Simo Vs Sawaki

Desconcertado. Así es como me encontraba después de haberme despertado en medio de la playa sin saber cómo ni porque me encontraba en una. No es que no me guste, pero a menos que sea para zarpar, lo mejor para mi sería no acercarme al mar.
Lo más cercano que tenía era un bote destrozado y una botella de ron… ¿De ron? Apenas bebo, y menos aún bebería ron, ¿En qué estaría pensando en ese momento? No lo recordaba, pero parece ser que quise “divertirme” un rato mientras me encontraba en alta mar, y mira por donde, acabé en una isla. Al menos, mejor eso que dormido con los peces. Sin embargo… Yo no era tan imprudente, pero no conseguía recordar nada. Así que por el momento, lo mejor será buscar por la isla para encontrar algún nuevo navío que me sirva para surcar los mares en busca de alguna aventura, aunque ya me encontraba en una.
Decidí adentrarme, cosa de la cual me iría arrepintiendo más tarde. Al parecer había acabado en la isla a la que todo hombre heterosexual repelería… Era la famosa isla en la cual sólo habitaban okamas. Sinceramente, al ver a los habitantes, y saber que querían convertirme uno de ellos, volví corriendo a la playa, donde l me escondí para perder de vista a tales personas, y que no me atraparan. Mientras me ocultaba, un pensamiento salvaje surgió a mi cabeza, y fue el recuerdo de haber leído que un gran luchador se encontraba en esta isla, y era que había inventado un estilo único de combate, el estilo de combate okama. Esa persona hace mucho tiempo atrás que vivió, pero será recordado no sólo como “reina” de la isla, si no como un miembro vital de la revolución, entre otras cosas.

Eso hizo que me picara la curiosidad por saber quién a estas alturas habría ocupado tal trono, aunque eso hiciera que me expusiera ante los demás habitantes. Así que armándome de valor, decidí salir de la playa y dirigirme a lo que era la ciudad en sí. En lo que vendrían siendo las puertas de la ciudad, tras haber asado un frondoso bosque, había un tablón de anuncios en los cuales había algunos carteles con recompensa. Lo primero que hice fue rascarme la cabeza mientras me preguntaba qué pintarían aquí estos carteles, pero la segunda reacción que tuve fue la de preguntarme por qué aún no había salido el mío. Había cometido varias “fechorías” por una cosa u otra, pero parece que no me consideran una amenaza aún. Tal vez tendría que hacer algo más relevante para que me tomen en cuenta… Como vencer a alguien con recompensa.
A ciegas, cogí el primer cartel que pude. Pues ese sería mi próximo objetivo a modo bélico cuando saliera de la isla. Tras haber agarrado dicho cartel, me destapé y abrí los ojos para ver qué me tocaba… Genial, me tocaría contra un gyojin, una “raza superior” a la humana. Aunque no era eso lo que me preocupaba, si no que los gyojines podían atacar usando un arte antigua denominada Karate Gyojin, en el cual pueden emplear agua. Cierto es que no uso mucho mis habilidades especiales, pero eso podría ser un problema de cara al futuro. Además la recompensa que daban por él no era poco envidiable, ya me gustaría a mi tener eso.
Me quedé con su cara, un ¿tiburón? Rubio. Sería fácil de distinguir, supuse. Y cual conejo con su zanahoria, me fui paseando por las calles intentando evitar a los okamas. Y menudo era aquél día, que al parecer sólo recordaba cosas mientras me escondía. Seguramente ese gyojin pertenezca a la banda de Kaiser, capitán de una de las famosas bandas piratas que surcan los mares, conocida la banda por ser exclusiva para gyojines, al menos, los hombres no podían entrar.

Bien, soy super genial escogiendo. Aunque, si la jugada me salía bien, podría ganar bastante fama. Ahora bien, tras saciar mi curiosidad sobre la isla, saldré con lo primero que pueda flotar, no podía perder más tiempo del que ya perdía no sólo sin saber cómo acabé aquí, si no escondiéndome de todo el mundo. Y yo no era ningún ninja para hacerlo todo perfecto…
Ya se verá qué sale de todo esto.