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Akuma no mi
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Hacía unos días, mientras estaba en un bar, en una isla del North Blue, un tipo vestido de negro, con capucha que no dejaba ver su rostro, pasó por mi lado, dejándome una carta encima de la mesa. Fue algo extraño y que no entendía.. Decidí leer la carta una vez que se me pasase la borrachera, así que cuando la leí al día siguiente, ponía algo extraño.
Ahora, por esa nota, me encontraba en un bote de camino a aquella isla. Era un bonito día, de sol radiante y sin nubes y, el mar, tenía un azul cristalino aquel día. En el bote, tenía mi guitarra acústica y mi espada grande, tal vez fuese solo, pero desde luego que no iba a ir desarmado, también tenía un barril lleno de cerveza y unas botellas de sake. Portaba un sombrero de baquero que no dejaba ver mis ojos reptilianos, solo mis grandes dientes y mi larga boca, una gabardina de color marrón al igual que el sombrero y, una armadura debajo de esta. Al fin llegué al norte de la isla, era una playa solitaria, de arena fina y casi blanca. Alrededor, había un denso bosque que daba a una montaña, no podía ver a nadie, así que no podía fiarme de si sería una emboscada o que..
Llegué a la playa y bajé del bote, pero no sin amarrarlo con una estaca en el suelo, para que no se me fuera. Bajé el arma, el alcohol y la guitarra y me puse a investigar , pero no parecía haber nada.. Tenía la espada a mi espalda y, la guitarra, colgando con una cuerda al hombro izquierdo, que pasaba hacia el lado derecho. No parecía que hubiese alguien esperando, sólo los animales salvajes que se escondían en el bosque, mirándome con ojos afilados. Me senté en una roca que había por allí y saqué la guitarra para poner a tocarla un poco, mientras esperaba a aquel desconocido.
- carta:
- Reúnete dentro de tres días en Isla Galuna, en la playa de la zona Norte. Ven solo, Crock. Atte: Un desconocido
Ahora, por esa nota, me encontraba en un bote de camino a aquella isla. Era un bonito día, de sol radiante y sin nubes y, el mar, tenía un azul cristalino aquel día. En el bote, tenía mi guitarra acústica y mi espada grande, tal vez fuese solo, pero desde luego que no iba a ir desarmado, también tenía un barril lleno de cerveza y unas botellas de sake. Portaba un sombrero de baquero que no dejaba ver mis ojos reptilianos, solo mis grandes dientes y mi larga boca, una gabardina de color marrón al igual que el sombrero y, una armadura debajo de esta. Al fin llegué al norte de la isla, era una playa solitaria, de arena fina y casi blanca. Alrededor, había un denso bosque que daba a una montaña, no podía ver a nadie, así que no podía fiarme de si sería una emboscada o que..
Llegué a la playa y bajé del bote, pero no sin amarrarlo con una estaca en el suelo, para que no se me fuera. Bajé el arma, el alcohol y la guitarra y me puse a investigar , pero no parecía haber nada.. Tenía la espada a mi espalda y, la guitarra, colgando con una cuerda al hombro izquierdo, que pasaba hacia el lado derecho. No parecía que hubiese alguien esperando, sólo los animales salvajes que se escondían en el bosque, mirándome con ojos afilados. Me senté en una roca que había por allí y saqué la guitarra para poner a tocarla un poco, mientras esperaba a aquel desconocido.
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El moreno se hallaba en una cueva oscura, esta era enorme y llena de piedras afiladas y murciélagos. El joven caminaba por el interior, su pelo era largo y negro como el carbón, pinchudo y alborotado. Sus ojos eran rojos como la sangre, tenía una altura considerable y se notaba que era algo musculoso, portaba consigo una camiseta de color negro, de manga larga y un pantalón del mismo tono. En sus pies llevaba sus sandalias de madera, por encima de la ropa disponía de una armadura roja de placas, dos hombreras de acero, una base central para el pecho y la zona abdominal y varias partes para brazos y cintura. Estaba bastante protegido con ella, en sus manos se podían ver dos guantes de color negro, no portaba ninguna arma o al menos no a simple vista. Su mirada era bastante seria y no parecía estar de broma, sus pasos le condujeron hacia el exterior de la cueva, dónde el Sol iluminó su rostro. Llevó su mano derecha a la cara para taparse de este, después suspiró mirando a su alrededor y al ver que no había nadie comenzó a caminar hacia la playa a paso tranquilo.
Días antes, el mercenario había repartido una serie de cartas a unas personas que había seleccionado personalmente. Tan solo unos pocos privilegiados que iban a tener el honor de ser invitados a la organización que estaba a punto de formarse. Muchos tal vez les iban a considerar criminales o un peligro, pero otros una salvación para el maldito planeta y su corrupción. Solo faltaba que los seleccionados estuvieran de acuerdo en aceptar la oferta del usuario del Perfec Kombat. No tardó mucho en llegar a la playa, dónde iba a esperarles, sus pisadas dejaban profundas huellas en la arena. Se encontraba en Galuna, una isla de Norte que había seleccionado especialmente para el primer encuentro, tenía todo bajo control, era un perfecto estratega. Unas gaviotas pasaron sobre su cabeza a una altura de unos nueve metros, la situación estaba marchando perfectamente por el momento, solo faltaba ver como se desarrollaban los acontecimientos. De repente una extraña melodía llegó a los oídos del tipo de la armadura, eso le hizo alzar una ceja, había previsto que no hubiera nadie en la isla que estorbara, finalmente llegó a una parte dónde pudo ver al causante. Una especie de cocodrilo con sombrero y una guitarra, se aproximó despacio mientras lo miraba de forma tranquila.
- Crok O Dile, parece ser que has sido el primero en llegar a la isla. Toma asiento si lo deseas.
Dijo simplemente en un tono muy calmado, como si conociese a aquel ser de toda la vida. A continuación saltó hacia atrás con agilidad, subiéndose a una roca bastante alta y sentándose en ella para tener una buena vista y observar a los que se iban a reunir. Sus rojizos ojos estaban fijos en el cocodrilo, aún no iba a decir nada, no hasta que el resto se reuniera allí también. Miró al cielo durante unos segundos, observando como el Sol iba siendo tapado por unos nubarrones negros, cosa que le agradó en parte, después volvió a mirar a su invitado mientras se cruzaba de brazos.
El resto no tardara mucho en venir, pronto estaremos todos y podrá dar comienzo el proyecto Kyofu No Yohei.
Etsu
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A los oídos del CP había llegado el rumor de que algo grande se estaba forjando entre los ciudadanos, por ello me vi obligado a asumir una identidad secreta e infiltrarme entre la multitud.
Para ello opté por llamarme Ren Tsubasa, recogí mi blanca cabellera en una coleta, pensé en trenzarme el pelo, pero finalmente lo decanté. También escogí unas gafas con cristales sin graduar y me puse un yukata a la vez que me calzaba unas zori. No podía separarme de mi katana, por lo que también la llevé conmigo.
Llevaba unos días en mi nueva asignación cuando de repente una carta calló en mi poder. En ella se referían a mi como Ren Yukata y me daban la dirección de unas isla.
Tres días después me encontraba a escasos metros de la costa de isla Galuna, por última vez podría ser yo, yaa que a partir de aquel momento no sería otra cosa que un ciudadano, para ello ya me deshice de cualquiera de mis pertenencias como miembro del CP, que quedaron protegidas bajo llave.
El bote se mecía suavemente de lado a lado cuando de repente sentí el pequeño impacto contra la orilla, salté del bote y lo arrastré fuera del agua, no quería que se lo llevase una ola.
Me encontraba en isla Galuna, miré en rededor y vi dos personas, bueno una y otra encapuchada, así que me acerqué a ellos andando lentamente, sin preocupación. Mientras me dirigía hacia ellos metí la mano en mi yukata y saqué la carta que había recibido.
-Hola, ¿alguno de vosotros me ha mandado ésto? -dije mientras enseñaba la carta sin dirigirme a ninguno en particular.
Uno de los tipos, el que iba encapuchado parecía más grande y a pesar de la sombra que le proporcionaba aquel atuendo conseguí distinguir unos dientes enormes. En cambio el otro era humano, tenía unos ojos rojizos y el cabello. Esperé allí, de pie, a que alguno de los dos me respondiese.
Para ello opté por llamarme Ren Tsubasa, recogí mi blanca cabellera en una coleta, pensé en trenzarme el pelo, pero finalmente lo decanté. También escogí unas gafas con cristales sin graduar y me puse un yukata a la vez que me calzaba unas zori. No podía separarme de mi katana, por lo que también la llevé conmigo.
Llevaba unos días en mi nueva asignación cuando de repente una carta calló en mi poder. En ella se referían a mi como Ren Yukata y me daban la dirección de unas isla.
Tres días después me encontraba a escasos metros de la costa de isla Galuna, por última vez podría ser yo, yaa que a partir de aquel momento no sería otra cosa que un ciudadano, para ello ya me deshice de cualquiera de mis pertenencias como miembro del CP, que quedaron protegidas bajo llave.
El bote se mecía suavemente de lado a lado cuando de repente sentí el pequeño impacto contra la orilla, salté del bote y lo arrastré fuera del agua, no quería que se lo llevase una ola.
Me encontraba en isla Galuna, miré en rededor y vi dos personas, bueno una y otra encapuchada, así que me acerqué a ellos andando lentamente, sin preocupación. Mientras me dirigía hacia ellos metí la mano en mi yukata y saqué la carta que había recibido.
-Hola, ¿alguno de vosotros me ha mandado ésto? -dije mientras enseñaba la carta sin dirigirme a ninguno en particular.
Uno de los tipos, el que iba encapuchado parecía más grande y a pesar de la sombra que le proporcionaba aquel atuendo conseguí distinguir unos dientes enormes. En cambio el otro era humano, tenía unos ojos rojizos y el cabello. Esperé allí, de pie, a que alguno de los dos me respondiese.
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Era de noche, el agente del cypher pol se encontraba sentado en un bar bebiendo sake, junto a él su enorme espada, teniendo en cuenta el aspecto del hombre, nadie se creía que aquella espada le pertenecía, y mucho menos que era capaz de manejarla, la verdad es que al peliblanco le molestaba en exceso esas afirmaciones, odiaba que la gente lo tomara como un pobre enfermo que caería muerto con un simple resfriado, la verdad era todo lo contrario. Pero él escogió mantener un aspecto débil y enfermizo para sorprender a sus contrincantes, nadie diría que él pudiera combatir y mucho menos con aquella espada que tiene un tamaño absurdamente grande. Es en aquél bar en el que un extraño hombre, ataviado con una capa que le impedía identificarlo, cosa que tampoco le interesaba demasiado al albino, le deja una carta delante para luego desaparecer antes siquiera de que el hombre pudiera comunicarse con él. |~Vaya, parece un maldito fantasma...~| Pensó el hombre de la espada mientras bebía más sake. |~Mejor leo esto en privado, a saber quien andará espiándome...~| Pensaba el hombre mientras guardaba la carta en su haori. La noche pasó entre copa y copa, el albino se habría bebido unos cinco barriles de sake él solo. Se levantó y se marchó como una sombra en la madrugada, no sabía que hora era, solo sabía que debía buscar un lugar en el que dejarse caer para poder dormir hasta que amaneciera o que su sueño se desvaneciera. Así es como llegó a una zona llena de árboles, donde se tumbó bajo el más frondoso de ellos y se echó a dormir.
Oscuridad, silencio, calma...Todo se desvaneció al mismo tiempo, cuando con el primer rayo del alba los pájaros empezaron a cantar mientras el sol extinguía la oscuridad de la noche. El albino se levantó con gracia y sutileza, por suerte nadie le había visto, colocó la espada en su espalda y bostezó al menos durante quince segundos, había pasado la noche a la intemperie, no quería perder el tiempo en entrar en un local a que lo molestaran con precios, horarios y demás datos innecesarios para él. Tras frotarse los ojos comprobó que tenía todas sus pertenencias consigo, y al comprobar que así era empezó a caminar mientras abría la carta, ya era hora de ver lo que decía la susodicha, y que interés tenía el emisario en el agente del gobierno.
Aquellas palabras despertaron la intriga del joven destructor, así que decidió ponerse en camino, la verdad no se encontraba demasiado lejos de allí y no le costaría llegar, solo necesitaba encontrar un barco que se dirigiera a una zona cercana. Para ello se personó en el puerto y se puso a escuchar todas y cada una de las conversaciones de los marineros, comerciantes y viajeros que habían allí, ninguno mencionaba dicha isla ni tampoco el North Blue, la verdad el cp empezaba a desesperarse cuando una voz firme y gruesa dijo que no le agradaba tener que pasar cerca de Galuna, que los rumores acerca de aquella isla atemorizaban a su tripulación. |~Bingo.~| Pensó el albino mientras se colaba en el barco que el hombre señalaba a la otra persona, al parecer la seguridad de aquella embarcación era horrible. Así pues Shiroi logra subirse al barco y esconderse en una zona oculta en cubierta. Poco tardó en ponerse en marcha el barco, el rumbo lo desconocía, pero estaría atento para descubrir cuando debería saltar para llegar a Galuna. Tres días más tarde el barco pasa cerca de la isla y el albino se lanza al mar, y empieza a nadar en dirección a la isla donde le habían citado con la carta. El hombre sale del agua mojado, pero sin importarle eso. su larga cabellera blanca gotea agua, su haori y hakama empapados, así como sus calcetines y sus geta, pero eso se secará con el tiempo. Sin emitir palabra alguna se apoya en un árbol mientras observa el panorama, tres hombres a parte de Shibou en la playa en completo silencio, bueno, uno parece no ser un hombre dada su enorme boca y los colmillos que sobresalen de ella.
Oscuridad, silencio, calma...Todo se desvaneció al mismo tiempo, cuando con el primer rayo del alba los pájaros empezaron a cantar mientras el sol extinguía la oscuridad de la noche. El albino se levantó con gracia y sutileza, por suerte nadie le había visto, colocó la espada en su espalda y bostezó al menos durante quince segundos, había pasado la noche a la intemperie, no quería perder el tiempo en entrar en un local a que lo molestaran con precios, horarios y demás datos innecesarios para él. Tras frotarse los ojos comprobó que tenía todas sus pertenencias consigo, y al comprobar que así era empezó a caminar mientras abría la carta, ya era hora de ver lo que decía la susodicha, y que interés tenía el emisario en el agente del gobierno.
- Carta:
- Desconocido escribió:En tres días se requiere de tu presencia en la isla Galuna, situada en el North Blue, espero que no faltes.Atte: Nobody
Aquellas palabras despertaron la intriga del joven destructor, así que decidió ponerse en camino, la verdad no se encontraba demasiado lejos de allí y no le costaría llegar, solo necesitaba encontrar un barco que se dirigiera a una zona cercana. Para ello se personó en el puerto y se puso a escuchar todas y cada una de las conversaciones de los marineros, comerciantes y viajeros que habían allí, ninguno mencionaba dicha isla ni tampoco el North Blue, la verdad el cp empezaba a desesperarse cuando una voz firme y gruesa dijo que no le agradaba tener que pasar cerca de Galuna, que los rumores acerca de aquella isla atemorizaban a su tripulación. |~Bingo.~| Pensó el albino mientras se colaba en el barco que el hombre señalaba a la otra persona, al parecer la seguridad de aquella embarcación era horrible. Así pues Shiroi logra subirse al barco y esconderse en una zona oculta en cubierta. Poco tardó en ponerse en marcha el barco, el rumbo lo desconocía, pero estaría atento para descubrir cuando debería saltar para llegar a Galuna. Tres días más tarde el barco pasa cerca de la isla y el albino se lanza al mar, y empieza a nadar en dirección a la isla donde le habían citado con la carta. El hombre sale del agua mojado, pero sin importarle eso. su larga cabellera blanca gotea agua, su haori y hakama empapados, así como sus calcetines y sus geta, pero eso se secará con el tiempo. Sin emitir palabra alguna se apoya en un árbol mientras observa el panorama, tres hombres a parte de Shibou en la playa en completo silencio, bueno, uno parece no ser un hombre dada su enorme boca y los colmillos que sobresalen de ella.
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El sol aparecía desde el horizonte, alumbrando todo y dándole vida al cielo, los colores del cielo azul y despejado empezaban a aparecer, los rayos del sol iluminaron con fuerza un gran roble, en la base de este se deja ver los rubios cabellos de una persona…o más bien de algo que no era humano, su cuerpo estaba tonificado muy bien, y en la base de su cuello se dejaban ver sus branquias, bajo su ojo izquierdo se dejaba ver una pequeña cicatriz, este sujeto al sentir los rayos del sol lentamente abre sus ojos, sus azules ojos son su signo que lo identifica al ciento por ciento. Era Sawaki, un Gyojin que estaba en una isla del Norht Blue, específicamente en Galuna.
El rubio se encontraba en esa isla por mera curiosidad ya que hace un par de días mientras este estaba en una taberna, un extraño le entregó una carta que lo citaba a esta isla, y el muy idiota, apresurado, curioso de Sawaki había llegado con mucho tiempo de anticipación al encuentro. Bien es hora de partir, al fin llegó el día, definitivamente me apresure mucho en llegar…menudo aburrimiento tuve en esta isla, espero que tanta espera haya servido para tanto. pensaba mientras se levantaba y estiraba, sin más empezó a caminar rumbo a la playa donde sería el futuro encuentro con los demás o bien con el sujeto extraño que le dio aquella carta. Lo bueno era que su sentido de ubicación era envidiable por todos, usando aquello fue que tomaría un pequeño gran atajo para llegar a la playa, cruzando de forma diagonal el bosque en donde estaba ya que en línea recta por lo que recordaba el camino era mucho más difícil y solo sería una pérdida de tiempo, y la idea era llegar de forma rápida, no quería perder más tiempo.
Luego de unos veinte minutos atravesando el denso bosque de la isla fue que llegó al final al lugar donde sería la reunión, su sorpresa fue grande al ver que ya habían muchas personas, cuatro sin contarlo, pero el que le llamó más la atención fue aquel sujeto muy grande y que tenía una boca muy grande y unos colmillos demasiado grandes, definitivamente esa cosa no era un humano…suspiro de forma tranquila mientras apoyaba su espalda bajo la sombra de un árbol, guardo silencio mientras miraba de reojo a todos y también a posibles rutas de escape de ser necesario. Era hora de la reunión.
El rubio se encontraba en esa isla por mera curiosidad ya que hace un par de días mientras este estaba en una taberna, un extraño le entregó una carta que lo citaba a esta isla, y el muy idiota, apresurado, curioso de Sawaki había llegado con mucho tiempo de anticipación al encuentro. Bien es hora de partir, al fin llegó el día, definitivamente me apresure mucho en llegar…menudo aburrimiento tuve en esta isla, espero que tanta espera haya servido para tanto. pensaba mientras se levantaba y estiraba, sin más empezó a caminar rumbo a la playa donde sería el futuro encuentro con los demás o bien con el sujeto extraño que le dio aquella carta. Lo bueno era que su sentido de ubicación era envidiable por todos, usando aquello fue que tomaría un pequeño gran atajo para llegar a la playa, cruzando de forma diagonal el bosque en donde estaba ya que en línea recta por lo que recordaba el camino era mucho más difícil y solo sería una pérdida de tiempo, y la idea era llegar de forma rápida, no quería perder más tiempo.
Luego de unos veinte minutos atravesando el denso bosque de la isla fue que llegó al final al lugar donde sería la reunión, su sorpresa fue grande al ver que ya habían muchas personas, cuatro sin contarlo, pero el que le llamó más la atención fue aquel sujeto muy grande y que tenía una boca muy grande y unos colmillos demasiado grandes, definitivamente esa cosa no era un humano…suspiro de forma tranquila mientras apoyaba su espalda bajo la sombra de un árbol, guardo silencio mientras miraba de reojo a todos y también a posibles rutas de escape de ser necesario. Era hora de la reunión.
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Me encontraba sentado en una mesa recóndita de una mugrienta taberna bebiendo tantas cervezas como podía, ya había llenado la mitad de la mesa con botellas vacías de cerveza mientras el resto del local discutía a gritos y algunos peleaban. La camarera me servía a mí con mucho más gusto ya que apenas le causaba problemas mientras que los demás no eran más que ratas que se creían superiores al resto de la humanidad y se dedicaban a tratar de propasarse con la camarera y a insultar al resto llamándolos de escoria y otros adjetivos denigrantes. Fue mientras me acababa una botella de alcohol que la cosa se descontroló ya que uno de los desgraciados que armaban jaleo lanzó una botella que me atravesó como si nada. Pese a que no me causó daño alguno me molestaba que me lanzasen cosas sin motivo. Dejé la botella junto a las demás a tiempo para ver como uno de los canallas sujetaba a la pobre camarera y trataba de arrancarle la ropa, ya estaba furioso pero eso agotó mi paciencia, podría ser un criminal buscado pero no me metía con gente que no me hacía nada por diversión, me dirigí a la mesa donde estaba retenida la mujer y sin mediar palabra lancé un puñetazo que impactó de lleno contra la basura que soltó a la muchacha que se fue corriendo tras agradecerme mientras que los presentes nos enfrascamos en una pelea que acabó con todos ellos inconscientes y con quemaduras en las manos y brazos al tratar de golpearme sin haki.
Cuando volví a mi mesa para seguir bebiendo me encontré con toda la mesa llena de botellas de cerveza llenas y sobre ellas dos cartas, la primera era del dueño invitándome a las consumiciones por salvar a su hija y la otra me decía que acudiera a la parte Norte de Isla Galuna, lo cual era un tanto afortunado ya que me encontraba en una isla muy cercana, pensé en marchar de inmediato pero sería descortés rechazar las cervezas así que le pedí al tabernero que me pusiese todas las botellas en una bolsa para llevarlas conmigo mientras viajaba. Una vez tenía todo listo me até la bolsa a la espalda y me subí a mi tabla empezando a volar hacia mi destino, Isla Galuna. Conforme avanzaba dejaba un rastro de fuego en el cielo por el que pasaba y ello me recordó una canción que empecé a tocar mientras viajaba.
No pasaron ni diez minutos desde que salí de la taberna y ya estaba llegando a la isla mientras la canción seguía sonando, ahora lo importante sería encontrar a quien me citó en esta isla. Desde lo alto pude ver como en una playa había una especie de reunión de 5 personas así que pensé que a lo mejor era allí donde debía ir por lo que simplemente descendí hasta saltar de la tabla, guardar la guitarra al acabar la canción y recoger la tabla nada más tocar el suelo.
Cuando volví a mi mesa para seguir bebiendo me encontré con toda la mesa llena de botellas de cerveza llenas y sobre ellas dos cartas, la primera era del dueño invitándome a las consumiciones por salvar a su hija y la otra me decía que acudiera a la parte Norte de Isla Galuna, lo cual era un tanto afortunado ya que me encontraba en una isla muy cercana, pensé en marchar de inmediato pero sería descortés rechazar las cervezas así que le pedí al tabernero que me pusiese todas las botellas en una bolsa para llevarlas conmigo mientras viajaba. Una vez tenía todo listo me até la bolsa a la espalda y me subí a mi tabla empezando a volar hacia mi destino, Isla Galuna. Conforme avanzaba dejaba un rastro de fuego en el cielo por el que pasaba y ello me recordó una canción que empecé a tocar mientras viajaba.
No pasaron ni diez minutos desde que salí de la taberna y ya estaba llegando a la isla mientras la canción seguía sonando, ahora lo importante sería encontrar a quien me citó en esta isla. Desde lo alto pude ver como en una playa había una especie de reunión de 5 personas así que pensé que a lo mejor era allí donde debía ir por lo que simplemente descendí hasta saltar de la tabla, guardar la guitarra al acabar la canción y recoger la tabla nada más tocar el suelo.
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Poco a poco fueron llegando los demás y la reunión iba a comenzar. Pregunté al que parecía ser el que nos trajo a todos aquí, mientras dejaba mi guitarra a un lado y sacaba mi cantimplora, para después de hablar ponerme a beber.
- Bueno, y ahora cuenta. ¿Por qué nos has traído aquí?
Empecé a beber mi cantimplora, mientras observaba a todos los que habían llegado. El mas interesante, era un gyojin. Lo miré de arriba a abajo, era rubio y debería tener un delicioso sabor a pescado, por lo cual mientras lo miraba, me relamía los labios. Seguía bebiendo mientras tenía preparada mi espada y, al acabarme la cantimplora agarré de nuevo la guitarra y me puse a tocar.
- Bueno, y ahora cuenta. ¿Por qué nos has traído aquí?
Empecé a beber mi cantimplora, mientras observaba a todos los que habían llegado. El mas interesante, era un gyojin. Lo miré de arriba a abajo, era rubio y debería tener un delicioso sabor a pescado, por lo cual mientras lo miraba, me relamía los labios. Seguía bebiendo mientras tenía preparada mi espada y, al acabarme la cantimplora agarré de nuevo la guitarra y me puse a tocar.
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El moreno iba observando como poco a poco los demás iban llegando, el primero fue el cocodrilo. En segundo lugar apareció un hombre de pelo blanco recogido en una cola, sabía quienes eran cada uno de ellos. Ren no tardó en preguntar quién les había llevado allí, la pregunta era obvia, el único que estaba en la posición elevada. Tras unos segundos pudo ver aparecer al otro peliblanco, el que iba a ser su segundo al mando. Eso le hizo sonreír de lado, estaba todo marchando perfecto, los qué permanecían callados sin hacer preguntas parecían ser algo misteriosos. Los minutos pasaban y de repente una presencia más se unió a la fiesta “Sawaki-kun” Pensó el chico dragón ahora mientras analizaba al Gyojin. Había oído hablar de él, de su espíritu combativo y su ferocidad a la hora de entregarse en sus metas y objetivos, un compañero que iba a ser muy interesante. No sentía ninguna discriminación hacia los Gyojines, por lo que le daba igual convivir con uno, como si reclutaba a cien. Pudo fijarse en la mirada que el guitarrista echó al rubio, el hecho de ser dos criaturas acuáticas y totalmente distintas podría crear rivalidad entre ambos, cosa que no quería el mercenario.
Cuando parecía que no iba a llegar nadie más, otro olor hizo acto de presencia, el fino oído del moreno podía escucharlo y su olfato olerlo. Estaba esperando al visitante que había llegado, no pudo evitar esbozar una sádica sonrisa, se trataba de un chico de pelo rosa, montado en una tabla, de la cual descendió. Akai Ryonosuke, tras su encuentro con Kedra, este le dejó claro que dos hombres de su tripulación irían recomendados. Uno era el peli rosa, sin embargo Madara desconocía sus habilidades, el lobo negro había sido muy listo ocultándole el poder de sus hombres. Sin duda alguna estaba poniéndose todo muy interesante. El otro hombre era un tal Sorin, un chico peliblanco bueno en el arte de la espada. Fue el lobo negro el que convenció al dragón para crear aquella organización, al parecer el cadejo tenía otros planes. Sabía que se había ido con una chica llamada Kira y dejó la piratería para acechar al mundo desde las sombras. Un tipo siniestro sin duda alguna, pero ahora el futuro debía ser aquella organización de mercenarios. De repente el cocodrilo comenzó a tocar una canción, el ritmo no era malo y esa música le gustaba al moreno, pero ahora no estaba para aquello. Después escuchó su pregunta, llegaba la hora de poner las cartas sobre la mesa, sus rojizos ojos parecieron brillar durante unos segundos, después comenzó a hablar.
- Mi nombre es Uchiha Madara. Todos los que estáis aquí es por voluntad propia. La carta os invitaba y habéis aceptado. No sé si ha sido la curiosidad lo que ha traído a la mayoría de vosotros pero os ofrezco una vida. Una vida dónde lo esencial será el dinero, el poder y las armas. Todos están cansados de este gobierno, pero nadie hace nada, la rebelión usa métodos demasiado violentos. Mi método es mejor, planeo formar una organización mercenaria conocida como Kyofu No Yohei. He seleccionado a un grupo que he creído conveniente para esto, ahí entráis vosotros. Esta es una organización mercenaria, nos dedicamos a realizar trabajos, misiones, asesinatos y todo lo que nos encarguen. Es posible que la mayoría acabemos incluso con precio por nuestras cabezas, pero sabed una cosa caballeros. Nuestra fama llegará a oídos del Gorosei, es posible que incluso nos quieran como armas de guerra. En ese momento será cuando desde dentro, finalicemos esto y hagamos nuestro propio gobierno, justo y con la verdadera justicia. Crearemos armas de destrucción masiva, las venderemos a piratas y marines, todo será un caos y la culpa será solo nuestra. Este es el objetivo de esta organización. Si alguien tiene alguna pregunta que la exponga ahora mismo, esta es mi invitación, vosotros decidís que hacéis con ella.
Tras las palabras del moreno, se sentó despacio sobre aquella roca observándolos a todos y cada uno de ellos, esperando una pregunta a la cual responder. Aquello no iba a tardar en empezar, iba a pedir una pequeña prueba, pero eso iba a venir después e iba a haber algo de acción. Ya estaba ojeando el escenario para que allí se formara un poco de destrucción, algo que a muchos podría gustarle. Solo esperaba las respuesta de los demás, no sabía aún si iban a aceptar la oferta que allí se había ofrecido.
Etsu
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Esperaba que acudiese más gente, en lo rumores que habían llegado a nuestros oídos se decía que iba a ser algo grande, pero solo eran unas cuantas personas. Claro, que por ser pocos no significaba que no iban a ser peligrosos, eso lo sabía mejor que nadie.
Poco a poco fueron llegando los que serían mis nuevos compañeros, primero otro peliblanco como yo, segundo un gyojin rubio, algo que me sorprendió un poco y finalmente un chico con el pelo rosa. No sabía si habría muchos más o no, pero el hombre de los ojos rojos empezó a hablar antes de que llegase más gente.
Finalmente terminó exponiendo su plan, mercenarios. No era algo malo, ya que los mercenarios estaban al servicio de cualquiera que pagase sus servicios, los prefería antes que a los Sichibukai, que a pesar de tener la protección del gobierno seguían dedicándose a la piratería. Pero lo que más me sorprendió fue su intención de cambiar el gobierno actual desde dentro. Claro que para eso debían contratarlos antes.
En fin mi misión era infiltrarme sin importar el motivo, pero no me gustaba hacer las cosas a ciegas, siempre era bueno pensarse las cosas y tener al menos un plan alternativo por si hacía falta. Sonreí ligeramente ya que mi objetivo no era muy distinto al que ellos tenían. Había demasiada corrupción en el mundo y se necesitaba un cambio, por lo que di un paso, adelantándome un poco a los demás.
-Bueno, el gobierno necesita un cambio, ¿por qué no hacerlo nosotros? -comenté -cuenta conmigo.
Había hablado mirando directamente a los ojos de Madara, eran rojos como la sangre y tenían un extraño efecto hipnótico, parpadeé dos o tres veces y aparté la mirada.
Poco a poco fueron llegando los que serían mis nuevos compañeros, primero otro peliblanco como yo, segundo un gyojin rubio, algo que me sorprendió un poco y finalmente un chico con el pelo rosa. No sabía si habría muchos más o no, pero el hombre de los ojos rojos empezó a hablar antes de que llegase más gente.
Finalmente terminó exponiendo su plan, mercenarios. No era algo malo, ya que los mercenarios estaban al servicio de cualquiera que pagase sus servicios, los prefería antes que a los Sichibukai, que a pesar de tener la protección del gobierno seguían dedicándose a la piratería. Pero lo que más me sorprendió fue su intención de cambiar el gobierno actual desde dentro. Claro que para eso debían contratarlos antes.
En fin mi misión era infiltrarme sin importar el motivo, pero no me gustaba hacer las cosas a ciegas, siempre era bueno pensarse las cosas y tener al menos un plan alternativo por si hacía falta. Sonreí ligeramente ya que mi objetivo no era muy distinto al que ellos tenían. Había demasiada corrupción en el mundo y se necesitaba un cambio, por lo que di un paso, adelantándome un poco a los demás.
-Bueno, el gobierno necesita un cambio, ¿por qué no hacerlo nosotros? -comenté -cuenta conmigo.
Había hablado mirando directamente a los ojos de Madara, eran rojos como la sangre y tenían un extraño efecto hipnótico, parpadeé dos o tres veces y aparté la mirada.
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Akuma no mi
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Silencio, incómodo para algunos y bendición para otros, Shiroi se encuentra en un grupo aparte disfruta igualmente del silencio como de una fiesta o conversación, pero por el momento prefiere mantenerse en silencio, no tiene mucha información acerca de los motivos de la citación en aquella isla, solo sabe que el que los convocó a todos es el hombre que se encuentra en la roca, un claro signo de superioridad, colocarse en la posición elevada. |~Bueno, esperemos a ver que sucede...~| Piensa el devastador mientras observa como se acercan otros dos sujetos, un hombre con características de pez, lo que dice que es un Gyogin y a juzgar por la aleta que tiene en la espalda debe tratarse de un gyogin tiburón. Pero eso le es indiferente al albino, no tiene discriminación con ningún ser en el mundo, los juzga a todos por igual. Cuando el joven cree que ya se han reunido todos aparece un hombre cayendo desde el cielo con una especie de tabla consigo, un chico de cabellos rosados pero que no parece tener mucho más que ver. De pronto el ser encapuchado empieza a preguntar por el que había organizado todo, una pregunta realmente innecesaria si tan solo se hubiera fijado en las posiciones que toman todos y cada uno de los presentes, no hay nadie que esté por encima de nadie, salvo el pelinegro, que no tarda en pronunciarse. Un bonito discurso de la invitación, de los objetivos y demás, un interesante discurso. Pero lo más importante es su nombre, se presenta como Uchiha Madara, al menos así sabe bajo los mandos de quien se encuentra.
Luego de decir si alguien tiene alguna pregunta y preguntar por la respuesta del personal a la invitación el moreno se sienta a esperar. El primero en abrir la boca es un joven peliblanco, con el pelo recogido en una cola de caballo que dice que el gobierno necesita un cambio, que porque no lo hacemos nosotros y que se apunta a la organización de mercenarios, que es en lo que consistiría la organización en la que seenrolaría el peliblanco. Shibou toma su enorme espada y golpea el suelo, llamando la atención de todos, no es que sea un showman ni un egocéntrico, pero para lo que va a hacer le viene bien que todos le presten atención. |~El gobierno no solo necesita un cambio, sino que necesita ser rediseñado desde cero, la corrupción se apodera de las mentes de los que deciden las normas, de los que castigan a pobres inocentes solo por no cumplir con lo que ellos ven como justo y correcto, por no ser un borrego sin opinión que va donde su amo le diga. Yo estoy harto de la podredumbre del gobierno, por ello, cuenta conmigo, mi fuerza está dirigida a cambiar el mundo, si hay que destruirlo para luego construir un mundo mejor, pues así se hará.~| Dice para luego volver a golpear con su espada, pero esta vez a un árbol del cual solo se ve un agujero en mitad del tronco. Y tras lo cual guarda su espada en su espalda nuevamente.
Luego de decir si alguien tiene alguna pregunta y preguntar por la respuesta del personal a la invitación el moreno se sienta a esperar. El primero en abrir la boca es un joven peliblanco, con el pelo recogido en una cola de caballo que dice que el gobierno necesita un cambio, que porque no lo hacemos nosotros y que se apunta a la organización de mercenarios, que es en lo que consistiría la organización en la que seenrolaría el peliblanco. Shibou toma su enorme espada y golpea el suelo, llamando la atención de todos, no es que sea un showman ni un egocéntrico, pero para lo que va a hacer le viene bien que todos le presten atención. |~El gobierno no solo necesita un cambio, sino que necesita ser rediseñado desde cero, la corrupción se apodera de las mentes de los que deciden las normas, de los que castigan a pobres inocentes solo por no cumplir con lo que ellos ven como justo y correcto, por no ser un borrego sin opinión que va donde su amo le diga. Yo estoy harto de la podredumbre del gobierno, por ello, cuenta conmigo, mi fuerza está dirigida a cambiar el mundo, si hay que destruirlo para luego construir un mundo mejor, pues así se hará.~| Dice para luego volver a golpear con su espada, pero esta vez a un árbol del cual solo se ve un agujero en mitad del tronco. Y tras lo cual guarda su espada en su espalda nuevamente.
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Sawaki miraba con atención todo lo que sucedía, sin dudas era un encuentro de lo más extraño, todos los invitados empiezan a llegar y el último que aparece es un chico de cabello rosado, lo interesante era ver que había llegado de los cielos, algo que sin dudas había llamado la atención del rubio quien al escuchar como es que el peli negro empezaba a hablar, era un discurso repetido y que para Sawaki ya no tenía algo de valor, pero si le llamaba la atención ese plan de cambiar el Gobierno desde adentro pero para hacerlo antes debían ser contratados, algo que para él era algo que creía imposible de conseguir Mal no suena, se nota que Uchiha sabe llegar a las personas tiene la madera para ser un líder o bien por lo menos para llegar a hacer alguien…pero primero veamos qué opina el resto. pensó en el momento en el que el de los ojos rojos terminaba de hablar, prestó atención a todos los discursos de los que de momento tenían algo que decir.
La palabrería de los peliblancos al igual que el de Madara había sido por lo menos interesante al menos esos dos peliblancos parecen tener razón…tengo curiosidad hacía donde me llevará todo esto, y también me preguntó por qué demonios nos eligió a nosotros…es posible que sepa nuestras habilidades o por lo menos tenga una imaginación de nuestra fuerza. era parte del dialogo que tenía con su cabeza, Sawaki sabía que esta banda podría ser algo relativamente interesante y por lo que alcanzaba a ver todos tenían algo de talento, o eso le decía su instinto de tiburón, cosa que sin duda le hacía tomar buenas decisiones.
Esta bien cuenta conmigo, pero antes te diré que yo no mató a nadie, espero que no te moleste mucho pero a mí no me gusta mancharme las manos. Y tengo una pregunta ¿por qué nosotros fuimos los elegidos? Lo demás me importa más bien poco, tengo curiosidad ver que puedes hacer, Madara Uchiha-san.
Mencionó con tranquilidad, con una sonrisa divertida, pero tenía que dejarle claro al que sería el líder de esta cosa que no mataría a nadie…si eso le molestaba pues se tendría que ir, el rubio no tenía intenciones de cambiar su personalidad para hacer realidad los planes suicidas de otros, guardó silencio mientras observaba todo con la misma calma que fluía la conversación.
La palabrería de los peliblancos al igual que el de Madara había sido por lo menos interesante al menos esos dos peliblancos parecen tener razón…tengo curiosidad hacía donde me llevará todo esto, y también me preguntó por qué demonios nos eligió a nosotros…es posible que sepa nuestras habilidades o por lo menos tenga una imaginación de nuestra fuerza. era parte del dialogo que tenía con su cabeza, Sawaki sabía que esta banda podría ser algo relativamente interesante y por lo que alcanzaba a ver todos tenían algo de talento, o eso le decía su instinto de tiburón, cosa que sin duda le hacía tomar buenas decisiones.
Esta bien cuenta conmigo, pero antes te diré que yo no mató a nadie, espero que no te moleste mucho pero a mí no me gusta mancharme las manos. Y tengo una pregunta ¿por qué nosotros fuimos los elegidos? Lo demás me importa más bien poco, tengo curiosidad ver que puedes hacer, Madara Uchiha-san.
Mencionó con tranquilidad, con una sonrisa divertida, pero tenía que dejarle claro al que sería el líder de esta cosa que no mataría a nadie…si eso le molestaba pues se tendría que ir, el rubio no tenía intenciones de cambiar su personalidad para hacer realidad los planes suicidas de otros, guardó silencio mientras observaba todo con la misma calma que fluía la conversación.
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Al parecer yo fui el último en llegar de los llamados ya que el que parecía ser un animal de tamaño exorbitado preguntó al aire porque nos habían traído a este lugar como si supiese que el responsable de haber citado a todos estuviese ya presente. Al parecer no tenía mucha confianza en los desconocidos ya que por sus movimientos seguramente estaba listo para usar su espada, algo que aprendí hace tiempo en los entrenamientos con mi hermano Kirito, un espadachín cambia su postura para poder desenvainar con mayor facilidad la espada. Poco después el sujeto que se encontraba en lo alto de una roca y que tenía los ojos rojos como la sangre empezó con un discurso sobre sus planes y porque fuimos elegidos. Al parecer pasaría de estar junto a un grupo de piratas para estar en un grupo de mercenarios cuyo objetivo es deshacerse del gobierno e implantar una nueva justicia al margen de la rebelión. Las palabras del pelinegro me hicieron pensar y mientras iba a escuchar lo que tenían a decir los demás, primero habló un peliblanco diciendo que se apuntaba a cambiar el gobierno ya que según él, el gobierno lo necesitaba. Luego habló otro peliblanco, ninguno de los dos me resultaban familiares, éste segundo sujeto soltó otro discurso para decir que también compartía la visión de los dos anteriores, la de un gobierno podrido que necesitaba desaparecer para que el mundo avanzara a un mundo mejor. Luego habló un gyojin con pelo amarillo, algo peculiar pero a mí me daban igual el aspecto o la raza de los demás, lo que me importaba eran sus actos. El gyojin demostró que no era un asesino ya que dijo que no pensaba matar a nadie y que se apuntaba si eso no representaba un problema.
Al parecer había llegado ya mi turno de decir algo, no estaba seguro de si simplemente decir que me unía o si daba un discurso como algunos de ellos. Tras meditar unos segundos con la mirada hacia el cielo bajé la mirada hasta mirar a la cara al que iba a ser el líder y dije Yo no tengo un motivo profundo ni nada parecido, tampoco soy un simple payaso al que se le puede manipular pero hay una cosa que odio, el gobierno y la marina, dos instituciones podridas que solo se mueven por sus intereses y no protegen a aquellos que los necesitan. Si para cumplir con tu objetivo he de matar a marines o a criminales, cuenta conmigo, no dejaré ni rastro de ellos.
Al parecer había llegado ya mi turno de decir algo, no estaba seguro de si simplemente decir que me unía o si daba un discurso como algunos de ellos. Tras meditar unos segundos con la mirada hacia el cielo bajé la mirada hasta mirar a la cara al que iba a ser el líder y dije Yo no tengo un motivo profundo ni nada parecido, tampoco soy un simple payaso al que se le puede manipular pero hay una cosa que odio, el gobierno y la marina, dos instituciones podridas que solo se mueven por sus intereses y no protegen a aquellos que los necesitan. Si para cumplir con tu objetivo he de matar a marines o a criminales, cuenta conmigo, no dejaré ni rastro de ellos.
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Mientras tocaba el que parecía ser el futuro líder se puso a hablar, por lo que dejé de tocar. Escuché atento su discurso mientras le miraba a los ojos, unos ojos rojos que inspiraban sangre, temor, odio, revolución. Tras sus palabras lo que mas me llamó la atención fue la palabra "dinero". Al escuchar eso, se dibujó una sonrisa siniestra en mi boca, que dejaba ver los grandes colmillos de ella. Poco a poco, la gente iba hablando y opinando sobre el discurso, a lo que yo pensaba... "¿Por que no?" Dinero significa alcohol y eso, es lo mejor. El peliblanco con coleta parecía querer apuntarse, el segundo peliblanco intentó llamar la atención para decir unas palabras, parecía que él también se apuntaría. El gyojin parecía no estar convencido, tras sus palabras que decían que no mataría, que no se ensuciaría las manos, no pude aguantar mis palabras. Toqué una suave nota con mi guitarra y miré fijamente al Gyojin para llamar su atención.
- Eh, tú. Tus palabras son mas de una gallina que de un gyojin. Si no tienes decisión, no tienes nada, pez payaso. A veces ensuciarse las manos es necesario, aunque sea de pescado. ¿Entiendes?
Mis palabras iban dirigidas a aquel gyojin payaso, mientras el pelirrojo soltaba unas palabras. Decía odiar al gobierno, a la marina y a la corrupción. Cada uno teníamos caminos diferentes pero, un mismo destino. Tras sus palabras volví a sacar mi cantimplora, bebí un gran trago y miré a cada uno de ellos. Necesitaba llamar la atención, decir unas palabras y así ver que pensaban. Quería demostrar lo que yo venía a hacer, me daba igual el gobierno y todo, solo me interesaba una cosa, la música y el dinero. Toqué una nota aguda para después, una suave nota grabe, era hora de ponerse serios y que mejor forma que con la armonía de unas notas.
- Yo diré lo que pienso. Me da igual el gobierno, me da igual la marina y sobre todo, me da igual la corrupción, lo único que me interesa es el dinero. Digamos que el mundo es una canción, por muy eterna que sea la melodía, siempre se acaba. Nosotros daremos la última nota de este mundo y empezaremos una nueva canción, melódica. Repartiremos armonía con nuestra música, tocaremos la sangre con un "fa" y seremos los dioses con un simple "mi".
- Decía a la vez que tocaba esos acordes.
Quería poner en claro mi pensamiento, cada uno tenía su propio camino pero, al fin y al cabo, todos tenemos un destino, el nuestro era estar juntos y, Madara, sería la voz de este grupo. Sin duda, un grupo debe tener también una guitarra, un bajo, una batería y, en eso, entrábamos nosotros, aunque nunca falta un aguafiestas, que aquí podría ser ese gyojin.
- Eh, tú. Tus palabras son mas de una gallina que de un gyojin. Si no tienes decisión, no tienes nada, pez payaso. A veces ensuciarse las manos es necesario, aunque sea de pescado. ¿Entiendes?
Mis palabras iban dirigidas a aquel gyojin payaso, mientras el pelirrojo soltaba unas palabras. Decía odiar al gobierno, a la marina y a la corrupción. Cada uno teníamos caminos diferentes pero, un mismo destino. Tras sus palabras volví a sacar mi cantimplora, bebí un gran trago y miré a cada uno de ellos. Necesitaba llamar la atención, decir unas palabras y así ver que pensaban. Quería demostrar lo que yo venía a hacer, me daba igual el gobierno y todo, solo me interesaba una cosa, la música y el dinero. Toqué una nota aguda para después, una suave nota grabe, era hora de ponerse serios y que mejor forma que con la armonía de unas notas.
- Yo diré lo que pienso. Me da igual el gobierno, me da igual la marina y sobre todo, me da igual la corrupción, lo único que me interesa es el dinero. Digamos que el mundo es una canción, por muy eterna que sea la melodía, siempre se acaba. Nosotros daremos la última nota de este mundo y empezaremos una nueva canción, melódica. Repartiremos armonía con nuestra música, tocaremos la sangre con un "fa" y seremos los dioses con un simple "mi".
- Decía a la vez que tocaba esos acordes.
Quería poner en claro mi pensamiento, cada uno tenía su propio camino pero, al fin y al cabo, todos tenemos un destino, el nuestro era estar juntos y, Madara, sería la voz de este grupo. Sin duda, un grupo debe tener también una guitarra, un bajo, una batería y, en eso, entrábamos nosotros, aunque nunca falta un aguafiestas, que aquí podría ser ese gyojin.
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- Spoiler:
- Bueno señor corrector, debido a que crok y sawa on rol iban a pelear y no queria retrasar el rol de banda, pelearon a parte. Así que antes de este comentario mio va esta pequeña dosis de golpes. https://www.onepiece-definitiverol.com/t11121-el-cocodrilo-contra-el-pescado-suicida-crock-vs-sawaki, justo despues va mi comentario.
Poco a poco aquellos hombres iban aceptando la proposición del moreno, el cual observaba con sus rojizos ojos la situación. Sin embargo hubo algo que no le gustó en absoluto, al parecer el gyojin de pelo rubio y el cocodrilo estaban empezando a discutir. No quería rivalidades en su equipo, siempre acababan mal y en peleas peligrosas y eso era algo que no iba a consentir. Sus ojos poco a poco iban tomando una forma reptiliana, algo que solo podría apreciar alguien con una vista excepcional o cualquiera que estuviera cerca. Las respuestas le habían agradado, iban a ser un buen equipo entre todos, algo que serviría para el futuro.
Ahora pasó la gota que colmó el vaso, el cocodrilo se lanzó a por el rubio y lanzó su ataque, al que este respondió defendiéndose a su manera. Aquello puso de los nervios al líder, no soportaba las peleas entre camaradas, no parecían ir con intenciones pacificas. Sus ataques eran a matar, de hecho el reptil usaba un enorme espadón, no podía consentir que continuaran. Pese a que era una reunión ellos seguían a lo suyo, iba a tener que comenzar a hacerse notar como jefe y no dejar estupideces pasar. Madara echó una rápida mirada hacia Akai y ladeó la cabeza bruscamente indicándole al Gyojin rubio. De ese modo cada uno se ocuparía de parar a uno de aquellos dos animales desbocados.
El moreno pudo ver como el cocodrilo preparaba un tajo hacia el rubio, lo que hizo que rápidamente saltará de la roca y se pusiera frente a Sawaki. Mirándole con sus rojizos ojos de frente, se había puesto justo cuando el reptil realizaba su tajo, de modo que cuando parecía que la espada del enorme animal iba a golpearle, esta chocó contra algo. Pero allí no había nada, de repente se pudieron ver una especie de costillas azuladas formando una especie de barrera alrededor del moreno, las cuales pararon el golpe. Sin embargo la fuerza del animal era notoria y la defensa se agrietó un poco hasta el punto de que el filo pasó ya con menos fuerza golpeando el hombro derecho de Madara. Su armadura roja de acero retuvo el golpe de buena forma pero este sintió un dolor fuerte en el hombre, lo que le hizo girarse observando al cocodrilo. Las costillas desaparecieron totalmente y ahora solo estaba Madara frente al reptil, dándole la espalda al Gyojin del que se ocuparía Akai.
- – No quiero peleas innecesarias en mi equipo y menos cuando se está en una reunión, poneos serios y dejaos de estupideces.
Según su información, el peli rosa era alguien que podía ser letal y seguro que atacaría al rubio para dejar las cosas claras. El moreno no quería atacar a nadie de los suyos, pero si el luchador del Karate era atacado y el reptil no, eso iba a ser un favoritismo increíble y eso no iba a permitirlo. De modo que ahora pegó un paso adelante hacia su el enorme cocodrilo y sin miedo alguno lanzó una patada recta que iba rumbo a su pecho, tratado de tirarlo de espaldas para darle una advertencia sobre lo que no debían hacer. Debido a su fruta, la fuerza de Madara era cuatro veces más que la de una persona normal, por lo que seguramente el animal o se lo esperaría, o quizás si.
Perfec Kombat: Oni Inu [AIF]
- !Norma número uno! ¡Nada de peleas entre los compañeros!
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Al parecer todos los presentes estaban de acuerdo con el extraño hombre que nos convocó, incluso el gyojin que se negaba a matar a otros pero por muy tranquilo que estaba el ambiente yo estaba acostumbrado a que las cosas se podían descontrolar haciendo que toda la tranquilidad y paz desapareciese en pocos segundos. Y eso es lo que ocurrió, el gigantesco ser que tocaba la guitarra dijo algo que seguramente provocaría que el gyojin se enfadase o como poco se molestase. A continuación dijo que solo se apuntaba por el dinero, no era un principio muy digno pero al menos era sincero y se guía por algo, además parecemos buscar el mismo fin. Como me esperaba el rubio con branquias se había molestado con el comentario del cocodrilo pero no justificaba insultarlo. Al parecer ambos iban a pelearse si alguien no los detenía. Sin indicación o permiso del que sería mi líder o jefe, como sea que quiera ser llamado, no pensaba hacer nada para evitar provocar más conflictos innecesarios. Ambos seres empezaron una pelea mientras el resto de los futuros mercenarios observaban el conflicto a la espera de indicaciones del jefe que parecía empezar a molestarse con esa pelea.
El moreno llamado Madara me miró para indicarme al gyojin ladeando su cabeza, al instante entendí lo que pretendía, tendría que encargarme de detener al pescadito de la organización para evitar que se maten entre ellos. Acto seguido el moreno saltó de su lugar para meterse entre ambos deteniendo el golpe del reptil mientras yo rápidamente me coloqué justo entre él y el gyojin con una mirada seria, casi siniestra. Mi mano derecha estaba cerrada con fuerza y mis músculos se notaban muy presentes signo de que no iba con medias tintas, tenía que detener el conflicto de inmediato. Era una molestia tener que detener a un crío en una pelea absurda pero las órdenes eran las órdenes así que adopté la postura del estilo del mono mientras empezaba a tambalearme escuchando como el moreno decía que había que ponerse serios y dejarse de tonterías que no quería conflictos internos innecesarios y menos en una reunión. Mi tambaleo seguía un ritmo claro pero confuso, era muy poco común en cualquier sentido pero era parte de mi estilo, tras tambalear un rato sin más me lancé rápidamente hacia el rubiales para lanzarle un golpe con mi puño en la boca de su estómago. Debido al tambaleo mi ofensiva sería casi imprevisible y muy difícil de bloquear o esquivar por completo.
Fauces del espíritu dragón: Dancing Monkey[AIF]
El moreno parecía haber golpeado al reptil antes de gritar la primera norma de la organización, nada de peleas internas, algo con lo que concordaba. A la vez yo recuperaba mi posición natural sin alejarme del lugar para evitar cualquier posibilidad de que el gyojin volviese a atacar.
El moreno llamado Madara me miró para indicarme al gyojin ladeando su cabeza, al instante entendí lo que pretendía, tendría que encargarme de detener al pescadito de la organización para evitar que se maten entre ellos. Acto seguido el moreno saltó de su lugar para meterse entre ambos deteniendo el golpe del reptil mientras yo rápidamente me coloqué justo entre él y el gyojin con una mirada seria, casi siniestra. Mi mano derecha estaba cerrada con fuerza y mis músculos se notaban muy presentes signo de que no iba con medias tintas, tenía que detener el conflicto de inmediato. Era una molestia tener que detener a un crío en una pelea absurda pero las órdenes eran las órdenes así que adopté la postura del estilo del mono mientras empezaba a tambalearme escuchando como el moreno decía que había que ponerse serios y dejarse de tonterías que no quería conflictos internos innecesarios y menos en una reunión. Mi tambaleo seguía un ritmo claro pero confuso, era muy poco común en cualquier sentido pero era parte de mi estilo, tras tambalear un rato sin más me lancé rápidamente hacia el rubiales para lanzarle un golpe con mi puño en la boca de su estómago. Debido al tambaleo mi ofensiva sería casi imprevisible y muy difícil de bloquear o esquivar por completo.
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El moreno parecía haber golpeado al reptil antes de gritar la primera norma de la organización, nada de peleas internas, algo con lo que concordaba. A la vez yo recuperaba mi posición natural sin alejarme del lugar para evitar cualquier posibilidad de que el gyojin volviese a atacar.
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Mi ataque se dirigía a por el maldito pescado, pero algo paró mi golpe. Era Madara, había protegido al gyojin de mi ataque con unas extrañas costillas azules. Aún así, mi ataque hirió el hombre del moreno, lo cual me hizo sonreír un poco. No tenía planeado atacar al que sería mi jefe, pero no fue mi culpa, el se puso en medio para que mi ataque no hiciese rodajas al pescadilla. De repente, parecía enfadado, se giró y me miró serio mientras me decía la primera norma, nada de peleas entre los miembros. Su pierna se dirigía a mi pecho con velocidad, así que moví mi espadón para cubrirme del golpe, pero, su fuerza era descomunal y me lanzó hacia atrás con fuerza, haciéndome rodar.
Me levanté del suelo un tanto adolorido y clavé mi espadón en la arena. Miré hacia atrás y fui en busca de mi gabardina. La agarré y me la puse, para luego poner mi sombrero encima de mi cabeza, coger la cantimplora y empezar a beber un poco. Sorbo tras sorbo, acabé todo el alcohol y me dirigí hacia Madara, pero antes me colgué la guitarra a mi espalda.
- Lo siento jefe, el que paga manda. Siento haber causado este barullo, pero sus palabras no son típicas para alguien con honor. Espero que puedas perdonar mi indecencia y que esto no repercuta en el pago. - Decía con una sonrisa.
Me acerqué al gyojin y le tendí la mano, una vez recibiese el golpe del pelirrosa. Si me daba su mano, la apretaría con fuerza, mientras me relamía los labios y le miraba fijamente. Una sonrisa inundaría mi cara. Si no me daba su mano, simplemente pasaría de él.
- Luchas bien para ser un gyojin gallina, pero debes mejorar.
Mis palabras hacían que mi cuerpo se alejase poco a poco hasta llegar a la roca en la cual antes estaba sentado, para así sentarme y observar la situación. Debíamos seguir con la reunión, no está mal un poco de acción, de vez en cuando.
Me levanté del suelo un tanto adolorido y clavé mi espadón en la arena. Miré hacia atrás y fui en busca de mi gabardina. La agarré y me la puse, para luego poner mi sombrero encima de mi cabeza, coger la cantimplora y empezar a beber un poco. Sorbo tras sorbo, acabé todo el alcohol y me dirigí hacia Madara, pero antes me colgué la guitarra a mi espalda.
- Lo siento jefe, el que paga manda. Siento haber causado este barullo, pero sus palabras no son típicas para alguien con honor. Espero que puedas perdonar mi indecencia y que esto no repercuta en el pago. - Decía con una sonrisa.
Me acerqué al gyojin y le tendí la mano, una vez recibiese el golpe del pelirrosa. Si me daba su mano, la apretaría con fuerza, mientras me relamía los labios y le miraba fijamente. Una sonrisa inundaría mi cara. Si no me daba su mano, simplemente pasaría de él.
- Luchas bien para ser un gyojin gallina, pero debes mejorar.
Mis palabras hacían que mi cuerpo se alejase poco a poco hasta llegar a la roca en la cual antes estaba sentado, para así sentarme y observar la situación. Debíamos seguir con la reunión, no está mal un poco de acción, de vez en cuando.
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Sawaki estaba listo para defenderse del ataque de aquel cocodrilo feo y horrendo, cuando ante sus ojos se formó una gran sombra, era Madara quien lo estaba ayudando contra aquel cocodrilo, no es que necesitara ayuda pero también entendía que pegarse contra un “compañero” y frente al líder era una mala idea, vio como es que el de los ojos rojos golpeaba con fuerza a Crock, suspiro tranquilamente para relajarse pero al parecer al menos también le iban a pegar a él, notó como es que el peli rosa se ponía frente a él y preparaba una ofensiva Mierda…bueno esto es lo que me gano por ser un idiota. pensaba mientras veía al peli rosa moverse con un ritmo descoordinado y errático, no veía un ritmo que seguir y de hecho no había ritmo. Sawaki estaba confundido, pero aun así pudo verlo justo a tiempo como para interponer sus brazos en su abdomen para así bloquear aquel puñetazo, pero aun así la fuerza era tremenda y salió rodando por la arena hasta finalmente estrellarse contra un árbol.
Se levantó a duras penas mientras escuchaba como gritaba Madara la primera norma, no pelearse entre compañeros, una regla de lo más normal y que ahora para Sawaki era ley, aunque no lo viera como tal, ese estúpido cocodrilo era su compañero y ahora por mucho que quisiera, se tendría que guardar las ganas de darle una paliza, notó como es que Crock se acercaba a su lado, le estiraba su mano y le decía algunas palabras, golpeó la mano de su “compañero” y guardó silencio, Sawaki no era un maldito hipócrita, y si alguien le caía mal, no lo iba a camuflar para nada. Caminó lentamente hasta llegar al mismo árbol y quedarse apoyado en ese lugar, no iba a decir nada, las palabras estaban de más, ya había entendido las reglas de Madara y las había asimilado, era suficiente.
Maldito cocodrilo, le daré una paliza cuando nadie lo esté protegiendo.
Mencionó en un susurro, inaudible para cualquiera, sin más guardó absoluto silencio, su mirada mostraba su enfado, pero tenía que controlarse para evitar más problemas, no quería que lo golpearan de nuevo por culpa de su “mal genio” o dicho de otro modo, de su gran orgullo. Cerró sus ojos, apoyó su pie derecho en el tronco de aquel árbol que le hacía una sombra perfecta, y se cruzó de brazos, se quedó en esa posición mientras esperaba alguna que otra palabra del resto de sus compañero, estaba atento a todo a pesar de su posición. Era hora de seguir con esta extraña reunión.
Se levantó a duras penas mientras escuchaba como gritaba Madara la primera norma, no pelearse entre compañeros, una regla de lo más normal y que ahora para Sawaki era ley, aunque no lo viera como tal, ese estúpido cocodrilo era su compañero y ahora por mucho que quisiera, se tendría que guardar las ganas de darle una paliza, notó como es que Crock se acercaba a su lado, le estiraba su mano y le decía algunas palabras, golpeó la mano de su “compañero” y guardó silencio, Sawaki no era un maldito hipócrita, y si alguien le caía mal, no lo iba a camuflar para nada. Caminó lentamente hasta llegar al mismo árbol y quedarse apoyado en ese lugar, no iba a decir nada, las palabras estaban de más, ya había entendido las reglas de Madara y las había asimilado, era suficiente.
Maldito cocodrilo, le daré una paliza cuando nadie lo esté protegiendo.
Mencionó en un susurro, inaudible para cualquiera, sin más guardó absoluto silencio, su mirada mostraba su enfado, pero tenía que controlarse para evitar más problemas, no quería que lo golpearan de nuevo por culpa de su “mal genio” o dicho de otro modo, de su gran orgullo. Cerró sus ojos, apoyó su pie derecho en el tronco de aquel árbol que le hacía una sombra perfecta, y se cruzó de brazos, se quedó en esa posición mientras esperaba alguna que otra palabra del resto de sus compañero, estaba atento a todo a pesar de su posición. Era hora de seguir con esta extraña reunión.
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El asunto se complicó, tanto que el gyojin y el extraño tipo grande, que resultó ser un cocodrilo humanoide tuvieron un pequeño altercado. Incluso Madara, el hombre que nos había convocado allí tuvo que meterse de por medio para parar la pelea.
Por mi parte no hice nada, me interesaba saber cuáles eran las habilidades de los presentes y lo que menos me interesaba era denotar las mías propias. Así que deje que continuaran con su pequeña trifulca hasta que finalmente esta acabó.
-Bueno, olvidémonos de lo que acaba de pasar –dije haciéndome notar entre los presentes -lo mejor será dejar que él nos cuente su plan y si es viable llevarlo a cabo.
La última parte la dije haciendo alusión a Madara. Me interesaba aquel hombre, ¿qué clase de criterio había llevado a cabo para seleccionarnos y lo mejor, por qué un grupo tan variopinto?
Me sentía algo incómodo, no era la primera vez que me infiltraba en un sitio, pero sí que era la primera que lo hacía en una organización así. Era posible que empezaran a confiar en mi buen criterio y en la forma de actuar o que simplemente me viesen como un peón, una pieza que puede ser sustituida en cualquier momento. De todas maneras no lo sabía.
Estaba de acuerdo en cierto modo con la forma de pensar de aquellas personas, era verdad que el gobierno necesitaba un gran cambio, ahora solo tenía que esperar a ver la forma en la que lo llevarían a cabo, o al menos la forma con la que lo intentarían.
Volví a sentarme en mi sitio tras hablar, no quería llamar demasiado la atención, así que simplemente me preparé para escuchar, escuchar cualquier cosa que dijesen y que podría comprometerlos.
Por mi parte no hice nada, me interesaba saber cuáles eran las habilidades de los presentes y lo que menos me interesaba era denotar las mías propias. Así que deje que continuaran con su pequeña trifulca hasta que finalmente esta acabó.
-Bueno, olvidémonos de lo que acaba de pasar –dije haciéndome notar entre los presentes -lo mejor será dejar que él nos cuente su plan y si es viable llevarlo a cabo.
La última parte la dije haciendo alusión a Madara. Me interesaba aquel hombre, ¿qué clase de criterio había llevado a cabo para seleccionarnos y lo mejor, por qué un grupo tan variopinto?
Me sentía algo incómodo, no era la primera vez que me infiltraba en un sitio, pero sí que era la primera que lo hacía en una organización así. Era posible que empezaran a confiar en mi buen criterio y en la forma de actuar o que simplemente me viesen como un peón, una pieza que puede ser sustituida en cualquier momento. De todas maneras no lo sabía.
Estaba de acuerdo en cierto modo con la forma de pensar de aquellas personas, era verdad que el gobierno necesitaba un gran cambio, ahora solo tenía que esperar a ver la forma en la que lo llevarían a cabo, o al menos la forma con la que lo intentarían.
Volví a sentarme en mi sitio tras hablar, no quería llamar demasiado la atención, así que simplemente me preparé para escuchar, escuchar cualquier cosa que dijesen y que podría comprometerlos.
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Las cosas se salen de madre cuando tras cada uno mostrar su opinión acerca de lo que dice el joven pelinegro, el cocodrilo hace un comentario aludiendo al Gyojin rubio, el cual no quiere mancharse las manos, llamándolo de gallina, no es que sea una falta seria ni mucho menos, pero el pescado se cabrea como poco y entre ellos comienza una absurda trifulca, mientras esta sucede el albino permanece inmóvil, observando a ver como se suceden las cosas, eso le vendría bien para medir las habilidades de sus compañeros y conocer la forma en la que podrían desenvolver mejores tareas al alinearse debidamente, pero esa trifulca parece irritar al líder, que hace una seña al pelirosa y se interpone entre ambos combatientes, detiene el golpe del hombre misterioso, que resulta ser un cocodrilo humanoide, y el gyojin, mientras el pelirosa hace lo suyo. Ambos contendientes se llevan un buen golpe saliendo despedidos. La verdad, se lo habían buscado, no empieces algo que puede perjudicarte, es una norma básica de supervivencia. En ese mismo instante se instaura la primera ley de la agrupación, prohibidas las peleas entre compañeros. El rubio parece no gustar mucho de eso pues se retira a un rincón.
Lo curioso es que allí se reúnen personas con distintas motivaciones, pero con un único objetivo, eso es una buena baza, es inviable saber por donde van a salir un grupo tan variado.Tras la tunda el cocodrilo se disculpa con el moreno y tiende la mano al rubio en señal de tregua, pero el gyojin simplemente aparta la mano del otro con un golpe, una falta de educación y moral abrumadora, que hace que los interiores del peliblanco hiervan. Tras lo cual el otro albino dice que se olviden de lo sucedido y esperen a escuchar el plan para conocer su viabilidad, para luego retirarse a su asiento, un comportamiento harto misterioso y que intriga a Shiroi.El portador de tal espadón se adelanta para hacerse notar, tiene pensado decir unas cuantas cosas pero las tiene que medir, un error y sería su fin. |~Vamos a ver, está bien pequeños piques entre compañeros, sobre todo para entrenarse, de ese modo todos se esfuerzan mucho más y sacan un mayor potencial a flote, pero de ahí a comportarse como críos es muy distinto. Por otra parte, una organización de este calibre necesita de unas normas fundamentales y fuertes, normas que mantengan la buena convivencia entre todos ante cualquier cosa, pues en el mismo instante en el que una organización comienza a fragmentarse es el momento de su fin.~| Dice para luego clavar la enorme espada en el suelo y usarla de respaldo al sentarse, solo queda saber como se desarrollarán los acontecimientos a partir de aquél momento.
Lo curioso es que allí se reúnen personas con distintas motivaciones, pero con un único objetivo, eso es una buena baza, es inviable saber por donde van a salir un grupo tan variado.Tras la tunda el cocodrilo se disculpa con el moreno y tiende la mano al rubio en señal de tregua, pero el gyojin simplemente aparta la mano del otro con un golpe, una falta de educación y moral abrumadora, que hace que los interiores del peliblanco hiervan. Tras lo cual el otro albino dice que se olviden de lo sucedido y esperen a escuchar el plan para conocer su viabilidad, para luego retirarse a su asiento, un comportamiento harto misterioso y que intriga a Shiroi.El portador de tal espadón se adelanta para hacerse notar, tiene pensado decir unas cuantas cosas pero las tiene que medir, un error y sería su fin. |~Vamos a ver, está bien pequeños piques entre compañeros, sobre todo para entrenarse, de ese modo todos se esfuerzan mucho más y sacan un mayor potencial a flote, pero de ahí a comportarse como críos es muy distinto. Por otra parte, una organización de este calibre necesita de unas normas fundamentales y fuertes, normas que mantengan la buena convivencia entre todos ante cualquier cosa, pues en el mismo instante en el que una organización comienza a fragmentarse es el momento de su fin.~| Dice para luego clavar la enorme espada en el suelo y usarla de respaldo al sentarse, solo queda saber como se desarrollarán los acontecimientos a partir de aquél momento.
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Tras haber parado el golpe del cocodrilo, el moreno observó como el chico peli rosa cumplía también con su parte de forma perfecta, eso le hizo sonreír de lado. Su grupo era fuerte y con entrenamiento podía hacerlos mucho mejor. Por el momento escuchó las palabras de ambos peliblancos y asintió mientras se sentaba de nuevo en la roca llevándose la mano derecha a la cabeza. Ya tenía bastante con Bisutomaru y Jin peleándose cada segundo en sus otros asuntos para tener que aguantar de nuevo a dos liantes, putos y jodidos Gyojin, siempre dando problemas. Cuando no era el enorme pelirrojo, era el maldito rubito. La verdad es que ahora se había quedado en blanco por unos segundos y no sabía muy bien que hacer o decir para que se olvidaran del pequeño contratiempo que había pasado. Pegó un nuevo suspiro mientras estiraba sus brazos a los lados y ahora abría los ojos despacio observando a sus hombres, durante unos momentos el silencio reinó en la playa pues el líder no dijo ni una sola palabra. Por fin después de unos veinte segundo, la voz de aquel tipo volvió a alzarse para seguir explicando con detalles las cosas del grupo.
- La palabra del líder es la ley y solo podrá ser discutida en caso de mayoría en contra. En ese caso se hallara una solución qué guste a todos. Se ayuda a cualquier compañero sea cual sea el caso. Nunca se le deja atrás, todos cuidan las espaldas de todos. La traición o el intento de asesinato de un compañero, está penado con la muerte. Los botines globales como el dinero se reparten entre todos a partes iguales, los individuales conseguidos por cada uno, son de quien los encuentre. Cada dos ataques o misiones se debe recaudar dinero que se guardará en el arca, la cual se hallará aquí en esta misma isla caballeros. Espero haber sido claro con las normas que se van a seguir.
Tras aquellas palabras se tomó un pequeño descanso, dejando que los distintos miembros se lo pensaran y aceptaran las reglas que iban a tener que seguir. El viento soplaba y ondeaba los cabellos del moreno, el cual miraba a los ojos suyos con los ojos entrecerrados y expresión algo turbia. Le había fastidiado el primer problema que habían tenido aquellos dos, los piques a veces resultaban buenos como bien había dicho el peliblanco, pero no se fiaba que fuera un pique. Seguramente uno habría muerto si no hubiese intervenido, algo que realmente le molestaba era también la mirada que cada uno había depositado sobre el otro, si debía dejar al peli rosa permiso para quemarlos por cada payasada, lo haría sin pensárselo. Después de unos instantes, se levantó mientras se ponía algo más serio observándolos y elevando su mano de repente hacia Etsu, su dedo índice le apuntaba.
- Ren, formaras equipo con Shiroi, que será el líder del grupo y el sublíder de esta organización. Iréis vosotros y otro espadachín que he fichado por mi cuenta, se llama Shun. Formareis el grupo Howaito Shi. Akai, tú iras junto al Gyojin, fuego y agua es buena combinación, tu eres el que manda en ese grupo, os llamareis Kasai Mizu, en el mío iremos Crok y yo. Actuaremos bajo el nombre de Reiketsuna. Creo que todo está más que preparado, a continuación quiero ver algo de vuestro poder, os atacareis entre vosotros una sola vez. Cada uno elige a quién atacar, la persona atacada deberá contraatacar al que le ha atacado y una vez lanzado este ataque se parará.
- La palabra del líder es la ley y solo podrá ser discutida en caso de mayoría en contra. En ese caso se hallara una solución qué guste a todos. Se ayuda a cualquier compañero sea cual sea el caso. Nunca se le deja atrás, todos cuidan las espaldas de todos. La traición o el intento de asesinato de un compañero, está penado con la muerte. Los botines globales como el dinero se reparten entre todos a partes iguales, los individuales conseguidos por cada uno, son de quien los encuentre. Cada dos ataques o misiones se debe recaudar dinero que se guardará en el arca, la cual se hallará aquí en esta misma isla caballeros. Espero haber sido claro con las normas que se van a seguir.
Tras aquellas palabras se tomó un pequeño descanso, dejando que los distintos miembros se lo pensaran y aceptaran las reglas que iban a tener que seguir. El viento soplaba y ondeaba los cabellos del moreno, el cual miraba a los ojos suyos con los ojos entrecerrados y expresión algo turbia. Le había fastidiado el primer problema que habían tenido aquellos dos, los piques a veces resultaban buenos como bien había dicho el peliblanco, pero no se fiaba que fuera un pique. Seguramente uno habría muerto si no hubiese intervenido, algo que realmente le molestaba era también la mirada que cada uno había depositado sobre el otro, si debía dejar al peli rosa permiso para quemarlos por cada payasada, lo haría sin pensárselo. Después de unos instantes, se levantó mientras se ponía algo más serio observándolos y elevando su mano de repente hacia Etsu, su dedo índice le apuntaba.
- Ren, formaras equipo con Shiroi, que será el líder del grupo y el sublíder de esta organización. Iréis vosotros y otro espadachín que he fichado por mi cuenta, se llama Shun. Formareis el grupo Howaito Shi. Akai, tú iras junto al Gyojin, fuego y agua es buena combinación, tu eres el que manda en ese grupo, os llamareis Kasai Mizu, en el mío iremos Crok y yo. Actuaremos bajo el nombre de Reiketsuna. Creo que todo está más que preparado, a continuación quiero ver algo de vuestro poder, os atacareis entre vosotros una sola vez. Cada uno elige a quién atacar, la persona atacada deberá contraatacar al que le ha atacado y una vez lanzado este ataque se parará.
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Había permanecido en silencio escuchando sus palabras, aquella isla, Galuna, sería la base de operaciones de la organización, así que debía tomar nota de ello e informar al gobierno mundial. Era obvio que una organización necesitase dinero y que tuviésemos que contribuir a las arcas no me sorprendió en absoluto, de hecho, me pareció interesante la repartición de las ganancias.
De repente, tras decirnos ésto, Madara guardó silencio. Pero ese silencio no duró mucho, porque enseguida empezó a hablar de nuevo, formando los equipos, me había tocado con Shiroi, que era el otro albino presente y un tal Shun que no se encontraba allí.
Algún motivo tendría para que Shiroi fuese tanto el líder de mi grupo como el sublíder de la organización, no me importaba, ya recaudaría información como fuese necesario. Aunque siendo sublíder lo tendría más fácil, de eso no había duda.
Continué escuchando el resto de los grupos, Akai, el pelirrosa y el gyojin rubio trabajarían juntos, y finalmente el cocodrilo humanoide trabajaría junto a Madara, no sabía qué criterio había seguido, pero sin duda tendría el suyo.
Finalmente llegó la parte de atacarse, Madara dijo que cada uno era libre de atacar a otro y éste otro de devolverle el golpe. Ahí terminaría la contienda, ya que solo era para comprobar el poder de los demás miembros. Era mi momento, desenvainé la espada y me moví rápidamente, sin usar el soru. Para luego saltar en el aire y caer directo sobre Madara, tampoco usé geppou, no quería ser descubierto.
-Me interesa saber el nivel del hombre que será mi superior -dije mientras daba un tajo hacia abajo, directo a su cabeza -¿no lo ves justo?
Tajo a la cabeza no jutsu [AI]
De repente, tras decirnos ésto, Madara guardó silencio. Pero ese silencio no duró mucho, porque enseguida empezó a hablar de nuevo, formando los equipos, me había tocado con Shiroi, que era el otro albino presente y un tal Shun que no se encontraba allí.
Algún motivo tendría para que Shiroi fuese tanto el líder de mi grupo como el sublíder de la organización, no me importaba, ya recaudaría información como fuese necesario. Aunque siendo sublíder lo tendría más fácil, de eso no había duda.
Continué escuchando el resto de los grupos, Akai, el pelirrosa y el gyojin rubio trabajarían juntos, y finalmente el cocodrilo humanoide trabajaría junto a Madara, no sabía qué criterio había seguido, pero sin duda tendría el suyo.
Finalmente llegó la parte de atacarse, Madara dijo que cada uno era libre de atacar a otro y éste otro de devolverle el golpe. Ahí terminaría la contienda, ya que solo era para comprobar el poder de los demás miembros. Era mi momento, desenvainé la espada y me moví rápidamente, sin usar el soru. Para luego saltar en el aire y caer directo sobre Madara, tampoco usé geppou, no quería ser descubierto.
-Me interesa saber el nivel del hombre que será mi superior -dije mientras daba un tajo hacia abajo, directo a su cabeza -¿no lo ves justo?
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Habiendo solucionado ya el conflicto entre los dos animales acuáticos de la organización cada uno se fue al lugar donde se encontraban antes de la trifulca por lo que yo simplemente me senté en la arena mientras esperaba que el que sería el líder de tan extraña organización dijera algo más sobre la organización, como sus normas, sus métodos o cualquier cosa que pudiese servir de aclaración para saber si realmente iba en serio. Tras unos segundos en silencio volvió a sonar su voz mencionando las normas que debería acatar, la primera que expuso fue la indiscutibilidad de las órdenes del líder salvo por mayoría aplastante. Después vino la norma de compañerismo, todos ayudan a todos sin importar la situación. La traición o el asesinato o intento de asesinato de un compañero se paga con la vida. Todas estas normas eran habituales y muy normales en ese tipo de organizaciones, al igual que la que seguía, los botines se repartirían entre todos salvo aquellos logrados individualmente que pertenecerían al que lo logró. La última norma era recolectar dinero cada dos misiones para dejar en las arcas en la misma isla.
Tras nombrar las normas el moreno hizo una pequeña pausa tras la cual nombró los puestos y equipos a formar, los dos peliblancos irían juntos y uno de ellos sería el sublíder de la organización, a mí me tocó acompañar al infantil del gyojin y ser el líder de equipo por lo que me tocaría hacer de niñera cuando se pusiese igual de tonto que durante la pelea con el cocodrilo que sería el compañero del líder. Tras formar los equipos Madara nos dijo que atacáramos a quien quisiésemos una única vez y nos detuviéramos tras defendernos de su contraataque así que sin más me levanté de un salto y miré al que sería mi víctima, el cocodrilo que según Madara se llamaba Crock. Empecé a moverme de forma completamente arrítmica y descompensada hacia él con el propósito de engañarlo ya que en el último momento cambié mi movimiento a uno completamente coordinado con el cual lancé un potente gancho a su estómago.
Drunk Hook[AF]
Tras ese golpe miré a Madara y dije Trataré de mantener al rubiales controlado para que no cometa estupideces y si vuelve a empezar un conflicto interno ya me encargo de pararle los pies.
Tras nombrar las normas el moreno hizo una pequeña pausa tras la cual nombró los puestos y equipos a formar, los dos peliblancos irían juntos y uno de ellos sería el sublíder de la organización, a mí me tocó acompañar al infantil del gyojin y ser el líder de equipo por lo que me tocaría hacer de niñera cuando se pusiese igual de tonto que durante la pelea con el cocodrilo que sería el compañero del líder. Tras formar los equipos Madara nos dijo que atacáramos a quien quisiésemos una única vez y nos detuviéramos tras defendernos de su contraataque así que sin más me levanté de un salto y miré al que sería mi víctima, el cocodrilo que según Madara se llamaba Crock. Empecé a moverme de forma completamente arrítmica y descompensada hacia él con el propósito de engañarlo ya que en el último momento cambié mi movimiento a uno completamente coordinado con el cual lancé un potente gancho a su estómago.
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Tras ese golpe miré a Madara y dije Trataré de mantener al rubiales controlado para que no cometa estupideces y si vuelve a empezar un conflicto interno ya me encargo de pararle los pies.
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Sawaki miraba todo atentamente, escuchó con atención las palabras de Madara, aparte de decir una que otra regla que había memorizado de forma veloz, había formado equipos. A él le tocaba ir con el peli rosado, y por lo que había escuchado al parecer era porque la combinación de fuego y agua sería ideal, en pocas palabras, su compañero o bien controlaba el fuego de alguna manera, o tenía la mera mera no mi. En pocas palabras, su compañero iba a ser interesante. El líder también había dado la “orden” de atacar a cualquiera del grupo y que al que atacará tendría que devolver el ataque, notó que el tal Ren atacó a Madara, y que su compañero atacaba al cocodrilo. Suspiró tranquilamente mientras se hacía tronar los dedos y el cuello, a la vez que empezaba a caminar rumbo al otro compañero que quedaba, Shiroi.
Bien, espero que estés preparado. Si no, es mejor que lo estés, amigo.
Mencionaba mientras se ponía delante de él, no iba a perder el tiempo. Seguramente esta idea del líder era para medir la fuerza de algunos, no iba a atacar con su verdadera fuerza, no le iba a dar tal honor a Madara, no de esta forma. Sin más, estiró su brazo derecho, luego su espalda. El golpe del peli rosa lo había dejado algo tocado, si por él hubiera sido, lo habría atacado a él o sino al maldito cocodrilo bueno para nada. Pero se le habían adelantado, había sido demasiado lento así que no le quedaba de otra que atacar a Shiroi. No tenía idea de cómo es que lo iba a esquivar, poco de eso le importaba en realidad. Ya estaba listo. Cerró sus ojos lentamente mientras se concentraba, luego de eso empezó a correr en diagonal, una vez estuvo cerca del peli blanco dio un gran salto para quedar a sus espaldas, y desde ahí girando con fuerza le lanzó una fuerte patada a las costillas (AIF). Una vez acabó su ataque se alejó un par de metros, y dijo fuerte y claro.
Lo de antes no se volverá a repetir. No te preocupes por eso.
Le dijo a su futuro compañero mientras estaba alerta por la respuesta de Shiroir, Sawaki era demasiado orgulloso como para atacar con toda su fuerza y más si sabía que era una prueba, lo esencial para sobrevivir era ocultar la verdadera fuerza, aparte, iba a ser más divertido si ocultaba su fuerza y luego demostrar que no era tan débil como todos se lo iban a creer. Y así aprovecharía de hacerle que ese maldito cocodrilo cerrará su maldito hocico de una vez por todas.
Bien, espero que estés preparado. Si no, es mejor que lo estés, amigo.
Mencionaba mientras se ponía delante de él, no iba a perder el tiempo. Seguramente esta idea del líder era para medir la fuerza de algunos, no iba a atacar con su verdadera fuerza, no le iba a dar tal honor a Madara, no de esta forma. Sin más, estiró su brazo derecho, luego su espalda. El golpe del peli rosa lo había dejado algo tocado, si por él hubiera sido, lo habría atacado a él o sino al maldito cocodrilo bueno para nada. Pero se le habían adelantado, había sido demasiado lento así que no le quedaba de otra que atacar a Shiroi. No tenía idea de cómo es que lo iba a esquivar, poco de eso le importaba en realidad. Ya estaba listo. Cerró sus ojos lentamente mientras se concentraba, luego de eso empezó a correr en diagonal, una vez estuvo cerca del peli blanco dio un gran salto para quedar a sus espaldas, y desde ahí girando con fuerza le lanzó una fuerte patada a las costillas (AIF). Una vez acabó su ataque se alejó un par de metros, y dijo fuerte y claro.
Lo de antes no se volverá a repetir. No te preocupes por eso.
Le dijo a su futuro compañero mientras estaba alerta por la respuesta de Shiroir, Sawaki era demasiado orgulloso como para atacar con toda su fuerza y más si sabía que era una prueba, lo esencial para sobrevivir era ocultar la verdadera fuerza, aparte, iba a ser más divertido si ocultaba su fuerza y luego demostrar que no era tan débil como todos se lo iban a creer. Y así aprovecharía de hacerle que ese maldito cocodrilo cerrará su maldito hocico de una vez por todas.
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Tras el pequeño encontronaso entre miembros detenido por el lider y otro chico el pelinegro se retira a escuchar las palabras de Shiroi y del otro peliblanco, que se hacía llamar Ren. Tras lo cual guarda unos segundos de silencio hasta pronunciar el resto de las normas de la organización, todas muy típicas y necesarias, como la de que la palabra del lider es ley, siempre suele ser así, pues por algo son los líderes los que toman las riendas y es normal que quieran un mínimo de control, pero también demuestra ser magnánimo poniendo la posibilidad de debate en caso de que haya una mayoría que quiera un cambio. La ley de la ayuda mutua, una organización, y más de esa índole, no puede funcionar sin una buena relación de compañerismo entre los compañeros. Tampoco extraña la norma de la traición, pues si no se castiga la traición se considera que aceptan engaños y espías con puertas abiertas. Todas y cada una son muy coherentes y simples de entender, por ello el joven de la enorme espada simplemente los escucha mientras observa todo a su alrededor en aquella playa. Un silencio se hace una vez el moreno termina de enumerar las normas del gremio, al parecer quiere darles a todos tiempo para que reflexionen y se piensen el estar en la organización, el peliblanco vestido de samurái no duda en permanecer en donde se encuentra, la verdad es que nada de lo dicho le va a hacer echarse atrás, todo concuerda con su forma de pensar y en sus planes.
Tras un descanso el hombre nombra a los grupos que formarían los integrantes de la tripulación, al parecer ambos peliblancos formarían un único equipo, en el cual Shibou sería el lider, además del sublíder de la organización. Pero además de los dos albinos también estaría un espadachín reclutado por el líder, si este lo quiere es porque lo vale, aunque el peliblanco se guarda sus opiniones y recelos. Y luego nombra el resto de equipos. Termina diciendo que cada uno escoja a un compañero al que atacar, y que este contraataque, la verdad es que eso puede ser una buena idea, se mediría aproximadamente las cualidades de cada uno y se liberaría un poco de la tensión que tienen algunos de los miembros. El compañero de Shiroi ataca al líder, el pelirosa al cocodrilo, y por último el gyojin rubio decide atacar a Shiroi. Este se estira, seguramente para recolocarse del golpe del pelirosa. Tras correr en su dirección salta para golpearle por la espalda, un terrible error, pues la enorme espada sobresale a los laterales del joven peliblanco, por lo que su golpe literalmente golpeó el contrafilo de la espada, y al mismo tiempo el peliblanco se levanta rápidamente y toma su enorme espada girándola con el contrafilo lanzando un golpe a las costillas del gyojin que no tendría mucha capacidad de reacción debido al golpe anterior.
Reves of the white[AIF]
Tras un descanso el hombre nombra a los grupos que formarían los integrantes de la tripulación, al parecer ambos peliblancos formarían un único equipo, en el cual Shibou sería el lider, además del sublíder de la organización. Pero además de los dos albinos también estaría un espadachín reclutado por el líder, si este lo quiere es porque lo vale, aunque el peliblanco se guarda sus opiniones y recelos. Y luego nombra el resto de equipos. Termina diciendo que cada uno escoja a un compañero al que atacar, y que este contraataque, la verdad es que eso puede ser una buena idea, se mediría aproximadamente las cualidades de cada uno y se liberaría un poco de la tensión que tienen algunos de los miembros. El compañero de Shiroi ataca al líder, el pelirosa al cocodrilo, y por último el gyojin rubio decide atacar a Shiroi. Este se estira, seguramente para recolocarse del golpe del pelirosa. Tras correr en su dirección salta para golpearle por la espalda, un terrible error, pues la enorme espada sobresale a los laterales del joven peliblanco, por lo que su golpe literalmente golpeó el contrafilo de la espada, y al mismo tiempo el peliblanco se levanta rápidamente y toma su enorme espada girándola con el contrafilo lanzando un golpe a las costillas del gyojin que no tendría mucha capacidad de reacción debido al golpe anterior.
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Las órdenes ya estaban dadas, los demás comenzaban a atacarse mostrando sus habilidades y poderes. El peli rosa enviado por Nightmare Kedra era bastante ágil. Había atacado al enorme cocodrilo, el peliblanco recién adjudicado sublíder, se lanzó a por el Gyojin sin pensárselo. No sabía a quién iba a atacar el otro chico, de hecho desvió la mirada hacia él. De repente se dio cuenta de que aquel chico ya no estaba en su sitio, pudo notar un olor muy fuerte sobre su cabeza. Sus habilidades de la fruta del diablo eran asombrosas, se relamió despacio mirando ahora al cielo. El peliblanco estaba allí y pronunció unas palabras que hicieron sonreír de lado al moreno, después procedió a lanzar su ataque. “Vaya, dije entre ellos, pero el chico me ataca a mí. No sé como tomarme eso, pero deberé vigilarlo.” Pensó ahora mientras observaba como el filo del arma de su ahora rival, iba hacia su cabeza. Cerró los ojos despacio dejando que sus costillas azuladas de energía se formaran a su alrededor formando aquella extraña barrera, el filo chocó con esta. El chico dragón notó la buena habilidad en el manejo de la espada del joven, de hecho notó como las costillas se rompían.
Aquello le obligó a tirarse al suelo de espaldas mientras fruncía el ceño, ahora aquella arma iría con menos fuerza debido al impacto con el escudo, pasó por el pecho del moreno mientras caía al suelo. La armadura de acero paró el impacto pero eso le empujó algo más y cayó al suelo con más fuerza, cerró su ojo derecho mientras se llevaba la mano a su pectoral y rodaba rápidamente por el suelo, levantándose después. Le dolían algo los hombros debido a la caída, después miró al peliblanco con una sonrisa algo sádica y temible. Acto seguido se cruzó de brazos mientras se relamía. Por un momento realizó unos gestos con las manos colocándose en su postura de combate mientras un aura azul le rodeaba. Las costillas volvieron a formarse pero esta vez algo más grande iba a surgir, una tenue sonrisa engreída de aquel hombre bastó para que se notaran sus intenciones. Algo grande iba a surgir de aquella acumulación de energía que poseía el líder mercenario. Pegó un gruñido en último lugar mientras sus ojos tomaban un color rojizo y miraba ahora al chico de manera seria y sádica. Una mirada realmente temible que no decía nada bueno de aquel hombre.
- Buen golpe chico, tienes un buen manejo de tus habilidades. Pero ahora déjame mostrarte una pequeña parte de mi poder.
Tras aquellas palabras, el aura comenzó a crecer hasta ponerse a una altura de siete metros, además comenzó a tomar una forma humanoide. Con una cabeza alargada, ojos blancos y un cuerpo fornido, aquella bestia parecía ser un soldado hecho del aura. En cada mano tenía una espada brillante, de su barbilla salían dos pequeños cuernos hacia abajo, su sonrisa era macabra y su tamaño imponente. No tenía piernas y en la base, las cuales eran las costillas, estaba el moreno sonriente con una mirada que helaba la sangre. Su pelo se alborotó hacia arriba debido a la potencia de su habilidad, después de unos segundos aquel monstruo colocó sus armas en equis. Lanzó un tajo hacia el peliblanco y de las armas surgieron dos ondas cortantes las cuales iban cruzadas en equis también, rumbo hacia el joven. El tamaño de estas era bastante grande, ahora debía hacer algo si no quería ser partido en trozos por el peligroso ataque del moreno. Después de aquello, le diera o no, anularía su aura y caminaría hasta su roca dando por terminado su ataque.
Impakuto Nvl2: Tijereta de Belial [AF]
Aquello le obligó a tirarse al suelo de espaldas mientras fruncía el ceño, ahora aquella arma iría con menos fuerza debido al impacto con el escudo, pasó por el pecho del moreno mientras caía al suelo. La armadura de acero paró el impacto pero eso le empujó algo más y cayó al suelo con más fuerza, cerró su ojo derecho mientras se llevaba la mano a su pectoral y rodaba rápidamente por el suelo, levantándose después. Le dolían algo los hombros debido a la caída, después miró al peliblanco con una sonrisa algo sádica y temible. Acto seguido se cruzó de brazos mientras se relamía. Por un momento realizó unos gestos con las manos colocándose en su postura de combate mientras un aura azul le rodeaba. Las costillas volvieron a formarse pero esta vez algo más grande iba a surgir, una tenue sonrisa engreída de aquel hombre bastó para que se notaran sus intenciones. Algo grande iba a surgir de aquella acumulación de energía que poseía el líder mercenario. Pegó un gruñido en último lugar mientras sus ojos tomaban un color rojizo y miraba ahora al chico de manera seria y sádica. Una mirada realmente temible que no decía nada bueno de aquel hombre.
- Buen golpe chico, tienes un buen manejo de tus habilidades. Pero ahora déjame mostrarte una pequeña parte de mi poder.
Tras aquellas palabras, el aura comenzó a crecer hasta ponerse a una altura de siete metros, además comenzó a tomar una forma humanoide. Con una cabeza alargada, ojos blancos y un cuerpo fornido, aquella bestia parecía ser un soldado hecho del aura. En cada mano tenía una espada brillante, de su barbilla salían dos pequeños cuernos hacia abajo, su sonrisa era macabra y su tamaño imponente. No tenía piernas y en la base, las cuales eran las costillas, estaba el moreno sonriente con una mirada que helaba la sangre. Su pelo se alborotó hacia arriba debido a la potencia de su habilidad, después de unos segundos aquel monstruo colocó sus armas en equis. Lanzó un tajo hacia el peliblanco y de las armas surgieron dos ondas cortantes las cuales iban cruzadas en equis también, rumbo hacia el joven. El tamaño de estas era bastante grande, ahora debía hacer algo si no quería ser partido en trozos por el peligroso ataque del moreno. Después de aquello, le diera o no, anularía su aura y caminaría hasta su roca dando por terminado su ataque.
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