Apaleando a los piratas joyeros

VS

Escenario:  Isla de los tornados: La gente del pueblo vive de la plantación de la comida subterránea la cual constan de papas, batatas y otros alimentos vegetales que se puedan extraer de la tierra. El Ojo es un tornado que dependiendo del momento en el cual lo veas puede que solo sea una pequeña nube sobre la isla o un fuerte viento huracanado que sea más grande que la isla en sí, lo más grande que el Ojo a crecido hasta ahora fue unos 60km2 tapando asi la totalidad de la isla y parte del mar que la rodea.

-Condiciones:
- Experiencia de combate
- Probabilidad de muerte
- Se permite ejecución
- Resultado a KO
- Heridas permanentes
- Isla neutral (aunque posiblemente quede bien una del Yonkou Zero)
- Si ganamos, podemos entregar a la pareja a la justicia (lo haría Byakuro, dado que es cazador)
- Si perdemos, nos iremos a lamernos las heridas

Empieza el equipo Dexter-Byakuro

Después de lo hablado con Dexter, su primer objetivo era una de las islas del Nuevo Mundo. Él cazador observó la isla desde las alturas. Iba montado en el lomo de un enorme dragón de color azul. No era precisamente discreto. Tampoco era algo que le importase. Su objetivo eran dos de los lugartenientes del Yonkou Zero. Byakuro tenía sus carteles allí mismo: los hermanos Cirat y Rezzela, poderosos guerreros del nuevo mundo. Eran peligrosos y usaban gemas brillantes para pelear. Aquello no era algo que gustase excesivamente a Byakuro, ya que en general odiaba las gemas.

- ¡Mira esa cosa! -gritó al dragón mientras señalaba una enorme masa de viento que giraba a toda velocidad sobre la isla. Parecía un huracán que se había encontrado a gusto allí y había decidido instalarse. El viento se notaba ya desde allí. Era impresionante. Byakuro creyó ver una vaca volando. O tal vez un tigre. A saber. El caso era que aquel viento no era normal-. Tal vez deberíamos tener un poco de cuidado -el cazador generó unas correas con una ilusión y se ató al cuerpo del dragón con ellas para evitar salir despedido con el viento-. ¡Vuela alto, Dexter! -Klaus gruñó al lado del cazador. También iba amarrado con las correas. Sería un perfecto acompañante durante el combate.

El dragón resoplaba ligeramente, adaptándose a los cambios de temperatura que llevaba aguantando todo el día. Desde el Paraíso hasta el nuevo mundo, cruzando las eternas llanuras y los vastos mares, sobrevolando climas desérticos e islas heladas. Tormentas y sequías en un solo día, y su piel lo notaba. Por suerte estaba protegido por una gruesa coraza de escamas, y por el trasero de un ilusionista que parecía demasiado eufórico como para percatarse de los cambios. Gritaba que fuera más rápido, que volara más alto y que siguiera, pero ya estaban próximos a su destino: La isla de los Tornados. Si bien no había mucho turismo, ni básicamente nada interesante que hacer allí, la base de uno de los cuatro emperadores del Nuevo Mundo sí estaba. ¿Qué tenía que ver aquello? Un día de champán en que las cosas se descontrolaron decidieron hacer algo loco, memorable y que los dejara llenos de cicatrices: Encerrar a toda la tripulación de Zero.

-¡Sí, es el ojo!- gritó, respondiendo a Byakuro. La verdad es que aquello lo beneficiaba enormemente-. Ahora agárrate.

Dio un quiebro y vuelta de trescientos sesenta grados, atravesando la pared de viento, que se apartó amablemente, como si fueran viejos amigos y le abrieran una puerta. No tenía dominio suficiente para anular aquella tormenta de viento, pero sí para manejar partes y anular otras, y para evitar que el ilusionista saliera volando. Al fin y al cabo era muy ligero, y no le apetecía que su pareja de baile de aquel día desapareciera de repente para cruzárselo luego en cualquier lugar con medio cuello enterrado, jugando a ser una avestruz.

"Hmm... Ahí hay una especia de llanura", pensó, descendiendo. Tal vez deberían aterrizar ahí. Esperaba que Byakuro se agarrase bien, y comenzó a descender en círculos, con calma, hasta que notó el suelo bajo sus patas traseras y volvió a su forma humana, obligando a Byakuro a separarse de él.

-Ps..- dijo, en un susurro-. Quítame el arnés- dicho aquello, era momento de llamar la atención de los primeros de su lista, los hermanos Gema-. ¡Desafío a los Hermanos Jewell a un combate extraordinario!- gritó, casi rugiendo, esperando la aparición de sus oponentes-. ¡Soy Dexter Black, el Shichibukai. Recoged mi desafío!

Aquellas palabras seguramente harían a sus presas salir, y una vez fuera de su escondrijo, toda Black Dance acabaría cayendo. El mundo se desequilibraría un poquito, y sus bolsillos se llenarían un pelín. Le gustaba el sonido de aquello.

-¿Estás listo, compañero?- dijo a Byakuro, esperando que efectivamente lo estuviera. A su alrededor el viento estaba detenido, pero pronto se enfurecería. Se concentró en oler y oír, estaba listo.

Los hermanos Jewel se encontraban guarecidos en las instalaciones del pueblo, el viento en aquellos momentos era demasiado fuerte y el ojo rodeaba la isla por completo, o al menos tanto como la vista podía vislumbrar desde el suelo. Cirat andaba de un lado para otro, sin nada que hacer seguramente estaba aburrido. Su hermana en cambio hojeaba un libro, sin prestarle demasiada atención a las letras, simplemente por decir que estaba haciendo algo.

-Deberíamos salir, aquí me aburro –se quejaba Cirat -vamos, seguro que tú también estás aburrida.

-Lo mejor es esperar a que el tiempo mejore, lo sabes –dijo mirándolo tranquilamente, a la vez que le sonreía -lee, seguro que así se te hace más llevadero.

-¡No quiero leer! –se quejó Cirat nuevamente, levantando ligeramente la voz.

-Pues no leas, ero apártate de la ventana, que me tapas la luz –respondió Rezzela con tranquilidad.

El tiempo seguía pasando, el temporal no parecía mejorar en absoluto, cuando de repente alguien aporreó la puerta. Cirat que ya estaba en pie se acercó a la puerta y la abrió.

-¿Qué pasa, Trevor? –preguntó mirando al chico que se encontraba tras la puerta. Un hombre joven, de piel morena, mirada castaña y cabellos cobrizos.

-¡Atacan la isla, atacan la isla! –dijo algo alterado -estaba atento al tornado, esperando que pasase cuando un hombre dragón lo atravesó, y ha gritado que os retaba a ambos.

-¡Bien, por fin algo de diversión! –dijo cogiendo sus armas, echándoselas a la espalda y saliendo por la puerta -vamos hermana, no querrás perdértelo.

Cirat salió por la puerta, mientras tanto Rezzela se levantó, dejó el libro sobre la mesa y se dirigió a las puestas a la vez que cargaba con sus armas. Dio un leve suspiro y salió por ella, girándose hacia el chico.

-Gracias Trevos, tú mejor quédate lejos, no te vaya a pasar algo –dicho aquello evocó una leve sonrisa y fue en pos de su hermano.

Pasaron unos minutos y los dos hermanos llegaron hasta el lugar donde esperaban sus retadores. Ambos hermanos llevaban sus mazas y escudos, además que sus respectivas armaduras. Las de Cirat tenían cristales de amatista de un tono violeta, mientras que las de su hermana Rezzela tenían cristales similares pero de color azul, ya que eran zafiros.
Los hermanos llegaron hasta donde se encontraban Byakuro y Dexter, Cirat estaba entusiasmado, por lo que fue el primero en abrir la boca.

-Bien, ¿a qué habéis venido y quién quiere ser el primero en morir? –dijo gritando para hacerse oír entre el sonido del vendaval.

Rezzela guardó silencio, a la espera de la respuesta de ambos invasores, miró ligeramente a su hermano, no quería que atacase a lo loco. Era mejor esperar un poco para ver quiénes eran aquellos hombres.

Byakuro se soltó de Dexter y agarró a Klaus. Lo ató a su espalda con el arnés mientras hacía desaparecer el del cuerpo del Shichibukai, que lanzó un desafío al aire con un grito que más parecía un rugido.

- Bueno, ya estamos aquí... -apenas había dicho eso cuando dos personas armadas con unas enormes armaduras de piedras preciosas aparecieron en escena. Una de ellas, un chico con armadura rosa, gritó.
- Bien, ¿a qué habéis venido y quién quiere ser el primero en morir? -el cazador lo observó. Era entusiasta, sin duda.
- Bueno, ya que te veo tan lanzado, supongo que tú, ¿no? -Byakuro apuntó con su bastón al chico. El arma empezó a brillar con un tono amarillento enfermizo.

Nori-gun (ilusión)[AMD]

De la punta del bastón salió disparado un pegote de color amarillo moco. El pegote no era real, tan solo una ilusión de pegamento súper concentrado. Al ser una ilusión, no se desviaría con el viento, y si lograba impactar en el chico, pensaría que estaba completamente pegado a su cuerpo, inmovilizándole brazos y piernas. Cuanto más tratase de librarse del pegamento ilusorio, más se pegaría a sí mismo. Byakuro sonrió mientras su bastón volvía a su estado original.

- Dexter-chan, te toca. -mientras esperaba a que su compañero realizase su movimiento, dio un par de pasos hacia atrás, y se cubrió con su bastón, por si acaso aquellos dos trataban de contraatacar.

Dexter resopló momentáneamente, impaciente. Se sentía aún algo excitado por el viaje, y deseaba soltar su adrenalina contra aquellos "delincuentes". En realidad sabía que no necesariamente serían malvados, pero valían una fortuna cada uno, y su barco necesitaba cachivaches nuevos. A su lado, Byakuro estaba sosegado y calmado, expectante. Seguramente en su interior hervía la emoción que él mismo sentía, pero la disimulaba mejor. Debía ser espectacular verlo luchar en serio.

-Bien, ¿a qué habéis venido y quién quiere ser el primero en morir?- sonó una voz, la de Cirat jewell, que se posicionaba, con su hermana, frente a ellos.

-En realidad...- su respuesta mordaz fue interrumpida por la réplica de la traviesa lengua de Byakuro, que tardó nada y menos en reducir la amenaza a una vacua niñería, para terminar lanzando una especie de pote hacia el hombre. Seguramente éste no se diera cuenta, pero ni siquiera fuera del escudo, donde las ráfagas de viento eran temibles, aquello se desviaba. Obviamente de no ser por sus sentidos de Dragón y sus conocimientos acerca de las leyes de mecánica clásica, relativista y cuántica no lo habría sabido, y tal vez si no fuera una persona tan atenta tampoco, pero ello no quitaba mérito al ataque de Byakuro. Al revés, el ilusionista tenía una gran estrategia pensada, seguramente. Él creaba ilusiones, y luego Dexter culminaba con realidades de viento que no se molestarían en evitar. Era magnífico.

-Entonces...- dijo, con fingida y notoriamente falsa indiferencia, casi riéndose-, ¿Ya me toca?

Crujió sus nudillos y una grieta en la cúpula de viento se hizo. Por ahí comenzó a moverse una masa de aire a velocidades vertiginosas que comenzaban a tomar una tonalidad azulada y, tras el pote, se dirigía hacia el pecho del rubio. Canalizaba aquella habilidad desde las manos, aprovechando aquella ligera fuga que surgió con su crujido, y el brazo de aire corría a velocidades casi supersónicas, aunque no rompía la barrera, por lo que era un ataque suave para su concepto habitual. Sin embargo, si daba de lleno un par de moratones y una costilla o dos rotas sería lo normal en una persona promedio, pues no sólo altísimas velocidades vivían ahí, también su Resistencia dracónida.

Columna de Viento Azul [AIF]

Tras las palabras de ambos contrincantes, Cirat esperó sus ataques con entusiasmo, el primero de ellos, un chico con el pelo lila lanzó una extraña sustancia que se dirigía directa hacia el varón de los hermanos Jewell, el segundo sin embargo lanzó algo azulado que venía tras la sustancia que parecía viscosa. El chico cargó con su escudo en dirección al ataque, directo a golpearlo con el escudo y abrirse camino a través de él, pero de repente sintió que no podía mover un pie, y una sombra pasó a su lado a toda velocidad. Rezzela había creado un pilar de zafiro alrededor del pie de su hermano y creó una barrera del mismo material delante de suya, por lo que fue ésta la que recibió el impacto.

-Te he dicho miles de veces que no vayas a lo loco -dijo ella algo irritada -¿no ves que no sabes lo que usan?

La barrera resistió sin problemas, la sustancia se había quedado pegada en ella, pero el viento azulado había impactado para luego desvanecerse. Rezzela extendió su índice derecho, el cual se alargó y se transformó en zafiro, tocó la sustancia y tiró para comprobar de qué se trataba. Su dedo se quedó pegado, y cuanto más tiraba, más fuerte parecía aquello, finalmente dejó allí el trozo de zafiro mientras su dedo volvía a la apariencia normal.

-Pegamento -dijo en tono serio -procura que no te dé, ¡vamos!

Rezzela echó a correr hacia ambos contrincantes, con la maza en su mano mano izquierda y el escudo en la derecha, Cirat que se había librado hacía rato del pilar de zafiro hizo  lo mismo, pero con las manos contrarias. Cada uno iba por un lado y al final, cuando se acercaban ya a su objetivo, Rezzela saltó llevando la porra hacia atrás y descargando un golpe a la cabeza del moreno. En cambio Cirat movió la maza en horizontal, con la intención de golpear en el estómago al chico que había lanzado la sustancia anteriormente. No iban a lanzar una advertencia, ellos habían invadido su isla y por si fuese poco lo habían retado a un combate, ¡estaban acabados!

Krag'narath, downward stroke! -exclamó Rezzela con una sonrisa.

Krag'narath, horizontal strike! -dijo Cirat en tono triunfante.

Tras terminar ambos golpes, los hermanos se alejarían una distancia prudencial de cinco metros, tanto diesen en el blanco, como si fallaban.

Downward Stroke [AIF]  Horizontal Strike[AIF]

Byakuro arqueó una ceja ante el muro azulado que había aparecido para detener su pegote. Bueno, parecía que aquel combate podía ser interesante. Activó su fruta y su ojo brilló con un tono rojizo. Los dos hermanos empezaron a cargar contra ellos. Byakuro suspiró y observó cómo corrían, pese al viento huracanado, contra ellos. La mujer se dirigía hacia Dexter, así que supuso que a él le tocaba pelear contra el hombre. No creía que fuera buena idea tratar de competir en fuerza con aquel tipo que llevaba una enorme armadura de gemas, por lo que prefirió evitar el ataque en lugar de bloquearlo. Se lanzó hacia atrás cuando el chico trató de golpearlo, pudiendo evadir la mayor parte del daño. Sin embargo, el mazo le golpeó igualmente, aunque de refilón, en el costado, haciéndolo rotar sobre sí mismo y caer al suelo, provocándole un cardenal en el costado. No le preocupaba, aquella herida desaparecería pronto. Sin embargo, un fuerte dolor le hizo darse cuenta de que posiblemente aquel no fuera el único daño. Le dolía la costilla. Aunque con su resistencia mejorada seguramente no se había roto, tal vez sí se hubiera fracturado o astillado, por lo que no era una buena señal. Los dos guerreros de gemas retrocedieron un poco. Byakuro sonrió y dijo:

- Bueno, parece que el combate va a ser interesante, después de todo. -miró a Dexter con una sonrisa torcida-. Voy a ir en serio. Estos dos son bastante duros.

El cazador extendió la mano frente a él, y cerró su puño de golpe. El pegote de pegamento que había tras los dos guerreros, pegado al muro, empezó a brillar con fuerza durante un instante antes de estallar como una pequeña bomba. Los dos guerreros entraban en el radio de acción, sin embargo ellos dos permanecían a una distancia de seguridad. Eso sí, notarían el calor de la explosión. Por otro lado, al estar de espaldas, era imposible que los dos hermanos vieran aquel pegote brillar.

Explosive Slime [AF]

Tras la explosión, Byakuro aprovechó el tiempo que tenía para crear una pequeña barricada en forma de caparazón de titanio frente a él, para protegerse del siguiente ataque de los hermanos.

Dexter observó perplejo el gigantesco zafiro que se había generado delante de su objetivo, y el grito de reprimenda que la hermana lanzó sobre el guerrero de las gemas amatista. Era curioso que poseyera aquel extraño poder y hubiera pasado desapercibida para él, que buscaba aquel tipo de joyas. Pero no era momento de pensar en ello porque la estrategia de sus rivales comenzaba a tener su primer error. Si mal no había entendido, el secreto de los hermanos era su habilidad de lucha en pareja, pero cada uno atacaba a un objetivo. Era normal que intentaran destruir a ambos a la vez, pero la estrategia más práctica era "Divide y vencerás".

Su ataque se había perdido, pero llamó la atención de la mujer, que ni corta ni perezosa se abalanzó sobre él, tratando de machacarle el cráneo. En lugar de hacer un intento de esquiva, como su compañero estaba tratando en aquellos momentos, se decidió por lo más práctico. En sus manos se formó un bastón de combate, tan duro y flexible como él mismo (no en balde era de viento puro), lo que le permitió, de forma bastante eficaz, sumado a su resistencia dracónida, recibir el impacto en el hombro sin mayores consecuencias. ¿Cómo había sido esto? Tan sencillo como que logró bloquear el mango del arma, pero no completamente, y la cabeza de la maza cayó sobre él. Sin embargo apenas sintió una caricia, y cuando la mujer se trataba de alejar el bastón cobró punta de lanza, y empuñándola con una mano al tiempo que apuntaba a su vientre, descargó sobre ella el poder de su Mirada de Dragón para que le resultara más difícil todavía esquivarlo, se lanzó a por ella. Con suerte la golpearía incluso antes de que frenara, pues se movía de forma natural bastante más deprisa que el propio Soru, y esprintando era aún más veloz.

Lanza de Viento+Resistencia Dracónida [AF]

Tras aquella ofensiva, se situaría a un par de pasos de la pirata. Creía poder contenerla sin problemas y aún ayudar a Byakuro de él necesitarlo. Sólo tenía que estar atento, el aire olía a batalla.

Ambos hermanos se sorprenden un poco al ver que sus objetivos escapan con relativa facilidad de sus ataques, se miran un momento antes de que sus mantras les alerten del peligro que corren. Hacia la joven se dirige aquel extraño instrumento que el hombre dragón había usado para parar su ataque, se dirigía a un velocidad pasmosa, pero su haki la había alertado un instante antes, por lo que interpuso su enorme escudo para parar algo el ataque y lo imbuyó con haki armadura, consiguiendo parar el poderoso ataque, pero llevándose u buen impacto que hizo temblar el escudo y la desplazó casi un metros hacia atrás. En cambio Cirat parecía más emocionado, por lo que no se preocupó mucho por la mano extendida del cazador y atacó de nuevo. Esta vez con un ataque doble, el escudo descargó un golpe por la derecha y la maza por la izquierda, ambos imbuidos en haki armadura.

La explosión sucedió tras ellos, notaron el abrumador calor a sus espaldas, pero poco les importó porque empezaron a cubrirse de gemas, ella de color azul y él de color lila. Los fragmentos del zafiro saltaron hacia ellos, entrechocando con sus ahora duros cuerpos y haciéndose añicos, y dejando un pequeño hueco que rápidamente era rellenado con más gemas. Algunos fragmentos pasaron de largo, dirigiéndose hacia sus retadores.

Rezzela tocó el suelo con la mano de su lanza y en él empezaron a surgir estacas de color azulado, eran estacas de zafiro que si no tenían cuidado, empalarían aquellos hombres. Luego cargó hacia ellos, hacia Dexter, pero en el último momento cambió de dirección para dirigirse hacia el compañero de éste. Se movió para colocarse a su espalda, para que no pudiese escapar del ataque de su hermano y descargó fuertemente la maza en direcíón a su espalda, ésta vez con zafiros puntiagudos de 10 cm en ella.

Estacas Cristalizadas + Krag'narath, horizontal strike! [AMF]
Krag'narath, double horizontal strike! [AMF]

Byakuro observó cómo el chico de la armadura lila corría hacia él con entusiasmo, para intentar atraparlo con su maza y su escudo. Al mismo tiempo, un montón de esquirlas de su explosión salieron disparadas hacia él, pero por suerte el cuerpo del guerrero de gemas estaba en la trayectoria. El ataque del chico de violeta venía con una fuerza imparable, al mismo tiempo que su hermana empezaba a correr hacia Dexter. Byakuro trató de evitar el ataque echándose hacia atrás de un salto, para hacer que Cirat quedase detenido en la barricada. Sin embargo, esta maniobra lo puso justo donde Rezzela quería. El impacto fue atroz, golpeando en el mismo lugar donde antes había impactado el caballero malva. Byakuro escuchó un sonido de huesos rompiéndose dentro de él, y la sangre le llegó a la boca. Cayó al suelo con las costillas destrozadas, clavándose en el proceso algunas de las púas de zafiro que había creado Razzela. La barricada se desvaneció al instante. Aquellos dos eran impresionantemente fuertes. El cazador entró en su modo de muerte súbita mientras estaba en el suelo. Un aura negra empezó a recorrer su cuerpo, manteniéndolo consciente hasta el punto de dejarle utilizar una de sus ilusiones para desvanecer el dolor y otra para empezar a soldar sus costillas. Era un proceso lento. Sintió cómo sus huesos se empezaban a unirse.

- Dexter-chan... esto va a llevar tiempo. -logró murmurar a duras penas mientras sentía sus huesos moverse bajo la piel. Aquello no iba a ser suficiente para curarse, pero la ilusión de cuerpo sano lo mantendría activo, al menos hasta terminar el combate.

Micaiah

Su cuerpo estaba bien ahora, gracias a su ilusión real de un cuerpo sano, pero no sabía cuánto tiempo podría mantenerla activa. Se incorporó con dificultad, apoyándose en su bastón. Ahora debía mantener aquella ilusión activa, lo que implicaba tener menos recursos.

- Dame alas, Dexter... -dijo mientras creaba un par de alas en su espalda y se elevaba en vertical, buscando separarse de los hermanos. Esperaba que el dragón entendiese su mensaje.

Dexter vio con decepción cómo la lanza no era capaz de atravesar el escudo de su rival, y ésta apartaba el arma de un golpe, para salir ligeramente despedida. Aquella mujer, además de atractiva, resultaba realmente escandalosa, aunque, con suerte, su brazo no aguantaría muchas más embestidas como aquella. "Puedes vencer ahora, Dexter. Tan sólo piensa cada movimiento que quieras reralizar. Al fin y al cabo, son lentos", pensó para sí mientras en sus manos dos instrumentos de viento se formaban. En su mano izquierda, una pequeña espada, de cerca de un metro de filo, y en su mano derecha un tridente tan alto como él, de mango fino para ser más fácil de mover. Al fin y al cabo, dominaba un gran arsenal de armas, y podría usar el tridente para inutilizar el Martillo y la espada para cortarla. Casi le daba pena marcar un cuerpo tan bello...

Y ahí estaba, frente a la mujer que se lanzaba a por él, con el tridente apuntando a la maza y la espada lista, formando una secante con eje en su corazón, listo para cualquier cosa... Excepto aquello. Aquella mujer se lanzó contra Byakuro en lugar de contra él. Buena estratagema, pero craso error. Dexter no llevaba armadura, y era más ágil que la mayoría de la gente, por lo que no le costaría nada alcanzarla. Sin embargo, Byakuro no lo vio venir y un grito de "¡Byakuro, apártate!" ya no fue suficiente. En un intento desesperado por evitar daños a su amigo, se lanzó contra la mujer Zafiro con todo. El Tridente y la espada estaban imbuidos de resistencia Dracónida, y alrededor la furia de la tormenta manaba. Cuando Recella estaba sobre Byakuro, bajando el Martillo, él estaba detrás, listo para atacar la única zona desprotegida de su cuerpo: La cabeza. Para asegurarse de que nadie interfería, mientras lanzaba aquel ataque una nova eléctrica se formó a su alrededor. Si Cirat se lanzaba contra él, una descarga tan fuerte como para matar a un humano se desataría sobre el hermano amatista.

Todo estaba sucediendo muy deprisa, y la maza bajaba. Tenía que hacerlo ya. Adelantó el tridente, dirigido al cuello, y en la misma trayectoria movió la espada, tratando de degollarla en el acto. Se sentía mal por tener que hacerlo, pero no había quedado más remedio. Con suerte la habría decapitado, y ahora no sería un problema su otro hermano. Su ataque había sido rápido, y era casi imposible que, dadas las circunstancias, hubiera sobrevivido.

Danza de esgrima Darmeriana [AMF] Storm Sword+Resistencia Dracónida+Electricidad en las armas+Sprint sobre ella

-Byakuro, ¿Estás bien?- tuvo que preguntar, aunque lo oyó hablar finalmente. Parecía dolorido, aunque podría seguir luchando, seguramente.

Le pidió alas, y su forma híbrida salió al tiempo que trataba de observar la escena. ¿Qué había sucedido? ¿Estaría Rezella muerta? Esperaba que tan sólo malherida, así podrían curarla e invitarla a cenar un día, cuando saliera de Impel Down allá por el... ¿Nunca?

Rezzela sonríe al ver como sus gemas penetran el cuerpo del incauto cazador, pero su sonrisa dura a penas un instante antes de recibir un poderoso golpe que la manda volando lejos. Algo la ha goleado fuertemente en el cuello, provocándole un fuerte dolor. Si no hubiera sido por su dominio del Haki ahora mismo no tendría la cabeza sobre los hombros. Sin embargo, su cuerpo no se mueve con facilidad. En el cuello tiene una enorme señal roja, debido a la electricidad. De vez en cuando un ligero espasmo recorre su columna.

-Cirat... cuidado con ese hombre -comenta mientras su hermano se olvida de los combatientes y se acerca a ella -deberíamos haber ido por él desde el principio.

Cirat mira a su hermana, deja el mazo en el suelo y le paso el brazo por debajo para ayudarle a levantarse. Examina un poco la herida y luego mira a sus contrincantes con odio. No encuentra raro que Byakuro esté en pie tras el impacto, sin embargo Rezzela si que lo hace. Y lo detiene antes de que se lance a lo loco.

-El moreno parece ser capaz de solidificar aire o similar, a parte de ello maneja la electricidad y puede transformarse en dragón -comenta la mujer incorporándose el otro en cambio lanza esa susancia pegajosa y debe tener grandes habilidades curativas.

-Entonces, ¿cómo vamos a ganarles? -pregunta Cirat preocupado.

-Como siempre, ¡eliminándolos! -dice ella con una voz sádica.

Rezzela se levanta y empieza a levantar una pare de zafiro. Su hermano capta a la primea lo que planea y empieza a lanzar proyectiles de amatistas hacia los dos atacantes de la isla.

Lanza y escudo [AF]

Byakuro sonrió. Con aquella ilusión activa, su capacidad de combate volvía a estar al cien por cien. Pensaba atacar con rapidez a la chica para rematarla, pero ésta alzó una barrera de zafiro para proteger a ambos combatientes de un ataque directo. Y si el cazador ascendía más, entraría en el vórtice de viento. Activar una ilusión más para protegerse de las fuertes ráfagas de aire lo dejaría en una situación precaria frente a sus enemigos. Decidió que lo mejor era aterrizar.

Apenas había posado un pie en el suelo, cuando una lluvia de esquirlas moradas afiladas como cuchillas voló hacia él. Por suerte, aquella ilusión que aún no había empleado le salvaría ahora. Apoyó las manos en el suelo y alzó frente a él una barrera de zafiro exactamente igual que la de Rezzela. Esto no evitó que un par de cristales se le clavaran en el hombro derecho y el costado izquierdo. Por un momento, su determinación flaqueó, y parecía que tanto el muro como sus alas, como su estado de cuerpo sano iban a desvanecerse, pero logró mantener el control. Los cristales repiqueteaban contra el muro, haciendo saltar lascas de cristal azul cada vez que impactaban. El cazador sabía que mientras mantuviera el muro, sus alas eran una molestia de la que podía prescindir.

- Dexter-chan, ¿me echas una manito? -preguntó con una sonrisa forzada debido al nivel de concentración que debía mantener en aquel momento para no desvanecer sus ilusiones. El estrés del combate le empezaba a afectar.

Aprovechando que sus oponentes no podían ver tras el muro, hizo aparecer a su lado una copia idéntica a él, completamente sana, armada con una copia de su bastón tridente. La copia echó a correr hacia un flanco del muro de sus rivales para distraerlos. Si se daba la ocasión, la copia lanzaría tres dardos que explotarían al contacto.

Explosive dart [AID]

Dexter observó la situación. Una pirata tendida en el suelo, casi convulsionando, aunque por suerte viva. Eso era perfecto para los planes que tenía pensados, aunque estaba el problema de que acabara en Impel Down tras esa batalla, aunque seguro que le preparaban un buen módulo bis a bis si se portaba bien con alguna oficial. Era curioso cómo podía pensar en eso durante una batalla... "Y tras aquello". Sus ojos miraron de soslayo a Byakuro mientras recordaba lo que tan sólo hacía un par de horas estuvo a punto de pasar. Parecía muy concentrado en mantener su defensa, y algo nervioso por su actual inacción, aunque éste se defendía de forma casi perfecta de las esquirlas que lanzaba su enemigo, y las que lo atravesaban chocaban con sus puños imbuidos en Resistencia Dracónida.. Por suerte, la energía concentrada que no liberó seguía ahí, sumándose a la que en su forma híbrida recorría todas y cada una de sus escamas, haciendo que al tacto se convirtiera en una peligrosa nube. "Esto puede acabar ya, pero necesito un momento", pensó, mirando al poderoso tornado que había sobre ellos. Él alimentaría la carga que el dragón liberaría totalmente en su próximo ataque, haciendo de aquello una espiral mortal.

-Byakuro, si sabes lo que te conviene, ¡Corre!

Batió las alas, y éstas crecieron mientras su cuerpo se estilizaba más y más. Sus garras se desarrollaban y una larga cola nacía de su columna, mientras una corona de escamas reinaba sobre su cabeza, gigante y completamente reptiliana. Iba acelerando rápidamente, superando la velocidad del sonido mientras daba vueltas en torno al tornado, cargándolo con toda la potencia que podía acumular. Quedaría cansado tras aquello, pero aún podría mantenerse y luchar medianamente, pero el tornado ta empezaba a tomar un tono azul y chispeaba, al tiempo que se aceleraba todavía más mientras la bestia disponía de sus poderes de Akuma no mi sobre el viento, combinándolos con sus poderosas técnicas para crear una espiral mortal que destruyera toda la vida que golpeara. El tornado poco a poco se iba concentrando en una superficie mucho menor en radio, aunque mucho más concentrada y mortal. El viento corría por el lomo del dragón, que seguía volando a aquellas velocidades. El pecho comenzaba a dolerle a causa de la velocidad, pero ya iba a acabar todo.

Ascendió, aún a aquella velocidad, y comenzó su descenso. Cuando lo vieran sería tarde. Batía las alas y bajaba a una velocidad tan alta que apenas veía más que un radio mínimo, y borroso ¿Iría a más de dos mil kilómetros por hora? Tal vez. Por suerte, sabía calcular la distancia, y cuando estuvo a veinte metros de lo que su olfato detectaba como los hermanos piratas, dio un quiebro y liberó el tornado, que recuperaría su radio, cargado por electricidad suficiente como para matar a un pueblo pequeño. Esperaba que Byakuro ya no estuviera ahí, pero aún vivo. Llevaba casi un minuto preparando aquello, a saber si Byakuro la contaría.

THE GREAT ISLAND STORM [AB]

Los hermanos se encontraban tras el muro cuando de repente ven aparecer por su derecha al hombre que Rezzela había atravesado con sus armas anteriormente. so los pone en alerte y hace que ella descargue de nuevo su maza contra él a la vez que levanta su escudo para protegerse de unos dardos que tira. Dos de ellos impactan contra el enorme objeto de metal y explotan. El tercero se incrusta en su pierna, provocándole una fea quemadura por la explosión. Pero eso no le importa ahora, cubre con unas gemas la herida y sin pensarlo mueve de nuevo su maza contra el joven rival.

Cirat en cambio se percata del lo que les viene encima, un temible tornado con una tormenta en su interior, algo que nunca ha visto y eso que está acostumbrado a los temporales. Sin pensarlo se levantó agarró la armadura de su hermana y tiró de ella para cubrirla con su cuerpo y a su alrededor empezó a generar gran cantidad de amatistas a su alrededor, creando una compacta esfera rosácea a su alrededor.

-¡Qué haces! gritó Rezzela malhumorada -¡déjame que mate a ese hombre del demonio!

-Rezzela, lo siento. No debería haberte metido en ésto -dijo Cirat entristecido.

En ese momento Rezzela se dio cuenta de lo que se le venía encima, se abrazó a su hermano y cubrió la esfera con su propio zafiro. Ambos hermanos abrazados imbuyeron su cuerpo en haki armadura a la vez que lo expandían a través de la esfera de gemas, a la espera de lo inevitable. El aire impactó contra ellos, los elevó y los lanzó por los aires,la esfera impactó fuertemente contra el suelo, haciéndose añicos a pesar de estar cubierta por el haki. Ambos hermanos rodaron por el suelo, todavía abrazados mientras que sus armas salían despedidas.

-¡Cirat, Cirat! -gritó la mujer al terminar de rodar y ve que su hermano no se movía -Cirat, respondeme!

Llevó la mano a su cuello y comprobó que tenía pulso, por lo que suspiró aliviada, levantó la cabeza para ver el temible cúmulo de aire y rayos que se alejaba en dirección contraria a la que ellos se encontraban. Cirat no se movía, parecía estar inconsciente y ella, sin la adrenalina del combate estaba dándose cuenta de que su pierna estaba mal y que no funcionaría como ella quería. Además su cuello todavía le molestaba. No sabía quienes eran aquellos hombres, solo esperaba no volver a encontrarse con ellos nunca más. Mirío a su hermano, tendido en el suelo, y se acercó a él, donde empezó a derramar lágrimas de manera silenciosa.

Krag'narath, double horizontal strike! (Copia de Byakuro)

Bueno hago doblepost para decir que Byakuro y Dexter ganan el combate. Ambos se llevan 1590 puntos de experiencia y dado que los entregará Byakuro por ser cazador, también se llevan la bonita suma de 1.060.000.000 B, que se queda en 530.000.000 B para cada uno.

Hojas actualizadas.