Roland von Klauswitz
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El ejército gyojin comenzaba a retirarse en dirección al geiser por el que habían llegado, resignados ya a la derrota y a la pérdida de la mayoría de los piratas Trilobite. Sin esta tripulación dirigiendo el asalto, los hombres-pez ya no tenían motivos para seguir en aquella batalla suicida. La Marina tenía las de ganar y teniendo en cuenta que aquella era la ciudad de los Nobles Mundiales, ningún gyojin querría ser capturado. Sin embargo, una nueva batalla parecía cernirse sobre los últimos restos de la última.
Todo ello se debía al discurso del almirante Karl instando al levantamiento contra el Gorosei. No le faltaba razón en lo que decía y en otra situación tal vez le apoyara, pero ahora mismo lo único que le interesaba era que le guerra terminase y que sus compañeros marines sobrevivieran, no empezar una nueva batalla. No le parecía la mejor ocasión para enfrentar al Gobierno Mundial, sobretodo teniendo en cuenta que todas las fuerzas de la Marina estaban allí reunidas y que los gyojin habían mermado la fuerza de los posibles opositores del Gorosei que hubiera entre sus filas. Tal vez estuvieran a punto de presenciar una nueva lucha, pero esta vez entre miembros del mismo bando. Mientras tanto, los árboles que había convocado perdieron el movimiento que les había sido prestado, debido a que la Rumble Ball había perdido su efecto.
Kodama guió a su séquito de árboles para repeler a los últimos retazos del ejército invasor de regreso al mar. La líder de los Trilobites, Kiara, se había replegado y seguramente la seguiría el resto de su comitiva, aunque era posible que alguno de los Trilobite continuasen dando guerra. Fue entonces cuando una poderosa explosión resonó en las cercanías, provocando una curiosa nube con forma de seta pero curiosamente sin ningún efecto más. Era como si la bomba que hubiera estallado fuese mera pirotecnia sin ningún poder ofensivo. -"Mejor." -pensó. -"Viendo el tamaño de esa nube de humo podría haber arrasado la ciudad entera."
El marine escuchó entonces las palabras de un hombre rubio, aparentemente un miembro del Gorosei, que prácticamente ponía precio a la cabeza del almirante Karl. Era evidente que se tomaban en serio su amenaza y probablemente más de uno intentaría aprovechar la ocasión para intentar matar a un almirante sin consecuencias. Dudaba de que muchos allí pudiesen enfrentar a la Quimera, pero su intento de revolución se vería dificultada si otros intervenían. Cuando quiso darse cuenta, un nuevo grupo de Pacifistas apareció para enfrentar a los anteriores. Todos ellos parecían surgir de un mismo lugar, así que le habría gustado ir a echar un vistazo. Pero antes tenía que echar un ojo a la zona de la explosión. No podía arriesgarse a que hubiera otra. No podía creer que al final de la lucha, las cosas estuviesen más descontroladas incluso que antes. Estaba siendo un día muy largo.
Todo ello se debía al discurso del almirante Karl instando al levantamiento contra el Gorosei. No le faltaba razón en lo que decía y en otra situación tal vez le apoyara, pero ahora mismo lo único que le interesaba era que le guerra terminase y que sus compañeros marines sobrevivieran, no empezar una nueva batalla. No le parecía la mejor ocasión para enfrentar al Gobierno Mundial, sobretodo teniendo en cuenta que todas las fuerzas de la Marina estaban allí reunidas y que los gyojin habían mermado la fuerza de los posibles opositores del Gorosei que hubiera entre sus filas. Tal vez estuvieran a punto de presenciar una nueva lucha, pero esta vez entre miembros del mismo bando. Mientras tanto, los árboles que había convocado perdieron el movimiento que les había sido prestado, debido a que la Rumble Ball había perdido su efecto.
Kodama guió a su séquito de árboles para repeler a los últimos retazos del ejército invasor de regreso al mar. La líder de los Trilobites, Kiara, se había replegado y seguramente la seguiría el resto de su comitiva, aunque era posible que alguno de los Trilobite continuasen dando guerra. Fue entonces cuando una poderosa explosión resonó en las cercanías, provocando una curiosa nube con forma de seta pero curiosamente sin ningún efecto más. Era como si la bomba que hubiera estallado fuese mera pirotecnia sin ningún poder ofensivo. -"Mejor." -pensó. -"Viendo el tamaño de esa nube de humo podría haber arrasado la ciudad entera."
El marine escuchó entonces las palabras de un hombre rubio, aparentemente un miembro del Gorosei, que prácticamente ponía precio a la cabeza del almirante Karl. Era evidente que se tomaban en serio su amenaza y probablemente más de uno intentaría aprovechar la ocasión para intentar matar a un almirante sin consecuencias. Dudaba de que muchos allí pudiesen enfrentar a la Quimera, pero su intento de revolución se vería dificultada si otros intervenían. Cuando quiso darse cuenta, un nuevo grupo de Pacifistas apareció para enfrentar a los anteriores. Todos ellos parecían surgir de un mismo lugar, así que le habría gustado ir a echar un vistazo. Pero antes tenía que echar un ojo a la zona de la explosión. No podía arriesgarse a que hubiera otra. No podía creer que al final de la lucha, las cosas estuviesen más descontroladas incluso que antes. Estaba siendo un día muy largo.
- Acciones:
- Básicamente ir a la zona de donde ha venido la explosión "nucelar"
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Estaba sorprendido, lo que parecía una gran ciudad ahora estaba completamente devastada. Una gran explosión se visualizó cerca. ¿Qué habría ocurrido? Seguro no era muy buena idea acercarse, lo mejor sería separarme de allí.
Corrí un poco hacia el otro lado de la explosión en busca de algo o alguien que me pudiera dar explicaciones o algo que debiera hacer. No sabía muy bien que hacer en estas circunstancias. Estaba claro que era demasiado débil para todo esto. Esto no era una simple batallita que libraran 4 personas. Era una guerra.
Observé todo bastante asombrado, como todo era destruido y luchaban a muerte. Si al menos tuviera algo a lo que agarrarme y saber que hacer.
Corrí un poco hacia el otro lado de la explosión en busca de algo o alguien que me pudiera dar explicaciones o algo que debiera hacer. No sabía muy bien que hacer en estas circunstancias. Estaba claro que era demasiado débil para todo esto. Esto no era una simple batallita que libraran 4 personas. Era una guerra.
Observé todo bastante asombrado, como todo era destruido y luchaban a muerte. Si al menos tuviera algo a lo que agarrarme y saber que hacer.
- Resumen:
- Correr en dirección contraria a la explosión
Mellanie Grim
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Un hombre que volaba sobre nosotros nos ayudó mientras luchábamos con el Gyojin. Su apariencia era un poco extraña pero lanzó unos ataques al ser marino que teníamos enfrente y lo derrotó, o así parecía. Me detuvo a observarlo un momento mientras nos decía algunas cosas. De pronto una súbita explosión se generó muy cerca de nosotros y salí volando por los aires. Todo había ocurrido muy rápido y mi mente trató de buscar alguna explicación. Aparecí a unos metros de donde habíamos estado luchando y vi que a mi lado estaba Roy, mientras que Max se acercaba hacia nosotros. El chico que nos había ayudado a derrotar al hombre pez, no estaba y me preguntaba dónde podría haberse metido.
-¿Que ha pasado? – pregunté para que Roy tratara de darme alguna explicación que pudiera tranquilizar mi mente.
-¿Que ha pasado? – pregunté para que Roy tratara de darme alguna explicación que pudiera tranquilizar mi mente.
Kaiser
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El humano cayó ante los gyojins. Aquel fue su último aliento y su cuerpo yacía sobre un enorme charco de sangre. Kaiser rechistó y miró con desprecio al hombre que no pudo matar en Loguetown y deshizo sus técnicas, perdiendo el aura azabache, recuperando la normalidad en su cuerpo y retirando el busoushoku haki. Por alguna razón, quería una pelea justa contra él. Sentía que se hubiese divertido en un combate de uno a uno, pero la muerte se había presentado para imponer su propia justicia. -Después de todo, no era más que un humano. Luchaste bien, pero no puedes compararte a nuestra raza, ni si quiera con los poderes del diablo.- Tras su palabras agarró al humano de la cabeza y observó a su compañero. Debía estar exhausto y en unas condiciones lamentables. Aunque se hiciese el duro, la orca sabía bastante sobre medicina, aún si dedicaba sus nociones a un ámbito más científico que práctico.
Kaiser estuvo tan inmerso en su combate, que apenas se dio cuenta de todo lo ocurrido. La isla estaba hecha pedazos. Había fuego por doquier. Grietas que cubrían gran parte del suelo. Edificios en ruinas a causa de semejante batalla, una humareda que debía ser producto de una enorme explosión, aunque no había cenizas tras de sí y una nueva guerra que acababa de empezar. Habían llegado los revolucionarios y estaban adentrándose los piratas de uno de los cuatro emperadores del mar. Aquello sería una carnicería, y sería un suicido permanecer en Mariejoa por más tiempo. La tierra santa pasaría a ser un cementerio sin igual.
-Esta ya no es nuestra guerra. Habéis llegado lejos, pero habéis fallado. No podéis continuar en esta batalla y no obtendréis nada permitiendo que una raza inferior acabe con vosotros como si nada. Únete a mí. Los Trilobites están acabados. Deja que yo te lidere y te aseguro que cumplirás tus metas y acabaremos lo que vosotros empezasteis. Lucha junto a mí una vez más y te aseguro que la próxima vez será muy diferente. No habrá oportunidad para los humanos cuando Atesaki decida destruirles. Sígueme y partamos en pos de un futuro mejor.- Esperaba concienciar a aquel gyojin y unir a sus filas un gran combatiente.
De repente, sintió una presencia. No era capaz de utilizar el haki de la observación, pero aquello era distinto. Era un aura peculiar. Era un sentimiento extraño. Quizás su olor. El corazón de la orca empezó a latir rápidamente. La vio. Entre los miembros de la revolución. Aquella mujer había venido ¿Por qué? Era una revolucionaria, pero era de la unidad de científicos, ¿Por qué haría esto? ¿Quizás venía en busca de Kaiser al saber que los gyojins atacarían Mariejoa? Ahora estaba más decidido que nunca. No podía estar allí, no podía dejar que le viese. Volvía a ser un asesino. No soportaría nuevamente ver las lágrimas de aquella mujer.
Agarró con el brazo libre a Vom y usó su gyojin way para llegar más rápido a la zona de evacuación. Con las heridas que tenía el anfibio, no podría seguirle el ritmo y había demasiada gente que atacaría a los gyojins sin pensárselo dos veces. Se paró junto a Bisutomaru y miró a todos los que allí había. -¡Vamos chicos! ¡Atesaki se marcha!- Exclamó, dirigiéndose a todos los miembros de su banda para que escapasen. Esperaba que se moviesen con rapidez y mientras lo hacía, lanzó el cuerpo del humano al suelo y esbozó una sonrisa. -Haced lo que queráis con el Kari no Ryushu.- Sabía lo que significaba ese título y era consciente de que el rubio lo poseía. Intentó utilizar el haki del rey. No lo había dominado, pero lo tenía despierto, latente en su interior. Esperaba poder disminuir aquella guerra y darle la posibilidad de sobrevivir... a la única mujer que una vez amó. -¡Esta guerra ya no nos concierne! ¡No vamos a involucrarnos con la revolución y mucho menos con el gobierno! ¡Atesaki ya ha cumplido sus objetivos, y no necesitamos nada más! ¡Pero tenedlo en cuenta... el día de hoy solo será la sombra del mañana! ¡Atesaki volverá! ¡Y yo, Kaiser, alcanzaré la cima donde ningún gyojin a logrado llegar jamás! ¡Atesaki demostrará el poder de los gyojin en todo su esplendor! ¡Esperad hasta ese día, humanos!- Agarró esta vez a Bisu y una vez todos se habían lanzado al agua por el agujero del Geiser, hizo lo mismo, desapareciendo de aquel lugar. Nadie podría seguirlos por el agua. Dejó libres a sus compañeros y creó una barrera de agua en la arquera para que no se ahogase. Esta mantendría oxigeno en su interior y actuaría como un recubrimiento de Sabaody.
Kaiser estuvo tan inmerso en su combate, que apenas se dio cuenta de todo lo ocurrido. La isla estaba hecha pedazos. Había fuego por doquier. Grietas que cubrían gran parte del suelo. Edificios en ruinas a causa de semejante batalla, una humareda que debía ser producto de una enorme explosión, aunque no había cenizas tras de sí y una nueva guerra que acababa de empezar. Habían llegado los revolucionarios y estaban adentrándose los piratas de uno de los cuatro emperadores del mar. Aquello sería una carnicería, y sería un suicido permanecer en Mariejoa por más tiempo. La tierra santa pasaría a ser un cementerio sin igual.
-Esta ya no es nuestra guerra. Habéis llegado lejos, pero habéis fallado. No podéis continuar en esta batalla y no obtendréis nada permitiendo que una raza inferior acabe con vosotros como si nada. Únete a mí. Los Trilobites están acabados. Deja que yo te lidere y te aseguro que cumplirás tus metas y acabaremos lo que vosotros empezasteis. Lucha junto a mí una vez más y te aseguro que la próxima vez será muy diferente. No habrá oportunidad para los humanos cuando Atesaki decida destruirles. Sígueme y partamos en pos de un futuro mejor.- Esperaba concienciar a aquel gyojin y unir a sus filas un gran combatiente.
De repente, sintió una presencia. No era capaz de utilizar el haki de la observación, pero aquello era distinto. Era un aura peculiar. Era un sentimiento extraño. Quizás su olor. El corazón de la orca empezó a latir rápidamente. La vio. Entre los miembros de la revolución. Aquella mujer había venido ¿Por qué? Era una revolucionaria, pero era de la unidad de científicos, ¿Por qué haría esto? ¿Quizás venía en busca de Kaiser al saber que los gyojins atacarían Mariejoa? Ahora estaba más decidido que nunca. No podía estar allí, no podía dejar que le viese. Volvía a ser un asesino. No soportaría nuevamente ver las lágrimas de aquella mujer.
Agarró con el brazo libre a Vom y usó su gyojin way para llegar más rápido a la zona de evacuación. Con las heridas que tenía el anfibio, no podría seguirle el ritmo y había demasiada gente que atacaría a los gyojins sin pensárselo dos veces. Se paró junto a Bisutomaru y miró a todos los que allí había. -¡Vamos chicos! ¡Atesaki se marcha!- Exclamó, dirigiéndose a todos los miembros de su banda para que escapasen. Esperaba que se moviesen con rapidez y mientras lo hacía, lanzó el cuerpo del humano al suelo y esbozó una sonrisa. -Haced lo que queráis con el Kari no Ryushu.- Sabía lo que significaba ese título y era consciente de que el rubio lo poseía. Intentó utilizar el haki del rey. No lo había dominado, pero lo tenía despierto, latente en su interior. Esperaba poder disminuir aquella guerra y darle la posibilidad de sobrevivir... a la única mujer que una vez amó. -¡Esta guerra ya no nos concierne! ¡No vamos a involucrarnos con la revolución y mucho menos con el gobierno! ¡Atesaki ya ha cumplido sus objetivos, y no necesitamos nada más! ¡Pero tenedlo en cuenta... el día de hoy solo será la sombra del mañana! ¡Atesaki volverá! ¡Y yo, Kaiser, alcanzaré la cima donde ningún gyojin a logrado llegar jamás! ¡Atesaki demostrará el poder de los gyojin en todo su esplendor! ¡Esperad hasta ese día, humanos!- Agarró esta vez a Bisu y una vez todos se habían lanzado al agua por el agujero del Geiser, hizo lo mismo, desapareciendo de aquel lugar. Nadie podría seguirlos por el agua. Dejó libres a sus compañeros y creó una barrera de agua en la arquera para que no se ahogase. Esta mantendría oxigeno en su interior y actuaría como un recubrimiento de Sabaody.
- Resumen:
- Mira y desprecia a Sawn. Observa la guerra. Habla con Vom para convencerlo de que se una a Atesaki. Siente a Lara y la ve. Agarra a Sawn y a Vom y se va hacia la zona del geiser usando el gyojin way. Lanza a Sawn al suelo y ordena la retirada de Atesaki. Suelta un discursillo y se pira. Hace una barrera de aguas que actúa como las burbujas de Sabaody a Yumiko en caso de que venga con nosotros y adiós (?).
Meneíllos
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*Meneror lo había conseguido, se había liberado de sus ataduras y agradeció a aquellos hombres su colaboración*
-Se lo agradezco caballeros, les diría que se marcharan cuanto antes esto es un infierno.¿Quienes son? *Dijo Meneror pasando por su lado buscando sus pertenencias, las cuales encontró guardadas en un pequeño armarito de la sala. Se colocó sus pertenencias y además parecía que se le acababa el tiempo entonces decidió salir del lugar y ver el panorama que había fuera, su objetivo era sacar tajada o al menos hacer algo de renombre en lo que pudiera destacar, pero aún así se preguntaba que le dejó inconsciente como para acabar en prisión, a sus vez observaba a los dos hombres que le habían salvado, su atuendo le resultó familiar*
-¿Revolucionarios verdad?
-Se lo agradezco caballeros, les diría que se marcharan cuanto antes esto es un infierno.¿Quienes son? *Dijo Meneror pasando por su lado buscando sus pertenencias, las cuales encontró guardadas en un pequeño armarito de la sala. Se colocó sus pertenencias y además parecía que se le acababa el tiempo entonces decidió salir del lugar y ver el panorama que había fuera, su objetivo era sacar tajada o al menos hacer algo de renombre en lo que pudiera destacar, pero aún así se preguntaba que le dejó inconsciente como para acabar en prisión, a sus vez observaba a los dos hombres que le habían salvado, su atuendo le resultó familiar*
-¿Revolucionarios verdad?
Cánabar
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Tomó la mano de Kiara y la llevó hacia el geiser. Kaiser acababa de llegar acompañado de un cadáver humano, al que Cánabar reconoció como el hombre al que se habían enfrentado tres años atrás, y otro gyojin de aspecto fuerte. Hizo un discurso e instó a todos los miembros de Atesaki para marcharse. Miró a Yumiko y le hizo una señal, si quería ir con ellos era el momento, si quería permanecer allí solo debía quedarse quieta. Se dirigió hacia sus compañeros, todos estaban vivos y habían luchado como verdaderos guerreros. En especial el temerario de Bisutomaru, que se había enfrentado a tres pacifistas y había sobrevivido para contarlo. Debía estar orgulloso de ello pues, al menos, Cánabar sí que lo estaba por el arrojo suicida del tiburón marronáceo.
-Lo habéis hecho bien, pero ha llegado el momento de irnos. Bisu, sigue así- Animó a los suyos.
Dicho eso mostró la apertura con la mano para invitar a Kiara a adelantarse. Después esperó a que el resto de gyojins de la banda fueran arrojándose al agua uno a uno antes de saltar él mismo. Habían participado en una guerra de mayor envergadura que la de Logue Town y, esta vez, sí que habían logrado el éxito. Habían cumplido con los objetivos que se habían impuesto y hasta llegaron más lejos. Él mismose enfrentó a dos pacifistas eliminándolos con facilidad cuando aquellas vez uno solo casi acaba con él y con Kaiser. Pero había crecido, había mejorado, y ahora era realmente fuerte. Por su parte el capitán también había eliminado a alguien que plantó cara a ambos juntos, aunque estaba seguro de que en ese entonces lo habrían eliminado de no ser por el yonkou que apareció.
Lo siguiente es solo si Yumiko acepta venir con Atesaki
Esperó a que la arquera llegara hasta él y que Kaiser la cubriera con una barrera de agua. Era provisional y no resistiría mucho, pero al menos duraría lo suficiente como para llegar hasta el final del geiser si se empleaba el tiburón a su máxima velocidad. Esperó a que todos se hubieran sumergido y se lanzó él también. Ahora era seguro, la guerra había terminado para Atesaki y, pro su parte, ellos eran los vencedores. Posicionó sus manos en la burbuja que protegía a Yumiko y empujó a toda la velocidad que pudo alejándose de la superficie. El túnel parecía infinito, pero acabaría en algún momento. Esperaba que la burbuja aguantara lo suficiente como para que la mujer llegara a salvo. Una vez llegaran a su destino ya se preocuparía por su futuro.
-Lo habéis hecho bien, pero ha llegado el momento de irnos. Bisu, sigue así- Animó a los suyos.
Dicho eso mostró la apertura con la mano para invitar a Kiara a adelantarse. Después esperó a que el resto de gyojins de la banda fueran arrojándose al agua uno a uno antes de saltar él mismo. Habían participado en una guerra de mayor envergadura que la de Logue Town y, esta vez, sí que habían logrado el éxito. Habían cumplido con los objetivos que se habían impuesto y hasta llegaron más lejos. Él mismose enfrentó a dos pacifistas eliminándolos con facilidad cuando aquellas vez uno solo casi acaba con él y con Kaiser. Pero había crecido, había mejorado, y ahora era realmente fuerte. Por su parte el capitán también había eliminado a alguien que plantó cara a ambos juntos, aunque estaba seguro de que en ese entonces lo habrían eliminado de no ser por el yonkou que apareció.
Lo siguiente es solo si Yumiko acepta venir con Atesaki
Esperó a que la arquera llegara hasta él y que Kaiser la cubriera con una barrera de agua. Era provisional y no resistiría mucho, pero al menos duraría lo suficiente como para llegar hasta el final del geiser si se empleaba el tiburón a su máxima velocidad. Esperó a que todos se hubieran sumergido y se lanzó él también. Ahora era seguro, la guerra había terminado para Atesaki y, pro su parte, ellos eran los vencedores. Posicionó sus manos en la burbuja que protegía a Yumiko y empujó a toda la velocidad que pudo alejándose de la superficie. El túnel parecía infinito, pero acabaría en algún momento. Esperaba que la burbuja aguantara lo suficiente como para que la mujer llegara a salvo. Una vez llegaran a su destino ya se preocuparía por su futuro.
- Resumen:
- Toma a Kiara de la mano, felicita a los miembros de Atesaki y se va. Si Yumiko quiere, empuja la "burbuja" de agua en la que ella iría para llegar pronto a su destino.
Flea
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No se encontraba nadie en los jardines. No al menos nadie a quien quisiera ver. ¿Que acaso mi fructuosa búsqueda del Gorosei nunca finalizaría? Desplegué mis alas y me elevé, pues había mucho fuego cerca mío, y lo mejor sería evitarlo. Escuché el mensaje de mi rival, aunque bueno, yo todavía no era alguien digno como para que él me llamase rival. Dio un largo discurso, indicando que había traicionado a la Marine y que combatiría contra las personas más fuertes del Gobierno, incluido el Gorosei. El Gorosei respondió diciendo que cualquier persona en la isla que matara a Karl sería recompensado. He estado dubitativo unos minutos, cuando decidí apoyar al Almirante, pues mi plan se vería cancelado, o suspendido por algún tiempo, pero no dejaba de pertenecer a la Revolución, y eso implicaba que debía defender mi posición e ideales por delante de cualquier cosa, hasta de mi propia vida. Debía decidir si luchar como Flea o con la identidad de Axl, cuando se me ocurrió un segundo plan, el cual, en lugar de que Flea fuese el Shichibukai, Axl podría hacer méritos como para que el Gorosei le ofrezca el puesto. Sería más fácil, puesto que todavía Axl no posee recompensa por su cabeza, y sólo Erik sabe que es una identidad mía.
Me dirigí con mi aspecto, el de Flea, hacia donde notaba la presencia de Karl, pues había activado mi Kenbunshoku Haki. Estaba sediento de pelea, hacía mucho que no me tocaba enfrentarme a alguien, y esta podría ser una oportunidad. Por suerte no se encontraba tan lejos, ya podía ver su silueta. Llegaría el momento de la verdad. Una de las luchas más importantes se avecinaba, tenía ese presentimiento, pero al mismo tiempo sabía que no estaba en mis planes morir, puesto que todavía tenía sueños por cumplir. No me metería en la lucha que estaba apunto de ocurrir entre Kurotora y una muchacha, posiblemente del Gobierno. Supuse que me detectaría con su ojo, o con su Kenbunshoku Haki, por lo que no me dispuse a saludarlo. Me quedé cerca de allí, a la espera de alguien que quiera capturarlo o algo parecido. Si yo no me metía en su pelea, nadie más lo haría tampoco.
Me dirigí con mi aspecto, el de Flea, hacia donde notaba la presencia de Karl, pues había activado mi Kenbunshoku Haki. Estaba sediento de pelea, hacía mucho que no me tocaba enfrentarme a alguien, y esta podría ser una oportunidad. Por suerte no se encontraba tan lejos, ya podía ver su silueta. Llegaría el momento de la verdad. Una de las luchas más importantes se avecinaba, tenía ese presentimiento, pero al mismo tiempo sabía que no estaba en mis planes morir, puesto que todavía tenía sueños por cumplir. No me metería en la lucha que estaba apunto de ocurrir entre Kurotora y una muchacha, posiblemente del Gobierno. Supuse que me detectaría con su ojo, o con su Kenbunshoku Haki, por lo que no me dispuse a saludarlo. Me quedé cerca de allí, a la espera de alguien que quiera capturarlo o algo parecido. Si yo no me metía en su pelea, nadie más lo haría tampoco.
- Resumen:
- Ascender rápidamente para que el fuego no me queme, escuchar el discurso de Karl y posterior respuesta del Gorosei, pensar un segundo plan sobre mi intromisión al Gobierno, dirigirme hacia donde Karl y protegerlo de ataques ajenos a su batalla con la chica del Gorosei.
Kaito Kazuki
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Kaito busca la fuente de tan poderosa presencia, su mirada se mueve de un lado a otro como si de un buscador se tratara, la verdad es que lo busca más que nada por un combate interesante, no como aquellos dos mocosos que apenas les causaron problemas a los miembros del gremio. De pronto aquella presencia desaparece como por arte de magia. |~¿Pero qué demonios…?~| Dice el joven espadachín sorprendiéndose por aquella situación. La verdad es que no hay como entender esas situaciones. De pronto un hongo se eleva en la ciudad lo que causa en el joven espadachín un temor horrible, casi mortal, pero nota una simple brisa de aire, algo agradable que calma la temperatura de su cuerpo, aliviando la sensación. De pronto la ciudad se llena de presencias como la de la figura serpenteante que eliminaba a los revolucionarios, al tiempo que algunos de los que caen simplemente explotan, sin emitir ruido alguno, aquello es muy extraño, el joven samurái analiza el entorno, echa la mirada al cielo y no ve nada, ni un signo de cielo, aquello es más raro por momentos. Al mismo tiempo la voz de un hombre que dice ser Almirante reclama la ayuda de todos para que se alcen en contra de un gobierno que acaba con la justicia y la libertad, aunque lo que hace es causar repelús en el cazador, es cierto que él está en contra del gobierno tal y cual está planteado, pero no está de acuerdo con hacerlo así, arriesgando vidas inocentes que hay allí.
|~Chicos, la presencia fuerte ha desaparecido, pero no podemos bajar la guardia, en cualquier momento puede aparecer una fuerza que sea capaz de vencernos. Así pues, todos listos.~| Dice el joven a sus compañeros mientras se prepara para la acción. La adrenalina se apodera poco a poco de su cuerpo.
|~Chicos, la presencia fuerte ha desaparecido, pero no podemos bajar la guardia, en cualquier momento puede aparecer una fuerza que sea capaz de vencernos. Así pues, todos listos.~| Dice el joven a sus compañeros mientras se prepara para la acción. La adrenalina se apodera poco a poco de su cuerpo.
- Resumen:
- Observar y esperar además de armar estrategia del gremio.
Luego de cargar y de reconocer al objetivo vuelvo a preparar mi sniper para atacar, levanto el cañón para visualizar la figura del sujeto que surcaba los cielos con alas metálicas de alta tecnología, al igual que varias otras partes de su armadura, además de su aspecto imponente que era claramente destructivo, y por tanto no sería tan sencillo como el anterior, fue cuando recordé que no era un sujeto cualquiera, el que veía en la mirilla del arma no era otro que un alto cargo del gobierno, un miembro del gorosei.
habría que vaciar el cargador
pensaba dudoso, cuando llegó a mis oídos el inspirador discurso del Almirante Karl, realmente avivó la llama de mi alma revolucionaria, y mi motivación por el ideal de la armada, si había un momento para enfrentarse a estos malditos tiranos, era ahora.
El campo de batalla y sus alrededores aéreos, se vieron repleto de robots que luchaban unos contra otros, por lo que podía intuir, los más oscuros estaban apoyando al almirante kurotora, y por ende la causa de acabar con la revolución, por otro lado los más pálidos seguían las ordenes del gobierno, a su vez logré divisar al almirante y de paso a lo lejos reconocí a Flea deambulando, de seguro al igual que yo, apoyaría al almirante en su lucha contra los mandamases del gobierno.
Ni modo, me desharé de los robots enemigos, así equilibraré esa balanza a nuestro lados, de seguro los TK-1 serán un arma útil contra el gorosei.
Por el momento guardé mi franco tirador y luego de desenfundar mis dos pistolas de precisión vacié sus cabinas y las rellené con balas ionicas. luego asomé la mitad de mi cuerpo fuera de la caparazón del crustáceo e inicié una rápida y efectiva ráfaga de tiros.
[Double Pack of Shock-Pulsar Fox][AF]
Cada tiro expulsado tomaría la forma de un zorro verdoso con estrías azules y cada uno viajaría irregularmente hasta chocar con las cabezas de todos los robots similares a los TK-1, al impactar penetrara o no, el tiro liberaría un pulso electromagnético que inutilizaría a aquellos robots que seguían las ordenes del gorosei, liberando a los TK-1 de esa batalla, y dejándolos libres para ayudarnos directamente contra el los miembros del gobiernos, y la ultima de las balas cambiaría su curso elevándose hasta la zona donde se hallaban descendiendo los miembros de la revolución e intentaría rozar las alas del miembro del gorosei, para así desactivar sus mecanismos y obligandole a cesar su ataque..
Punto para la justicia
Murmuré mientras realizaba mi ataque para inutilizar toda maquina que no estubera de nuestro lado.
habría que vaciar el cargador
pensaba dudoso, cuando llegó a mis oídos el inspirador discurso del Almirante Karl, realmente avivó la llama de mi alma revolucionaria, y mi motivación por el ideal de la armada, si había un momento para enfrentarse a estos malditos tiranos, era ahora.
El campo de batalla y sus alrededores aéreos, se vieron repleto de robots que luchaban unos contra otros, por lo que podía intuir, los más oscuros estaban apoyando al almirante kurotora, y por ende la causa de acabar con la revolución, por otro lado los más pálidos seguían las ordenes del gobierno, a su vez logré divisar al almirante y de paso a lo lejos reconocí a Flea deambulando, de seguro al igual que yo, apoyaría al almirante en su lucha contra los mandamases del gobierno.
Ni modo, me desharé de los robots enemigos, así equilibraré esa balanza a nuestro lados, de seguro los TK-1 serán un arma útil contra el gorosei.
Por el momento guardé mi franco tirador y luego de desenfundar mis dos pistolas de precisión vacié sus cabinas y las rellené con balas ionicas. luego asomé la mitad de mi cuerpo fuera de la caparazón del crustáceo e inicié una rápida y efectiva ráfaga de tiros.
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Cada tiro expulsado tomaría la forma de un zorro verdoso con estrías azules y cada uno viajaría irregularmente hasta chocar con las cabezas de todos los robots similares a los TK-1, al impactar penetrara o no, el tiro liberaría un pulso electromagnético que inutilizaría a aquellos robots que seguían las ordenes del gorosei, liberando a los TK-1 de esa batalla, y dejándolos libres para ayudarnos directamente contra el los miembros del gobiernos, y la ultima de las balas cambiaría su curso elevándose hasta la zona donde se hallaban descendiendo los miembros de la revolución e intentaría rozar las alas del miembro del gorosei, para así desactivar sus mecanismos y obligandole a cesar su ataque..
Punto para la justicia
Murmuré mientras realizaba mi ataque para inutilizar toda maquina que no estubera de nuestro lado.
León Zaid
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Efectivamente era él, mi primo, Noel Zaid, el cuál se había hecho cargo de la familia en mi ausencia, y justo cuando planeaba tomar el cargo aparece frente a mi en medio de una guerra, desde luego era realmente sospechoso ¿Habría tenido algo que ver él? Contactos para formar una gran guerra desde luego que tiene, la familia siempre a tenido alianzas con un gran número de personas fuertes en todas las razas, y verle aquí en esta situación desde luego me hizo sospechar.
Por si ocurría algo antes de entrar en la ventana cambié el cargador de la pistola, poniendo un cargador con balas triples, mientras que la otra pistola la cargué con balas rápidas, podía notar desde lejos el enorme potencial que había en Noel, y si este era llevado al máximo tendría una velocidad endiablada.
Una vez hecho esto con el máximo disimulo y rapidez posible me guardé las pistolas de nuevo y accedí a la casa por la ventana, preparado para cualquier ataque en cualquier momento. Y ahí estaba él, sentado en un sillón de cuero con una sonrisa casi macabra observándome mientras me saludaba de forma despectiva, no había duda, me odiaba, la pregunta era si intentaría matarme aquí y ahora.
- Mira, me ahorras tener que ir a visitarte Noel... tu siempre tan servicial amigo. - Dije sonriente para provocarlo. - Pronto iba a retomar el cargo y tenía que comunicártelo, gracias por ahorrarme perder mi tiempo en ir a visitarte Noel...
Dicho esto miré con las lentillas cyborg todo el lugar, buscando alguna trampa o divisar mejor lo que no pudiese detectar a simple vista, sin duda esta situación era realmente peligrosa y podría ser atacado en cualquier momento, pero no quitaba un ojo de Noel, o de esa lanza, que desde luego no pintaba nada débil ¿Qué diantres sería eso?
Por si ocurría algo antes de entrar en la ventana cambié el cargador de la pistola, poniendo un cargador con balas triples, mientras que la otra pistola la cargué con balas rápidas, podía notar desde lejos el enorme potencial que había en Noel, y si este era llevado al máximo tendría una velocidad endiablada.
Una vez hecho esto con el máximo disimulo y rapidez posible me guardé las pistolas de nuevo y accedí a la casa por la ventana, preparado para cualquier ataque en cualquier momento. Y ahí estaba él, sentado en un sillón de cuero con una sonrisa casi macabra observándome mientras me saludaba de forma despectiva, no había duda, me odiaba, la pregunta era si intentaría matarme aquí y ahora.
- Mira, me ahorras tener que ir a visitarte Noel... tu siempre tan servicial amigo. - Dije sonriente para provocarlo. - Pronto iba a retomar el cargo y tenía que comunicártelo, gracias por ahorrarme perder mi tiempo en ir a visitarte Noel...
Dicho esto miré con las lentillas cyborg todo el lugar, buscando alguna trampa o divisar mejor lo que no pudiese detectar a simple vista, sin duda esta situación era realmente peligrosa y podría ser atacado en cualquier momento, pero no quitaba un ojo de Noel, o de esa lanza, que desde luego no pintaba nada débil ¿Qué diantres sería eso?
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Akuma no mi
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Una ráfaga de viento cubrió la plaza, los revolucionarios no paraban de llegar, los combates contra el gobierno y los que se imponían a él, se iban sucediendo uno tras otro. De repente Kaiser habló, -¡Vamos chicos! ¡Atesaki se marcha!- , parecía que todo lo que el capitán quería hacer, ya estaba hecho, aunque en mi mente comenzaron a surgir dudas, dudas de si al capitán le había complacido mi actuación, ya que no había participado en ninguna batalla importante. La presión de mi padre la tenía constantemente y en estos momentos pensaba más que nunca en ello. Salí de mis pensamientos cuando Kaiser hablo de nuevo, -¡Esta guerra ya no nos concierne! ¡No vamos a involucrarnos con la revolución y mucho menos con el gobierno! ¡Atesaki ya ha cumplido sus objetivos, y no necesitamos nada más! ¡Pero tenedlo en cuenta... el día de hoy solo será la sombra del mañana! ¡Atesaki volverá! ¡Y yo, Kaiser, alcanzaré la cima donde ningún gyojin a logrado llegar jamás! ¡Atesaki demostrará el poder de los gyojin en todo su esplendor! ¡Esperad hasta ese día, humanos!-- después de aquellas palabras, comenzamos a movilizarnos.
Usé mi habilidad la danza del caminante, para ir mas rápido hacía mi destino, eso sí, ayudando a los que iban más lentos o despejando el camino de revolucionarios y marines, mi objetivo era, que todos llegaran bien al lugar que indicó Kaiser. La próxima vez que estuviéramos en una situación así, no decepcionaría a mis nakamas.
Usé mi habilidad la danza del caminante, para ir mas rápido hacía mi destino, eso sí, ayudando a los que iban más lentos o despejando el camino de revolucionarios y marines, mi objetivo era, que todos llegaran bien al lugar que indicó Kaiser. La próxima vez que estuviéramos en una situación así, no decepcionaría a mis nakamas.
- Resumen:
- Pensamientos, escucho a Kaiser, mas pensamientos, vuelvo a escuchar a Kaiser y nos vamos pitando al lugar del geiser
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Aquella presencia fuerte que estábamos notando, de repente desapareció, como si nunca hubiera estado en aquel lugar. Eso me cabreo de manera soberana - ¿dónde demonios ha ido? - dije a los demás, mientras de fondo se escuchaba el auge de la batalla. En ese momento una sensación extraña inundo mi cuerpo, como si fuera un peligro ineludible, por lo que comencé a mirar a alrededor bastante nervioso, sin detectar nada fuera de lo común. De repente un golpe de viento leve, se expandió por toda la plaza, como una onda expansiva con poca fuerza y por fin me percaté de algo, un champiñón humeante en el cielo. No sabía bien lo que era, pero si eso había sido una explosión, agradecía que no hubiera llegado a más, si no podríamos estar todos muertos. Al rato de lo que había ocurrido, una voz se alzó entre los disparos, espadas entrechocar y la batalla en sí, era un almirante echándole un pulso al gobierno actual, traicionándolos y llamando a las armas a todos los presentes, para derrocar al gobierno mundial. No podía creer, la cantidad de situaciones inverosímiles que estaban ocurriendo, quedándome pensativo unos momentos, asimilando la información recibida, sin dejar de observar el campo de lucha, ni dejando de escuchar a mis compañeros.
-Chicos, la presencia fuerte ha desaparecido, pero no podemos bajar la guardia, en cualquier momento puede aparecer una fuerza que sea capaz de vencernos. Así pues, todos listos.- Dijo Kaito, haciendo que me concentrara aún más en mi mantra.
En ese momento, comprobé todas mis pertenencias, no sabíamos cuando entraríamos en combate de nuevo, pero estaría preparado, prometí hace ya tiempo, que protegería a todas las personas que quería y aquellos compañeros, ahora eran mi familia.
-Chicos, la presencia fuerte ha desaparecido, pero no podemos bajar la guardia, en cualquier momento puede aparecer una fuerza que sea capaz de vencernos. Así pues, todos listos.- Dijo Kaito, haciendo que me concentrara aún más en mi mantra.
En ese momento, comprobé todas mis pertenencias, no sabíamos cuando entraríamos en combate de nuevo, pero estaría preparado, prometí hace ya tiempo, que protegería a todas las personas que quería y aquellos compañeros, ahora eran mi familia.
- Resumen:
- Detecto que la presencia fuerte desaparece, pensamientos y divagaciones varias, detecto la explosión y escucho las palabras del almirante, me preparo por si hay algún combate inminente
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Otra vez entraba a una pelea tarde, pero terminar con aquel moribundo comodoro, había hecho que me calmara un poco. - Vamos a la batalla compañeros de lucha - les dije a aquellos dos humanos que estaban a mi lado. Les seguiría adonde quiera que fueran, ahora sería su sombra y mis armas estarían a su disposición, ahora esta era mi lucha y los doses no podían detenerme, este pensamiento, hizo que una mueca alegre apareciera en mi cara, este era mi destino. De repente observé una nube gigante en forma de champiñón, no sabía que era eso, pero una ráfaga de viento llego a la plaza, no era muy fuerte, pero no parcia natural. Aquello me recordó a las flatulencias del gran Farnuk, que era capaz de tirar un árbol con una de ellas, algo que nunca entendí de como lo hacía, era algo increíble.
Me quede observando el campo de batalla, muchos de los gyojin estaban escapando hacía un agujero en el suelo, algo a lo que no le di importancia, aunque odiaba las razas acuáticas, ahora odiaba más al gobierno. De repente una voz comenzó a hablar, alzándose por encima del auge de la batalla. Era un almirante que estaba en contra del actual gobierno y quería acabar con él, llamando a las armas a todos los que quisieran luchar a su lado, algo que me hizo levantar el hacha y gritar - A POR EL GOBIERNOOOO - dije con todas mis fuerzas. Mi hacha estaba con ganas de destrozarlo todo. Si los humanos que tenía al lado iban al centro los acompañaría, si no iría al centro de la plaza, ayudaría al hombre que está en contra del gobierno.
Me quede observando el campo de batalla, muchos de los gyojin estaban escapando hacía un agujero en el suelo, algo a lo que no le di importancia, aunque odiaba las razas acuáticas, ahora odiaba más al gobierno. De repente una voz comenzó a hablar, alzándose por encima del auge de la batalla. Era un almirante que estaba en contra del actual gobierno y quería acabar con él, llamando a las armas a todos los que quisieran luchar a su lado, algo que me hizo levantar el hacha y gritar - A POR EL GOBIERNOOOO - dije con todas mis fuerzas. Mi hacha estaba con ganas de destrozarlo todo. Si los humanos que tenía al lado iban al centro los acompañaría, si no iría al centro de la plaza, ayudaría al hombre que está en contra del gobierno.
- Resumen:
- Pensamientos, observar y escuchar lo ocurrido, después tomo la decisión de ayudar al almirante, con o sin los humanos que había ayudado antes.
Abel T. Nightroad
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La puerta se abre ante la atenta mirada del joven espadachín, al final, la inteligencia se sobrepone a la fuerza bruta, como trata de usar continuamente aquél hombre de muy mala educación, la verdad es que poco caso le hace a gente como ese hombre, la verdad, es que simplemente le respondió por despojarse de la frustración de no lograr adivinar el acertijo, que al fin termina de resolver. El movimiento de la puerta es pesado y lento, y tras ella se muestra una especie de camino, un pasillo que desciende. |~¿A dónde llevará este pasillo…?~| Piensa el joven mientras deja la pluma en su sitio y se adentra en el mismo con un paso firme y seguro, pero en todo momento sigiloso, no quiere llamar la atención innecesariamente, si ese pasillo está protegido por una puerta como aquella solo puede significar que en él, o al final del mismo, se guarda algo de valor, sea cultural o monetario, sea cual fuere, el joven no pierde nada por ir a investigar lo que hay en ese lugar. |~Ah, que alegría poder encontrar puzles que de verdad me hagan pensar y no la típica bazofia que la resuelvo con solo mirarla…~| Dice en un susurro mientras avanza por el pasillo, listo para defenderse o encender una luz en caso de necesitarlo.
- Resumen:
- Dejar la pluma en su sitio y adentrarse en el pasillo.
Worick L. Arcangelo
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Parecía que habíamos logrado dejar atrás a aquel asesino, aunque no me alegraba demasiado pues quería darle una merecida reprimenda pero en mi estado actual no iba a a ser capaz de vencerle. Las cosas se ponía cada vez más feas en Mariejoa y todo el estruendo de la guerra aumentaba por momentos, así fue hasta que aquel mensaje hizo que durante unos segundos la isla quedara en completo silencio. Karl era quién emitía aquel mensaje, un mensaje que transmitía unas ideas muy parecidas a las mías y que darían la vuelta al mundo como el inicio de una gran revolución. En aquel momento me sentía tan impotente por no poder ayudarle con su objetivo que la rabia inundo mi cuerpo y provocó que por mi mente se pasaran todo tipo de ideas, pero luego recordé la pelea que tuve con Karl meses atrás. Si yo que no fui ni tan siquiera capaz de golpearle me interpusiera en una pelea como aquella no haría más que estorbar, una vez más mi debilidad me impedía lograr mi objetivo, no era más que un debilucho.
Tras oír aquel mensaje continuamos caminando como si nada hubiera pasado, la guerra volvió a su apogeo y todo el ruido nos volvió a envolver. Kaede me cargaba a un costado suyo mientras nos movíamos tan rápido como podíamos, agradecía haberme encontrado con ella pues quién sabe que me habría pasado si no lo hubiera hecho. Mientras corríamos y mis pensamientos se inundaban de ideas pudimos oír un alarido que venía de una zona algo alejada de dónde nos encontramos. No tenía claro si era buena idea ir o no, pero en mi estado no iba a poder pelear al menos no de una manera muy útil. Miré a Kaede y esta me proporciono una bonita sonrisa que disipo todas mis dudas y que provoco que yo mismo me animara. Así que sin pensarlo dos veces tomé a Kaede y nos dirigimos hacía aquel grito, no sabíamos que era pero tal vez nos ayudase en aquella isla o por otro lado acabase con nosotros.
Tras oír aquel mensaje continuamos caminando como si nada hubiera pasado, la guerra volvió a su apogeo y todo el ruido nos volvió a envolver. Kaede me cargaba a un costado suyo mientras nos movíamos tan rápido como podíamos, agradecía haberme encontrado con ella pues quién sabe que me habría pasado si no lo hubiera hecho. Mientras corríamos y mis pensamientos se inundaban de ideas pudimos oír un alarido que venía de una zona algo alejada de dónde nos encontramos. No tenía claro si era buena idea ir o no, pero en mi estado no iba a poder pelear al menos no de una manera muy útil. Miré a Kaede y esta me proporciono una bonita sonrisa que disipo todas mis dudas y que provoco que yo mismo me animara. Así que sin pensarlo dos veces tomé a Kaede y nos dirigimos hacía aquel grito, no sabíamos que era pero tal vez nos ayudase en aquella isla o por otro lado acabase con nosotros.
- Resumen:
- Oigo el mensaje de Karl mientras corremos y poco después el alarido. Vamos hacía este para ver que lo causa.
Joseph Leto
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Me encontraba vigilando a Garlando cuando finalmente llegan los médicos que empiezan a curar a Garland que es el que tiene el estado más grave de todos, mientras me mantengo de pie manteniendo una barrera defensiva de precaución. Mis orbes rojos fijados en los revolucionarios que empiezan a tocar el suelo mientras noto una pequeña brisa, algo muy extraño a esa altura. Entre tanta pelea se me habrá aflojado la cadena y por ello mi mayor tesoro se empieza a caer pero antes de que toque el suelo y pueda romperse lo cojo y lo guardo en uno de mis bolsillos para repararlo luego y aprieto los puños con fuerza enfadado por el daño que hicieron a mi colgante y mi bien más preciado
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Dranser abrió los ojos con fuerza mientras sentía la presencia del marine desaparecer por completo, al parecer había muerto y más personas se habían metido por el medio, algo que sinceramente no le gustó. Sin embargo ya estaba hecho y no podía hacer nada, pese a su estado logró ponerse en pie tras un descanso. Pudo ver a un enorme gigante el cual les había ayudado, además dijo que iría con ellos, el chico enfundó su espada y se acercó al comodoro o al menos a lo que quedaba de él. Se agachó tomando su espada con honor (Si Empa deja claro) “No me gustó tu forma de usar esto, pero espero darle el honor que a ti te faltó” Ahora miró a sus compañeros del Escuadrón 7.
- Muchas gracias compañeros, sin vosotros esto no habría sido posible y habría muerto, quiero agradecéroslo.
Medio herido se acercó a Lugh y Virginia, les sonrió y clavó su rodilla derecha en el suelo haciéndoles una reverencia como si de dos reyes se tratasen. Les debía todo a sus dos compañeros, a continuación se levantó despacio con la mano en el pecho y respirando un poco de forma agitada. Miró al gigante agradecido para después guardar las espadas y entrecerrar los ojos, había escuchado el discurso de aquel hombre, pero no quería que sus hombres siguieran sufriendo, los refuerzos ya habían llegado y era el momento de dar el golpe. El chico frunció el ceño empezando a caminar al centro mientras trataba de respirar de mejor forma, tras unos segundos cayó al suelo tropezando algo mareado por lo debilitado que estaba, su estado era pésimo pero aún así trató de levantarse.
- Muchas gracias compañeros, sin vosotros esto no habría sido posible y habría muerto, quiero agradecéroslo.
Medio herido se acercó a Lugh y Virginia, les sonrió y clavó su rodilla derecha en el suelo haciéndoles una reverencia como si de dos reyes se tratasen. Les debía todo a sus dos compañeros, a continuación se levantó despacio con la mano en el pecho y respirando un poco de forma agitada. Miró al gigante agradecido para después guardar las espadas y entrecerrar los ojos, había escuchado el discurso de aquel hombre, pero no quería que sus hombres siguieran sufriendo, los refuerzos ya habían llegado y era el momento de dar el golpe. El chico frunció el ceño empezando a caminar al centro mientras trataba de respirar de mejor forma, tras unos segundos cayó al suelo tropezando algo mareado por lo debilitado que estaba, su estado era pésimo pero aún así trató de levantarse.
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Bisutomaru tras haber recibido el golpe de aquellos tipos, se levantó partiéndose de risa pese al dolor. Sus ojos se deleitaban con el ambiente de muerte del lugar y estaba deseando salir tras aquellos tipos que huyeron de él como sucios cobardes. Estaba a punto de salir tras ellos cuando pudo ver a Kaiser, el cual se puso a su lado y después corrió hacia los demás, el sádico tiburón los siguió de inmediato y escuchó sus palabras. De hecho se puso a su derecha de forma intimidante para dar más terror al asunto, después escuchó a Cánabar y sonrió de lado levantándole el pulgar. Acto seguido siguió a los suyos tirándose al agua, pero no sin antes reírse un poco de todos los que allí había.
- ¡Hnhnhnhnhn! ¡Nos vemos insectos! ¡DIOS HA HABLADO! ¡HAYAHAHAHAHAHAHA!
Acto seguido se lanzó al agua siguiendo a la poderosa orca mientras mantenía aquella sonrisa sádica y enfermiza consigo.
- ¡Hnhnhnhnhn! ¡Nos vemos insectos! ¡DIOS HA HABLADO! ¡HAYAHAHAHAHAHAHA!
Acto seguido se lanzó al agua siguiendo a la poderosa orca mientras mantenía aquella sonrisa sádica y enfermiza consigo.
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Estaba en aquel improvisado hospital y observe como Shiroi dejaba aquel lugar, saliendo fuera del edificio, por lo que lo seguí de inmediato. Al salir, una ráfaga de aire hizo que mi ropa empezara a moverse violentamente y observe una nube enorme con forma de champiñón - ¿una bomba?- pensé durante un momento, pero lo descarté, al no producir nada más que aquel golpe de viento. Estaba junto a Shiroi y la voz del almirante comenzó a retumbar por todos lados, haciendo que sonriera, eso significaba barra libre de caza. - ¿Dónde vamos ahora? - le pregunté a Shiroi. En esta ocasión le seguiría donde fuera, ya que si el me lo ordenaba, sería más fácil atacar a los que estuvieran en nuestro camino, algo que estaba ansioso que ocurriera. Estas eran las ocasiones, en las que la confusión de quien es amigo o enemigo, hacia florecer mi autentico ser, sádico, animal, sangriento, necesitaba matar a alguien ya
- Resumen:
- Sigo a Shiroi y le pregunto dónde vamos, mientras observo el champiñón y escucho al almirante, donde vaya el, iré yo
Kyros Blight
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Caminaba con decisión hacia lo que una vez había sido su casa, un lugar donde había crecido y que seguramente estaba siendo atacado y saqueado por algunos malnacidos. Tenía que recuperar los objetos de valor que su familia no hubiera podido cargar, era la única forma de que su legado no se perdiera. Pero mientras caminaba no solo vio en la distancia muchas amenazas, sino que pudo ver a varios hombres que parecían estar retransmitiendo un mensaje. Un mensaje de traición, un mensaje de muerte y de masacre. Tragó saliva, al parecer no era el mejor momento de ir por ahí solo y sin protección siendo un Tenryuubito. Tragó saliva, deseando que el edificio central no hubiera sido atacado y ahora se encontrara comodamente tumbado en el aire protegido por el Gorosei. Pero era demasiado tarde, ahora tendría que apañárselas él solo y aunque tenía un par de trucos en la manga no creía que a sus asesinos los fuera a detener un truco de magia.
Hasta que escuchó una voz que le resultó familiar. Se giró y vio a uno de los miembros del Gorosei que le llamaban, aparentemente, para asegurarle su protección. "Oh sí, guardaespaldas privado del Gorosei", pensó Kyros, mas eso implicaba que no pudiera ir hacia su antigua casa. Miró la zona residencial, y miró al tipo que le ofrecía su ayuda y protección. Su cara se tornó en una mueca de "me la suda mi legado" (yao ming) y volvió donde estaba aquel tipo. Pero claro, estar cerca de ese tipo implicaba que muchos iban a ir a por él, por lo que si no era lo suficiente fuerte... Simplemente sería un objetivo más. Por eso estaba listo para salir corriendo a la primera de cambio, en cuanto alguien lo atacara, seguro que para unos minutos de correr tenía suficiente.
Pero claro... Si mataban al Gorosei aquel día significaría el fin de los Tenryuubitos... De pronto se sintió como si fuera él quien tuviera que proteger a aquella persona y no al revés. Todo dependía de que el Gobierno Mundial ganara aquella batalla, pues si perdían daba igual cuanto corriera... Dejaría de ser un noble y pasaría ser alguien buscado. De noble a bandido, vaya, quién se lo habría dicho. Y por ello su lugar estaba con el miembro del Gorosei, tanto para garantizar su seguridad como para intentar que nadie lo atacara por la espalda.—¡Claro! Tan solo dime dónde vamos.— le dijo poniéndose a su lado, levitando con las piernas cruzadas pero sin acercarse demasiado. —Te sigo, tú tan solo dime qué tengo que hacer y veré si puedo cumplirlo.— terminó, manteniéndose en silencio. Pasara lo que pasase, lo mejor era no provocar a aquellos que podían defenderlo. No era como la otra vez con los agentes, esta vez era un nivel diferente.
Hasta que escuchó una voz que le resultó familiar. Se giró y vio a uno de los miembros del Gorosei que le llamaban, aparentemente, para asegurarle su protección. "Oh sí, guardaespaldas privado del Gorosei", pensó Kyros, mas eso implicaba que no pudiera ir hacia su antigua casa. Miró la zona residencial, y miró al tipo que le ofrecía su ayuda y protección. Su cara se tornó en una mueca de "me la suda mi legado" (yao ming) y volvió donde estaba aquel tipo. Pero claro, estar cerca de ese tipo implicaba que muchos iban a ir a por él, por lo que si no era lo suficiente fuerte... Simplemente sería un objetivo más. Por eso estaba listo para salir corriendo a la primera de cambio, en cuanto alguien lo atacara, seguro que para unos minutos de correr tenía suficiente.
Pero claro... Si mataban al Gorosei aquel día significaría el fin de los Tenryuubitos... De pronto se sintió como si fuera él quien tuviera que proteger a aquella persona y no al revés. Todo dependía de que el Gobierno Mundial ganara aquella batalla, pues si perdían daba igual cuanto corriera... Dejaría de ser un noble y pasaría ser alguien buscado. De noble a bandido, vaya, quién se lo habría dicho. Y por ello su lugar estaba con el miembro del Gorosei, tanto para garantizar su seguridad como para intentar que nadie lo atacara por la espalda.—¡Claro! Tan solo dime dónde vamos.— le dijo poniéndose a su lado, levitando con las piernas cruzadas pero sin acercarse demasiado. —Te sigo, tú tan solo dime qué tengo que hacer y veré si puedo cumplirlo.— terminó, manteniéndose en silencio. Pasara lo que pasase, lo mejor era no provocar a aquellos que podían defenderlo. No era como la otra vez con los agentes, esta vez era un nivel diferente.
Yumiko Mei
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Estaba aún encima de ese edificio, cuando oí una voz resonando por toda la ciudad, se trataba de un discurso de uno de los almirantes, el almirante Kurotora, instaba a todos a participar en su cruzada contra el gobierno y derrotarles ahí mismo, por unos segundos pensé en ayudarle, pero no me lo podía permitir, tenía planes mucho más importantes ese día que hacer. Seguidamente y aún con mi haki de observación activado sentí la presencia de cinco personas extremadamente fuertes, mucho más que todos los ahí presentes y todas las personas que fui capaz de conocer en esta estúpida guerra. Lo que más me sorprendió fue que pocos segundos después oí un enorme ruido y pude ver una gran explosión bastante lejos de mi, pero la onda expansiva no provocó más que una simple brisa, así que supuse que era una bomba barata y bastante inútil.
Miré a lo lejos y vi que estaban saliendo más robots como esos pacifistas, pero tenían un tono más claro y eran algo más raros. Estos empezaron a luchar con los anteriores pacifistas en el cielo, parecían épicas batallas robóticas, me gustaba el espectáculo y me quedaría ahí por un buen rato viéndolo, pero fue entonces cuando el gyojin orca llegó donde nos encontrábamos, los gyojins y yo y nos dijo que ya se habían cumplido los objetivos de Atesaki, lo cual supuse que era el nombre de la banda que formaban todos esos gyojins. Entonces recordé que había decidido seguir a ese hombre-pez hasta el fin del mundo por haberme permitido la vida, y así hice. Le seguí junto al gyojin tiburón y una vez todos saltaron al agua, observé como el gyojin orca creaba una burbuja alrededor de mi cuerpo, igualitas al recubrimiento de los barcos del Archipiélago Shabaody. Me encontraba en el agua y lo que ocurriese ahí podría matarme de cualquier manera, una sola bala perdida podría atravesar mi burbuja y yo caer como un martillo, puesto que era una usuaria, sin embargo, confié en la decisión de los gyojins y permití que me llevaran de esa manera.
Cuando ya me disponía a intentar nadar, el gyojin tiburón empezó a empujar la burbuja a muchísima velocidad hacia el fondo del mar, o al menos de ese geiser. Sentí la fuerte aceleración y me caí dentro de la burbuja, luego miré al gyojin tiburón y le dije gracias, lo que probablemente no oyese, puesto que me encontraba dentro de la burbuja, pero probablemente pudiese leer las palabras de mis labios, seguidamente esbocé una sonrisa y seguí mirando al frente, más bien hacia el fondo. La luz cada vez llegaba a menos distancia y empezaba a hacerse todo cada vez más oscuro, nunca en mi vida había estado tan abajo en el agua y eso me sorprendía muchísimo, me encantaba el color azulado del agua y podía distinguir algún que otro pez que no resultó quemado por la absurda guerra que ahí arriba se llevaba. Esperaba que llegáramos en suficiente tiempo y no nos pasara nada por el camino, aunque quién sabe, en ese lugar cualquier cosa era posible.
-Ojalá lleguemos a salvo, es mi deber ahora proteger a estos gyojins, tal como me han protegido ellos.-Me decía a mi misma en la burbuja, sabiendo que nadie me oiría ahí dentro.
Unos segundos después miré a Kaiser, que se encontraba sonriendo y parecía que estaba bastante orgulloso con lo que había conseguido en esa ciudad santa que ahí arriba seguía destruyéndose cada vez más. Le sonreí y miré al resto de gyojins, que parecían estar completamente de acuerdo con los objetivos e ideales de esa banda denominada Atesaki, tenían una determinación enorme y que decir de su lealtad, la lealtad de todos era sorprendente frente a los dos gyojins, orca y tiburón. No me quedaba otra que confiar en estos increíbles seres y mostrar mi aceptación de esta raza, que no consideraba tan buena al principio, pero como todos deberían saber, las apariencias engañan, lo que al principio parecía ser el bando más sanguinario, resultó ser menos letal que los demás, estaba totalmente satisfecha con eso.
Miré a lo lejos y vi que estaban saliendo más robots como esos pacifistas, pero tenían un tono más claro y eran algo más raros. Estos empezaron a luchar con los anteriores pacifistas en el cielo, parecían épicas batallas robóticas, me gustaba el espectáculo y me quedaría ahí por un buen rato viéndolo, pero fue entonces cuando el gyojin orca llegó donde nos encontrábamos, los gyojins y yo y nos dijo que ya se habían cumplido los objetivos de Atesaki, lo cual supuse que era el nombre de la banda que formaban todos esos gyojins. Entonces recordé que había decidido seguir a ese hombre-pez hasta el fin del mundo por haberme permitido la vida, y así hice. Le seguí junto al gyojin tiburón y una vez todos saltaron al agua, observé como el gyojin orca creaba una burbuja alrededor de mi cuerpo, igualitas al recubrimiento de los barcos del Archipiélago Shabaody. Me encontraba en el agua y lo que ocurriese ahí podría matarme de cualquier manera, una sola bala perdida podría atravesar mi burbuja y yo caer como un martillo, puesto que era una usuaria, sin embargo, confié en la decisión de los gyojins y permití que me llevaran de esa manera.
Cuando ya me disponía a intentar nadar, el gyojin tiburón empezó a empujar la burbuja a muchísima velocidad hacia el fondo del mar, o al menos de ese geiser. Sentí la fuerte aceleración y me caí dentro de la burbuja, luego miré al gyojin tiburón y le dije gracias, lo que probablemente no oyese, puesto que me encontraba dentro de la burbuja, pero probablemente pudiese leer las palabras de mis labios, seguidamente esbocé una sonrisa y seguí mirando al frente, más bien hacia el fondo. La luz cada vez llegaba a menos distancia y empezaba a hacerse todo cada vez más oscuro, nunca en mi vida había estado tan abajo en el agua y eso me sorprendía muchísimo, me encantaba el color azulado del agua y podía distinguir algún que otro pez que no resultó quemado por la absurda guerra que ahí arriba se llevaba. Esperaba que llegáramos en suficiente tiempo y no nos pasara nada por el camino, aunque quién sabe, en ese lugar cualquier cosa era posible.
-Ojalá lleguemos a salvo, es mi deber ahora proteger a estos gyojins, tal como me han protegido ellos.-Me decía a mi misma en la burbuja, sabiendo que nadie me oiría ahí dentro.
Unos segundos después miré a Kaiser, que se encontraba sonriendo y parecía que estaba bastante orgulloso con lo que había conseguido en esa ciudad santa que ahí arriba seguía destruyéndose cada vez más. Le sonreí y miré al resto de gyojins, que parecían estar completamente de acuerdo con los objetivos e ideales de esa banda denominada Atesaki, tenían una determinación enorme y que decir de su lealtad, la lealtad de todos era sorprendente frente a los dos gyojins, orca y tiburón. No me quedaba otra que confiar en estos increíbles seres y mostrar mi aceptación de esta raza, que no consideraba tan buena al principio, pero como todos deberían saber, las apariencias engañan, lo que al principio parecía ser el bando más sanguinario, resultó ser menos letal que los demás, estaba totalmente satisfecha con eso.
- Resumen:
- Comento todo lo que pasa a mi alrededor, es decir, la situación general, el discurso de Karl, la bomba de lejos y los robots luchando, además de la presencia del Gorosei y seguidamente acepto los ideales de Atesaki y me voy con ellos, aceptando entrar en esa burbuja y aceptando por ello ser llevada por ellos fuera de esa guerra.
Minato Kazuo
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Apretó los dientes, estaba muy molesto con las palabras de Karl. Si bien sabía que tenía que pasar pues le había confesado sus intenciones, Minato no podía sino sentir un tremendo vacío en su interior. Por eso cuando liberó a los TK-2 supo que el Gobierno ya sabía los planes de Karl de antemano, o que por lo menos los estaban esperando. Esos TK-2 estarían programados para acabar con los TK-1 o algo por el estilo, lo cual era algo absurdo ya que podrían haber sustituido los TK-1 simplemente. Entonces se fijó, más modelos en ese almacén. Era como si hubieran un plan B, por si todo fallaba, y salieran los siguientes modelos o algo por el estilo. Tomó el Den Den Mushi y trató de llamar al hombre de la tos. Un hombre que quizás estaba muerto, o quizás le respondía al Den Den Mushi. —¿Hola? ¿Hola? Misión cumplida señor, modelos TK-2 activados. ¿Debo activar el resto de modelos del almacén?— le preguntaría si conseguía contactar con él.
Pero una presencia que se acercó hasta allí en un solo instante llamó su atención. Era Krauser, y dado los últimos acontecimientos y a pesar de ser un amigo todo parecía indicar cómo iba a terminar aquello. Guardó el Den Den Mushi y se acercó hasta donde él estaba para mirarlo de frente, escuchando sus palabras. Había entrado por la pared, por lo que parecía que sus intenciones no eran simplemente de charlar, pero por lo que dijo y por los gestos que utilizó daba la sensación contraria. —Es curioso que sea tú el que me reproche a mí el estar haciendo atentados contra la marina.— dijo Minato, serio, bajo su traje hecho de grafeno. Su rostro era visible pues la máscara no estaba cerrada, pero su deber le decía que pronto un combate empezaría. —Yo jamás haría nada contra la marina, me parece absurdo que tengas que preguntármelo, que de verdad exista algo de duda en tu cabeza. No se quien te ha informado, pero estaba equivocado. Estoy aquí cumpliendo una misión, activar a los modelos TK-2 para zafar vuestro plan.— le explicó. Sentía que no podía ser tan frío con él, que tenía que darle una explicación antes que lo que le iba a pedir.
—Ahora, Krauser-san... Tengo que pedirte un favor. Como tú mismo has dicho, debería estar defendiendo la Tierra Sagrada de la invasión en lugar de aquí charlando. Pero es mi deber, dado que tú has traicionado al Gobierno Mundial, encerrarte. Por favor te lo pido, Krauser-san... Si peleo contra ti no se si tendré fuerzas para defender la ciudad. Entrégate ahora, asume tu responsabilidad... Manten la dignidad y el honor antes de que cometas alguna estupidez. Puedo entender el punto de vista que tenéis el Almirante Kurotora y tú, pero no lo comparto... Solo traerá muerte y destrucción, sufrimiento y agonía... Las cosas no se hacen así. Por favor, Krauser-san, recapacita, seguro que no es demasiado tarde todavía. Y si es demasiado tarde para ti, entonces... Por favor, entrégate sin ofrecer resistencia para que pueda salvar esta tierra asediada.— le diría con su corazón en la mano, completamente sincero y con su mayor ánimo para no hubiera conflicto alguno.
Flexionó las rodillas y bajó ligeramente el rostro, alzando los brazos colocándose en lo que parecía ser una "posición de pelea". No llegaba a serlo, aún, pues se estaba preparando para escuchar las palabras del ex-Almirante antes de hacer nada. Un breve silencio inundó aquel lugar, de lo que dijera Krauser dependía el futuro de ambas personas y, quizás, del mundo entero.
Pero una presencia que se acercó hasta allí en un solo instante llamó su atención. Era Krauser, y dado los últimos acontecimientos y a pesar de ser un amigo todo parecía indicar cómo iba a terminar aquello. Guardó el Den Den Mushi y se acercó hasta donde él estaba para mirarlo de frente, escuchando sus palabras. Había entrado por la pared, por lo que parecía que sus intenciones no eran simplemente de charlar, pero por lo que dijo y por los gestos que utilizó daba la sensación contraria. —Es curioso que sea tú el que me reproche a mí el estar haciendo atentados contra la marina.— dijo Minato, serio, bajo su traje hecho de grafeno. Su rostro era visible pues la máscara no estaba cerrada, pero su deber le decía que pronto un combate empezaría. —Yo jamás haría nada contra la marina, me parece absurdo que tengas que preguntármelo, que de verdad exista algo de duda en tu cabeza. No se quien te ha informado, pero estaba equivocado. Estoy aquí cumpliendo una misión, activar a los modelos TK-2 para zafar vuestro plan.— le explicó. Sentía que no podía ser tan frío con él, que tenía que darle una explicación antes que lo que le iba a pedir.
—Ahora, Krauser-san... Tengo que pedirte un favor. Como tú mismo has dicho, debería estar defendiendo la Tierra Sagrada de la invasión en lugar de aquí charlando. Pero es mi deber, dado que tú has traicionado al Gobierno Mundial, encerrarte. Por favor te lo pido, Krauser-san... Si peleo contra ti no se si tendré fuerzas para defender la ciudad. Entrégate ahora, asume tu responsabilidad... Manten la dignidad y el honor antes de que cometas alguna estupidez. Puedo entender el punto de vista que tenéis el Almirante Kurotora y tú, pero no lo comparto... Solo traerá muerte y destrucción, sufrimiento y agonía... Las cosas no se hacen así. Por favor, Krauser-san, recapacita, seguro que no es demasiado tarde todavía. Y si es demasiado tarde para ti, entonces... Por favor, entrégate sin ofrecer resistencia para que pueda salvar esta tierra asediada.— le diría con su corazón en la mano, completamente sincero y con su mayor ánimo para no hubiera conflicto alguno.
Flexionó las rodillas y bajó ligeramente el rostro, alzando los brazos colocándose en lo que parecía ser una "posición de pelea". No llegaba a serlo, aún, pues se estaba preparando para escuchar las palabras del ex-Almirante antes de hacer nada. Un breve silencio inundó aquel lugar, de lo que dijera Krauser dependía el futuro de ambas personas y, quizás, del mundo entero.
- Resumen:
- Llamo por Den Den Mushi al viejo de la tos y le pregunto que qué hago con los otros modelos (siempre y cuando me conteste al Den Den Mushi).
Le explico a Krauser que yo sigo fiel a la marina, que jamás haría algo así. Acto seguido le pido que recapacite pues no es demasiado tarde, o que se entregue y así evite que Minato pierda la vida o pierda demasiado tiempo y esfuerzo. Piensa que si pelea ahí con Krauser no podrá defender más tarde Mariejoa.
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Midorima escuchó la respuesta de aquel cobarde. Al parecer, iba a luchar y daría su mejor esfuerzo. Con eso bastaba, entonces escuchó la voz de Worgulv, su nakama al fin había despertado y entonces… todo se volvió negro. El muy desgraciado de un solo cabezazo lo había dejado inconsciente, en el fondo, era lo mejor que podía hacer. Midorima ahora dependía de que sus compañeros lo protegieran, era algo que le causaba algo de gracias pues… él había entrenado para protegerlos y ahora ellos lo iban a hacer. Sintió el viaje, seguramente, el vikingo lo había cargado a sus espaldas, también sentía muchas presencias sobre su cabeza. La guerra no había finalizado, aunque, las presencias más fuertes de los Gyojin lentamente se iban alejando.
Todo estaba tranquilo, aunque bueno, estaba inconsciente con una pierna hecha pedazos. Sabía que no tenía arreglo, y entonces, la voz de Dexter en su oído lo despertó… Sintió un horrible dolor en su extremidad inferior izquierda. Su capitán se la había cortado, el dolor era insoportable y gritó como nunca antes lo había hecho. ”Maldito seas…” pensó mientras trataba de resistirlo. Entonces escuchó el discurso del famoso Almirante Karl, llamando a destruir al Gobierno, ¿Acaso era idiota? No lo parecía, pero Dexter salió en su dirección seguramente para detenerlo. Lo que había entendido es que de alguna forma, su capitán había conseguido una paz con los Gyojin, de hecho, fue él el que hizo que se retirarán. Sintió que Uracha le curaba la pierna, al fin, algo del dolor había disminuido. El médico de la banda, se largó en búsqueda de Dexter… y solo quedaban cerca, Worgulv, Death, que estaba al cargo, Hinori y Nemo. Al menos estaban todos juntos. Suspiró tranquilo mientras se quedaba acostado viendo el cielo, la guerra se recrudecía en el aire… ¿Acaso no iba a acabar? No por ahora.
Todo estaba tranquilo, aunque bueno, estaba inconsciente con una pierna hecha pedazos. Sabía que no tenía arreglo, y entonces, la voz de Dexter en su oído lo despertó… Sintió un horrible dolor en su extremidad inferior izquierda. Su capitán se la había cortado, el dolor era insoportable y gritó como nunca antes lo había hecho. ”Maldito seas…” pensó mientras trataba de resistirlo. Entonces escuchó el discurso del famoso Almirante Karl, llamando a destruir al Gobierno, ¿Acaso era idiota? No lo parecía, pero Dexter salió en su dirección seguramente para detenerlo. Lo que había entendido es que de alguna forma, su capitán había conseguido una paz con los Gyojin, de hecho, fue él el que hizo que se retirarán. Sintió que Uracha le curaba la pierna, al fin, algo del dolor había disminuido. El médico de la banda, se largó en búsqueda de Dexter… y solo quedaban cerca, Worgulv, Death, que estaba al cargo, Hinori y Nemo. Al menos estaban todos juntos. Suspiró tranquilo mientras se quedaba acostado viendo el cielo, la guerra se recrudecía en el aire… ¿Acaso no iba a acabar? No por ahora.
- Resumen:
- Queda inconsciente, escucha la voz de Dexter y grita del dolor al ver que este le corta la pierna. Divagaciones varias.
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El joven gyojin Goliat se encuentra perdido en mitad de la guerra ya que no sabe muy bien a que han ido ahí los Atesaki y más aún, que está haciendo él ahí ya que es contra la violencia gratuita como las que hay en guerras. En ese momento los dos líderes de la banda dicen que nos largamos por lo queLugh pensó Menos mal, ya era hora de irnos. Sin más salta a la espalda de Canabar y se queda allí pegado como una lapa mientras éste se va. Lugh no quería andar ya que se había cansado de tanto despertarse y desmayarse y de tanto ir de un lado a otro así que mientras se agarra a la espalda del tiburón dice Creo que no podré correr lo suficientemente rápido como para irme de aquí, si no me lleva alguien me quedo atrás.
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Cánabar y Kaiser llegan, cada uno acompañado por un gyojin más, el tiburón por una gyojin que parece ser Kiara y la orca con un sujeto bastante extraño que porta un tridente. Luego de eso ordenan la retirada a los miembros de la banda, lo que Abraham acepta y se dirige hacia el geiser, viendo como Bisu se burla de los humanos a la par que alaba a su ídolo, el capitán de aquella tripulación y se mete al geiser. Al pasar por el lado de Cánabar ve a Lugh aferrado a su espalda como si de una cría de orangután se tratase, pero no le hace caso y avanza corriendo hasta saltar al geiser para salir de aquél lugar que seguramente se pondría feo.
- Resumen:
- Recibir órdenes, salir corriendo saltar al geiser e irse.
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