Kasan
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Akuma no mi
Varios
Otra misión triste y cutre mas para sumar a la lista de misiones que me mandan últimamente los superiores del Gobierno, ahora se les había ocurrido la genial idea de mandarme a una isla repleta de animales extrañisimos de cojones para hacer un recuento de ellos, vamos, lo que viene siendo que quieren un catálogo de estos bichos que habitan la isla, menudo coñazo de misión me había tocado pero no podía hacer nada mas que resignarme, ir a la isla y hacer el dichoso catálogo pues por lo visto los científicos del Gobierno querían saber a que se debían estas extrañas mutaciones y si podrían aplicarlas a los humanos.
Cogí mis pertenencias y zarpé rumbo a la Isla de los Animales Extraños, ahora que lo pienso, el nombre en sí ya define lo que hay en la isla, el que le puso el nombre tuvo que quedarse sin ideas en ese momento pero bueno, divagar ahora sobre el nombre de la isla no me apetecía demasiado, gracias a mi poder sobre el clima apenas tardé en llegar a la isla, teniendo en cuenta que un viaje normal tardaría 3 meses partiendo desde Ennies Lobby hasta la Isla de los Animales Extraños y gracias a mi poder este tiempo lo había reducido hasta solo 2 semanas.
El viaje se me hizo realmente corto y no solo porque el bote fuese dando saltos por encima del agua si no porque pasaba muy cerca de otras islas y tan pronto como me acercaba a ellas volvía a alejarme, realmente eso me hizo bastante gracia pues pensaba que a aquella velocidad podría darle la vuelta al mundo con relativa facilidad y ver Raftel de una buena vez y saber si es verdad las leyendas que existen sobre ella.
Tras el corto viaje por fin al catorceavo día pude ver la Isla de los Animales Raros asomar por el horizonte junto con los primeros rayos del sol, a lo lejos apenas podía ver algo mas que una enorme playa y una gigantesca arboreda repleta de todo tipo de arboles, unos mas altos y otros mas bajos, unos mas tropicales y otros mas comunes pero aún así era un espectáculo digno de ver, sobre todo cuando el sol se posó justo encima de la isla y esta parecía deslumbrar levemente.
Cogí mis pertenencias y zarpé rumbo a la Isla de los Animales Extraños, ahora que lo pienso, el nombre en sí ya define lo que hay en la isla, el que le puso el nombre tuvo que quedarse sin ideas en ese momento pero bueno, divagar ahora sobre el nombre de la isla no me apetecía demasiado, gracias a mi poder sobre el clima apenas tardé en llegar a la isla, teniendo en cuenta que un viaje normal tardaría 3 meses partiendo desde Ennies Lobby hasta la Isla de los Animales Extraños y gracias a mi poder este tiempo lo había reducido hasta solo 2 semanas.
El viaje se me hizo realmente corto y no solo porque el bote fuese dando saltos por encima del agua si no porque pasaba muy cerca de otras islas y tan pronto como me acercaba a ellas volvía a alejarme, realmente eso me hizo bastante gracia pues pensaba que a aquella velocidad podría darle la vuelta al mundo con relativa facilidad y ver Raftel de una buena vez y saber si es verdad las leyendas que existen sobre ella.
Tras el corto viaje por fin al catorceavo día pude ver la Isla de los Animales Raros asomar por el horizonte junto con los primeros rayos del sol, a lo lejos apenas podía ver algo mas que una enorme playa y una gigantesca arboreda repleta de todo tipo de arboles, unos mas altos y otros mas bajos, unos mas tropicales y otros mas comunes pero aún así era un espectáculo digno de ver, sobre todo cuando el sol se posó justo encima de la isla y esta parecía deslumbrar levemente.
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