Natalia
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La isla de los barcos hundidos y vaya uno a saber cuantas cosas ridículas mas le ponían de titulo a aquella isla perdida del West Blue. Según tenia entendido la fémina todos los barcos estrellados o restos de basura arrojados al mar iban a parar a aquel sitio conformando actualmente una isla habitable para ciertas personas que vivían de la pesca y el comercio... Detalles y mas detalles que a la mujer realmente no le interesaban para nada. En lo que a ella le valía en esa isla había una persona y en cuanto la encontraran tendrían que retirarle toda la información necesaria para dar con la ubicación de su principal enemigo o, mas bien, el objetivo final que daba a la creación de la división -Muy bien, prepárense para anclar el barco- La pequeña tripulación que los había ayudado a salir de la isla de la justicia y cruzar la Red Line ya debía de estar agotada de las constantes exigencias de Natalia pero su mirada y tono firme de voz así como el hecho de estar siempre armada hacían que cualquier presentes en sus cabales hiciera lo que ella digiera al pie de la letra y mas teniendo en cuenta que el hombre que la acompañaba parecía ser al menos tres veces mas tenebroso que ella.
-Conste que estoy tentada a meter el barco de lleno en una isla compuesta de barcos hundidos, pero...- La mujer soltaría un suspiro mientras hablaba esperando que, como las ultimas veces, el asesino de arena se encontrara a su lado -¿Podes creer que el Gobierno no me deja hacerlo? Estúpidos viejos arrugados- El tono de broma y enojo era notable en la pelimorada que no podía hacer mas que anclar el muelle y seguir los métodos básicos de investigación. Anclar el barco con delicadeza en el muelle e infiltrarse rápida y silenciosamente entre los presentes de la isla hasta conseguir el favor de algunos y la información de los pocos conocedores de los hechos -Supongo que ya lo sabrás, tenemos que infiltrarnos entre los habitantes y conseguir información sobre este tipo- De su bolsillo sacaría la imagen de un tipo alto y lleno de cicatrices, una imagen algo arrugada y poco cuidada realmente tras eso se la dejaría en caso de que la tomara y continuaría hablando -Tengo memoria fotográfica, no tengo problemas en que te la quedes- Tras eso tomaría su arma y se pondría cerca de la escalera en lo que terminaban de anclar el enorme barco en aquel sitio de la isla.
-La idea del Gobierno es que nos infiltremos y perdamos de dos a tres meses de nuestra vida recaudando información que podría sernos útil... Realmente solo creo que nos quieren correr del camino por lo que vamos a entrar a buscar información simplemente- Una sonrisa se dibujaría en su rostro mientras bajaba por las escaleras de mano y saltaba a ultima instancia al muelle esperando que aquel sujeto la siguiera -Asique las ordenes son las siguientes. Vamos a encontrar a esa persona y sacarle la información que necesitamos de la manera que sea necesaria, ¿Alguna objeción?- Realmente era un pésimo plan pero a ojos de ella y seguramente de cualquiera era mejor que dejar tres meses a la deriva en un sitio que podía o no darles lo que necesitaban para seguir su búsqueda.
-Conste que estoy tentada a meter el barco de lleno en una isla compuesta de barcos hundidos, pero...- La mujer soltaría un suspiro mientras hablaba esperando que, como las ultimas veces, el asesino de arena se encontrara a su lado -¿Podes creer que el Gobierno no me deja hacerlo? Estúpidos viejos arrugados- El tono de broma y enojo era notable en la pelimorada que no podía hacer mas que anclar el muelle y seguir los métodos básicos de investigación. Anclar el barco con delicadeza en el muelle e infiltrarse rápida y silenciosamente entre los presentes de la isla hasta conseguir el favor de algunos y la información de los pocos conocedores de los hechos -Supongo que ya lo sabrás, tenemos que infiltrarnos entre los habitantes y conseguir información sobre este tipo- De su bolsillo sacaría la imagen de un tipo alto y lleno de cicatrices, una imagen algo arrugada y poco cuidada realmente tras eso se la dejaría en caso de que la tomara y continuaría hablando -Tengo memoria fotográfica, no tengo problemas en que te la quedes- Tras eso tomaría su arma y se pondría cerca de la escalera en lo que terminaban de anclar el enorme barco en aquel sitio de la isla.
-La idea del Gobierno es que nos infiltremos y perdamos de dos a tres meses de nuestra vida recaudando información que podría sernos útil... Realmente solo creo que nos quieren correr del camino por lo que vamos a entrar a buscar información simplemente- Una sonrisa se dibujaría en su rostro mientras bajaba por las escaleras de mano y saltaba a ultima instancia al muelle esperando que aquel sujeto la siguiera -Asique las ordenes son las siguientes. Vamos a encontrar a esa persona y sacarle la información que necesitamos de la manera que sea necesaria, ¿Alguna objeción?- Realmente era un pésimo plan pero a ojos de ella y seguramente de cualquiera era mejor que dejar tres meses a la deriva en un sitio que podía o no darles lo que necesitaban para seguir su búsqueda.
Kyoji Kagami
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Finalmente llegábamos al West Blue, después de aquella larga travesía, durante la cual todos los marineros no perdieron ojo al buen físico de mi compañera, y a todos los efectos, mi jefa. Ciertamente era una mujer bella, y como añadido era mi jefa, algo que debería atraerme más todavía, y seguramente en cualquier otra ocasión apenas podría articular dos palabras con ella sin echarme a temblar, pero con aquella joven en particular era diferente, y aún seguía sin saber por qué.
La isla de los barcos hundidos, un cementerio de barcos, formado por años de colisiones de estos contra otros. Una auténtica teoría planetesimal a pequeña escala, realmente fascinante. Nuestro barco se acercaba cada vez más, y los hombres daban su último aliento, pues desde que partimos no dejaron de trabajar por llegar a tiempo a la isla. Uno de ellos, que estaba cansado, decidió amotinarse. Al menos había esperado a llegar, qué considerado. Se lanzó a cortar en pedazos con su sable a la joven al cargo, Natalia, pero no llegaría muy lejos. Una cuchilla de arena salida desde el suelo cercenó su brazo, que cayó al suelo aún con la espada sujeta entre sus dedos. Aquella misma arena envolvió el cuello de aquel marine sublevado, y mediante mi propio control, elevó por los aires su cuerpo, mientras comenzaba a asfixiarlo lentamente. Todos en aquel barco me miraban, aunque yo me dedicaba a estar sentado con las piernas y los brazos cruzados, la espalda apoyada sobre una madera, y mi lanza cruzada a mi espalda. Aquel sería el primero y el último que desobedeciera nuestras órdenes, sin duda, más cuando, tras levantarme, me acerqué al cuerpo de aquel hombre y coloqué mi mano sobre su pecho, deshidratándolo lentamente, hasta que no quedó más que un saco de huesos, que a la larga, también se convirtieron en poco más que arena. –No tolero la insubordinación. –Dije seriamente mirando al resto, que tras tragar saliva, comenzaron a preparar todo para fondear cerca del muelle.
Me acerqué entonces a Natalia, y la oí comentar como no le habían permitido arrollar la isla. -*Qué raro…* -Pensé para mí mismo mirando a la pelimorada, que sacó una foto del objetivo, al tiempo que explicaba mínimamente los detalles de la misión. Me la ofreció, alegando tener memoria fotográfica. –Vaya, qué lista. –Dije con tono sarcástico. –Yo tengo memoria eidética. –Reproché, rechazando la fotografía de alguien a quien ya había memorizado por completo, ya que no solo las imágenes se grababan en mi cerebro, sino cualquier idea o concepto.
La misión era bastante arquetípica, obtener información, por suerte, yo era uno de los mejores interrogando, podía ser muy “persuasivo” si me lo proponía, además, mis ojos verían la verdad, o la mentira, en las palabras de casi cualquiera. Según me dijo, estimaban que la misión llevaría unos tres meses para concluirse, pero no estaba dispuesto a pasar tanto tiempo persiguiendo un fantasma, así que, al igual que ella, me decidí a terminar con aquello lo más rápido posible. –Coincido, no creo que nos lleve siquiera un día… Lo lamento por los marineros, apenas tendrán tiempo de descansar antes de salir de nuevo hacia Ennies. –Mientras decía esto di un salto al muelle, cayendo cerca de dónde ella lo hizo. –Creo que será mejor que nos dividamos, nos encontraremos aquí en una hora, trae información, o alguien de quien podamos obtenerla. No me gusta estar en una isla de esta índole, no es estable, y seguro que una usuaria como tú comparte mi punto de vista… -Dije entre risas mientras me iba alejando hacia la derecha. –En fin, te veo luego, “Jefa”. –Dije finalmente, remarcando aquella palabra como siempre, pues me hacía mucha gracia la idea de responder ante alguien.
La isla de los barcos hundidos, un cementerio de barcos, formado por años de colisiones de estos contra otros. Una auténtica teoría planetesimal a pequeña escala, realmente fascinante. Nuestro barco se acercaba cada vez más, y los hombres daban su último aliento, pues desde que partimos no dejaron de trabajar por llegar a tiempo a la isla. Uno de ellos, que estaba cansado, decidió amotinarse. Al menos había esperado a llegar, qué considerado. Se lanzó a cortar en pedazos con su sable a la joven al cargo, Natalia, pero no llegaría muy lejos. Una cuchilla de arena salida desde el suelo cercenó su brazo, que cayó al suelo aún con la espada sujeta entre sus dedos. Aquella misma arena envolvió el cuello de aquel marine sublevado, y mediante mi propio control, elevó por los aires su cuerpo, mientras comenzaba a asfixiarlo lentamente. Todos en aquel barco me miraban, aunque yo me dedicaba a estar sentado con las piernas y los brazos cruzados, la espalda apoyada sobre una madera, y mi lanza cruzada a mi espalda. Aquel sería el primero y el último que desobedeciera nuestras órdenes, sin duda, más cuando, tras levantarme, me acerqué al cuerpo de aquel hombre y coloqué mi mano sobre su pecho, deshidratándolo lentamente, hasta que no quedó más que un saco de huesos, que a la larga, también se convirtieron en poco más que arena. –No tolero la insubordinación. –Dije seriamente mirando al resto, que tras tragar saliva, comenzaron a preparar todo para fondear cerca del muelle.
Me acerqué entonces a Natalia, y la oí comentar como no le habían permitido arrollar la isla. -*Qué raro…* -Pensé para mí mismo mirando a la pelimorada, que sacó una foto del objetivo, al tiempo que explicaba mínimamente los detalles de la misión. Me la ofreció, alegando tener memoria fotográfica. –Vaya, qué lista. –Dije con tono sarcástico. –Yo tengo memoria eidética. –Reproché, rechazando la fotografía de alguien a quien ya había memorizado por completo, ya que no solo las imágenes se grababan en mi cerebro, sino cualquier idea o concepto.
La misión era bastante arquetípica, obtener información, por suerte, yo era uno de los mejores interrogando, podía ser muy “persuasivo” si me lo proponía, además, mis ojos verían la verdad, o la mentira, en las palabras de casi cualquiera. Según me dijo, estimaban que la misión llevaría unos tres meses para concluirse, pero no estaba dispuesto a pasar tanto tiempo persiguiendo un fantasma, así que, al igual que ella, me decidí a terminar con aquello lo más rápido posible. –Coincido, no creo que nos lleve siquiera un día… Lo lamento por los marineros, apenas tendrán tiempo de descansar antes de salir de nuevo hacia Ennies. –Mientras decía esto di un salto al muelle, cayendo cerca de dónde ella lo hizo. –Creo que será mejor que nos dividamos, nos encontraremos aquí en una hora, trae información, o alguien de quien podamos obtenerla. No me gusta estar en una isla de esta índole, no es estable, y seguro que una usuaria como tú comparte mi punto de vista… -Dije entre risas mientras me iba alejando hacia la derecha. –En fin, te veo luego, “Jefa”. –Dije finalmente, remarcando aquella palabra como siempre, pues me hacía mucha gracia la idea de responder ante alguien.
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