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Akuma no mi
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Hacía un par de días que había llegado al cuartel general marine del South Blue, acompañado por un cargo superior del CP. El hombre era muy aburrido, no solo no jugaba nunca, sino que no me dejaba jugar a mí tampoco. Medía cerca de dos metros y siempre tenía la cara tensa, como si estuvieran tirando de sus músculos.
No me habían dicho para que habíamos ido allí, y ya llevábamos varios días paseando por la isla, sin hacer nada en concreto más que pasear. Para colmo no me dejaba ir saltando y corriendo por la isla, si no que teníamos que ir andando sin más. La cuarta noche de estancia allí, decidí escaparme por la ventana de mi habitación para ver si encontraba algo divertido que hacer. Había oído que por las noches se lo pasaban en grande en algunas posadas.
Con la esperanza de divertirme un rato, marché por las calles en busca de algún compañero para jugar. Dudaba que quedase algún niño a esas horas en la calle, pero igual podría encontrar a otra persona que quisiera ver cómo me encogía y rodaba como una pelota.
No me habían dicho para que habíamos ido allí, y ya llevábamos varios días paseando por la isla, sin hacer nada en concreto más que pasear. Para colmo no me dejaba ir saltando y corriendo por la isla, si no que teníamos que ir andando sin más. La cuarta noche de estancia allí, decidí escaparme por la ventana de mi habitación para ver si encontraba algo divertido que hacer. Había oído que por las noches se lo pasaban en grande en algunas posadas.
Con la esperanza de divertirme un rato, marché por las calles en busca de algún compañero para jugar. Dudaba que quedase algún niño a esas horas en la calle, pero igual podría encontrar a otra persona que quisiera ver cómo me encogía y rodaba como una pelota.
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Akuma no mi
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Sin saber muy bien como había llegado a una isla del South Blue, donde se encontraba el cuartel marine, un barco que transportaba mercancías, que realmente ni me interese de que tipo de mercancías se trataban, me ofreció viajar con ellos a cambio de que les asistiera si necesitaban algún tratamiento medico. Acepte casi sin pensarlo, los comerciantes del barco sentían un especial desprecio por los gyojins, no se exactamente por que, tampoco le di mayor importancia, tras un no muy largo viaje llegue a la isla, era la oportunidad de visitar un sitio nuevo y saber algo mas acerca de la marina.
Desembarque y me fui en busca de una posada, la ciudad parecía tranquila, niños por la calle, en los parques, se respiraba un ambiente familiar y de paz, al menos eso parecía a simple vista. Llegue a una posada muy normalita, un tanto cutre, pero no podía permitirme nada mejor, ni tampoco lo necesitaba, pase la tarde visitando la ciudad, el centro medico, la biblioteca, los jardines y un buen atracón como dios manda antes de irme a dormir.
A mitad de la noche me desperté, tenia mucha calor y no podía conciliar el sueño, estaba agobiada, necesitaba aire fresco. Me vestí y me fui a un pequeño parque que había en frente de la posada, era bastante amplio, con muchas zonas verdes y columpios repartidos a lo largo de todo el parque, en el centro del mismo había una gran fuente de agua con una estatua de un marine en medio, sosteniendo una gran espada.
Me tumbe en el césped a ver las estrellas un buen rato, después me incorpore y pude ver un columpio muy parecido al que había en el parque del pueblo donde viví los años posteriores a mi cautiverio, y en un ataque de nostalgia fui hacia el, me subí y empecé a balancearme cuando a lo lejos vi una extraña criatura, de metro y medio aproximadamente, muy fea a primera vista, tenia forma de pez, ¿ seria uno de esos gyojins de los que tan malamente había oído hablar en el barco? La cuestión es que el pequeño ser parecía dirigirse hacia donde yo me encontraba....
Desembarque y me fui en busca de una posada, la ciudad parecía tranquila, niños por la calle, en los parques, se respiraba un ambiente familiar y de paz, al menos eso parecía a simple vista. Llegue a una posada muy normalita, un tanto cutre, pero no podía permitirme nada mejor, ni tampoco lo necesitaba, pase la tarde visitando la ciudad, el centro medico, la biblioteca, los jardines y un buen atracón como dios manda antes de irme a dormir.
A mitad de la noche me desperté, tenia mucha calor y no podía conciliar el sueño, estaba agobiada, necesitaba aire fresco. Me vestí y me fui a un pequeño parque que había en frente de la posada, era bastante amplio, con muchas zonas verdes y columpios repartidos a lo largo de todo el parque, en el centro del mismo había una gran fuente de agua con una estatua de un marine en medio, sosteniendo una gran espada.
Me tumbe en el césped a ver las estrellas un buen rato, después me incorpore y pude ver un columpio muy parecido al que había en el parque del pueblo donde viví los años posteriores a mi cautiverio, y en un ataque de nostalgia fui hacia el, me subí y empecé a balancearme cuando a lo lejos vi una extraña criatura, de metro y medio aproximadamente, muy fea a primera vista, tenia forma de pez, ¿ seria uno de esos gyojins de los que tan malamente había oído hablar en el barco? La cuestión es que el pequeño ser parecía dirigirse hacia donde yo me encontraba....
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Akuma no mi
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Mientras paseaba por la ciudad contigua al cuartel pude ver un parque. Por el día siempre había querido ir a jugar allí, pero Krugt no me había dejado en ningún momento. Por la calle apenas quedaba gente, salvo los marines que seguían de guardia. La sensación tranquila y relajada era evidente. Había paz. Paz y sobriedad. Los edificios eran todos muy similares, rectangulares de varias plantas y con ventanas equidistantes. El color de las fachadas era rojizo, debido al material empleado, salvo el del cuartel general que era azul y blanco. Destacaba sobremanera del resto de las construcciones no solo por el color, sino también por su tamaño, pues era como cinco veces el tamaño de un edificio normal de la ciudad.
El silencio de la noche únicamente era roto por algunos gritos sordos provenientes de las tabernas más fiesteras que todavía estaban abiertas y por el chirriar de un columpio. Sentí curiosidad por este último sonido y me encaminé hacia la fuente del sonido. A medida que me iba acercando al parque, el sonido se iba haciendo más fuerte. Durante todo mi paseo nocturno únicamente encontré a unos pocos marines haciendo la ronda. Nadie me dijo nada, pues a estas alturas quien no me había visto, sabía de mi presencia allí. Decidí acercarme a una pareja de guardia de camino al parque. A medida que me acercaba, pude notar como se iban poniendo un poco más tensos y susurraban algo entre ellos. No le di importancia.
-Psst. No me habéis visto ¿vale? – Les dije en voz baja como si les estuviese contando un secreto. A fin de cuentas lo era. - Si Krugt se entera de que he salido por la noche se enfadará mucho y me castigará sin poder jugar una semana por lo menos, sino todo lo que queda de misión. ¿Se lo podéis decir a vuestros compañeros también, por favor?
-Eh…Eh… Sssí. Cla… Claro. Descuida
-¡Muchas gracias!
Mucho más animado por considerar que mi secreto estaba a salvo, me fui saltando al parque. Cuando llegué, pude ver el columpio del cual provenía el ruido, moviéndose. En él había lo que parecía ser una niña. Me acerqué a ella. La niña era muy paliducha de piel, no mucho más alta que yo. Destacaba mucho por el color de su pelo, un azul intenso que contrastaba con el blancuzco de su piel. Le pregunté qué estaba haciendo y si quería jugar conmigo.
-Me he escapado del cuartel, Krugt no me deja jugar y este sitio es un aburrimiento. No hacemos más que pasearnos y ya está. Pero no le digas que te lo he dicho, ¡eh! Ni tampoco que me he escapado, si no se enfadará y no podré jugar. Por cierto, ¿a qué estás jugando? ¿Quieres jugar conmigo? ¿Quieres que te columpie un rato y después me columpias tú a mí?
El silencio de la noche únicamente era roto por algunos gritos sordos provenientes de las tabernas más fiesteras que todavía estaban abiertas y por el chirriar de un columpio. Sentí curiosidad por este último sonido y me encaminé hacia la fuente del sonido. A medida que me iba acercando al parque, el sonido se iba haciendo más fuerte. Durante todo mi paseo nocturno únicamente encontré a unos pocos marines haciendo la ronda. Nadie me dijo nada, pues a estas alturas quien no me había visto, sabía de mi presencia allí. Decidí acercarme a una pareja de guardia de camino al parque. A medida que me acercaba, pude notar como se iban poniendo un poco más tensos y susurraban algo entre ellos. No le di importancia.
-Psst. No me habéis visto ¿vale? – Les dije en voz baja como si les estuviese contando un secreto. A fin de cuentas lo era. - Si Krugt se entera de que he salido por la noche se enfadará mucho y me castigará sin poder jugar una semana por lo menos, sino todo lo que queda de misión. ¿Se lo podéis decir a vuestros compañeros también, por favor?
-Eh…Eh… Sssí. Cla… Claro. Descuida
-¡Muchas gracias!
Mucho más animado por considerar que mi secreto estaba a salvo, me fui saltando al parque. Cuando llegué, pude ver el columpio del cual provenía el ruido, moviéndose. En él había lo que parecía ser una niña. Me acerqué a ella. La niña era muy paliducha de piel, no mucho más alta que yo. Destacaba mucho por el color de su pelo, un azul intenso que contrastaba con el blancuzco de su piel. Le pregunté qué estaba haciendo y si quería jugar conmigo.
-Me he escapado del cuartel, Krugt no me deja jugar y este sitio es un aburrimiento. No hacemos más que pasearnos y ya está. Pero no le digas que te lo he dicho, ¡eh! Ni tampoco que me he escapado, si no se enfadará y no podré jugar. Por cierto, ¿a qué estás jugando? ¿Quieres jugar conmigo? ¿Quieres que te columpie un rato y después me columpias tú a mí?
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La extraña criatura se me acerco y me pregunto si quería jugar con el, al principio me impacto un poco y me dio un poco de impresión, pero segundos después, al escucharle hablar, despertó en mi un sentimiento de simpatía, parecía un niño con ganas de pasarlo bien simplemente, asique me deje llevar y me puse a jugar con el bicho. Empezó a empujarme y luego yo a el, mientras nos columpiábamos le pregunte:
Y tu de donde has salido, pequeñín? como te llamas? jeje Yujuuu! - Le dije mientras me balanceaba.
Estuvimos un buen rato en los diferentes columpios, el balancín, toboganes etc. Me lo estaba pasando en grande y al parecer el también. Que te apetece hacer ahora? Ya se!! se me ocurre algo súper divertido! - Me dirigí a un árbol del parque, bastante alto, era el mas alto del lugar y empecé a trepar por el, tenia ramas a lo largo del tronco y su escalada no era especialmente difícil. - Ven sígueme! subamos arriba del todo!- Sin mucho esfuerzo llegamos a la cima del árbol, había una serie de ramas los suficientemente robustas como para soportarnos a ambos sin problemas y pasar allí el rato. Desde allí podíamos contemplar los alrededores perfectamente, las luces de las tabernas que seguían abiertas, el cuartel de la marina y el cielo estrellado, el cielo estaba despejado y las estrellas se veía con claridad.
Gire la vista hacia el cuartel general, era enorme, de color blanco y azul y mirándolo fijamente me sumergí en mis propios pensamientos, la marina, la encargada de mantener la paz y el orden, siempre ayudando a los ciudadanos y dando caza a los piratas... realmente su labor era admirable. ¿ Porque nuca antes había pensado al respecto ? no lo se, pero esa noche empecé a sentirme atraída por ese edificio y creció en mi una necesidad de saber mas acerca del mismo.
Gire la cabeza bruscamente, como si así la mente volviese a su sitio, mire al pequeño y le pregunte.
Tu eres uno de esos gyojin? En el barco en el que vine hasta aquí viajaba con una gente que los despreciaba completamente pero viéndote a ti, no lo entiendo para nada, eres adorable y no pareces capaz de hacer daño ni a una mosca. Le dije al pequño monstruito mientras lo abrazaba y restregaba si escamosa cara junto con la mía, como si de un peluche se tratara.
Y tu de donde has salido, pequeñín? como te llamas? jeje Yujuuu! - Le dije mientras me balanceaba.
Estuvimos un buen rato en los diferentes columpios, el balancín, toboganes etc. Me lo estaba pasando en grande y al parecer el también. Que te apetece hacer ahora? Ya se!! se me ocurre algo súper divertido! - Me dirigí a un árbol del parque, bastante alto, era el mas alto del lugar y empecé a trepar por el, tenia ramas a lo largo del tronco y su escalada no era especialmente difícil. - Ven sígueme! subamos arriba del todo!- Sin mucho esfuerzo llegamos a la cima del árbol, había una serie de ramas los suficientemente robustas como para soportarnos a ambos sin problemas y pasar allí el rato. Desde allí podíamos contemplar los alrededores perfectamente, las luces de las tabernas que seguían abiertas, el cuartel de la marina y el cielo estrellado, el cielo estaba despejado y las estrellas se veía con claridad.
Gire la vista hacia el cuartel general, era enorme, de color blanco y azul y mirándolo fijamente me sumergí en mis propios pensamientos, la marina, la encargada de mantener la paz y el orden, siempre ayudando a los ciudadanos y dando caza a los piratas... realmente su labor era admirable. ¿ Porque nuca antes había pensado al respecto ? no lo se, pero esa noche empecé a sentirme atraída por ese edificio y creció en mi una necesidad de saber mas acerca del mismo.
Gire la cabeza bruscamente, como si así la mente volviese a su sitio, mire al pequeño y le pregunte.
Tu eres uno de esos gyojin? En el barco en el que vine hasta aquí viajaba con una gente que los despreciaba completamente pero viéndote a ti, no lo entiendo para nada, eres adorable y no pareces capaz de hacer daño ni a una mosca. Le dije al pequño monstruito mientras lo abrazaba y restregaba si escamosa cara junto con la mía, como si de un peluche se tratara.
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Aquella chica resultó ser muy simpática, a pesar de su apariencia tétrica. No tuvo ningún problema en jugar conmigo y no tardó en aceptar mi oferta de juego. Mientras la columpiaba me preguntó que de dónde había salido y cual era mi nombre.
-Pues soy miembro del CP, aunque no sé qué estamos haciendo aquí exactamente, y me llamo Murlocquillo, aunque me llaman Murky o Bicho. Como tú prefieras. ¿Y tú cómo te llamas?
Después de un rato columpiándola, me subí yo para que ella me columpiase a mí. Pasamos un buen rato jugando por todo el parque, en los balancines, toboganes y probamos unos asientos de madera que la parte de abajo era un muelle muy grande y arriba la figura de un animal. Cuando nos estábamos aburriendo de esas cosas se me ocurrió algo genial.
-Mira, mira. ¿A qué tú no haces esto?
Bajé las proyecciones membranosas de mi espalda, y me coloqué en posición fetal. Terminé de encogerme hasta parecer una pelota y comencé a rodar. Después de varios minutos girando y rodando cual balón pateado por un centenar de niños, recuperé mi forma normal. Apenas podía dar más de dos o tres pasos sin caerme al suelo. Parecía que estuviese borracho. Me estaba riendo tanto…
Para que no decayese la marcha se me ocurrió otra cosa, muy graciosa también. Me fui a la fuente de agua, trastabillando conmigo mismo a causa del mareo, con la estatua del marine en medio. Me escondí detrás de ella para que Ryn no pudiese verme, y aumentar el efecto visual, y comencé a escupir agua con la ayuda de mi implante ciborg, de forma que parecía que fuese la estatua quien estuviera tirando agua. Repetí el mismo proceso a diferentes alturas, de forma que parecía que el marine estuviese tirando agua por la boca, después que estuviese meando (esto fue realmente divertido) y más tarde hice lo contrario. Me subí a una farola cercana y comencé a tirar agua hacia el marine de piedra. El chorro dibujaba un arco que salía de mi boca y caía a la fuente. Colocado en el lugar correcto, daba un efecto visual de que el marine estuviese bebiendo agua. No podía para de reírme, me estaba desternillando.
-¡Oye! ¿Qué te apetece hacer? ¿Sabes hacer algo gracioso?
-Pues soy miembro del CP, aunque no sé qué estamos haciendo aquí exactamente, y me llamo Murlocquillo, aunque me llaman Murky o Bicho. Como tú prefieras. ¿Y tú cómo te llamas?
Después de un rato columpiándola, me subí yo para que ella me columpiase a mí. Pasamos un buen rato jugando por todo el parque, en los balancines, toboganes y probamos unos asientos de madera que la parte de abajo era un muelle muy grande y arriba la figura de un animal. Cuando nos estábamos aburriendo de esas cosas se me ocurrió algo genial.
-Mira, mira. ¿A qué tú no haces esto?
Bajé las proyecciones membranosas de mi espalda, y me coloqué en posición fetal. Terminé de encogerme hasta parecer una pelota y comencé a rodar. Después de varios minutos girando y rodando cual balón pateado por un centenar de niños, recuperé mi forma normal. Apenas podía dar más de dos o tres pasos sin caerme al suelo. Parecía que estuviese borracho. Me estaba riendo tanto…
Para que no decayese la marcha se me ocurrió otra cosa, muy graciosa también. Me fui a la fuente de agua, trastabillando conmigo mismo a causa del mareo, con la estatua del marine en medio. Me escondí detrás de ella para que Ryn no pudiese verme, y aumentar el efecto visual, y comencé a escupir agua con la ayuda de mi implante ciborg, de forma que parecía que fuese la estatua quien estuviera tirando agua. Repetí el mismo proceso a diferentes alturas, de forma que parecía que el marine estuviese tirando agua por la boca, después que estuviese meando (esto fue realmente divertido) y más tarde hice lo contrario. Me subí a una farola cercana y comencé a tirar agua hacia el marine de piedra. El chorro dibujaba un arco que salía de mi boca y caía a la fuente. Colocado en el lugar correcto, daba un efecto visual de que el marine estuviese bebiendo agua. No podía para de reírme, me estaba desternillando.
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