pues él había usado palabras, la peli naranja usaría seguramente su mandoble. Por ese mismo motivo quería avisarle antes de nada. Su mirada era penetrante y estaba fija en los ojos del chico de la guadaña de una manera exagerada. Drake estaba convencido de que la chica estaba enamorada de Nero, pero no podía asegurarlo y quizás se equivocaba, lo que si era seguro, era lo que ya le había dicho al chico. No permitiría que nadie de su familia fuera a esa panda de traidores. Podían atacar por la espalda a los suyos como bien les gustaba hacer. Los únicos piratas que merecían la pena como banda estaba claro que para el castaño eran Atesaki. Los demás solo basura, al igual que las bandas revolucionarias y los marines además del gobierno mundial completamente. Muchos eran los odiados por el lobo blanco y así sería siempre, nunca olvidaba. Ahora esperaba la respuesta del chico mientras le miraba seriamente.
- Esa es mi opinión.
- Slayer: Jajaja no te fíes chaval, que es muy raro que lo haya notado, este tipo quiere merengue del bueno.
Era algo incomodo tener que escuchar a Slayer dar la vara, pero no podía hacer nada al respecto y le tocaba aguantarse aquello. De repente las siguientes palabras de aquel chico, hicieron que el lobo abriera los ojos de forma exagerada y alzara una ceja. No era posible, aquel tipo conocía a Tahika y además dijo que la quería, la historia le recordaba a él y a Minathy, una cazadora y un criminal. Eso no le molestaba pues le diría que nunca la involucrara en nada pero lo que más le molestaba sobre cualquier cosa que pudiera pasar, era la banda del chico. No iba a permitir bajo ningún concepto que la peli naranja estuviera con alguien perteneciente a la banda que más odiaba en el mundo y a la que tenía ganas de destripar y destrozar totalmente de forma sádica y cruel. Sus ojos por un momento tomaron un color dorado y Slayer desapareció totalmente dejando ahora al chico lobo al cargo. El nivel de furia que sentía el lobo era enorme, no por el chico sino por su banda de basuras (así los consideraba).
- Voy a dejarlo claro. No me caes mal, pero voy a avisarte de dos cosas. La primera es que a Tahika le atrae una persona que yo conozco, pero bueno eso es lo sencillo. Lo más importante es que no voy a dejarla estar con alguien de esa banda de traidores repelentes. Si quieres estar con ella debes largarte de esa tripulación, de lo contrario no pienso consentirlo. Aunque ella misma te lo dirá cuando se entere, si de verdad la quieres te recomiendo abandonar a esas ratas antes de que te apuñalen por la espalda. Si no lo haces me temo que es algo imposible, tanto por mí como por ella.
Sus palabras fueron serias en todo momento y su opinión no iba a cambiar de ninguna forma. Odiaba a esas personas y les arrancaría la cabeza a varios de ellos en cuanto pudiera. Solo se libraban Abyss y Midorima, los demás debían ser eliminados y arrasados. Ahora se libraba el chico de esa lista a no ser que su respuesta fuera subida de tono y negativa. No era asunto suyo, pero solo le estaba advirtiendo pues él había usado palabras, la peli naranja usaría seguramente su mandoble. Por ese mismo motivo quería avisarle antes de nada. Su mirada era penetrante y estaba fija en los ojos del chico de la guadaña de una manera exagerada. Drake estaba convencido de que la chica estaba enamorada de Nero, pero no podía asegurarlo y quizás se equivocaba, lo que si era seguro, era lo que ya le había dicho al chico. No permitiría que nadie de su familia fuera a esa panda de traidores. Podían atacar por la espalda a los suyos como bien les gustaba hacer. Los únicos piratas que merecían la pena como banda estaba claro que para el castaño eran Atesaki. Los demás solo basura, al igual que las bandas revolucionarias y los marines además del gobierno mundial completamente. Muchos eran los odiados por el lobo blanco y así sería siempre, nunca olvidaba. Ahora esperaba la respuesta del chico mientras le miraba seriamente.
- Esa es mi opinión.
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Pasaron unos instantes y aquel chico no respondía, eso hizo que el lobo blanco pegara un suspiro, miró un momento al cielo y entrecerró los ojos. Iba siendo hora de irse de aquel lugar, estaba comenzando a aburrirse un poco, ahora miró a los ojos al chico de la guadaña y le colocó la mano en el hombro de forma tranquila para después entrecerrar los ojos un momento. Le había caído bastante bien y no le gustaban mucho las despedidas, pero era lo que tenía que hacer, se había divertido con él, aunque tenía que soportar las bromas de Slayer. Olvidó eso un momento y decidió despedirse ya, por lo que dio ahora dos pasos hacia atrás y miró al chico a los ojos de forma tranquila. Después le habló en un tono calmado y muy normal, como si estuvieran en plena conversación.
- Bueno amigo, me ha gustado mucho conocerte, un verdadero placer. Pero estoy algo aburrido y creo que voy a ver como van las cosas por mi barco. Mi líder debe de estar preguntándose dónde estoy, así que con tu permiso…
Una vez le dijo aquello, comenzó a caminar rumbo a la orilla, lo peor de todo es que debía largarse en bote. Era duro pero no tenía otra forma, tal vez con suerte pudiera encontrar un barco en el que colarse y viajar. Lo malo era que el barco no fuera a su mismo destino, entonces tendría que chantajear al capitán con matar a todos. Eso claro si encontraba un barco, ahora volvió a su forma completa y empezó a correr a un ritmo normal alejándose de allí. Sus dorados ojos observaban todo a su alrededor, sus oídos finos y perfectos estaban atentos a cualquier ruido, el depredador perfecto continuaba corriendo. No tardó mucho en llegar a la orilla, dónde pudo ver su bote, sonrió de lado al verlo y suspiró volviendo a su forma completa mientras se relamía despacio.
- Acabo de comer pero sigo teniendo hambre, esto es increíble. Bueno es hora de irse de aquí, espero tener suerte y encontrar un barquito por el camino.
Ahora cogió el bote con los brazos, su fuerza era bestial e impresionante. Lo arrojó al agua para acto seguido tirarse él también y empezar a remar silbando tranquilamente. Recordaría al chico, su nombre era Kuroi y además le había caído bien. Le habría gustado tener un combate con él, pero algo le decía que el chico no estaba listo para soportar los terribles golpes del lobo blanco, muy pocos podían hacerlo. De repente los ojos verdosos del castaño divisaron lo que parecía un barco, este se dirigía a su posición, no tardó mucho en sonreír de lado, aquello había sido muy buena suerte sin duda alguna. Parecía que el destino le había escuchado y le había enviado aquel regalo de los cielos. El chico comenzó a remar más deprisa mientras iba tarareando una canción de forma alegre deseando llegar al navío.
- ¡Es hora de irse! ¡Yeah!
- Bueno amigo, me ha gustado mucho conocerte, un verdadero placer. Pero estoy algo aburrido y creo que voy a ver como van las cosas por mi barco. Mi líder debe de estar preguntándose dónde estoy, así que con tu permiso…
Una vez le dijo aquello, comenzó a caminar rumbo a la orilla, lo peor de todo es que debía largarse en bote. Era duro pero no tenía otra forma, tal vez con suerte pudiera encontrar un barco en el que colarse y viajar. Lo malo era que el barco no fuera a su mismo destino, entonces tendría que chantajear al capitán con matar a todos. Eso claro si encontraba un barco, ahora volvió a su forma completa y empezó a correr a un ritmo normal alejándose de allí. Sus dorados ojos observaban todo a su alrededor, sus oídos finos y perfectos estaban atentos a cualquier ruido, el depredador perfecto continuaba corriendo. No tardó mucho en llegar a la orilla, dónde pudo ver su bote, sonrió de lado al verlo y suspiró volviendo a su forma completa mientras se relamía despacio.
- Acabo de comer pero sigo teniendo hambre, esto es increíble. Bueno es hora de irse de aquí, espero tener suerte y encontrar un barquito por el camino.
Ahora cogió el bote con los brazos, su fuerza era bestial e impresionante. Lo arrojó al agua para acto seguido tirarse él también y empezar a remar silbando tranquilamente. Recordaría al chico, su nombre era Kuroi y además le había caído bien. Le habría gustado tener un combate con él, pero algo le decía que el chico no estaba listo para soportar los terribles golpes del lobo blanco, muy pocos podían hacerlo. De repente los ojos verdosos del castaño divisaron lo que parecía un barco, este se dirigía a su posición, no tardó mucho en sonreír de lado, aquello había sido muy buena suerte sin duda alguna. Parecía que el destino le había escuchado y le había enviado aquel regalo de los cielos. El chico comenzó a remar más deprisa mientras iba tarareando una canción de forma alegre deseando llegar al navío.
- ¡Es hora de irse! ¡Yeah!
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