[Rol moderado][Drake] No todos los ciudadanos son ejemplares

El calor es sofocante y la arena se introduje por toda tu ropa. Es muy molesto y este lugar no es nada agradable. Puedes ver mucha gente por las calles con diferentes ropajes, desde elegante seda a burdo lino. La diferencia económica es muy marcada y puede ser un problema para ti. Para hacer tanto calor la gente se pasea sin problemas como si no se vieran afectados por la temperatura y el agotador clima. Debes refugiarte en algún lugar a la sombra o en el interior de algún edifico o pronto te dará una insolación. Una ojeada rápida te hace descubrir un par de taberna y algunos comercios locales. Tú decides dónde ir, pero con cuidado pues son varias las opciones y no llevas demasiado dinero.

El sol era sofocante. Hacia una calor horrible que a cualquiera afectaría. Pero a pesar de estas creencias la gente se paseaba muy tranquila sin que esto le afectara en nada. Cosa que al chico le impresionó bastante. Caminaba notando la molesta arena por su cuerpo que le tenía nervioso. La gente del lugar parecía ser adinerada por sus ropas. Vestían prendas bastantes elegantes. Sus ojos se fijaron en una taberna que le llamó la atención. No tendría mucho dinero pero tendría lo justo para un vaso de agua y poder resguardarse del calor abrasador durante unos minutos.

Al entrar lo primero que hizo fue sentarse en la barra de aquel sitio. No se fijó en la gente que había allí ni en como seria el dueño. Simplemente levantó su mano agotado y dijo en un tono alto para que le escuchara el camarero.

- Un vaso de agua por favor

Estaba en aquel lugar de nuevo investigando islas. Había llegado en su pequeño bote y quería averiguar cómo era aquel sitio. Al parecer tenía un clima abrasador y bastante pesado. La zona era muy arenosa como la de un desierto y agotaba caminar por aquel terreno. Aparte de que no sabía nada del lugar y no sabía si podía haber fuentes cercanas para poder hidratarse de vez en cuando. Tampoco sabía cómo sería la gente de aquel lugar, podían ser amistosos o violentos. Aunque al castaño le daba igual ese dato pues si tenía que pelear lo iba a hacer y no dudaría en matar a nadie si tenía oportunidad de hacerlo. Podía ser algo solitario y apartado pero si su vida peligraba no se iba a estar quieto observando cómo le atacaban. Si lo trataban bien o como a una persona normal no podría haber problemas pues era bastante simpático con la gente que conocía. Sus ojos estaban ahora cerrados pero al poco se abrieron para esperar a que le trajeran el vaso de agua que había pedido.

Por fin le habían traído se vaso de agua el cual se bebió de una sentada. Le había sentado genial. Al poco entró una mujer con ropajes que eran lamentables, destrozados completamente. Lo primero que pensó el chico, era la posibilidad de que fuera una vagabunda buscando dinero o pidiendo algo de comida. Pero al verla pedir ayuda y escuchar lo que dice frunció el ceño y apretó los puños hasta romper el vaso de agua que tenía en la mano. Lo que provoco que una mujer cercana a él se asustara dando un pequeño salto y dando un leve grito de impresión. Sin esperar más el chico salió corriendo hacia la puerta, pero no sin antes llevarse un mantel de un tirón. Una vez fuera se hizo un nudo en la mano para cortar la sangre que salía de esta por el corte que se había hecho al romper el vaso. Una vez hecho esto sonrió algo sádico y pegó un enorme salto, al caer ya no era el chico castaño. Era un lobo blanco ártico algo más grande que un lobo normal y corriente. Sus ojos dorados relucían y sus garras estaban afiladas. La pata superior derecha estaba aun con aquel trozo de mantel vendada hasta el tobillo del animal. Allí seria donde acababa la muñeca en su forma humana.

Su mirada se fijó en un hombre que venía con un ojo morado y la cara algo descompuesta de haberse llevado un buen susto. Era justo como la mujer había dicho, la gente estaba sufriendo acoso de los marines. Atacarles estaba en contra de la ley, cosa que al lobo blanco le daba absolutamente igual. Salió disparado en dirección a los comercios más cercanos a una velocidad admirable digna de un animal tan elegante y tan peligroso como era ahora él. Lo que no sabía era que rango podían tener aquellos marines, si habría algún cabo con ellos o algún hombre con más rango incluso que cabo. Podía salir mal parado pero ya era tarde para echarse atrás. Sus armas para defenderse serian sus dientes y colmillos. Su forma hibrida la usaría si fuera necesario, su enorme guadaña negra y sus guanteletes de acero con aquel pincho en cada nudillo del dedo corazón. No solo dispondría de eso, también tenía pensado usar sus dos nuevas habilidades las cuales todavía no había podido estrenar correctamente. O al menos fuera de los entrenamientos, no dudaría en usar todo lo que tenia. Tras unos segundos el lobo llegó hasta los puestos más cercanos y se quedó observando el panorama.

OFF ( Duda):

Un marine estaba apuntando a unas personas y los demás abusando de su poder. Aquella mujer tenía razón y se estaban pasando de listos con aquella gente. El lobo observaba algo molesto por el comportamiento que daba la armada. Justo cuando se preparaba para actuar una bala impactó en la cabeza del marine que apuntaba al comerciante y cayó muerto al suelo sin pleno aviso. Acto seguido un grupo de rebeldes corría a por los marines dispuestos a luchar. Este permanecía quieto siendo testigo de todo lo que pasaba. La marina parecía estar podrida y se estaba demostrando. Los marines se preparaban para combatir con los rebeldes, lo que hizo que tomaran posiciones estratégicas. Uno de ellos se había separado a unos cuantos metros más de los otro y se había quedado más atrás cargando un arma de fuego. Era el turno del lobo blanco. Volvió a su forma humana y efectuó un pequeño rodeo que le llevó tan solo cinco segundos. De forma sigilosa se acercó por detrás al marine que cargaba el arma y estaba algo más alejado del grupo. Cuando aquel hombre había cargado su arma se dispuso a apuntar a uno de los que se atrevían a pelear contra los marines. Ese disparo jamás llegaría a producirse. Drake llevó la mano a su guadaña negra y de forma rápida dio un tajo atravesándola en el cráneo de aquel hombre eliminándolo al momento y de forma espantosa.

Tras aquello sonrió un poco dirigiéndose a los demás lentamente cuando uno se dio la vuelta. El castaño rápidamente saltó escondiéndose tras un puesto de los que ellos asaltaban y el marine comenzó a dispararle. Las balas daban en la madera de aquel puesto que parecía ser de frutas. Había pillado al chico al lado del cadáver del marine por lo que se pudo imaginar perfectamente que sería él quien acabó con su vida. Con la guadaña en mano el chico la guardó de nuevo en su espalda y de buenas a primeras se convirtió en lobo blanco. Siguiente movimiento fue el de dar un enorme rugido y salir corriendo a toda velocidad a esconderse tras unas rocas esquivando las balas como podía. Con este rugido esperaba distraer un poco a aquellos marines y que los rebeldes acabaran con ellos más fácilmente. Ya había incumplido la ley y se había cargado uno de ellos con su guadaña sin importarle ni siquiera las consecuencias que aquello podía suponer.

Aquellos hombres parecían haber llegado por fin y haber empezado la lucha con los marines. Desde la roca el castaño divisó a otra tropa de marines acercándose. Serian demasiados, los rebeldes parecían fuertes y peleaban con valor pero eso ya era demasiado. Su mirada después se fijó en la puerta del bar donde parecía haber muchísima gente reunida y mirando. No hacían nada y los demás peleaban por su honor. Vaya cobardes que estaban hechos pensaba el chico desde detrás de la roca. De un saltó se colocó sobre esta y miró a la gente de la taberna frunciendo el ceño. Su tono era alto y de furia.


- Vosotros! Acaso ¡¿vais a permitir que vuestros amigos mueran?! Ellos están peleando por vosotros, por vuestra libertad y por vuestros derechos. Están dando la vida por vosotros, para que la marina no abuse de todos y no os robe ni golpeen mas. Y vosotros ahí mirando como simples estatuas. No seáis cobardes y coged cuchillos, palos, cepillos, armas que tengáis y poneos a luchar ahora mismo o en cuanto los marines venzan irán a por vosotros y si no iré yo mismo!

Sus últimas palabras amenazadoras sonaron más fuerte que el resto del discurso. Acto seguido bajó de la roca y se acerco a un pedrusco bastante grande. Seria del tamaño de una silla. El chico lo cogió con ambos brazos con fuerza y consiguió levantarlo. Estiró sus brazos hacia arriba y cogiendo dos pasos de carrerilla lo lanzó contra la nueva tropa de marines que se acercaba esperando derribar con eso a más de uno. Justo después se escondió de nuevo tras aquella roca que había usado anteriormente mientras sacaba su guadaña negra y se preparaba para el combate sin saber si la gente del pueblo le ayudaría o se quedaría mirando.

Al parecer la situación era algo horrible. Drake se veía rodeado de marines y eran demasiados para poder combatirlos. De repente su salvación llegó cuando los ciudadanos empezaron a luchar. Se quedó unos segundos observando la situación y decidió quedare ayudar a los ciudadanos. Rápidamente usó su forma de lobo hibrido y se transformó en un enorme hombre lobo blanco bastante fornido. Su pelaje era blanco y sus ojos dorados. De un movimiento agarró a uno de ellos por la cabeza y con violencia lo lanzó contra otro marine que apuntaba al gran lobo en ese momento estampándolos. Ambos marines se levantaron mirando de nuevo a la bestia blanca. El primero que fue anteriormente lanzado salió de nuevo corriendo con valor a por el depredador. Este solo tuvo que estirar con fuerza su mano hacia él y atravesar dos uñas por su pecho. Tras aquello el marine cayó al suelo muerto. El otro cogió su arma y dio un disparo que le dio al lobo en el hombro. Este dolorido agarró un pedrusco de al lado y lo lanzó contra aquel hombre dándole en la cara y rompiéndole la nariz. Volvió a su forma humana y corrió a por el marine que tenia ambas manos en la cara y había soltado el arma. Cogió la guadaña y de un movimiento lo decapitó.

Tras esto había guardado la guadaña y había cogido el arma del marine que por suerte estaba cargada. Drake odiaba las armas de fuego pero eran muchísimos. Se puso sobre la roca en la que se había subido antes y comenzó a disparar sobre los marines. Disparaba solo cuando estaba seguro que la bala daría en un punto crítico. De esta forma se había cargado a dos más de ellos. Cuando iba a abatir a otro se quedó sin munición y tiró el arma saltando de nuevo a la lucha y sacando la guadaña peleando contra los marines como podía.

La pequeña batalla había acabado. Los marines habían sido derrotados y los dos únicos rebeldes supervivientes habían ayudado también. Drake tenía varias heridas por el cuerpo pero nada serio, algunos cortes leves superficiales y algunos roces de balas por los hombros. Arrancó un trozo de ropa de uno de los cadáveres y lo había usado para limpiarse la sangre, tras eso tiró el trozo al suelo y se ataba su guadaña a la espalda. Suspiró unos segundos y después se acercó a los demás que parecían estar discutiendo.

Todos decían algunas ideas raras y otras que podían funcionar pero tras analizarse se volvían igual de inútiles que las primeras nombradas. Entregarlos al gobierno mundial era un suicidio y lo de quemar los cadáveres podía funcionar pero no tardarían mucho en darse cuenta. La situación ahora era bastante difícil. Además siempre podría haber algún chivato que los delatase y encima habría muchos más problemas. El chico no se arriesgaría a quedarse con los ciudadanos ya que alguno podía abrir la boca y hablar más de la cuenta y eso le supondría la perdición. No era ningún chivato y su sentido del honor era muy grande por lo que no iba a delatar a nadie y mucho menos siendo el mismo uno de los que habían participado en la batalla. La solución era clara para el lobo, de unos cortos pasos se situó junto a los rebeldes. Estaba dispuesto a irse con ellos y era la decisión que había tomado después de pensar un poco. Su mirada estaba fija en algunos ciudadanos heridos y después observó a varios de los rebeldes muertos lo que le mosqueó bastante por no haber podido salvarlos. Sentía un profundo odio ahora por esos estúpidos marines y le hubiera gustado matarlos de forma más fría y que hubieran sufrido mucho más de lo que lo habían hecho. La marina estaba llena de gentuza como los recién abatidos que se dedicaban a abusar de su poder y se pasaban con los civiles que vivían en las islas tranquilamente. Era algo que el chico no toleraba y si volvía a repetirse algo así volvería a meterse a ayudar pasara lo que pasara pues odiaba las cobardías. Tras un nuevo suspiro y junto con los rebeldes agradeció la ayuda a aquellos habitantes del pueblo y se dispuso a seguir a aquellos rebeldes.

Los rebeldes parecían haberlo aceptado entre ellos. Ahora estaban recogiendo los cadáveres y le habían pedido ayuda. Este acepto sin dudarlo ni un instante. Caminó tranquilamente cogiendo los que podía y dejándolos en el carro junto a los demás. Recogió varios cadáveres de marines junto también algunos de los rebeldes. Le había parecido una batalla corta y pequeña pero muy intensa y había muchos muertos por toda la zona. No le gustaba que hubiera víctimas de los rebeldes pues habían peleado por una causa que él veía justa. Le daba igual lo que pasara a partir de ahora, como si acudían hombres del gobierno mundial o más superiores. Pelearía con ellos por ayudar a los rebeldes, su guadaña estaba lista siempre para el combate sin excepción. Sus dientes en forma de lobo estaban afilados y deseosos de lucha y muerte siempre que fueran enemigos que se lo merezcan. Sus ganas de lucha, insuperables, la pelea había traído malas consecuencias pero en esos momentos donde les arrebataba la vida sentía un alivio enorme. La lucha le había gustado, una vez habían recogido al parecer les querían hacer un entierro digno a todos ellos. Algo que a Drake le impresionó y agradó al mismo tiempo.

Mientras que iba en la parte delantera observó aquella patrulla de marines que les habían parado. Que mala suerte habían tenido. Si debían pelear ahora tal vez acabaran arrestados o lo que es peor, muertos. Ellos preguntaron que había en el carro. La situación parecía complicarse bastante. Drake decidió que sería él mismo el que hablara, alguno de aquellos rebeldes podía decir algo indebido o alguna mentira poco creíble. El castaño observo a los marines con expresión tranquila para después decirles en un tono serio y algo sonriente.

- Buenos días tengan ustedes. Pues llevamos algo de paja para mi granja, Tengo una en las afueras y bueno se nos ha acabado la paja. Yo no tenía forma de llevarla así que estos amigos míos se han ofrecido para ayudarme a transportarla señor. Si quiere puede comprobarlo usted mismo. No hay nada que ocultar

Dijo señalando hacia atrás. Tal vez si los marines veían que le daba igual que mirasen creerían que decía la verdad y no harían el esfuerzo. De todas formas el chico lobo ya tenía la intención de atacar si los descubrían. Eran solo tres por lo que la idea de transformarse en lobo y salir corriendo para después ayudarlos seria otra de las opciones. Había hablado algo sonriente ya que si estaba serio del todo sería muy sospechoso. Esperaba la decisión de aquellos marines mientras estaba callado observándolos con cautela.

Los marines se miran entre ellos y un ose acerca al carro. Pero otro lo detiene. Echa una ojeada por encima y os hace una señal con la cabeza. Al parecer la mentira ha funcionado, pues ninguno va a mirar lo que lleváis y os van a dejar pasar tranquilamente. Los rebeldes te miran sorprendidos. Seguramente estaban preparados para lo peor y le había ahorrado una lucha.

-No hace falta mirar. Si llevaran algo no nos dejarían mirar. Adelante, seguid vuestro camino- Dice el marine.

El carro comienza de nuevo su marcha en dirección a la base de los rebeldes. No sabes qué te espera allí ni como será, pero algo en ellos te da cierta confianza. Parecen buena gente y, si se enfrentan a los marines, no pueden ser malas personas. Aunque eso no quita que sean asesinos. Pero, después de todos, tú también eres un asesino de marines.

-Muchas gracias. Ya me temía que íbamos a estar en problemas- Dice uno de los rebeldes.

Antes de que puedas responder se escucha un grito.

-¡Alto!¡Detenédlos!- Grita el marine.

Una rápida ojeada al carro te hace ver que un brazo está colgando por el borde y salpicando en el suelo. En alguno de los baches se debe haber movido el cadáver. Un momento muy inoportuno, pues ya habíais pasado y ahora os siguen unos marines. Aunque, claro, contáis con la ventaja de ir en un carro más rápido que ellos y la base de los rebeldes está cerca.

¿Huis hasta la base a toda prisa u os quedáis a luchar?

El plan parecía ir genial. Los marines se habían tragado de lleno la excusa del chico. Una vez que pasaron este sonreía de lado al ver lo inocentes que habían ido esos hombres creyéndose su excusa. Cuando aquel rebelde le dio las gracias, Drake no tuvo tiempo ni de contestar ya que los marines habían dado la orden de que parasen. Fue cuando entonces el castaño se fijó en el maldito brazo que colgaba por un lado del carro. Solo había dos rebeldes junto a él por lo que seguramente no sobrevivirían a aquella pelea, la decisión del chico lobo había sido clara desde que les dieron la orden. Frunció el ceño de forma exagerada y observó al rebelde que tenia al lado mientras decía calmado pero con un tono bastante serio.

- Cuando te de la señal sal echando leches para adelante y no frenes hasta que lleguemos a nuestro destino o moriremos. Confía en mi y podremos vivir colega

Tras esas palabras que habían sido casi susurros Drake se levanto de su asiento y se coloco sobre la paja de los cadáveres con las manos arriba. Observaba a los marines con una sonrisa algo sádica en su rostro mientras se concentraba un poco. Cuando estos se acercaban el chico sonrió ampliamente mostrando todos los dientes

- Señores, diría que son cabras con manos humanas pero no me creerían. Es algo que no os importa pero os diré un secreto ya que me habéis caído bien. Este día será grande, es el día en que casi pilláis al que será el dio de este mundo. Somos Drake, somos dios

Aquella frase no tenia significado pues no es que fuera bipolar ni nada por el estilo. Simplemente era tan egocéntrico que creía ser un ser muy superior. Con la misma sonrisa rápidamente con las manos aún arriban, bajó la mano derecha con el dedo extendido lanzando una potente onda cortante contra los marines que por acto reflejo tratarían de esquivarla.

- ¡Excalibur!

En ese instante de confusión el chico se giró dándole una voz al rebelde para que este acelerara. Era la señal, aquella onda cortante parecía haber alcanzado a uno de ellos que estaba tirado en el suelo muerto pues le había dado en el pecho. Para evitar tiros lejanos, Drake usó su forma de lobo rápidamente y se tiro con fuerza hacia la paja ocultándose un poco entre los cadáveres para evitar los tiros y asegurarse de estar a salvo hasta que los rebeldes llegaran a la base. El castaño sabía que aquellos actos podían costarle muy caros en un futuro, pero ahora no pensaba en eso. Se había cargado a varios marines tranquilamente como si fuera lo más normal del mundo. Ahora lo que esperaba era llegar cuanto antes a aquella base y tratar de librarse de una maldita vez de los pesados de los marines.

El plan funciona y los marines no pueden seguiros la pista. Tras unos minutos de marcha el carro se detiene frente a un edifico en ruinas. Es de aspecto muy viejo y parece que vaya a caerse de un momento a otro. Sin embargo está bien escondido pues está en el desierto, cerca de la ciudad, detrás de unas dunas de gran altura. Nadie pasa por esta ruta, por lo que es un lugar bueno para un escondite.

Los rebeldes se bajan y te piden que los acompañes al interior. Pero antes de entrar sale un hombre muy fornido y se acerca a vosotros. Te observa detenidamente y luego observa a los dos rebeldes. Mira hacia el carro y hace una señal a dos hombres para que se encarguen de ello. Estos sacan los cadáveres y se los llevan detrás del ruinoso edificio. Seguramente será para enterrarlos.

-Supongo que solo habéis sobrevivido vosotros dos. Es una lástima, no estamos como apra perder gente. Después me contaréis quien es el chico nuevo. Ahora preparaos. Siento que tengáis que luchar de nuevo, pero los marines se acercan aquí. Preparaos todos- Dice el hombre fornido.

¿Te preparas para luchar, vas en busca de los marines o huyes del lugar?

Off:

El plan había sido bastante efectivo y habían conseguido escapar tranquilamente. Al llegar los rebeldes le pidieron a Drake que les acompañase. Este se estaba pensando aquella opción, que le fuera ayudado no significaba que quería seguir allí con ellos. Debería volver a sus viajes y abandonar aquella maldita isla cuanto antes. Sin embargo sabía que los marines los masacrarían si se largaba así de repente. Era cruel, pero aquellas personas no habían hecho nada para merecer ese destino. Solo se habían defendido de una injusticia que no merecían y lo habían hecho genial. El pueblo había colaborado un poco pero habían vuelto a su rutina mientras que los rebeldes habían cargado con el peso de las muertes de aquellos malditos marines que merecían el peor de los infiernos. Por ello este asintió aceptando su oferta cuando de repente un hombre bastante fornido había salido del lugar. Drake al ver al corpulento hombre ya sentía ganas de luchar amistosamente contra él. Le encantaba pelear y el ver a alguien de ese tipo de personas fornidas le hacía que sus ganas de lucha subieran de una forma impresionante. Este hombre había mandado a dos personas que se llevaran los cadáveres.

Según las palabras de aquel hombre no estaban para perder gente por lo que eso significaba que sus refuerzos eran escasos. Además quería que más tarde le presentaran a Drake. Cosa que a este le entusiasmó bastante. Pero ahora según ese tipo se acercaban mas marines lo que hacía que las ganas de luchar del castaño aumentaran. Ya lo había decidido y se quedaría a ayudarles de la forma que pudiese. Si aquel hombre tan corpulento sobrevivía estaba claro que el chico lobo le pediría un combate amistoso después de aquella batalla. Con una sonrisa de lado llevó su mano al mango de su enorme guadaña negra y la sacó para después pasar la lengua por el filo muy despacio para no cortarse. Observó con la misma expresión a los dos rebeldes y al tipo fornido y se giró dándoles la espalda.

- No sientas nada. Pelearemos contra esos idiotas y los mandaremos al infierno, estoy aquí para ayudaros y no permitiré que los marines se salgan con la suya y perdáis la vida por defender vuestra libertad. Peleare con toda mi fuerza y daré mi mejor esfuerzo en esta batalla pero con una sola condición que voy a pedir.

Con una sonrisa mucho más amplia el chico se giró de nuevo a donde estaban los rebeldes y con el dedo índice de la mano izquierda señaló al hombre que parecía bastante fuerte y tenía una gran musculatura.

- Si ambos sobrevivimos a este combate quiero una lucha amistosa contra ti.

Tras estas palabras volvió a sonreír tranquilamente y menos sádico. Ahora era una sonrisa amable mientras apretaba la mano derecha donde agarraba el mango de su guadaña tranquilamente esperando la respuesta de aquel hombre y preparándose para la que sería una gran batalla contra los marines. No le importaba salir herido pero se cargaría todos los posibles.

Off:

El hombre ríe a carcajadas ante tu comentario. Al parecer le causa bastante gracia que lo retes. Quizás porque no te cree a su altura o, quizás, porque la situación no es la típica en la que se pide un combate amistoso. Pero no se niega. Segundos antes de que te responda se escuchan unos cuantos disparos y gritos. Los marines ya están aquí y los rebeldes se preparan para luchar por su vida.

-Está bien, muchacho, acepto tu condición- Te dice el hombre fornido.

Los rebeldes se posicionan entre las ruinas con rifles, pistolas y arcos mientras los que no tienen armas a distancia agarran piedras, palos, y todo lo que tienen a su alcance que puedan lanzar. Mientras los marines se acercan son recibidos por cientos de proyectiles, algunos más mortales que otros, que causan varias bajas entre los afiliados del Gobierno Mundial. Pero no las bajas suficientes.

La balanza sigue muy desigualada y a favor de los marines que no se amedrentan y siguen corriendo hacia vosotros. El hombre fornido se mete en el edificio y sale en poco rato con un cañón enorme. Lo dispara y derriba a un grupo de cuatro marines. Después lo deja en el suelo y agarra una enorme hacha con al que se lanza a por los enemigos como si él solo pudiera con todos.

En unos segundos puedes apreciar como el resto de rebeldes se lanza junto su supuesto líder para luchar. La mayoría han dejado sus armas de fuego y usan armas cuerpo a cuerpo. No aparentan temor, tal y como lo hicieron los primeros que viste y luchan sin miedo a que los enemigos sean mayores en número y mejor preparados y equipados. Desde donde estás ves una clara posibilidad de huida, pero también ves el campo de batalla.

Aquel hombre había aceptado la condición, eso era todo lo que Drake necesitaba para estar motivado, había ignorado su risilla. Ahora era el momento de la batalla, los rebeldes atacaban con armas de fuego derribando a todos los que podían. Esa era la única causa que no le gustaba al castaño, el uso de armas de fuego. Una vez habían soltado las armas y corrían con el hombre fornido a la batalla, este vio una clara ocasión de huida. No iba a dejarlos allí solos y menos después del interesante trato que había hecho. En ese momento sonrió de lado y corrió hacia la batalla, se aproximó a un saliente y desde allí mismo dio un enorme salto. En pleno aire se transformó en su forma de lobo blanco completa. Al aterrizar la bestia blanca observaba a todos y sin pensarlo miro al cielo cerrando los ojos y soltando un enorme aullido que se escuchó en todo el lugar. Tras varios segundos el animal salió corriendo sin pleno aviso hacia la batalla con ganas de sangre. No tardo en llegar a dos marines que estaban de espaldas, seguramente dos reclutas. Pegó un gruñido para alertarlos pues no le gustaba atacar por detrás. Una vez que estos se giraron, el lobo se lanzó a por el de la derecha clavando sus colmillos en su cuello y destrozándole la garganta. Acto seguido saltó hacia atrás y rugió observando al otro con una mirada de ira que llenó al recluta de terror.

- Grrrr…

El marine sacó un rifle y apuntó al lobo rápidamente, este saltó mordiendo el arma por el lado derecho del cañón. El hombre disparó y la bala rozo la mejilla del lobo haciéndole un leve roce del que emanó un poco de sangre. El lobo dejó de morder pues el sonido le había hecho daño en su fino oído. Cayó al suelo haciendo una especie de sonido, como de quejidos. Cuando el marine fue a rematarlo, este volvió a la forma humana y ágilmente saltó a un lado para después saltar a por el hombre con su guadaña en mano atravesándole la boca y sacando la hoja por detrás de su cabeza para después dar un tirón y partirle la mandíbula. La sangre salpicó por todo el rostro del castaño. Con el rabillo del ojo logró ver a otro marine lanzarle un tajo con una katana. Este se giró rápidamente bloqueando con su guadaña ahora llena de sangre. Su sonrisa sádica asustó al marine que dio varios pasos hacia atrás.

- No ataques nunca por detrás cobarde, las consecuencias pueden ser terribles y ninguno queremos que ocurra eso

Dijo con una pequeña sonrisa de lado para después lanzar un tajo de arriba abajo que se clavó en la rodilla, el hombre soltó su katana que cayó al suelo mientras gritaba de dolor. Tras dos segundos el puño de Drake se estrelló en la cara de aquel hombre rompiéndole la nariz en el acto. Después sacó su guadaña de la rodilla del tipo y atravesó su pecho observando después como iban los rebeldes.

Mientras observas cómo va el enfrentamiento algo te sorprende. Frente a ti hay tres marines apuntándote con sus rifles. Ningún movimiento te puede salvar de los tiros, pues aunque intentes matar a uno o atacar a la desesperada hay tres balas que pueden impactar en tu cuerpo y, seguramente, alguna de ellas sea mortal. No hay distancia suficiente como para que fallen ni estás suficientemente cerca como para matarlos a los tres.

¡BANG!

Escuchas los disparos, pero no te ocurre nada. Ves todo negro aunque puedes escuchar el sonido de la batalla. Pocos segundos después tu vista se despeja y te das cuanta de que la inmensa sombra que te cegaba es la del fornido líder de los rebeldes. Se deshace de los tres marines sin dificultad y se acerca a ti. A pocos pasos se derrumba y cae de rodillas. Puedes ver tres heridas en su pecho. Las balas han impactado en él.

-Lo siento, tendré que cancelar nuestra pelea amistosa. Llévalos a la victoria- Te dice antes de caer del todo.

No hay razón para que se interpusiera entre tú y una muerte segura, pero lo hizo y te ha salvado. El suelo empieza a cubrirse de la sangre que brota del hombre mientras los rebeldes siguen luchando. Si ven el cuerpo de su líder puede que se desmoralicen y la batalla termine ya. Necesitan alguien que los guíe, pero puede que no acepten a un desconocido. Hay mucho en juego y, tarde o temprano, verán al hombre fornido muerto.

¿Qué harás?

Los ojos del chico se abrieron mucho cuando observó a los tres marines apuntándole. Parecía que no podía hacer nada, eran tres armas de fuego y estaban a cierta distancia. El solo contaba ahora con su guadaña y no creía que eso le ayudara ahora. Suspiró con una leve sonrisa sabiendo que quizás ahí acabaría todo para él, de repente su vista solo pudo observar oscuridad. Veía todo negro y no sabía el porqué, tras escuchar los disparos pensó que había fallecido. En ese momento se percató de la situación, había sido aquel hombre tan fornido. Este acabó con los tres marines y volvió cayendo de rodillas. Tras las palabras de aquel hombre, el castaño estaba inmóvil. Sus ojos totalmente abiertos y con un tono dorado en ellos. Era una mezcla de ira y pena. Apretó los puños con fuerza y se amarró la guadaña a la espalda.

Su mirada ahora giró para observar a los rebeldes que peleaban. Frunció el ceño y pegó un enorme grito hacia los rebeldes para que le escucharan bien. Su voz expresaba odio y mucho rencor.

- ¡Matadlos sin piedad!

Tras su grito pegó un enorme aullido a la vez que su cuerpo cambiaba. Sus ojos se volvían mas dorados y más intensos. Su cuerpo creciá y se volvía muy musculoso. Empezaban a cubrirse de un pelo blanco. Sus orejas se alargaban y sus uñas pasaban a garras. Su hocicó cambio al igual que una cola salía de la parte baja de su espalda. Cuando este abrió los ojos era un enorme licántropo blanco llenó de odio. Los marines lo observaban algo impactados y asustados. Lo que haría que los rebeldes pudieran aprovechar eso, si es que ellos no estaban igual de impresionados.

Sin pensárselo el enorme ser corrió a por un grupo de tres marines, el primero de estos haciéndose el chulo corrió a por el lobo con una simple katana. Cuando lanzó el tajo a Drake, este paró la hoja del arma con su uña del dedo índice de la mano derecha. Acto seguido agarró al marine de la cabeza y apretó con fuerza su mano para destrozarle parte del cráneo y tirar el cadáver contra los otros dos marines. Estos trataron de levantarse rápidamente pero el enorme licántropo saltó sobre ellos mordiendo el cuello de uno de ellos y aplastándole la garganta con fuerza. La sangre recorría la boca de la bestia blanca que parecía estar fuera de control. El tercer marine logró salir de allí y se levantó cogiendo un rifle cercano de otro cadáver. El licántropo rugió con fuerza y volvió a su forma humana para que a él le fuera mas difícil darle un tiro. El marine empezó a disparar contra el castaño que rápidamente agarró uno de los cadáveres y lo usó de escudo humano caminando con él agarrado hasta llegar al marine. Una vez llegó en pocos segundo echó el cadáver a un lado soltándolo y agarrando del cuello a aquel hombre. De un rodillazo en el estomago le impidió respirar bien y este tiró el arma al suelo. Acto seguido Drake sonrió algo sádico y golpeo la cara del marine con el puño libre partiéndole la nariz. Tras eso lo tiró al suelo y cogió el rifle del marine, metió el cañón en su boca y apretó el gatillo con ira mientras observaba como iba la batalla.

Al ver como huyen, el castaño rápidamente usa su forma de lobo completo para correr más deprisa que ellos. A una velocidad increíble llega hasta uno de los que huyen y salta sobre él. Deja que los demás se vayan, vuelve a su forma humana y de un golpe con fuerza en la nuca deja inconsciente al marine y lo carga a su espalda. Observa como los rebeldes han peleado con valor y han conseguido hacer bien su trabajo de echar a los marines. Lo que lamenta el chico lobo es la pérdida del líder de ellos. La culpa había sido del castaño ya que de no ser por este su líder aún seguiría vivo. Los marines podrían volver, por ello este ya tenía el plan listo. Se acerco a donde parecía haber más de ellos reunidos y dejó el cuerpo del marine inconsciente en el suelo mirando al resto con una mirada seria.

- Ahora escuchadme bien. Yo tengo mis propios objetivos y no puede quedarme en el reino de Arabasta. Aún así no pienso dejaros a merced de los marines, aquí os dejo un rehén. Usadle como excusa para que os dejen en paz si vuelven. Cuando este hombre despierte decidle que le habéis salvado de mí. Quiero que me echéis las culpas, yo tomé a varios de vuestros hombres y os amenacé para que lucharais conmigo. Si no lo hubierais hecho habría matado a vuestros hombres. Esto es lo que vais a decir. Si no funcionara usad a este tío como ya os he dicho. Lamento mucho la muerte de vuestro líder pero sé que aquí más de uno tiene madera para esto y podéis poneros de acuerdo para nombrarlo entre vosotros. Ha sido un placer luchar a vuestro lado y ayudaros amigos, de hecho de no ser por vosotros yo habría acabado muy mal. Tenéis valor, tenéis agallas y tenéis fuerza. Sois el grito de libertad que todos deberían tener. Sois el futuro de esta tierra y sé que esos estúpidos marines os dejaran en paz. Me llamo Drake, simplemente Drake. Hoy me habéis demostrado que unos rebeldes pueden hacerle frente a la marina y a sus hombres. Yo mismo eliminare todos los que pueda en mis viajes, no soporto al gobierno y menos a esa escoria que se cree que puede hacer lo que les dé la gana. Deberíais iros de aquí y uniros a las filas de los revolucionarios. Luchad por lo que queréis y no os dejéis pisotear por nadie. Yo deberé irme de aquí, quiero que cojáis a vuestro líder y le deis el entierro que merece. Ponedle esto en el brazo

Dijo lanzándole a uno de ellos una cinta blanca que el chico llevaba en su hombro amarrada. Con una sonrisa observaba a todos esperando que sus palabras hubieran surtido efecto en ellos. Tal vez incluso había hablado demasiado, pero era lo que sentía en ese momento y sabia que los marines irían tras él ya que se había echado las culpas totalmente.