CP, esclavos y algún gordo de por medio [Privado|Shiro-Osuka]

Me encontraba sentado en una de las mesas del aquel restaurante mientras comía una hamburguesa y leía por décima vez la carta con mi misión;

“Soldado Sumisu, se le ha asignado junto al Soldado Akamine la siguiente misión;
llevamos varias semanas de persecución de un convoy lleno de esclavos y prisioneros revolucionarios, aunque nuestros barcos intentaron asaltar el navío, este pudo huir pero con graves daños. Hemos conseguido localizar el convoy en Lavengre, el objetivo de este es transportar a los esclavos del punto A, donde desembarcaran del navío dañado, hasta el punto B donde les esperará su nuevo barco. Su objetivo será varios:



- Acabar o reducir las fuerzas Gubernamentales que escoltan del convoy
- Tomar el control del convoy y llevarlos al punto C, donde les espera nustro navio
- Escapar de la isla junto a los esclavos



Tengan precaución, nuestro infiltrado nos ha informado de que el convoy está liderado por un CP5 y junto a él se encuentran varios agentes de CP2 y CP3, ademas de los marines.

Buena suerte con su misión.

*Al ser miembros de la división del Oficial Krauser y por la propia seguridad, cuando el soldado Akamine aparezca, le preguntara cuál es su color, con esa pregunta podrás confirmar que se trata de él, para confirmarle tu identidad deberás responder con el color que se le asignó al soldado Akamine al entrar en la división”

Estoy en la isla de Lavenge o como me gusta decirla a mi la “isla de los gordos y lechugas rodantes”. Un lugar donde, si eres un amante de la carne, tienes que ir si o si. Aunque no era parte de mi objetivo, ya era la tercera hamburguesa que me comía en ese restaurante, es que no tenia mucho mas que hacer hasta que llegase Shiro. El, al igual que yo formabamos de la misma división. Pero nunca habíamos hecho una misión juntos y estaba bastante entusiasmado, aunque nos veíamos muchas veces nunca nos habíamos parado a hablar mucho. Lo único que sé de él es que decían que daba un poco de pena en la cocina, yo una vez la probé y no se porque tenia tan mala fama, estaría un poco amarga y cruda pero aun asi no me parecía tan mala.

Termine aquélla tercera hamburguesa, cuando pedí de unos de los camareros rellenitos la cuenta y un buen vaso de agua para bajar un poco la comida, mientras esperaba a mi compañero de operaciones.

No había pasado mucho desde que Shiro había desembarcado en la isla de Lavengre, habiéndose leído las instrucciones de su misión durante el viaje. Parecía que esta vez se estaba metiendo en la boca del lobo, pero no le importó mucho esto; sus camaradas estaban primero que su seguridad y de eso estaba convencido. Caminando por la oscurecida ciudad, divisó más temprano que tarde el restaurante donde debía reunirse con el Demonio Plateado y preguntarle por su color. Inflando los cachetes cómicamente, Shiro dice en una voz muy baja: "Aaah, por qué le toca a alguien que entró después que yo un color tan cool como el plateado y me dejan a mí con el marrón? Venga ya..."

Pero sin decir otra palabra, su cara regresó a su forma inexpresiva, mientras se quitaba la chaqueta de revolucionario y la doblaba sobre su brazo derecho a la entrada del restaurante, mostrando que bajo ese atuendo llevaba un chaleco negro sin mangas sobre una camisa blanca de mangas largas, guantes negros que se pasaban un poco de la muñeca (y le ayudaban a cubrir su brazo robótico y recientemente mejorado) y pantalones negros de salir sobre mocasines, con una corbata de lazo en el cuello de la camisa para rematar el look. Parecía una persona común de salario decente y de gustos finos para la ropa, lo cual le podría ayudar con su coartada; después de todo, este lugar estaba lleno de gente rica que venía por la comida del sitio. Tras él podía oler el aire de lluvia que se esparcía lentamente por la ciudad; el cielo estaba oscurecido por las nubes y posiblemente comenzara a llover en poco tiempo.

Apenas entró al restaurante, divisó al hombre que buscaba; es que por favor, si algo de obvio tenía este hombre era su cabello naranja, siendo la única persona que había visto con tal color de pelo. Acercándosele con seguridad y calma, el rubio llega hasta su mesa en poco tiempo y se sienta frente a él, conociéndolo de cara lo suficiente como para saber que se trataba de su compañero. Sin embargo, el protocolo es el protocolo, y ser precavido no estaba de más. Rebajando su voz a una ligeramente por debajo de los umbrales de una conversación normal para evitar ser oído entre las conversaciones del resto de personas, Shiro habló:

"Buenas, camarada. Sé que eres tú, pero ya sabes, reglas son reglas. Ejem. ¿Cuál es tu color?"

Solo para dejarlo todo claro. Ciertamente habían personas con poderes de fruta del diablo por allí, como él mismo o su compañero (que también se rumoreaba que poseía el don de una fruta del diablo paramecia, aunque nunca la había visto en acción por si mismo), y tal vez algun CP o miembro de la Marina podría estar disfrazado de él usando dichos poderes. Y lo mismo para su compañero, si no se identificaba apropiadamente él podría pensar mal, por lo que acató esa parte de la misión correctamente y se quedó ahí sentado, esperando por su respuesta.

Me puse a mirar el cielo a través de una ventana  y pude ver el cielo ennegreciendo con nubes de tormenta y empezando a chispear unas pocas gotas. Realmente no me desagrada la lluvia, pero no me gustaría que fuese un problema para nuestra misión. Cuando recibí mi vaso de agua y le pagaba la cuenta a unos de los camareros, pude ver de lejos el cabello dorado de mi compañero.

Era Shiro, aunque se me hacía raro verlo tan elegante y sin su atuendo con capucha negro habitual. Aunque ha decir verdad, yo también iba bastante elegante con unos pantalones y camisa negros acompañados de una corbata roja, después de todos esta ciudad era de las ricachones y había que ir como tal. Aun así tenía una bolsa donde estaba mis guanteletes y demás cosas para nuestra misión.

Lentamente el rubiales se acercó hasta mesa y se sentó con completa normalidad mientras, por protocolo de misión, me pregunto el color en mi división con bastante despreocupación. “Gracias señor por traerme a alguien que no es tan formal con el protocolo” pensaba después de que me hiciera aquella pregunta.

- Plateado. Mi color es el plateado - le dije en voz baja, lo último que necesitábamos era llamar la atención en aquel lugar - Ahora que sabes que no soy un infiltrado, pensamos cómo vamos a conseguir llevarnos el convoy?

No teníamos mucho tiempo hasta que el primer navío donde estaban los esclavos llegaran a la isla y fueran hasta el otro barco. Supongo que irían por el bosque hasta ese punto alejado al de la ciudad porque, seguramente, no sería bien visto una fila de esclavos en mitad de esta. Eso seria mala fama para el gobierno, y todos sabemos cómo se las gastan con ese tema los cabrones.

- Si van por el bosque, tendremos la ventaja de poder atacar por sorpresa y si hay tormenta podremos aprovechar el ruido y los lugares oscuros para confundirlos. Si tenemos suerte, esta misión podría ser fácil. El único problemas podría ser ese CP5 que los lidera.

Los del CP5 no podrían compararse ni de broma contra  otros altos cargos como algún vice o almirante marine, pero aun así no tendríamos que subestimar a ese agente. Después de todo el CP eran agentes profesionales del gobierno y se habían llevado a muchos revolucionarios valientes a la tumba.

Era él después de todo, se había dicho para sí mismo mientras sonreía confiadamente, escuchando lo que pensaba su compañero de misión antes de saltar a conclusiones sobre cómo debía de salir la operación. Ciertamente era complejo atacar entre tantos árboles, pero a la vez resultaría fácil esconder trampas y hacerles una emboscada. Simplemente debían usar el tiempo que les quedaba para pensar en una estrategia adecuada, aunque el restaurante no era exactamente el mejor sitio para ello; alguien podría estar escuchando. Levantándose de su asiento, Shiro le hizo una señal con la cabeza indicando que lo siguiera, vistiendo de nuevo su capucha negra cuando se encontraba a punto de salir del restaurante.

OOC:

Tras salir a la oscura y desierta calle (posiblemente sin actividad debido a la inminente lluvia) el joven revolucionario esperó a que su compañero saliese del restaurante antes de ir caminando lentamente hacia el área de la misión, o sea, el bosque marcado como la zona A. Mientras caminaba, fue pensando en algunas formas de hacer su misión, y mencionándoselas a Osuka en una voz suficientemente baja.

"Veamos... estaremos en un bosque donde posiblemente tengamos una ventaja sólida. Tenemos la información de su localización y sus números aproximados, y puede que también el factor sorpresa. Una emboscada, con algunas trampas incluidas, sería la mejor opción, con un repentino ataque a toda potencia que dañe fuertemente a alguno de los miembros más fuertes de la escolta. Hay que actuar de forma veloz, aplastante y sin piedad; no estamos aquí para matar, pero capturar a uno o más de los CPs sería extremadamente conveniente, incluso si solo es un bajo rango. Podría usar mi brazo cyborg como una tirolina, disparando la mano para que puedas moverte sobre el cable, y eso mejoraría nuestra movilidad y nos permitiría movilidad aérea decente, aunque nada comparado a su Rokushiki.

Para tener más detalles de como podríamos actuar, necesito conocer tus estilos de combate y, si posees, habilidades de fruta del diablo; al tener dichos datos podré idear una estrategia mucho mejor elaborada. En mi caso, lucho con el estilo de combate Ryusoken, que está basado en un agarre aplastante con las manos, enfocándose en la fuerza individual de los dedos. Mi fruta es la Juryo Juryo no Mi, que me permite aumentar o disminuir el peso de los objetos y personas que toco, aunque tiene sus límites."

Al terminar de dar el monólogo, esperó la respuesta de su compañero para tras esta, poder idear un plan con su ayuda.

Aquel lugar no era el más adecuado para hablar sobre un asalto y Shiro me indico con la mirada que nos fuéramos del establecimiento. Yo ya había pagado la cuenta de mi comida y por tanto no tenía motivos para seguir allí. Mientras caminábamos bajo la reciente lluvia, se puso a contarme lo que quería hacer.
Era bastante sencillo; en mitad del trayecto de aquellos capullos ponemos trampas, les tendíamos una emboscada y les dábamos de leches con todo lo que teníamos. El decía que podría aprovechar su brazo ciborg con tirolina incluida para atacar desde arriba. Siempre me he preguntado lo que le paso para perder el brazo, pero no quise meterme en algunasunto turbio.
También se le había ocurrido el hecho de que podríamos capturar a algún agente para interrogarlo.

- Eso parece buena idea, seguro que si le traemos a Krauser al agente del CP5, no tardará más de dos minutos en hacerlo hablar - le dije bromeando mientras caminaba.

Para terminar de planear la estrategia  me pregunto como era mi estilo al combatir y que poder tenia mi fruta. Cuando me dijo que su estilo era Ryusoken, caí en cuenta de porqué lo llamaban “el dragón dorado”, sinceramente yo creía que lo decían simplemente por el pelo rubio. Y su fruta tenía un poder curioso, controlar el peso de los objetos podría ser de mucha ayuda, sobre todo si queríamos llevarnos a algún agentes como rehenes.

- Mi estilo de combate no es precisamente profesional, pero la he querido llamar Rompe Yelmos. Con un poco de fuerza, desarmo al enemigo para dejar una brecha en su defensa y le pegó hasta en las fotos familiares. Sobre mi fruta te lo voy a enseñar - me acerque al suelo y con mi habilidad desprendi un cacho, con una sola mano hice que la piedra empezará a moverse sola y adoptar nuevas formas - Soy usuario de la Ishi Ishi no Mi, si alguna cosa está hecha de piedra, podría controlarla a mi antojo - empecé a concentrarme un poco y convertir ese pedrusco en una versión en miniatura de mi “forma golem” - y si hay suficiente puedo convertirme en un golem como este pero de varios metros.

Si había que actuar agresivo con aquello, la forma ideal de hacerlo sería con esto. Pero tendría que ser rápido, ya que no podía aguantar aquella forma permanentemente. Lo bueno es que si ese bsque tenia piedra por el suelo podría hacer boquetes para trampas

"¿Ooh? ¿Un Humano de Asimilación de Piedra, entonces? Eso es interesante. Conociendo que la mayoría de las islas están ubicadas sobre grandes formaciones rocosas, creo que le podemos sacar provecho a esa habilidad aquí. Bien, creo que tengo un plan lo suficientemente bueno. Si mal no recuerdo, tu habilidad requiere que estés en contacto con el suelo para que funcione. La mía, en cambio, presenta un poder destructivo increíble siempre y cuando se use desde una buena altura. Mi idea es la siguiente: Necesito que causes un desplazamiento de tierra para que el convoy se desvíe, y de ser posible encapsularlo en un domo de piedra con espinas sobresaliendo, de esta manera lo protegemos y separamos a los inocentes de los objetivos. Una vez hagas esto, será suficiente con que distraigas al CP5 hasta que me le arroje encima en un momento de distracción: Un peso combinado de 480 kilogramos descargado desde el aire y concentrado en cinco dedos posiblemente sea capaz de atravesar su piel, o al menos causar un serio daño. Si logro atravesarlo, podría dejarlo fuera de combate con un apretón lo suficientemente fuerte o tocando un órgano. Soy médico, sé lo que hago. Si lo prefieres, puedes atrapar en el domo a los CPs y dejar a los prisioneros afuera, de esa forma puedes atacarlo con las espinas de piedra por dentro y yo puedo caer cual meteoro sobre el domo con todo mi peso."

Shiro pensó por unos segundos en lo que planeaba hacer, aún no enteramente convencido de que esa fuese la mejor idea que se le podría ocurrir. Tras pensarlo lo suficiente, añadió:

"También tengo una idea para un ataque de desesperación, pero podría hacerte daño a ti también. La idea sería que tras transformarte en ese golem gigante, podría aumentar el peso de ese golem unas 10 veces más de lo normal para que puedas caer con toda tu fuerza sobre un oponente que se encuentre sin poder huir lo suficientemente rápido de ahí. También podría disminuir su peso 10 veces para que en cambio ganes una gran movilidad, aunque perderías potencia. Además, debo estar entrando en contacto contigo cada 10 segundos más o menos, mi poder no dura más que eso. Son solo ideas, pero tenlas en mente y si te decides por intentarlas, puedes avisarme. En caso de necesitar retirarnos, puedes convertirte en golem y, dependiendo de tu tamaño máximo, podrías cargar a parte del convoy o a todos los carros que lleven prisioneros"

Para ese momento, estaban llegando finalmente al bosque, apenas unos metros más adelante. Shiro esperó para escuchar alguna idea de su compañero o preparar las trampas de piedra que el peli-naranja desease, simplemente para asegurarse de que todo estuviese en orden antes de comenzar la operación.

Había tardado unos segundos, pero el dragón dorado ya tenía varios planes con los que detendriamos el convoy gracias a nuestras habilidades de Akuma; una era crear una cúpula/puercoespín para proteger a los esclavos del combate. La otra, hacer lo mismo pero con los pinchos hacia dentro y él daría un ataque devastador desde arriba. Sería efectivo pero podria ocasionar más de una baja mortal, y ese tema de no matar lo tenía zangado.

- Si no te importa, preferiría utilizar la cúpula para proteger a los esclavos - no se como se tomaría lo siguiente qué le diría, la gente se sorprende cuando contaba mi ley personal - no me importa si quieres cargarte a alguno de esos capullos, pero yo una vez me prometí que no mataría a una persona en lo que me quede de vida. Soy el tipo de persona que rompe más de un hueso, pero nada más. Juzgame si quieres, estoy acostumbrado.

Cambiando de tema, tambien tenia la idea de mejorar las cualidades de mi forma alterando el peso;
- En todo caso solo podríamos disminuirlo, al igual que tu yo tengo un límite de control en las cantidades de piedras y si aumentaras el peso no podría aguantarlo.

Tuve suerte de que aquel rubio tuviera buenas ideas para nuestra misión, aunque no teníamos aún muy claro como lo montaremos, sabía que si distraía al CP5, Shiro podría encargarse de un golpe. O al menos dejarlo lo suficientemente débil para llevarnoslo.
- Lo de distraer al agente ese dejamelo a mi, soy un experto en ese tema

Tardamos poco menos de dos horas para llegar cercanía del trayecto del convoy cuando me dispuse a preparar las trampas por el camino
- Voy crear unos cuantos fosos y los tapare con unas láminas de piedra lo suficientemente finas como para que alguien de peso medio, caiga. Si quieres que prepare algo más tan solo dimelo.

Conseguí preparar fácilmente aquellas trampas ya que en mitad de aquel bosque, se había creado un pequeño camino pedregoso. Se le notaba que no era la primera vez que alguien pasaba por allí con un vehículo. Me preguntaba si por allí solo habían pasado vehiculos normales o si habían pasado más esclavos por ese trayecto sin que nos diéramos cuenta.

"Jejeje... Así que tu tampoco matas a tus enemigos. Bien, eso hará esto mucho más fácil, no necesito sugerir nada que vaya en contra de mis propios principios de esa manera. Un médico está para curar, no para quitar la vida. En todo caso, la idea de las fosas es bastante útil, especialmente si puedes cubrirlas de nuevo con capas de piedra densas una vez atrapes a alguien. No creo que la piedra rivalice con su Rankyaku, pero nos dará algo de tiempo si puedes mantenerlos atrapados, especialmente al CP5. Voy a retirarme a la copa de un árbol cercano, en algún punto en donde no se me vea; la oscuridad es especialmente buena en estos momentos, gracias a la ropa de color oscuro podemos escondernos más fácilmente."

Tras decir esto, y sin nada más que agregar a su plan de ataque, Shiro disminuye su peso corporal tres veces (quedando en 20 kg aproximadamente) y el de su brazo, diez veces (unos meros 3 kg), pesando tan poco que puede saltar con agilidad sobrehumana entre árboles, saltando en zig-zag hasta llegar a una copa cercana, donde se camufla entre las hojas y ramas esperando una oportunidad para atacar. No faltaba mucho para que el convoy llegara, y cuando eso sucediera, él estaría preparado para darles una sorpresa, recuperar a sus compatriotas esclavizados, y capturar por lo menos a uno de estos Cipher Police. Por supuesto, sabía que las repercusiones se iban a notar y que posiblemente le pusieran una recompensa enorme por atacar a mercenarios del Gobierno Mundial, pero él ya se había enrolado en el Ejército Revolucionario, sabía perfectamente en qué se metía cuando lo hizo.

Lo sentía, un gran temblor, algo se estaba acercando. Me senté en medio de aquel camino, de otra manera no podría estar tan cerca del objetivo. Pude ya verlo a la lejanía; parecía un vehículo motorizado en el cual seguramente estaban los esclavos. Alrededor de este había una docena de tipos, la mayoría de ellos marines, destacan tres hombres trajeados, pero uno se encontraba al frente del convoy y tenía pinta de ser nuestro CP5. Era un hombre de estatura media, y aunque la ocultaba con un sombrero se podía ver que era calvo de lejos. el cual conversaba con los demás agentes. Portaba una arma, que por su aspecto parecía ser automática, esa cosa me preocupaba más que el Ranyaku o como leches se dijera.

Pintas del CP5:

El conductor de dicho vehículo se detuvo en seco cuando se percató de mi presencia, el agente extrañado, le preguntó el motivo;

- Por qué te detienes, soldado?
- Hay alguien en frente, en mitad del camino señor!

“Como no funcione esta distracción estoy muerto, al menos se que el tio no tiene Kenbunshoku Haki, después de todo no sabía que estaba allí” pensaba mientras aquel calvo trajeado se acercaba lentamente hacia mi.

- Oye tu, que haces aqui? Este camino es propiedad del Gobierno Mundial - me pregunto el CP5 de manera intimidante
- Pues estaba tomando el sol, no te parece?
- Te crees que soy imbécil? Si está lloviendo!
- Un poco sí que lo eres, al menos desde que has decidido acercarte tanto
- Como?
El agente del gobierno se sintió confuso hasta que se dio cuenta de que no podía mover los pies. Solo me hizo unos segundos de conversación para hundir los pies en piedra y que no se diera cuenta. El calvo, furioso se dispuso a sacar su arma de la espalda, la cual tenía colgada con una cinta. Pero no se lo iba a permitir.

- Kodai no hebi!**- con esta técnica saque una serpiente de piedra la cual se enrollo sobre el agente del CP y le inmovilizó los brazos, no aguantaría mucho tiempo pero sí el suficiente para Shiro.

Los marines al ver lo que había pasado con su jefe se dispusieron a atacarme pero cuatro de ellos cayeron en los fosos que habíamos preparado. Hubiera preferido que hubiesen caído más pero no me podía quejar. Los enemigos restantes empezaron a correr hacia mi para hacerme picadillo, y no podría hacer la cúpula con tanta molestia. Necesitaba librarme de esos capullos o no podría hacerlo.

**:

Shiro observaba los sucesos que se desenvolvían frente a sus ojos con clara intriga e interés: Este chico era casi como él mismo. Usaba sus poderes de fruta del diablo de formas diferentes a las que a una persona común se le ocurrirían, no deseaba matar para lograr sus objetivos y estaba decidido a volverse un criminal si eso significaba cumplir sus objetivos. Al notar que el CP estaba inmovilizado aunque luchaba por liberarse, el rubio finalmente notó que era su momento de brillar: Dando un fuerte salto elevándose lo más posible, aún llevando un peso muy ligero en todo su cuerpo, Shiro repentinamente disparó su mano derecha hacia abajo aumentando su peso hasta 300 kilogramos, lo que causó que su cuerpo comenzara a descender rápidamente. Su mano estaba colocada en la pose del Ryusoken y apuntaba en un ángulo ligeramente diagonal a la columna vertebral de su oponente. Cuando la mano golpeó la carne de su oponente, no solo desató una fuerte onda expansiva de aire, sino que logró penetrar la carne de su enemigo con sus dedos, estos deteniéndose a mitad de camino debido a que este hombre había usado Tekkai para endurecer su cuerpo en cierta medida.

"¡Aún no termino!" -Gritando esto, el revolucionario rubio cerró sus dedos como anzuelos dentro de la carne de su enemigo, sacándole un fuerte grito de dolor (después de todo, casi estaba rozando la columna vertebral) y tras esto, retractó su mano de vuelta a su brazo aún sosteniendo al hombre, llevándolo a rango de cuerpo a cuerpo ante su mirada aún confusa y habiendo roto la serpiente de piedra. Agarrando su cabeza por detrás con la mano izquierda en un apretón extremo, que aún así no lograba superar su Tekkai, Shiro comienza la fase final de su ataque: Aumenta el peso de todo su cuerpo y su brazo al máximo que podía lograr, 480 kilogramos, y al mismo tiempo aumenta el peso del hombre (que estaba cerca de los 85 kilogramos) hasta unos 250 y tantos kilogramos, haciendo su peso combinado un poco más de 730 kilogramos mientras se disparaban contra el suelo con una fuerza descomunal. Ni siquiera la famosa técnica de los Cipher Police pudo con el aplastante golpe a la columna y la cabeza que conllevó este ataque, haciendo que el CP yaciera en el suelo lleno de sangre y con los ojos en blanco. Shiro no creía que estuviese inconsciente del todo, pero el ataque sorpresa le había permitido hacer un montón de daño y ponerlos en ventaja.

Viendo que su compañero se encontraba en problemas, el rubio dejó de fijarse en el líder de la pandilla y comenzó a atacar a otros Marines y miembros de la CP por igual. Primero disparó su mano hacia un cadete Marine agarrando su cabeza y la retractó hacia él mismo, noqueándolo de un palmazo a la nuca con su brazo cyborg y luego usándolo de escudo humano para evitar los disparos mientras pateaba y golpeaba a otros tres hasta la inconsciencia. Repentinamente, un fuerte dolor punzante le llegó a su costilla derecha: había recibido un disparo de pistola de un CP, por su apariencia un 3 o 2 quizás, que se había escabullido por su espalda cuando no miraba. Shiro se vio obligado a agacharse y cubrir la herida con su mano izquierda, sudando frío por el dolor: esta era la primera vez que le disparaban, y sinceramente esperaba que fuera la última.

"Vaya... huff... puff... Eso... fue muy rastrero... Heheheheh... huff... ¿Un... un pequeño consejo? No creo... que yo sea tu mayor preocupación... ahora mismo... ¡Ahora!" -Dijo Shiro como si su compañero estuviese detrás de ese hombre, pero la verdad era un farol, y el agente se lo tragó por completo. En el momento en que volteó con su arma preparada, el joven revolucionario disparó su mano con los dedos punteados hacia su cabeza, la agarró con toda su fuerza como si intentara romper un huevo para terror de su oponente, la retractó hacia su brazo nuevamente y finalmente la forzó contra el duro suelo lleno de piedras, casi dejándolo inconsciente. Con otro golpe contra el suelo para asegurarse, quedó fuera de combate por completo, pero otros disparos aún se oían a la distancia, estando el bosque demasiado oscuro para detectar de donde provenían con la vista.

"Ouch. Esto de recibir disparos duele lo suyo. Aunque nada similar a perder un brazo, así que no es nada nuevo. Haah... será mejor que detenga la hemorragia. Perdona por dejarte solo un ratito, Demonio Plateado, pero por unos minutos estarás por tu cuenta, no puedo ayudar hecho un colador."

Tras hablarse a sí mismo y a un lejano compatriota, el rubio procede a quitarse su capa, su chaleco, corbata de lazo y camisa de mangas largas, arrancándole a esta última unas tiras lo suficientemente largas para producir vendajes decentes, aunque dejó la camisa sin mangas. Tras extraer el perdigón de acero con una mano (dolorosamente), procede a vendar su cuerpo para detener la hemorragia, atando los trozos de manga unos con los otros de forma tal que rodean el área afectada. Por suerte la bala no había ido muy profundo y le había permitido hacer un tratamiento de emergencia como ese, aunque sabía que debía desinfectar la herida después, y usar vendas decentes.

Volviendo a ponerse la capa, dejando tirado el resto de la ropa (ya que la camisa estaba inservible y el resto solo lo entorpecería), Shiro divisó a un Marine a la distancia que parecía estar sacándole fotos, viéndose notablemente aterrorizado cuando se dio cuenta de ello. ¡Demonios, le habían visto la cara! El joven cyborg disparó su brazo hacia él, pero pronto lo retractó después de que el otro saliera corriendo; estaba demasiado lejos ahora, y su brazo no lo alcanzaría a ese ritmo. Decidiendo gastar su tiempo de mejor forma, Shiro aligera su cuerpo al máximo y va de árbol en árbol siguiendo los sonidos, en búsqueda de su compañero. Su peor miedo es que el CP5 se hubiese recuperado del golpe y estuviese rampando por ahí, pero con algo de trabajo en equipo podrían derrotarlo seguramente.

“La madre que me parió, eso ha sido la puta leche!” pensaba al ver ese conjuntos de movimientos con tanta habilidad, el dragón dorado había dejado fuera de combate a aquel CP de un solo golpe. Realmente el rubio sabía de medicina, yo nunca podría haber dejado a alguien en ese estado sin mandarlo al otro barrio.

Me dedicaba a abrirse el paso hasta aquel vehículo con los esclavos, cuando un flash me cegó durante unos segundos. Cuando pude volver a recuperar la vista oí un disparo y un quejido. Habían disparado a Shiro a tracion y no pude hacer nada para evitarlo.

- Malditos hijos de la gran puta… Ahora si que la veis cagado! - dije furioso. Podían hacerme lo que quisieran a mi, pero si tocan a un compañero, ya podían correr.

Extendí mis brazos para sacar dos grandes puños de piedra y active mi Kikansha mōdo para aumentar mi velocidad. Corrí hacia esos capullos y los empezaba a dar duros golpes contra los marines y los agentes para dejarlos fuera. Mientras luchaba, pude ver como Shiro se había vendado como pudo la herida y se puso a seguir a un marine que había en la lejanía que portaba una cámara. “Mierda, con que de ahí venía el flash que me casi me deja ciego”pensaba mientras intentaba llegar sin dejar de prestar atención a mi compañero.
Sabía que si ese hombre había hecho unas fotos, significaba que el hecho de tener recompensa ya era una realidad, solo esperaba que no me pillase con los ojos cerrados.

Después de perder la vista de mi compañero y despachar a los enemigos restantes, me acerque a la parte de atrás del vehículo para ver el estado de los esclavos. Muchos parecían asustados y desnutridos pero sus caras se alegraron cuando les dije que que éramos Revolucionarios.

- Tranquilo gente, los marines se están echando una siesta. Cuando mi amigo vuelva nos vam… - antes de terminar la frase sufrí un gran impacto en todo el torso lo cual me mandó rodando unos cuantos metros

Era ese puto calvo de nuevo, pero había perdido su sombrero y sangraba bastante, no lo suficiente como para quedar inconscientes. Fue mi culpa tendría que haberme asegurado que ese hijo de perra aun podía levantarse.

- Tengo un asunto pendiente contigo maldito criminal - decía mientras se encendía un puro que tenía en el bolsillo
- Sabes que fumar es malo para la salud? Como esto! - lo intente pillar por sorpresa intentando dar un puñetazo en el estómago pero su Tekkai me hizo polvo la mano

El agente se me quedó mirando hasta que me dio un cabezazo y me tiró al suelo, después apoyando un pie encima mio para inmovilizarte y preparó un shigan para atravesarme la cabeza.
- Última palabras, zanahoria rebelde?
- Pues dos cosas; una, no deberías dejar que toque el suelo - posando mi manos en el suelo empecé a absorber piedra y cree a mi forma golem mientras el agente se quedaba estupefacto por aquella criatura de 4 metros. Carge mi puño con gran fuerza y golpe a aquel capullo en todo el cuerpo a la vez. Su Tekkai esta vez no pudo hacer nada y acabó estrellándose contra un árbol, quedándose, esta vez sí, inconsciente del todo - Y segundo, nunca me compares con una zanahoria.

Ahora que había terminado esa pelea me dispuse a cargar en el camión a los agentes  del CP con los mismos grilletes, que se obligaron a cargar los esclavos. Ya solo faltaba esperar a que Shiro volviese antes de que viniesen refuerzos marines.

Continuando su búsqueda, Shiro logró encontrar a su compañero al fin tras unos minutos de deambular casi a ciegas (y eso que estaba algo cerca, debía de estar perdiendo la vista o bien el sitio estaba demasiado oscuro para su gusto) Notó que parecía algo adolorido, pero también que el calvo yacía incrustado a un árbol, esta vez totalmente inconsciente, como delataba su expresión e inmovilidad. Tras esto, observó a su compañero mientras apresaba a todo el "botín" que nos habíamos llevado: Fácilmente más de una docena de Marines y Cipher Police, y un CP5 al que se le podría extraer dulce y jugosa información. Al ver que terminaba de cargar los cuerpos inconscientes, decide dejarse ver, prefiriendo hacerlo en ese momento ya que no deseaba cargar con un peso que pudiera re-abrirle la herida en sus costillas, como esos cuerpos. Vaya suerte que era ser médico, después de todo sabía qué era bueno para su salud y qué no lo era.

"¡Oh, aquí estás! ¿Estás bien? ¿Necesitas que cosa alguna herida? Por cierto, muy buen trabajo con ese CP, parece que cuando se despierte va a desear haberse tomado la siesta eterna. Si bien no me importa hacer enfadar al Gobierno Mundial, hay una persona a la que nunca quisiera tener del lado equivocado, y ese es el Jefe. Creo que, sin embargo, Krauser va a estar bastante contento de que le llevemos regalillos, ¿a que si? Heheh"

Tras comprobar sus alrededores, el joven se percata de que, si bien demorarían en llegar, los refuerzos de seguro que llegarían y los alcanzarían si no se apresuraban. Shiro sube entonces al techo del vehículo tras saludar a sus compatriotas rescatados, sabiendo perfectamente que tendría que ponerlos en máquinas de soporte vital a base de suero apenas regresaran, de tan desnutridos que se encontraban; tras estar en dicha posición, le indica a Osuka que arranque el vehículo, y disminuye su propio peso al máximo para evitar dañar la carrocería con sus pies si llegase a luchar desde arriba, después de todo estaba ahí como artillero por si acaso alguien los atacaba. Mientras el auto se movía, el rubio se dirige a su compañero hablando en voz alta para que lo escuche desde adentro del vehículo.

"Heheheh... ¿Vaya misión, eh? No está mal para ser de las primeras. Sería genial que nos ascendieran si todo sale bien. Pero sobre todo, sería genial que Krauser les diera una lección a estos tipos. No soy capaz de adivinar sus métodos de tortura, pero me apuesto a que no pueden ser nada agradables. Ellos estaban dispuestos a vender a los nuestros como si fueran objetos, cosas. Espero que paguen cada segundo de ello. En todo caso, parece que hacemos un buen equipo. Si alguna vez necesito un entrenamiento, me aseguraré de buscarte" -Dijo, riendo para evitar hacer muecas de dolor. Vaya si dolía el puñetero disparo, pero sobreviviría a algo tan simple sin demasiado problema siempre y cuando descansara un tiempo. Ahora solo quedaba apresurarse y llegar al punto de extracción donde serían recogidos por un barco y llevados a su base, salvo que algún otro evento tomara lugar durante el recorrido.

Cuando termine de cargar el último marine al vehículo, apareció entre los árboles el demonio marrón.
- Shiro, menos mal que estás bien. Parece que no has pillado al cámara, bueno tampoco pasa nada. Tarde o temprano nos iba a pasar esto - no quise pedirle ayuda para los marines porque, aunque no sabia medicina sabía que hacer el esfuerzo le podía abrir la herida y eso podía ser bastante doloroso

Parecía que estaba contento con haber mandado a dormir a ese agente y que el oficial Krauser estaría contento con nosotros. Sobre todo ahora que le traíamos marines con los que pudiera “jugar”.
Me monte deprisa en el vehículo mientras Shiro les administraba alguna cosa a los esclavos para que se recuperaban después de haber pasado por aquella situación. Cuando terminó se subió con ligereza sobre el vehículo, seguramente utilizando el poder de su akuma. Mientras arrancaba el vehículo me dispuse a hablar con aquella pobre gente a través de un ventanal que conectaba con la cabina.

- Muy bien querido público, es hora de irse. Cuando lleguemos a la base podrán ponerse en contacto con sus familias. Si se sienten aburridos, podéis dibujarles en la cara de nuestros amigos marines cosas obsenas con unos rotuladores que he dejado por ahí - sin mas preambulos, pise el acelerador y el vehículo que se puso a moverse hasta nuestro objetivo.

Mientras el camión avanzaba, el rubiales desde arriba me iba comentando como recibimos algún méritos sobre nuestra mision cumplida;
- Realmente vamos a escalar unos cuantos puestos de golpe. Quien sabe? A lo mejor pasamos de reclutas a cabo o sargento, la verdad que estaria muy guay - el dragon dorado también comentó sobre cómo Krauser haría para hacer hablar a aquellos tipos - No se como lo hará, pero espero que no se pase, después de todo nos a costado lo suyo traerlos vivos. Hay gente que no merece morir por elegir un mal camino. Después de todo, Krauser antes era un Vicealmirante y miralo ahora. Todo el mundo comete errores y corregir es de sabios.

Cambiando de tema, le quise preguntar alguna cosa para conocerle mejor;
- Oye Shiro, porque te unistes a la Armada? Tiene algo que ver con ese brazo? Yo me uní a los revolucionarios por legado familiar y es una decisión de la que nunca me arrepiento.

No sabía si había entrado en terreno peligroso, solo queria saber un poco más sobre mis compañeros. Si era algo que no le gustaría hablar, lo entendería, porque yo tambien tenia mis secretos.

Escuchando la respuesta de su compañero, Shiro no pudo evitar soltar una pequeña carcajada. -"Heheheh, tranquilo, no me refería a que espero que los maten. Necesitamos la información de estos tipos, y si la conseguimos, los podemos tener presos y tal vez intercambiar prisioneros con el Gobierno Mundial si alguna vez se necesita. No deseo que mueran, deseo que sufran por el resto de sus días. La muerte es una salida demasiado conveniente y fácil." -Habiendo escuchado su pregunta acerca de su brazo derecho, el rubio dejó salir un pequeño suspiro de agotamiento; era ya cosa común que le preguntaran por cómo perdió esa extremidad. Sin embargo, esta vez haría una excepción y le contaría a su compatriota, si bien el resto de los revolucionarios presentes también lo escucharía.

"Sucedió cuando era niño. Vivía en una isla desconocida prácticamente, con una familia feliz, un padre trabajador, una madre cariñosa y una hermana alegre y tierna. Nuestra vida no era perfecta, pero nunca nos faltó nada necesario para nuestra felicidad. Un día, una tripulación pirata muy poderosa atacó mi isla, aparentemente buscando adquirir terreno fácilmente. Muchos murieron, incluyendo mis padres, pero de alguna manera yo logré escapar junto a mi hermana en un bote con muchos otros ciudadanos. Todo fue en vano. Apenas la Marina llegó, en vez de hacer su estúpido trabajo, SU ÚNICO TRABAJO, comenzaron una Buster Call en la isla, aparentemente prefiriendo sacrificar una isla de la cual nadie se enteraría, a cambio de cazar a toda la tripulación a la vez.

No se quedó ahí, sin embargo. Tenían a un agente de la CP para terminarles el trabajito. El muy cabrón bajó de uno de los barcos y empezó a masacrar a todos los botes de ciudadanos, para asegurarse de que ningún pirata se escabullese, o ningún testigo, quién sabe. En un punto, disparó una patada Rankyaku dirigida hacia nuestro bote, a punto de impactarle a mi hermana. Mi brazo derecho se movió solo hacia ella y logré empujarla hacia el agua antes de que fuese dañada, pero la onda cortante me amputó el brazo limpiamente. Caí al agua y me desmayé de dolor. Cuando desperté, noté que había sido salvado por el ejército revolucionario y se me había dado una prótesis metálica -esta que puedes ver- pero a mi hermana nunca se la encontró. Decidí unirme al Ejército por agradecimiento, y como vía para encontrar a mi hermana y DESTRUIR el sistema que permite que una isla entera sea eliminada de la faz de la tierra solo por eliminar con ella a un criminal."

Tras haber dicho esto, notó que ya estaban más cerca de su destino; se podía oír el cuchicheo emocionado de los ex-esclavos, atrapados en la euforia del momento. Solo un poco más, y la misión habría sido un éxito rotundo. Rememorar los tiempos pasados no le hacía tanto daño como pensaba, aunque prefirió optar porque simplemente se había hecho más fuerte psicológicamente hablando.

- Perdona, no era mi intención que volvieses a hablar ese duro recuerdo. Todos hemos tenido un pasado difícil. Mi padre murió cuando era niño y cuando cumpli la mayoria de edad vi cómo arrestaban a mi madre por un cabrón que nos traicionó - golpe con fuerza el asiento vacio que tenia al lado. Siempre me enfadaba cuando hablaba de ese tema, pero no me importaba si se lo contaba a un amigo - No pude hacer nada al respecto para ayudarla y tuve que huir de mi propio hogar. Tuve que pasar cinco largos años sin poder ver a mi gente, con miedo de acabar como ella, pero ahora se acabó. Que voy a tener recompensa? Que vengan, yo los espero - cuando me calme un poco me dedique a ver el exterior antes de salir de aquel bosque- Este bosque me recuerda al de mi hogar, sera porque también está en el west. Algun dia te invitare, seguro que te lo pasas bien. Has ido alguna vez a Kabushi? Si te gustan los bosques y los insectos seguro que te encantaría.

Ya podía ver el final de ese bosque, había tenido que tomar un rodeo por el bosque para evitar a los marines, pero sabía que buscarian por toda la isla antes que perder una fuente de información tan valiosa como un CP5. Ya podía verlo a la lejanía, nuestro barco con varios hombres en tierra vigilando este. Era bastante gracioso pensar que un barco tan grande había pasado desapercibido de la vista de las fuerzas marines, sobre todo ahora que nos buscaban.
Cuando nos acercamos lo suficiente para que viesen y escuchasen el vehículo hizo que nuestros compañeros en tierra apuntaron nerviosos, después de todo íbamos con un vehículo militar del gobierno. Siguieron apuntando hasta que me baje del camión, entonces se relajaron y bajaron sus armas

- Hemos tardado un poco, pero no creo que se motivo para disparar, no crees? - le dije bromeando - si he traído regalitos extras además de rescatar a nuestros amigos
- Joder Oz, vaya susto nos has dado. Creíamos que erais marines. Me alegro que esteis bien los dos.
- Bueno casi, cuando podáis traedle vendas y gasas a Shiro para una herida que tiene.

Mientras algunos de los nuestros iban llevando a los esclavos dentro del barco y a los agentes los encerraban, los cuales entre risas de los revolucionarios, veían como tenían la cara pintada con garabatos y palabras malsonantes. Tardó unos minutos hasta que un soldado me trajo un botiquín y se lo dispuse a dar al dragón dorado;

- Toma, con ese trapo solo vas a conseguir que se te infecte. Puedes encargarte tú o te hecho un mano? Gracias, esta misión ha sido un éxito por tu ayuda.

Mientras esperaba a que le respondería el demonio marrón, seguí pensando en el tema del fotógrafo ese. Llevarse a tantos soldados del gobierno haría que el precio de mi cabeza subiera como la espuma. Pero, con persona como Shiro a mi lado, no me preocupaba lo que podía pasar.

Mientras el viaje continuaba y el revolucionario de cabello naranja le contaba su pasado, Shiro no pudo evitar sentirse mal. Es cierto, posiblemente no exista un solo revolucionario que no tenga un pasado digno de lágrimas, pero siempre le conmovía escuchar las historias de la vida de sus compañeros. Se mantuvo en silencio durante esa porción del trayecto, sin embargo le contestó a su invitación a su isla natal: "Bosques e insectos, ¿eh? Tranquilo, que si hay algunos con propiedades medicinales o puedo sacar ideas para piezas cyborg de los bichos, posiblemente lo considere un paraíso terrenal. Me encantaría ir un día de estos. Y discúlpame que no te pueda invitar a la mía, creo que todo lo que queda de ella son un par de peñascos" Dijo mientras soltaba una pequeña risilla; la verdad ya no tenía apego emocional alguno a su vieja isla y las bases del Ejército Revolucionario habían tomado ese lugar, siendo para él su gran familia los miembros de este.

Finalmente, llegaron al barco donde el resto los esperaban preparados para partir, saludando alegremente a los revolucionarios que montaban guardia fuera. Tras esto, recibe un botiquín de manos de Oz con un ofrecimiento de ayuda de parte de este. "Tranquilo, Oz, puedo desinfectar esto solo. Va a doler un montón, estos desinfectantes arden como el infierno, pero al menos no tengo que preocuparme de una infección o algo peor." Tomando la botella de desinfectante y vertiendo una pequeña cantidad sobre una gasa tras retirar sus vendajes improvisados, viendo que la herida no sangraba mucho ya, súbitamente pega la gasa a la zona de la herida y aprieta los dientes en un gruñido de dolor a duras penas aguantado. Después de distribuir el desinfectante por el área afectada, venda habilidosamente su torso superior y luego se pone de nuevo su larga chaqueta negra, habiendo terminado con el proceso en unos cinco minutos. No quería darse puntos a sí mismo y posiblemente no hubiese otro cirujano cerca, así que esa parte tendría que esperar hasta llegar a la base.

"No, Oz. Esta misión salió perfecta por nuestra fuerza combinada. Sin tí ahí para sostener al CP5, nunca hubiese conseguido ese ataque decisivo, ni habríamos podido hacer los fosos de piedra. Al final, todo se remontó a trabajo en equipo y estrategia. Bueno, ya sabes, si necesitas ayuda con alguna de estas misiones complicadillas no dudes en llamarme, te podría echar una mano si no tengo otra misión pendiente. Bien, ya era hora de decir esto, pero... ¡Misión Cumplida, chicos!"

Shiro exclamó esto último en un tono suficientemente alto para lograr una reacción alegre del resto de personas a bordo del barco, una pequeña celebración por el éxito de la misión y la adquisición de fuentes de información. Viendo su felicidad, de miembros y ex-esclavos por igual, el joven no pudo evitar sentir una calidez en su pecho; esta era la alegría que deseaba darle al pueblo. Deseaba verlos cantando y bailando, bebiendo y festejando (y eso que él no aconsejaba beber nunca)... Esto era un pequeño logro, pero a ese ritmo, quizás, solo quizás, marcaría el comienzo verdadero de su historia como luchador por la libertad.