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El día parecía estar perfecto, el sol se podía ver brillar con toda su fuerza en el cielo, el mar estaba calmado y tranquilo. La isla a la que ahora se dirigía el asesino era Isla Banaro, una de las que más le interesaba conocer. Sabía que hace tiempo hubo una destrucción increíble en aquella isla y quería comprobar los hechos y preguntar a algunas personas. El barco de la marina se acercaba lentamente, Krauser se encontraba en su camarote tumbado sobre la cama. Cuando escuchó como el barco paraba, se levanto de la cama. Llevó la mano debajo de su colchón sacando su enorme espadón casi más grande que él, le encantaba tener aquella arma de Kairouseki, era una de las cosas que le simbolizaba, anteriormente como el gran espada y nuevamente como el demonio de la niebla. No llevaba la camiseta puesta, dejaba ver su musculoso cuerpo, sus pantalones eran largos y grisáceos. En la cintura llevaba sobre un cinturón de cuero marrón, su pistola de bengalas y en la pierna derecha sobre una funda negra, su escopeta recortada. En su bolsillo su mango extensible y en su mirada todo el orgullo de un increíble comodoro de la mismísima marina.
Una vez estaba preparado, abrió la puerta del camarote y se dirigió a cubierta con una seria mirada. Todo estaba en un enorme revuelo, los reclutas iban de un lado a otro riendo y hablando en voz alta. El marine pasó de ellos y continuó caminando hasta colocarse en el borde del barco y observar la arena, de repente saltó con fuerza aterrizando en la arena sobre su mano derecha y quedando después de pie. También desembarcaron un grupo de algunos tenientes y sargentos. Estos empezaron a seguir a Krauser, pretendía ir solo pero se le había acoplado aquel grupo, de todas formas mientras no le molestaran daba lo mismo. Las pisadas del asesino eran silenciosas y apenas se escuchaban, no era lo mismo que los demás que le seguían que iban montando mucho ruido al pisar. Por fin llegaron al pueblo que había en el centro del bosque, el marine de las vendas se giró observando a sus hombres para después hablar.
- Este pueblo es pequeño, largaos de aquí, yo me ocupare de las preguntas, todos al barco.
Uno de los sargentos iba a rechistarle pero una simple mirada del comodoro hizo que este no dijera nada y se dio la vuelta como los demás. No podía permitirse el lujo de que la fueran liando ya que no quería que la gente del pueblo supiera quién era. Tal vez ya era conocido por allí pero esperaba que no. No sabía a dónde dirigirse o a que casa tocar primero, lo que si se le ocurrió fue beber algo de agua por lo que empezó a caminar buscando una fuente. No tardó mucho en divisar una y a paso tranquilo se fue acercando, una vez allí, agachó la cabeza para empezar a beber. El agua era fresca y bastante buena, tanto que estuvo quince segundos bebiendo, se apartó tras ese tiempo con las vendas empapadas. Metió su cabeza en la trayectoria del chorro de la fuente mojándose el pelo totalmente para después estirarse un poco y caminar hacia unos edificios que estaban en ruinas. No sabía que había podido pasar en aquellas viejas ruinas, pero gracias a su habilidad avanzada en la arqueología pudo moverse fácilmente por ellas. Había muchos muros destrozados y paredes al igual que escaleras, la sala estaba bastante deteriorada y la mirada del asesino observaba cada detalle. Después de unos segundos pegó un suspiro con su haki de observación activado para ver si podía localizar algo, este lo tenía ya muy desarrollado y era muy difícil que algo se le escapara.
Una vez estaba preparado, abrió la puerta del camarote y se dirigió a cubierta con una seria mirada. Todo estaba en un enorme revuelo, los reclutas iban de un lado a otro riendo y hablando en voz alta. El marine pasó de ellos y continuó caminando hasta colocarse en el borde del barco y observar la arena, de repente saltó con fuerza aterrizando en la arena sobre su mano derecha y quedando después de pie. También desembarcaron un grupo de algunos tenientes y sargentos. Estos empezaron a seguir a Krauser, pretendía ir solo pero se le había acoplado aquel grupo, de todas formas mientras no le molestaran daba lo mismo. Las pisadas del asesino eran silenciosas y apenas se escuchaban, no era lo mismo que los demás que le seguían que iban montando mucho ruido al pisar. Por fin llegaron al pueblo que había en el centro del bosque, el marine de las vendas se giró observando a sus hombres para después hablar.
- Este pueblo es pequeño, largaos de aquí, yo me ocupare de las preguntas, todos al barco.
Uno de los sargentos iba a rechistarle pero una simple mirada del comodoro hizo que este no dijera nada y se dio la vuelta como los demás. No podía permitirse el lujo de que la fueran liando ya que no quería que la gente del pueblo supiera quién era. Tal vez ya era conocido por allí pero esperaba que no. No sabía a dónde dirigirse o a que casa tocar primero, lo que si se le ocurrió fue beber algo de agua por lo que empezó a caminar buscando una fuente. No tardó mucho en divisar una y a paso tranquilo se fue acercando, una vez allí, agachó la cabeza para empezar a beber. El agua era fresca y bastante buena, tanto que estuvo quince segundos bebiendo, se apartó tras ese tiempo con las vendas empapadas. Metió su cabeza en la trayectoria del chorro de la fuente mojándose el pelo totalmente para después estirarse un poco y caminar hacia unos edificios que estaban en ruinas. No sabía que había podido pasar en aquellas viejas ruinas, pero gracias a su habilidad avanzada en la arqueología pudo moverse fácilmente por ellas. Había muchos muros destrozados y paredes al igual que escaleras, la sala estaba bastante deteriorada y la mirada del asesino observaba cada detalle. Después de unos segundos pegó un suspiro con su haki de observación activado para ver si podía localizar algo, este lo tenía ya muy desarrollado y era muy difícil que algo se le escapara.
Crimson
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El pirata se había infiltrado en uno de los barcos de la marina, disfrazado como un recluta y hacíéndose pasar por uno que recién había salido de los cuarteles y que se acababa de alistar al mayor ejército del mundo para luchar por la justicia y toda esa palabrería que tanto le gustaba a los altos mandos. Sin embargo era bastante fácil de engañarlos. Se les caían las bragas de sólo ver una mirada esperanzada dispuesta a “salvar el mundo” de los piratas.
Más concretamente se había embarcado en uno de los barcos que podían llevarle a su destino, Quimera Karl. Puesto que a este no lograba localizarlo aún, tuvo que ir a por el que fue en su día su segundo al mando, al que había encontrado mientras le seguía el rastro. Un comodoro, el cual portaba una ostentosa espada y algunas armas de fuego, igual que él. Esa era la poca información que había recolectado en su breve estadía en el buque marino. Era lo que sus ojos veían. En realidad también había escuchado las “proezas” que engrandecían su nombre y su extensa fama por parte del resto de sus “compañeros” reclutas, muchos de los cuales parecían enaltecerlo como si fuera un dios. Sería interesante luchar contra un tipo tan conocido entre los marines y que encima tenía armas parecidas a las suyas.
Dentro de poco desembarcarían. Él simplemente se encontraba charlando y riendo con el resto de reclutas -Buah tío, este uniforme es la ostia. Las jovencitas ven uno de estos uniformes y se mojan. Sólo por eso ya ha valido la pena alistarse-bromeaba Crimson, aunque en parete fuese verdad. El estar vestido de marine le abría las puertas a un nuevo mundo de mujeres que antes, en su condición de pirata no podía acceder. Era una buena forma de ligar y, para qué engañarnos, le sentaba de puta madre ese traje. Se lo quedaría más tiempo, visto lo visto. El pobre recluta al que se lo quitó apenas se pudo defender. Quizás siga atado en aquella posada en la que lo dejó.
Llegaron, el barco bajó las anclas y bajaron la mayoría de los altos mandos y, por supuesto, el comodoro Krauser. Él no sería menos y bajó también, dejando un tiempo prudencial tras la partida de estos, siguiéndoles el rastro sonriente y feliz. El resto de reclutas se quedaron estupefacto frente a la osadía del joven infiltrado. Se ganaría un buen castigo por parte de sus superiores y probablemente el resto de marines de bajo rango, por no poder detenerle, también. Iba con su espadón, que podía envolverse en fuego tras absorberlo, en su espalda, su katana en la cintura y un par de pistolas bajo su uniforme, además de sus brazales y botas.
Activó su haki de observación y así poder seguirles el rastro sin tener que fijar la mirada en ellos directamente. Pudo notar como gran parte de ellos volvía, por lo que se escondió rápidamente entre las ramas de un árbol y vio como pasaban estos delante de él. Krauser no estaba entre ellos. ¿Los había echado? Pronto lo descubriría. Saltó y siguió su camino, persiguiendo al comodoro. Este le terminó llevando a unas antiguas ruinas cerca del poblado. Crimson entró tras él, con sus sutiles pasos, apenas audibles por cualquier animal, la ligereza y el camuflaje era su especialidad tanto como por su parte de asesino como por su parte de espía.
Una vez dentro vio como “su superior” buscaba pistas por la zona. Sin tardar mucho más salió de su escondite a su encuentro ocultando levemente su rostro bajo la gorra. Ya se había cansado de esperar. -Lo siento, comodoro. No podía dejarle venir solo. La marina no se puede permitir perder a alguien de su estatus-dijo entonces, entonando respeto en su voz lo más pudo.-¿No sería mejor ir al pueblo primero y buscar ahí información? Después podríamos venir otra vez-sugirió.- Además... Estas ruinas son muy peligrosas, sería una pena que a usted le pasase algo aquí, sin que nadie pueda escuchar sus gritos-continuó arrastrando sus palabras de forma maliciosa y dejando a posta un leve muesca para demostrar quién era realmente.-
- Apariencia de Crimson:
Más concretamente se había embarcado en uno de los barcos que podían llevarle a su destino, Quimera Karl. Puesto que a este no lograba localizarlo aún, tuvo que ir a por el que fue en su día su segundo al mando, al que había encontrado mientras le seguía el rastro. Un comodoro, el cual portaba una ostentosa espada y algunas armas de fuego, igual que él. Esa era la poca información que había recolectado en su breve estadía en el buque marino. Era lo que sus ojos veían. En realidad también había escuchado las “proezas” que engrandecían su nombre y su extensa fama por parte del resto de sus “compañeros” reclutas, muchos de los cuales parecían enaltecerlo como si fuera un dios. Sería interesante luchar contra un tipo tan conocido entre los marines y que encima tenía armas parecidas a las suyas.
Dentro de poco desembarcarían. Él simplemente se encontraba charlando y riendo con el resto de reclutas -Buah tío, este uniforme es la ostia. Las jovencitas ven uno de estos uniformes y se mojan. Sólo por eso ya ha valido la pena alistarse-bromeaba Crimson, aunque en parete fuese verdad. El estar vestido de marine le abría las puertas a un nuevo mundo de mujeres que antes, en su condición de pirata no podía acceder. Era una buena forma de ligar y, para qué engañarnos, le sentaba de puta madre ese traje. Se lo quedaría más tiempo, visto lo visto. El pobre recluta al que se lo quitó apenas se pudo defender. Quizás siga atado en aquella posada en la que lo dejó.
Llegaron, el barco bajó las anclas y bajaron la mayoría de los altos mandos y, por supuesto, el comodoro Krauser. Él no sería menos y bajó también, dejando un tiempo prudencial tras la partida de estos, siguiéndoles el rastro sonriente y feliz. El resto de reclutas se quedaron estupefacto frente a la osadía del joven infiltrado. Se ganaría un buen castigo por parte de sus superiores y probablemente el resto de marines de bajo rango, por no poder detenerle, también. Iba con su espadón, que podía envolverse en fuego tras absorberlo, en su espalda, su katana en la cintura y un par de pistolas bajo su uniforme, además de sus brazales y botas.
Kenbonshoku no Haki
Activó su haki de observación y así poder seguirles el rastro sin tener que fijar la mirada en ellos directamente. Pudo notar como gran parte de ellos volvía, por lo que se escondió rápidamente entre las ramas de un árbol y vio como pasaban estos delante de él. Krauser no estaba entre ellos. ¿Los había echado? Pronto lo descubriría. Saltó y siguió su camino, persiguiendo al comodoro. Este le terminó llevando a unas antiguas ruinas cerca del poblado. Crimson entró tras él, con sus sutiles pasos, apenas audibles por cualquier animal, la ligereza y el camuflaje era su especialidad tanto como por su parte de asesino como por su parte de espía.
Una vez dentro vio como “su superior” buscaba pistas por la zona. Sin tardar mucho más salió de su escondite a su encuentro ocultando levemente su rostro bajo la gorra. Ya se había cansado de esperar. -Lo siento, comodoro. No podía dejarle venir solo. La marina no se puede permitir perder a alguien de su estatus-dijo entonces, entonando respeto en su voz lo más pudo.-¿No sería mejor ir al pueblo primero y buscar ahí información? Después podríamos venir otra vez-sugirió.- Además... Estas ruinas son muy peligrosas, sería una pena que a usted le pasase algo aquí, sin que nadie pueda escuchar sus gritos-continuó arrastrando sus palabras de forma maliciosa y dejando a posta un leve muesca para demostrar quién era realmente.-
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Krauser continuaba observando las ruinas de forma calmada, su mirada estaba fija en una pared con restos de tizne negro. Era como si aquellas estructuras hubieran ardido, los fríos ojos del líder de ``La Élite´´ seguían a lo suyo de forma calmada. Recordaba todavía a su amigo Karl, no lo había visto desde hacía ya bastante tiempo, quería reunirse con él pero era muy difícil encontrarle. La quimera vivía la vida loca al parecer y el demonio de la niebla le costaba saber sobre él. Tras un suspiro su haki de observación le advirtió de una extraña presencia, era una presencia que ya había presentido en el barco por lo que era alguien de los suyos. No se giró ni para observarle pues podía escucharle bien desde su posición actual sin ningún esfuerzo. Este dijo que sentía no haberse ido y que deberían volver al pueblo a buscar información. El chico había saltado una orden pero le gustaba esa actitud, una actitud que hacía seguir sus ideales, justo como era él hace tiempo.
Estaba a punto de girarse para darle la razón cuando escuchó las siguientes palabras, la expresión del marine permanecía seria en todo momento pero ahora frunció el ceño. Eso tono había sido muy amenazante y sin venir a cuento. El comodoro ahora no se fiaba ni un pelo y puso todos sus sentidos en el chico. Ahora entendía la situación, era extraño que alguien le siguiera hasta las ruinas, un lugar alejado y sin gente, parecía ser una trampa. Por suerte el marine era bueno en ruinas, desiertos y tipos distintos de lugares extraños y se movía muy bien por ellos. No era algo que le costara mucho debido a su fama de asesino, además de su buena agilidad y de sus reflejos, por no hablar de lo acostumbrado que estaba a moverse entre sitios cerrados y obstáculos. Pegó un leve suspiro mientras cerraba los ojos dándole la espalda aquella persona sin mirar quién era, no le interesaba su nombre o su físico. Lo que sabía era que seguramente debería pelear. De repente la voz seria del marine sonó en aquellas ruinas mientras una extrema crueldad aparecía en ellas, era como si el mismísimo diablo estuviera hablando.
- De modo que has venido a matarme… has elegido un buen sitio y me has pillado solo, eso me gusta, así no arriesgo la vida de mis hombres y puedo esforzarme al máximo. No se para que quieres atacarme, pero no creo que me lo digas, de todas formas te lo preguntare ¿Qué deseas de un humilde demonio?
Dijo mientras colocaba la mano en una pared dándole aún la espalda, de repente las ruinas comenzaron a llenarse den una espesa niebla que nubló todo a veinticinco metros a la redonda y veinte de altura. El haki del marine se activó a su máximo poder mientras ahora se giraba, se movía muy despacio colocándose a unos seis metros a la derecha de donde estaba anteriormente. Con su ojo izquierdo parpadeó dos veces activando su visión térmica observando ahora al chico que parecía ser alguien que iba tras él. Ahora esperaba una respuesta por parte de aquella persona, no sería él, el que empezara el primer ataque. Permanecería quiero hablándole si este le hablaba o callándose si no le convenía la respuesta. En el momento en que se sintiera atacado aquellas ruinas se convertirían en un campo de batalla terrible entre aquel sujeto y el demonio de la niebla. Krauser ya tenía en su mano derecha su enorme espadón de Kairouseki y esperaba paciente la respuesta del tipo que le había seguido.
[Haki observación nivel 2]
Estaba a punto de girarse para darle la razón cuando escuchó las siguientes palabras, la expresión del marine permanecía seria en todo momento pero ahora frunció el ceño. Eso tono había sido muy amenazante y sin venir a cuento. El comodoro ahora no se fiaba ni un pelo y puso todos sus sentidos en el chico. Ahora entendía la situación, era extraño que alguien le siguiera hasta las ruinas, un lugar alejado y sin gente, parecía ser una trampa. Por suerte el marine era bueno en ruinas, desiertos y tipos distintos de lugares extraños y se movía muy bien por ellos. No era algo que le costara mucho debido a su fama de asesino, además de su buena agilidad y de sus reflejos, por no hablar de lo acostumbrado que estaba a moverse entre sitios cerrados y obstáculos. Pegó un leve suspiro mientras cerraba los ojos dándole la espalda aquella persona sin mirar quién era, no le interesaba su nombre o su físico. Lo que sabía era que seguramente debería pelear. De repente la voz seria del marine sonó en aquellas ruinas mientras una extrema crueldad aparecía en ellas, era como si el mismísimo diablo estuviera hablando.
- De modo que has venido a matarme… has elegido un buen sitio y me has pillado solo, eso me gusta, así no arriesgo la vida de mis hombres y puedo esforzarme al máximo. No se para que quieres atacarme, pero no creo que me lo digas, de todas formas te lo preguntare ¿Qué deseas de un humilde demonio?
Dijo mientras colocaba la mano en una pared dándole aún la espalda, de repente las ruinas comenzaron a llenarse den una espesa niebla que nubló todo a veinticinco metros a la redonda y veinte de altura. El haki del marine se activó a su máximo poder mientras ahora se giraba, se movía muy despacio colocándose a unos seis metros a la derecha de donde estaba anteriormente. Con su ojo izquierdo parpadeó dos veces activando su visión térmica observando ahora al chico que parecía ser alguien que iba tras él. Ahora esperaba una respuesta por parte de aquella persona, no sería él, el que empezara el primer ataque. Permanecería quiero hablándole si este le hablaba o callándose si no le convenía la respuesta. En el momento en que se sintiera atacado aquellas ruinas se convertirían en un campo de batalla terrible entre aquel sujeto y el demonio de la niebla. Krauser ya tenía en su mano derecha su enorme espadón de Kairouseki y esperaba paciente la respuesta del tipo que le había seguido.
[Haki observación nivel 2]
Crimson
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El comodoro era más perspicaz que el resto de sus tripulantes. Por algo era el líder de todas aquella panda de incompetentes. Al principio se mostró contento por la osadía del joven y falso recluta. Esto se podía demostrar aún estando este de espaldas, con una clara muestra de confianza en sí mismo. Su actuación sólo podía demostrar que las palabras que decían sobre él no eran del todo equivocadas o que simplemente era idiota. Estaba en un claro cincuenta por ciento de probabilidades. Aunque no era demasiado importante, de momento seguiría con su “juego” de ver si lo atraparía de verdad o no.
Sin embargo después se mostró mucho más amenazante dñandose cuenta de la pequeña advertencia que hábilmente, y un tanto imprudente también, había dejado caer. La posibilidad de ser descubierto desde siempre le había dado bastante morbo, en todo tipo situaciones. Y el que el comodoro tuviera una oportunidad, también. Si no había cierto peligro no tendría ninguna gracia. Y más aún, si este no podía captar esa clara referencia, es que no merecía ni un poco de su respeto.
La amenazante y tétrica voz del marine le advirtieron que estaba listo para combatir. -¿Matarle?-repitió.-Creo que me sobrestima usted, Comodoro Krauser-sama. No tengo el nivel suficiente como para enfrentarme a alguien de su rango-contestó, intentando parecer lo más convincente que podía con su voz. Pero antes de que termine de persuadirle este ya había inundado toda esa zona de una espesa niebla. Incluso parecía que esa niebla pesase, era mucho más espesa de lo que esperaba. Obviamente no era algo que viniese de la naturaleza. A pesar del extraño mundo en el que vivía u de haber visto la cosas que había visto, le resultaba increíble que una niebla normal pudiera tener esos efectos. Era su rival, con algún tipo de extraño poder, el que había invocado toda esa cortina. Apenas podía ver nada a través de su espesura, luchar en un sitio así sería, como poco, muy molesto y no le convenía provocarlo más. -”Quizás me haya metido con quien no debía. Esto se pone interesante”-pensó expectante con una sonrisa pícara. Le hacia gracia su propia ironía.
Se dirigió donde “su superior” dando, aparentando dar más bien, torpes pasos entre las rocas. Con esto prentendía hacer algo más creíble su actuación como marine recién alistado. Aunque cierto era que moverse a través de la niebla era muy incómodo debido a la densidad de la misma. De no ser por su haki de observación no sabría hacia que lugar moverse ni dónde estaba parado Krauser, pues era la única alma, además de él en ese sitio. Tardó un poco llegar hasta él y darle una palmadita en la espalda -Tranquilícese, hombre, creo que está un poco alterado. Sólo bromeaba. ¿Por qué no quita todo esto y nos dirigimos directamente al pueblo? Creo que un humilde demonio-continuó mofándose sutilmente del apodo que se había autoimpuesto- como usted, debe de saber que no es bueno pelear contra desconocidos-afirmó volviendo ligeramente a su actitud algo arrogante de antes. Volvió a sonreír esperando la siguiente acción de su portentoso y enorme rival, que hacia juego con el espadón que llevaba.
Sin embargo después se mostró mucho más amenazante dñandose cuenta de la pequeña advertencia que hábilmente, y un tanto imprudente también, había dejado caer. La posibilidad de ser descubierto desde siempre le había dado bastante morbo, en todo tipo situaciones. Y el que el comodoro tuviera una oportunidad, también. Si no había cierto peligro no tendría ninguna gracia. Y más aún, si este no podía captar esa clara referencia, es que no merecía ni un poco de su respeto.
La amenazante y tétrica voz del marine le advirtieron que estaba listo para combatir. -¿Matarle?-repitió.-Creo que me sobrestima usted, Comodoro Krauser-sama. No tengo el nivel suficiente como para enfrentarme a alguien de su rango-contestó, intentando parecer lo más convincente que podía con su voz. Pero antes de que termine de persuadirle este ya había inundado toda esa zona de una espesa niebla. Incluso parecía que esa niebla pesase, era mucho más espesa de lo que esperaba. Obviamente no era algo que viniese de la naturaleza. A pesar del extraño mundo en el que vivía u de haber visto la cosas que había visto, le resultaba increíble que una niebla normal pudiera tener esos efectos. Era su rival, con algún tipo de extraño poder, el que había invocado toda esa cortina. Apenas podía ver nada a través de su espesura, luchar en un sitio así sería, como poco, muy molesto y no le convenía provocarlo más. -”Quizás me haya metido con quien no debía. Esto se pone interesante”-pensó expectante con una sonrisa pícara. Le hacia gracia su propia ironía.
Se dirigió donde “su superior” dando, aparentando dar más bien, torpes pasos entre las rocas. Con esto prentendía hacer algo más creíble su actuación como marine recién alistado. Aunque cierto era que moverse a través de la niebla era muy incómodo debido a la densidad de la misma. De no ser por su haki de observación no sabría hacia que lugar moverse ni dónde estaba parado Krauser, pues era la única alma, además de él en ese sitio. Tardó un poco llegar hasta él y darle una palmadita en la espalda -Tranquilícese, hombre, creo que está un poco alterado. Sólo bromeaba. ¿Por qué no quita todo esto y nos dirigimos directamente al pueblo? Creo que un humilde demonio-continuó mofándose sutilmente del apodo que se había autoimpuesto- como usted, debe de saber que no es bueno pelear contra desconocidos-afirmó volviendo ligeramente a su actitud algo arrogante de antes. Volvió a sonreír esperando la siguiente acción de su portentoso y enorme rival, que hacia juego con el espadón que llevaba.
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La niebla había inundado la zona y ahora aquello era un duelo por pelear sin apenas ver algo, solo la visión térmica y el haki eran los aliados del demonio. Su mirada comprobaba como su adversario se acercaba, sin embargo sin intenciones de atacarle por lo que se estuvo quieto. De repente aquel tipo colocó su mano en la espalda del asesino con toda la confianza del mundo. Algo que los marines de Krauser no tendrían huevos a hacer, aquel tipo a veces parecía un maldito asesino pero otras un simple recluta por lo que la situación estaba muy difícil. Ahora le pedía ir de nuevo al pueblo, pero de nuevo sus últimas palabras le sonaban demasiado amenazadoras. Ni siquiera se había girado cuando le había tocado la espalda, simplemente permanecía quieto sin moverse.
El castaño se giró observando tranquilamente al moreno con una tranquila mirada. Sus castaños ojos estaban fijos en todo momento en aquella persona. De repente pegó un suspiro y retrocedió, dos pasos. Ahora le mirada de una manera más calmada, era hora de saber quién era aquel tipo que tantos quebraderos le estaba dando. Pasaron unos segundos de silencio y el marine permanecía con su poderosa arma de Kairouseki en su mano, a la distancia a la que estaban le hubiera sido fácil atacar pero no podía hasta estar seguro. De repente la voz del marine sonó en la niebla, era fácil adivinar que los dos estaban en frente. Era un tono más calmado y tranquilo, quería darle a entender que era posible que le creyera, aunque más bien no lo hacía mucho.
- En ese caso quiero que me digas como se llama el músico de a bordo y cuál es el defecto que tiene del que todos nos reímos.
Krauser conocía bien a todos sus hombres y dudaba mucho que alguien ajeno a la tripulación supiera algo así. Ahora esperaba que dijera algo, según su respuesta atacaría en el siguiente movimiento o no. La situación era bastante extraña ya que ambos estaban cerca y al mismo tiempo no podían verse bien o eso creía el comodoro ya que él podía verlo con su ojo térmico. Notaba la mancha de calor entre toda la niebla y eso podría suponerle algo de ventaja. De todas formas el haki era una de las mejores bazas que podía utilizar para poder saber de su oponente. Últimamente un pequeño escalofrió recorría su espalda, era extraño pues algo le decía que aquel tipo no era quién decía ser aunque no tuviera pruebas.
La respuesta sería fundamental en aquello, un ``no tengo ni idea o no me fijo en eso´´ no valdría como respuesta. Krauser sabía bien lo que debería escuchar para dejar de sospechar un poco, le sorprendía mucho el mero hecho de la situación, era algo sofocante. Dos personas frente a frente y sin poder hacer nada, en el momento en que uno atacara, el otro contraatacaría y comenzaría una peligrosa batalla en la niebla. Todo era una situación espantosa y temible en la que muchos no querrían meterse.
El castaño se giró observando tranquilamente al moreno con una tranquila mirada. Sus castaños ojos estaban fijos en todo momento en aquella persona. De repente pegó un suspiro y retrocedió, dos pasos. Ahora le mirada de una manera más calmada, era hora de saber quién era aquel tipo que tantos quebraderos le estaba dando. Pasaron unos segundos de silencio y el marine permanecía con su poderosa arma de Kairouseki en su mano, a la distancia a la que estaban le hubiera sido fácil atacar pero no podía hasta estar seguro. De repente la voz del marine sonó en la niebla, era fácil adivinar que los dos estaban en frente. Era un tono más calmado y tranquilo, quería darle a entender que era posible que le creyera, aunque más bien no lo hacía mucho.
- En ese caso quiero que me digas como se llama el músico de a bordo y cuál es el defecto que tiene del que todos nos reímos.
Krauser conocía bien a todos sus hombres y dudaba mucho que alguien ajeno a la tripulación supiera algo así. Ahora esperaba que dijera algo, según su respuesta atacaría en el siguiente movimiento o no. La situación era bastante extraña ya que ambos estaban cerca y al mismo tiempo no podían verse bien o eso creía el comodoro ya que él podía verlo con su ojo térmico. Notaba la mancha de calor entre toda la niebla y eso podría suponerle algo de ventaja. De todas formas el haki era una de las mejores bazas que podía utilizar para poder saber de su oponente. Últimamente un pequeño escalofrió recorría su espalda, era extraño pues algo le decía que aquel tipo no era quién decía ser aunque no tuviera pruebas.
La respuesta sería fundamental en aquello, un ``no tengo ni idea o no me fijo en eso´´ no valdría como respuesta. Krauser sabía bien lo que debería escuchar para dejar de sospechar un poco, le sorprendía mucho el mero hecho de la situación, era algo sofocante. Dos personas frente a frente y sin poder hacer nada, en el momento en que uno atacara, el otro contraatacaría y comenzaría una peligrosa batalla en la niebla. Todo era una situación espantosa y temible en la que muchos no querrían meterse.
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La enorme anatomía del marine apenas se inmutaba por las acciones del pirata, que tras darle unas palmaditas en la espalda se había quedado de pie justo a su lado. Seguía con su pose fría y sin hacer mucho caso, al menos al principio, pues no tardó en dar un par de pasos hacia un lado quedando en silencio durante unos breves instantes. Crimson se puso justo frente a él, a la misma distancia. Lo "miró" (apenas de podía diferenciar sombras entre aquella pesada niebla) directamente a los ojos, o al menos a dónde deberían de estar. Pero el comodoro no tardó en romper el silencio formulando una cuestión de la que muy difícilmente podría responder correctamente el capitán pirata.
Ante aquel panorama no pudo hacer otra cosa más que sonreír. Se la había jugado demasiado al dar ambas pistas tan evidentes y de arriesgarse a estar jugando a dar saltos a uno y al otro lado de la línea que separa una actuación temeraria de una segura. -"Bien jugado"-pensó al escuchar las palabras del hombre parado enfrente suya. Sin embargo sabía que apenas había unas pocas respuestas que podrían calmar la sed de su adversario. Sí, es lo que era a partir de ahora. -¿De verdad vas a golpear a alguien sin conocer plenamente su identidad? Esperaba algo más de compasión de un alto cargo de la marina. Podría ser un simple recluta al que le gustan las bromas. ¿Me matarías sólo por eso, Krauser-chan?-respondió de esta forma, y dando disimuladamente un par de pasos hacia atrás, porque evidentemente no conocía la respuesta... Aunque quizás si probaba con algo de suerte... -Además está muy feo eso de burlarse de los discapacitados. Muy mal Krauser-sama, muy mal-continuó, mofándose de él.
Ya estaba más que convencido de que evitar la confrontación directa era prácticamente imposible evitar la confrontación. Los sitios cerrados contra alguien que es capaz de poner una cortina que anulaba uno de los sentidos más importantes, como es la visión, y además disminuía de forma considerable la movilidad de los que se hallaban inmersos en ella. Sin duda alguna era una habilidad muy útil, y que reducía enormemente el combate de luchadores que pelearan a distancias cercanas. Era muy molesto. Y eso le encantaba. Su pulso se aceleraba, como si su cuerpo se preparase para la inminente batalla que le aguardaba. ¿Estaba ese individuo al nivel de Karl? Pronto lo sabría. A cada latido su corazón parecía decir -¡Atácame!- Su expectación aumentaba a cada instante. -Adelante señor marine, haga su primer movimiento- le ofreció.-Sólo recuerde que una vez tomada su decisión... No podrás volver atrás-le amenazó finalmente, con una voz mucho más aspera, tuteándole de una vez.
Estaba preparado para cualquier acción que se dispusiese a realizar el comodoro. A pesar de que apenas era capaz distinguir figuras en mitad de la nada, podía saber las intenciones de su rival, por lo que podía actuar con cierta antelación. Aunque claro, siempre que no fuese ampliamente más rápido de lo que su propio cuerpo pueda reaccionar.
Ante aquel panorama no pudo hacer otra cosa más que sonreír. Se la había jugado demasiado al dar ambas pistas tan evidentes y de arriesgarse a estar jugando a dar saltos a uno y al otro lado de la línea que separa una actuación temeraria de una segura. -"Bien jugado"-pensó al escuchar las palabras del hombre parado enfrente suya. Sin embargo sabía que apenas había unas pocas respuestas que podrían calmar la sed de su adversario. Sí, es lo que era a partir de ahora. -¿De verdad vas a golpear a alguien sin conocer plenamente su identidad? Esperaba algo más de compasión de un alto cargo de la marina. Podría ser un simple recluta al que le gustan las bromas. ¿Me matarías sólo por eso, Krauser-chan?-respondió de esta forma, y dando disimuladamente un par de pasos hacia atrás, porque evidentemente no conocía la respuesta... Aunque quizás si probaba con algo de suerte... -Además está muy feo eso de burlarse de los discapacitados. Muy mal Krauser-sama, muy mal-continuó, mofándose de él.
Ya estaba más que convencido de que evitar la confrontación directa era prácticamente imposible evitar la confrontación. Los sitios cerrados contra alguien que es capaz de poner una cortina que anulaba uno de los sentidos más importantes, como es la visión, y además disminuía de forma considerable la movilidad de los que se hallaban inmersos en ella. Sin duda alguna era una habilidad muy útil, y que reducía enormemente el combate de luchadores que pelearan a distancias cercanas. Era muy molesto. Y eso le encantaba. Su pulso se aceleraba, como si su cuerpo se preparase para la inminente batalla que le aguardaba. ¿Estaba ese individuo al nivel de Karl? Pronto lo sabría. A cada latido su corazón parecía decir -¡Atácame!- Su expectación aumentaba a cada instante. -Adelante señor marine, haga su primer movimiento- le ofreció.-Sólo recuerde que una vez tomada su decisión... No podrás volver atrás-le amenazó finalmente, con una voz mucho más aspera, tuteándole de una vez.
Estaba preparado para cualquier acción que se dispusiese a realizar el comodoro. A pesar de que apenas era capaz distinguir figuras en mitad de la nada, podía saber las intenciones de su rival, por lo que podía actuar con cierta antelación. Aunque claro, siempre que no fuese ampliamente más rápido de lo que su propio cuerpo pueda reaccionar.
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El marine frunció el ceño de nuevo mientras poco a poco se le acababa la paciencia, esperaba la respuesta de su pregunta para confirmar sus sospechas. Por fin tras unos momentos aquel chico habló y fue la gota que colmó el vaso. Krauser nunca se reiría de alguien, no era su estilo ya que era el que menos podía hablar de eso. Tenía mucho respeto a sus rivales y a sus hombres y nunca ofendía usando las palabras, sinceramente no había ningún músico a bordo de su barco. Encima aquel tipo seguía mofándose de aquella forma diciendo que era un recluta gracioso, cosa que ya no le serviría de nada. Después le dijo señor marine, eso significaba que él no lo era o le habría llamado compañero o algo así, después le soltó otra amenaza. Todo había acabado en ese debate, ahora estaba convencido que la persona que tenía delante no era un marine.
- No tenemos músico a bordo chaval, hasta aquí llega tu estupidez, en nombre del demonio de la niebla, comodoro Krauser, quedas arrestado hijo de puta.
En ese momento el castaño apretó su mano derecha mientras la niebla empezaba a usar su habilidad especial. Se volvía muy pesada, era como si al moverse se llevase un peso encima que no permitiera moverse libremente. Como si los músculos estuvieran ralentizados, lo mejor de todo era que esto no afectaba al marine, el cual ya había activado su haki al máximo y se preparaba para el combate. Con la espada en mano estaba listo para el comienzo del terrible encuentro entre aquel tipo y el gran espada. Con su visión térmica activada en un ojo, cerró el otro para poder verle perfectamente. Además sabía moverse por aquellos terrenos en ruinas debido a su buena capacidad en el estudio de los terrenos difíciles como ruinas, desiertos o lugares inhóspitos. No pensaba esperar un segundo más y su ataque comenzaba ya.
- Me gustaría saber tu nombre antes de atravesarte con mi espada, amigo.
Tras sus palabras no dudó mas y pegó dos zancadas hasta la posición de su oponente, rápidamente lanzó un poderoso tajo con su espada que se dirigía en diagonal de arriba abajo hacia el pecho de su oponente tratando de partirle en dos. Justo cuando lanzó aquel ataque imbuyó su puño libre con energía cortante lanzando un poderoso puñetazo a su hombro derecho tratando de dislocarlo pues gracias a sus dotes de asesino sabía puntos para agarrotar ciertos músculos o causar dolor. Tras los dos rápidos ataques se alejó unos cuantos metros hacia atrás tirándose al suelo y rodando un poco para perderse en la niebla.
Demon Killed (AIF)
Mientras rodaba pudo notar como llegaba hasta una columna o eso parecía, se levantó muy despacio quedándose al lado de esta colocando su mano en dicha columna y generando más niebla, sabía que su rival seguramente no podría moverse bien a no ser que tuviera alguna habilidad especial o algo así. Su enorme espadón había atacado con la parte de Kairouseki por lo que esperaba poder haber hecho algo, lo observaba con su visión térmica mientras fruncía el ceño de nuevo.
- No tenemos músico a bordo chaval, hasta aquí llega tu estupidez, en nombre del demonio de la niebla, comodoro Krauser, quedas arrestado hijo de puta.
En ese momento el castaño apretó su mano derecha mientras la niebla empezaba a usar su habilidad especial. Se volvía muy pesada, era como si al moverse se llevase un peso encima que no permitiera moverse libremente. Como si los músculos estuvieran ralentizados, lo mejor de todo era que esto no afectaba al marine, el cual ya había activado su haki al máximo y se preparaba para el combate. Con la espada en mano estaba listo para el comienzo del terrible encuentro entre aquel tipo y el gran espada. Con su visión térmica activada en un ojo, cerró el otro para poder verle perfectamente. Además sabía moverse por aquellos terrenos en ruinas debido a su buena capacidad en el estudio de los terrenos difíciles como ruinas, desiertos o lugares inhóspitos. No pensaba esperar un segundo más y su ataque comenzaba ya.
- Me gustaría saber tu nombre antes de atravesarte con mi espada, amigo.
Tras sus palabras no dudó mas y pegó dos zancadas hasta la posición de su oponente, rápidamente lanzó un poderoso tajo con su espada que se dirigía en diagonal de arriba abajo hacia el pecho de su oponente tratando de partirle en dos. Justo cuando lanzó aquel ataque imbuyó su puño libre con energía cortante lanzando un poderoso puñetazo a su hombro derecho tratando de dislocarlo pues gracias a sus dotes de asesino sabía puntos para agarrotar ciertos músculos o causar dolor. Tras los dos rápidos ataques se alejó unos cuantos metros hacia atrás tirándose al suelo y rodando un poco para perderse en la niebla.
Demon Killed (AIF)
Mientras rodaba pudo notar como llegaba hasta una columna o eso parecía, se levantó muy despacio quedándose al lado de esta colocando su mano en dicha columna y generando más niebla, sabía que su rival seguramente no podría moverse bien a no ser que tuviera alguna habilidad especial o algo así. Su enorme espadón había atacado con la parte de Kairouseki por lo que esperaba poder haber hecho algo, lo observaba con su visión térmica mientras fruncía el ceño de nuevo.
Crimson
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La respuesta era la típica "de eso no tenemos, chaval". Era tan obvia que no esperaba que fuese ese. Es como poner "contraseña" como contraseña. Es imposible acertarlo así. Obviamente erró cuando le contestó de esa forma. No le importaba demasiado, en realidad. De hecho, ya tenía una excusa para cruzar unos cuantos espadazos con ese individuo que demostraba tener el mismo sentimiento. Ambos asesinos se miraban, si es que acaso era posible en ese lugar, directamente a los ojo. Preparados para la batalla que se avecinaba. El moreno le cedió el primer turno al castaño, en parte demostrando lo confiado que iba siempre, pese a la adversidad. Por su parte el marine aumentó la densidad de la niebla, en la que se hacía cada vez más difícil, si cabe, moverse pues cubría la casi totalidad de la antigua casa en ruinas en dónde estaban metidos. Unas ruinas de un antiguo poblado, formado principalmente por casas de madera y piedra de dos o tres plantas de altura. Casas que apenas se tenían en pie, las pocas que lo estaban, pues en su gran se encontraban totalmente destruidas por lo que parecía un anterior desastre.
No era precisamente el terreno más favorable para Crimson. Que deducía que si cubría todo con su habilidad, era muy improbable que no tuviera alguna forma de poder detectar a los enemigos que envolvía dentro. Con toda seguridad debía de tener algo con lo que poder saber en dónde se metían o escondían. Quizás sensibilidad en la propia espesura como producto de su fruta o alguna especie de visión especial o simplemente era totalmente inmune a su propia niebla, lo cual era bastante factible. Independientemente de cual sea la forma luchar atrapado ahí no sería precisamente cómodo. Tenía que salir y poder combatir en campo abierto. O al menos intentarlo. Pero su ágil mente fue interrumpida por la voz siniestra del marine que le preguntaba por su nombre, antes de atacarle. -Crimson- respondió tajante. Con esa respuesta ya debía de conocer quién era exactamente. Hace mucho tiempo tuvo un enfrentamiento con el que fue su superior, Lion D. karl, en el que ambos combatientes acabaron en un estado tan lamentable que ninguno de los dos podría jamás olvidar ese combate, que quedó en tablas, en el que destruyeron y quemaron gran parte de Little Garden. Obviamente sabría al instante del hombre que tenía en frente y que no se mediría precisamente a un rival débil.
No se iba a andar con rodeos. Pelearía en serio. Se preparó concienzudamente para todo, aumentando así tanto su defensa como su ataque y la fuerza que podía generar, usando una armadura que recubría tanto su cuerpo como sus armas. Su rival no se hizo esperar y se lanzó directamente al ataque con el espadón y con un puñetazo. Cada uno muy peligroso. De no ser porque gracias a su haki era capaz de sentir la presencia y las intenciones de sus oponentes, habría sido un comienzo fatal. De sus muñecas salieron un par de cuchillas, escondidas en sus brazales y se cubrió de ambos ataques, hundiéndose en el suelo, resquebrajado tras parar el tajo descendente de la espada. También paró el puño, aunque no esperaba que este estuviera recubierto por energía cortante y recibió un pequeño corte en el antebrazo al no conseguir saber ese detalle.
Inmediatamente después volvió a escudriñarse entre la niebla, perdiéndolo nuevamente de vista. Aunque reconociendo su aura, podía saber dónde estaba ubicado. Notó como la cuchilla de su brazo izquierdo se había partido tras parar la inmensa hoja por lo que decidió jugar igual que él y desenfundó su espada de fuego de su espalda. Con un tajo descendente atacó con ella, encendiéndola justo al hacer contacto contra el leñoso suelo que empezó a arder, y lanzó una onda cortante en su dirección, también en llamas. Sin más tardar, lanzó otra onda cortante hacia el techo, abriendo un gran boquete en el mismo y debilitando aún más la estructura del sitio en dónde estaban. Esas ruinas, según lo que los ojos ve Crimson pudieron ver antes de estar cubierto por la niebla, parecía un antiguo burdel. Una gran sala principal, escaleras viejas que llevaban a habitaciones de los dos pisos superiores (en total era un edificio de tres plantas, contando el bajo).
Art Assassin: Burn the Demon (Arte del Asesino: Quema al Demonio) [AF]
Aprovechó el hueco y saltó para salir por el mismo, mientras de su espalda brotaban un par de enormes alas de águila para empezar a volar y salir del burdel que comenzó a arder, por culpa de las llamas y de lo vieja y roída que estaban sus componentes de madera, para derrumbarse poco después, enterrando y quemando a todo aquél que quedase dentro. No esperaba que eso fuese suficiente como para detener a Krauser, pero al menos había salido de su terreno y ahora estaba más igualado. Crimson se detuvo cuando alcanzó altura de unos 40 metros de altura en el aire. -Venga Krauser, demuéstrame de qué estás hecho!-gritó desde las alturas.
No era precisamente el terreno más favorable para Crimson. Que deducía que si cubría todo con su habilidad, era muy improbable que no tuviera alguna forma de poder detectar a los enemigos que envolvía dentro. Con toda seguridad debía de tener algo con lo que poder saber en dónde se metían o escondían. Quizás sensibilidad en la propia espesura como producto de su fruta o alguna especie de visión especial o simplemente era totalmente inmune a su propia niebla, lo cual era bastante factible. Independientemente de cual sea la forma luchar atrapado ahí no sería precisamente cómodo. Tenía que salir y poder combatir en campo abierto. O al menos intentarlo. Pero su ágil mente fue interrumpida por la voz siniestra del marine que le preguntaba por su nombre, antes de atacarle. -Crimson- respondió tajante. Con esa respuesta ya debía de conocer quién era exactamente. Hace mucho tiempo tuvo un enfrentamiento con el que fue su superior, Lion D. karl, en el que ambos combatientes acabaron en un estado tan lamentable que ninguno de los dos podría jamás olvidar ese combate, que quedó en tablas, en el que destruyeron y quemaron gran parte de Little Garden. Obviamente sabría al instante del hombre que tenía en frente y que no se mediría precisamente a un rival débil.
Busoshoku no Haki + Kenbunshoku no haki
No se iba a andar con rodeos. Pelearía en serio. Se preparó concienzudamente para todo, aumentando así tanto su defensa como su ataque y la fuerza que podía generar, usando una armadura que recubría tanto su cuerpo como sus armas. Su rival no se hizo esperar y se lanzó directamente al ataque con el espadón y con un puñetazo. Cada uno muy peligroso. De no ser porque gracias a su haki era capaz de sentir la presencia y las intenciones de sus oponentes, habría sido un comienzo fatal. De sus muñecas salieron un par de cuchillas, escondidas en sus brazales y se cubrió de ambos ataques, hundiéndose en el suelo, resquebrajado tras parar el tajo descendente de la espada. También paró el puño, aunque no esperaba que este estuviera recubierto por energía cortante y recibió un pequeño corte en el antebrazo al no conseguir saber ese detalle.
Inmediatamente después volvió a escudriñarse entre la niebla, perdiéndolo nuevamente de vista. Aunque reconociendo su aura, podía saber dónde estaba ubicado. Notó como la cuchilla de su brazo izquierdo se había partido tras parar la inmensa hoja por lo que decidió jugar igual que él y desenfundó su espada de fuego de su espalda. Con un tajo descendente atacó con ella, encendiéndola justo al hacer contacto contra el leñoso suelo que empezó a arder, y lanzó una onda cortante en su dirección, también en llamas. Sin más tardar, lanzó otra onda cortante hacia el techo, abriendo un gran boquete en el mismo y debilitando aún más la estructura del sitio en dónde estaban. Esas ruinas, según lo que los ojos ve Crimson pudieron ver antes de estar cubierto por la niebla, parecía un antiguo burdel. Una gran sala principal, escaleras viejas que llevaban a habitaciones de los dos pisos superiores (en total era un edificio de tres plantas, contando el bajo).
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Aprovechó el hueco y saltó para salir por el mismo, mientras de su espalda brotaban un par de enormes alas de águila para empezar a volar y salir del burdel que comenzó a arder, por culpa de las llamas y de lo vieja y roída que estaban sus componentes de madera, para derrumbarse poco después, enterrando y quemando a todo aquél que quedase dentro. No esperaba que eso fuese suficiente como para detener a Krauser, pero al menos había salido de su terreno y ahora estaba más igualado. Crimson se detuvo cuando alcanzó altura de unos 40 metros de altura en el aire. -Venga Krauser, demuéstrame de qué estás hecho!-gritó desde las alturas.
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Había conseguido destrozar una de las cuchillas de su adversario y encima había conseguido herirle en la mano con su energía cortante. Ahora sabía varias cosas debido a eso, un humano ordinario no habría podido parar la bestialidad del espadazo del asesino. Eso le decía que aquel hombre o bien era un buen luchador y tenía buenos músculos o había usado alguna habilidad. De todas formas lo que más le gustó fue escuchar aquel nombre, se trataba de Crimson. Un nombre que no iba a olvidar, por desgracia no le sonaba de nada, Karl no era muy hablador y no le dijo nunca nada de un hombre así. De modo que lo único que pudo pensar era en los carteles pero no recordaba a nadie llamado así. Quería saber algo más de aquel sujeto que había parado su ataque. Siempre le gustaba recordar los nombres de sus oponentes pues era algo que él llamaba honor.
Mantuvo su ojo derecho cerrado mientras con el izquierdo le observaba, de repente algo con mucha más temperatura que Crimson surgió de la nada. Podía ver una fuente de calor superior y bastante a decir verdad. “Fuego” pensó aquel marine mientras seguía observando con la mano en aquella columna. De repente pudo ver como otra fuente de calor se acercaba a gran velocidad a por él. Rápidamente interpuso su enorme espada por la parte del filo mientras saltaba hacia atrás. Con un corte pudo destruir aquel corte de energía, sin embargo al estar en el aire la fuerza de aquel corte le impulsó hacia atrás haciendo que su espalda chocara con la pared y después cayera al suelo boca abajo tras un gruñido. Sus ojos quedaron cerrados cuando de repente pudo notar como la temperatura aumentaba, abrió su ojos derecho observando mas fuentes de calor.
Aquel tipo era muy astuto y quería quemarle dentro, Krauser se levantó rápidamente mientras observaba a su alrededor mas y mas llamas. De repente anuló la niebla para poder ver con más claridad ya que no quería tragarse los obstáculos. Desactivó el poder de su lentilla y ahora observó como un pequeño muro de fuego le impedía acudir a la salida, en el techo había un agujero donde seguramente estaría el exterior. Su oponente lo habría usado para escapar, este no podía volar y parecía atrapado, rápidamente empuñó su espada y se dirigió a la columna anterior. Pegó un enorme tajo con su espadón partiendo la base y por lo tanto aquella columna cayó sobre el muro de llamas. Colocó sobre aquella columna sus pies y corrió por ella hasta pegar un enorme salto por encima del pequeño mucho llevándose solo una pequeña quemadura en un pie. Había sido algo leve y de roce, rápidamente corrió hasta la salida y se lanzó atravesando la puerta en ruinas, con forme pasó, todos los escombros cayeron bloqueando esta. Un segundo mas y no lo hubiera contado, estaba manchado de tizne debido al humo negro de las llamas. Tosió un poco y salió al campo abierto, de repente pudo notar gracias a su haki una presencia sobre él.
Aquel tipo estaba en las alturas a unos cuarenta metros al menos. Observó otra de las pequeñas casas en ruinas, esta era muy pequeña y el tejado estaría a unos tres metros solamente. Krauser corrió saltando y colocando su pie en la pared para impulsarse y alcanzar el filo con una mano. Se terminó de subir allí arriba y desde el tejado comenzó a observar a Crimson. En su espalda había unas enormes alas, de modo que se trataba de un usuario, aquello resultaba una ventaja, pero podría decirse que de doble filo. Eran bastante grandes y perfectas, sería difícil fallar un tajo a alguna de ellas. Frunció el ceño mientras se colocaba de pie observando a Crimson. En su mano derecha continuaba su enorme espada mientras que la derecha ahora estaba tranquila con la palma de la mano abierta y con una pequeña aura blanca rodeándola. No era energía cortante, era otra cosa que solía usar el demonio. No pensaba utilizarlo, no por ahora. De repente la voz de Krauser sonó al escuchar la de su alado rival.
- Si quieres saber de qué estoy hecho baja aquí. Yo tengo un mecanismo para alertar a mis hombres, una vez lo haga usare la niebla y comenzara el terror. Tú tienes alas y no puedo alcanzarte, hagamos esto interesante, que hablen nuestras armas. No te conozco de nada, pero si me has seguido es por algo. ¿Qué diablos quieres saber Crimson?
Su mirada fría volvió a clavarse en el tipo alado mientras analizaba la situación, si aquel hombre se negaba a bajar y pelear, lanzaría un tiro con su pistola de bengalas al aire y sería la señal. Pensaba tirar dos y alejados el uno del otro, de esa forma sus hombres lo verían, pero solo si no bajaba de allí arriba. Ahora solo quedaba esperar.
Mantuvo su ojo derecho cerrado mientras con el izquierdo le observaba, de repente algo con mucha más temperatura que Crimson surgió de la nada. Podía ver una fuente de calor superior y bastante a decir verdad. “Fuego” pensó aquel marine mientras seguía observando con la mano en aquella columna. De repente pudo ver como otra fuente de calor se acercaba a gran velocidad a por él. Rápidamente interpuso su enorme espada por la parte del filo mientras saltaba hacia atrás. Con un corte pudo destruir aquel corte de energía, sin embargo al estar en el aire la fuerza de aquel corte le impulsó hacia atrás haciendo que su espalda chocara con la pared y después cayera al suelo boca abajo tras un gruñido. Sus ojos quedaron cerrados cuando de repente pudo notar como la temperatura aumentaba, abrió su ojos derecho observando mas fuentes de calor.
Aquel tipo era muy astuto y quería quemarle dentro, Krauser se levantó rápidamente mientras observaba a su alrededor mas y mas llamas. De repente anuló la niebla para poder ver con más claridad ya que no quería tragarse los obstáculos. Desactivó el poder de su lentilla y ahora observó como un pequeño muro de fuego le impedía acudir a la salida, en el techo había un agujero donde seguramente estaría el exterior. Su oponente lo habría usado para escapar, este no podía volar y parecía atrapado, rápidamente empuñó su espada y se dirigió a la columna anterior. Pegó un enorme tajo con su espadón partiendo la base y por lo tanto aquella columna cayó sobre el muro de llamas. Colocó sobre aquella columna sus pies y corrió por ella hasta pegar un enorme salto por encima del pequeño mucho llevándose solo una pequeña quemadura en un pie. Había sido algo leve y de roce, rápidamente corrió hasta la salida y se lanzó atravesando la puerta en ruinas, con forme pasó, todos los escombros cayeron bloqueando esta. Un segundo mas y no lo hubiera contado, estaba manchado de tizne debido al humo negro de las llamas. Tosió un poco y salió al campo abierto, de repente pudo notar gracias a su haki una presencia sobre él.
Aquel tipo estaba en las alturas a unos cuarenta metros al menos. Observó otra de las pequeñas casas en ruinas, esta era muy pequeña y el tejado estaría a unos tres metros solamente. Krauser corrió saltando y colocando su pie en la pared para impulsarse y alcanzar el filo con una mano. Se terminó de subir allí arriba y desde el tejado comenzó a observar a Crimson. En su espalda había unas enormes alas, de modo que se trataba de un usuario, aquello resultaba una ventaja, pero podría decirse que de doble filo. Eran bastante grandes y perfectas, sería difícil fallar un tajo a alguna de ellas. Frunció el ceño mientras se colocaba de pie observando a Crimson. En su mano derecha continuaba su enorme espada mientras que la derecha ahora estaba tranquila con la palma de la mano abierta y con una pequeña aura blanca rodeándola. No era energía cortante, era otra cosa que solía usar el demonio. No pensaba utilizarlo, no por ahora. De repente la voz de Krauser sonó al escuchar la de su alado rival.
- Si quieres saber de qué estoy hecho baja aquí. Yo tengo un mecanismo para alertar a mis hombres, una vez lo haga usare la niebla y comenzara el terror. Tú tienes alas y no puedo alcanzarte, hagamos esto interesante, que hablen nuestras armas. No te conozco de nada, pero si me has seguido es por algo. ¿Qué diablos quieres saber Crimson?
Su mirada fría volvió a clavarse en el tipo alado mientras analizaba la situación, si aquel hombre se negaba a bajar y pelear, lanzaría un tiro con su pistola de bengalas al aire y sería la señal. Pensaba tirar dos y alejados el uno del otro, de esa forma sus hombres lo verían, pero solo si no bajaba de allí arriba. Ahora solo quedaba esperar.
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El marine salió vivo de la casa. No podía esperar menos de alguien de su rango. Su ataque había sido prácticamente inútil. Ahora ambos combatientes habiendo demostrado, al menos parcialmente, sus habilidades de las akuma no mi, de esta forma ahora todo estaba mucho más igualado entre los dos. Sin embargo el comodoro no parecía estar conforme con la decisión de salir volando y aprovechar las alturas a su favor del pirata. No pudo evitar reírse a carcajada limpia. No era difícil que se escuchase incluso desde debajo la socarrona risa del híbrido de águila. Antes no le parecía tan injusto el hecho de aprovecharse de su propia akuma no mi creando esa niebla que inundaba todo el entorno. Ahora, sin embargo, reclamaba el hecho de no poder alcanzarle e incluso amenazar con llamar a sus hombres. Que de alguna forma intente avisar a sus subordinados, la mayoría de ellos simples reclutas, no le importaba en lo más mínimo. De hecho sería peor para él, pues tendría que protegerlos de los ataques a larga y media distancia de Crimson. Aún así decidió bajar. Siempre había preferido los combates de uno contra uno.
Descendía lentamente, aleteando con elegancia. Guardó su espadón, colocándolo nuevamente en su espalda. -¿De verdad crees que el avisar a tus hombres te sería de ayuda?-le cuestionó.-Podría haber ido hasta el barco volando en menos de un minuto. ¿Cuántos crees que habrían podido detenerme? ¿Cuántos crees que habrían muerto en el intento?-inquirió ya habiendo descendido del todo, quedándose de pie justo en frente de él.- Podría haberlo hecho pero no es mi estilo. No me gusta pelear contra los débiles.... le quita... ¿Cómo llamarlo?... Diversión. Sí, esa es la palabra. De ti sólo quiero una cosa... Dime dónde se encuentra Karl-le ordenó.- Aunque batirme en un duelo contra su antiguo segundo al mando tampoco es algo que me moleste. No me vendría mal para ir probando algunas cosas nuevas...-concluyó guiñándole un ojo.
Sus emplumadas extremidades que brotaban de su espalda desaparecieron. Volviendo a ser un humano normal. De dentro del abrigo sacó ocho cuchillos, puestos cada uno de ellos entre sus dedos, simulando una garras con las que se dispondría a atacar. Le miró fijamente a los ojos, sonriente. Entre ellos había un espacio de unos cinco metros y el radio con el que podía pegar con esa inmensa espada era muy amplio. Debía de tener cuidado con ella. Sin embargo, un arma tan grande no debería de poder blandirla con tanta facilidad, o eso esperaba, por lo que debería de aprovecharse de su mayor velocidad. No sería fácil. Adelantó el pie izquierdo y se puso ligeramente de lado. De pronto aceleró el paso todo lo que pudo para aproximarse a Krauser. Dio un tremendo salto, entrando en su radio de acción. En mitad del aire chocó sus talón trasero derecho contra el izquierdo, dándose así mismo una pequeña patada. Esto le impulso en el aire y cambio repentinamente de dirección en el aire, descendió velozmente hasta el suelo otra vez, quedando en su flanco izquierdo. Algo que no debería de esperarse su oponente pues casi nadie puede cambiar su dirección de movimiento una vez despega los pies del suelo y Crimson ya no tenía sus alas. Ahora desde una posición más baja, atacó con sus ocho cuchllos con un zarpazo en X. De esta forma quedaría con los brazos cruzados si el ataque salía bien.
Art Assassin: Flying Shadow (Arte del asesino: Sombra voladora) [AIF]
Descendía lentamente, aleteando con elegancia. Guardó su espadón, colocándolo nuevamente en su espalda. -¿De verdad crees que el avisar a tus hombres te sería de ayuda?-le cuestionó.-Podría haber ido hasta el barco volando en menos de un minuto. ¿Cuántos crees que habrían podido detenerme? ¿Cuántos crees que habrían muerto en el intento?-inquirió ya habiendo descendido del todo, quedándose de pie justo en frente de él.- Podría haberlo hecho pero no es mi estilo. No me gusta pelear contra los débiles.... le quita... ¿Cómo llamarlo?... Diversión. Sí, esa es la palabra. De ti sólo quiero una cosa... Dime dónde se encuentra Karl-le ordenó.- Aunque batirme en un duelo contra su antiguo segundo al mando tampoco es algo que me moleste. No me vendría mal para ir probando algunas cosas nuevas...-concluyó guiñándole un ojo.
Sus emplumadas extremidades que brotaban de su espalda desaparecieron. Volviendo a ser un humano normal. De dentro del abrigo sacó ocho cuchillos, puestos cada uno de ellos entre sus dedos, simulando una garras con las que se dispondría a atacar. Le miró fijamente a los ojos, sonriente. Entre ellos había un espacio de unos cinco metros y el radio con el que podía pegar con esa inmensa espada era muy amplio. Debía de tener cuidado con ella. Sin embargo, un arma tan grande no debería de poder blandirla con tanta facilidad, o eso esperaba, por lo que debería de aprovecharse de su mayor velocidad. No sería fácil. Adelantó el pie izquierdo y se puso ligeramente de lado. De pronto aceleró el paso todo lo que pudo para aproximarse a Krauser. Dio un tremendo salto, entrando en su radio de acción. En mitad del aire chocó sus talón trasero derecho contra el izquierdo, dándose así mismo una pequeña patada. Esto le impulso en el aire y cambio repentinamente de dirección en el aire, descendió velozmente hasta el suelo otra vez, quedando en su flanco izquierdo. Algo que no debería de esperarse su oponente pues casi nadie puede cambiar su dirección de movimiento una vez despega los pies del suelo y Crimson ya no tenía sus alas. Ahora desde una posición más baja, atacó con sus ocho cuchllos con un zarpazo en X. De esta forma quedaría con los brazos cruzados si el ataque salía bien.
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- Aclaración:
- Quizás no hayas entendido muy bien lo que hago. Básicamente me doy un golpe yo mismo en mitad del aire para así poder moverme por él, aunque de forma muy rudimentaria y mucho menos efectiva que un geppou xD. Te pongo una imagwn para que te hagas un poco mejor a la idea.
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Aquel tipo era bastante astuto al parecer, no había picado en el truco de Krauser, en ese barco no solo había reclutas. El marine llevaba consigo siempre algunos sargentos y algún que otro teniente. Las palabras del aguilucho de ir a matarlos debían ser falsas, si en verdad le resultaba fácil matar, tendría un cartel con su cabeza, sin embargo el marine no recordaba haberle visto en ellos. No se fiaba ni un pelo de aquel tipo pero podía deducir algunas cosas. Su estilo de lucha era bastante frio, primero quiso quemarle vivo y después vuela a una altura donde el demonio no podía alcanzarle. Decidió no usar su niebla, al menos no por el momento, se bastaría con sus cualidades de asesino. Sus ojos estaban fijos en aquel tipo mientras fruncía el ceño, el águila y el demonio estaban teniendo un encuentro increíble. De repente de la boca de aquel tipo salió algo que el castaño no se esperaba, le había preguntado, no, le había ordenado que le dijera la ubicación de Karl. Aquel estúpido conocía al mentor de Krauser en la brigada disciplinaria, ahora él tenía su propia brigada y apenas sabía sobre Karl. De hecho la última vez que le vio fue en Arabasta. Allí desapareció sin dejar rastro alguno y poco después supo que había despertado de una especie de coma, pero ahora no tenía ni idea de la ubicación de su amigo.
De todas formas no tenía planeado decírselo, aquel hombre quería pelear y probar cosas nuevas según dijo. Aquello estaba pasando de castaño a oscuro, sin embargo el marine ya estaba cansado de estupideces. Sus ojos se entrecerraron mientras que fruncía el ceño y apretaba los puños. En su siguiente ataque iba a mostrar parte de su humilde poder, pudo ver como el tipo se lanzaba a por él rápidamente. “Ven aquí pajarito”, pensó mientras agarraba su espada con su mano derecha sacándola de nuevo, en su mano izquierda aumentó aquel brillo blanco. Estaba formando una especie de shuriken que planeaba lanzar contra el águila. Su haki de observación se activó a su máximo potencial (nivel 2) esperando la acción de aquel hombre que ya había guardado sus alas. Ya estaba cerca, de repente el haki de observación del marine le advirtió de las intenciones de su oponente. “Muy ágil, pero te costara caro” en el momento en que su oponente hizo aquella pirueta y se desplazó a su lado, Krauser ya tenía la jugada lista.
Pegó una sola zancada hacia atrás dejándose dar por el ataque de su enemigo pero de forma no tan grave. Las cuchillas pasaron de roce dejando unas feas heridas en el pecho del marine que frunció el ceño. La sangre caía por su vientre, escocían con ganas pero ahora llegaba el turno del comodoro. Mientras se había echado hacia atrás para esquivar medianamente el golpe, estaba alzando la espada hacia arriba con su mano derecha. Sin pensárselo lanzó un tajo usando la inercia para dejarlo caer con toda su potencia en diagonal buscando partir aquel tipo por la mitad. Ahí no quedó la cosa, nada mas lanzar ese tajo, le diera o no, saltaría hacia atrás mientras su mano izquierda se movía con fuerza hacia aquel hombre un shuriken hecho de energía cortante, debido a la corta distancia y a la fuerza del lanzamiento, aquel tipo seguramente lo pasaría mal. El shuriken era del tamaño de una televisión y tenía cuatro puntas, estaba formado de energía cortante pero ahí no acabó todo, en mitad del lanzamiento, Krauser cerró su puño y de repente las cuatro puntas del shuriken crecieron rodeándose con más energía cortante unos dos metros cada uno. Lo que hacía aquello un ataque mortal entre el espadazo con el filo de kairouseki y aquella habilidad destructora.
Energi Shuriken Pandemoniun (AMF)
Nada mas lanzarlo, Krauser rodó hasta caer al suelo y quedarse pegado a unos árboles del bosque de manera calmada tratando de ver el resultado mientras su haki se mantenía activado por lo que pudiera pasar.
- No voy a desvelar nada sobre Karl, tendrás que arrancármelo de las cuerdas vocales.
De todas formas no tenía planeado decírselo, aquel hombre quería pelear y probar cosas nuevas según dijo. Aquello estaba pasando de castaño a oscuro, sin embargo el marine ya estaba cansado de estupideces. Sus ojos se entrecerraron mientras que fruncía el ceño y apretaba los puños. En su siguiente ataque iba a mostrar parte de su humilde poder, pudo ver como el tipo se lanzaba a por él rápidamente. “Ven aquí pajarito”, pensó mientras agarraba su espada con su mano derecha sacándola de nuevo, en su mano izquierda aumentó aquel brillo blanco. Estaba formando una especie de shuriken que planeaba lanzar contra el águila. Su haki de observación se activó a su máximo potencial (nivel 2) esperando la acción de aquel hombre que ya había guardado sus alas. Ya estaba cerca, de repente el haki de observación del marine le advirtió de las intenciones de su oponente. “Muy ágil, pero te costara caro” en el momento en que su oponente hizo aquella pirueta y se desplazó a su lado, Krauser ya tenía la jugada lista.
Pegó una sola zancada hacia atrás dejándose dar por el ataque de su enemigo pero de forma no tan grave. Las cuchillas pasaron de roce dejando unas feas heridas en el pecho del marine que frunció el ceño. La sangre caía por su vientre, escocían con ganas pero ahora llegaba el turno del comodoro. Mientras se había echado hacia atrás para esquivar medianamente el golpe, estaba alzando la espada hacia arriba con su mano derecha. Sin pensárselo lanzó un tajo usando la inercia para dejarlo caer con toda su potencia en diagonal buscando partir aquel tipo por la mitad. Ahí no quedó la cosa, nada mas lanzar ese tajo, le diera o no, saltaría hacia atrás mientras su mano izquierda se movía con fuerza hacia aquel hombre un shuriken hecho de energía cortante, debido a la corta distancia y a la fuerza del lanzamiento, aquel tipo seguramente lo pasaría mal. El shuriken era del tamaño de una televisión y tenía cuatro puntas, estaba formado de energía cortante pero ahí no acabó todo, en mitad del lanzamiento, Krauser cerró su puño y de repente las cuatro puntas del shuriken crecieron rodeándose con más energía cortante unos dos metros cada uno. Lo que hacía aquello un ataque mortal entre el espadazo con el filo de kairouseki y aquella habilidad destructora.
Energi Shuriken Pandemoniun (AMF)
Nada mas lanzarlo, Krauser rodó hasta caer al suelo y quedarse pegado a unos árboles del bosque de manera calmada tratando de ver el resultado mientras su haki se mantenía activado por lo que pudiera pasar.
- No voy a desvelar nada sobre Karl, tendrás que arrancármelo de las cuerdas vocales.
Crimson
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Krauser dando un salto hacia atrás esquivó sus cuchilladas, recibiendo cortes menos profundos de lo que esperaba el pirata. Era bastante ágil a pesar su tamaño y de portar esa espada tan pesada que hace escasos momentos había roto uno de sus cuchillos con facilidad. Debía de ser de algún material extremadamente duro y pesado, sino no habría podido partir el acero de una forma tan simple. Crimson sabía que sis cuchillos no serían del todo útiles contra él. Si quería luchar en igualdad de condiciones debía de usar su mejor arma, tal y como hacía su adversario. Este no le dio respiro ni tiempo para poder cambiar de arma, pues mientras se echaba atrás, para evitar profundas heridas de sus dagas, empezó a atacar justamente con el espadón, en un tajo descendente hacia su torso. No sólo eso. A su primera acometida sumó una especie de shuriken cortante que salía desde su mano izquierda que vino justo después del corte descendente.
El primero lo detuvo con sus ocho cuchillas, usando ambos brazos. El segundo fue más difícil de poder evitar. Al tener los brazos ocupados intentando detener ese pesado mandoble sólo podía cubrirse usando sus pies. De las botas, más específicamente de la punta, surtieron un par de hojas de acero que detuvieron el avance del shuriken cortante. Si hubiera sido cualquiera de los golpes por separado, probablemente hubiera sido capaz de salir bien parado, pero al tratarse de un ataque combinado no fue capaz de desviar los dos cortes, siendo casi aplastado y superado por el primer tajo, que le dio en el pecho, haciéndole caer contra el suelo. El shuriken pasó por encima de él mientras se encontraba estampado en el techo de esa casa. Por poco logra atravesarlo y descender hacia el piso inferior. Entonces el comodoro se alejó, rodando hasta unos árboles cercanos, poniéndose a unos pocos metros y tomando nuevamente distancia.
-Así que se trataba de kairoseki...-susurró Crimson reincorporándose entre algunos jadeos. -Estos cabrones del gobierno si que tienen facilidades...-continuó al darse cuenta de cómo había sido debilitado al simple contacto con el material. -Putas piedras de mar, siempre son muy molestas... Pero jugar con desventaja siempre es más divertido. Veamos que tan hábil eres-musitó finalmente. Guardó sus maltrechos cuchillos en su abrigo para desenfundar su O wazamono. Sin más tardar se encaminó a toda prisa hacia el marine. -Red Aura-dijo para sí. Sus cabellos y sus ojos se tornaron de un color carmesí, haciendo honor a su nombre. En este modo Crimson superaba con creces su velocidad normal, dejando sólo tras de sí pequeños destellos rojos, para ojos no habituados a un despliegue de rapidez tan asombrosa.
Por lo que, casi instantáneamente se movió hacia el flanco derecho de su adversario, usando sus hakis para poder anticiparse a su esquiva, en caso de hacerlo, y para mejorar la potencia de su golpe, en caso de que lo detuviese. El capitán de Sons of Anarchy se dispuso a matarlo, atacando desde una posición baja, ya que se había agachado, aprovechando su menor estatura, y sabiendo que un arma tan pesada, como la que llevaba en ese lado del brazo, sería mucho más difícil de maniobrar y por tanto más difícil de defender de una katana que blandía tan rápido. De un rápido y seco corte ascendente, desde sus costillas hacia el hombro izquierdo lanzó definitivamente su letal agresión. No sólo eso. La capacidad de su Silent Orange era lanzar una descarga eléctrica proporcional a la fuerza y velocidad con que se atacaba. Teniendo en cuenta que usó toda su fuerza la descarga sería pasmosa, incluso dejaría quemado algunas órganos internos, en caso de dar, y podría producir parálisis por atrofia muscular al recibir el daño eléctrico sobre los músculos. -¡Tendré que quitártelo de garganta entonces!-gritó como respuesta al comentario anterior del marine.
Ittoryu: Shiro Suigyū (Estilo de una espada: Búfalo blanco) [AMF]
El primero lo detuvo con sus ocho cuchillas, usando ambos brazos. El segundo fue más difícil de poder evitar. Al tener los brazos ocupados intentando detener ese pesado mandoble sólo podía cubrirse usando sus pies. De las botas, más específicamente de la punta, surtieron un par de hojas de acero que detuvieron el avance del shuriken cortante. Si hubiera sido cualquiera de los golpes por separado, probablemente hubiera sido capaz de salir bien parado, pero al tratarse de un ataque combinado no fue capaz de desviar los dos cortes, siendo casi aplastado y superado por el primer tajo, que le dio en el pecho, haciéndole caer contra el suelo. El shuriken pasó por encima de él mientras se encontraba estampado en el techo de esa casa. Por poco logra atravesarlo y descender hacia el piso inferior. Entonces el comodoro se alejó, rodando hasta unos árboles cercanos, poniéndose a unos pocos metros y tomando nuevamente distancia.
-Así que se trataba de kairoseki...-susurró Crimson reincorporándose entre algunos jadeos. -Estos cabrones del gobierno si que tienen facilidades...-continuó al darse cuenta de cómo había sido debilitado al simple contacto con el material. -Putas piedras de mar, siempre son muy molestas... Pero jugar con desventaja siempre es más divertido. Veamos que tan hábil eres-musitó finalmente. Guardó sus maltrechos cuchillos en su abrigo para desenfundar su O wazamono. Sin más tardar se encaminó a toda prisa hacia el marine. -Red Aura-dijo para sí. Sus cabellos y sus ojos se tornaron de un color carmesí, haciendo honor a su nombre. En este modo Crimson superaba con creces su velocidad normal, dejando sólo tras de sí pequeños destellos rojos, para ojos no habituados a un despliegue de rapidez tan asombrosa.
Busoshoku no haki + Kenbunshoku no Haki
Por lo que, casi instantáneamente se movió hacia el flanco derecho de su adversario, usando sus hakis para poder anticiparse a su esquiva, en caso de hacerlo, y para mejorar la potencia de su golpe, en caso de que lo detuviese. El capitán de Sons of Anarchy se dispuso a matarlo, atacando desde una posición baja, ya que se había agachado, aprovechando su menor estatura, y sabiendo que un arma tan pesada, como la que llevaba en ese lado del brazo, sería mucho más difícil de maniobrar y por tanto más difícil de defender de una katana que blandía tan rápido. De un rápido y seco corte ascendente, desde sus costillas hacia el hombro izquierdo lanzó definitivamente su letal agresión. No sólo eso. La capacidad de su Silent Orange era lanzar una descarga eléctrica proporcional a la fuerza y velocidad con que se atacaba. Teniendo en cuenta que usó toda su fuerza la descarga sería pasmosa, incluso dejaría quemado algunas órganos internos, en caso de dar, y podría producir parálisis por atrofia muscular al recibir el daño eléctrico sobre los músculos. -¡Tendré que quitártelo de garganta entonces!-gritó como respuesta al comentario anterior del marine.
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El hombre se había llevado un buen golpe con el espadón en el pecho, encima había podido parar el shuriken de menor potencia del marine. Debería haber usado el más poderoso pero no había caído. Aún así le impresionaba que unas malditas cuchillas de pies hubieran parado aquel ataque, la próxima vez usaría su mayor poder. Seguramente aquel chico habría sentido la debilidad en su carne al ser testigo del poder de la arma del marine. Tanto tiempo con ella le había servido para tener control pese al peso que esta tenía y además sabía golpes letales. Ahora solo quedaba ver lo que pasaría. Al parecer ahora el moreno se quejó del Kairouseki y mencionó las piedras marinas para después decir unas palabras, Krauser no sabía que significaban ya que las escuchó pero no las entendió. Sin embargó activó su haki a toda potencia para poder predecir el golpe del rival.
Aquel combate estaba siendo muy intenso y pronto finalizaría, o eso pensaba el marine que estaba frunciendo el ceño. Sus ojos estaban clavados en aquel tipo de forma seria y no planeaba dejarse vencer. No daría ninguna información sobre su mentor, nunca traicionaría a un amigo pasase lo que pasase. El orgullo del comodoro no iba a perecer y ahora lo único que deseaba era acabar con las tonterías de aquel tipo que le había seguido hasta aquella isla llamada Banaro. Sus compañeros estarían seguramente en el barco sin saber nada de nada, pero no iba a permitir que les pasara nada. Pelearía él solo o seria eliminado, pero no iba a involucrar a los demás en aquel asunto que se traían los dos oponentes. La batalla era increíble y nadie podía presenciar aquel gran encuentro que estaban teniendo los asesinos entre ellos. De repente comenzaba el ataque del moreno.
Unos flashes rojos fueron lo único que pudo ver el marine, por suerte su haki de observación le dio una clara visión de lo que iba a pasar. El marine abrió muchísimo los ojos al saber que aquello iba a ser letal. –Tu caerás conmigo amigo –Dijo el marine en voz baja mientras se preparaba, estaba claro que no iba a poder pararlo, se pegó al árbol de su espalda y rápidamente lanzó un tajo hacia donde sabía que se iba a mover el chico. Su espada no tocó al tipo pero sin embargo sabía lo que debía hacer. Con su puño libre envuelto en energía cortante, lanzó un potente puñetazo hacia la espada, de ese modo no se cortaría debido a la energía cortante. De no ser por su haki se habría tragado el tajo de golpe, con su mano libre ahora (tras soltar la espada, ahora en el suelo) colocó la mano en el árbol de atrás. De repente sintió una enorme descarga sacudirle todo el cuerpo mientras sus ojos se abrían como platos. El muy loco encima empezó a generar niebla en el acto, la niebla al ser humedad y al empezar a surgir a veinticinco metros a la redonda y veinte de altura no tardó casi nada en pillar la electricidad.
Fue algo instantáneo y de repente todo lo que estuviera en aquella zona también sería electrificado. Los gruñidos del marine aumentaron hasta el punto de apartar la mano y caer sobre su espada sin tocar el filo mientras aquella enorme descarga electrocutaba todo debido a la humedad de la niebla ya que conducía perfectamente. No sabía si el moreno habría podido hacer algo para librarse de un ataque de esa magnitud y esa velocidad pero lo que si se sabía, era que Krauser estaba tirado en el suelo con los ojos entrecerrados recibiendo aquella fuerza. Tras unos quince segundos la niebla fue anulada por Krauser.
KAMIKAZE ELECTRIDO DEMON (AB)
Aquel combate estaba siendo muy intenso y pronto finalizaría, o eso pensaba el marine que estaba frunciendo el ceño. Sus ojos estaban clavados en aquel tipo de forma seria y no planeaba dejarse vencer. No daría ninguna información sobre su mentor, nunca traicionaría a un amigo pasase lo que pasase. El orgullo del comodoro no iba a perecer y ahora lo único que deseaba era acabar con las tonterías de aquel tipo que le había seguido hasta aquella isla llamada Banaro. Sus compañeros estarían seguramente en el barco sin saber nada de nada, pero no iba a permitir que les pasara nada. Pelearía él solo o seria eliminado, pero no iba a involucrar a los demás en aquel asunto que se traían los dos oponentes. La batalla era increíble y nadie podía presenciar aquel gran encuentro que estaban teniendo los asesinos entre ellos. De repente comenzaba el ataque del moreno.
Unos flashes rojos fueron lo único que pudo ver el marine, por suerte su haki de observación le dio una clara visión de lo que iba a pasar. El marine abrió muchísimo los ojos al saber que aquello iba a ser letal. –Tu caerás conmigo amigo –Dijo el marine en voz baja mientras se preparaba, estaba claro que no iba a poder pararlo, se pegó al árbol de su espalda y rápidamente lanzó un tajo hacia donde sabía que se iba a mover el chico. Su espada no tocó al tipo pero sin embargo sabía lo que debía hacer. Con su puño libre envuelto en energía cortante, lanzó un potente puñetazo hacia la espada, de ese modo no se cortaría debido a la energía cortante. De no ser por su haki se habría tragado el tajo de golpe, con su mano libre ahora (tras soltar la espada, ahora en el suelo) colocó la mano en el árbol de atrás. De repente sintió una enorme descarga sacudirle todo el cuerpo mientras sus ojos se abrían como platos. El muy loco encima empezó a generar niebla en el acto, la niebla al ser humedad y al empezar a surgir a veinticinco metros a la redonda y veinte de altura no tardó casi nada en pillar la electricidad.
Fue algo instantáneo y de repente todo lo que estuviera en aquella zona también sería electrificado. Los gruñidos del marine aumentaron hasta el punto de apartar la mano y caer sobre su espada sin tocar el filo mientras aquella enorme descarga electrocutaba todo debido a la humedad de la niebla ya que conducía perfectamente. No sabía si el moreno habría podido hacer algo para librarse de un ataque de esa magnitud y esa velocidad pero lo que si se sabía, era que Krauser estaba tirado en el suelo con los ojos entrecerrados recibiendo aquella fuerza. Tras unos quince segundos la niebla fue anulada por Krauser.
KAMIKAZE ELECTRIDO DEMON (AB)
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No podía ser, su rival podía anticiparse a sus movimientos. De no ser por eso su pasmosa velocidad probablemente lo habría matado ahí mismo, abierto en canal. Era muy posible que, como él, también sea capaz de usar el haki de la observación, incluso a un nivel mayor que el suyo. Eso sería lo más lógico, pues si cubría todo con niebla e impedía la casi total visión en un radio de más de veinte metros debía de tener alguna forma de poder ser capaz de sacar ventaja de ello. El ser capaz de sentir presencias y "escuchar las voces" de las personas era realmente útil. Más aún si se tenía un buen dominio del mismo. Así fue como el castaño de las vendas en la cara logró esquivar gran parte del mortal katanazo.
-¿Pero qué cojones...?-fue de lo poco que llegó a decir Crimson al escuchar las palabras amenazadoras del comodoro y antes de darse cuenta de que habían sido rodeados por la niebla que creaba siempre, en los momentos de más dificultad. El haber lanzado en ese momento un ataque eléctrico no era precisamente lo más propicio, teniendo en cuenta que estaba inmerso en la espesura. Toda aquella humedad que los rodeaba rápidamente se armó de rayos que recorrieron con velocidad toda la zona. Tal parecía que estaba dispuesto a sacrificarse con tal de dejar a Crimson tendido en el suelo ahí mismo. Era un suicida al que no le importaba dañar su propio cuerpo si con eso era capaz de derrotar al rival. Aquello hizo que se ganase el respeto del pirata, pues es lo que él mismo siempre hacía en sus combates, aunque eso no impidiese que le odiara por usar su propia espada en su contra. -"Me recuerda a mi... Y eso sólo significa que es un hijo de puta de los grandes"- pensó el moreno del abrigo rojo tras ver como la hoja de su meitou impactaba contra nueva energía cortante creada por su diestra, que había soltado su mandoble. No pudo evitar sonreír ante la acción de su rival.
De sus muñecas salieron esta vez, debido a sus brazales porta armas, un dar de diales de rayo. Estos, como el resto de diales, son capaces de almacenar dentro de ellos determinadas cosas para posteriormente poder expulsarlas. En este caso, sus diales podían guardar energía eléctrica para recargarse. No obstante no sería suficiente, pues todo el aire a su alrededor estaba fuertemente ionizado. Recibió la descarga, y a pesar de estar cubierto por su armadura invisible, gracias al haki, y a haber usado esos diales, no fue suficiente como para evitar calambrazo que recorrió toda su anatomía. Todo su cuerpo quedó tiritando tras ello. Cayó al suelo de rodillas y dejó de utilizar su Red Aura. Guardó rápidamente sus dos diales, buscando evitar que Krauser se diese cuenta de ellos. Todo su cuerpo se hallaba entumecido por la electricidad, claramente le costaba mucho moverse. Si el estaba así, su rival tenía que estar en un estado aún peor, a no ser que tuviese también haki de armadura. Si ese era el caso, su fin estaba casi asegurado. Igualmente lo intentaría. No le iba a dejar marcharse de rositas tras ello.
Con su brazo derecho clavó la katana, sujetándola con fuerza, en el agujero del espadón de kairoseki y con la zurda sacó su pistola. Encañonádola directamente al corazón. A un distancia tan cercana difícilmente fallaría. Dio siete sendos disparos con Viento, una Colt blanca customizada por el mismo, volviéndola una arma automática, mucho más rápido que una pistola convencional. De esta forma podía atacar sin moverse demasiado, ya que su maltrecho cuerpo, tampoco le dejaba hacerlo en condiciones. Poco después, la niebla se dispersaría. [AIF]
-¿Pero qué cojones...?-fue de lo poco que llegó a decir Crimson al escuchar las palabras amenazadoras del comodoro y antes de darse cuenta de que habían sido rodeados por la niebla que creaba siempre, en los momentos de más dificultad. El haber lanzado en ese momento un ataque eléctrico no era precisamente lo más propicio, teniendo en cuenta que estaba inmerso en la espesura. Toda aquella humedad que los rodeaba rápidamente se armó de rayos que recorrieron con velocidad toda la zona. Tal parecía que estaba dispuesto a sacrificarse con tal de dejar a Crimson tendido en el suelo ahí mismo. Era un suicida al que no le importaba dañar su propio cuerpo si con eso era capaz de derrotar al rival. Aquello hizo que se ganase el respeto del pirata, pues es lo que él mismo siempre hacía en sus combates, aunque eso no impidiese que le odiara por usar su propia espada en su contra. -"Me recuerda a mi... Y eso sólo significa que es un hijo de puta de los grandes"- pensó el moreno del abrigo rojo tras ver como la hoja de su meitou impactaba contra nueva energía cortante creada por su diestra, que había soltado su mandoble. No pudo evitar sonreír ante la acción de su rival.
De sus muñecas salieron esta vez, debido a sus brazales porta armas, un dar de diales de rayo. Estos, como el resto de diales, son capaces de almacenar dentro de ellos determinadas cosas para posteriormente poder expulsarlas. En este caso, sus diales podían guardar energía eléctrica para recargarse. No obstante no sería suficiente, pues todo el aire a su alrededor estaba fuertemente ionizado. Recibió la descarga, y a pesar de estar cubierto por su armadura invisible, gracias al haki, y a haber usado esos diales, no fue suficiente como para evitar calambrazo que recorrió toda su anatomía. Todo su cuerpo quedó tiritando tras ello. Cayó al suelo de rodillas y dejó de utilizar su Red Aura. Guardó rápidamente sus dos diales, buscando evitar que Krauser se diese cuenta de ellos. Todo su cuerpo se hallaba entumecido por la electricidad, claramente le costaba mucho moverse. Si el estaba así, su rival tenía que estar en un estado aún peor, a no ser que tuviese también haki de armadura. Si ese era el caso, su fin estaba casi asegurado. Igualmente lo intentaría. No le iba a dejar marcharse de rositas tras ello.
Con su brazo derecho clavó la katana, sujetándola con fuerza, en el agujero del espadón de kairoseki y con la zurda sacó su pistola. Encañonádola directamente al corazón. A un distancia tan cercana difícilmente fallaría. Dio siete sendos disparos con Viento, una Colt blanca customizada por el mismo, volviéndola una arma automática, mucho más rápido que una pistola convencional. De esta forma podía atacar sin moverse demasiado, ya que su maltrecho cuerpo, tampoco le dejaba hacerlo en condiciones. Poco después, la niebla se dispersaría. [AIF]
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