Luthia
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A unos pocos metros de llegar a la isla, su medio de transporte comenzó a desbaratarse. Razón suficiente para que desbordaran, y nadaran hacia la orilla de la isla.
-“Vaya…” expresó mientras veía como la balsa que Lucy había construido se deshacía frente a sus ojos.
-“Sí. No esperaba que aguantara tanto.” Lucía suspiró. “Da igual. Cumplió su cometido. Estamos en una nueva isla, ahora a buscar a alguien que nos pueda llevar alrededor” Dando media vuelta, y haciendo un movimiento a su compañero para que la siguiera. “Sofía ya me lleva mucha ventaja…” Era difícil saber si su intención era que Tura escuchase su última frase, pues pareció decirlo entre dientes.
Tratando de alegrar un poco la conversación, el joven decidió comentar acerca de su alrededor “Bueno, al menos el clima no está mal. Hubiera sido incomodo que-” Pero pequeñas gotas de lluvia comenzaron a caer antes de que Tura pudiera terminar de hablar “Oh…”
-“No me agrada tu mala suerte…” Comentó Lucia mientras miraba fríamente a su compañero “Sera mejor buscar un lugar donde cubrirnos”
Sin acelerar mucho el paso, pues apenas una ligera llovizna se sentía, se dirigieron a un lugar con más gente.
_ _ _ _ _
“Bienvenidos” Una voz dulce los recibió al entrar en lo que parecía ser un pequeño asentamiento de comida, pero por dentro era obvio que era una taberna.
Al mirar alrededor, se observaban personajes de todo tipo, y en su mayoría daban mala pinta. Hombres rudos, llenos de cicatrices, con espadas y pistola en manos. Mujeres altas, escotadas, botas largas, y atadas alrededor una que otra daga.
Sonrisas? Ninguna. Enseñaban los dientes, pero no de manera amistosa.
Tura quería salir de ahí, tenía miedo. Incluso se le ocurrió la idea de comentarle a Lucia para que pudieran buscar otro lugar. Movió su mano, tratando de posarla sobre el hombro de ella.
“Mesa para dos”
Pero fue algo tarde. A diferencia de él, su compañera no parecía estar intimidada ante abrumadora gente.
Tura solamente se limitó a quejarse con un gemido inaudible.
La dama frente a ellos, la de la voz dulce, hablo de nuevo. “Por aquí” dando un movimiento de mano, les señalo una mesa libre. Ambos se sentaron, Lucía seguía sin estar afectada por la atmosfera en la que se encontraba, Tura seguía nervioso y mirando a todos con sospecha.
-“¿Por qué estás tan alterado?” Le pregunto, tratando de sacar al joven de su trance.
-“Ha-hay gente demasiado peligrosa aquí. ¿No lo sientes?”
-“Si” Lucy miró alrededor, pero sin cambiar cara “Es justamente lo que busco”
-“¿Q-qué¿ P-pero…”
-“Alguno de estos tipos ha de tener un barco, es probable nos les podamos unir”
-“N-no estoy muy convencido de sentirme seguro viajando con gente de este calibre…”
-“¿Te estas escuchando?” Su tono cambio a uno molesto, posando su mirada fijamente en Tura “Te oyes como una persona grosera y racista ¿Qué no eres un lobo de mar tú también?”
-“Y-yo…” reflexiono un poco las palabras de Lucía. “T-tienes razón. Lo siento…”
-“Sólo pide algo de comer”
Ahora sólo faltaba esperar a que alguien mencionara algo de zarpar pronto. Al parecer algunos serian intimidados por la aparente lluvia que se soltaba, pero otros solamente les alentaría la aventura peligrosa que los dioses del cielo y mar podrían ofrecer.
El ejemplo ultimo era lo que Lucia buscaba.
-“Vaya…” expresó mientras veía como la balsa que Lucy había construido se deshacía frente a sus ojos.
-“Sí. No esperaba que aguantara tanto.” Lucía suspiró. “Da igual. Cumplió su cometido. Estamos en una nueva isla, ahora a buscar a alguien que nos pueda llevar alrededor” Dando media vuelta, y haciendo un movimiento a su compañero para que la siguiera. “Sofía ya me lleva mucha ventaja…” Era difícil saber si su intención era que Tura escuchase su última frase, pues pareció decirlo entre dientes.
Tratando de alegrar un poco la conversación, el joven decidió comentar acerca de su alrededor “Bueno, al menos el clima no está mal. Hubiera sido incomodo que-” Pero pequeñas gotas de lluvia comenzaron a caer antes de que Tura pudiera terminar de hablar “Oh…”
-“No me agrada tu mala suerte…” Comentó Lucia mientras miraba fríamente a su compañero “Sera mejor buscar un lugar donde cubrirnos”
Sin acelerar mucho el paso, pues apenas una ligera llovizna se sentía, se dirigieron a un lugar con más gente.
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“Bienvenidos” Una voz dulce los recibió al entrar en lo que parecía ser un pequeño asentamiento de comida, pero por dentro era obvio que era una taberna.
Al mirar alrededor, se observaban personajes de todo tipo, y en su mayoría daban mala pinta. Hombres rudos, llenos de cicatrices, con espadas y pistola en manos. Mujeres altas, escotadas, botas largas, y atadas alrededor una que otra daga.
Sonrisas? Ninguna. Enseñaban los dientes, pero no de manera amistosa.
Tura quería salir de ahí, tenía miedo. Incluso se le ocurrió la idea de comentarle a Lucia para que pudieran buscar otro lugar. Movió su mano, tratando de posarla sobre el hombro de ella.
“Mesa para dos”
Pero fue algo tarde. A diferencia de él, su compañera no parecía estar intimidada ante abrumadora gente.
Tura solamente se limitó a quejarse con un gemido inaudible.
La dama frente a ellos, la de la voz dulce, hablo de nuevo. “Por aquí” dando un movimiento de mano, les señalo una mesa libre. Ambos se sentaron, Lucía seguía sin estar afectada por la atmosfera en la que se encontraba, Tura seguía nervioso y mirando a todos con sospecha.
-“¿Por qué estás tan alterado?” Le pregunto, tratando de sacar al joven de su trance.
-“Ha-hay gente demasiado peligrosa aquí. ¿No lo sientes?”
-“Si” Lucy miró alrededor, pero sin cambiar cara “Es justamente lo que busco”
-“¿Q-qué¿ P-pero…”
-“Alguno de estos tipos ha de tener un barco, es probable nos les podamos unir”
-“N-no estoy muy convencido de sentirme seguro viajando con gente de este calibre…”
-“¿Te estas escuchando?” Su tono cambio a uno molesto, posando su mirada fijamente en Tura “Te oyes como una persona grosera y racista ¿Qué no eres un lobo de mar tú también?”
-“Y-yo…” reflexiono un poco las palabras de Lucía. “T-tienes razón. Lo siento…”
-“Sólo pide algo de comer”
Ahora sólo faltaba esperar a que alguien mencionara algo de zarpar pronto. Al parecer algunos serian intimidados por la aparente lluvia que se soltaba, pero otros solamente les alentaría la aventura peligrosa que los dioses del cielo y mar podrían ofrecer.
El ejemplo ultimo era lo que Lucia buscaba.
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