Rainbow vs Simo

Rainbow versus Simo

Tequila Wolf. Un lugar que se ganaría mi odio infinito. No por “el objetivo público” del lugar, ni por sus gentes, ni por sus mandamases, sino por la verdadera razón de la creación de aquél lugar. Es una supuesta construcción de un gigantesco puente que conectaría islas entre sí. Absurdo, ¿acaso querían acabar con la navegación? Siglos han pasado mientras se construye ladrillo a ladrillo este ruinoso puente. Más que para eso, parecía una de las mayores cárceles del mundo, en las cuales presos de todos los lugares cumplirían condena construyendo un puente que seguramente jamás tendría fin, y que nunca, o al menos en estos tiempos, sería utilizado. Lo que en verdad me dolía era saber que no sólo había criminales allí, sino que personas completamente inocentes, o por el simple hecho de haber nacido allí, tengan que cargar con los caprichos del gobierno sin que nadie les deje vivir su vida.
Me causaba un dolor profundo tener que apreciar las lúgubres calles grises, metálicas, mientras admiraba la suave y blanca nieve que caía lentamente hasta que se posaba sobre mi cuerpo. Me paseaba por las actualmente deshabitadas calles, todas con procedimientos geométricos para no desperdiciar ni una sola pizca de espacio en mantenimiento de personas. Hasta yo mismo me preguntaba qué diablos alguien como yo, el cual odiaba estas cosas, estaría en un lugar como este. Es lo que ocurre cuando decides preguntarle a una médium de cabello largo, prendas púrpura y una bola de cristal, dónde poder encontrar algo de entretenimiento. Ciertamente hacía tiempo que navegaba sin ningún rumbo fijo, pues no tenía claro lo que hacer, y nada que me indicase diversión. En el momento en el que pedí consejo a dicha persona, me pareció que era una muy buena idea. Pero ahora que seguía aburrido, y en un lugar que no me agradaba, no tanto.

Así pues, ya que me había pegado un bonito viaje, decidí no marcharme del lugar hasta que al menos no le hiciera una pequeña visita. Parándome a pensarlo, la razón por la que me encontraba aquí era algo graciosa o irónica, pero en fin, el mundo necesitaba de locuras. Tampoco había mucho que ver en un lugar sombrío, nevado, y sin nadie cerca… O al menos no podía ver a nadie cerca hasta que a la lejanía no vi una figura. Parecía ser un hombre, de peinado puntiagudo, cabello oscuro. Vestía ropas negras, una chupa de cuero parecía. Debido a la lejanía no pude ver mucho más. Se encontraba sentado al borde del puente. Así pues decidí acercarme al susodicho personaje para interactuar con él, es posible que mi suerte cambiara.
-Hola amigo, ¿qué hace alguien en un lugar desolado y fantasmagórico como este?- Pregunté de manera algo sarcástica cuando me encontraba a menos de cinco metros de él. Tras mucho puente sin hablar con nadie, ver a una persona alegraba. Y es posible que algo interesante se avecinara.

El muchacho me había caído bien, aunque no era algo taaan raro, pues me solía caer bien mucha gente. Pero su respuesta de “Te podría preguntar lo mismo” me hizo soltar una pequeña sonrisa. Era curioso, pero tenía la sensación de que ambos habíamos acabado en éste lugar por la misma razón, o al menos, tuvimos la misma mala suerte de aburrirnos. Pasando unos minutos, mientras disfrutábamos del paisaje del mar, el muchacho me hizo una proposición interesante. Combatir. Dijo que me vio una cara de tipo duro y que podría acabar resultando interesante. Y tanto que podría ser así. Miré a mi alrededor, estábamos solos, en una ancha calle con casas abandonadas en los laterales. Me gustaba, podríamos hacer cualquier clase de destrozo sin problemas.- De acuerdo, acepto, supongo, que es una buena manera de no aburrirse, y de entrar en calor, ya que está nevando.- Dije estirando mi brazo para poder recoger unos pocos copos de nieve. Me di la vuelta y caminé hasta llegar más o menos al centro de la calle.- Me llamo Sharp D. Drake, y será un placer luchar contra.- Le dije a chico de cabellos puntiagudos.- No tengo idea de cómo será tu estilo de combate, yo suelo pelear según pelee mi oponente, si tienes las manos desnudas, pelearé igual.- Breve pausa.- Pero te advertiré que no me obligues a usar mi espada, podrías hacerte daño.- Dije de manera desafiante.- En fin, puedes empezar.

Sentí como una brisa de viento hacía presencia, despeinándome y dejando un frió que podría helar. Era como si el propio clima nos dijese que también esperaba algo de entretenimiento. Ya sólo faltaba ver qué ocurriría de ahora en adelante.

El chico de cabellos puntiagudos tenía por nombre Arribor Neus. Eso me sonaba de algo, creo que lo llegué a ver alguna vez en un periódico… Peo no podía recordar cuál era la razón. En fin, sería mejor que me concentrase en el combate o sino podría acabar mal. El muchacho empezó a correr hacia mi sacando lo que parecía ser una espada. Menuda cosa, parce ser que sería un duelo de espadachines. Sin embargo me fijé en una cosa… ¿Se cortó en la pierna? Parece que al desenvainar se cortó por debajo de la rodilla de su pierna izquierda. No parecía ser tampoco un corte profundo, y me dio la impresión de que fue algo involuntario, pero… Aunque te cortes sin querer, te cortas y aunque no sea muy profundo, duele. Sea como fuere no le dio importancia, no soltó ningún grito ni gemido. Eso me dio a entender que se había dado cuenta del corte. O bien no había sido un accidente, que era lo que más dominaba en mis pensamientos debido a su convicción y ganas de pelea no parecía ser patoso, o bien fue realmente un accidente y aguantó cual campeón.
Corría con ganas hacia mi, pero tras ese pequeño incidente me apuntó con su acero y algo extraño ocurrió, una hoja salió disparada de la espada a mi dirección. Una espada que disparaba… Curioso en cuanto menos. Por suerte, aunque estuviera a unos metros de mi, pude esquivarla saltando hacia la izquierda, y en ese momento Arribor fue hacia mi, me miró a los ojos, y entonces lo vi. La sangre de su herida ya no seguía la fuerza de la gravedad y ahora salía disparada a por mi. Por suerte, desenvainé parcialmente mi katana para interponerse entre mi cuerpo y aquella “cuchilla de sangre”. Mis ojos se abrieron, eso había sido extraño. Decidí dar un salto hacia atrás para alejarme de él.- ¿Usuario? Interesante.- Le dije sonriente, o al menos sonreía hasta que vi como unas gotas de sangre bajaban por una pequeña herida de mi estómago. Al parecer no fui tan rápido como me esperaba y acabó por tocarme, aunque por suerte sólo quedó en eso.- Me toca.- Murmuré.

Rápidamente me impulsé para empezar a correr hacia él. Empecé a mover mi katana de un lado a otro, así intentaría hacerle dudar sobre la dirección de mi ataque. También tenía que tener cuidado con su corte en la pierna… O con mi pequeño corte. Si era usuario, que es lo que parecía, me daba la impresión de que podía ejercer cierto control con la sangre, y lo mejor sería evitarlo. Cuando llegué a un metro de distancia de él, decidí agacharme con una zancada para adelantarme un poco más y decidí hacerle un corte diagonal de izquierda a derecha para arriba.

Corte diagonal [AI]

Si me detenía con su metal, o con sangre, intentaría dar una segunda zancada con mi otra pierna para dar un giro sobre aquella persona e intentar un segundo corte, aunque ahora a la inversa. Si me salía bien, el chico estaría dolorido y me haría más fácil el combate. Veamos qué más sorpresas me daba este muchacho.

¡Mierda! No había funcionado o al menos no como esperaba. Cierto era que mis ataques fueron sorpresivos y se vio obligado a utilizar defensas de última necesidad… Pero en ese momento vi que el combate no sería tan fácil como me esperaba en un principio. Para cuando quise alejarme del objetivo a una distancia prudencial, unos tentáculos salieron de sus heridas, eran tentáculos de sangre. “¡No jodas que también puede hacer eso!” pensé y reflejé en mi cara de espanto. Y de repente lo vi, vi como su puño se volvía negro. No otra vez no, odiaba eso del Haki, de veras, no tenía idea de cómo contrarrestarlo y además ese golpe me dolería un montón. “Mierda, no queda otra” pensé de manera casi instantánea para que, antes de que su golpe llegara a impactar conmigo me deshiciera en ceniza. En efecto, me vi obligado a utilizar mi habilidad para no recibir ese mortal golpe. Me deshice en ceniza así cayendo al suelo y deshaciéndome de sus tentáculos. Una vez transformado todo en ceniza, y suelta por el suelo me volví a formar con un cuerpo sólido, pero de tal manera que cuando tuve piernas las utilicé para saltar.
No era idiota, utilizar otro ataque sorpresa en ese momento sería muy arriesgado y de cierta forma, descarado. No era mi estilo tal forma de “aprovecharse”. Me alejé prudencialmente del objetivo. En ese momento me hubo cazado por sorpresa, menos mal que hasta tal tiempo no había mostrado mi habilidad. Sin embargo, ya perdí ese As en la manga. –Jej.– Susurré con una sonrisa. Le miré a los ojos, se encontraba medianamente perplejo, normal, si era usuario de algún tipo, ¿por qué no usé eso para no herirme antes? Bueno, mi lógica es distinta.

Suspiré al aire, no era bueno quedarse parado mucho tiempo. –Si quieres preguntar algo, ahora es el momento.– Le dije dando un margen de tiempo para lo que me quisiera decir y la respuesta, si es que hubiese. Y seguidamente, ataqué. –Alguna vez has estado atrapado en un torbellino?– Le exclame en carrera hacia él. A los escasos metros me paré en seco para poder ondear con mi katana el aire y de nuevo, realizar un taque de un nivel superior al anterior.

Ittoryu… ¡Tenpesuto! [AF]