León Zaid
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Hace un par de meses leí un informe descalificado bastante interesante a decir verdad, en él se relataba una extraña zona en el East Blue, donde había tal cantidad de barcos rotos apilados que casi podría decirse que era una isla. Según el informe en esta zona vivía gente pobre que buscaba en los barcos cosas que vender en otras islas para sacarse un dinero, según el mismo informe estas personas son hostiles con todo aquél que vaya a hacer exactamente lo mismo que ellos, motivo por el cuál suelen crear problemas.
Se especifica que los habitantes de este montón de escombros suelen poder vivir con lo que encuentran, por lo que hay varios tesoros ocultos en el lugar, pero evidentemente estos pobres solo han accedido hasta cierta zona de profundidad, estando intactos los tesoros que hay en el fondo.
Hoy era mi día libre, por lo que me apetecía nadar y tratar de encontrar algo interesante allí, quizás descubriese algo que mereciese la pena, sin embargo era mucho terreno, por lo que iba a necesitar ayuda, y evidentemente no podía contar con algún otro miembro de la agencia, no tenía algún amigo especial aún, y dudo que sepan de desenterrar tesoros en el fondo del mar, por lo que envié una carta a un cazador del cual había oído hablar mucho últimamente, Kaito Kazuki.
Suponiendo su aceptación ya había llegado al lugar, colocándome con cuidado cerca del extraño muelle allí formado por los pobres del lugar, los cuales exigían un pago por estacionar allí.
- Usted vino en ese bote pequeño, si quiere que se le vigile tendrá que pagar un extra por ello, además de por aparcar en nuestra isla.
- Yo no traje ningún bote querido. - Le contesté sonriente.
- ¿Cómo que no? ¿Te crees que soy tonto? ¿Y ese bote qué? - Preguntó señalando el bote en el que efectivamente había venido.
Saqué de mi cintura una pistola con bala antitanque y disparé a la base del bote hundiéndolo en el agua en milésimas de segundos para luego sacar a flote pequeños tablones. Acto seguido le miré soplando el filo de la pistola y le sonreí.
- ¿De qué bote me estás hablando? Ahí solo hay montones de madera flotando. - Dije serio sacando de mi bolsillo un cigarro con el cuál empecé a fumar esperando a mi invitado.
El joven temblando de miedo echó a correr hasta sus padres dejadome por fin en paz y exhalé el humo entre las pequeñas risas que solté ante la acción que hizo. Espero que traiga un barco o tendré que nadar entre esta basura para regresar a una isla.
Se especifica que los habitantes de este montón de escombros suelen poder vivir con lo que encuentran, por lo que hay varios tesoros ocultos en el lugar, pero evidentemente estos pobres solo han accedido hasta cierta zona de profundidad, estando intactos los tesoros que hay en el fondo.
Hoy era mi día libre, por lo que me apetecía nadar y tratar de encontrar algo interesante allí, quizás descubriese algo que mereciese la pena, sin embargo era mucho terreno, por lo que iba a necesitar ayuda, y evidentemente no podía contar con algún otro miembro de la agencia, no tenía algún amigo especial aún, y dudo que sepan de desenterrar tesoros en el fondo del mar, por lo que envié una carta a un cazador del cual había oído hablar mucho últimamente, Kaito Kazuki.
Carta enviada hace una semana escribió:Estimado Kaito Kazuki, mi nombre es León Zaid y estoy interesado en contar con sus servicios para una pequeña caza de tesoros. Estoy seguro de que habrá oído hablar de Baristán, ese montón de escombros de barcos al que llaman isla.
Según mis oídos ahí hay tesoros de incalculable valor, por lo que mi intención es sacar a flote todos los posibles, claro que no puedo hacerlo solo. Según mis oídos es usted un usuario, por lo que requeriría de su ayuda si su poder puede ser útil en esta situación, y si no, para detener a los matones del lugar que traten de robar lo que encontremos o echarnos, estoy seguro de que lidiar con ellos no le será ningún problema. Además, le necesitaré posteriormente para el transporte de los beneficios.
En cuanto al medio de pago, pensé en darle alguna cifra cuantiosa, sin embargo esto me arruinaría si no encontrase nada, y a usted le molestaría si gano mucho más que usted habiendo trabajado a un nivel similar, por lo que le propongo ir a medias con lo que saquemos, triunfaremos ambos o ninguno, así de sencillo. ¿Qué dice? ¿Acepta usted mi propuesta? De ser así le espero en una semana en "La isla", por favor, traiga usted un medio de transporte y si dispone de alguna herramienta que nos ayude, también.Atentamente, León Zaid.
Suponiendo su aceptación ya había llegado al lugar, colocándome con cuidado cerca del extraño muelle allí formado por los pobres del lugar, los cuales exigían un pago por estacionar allí.
- Usted vino en ese bote pequeño, si quiere que se le vigile tendrá que pagar un extra por ello, además de por aparcar en nuestra isla.
- Yo no traje ningún bote querido. - Le contesté sonriente.
- ¿Cómo que no? ¿Te crees que soy tonto? ¿Y ese bote qué? - Preguntó señalando el bote en el que efectivamente había venido.
Saqué de mi cintura una pistola con bala antitanque y disparé a la base del bote hundiéndolo en el agua en milésimas de segundos para luego sacar a flote pequeños tablones. Acto seguido le miré soplando el filo de la pistola y le sonreí.
- ¿De qué bote me estás hablando? Ahí solo hay montones de madera flotando. - Dije serio sacando de mi bolsillo un cigarro con el cuál empecé a fumar esperando a mi invitado.
El joven temblando de miedo echó a correr hasta sus padres dejadome por fin en paz y exhalé el humo entre las pequeñas risas que solté ante la acción que hizo. Espero que traiga un barco o tendré que nadar entre esta basura para regresar a una isla.
Kaito Kazuki
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Paz, tranquilidad, calma…Un sinfín de buenas sensaciones rodean la cabaña en la que se encierra el joven Kaito a la hora de entrenar, la verdad es que no tiene muchas preocupaciones desde que cobró la recompensa por aquél hombre dinosaurio de Sunaba, tiene dinero suficiente para mantener a los suyos, tiene compañeros que lo ayudan a proteger al gremio…De pronto, en mitad de la noche, una sombra cruza rauda el plateado resplandor de la luna, se trata de un ave realmente veloz, tal vez un halcón. EL ave pasa por encima del cazador que permanece quieto, sentado sobre una gran roca que le permite ver el extenso mar y como, en la línea del horizonte, no se note la separación entre cielo y mar. El reflejo de la luna en el agua embelesa al muchacho que solo sale del trance en el que se encuentra cuando una carta cae delante suya, seguramente lanzada por aquél pájaro, la verdad una forma de comunicarse bastante interesante. El joven toma la carta y empieza a leerla, sus alargados orbes carmesí se mueve de lado a lado mientras lee la carta.
Por eso el joven emprende camino, toma un barco de tamaño medio para irse a la “Isla” de los barcos hundidos. Unas semana más tarde la ve a lo lejos. Un montón de escombros. En el muelle improvisado parece haber alguien. El joven se marcha en un pequeño bote que deja en el muelle y se dirige al hombre que fuma en el muelle. |~¿Fuiste tú quien me envió esta carta?~| Dice el joven mostrando la carta que extrae de sus ropajes.
Carta enviada hace una semana escribió:Estimado Kaito Kazuki, mi nombre es León Zaid y estoy interesado en contar con sus servicios para una pequeña caza de tesoros. Estoy seguro de que habrá oído hablar de Baristán, ese montón de escombros de barcos al que llaman isla.
Según mis oídos ahí hay tesoros de incalculable valor, por lo que mi intención es sacar a flote todos los posibles, claro que no puedo hacerlo solo. Según mis oídos es usted un usuario, por lo que requeriría de su ayuda si su poder puede ser útil en esta situación, y si no, para detener a los matones del lugar que traten de robar lo que encontremos o echarnos, estoy seguro de que lidiar con ellos no le será ningún problema. Además, le necesitaré posteriormente para el transporte de los beneficios.
En cuanto al medio de pago, pensé en darle alguna cifra cuantiosa, sin embargo esto me arruinaría si no encontrase nada, y a usted le molestaría si gano mucho más que usted habiendo trabajado a un nivel similar, por lo que le propongo ir a medias con lo que saquemos, triunfaremos ambos o ninguno, así de sencillo. ¿Qué dice? ¿Acepta usted mi propuesta? De ser así le espero en una semana en "La isla", por favor, traiga usted un medio de transporte y si dispone de alguna herramienta que nos ayude, también.Atentamente, León Zaid.
Por eso el joven emprende camino, toma un barco de tamaño medio para irse a la “Isla” de los barcos hundidos. Unas semana más tarde la ve a lo lejos. Un montón de escombros. En el muelle improvisado parece haber alguien. El joven se marcha en un pequeño bote que deja en el muelle y se dirige al hombre que fuma en el muelle. |~¿Fuiste tú quien me envió esta carta?~| Dice el joven mostrando la carta que extrae de sus ropajes.
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Finalmente se presenta ante mi el joven al que envié la carta, contento asentí observándole, era notablemente más alto que yo, no por mucho, pero se notaba bastante pues no solía ver a personas más altas que yo, y su aspecto físico en general era el de una persona peligrosa e imponente, pero no era solo eso, su nivel de combate según podía percibir era muy similar al mío, con lo que una pelea entre nosotros sería difícil de predecir quién la gana.
- Así es señor Kaito, la carta es mía. Y si usted está aquí es porque le interesa ¿Me equivoco? Verá, pienso que puedo llegar realmente lejos nadando hacia el fondo, con lo que puedo alcanzar tesoros aún sin alcanzar, pero esto conllevaría un peligro, y es que al ascender estaría agotado e indefenso por unos minutos, motivo por el que contrato sus servicios... yo cojo lo que usted no puede coger y usted me blinda seguridad. No es difícil ¿No?
Hice una pausa suspirando al tiempo que miraba el lugar con un suspiro, viendo los restos que hay en la superficie y algunas personas andando entre estos
- Por cierto, mi nombre es León, y trabajo para el Cipher Pol, pero estoy en mis vacaciones por así decirlo, con lo que no se preocupe, todo es legal y no habrá problema alguno.
Comencé a andar por una zona estable con Kaito siguiéndome, yendo a un lugar más alejado y solitario, un buen sitio donde empezar a bucear, pero antes debía de hablar con Kaito de un tema serio, el reparto. Giré levemente la cabeza mirándolo de reojo y sonreí.
-¿Qué te parece esto? Si tienes que combatir o algo, vamos al 50%, pero si no peleas, un 30% del beneficio, y yo el 70% Me parece bastante justo teniendo en cuenta que si no peleas yo hago un gran esfuerzo y tu ninguno, y que en caso de pelear, vayamos a medias ¿No crees?
Esperaba realmente que aceptase la propuesta, ya que quería acabar rápido con esto para ver si lograba sacar algo de dinero en ese lugar arriesgándose a nadar hasta tan a fondo como tenía pensado hacer.
- Así es señor Kaito, la carta es mía. Y si usted está aquí es porque le interesa ¿Me equivoco? Verá, pienso que puedo llegar realmente lejos nadando hacia el fondo, con lo que puedo alcanzar tesoros aún sin alcanzar, pero esto conllevaría un peligro, y es que al ascender estaría agotado e indefenso por unos minutos, motivo por el que contrato sus servicios... yo cojo lo que usted no puede coger y usted me blinda seguridad. No es difícil ¿No?
Hice una pausa suspirando al tiempo que miraba el lugar con un suspiro, viendo los restos que hay en la superficie y algunas personas andando entre estos
- Por cierto, mi nombre es León, y trabajo para el Cipher Pol, pero estoy en mis vacaciones por así decirlo, con lo que no se preocupe, todo es legal y no habrá problema alguno.
Comencé a andar por una zona estable con Kaito siguiéndome, yendo a un lugar más alejado y solitario, un buen sitio donde empezar a bucear, pero antes debía de hablar con Kaito de un tema serio, el reparto. Giré levemente la cabeza mirándolo de reojo y sonreí.
-¿Qué te parece esto? Si tienes que combatir o algo, vamos al 50%, pero si no peleas, un 30% del beneficio, y yo el 70% Me parece bastante justo teniendo en cuenta que si no peleas yo hago un gran esfuerzo y tu ninguno, y que en caso de pelear, vayamos a medias ¿No crees?
Esperaba realmente que aceptase la propuesta, ya que quería acabar rápido con esto para ver si lograba sacar algo de dinero en ese lugar arriesgándose a nadar hasta tan a fondo como tenía pensado hacer.
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