Un encuentro... ¿Inesperado? [PRIVADO] (Nemonic, Roy & Kasmatura).

Había sido arrastrado por la marea, cuando mi bote se estrelló contra unas rocas y no quedó ni una astilla. Me desperté tendido en la fina arena de la playa, y los rayos del sol caían con fuerza en la superficie. Tenía toda la ropa mojada, pero gracias a Dios, no había perdido nada de importancia. Seguía teniendo mis espadas, y mi collar de lapislázuli. Mi sombrero, al tener una cuerda en la parte inferior, no se había perdido ya que se había quedado colgado gracias a esta por mi cuello. Había perdido una bota, la derecha para concretar más. Tenía una de las mangas de mi  traje rota, y una herida en el antebrazo. Me levanté con sutileza, sin poder mover mucho mi pierna izquierda. Me levanté un poco el pantalón, y pude ver como desde el muslo, me caía un gran chorro de sangre, llegándome hasta el tobillo. Había tenido mucha suerte, pues pude morir ahogado, desangrado o haber naufragado en una isla desierta, pero no fue así, había conseguido llegar a una isla habitada, no sabía cual era pero aquello era mejor que nada.

Con un gran esfuerzo, fui cojeando hasta unas escaleras, desde las cuales se podía pasar de la playa hasta la zona comercial de la ciudad. Las subí con mucho cuidado, pero fue en vano, me caí varias veces seguidas. Un hombre que pasaba por allí decidió ayudarme, y llevarme hasta una taberna cercana. Allí, el buen hombre se presentó y conseguimos entablar una conversación:

-¿Quién eres tú?- Me dijo el buen hombre.- Nunca antes te había visto por esta zona.

-Soy Kasmatura Sontagawa. He llegado gracias a la marea a esta isla, por cierto ¿Qué isla es esta?- Le pregunté con un tono de intriga.

-Estás en el Reino de Lvneel, en el North Blue, pareces pirata ¿no es así?- Dijo aquel hombre a la vez que se tocaba el bolsillo buscando algo. Por cierto, ¿te apetece algo de comer?

-Estoy muerto de hambre, he tenido un largo y duro viaje hasta llegar aquí.- Le dije.

Pidió una gran jarra de sake, y llenando dos jarras, comenzamos a beber.

El viaje nos había llevado más tiempo del esperado, 2 días concretamente, pero, ya por fin habiamos llegado. El Reino de Lvneel. Estaba haciendo un trabajo de protección para un viejo amigo Dominic, que había tenido algunos problemas con sus mercenarios y sabiendo que estaba en su isla, me pidío el favor, cobrando por supuesto.

Desembarcamos en el puerto, por lo que parecía, hoy no había tanto ajetreo en puerto, como en otras ocasiones. Dominic, iba a hacer negocios con algunos comerciantes de la zona, pero ese día habían cerrado por la celebración de la fiesta primaveral.

- Vaya, si hubieramos lelgado a tiempo no tendriamos que esperar- le dije a Dominic

- Si.. -dijo algo preocupado- bueno vamos a la posada cercana y descansemos alli mientas pensamos en algo- me dijo

Nos dirigimos a la tarberna mas cercana. Nada mas entrar, el ambiente de fiesta se notaba en el ambiente, la gente cantaba y bailaba, las ventanas estaban adornadas con flores colgantes de todos los colores y el olor a sake y comida bañaba toda la estancia.

- Una ronda de Sake y carne asada- dijo Dominic con la voz un poco alzada, ya que con la múscia no lo hubieran escuchado.

La música paró y los musicos empezaron tambien a comer y a beber, a coninuación dos hombres entraron por la puerta.  En se momento no les hice mucho caso, ya que viendolos de refilon, me parecíeron dos lugareños más. Hasta que escuche que si era pirata, me puse bastante tenso al escuchar esa palabra, no podía soportarla. Me fije un poco mas en los dos hombres que acaban de entrar y vi que uno de ellos estaba mojado, con la ropa echa jirones y con un ligero sangrado en la pierna. Mi amigo se dio cuenta y me cogio el brazo, no quería que causara disturbios en aquel lugar, por que tenía negocios pendientes. Asi que me quede quito y esperando poder escuchar algo mas.

Era un día caluroso y el Sol daba calor, el viento soplaba y el mar estaba tranquilo, a lo lejos se podía divisar una isla, una isla verde y con casas. Ese día llevaba mi camiseta roja y encima mi chaqueta negra y unos pantalones del mismo color, en la espada llevaba mis armas: un bate, una escopeta y una Katana, cuando quedaban un par de metros salte al agua para llegar a nado al pueblo.

Una vez en tierra firme tuve que subir por unas escaleras para poder llegar a la zona del mercado, allí estaba abarrotado de gente la cual estaba comprando, los niños corrían por hay mientras las madres elegían los mejores productos, habían puestos de todo lo que quisieses fruta, verduras, carne, caramelos, medicinas, armas…

Al salir de esa zona me dirigí al centro del pueblo allí estaba lleno de restaurantes, mientras caminaba toda la gente me miraba por las armas que llevaba:

 

-Mira que pintas lleva.

-Y las armas las lleva por hay como si nada.

A mi me daba igual lo que me digan ya que yo soy así, había demasiado ruido para mi gusto asi que decidí subirme a los tejados de las casas y darme un paseo per ese camino que tanto me gustaba, iba saltando de casa en casa hasta que me dio hambre, así que decidí bajar y entrar en una de las tabernas. Entre en el bar mas cercano y de lejos se escuchaba a la gente gritando que provenía desde allí, al abrir la puerta se escuchaba las jarras chocando entre si, los cantantes haciendo sus trabajo y la cocina en sus pedidos, también se olía al tabaco de los viejos y a la deliciosa comida, yo me hacer que a la barra y me senté al lado de un hombre que llevaba la cara cubierta por una tela.

Seguiamos bebiendo, pero era el momento de curarme. Me levanté con esfuerzo de la mesa, y cojeando me dirigí a la barra.

-Tabernero, ¿no sabrá donde hay un médico por aquí verdad?- Le pregunté al camarero.

-No lo sé.- Me respondió con estupidez el tabernero.

Decidí pasar de él, pues no estaba en muy buen estado, como para meterse en follones. Decidí acercarme otra vez al hombre que me ayudó anteriormente, y efectuarle la misma respuesta que al camarero. Me respondió que al final de la misma calle había una farmacia, donde podría comprar algún vendaje o me podrían ayudar.

Salí cojeando de la taberna, y apoyándome en las casas, empecé a caminar dirección a la farmacia. Había mucha gente pasando por allí, por lo que debía tener cuidado, pues si me daban algún golpe brusco, el estado de mi pierna empeoraría. Tras caminar un rato, llegué a la fachada donde estaba el establecimiento, donde amablemente me vendaron la pierna gratis. Habían sido muy amables, por lo que decidí no enseñarles la herida del brazo, para no abusar.

Ya podía caminar de una forma más natural. Volví a la taberna, pues tenía asuntos que zanjar con el dueño, que me había tratado bastante mal antes. Al entrar por la puerta, desenfundé una de mis dos espadas, agarrándola con fuerza con mi mano derecha.

-Pídame perdón ahora mismo camarero de pacotilla.- Le dije a la vez que lo amenzaba con una de mis espadas. -Y deme todo el dinero que has recaudado, o te mataré, ¡cretino!.

El muchacho no dijo si era o no pirata, pero me fije bien en el para que no se me olvidara su cara. Hablo con el tabernero pidiendo un medico, parece ser que estaba herido, me percaté de ello cuando ví algo de sangre en la pierna. El taberno que estaba preocupado con sus cosas, le contesto de mala gana, cabreando al muchacho. Volvío a la mesa y la persona con la que estaba le indico que había una farmacia cercana donde le porían ayudar. Cogió sus cosas y salio del loca, - mmmm, extraño individuo, no se si tendria que vigilarle-  pensé.

En ese momento la música comenzo a sonar y el camarero nos trajo la comida. Otro hombre entró en el local, portaba un par de armas visibles, un bate y una katana, y una escopeta colgada en la espalda. - Espero que no de problemas, no quiero entorpecer los negocios de Dominic-, la gente lo miraba con algo de recelo, pero no había entrado de manera amenazadora, al contrario, parecio querer un lugar para estar tranquilo y comer. Se sento cerca de mí, si no hacía nada, no me metería en su forma de llevar las armas, cada cual hacía lo que quería, igual que yo que llevaba la cara tapada.

- Buen lugar para comer, ¿no le parece? - le dije intentando ser amable, para conocer un poco sus intenciones.

A continuación el mismo tipo de antes irrumpio en el local, esta vez con la pierna vendada, desenfundando una se sus espadas. El local quedo en silencio, mirando con terror a aquel hombre. Se acercó a la barra y le increpo al camarero que no lo había ayudado antes, para a continuación pedirle lo que había en la barra.

No sabía si aquel hombre era un temerarío o un loco. Desenvainar la espada por una tonteria y intentar robar delante de mi cara, no lo iba a consentir.

- Perdon buen hombre, disculpe al camarero, parece que no tiene un buen dia- hice una pausa y proseguí - sin embargo me veo en la obligación de detener su intención de robar, le he prometido a mi amigo que no me meteria en lios, pero esto no voy a tolerarlo. Así que si acepta las disculpas envaine sus armas y sientese a disfrutar de la comida y de la musica- le dije en tono amenazador.

Seguía mirando al frente disfrutando de la comida, esperando la respuesta de aquel tipo, no me gustaba la gente que actuaba así y me estaba controlando bastante para no lanzarme directamente a por él.

Al cabo de haberme sentado al lado de un chico con el pelo blanco, se hacerlo un hombre con la pierna cubierta de sangre preguntándole al camarero si sabría decirle donde habría una farmacia cerca, seria para su herida, este no le contesto y paso de el ya que si le respondía hiba a perder tiempo en hacer otras cosas y entonces perdería dinero.

El hombre el cual parecía un pirata cogió sus cosas y se marchó del local, los músicos que habían echo una paisa para comer cogieron sus instrumentos y empezaron a tocarlos para alegrar el ambiente, este local me recordaba cuando era pequeño al bar donde mi abuelo se pasaba todo el día bebiendo, fumando y jugando a las cartas.

El chico con el que me senté empezó a hablar conmigo a lo que le respondo:

 

-Claro que si, ningún sitio como un bar tradicional para pasar el rato y que te sirvan un buen trozo de carne, no como ahora que te sirve dos gramos de carne en los famosos restaurantes, y aparte te cuestan un dineral, aparte, de esto me llamo Roy Sasaki.

 

Al terminar de decir esto el chico con la pierna herida entro de nuevo, pero mas enfadado y con la pierna ya vendada, se interpuso entre el chico con el que estaba hablando, saco la espada y señalo al tabernero diciéndole que acabaría con el local, el chico de pelo blanco lo intento tranquilizar pero medio que paso de el, yo me levante y saque mi bate el cual apolle en el suelo:

 

-Buenas caballero-le dije amablemente-no le conozco de nada, pero será mejor que guarde esas espadas, si no quiere acabar mas mal de lo que estas, ya que no tengo ningún temor a pelear con un herido-con el mismo tono de voz y mientras con mi bate le tocaba la herida de la pierna.

Un hombre de pelo blanco se me acercó, diciéndome que me calmase, a lo que yo le respondí gritando a palo seco:

-¡Estoy calmado, o es que acaso no me ves!

Seguido, un hombre de pelo negro, se levantó del asiento de la barra, y empezó a decirme que guardase el arma, y tras esto, de su espalda se descolgó un bate, y comenzó a tocarme con este la herida de la pierna. Con mi espada ropera, le empujé el bate indicándole que parase de darme. Aquella herida no era muy grave, podía moverme con normalidad gracias a la venda, pero me molestaba, ya que escocía.

No les hice caso a los hombres, y decidí desenfundar mi otra espada, aquello empezaba a ponerse interesante. Ahora usaría el Nitoryu, para acabar con ellos. Ahora con las dos espadas desenfundadas me puse en posición, flexioné un poco las rodillas, y puse ambas espadas paralelamente a mi izquierda, seguido, con toda la velocidad que pude, le intenté dar un corte en el pecho.

Corte horizontal en el pecho [AF]

Seguido, situado a sus espaldas, envainé una de mis espadas, a la vez que me preguntaba a mí mismo:

-¿Podré con estos tipos?

El muchacho no atendia a razones, incluso el hombre que se presento como Roy Sasaki, intento calmarlo sin exito. Aquello se estaba poniendo tenso,no iba a permitir que aquel hombre agrediera a nadie delante de mí y menos entorpecer los negocios de mi amigo Dominic.

- Dominic, perdona pero tengo que actuar - le dije sonriendo

- No te preocupes, veo que no ha buscado los problemas - me dijo mientras se levantaba y salía del local.

De repente aquel muchacho desenvaino la otra espada, al parecer no le había gustado que Roy le diera con el bate en la pierna. Tras sacar la espada y sin decir palabra, se lanzo al ataque contra Roy.

Ya no podía aguantarlo mas. Empece a cambiar a mi forma hibrida del escarabajo hercules, aumentando mi tamaño hasta los 2,5 metros. Empezaro a salirme dos cuernos uno en la cabeza terminando en punta y otro en el pecho terminado en "Y". El cuerpo empezo a recubrirse de un exoesqueleto y en la parte de atras n caparazon mas duro que escondia las alas. Comenzarón a salirme otros dos brazos, que me salieron del abdomen, para por último crearse un carapazón en cada antebrazo a modo de escudo.

Mi fuerza, resistencia y velocidad habían aumentado. En un momento me lance hacía el y mientras paraba sus katanas con los caparazones de mis brazos superiores y con los inferiores le agarraria las manos.

- Te he dicho que pares - le dije mientras lo levantaba del suelo, si lo había cogido.

Mi mirada hacia él se torno fría y despiadada, un movimiento en falso y no tendría ninguna piedad hacía él. Odiaba a los charlatanes y la gente que se aprovechaba de los demas. Casi ardia por dentro conteniendome, dentro de mi solo tenía ganas de lanzar a aquel tipo con toda mi fuerza,para escuchar como se rompían todos sus huesos.

- Mi nombre es Guldrik, cazador de piratas, eliges ¿vivir o morir? - le dije con voz amenazadora.

A la espera de su respuesta no le dejaria soltarse.

Desgraciadamente, un escarabajo gigante se interpuso entre aquel joven y yo, parándome las espadas con su exoesqueleto.

-Maldito bicho, porqué tendrá que intervenir.-Pensé molesto, gruñendo mi entrecejo.

Me había noqueado el ataque, y rápidamente se avalanzó sobre mí, intentando cogerme. No me dejaría atrapar tan fácilmente, por lo que di media vuelta, e intenté retroceder unos metros. Aún así me consiguió impactar un poco, y por su gran tamaño me tiro al suelo, haciéndome rodar unos metros, impactando yo así contra la pared. Me levanté rápido, y vi como el chaval al que había intentado golpear con anterioridad, venía enfurecido hacia mi, con una espada en alto, para cortarme posteriormente.

Intentó cortarme una pierna, pero fui rápido e interpuse mi espada entre medio, aunque por suerte para él me hizo otro corte, en la misma pierna que tenía herida. Me conseguí librar de él, o eso creí yo, cuando salí del bar por la puerta trasera. Allí, había un contenedor, sobre el cual, estaban apoyadas unas escaleras de mano.

-Podría subir al tejado con ayuda de esto.- Pensé.

Así que, cogiéndolas, las apoyé sobre el muro, y subí al tejado. Allí, hize un agujero, por le que mi cuerpo podría entrar perfectamente. Allí arriba, podía ver todo lo que sucedía en la taberna. Al joven que me atacó con una katana, intentándo cortarme la pierna; al escarabajo gigante, y a un hombre, sentado en la barra. Anteriormente, había visto a ese hombre hablar con el escarabajo por lo que me dije en voz baja, a la vez que me sacaba un kunai de debajo de la ropa. -Si acierto, podré matarlo.- Pensé, a la vez que lo miraba fijamente, apuntándole con el kunai. Seguido, se lo lancé, intentándo darle en el pecho, donde con suerte, lo mataría.

No sabía muy bien de donde había sacado ese arma, pero se lo lancé con malas intenciones. Después de hacer esta acción, huí por los tejados para poder escapar de aquellos tipos, pues me superaban en número, y al parecer en fuerzas, pero no en inteligencia.

No había cogido a aquel tipo, que empezó a alborotar. En vez de eso lo había empujado para atras, el otro hombre le hizo un corte en la pierna que tenía vendada. El dolor tenía que ser insoportable, ya que siendo medico sabía lo que podia doler una herida y que le cortaran de nuevo.

Lo siguiente fue un poco comico, estando el local en silencio, aquel tipo salio corriendo del local. Y se empezo a escuchar como alguien subia al tejado y rompia el tejado para colarse. Podiamos ver casi por donde iba aquel tipo, - ¿A que estara jugando?- pesé. Cuando se asomo ví que observaba a Dominic, el local seguía en silencio.

- Dominic resguardate detras de la barra - le dije

Tras decir esto, sali volando en direccíon de aquel tipo, que portaba como una punta de flecha. Seguramente era para lanzarlo, asi que mientras me acercaba a el interpuse mis brazos para que no me diera. No sabía con quien se estaba metiendo aquel ladron, me lance con todas mis fuerzas hacía el.

Noté como algo impactaba contra mis escudos, parece que había tirado aquella cosa. Rompí el tejado y me quede a cierta altura del tejado. Ví como aquel tipo empezaba a correr por los tejados y empecé a seguirlo, cosa que no me costaba nada por poder volar.

- O te rindes tu o voy a por tí, tu decides - le grite en tono poco amistoso.

Después de que el Escarabajo me haya salvado la vida, intento coger del cuello al hombre de gran sombrero, pero no pudo asi que lo empujó unos metros atrás llevándose a mesas y a personas las que resultaron heridas, saque mi Katana y fui corriendo a por el con intenciones de cortarle la pierna, pero esquivo el ataque con su espada, la gente salieron por la puerta principal, no quedaba nadie en el bar salvo el hombre de pelo blanco, el de las espadas y yo.

Este salió corriendo como un cobarde por la puerta de atrás, se podía escuchar pisadas en el tejado, asi que sabíamos donde estaba. El del sombrero hizo un gran agujero en el techo dejando que la luz entrara al local, se creería que no lo veríamos pero nuestra vista era perfecta, el hombre de arriba tenia algo en la mano, algo que brillaba por el sol y puntiagudo, el Escarabajo se interpuso entre el y su amigo, hizo lo mismo que conmigo, ya había bloqueado dos ataques.

El de pelo blanco subió al tejado y empezó a seguir al hombre que me quiso matar, el no se había presentado. Yo me quede en el bar solo, no se escuchaba ni a una mosca, ya que estaba solo cogí el dinero que había recaudado el tabernero, eran unos 1.000 Berrios. Con el dinero en el bolsillo salí corriendo hacia los tejados, una vez allí los otros dos ya se habían alejado un poco, menos mal que se me da bien caminar por esos sitios, corri a por ellos saltando entre piso y piso, no quería matar al hombre que se había presentado como Dominic, si no al otro.

Aquel escarabajo me seguía, volando a mucha velocidad, y al llevar la pierna vendada, pues al final me acabaría alcanzando. Decidí hacer una táctica algo peliaguda, pues si salía mal podría ser mi fin. Me tiraría por el hueco entre dos casas, el más pequeño que hubiese (y cupiese yo), para que el tío ese no me pudiese seguir, debido a su gran tamaño.

Tras haber pasado un elevado número de casas, encontré el lugar, llevaba al escarabajo pegado a los talones por lo que tuve que hacerlo con un movimiento muy veloz. Hice el amago de saltar al tejado próximo, pero cuando estaba en el aire, me dejé caer, cayendo al suelo con fuerza, pero había conseguido ganar tiempo. Me levanté del suelo, y miré a mi alrededor algo desconcertado, no sabía que hacer ahora. De un espazado, destrocé una ventana de la casa más cercana, y seguidamente entré por esta. No había nadie por suerte para mí, por lo que con rápidez cogiendo algo de tela que había por allí, encima de una mesa, salí por otra ventana posicionada al lado contrario. Corrí unos metros, y paúsando la carrera justo en la puerta de una taberna. Entré y saludé con tono alegre:

-¡Buenos días!-

Diciendo esto, golpeé con el puño a un hombre sentado en una silla, tirándolo al suelo y ocupando esta. Seguido, cogí su botella de ron y le clavé una de mis espadas en el costado, matándolo. Tras esta sucia acción, cogí la tela que había robado de aquella casa y me vendé la pierna sobre el anterior vendaje.

-Ha quedado algo andrajoso, pero servirá como vendaje temporal por un rato.

Estaba siguiendo a aquel tipo por los tejados, no me costaba nada seguirlo ya que el estaba corriedno y yo volando. Casí lo había alcanzado, cuando se deslizo por un hueco entre dos edificios, por el que yo no cabía. Que no cupiera, no significara que no pudiera seguirlo desde arriba, así que seguí sus movimientos. Observe que no era una persona demasiado sigiliosa y sutil, ya que al poco de observarle, ví que estaba rompiendo una ventana , con el corresponiendte sonido de rotura que conyeva. Me quede en el tejado de la casa en la que había entrado y le observé que salía con un trozo de tela en la mano. - Otra vez robando - pensé.

En ese momento no hice nada, bajé al suelo y empece a seguirlo en mi forma humana. No quería alarmar a los lugareños, que por muy criminal que fuera el hombre que iba delante, ver a un humano-escarabajo por las calles, podria crear pavor. En la calle por la que iba estaba bastante transistada y había bastante ruido de voces. Algunas personas ya estaban comentando algunas cosas cosas ocurridas en el bar hace un momento, - Joder que rapido se extienden los rumores en este pueblo - me dije. Cuando llevaba poco tiempo andando, aquel hombre entró en una tabera, que serguro iba a intentar robar de nuevo. Me paré delante del local y cuando íba a entrar, empezo a salir gente gritando

- Asesino, asesino -, - pero si no había echo nada el hombre - me apresuré a ver lo que había pasado ya que tan pronto no había podido robarlo.

Había un gran murmullo en el interior del local y todos los lugareños parecían asustados alejandose de una mesa. Allí estaba el tipo, al lado suya había un hombre en el suelo con un charco de sangre a su lado, al parecer lo había matado. La rabía empezo a extenderse por mi cuerpo de tal manera que me quemaba, iba a explotar y aquel hombre tendria que pagarlo. Ví que aquel tipo estaba concentrado en aplicarse la tela , a forma de vendaje, por lo que mi presencia entre los lugareños habría pasado desapercibida.

Cogí un sombrero y un abrigo cercanos y empece a rodear la mesa de aquel tipo en la distancía, ocultandome entre los lugareños, hasta que me diera la espalda. Cuando ya estaba a su espalda me acerqué con rapidez y mientras cambiaba a la forma híbrida le metí una patada a su silla. - Ahora eres mio- susurre, al darle en la silla estaria en el aire por lo que luego propinaria un puñetazo de 5 toneladas (aunque podría llegar hasta 10), no quería matarlo, pero si que fuera lo que mas le doliera en su vida.

- Mega punch Hercules (AF)

Aclaración:

Había mucho barullo, ¿que habría pasado?, no tenía ni idea, pero fuese lo que fuese alguien era un asesino. Me estaba vendando al herida, que quedó algo andrajosa, pero al menos estaba vendada. Me puse en pie, y en un momento inesperado, tras haberme girado un poco, algo muy pero que muy pesado colisionó conmigo en el estómago. Me vi volando bastantes metros hacia atrás, llevándome a varias personas (unas 8 personas más o menos) y algunos muebles conmigo, hasta tal punto que me di con la pared. Sentí como había sonado un CRACK.., cosa que no era pues quería decir que me había roto algún hueso, y esperaba que no fuese importante.

Me puse en pie como pude, sin poder mover mi brazo izquierdo, pues al parecer ese sonido abrumador había provenido de ese hueso de mi brazo. Miré hacia delante, unos cuantos cuerpos había tirados por el suelo, había sido obra de ambos, aunque la gente me gritaba cosas como:

¡Asesino! ¡Ahorcadlo! ¡Hijo de..****!

No había hecho nada, pero todo el mérito se me había atribuido a mí. Todo aquel barrio estaba alterado. Desenfundé una de mis espadas, y la empuñé con el brazo que estaba ''en buen estado'', es decir mi brazo derecho. La coloqué en posición vertical para atacar. Intentaría atraversar a ese bicho por el pecho, con un golpe limpio y recto.

Me acerqué con poca velocidad ya que no podía correr debido a mis heridas y cuando estuve lo suficientemente cerca, hice un gesto para aparentar un corte vertical, y tras eso haría un buen movimiento de muñeca e intentaría atraversarlo por la parte del pecho. Lo hice con tal fuerza y rabia, que podría haber llegado a atravesar metales muy resistentes (4 en escala de mohs) si lo consiguía hacer perfectamente.

Atraversar pecho con golpe limpio y certero [AF]

No retrocedí puesto que estaba demasiado exausto y herido para ello, solamente di unos ligeros pasos hacia atrás.

Tras propinarle aquel puñetazo bastante furioso, ví como el impacto lo hizo volar hacía la pared, golpeando a su paso a varias personas antes de llegar. - Uff, creo que me he pasado- me dije. Miré alrededor observando a la gente de la taberna que, en vez de asustarse de mi presencía o por lo que había echo, me animaban por haberle pegado al asesino.

Aldeano 1 - Mata a ese asesino, Pepe no había echo nada malo - dijo un hombre furioso.
Aldeano 2 - Muy bien echo grandullon, ahora rematalo - me animaba otro hombre.
Aldeano 3 - A matado a mi marido , ahora pagara con su sangre - decía una mujer mientras cogía un cuchillo y iba hacia el ladron.

- Espera mujer, dejamelo a mí, quiero escuchar como crujen todos sus huesos antes de verle morir - dije con un odio hacía aquel ladrón, mirandolo con una frialdad que congelaría el infierno.

Al momento el ladrón se levantó, con bastante dificultad por lo que estaba viendo. Los aldeanos con los que había chocado, estaban siendo apartados o se apartaban de mi camino mientras andaba hacía aquel tipo. Malherido y con el hueso del brazo visiblemente descolocado, empezó a caminar hacía mí. El paso que llevaba era lento y casi erratico, ya que parecía también que le costaba andar. Desenvainó su espada y se colocó en un postura de ataque.

- No hagas tonterias, si realizas un ataque mas no me contendré y tu vida pendera de un hilo - le dije son tono serio y continué hablando - Estas avisado -le dijo de manera amenazanté.

En la taberna empezarón a animarme mas, pidiendo la muerte de aquel ladrón, aunque no era mi estilo matar a nadie, aquel hombre estaba jugando a un juego que hoy no podía ganar. Se acercó a una distancía en la que su espada ya me podría golpear, así que me concentre para detonar cualquier movimiento en su cuerpo, haciendo que solo me concentrara en el, como si solo estuvieramos en el local el y yo.

En ese momento hizo un movimiento vertical con la espada, yo interpuse de nuevo mi brazo izquierda para para el golpe que me iba a propinar, - ¿otra vez ese tipo de ataque?- me dije pensando que era demasiado obvio. Pero en un segundo cambio el giro para hacerme un taje en el pecho, cosa que me pillo por sorpresa. En ese segundo solo me dio tiempo de pensar en parar aquella espada o podría hacerme bastante daño, por lo que la intercepte con mi mano derecha. Me podría haber echo un gran tajo en la mano, menos mal que llevaba el puño americano y fue lo hizo que parara el golpe. Aun con ese movimiento, me hizo un buen corte en el hombro izquierdo y de la mano me salia un hilo de sangre, aunque hubiera parado el golpe, me hizo un corte también en la mano.

En ese momento mi furia empezo a cegarme y la ira empezó a recorrer mi cuerpo, tenía que aguantar la ansias de matarlo o si no sería un asesino como él. Respire profundamente y tire de la espada hacía mí, empece a sentir un terrible escozor en la mano y en el hombro, haciendome poner un mueca de dolor.

Si no soltaba la espada vendría en mi dirección y golpearía haciendo el martillo con mis dos brazos inferiores con 8 toneladas de presion en su cuerpo.

Si soltaba la espada la clavaría en el suelo son toda mi fuerza 10 toneladas, haciendo casi imposible que la sacara un humano, incluso uno bastante fuerte. Soltaría una lluvia de puñetazos hacia abajo(ya que mido 2,5 m) y seguiría golpeando hasta que viera que aquel tipo cae insconciente con 5 toneladas por golpe.

1º Martillo Venganza [AB]

2º Ira Hercules [AB]

Seguía caminando por los tejados siguiendo a ese listillo que no paraba de huir de nosotros, digo nosotros porque también lo estaba siguiendo el hombre-escarabajo, ya me estaba cansando de el, lo teníamos a punto de pararlo y se escabullía pero no volvería a pasar esta vez iría en serio y el escarabajo creo que también.

Mientras corría el viento me daba en toda la cara haciendo así que mi pelo se ondeara como una bandera por el aire, este estilo de persecución me gustaba desde pequeño lo hacía cuando tenía que escapar de los vendedores furiosos por que le habría robado un trozo de pan o queso, cada vez estaba llenado mas rápido cuando el chico del sombrero se escabullo por en medio de dos pisos, no pude pararme así que tuve que saltar al siguiente piso igual que al chico de akuma no mi.

Debería de atraparlo ya, se estaba haciendo tarde y las tripas me rufián como un león ya que llevaba desde la noche anterior sin probar bocado, asi que me metí por el mismo aguquero queel chico, era una callejuela con cajas por el medio y colchones que los ciudadanos utilizaban como un pequeño almacén, todas las cosas estaban tiradas por el suelo ya que el hombre que había perseguido había tirado intentando huir de nosotros, caminar por hay era difícil pero no para mi ya que era como un mini-entrenamiento para mis reflejos, me di impulso y con toda velocidad esquive las cajas, menos la ultima.

Un perro no para a de ladrar así que seguí de donde provenia el sonido, una ventana estaba rota, junto esta había una puerta a la que me limite a llamar, y al cabo de unos cinco segundos una señora mayor con una bata amarilla me abrió:

-Buenas, soy un agente de la Marine infiltrado, y estamos buscando a un fugitivo que acaba de entrar a su casa, me tendrá que dejar pasar.
La señora no se impuso en ningún momento, al llegar vi al chico sentado en una silla rodeado de un charco de sangre y el cuerpo de un hombre mayor, lo mas seguro es que lo había matado sin motivo alguno, eso me molestaba ya que a las personas mayores yo les tenia un gran respeto, saque mi escopeta y le apunte:

-Alto, capull* ya me e cansado de tus juegecitos.
Pero de inmediato algunas de los pueblerinos se lanzo sobre el chico al que le estaba dirigiendo la palabra y callo sobre el, de golpe se escucho un fuerte crujido, era el escarabajo que había llegado, también parecía molestado, su golpe fue mortal me asombro de que el pirata haya sobrevivido con tal ataque, este saco su espada y le lanzó un ataque flojísimo que el chico de pelo blanco pudo interceptar igual que cuando me salvo, siguió dando puñetazos a diestro y siniestros sobre el:

-Para por favor- le dije al chico de pelo blanco, espere a que paras y me hacer que al que estaba en el suelo- ¿Qué pasa cabr**, ya te has cansado de jugar?- guarde mi escopeta y saque mi bate el cual era un amo con el, alce mi arma y con todas las fuerzas le lance un ataque a la cara que seria difícil de parar [AMF]

Guarde mi arma y saque la escopeta, me hacer que a el y le puse el agujero de la escopeta por donde saldría la bala de su muerte

-Me estas cabreando chico ¿Qué decides la muerte o la vida? – doble la cabeza para mirar al escarabajo y le dije - ¿Quieres hacer mas cosas con el o vamos a la playa y luchamos los dos ya que este esta derrotado?

Aquel hombre-escarabajo consiguió esquivar mi ataque, y puesto que tenía alguna duda de que haría con mi espada la solté, cosa que no debería haber hecho, puesto que al soltarla la clavó en el suelo y me dio una serie de fuertísimos puñetazos que me hicieron caer al suelo con los ojos cerrados.

No tenía más opción que rendirme, era muy fuerte y mis fuerzas eran escasas ya que estaba herido por varias zonas del cuerpo. Cuando me encontraba en el suelo, llegó el tipo de la chaqueta negra tan chulo como siempre, empuñando un bate de beisbol. Se acercó a mi con tal chulería que la ira me recorría por dentro, no tenía fuerzas para más, por lo que haciendo mi último esfuerzo antes de morir, empuñé mi otra espada con el brazo sano y usando el reverso de la misma, justamente cuando se avalanzara sobre mí, le daría un rápido y eficaz golpe en la pierna que haría que cayese tendido al suelo, solamente con un corte que podría ser grave. Justamente con esta acción dije con un poco de seriedad:

-Flipado camorrista, ¿vas a matar a un ''inocente'' delante de un cazarrecompensas que no tendrá ningún escrúpulo de matarte a tí también?, pues por ahora soy un ciudadano normal y corriente, sin ninguna recompensa y vosotros vais por ahí matando civiles.

No me quedaban fuerzas para más, ellos decidirían si mi destino era morir o no, cerré los ojos haciéndome el inconsciente, aunque en verdad quería evitar ver mi dolorosa muerte.

El asesino estaba tirado en el suelo, manteniendose despierto a duras penas, con una espada en la única mano que tenía sana. Los aldeanos me aplaudieron, vitoreandome por haberle dado su merecido y haber vengado al aldeano asesinado. Estaba pensando lo que haría con aquel tipo, no tenía recompensa, pero no podía dejarlo libre, había matado a una persona. De repente entro el otro muchaho que estaba en la taberna y me espeto que se lo dejara a el, que iba a darle su merecido. Aquello no me hizo ninguna gracia, el asesino era de mi incumbrencía y solo mia, el muchacho se acerco para darle un tajo, algo que no iba a permitir.

En ese momento el asesino dio su útlimo coletazo y le golpeo en las piernas del muchacho haciendole caer, pero la trayectoria de la espada iba a impactar en el ladron, pero con un golpe de mi antebrazo, donde estaba el escudo, lo desvie terminando el golpe contra el suelo.

- ¿ Que crees que estas haciendo? - le dije con los ojos inyectados en ira a aquel tipo- lo que le pase a este tipos es cosa mia y como te vea atacar a alguien, te las veras conmigo - le dije con tono amenzador. - Te agradezco tu ayuda pero ni se te ocurra hacer daño a alguien en mi presencia - le dije, mi intención sería colocarle la espadas en sus fundas y ponerle encima de una mesa al reves, con bastante peso, dejando solo su cabeza al aire.

Si hacía esto le diría a los lugareños que no lo movieran y que esperaran a que viniera la marina. Tras hacer esto saldría del local con Roy.

El local había sido destrozado por lo que había hecho aquel pirata, al parecer dentro de poco se iba a encontrar con recompensa pero en la cárcel, el escarabajo desvió el ataque que le iba a propinar al chico con gran sombrero, al parecer no le gustaba que se metan en sus asuntos, no quería que lo ayude para el llevarse toda la recompensa, aunque a mí no me importaba el dinero.
Recién había retado al Escarabajo, a una pelea amistosa en la playa, pero antes tendría que hacer algo con el chico de sombrero, al parecer decidió dejarlo encima de una mesa y no molestarse en llevarlo a la cárcel. Antes de salir, pedí disculpas por los destrozos y problemas que habían pasado, mire al chico de la cara tapada y le dije:

-Te espero en la playa, no te olvides-mientras que en mi cara se dibujaba una sonrisa

Salí por la puerta en dirección a la playa, pero antes quería conocer un poco el pueblo, ya que nunca había estado aquí, me recordaba al pueblo en el que vivía yo de pequeño y corría de un lado para otro, empecé a dar vueltas por ahí, hasta que vi cada rincón de este hermoso pueblo, cuando llegaba a la playa, un señor mayor con una calva en la cabeza solo con una especie de corona de pelo, se acercó a mí y dijo:

-Gracias chico por derrotar a ese pirata, toma esta barquita para ti y tu compañero- me dio la cuerda donde se amarraba a la barca, y se marchó.

¿Para mi compañero?, se referirá al escarabajo, pise la arena y puse la barca boca abajo para poder apoyarme y esperar al escarabajo, a no ser que se haya ido ya.

Estaba echado en la arena de la playa, cuando a lo lejos divise una gran hoguera y humo por el cielo, asi que decidi ver de donde provenía aquel fuego. Al instante de caminar me encontré con el escarabajo, que por cierto no me acordaba de su nombre, cuando me encontraba a su lado le dije:

-Te quería citar aquí para pedirte una pelea amistosa, pero al ver que ya se a echo tarde e decidido que mejor me voy, gracias por salvarme de esos dos ataques del pirata ese, espero volver a verte- mientras que en mi cara se dibujaba una gran sonrisa.

Cogí mi bote y lo tire al agua, era la hora de marcharme y empezar nuevas aventuras, el mar se encontraba tranquilo, se podía escuchar el sonido de las gaviotas, cada vez me hacercaba mas de la isla, asta que todo se fue difuminando, ya no se podia ver la costa, me eche en la barca y empecé a intentar descansar.