Discípulo y maestro [Karl y Alex] [Pasado - Privado]

Alzaron el vuelo. ¿La guerra había terminado? Habían matado al Yonkou Namzug y él había sido uno de los... verdugos. El criminal los había llamado cobardes. Podría afectarle si aquel no fuera un asesino despiadado y tantas muertes engrosaran su lista. No merecía llamar cobardes a otros. Pero eso no importaba ahora, habían escapado de la isla cuando se había convocado una Buster Call. Todo perdido, una isla entera destruida por un ataque brutal como aquel. ¿A quién se le había ocurrido la idea de realizar una ejecución pública? El ansia de poder y fama del Gobierno Mundial había causado aquello. De haber sido una ejecución privada y directa todo esto no habría pasado.

Se fijó en lo que estaba ocurriendo, estaba sobre una criatura alada. Farkas estaba a su lado y no eran los únicos que volaban sobre el increíble animal. De no ser por aquello ahora estarían bajo la intensa lluvia de fuego y acero que estaban causando aquellos busques de guerra de la Marina. Por poco. Era imposible que alguien sobreviviera a eso y él era solo un afortunado. ¿Qué lo hacía merecedor de salvarse? ¿Tenía algo mejor que los que no habían tenido tanta suerte? No lo creía. Pero estaba vivo y no servía de nada lamentarse ahora. Se quedó mirando al cielo mientras lo surcaban. No tardaron en llegar a tierra o, quizás, no se había dado cuenta del tiempo que había pasado.

-¿Dónde estamos?- Preguntó.

Había hablado tan bajo que parecía más un susurro. Nadie lo había escuchado, aunque era normal. Todavía no se creía lo que había ocurrido. Se bajó del lomo de la criatura y ayudó al lobo a bajar. Creía haber visto a Krauser, pero se alejó un poco de todos. Debía asimilar lo que había pasado. Había luchado con una gran cantidad de criminales, pero no sabia qué bando había ganado. Aunque poco importaba pues, ganara el bando que ganara, todo se fue al trate. ya no había más remedio que aceptarlo. Lo único seguro es que dos yonkous habían muerto. Eso era bueno para el mundo, ¿no? Dos criminales de los más importantes desaparecidos. Sí, debía ser bueno.

Alguien se acercó a él. Era un marine por su ropa, aunque no lucía muy bien. Estaba destrozado y manchado de sangre y sudor. Uno de los supervivientes. Le sonaba de algo, pero no estaba seguro de conocerlo. Quizás era un alto rango. Le preguntó su nombre y le "agradeció su ayuda". No recordaba haber hecho nada que mereciera un agradecimiento, pero se sentía bien por ello. Después le nombró su estilo de combate. Era posible que fueran similares pues estaba basado en varias artes marciales que había adaptado a su manera.

-Me llamo Alex Drachen. Respecto a mi estilo de combate... es posible, nunca me centré mucho en las clases de mi padre... perdona mi ignorancia, ¿puedo saber tu nombre?- Respondió.