Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Ohara, Una isla que hoy tendría algo inesperado. Era el lugar donde Drake tenía su siguiente objetivo. Una sonrisa tétrica tenía ese día el castaño. En su bote, viajaba hacia aquella isla con total tranquilidad. Era la hora de mostrar a la marina su poder, eliminaría a gente y pensaba armar follón para atraer a varios reclutas o algún que otro cabo. La barca donde siempre viajaba se movía con los golpes de las olas que el mar ejercía, la orilla ya se veía desde la posición del castaño. En su espalda su guadaña, sus guanteletes en la cintura amarrados por la cuerdecita roja. Iba sin camiseta dejando ver su musculoso y exagerado cuerpo. Solo llevaba sus pantalones y su habitual calzado. En su mirada, algo de emoción y adrenalina con unas ganas tremendas de comenzar el infierno que iba a desatar sobre la isla de Ohara. Intentaría no dañar a los habitantes que fueran inocentes pero si alguno moría tampoco le iba a importar mucho. Tenía épocas donde se volvía completamente sádico sin importarle nada más. Tan solo cargarse a la gente para alertar a la supuesta justicia.
El bote finalmente ayudado de unas cuantas olas llegó a la orilla y se frenó en la arena tranquilamente, cuando esto ocurrió las piernas del chico lobo lo sacaron del bote. Su sonrisa era amplia y psicótica. Arrastró el bote con una mano como si de un juguete se tratase y lo dejó fuera del alcance de las olas para que no se lo llevaran y empezó a caminar rumbo al gran árbol del centro de la isla. Pero antes algo le llamó la atención, un barco de la marina allí anclado. Vaya suerte que había tenido, justo lo que buscaba. Comenzaba la fiesta literalmente, el chico dio un salto hacia delante transformándose en un lobo enorme de color blanco y ojos dorados. El animal se desplazaba muy tranquilamente cuando un hombre que al parecer era un recluta pasó por delante de él. Venia el interior de la isla, sus motivos lo sabría el mismo. Este pareció ver al lobo y se acercó despacio hasta donde estaba con tranquilidad. Estiró su mano para acariciarle la cabeza y fue cuando el lobo blanco abrió sus fauces mordiéndole la mano con fuerza destrozándosela. El marine gritó de dolor y se echó hacia atrás sangrando por la mano mientras maldecía al lobo sin parar. La bestia blanca saltó sobre el hombre clavando sus dientes en el cuello de este con fuerza y aplastándole la garganta con fuerza. Cuando el marine había muerto, el lobo soltó su cuello y se relamió mientras la sangre que manchaba sus colmillos goteaba sobre la blanca arena de la playa. Sus ojos eran penetrantes y terroríficos. Tranquilamente volvió a la forma humana y cogió el cuerpo del marine con una sola mano por el cuello. Con una sonrisa de lado lo lanzó a un par de metros hacia atrás y volvió a mirar al barco de la marina con una siniestra sonrisa en su boca.
El bote finalmente ayudado de unas cuantas olas llegó a la orilla y se frenó en la arena tranquilamente, cuando esto ocurrió las piernas del chico lobo lo sacaron del bote. Su sonrisa era amplia y psicótica. Arrastró el bote con una mano como si de un juguete se tratase y lo dejó fuera del alcance de las olas para que no se lo llevaran y empezó a caminar rumbo al gran árbol del centro de la isla. Pero antes algo le llamó la atención, un barco de la marina allí anclado. Vaya suerte que había tenido, justo lo que buscaba. Comenzaba la fiesta literalmente, el chico dio un salto hacia delante transformándose en un lobo enorme de color blanco y ojos dorados. El animal se desplazaba muy tranquilamente cuando un hombre que al parecer era un recluta pasó por delante de él. Venia el interior de la isla, sus motivos lo sabría el mismo. Este pareció ver al lobo y se acercó despacio hasta donde estaba con tranquilidad. Estiró su mano para acariciarle la cabeza y fue cuando el lobo blanco abrió sus fauces mordiéndole la mano con fuerza destrozándosela. El marine gritó de dolor y se echó hacia atrás sangrando por la mano mientras maldecía al lobo sin parar. La bestia blanca saltó sobre el hombre clavando sus dientes en el cuello de este con fuerza y aplastándole la garganta con fuerza. Cuando el marine había muerto, el lobo soltó su cuello y se relamió mientras la sangre que manchaba sus colmillos goteaba sobre la blanca arena de la playa. Sus ojos eran penetrantes y terroríficos. Tranquilamente volvió a la forma humana y cogió el cuerpo del marine con una sola mano por el cuello. Con una sonrisa de lado lo lanzó a un par de metros hacia atrás y volvió a mirar al barco de la marina con una siniestra sonrisa en su boca.
Angeline Labelle
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Ohara, una isla sin igual, única, ese era el objetivo de Kryword, buscaba encontrar algo de información sobre la historia de la isla. No tenía ningun problema en matar a cualquier marine que se le pusiera por delante pero no quisiera matar ningún ciudadano inocente. Estaba tumbado en el barco mientras esperaba llegar a la isla con la ayuda del oleaje, no tenía las más mínimas ganas de remar, pero de repente vio algo que le llamo la atención. Lo que vio era un barco de la marina, y para no cruzarse con el decidió esquivarlo y dejar el barco entre unas rocas. El barco era un pequeño bote pero con su bandera sobre el y no piensa perder su bote.
Me levanté del bote y empezé a estirar mis musculos, había viajado por 3 días para encontrar esta isla y no fue nada fácil. Después de estirar me dispuse a buscar algún ciudadano y hacerle algunas preguntas. Cojí mi mochila de color marrón con algo de comida y agua y comenzé a andar hacía el arbol. Conseguí andar 20 pasos y entonces oi un grito, un grito de terror que venía del barco de la marina. Me picaba la curiosidad de porque sería y decidí acercarme al barco sigilosamente. Me escondí en unos matorrales para ver que pasaba, desde ahí vi un lobo blanco con la boca llena de sangre y el cuerpo de un marine sobre la arena desangrandose completamente. Cuando vi que estaba sonriendo hacía los marines supe que no era un lobo sino un humano y decidí acercarme en mi forma de guepardo a hablar con el. Esperaba que no hubiera problemas para hablar de animal a animal y ademas tenía algunas mentiras preparadas por si hubiera cualquier problema.
Le grité de lejos:
-Vaya vaya, ¿que es todo este jaleo?, ¿uno ya ni puede descansar tranquilo un día soleado como este?
Me levanté del bote y empezé a estirar mis musculos, había viajado por 3 días para encontrar esta isla y no fue nada fácil. Después de estirar me dispuse a buscar algún ciudadano y hacerle algunas preguntas. Cojí mi mochila de color marrón con algo de comida y agua y comenzé a andar hacía el arbol. Conseguí andar 20 pasos y entonces oi un grito, un grito de terror que venía del barco de la marina. Me picaba la curiosidad de porque sería y decidí acercarme al barco sigilosamente. Me escondí en unos matorrales para ver que pasaba, desde ahí vi un lobo blanco con la boca llena de sangre y el cuerpo de un marine sobre la arena desangrandose completamente. Cuando vi que estaba sonriendo hacía los marines supe que no era un lobo sino un humano y decidí acercarme en mi forma de guepardo a hablar con el. Esperaba que no hubiera problemas para hablar de animal a animal y ademas tenía algunas mentiras preparadas por si hubiera cualquier problema.
Le grité de lejos:
-Vaya vaya, ¿que es todo este jaleo?, ¿uno ya ni puede descansar tranquilo un día soleado como este?
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El día no podría haber empezado mejor. Acababa de llegar a Ohara con un grupo de marines para inspeccionar la isla durante un control rutinario. Por lo visto había habido algunos ataque de piratas a la isla y los habían enviado allí para asegurarse de que no quedaba ninguno. Él había sido uno de los pocos en quedarse en el barco. La mayoría del grupo se encontraba en la ciudad y solo unos pocos continuaban por aquella zona, de entre ellos él era el único que se encontraba en cubierta. Kodama estaba vigilando cualquier barco que se acercara en busca de posibles amenazas cuando lo vio.
Parecía un hombre normal que acababa de desembarcar de un pequeño bote. Estaba apunto de bajar a pedirle que se identificara cuando uno de los reclutas que estaba en la ciudad volvía al barco. Sin embargo se desvió del camino para acercarse al lobo. Un enorme lobo blanco ocupaba ahora el lugar del hombre que acababa de desembarcar. El marine parecía no darse cuenta de la posible amenaza que representaba un animal tan grande como aquel ya que, absurdamente, había intentado acariciarlo. En ese momento el lobo le atacó sin previo aviso acabando con su vida para, justo después, transformarse en un musculoso hombre con una inquietante mirada en sus ojos.
Estaba a punto de dar la alarma cuando vio como otro animal se acercaba al hombre-lobo. Esta vez era un guepardo. "¿Qué demonios pasa hoy?"- pensó Kodama asombrado por lo que parecía una charla entre ambos. Seguramente sería otro hombre-animal, tal vez aliado del lobo. Eso le tranquilizó, no le gustaba la idea de matar animales.
Entonces decidió intervenir. Aquel día, que al principio se presentaba tranquilo y relajado, acababa de convertirse en el inicio de una batalla. Entró al interior del barco y fue hasta donde se encontraban los cañones, cargó tres de ellos y, con toda el cuidado de no fallar, los disparó directamente contra los dos extraños. No estaba seguro de si les acertaría pero lo importante era que el sonido de los cañonazos llamaría la atención del resto de marines repartidos por la isla. Después, sin esperar siquiera a ver si había acabado con ellos, subió de nuevo a la cubierta y con la calma que lo caracterizaba esperó tranquilamente a ver como se desarrollaban los acontecimientos.
Parecía un hombre normal que acababa de desembarcar de un pequeño bote. Estaba apunto de bajar a pedirle que se identificara cuando uno de los reclutas que estaba en la ciudad volvía al barco. Sin embargo se desvió del camino para acercarse al lobo. Un enorme lobo blanco ocupaba ahora el lugar del hombre que acababa de desembarcar. El marine parecía no darse cuenta de la posible amenaza que representaba un animal tan grande como aquel ya que, absurdamente, había intentado acariciarlo. En ese momento el lobo le atacó sin previo aviso acabando con su vida para, justo después, transformarse en un musculoso hombre con una inquietante mirada en sus ojos.
Estaba a punto de dar la alarma cuando vio como otro animal se acercaba al hombre-lobo. Esta vez era un guepardo. "¿Qué demonios pasa hoy?"- pensó Kodama asombrado por lo que parecía una charla entre ambos. Seguramente sería otro hombre-animal, tal vez aliado del lobo. Eso le tranquilizó, no le gustaba la idea de matar animales.
Entonces decidió intervenir. Aquel día, que al principio se presentaba tranquilo y relajado, acababa de convertirse en el inicio de una batalla. Entró al interior del barco y fue hasta donde se encontraban los cañones, cargó tres de ellos y, con toda el cuidado de no fallar, los disparó directamente contra los dos extraños. No estaba seguro de si les acertaría pero lo importante era que el sonido de los cañonazos llamaría la atención del resto de marines repartidos por la isla. Después, sin esperar siquiera a ver si había acabado con ellos, subió de nuevo a la cubierta y con la calma que lo caracterizaba esperó tranquilamente a ver como se desarrollaban los acontecimientos.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Drake notó como un guepardo se acercaba y volvió a su forma de lobo completo. Al principio pensaba que el animal era salvaje y querría atacarle o se habría sentido atraído por el olor de la sangre del cadáver. Pero su sorpresa llegó cuando de repente el animal empezó a hablarle como si nada. Entonces entendió que era otro usuario de una fruta del diablo zoan carnívora. De un guepardo para ser exactos, uno de los animales más rápidos del planeta y quizás el más rápido de ellos en tierra. El lobo blanco observaba al animal que por naturaleza solían ser rivales. Algo así como el perro y el gato pero nada de aquello importaba ahora, solo le contestó tranquilamente mientras una brisa alborotó el pelaje de los dos animales que ahora se encontraban uno en frente del otro.
- Pues aún queda escándalo para rato, voy a eliminar a todos los marines que vea a mi paso y no quedara vivo ninguno. Si debo matar a los habitantes de esta isla lo hare pero siempre que no se metan en mi camino vivirán. Ahora si me disculpas yo debo seguir con mi pequeño respeto hacia la marina.
Dijo de forma sarcástica cuando de repente un sonido de disparo le alertó. Como acto reflejo el lobo saltó a un lado esquivando el cañonazo. Gruño por lo bajo esquivando el segundo y el tercero, pero este ultimo dio más cerca de su posición e hizo que la bestia blanca volara por los aire y cayera contra la arena. Llenándose el cuerpo de esta. Se levanto rápidamente con un rugido. Sabía que eso atraería a los marines de la isla, pero estos poco podrían hacer con la velocidad de un lobo y menos con la de un guepardo que era muy superior. Tras un nuevo rugido los ojos del lobo vieron en cubierta a un marine. Seguramente el causante de aquellos cañonazos que casi hacen al animal saltar en pedazos. Sin pensárselo corrió en dirección al barco gruñendo y una vez cerca saltó a la cubierta quedando sobre el filo de la borda y después saltando al interior.
Observó al marine gruñendo por lo bajo cuando de repente su cuerpo empezó a cambiar a la forma humana quedando en el chico de pelo castaño musculoso y de mirada sádica. Parecía no haberle hecho ninguna gracia lo de los cañones y observaba al marine de forma seria mientras llevaba la mano de forma descarada al mango de su enorme guadaña negra, la cual este manejaba muy fácilmente debido a su enorme fuerza. Aquel marine casi acaba con su vida y era algo que no iba a permitir el chico lobo.
- Espero que estés contento con ese ataque si es que has sido tú claro. Aunque de todas formas pensaba acabar con este barco, si huyes sin montar follón te perdonare la vida amigo. Tus compañeros tardaran un poco en llegar y más de uno se convertirá en un cadáver. Por lo que te doy esta opción.
- Pues aún queda escándalo para rato, voy a eliminar a todos los marines que vea a mi paso y no quedara vivo ninguno. Si debo matar a los habitantes de esta isla lo hare pero siempre que no se metan en mi camino vivirán. Ahora si me disculpas yo debo seguir con mi pequeño respeto hacia la marina.
Dijo de forma sarcástica cuando de repente un sonido de disparo le alertó. Como acto reflejo el lobo saltó a un lado esquivando el cañonazo. Gruño por lo bajo esquivando el segundo y el tercero, pero este ultimo dio más cerca de su posición e hizo que la bestia blanca volara por los aire y cayera contra la arena. Llenándose el cuerpo de esta. Se levanto rápidamente con un rugido. Sabía que eso atraería a los marines de la isla, pero estos poco podrían hacer con la velocidad de un lobo y menos con la de un guepardo que era muy superior. Tras un nuevo rugido los ojos del lobo vieron en cubierta a un marine. Seguramente el causante de aquellos cañonazos que casi hacen al animal saltar en pedazos. Sin pensárselo corrió en dirección al barco gruñendo y una vez cerca saltó a la cubierta quedando sobre el filo de la borda y después saltando al interior.
Observó al marine gruñendo por lo bajo cuando de repente su cuerpo empezó a cambiar a la forma humana quedando en el chico de pelo castaño musculoso y de mirada sádica. Parecía no haberle hecho ninguna gracia lo de los cañones y observaba al marine de forma seria mientras llevaba la mano de forma descarada al mango de su enorme guadaña negra, la cual este manejaba muy fácilmente debido a su enorme fuerza. Aquel marine casi acaba con su vida y era algo que no iba a permitir el chico lobo.
- Espero que estés contento con ese ataque si es que has sido tú claro. Aunque de todas formas pensaba acabar con este barco, si huyes sin montar follón te perdonare la vida amigo. Tus compañeros tardaran un poco en llegar y más de uno se convertirá en un cadáver. Por lo que te doy esta opción.
Angeline Labelle
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Después de gritarle al lobo este me respondió y parecía que iba a matar a todo lo que se le pusiera por delante. No tenía la más mínima intención de detenerlo, al fin y al cabo me había acercado por curiosidad. Pero de repente sentí el olor a mecha ardiendo, estaba seguro que el olor provenía del barco. ¿Un cañon quizas?, fue lo que pense. Y entonces me giré, pero antes le había hecho un gesto al lobo para tener cuidado aunque creo que no captó mi mensaje. Me giré y miré al barco, definitivamente, un cañon estaba apuntando directamente hacía mi y el lobo, seguramente se tratase de llamar la atención de los otros marines más que acertarnos. Cuando vi la bala salir del primer cañon la esquivé, pero no fue disparada una única bala, bala tras bala conté un total de 3 balas. Conseguí esquivar la primera bala pero después tropezé mal en la caida y lo único que pude hacer fue girarme y recibir el golpe en la pierna y no en el centro del cuerpo. Me había enfurecido, no tenía nada que ver con eso pero sin embargo alguien me disparaba.
Entonces la tercera bala acertó cerca del lobo lo que hizó que este saliera disparado sobre la arena y esta le cubriera casi entero. No me gustaría estar en su lugar, la sangre era como un pegamente entre la piel y la arena, para nada agradable. Me levanté malherido en la pierna y me dispuse en a saltar sobre la cubierta, cuando de repente oí un ruido en el mar. Al principio no parecía oirse casi nada, pero luego lo vi saliendo del lado oeste de la playa. Era otro barco de la marina, y parecía que todos los marines estaban preparados para luchar y morir. El lobo blanco había saltado sobre la cubierta del barco que nos había disparado antes y volvió a su forma humana. Era un hombre de alto y con fuertes brazos, no desearía tener que luchar contra el de momento. Empezó a hablar con uno de los marines, más bien amenazarle, no podía permanecer ahí mucho mas tiempo asi que decidí volver a mi forma humana y tirar una de mis dagas hacía el mástil, sabía que no se rompería pero por lo menos llamaría la atención. Había puesto una carga explosiva, más bien algunas de las balas del arma del marine que yacía en el suelo muerto. Sabía que eso llamaría la atención de los dos, el lobo y el marine. Después de tirar mi daga con su mástil de objetivo subí al barco por la zona de cañones y en cuanto los dos se giraron a mirar la pequeña pero vistosa explosión de las balas debido a las chispas, salté y tiré al marine al agua. No se porque lo hice pero le tire una cuerda, sera porque pensaba que era usuario de akuma no mi, pero aun asi no comprendía porque había hecho tal acto.
Grité hacía el moreno:
-Sera mejor que nos vayamos, esto puede esperar. Traen refuerzos y no estamos preparados para matar a todos. Si quieres quedarte y ser disparado por un arsenal de cañones adelante, pero yo me largo al bosque. Si quieres, mejor dicho, si es que puedes, sigueme. El objetivo es la parte sur de la isla, ahí se encuentra una cueva donde podemos descansar y hablar sobre el plan de cada uno.- Le dije sinceramente, con una voz ni muy fuerte ni muy baja, era simplemente una invitación que no me importaría si no la aceptase.
Tenía mis planes y no quería que esto me los estropeara, por lo tanto, salte al mástil y cojí mi daga para luego apresurarme en mi forma de guepardo completo y correr a toda velocidad de ahí. Aunque no me hacía gracia que un marine tan débil como el de antes me haya herido mi pierna derecha con el cañonazo, era más importante dejar la rabia para después. Estaba seguro que el hombre-lobo estaba mucho mas enfurecido que yo pero estaba seguro que sabría sus límites, y si se quedaba es porque podía con todos los incompetentes marines. Antes de que yo hubiera subido al bote y empujara a ese marine al agua había dibujado una flecha señalando al sur sobre la arena con sangre de mi pierna y una S de sur. Si el moreno era lo suficientemente listo y tenía un mínimo sentido de la orientación sabría interpretarlo y seguirme. Asi finalmente me apresuré hacía el sur de la isla, esquivando arboles, ramas, arbustos y piedras a gran velocidad. El lobo podía llegar al sur, pero no antes que yo, mi velocidad era mucho superior a la suya. El pelaje se agitaba con el viento y el sol iluminaba mi pelaje, este de un color más amarillo que naranja. Al llegar a la cueva decidí sentarme y usar una de las vendas que me quedaban y enrollarla alrededor de mi pierna que aun sangraba, después de eso solo me quedaba esperar y disfrutar de mi estancia ahí mientras el lobo venía. No pensaba darle mas de 30 minutos, después de 30 minutos iba a seguir con mis planes y dejarlo tirado.
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El sonido de os cañonazos fue atronador. No estaba seguro de si habría hecho blanco pero confiaba en haberles aullentado del lugar. Tras disparar el cañón, Kodama subió a la cubierta dispuesto a enfrentar a los dos carnívoros, en caso de que aparecieran. Estos se encontraban a poca distancia del barco. Por lo visto les había acertado parcialmente provocándoles varias heridas. Sin embargo esto no fue suficiente para detener a las dos bestias y en pocos segundos, se levantaron de nuevo. El primero en llegar hasta donde él se encontraba fue el lobo, llegó hasta la base del barco y de un salto salvó la distancia que le separaba de lo alto del barco. Cuando el hombre-lobo llegó hasta su posición empuñaba una gran guadaña negra. Parecía dispuesto a acabar con todo ser viviente del barco, cosa que pudo confirmar con lo que dijo después:
-Espero que estés contento con ese ataque si es que has sido tú claro. Aunque de todas formas pensaba acabar con este barco, si huyes sin montar follón te perdonare la vida amigo. Tus compañeros tardaran un poco en llegar y más de uno se convertirá en un cadáver. Por lo que te doy esta opción.- dijo con una escalofriante mirada que dejaba claras sus intenciones.
-¿Así que tenías pensado acabar con nosotros eh?- contestó Kodama tranquilamente mientras desenvainaba una de sus espadas. -Bien, realmente no querría tener que matarte así que gracias por haberlo dicho. Eso facilita mi tarea de acabar contigo.
Dicho esto se preparó para enfrentarse a aquel musculoso tipo, pero antes de que pudiera lanzarse al ataque se produjo una pequeña explosión a su espalda. No estaba seguro de que la había provocado, pero cuando se giró un instante para comprobarlo una mano desconocida lo arrojó por la borda. Con su espada desenvainada se sujetó al barco clavándola en la madera. Extrañamente había una cuerda colgando desde la cubierta, una que no estaba allí unos segundos antes. Se agarró a ella y comenzó a ascender rápidamente. No estaba seguro de que acababa de ocurrir pero no tenía intención de dejar que aquellos dos atacaran a sus compañeros.
Durante el ascenso pudo ver a lo lejos la llegada de otro barco de la marina. Además se fijó en algo muy curioso. Dibujada sobre la arena de la playa había una flecha al lado de una S mayúscula, ambas dibujadas con lo que parecía ser sangre. No estaba seguro de que significaba sin embargo lo de los refuerzos eran buenas noticias. En caso de que no pudiera detenerlos, al menos tendría refuerzos.
Cuando solo estaba a un metro escaso de la cubierta, se detuvo al ver como el guepardo de antes había huído y estaba ya corriendo hacia el interior de la isla. Sin pararse a pensar en porqué huía, dio un salto con la espada preparada para atacar y con la otra mano desenfundando su otra katana listo para acabar con cualquier enemigo que continuase en cubierta.
-Espero que estés contento con ese ataque si es que has sido tú claro. Aunque de todas formas pensaba acabar con este barco, si huyes sin montar follón te perdonare la vida amigo. Tus compañeros tardaran un poco en llegar y más de uno se convertirá en un cadáver. Por lo que te doy esta opción.- dijo con una escalofriante mirada que dejaba claras sus intenciones.
-¿Así que tenías pensado acabar con nosotros eh?- contestó Kodama tranquilamente mientras desenvainaba una de sus espadas. -Bien, realmente no querría tener que matarte así que gracias por haberlo dicho. Eso facilita mi tarea de acabar contigo.
Dicho esto se preparó para enfrentarse a aquel musculoso tipo, pero antes de que pudiera lanzarse al ataque se produjo una pequeña explosión a su espalda. No estaba seguro de que la había provocado, pero cuando se giró un instante para comprobarlo una mano desconocida lo arrojó por la borda. Con su espada desenvainada se sujetó al barco clavándola en la madera. Extrañamente había una cuerda colgando desde la cubierta, una que no estaba allí unos segundos antes. Se agarró a ella y comenzó a ascender rápidamente. No estaba seguro de que acababa de ocurrir pero no tenía intención de dejar que aquellos dos atacaran a sus compañeros.
Durante el ascenso pudo ver a lo lejos la llegada de otro barco de la marina. Además se fijó en algo muy curioso. Dibujada sobre la arena de la playa había una flecha al lado de una S mayúscula, ambas dibujadas con lo que parecía ser sangre. No estaba seguro de que significaba sin embargo lo de los refuerzos eran buenas noticias. En caso de que no pudiera detenerlos, al menos tendría refuerzos.
Cuando solo estaba a un metro escaso de la cubierta, se detuvo al ver como el guepardo de antes había huído y estaba ya corriendo hacia el interior de la isla. Sin pararse a pensar en porqué huía, dio un salto con la espada preparada para atacar y con la otra mano desenfundando su otra katana listo para acabar con cualquier enemigo que continuase en cubierta.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El chico se preparaba para combatir contra aquel marine que parecía plantarle cara, una tétrica sonrisa se puso en el rostro del chico lobo cuando de repente el sonido de una explosión se escuchó en la zona. Drake no se iba a fijar ya que un simple ruido le daría igual, lo que le sorprendió fue como el chico guepardo agarraba al marine y lo lanzaba, tras eso le lanzó también una cuerda y se fue de allí. Pero no sin antes dejar en la arena un símbolo para que le siguiera. Lástima que el castaño no sabía leer medianamente bien y menos traducir un símbolo. Si el chico guepardo pensaba que el lobo le iba a seguir es que estaba realmente equivocado, el castaño no iba a huir por tan solo unos marines. Poco después observó como un segundo barco se acercaba y frunció el ceño. Pero no era para tanto, si permanecía en cubierta no debía temer de los cañones. Ya que ellos no atacarían a su propio barco, le había hecho gracia el comentario del guepardo antes de irse. El lobo no iba a temer a los marines y menos irse a una cueva a planear algo, solía ir siempre solo de un lado a otro y eso no iba a cambiar. A parte que si debía pelear siendo eliminado después lo haría.
Tras unos segundos observó como uno de los marines del barco salía de una puerta con una katana. Este esperó hasta que el marine le atacó con su katana dando tajos hacia él. Pobre diablo, pensó Drake. En cuanto estuvo cerca solo tuvo que lanzar un enorme tajo con la gigantesca guadaña que apartó la katana del marine y le cortó la cabeza. Un hilo de sangre salió de aquel cuerpo que después cayó en la cubierta del barco formando un pequeño charco de sangre. No le había importado lo mas mínimo la vida de aquel hombre. La cosa se complicaba con el segundo barco de la marina, pero mientras quería ponerse al lado y que los marines llegaran a cubierta podía pasar un rato aún. Aprovecharía eso para cargarse a unos cuantos más o si lo veía necesario quedarse y acabar con todos uno por uno sin importarle las consecuencias de lo que pasara después. Ese día la isla de Ohara iba a ser conocida como el día de la masacre. La carnicería que tenía planeada realizar no había hecho más que comenzar.
Momentos después el marine que había sido lanzado por la borda gracias al guepardo había subido a cubierta. No solo había subido sino que llevaba dos armas, una en cada mano. Drake sonrió de lado al verle y guardó la guadaña negra. Pretendía volver a tirarlo por la borda pero no en dirección al agua sino en dirección a la arena para que se llevara un buen golpe de una buena caída. Estiró ambos puños y empezó a lanzar puñetazos al aire en la dirección del marine. Al golpear el aire estaba creando ondas de choque que iban directas al marine con toda la intención de tirarlo de nuevo por la borda, pero esta vez intentando que cayera en la tierra para que recibiera un daño mayor.
Ondas de choque (AIF)
Tras unos segundos observó como uno de los marines del barco salía de una puerta con una katana. Este esperó hasta que el marine le atacó con su katana dando tajos hacia él. Pobre diablo, pensó Drake. En cuanto estuvo cerca solo tuvo que lanzar un enorme tajo con la gigantesca guadaña que apartó la katana del marine y le cortó la cabeza. Un hilo de sangre salió de aquel cuerpo que después cayó en la cubierta del barco formando un pequeño charco de sangre. No le había importado lo mas mínimo la vida de aquel hombre. La cosa se complicaba con el segundo barco de la marina, pero mientras quería ponerse al lado y que los marines llegaran a cubierta podía pasar un rato aún. Aprovecharía eso para cargarse a unos cuantos más o si lo veía necesario quedarse y acabar con todos uno por uno sin importarle las consecuencias de lo que pasara después. Ese día la isla de Ohara iba a ser conocida como el día de la masacre. La carnicería que tenía planeada realizar no había hecho más que comenzar.
Momentos después el marine que había sido lanzado por la borda gracias al guepardo había subido a cubierta. No solo había subido sino que llevaba dos armas, una en cada mano. Drake sonrió de lado al verle y guardó la guadaña negra. Pretendía volver a tirarlo por la borda pero no en dirección al agua sino en dirección a la arena para que se llevara un buen golpe de una buena caída. Estiró ambos puños y empezó a lanzar puñetazos al aire en la dirección del marine. Al golpear el aire estaba creando ondas de choque que iban directas al marine con toda la intención de tirarlo de nuevo por la borda, pero esta vez intentando que cayera en la tierra para que recibiera un daño mayor.
Ondas de choque (AIF)
Angeline Labelle
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El cielo estaba resplandecientemente rojo aquel día, el sol tenía poco brillo, algo malo iba a ocurrir ese día pensaba yo y mi intuición pocas veces me falla. Ya me sentía mejor por la herida, habían pasado 35 minutos y como lo había pensado, el lobo se quedó en el barco para divertirse. No me quedaba otra opción, si no quería tomar un descanso y hablar era su problema, yo viné a la isla con otros motivos y no abandonaré esos motivos. Asi que cojí lo que quedaba de mi mochila ensangretada y llena de arena y me díspuse hacía el centro de la isla. Nadie de esa isla me conocía, y no era nadie famoso, por lo tanto podía pasar desapercibido sin ningún problema. Mi plan se basaba en encontrar una de las casas de algún arqueólogo de la isla, atarle, secuestrarle y robarle su ropaje. Después de secuestrarlo pensaba dejarlo colgando de una rama en algún árbol del bosque. Y asi fue, entre a la ciudad naturalmente y me encaminé hacía el ayuntamiento de la isla, estaba seguro que ahí deberían de tener un censo de los habitantes y de los sabios arqueólogos de la isla. La ciudad estaba en completo caos, grandes tropas de marines se estaban encaminando hacía la playa donde había dejado al lobo.
-Seguramente el marine que salvé pueda pelear con el y enseñarle que ir a solas no es una buena opción.- Eso es lo que pensé, aunque odiaba a los marines sabía que no eran enemigos inútiles y tenían un considerado nivel físico y mental, de no ser asi habrían sido exterminados hace siglos. El lobo iba a pasarlo mal con el segundo barco de la marina, y seguramente ese segundo barco no fuera el único. Ahora mismo esta isla estaba protegida, ya que la biblioteca de Ohara era importante para el gobierno mundial y no iba a permitir que una persona como ese moreno acabara con toda su seguridad.
Dejé mi mente en blanco, no tenía ganas de preocuparme por ese bastardo en ese momento. Pensé el plan claramente, el primer objetivo el ayuntamiento, después de eso deberé ir a la casa del arqueólogo, atarlo y secuestrarlo. Si no llevaba sus ropajes debía apresurarme y cojerlos de su casa tambien, finalmente y para acabar el plan, dejaré a ese arqueólogo en un árbol colgado, dentro del bosque pero no muy lejos del camino de transito de los ciudadanos. Calculé que lo encontrarían en cuestión de 2-3 horas. Rapidamente después de dejar al viejo, me vestiré con su ropaje y entraré en la biblioteca, no debería ser un problema encontrar algún libro de interes. Al fin y al cabo la gran biblioteca tenía información sobre culturas muy antiguas y era la biblioteca más importante del mundo. Pensé en robar algunos libros sobre cocina moderna y un libro sobre arqueologia y trampas básicas. Asi como el libro sobre la historia de Ohara, este se encontraba en algún pasadizo secreto dentro del árbol. Estoy seguro que estara entre el primer piso, la planta, y posiblemente un sotano secreto o mejor aun, podría estar hasta fuera del árbol. Podría encontrarse pasado un túnel por debajo del árbol. Con todo esto en mente me apresure hacía el ayuntamiento para seguir mi plan.
Llegado al ayuntamiento no se veía más que un guardia delante de la puerta y un patrulla en la parte oeste del edificio. Me escondí en un matorral en la zona oeste del edificio, el guardia de la puerta no podría ver lo que pasará ahí. Esperé a que el patrulla se acercara lo suficiente al matorral y cuando se acercó lo suficiente, en mi modo humano, le di un golpe seco en el cuello, no tan fuerte como para matarlo pero lo suficiente para mantenerlo aturdido por más de 10 minutos. Le quite la ropa y me la puse. Fui hacía la puerta, y cuando estaba cerca del guardia, dije en voz baja y convincente:
-Cambio de turnos. Zona oeste.
El guardia se fue sin rechistar a la zona oeste y aproveché para entrar en el edificio. Había puertas por todos los lados, y no sabía exactamente hacía donde debía ir, pero de repente vi algo en la pared, un papel con un esquema escrito. Era un plano del edificio, seguramente para los trabajadores pensé. La sala de archivos se encontraba en la zona este del edificio, la última puerta, puerta numero 89. Al lado de mi se encontraba un cuarto con ropa para la limpieza, asi que entre dentro del cuarto y me cambie. Antes de salir tome un cubo y una fregona conmigo y me apresure hacía el lado este. No había gente casi en el edificio, lo que resultaba extraño y aburrido. Llegué a la puerta sin problemas pero parece que había gente dentro, puse mi oido sobre la puerta y me dispuse a escuchar lo que estaban comentando. Estaban hablando sobre una flota de la marina, y que esta iba a espantar a los piratas de esta isla en dos semanas. Comentaron algo de que un inspector de la marina iba a venir hoy por aqui para revisarlo todo y crear un plan. También comentaron que el inspector sería acompañado por un grupo de élite para su seguridad. Eso no me gustaba, si me encontraban todo mi plan habrá fracasado, me escondí en uno de los cuartos de limpieza que miraban hacía esa puerta y me quede mirando por el agujero de la cerradura.
Salieron dos personas de la sala de archivos, los dos parecían llevar lo que podría ser ropa de burgués, o rico. No tenía ganas de pensar en eso ahora, esperé hasta que los dos hombres se fueron y entré a la sala. Estuve buscando durante 10 minutos y finalmente encontre un censo de población relativamente actual. Lo tomé conmigo junto a un mapa de la ciudad y salí por la ventana, el guardia estaba tomando la zona oeste y no me podría ver. Cuando se cerro la ventana un trozo de mi camiseta negra quedó atrapado y no tuve más remedio que romper mi preciada camiseta. Me adentré en el bosque y me escondí cerca de la orilla de un rio. Tomé el censo y lo empezé a leer.
-Esto será muy divertido. Una pena que el lobo no haya venido, el se lo pierde.- pensé
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
En la cubierta del barco solo quedaba el lobo. Junto a él, se encontraba el cuerpo sin vida de uno de los marines que había conocido durante el viaje hasta la isla. No lo conocía demasiado bien, sin embargo el hecho de que hubiese sido asesinado en su propio barco le hacía enfurecer. No podía perdonar a aquel tipo. Estaba dispuesto a acabar con él, y cuando terminase iría en busca del guepardo que había huido. Aun así no perdía de vista el otro barco. Decir que él solo podría con ambos enemigos tal vez era querer abarcar demasiado. Sin embargo, en caso de no poder lograrlo aún contaba con la ventaja de los refuerzos. Si no podía derrotar al lobo, al menos lo retendría el tiempo suficiente como para conseguir refuerzos.
Dejó a un lado esos pensamientos y se concentró en la batalla. Se impulsó en la baranda del barco para abalanzarse contra el tipo de la guadaña, cuando este empezó a golpear violentamente al aire. Aquello no tenía sentido. A la distancia a la que estaban no podría alcanzarle con ese tipo de ataques. Estaba convencido de que se había vuelto loco, cuando de repente algo impactó en él. Una serie de ondas de choque le golpearon mandándolo a volar hacia la playa. ¿Otra vez iban a tirarlo del barco?, que humillante, no podía permitir algo así. Antes de caer, convirtió sus piernas en raíces y las hundió en la parte exterior del barco para mantenerse sujeto. Entonces, reuniendo todas sus fuerzas en sus piernas para compensar la fuerza de aquellas ondas de choque, cogió impulso y se lanzó con un ágil salto por encima del musculoso hombre-lobo.
Preparó sus espadas para lo que se avecinaba. Sabía que no sería una lucha fácil así que debía estar preparado para todo. Justo cuando cayó hasta estar a pocos centímetros de su enemigo, cruzó las espadas y las colocó en vertical apuntándo a su cuello. Su intención era la de cortarle ambos brazos y envainar en el mismo movimiento al tocar el suelo.Confiaba en poder aprovechar la fuerza y la velocidad de la caída para terminar rápidamente con aquello.
Doble corte vertical [AI]
Dejó a un lado esos pensamientos y se concentró en la batalla. Se impulsó en la baranda del barco para abalanzarse contra el tipo de la guadaña, cuando este empezó a golpear violentamente al aire. Aquello no tenía sentido. A la distancia a la que estaban no podría alcanzarle con ese tipo de ataques. Estaba convencido de que se había vuelto loco, cuando de repente algo impactó en él. Una serie de ondas de choque le golpearon mandándolo a volar hacia la playa. ¿Otra vez iban a tirarlo del barco?, que humillante, no podía permitir algo así. Antes de caer, convirtió sus piernas en raíces y las hundió en la parte exterior del barco para mantenerse sujeto. Entonces, reuniendo todas sus fuerzas en sus piernas para compensar la fuerza de aquellas ondas de choque, cogió impulso y se lanzó con un ágil salto por encima del musculoso hombre-lobo.
Preparó sus espadas para lo que se avecinaba. Sabía que no sería una lucha fácil así que debía estar preparado para todo. Justo cuando cayó hasta estar a pocos centímetros de su enemigo, cruzó las espadas y las colocó en vertical apuntándo a su cuello. Su intención era la de cortarle ambos brazos y envainar en el mismo movimiento al tocar el suelo.Confiaba en poder aprovechar la fuerza y la velocidad de la caída para terminar rápidamente con aquello.
Doble corte vertical [AI]
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aquel marine había usado una técnica para librarse de sus ondas. Había clavado sus raíces en el suelo, una buena jugada. Ese árbol no parecía ser nada débil como los demás marines. Debía darse prisa pues el maldito barco se acercaba. Quizás tendría unos tres minutos más para divertirse. Debía aprovechar bien el tiempo y no malgastarlo de cualquier forma. El marine saltó a gran altura por encima del chico lobo que ahora sonreía de forma sádica como de costumbre y mantenía su mano en el mango de la guadaña. Su enemigo había sacado sus espadas y bajaba asestando un tajo hacia su cuello con ambas espadas en vertical. Una buena obra si pretendía partirle por la zona de los hombros y acabar así con sus brazos. Drake no iba a dejarse y lo único que tuvo que hacer fue con su mano izquierda subir por el mango de su guadaña un poco y flexionar las rodillas. La enorme hoja de aquella inmensa guadaña bloquearía de ese modo los tajos recibiendo uno en la punta y otro en la base donde empezaba la enorme hoja. De esa forma podría bloquear el ataque y al tener flexionadas las rodillas no recibiría tanto impacto. A parte de que la fuerza del chico no era nada débil, su sonrisa se amplió observando los ojos del árbol con un brillo especial en su mirada.
- Buena jugada arbolito. Pero así no vencerás a un Dios. Soy Drake. ¡El que cambiara este mundo y destruirá a la corrupción!
Con el rabillo del ojo se dio cuenta de que el barco estaba más cerca por lo que frunció el ceño. Quería dar un aviso a toda la marina y quizás el árbol con el que peleaba podría facilitarle el trabajo y ser su mensajero. Mientras la hoja de la guadaña bloqueaba las hojas de las espadas si es que las había parado, Drake cargó el puño libre que tenia echándolo hacia atrás. Una especie de energía recubrió su puño y sin mero aviso lo lanzó contra el estomago del árbol que tendría las manos ocupadas. Este ataque era una de las técnicas especiales del chico. En el momento en que la piel del puño rozaba cualquier objeto o cosa de sus nudillos salía una especie de onda de choque muy potente. Esta onda con la fuerza de golpe del lobo podía mandar a volar hacia atrás incluso a tipos fornidos y altos por lo que si conseguía darle al árbol en el estomago seguramente lo mandaría hacia atrás varios metros con fuerza o con suerte podría hasta romperle la corteza si es que tenia corteza en el estomago. La cosa dependería si acertaba el golpe y de la resistencia del marine. Al mismo tiempo con la mano izquierda hacia presión con la guadaña sobre las espadas de él. El golpe ya había sido lanzado al estomago del marine. Ahora solo quedaba ver qué era lo que ocurría. Era una de las mejores técnicas de Drake.
¡Ripera O Utsu! (AF)
- Buena jugada arbolito. Pero así no vencerás a un Dios. Soy Drake. ¡El que cambiara este mundo y destruirá a la corrupción!
Con el rabillo del ojo se dio cuenta de que el barco estaba más cerca por lo que frunció el ceño. Quería dar un aviso a toda la marina y quizás el árbol con el que peleaba podría facilitarle el trabajo y ser su mensajero. Mientras la hoja de la guadaña bloqueaba las hojas de las espadas si es que las había parado, Drake cargó el puño libre que tenia echándolo hacia atrás. Una especie de energía recubrió su puño y sin mero aviso lo lanzó contra el estomago del árbol que tendría las manos ocupadas. Este ataque era una de las técnicas especiales del chico. En el momento en que la piel del puño rozaba cualquier objeto o cosa de sus nudillos salía una especie de onda de choque muy potente. Esta onda con la fuerza de golpe del lobo podía mandar a volar hacia atrás incluso a tipos fornidos y altos por lo que si conseguía darle al árbol en el estomago seguramente lo mandaría hacia atrás varios metros con fuerza o con suerte podría hasta romperle la corteza si es que tenia corteza en el estomago. La cosa dependería si acertaba el golpe y de la resistencia del marine. Al mismo tiempo con la mano izquierda hacia presión con la guadaña sobre las espadas de él. El golpe ya había sido lanzado al estomago del marine. Ahora solo quedaba ver qué era lo que ocurría. Era una de las mejores técnicas de Drake.
¡Ripera O Utsu! (AF)
Angeline Labelle
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me había escondido en un lugar profundo del bosque después de haber robado el censo para que no fuera encontrado con facilidad. Mientras lo estaba leyendo tenía mis oidos y olfato muy atentos al entorno, en cualquier momento podían empezar a buscarme, todo debido al guardia que deje en el bosque. Tranquilamente estuve buscando nombres de arqueólogos fijandome en sus apellidos, y en su grado de arqueólogo. No quería pasarme por nadie muy importante porque correría el riesgo de que me descubriesen muy rápido. Encontre el nombre de la persona que iba a capturar:
-Katsukachi Ukile, le llamaré Katsu.- pensé yo.
Este hombre vivía en una cabaña en los alrededores de la ciudad, para ser más precisos, al norte de la ciudad, cerca de la orilla con el mar. Tiré el censo al agua y me apresuré a ir a por el, tenía que andar bastante distancia y no tenía tiempo que perder. Entre mi y la cabaña había un largo y denso bosque que me dificultará el paso, solo me quedaba la opción de ir saltando por las ramas de los árboles aunque esto me canse más. No tenía otra opción y asi fue como lo hice, cambié a mi forma de guepardo completo y empezé a saltar de rama en rama usando mis fuertes patas delanteras y traseras. El bosque era fresco y muy húmedo, la sensación en el aire era agradable pero a la vez transmitía inquietud. Si afinabas bien tus oidos podías incluso oir el sonido del viento golpeando las hojas de los arboles, pero había un sonido que destacaba más que este, un sonido mucho más lejano. Se oía ruido proveniente de la playa, parece ser que el lobo no dejó el combate y aun sigue luchando.
-Bueno, seguramente lo dejará en poco tiempo, cuando se de cuenta de que no tiene el poder suficiente como para enfrentarse a un buque de la marina.- fue lo que pensé sobre ese inquietante ruido.
Corrí durante casi dos horas, el viento me pegaba de frente y me era muy dificil andar, hasta en varios momentos pense que andaba en circulos, asi que decidí seguir el musgo de los árboles ya que este señalaba el norte. En un par de horas más iba a anochecer y no me gusta correr de noche, asi que tenía que apresurarme para llegar mas rápido. Tuve suerte, el último tramo entre el bosque y la cabaña era un campo de trigo y con mi velocidad lo podría cruzar muy rápido. No tardé en alcanzar la cabaña que se encontraba a bastante distancia, calculé unos 20 minutos. Me encontraba al lado de la cabaña asi que no tenía más remedio que mirar si había alguien dentro, y parecía que asi era. Alguien estaba durmiendo la siesta en una hamaca dentro de la cabaña. Entré y abrí su armario, definitivamente era un arqueólogo, había dado en el blanco. En ese momento sentí que alguien estaba detras mia, estaba en modo guepardo y no tenía ganas de que me pegasen. Me cambie a modo humano y le corté con uno de mis kunais. Era el tipo de la cama, no le herí demasiado pero si lo suficiente para que no me volviera a atacar o para que llame a otros arqueólogos. Cojí al hombre y la ropa de arqueólogo y me apresuré al bosque.
Había llegado en muy poco tiempo al bosque debido a mi velocidad y solo me quedaba dejar el ligero cuerpo del arqueólogo moreno colgando de un árbol como había planeado. Y asi hice, con una de las cuerdas que encontré en su casa lo dejé atado a una rama de un árbol con un triple nudo y ademas le até la boca con un trapo sucio. Después de ponerme sus ropajes empezé a andar hacía la ciudad. El plan estaba llendo como esperaba, y pronto podremos ver los resultados.
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Su plan no tuvo éxito. Confiaba en poder acabar con aquella pelea rápidamente, sin embargo no parecía posible. Con un movimiento, el hombre-lobo alzó la enorme guadaña que portaba y detuvo el golpe de sus espadas mientras en su rostro se esbozaba una inquietante sonrisa.
-Buena jugada arbolito. Pero así no vencerás a un Dios. Soy Drake. ¡El que cambiara este mundo y destruirá a la corrupción!- dijo el musculoso tipo echando hacia atrás el puño derecho.
Kodama escuchó las ambiciosas palabras de ese hombre a la vez que disponía sus espadas para asestar un golpe en su cuello. Sin embargo, antes de poder atacar recibió un potente puñetazo en el estómago. El puño de aquel tipo no solo era fuerte, sino que estaba bañado por una extraña y reluciente energía cuyos efectos Kodama no llegaba a comprender. Tal vez fuese provocase algún tipo de explosión o a lo mejor solo servía para fortalecer sus ataques, sea como fuere no podía permitirse ser golpeado por ella.
El golpe lo lanzó por los aires. Por suerte la luz que comenzó a desprender su puño mientras preparaba el golpe le alertó de que sería un ataque difícil de bloquear, así que generó gran cantidad de resina en su pecho y estómago para amortiguar el daño del golpe. Aun así no fue capaz de mantenerse en el mismo sitio. El puñetazo del lobo le mandó a volar hacia la playa llevándose consigo parte de la baranda del barco y haciendo saltar varios de los tablones de la cubierta. Estuvo unos segundos en el aire hasta caer en la playa provocando una gran marca en la arena cerca de donde estaba dibujada aquella flecha roja que había viso antes.
Tardó algunos segundos en recomponerse. La resina segregada había logrado que saliera de aquella con menos daño del que cabría esperar pero aun así no había salido ileso. Por suerte había sido previsor y, ala vez que generaba resina para protegerse, hizo crecer un par de ramas de cada mano para evitar que sus espadas acabaran perdidas por ahí. La arena le dificultaba la visión así que no estaba seguro de si el lobo continuaba en el barco, pero por si acaso decidió volver para asegurarse. El barco de la marina que serviría de refuerzo ya estaba cerca de la costa, así que podría lanzarse a atacarlo o huir en cualquier momento. En cualquier caso tenía que comprobarlo. Envainó sus espadas y echó a correr de nuevo hacia el barco para intentar detener a aquel hombre sediento de sangre que se hacía llamar Drake.
-Buena jugada arbolito. Pero así no vencerás a un Dios. Soy Drake. ¡El que cambiara este mundo y destruirá a la corrupción!- dijo el musculoso tipo echando hacia atrás el puño derecho.
Kodama escuchó las ambiciosas palabras de ese hombre a la vez que disponía sus espadas para asestar un golpe en su cuello. Sin embargo, antes de poder atacar recibió un potente puñetazo en el estómago. El puño de aquel tipo no solo era fuerte, sino que estaba bañado por una extraña y reluciente energía cuyos efectos Kodama no llegaba a comprender. Tal vez fuese provocase algún tipo de explosión o a lo mejor solo servía para fortalecer sus ataques, sea como fuere no podía permitirse ser golpeado por ella.
El golpe lo lanzó por los aires. Por suerte la luz que comenzó a desprender su puño mientras preparaba el golpe le alertó de que sería un ataque difícil de bloquear, así que generó gran cantidad de resina en su pecho y estómago para amortiguar el daño del golpe. Aun así no fue capaz de mantenerse en el mismo sitio. El puñetazo del lobo le mandó a volar hacia la playa llevándose consigo parte de la baranda del barco y haciendo saltar varios de los tablones de la cubierta. Estuvo unos segundos en el aire hasta caer en la playa provocando una gran marca en la arena cerca de donde estaba dibujada aquella flecha roja que había viso antes.
Tardó algunos segundos en recomponerse. La resina segregada había logrado que saliera de aquella con menos daño del que cabría esperar pero aun así no había salido ileso. Por suerte había sido previsor y, ala vez que generaba resina para protegerse, hizo crecer un par de ramas de cada mano para evitar que sus espadas acabaran perdidas por ahí. La arena le dificultaba la visión así que no estaba seguro de si el lobo continuaba en el barco, pero por si acaso decidió volver para asegurarse. El barco de la marina que serviría de refuerzo ya estaba cerca de la costa, así que podría lanzarse a atacarlo o huir en cualquier momento. En cualquier caso tenía que comprobarlo. Envainó sus espadas y echó a correr de nuevo hacia el barco para intentar detener a aquel hombre sediento de sangre que se hacía llamar Drake.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El árbol había salido disparado llevándose consigo parte de la borda de aquel barco de la marina. Había detectado también el olor del otro chico acercarse pero alejarse de repente. Su sonrisa sádica aumentó y observó a donde estaba el árbol, tras eso miró que el otro barco de la marina ya estaba allí. Ahora muchos marines saltaban al barco dispuestos a atacar al lobo. Este algo serio se dirigió hacia dos que iban corriendo por katanas hacia él. Este bloqueó los ataques con su guadaña y tras eso decapitó a uno de ellos de un simple tajo. El otro corrió lanzando un puñetazo que le dio a Drake en el rostro, este sonrió quedándose quieto y escupiendo a un lado para después mirar aquel hombre con una siniestra expresión.
- Vaya, creo que lo que acabas de hacer esta muy mal. Acabas de firmar tu sentencia de muerte chico. Es hora de que la muerte se lleve tu vida idiota, lamentaras tu estúpido acto de rebelión contra un Dios.
Guardó la guadaña y de repente agarró aquel marine del cuello apretando la mano asfixiándolo, tras unos segundos los estampó contra la cubierta y después le hundió la nuez de un puñetazo matándolo en el acto. Una vez había matado a los dos observó como ahora unos diez iban a por él. Encima iban armados por lo que no le sería nada fácil pelear con ellos, se preparaba para luchar cuando una ojeada a su alrededor le hizo ver que el árbol se acercaba al barco de nuevo y eso ya era muy difícil. Con su expresión sádica de siempre corrió saltando hasta ponerse en el filo de la borda y observó al árbol.
- Quédate bien con mi cara árbol. Soy el Dios de este mundo y voy a llegar a lo más alto. Matare a todos los marines y al gobierno mundial, que esto llegue a tus superiores o yo mismo me dirigiré a vuestros cuarteles a arrasarlos. Nos veremos más tarde o puede que no nos volvamos a ver.
Tras sus palabras sonrió de lado mostrando sus dientes afilados y sus ojos dorados. Saltó del barco a la arena y en pleno aire se transformó en un lobo blanco que se alejó corriendo introduciéndose en la isla. Al poco rato observó un hombre atado sobre una rama, este al verlo así le extrañó un poco. Volvió a la forma humana y sacó su guadaña partiendo al hombre en dos fácilmente con su arma y tras unas risas se dirigió corriendo hacia la derecha. En pocos segundos había llegado a una cueva, entró dentro de esta y se dirigió al fondo donde se aseguró de que dicha cueva tuviese una salida. Después se sentó en el suelo suspirando y echando su espalda contra la pared de la cueva. Ya había dado el mensaje a los marines y se había cobrado algunas vidas para el aumento de su cartel pues quería llegar a ser uno de los más buscados del planeta.
- Vaya, creo que lo que acabas de hacer esta muy mal. Acabas de firmar tu sentencia de muerte chico. Es hora de que la muerte se lleve tu vida idiota, lamentaras tu estúpido acto de rebelión contra un Dios.
Guardó la guadaña y de repente agarró aquel marine del cuello apretando la mano asfixiándolo, tras unos segundos los estampó contra la cubierta y después le hundió la nuez de un puñetazo matándolo en el acto. Una vez había matado a los dos observó como ahora unos diez iban a por él. Encima iban armados por lo que no le sería nada fácil pelear con ellos, se preparaba para luchar cuando una ojeada a su alrededor le hizo ver que el árbol se acercaba al barco de nuevo y eso ya era muy difícil. Con su expresión sádica de siempre corrió saltando hasta ponerse en el filo de la borda y observó al árbol.
- Quédate bien con mi cara árbol. Soy el Dios de este mundo y voy a llegar a lo más alto. Matare a todos los marines y al gobierno mundial, que esto llegue a tus superiores o yo mismo me dirigiré a vuestros cuarteles a arrasarlos. Nos veremos más tarde o puede que no nos volvamos a ver.
Tras sus palabras sonrió de lado mostrando sus dientes afilados y sus ojos dorados. Saltó del barco a la arena y en pleno aire se transformó en un lobo blanco que se alejó corriendo introduciéndose en la isla. Al poco rato observó un hombre atado sobre una rama, este al verlo así le extrañó un poco. Volvió a la forma humana y sacó su guadaña partiendo al hombre en dos fácilmente con su arma y tras unas risas se dirigió corriendo hacia la derecha. En pocos segundos había llegado a una cueva, entró dentro de esta y se dirigió al fondo donde se aseguró de que dicha cueva tuviese una salida. Después se sentó en el suelo suspirando y echando su espalda contra la pared de la cueva. Ya había dado el mensaje a los marines y se había cobrado algunas vidas para el aumento de su cartel pues quería llegar a ser uno de los más buscados del planeta.
Angeline Labelle
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El plan estaba marchando como debía y yo me dirigía hacía la ciudad con los ropajes del arqueólogo atado. Mientras andaba pasó algo extraño, el ruido de la batalla entre el lobo y los marines había desaparecido completamente y solo quedaban gritos de lamento.
-Seguramente se habrá llevado a unos marines con el, no tiene remedio, sabía que algo asi pasaria.- pensé yo.
No tenía más que entrar al arbol, a la vez que los ropajes llevaba un papel que mostraba mi identidad de arqueólogo pos si hubiera un problema. Los guardias al ver mis ropajes y solo la mitad de mi cara, ya que la otra estaba tapada, me pidieron documentación y me apresuré a darsela. Todo parecía ir en orden y conseguí entrar a la biblioteca más grande del mundo. Contaba miles y miles de libros dentro de ese árbol, todos estaban dispuestos en la parte externa, formando un cono hasta la punta del arbol con libros por toda la superficie. Por las paredes había escaleras que permitían subir a lo más alto, la escalera se podía mover alrededor de todo el circulo y asi poder alcanzar cualquier libro. En el centro del árbol se encontraba un globo del mundo, símbolo del conocimiento.
Me subí por una escalera y empezé a buscar algún libro interesante, pero era imposible resistirse a cualquiera de esos libros, había historias antiguas por todos lados y ninguna era peor o mejor que otra. Encontré un libro sobre la historia de Ohara de hace 400 años, pero no parecía nada del otro mundo, me llevé ese libro y varios libros sobre cocina antigua. Pero antes de irme, enconté un libro muy interesante, hablaba sobre el origen del gobierno mundial y toda su historia, eso me interesaba porque odiaba al gobierno mundial con toda mi alma. Bajé abajo y fui a registrar los libros que me iba a llevar, cuando fui a registrarlos con mi documentación el hombre me miró a la cara para luego decir gritando:
-Tu no eres Katsukachi Ukile, eres un impostor, cojerle hermanos, no dejeis que se escape.- dijo él con voz convincente y muy fuerte para que todos lo oyeran.
De un momento a otro, más de 20 personas me estaban mirando y se estaban acercando hacía mi para capturarme. Era el momento de correr, metí los libros dentro de la mochila y me convertí en guepardo para después salir huyedndo de ahí. Rompí la puerta con mis garras y esquivé el ataque de los dos guardias desorientados. Me apresuré de vuelta a la cueva donde había descansado antes, pero di media vuelta y me fui hacía el barco de la marina. Tenía curiosidad de que había pasado por ahí. De camino hacía el barco encontré el cuerpo de un guardia despedazado, solo alguien podía hacer algo asi, el lobo estaba cabreado y sediento de sangre, pensé yo. Para el colmo, cuando llegué el barco se encontraba en un pésimo estado y todos los marines estaban trabajando para repararlo. Como pensé habían recibido refuerzos de un nuevo barco y no me podía entrometer en eso.
Miré hacía la cubierta y vi la cara del marine que tiré por la borda antes de irme hacía el bosque. Parecía haber estado en un combate a muerte con un monstruo. Su cuerpo estaba cubierto de heridas y su cara no mostraba satisfacción alguna. Me pregunto como habra sobrevivido al lobo, sobre todo porque el lobo no era alguien normal. Seguramente el marine tampoco era normal y por lo tanto un usuario o un buen luchador. Todo eso estaba pasando por mi cabeza y decidí dejar un mensaje en la arena con sangre del cuerpo que encontre cortado en el bosque.
-Nos volveremos a ver muy pronto, y entonces seré mucho más fuerte que tu. Te doy las gracias por no haberte muerto y por no haber matado al lobo. Los dos sereis unos rivales dignos de mencionar en el futuro próximo o lejano. Att: Kito D. Kryword (El guepardo)- ese era el mensaje que había dejado en la arena de la playa antes de irme.
No podía quedarme más en esa isla y me apresuré a la cueva. De camino había ramas rotas que yo no había tocado, como si un gran animal o un animal muy fuerte había pasado por ahí. También había gotas de sangre por el suelo y eso no era normal. Pero la pista definitiva fue cuando vi pelaje blanco que se quedó en las ramas. El pelaje era del mismo color que el del lobo ártico y eso desveló la identidad y dirección hacía la que fue el lobo. Finalmente llegué a la cueva y comprobé si estaba el lobo, me adentré al final de la cueva donde se encontraba la otra salida y me encontré al moreno ahí.
Le dije unas palabras y luego me fui.
-Buen trabajo, has conseguido lo que venías buscando, pero el caos que ibas a crear en Ohara me temo que no podras hacerlo. Según he oido en el ayuntamiento, un inspector de la marina acompañado de un grupo de seguridad de élite vienen hoy a comprobar la isla. No van a tardar mucho en llegar, haz lo que te plazca pero yo me voy. Ya he conseguido lo que buscaba, infiltrarme en la biblioteca de Ohara y robar algunos libros, por desgracia me han pillado y todos los arqueólogos y científicos estan buscandome ahora. Me voy a ir de la isla, suerte en tu plan o mision y espero que nos volvamos a ver pronto, esta vez en el mar y como verdaderos piratas.- le dije en tono normal antes de irme.
Le dejé un botiquin, un trozo de pan y una cantimplora con agua antes de irme, no me preocupaba por el si no porque los marines le encontraran y me metiera en este marrón. Después de todo esto me dispuse a irme al mismo lugar donde dejé el barco. Estuve corriendo con todas mis fuerzas hacía esa zona. Cuando llegué a la zona de rocas donde estaba anclado mi barco, lo tome y me apresuré a salir de esa isla. Definitivamente fue una aventura sin igual y un plan exitoso. El mar estaba tranquilo y el viento me alejaba lentamente de la isla. No tenía un próximo objetivo, esperaba que el mar me sorprendiera solo.
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Atravesó rápidamente la polvareda de arena y se dirigió corriendo hacia el barco donde se había quedado el lobo. El barco de refuerzo ya había llegado a la altura del suyo y varios marines empezaban ya a asaltarlo para eliminar de una vez al tal Drake. Debía darse prisa, desde su posición podía oír perfectamente el escándalo de la batalla de algunos de sus compañeros marines, los cuáles estaban enfrentando valientemente al hombre-lobo, aunque al parecer, sin éxito.
Llevó la mano hasta una de sus espadas preparándose mentalmente para el siguiente asalto cuando el lobo, en su forma humana, subió de un único salto a lo alto de la baranda de la cubierta y se mantuvo ahí en equilibrio mientras proclamaba su discurso:
-Quédate bien con mi cara árbol. Soy el Dios de este mundo y voy a llegar a lo más alto. Mataré a todos los marines y al gobierno mundial, que esto llegue a tus superiores o yo mismo me dirigiré a vuestros cuarteles a arrasarlos. Nos veremos más tarde o puede que no nos volvamos a ver.- dijo él mostrando sus brillantes y afilados dientes lobunos.
Kodama aceleró su carrera todo lo que pudo. No quería dejar que aquel ser huyera, quien sabe lo que podría llegar a hacer. Sin embargo, cuando solo se encontraba a unos metros de su objetivo, el lobo dio un salto transformándose en un gran lobo blanco durante la caída antes de internarse en lo profundo de la isla.
Se disponía a ir tras él cuando un pequeño mensaje escrito en la arena con lo que parecía ser sangre llamó su atención. No era el primero que veía. Ese mensaje era muy similar a los símbolos que había visto antes. Tal vez fuera el hombre-guepardo. Parecía que allí todo el mundo tenía algo que decir. ¿Acaso tenía cara de mensajero? Observó atentamente el mensaje, algunas letras apenas se veían pero aún así todavía podía leerse:
-Nos volveremos a ver muy pronto, y entonces seré mucho más fuerte que tu. Te doy las gracias por no haberte muerto y por no haber matado al lobo. Los dos sereis unos rivales dignos de mencionar en el futuro próximo o lejano. Att: Kito D. Kryword (El guepardo)
Ya tenía el nombre del otro, su segundo objetivo. Algunos marines se habían dividido en grupos de búsqueda y ya estaban inspeccionando la isla, pero él sabía que no los encontrarían. Y, en cierto modo, esperaba que no lo hicieran. No tenía muchas esperanzas de que consiguieran detenerlos ellos solos y prefería ser él quien los derrotara a ambos. Tenía sus nombres y conocía su aspecto, capturarlos sería cuestión de tiempo.
Llevó la mano hasta una de sus espadas preparándose mentalmente para el siguiente asalto cuando el lobo, en su forma humana, subió de un único salto a lo alto de la baranda de la cubierta y se mantuvo ahí en equilibrio mientras proclamaba su discurso:
-Quédate bien con mi cara árbol. Soy el Dios de este mundo y voy a llegar a lo más alto. Mataré a todos los marines y al gobierno mundial, que esto llegue a tus superiores o yo mismo me dirigiré a vuestros cuarteles a arrasarlos. Nos veremos más tarde o puede que no nos volvamos a ver.- dijo él mostrando sus brillantes y afilados dientes lobunos.
Kodama aceleró su carrera todo lo que pudo. No quería dejar que aquel ser huyera, quien sabe lo que podría llegar a hacer. Sin embargo, cuando solo se encontraba a unos metros de su objetivo, el lobo dio un salto transformándose en un gran lobo blanco durante la caída antes de internarse en lo profundo de la isla.
Se disponía a ir tras él cuando un pequeño mensaje escrito en la arena con lo que parecía ser sangre llamó su atención. No era el primero que veía. Ese mensaje era muy similar a los símbolos que había visto antes. Tal vez fuera el hombre-guepardo. Parecía que allí todo el mundo tenía algo que decir. ¿Acaso tenía cara de mensajero? Observó atentamente el mensaje, algunas letras apenas se veían pero aún así todavía podía leerse:
-Nos volveremos a ver muy pronto, y entonces seré mucho más fuerte que tu. Te doy las gracias por no haberte muerto y por no haber matado al lobo. Los dos sereis unos rivales dignos de mencionar en el futuro próximo o lejano. Att: Kito D. Kryword (El guepardo)
Ya tenía el nombre del otro, su segundo objetivo. Algunos marines se habían dividido en grupos de búsqueda y ya estaban inspeccionando la isla, pero él sabía que no los encontrarían. Y, en cierto modo, esperaba que no lo hicieran. No tenía muchas esperanzas de que consiguieran detenerlos ellos solos y prefería ser él quien los derrotara a ambos. Tenía sus nombres y conocía su aspecto, capturarlos sería cuestión de tiempo.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras estaba allí escuchó y olió como el guepardo entraba pero no le dio ninguna importancia al asunto. Tras unos segundos este le dijo que no podría seguir con su pequeño caos en aquella isla pues había un inspector de la marina y un grupo de seguridad de élite. Drake sonrió de lado al escucharle pues eso le vendría perfecto para divertirse, aquel chico guepardo no entendía que al lobo le encantaba luchar y que haría todo lo posible para pelear con los marines y eliminarlos. Cuando el chico se fue le dejó ciertos objetos que este vio innecesarios, primero un trozo de pan, Drake comía carne cruda o carne hecha pero no se alimentaba de pan. Y menos de pan solo que estaba malísimo, tenía sangre de la que beber y disfrutar, la cantimplora no la necesitaba. Y el botiquín seria de adorno pues no tenía heridas en su cuerpo, solo un pequeño rasguño por la caída tras el cañonazo del marine. No era nada serio por lo que no entendió nada. Le dio algo de hambre pero empezó a olisquear hasta poder ver una cabra caminar por la entrada de la cueva. Rápidamente se transformó en lobo blanco completo y salió tras ella saltando a su cuello y clavando sus dientes en ella matándola para después en esa misma forma empezar a comer tranquilamente. No tardo mucho en devorarla, cosa así como cinco minutos solamente. Recordó las palabras del chico de encontrarse como verdaderos piratas, el lobo no era un pirata ni pretendía serlo. Era algo superior o eso creía. Ni marines ni piratas ni ninguna otra clase de persona podría igualarle salvo algunas excepciones que se contaban con los dedos de una mano. Por lo que al recordar esas palabras volvió a su forma humana dando una carcajada con los dientes llenos de sangre.
De repente empezó a olisquear y rápidamente se puso alerta hasta ver a tres marines, seguramente le estaban buscando. Parecían tres simples reclutas. Los tres corrieron a por este sacando sus espadas, el chico sonrió de lado al verlos y de un movimiento sacó su peligrosa y enorme guadaña. Solo tuvo que dar un tajo para partir en dos a uno de ellos. Los otros dos al ver esto se pusieron muy nerviosos y retrocedieron. El primero se acercó lanzando un tajo en horizontal de arriba abajo rumbo al cráneo del lobo, este solo tuvo que interponer su guadaña y después de otro tajo lo decapitó. El ultimo intentó salir corriendo, el castaño guardó la guadaña y usó su forma hibrida corriendo a dos patas a más velocidad y rugiendo con fuerza. El recluta tropezó asustado y cuando se giró solo vio como las uñas afiladas de la mano de aquella bestia le rajaban el cuello. Acto seguido el lobo blanco volvió a la forma humana riendo un poco y limpiándose las uñas con la lengua tragando la sangre para después caminar por el bosque y dejar la zona de la carnicería. Seguiría haciendo de las suyas un poco más y aún no había acabado la fiesta.
De repente empezó a olisquear y rápidamente se puso alerta hasta ver a tres marines, seguramente le estaban buscando. Parecían tres simples reclutas. Los tres corrieron a por este sacando sus espadas, el chico sonrió de lado al verlos y de un movimiento sacó su peligrosa y enorme guadaña. Solo tuvo que dar un tajo para partir en dos a uno de ellos. Los otros dos al ver esto se pusieron muy nerviosos y retrocedieron. El primero se acercó lanzando un tajo en horizontal de arriba abajo rumbo al cráneo del lobo, este solo tuvo que interponer su guadaña y después de otro tajo lo decapitó. El ultimo intentó salir corriendo, el castaño guardó la guadaña y usó su forma hibrida corriendo a dos patas a más velocidad y rugiendo con fuerza. El recluta tropezó asustado y cuando se giró solo vio como las uñas afiladas de la mano de aquella bestia le rajaban el cuello. Acto seguido el lobo blanco volvió a la forma humana riendo un poco y limpiándose las uñas con la lengua tragando la sangre para después caminar por el bosque y dejar la zona de la carnicería. Seguiría haciendo de las suyas un poco más y aún no había acabado la fiesta.
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
De repente se le ocurrió, la flecha. La flecha dibujada con sangre en la arena de la playa, probablemente la dibujara el guepardo para indicarle al tal Drake que le siguiera. No entendía demasiado bien por qué querría esto pero le venía bastante bien. La flecha apuntaba hacia el extremo sur de la isla, lo que se veía confirmado por la letra S que había escrita justo encima. Sería un buen lugar para empezar a buscar a aquellos dos. Sin embargo sabía que no podría capturarlos a los dos él solo, así que se dirigió al marine más cercano, un recluta con gafas y aspecto de loco.
-Oye, avisa a todos. Los objetivos se encuentran en la zona sur de la isla, me adelantaré e inspeccionaré el lugar. Intentaré retenerlos a ambos hasta que lleguéis.- dicho esto Kodama echó a correr hacia el sur, con la mano derecha en la empuñadura de una de sus espadas por si se encontraba con una emboscada.
No tardó mucho en encontrar el cuerpo partido en dos de un hombre. Un anciano de barba larga que había sido asesinado no hacía mucho. Esas dos bestias estaban causando estragos por todo el lugar. Según lo que oyó de un marine con el que se cruzó, un tipo capaz de trasformarse en guepardo había sido visto huyendo de la gran biblioteca con varios libros. Tal vez ese era su objetivo desde el principio, al contrario del hombre-lobo parecía tener que tenía un objetivo. Tal vez ahora que ya tenía lo que quería se marchase de la isla, no quería que escapase pero el otro tipo era más importante, sobretodo por qué estaba más loco.
Después de inspeccionar una amplia zona del sur de la ciudad y de encontrar varios cuerpos más, por fin dio con su objetivo. Un musculoso tipo con las manos y la mandíbula ensangrentadas. Sin pensárselo dos veces dio el alto.
-Oy, oy parece que has estado haciendo de las tuyas pequeño lobo. En pocos minutos llegarán los refuerzos y acabarás esposado en una fría celda. Supongo que no te dejarás capturar tranquilamente ¿no?-
Sabía que el lobo no se rendiría sin luchar así que se mentalizó para el combate. Echó mano a la espada y se preparó para utilizar algunas de sus ramas. Esta vez no había lugares desde donde caer, la pelea se desarrollaría en suelo firme. Esta vez no dejaría que aquel sanguinario criminal escapara.
-Oye, avisa a todos. Los objetivos se encuentran en la zona sur de la isla, me adelantaré e inspeccionaré el lugar. Intentaré retenerlos a ambos hasta que lleguéis.- dicho esto Kodama echó a correr hacia el sur, con la mano derecha en la empuñadura de una de sus espadas por si se encontraba con una emboscada.
No tardó mucho en encontrar el cuerpo partido en dos de un hombre. Un anciano de barba larga que había sido asesinado no hacía mucho. Esas dos bestias estaban causando estragos por todo el lugar. Según lo que oyó de un marine con el que se cruzó, un tipo capaz de trasformarse en guepardo había sido visto huyendo de la gran biblioteca con varios libros. Tal vez ese era su objetivo desde el principio, al contrario del hombre-lobo parecía tener que tenía un objetivo. Tal vez ahora que ya tenía lo que quería se marchase de la isla, no quería que escapase pero el otro tipo era más importante, sobretodo por qué estaba más loco.
Después de inspeccionar una amplia zona del sur de la ciudad y de encontrar varios cuerpos más, por fin dio con su objetivo. Un musculoso tipo con las manos y la mandíbula ensangrentadas. Sin pensárselo dos veces dio el alto.
-Oy, oy parece que has estado haciendo de las tuyas pequeño lobo. En pocos minutos llegarán los refuerzos y acabarás esposado en una fría celda. Supongo que no te dejarás capturar tranquilamente ¿no?-
Sabía que el lobo no se rendiría sin luchar así que se mentalizó para el combate. Echó mano a la espada y se preparó para utilizar algunas de sus ramas. Esta vez no había lugares desde donde caer, la pelea se desarrollaría en suelo firme. Esta vez no dejaría que aquel sanguinario criminal escapara.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El chico seguía caminando por aquella zona con total tranquilidad mientras bostezaba con una pereza increíble. Se había divertido bastante atacando a los marines y quería largarse tranquilamente del lugar. Aquello no había terminado aún pues escuchó una voz detrás de él. Aquel árbol estaba allí, no lo había olido llegar por estar en un bosque, según sus palabras iban a llegar refuerzos. Aquello pintaba bastante interesante y podría acabar con ellos para divertirse. Pero su principal necesidad ahora era tumbarse en su bote y largarse de aquel sitio. Por lo que se giró observando aquel árbol tranquilamente, una pequeña sonrisa invadió su rostro y tras unos segundos dio un paso adelante observándolo.
- Marine, no te conviene darme la lata. Podría eliminarte a ti y a los marines en poco tiempo. Pero puedo ser generoso y largarme sin armar más follón. Pero si quieres continuar esto vas a pasarlo bastante mal. Puedo salir de la prisión cuando quiera y sin mover un musculo, no puedo desvelarte nada más pero tengo contactos que me sacarían de allí. Pero como quieras arbolito.
Rápidamente gruñó por lo bajo iluminando sus ojos en un tono blanco. Una especia de humo empezó a salir de su piel y una sonrisa tétrica salía de su boca. Estaba claro lo que iba a hacer. Pensaba usar una de sus tres técnicas más poderosas hasta el momento, esta era la tercera. Las otras dos eran demasiado temibles para emplearlas con un simple marine, pero si todo se ponía serio las emplearía sin problemas. El viento empezó a soplar un poco, aquel guepardo no se podía comparar con el lobo y había hecho bien escapando de aquella isla. Los puños del castaño estaban apretados y su mirada clavada en los ojos del árbol. Sus ojos fueron perdiendo la pupila muy lentamente, pero pese a eso podía ver. Todos sus ojos eran blancos y un gruñido más feroz salió de su boca. Una pequeña risa le siguió después mientras clavaba una rodilla en el suelo. Comenzó a hablar en un tono muy grave y algo sádico mientras sonreía de forma macabra.
- Te doy la oportunidad de salir con vida de la isla junto a tus chicos, sino os matare a todos sin compasión. Muy pocos sobreviven a esta forma y tengo dos mejores. Así que yo que tú me pensaría bien lo que vas a decir. Bienvenido al infierno en Ohara.
Tras unos segundos se levantó del suelo, había crecido hasta los dos metros. Su piel se había vuelto de un color rojo como si estuviese quemado. Su musculatura era sobrehumana y brazos eran más gruesos. Sus pectorales y abdominales increíbles, era una bestia aterradora en aquella forma que había dominado. Conservaba su forma humana pero la musculatura impresionaba a cualquier persona pues no existía gente normal así. Si ese era el tercer nivel los otros dos serian horribles y temibles. Pero por ahora solo había usado ese, dependiendo de la respuesta del marine se organizaría una carnicería o no.
- Marine, no te conviene darme la lata. Podría eliminarte a ti y a los marines en poco tiempo. Pero puedo ser generoso y largarme sin armar más follón. Pero si quieres continuar esto vas a pasarlo bastante mal. Puedo salir de la prisión cuando quiera y sin mover un musculo, no puedo desvelarte nada más pero tengo contactos que me sacarían de allí. Pero como quieras arbolito.
Rápidamente gruñó por lo bajo iluminando sus ojos en un tono blanco. Una especia de humo empezó a salir de su piel y una sonrisa tétrica salía de su boca. Estaba claro lo que iba a hacer. Pensaba usar una de sus tres técnicas más poderosas hasta el momento, esta era la tercera. Las otras dos eran demasiado temibles para emplearlas con un simple marine, pero si todo se ponía serio las emplearía sin problemas. El viento empezó a soplar un poco, aquel guepardo no se podía comparar con el lobo y había hecho bien escapando de aquella isla. Los puños del castaño estaban apretados y su mirada clavada en los ojos del árbol. Sus ojos fueron perdiendo la pupila muy lentamente, pero pese a eso podía ver. Todos sus ojos eran blancos y un gruñido más feroz salió de su boca. Una pequeña risa le siguió después mientras clavaba una rodilla en el suelo. Comenzó a hablar en un tono muy grave y algo sádico mientras sonreía de forma macabra.
- Te doy la oportunidad de salir con vida de la isla junto a tus chicos, sino os matare a todos sin compasión. Muy pocos sobreviven a esta forma y tengo dos mejores. Así que yo que tú me pensaría bien lo que vas a decir. Bienvenido al infierno en Ohara.
Tras unos segundos se levantó del suelo, había crecido hasta los dos metros. Su piel se había vuelto de un color rojo como si estuviese quemado. Su musculatura era sobrehumana y brazos eran más gruesos. Sus pectorales y abdominales increíbles, era una bestia aterradora en aquella forma que había dominado. Conservaba su forma humana pero la musculatura impresionaba a cualquier persona pues no existía gente normal así. Si ese era el tercer nivel los otros dos serian horribles y temibles. Pero por ahora solo había usado ese, dependiendo de la respuesta del marine se organizaría una carnicería o no.
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Como pensaba, el lobo no se rindió. Soltó un sermón sobre como podría acabar con todos ellos sin problemas en cuanto se lo propusiera, algo que al menos en lo referente a los reclutas, Kodama sabía que era verdad. Después afirmó que, en el caso de que acabaran encerrándolo, podría salir de la cárcel rápidamente recurriendo a sus "contactos". Esto le llamó más la atención, normalmente la mayoría de criminales alardeaban de su fuerza y de como podrían librarse de todos sus enemigos en un instante, pero ninguno que hubiera visto, excepto este, había dicho nada sobre sus importantes contactos.
Pero poco importaba eso ahora mismo, si no conseguía derrotarle todo esto no importaría. Entonces el hombre-lobo comenzó a cambiar. Su rostro adoptó un carácter sádico e intimidante, las pupilas de sus ojos disminuyeron gradualmente hasta desaparecer. Mientras tanto su cuerpo creció hasta superar los dos metros, su piel comenzó a enrojecerse y su musculatura aumento enormemente. Un grave gruñido animal coronó su transformación.
-Te doy la oportunidad de salir con vida de la isla junto a tus chicos, sino os matare a todos sin compasión. Muy pocos sobreviven a esta forma y tengo dos mejores. Así que yo que tú me pensaría bien lo que vas a decir. Bienvenido al infierno en Ohara.- dijo la bestia que tenía ante él y que, dado su aspecto, parecía imposible que fuese capaz de articular palabra.
Kodama sabía que no podría vencerle aunque sus compañeros acudieran al lugar. La mayoría eran reclutas y ninguno de ellos destacaba por su gran fuerza. Pero no tenía tiempo de esperar a la llegada de algún oficial, estos aún tardarían unos minutos en llegar y dudaba de poder retenerle tanto tiempo. A pesar de esto no tenía intención de dejarle marchar así como así, si permitía que un criminal como aquel se escapara sin intentar detenerlo no podría perdonárselo.
-No puedo dejar que te vayas tan fácilmente, aunque admito que me gustaría que dejaras esta isla. Por tanto prepárate para este último ataque, si consigues contrarrestarlo podrás largarte si lo deseas.- dicho esto desenvainó una de las espadas y se lanzó a por su rival consciente de que tal vez estuviera cambiando su vida por su orgullo.
Rápidamente se colocó a pocos centímetros a la derecha del hombre-lobo y extendió su brazo izquierdo hacia él. Entonces empezó su transformación. Utilizaría su conversión a su forma de roble completo para tratar de atraparlo entre parte de su corteza y sus gruesas ramas y asestarle una puñalada mortal. Generó un par de grandes ramas alrededor de su rival a la vez que su cuerpo cambiaba y las atrajo hasta él para mantenerlo sujeto, aunque debido a la velocidad a la que actuó no estaba seguro de si había logrado atraparlo.
Al completar la transformación se había convertido en un enorme roble de unos 12 metros de altura. Entonces utilizó una rama más delgada para empuñar una de las espadas y la lanzó contra el lugar donde esperaba que el lobo estuviera sujeto confiando en acabar con aquello de una estocada.
Pero poco importaba eso ahora mismo, si no conseguía derrotarle todo esto no importaría. Entonces el hombre-lobo comenzó a cambiar. Su rostro adoptó un carácter sádico e intimidante, las pupilas de sus ojos disminuyeron gradualmente hasta desaparecer. Mientras tanto su cuerpo creció hasta superar los dos metros, su piel comenzó a enrojecerse y su musculatura aumento enormemente. Un grave gruñido animal coronó su transformación.
-Te doy la oportunidad de salir con vida de la isla junto a tus chicos, sino os matare a todos sin compasión. Muy pocos sobreviven a esta forma y tengo dos mejores. Así que yo que tú me pensaría bien lo que vas a decir. Bienvenido al infierno en Ohara.- dijo la bestia que tenía ante él y que, dado su aspecto, parecía imposible que fuese capaz de articular palabra.
Kodama sabía que no podría vencerle aunque sus compañeros acudieran al lugar. La mayoría eran reclutas y ninguno de ellos destacaba por su gran fuerza. Pero no tenía tiempo de esperar a la llegada de algún oficial, estos aún tardarían unos minutos en llegar y dudaba de poder retenerle tanto tiempo. A pesar de esto no tenía intención de dejarle marchar así como así, si permitía que un criminal como aquel se escapara sin intentar detenerlo no podría perdonárselo.
-No puedo dejar que te vayas tan fácilmente, aunque admito que me gustaría que dejaras esta isla. Por tanto prepárate para este último ataque, si consigues contrarrestarlo podrás largarte si lo deseas.- dicho esto desenvainó una de las espadas y se lanzó a por su rival consciente de que tal vez estuviera cambiando su vida por su orgullo.
Rápidamente se colocó a pocos centímetros a la derecha del hombre-lobo y extendió su brazo izquierdo hacia él. Entonces empezó su transformación. Utilizaría su conversión a su forma de roble completo para tratar de atraparlo entre parte de su corteza y sus gruesas ramas y asestarle una puñalada mortal. Generó un par de grandes ramas alrededor de su rival a la vez que su cuerpo cambiaba y las atrajo hasta él para mantenerlo sujeto, aunque debido a la velocidad a la que actuó no estaba seguro de si había logrado atraparlo.
Al completar la transformación se había convertido en un enorme roble de unos 12 metros de altura. Entonces utilizó una rama más delgada para empuñar una de las espadas y la lanzó contra el lugar donde esperaba que el lobo estuviera sujeto confiando en acabar con aquello de una estocada.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aquel árbol había dicho que si esquivaba su ataque podría largarse, lo iba hacer de todas formas. No había tenido aún ocasión de probar su poder y ahora era el momento. Su mejor habilidad iba a salir a la luz y estaba deseando ver el resultado. Aquel árbol ahora se colocó cerca de él haciendo su transformación y después lanzando varias ramas que planeaban atraparle o algo así. Unas ramas no iban a detener a un ser que podía partir arboles y piedras de un puñetazo. Y ahora esa habilidad se quedaba corta pues cuando las ramas estaban a punto de atraparle ya había cambiado. Había usado el nivel dos de su técnica de canalización y liberado lo que él llamada la segunda punta de la estrella negra. Había crecido hasta los dos metros con veinte y encima si su musculatura antes era sobrehumana ahora era superior. Sus brazos eran temibles al igual que el resto de su monstruoso cuerpo. No solo había pasado eso, había usado su forma hibrida y ahora había un lobo enorme de pelaje rojo debido a la técnica anterior. Su fuerza era algo formidable y su bestialidad temible.
Una pequeña carcajada sádica y temible salió de la boca del enorme lobo. Se lanzo contra las ramas en forma de placaje con sus brazos por delante haciéndose algunos rasguños. Y destrozándolas al momento. El lobo observó como una espada iba lanzada hacia él. Este sacó la enorme guadaña que ahora era como una daga para aquel enorme lobo y de un simple movimiento repelió la espada. Después guardó su arma y sonrió algunos cortes se veían en su cuerpo por las ramas que había destrozado. Su mirada estaba fija en el árbol mientras sus dorados ojos estaban intensamente entrecerrados. Debería matarlos a todos en esa isla. Su cola se movía de un lado a otro y sus garras estaban inquietas. Parecía el mismísimo diablo y algo muy superior en cuanto a fuerza física a cualquier recluta. En esa misma forma se estiró riendo ahora sin parar como un loco y de repente volviendo a la forma completa y desactivando su técnica especial. Ahora era un lobo blanco que se movía a cuatro patas, su mirada era penetrante y se había calmado un poco.
- Bien arbolito, ya has visto lo que soy capaz de hacer por ahora. Eso no es ni la mitad de lo que pienso lograr. Ahora creo que he cumplido esquivando tu ataque, eres muy grande en esa forma, pero te queda mucho para ser más temible. Es hora de que me largue de esta isla, no quisiera arrancarle la cabeza a mas marines por ahora. Nos veremos árbol.
El lobo pegó un enorme aullido y tras eso salió disparado por el bosque a una velocidad increíble. Tardó poco en llegar a la playa donde estaba su bote, una vez allí saltó en forma humana al bote y comenzó a remar largándose de aquel sitio con una sonrisa sádica en el rostro y la satisfacción de haber probado su nueva y poderosa habilidad. Seguramente le quedaban muchas personas a las que despedazar y debía hacerlo por otras islas.
Una pequeña carcajada sádica y temible salió de la boca del enorme lobo. Se lanzo contra las ramas en forma de placaje con sus brazos por delante haciéndose algunos rasguños. Y destrozándolas al momento. El lobo observó como una espada iba lanzada hacia él. Este sacó la enorme guadaña que ahora era como una daga para aquel enorme lobo y de un simple movimiento repelió la espada. Después guardó su arma y sonrió algunos cortes se veían en su cuerpo por las ramas que había destrozado. Su mirada estaba fija en el árbol mientras sus dorados ojos estaban intensamente entrecerrados. Debería matarlos a todos en esa isla. Su cola se movía de un lado a otro y sus garras estaban inquietas. Parecía el mismísimo diablo y algo muy superior en cuanto a fuerza física a cualquier recluta. En esa misma forma se estiró riendo ahora sin parar como un loco y de repente volviendo a la forma completa y desactivando su técnica especial. Ahora era un lobo blanco que se movía a cuatro patas, su mirada era penetrante y se había calmado un poco.
- Bien arbolito, ya has visto lo que soy capaz de hacer por ahora. Eso no es ni la mitad de lo que pienso lograr. Ahora creo que he cumplido esquivando tu ataque, eres muy grande en esa forma, pero te queda mucho para ser más temible. Es hora de que me largue de esta isla, no quisiera arrancarle la cabeza a mas marines por ahora. Nos veremos árbol.
El lobo pegó un enorme aullido y tras eso salió disparado por el bosque a una velocidad increíble. Tardó poco en llegar a la playa donde estaba su bote, una vez allí saltó en forma humana al bote y comenzó a remar largándose de aquel sitio con una sonrisa sádica en el rostro y la satisfacción de haber probado su nueva y poderosa habilidad. Seguramente le quedaban muchas personas a las que despedazar y debía hacerlo por otras islas.
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Por desgracia su estrategia no funcionó. Había intentado mantener sujeto al hombre-lobo con un par de sus ramas, pero solo había conseguido que este las destrozara. Por lo visto tenía varios trucos bajo la manga, como por ejemplo la transformación con la que logró escapar de él. Justo antes de que las ramas le atrapasen se convirtió en una especie de lobo rojizo aún más grande y musculoso que antes. Con un movimiento partió las ramas sin problemas y detuvo su espada levantando la gran guadaña que portaba, y que ahora ya no parecía tan grande ne comparación con su cuerpo.
Kodama confiaba en que aquel ser se largase de la isla sin causar más problemas. Las ramas partidas no le suponían un problema, acabarían creciendo de nuevo, lo que le preocupaba eran los estragos que ese tipo podría causar en Ohara. De repente comenzó a reír de manera inquietante y desquiciada y se transformó de nuevo en el gran lobo blanco que había visto anteriormente. Entonces afirmó que se iría de la isla para no tener que matar a ningún marine más, algo bastante posible visto lo visto. El lobo aulló con fuerza y echó a correr hacia el interior del bosque en dirección a la playa.
Kodama volvió a su forma humana y vio como un grupo de reclutas se acercaban para ayudarle en su lucha, aunque un poco tarde tal vez. Sin mediar palabra, emprendió el camino de vuelta hacia el barco para informar a sus superiores de lo que había sucedido aquel día. Lo cierto es que tenía bastante que contar; lo primero sería asegurarse de que el tal Drake ya no se encontraba en la isla y luego inspeccionar la zona ne busca de posibles cómplices.
Aún así sabía que no encontrarían a nadie más, aquel tipo no parecía de los que trabajaban en equipo. Mejor, Kodama se había propuesto arrestarlo algún día y prefería no tener que perder tiempo con algún cómplice molesto. Llegó hasta el barco de la marina y contempló el mar para relajarse, había sido un día movidito. Sin embargo sabía que no sería el único día así que le esperaba.
Kodama confiaba en que aquel ser se largase de la isla sin causar más problemas. Las ramas partidas no le suponían un problema, acabarían creciendo de nuevo, lo que le preocupaba eran los estragos que ese tipo podría causar en Ohara. De repente comenzó a reír de manera inquietante y desquiciada y se transformó de nuevo en el gran lobo blanco que había visto anteriormente. Entonces afirmó que se iría de la isla para no tener que matar a ningún marine más, algo bastante posible visto lo visto. El lobo aulló con fuerza y echó a correr hacia el interior del bosque en dirección a la playa.
Kodama volvió a su forma humana y vio como un grupo de reclutas se acercaban para ayudarle en su lucha, aunque un poco tarde tal vez. Sin mediar palabra, emprendió el camino de vuelta hacia el barco para informar a sus superiores de lo que había sucedido aquel día. Lo cierto es que tenía bastante que contar; lo primero sería asegurarse de que el tal Drake ya no se encontraba en la isla y luego inspeccionar la zona ne busca de posibles cómplices.
Aún así sabía que no encontrarían a nadie más, aquel tipo no parecía de los que trabajaban en equipo. Mejor, Kodama se había propuesto arrestarlo algún día y prefería no tener que perder tiempo con algún cómplice molesto. Llegó hasta el barco de la marina y contempló el mar para relajarse, había sido un día movidito. Sin embargo sabía que no sería el único día así que le esperaba.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.