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Tras aquel revuelo volví a sentarme en mi lugar, mientras todos tomaban parte en aquella conversación. El líder empezó a contar las reglas sobre la banda, las cuales no me hicieron mucha gracia. Sobretodo la de compañerismo y no matar a ninguno de la banda, ya que estaba penado con la muerte. Tenía ganas de acabar con el maldito gyojin payaso, pero por culpa de las normas no iba a poder, por lo cual refunfuñé un poco.
- Te has salvado, gyojin... Jejeje... - Decía en voz baja mientras le dedicaba una mirada al rubio.
Después de explicar las reglas, empezó a decir los equipos qué, por suerte, no estaría con el gyojin, sino con el líder, a su lado. Parecía que quería mantenerme controlado y que no se fiaba mucho de mi y el gyojin, ya que nos puso en equipos separados. Seguí escuchando atentamente, mientras pensaba en la cantidad de dinero que podría ganar. Dijo que deberíamos atacar a quien quisiésemos, pero solo una vez, por lo cual miré al gyojin mientras me levantaba de mi roca y me relamía los labios, pero no iba a atacarle a él, ya que el pelirrosa que frenó la pelea, venía a por mi.
Yo estaba borracho y veía un poco borroso y, por si fuera poco, sus movimientos parecían de borracho también, como si estuviese ebrio. Era descordinado y la verdad, no me parecía nada visible, hasta que de unos movimientos, al final lanzó un fuerte gancho dirigido a mi estómago. Interpuse mi antebrazo izquierdo en medio en el último momento, pero su fuerza era muy grande, lo que hizo que el golpe me lanzara hacia atrás. Intenté no caer usando de punto de apoyo mi cola y la roca, pero retrocedí varios centímetros. Miré al pelirrosa mientras me relamía los labios y lanzaba una mueca de dolor.
- Vaya, estás en una liga distinta a la del gyojin payaso... Me gusta, jejeje. - Le decía con una sonrisa.
Saqué una cantimplora y bebí las últimas gotas de alcohol que me quedaban, mientras aquel tipo le decía unas palabras al líder. Me lancé veloz hacia el mientras agarraba mi espadón con mi mano derecha y lo arrastraba por la arena, para luego lanzar un tajo en horizontal por su lado izquierdo a la altura de las costillas, al mismo tiempo que giraba y lanzaba un coletazo en horizontal a la altura de sus rodillas.
- Acabemos con esto... [AF]
- Te has salvado, gyojin... Jejeje... - Decía en voz baja mientras le dedicaba una mirada al rubio.
Después de explicar las reglas, empezó a decir los equipos qué, por suerte, no estaría con el gyojin, sino con el líder, a su lado. Parecía que quería mantenerme controlado y que no se fiaba mucho de mi y el gyojin, ya que nos puso en equipos separados. Seguí escuchando atentamente, mientras pensaba en la cantidad de dinero que podría ganar. Dijo que deberíamos atacar a quien quisiésemos, pero solo una vez, por lo cual miré al gyojin mientras me levantaba de mi roca y me relamía los labios, pero no iba a atacarle a él, ya que el pelirrosa que frenó la pelea, venía a por mi.
Yo estaba borracho y veía un poco borroso y, por si fuera poco, sus movimientos parecían de borracho también, como si estuviese ebrio. Era descordinado y la verdad, no me parecía nada visible, hasta que de unos movimientos, al final lanzó un fuerte gancho dirigido a mi estómago. Interpuse mi antebrazo izquierdo en medio en el último momento, pero su fuerza era muy grande, lo que hizo que el golpe me lanzara hacia atrás. Intenté no caer usando de punto de apoyo mi cola y la roca, pero retrocedí varios centímetros. Miré al pelirrosa mientras me relamía los labios y lanzaba una mueca de dolor.
- Vaya, estás en una liga distinta a la del gyojin payaso... Me gusta, jejeje. - Le decía con una sonrisa.
Saqué una cantimplora y bebí las últimas gotas de alcohol que me quedaban, mientras aquel tipo le decía unas palabras al líder. Me lancé veloz hacia el mientras agarraba mi espadón con mi mano derecha y lo arrastraba por la arena, para luego lanzar un tajo en horizontal por su lado izquierdo a la altura de las costillas, al mismo tiempo que giraba y lanzaba un coletazo en horizontal a la altura de sus rodillas.
- Acabemos con esto... [AF]
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Mientras los demás se aventuraban a atacarse los unos a los otros, yo me abalancé sobre Madara. Aquel hombre usó una extraña habilidad y formó unas extrañas cosas a su alrededor, como si fuesen energía solidificada. Extrañamente se asemejaban a una caja torácica, y él estaba dentro, protegido de cualquier ataque en esa especie de costillas azuladas.
Pero mi golpe pareció ir con demasiada fuerza, pues aquellas costillas se rompieron con facilidad, pero a pesar de ello, frenaron mi ataque, aunque no al completo. La hoja siguió bajando hasta su cuerpo, encontrándose finalmente con la armadura que Madara vestía. La katana bajó sin problemas, arañando la superficie metálica, el hombre se salvó porque en el último instante se había echado hacia atrás, pero a pesar de ello se vió en el suelo por el impulso de mi ataque. Había acabado, ahora me tocaría a mi ser testigo de lo que el hombre de cabello negro podía hacer.
Me eché un poco para atrás, con la katana extendida y dispuesto a parar o al menos desviar cualquier golpe que viniese hacia mí. Lo que no me esperaba era lo que pasó después, la misma extraña energía empezó a reunirse alrededor de aquel hombre, mientras hacía extraños gestos y sus ojos parecían brillar con un tono más rojizo. LA energía empezó a formar las mismas costillas, solo que esta vez no acabó allí, sino que siguió generando un esqueleto de 7 metros de altura, cortado a la altura de las costillas. Su cabeza pareció alargarse y los ojos se volvieron blancos, el hueso se cubrió de una poderosa musculatura, de su barbilla parecían crecer cuernos hacia abajo y en cada una de sus manos había aparecido una enorme espada.
Cruzó sus espadas en equis y me lanzó un tajo, del que salieron también dos ondas cortantes, pero seguramente podría desviarlo, por lo que no me preocupé. Recurrí a tekkai kempo para fortalecer mi cuepo, salté en el aire para golpear fuertemente las ondas con el filo de mi arma, a la vez que activaba las dos Okina Disupurei que tenía, uno en cada mano.
Esto hizo que mis brazos se envolviesen en una capa de aire sólido y a la vez que cortaba las ondas cortantes con mi propio armas, estas salieron hacia cada lado, resvalando por mis brazos, pero haciéndome unos ligeros cortes en la mejilla. Menos mal que había usado tekkai kempo.
Una vez hecho aquello volví a mi sitio sin mediar palabra, me interesaba lo que habá visto, sería un posible problema en el futuro y debía informar de ello cuanto antes, pero por ahora lo mejor era esperar las órdenes de Madara.
Pero mi golpe pareció ir con demasiada fuerza, pues aquellas costillas se rompieron con facilidad, pero a pesar de ello, frenaron mi ataque, aunque no al completo. La hoja siguió bajando hasta su cuerpo, encontrándose finalmente con la armadura que Madara vestía. La katana bajó sin problemas, arañando la superficie metálica, el hombre se salvó porque en el último instante se había echado hacia atrás, pero a pesar de ello se vió en el suelo por el impulso de mi ataque. Había acabado, ahora me tocaría a mi ser testigo de lo que el hombre de cabello negro podía hacer.
Me eché un poco para atrás, con la katana extendida y dispuesto a parar o al menos desviar cualquier golpe que viniese hacia mí. Lo que no me esperaba era lo que pasó después, la misma extraña energía empezó a reunirse alrededor de aquel hombre, mientras hacía extraños gestos y sus ojos parecían brillar con un tono más rojizo. LA energía empezó a formar las mismas costillas, solo que esta vez no acabó allí, sino que siguió generando un esqueleto de 7 metros de altura, cortado a la altura de las costillas. Su cabeza pareció alargarse y los ojos se volvieron blancos, el hueso se cubrió de una poderosa musculatura, de su barbilla parecían crecer cuernos hacia abajo y en cada una de sus manos había aparecido una enorme espada.
Cruzó sus espadas en equis y me lanzó un tajo, del que salieron también dos ondas cortantes, pero seguramente podría desviarlo, por lo que no me preocupé. Recurrí a tekkai kempo para fortalecer mi cuepo, salté en el aire para golpear fuertemente las ondas con el filo de mi arma, a la vez que activaba las dos Okina Disupurei que tenía, uno en cada mano.
Esto hizo que mis brazos se envolviesen en una capa de aire sólido y a la vez que cortaba las ondas cortantes con mi propio armas, estas salieron hacia cada lado, resvalando por mis brazos, pero haciéndome unos ligeros cortes en la mejilla. Menos mal que había usado tekkai kempo.
Una vez hecho aquello volví a mi sitio sin mediar palabra, me interesaba lo que habá visto, sería un posible problema en el futuro y debía informar de ello cuanto antes, pero por ahora lo mejor era esperar las órdenes de Madara.
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Ya había lanzado mi ataque al cocodrilo que parecía estar más borracho que mi difunto padre en las fiestas del pueblo cuando lanzaba cuchillos al aire quejándose de no poder apuñalar las nubes. Mi golpe fue certero y muy sorpresivo pero el reptil parecía un luchador hábil ya que bloqueó mi ataque con maestría pero retrocediendo unos centímetros antes de elogiarme comparándome con el gyojin. Por otro lado los demás combates se iban dando lugar, el gyojin se enfrentaba al peliblanco llamado Shiroi mientras, el líder, Madara, se defendía del otro peliblanco y contraatacaba de una forma cuanto menos peculiar e interesante. El reptil sacó una cantimplora y se bebió lo que parecían las últimas gotas de su alcohol mientras yo le hablaba a Madara y luego se lanzó a por mí. El gyojin se movía veloz y con destreza lanzando un golpe a doble altura con su espadón y su cola. Evité el tajo de la espada agachándome pero no pude evitar que el coletazo me golpeara en los brazos cruzados frente a mi cuerpo haciéndome rodar unos 10 cm.
Miré al cocodrilo y dije No peleas mal pero no me compares con el bonachón ese, normalmente ataco para matar y no me controlo como ahora. En mi rostro se esbozó una sonrisa sádica y cínica que recordaría a los mayores locos de la historia.
Miré al cocodrilo y dije No peleas mal pero no me compares con el bonachón ese, normalmente ataco para matar y no me controlo como ahora. En mi rostro se esbozó una sonrisa sádica y cínica que recordaría a los mayores locos de la historia.
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Las peleas iban avanzando, todos estaban demostrando parte de sus poderes, Sawaki miró con admiración a Madara, tenía unas técnicas increíbles y que lo dotaban tanto de una defensa como una ofensiva genial, al parecer, tenía las pintas de ser un buen líder pero aun tenía que pasar tiempo a su lado para ganar algo más de confianza con el de pelo negro. Notó como es que su ataque fallaba, no le importaba mucho tampoco, suspiró tranquilamente mientras trataba de que su cuerpo no se resintiera tanto del golpe del pelo rosado, su compañero, Akai…el chico de fuego. Fue entonces que vio venir el ataque del de pelo blanco, en un momento, pensó en esquivarlo pero quería mantener su tapadera de chico débil, así que apretó todos sus músculos y bajo un poco su brazo, para de ese modo, recibir de lleno el impacto de la espada, su cuerpo se movió un par de metros levantando algo de arena y polvo. Estaba a salvo, su brazo estaba algo inmóvil pero sin heridas graves, seguramente le iba a aparecer un cardenal más que interesante, aparte notó algo de dolor en la zona de las costillas, no era nada serio…estaba todo bien.
Suspiró tranquilamente mientras se llevaba ambas manos detrás de la cabeza y veía como es que ya todos estaban acabando, le había cogido interés a Madara, al igual que al peli blanco que había atacado, parecían ser fuertes y también le daban cierta confianza, como si los conociera de hace años, no entendía ese sentimiento que le abordaba el corazón, tampoco quería…lo iba a dejar fluir, lo único que sabía, es que al cocodrilo no lo iba a aceptar jamás…era un idiota. No era la clase de personas que Sawaki quería cerca de su grupo de amigos, volvió a la sombra y se quedó allí, estaba cerca de todos por si algo más pasaba, cerró sus ojos mientras pensaba porque había aceptado la idea de unirse a esta cosa, no entendía muy bien pero solo era porque su instinto así le dijo, que se uniera…seguramente podría aprender algo interesante de ellos, quizás copiar alguna técnica, o bien, aprender de ellos como personas…todo eso solo lo iba a saber el destino.
Suspiró tranquilamente mientras se llevaba ambas manos detrás de la cabeza y veía como es que ya todos estaban acabando, le había cogido interés a Madara, al igual que al peli blanco que había atacado, parecían ser fuertes y también le daban cierta confianza, como si los conociera de hace años, no entendía ese sentimiento que le abordaba el corazón, tampoco quería…lo iba a dejar fluir, lo único que sabía, es que al cocodrilo no lo iba a aceptar jamás…era un idiota. No era la clase de personas que Sawaki quería cerca de su grupo de amigos, volvió a la sombra y se quedó allí, estaba cerca de todos por si algo más pasaba, cerró sus ojos mientras pensaba porque había aceptado la idea de unirse a esta cosa, no entendía muy bien pero solo era porque su instinto así le dijo, que se uniera…seguramente podría aprender algo interesante de ellos, quizás copiar alguna técnica, o bien, aprender de ellos como personas…todo eso solo lo iba a saber el destino.
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El golpe del peliblanco alcanza de lleno el cuerpo del pequeño gyojin que es levantado un par de metros de suelo, lo que levanta también una nube de arena por el repentino movimiento de aire causado por el golpe del albino. Nadie sabe que es un agente del gobierno, y eso le viene bien, pues así no tiene que preocuparse en demostrar que es realmente un infiltrado en el gobierno y no del gobierno. Además, así no tendría problemas con el mismo por lo cuestionable de sus movimientos y decisiones. Los combates se van sucediendo, aparentemente aquella organización está repleta de grandes luchadores, algo bueno, sobre todo para las intenciones de la misma, ofrecerse a trabajos variados requerirían de fuerza, pero también astucia, y por suerte, el hombre del espadón cuenta con ambas cosas.
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La mirada del líder mercenario observaba como el peliblanco en mitad del aire paraba los cortes pero recibía daños leves en el rostro, el dragón estaba centrado en el chico más que en ningún otro. Después de haber lanzado su ataque dirigió su mirada a los demás contemplando como atacaban y bloqueaban de buena forma, lo que le hizo sonreír de lado mientras se relamía. Acto seguido estiró los brazos hacia arriba y se sentó de nuevo en su roca, tenía grandes planes en mente. El siguiente paso era hallar una buena base y Galuna parecía ser perfecta para comenzar una fortaleza, aunque antes de nada debían hacer un par de cosas más. Observó a todos mientras soltaba una leve carcajada un poco sádica para después hacer brillar sus ojos en un tono rojizo como anteriormente hizo, sus dientes empezaron a afilarse, pero de repente cesó y volvió a la normalidad. Era como si hubiese estado a punto de transformarse en algo. La verdad de todo aquello parecía ser algo realmente increíble, se trataba de un dragón negro, una zoan letal y muy peligrosa a distancias cortar y largas. El ácido no era algo que agradara mucho a la gente al fin y al cabo.
- Mejor de lo que esperaba camaradas. Habéis conseguido impresionarme entre todos, pero hay muchas cosas que aún desconocéis. Lo mejor será que por el momento vayamos a descansar. Hay una cueva cerca, allí tengo instalado un pequeño campamento que nos servirá momentáneamente. No somos piratas, eso de vivir en un barco no es algo que me agrade, pero los usaremos para viajar si es necesario, al fin y al cabo es mejor que andar. Aunque también podríamos viajar volando pero eso ya se verá más adelante, si tenéis que coger algo hacedlo ahora mismo, partimos ya.
Dichas esas palabras, el moreno se levantó observando al resto y se giró empezando a caminar, para guiarlos hacia su nuevo hogar. Pasaron por un enorme bosque, parecía estar lleno de animales y de vida, tras unos cinco minutos, se pudo ver la entrada de una cueva. El mercenario la señaló y entró en ella con calma y tranquilidad. Después de unos segundos llegaron a la zona media, la cual estaba a diez metros de la salida, era una cavidad enorme. En el centro parecía haber una estatua enorme en forma de vikingo, hecha de piedra, quizás un antiguo ídolo de alguna tribu. Había algunas mesas de madera, dónde había ropa, esta era del moreno, también algunos planos y demás. Uchiha Madara se sentó en una de las mesas y observó al resto de personas que le habían seguido, después miró hacia un túnel que continuaba adentrándose en aquella enorme cueva que iba pareciendo una caverna. La señaló de forma tranquila con su dedo índice y después los miró a ellos de nuevo, empezó a hablarles en un tono muy calmado y tranquilo, como si los conociera de toda la vida.
- Por esa ruta encontrareis un pequeño lago subterráneo, creo que Sawaki y Crok estarán muy cómodos en ese lugar, está al aire libre. Los demás podéis acomodaros por dónde queráis, deberemos reunir algunos colchones y demás para hacer de este sitio un lugar habitable. Por el momento parece ser que basta, pero pronto iniciaremos la conquista de esta isla, después de unas horas quiero hablar con cada uno de vosotros uno a uno. He pensado en la posibilidad de posibles espías y eso no me agrada, por ello nos mantendremos legales, así no habrá nada en nuestra contra. Después os diré los planes, no los contéis a nadie, cada uno sabrá algo distinto. Cambiaremos los puntos de encuentro constantemente, cada uno dispondrá de dos Den den muchi. Uno para el grupo y otro que lo comunicara solo y únicamente conmigo.
- Mejor de lo que esperaba camaradas. Habéis conseguido impresionarme entre todos, pero hay muchas cosas que aún desconocéis. Lo mejor será que por el momento vayamos a descansar. Hay una cueva cerca, allí tengo instalado un pequeño campamento que nos servirá momentáneamente. No somos piratas, eso de vivir en un barco no es algo que me agrade, pero los usaremos para viajar si es necesario, al fin y al cabo es mejor que andar. Aunque también podríamos viajar volando pero eso ya se verá más adelante, si tenéis que coger algo hacedlo ahora mismo, partimos ya.
Dichas esas palabras, el moreno se levantó observando al resto y se giró empezando a caminar, para guiarlos hacia su nuevo hogar. Pasaron por un enorme bosque, parecía estar lleno de animales y de vida, tras unos cinco minutos, se pudo ver la entrada de una cueva. El mercenario la señaló y entró en ella con calma y tranquilidad. Después de unos segundos llegaron a la zona media, la cual estaba a diez metros de la salida, era una cavidad enorme. En el centro parecía haber una estatua enorme en forma de vikingo, hecha de piedra, quizás un antiguo ídolo de alguna tribu. Había algunas mesas de madera, dónde había ropa, esta era del moreno, también algunos planos y demás. Uchiha Madara se sentó en una de las mesas y observó al resto de personas que le habían seguido, después miró hacia un túnel que continuaba adentrándose en aquella enorme cueva que iba pareciendo una caverna. La señaló de forma tranquila con su dedo índice y después los miró a ellos de nuevo, empezó a hablarles en un tono muy calmado y tranquilo, como si los conociera de toda la vida.
- Por esa ruta encontrareis un pequeño lago subterráneo, creo que Sawaki y Crok estarán muy cómodos en ese lugar, está al aire libre. Los demás podéis acomodaros por dónde queráis, deberemos reunir algunos colchones y demás para hacer de este sitio un lugar habitable. Por el momento parece ser que basta, pero pronto iniciaremos la conquista de esta isla, después de unas horas quiero hablar con cada uno de vosotros uno a uno. He pensado en la posibilidad de posibles espías y eso no me agrada, por ello nos mantendremos legales, así no habrá nada en nuestra contra. Después os diré los planes, no los contéis a nadie, cada uno sabrá algo distinto. Cambiaremos los puntos de encuentro constantemente, cada uno dispondrá de dos Den den muchi. Uno para el grupo y otro que lo comunicara solo y únicamente conmigo.
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Aquel tipo consiguió esquivar mi corte, pero mi coletazo por inercia y sin querer, consiguió lanzarlo rodando unos centímetros. Parece que todos ya habíamos completado nuestro cometido de atacar y ahora, el que sería nuestro líder, nos avisó de que deberíamos marchar a una cueva, ya que al no ser piratas, no dormiríamos en los barcos, algo que me agradaba, la verdad. Agarré mis cosas y empecé a seguir al líder, el primero. Pasemos por un bosque lleno de vida, estábamos en la zona norte, un lugar donde supuestamente las personas desaparecían.
Lleguemos a una cueva y, al entrar, una estatua vikinga extraña, de piedra, estaba en el centro de la principal "sala". También había una mesa, ropa y demás cosas donde seguramente, había estado Madara antes. Se sentó en una silla de la mesa, por lo que en la otra punta, justo en frente, me senté yo. Debía escoger primero sitio, antes de que alguno me quitase el mío. Madara empezó a hablar sobre un lago subterráneo, algo que me llamaba la atención y contó parte de los planes que íbamos a tener.
- Este sitio, a partir de ahora, es el mío. Jejeje... - Decía con una sonrisa macabra mientras dejaba mis cosas al lado y señalaba donde estaba sentado. - Bueno jefe, tengo ganas de masacrar la isla y convertirla en nuestro querido hogar, jejeje. Tal vez debamos hacernos un nombre y así, ganaremos dinero con más facilidad.
Lleguemos a una cueva y, al entrar, una estatua vikinga extraña, de piedra, estaba en el centro de la principal "sala". También había una mesa, ropa y demás cosas donde seguramente, había estado Madara antes. Se sentó en una silla de la mesa, por lo que en la otra punta, justo en frente, me senté yo. Debía escoger primero sitio, antes de que alguno me quitase el mío. Madara empezó a hablar sobre un lago subterráneo, algo que me llamaba la atención y contó parte de los planes que íbamos a tener.
- Este sitio, a partir de ahora, es el mío. Jejeje... - Decía con una sonrisa macabra mientras dejaba mis cosas al lado y señalaba donde estaba sentado. - Bueno jefe, tengo ganas de masacrar la isla y convertirla en nuestro querido hogar, jejeje. Tal vez debamos hacernos un nombre y así, ganaremos dinero con más facilidad.
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Todos habíamos terminados de atacar y recibir el ataque que Madara nos había mandado. No conseguía entender en qué se basaba su poder, por lo que sin duda se lo atribuí a algún tipo de akuma no mi. Tras terminar Madara comenzó a reírse de una manera extraña, sus ojos empezaron a emitir el mismo brillo rojizo y si no fuese imposible, juraría que sus dientes se habían alargado directamente. Sacudí un poco la cabeza y me levanté para unirme a la comitiva.
Mientras caminaba seguía pensando en los sientes y en que posiblemente esa energía que había usado en mi contra pudiese tener algún efecto alucinógeno o similar sobre aquel que rozaba. Pero solo habían sido unos dientes, es posible que todo se debiese a la situación en la que nos encontrábamos.
Pasaron unos minutos y tras atravesar un bosque llegamos a una caverna en la que había una enorme figura de piedra, el olor de la estancia me recordaba a la lluvia, la cueva era fresca y lo mejor, seca. Madara señaló hacia un lugar donde había un lago, sin duda sería de allí de donde salía la humedad. Luego el corazón me dio un vuelco al escuchar la posibilidad de espías, ¿me habría descubierto tan pronto? No, no lo habría hecho, solo lo planteaba, nada más.
Me calmé un poco y escogí un hueco en la roca de la pared, no estaba mal, en él cabía y para dormir podría valer, por lo que me acerqué allí y dejé mi katana.
-Bueno, pues entonces yo me quedo aquí –dije tranquilamente mientras me sentaba -necesitaremos financiación, ¿no? ¿Cómo vamos a conseguirla?
Era una pregunta como cualquier otra, si Madara planeaba mantenerse legal, algo tendría en mente para llevar la organización. A lo mejor planeaba un ejército al margen del gobierno, pero que éste pudiese usar a su favor, con un precio justo, claro. No lo sabía, solo me cabía esperar a saber nuevas cosas.
Mientras caminaba seguía pensando en los sientes y en que posiblemente esa energía que había usado en mi contra pudiese tener algún efecto alucinógeno o similar sobre aquel que rozaba. Pero solo habían sido unos dientes, es posible que todo se debiese a la situación en la que nos encontrábamos.
Pasaron unos minutos y tras atravesar un bosque llegamos a una caverna en la que había una enorme figura de piedra, el olor de la estancia me recordaba a la lluvia, la cueva era fresca y lo mejor, seca. Madara señaló hacia un lugar donde había un lago, sin duda sería de allí de donde salía la humedad. Luego el corazón me dio un vuelco al escuchar la posibilidad de espías, ¿me habría descubierto tan pronto? No, no lo habría hecho, solo lo planteaba, nada más.
Me calmé un poco y escogí un hueco en la roca de la pared, no estaba mal, en él cabía y para dormir podría valer, por lo que me acerqué allí y dejé mi katana.
-Bueno, pues entonces yo me quedo aquí –dije tranquilamente mientras me sentaba -necesitaremos financiación, ¿no? ¿Cómo vamos a conseguirla?
Era una pregunta como cualquier otra, si Madara planeaba mantenerse legal, algo tendría en mente para llevar la organización. A lo mejor planeaba un ejército al margen del gobierno, pero que éste pudiese usar a su favor, con un precio justo, claro. No lo sabía, solo me cabía esperar a saber nuevas cosas.
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Mi mirada permanecía igual de sádica mientras Madara se reía antes de decir Mejor de lo que esperaba camaradas. Habéis conseguido impresionarme entre todos, pero hay muchas cosas que aún desconocéis. Lo mejor será que por el momento vayamos a descansar. Hay una cueva cerca, allí tengo instalado un pequeño campamento que nos servirá momentáneamente. No somos piratas, eso de vivir en un barco no es algo que me agrade, pero los usaremos para viajar si es necesario, al fin y al cabo es mejor que andar. Aunque también podríamos viajar volando pero eso ya se verá más adelante, si tenéis que coger algo hacedlo ahora mismo, partimos ya. Tras esas palabras simplemente recogí mi guitarra y mi tabla de viaje y caminé tras los demás miembros de la organización a través del bosque rumbo a una cueva donde Madara tenía un campamento, aunque a mí no me afectaba dormir a la intemperie. Tras cruzar todo el bosque tranquilamente llegamos a una cueva donde, nada más entrar vi una estatua de aspecto vikingo, una mesa y varias piezas de ropa y otras pertenencias que seguramente serían de Uchiha. El que sería el líder de la organización se sentó en una mesa y habló sobre lo que haríamos a continuación.
Poco a poco los demás se iban sentando tomando sus respectivos sitios así que yo hice lo propio que era buscar un lugar donde quedarme. El cocodrilo se sentó frente a Madara, el peliblanco que atacó al líder se metió en un hueco de la pared, yo simplemente me senté apoyado en una pared con las manos apoyadas en la cabeza mirado toda la estancia, parecía estable pero aun así si se desmoronaba simplemente tenía que fundir las rocas para salir.
Poco a poco los demás se iban sentando tomando sus respectivos sitios así que yo hice lo propio que era buscar un lugar donde quedarme. El cocodrilo se sentó frente a Madara, el peliblanco que atacó al líder se metió en un hueco de la pared, yo simplemente me senté apoyado en una pared con las manos apoyadas en la cabeza mirado toda la estancia, parecía estable pero aun así si se desmoronaba simplemente tenía que fundir las rocas para salir.
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Sawaki escuchó a Madara, era un tipo inteligente y se notaba que era fuerte. Empezó a caminar siguiendo al resto, mantenía un absoluto silencio “Mierda, no estoy seguro de hacer esto….” pensó mordiéndose su labio. Recordaba a Kaiser y a Cánabar con nostalgia, sus dos primeros amigos. Cánabar era su hermano mayor, su mejor amigo, alguien en quien podía confiar a ojos cerrados. Kaiser era su capitán, no le gustaba su ideología pero lo respetaba. También recordó a Shark, su compañero de aventuras, con él hizo tantas cosas que no pudo evitar sonreír de forma divertida. No, definitivamente no podía estar aquí, tenía que buscarlos, encontrarlos de alguna manera y volver a ser feliz.
Llegaron a una cueva. Era el escondite de Madara y se notaba que ya había estado viviendo aquí, suspiró tranquilamente mientras la observaba. Una estatua de vikingo le llamó la atención “Ya tomé la decisión, me iré de aquí a buscar a mis verdaderos nakamas. pensó con fuerza. Notó que todos se sentaban. Sawaki sin embargo no lo hizo, siguió recto hasta llegar donde estaba el líder. Sin dudarlo se agachó y puso su boca a la altura de su oído, no quería que nadie más se enterará y por lo que había visto de Uchiha parecía ser alguien que entendía razones. Sawaki no podía estar aquí, no está en organización, no con ellos. Su lealtad estaba en Atesaki, en Kaiser, Cánabar y Shark, no importaba el tiempo los iba a encontrar.
Madara lo siento pero me debo ir. Tengo que encontrar a mis verdaderos nakamas, no puedo estar aquí. Mi lealtad está en Atesaki, lo siento.
Susurró despacio, solo para que él escuchara. No esperó respuesta y con la cabeza en alto fue que se marchó. Luego de eso se dirigió al océano y empezó a nadar, estaba sonriendo y era de felicidad. Al fin había decidido que hacer. Atesaki era su lugar, sabía que Kaiser y Cánabar seguían vivos, los iba a encontrar sí o sí.
Llegaron a una cueva. Era el escondite de Madara y se notaba que ya había estado viviendo aquí, suspiró tranquilamente mientras la observaba. Una estatua de vikingo le llamó la atención “Ya tomé la decisión, me iré de aquí a buscar a mis verdaderos nakamas. pensó con fuerza. Notó que todos se sentaban. Sawaki sin embargo no lo hizo, siguió recto hasta llegar donde estaba el líder. Sin dudarlo se agachó y puso su boca a la altura de su oído, no quería que nadie más se enterará y por lo que había visto de Uchiha parecía ser alguien que entendía razones. Sawaki no podía estar aquí, no está en organización, no con ellos. Su lealtad estaba en Atesaki, en Kaiser, Cánabar y Shark, no importaba el tiempo los iba a encontrar.
Madara lo siento pero me debo ir. Tengo que encontrar a mis verdaderos nakamas, no puedo estar aquí. Mi lealtad está en Atesaki, lo siento.
Susurró despacio, solo para que él escuchara. No esperó respuesta y con la cabeza en alto fue que se marchó. Luego de eso se dirigió al océano y empezó a nadar, estaba sonriendo y era de felicidad. Al fin había decidido que hacer. Atesaki era su lugar, sabía que Kaiser y Cánabar seguían vivos, los iba a encontrar sí o sí.
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Los enfrentamientos terminan, cada cual se vuelve a su sitio mientras el líder de todo aquello, Madara cree recordar el albino que se llamaba el moreno, se pone a reír cual poseso mientras sus ojos emiten un brillo rojizo. |~¿Tendrá conjuntivitis?~| Piensa el portador de la enorme espada mientras ve que además de eso sus dientes se afilan, el hombre se frota los ojos para comprobar que no alucina o algo así, pero en lo que lo hace Madara ya vuelve a la normalidad, el peliblanco se queda con la duda de lo sucedido, luego el hombre que despierta cada vez más su curiosidad se dispone a hablar. |~Mejor de lo que esperaba camaradas. Habéis conseguido impresionarme entre todos, pero hay muchas cosas que aún desconocéis. Lo mejor será que por el momento vayamos a descansar. Hay una cueva cerca, allí tengo instalado un pequeño campamento que nos servirá momentáneamente. No somos piratas, eso de vivir en un barco no es algo que me agrade, pero los usaremos para viajar si es necesario, al fin y al cabo es mejor que andar. Aunque también podríamos viajar volando pero eso ya se verá más adelante, si tenéis que coger algo hacedlo ahora mismo, partimos ya. ~| Es lo que termina diciendo aquél hombre para luego moverse, el peliblanco se une a la comitiva que termina en una especie de cueva, donde todos los que van llegando van tomando asiento. El albino se sienta sin llamar demasiado la atención en un lugar cercano a Madara, dado que sería el sublíder de la organización era lógica esa posición tan cercana al líder. Y tras sus palabras todo quedó en silencio, y el gyojin, que había fracasado en el intento de golpear al veterano, se marcha tras murmurarle algo en el oído a Madara, el hombre no logra atisbar mucho más a parte de que ese no es su lugar, y no le va a detener.
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El moreno se mantuvo serio en todo momento, esperaba las palabras de sus hombres de forma tranquila. El primero en tomar asiento había sido el cocodrilo, justo la misma persona que había reclamado el lago y a la que se vio obligado a detener anteriormente. Una pequeña carcajada se escapó de su boca mientras observaba de forma tranquila a los demás. Acto seguido el Gyojin se acercó a él y le susurró unas palabras, estas no gustaron el mercenario, no por el acto, más bien por no haberlo dicho antes. Si quería irse podría haberlo hecho desde el principio, era un cara dura, se había enterado de varias cosas que no debía. Se dio cuenta de su error, paró al guitarrista de forma equivocada, nunca debió de haberlo hecho. Cuando el chico se fue, no hizo nada, lo dejó largarse. El peliblanco dijo unas palabras, sin embargo Madara permaneció callado, estuvo tres minutos en silencio, no por falta de idea, la razón era que no pensaba decir una palabra hasta que el olor del rubio desapareciera totalmente de los alrededores. Una vez lo hizo, esperó unos momentos más para ver si alguien seguía el ejemplo del ser marino, al ver que nadie lo hacía, sonrió de lado y soltó un suspiro.
- Siento no haber contestado Ren, quería esperar a que el Gyojin desapareciera. De esta forma, ya me he librado de alguien que no quería estar aquí. Me fastidia que haya escuchado todo, pero sin pruebas materiales no hay nada que pueda hacer. Crok, siento haberte parado antes en la playa, pero tu ataque podría haberle matado y quería comprobar una cosa. Es muy descuidado, ha dicho tener otra banda, un error de novatos. Bueno ahora contestare, el dinero se conseguirá mediante misiones y eliminando piratas con recompensa por el momento. Como dije, no haremos nada ilegal aún. La conquista de esta isla será mediante un acto no violento, lo tengo todo planeado, las cartas están sobre la mesa caballeros. No tardaré en conseguir un sustituto para el hombre pez. Por el momento vosotros sois los únicos que parecen ser fieles, pero no descartaré nada aún. Es hora de mostrar mi faceta más poderosa, jejejeje…
De repente el luchador se levantó de su sitio, dándoles la espalda al resto mientras un aura azulada le rodeaba, sus ojos tomaron un brillo extraño y soltó una carcajada más que sádica. Saltó con fuerza hacia arriba, pero no bajó después, su cuerpo empezó a rodearse de escamas de forma extensa, de su espalda surgieron dos elegantes y poderosas alas y de la parte baja surgió una cola larga y acabada en una cuchilla. Se había convertido en un poderoso dragón, el cual pegó un terrible rugido que hizo temblar algunas piedras. Su longitud desde la cabeza a la cola era de doce metros, y dieciocho de ala a ala, se colocó sobre la estatua del vikingo y observó a todos los demás, la verdad es que se veía muy imponente, era una bestia terrible. Su poder era mucho mayor, de esa forma demostró que el combate de la playa solo había sido un pequeño juego para él, ya que no había mostrado todavía gran cosa. El resto deberían ganárselo los demás para que confiara mucho más en ellos, la enorme bestia se tapó con sus alas y entrecerró los ojos mientras se relamía. Ahora comenzó a hablar en un tono monstruoso y muy grave, como si de un demonio de tratase, era simplemente magnifico.
- Ahora podéis hacer lo que queráis, por el momento descansad. Luego haré unas cuantas cosas para empezar con la conquista caballeros, el tiempo de Kyofu No Yohei, ha llegado.
- Siento no haber contestado Ren, quería esperar a que el Gyojin desapareciera. De esta forma, ya me he librado de alguien que no quería estar aquí. Me fastidia que haya escuchado todo, pero sin pruebas materiales no hay nada que pueda hacer. Crok, siento haberte parado antes en la playa, pero tu ataque podría haberle matado y quería comprobar una cosa. Es muy descuidado, ha dicho tener otra banda, un error de novatos. Bueno ahora contestare, el dinero se conseguirá mediante misiones y eliminando piratas con recompensa por el momento. Como dije, no haremos nada ilegal aún. La conquista de esta isla será mediante un acto no violento, lo tengo todo planeado, las cartas están sobre la mesa caballeros. No tardaré en conseguir un sustituto para el hombre pez. Por el momento vosotros sois los únicos que parecen ser fieles, pero no descartaré nada aún. Es hora de mostrar mi faceta más poderosa, jejejeje…
De repente el luchador se levantó de su sitio, dándoles la espalda al resto mientras un aura azulada le rodeaba, sus ojos tomaron un brillo extraño y soltó una carcajada más que sádica. Saltó con fuerza hacia arriba, pero no bajó después, su cuerpo empezó a rodearse de escamas de forma extensa, de su espalda surgieron dos elegantes y poderosas alas y de la parte baja surgió una cola larga y acabada en una cuchilla. Se había convertido en un poderoso dragón, el cual pegó un terrible rugido que hizo temblar algunas piedras. Su longitud desde la cabeza a la cola era de doce metros, y dieciocho de ala a ala, se colocó sobre la estatua del vikingo y observó a todos los demás, la verdad es que se veía muy imponente, era una bestia terrible. Su poder era mucho mayor, de esa forma demostró que el combate de la playa solo había sido un pequeño juego para él, ya que no había mostrado todavía gran cosa. El resto deberían ganárselo los demás para que confiara mucho más en ellos, la enorme bestia se tapó con sus alas y entrecerró los ojos mientras se relamía. Ahora comenzó a hablar en un tono monstruoso y muy grave, como si de un demonio de tratase, era simplemente magnifico.
- Ahora podéis hacer lo que queráis, por el momento descansad. Luego haré unas cuantas cosas para empezar con la conquista caballeros, el tiempo de Kyofu No Yohei, ha llegado.
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Cuando estábamos ya todos en la cueva el albino que atacó a Madara preguntó sobre la financiación, el cocodrilo gigante que había logrado tirarme se sentó cerca de Madara y se hizo con el control del lago por así decirlo mientras los demás nos colocábamos en sitios diversos como por ejemplo el otro peliblanco que sería el sublíder se colocó también cerca del líder, yo en cambio estaba un tanto alejado de todos los demás. Cogí mi tabla y bajo ella había sujeto un pequeño maletín el cual cogí antes de hacer la tabla más pequeña y guardarla en mi bolsillo. Mientras el gyojin que sería mi compañero se marchaba del lugar, algo que me desagradó ya que eso significaba que no podía confiar en él. Mi mirada ahora se centraba en el moreno que parecía tener algo que decir pues empezó a decir Siento no haber contestado Ren, quería esperar a que el Gyojin desapareciera. De esta forma, ya me he librado de alguien que no quería estar aquí. Me fastidia que haya escuchado todo, pero sin pruebas materiales no hay nada que pueda hacer. Crok, siento haberte parado antes en la playa, pero tu ataque podría haberle matado y quería comprobar una cosa. Es muy descuidado, ha dicho tener otra banda, un error de novatos. Bueno ahora contestare, el dinero se conseguirá mediante misiones y eliminando piratas con recompensa por el momento. Como dije, no haremos nada ilegal aún. La conquista de esta isla será mediante un acto no violento, lo tengo todo planeado, las cartas están sobre la mesa caballeros. No tardaré en conseguir un sustituto para el hombre pez. Por el momento vosotros sois los únicos que parecen ser fieles, pero no descartaré nada aún. Es hora de mostrar mi faceta más poderosa, jejejeje…
De repente el sujeto cambió de forma y se transformó en un auténtico dragón negro, algo que me sorprendió pero que no me demostraba absolutamente nada salvo que al igual que yo poseía una akuma no mi. Tras posarse en la estatua volvió a hablar dándonos libertad de hacer lo que nos pareciera así que simplemente abrí el maletín, monté el pequeño instrumento dorado que había en él y comencé a tocar una melodía agradable y tranquila.
De repente el sujeto cambió de forma y se transformó en un auténtico dragón negro, algo que me sorprendió pero que no me demostraba absolutamente nada salvo que al igual que yo poseía una akuma no mi. Tras posarse en la estatua volvió a hablar dándonos libertad de hacer lo que nos pareciera así que simplemente abrí el maletín, monté el pequeño instrumento dorado que había en él y comencé a tocar una melodía agradable y tranquila.
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El hombre de larga melena blanca se encuentra sentado en la mesa junto al moreno observa atentamente como se suceden los acontecimientos, uno a uno todos están ya colocados, es en ese momento cuando Madara toma nuevamente el turno para hablar. |~Siento no haber contestado Ren, quería esperar a que el Gyojin desapareciera. De esta forma, ya me he librado de alguien que no quería estar aquí. Me fastidia que haya escuchado todo, pero sin pruebas materiales no hay nada que pueda hacer. Crok, siento haberte parado antes en la playa, pero tu ataque podría haberle matado y quería comprobar una cosa. Es muy descuidado, ha dicho tener otra banda, un error de novatos. Bueno ahora contestare, el dinero se conseguirá mediante misiones y eliminando piratas con recompensa por el momento. Como dije, no haremos nada ilegal aún. La conquista de esta isla será mediante un acto no violento, lo tengo todo planeado, las cartas están sobre la mesa caballeros. No tardaré en conseguir un sustituto para el hombre pez. Por el momento vosotros sois los únicos que parecen ser fieles, pero no descartaré nada aún. Es hora de mostrar mi faceta más poderosa, jejejeje…~| Son las palabras que emite el joven, la verdad es que al peliblanco poco o nada le importa saber cuán fuerte es una persona con la que combatiría codo con codo, pero bueno, si eso es lo qué él quiere que lo haga. De pronto el joven se levanta y se aleja lo suficiente como para lo que hace a continuación no sea molesto, al menos no en exceso. Se convierte en una especie de lagarto enorme, un dragón sin duda, lo que lo convierte en un usuario de las habilidades, algo que le dice mucho al joven peliblanco. El enorme lagarto se posa en la estatua y les dice que hagan lo que deseen, por lo que el albino simplemente clava la enorme espada en el suelo, se echa hacia atrás y se recuesta con la silla inclinada mientras escucha la melodía del joven pelirrosa.
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El gyojin rubio se acercó a Madara cuchicheando algo en una voz inaudible para mi y luego se fue. Madara no contestaba a mis preguntas, ¿qué era lo que había pasado? Guardó silencio durante unos minuto antes de volver a hablar, justo cuando estaba empezando a impacientarme. No tardó en informarnos de lo que había pasado, el gyojin tenía otra banda e iría con ello,s un error por parte de Madara no haberse informado quienes eran sus integrantes. Luego volvió a recalcar que por el momento solo actuaríamos en el marco de la legalidad y finalmente contestó que el dinero lo atendríamos del a caza de piratas, nada mal.
Quizá mi objetivo allí era equivocado, puede que en realidad Kyofu no yohei no fuese una organización criminal, sino un ejercito independiente. Me quedé observando a aquel hombre, que saltó y se quedó en el aire mientras su cuerpo crecía y se recubría de escamas azabaches, dos enormes alas crecían a su espalda y una enorme y afilada cola crecía en la parte baja de su espalda. Con las alas nos cubrió a todos, era una criatura realmente enorme, y luego nos dijo que descansáramos que en breve comezaríamos la conquista.
Me separé de ellos, no sabía nada de que él fuese un dragón, zoan mitológica, como Mark. Ya me había encontrado con un usuario similar solo que de un color diferente y con algunas ligeras diferencias. Era sin duda algo a tener en cuenta para mi informe, quizá debería informar también del gyojin, aunque ya no formase parte de la banda, o podría ser un infiltrado en otra, no lo sabia, pero lo descubriría.
Quizá mi objetivo allí era equivocado, puede que en realidad Kyofu no yohei no fuese una organización criminal, sino un ejercito independiente. Me quedé observando a aquel hombre, que saltó y se quedó en el aire mientras su cuerpo crecía y se recubría de escamas azabaches, dos enormes alas crecían a su espalda y una enorme y afilada cola crecía en la parte baja de su espalda. Con las alas nos cubrió a todos, era una criatura realmente enorme, y luego nos dijo que descansáramos que en breve comezaríamos la conquista.
Me separé de ellos, no sabía nada de que él fuese un dragón, zoan mitológica, como Mark. Ya me había encontrado con un usuario similar solo que de un color diferente y con algunas ligeras diferencias. Era sin duda algo a tener en cuenta para mi informe, quizá debería informar también del gyojin, aunque ya no formase parte de la banda, o podría ser un infiltrado en otra, no lo sabia, pero lo descubriría.
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El gyojin payaso se acercó a Madara y le dijo un par de cosas al oído, algo que nadie más sabía. Después de eso se largó del lugar. Tal vez se encontraba incómodo o había pensado mejor en lo que dije, la verdad es que no tenía madera de Mercenario, fue lo mejor. La verdad es que irse, fue lo peor que hizo. Dentro estaría protegido por Madara, pero fuera, podría ir a matarlo.
Tras irse lejos, Madara comenzó a hablar, estaba cayado pero con razón, no quería que el Gyojin escuchase todo. Se disculpó por haberme parado, aunque ya no importaba, la verdad es que algo en mi interior le gustaba tener razón. Según el jefe, el gyojin tenía otra banda, por lo que no entendía porqué vino hasta aquí, tal vez quería descubrir nuestros planes. Dijo que conquistaríamos la isla de forma no violenta, algo que me deprimió y luego, dijo que mostraría sus poderes.
- No te disculpes, jefe. Muéstranos tu poder, jejeje.
De repente, Madara dio una voltereta y en el aire se transformó en un dragón. Era increíble, un vuelo perfecto, unas escamas como las mías, una gran dentadura y cola, era un ser superior a un cocodrilo, sin duda. Aunque, había algo que él no sabía y que yo estaba aprendiendo a controlar, yo también era usuario de una fruta del diablo, aunque no de una zoan mitológica.
- Jejejeje. Veo que escondes sorpresas, pero como todos, jefe...
Tras esas palabras me levanté de la silla, viendo como el dragón se posaba encima de la estatua de vikingo. Agarré mi guitarra y me puse dispuesto a tocar. Fui a sentarme en el suelo, pero mientras estaba en el aire, empezó a surgir un material de la tierra, metálico y negro brillante. Aquello era Osmio, una estructura que me empezó a elevar en el aire. Era una estructura cuadrada que flotaba unos palmos del suelo, mientras yo me sentaba encima. Alcé mi mano derecha y entre mi dedo índice y corazón, se empezó a formar una púa de Osmio, con la que empecé a tocar.
Evidentemente, empezaría una vez el tipo pelirrosa acabase.
- Es la hora del Rock and Roll... ¡¡Baby!!
Tras irse lejos, Madara comenzó a hablar, estaba cayado pero con razón, no quería que el Gyojin escuchase todo. Se disculpó por haberme parado, aunque ya no importaba, la verdad es que algo en mi interior le gustaba tener razón. Según el jefe, el gyojin tenía otra banda, por lo que no entendía porqué vino hasta aquí, tal vez quería descubrir nuestros planes. Dijo que conquistaríamos la isla de forma no violenta, algo que me deprimió y luego, dijo que mostraría sus poderes.
- No te disculpes, jefe. Muéstranos tu poder, jejeje.
De repente, Madara dio una voltereta y en el aire se transformó en un dragón. Era increíble, un vuelo perfecto, unas escamas como las mías, una gran dentadura y cola, era un ser superior a un cocodrilo, sin duda. Aunque, había algo que él no sabía y que yo estaba aprendiendo a controlar, yo también era usuario de una fruta del diablo, aunque no de una zoan mitológica.
- Jejejeje. Veo que escondes sorpresas, pero como todos, jefe...
Tras esas palabras me levanté de la silla, viendo como el dragón se posaba encima de la estatua de vikingo. Agarré mi guitarra y me puse dispuesto a tocar. Fui a sentarme en el suelo, pero mientras estaba en el aire, empezó a surgir un material de la tierra, metálico y negro brillante. Aquello era Osmio, una estructura que me empezó a elevar en el aire. Era una estructura cuadrada que flotaba unos palmos del suelo, mientras yo me sentaba encima. Alcé mi mano derecha y entre mi dedo índice y corazón, se empezó a formar una púa de Osmio, con la que empecé a tocar.
Evidentemente, empezaría una vez el tipo pelirrosa acabase.
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