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Turnos: Caspio - Drake - Caspio - Drake
Escenario: Shoko: Una isla pequeña, de poco y bajo relieve, cuya particularidad es que se encuentra surcado por enormes lagunas que cubren casi la totalidad de la isla. Muchas de estas se han convertido en pantanos lo que ha atraido a numerosa cantidad de insectos.
- Salto a las 36 horas. Ampliable si se avisa con tiempo.
- Combate a K.O. Las heridas perduran para siempre.
- Resultado del combate es mediante bélico.
- El ganador se lleva 1500 exp, mientras que el perdedor se lleva 800 exp.
- El empate supone 1000 exp para cada uno.
- Las heridas en la cara no perduran.
Navega despacio, sobre el mástil de proa, en dirección a Shoko, una isla casi despoblada y llena de bichos en el West Blue. Su pequeño velero podría surcar las aguas más deprisa, pero no conoce la zona, y podría encallar en cualquier momento. Prefiere que si se ahoga sea en la sangre de su oponente, Drake "La Bestia". Ha oído hablar de él, y de sus andanzas por los mares. Si lo que dicen son verdades, debería estar preocupado, pero la verdad es que le tranquiliza. Alguien que ha acumulado tanta recompensa no puede ser idiota, así que la pelea se ve interesante. Nota que la marea se empieza a hacer fuerte, y sabe que se está acercando a la costa. Baja del mástil con cuidado y entra en el dormitorio. Allí se quita el disfraz de panadero y se pone la vestimenta de señor Nat. La capa negra que lo acompaña hace años y el sombrero "rider" que ensombrece su cara al mundo, pero esta vez la camisa roja. Se coloca las espadas a los lados, y esconde sus dagas tras la capa, en su funda del cinturón. Sale a cubierta y ve una pequeña formación rocosa que despunta de la isla. "Un cabo. Perfecto. Ya pensé que tendría que malgastar energías en crear un puente". Toma el timón y acerca el casco peligrosamente a las rocas, aunque con la precaución necesaria para no cargarse medio barco en un viraje. Baja el ancla y despliega la escala. Pone pie firme en tierra y observa el terreno. "Tierra, agua, árboles y bichos". Un mosquito se acerca aleteando hacia él, y lo mata de una palmada. "Estúpidas criaturas. ¿Qué las guiará hacia una muerte segura?". De repente se siente como si aleteara alrededor de Drake, y no es una buena sensación. Tal vez fuera una locura aceptar su desafío a ciegas, pero ya no hay marcha atrás.
Da unos primeros pasos por la isla, y nota cómo se le hunden ligeramente en la tierra húmeda. En estos momentos desea estar en cualquier lugar menos ahí, pero está en juego su honor, y un Ken-sentoki no puede sufrir la deshonra de una huida. Se replantea un par de cosas durante un instante, y decide volver un momento al barco. Se dirige a la cocina, y saca un taburete de ella. Es un taburete de madera brillante y rojiza, de caoba, probablemente. Es un objeto pesado, pero no tanto como para incomodar a Caspio, que lo lleva con el brazo derecho hasta el tronco de un árbol anciano, a la orilla de una charca. Se sienta en su taburete, tapando la boca con la capa, intentando que ningún insecto se le acerque a la cara. Mira el agua, e intenta buscar el fondo. Le cuesta encontrarlo, pero también puede ser por toda la sombra que emana de ese bosque negro.
"Este lugar es horrible. Necesito poder moverme, y con tanta agua podría ahogarme dando un paso en falso. La tierra se hunde con cada pisada, así que no puedo poner el pie dos veces en el mismo sitio, podría tropezarme y caer a una de esas charcas llenas de mierda. Y la bruma... nace en las charcas y en la costa, no hay forma de ver el suelo con claridad. Alguien quería joderme, y lo ha conseguido", piensa. Sin embargo, el terreno podría darle ventaja. Puede transformarse sin mayor esfuerzo en un charco, invisible casi, e intocable.
Desenvaina la bastarda y se levanta del asiento. Practica un par de golpes, y da un par de quiebros. Cuanto antes se acostumbre al terreno, mejor le irá. La capa le molesta, así que la dobla y la coloca sobre el taburete. Da unos golpes más, esta vez intentando cazar algún insecto con el filo. Repasa la hoja tras ello, y observa fragmentos partidos a la mitad de varios bichejos, algunos más grandes de lo que desearía. Sin embargo, sigue sin sentirse cómodo con el terreno. Limpia un poco y envaina la espada, confiando en no necesitarla por sorpresa. Se aparta el pelo de la cara y rodea la charca. "Cuarenta y dos pasos", cuenta, y piensa que, mientras se mantenga cerca de ese terreno, podrá moverse sin necesidad de controlar sistemáticamente sus pies. Sólo le queda esperar a que aparezca su adversario.
-Drake, ven a jugar.
Da unos primeros pasos por la isla, y nota cómo se le hunden ligeramente en la tierra húmeda. En estos momentos desea estar en cualquier lugar menos ahí, pero está en juego su honor, y un Ken-sentoki no puede sufrir la deshonra de una huida. Se replantea un par de cosas durante un instante, y decide volver un momento al barco. Se dirige a la cocina, y saca un taburete de ella. Es un taburete de madera brillante y rojiza, de caoba, probablemente. Es un objeto pesado, pero no tanto como para incomodar a Caspio, que lo lleva con el brazo derecho hasta el tronco de un árbol anciano, a la orilla de una charca. Se sienta en su taburete, tapando la boca con la capa, intentando que ningún insecto se le acerque a la cara. Mira el agua, e intenta buscar el fondo. Le cuesta encontrarlo, pero también puede ser por toda la sombra que emana de ese bosque negro.
"Este lugar es horrible. Necesito poder moverme, y con tanta agua podría ahogarme dando un paso en falso. La tierra se hunde con cada pisada, así que no puedo poner el pie dos veces en el mismo sitio, podría tropezarme y caer a una de esas charcas llenas de mierda. Y la bruma... nace en las charcas y en la costa, no hay forma de ver el suelo con claridad. Alguien quería joderme, y lo ha conseguido", piensa. Sin embargo, el terreno podría darle ventaja. Puede transformarse sin mayor esfuerzo en un charco, invisible casi, e intocable.
Desenvaina la bastarda y se levanta del asiento. Practica un par de golpes, y da un par de quiebros. Cuanto antes se acostumbre al terreno, mejor le irá. La capa le molesta, así que la dobla y la coloca sobre el taburete. Da unos golpes más, esta vez intentando cazar algún insecto con el filo. Repasa la hoja tras ello, y observa fragmentos partidos a la mitad de varios bichejos, algunos más grandes de lo que desearía. Sin embargo, sigue sin sentirse cómodo con el terreno. Limpia un poco y envaina la espada, confiando en no necesitarla por sorpresa. Se aparta el pelo de la cara y rodea la charca. "Cuarenta y dos pasos", cuenta, y piensa que, mientras se mantenga cerca de ese terreno, podrá moverse sin necesidad de controlar sistemáticamente sus pies. Sólo le queda esperar a que aparezca su adversario.
-Drake, ven a jugar.
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Una pequeña brisa sonaba en el pantano. En algunas de las lagunas se podían ver cadáveres flotando. Meros piratas que habían tenido la mala suerte de cruzarse con quien no debían. Algunos no tenían brazos y otros no tenían piernas, algunos despedazados y otros con moratones en el cuello. Esos estúpidos corsarios estaban en aquella isla buscando algún tesoro seguramente y habían encontrado la muerte. El culpable caminaba despacio por un camino de barro, había estado en aquella isla en otras ocasiones y algo sabía del terreno. Sus pasos eran tranquilos y despejados. Se trataba de ``La Bestia´´. Drake, el chico que había obtenido ya más de 150 millones por su cabeza. Ese día no llevaba la camiseta, casi nunca la llevaba. Sus ojos verdosos observaban todo a su alrededor mientras se apreciaba su cicatriz atravesándole desde la frente pasando por el ojo y acabando en la mejilla.
En sus manos llevaba sus guanteletes de acero con aquel pincho en el nudillo del dedo corazón. En su espalda llevaba amarrada una enorme guadaña negra casi más grande que él. Sus pantalones eran negros y largos y en sus pies había unas botas negras. Sus brazos eran poderosos y con buen grosor, su pecho bien fornido y sus abdominales desarrollados y perfectos. Su cuerpo era inhumano debido a la musculatura que el chico poseía. Su sonrisa era notoria y sádica. Estaba listo para la pelea y aquellos piratas le habían servido como calentamiento. El chico lobo estaba ansioso por comenzar y de repente un olor llegó hasta su olfato. Había un humano por allí cerca y no era un cadáver, tal vez algún pirata que se le había escapado o quizás su oponente. Cuando estaba ya llegando pudo escuchar aquellas palabras que le invitaban a jugar y este sonrió de lado. De repente se acercó despacio hasta quedar a unos seis metros a donde estaba aquel tipo que hoy sería su oponente.
- Ya he venido a jugar, pero no quiero hacerte esperar así que será mejor ir directos al grano. No me apetece usar todo mi poder en este lugar así que empezare solo con mi forma humana.
Tras una media sonrisa se colocó en su postura de combate Zan Nin Na. Pese a estar en su forma humana su fuerza era algo increíble pudiendo destrozar arboles, piedras y si se esforzaba hasta metales. Aquella bestia físicamente era un peligro y ahora que había conseguido aumentar su fuerza tras su último entrenamiento era peor. Decidió atacar el primero y al ver a su presa allí tan tranquilo decidió lanzarlo a volar por los aires. De repente sus ojos tomaron un color dorado intenso mientras una carcajada salía de su boca. De repente sin pleno aviso pegó dos zancadas cuidando donde pisaba y lanzó tres puñetazos al aire con fuerza. El aire empezó a ondularse por su bestialidad y tres ondas de choque se formaron y fueron directas a por el chico con la intención de hacerle volar y estrellarlo con algo. Tras su ataque le diese o no, activó su haki de observación.
Cold Breath (AI)
En sus manos llevaba sus guanteletes de acero con aquel pincho en el nudillo del dedo corazón. En su espalda llevaba amarrada una enorme guadaña negra casi más grande que él. Sus pantalones eran negros y largos y en sus pies había unas botas negras. Sus brazos eran poderosos y con buen grosor, su pecho bien fornido y sus abdominales desarrollados y perfectos. Su cuerpo era inhumano debido a la musculatura que el chico poseía. Su sonrisa era notoria y sádica. Estaba listo para la pelea y aquellos piratas le habían servido como calentamiento. El chico lobo estaba ansioso por comenzar y de repente un olor llegó hasta su olfato. Había un humano por allí cerca y no era un cadáver, tal vez algún pirata que se le había escapado o quizás su oponente. Cuando estaba ya llegando pudo escuchar aquellas palabras que le invitaban a jugar y este sonrió de lado. De repente se acercó despacio hasta quedar a unos seis metros a donde estaba aquel tipo que hoy sería su oponente.
- Ya he venido a jugar, pero no quiero hacerte esperar así que será mejor ir directos al grano. No me apetece usar todo mi poder en este lugar así que empezare solo con mi forma humana.
Tras una media sonrisa se colocó en su postura de combate Zan Nin Na. Pese a estar en su forma humana su fuerza era algo increíble pudiendo destrozar arboles, piedras y si se esforzaba hasta metales. Aquella bestia físicamente era un peligro y ahora que había conseguido aumentar su fuerza tras su último entrenamiento era peor. Decidió atacar el primero y al ver a su presa allí tan tranquilo decidió lanzarlo a volar por los aires. De repente sus ojos tomaron un color dorado intenso mientras una carcajada salía de su boca. De repente sin pleno aviso pegó dos zancadas cuidando donde pisaba y lanzó tres puñetazos al aire con fuerza. El aire empezó a ondularse por su bestialidad y tres ondas de choque se formaron y fueron directas a por el chico con la intención de hacerle volar y estrellarlo con algo. Tras su ataque le diese o no, activó su haki de observación.
Cold Breath (AI)
El aire se quiebra delante de él, y las ondas resultantes se lanzan contra él. "Simple", piensa, y se hace a un lado de un pequeño salto. El agua tras él pierde la armonía y pequeñas olas recorren la charca. Observa a su adversario, ante él. De torso desnudo y tonificado, brazos fuertes, una guadaña a la espalda y una sonrisa arrogante en la cara. Una ligera brisa azota su cara, y el cabello se la cubre. Se lo aparta con la mano derecha, y dirige momentáneamente la mirada al suelo, intentando captar sus propias pisadas. Ahora en su lugar hay charcos con forma de bota. "Estamos jodidos...", piensa, mientras avanza un par de pasos hacia Drake, espada en mano, pero apuntando al suelo.
Según se acerca a él, nota un ligero aroma a sangre en el ambiente. Quizás algún idiota lo atacó mientras iba hacia ahí, o tal vez había decidido calentar motores con algún pueblerino o forajido, tal vez. Sus brazos son grandes como melones maduros, y parecen amenazadores en su extraña postura de combate. Sin embargo, trata de mantenerse impertérrito, atravesándolo con sus ojos azules, tratando de penetrar sus defensas con la simple mirada. "¿Cómo ataco yo a este saco de carne?", piensa, mientras, esta vez, lo observa a fondo. Es más o menos de su altura, algo más bajo quizá, con una melena marrón con un par de mechones sobre su cara. "Quizás, con tanto músculo, su debilidad sea la rapidez".
-Voy a hacerte mostrar los colmillos. Veamos qué puedes hacer contra el golpe de la víbora.
Saca su daga derecha, y se pone en posición. Espera unos segundos, mientras el viento mueve la bruma bajo sus pies. Da un par de pasos, adelante y atrás. Con suma rapidez, baja todo el cuerpo al suelo, quedando casi acuclillado. Con el brazo izquierdo por delante, sube la espada hasta casi cubrirse la cara con ella, y el derecho en la espalda, con la daga agarrada, tocando el puño con el pulgar, y sin perder la protección de su bastarda, salta contra Drake. Estando lo suficientemente cerca, la daga vuela al cuello de la bestia. Batsunotaraiko [AF]
Según se acerca a él, nota un ligero aroma a sangre en el ambiente. Quizás algún idiota lo atacó mientras iba hacia ahí, o tal vez había decidido calentar motores con algún pueblerino o forajido, tal vez. Sus brazos son grandes como melones maduros, y parecen amenazadores en su extraña postura de combate. Sin embargo, trata de mantenerse impertérrito, atravesándolo con sus ojos azules, tratando de penetrar sus defensas con la simple mirada. "¿Cómo ataco yo a este saco de carne?", piensa, mientras, esta vez, lo observa a fondo. Es más o menos de su altura, algo más bajo quizá, con una melena marrón con un par de mechones sobre su cara. "Quizás, con tanto músculo, su debilidad sea la rapidez".
-Voy a hacerte mostrar los colmillos. Veamos qué puedes hacer contra el golpe de la víbora.
Saca su daga derecha, y se pone en posición. Espera unos segundos, mientras el viento mueve la bruma bajo sus pies. Da un par de pasos, adelante y atrás. Con suma rapidez, baja todo el cuerpo al suelo, quedando casi acuclillado. Con el brazo izquierdo por delante, sube la espada hasta casi cubrirse la cara con ella, y el derecho en la espalda, con la daga agarrada, tocando el puño con el pulgar, y sin perder la protección de su bastarda, salta contra Drake. Estando lo suficientemente cerca, la daga vuela al cuello de la bestia. Batsunotaraiko [AF]
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El tipo había esquivado sus tres ondas de choque como si nada echándose a un lado. La mirada del chico lobo continuaba fija en su oponente y no tenía la intención de apartarse. Llevó la mano izquierda a su espalda sacando su enorme guadaña y observando al chico de forma amenazante. Ahora aquel sujeto le hablaba diciendo que iba a probar los colmillos de la víbora, curioso pues la víbora debería pasar por las garras del lobo. De repente aquel hombre se puso en cuclillas y tras unos segundos se lanzó a por él. Pese a ser tan musculoso el chico tenía una buena velocidad, de repente su haki de observación le advirtió de la daga y este con una ligera sonrisa ladeó el cuello echándolo a un lado, la daga pasó por su mejilla produciéndole un leve corte de roce más que nada. En su mejilla salió una sola gotita de sangre la cual fue adsorbida por la lengua del castaño que ahora observaba a su oponente con expresión calmada.
- No me interesa eso de los colmillos de la víbora pero vas a ver el verdadero poder el lobo, sufre el poder de Drake, la bestia.
Sus ojos brillaron en un tono dorado mientras observaba a su oponente, saltó dos metros hacia atrás vigilando donde pisaba para después mirarle con una media sonrisa. Pensaba demostrar su fuerza con un combo de los suyos, iba a emplear su guadaña y su fuerza bruta más la fuerza de sus golpes. La fuerza del castaño mas los guanteletes de acero y aquel pincho en el nudillo de en medio podría ser muy peligrosos. Además iba a usar su haki armadura pues quería estrenarlo con alguien. De esa forma su ataque iba a ser algo terrible y letal. La sonrisa del chico lobo se hizo más notoria que antes.
De repente el chico pegó dos zancadas vigilando donde pisaba para acercarse a su oponente lanzando con la guadaña un poderoso tajo de arriba abajo dispuesto a partirlo en dos. Una vez lo lanzó, volvió a pegar otro tajo que iba a sus costillas, en cuando realizó aquellos dos golpes, con la mano libre cerró el puño y lanzó un puñetazo con su brutal fuerza que iba a su pecho. Para finalizar volvió a lanzar otro puñetazo a su rostro con fuerza y después saltó hacia atrás hacia la zona de antes esperando el resultado de su poderoso ataque y su fuerza monstruosa.
Zan Nin Na: Comb Wolf (AF) { Haki armadura Lvl 1}
- No me interesa eso de los colmillos de la víbora pero vas a ver el verdadero poder el lobo, sufre el poder de Drake, la bestia.
Sus ojos brillaron en un tono dorado mientras observaba a su oponente, saltó dos metros hacia atrás vigilando donde pisaba para después mirarle con una media sonrisa. Pensaba demostrar su fuerza con un combo de los suyos, iba a emplear su guadaña y su fuerza bruta más la fuerza de sus golpes. La fuerza del castaño mas los guanteletes de acero y aquel pincho en el nudillo de en medio podría ser muy peligrosos. Además iba a usar su haki armadura pues quería estrenarlo con alguien. De esa forma su ataque iba a ser algo terrible y letal. La sonrisa del chico lobo se hizo más notoria que antes.
De repente el chico pegó dos zancadas vigilando donde pisaba para acercarse a su oponente lanzando con la guadaña un poderoso tajo de arriba abajo dispuesto a partirlo en dos. Una vez lo lanzó, volvió a pegar otro tajo que iba a sus costillas, en cuando realizó aquellos dos golpes, con la mano libre cerró el puño y lanzó un puñetazo con su brutal fuerza que iba a su pecho. Para finalizar volvió a lanzar otro puñetazo a su rostro con fuerza y después saltó hacia atrás hacia la zona de antes esperando el resultado de su poderoso ataque y su fuerza monstruosa.
Zan Nin Na: Comb Wolf (AF) { Haki armadura Lvl 1}
Una gota de sangre cae por la mejilla de la bestia, que la relame. Mientras recupera la posición, el joven loco desenvaina su guadaña, y adopta una postura sumamente agresiva. Lanza su guadaña contra él, tratando de partirlo a la mitad, pero lo para con la daga, aunque la soberana fuerza del castaño le hace perder el control y su arma cae clavada contra el suelo. Sin embargo, no se detiene ahí. La guadaña se dirige de nuevo hacia él, esta vez en un barrido. Lo bloquea empuñando la espada con ambas manos, pero hay algo que no vio venir. Intenta esquivarlo, pero sólo logra poner el hombro, así que no le queda otra que tornarse mercurio. Sin embargo, nota un pinchazo, y el golpe que va detrás casi lo derriba. Drake retira el puño y vuelve a la carga. Esta vez se funde completamente, y ve a su oponente volver a su posición inicial. Se mueve hacia él y le pasa entre las piernas, materializándose a su espalda.
Nota que la sangre mana de su hombro, y siente que la fuerza abandona su brazo poco a poco. "Necesito dejarlo K.O. ya, o voy a tener muchos problemas". Observa al lobo un instante, y ve su cuello, tan musculado, tan grande, tan jugoso... Un buen punto que atacar. Sujeta la espada con ambas manos y echa una pierna hacia atrás, a la vez que flexiona la otra. echa la espalda hacia atrás, dejando las manos a la altura de su hombro y la hoja casi paralela al suelo.
Corre un poco de brisa, y nota algún que otro mosquito tratando de picarle. "Animales inmundos", piensa, al tiempo que va tomando fuerza para golpearlo. Está demasiado tranquilo, como expectante, sin preocuparse por él. "No creo que sea tan incauto, debe de tener algo que lo protege". En cualquier caso, va a finiquitar el combate de un golpe. Le suda la frente, y le duele el hombro. Le queda muy poco tiempo antes de que el combate se vuelva insostenible. Decide asegurar el golpe, y desliza mercurio por toda la espada. Es agotador, pero tiene energía suficiente para hacerlo. Si llega a cortarlo, el mercurio se quedará en sus heridas, y con suerte pasará a su torrente sanguíneo (si es un corte profundo). Con un poco de suerte, el propio metal hervirá y lo dejará inconsciente por intoxicación. "Y si no, le ordenaré salir, a ver si con suerte le perforo algo". El arma le pesa, pero debe dar el golpe. Lanza el filo contra la bestia, con todas sus fuerzas, intentando atravesarlo de arriba a abajo.
Taigabito [AB]
Nota que la sangre mana de su hombro, y siente que la fuerza abandona su brazo poco a poco. "Necesito dejarlo K.O. ya, o voy a tener muchos problemas". Observa al lobo un instante, y ve su cuello, tan musculado, tan grande, tan jugoso... Un buen punto que atacar. Sujeta la espada con ambas manos y echa una pierna hacia atrás, a la vez que flexiona la otra. echa la espalda hacia atrás, dejando las manos a la altura de su hombro y la hoja casi paralela al suelo.
Corre un poco de brisa, y nota algún que otro mosquito tratando de picarle. "Animales inmundos", piensa, al tiempo que va tomando fuerza para golpearlo. Está demasiado tranquilo, como expectante, sin preocuparse por él. "No creo que sea tan incauto, debe de tener algo que lo protege". En cualquier caso, va a finiquitar el combate de un golpe. Le suda la frente, y le duele el hombro. Le queda muy poco tiempo antes de que el combate se vuelva insostenible. Decide asegurar el golpe, y desliza mercurio por toda la espada. Es agotador, pero tiene energía suficiente para hacerlo. Si llega a cortarlo, el mercurio se quedará en sus heridas, y con suerte pasará a su torrente sanguíneo (si es un corte profundo). Con un poco de suerte, el propio metal hervirá y lo dejará inconsciente por intoxicación. "Y si no, le ordenaré salir, a ver si con suerte le perforo algo". El arma le pesa, pero debe dar el golpe. Lanza el filo contra la bestia, con todas sus fuerzas, intentando atravesarlo de arriba a abajo.
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El golpe del chico había conseguido hacer bastante daño en el hombro de aquel muchacho. De repente el chico se metió por debajo de sus piernas y este rápidamente se giró. No sabía que planeaba su rival pero de seguro que algo bueno no iba a ser. Sus ojos brillaban en un tono dorado esperando el ataque del otro. De repente el chico elevó su enorme espada al aire, tantos combates habían enseñado al chico lobo algunos trucos y estaba claro lo que planeaba hacer su oponente. Iba a lanzarle un ataque potente. Ahora la única solución del castaño era evitarlo de la forma que pudiese, de repente interpuso en medio su poderosa guadaña negra mientras saltaba hacia atrás con toda su agilidad. Aquella espada impactó en la hoja de la guadaña, pero desgraciadamente al estar el chico en el aire la fuerza del impacto lo lanzó hacia atrás. Por suerte pudo salvarse de la espada del chico recibiendo solo un corte de roce en la mano pero el guantelete de acero le protegió. Salió despedido contra un árbol chocándose contra este violentamente.
El peso del chico hizo que el dolor fuera más grande. El tronco cayó destrozado a otro lado de donde cayó el castaño. Por suerte no había caído en una zona muy pantanosa. Ahora estaba tirado boca arriba con la espalda manchada de barro, en la espalda le había salido un moratón bastante feo del potente golpe y no solo ese. Además tenía otro en la parte del hombro izquierdo. Su guadaña había ido a parar a otro árbol clavándose en este. El chico daba gruñidos de dolor aunque podría haber sido peor haber sido cortado en dos. Ahora estaba claro lo que iba a hacer. Dejó la guadaña donde estaba y se levantó limpiándose un poco el barro observando a su oponente. Su mirada era sádica y terrible y era por lo que estaba a punto de hacer. Sus ojos brillaron en un tono más dorado que el de antes, ahora o nunca era el momento especial.
De repente empezó a crecer hasta llegar a la altura de unos tres metros y medio. Sus ojos brillaban con fuerza y sus dientes crecían. Sus orejas empezaron a estirarse un poco, además se quitó los guanteletes para que sus uñas se transformaran en garras. Sus botas explotaron saliendo garras en sus uñas de los pies. Su cuerpo empezó a recubrirse de un pelaje blanco y su hocico a alargarse. La musculatura también aumentaba, encima de lo mala bestia que ya era Drake, ahora sería mucho peor. Una cola peluda empezó a salir de la parte baja de su espalda. Ahora frente al chico había un temible licántropo enorme y musculoso. La bestia estaba suelta y en su forma hibrida, de repente salió corriendo a por el que ahora era su presa. Su velocidad iba impresionante pues había controlado su fruta de una forma increíble, era difícil de seguir debido a que iba e zigzag, el astuto lobo observaba bien donde pisaba. Finalmente saltó a un árbol y de ahí saltó hasta colocarse frente al chico. Sin piedad lanzó dos golpes al mismo tiempo para distraer al chico, el primero era una poderosa patada a su rodilla derecha, tratando de atravesársela con sus garras y si no destrozarla con su fuerza. El otro fue un puñetazo que iba hacia su hombro herido. En cuando lanzó ese ataque estiró de nuevo el brazo y lanzó otro puñetazo contra su estomago, para finalizar trató de hacerle un barrido para tirarle al suelo, si lo conseguía trataría de pisarla el estomago. Fallara en su combo o no, saltaría hacia atrás con una media sonrisa, todos sus golpes habían sido usando su haki de armadura.
Zan Nin Na: Wolf Master Fury (AMF) {Haki Armadura Nvl 1}
El peso del chico hizo que el dolor fuera más grande. El tronco cayó destrozado a otro lado de donde cayó el castaño. Por suerte no había caído en una zona muy pantanosa. Ahora estaba tirado boca arriba con la espalda manchada de barro, en la espalda le había salido un moratón bastante feo del potente golpe y no solo ese. Además tenía otro en la parte del hombro izquierdo. Su guadaña había ido a parar a otro árbol clavándose en este. El chico daba gruñidos de dolor aunque podría haber sido peor haber sido cortado en dos. Ahora estaba claro lo que iba a hacer. Dejó la guadaña donde estaba y se levantó limpiándose un poco el barro observando a su oponente. Su mirada era sádica y terrible y era por lo que estaba a punto de hacer. Sus ojos brillaron en un tono más dorado que el de antes, ahora o nunca era el momento especial.
De repente empezó a crecer hasta llegar a la altura de unos tres metros y medio. Sus ojos brillaban con fuerza y sus dientes crecían. Sus orejas empezaron a estirarse un poco, además se quitó los guanteletes para que sus uñas se transformaran en garras. Sus botas explotaron saliendo garras en sus uñas de los pies. Su cuerpo empezó a recubrirse de un pelaje blanco y su hocico a alargarse. La musculatura también aumentaba, encima de lo mala bestia que ya era Drake, ahora sería mucho peor. Una cola peluda empezó a salir de la parte baja de su espalda. Ahora frente al chico había un temible licántropo enorme y musculoso. La bestia estaba suelta y en su forma hibrida, de repente salió corriendo a por el que ahora era su presa. Su velocidad iba impresionante pues había controlado su fruta de una forma increíble, era difícil de seguir debido a que iba e zigzag, el astuto lobo observaba bien donde pisaba. Finalmente saltó a un árbol y de ahí saltó hasta colocarse frente al chico. Sin piedad lanzó dos golpes al mismo tiempo para distraer al chico, el primero era una poderosa patada a su rodilla derecha, tratando de atravesársela con sus garras y si no destrozarla con su fuerza. El otro fue un puñetazo que iba hacia su hombro herido. En cuando lanzó ese ataque estiró de nuevo el brazo y lanzó otro puñetazo contra su estomago, para finalizar trató de hacerle un barrido para tirarle al suelo, si lo conseguía trataría de pisarla el estomago. Fallara en su combo o no, saltaría hacia atrás con una media sonrisa, todos sus golpes habían sido usando su haki de armadura.
Zan Nin Na: Wolf Master Fury (AMF) {Haki Armadura Nvl 1}
Una guadaña se interpone entre la bastarda y Drake, protegiéndolo de un golpe potencialmente devastador. El choque de las armas es tan violento que las charcas de alrededor ondulan ligeramente. El mercurio imbuido en el arma sale despedido hacia el animal, pero éste a la vez sale despedido hacia un árbol. Aunque la bestia es mucho más fuerte que él, Caspio es bastante más fuerte que la media, y el factor sorpresa lo ha cogido desprevenido hasta cierto punto. Choca contra el árbol junto al que se encuentran sus pertenencias, y cae derribado del impacto, boca arriba, tronzando el árbol en el proceso. Se levanta con ligero esfuerzo, y parece que el golpe le ha pasado factura. Dolor de espalda y un escasamente discreto moratón en el hombro. Ve un brillo en sus ojos, que se van tornando duros y crueles a la vez que el rival aumenta en tamaño. Ahora ya no está Drake, sino un licántropo gigante que se abalanza a por él. "Menuda suerte la mía", piensa, mientras la ágil bestia se desplaza hacia él con ímpetu asesino.
"Algo en este lugar tiene que haber que me ayude a derrotarlo" suena en su cabeza, y fija la mirada en su capa. Su arsenal de trucos y artificios sobre un taburete. También ve su daga, clavada en el pantano. La agarra rápidamente antes de que el lobo se acerque completamente, y se prepara para el movimiento del oso. Lo primero que recibe del acercamiento es una coz en la rodilla, y consigue esquivarla parcialmente, pero escucha un pequeño "crack", y la rótula le comienza a doler. Un segundo golpe se dirige a su hombro, y éste le da de lleno, pero, sin saber cómo, mantiene la compostura. Un tercer golpe va a su estómago, pero lo frena con la daga empuñada, desviando el golpe y ladeando el cuerpo, para evitar que lo golpee, aunque esto lo deja en una posición comprometida, y un barrido de pierna lo derriba.
"Así que todo termina de esta forma. Derrotado y maltrecho... Al menos he podido ver parte de su poder". Resuenan esas palabras en su cabeza un instante, antes de rodar por el suelo por instinto al ver una gran pierna cerniéndose sobre él. Se levanta como puede. Las piernas le tiemblan ligeramente, y cargar peso sobre la rodilla golpeada le duele a horrores. Tiene el hombro dormido, y si bien aún puede sujetar la espada, no sabe si conseguirá lanzar un último golpe. Se le nubla la visión ligeramente, y parpadea un par de veces hasta que vuelve. A la desesperada, sabiendo que es muy probable que caiga de agotamiento pronto, se lanza contra el demonio intentando impactar su zarpazo de oso contra el pecho desnudo del hombre lobo.
Beasutoraiko [AMF]
"Algo en este lugar tiene que haber que me ayude a derrotarlo" suena en su cabeza, y fija la mirada en su capa. Su arsenal de trucos y artificios sobre un taburete. También ve su daga, clavada en el pantano. La agarra rápidamente antes de que el lobo se acerque completamente, y se prepara para el movimiento del oso. Lo primero que recibe del acercamiento es una coz en la rodilla, y consigue esquivarla parcialmente, pero escucha un pequeño "crack", y la rótula le comienza a doler. Un segundo golpe se dirige a su hombro, y éste le da de lleno, pero, sin saber cómo, mantiene la compostura. Un tercer golpe va a su estómago, pero lo frena con la daga empuñada, desviando el golpe y ladeando el cuerpo, para evitar que lo golpee, aunque esto lo deja en una posición comprometida, y un barrido de pierna lo derriba.
"Así que todo termina de esta forma. Derrotado y maltrecho... Al menos he podido ver parte de su poder". Resuenan esas palabras en su cabeza un instante, antes de rodar por el suelo por instinto al ver una gran pierna cerniéndose sobre él. Se levanta como puede. Las piernas le tiemblan ligeramente, y cargar peso sobre la rodilla golpeada le duele a horrores. Tiene el hombro dormido, y si bien aún puede sujetar la espada, no sabe si conseguirá lanzar un último golpe. Se le nubla la visión ligeramente, y parpadea un par de veces hasta que vuelve. A la desesperada, sabiendo que es muy probable que caiga de agotamiento pronto, se lanza contra el demonio intentando impactar su zarpazo de oso contra el pecho desnudo del hombre lobo.
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El combo del enorme lobo blanco había dañado bastante aquel chico, ya faltaba poco al parecer y el lobo debía usar su último ataque para finalizar. De repente aquel chico pudo ver como el herido rival lanzaba su espada contra su pecho. El lobo blanco no tuvo otra que interponer su puño, la espada parecía que le iba a atravesar el puño cuando este tomó un aura blanca. Era su Ripera O Utsu. Lo había usado como acción defensiva, en cuando la espada rozara el aura blanca una terrible onda de choque increíble estallaría mandando al impactado por los aires. De esa forma evitaría la espada, debido a la enorme fuerza de la onda de choque el lobo fue lanzado por los aires. Esta cayó contra otros dos árboles destrozándolos y dando un grito de dolor. Llevó su garra hasta su pecho gruñendo, su mano estaba algo quemada y ardiendo, eso había sido debido a la potente habilidad defensiva. Su técnica especial le había pasado factura ya que en aquella forma era más potente, seguramente la espada habría salido volando o tal vez no.
Los dorados ojos del lobo estaban fijos en el chico, de repente el dolor de su mano y de su espalda aumentó. Sus ojos empezaron a tomar un color verdoso como si estuviera volviendo a la forma humana. Y así fue, en forma humana se clavó de rodillas en el barro gruñendo y tosiendo para después escupir un buen chorro de sangre. La enfermedad del lobo le estaba atacando y el golpe en la espalda la había provocado. Frunció el ceño notando un pinchazo en el corazón, era una sensación molesta y de dolor.
- Si no hago esto no saldré vivo… maldita enfermedad estúpida.
Tras aquel susurro llevó la mano al bolsillo sacando una pequeña esfera amarilla, este se la metió en la boca y tras masticarla se la comió. De repente el chico se transformó en un lobo blanco, pero ahora era distinto, el lobo creció hasta los ocho metros. El enorme lobo iluminó sus ojos en dorado, de repente otras dos cabezas le salieron, una de ojos rojos y otra de ojos azules. El enorme lobo de tres cabezas y de ocho metros rugió con fuerza. Sus patas se hundían por el peso pero era demasiado fuerte y grande y las sacó de un gruñido para después observar a su adversario. Salió corriendo a por el chico vigilando donde pisaba, su velocidad era asombrosa y difícil de seguir. De repente aquel lobo pegó un zarpazo con su enorme pata dispuesto a rajar el pecho del chico, a continuación lanzó otro zarpazo a su cabeza, para finalizar su pata delantera derecha tomó un tono blanco. Era el Ripera pero esta vez de forma ofensiva. Sumando la fuerza del enorme ser, la onda de choque y el haki armadura lanzó aquel potente golpe dispuesto a lanzar a volar al chico y con suerte no matarlo.
FORMA TRIBESTIAL + RIPERA O UTSU + HAKI ARMADURA
Final Wolf Strayker Hell (AB) {Haki Armadura}
Los dorados ojos del lobo estaban fijos en el chico, de repente el dolor de su mano y de su espalda aumentó. Sus ojos empezaron a tomar un color verdoso como si estuviera volviendo a la forma humana. Y así fue, en forma humana se clavó de rodillas en el barro gruñendo y tosiendo para después escupir un buen chorro de sangre. La enfermedad del lobo le estaba atacando y el golpe en la espalda la había provocado. Frunció el ceño notando un pinchazo en el corazón, era una sensación molesta y de dolor.
- Si no hago esto no saldré vivo… maldita enfermedad estúpida.
Tras aquel susurro llevó la mano al bolsillo sacando una pequeña esfera amarilla, este se la metió en la boca y tras masticarla se la comió. De repente el chico se transformó en un lobo blanco, pero ahora era distinto, el lobo creció hasta los ocho metros. El enorme lobo iluminó sus ojos en dorado, de repente otras dos cabezas le salieron, una de ojos rojos y otra de ojos azules. El enorme lobo de tres cabezas y de ocho metros rugió con fuerza. Sus patas se hundían por el peso pero era demasiado fuerte y grande y las sacó de un gruñido para después observar a su adversario. Salió corriendo a por el chico vigilando donde pisaba, su velocidad era asombrosa y difícil de seguir. De repente aquel lobo pegó un zarpazo con su enorme pata dispuesto a rajar el pecho del chico, a continuación lanzó otro zarpazo a su cabeza, para finalizar su pata delantera derecha tomó un tono blanco. Era el Ripera pero esta vez de forma ofensiva. Sumando la fuerza del enorme ser, la onda de choque y el haki armadura lanzó aquel potente golpe dispuesto a lanzar a volar al chico y con suerte no matarlo.
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offrol: perdón por el retraso, llevo unos días de estrés. Siento no haber avisado, si quieres hacer como si saltara turno estás en tu derecho. Si no, aquí está mi respuesta.
El impacto lanza por los aires al lobo, que golpea contra un par de árboles, derribándolos. La espada casi sale despedida también por esa extraña aura blanca, aunque consigue sujetarla con mucho esfuerzo, tanto que casi se rompe la muñeca. Pero su rival está malherido, tanto que el monstruo se vuelve humano de nuevo. Parece costarle moverse, y bajo el cielo ya oscurecido, con el viento meciendo una suave brisa, escucha un murmullo de su aquejado rival. "Ya te tengo", piensa, aunque la vista se le empieza a nublar. Se marea un poco, y se tambalea, hasta el punto de necesitar clavar el arma en el suelo y usarla de apoyo.
Ve, entre tinieblas casi, cómo la bestia se lleva la mano a la boca, y mastica algo, y un engendro de pesadilla surge ante él. Un lobo gigante, de tres cabezas, cada una más terrorífica que la anterior, un cerbero salvaje y temible. Sus patas se hunden ligeramente en el pantano, pero a esa aberración le importa más bien poco hundirse unos centímetros, midiendo varios metros.
"Estoy jodido", piensa al tiempo que recupera su espada del fango y se pone en posición de combate, sin mucha estabilidad. La rodilla le duele, y el brazo empieza a despertar, provocándole un dolor cruelmente atroz. La boca le sabe a óxido, y sabe que el fin está cerca. Si le asesta un golpe, caerá rendido, y si no, el desmayo lo derribará.
De repente, el animal comienza a moverse, y sabe que debe apartarse. Se tira saltando hacia un lado, y transforma su cuerpo en mercurio, convirtiéndose en un fino hilo metálico, que esquiva el zarpazo cerbérico del animal, que no distingue, y lanza todo un festival de golpes hacia el espacio que antes ocupaba. El último va cargado con la misma energía blanquecina que su defensa anterior, y la sóla onda expansiva del impacto en el aire derriba a Caspio, ya en forma humana. Cae sobre su daga, que le hace una herida profunda en el antebrazo, aunque por suerte no corta ninguna vena importante. No entiende cómo ese muchacho puede golpearlo trascendiendo la naturaleza logia, y le molesta muchísimo. Se levanta, con dolor y magullado, seguramente con moretones por todo el cuerpo, y se prepara para un contraataque.
Se pone en posición, y se dispone a lanzar un golpe que termine con el adversario. "Los mil cortes. El golpe del lobo..." suena en su cabeza. No se ve con mucha energía, pero no le queda más remedio que utilizarlo.
-Eh, animal, yo también sé golpear como un lobo.
Se abalanza, preparando su aluvión de golpes, midiendo cada pu to de la anatomía del ser para acertar y destruirlo, pero la vista se le nubla completamente. La espada cae de su mano, y ya no la controla. Sus piernas no le responden, y cree caer de rodillas. Un último pensamiento llega a su mente, "¿le habré dado?", y cae, desmayado, al fango.
Urufu[AD]
El impacto lanza por los aires al lobo, que golpea contra un par de árboles, derribándolos. La espada casi sale despedida también por esa extraña aura blanca, aunque consigue sujetarla con mucho esfuerzo, tanto que casi se rompe la muñeca. Pero su rival está malherido, tanto que el monstruo se vuelve humano de nuevo. Parece costarle moverse, y bajo el cielo ya oscurecido, con el viento meciendo una suave brisa, escucha un murmullo de su aquejado rival. "Ya te tengo", piensa, aunque la vista se le empieza a nublar. Se marea un poco, y se tambalea, hasta el punto de necesitar clavar el arma en el suelo y usarla de apoyo.
Ve, entre tinieblas casi, cómo la bestia se lleva la mano a la boca, y mastica algo, y un engendro de pesadilla surge ante él. Un lobo gigante, de tres cabezas, cada una más terrorífica que la anterior, un cerbero salvaje y temible. Sus patas se hunden ligeramente en el pantano, pero a esa aberración le importa más bien poco hundirse unos centímetros, midiendo varios metros.
"Estoy jodido", piensa al tiempo que recupera su espada del fango y se pone en posición de combate, sin mucha estabilidad. La rodilla le duele, y el brazo empieza a despertar, provocándole un dolor cruelmente atroz. La boca le sabe a óxido, y sabe que el fin está cerca. Si le asesta un golpe, caerá rendido, y si no, el desmayo lo derribará.
De repente, el animal comienza a moverse, y sabe que debe apartarse. Se tira saltando hacia un lado, y transforma su cuerpo en mercurio, convirtiéndose en un fino hilo metálico, que esquiva el zarpazo cerbérico del animal, que no distingue, y lanza todo un festival de golpes hacia el espacio que antes ocupaba. El último va cargado con la misma energía blanquecina que su defensa anterior, y la sóla onda expansiva del impacto en el aire derriba a Caspio, ya en forma humana. Cae sobre su daga, que le hace una herida profunda en el antebrazo, aunque por suerte no corta ninguna vena importante. No entiende cómo ese muchacho puede golpearlo trascendiendo la naturaleza logia, y le molesta muchísimo. Se levanta, con dolor y magullado, seguramente con moretones por todo el cuerpo, y se prepara para un contraataque.
Se pone en posición, y se dispone a lanzar un golpe que termine con el adversario. "Los mil cortes. El golpe del lobo..." suena en su cabeza. No se ve con mucha energía, pero no le queda más remedio que utilizarlo.
-Eh, animal, yo también sé golpear como un lobo.
Se abalanza, preparando su aluvión de golpes, midiendo cada pu to de la anatomía del ser para acertar y destruirlo, pero la vista se le nubla completamente. La espada cae de su mano, y ya no la controla. Sus piernas no le responden, y cree caer de rodillas. Un último pensamiento llega a su mente, "¿le habré dado?", y cae, desmayado, al fango.
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El potente ataque de la temible bestia de tres cabezas había derribado por completo al hombre de mercurio, sin embargo este había lanzado un ataque antes de caer. Los golpes fueron dirigidos a zonas vitales pero el enorme ser metió la pata superior derecha de por medio. Los golpes no le hacían mucho daño por su enorme tamaño y su fuerza, sin embargo consiguieron tocar algunos puntos clave que hicieron que la pata se le durmiera un poco. Perdió algo el equilibrio pero con la otra parta pudo mantenerse. Pegó un gruñido mientras una de sus cabezas (la de ojos rojos) trató de morderlo y partirlo en dos, sin embargo al ver como se desmayaba esta se detuvo.
El combate había finalizado, lo tomó entre sus fauces y lo dejó en una zona en la que no había fango, no quería que se ahogara después de aquel combate. El enorme lobo sonrío de lado mientras ahora suspiraba y se alejaba caminando de allí cojeando con la pata dormida, aunque pronto se le pondría bien. Había tenido otro combate bastante intenso y debía descansar por lo que decidió largarse de allí. Esperaba volver a ver a ese tipo ya que le había caído bastante bien en todos los sentidos.
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Y el resultado es:
Ganador: Drake
Perdedor: Caspio Hurr
Premios ganador: 1500 de exp.
Premios perdedor: 800 de exp.
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