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Frió, mucho frío era casi lo único que sentía mientras caminaba por aquel accidentado y nevado terreno, estaba prácticamente envuelto en una tela gruesa a modo de capa para protegerme del frío y sólo se veían mis grandes ojos rojos. No sabía cómo narices había llegado a aquella isla, pero me pareció buena idea salir a explorarla... que gran error. Me dijeron en el pueblo en el que había desembarcado que tomando el camino del oeste llegaría a un pueblo con bastante interés turístico.
- ¡Fuck! Pero cual es el puñetero camino del que hablan, llevo dos horas caminando sobre medio metro de nieve, es IMPOSIBLE distinguir un jodido camino en esta puta isla, ¿tanto les costaba poner unos jodidos palos? - Gritaba a los cuatro vientos.
Tras desahogarme un poco gritando comencé a ascender por un montículo de nieve en medio de un pequeño bosque con unos cuantos abetos dispersos. Se me hacía bastante difícil subir por aquella pendiente nevada, un par de veces me llegué a resbalar y deslizarme un par de metros hacia atrás, lo que aumentaba mi frustración. Cuando por fin llegué a la cima pude ver, al fondo, justo bajando la colina a unos 30 metros aquel pueblo del cual me habían hablado Cocoa Weed. A pesar de aquel ambiente invernal estaba lleno de humanos yendo de un lado para otro con, seguramente atendiendo sus asuntos. Me dispuse a ponerme en marcha para llegar hasta allí, pero de repente noté un temblor bajo mis pies. Pude ver cómo la nieve que se encontraba debajo de mi colapsaba y comenzaba a deslizarse hacia abajo, envolviéndome en una bola de nieve que poco a poco se iba haciendo mas grande a medida que descendía en dirección al pueblo.
- !FUUUUUUCK¡ - Grité mientras me dirigía rodando al pueblo.
- ¡Fuck! Pero cual es el puñetero camino del que hablan, llevo dos horas caminando sobre medio metro de nieve, es IMPOSIBLE distinguir un jodido camino en esta puta isla, ¿tanto les costaba poner unos jodidos palos? - Gritaba a los cuatro vientos.
Tras desahogarme un poco gritando comencé a ascender por un montículo de nieve en medio de un pequeño bosque con unos cuantos abetos dispersos. Se me hacía bastante difícil subir por aquella pendiente nevada, un par de veces me llegué a resbalar y deslizarme un par de metros hacia atrás, lo que aumentaba mi frustración. Cuando por fin llegué a la cima pude ver, al fondo, justo bajando la colina a unos 30 metros aquel pueblo del cual me habían hablado Cocoa Weed. A pesar de aquel ambiente invernal estaba lleno de humanos yendo de un lado para otro con, seguramente atendiendo sus asuntos. Me dispuse a ponerme en marcha para llegar hasta allí, pero de repente noté un temblor bajo mis pies. Pude ver cómo la nieve que se encontraba debajo de mi colapsaba y comenzaba a deslizarse hacia abajo, envolviéndome en una bola de nieve que poco a poco se iba haciendo mas grande a medida que descendía en dirección al pueblo.
- !FUUUUUUCK¡ - Grité mientras me dirigía rodando al pueblo.
Jallial Reezek
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Aquel día se antojaba largo, de esos que no sabes qué hacer, después de aquel tiempo en aquella isla, todo lo demás era bastante más monótono, aburrido, y mientras encontraba un nuevo lugar al que dirigirme, entrenaba mi cuerpo para no perder la forma. Había salido a buscarlo, y estaba cerca de encontrarlo, él estuvo ahí, todos lo sabían, y todos lo comentaban, sin saber que yo, su cazador, iba tras él. Aquel lugar era el paraíso, sin embargo el combate no se llevaría allí a cabo, no. Su destino había sido otra isla, de nombre Arabasta, apodada “el reino de la arena”, ¿cómo no? En cualquier caso, antes de partir necesitaba prepararme bien para lo que estaba por llegar, aquel combate no era una cosa más, no era simplemente llegar y pelear, no. Él era bueno, muy bueno, realmente fuerte y poderoso, no era alguien a quien podrías vencer sin pensar bien lo que hacer, así que decidí esperar, y no solo eso, en aquella isla habían buenos médicos, y pude robar algo muy interesante. Su nombre era Rumble Ball, y era algo que un ciudadano de aquella isla desarrolló hacía mucho tiempo, y sus llamados “discípulos” transmitían ahora. En aquella isla, conocida como Sakura, la medicina era algo puntero, increíblemente avanzado, aunque no siempre hubiera sido así.
Me comentaron que Kagami estuvo en aquel pueblo, en el poblado llamado Cocoa Weed, así que decidí ir a investigar sobre sus pasos, seguía su pista de cerca, y quería saber qué hizo en aquella isla. ¿Acaso entrenaba para enfrentarme? Si era eso, estaba muy equivocado. Mi hielo iba mucho más allá que aquel, una isla invernal no era nada al lado de lo que yo podría lograr, aunque aún no fuera lo bastante fuerte. Conforme me acercaba al poblado comencé a oír una serie de gritos, y de repente, se formó a no más de diez metros de donde yo estaba, una bola de nieve, que comenzó a caer rodando en dirección al pueblo. -¿Qué cojo…? –No pude terminar mi frase, oía desde el interior de aquella cosa la voz de alguien gritando. –Joder… ¡Shumpo!-Rápidamente usé mi Shumpo, que me permitía moverme a una grandísima velocidad, y me coloqué delante de aquella bola en cuestión de un segundo apenas, para pulverizarla con golpes rápidos y concisos. Cuando hube desecho aquella gigante bola de nieve, y debido a la inercia que llevaba, algo saltó desde el interior de la misma y chocó contra mi cara. No sabía qué era aquella cosa, parecía un hombrecillo diminuto. ¿Una fruta del demonio? La verdad es que era gracioso aquel ser, no pude evitar cogerlo de la solapa de su chaquetita y elevarlo, para quedarme mirándolo fijamente, sonriendo. –¿Qué carajos eres, bicho? –Lo miraba a sus grandes ojos rojos, su mirada transmitía algo, y su tamaño me parecía curioso, así que decidí llevarlo al poblado conmigo, si él aceptaba acompañarme. –Es igual, en cualquier caso, parece que ibas al poblado, aunque quizás con demasiada prisa, ¿no? –Dije bromeando por su “peculiar” forma de viaje, aquella bola de nieve. –Ha estado nevando hace poco, creo que te costaría llegar por tu propio pie, pequeñín. ¿Te parece si te llevo? –Le pregunté mientras lo subía sobre mi cabeza, si no estaba contento sólo debía bajar de allá cuando le diera la gana, aunque caminar cuando la nieve era casi más alta que tú, hasta a mí se me antojaba estúpido, más para lo que yo creía era un frágil e indefenso enanito, pues nada sabía acerca de aquellos seres. Aquello era algo que estaba dispuesto a remediar rápidamente, así que le hice la pregunta de turno, la que había formulado nada más verlo, aunque de mala manera, y había obviado un instante después. –Ahora en serio, ¿qué demonios eres? –Y al preguntar aquello, y mientras bajaba caminando hacia el pueblo con él en mi cabeza, hasta que decidiera bajarse si lo hacía, quedé callado esperando oír su historia.
-Off: Si crees que es metarol di que no te subes si quieres, o haz lo que veas, no quiero coartar tu libertad tampoco xD el caso es que al ser una raza confiada me supongo que si le he “salvado” no creo que se niegue, pero como digo, tú decides :3 en cualquier caso, y si sigues conmigo, si quieres di que llegamos al pueblo en tu próximo post :D -Off
Me comentaron que Kagami estuvo en aquel pueblo, en el poblado llamado Cocoa Weed, así que decidí ir a investigar sobre sus pasos, seguía su pista de cerca, y quería saber qué hizo en aquella isla. ¿Acaso entrenaba para enfrentarme? Si era eso, estaba muy equivocado. Mi hielo iba mucho más allá que aquel, una isla invernal no era nada al lado de lo que yo podría lograr, aunque aún no fuera lo bastante fuerte. Conforme me acercaba al poblado comencé a oír una serie de gritos, y de repente, se formó a no más de diez metros de donde yo estaba, una bola de nieve, que comenzó a caer rodando en dirección al pueblo. -¿Qué cojo…? –No pude terminar mi frase, oía desde el interior de aquella cosa la voz de alguien gritando. –Joder… ¡Shumpo!-Rápidamente usé mi Shumpo, que me permitía moverme a una grandísima velocidad, y me coloqué delante de aquella bola en cuestión de un segundo apenas, para pulverizarla con golpes rápidos y concisos. Cuando hube desecho aquella gigante bola de nieve, y debido a la inercia que llevaba, algo saltó desde el interior de la misma y chocó contra mi cara. No sabía qué era aquella cosa, parecía un hombrecillo diminuto. ¿Una fruta del demonio? La verdad es que era gracioso aquel ser, no pude evitar cogerlo de la solapa de su chaquetita y elevarlo, para quedarme mirándolo fijamente, sonriendo. –¿Qué carajos eres, bicho? –Lo miraba a sus grandes ojos rojos, su mirada transmitía algo, y su tamaño me parecía curioso, así que decidí llevarlo al poblado conmigo, si él aceptaba acompañarme. –Es igual, en cualquier caso, parece que ibas al poblado, aunque quizás con demasiada prisa, ¿no? –Dije bromeando por su “peculiar” forma de viaje, aquella bola de nieve. –Ha estado nevando hace poco, creo que te costaría llegar por tu propio pie, pequeñín. ¿Te parece si te llevo? –Le pregunté mientras lo subía sobre mi cabeza, si no estaba contento sólo debía bajar de allá cuando le diera la gana, aunque caminar cuando la nieve era casi más alta que tú, hasta a mí se me antojaba estúpido, más para lo que yo creía era un frágil e indefenso enanito, pues nada sabía acerca de aquellos seres. Aquello era algo que estaba dispuesto a remediar rápidamente, así que le hice la pregunta de turno, la que había formulado nada más verlo, aunque de mala manera, y había obviado un instante después. –Ahora en serio, ¿qué demonios eres? –Y al preguntar aquello, y mientras bajaba caminando hacia el pueblo con él en mi cabeza, hasta que decidiera bajarse si lo hacía, quedé callado esperando oír su historia.
-Off: Si crees que es metarol di que no te subes si quieres, o haz lo que veas, no quiero coartar tu libertad tampoco xD el caso es que al ser una raza confiada me supongo que si le he “salvado” no creo que se niegue, pero como digo, tú decides :3 en cualquier caso, y si sigues conmigo, si quieres di que llegamos al pueblo en tu próximo post :D -Off
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Nieve, nieve y un minuto... A no, es mas nieve. Realmente era tedioso que tras bajarse del barco lo único que la mujer de cabellera oscuro notara fuera aquel blanco manto que cubría en totalidad la isla y que para mejor caía del cielo de manera delicada, como si no molestara a nadie dejando en tanto una estela de belleza algo importante, una forma de ser tan humilde y tranquila que solo hizo que la mujer se mostrara algo enojada. Hacia frió, estaba desabrigada y no tenia ganas de pensar cuento mas le faltaba para llegar hasta un sitio poblado por simios o, como todo el mundo los llama, hombres -Vaya suerte la mía, terminar caminando bajo la nieve cuando hace dos horas había un sol sofocante...- Con ello tenia en claro que debía de tener mas en cuenta los climas del Grand Line, no eran cosas para tomar a la ligera o con tiempo extendido. En un momento puede nevar, en el próximo aparecer un maremoto o un remolino y después si se tiene suerte algo de calor o un clima agradable aunque claro había comprobado que era mas lógico la caída de granizo del tamaño de un humano. Peligroso, sin duda alguna era peligroso el clima aunque por ello mas interesante y claro esta algo que ella intentaría descifrar, algo que tenia en sus planes hacer pasar por un clima mas del montón.
Solo por esas ideas se dedico a mostrar una sonrisa en su rostro que no duraría mas de unos segundos ya que un estornudo seria lo mas próximo a salir de ella. Estaba por pescar un resfriado y sin duda alguna no iba a ser para nada divertido lidiar con eso. Tenia que buscar un sitio caliente donde pasar el tiempo hasta que el clima mejorara un poco y tal encontrarse un abrigo decente... Algo de ropa para ser realistas dado que sus prendas dejaban poco que imaginar y mucho que ver por ende tomaba frió de manera mas rápida que el resto y estaba realmente en peligro de engriparse o tomar una enfermedad peor -¿Que mierda se supone que es eso?- Al girar su rostro la Amazona se encontraría con lo que parecía ser una bola de nieve gigante cayendo desde lo alto de una montaña directamente hacia su posición aunque a ultimo momento esta simplemente desaparecería, se quedaría disuelta a la nada misma por lo que parecía ser una persona.
No estaba agradecida ni interesada, mucho menos tenia ganas de saber que había pasado pero por algún motivo sentía la necesidad de presentarse -Tsk, eso es ridículo...- Simple y confiada la mujer ignoro su propio instinto para ir hacia la ciudad a paso tranquilo ignorando al completo al par de personas que se encontraban por aquel sitio como si no fueran nada dado que, con completa seguridad, se trataba de hombres y no tenia motivo alguno para tratar con ellos por el momento. Ya tenia suficiente valor tomado para hablar con las personas de la taberna.
OFF-Rol: Soy Natalia, lo dije en el tema de petición, cambio la cuenta para este rol. Cualquier cosa MP.
Solo por esas ideas se dedico a mostrar una sonrisa en su rostro que no duraría mas de unos segundos ya que un estornudo seria lo mas próximo a salir de ella. Estaba por pescar un resfriado y sin duda alguna no iba a ser para nada divertido lidiar con eso. Tenia que buscar un sitio caliente donde pasar el tiempo hasta que el clima mejorara un poco y tal encontrarse un abrigo decente... Algo de ropa para ser realistas dado que sus prendas dejaban poco que imaginar y mucho que ver por ende tomaba frió de manera mas rápida que el resto y estaba realmente en peligro de engriparse o tomar una enfermedad peor -¿Que mierda se supone que es eso?- Al girar su rostro la Amazona se encontraría con lo que parecía ser una bola de nieve gigante cayendo desde lo alto de una montaña directamente hacia su posición aunque a ultimo momento esta simplemente desaparecería, se quedaría disuelta a la nada misma por lo que parecía ser una persona.
No estaba agradecida ni interesada, mucho menos tenia ganas de saber que había pasado pero por algún motivo sentía la necesidad de presentarse -Tsk, eso es ridículo...- Simple y confiada la mujer ignoro su propio instinto para ir hacia la ciudad a paso tranquilo ignorando al completo al par de personas que se encontraban por aquel sitio como si no fueran nada dado que, con completa seguridad, se trataba de hombres y no tenia motivo alguno para tratar con ellos por el momento. Ya tenia suficiente valor tomado para hablar con las personas de la taberna.
OFF-Rol: Soy Natalia, lo dije en el tema de petición, cambio la cuenta para este rol. Cualquier cosa MP.
Sasaki
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El barco ya estaba atracando un puerto del reino de Sakura, había sido un viaje largo y bastante movidito, total para que posiblemente no consiguiese nada, pues mi jefe me había mandado a un pueblo del interior de la isla para aprender algunas costumbres culinarias de esta zona del mundo, y que pudiese enseñárselas. Además, casi nunca había viajado por Grand Line, pero por lo que había podido ver no todas las islas tenían el mismo clima y por lo que parecía, en esta era una de invierno, información que habría agradecido antes de partir de la taberna, pues ahora me estaba quedando frío al ir sólo con el chándal y mi pañuelo al cuello, el cual me mantenía la garganta caliente.
Una vez que el barco atraco en el pueblo me estire y me dispuse a buscar a alguien que me ayudase a encontrar el pueblo al que me dirigía, que por lo que pude comprobar la gente era muy amable y me dio indicaciones bastante precisas, por lo que me puse de camino al pueblo. A medio camino un transeúnte se ofreció a llevarme al pueblo, a lo que le dije que sí, llegando prontamente al pueblo.
El buen hombre me dejo a la entrada del pueblo y este volvió a sus quehaceres rápidamente me dispuse a buscar algún sitio en el que poder quedarme los días que estaría. Tras un buen rato, de búsqueda entre los montones de nieve a los lados de las calles encontré una pequeña casita que le prestó una anciana del pueblo, deje el petate que llevaba y salí a dar una vuelta por el pueblo para conocerlo mejor, así como un sitio en el que le pudiesen enseñar las costumbres culinarias y algo de medicina, pues de camino al pueblo el hombre me comento los buenos médicos que tenia la isla, puede que salga de aquí sabiendo algo más que costumbre culinarias. En poco tiempo acabe en las afueras del pueblo, quedando delante de mí una cuesta.
Este pueblo no es muy grande pero creo que ya he pasado por aquí, pensé mientras suspiraba, con tanta nieve creo que me estoy perdiendo, pensé mientras miraba al interior del pueblo.
De repente desde detrás mi pude oír algo que parecía un grito, me gire y pude ver como por la rampa caía rodando una bola de nieve bastante grande y pude oír un claro FUUUUUUUCK que salía de la bola. Cuando esta llegaba al final de la cuesta alguien apreció delante de la bola y la paró, saliendo disparada una cosa negra y bastante pequeña de ella. Por mi parte me acerque de forma curiosa para saber que había pasado, o si necesitaba ayuda, aparte de buscar alguna indicación que me ayudara sobre el pueblo.
-¿Estáis bien los dos?- les pregunte mientras me acercaba a ellos, y miraba a la cabeza del chico que tenía delante pues en ella estaba la otra “persona”- ¿necesitáis ayuda?
Una vez que el barco atraco en el pueblo me estire y me dispuse a buscar a alguien que me ayudase a encontrar el pueblo al que me dirigía, que por lo que pude comprobar la gente era muy amable y me dio indicaciones bastante precisas, por lo que me puse de camino al pueblo. A medio camino un transeúnte se ofreció a llevarme al pueblo, a lo que le dije que sí, llegando prontamente al pueblo.
El buen hombre me dejo a la entrada del pueblo y este volvió a sus quehaceres rápidamente me dispuse a buscar algún sitio en el que poder quedarme los días que estaría. Tras un buen rato, de búsqueda entre los montones de nieve a los lados de las calles encontré una pequeña casita que le prestó una anciana del pueblo, deje el petate que llevaba y salí a dar una vuelta por el pueblo para conocerlo mejor, así como un sitio en el que le pudiesen enseñar las costumbres culinarias y algo de medicina, pues de camino al pueblo el hombre me comento los buenos médicos que tenia la isla, puede que salga de aquí sabiendo algo más que costumbre culinarias. En poco tiempo acabe en las afueras del pueblo, quedando delante de mí una cuesta.
Este pueblo no es muy grande pero creo que ya he pasado por aquí, pensé mientras suspiraba, con tanta nieve creo que me estoy perdiendo, pensé mientras miraba al interior del pueblo.
De repente desde detrás mi pude oír algo que parecía un grito, me gire y pude ver como por la rampa caía rodando una bola de nieve bastante grande y pude oír un claro FUUUUUUUCK que salía de la bola. Cuando esta llegaba al final de la cuesta alguien apreció delante de la bola y la paró, saliendo disparada una cosa negra y bastante pequeña de ella. Por mi parte me acerque de forma curiosa para saber que había pasado, o si necesitaba ayuda, aparte de buscar alguna indicación que me ayudara sobre el pueblo.
-¿Estáis bien los dos?- les pregunte mientras me acercaba a ellos, y miraba a la cabeza del chico que tenía delante pues en ella estaba la otra “persona”- ¿necesitáis ayuda?
Guny
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Re: Un encuentro helado [pasado][privado](Natalia, Yato, Jallial y Guny) {Miér 28 Mayo 2014 - 22:44}
Continué bajando por la pendiente, girando descontroladamente y sin ningún tipo de freno, me estaba mareando, estaba a punto de echar hasta las primeras papillas y lo peor de todo era que dentro de esa bola no tendrían ningún lugar al que ir salvo mi cara. De pronto noté como una serie de golpes que apartaban a una velocidad pasmosa la nieve de mi alrededor. Lo que pasó los segundos siguientes no lo tengo muy claro debido al mareo que llevaba, se que después de salir de aquella bola choqué contra algo no muy duro y luego una gran mano me recogió por la solapa de mi chaqueta. Aunque estuviera parado el mundo seguía girando a mi alrededor, pero en medio del caos de mi mente pude oír una voz, pero no pude saber que decía exactamente. Poco a poco se me pasaba el mareo, ahora podía distinguir quién me había recogido, era un humano, se podía ver que estaba bien en forma y que no parecía importarle mucho aquel condenado frío. Aquel humano me colocó sobre su cabeza y luego me pregunto quien, no, mejor dicho qué era yo, una pregunta que me molestaba un poco y mas viniendo de un humano, pero dado que me había salvado no me importaba contestarla.
- !JA¡, me sorprende tu ignorancia humano. Soy Guny Damian, y soy un miembro de la orgullosa raza de los enanos - Dije a aquel humano con un tono bastante arrogante - Pero no pienses que soy una persona desagradecida, aunque sea una ofensa para mi orgullo tener aquel desliz te agradezco que me salvaras, sabes no suelo permitir que ningún humano me suba encima de él, considérate afortunado. - Continué hablando con un tono ahora un poco mas amable.
Aunque no parecía mala persona, esperaba que no se enfadara por hablarle en ese tono, a veces podía ser alguien cuyo comportamiento era un poco desagradable para las personas, a pesar de que en el fondo no pretendía ofender. Parecía que aquel humano se dirigía hacia el pueblo y que no le importaba que yo estuviera sobre su cabeza, era bueno después de aquel largo camino que alguien lo llevara, aunque fuera el último trecho. Parecía ser que una persona nos había visto, un joven vestido sólo con un chándal y un pañuelo algo gastado se acercó a nosotros preguntando si estábamos bien, por la expresión de frío que tenía en el rostro deduje que no era de por aquí.
- No pasa nada humano con pinta de simplón, te agradezco que te preocupes pero ambos estamos bien - Dije con el mismo tono algo descarado de antes, a veces mi sinceridad podía rozar lo ofensivo, aunque no fuera mi intención. - Parece ser que vienes del pueblo, ¿nos puedes decir alguna buena taberna donde tomar algo caliente?, si gustas puedes acompañarnos -
Jallial Reezek
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Aquel bichito era según sus propias palabras, un orgulloso miembro de la raza de los enanos. Bien por él, supongo. Me acusó de ignorante por no saber de una raza de la cual solo había oído hablar en cuentos de hadas, así que no me lo tomé demasiado a pecho, era casi imposible que conociera su especie, y me picaba la curiosidad por saber más de esta, como de dónde venían o lo fuertes que podían llegar a ser realmente. El enano se veía algo arrogante con sus palabras, pero en el fondo parecía buena persona, o buen enano, o lo que fuera. Me agradeció haberlo salvado, aunque casi me pidió que le agradeciera yo a él por dejarse llevar, pero esta vez ya usó un tono algo más amigable, para bien de ambos, pues de seguir con aquellas réplicas probablemente hubiera terminado por lanzarlo hacia el pueblo cual pelota de baseball.
Continué andando apenas unos metros cuando apareció otro tipo, era divertido ver a la gente normal pasar frío, yo sin embargo me paseaba prácticamente sin ropa y aún tenía calor. Aquel joven se preocupó por nuestro estado, pero el enano, con su ya habitual en él tono cortante, se refirió al recién llegado como “humano simplón”, para después preguntarle acerca del pueblo, y ofrecerse a acompañarlo. –Perdona a mi pequeño amigo, es algo directo. –Dije tratando de excusar en parte las palabras del pequeño. –Estaría encantado de que nos acompañaras, aunque me atrevo a decir que no conocerás posada alguna en esta zona. Es igual, por ahora simplemente vayamos al pueblo, creo que este clima no es tan agradable para todos como para mí… -Terminé por decir entre risas mientras continuaba bajando por aquella ladera. –A propósito, mi nombre es Reezek, y él se llama Guty. ¿Tu nombre es…? –Dije instando a que respondiera con su nombre a aquella incompleta pregunta. Mientras tanto, sentía otras presencias por las inmediaciones, amén obviamente de muchas otras en aquel pueblo pequeño al que nos dirigíamos, y muchas de estas primeras, se acercaban a nosotros a gran velocidad.
De repente se levantó una tormenta de nieve que nubló casi por completo nuestra visibilidad, y además comenzó a descender la temperatura de forma brusca a causa de la misma. Para colmo de nuestras desgracias aparecieron unos enormes seres de color blanco, que prácticamente se camuflaban en la nieve. -*Vaya por Dios…* -Pensé para mí mismo al ver y sentir a aquellas cosas, que eran los que se acercaban antes. Dos de ellos saltaron contra mí, así que en cuestión de un segundo, usando nuevamente mi Shumpo, me coloqué enfrente de uno de ellos, y con un poderoso golpe lo mandé a volar varios metros hacia atrás. Sin embargo algo fallaba, al usar aquella técnica, y moverme tan rápido, el pequeño Guty había caído a la nieve, y aquel enorme conejo se lanzaba contra él. Además de esto, otro de aquellos seres se lanzó contra nuestro recién aparecido amigo, y a nuestras espaldas no paraban de salir más y más bichos de aquellos. Comencé a correr hacia la posición donde estaba mi pequeño amiguito, aunque no sabría si llegaba a tiempo, y lo mismo con nuestro otro compañero.
Continué andando apenas unos metros cuando apareció otro tipo, era divertido ver a la gente normal pasar frío, yo sin embargo me paseaba prácticamente sin ropa y aún tenía calor. Aquel joven se preocupó por nuestro estado, pero el enano, con su ya habitual en él tono cortante, se refirió al recién llegado como “humano simplón”, para después preguntarle acerca del pueblo, y ofrecerse a acompañarlo. –Perdona a mi pequeño amigo, es algo directo. –Dije tratando de excusar en parte las palabras del pequeño. –Estaría encantado de que nos acompañaras, aunque me atrevo a decir que no conocerás posada alguna en esta zona. Es igual, por ahora simplemente vayamos al pueblo, creo que este clima no es tan agradable para todos como para mí… -Terminé por decir entre risas mientras continuaba bajando por aquella ladera. –A propósito, mi nombre es Reezek, y él se llama Guty. ¿Tu nombre es…? –Dije instando a que respondiera con su nombre a aquella incompleta pregunta. Mientras tanto, sentía otras presencias por las inmediaciones, amén obviamente de muchas otras en aquel pueblo pequeño al que nos dirigíamos, y muchas de estas primeras, se acercaban a nosotros a gran velocidad.
De repente se levantó una tormenta de nieve que nubló casi por completo nuestra visibilidad, y además comenzó a descender la temperatura de forma brusca a causa de la misma. Para colmo de nuestras desgracias aparecieron unos enormes seres de color blanco, que prácticamente se camuflaban en la nieve. -*Vaya por Dios…* -Pensé para mí mismo al ver y sentir a aquellas cosas, que eran los que se acercaban antes. Dos de ellos saltaron contra mí, así que en cuestión de un segundo, usando nuevamente mi Shumpo, me coloqué enfrente de uno de ellos, y con un poderoso golpe lo mandé a volar varios metros hacia atrás. Sin embargo algo fallaba, al usar aquella técnica, y moverme tan rápido, el pequeño Guty había caído a la nieve, y aquel enorme conejo se lanzaba contra él. Además de esto, otro de aquellos seres se lanzó contra nuestro recién aparecido amigo, y a nuestras espaldas no paraban de salir más y más bichos de aquellos. Comencé a correr hacia la posición donde estaba mi pequeño amiguito, aunque no sabría si llegaba a tiempo, y lo mismo con nuestro otro compañero.
- Off:
- -Off: Bueno, todos conocemos creo a los conejitos xDD La cosa es que Guty me demuestre ahora lo fuerte que es antes de que yo llegue y me haga flipar en tecnicolores (?) xDD En cuanto a ti Yato, sobrevive como puedas o deshazte del bicho como veas xD Y si a nuestra amiga Shaky le apetece venir a echar una mano, que no se prive de hacerlo eh e_e jaja -Off
Shaky
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-Tsh...- Un leve estornudo bastante sonoro saldría de entre los labios de la fémina que elevaría uno de sus brazos hasta la nariz donde haría un leve movimiento para secarse la misma. Dado el frió que tenia encima y el que la misma isla no dejaba de suministrar en el cuerpo poco cubierto de la mujer era de esperarse que esta pescara un resfriado o algo peor si tenia la mala suerte de encontrar una taberna que le brindara su calor aunque para su desgracia solo encontraría que la persona que a lo lejos había visto destruyendo una esfera de nieve se encontraba hablando con lo que parecía ser una persona -a Guny no llega a distinguirlo- y que, para su desgracia, parecían ser las únicas cosas con vida que podían ayudarla. Hombres, eso era todo lo que la mujer no quería ver de nuevo y sin embargo estaba frente a un par de estos con la necesidad de pedirle ayuda a los mismos por su propio bien "Puedo guiarme en una isla, conocer los mares como si no fueran mas que un libro y aun así no puedo encontrar una taberna en una ciudad del montón..." La mujer estaba molesta, ¿Para que ocultar la verdad? Era sin duda alguna lo peor que le podía pasar a ella en cualquier momento pero de todas maneras sabia hacer a un lado sus ganas sanguinarias de destrucción del sexo opuesto por su propio bien. Necesitaba de aquel grupo para encontrar un lugar donde tomar calor y era mejor que fuera mas rápido que otra cosa porque el frió iba a matarla llegando el momento.
En cuanto la mujer cambiaría de rumbo para interceptar el recorrido de aquel grupo si es que decidía avanzar una especie de tormenta de nieve se levanto en las cercanías -Eso no es una tormenta de nieve...- La mujer entendía de climas y catástrofes naturales por lo que veía entre esa nieve a la perfección para dar por sentado que no podía ser bajo ningún motivo una tormenta de nieve o similares, era algo expuesto fuera de la naturaleza sin duda alguna. No entendía a la perfección que era lo que estaba dentro de la nieve pero sabia que era algo fuerte y lo bastante inteligente como para cubrirse bajo un manto natural y atacar de manera rápida y sorpresiva -Lindos animales nativos- Era obvio que solo quedaba una cosa para calificar aquello y eran animales dispuestos a ponerse en pleno ataque por algún motivo. Tal vez estaban muy cerca de su nido o simplemente era una cacería pero cual fuera el caso la mujer no podía permitirse el perder unas personas por mas estúpidas que fueran a sus ojos. Al menos uno de ellos tenia que quedarse vivo y servirle -No puedo creer que vaya a hacer esto- En unos pocos minutos la fémina se encontraría desecha en una especie de gas trasparente viajando mas rápidamente hacia la posición de los personajes que eran ahora asediados por animales.
A la par todos los conejos gigantes darían su presencia para atacar a aquel par de hombres mientras que un tercero hacia presencia cayéndose del cuerpo de uno de los defensores. No sabia porque, ni de que modo pero la mujer se largo a correr tras la pequeña persona que tomo en brazos mientras su cuerpo volvía a ser visible y tangible y su gran espada de tonos cobrizos se insertaba directamente en el cuello de uno de los animales sintiendo por ella misma un gran desprecio dado que había matado a un animal sin mas motivo "Fue en defensa personal Shizuma, defensa personal" Con esas palabras en mente intentaba calmarse mientras su pierna empujaba al animal para desprenderlo de su arma y hacerlo caer al suelo -Otra vez tengo que encontrarme con un neardental de las nieves por lo visto- El tono para pronunciar aquello, y con relación a Jallial, no era mas que neutro. Falto de expresión si se le quiere decir dado que realmente no podía calificarlo como alguien confiable por una simple cuestión, era un hombre.
En cuanto la mujer cambiaría de rumbo para interceptar el recorrido de aquel grupo si es que decidía avanzar una especie de tormenta de nieve se levanto en las cercanías -Eso no es una tormenta de nieve...- La mujer entendía de climas y catástrofes naturales por lo que veía entre esa nieve a la perfección para dar por sentado que no podía ser bajo ningún motivo una tormenta de nieve o similares, era algo expuesto fuera de la naturaleza sin duda alguna. No entendía a la perfección que era lo que estaba dentro de la nieve pero sabia que era algo fuerte y lo bastante inteligente como para cubrirse bajo un manto natural y atacar de manera rápida y sorpresiva -Lindos animales nativos- Era obvio que solo quedaba una cosa para calificar aquello y eran animales dispuestos a ponerse en pleno ataque por algún motivo. Tal vez estaban muy cerca de su nido o simplemente era una cacería pero cual fuera el caso la mujer no podía permitirse el perder unas personas por mas estúpidas que fueran a sus ojos. Al menos uno de ellos tenia que quedarse vivo y servirle -No puedo creer que vaya a hacer esto- En unos pocos minutos la fémina se encontraría desecha en una especie de gas trasparente viajando mas rápidamente hacia la posición de los personajes que eran ahora asediados por animales.
A la par todos los conejos gigantes darían su presencia para atacar a aquel par de hombres mientras que un tercero hacia presencia cayéndose del cuerpo de uno de los defensores. No sabia porque, ni de que modo pero la mujer se largo a correr tras la pequeña persona que tomo en brazos mientras su cuerpo volvía a ser visible y tangible y su gran espada de tonos cobrizos se insertaba directamente en el cuello de uno de los animales sintiendo por ella misma un gran desprecio dado que había matado a un animal sin mas motivo "Fue en defensa personal Shizuma, defensa personal" Con esas palabras en mente intentaba calmarse mientras su pierna empujaba al animal para desprenderlo de su arma y hacerlo caer al suelo -Otra vez tengo que encontrarme con un neardental de las nieves por lo visto- El tono para pronunciar aquello, y con relación a Jallial, no era mas que neutro. Falto de expresión si se le quiere decir dado que realmente no podía calificarlo como alguien confiable por una simple cuestión, era un hombre.
Sasaki
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El chico que había parado al bola de nieve que había bajado rodando la cuesta se acercaba hacia el pueblo con alguien en el sobre su cabeza. El cual de una forma muy arrogante me respondió a la pregunta que les había hecho, brindando me dé una pequeña descripción hecha a su gusto (humano simplón), para acabar pidiendo me que les llevase a una taberna del pueblo. Por otra parte, el chico que sostenía al pequeño sobre su cabeza, me pidió perdón por el pequeño y me invito a unirme a ellos a ir a una taberna.
-Encantado de conoceros a ambos, mi nombre es Yato- les dije de forma educada una vez termino de hablar el que se había presentado como Reezek- gracias por la invitación y la acepto de buen gusto, y por la actitud de Guty no te preocupes ya estoy acostumbrado a esa actitud donde trabajo. Además también aciertas no soy de aquí y además he llegado hoy mismo, por lo que no conozco a nadie ni nada.
Según nos íbamos a poner en marcha hacia el pueblo una especie de tornado de nieve se levanto alrededor de nosotros, provocando que la temperatura descendiese aún más, me estaba quedando helado y debido al descenso de la temperatura a mis extremidades les costaba moverse más. mierda, “esto no puede ser normal” pensé mientras me frotaba los brazos para que entrasen en calor, cuando de repente aparecieron una especie de conejos del tamaño de un oso “¿de verdad estoy viendo un conejo del tamaño de un oso? ¿como es posible tal cosa?” pensé mientras me preparaba para un posible ataque agachando me levemente y me respondía a mi mismo las preguntas.
Reezek rápidamente se lanzo a por uno que salió volando hacia atrás, pero no tenía tiempo de distraerme pues un conejo se lanzo hacia mí, lanzando un zarpazo con su garra derecha, hábilmente conseguí esquivarlo agachándome hasta colocarme de cuclillas, aunque no fue por mucho que lo pude esquivar. introduje mi mano derecha en la bota y con medio giro y una pequeña finta hacia el enorme conejo me introduje dentro de su defensa, tras este rápido movimiento le lancé una estocada saltando hacia la garganta del animal que le fue imposible de esquivar, mientras yo con una rápido movimiento trepé por su hombro izquierdo para colocarme en su espalda mientras giraba la daga y se cortaba la mitad del cuello.
El inerte cuerpo del animal cayó sobre la fría nieve, la cual se fue tiñendo de rojo debido a la sangre. En cuanto levante la vista pude ver como una chica, de pelo castaño y recogido hasta los hombros y con poca vestimenta, había aparecido y había acabado con otro de los conejos “¿quién es esta chica y cuando ha llegado aquí?" pensé mientras limpiaba mi arma y la volvía a guardar en la bota.
-Encantado de conoceros a ambos, mi nombre es Yato- les dije de forma educada una vez termino de hablar el que se había presentado como Reezek- gracias por la invitación y la acepto de buen gusto, y por la actitud de Guty no te preocupes ya estoy acostumbrado a esa actitud donde trabajo. Además también aciertas no soy de aquí y además he llegado hoy mismo, por lo que no conozco a nadie ni nada.
Según nos íbamos a poner en marcha hacia el pueblo una especie de tornado de nieve se levanto alrededor de nosotros, provocando que la temperatura descendiese aún más, me estaba quedando helado y debido al descenso de la temperatura a mis extremidades les costaba moverse más. mierda, “esto no puede ser normal” pensé mientras me frotaba los brazos para que entrasen en calor, cuando de repente aparecieron una especie de conejos del tamaño de un oso “¿de verdad estoy viendo un conejo del tamaño de un oso? ¿como es posible tal cosa?” pensé mientras me preparaba para un posible ataque agachando me levemente y me respondía a mi mismo las preguntas.
Reezek rápidamente se lanzo a por uno que salió volando hacia atrás, pero no tenía tiempo de distraerme pues un conejo se lanzo hacia mí, lanzando un zarpazo con su garra derecha, hábilmente conseguí esquivarlo agachándome hasta colocarme de cuclillas, aunque no fue por mucho que lo pude esquivar. introduje mi mano derecha en la bota y con medio giro y una pequeña finta hacia el enorme conejo me introduje dentro de su defensa, tras este rápido movimiento le lancé una estocada saltando hacia la garganta del animal que le fue imposible de esquivar, mientras yo con una rápido movimiento trepé por su hombro izquierdo para colocarme en su espalda mientras giraba la daga y se cortaba la mitad del cuello.
El inerte cuerpo del animal cayó sobre la fría nieve, la cual se fue tiñendo de rojo debido a la sangre. En cuanto levante la vista pude ver como una chica, de pelo castaño y recogido hasta los hombros y con poca vestimenta, había aparecido y había acabado con otro de los conejos “¿quién es esta chica y cuando ha llegado aquí?" pensé mientras limpiaba mi arma y la volvía a guardar en la bota.
- off-rol:
- perdón por la tardanza de este post pero ando con examenes y tengo que estudiar un montón, a partir del jueves ya podré postear con normalidad
Guny
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Tras encontrarnos e intercambiar algunas palabras pasamos a las presentaciones, el humano sobre el cual me encontraba se hacía llamar Reezek y el otro humano con pinta de simplón se presentó como Yato, un nombre simple para una persona simple... por lo menos en apariencia. Pero algo en esa presentación fallaba, tardé un para de segundos en darme cuenta pero el tal Reezek me había presentado como Guty, algo que sin duda alguna no me agradó en absoluto.
- Eh, espero no me llamo Guty me llamo... - Iba a decir mi nombre pero de repente una súbita tormenta de nieve me interrumpió.
Cerré los ojos ante el repentino viento y la nieve que se había levantado, lo único que podía sentir era un viento frío y... que la persona sobre la que me encontraba había desaparecido de repente, dejándome suspendido en el vacío a punto de caer. A partir de ahí todo ocurrió muy rápido, por lo poco que pude ver una especie de conejos del tamaño de osos nos estaban atacando, Reezek había acabado con uno de ellos antes siquiera de que hubiera llegado a identificar la amenaza, otro atacaba a Yato y lo peor de todo, otro se dirigía hacia mí en ese momento en el que me encontraba indefenso en medio de aire. Estaba preparado para lo peor, pero algo sucedió, de la nada apareció una mujer humana, la cual me agarró al vuelo a acabó con la vida de aquel extraño conejo con esteroides. Por otra parte pude ver como Yato se había librado de el conejo que le estaba atacando, era rápido, mucho mas de lo que hubiera imaginado, y su manejo de sus dagas era impecable, quizás no fuera una persona tan simple como parecía a primera vista. De un salto me separé de aquella mujer y me bajé al suelo.
-Já, no creas que tengo que agradecerte por eso humana con ropas poco adecuadas para este clima, lo tenía todo bajo control, TOD...- Dije a aquella humana sacando a relucir lo que era obvio de manera muy directa, no me gustaba admitir que estaba indefenso, pero antes de que acabara la frase noté como algo me empujaba para arriba y todo se volvía oscuro y húmedo.
Antes de que me diera cuenta un conejo había salido desde debajo de la nieve y me había metido dentro de su boca, como un tiburón se traga a una sardina. Por fortuna mis reflejos me ayudaron a no ser tragado por aquel animal, agarrándome con todas mis fuerzas a sus dientes para no ser tragado. Mi nivel de cabreo iba en aumento y la peste de su aliento no ayudaba, hasta que al final alcanzó un punto crítico, aquel conejo estaba muerto y había intentado tragarse al enano equivocado.
-FUCK, ¿¡Quien cojones te crees que eres para intentar tragarme!?- grité mientras con una mano sujetaba su paladar para evitar que la su boca me aplastara u con la otra cogía mi pistola, la cual era casi tan grande como yo.
Acto seguido disparé tras balas, una hacia abajo otra hacia su cuello y otra hacia el cerebro. Aquel animal calló abatido y pude salir por su boca, pude ver que le había perforado todo el pecho, el cuello y su cráneo estaba reventado. Ahora caminaba hacia aquellos humanos con la pistola en la mano, una cara de cabreo impresionante (el cual sólo se me podía pasar desahogándome a balazos, o con comida) y cubierto de sangre y trocitos de carne de conejo muerto.
- Ah, y mi nombre es Guny, G U N Y. Como vuelvas a decir mal mi nombre otra vez te lo grabo a balazos en el escroto para que no se te olvide ¿Estamos? - Dije a Reezek, bastante enfadado.
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