El agente del gobierno y los piratas

Un bote se acercaba hasta la orilla de la isla de Baterilla. Sobre este iba Ban. Estaba bastante tranquilo, en su boca había un cigarro por el que expulsaba una pequeña cantidad de humo. Vestía con sus ropas de siempre. Llevaba sus gafas de sol moradas redondas en el tabique nasal como de costumbre. Los remos estaban sueltos pues la fuerza de las olas era lo bastante fuerte para llevar el bote hasta la orilla. Una vez lo hizo este bajó del bote estirándose totalmente. Había llegado a su destino. El agente del Cipher Pol caminó sobre la orilla dejando su bote atrás. Mientras caminaba tropezó cayendo en la arena y quedando allí boca abajo tendido. Tras unos segundos este levantó la cabeza escupiendo arena como si no hubiera pasado nada y se sacudió la arena de la ropa y el pelo. Se colocó bien sus gafas de sol y se dirigió al pueblo tranquilamente. Una vez hubo llegado sus azulados ojos se fijaron en la taberna más cercana y se propuso entrar, cosa que hizo segundos después. Se acercó a la barra y se sentó en la última silla de esta que estaba pegada a la pared. Tras medio minuto o cosa así un anciano le atendió. Este hombre vestía con un chaleco marrón y camisa gris. Sus pantalones eran azules y llevaba zapatos negros. Su pelo era canoso y cogido con una cola. Sus ojos verdes oscuros y tenia barba desaliñada. Mediría 1,70. Tendría cerca de los sesenta si es que no los tenía ya. Este hombre le hablo al castaño de forma amable y tranquila mientras sonreía un poco.

- ¿Qué va a tomar joven?

- Póngame un refresco de lo que sea buen hombre.


Dijo Ban en un tono muy tranquilo y calmado. Sus ojos ahora estaban cerrados y no parecía que fuera a abrirlos hasta que aquel hombre llegara. Pese a su funda de Katana y las de las pistolas nadie parecía haberse dado cuenta de que era un Agente del gobierno. Este estaba aquí en una misión que él mismo se había puesto. Capturar algún pirata para encerrarlo, No sabía si podía haber en la isla alguno pero le pillaba cerca y por probar no pasaba nada. No pasaron ni dos minutos hasta que el anciano le trajo un refresco de color amarillo. Este cogió el vaso abriendo los ojos y de un trago se bebió un poco menos de la mitad del liquido que contenía dicho recipiente. La gente parecía seguir con sus cosas. Varios hablaban sobre los marines y el abuso de poder, otros sobre los revolucionarios y demás. Algunos hasta miraban a Ban de mala forma. El chico frunció el ceño observando al resto de la gente de una forma seria y fría calculando la situación. Llevó sus gafas de sol del tabique nasal a los ojos por completo y volvió a mirar hasta donde estaba su bebida para darle un trago y bebérsela del tirón. Tras aquello sacó unos cuantos berries y los puso sobre la barra. El camarero momentos después retiró el dinero y el vaso llevándoselos. Este se quedo un momento observando a su alrededor para ver lo que ocurría con los que le miraban de mala forma.

- ¿Ocurre algo?

Dijo en un tono bastante serio mientras los demás parecían callarse ante su comentario. Un hombre hizo el amago de levantarse pero el tipo de al lado lo agarró parándole y negando varias veces. Finalmente el hombre se sentó de nuevo intentando mantener la calma mientras Ban observaba a todos y cada uno de forma muy seria. Parecía ser que allí los hombres armados no daban buena espina o no se fiaban de los forasteros. Era la primera vez que el chico iba a esa isla y ya se habían puesto así. El camarero se alejó un poco del castaño y siguió atendiendo a la gente para no buscarse problemas. Lo que más le fastidiaba ahora a Ban era que lo miraba más de uno. Odiaba los combates en desigualdad numérica pero si debía hacerlo lo haría y le daría igual si se cargaba a alguien. No le gustaba matar pero si no había otra opción lo haría sin pensárselo dos veces. Todo pareció calmarse un poco y este volvió a lo suyo pero sin dejar de observar a la gente de aquel lugar.

No había hecho muchas misiones de captura aún pues estaba empezando. Por no decir que no había hecho ninguna. De hecho de ser por el hombre que le había criado se habría hecho cazador. Pero por ese hombre se había hecho agente del gobierno mundial. Capturar piratas o revolucionarios era algo que ahora le había atraído y se dedicaría a ello durante un tiempo. No tenía nada mejor que hacer por el momento. Los humos de aquellas personas parecían haberse bajado considerablemente. Tal vez temieron las fundas de las pistolas o de su katana. Pero si eso era lo que les asustaba mal hacían pues el verdadero peligro de Ban no estaba ahí. Ahora parecía haberse calmado un poco también después de lo sucedido con esos estúpidos.

Estaba viajando de isla en isla y a decir verdad estaba claro que ya era un pirata que al parecer le gustaba navegar solos, pero es que banda que quería meterme me rechazaban o simplemente me intentaban vender como esclavo, lo natural al ver a un Gyojin fuera del agua donde se supone que teníamos la desventaja antes los humanos, era un craso erro puesto que los Gyojin no tenemos desventajas excepto si nos encontramos con algún humano lo suficientemente fuerte como para plantarnos cara pero eso no era tan habitual, así que me quede tranquilo iba recostado en mi pequeño barco y entonces logre notar como es que ya las olas eran suficientes, así que hice las velas y me relaje ya que las olas estaban estables, el cielo estaba despejado  y poco me molestaba, sería más rápido llegar nadando ya que la isla no estaba tan lejos como para demorarme mucho y es más así lo decidí para quitarme el aburrimiento, así que baje el ancla y de un salto llegué al agua, y entonces empecé a nadar bajo el agua y al llegar a la isla de un salto puse mis pies en la tierra.

La gente como era normal empezó a gritar, les quite la importancia y empecé a caminar aun con mis ropas algo mojadas pero con este clima pronto se secarían y me dejarían de molestar, no sabía dónde estaba ni siquiera sabía en qué dirección ir. Me guíe por mi instinto y empecé a caminar rumbo a una taberna que no estaba a lo lejos, a decir verdad estaba algo sediento pero quería algo diferente, al parecer los humanos bebían sake, no había tenido la oportunidad de beberlo pero al parecer ahora podría hacerlo. Así que me encamine a la taberna y pasos lo de siempre, humanos mirando con desprecio, otros huyendo al notar que me acercaba y unos pocos ni se inmutaban al verme cosa que me hacía relajarme y a ratos bajar la guardia, ignore todo eso y entre en la taberna. Agache mi cabeza y logre notar como es que chocaba a alguien (Ban), pase de largo y me fui a sentar tan rápido como pude, no quise pedir disculpas ya que el humano podría reaccionar de manera violenta y ocasionar una pelea, me puse en un lugar estratégico en donde la sombra me tapaba la cara y solo se dejaban ver mis ojos azules. Un abuelo de quizás 70 si es que no cumplidos me atendió, no lo deje hablar ya que sabía a lo que venía así que le dije:

Sawaki: Solo tráeme una botella de Sake.-mencione mientras que con uno de mis brazos lo apoyaba al borde de la silla y el otro lo dejaba en la mesa, el anciano no se tardo mucho y dejo al lado un pequeño vaso, así que me serví en el vaso y empecé a tomarlo lentamente mientras que veía desde mi posición todo lo que pasaba en la taberna, ya que en estos lugares solía meterme en uno que otro problema, y esperaba que estos humanos no hicieran nada estúpido.

Ban seguía a lo suyo tranquilamente cuando alguien se había chocado con él. Este al ver que la persona seguía adelante suspiró y giró la cabeza hacia donde se había dirigido aquel chico para decir en un tono muy tranquilo y calmado

- Un poco de cuidado hombre

En ese momento volvió a lo suyo hasta ver a la chica peli azul entrar en el local. Suspiró de nuevo y siguió observando la barra muy tranquilo. Esa tranquilidad duraría poco en aquella taberna. Uno de los hombres que no paraba de mirarle se levantó con lo que parecía una pequeña navaja y se acercó hasta el agente del gobierno con una mirada seria y un poco borracho. Normal, en su mesa había al menos siete u ocho cervezas y no le habrían sentado bien por lo que parecía.

- Tu, eres un forastero por lo que veo y no le caes bien a le gente. Más te vale no hacer ninguna estupidez como volver a levantar la voz en este sitio. No me gustaría rajarte de arriba abajo como un cerdo.

El amigo de este hombre empezó a reír desde su sitio al sentir las palabras de su compañero. Ban por el contrario lo observaba de forma bastante seria. Sus oscuros ojos azules estaban clavados en los de aquel hombre. Parecía haberle dado igual lo que había dicho pues no mostraba signos de enfado ni nada por el estilo. Lo único que hizo fue sonreír un poco de forma sádica y soltar unas palabras tras una carcajada

- Tiene gracia que un cerdo amenace con rajarme como uno de su especie.

El tipo frunció el ceño mientras Ban se partía de risa mirándolo y con la lágrima saltada. Algunos de los tipos de allí se pusieron serios mientras que otros se tronchaban de risa por las palabras del castaño. Tras unos segundos de humillación el tipo de la navaja intento clavar esta última en el pecho de Ban. Este como era normal no se iba a estar quieto, agarró de repente el brazo de aquel hombre con mucha agilidad y sonrió de nuevo mirándolo a los ojos. Apretó un poco la mano y el hombre soltó la navaja gritando de dolor. Tras aquello se levantó y echó el puño derecho hacia atrás para después lanzar un puñetazo que lo lanzo a tres metros de distancia estampándolo con una mesa

- ¡Puño de 75 kilos!
Gritó con una pequeña sonrisa siniestra, Tras aquello el amigo del hombre que había sido golpeado se levanto y corrió a por Ban, furioso. Este espero a que se acercara para sacar una de sus pistolas y ponérsela en la frente sonriendo de lado. Tras esto el hombre se había frenado y retrocedió asustado agachando la cabeza y ayudando a levantar a su compañero que estaba en el suelo mareado y sangrando por la boca y nariz. Ban guardó el arma y observó a todos los de la taberna que lo observaban algo serios.

- Soy Ban Midou. Agente del gobierno mundial, el próximo que se pase de listo le volare la cabeza. No he hecho nada malo para ser tratado así. Ya lo sabéis. Adiós a todos estúpidos

Dijo furioso saliendo por la puerta hacia la calle y caminando por esta muy tranquilo pero con el ceño fruncido por lo que había sucedido dentro.

Suspire con el vaso en la mano mientras veía como es que al humano que chocaba empezaba a atacar a algunos humanos que también estaban causando problemas, pero me sorprendió ver a una chica peli azul no aparentaba tener muchos años, es más me atrevería a decir que era una jovenzuela, quizás con menos años que yo, en fin vi como es que el pelo castaño se iba furioso no sin antes mencionar unas palabras que me llamaron la atención, según él era un agente del Gobierno Mundial, me quede pensando en eso y al parecer ese humano era fuerte. Quizás más fuerte que todos en la taberna y por eso mismo nadie se inmuto cuando este se fue de la taberna y todos se quedaron callados. Sus acciones no eran tan diferentes a las de todos los humanos, no tenían cabeza y solo actuaban por mero instinto. Pero aun así me sorprendía la enorme confianza para decirles a todos que era un agente del tan temido Gobierno Mundial en el mundo de los piratas, eso le ocasionaría problemas a futuro. Bebí un trago más de mi vaso para luego susurrar para mi mismo:

Sawaki: Vale, al parecer encontré a un humano interesante. Me pregunto si será fuerte.-mencione mientras dejaba el vaso en la mesa, a decir verdad al parecer había encontrado algo interesante para hacer en la isla, y quizás me ayudaría en cierta forma, así que agarre la botella de Sake, deje un par de berries en la mesa, los últimos que tenía de hecho así que más tarde tendría que robarle a uno que otro humano para seguir con mi viaje. Empecé a caminar por la taberna y salí por esa puerta de madera que estaba podrida, ya tenía algo divertido que hacer, así que busque con la mirada al del pelo castaño y lentes oscuros para seguirlo un rato y ver que hacía.

Lo encontré, y para mi fortuna no estaba tan lejos, pero aun así con mi aspecto y el caos que empezaría dentro de poco no duraría mucho este pequeño camuflaje que tenía entre las personas, así que clave mi mirada en el humano para no perderlo de vista en el mar de gente que estaba por venir, pero nada de eso ocurrió ya que al escuchar los gritos de unas personas que estaban no tan lejos, todos se alertaron y logre notar como es que todos se empezaron a notar en mi presencia. Suspire de forma pesada y entonces el grito de una mujer dio inicio al caos, pero como estaba cerca de mi logre escuchar con claridad su grito, y esta grito:

Mujer: ¡¡¡MONSTRUO!!!-con ese grito todos los humanos aledaños empezaron a correr, se notaba que estaban asustados, pero si ni siquiera había hecho algo. Ignore todo eso pero avanzar era imposible entre tanta gente que corría como en todas las direcciones, era la primera vez que ocasionaba un pánico entre las multitudes tan grande, cosa que me hizo pensar que estaba en un mar. No sabía cuál de los cuatro era pero era uno. Independiente si era el East Blue, South Blue, North Blue o West Blue, ya que solo en ellos podría generar tanto caos, puesto que en las islas del Grand Line la existencia de los Gyojin no era un mito, volví a suspirar mientras trataba de no perder al humano de mi vista ya que si lo perdía al estar en una isla tan grande buscarlo y encontrarlo sería una misión casi imposible por no decir imposible. Así que mientras la gente seguía corriendo trataba de no perder al humano de vista, a veces era una pequeña maldición ser un Gyojin y no poder tener una vida tranquila con los humanos…pero esperaba que pronto esto terminara y que nada ni nadie nos impidiera estar en la superficie como todos.

Ban salía de aquella taberna con algo de ira en su interior, no quería problemas pero siempre tenía que estar el típico tonto de pueblo que la liase. Aunque se había tragado aquel golpe del castaño, este tenía ganas de darse la vuelta y darle otro pero no era muy aconsejable volver adentro. Había desvelado que era un agente del gobierno mundial. Cualquiera hubiera visto ese acto como un error tonto, no era el caso de este hombre. No temía a nadie que le hiciera frente, aunque no tuviera posibilidades pelearía hasta el final. Todavía no controlaba demasiado bien su fruta del diablo pero con el tiempo y la práctica lo iría consiguiendo. Solo era paciencia, sumado a los entrenamientos que haría del Cipher Pol pronto se convertiría el alguien mucho más peligroso de lo que era ahora. El aire fresco acariciaba el rostro del chico que parecía estar algo más relajado con forme caminaba por las calles de aquella isla. De repente algo captó su atención. Una mujer gritando algo de un monstruo, el chico se giró rápidamente y lo único que observó fue a la gente corriendo de un lado a otro. Había demasiados para poder ver algo por lo que los azulados ojos del agente del gobierno no pudieron ver al Gyojin.

Por un momento llegó a pensar que aquello de monstruo lo habían dicho por él por lo que había liado en el bar. Si era así no le importaba para nada y si no lo era pues lo mismo. Su meta ahora era entrenar para alcanzar lo que soñaba alcanzar. Ser un agente del CP 9, algo bastante complicado y que le costaría lo suyo conseguir. Aquello no era cualquier tontería y estaba claro que le quedaba mucho camino por delante. Mientras caminaba una de las personas alborotadas chocó contra Ban, este casi cae al suelo pero no fue el caso. Un buen equilibrio le salvó del golpe que se podría haber dado. Tras eso se fijo que el que le había empujado accidentalmente era un hombre mayor de unos cincuenta años. No hizo nada, solo agacho un poco la cabeza y siguió andando. Les tenía respeto a los ancianos y no tocaría a ninguno de mala forma ni le levantaría la voz. Llevó la mano al bolsillo de su camisa para sacar un cigarro y un encendedor. No tardó más de cinco segundos en meterse el cigarro en la boca, encenderlo y guardarlo de nuevo mientras soltaba algo de humo por la boca tras la primera calada.

A base de caminar el agente del gobierno había llegado a una pequeña plaza donde había críos jugando con una pelota. Uno de los críos golpeó dicha pelota con el pie y esta fue a parar a los pies del castaño. El chico se acercó pidiéndole la pelota con una sonrisa y Ban con un gesto amable en el rostro se la dio echándosela con el pie despacio. El niño dio las gracias y se puso a jugar de nuevo con los demás críos de aquella plaza. Este tranquilamente suspiró y se sentó en un banco tranquilamente mientras echaba sus gafas hacia abajo sobre el tabique nasal dejando ver sus ojos y fumando tranquilamente mientras pensaba en sus cosas.

Estaba todo relativamente tranquilo, pero entre los gritos y la gran multitud que corría a cada paso que daba, me dificultaba el caminar tranquilamente Suspire de forma pesada ya que de cierta forma no me gustaba esta idea de ocasionar problemas en cada isla que estaba, en fin trataba de no perder al chico del Gobierno Mundial ya que en sí había despertado una gran curiosidad en mi, ya que si era de esa organización debería ser increíblemente fuerte o lo suficiente como para lograr entretenerme, estaba en eso pensaba cuando la voz de una chica interrumpió mis ideas de cómo atacarlo y empezar una pelea, en sí solo me preguntaba porque buscaba a un tal Ban Mindao, su nombre no me sonaba para nada, pero seguramente se refería a aquel sujeto que era del Gobierno Mundial, sonreí de forma entretenida, al parecer si habían humanos que no les temían a los Gyojin, así que con la misma sonrisa le respondí a aquella chiquilla peli azul que me sonaba de verla en la taberna:

Sawaki: Porque me despertó el interés…nunca me he topado con un humano del Gobierno Mundial y quiero ver si es fuerte. Eso es todo.-sin darme cuenta ya había llegado a una especie de plaza, mire por todos lados buscando a ese humano, y entonces logre encntrarlo sin mucha dificultad estaba fumando un cigarrillo en una banca, logre notar que no había mucha gente pero aun así al ser un lugar tan grande podría vigilarlo sin problemas desde su actual posición, eso si es que las personas no volvían a formar un gran caos como el que ocurrió hace escasos minutos. Me quede pensando con la mirada fija en ese humano, a decir verdad razones para pelear contra él no habían muchas pero aun así  si lograba comprobar su fuerza probablemente sería un gran rival a futuro, vi a lo lejos una pequeña casa. Y empecé a caminar algo rápido para dejar a aquella chiquilla atrás, ya que no quería que esta saliera lastimada por mi culpa, me apoye en la pared con los brazos cruzados. Una pequeña sombra cubría gran parte de la pared pero lograba ver sin dificultad a ese humano, clave mi mirada en él para no perder de vista ninguna clase de movimiento que pudiera hacer, ya que si lo perdía de vista aunque sea un segundo o minuto podría perderlo para siempre y perder mi oportunidad de poder pelear contra él, así que me quede tranquilo mientras que seguía en mi pequeña tarea de vigilar y seguir a ese humano, de momento era lo único que me divertía así que me quede en completo silencio y esperaba que se mantuviera así. No quería que por culpa de alguna especie de gritos o la gente demasiada alarmada, el mocoso del Gobierno Mundial se diera cuenta de mi existencia. Estaba algo preocupado por eso pero con un pequeño suspiro me quede sin preocupaciones, después de todo siempre estaba eso de improvisar en esta situación y eso era algo que se me daba bien.

Ban fumaba muy tranquilo con su mirada fija ahora en el cielo, despacio fue cerrando los ojos relajándose tras lo que había pasado en la taberna. Se había puesto algo de los nervios, aún era un novato en aquello de salir a las islas a investigar. La verdad aquellas miradas sobre él le habían molestado bastante. De repente alguien dijo su nombre y se sentó junto a él. Era una chica de pelo azul y ojos azules la cual decía ser una periodista. Al escucharla preguntarle todo eso pensó que no tenía nada mejor que hacer así que decidió contestarle. Ahora sí, no le pensaba decir la verdad así que se lo iba a inventar todo sobre la marcha.


- Estoy en esta isla por placer. Solo me apetecía descansar un poco de la rutina pero aquí no soy bien recibido por lo que veo. Solo pretendía tomarme algo en alguna isla y tras eso tumbarme en una hamaca a tomar el sol tranquilamente sin preocupaciones. Pensando solo en cómo ponerme moreno y nada más. Espero que esto responda a su primera pregunta señorita.

Tras la primera pregunta contestada, Ban procedió a contestar la segunda tranquilamente mientras echaba una calada a su cigarro acabándolo y echándolo al suelo. Se reajustó las gafas de sol colocándolas de forma recta pero permaneciendo estas en su tabique nasal para que sus ojos se pudieran ver.

- Pues no, no he venido solo ahora que lo mencionas. Sería demasiado aburrido, por ello me he traído conmigo a unos cuantos amigos que están por aquí. Se llaman, mi querido paquete de tabaco y mi encendedor. Y si, les tengo tanto aprecio que los considero mis amigos ya que esa palabra no parece existir últimamente.

Una vez había respondido pensó en la respuesta de la tercera pregunta. Esta vez estaba algo más complicada pues lo que había montado en aquel lugar había sido por una simple mirada que había recibido y después una advertencia. Suspirando tomó aire para responderle a su última pregunta y tras unos escasos instantes le respondió tranquilamente.


- Digamos que no soporto que nadie me levante la voz y mucho menos se me ponga chulito por así decirlo. Por eso mismo usé la fuerza contra aquel hombre, para hacer que cerrase la boquita. Yo no lo considero un espectáculo sino una pequeña escena de disciplina. Creo que todas sus preguntas han sido contestadas señorita periodista.

Sonrió de lado tranquilamente cuando la pelota con la que jugaban los niños llegó hasta sus pies. Otra vez la pelotita, pensó. Se acerco otro chico distinto al de antes pidiéndole por favor la pelota. El chico parecía tener unos nueve años. El castaño sonrió ampliamente y le removió un poco el pelo dándole con su pie la pelota al crio.

- Toma amigo y tened un poco de cuidado, podéis haceros daño

El chico le dio las gracias y se fue a jugar con los demás. Ban observó de nuevo a la chica sin saber que estaba siendo observado por un tritón, por lo que estaba muy tranquilo como si no pasara nada.

Al ver las acciones de aquella chica peli azul me lleve la mano derecha a mi frente, pero seguí viendo un tiempo y logre ver como es que unos mocosos humanos estaban jugando con una pelota, si no mal recordaba creo que era la segunda vez que aquel balón llegaba a donde estaba el del Gobierno Mundial, a decir verdad este lugar sería el mejor para empezar una pelea ya que sería lo suficientemente amplio para atacar con todo mi poder y también con muchas salidas en caso de estar en apuros y escapar. Pero aun así debía esperar un poco más. Tenía que ser paciente, no se me podía ir la oportunidad de pelear contra alguien de la institución que más odiaba en el mundo de los humanos, el Gobierno Mundial.

Me quede viendo las acciones que llevaban la peli azul con el de pelo castaño, a decir verdad esa chica parecía algo interesada en ese sujeto al igual que él, pero seguramente era con ideas totalmente distintas. Se notaba que estaban charlando de algo pero por culpa de la distancia y por uno que otro ruido que estaba cerca de mi posición era casi imposible escuchar algunas palabras provenientes de esos dos, quería algo de información, saber a lo que me estaba a punto de enfrentar por ahora al parecer solo sabía su nombre, Ban Midou, ese era el nombre de aquel sujeto que estaba viendo desde hace rato.

A decir verdad no contaba con alguna especie de plan, pero algo me decía que si usaba correctamente a los humanos que estaban en la plaza podría crearme la chance perfecta para crear un espacio lo suficientemente amplio y atravesar la defensa de aquel marine ya que por ahora desconocía si habían otras organizaciones aparte de la Marine y para mí el Gobierno Mundial y la organización antes mencionada pertenecían a la misma cosa. Así que denominaré a ese sujeto como marine por un tiempo, no me atrevía a llamarlo por su nombre. No por ahora.

Así que sin más empecé a caminar rumbo al centro de la plaza y entonces la gente al verme a plena luz del día volvió a crear ese caos de antes, las personas que estaban en el centro de la plaza y la que estaba a los al rededores empezaron a correr por todos lados creando un camuflaje perfecto para mi, los gritos también fueron un buen escondite de mi avance y entonces me encamine al tal Ban Mindao esperando que este no se moviera y entonces empecé a acercarme a su posición esperando que nadie me viera, era hora de dar el primer golpe. No me demore mucho para llegar a su posición, y entonces eleve mi pierna derecha para tratar de conectarla en su rostro, no iba a ser difícil llegar a su rostro por el simple hecho de que estaba sentado. Mientras lo atacaba dije con una sonrisa.

Sawaki: Es hora de ver que tan fuerte es el Gobierno Mundial. Veamos de que estas hecho, humano.-mi tono era de confianza, con mucha determinación y sin vacilaciones, era hora de hacer algo divertido y usaría a este sujeto antes de irme de aquí, después de todo era lo que necesitaba. Diversión y eso era lo que estaba a punto de darme ese humano, con o sin su consentimiento.