La nueva amenaza se acerca...[Priv.][Femme Fatale]

Estaba afilando las cuchillas de mi látigo cuando de pronto la jefa nos llamó a todas, subí a cubierta mientras seguía afilando mis armas, no sabía que coño querría esta vez pero que no me dejase ya ni afilar mis armas ya era pasarse, a saber que estaría planeando esta vez pero hacía un par de días había puesto rumbo al West Blue así que cualquier cosa podía esperarse.

Ya salía a cubierta cuando la vi sentada en una silla en medio del barco, siempre tan ortodoxa para estas cosas... En fin lo mismo daba, lo importante eran las ordenes que nos diese por lo que estar atento era bastante importante aun que yo seguía afilando mis armas mientras la escuchaba.

-Bueno, como veis nos acercamos a Ohara, una isla para investigadores, y ciudadanos humildes-dijo mientras miraba el mar ladeadamente-aquí hay información valiosa que el gobierno no quiere que sepa...nuestra función es matar a un elevado número de personas y destruir para que quede constancia de que hay una nueva amenaza por los mares...¿todo aclarado? cuando lleguemos a tierra os indicare lo que haremos mejor.

O yo había pasado mucho tiempo allá abajo o nuestra capitana no había pensado demasiado el plan, ¿Que lógica tiene destrozar una isla que guarda un secreto tan importante para la Revolución? ¿No sería mejor que precisamente protegiésemos esta isla para que el secreto sea conocido?

- ¿Para esto me haces salir? Eso ya lo podías haber dicho cuando llegasemos. - Dije sonriendo y negando con la cabeza.

- Solo tengo una duda, ¿Queda mucho para comenzar a decapitar al personal?- Dije justo cuando había terminado de sacar brillo a mis juguetitos.

¿A donde se acercaba nuestra "pequeña" Mashiro? La isla del saber, de los libros, donde tiempo atrás fue destruida por el miedo pero que ahora volvía a florecer de nuevo al igual que árbol ya grande y maduro, esa isla tenia un nombre que Mashiro desde su camarote sentada en la cama, mirando el suelo, dejando que todos sus pelos fuesen atraídos por la gravedad y le tapasen la cara totalmente, el nombre era Ohara... Uno, dos y tres, ella volvía repetir el nombre de forma contante tras la pequeña cuenta que hacía en su imaginación. una y otra vez como el rocío que cae de las hojas sin parar por la mañana su voz sonaba dulce pero si la mirabas parecía siniestra...poseída...pero tras decirlo de nuevo ya por la incontable vez se levanto de la cama y fue directa al espejo a mirarse la cara. Todos los pelos despeinados sin un orden lógico unos a la derecha, otros a la izquierda arri... ya os sabéis como va todo esto. Desde el espejo que era bien grande y se podía ver casi la mitad de su cuerpo cual solo estaba tapado por una pequeña camisa, con tintes carmines pero de color blanco base, estaba semi abierta y se podía entrever su escote bien marcado. Se arreglo el pelo con delicadeza y después fue al armario y comenzó a coger su ropa, su ropa de siempre...aunque no cambio su camisa que raspando un poco con su cuchillo pudo quitar algunos de los estampados rojizos. se abrocho bien la camisa y cogió sus cosas, que mejor dicho sus cosas era simplemente un cuchillo y su ropa y salio por la puerta del barco sigilosamente y sin intentar hacer ruido. Ya se iba acercando a la escalera que la llevaría a la cubierta y entonces escucho su nombre, sonoro, parecía la voz de la capitana de ese barco. Estaba demasiado cerca como para volver al camarote y que la dejaran en paz a si que subió y se encontró con tres mujeres más.

Subió sin decir nada callada y con la cara tapada por su pelo silenciosa y se acerco a la capitana y paso al lado diciéndole una cosa en susurro con su dulce y siniestra voz.

-A si que...ya saldremos a matar...me gusta la idea...pero no hagamos tanto escandalo...no es bello montar el follon...no no...Pero a ver cuando llegamos...

Después se giro de nuevo y fue al borde del barco donde comenzó a mirar al mar con la mirada perdida, casi perdió la noción de lo que pasaba detrás de ella...solamente quería llegar a esa isla... y poder hacer algo de una vez.

¿Cómo había acabado una mujer de cuarenta años con aquellas mocosas? Era algo que aún no entendía, pero que a final de cuentas, no me parecía tan malo. Era sin duda la mayor y por una gran diferencia, pero no me importaba. Estaba a gusto con todas ellas, por no mencionar que al ser una banda formada única y exclusivamente por mujeres, no había ningún estúpido baboso cerca. Sin embargo, la capitana era algo impulsiva y macabra, pero no era algo que me quitaría el sueño. Actuaría en pos de la revolución y si era necesario arrebatarle la vida a alguien, mi espada no titubearía a la hora de cortar limpiamente y cumplir su cometido.

Me levanté bien temprano para disfrutar de la calma que podía respirarse cuando la mayoría dormían. Me di un baño sumamente relajante entre algunas esencias para cuidar la piel. Era algo que me encantaba y me hacía dejar a un lado los problemas para sumirme en una paz increíble como la que sentía en Wano a pesar de los problemas por los que me fui. Tras un buen rato salí de mi momento de relajación y una vez seca, me vestí con mi vestimenta típica de mi isla. Un kimono negro, muy escotado y de bordes blancos. Un cinturón blanco de tela, con un gran lazo en diagonal en la parte derecha sujetaba el vestido en cuestión y la vaina para la espada. Calzaba unas sandalias de esparto y bajo estas unas medias blancas. Y como detalle final, una tela rosada caía sobre sus hombros juntándose por detrás del cuello.

Se fue a desayunar y salió a cubierta cuando la capitana hizo un llamamiento para todas las tripulantes. Se mantuvo apoyada en la pared al lado de la puerta que daba al interior del barco y escuchó pacientemente las palabras de Jane, la cual parecía tener muy claro que quería arrasar aquella isla a la que se dirigían... Ohara. Las demás no parecían estar en desacuerdo así que aquel lugar no tardaría en presenciar el terror de unas damas sedientas de sangre.

-Oye capitana. Como bien has dicho, nos comentarás la parte del plan que falta al llegar a la isla, pero lo que has explicado hasta ahora se basa en matar a todo el mundo que se nos ponga por delante. Aparte de eso ¿Tenemos que conseguir alguna información que pueda sernos útil? Lo digo para evitar destruir cualquier documento que pueda interesarnos. Ya sabes, a veces una se pone a cortar a diestro y siniestro y no se preocupa por los papeles que puedan haber en el campo de batalla.- Dije yo, levantando levemente los hombros con los brazos en un ángulo 90 grados, ligeramente hacia los lados y las palmas de las manos hacia arriba