!El nacimiento de un poder abrumador, Peligro en la isla! (Rol Privado)

Un pequeño bote se acercaba a la isla prehistórica. En dicho bote se encontraban dos personas, una chica morena de ojos dorados y Dranser. Ambos habían sido seleccionados para una misión en aquella isla. Al parecer un maldito tiranosaurio rex enorme se había comido a un miembro del CP1 y ese miembro portaba unos documentos importantes, el objetivo era eliminar al dinosaurio y rezar porque no hubiera expulsado ya sus excrementos. Aquellos documentos eran importantes para la ubicación de una base revolucionaria en el West Blue. El bote ya se estaba acercando a la orilla mientras el castaño oscuro sostenía en sus manos una hoja plastificada de color rojo oscuro, sin hacer nada más se puso a leerla en voz alta de forma tranquila sin levantar mucho el tono.

- Agentes Dranser y Kuroka, han sido seleccionados para recuperar los datos sobre la base revolucionaria del West Blue. El dinosaurio es un tiranosaurio rex de unos seis metros de altura y de un color grisáceo oscuro. Tiene una cicatriz en el ojo izquierdo producida por el agente que murió antes de que acabaran con su vida. Tened cuidado y estad atentos, es posible que por esas aguas ronden piratas. Un saludo, de parte de los altos cargos de la Cipher Pol.

El chico al leer la nota la dejó a un lado suspirando y tomó su vaina colocándosela al lado derecho de su cintura, su katana dorada eléctrica estaba lista para la acción y aquel dinosaurio era un digno reto para el agente del CP. No conocía de nada a su compañera pero ese día colaboraría con ella para tratar de eliminar aquel enorme ser y arrancar la información de su interior, podía parecer algo asqueroso y así lo era pero no había otra opción. El tiempo aquel día parecía estar perfecto y por ese motivo no se les complicarían las cosas demasiado. No había mostrado su fruta a la chica, ni siquiera había hablado con ella antes pero suponía que algo sabría ella ya. Si no era así solo debía preguntarle y este le diría todo lo que necesitara saber pues si algo era Dranser, era muy caballeroso y buena gente.

El bote al fin tocó la fina arena de la playa y el chico saltó del bote sonriendo tirándose a la arena y girando de un lado a otro estirándose con una sonrisa amplia al llegar por fin a la isla después de horas de viaje. Su felicidad era notable en su rostro y estaba deseando comenzar la misión en aquel lugar lleno de seres de la prehistoria. Tras unos segundos sonriendo pegó una voltereta hacia atrás levantándose de repente y mirando hacia la isla para después girar el cuello hacia la chica la cual era su compañero y sonreírle. Le habló de forma amable y tranquila mientras cerraba los ojos con las manos en la nuca. Su tono era suave y calmado.

Bueno señorita Kuroka, es hora de comenzar la misión. Si tienes alguna duda es hora de que la preguntes.

- Hora de continuar con lo mío.

Murmuraba el moreno acercándose aquella isla en su bote. Nero estaba en aquella isla para entrenarse. Esta vez tenía planeado pelear con algunas criaturas prehistóricas de aquel lugar. Había conseguido robar un bote en la última en a que se encontraba y ahora lo había usado para dirigirse aquella isla de forma rápida. Se había sentido atraído por una chica pelirroja que había conocido y a la cual habían ordenado eliminar pero había desobedecido dicha orden. Ahora quería volverse más poderoso y la forma correcta era entrenando en un lugar peligroso.

Su bote ahora había encallado en la tierra y el moreno había salido del medio de transporte. Sus rojizos ojos observaban de forma seria aquel lugar. Había varias plantas desconocidas y bastantes arboles. La arena de la playa era dorada y caliente de darle el sol. Había también varias rocas dispersas por la zona, no era un lugar de lujo ni nada por el estilo pero era suficiente para el chico dragón.

Ahora se dirigió hacia el interior de la isla pasando por la zona selvática, escuchaba extraños ruidos mientras atravesaba el lugar, no estaba muy seguro de haber acertado pues aquella isla era famosa por sus peligrosos seres. Pese a lo fuerte que era el moreno sería difícil poder derrotar a esos seres de forma fácil por lo que debería de esforzarse si aparecía uno de mayor tamaño al esperado. Lo normal era que se encontrara con herbívoros de gran tamaño para poder golpearles sin riesgo de daños serios pero si encontraba carnívoros o seres peligrosos aquello se le iba a complicar muchísimo. De todas formas siempre podía correr al bote y largarse pitando de la isla a toda velocidad para salvar su pellejo pues por encima de todo estaba él mismo y era su forma retorcida de pensar. Para muchos podía parecer egoísta y egocéntrico pero para otros lo más normal pues había mucha gente en el mundo que pensaba así pese a no admitirlo en público.

Tras unos pasos más por aquella zona sus ojos pudieron divisar algo bastante interesante. Pudo ver una especie de nido y en este unos enormes huevos tan grandes como él. Eran blancos y estaban en perfecto estado, pensó en hacer una tortilla gigante con ellos pero no era el caso. La idea no era mala pero no quería arriesgarse a que fueran de un ser peligroso. Eso era lo que pensaba segundos antes de hacer lo que hizo. De repente el aburrimiento se apoderó de él y le dio una paranoia extraña. Sin pensárselo lanzó su puño contra uno de los huevos destrozándolo y notando como su mano ahora estaba pegajosa y babosa pues aquello era asqueroso. Este no sacó el brazo y empezó a buscar de forma tranquila lo que había en el interior. No había mucha protección por lo que parecía y ninguna cueva cercana por lo que si algo se acercaba lo escucharía hacerlo perfectamente y solo debía correr, aunque antes de eso debía lavarse las manos pues le habían quedado asquerosas. Continuaba con lo suyo de forma tranquila y con una leve y sádica sonrisa en el rostro como si aquello no le importara y fuera lo más normal del mundo.