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Mientras el cazador divagaba entre sus temores un terrible golpe lo sacó de sus cabales. El impacto fue en su cabeza y el dolor palpable. Salió despedido varios metros, rodando por el suelo. Se puso la mano en la frente y maldijo su suerte mientras hacia una mueca de aflicción. Miró hacia su agresor. Un hombre de estatura media, de pelo verde y bastante herido al parecer. Parecía bastante enfadado, pero no era un enemigo. Era un miembro de la banda de uno de los Shichibukais. Un pirata, pero con la protección del gobierno. Al menos mientras su capitán trabajase para ellos. Le llamó cobarde y le preguntó qué estaba haciendo en un lugar como aquel. -(Eso mismo me estaba preguntando yo.)- Pensó este. No le importó en absoluto que lo infravalorase, que le insultase, después de todo, no se alejaba de la realidad. -(¿Y qué puedo hacer? ¿De qué serviría que no estuviese aterrado y que me lanzara contra semejantes bestias?)- No quería hablar, sabía que no serviría de nada, pero tampoco esperaba ser útil en batalla.
-Claro que oigo sus voces... Puedo ver los cuerpos que caen inertes ante sus enemigos. El suelo teñirse de rojo con la sangre de cada hombre o mujer que pierde la vida en un enfrentamiento sin sentido e injusto. Puedo sentir su llanto de desesperación, sus gritos de dolor, sus lágrimas bañando sus mejillas por cada ser querido que hoy cae en esta guerra. Soy consciente de todo, y sé que no merezco nada más que desprecio por tu parte. Después de todo, no te equivocas. Soy un cobarde.- Tras su respuesta se levantó, con la mirada hacia el suelo, y los puños cerrados, mientras temblaba ligeramente. -¿Sabes? Te envidio por tu hazaña. No creo que haya sido fácil y sin embargo, has sacrificado tu cuerpo por los tuyos. Ojalá fuese tan fácil para mí... pero las piernas no me responden. Mi visión se nubla y mi mente ruega porque huya.- Se acercó al peliverde y levantó la mirada, esbozando una sonrisa, mientras de sus ojos caían un par de lágrimas.
De repente, una voz se hizo presente en el lugar. La revolución había llegado, en una entrada triunfal. Caían sus hombres desde el cielo, utilizando paracaídas para un aterrizaje perfecto. Varios murieron antes de tocar el suelo, pero venían dispuestos a ampliar aquella batalla que parecía no tener fin. Seguramente aparecerían cargos importantes de aquella organización clandestina y la muerte se extendería más de lo que ya lo había hecho. -Respeto a mis compañeros como a los que más. Sobretodo a Alex. Él es como un hermano mayor para mí...- Tras decir esto recordó a su verdadero hermano, aún no sabía nada de él, pero no se rendiría. -Daría la vida por ellos, o al menos, eso haría si fuese capaz de plantarle cara a nuestros enemigos.- Añadí, dirigiendo la mirada al centro de la ciudad.
Alex se había ido, junto a Asderdeker a por uno de los enemigos que quedaban de la banda de los Trilobites. Los que allí restaban parecían estar débiles, excepto Shun, que seguramente podría defenderlos con gran soltura. Era sin duda un comandante con grandes dotes de liderazgo y era increíblemente fuerte. -Pero te lo agradezco. Quizás tus palabras me den algo de fuerzas. No te aseguro que me lanzaré de cabeza, pero intentaré luchar, y no solo por eso, son muchas personas las que me apoyan y confían en mí. No puedo decepcionarles más.- Continuó, suspirando limpiándose las mejillas. Su cuerpo dejó de temblar y parecía estar más decidido que nunca.
-Claro que oigo sus voces... Puedo ver los cuerpos que caen inertes ante sus enemigos. El suelo teñirse de rojo con la sangre de cada hombre o mujer que pierde la vida en un enfrentamiento sin sentido e injusto. Puedo sentir su llanto de desesperación, sus gritos de dolor, sus lágrimas bañando sus mejillas por cada ser querido que hoy cae en esta guerra. Soy consciente de todo, y sé que no merezco nada más que desprecio por tu parte. Después de todo, no te equivocas. Soy un cobarde.- Tras su respuesta se levantó, con la mirada hacia el suelo, y los puños cerrados, mientras temblaba ligeramente. -¿Sabes? Te envidio por tu hazaña. No creo que haya sido fácil y sin embargo, has sacrificado tu cuerpo por los tuyos. Ojalá fuese tan fácil para mí... pero las piernas no me responden. Mi visión se nubla y mi mente ruega porque huya.- Se acercó al peliverde y levantó la mirada, esbozando una sonrisa, mientras de sus ojos caían un par de lágrimas.
De repente, una voz se hizo presente en el lugar. La revolución había llegado, en una entrada triunfal. Caían sus hombres desde el cielo, utilizando paracaídas para un aterrizaje perfecto. Varios murieron antes de tocar el suelo, pero venían dispuestos a ampliar aquella batalla que parecía no tener fin. Seguramente aparecerían cargos importantes de aquella organización clandestina y la muerte se extendería más de lo que ya lo había hecho. -Respeto a mis compañeros como a los que más. Sobretodo a Alex. Él es como un hermano mayor para mí...- Tras decir esto recordó a su verdadero hermano, aún no sabía nada de él, pero no se rendiría. -Daría la vida por ellos, o al menos, eso haría si fuese capaz de plantarle cara a nuestros enemigos.- Añadí, dirigiendo la mirada al centro de la ciudad.
Alex se había ido, junto a Asderdeker a por uno de los enemigos que quedaban de la banda de los Trilobites. Los que allí restaban parecían estar débiles, excepto Shun, que seguramente podría defenderlos con gran soltura. Era sin duda un comandante con grandes dotes de liderazgo y era increíblemente fuerte. -Pero te lo agradezco. Quizás tus palabras me den algo de fuerzas. No te aseguro que me lanzaré de cabeza, pero intentaré luchar, y no solo por eso, son muchas personas las que me apoyan y confían en mí. No puedo decepcionarles más.- Continuó, suspirando limpiándose las mejillas. Su cuerpo dejó de temblar y parecía estar más decidido que nunca.
- Resumen:
- Hablar con Midorima
y darle sexo anal.
León Zaid
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Me sorprendió ver a Asderseker cayendo hacia el suelo inconsciente, definitivamente estaba en verdaderos problemas si le había sucedido esto, pero desde luego hubo otra cosa que llamó muchísimo más mi atención, y era una presencia nueva en el lugar, una que sin embargo llamó mi atención en un instante, era la presencia de un familiar, Noel, y no solo eso, sino que su presencia indicaba algo realmente preocupante, su nivel de fuerza es mayor al mío, bastante equiparable al del líder del CP9 a decir verdad, ¿Qué diantres había hecho para llegar a ese nivel cuando antes era solo un estorbo? ¿Y qué diantres hacía ahí?
En ese mismo momento me detuve frenando a Leoshiro y emití un suspiro.
- Lo lamento Leoshiro... pero parece que no vas a ser el único que tendrá una reunión familiar... - Cogí el Den Den Mushi para contactar con el equipo del Cipher Pol observando como desde el cielo caían personas gritando por la revolución. - Señores, Asderseker está inconsciente, y no puedo explicaros el motivo, pero debo de alejarme de ustedes... así que a ritmo rápido acercaros a apoyar a Leoshiro, y cuidado, hay revolucionarios cayendo del cielo por absurdo que pueda sonar... Kasan, aguarles la fiesta del descenso si puedes, y por favor, acudir todos a por Leoshiro, le diré que aguarde, sin embargo dudo que espere a vuestra llegada, así que no perdáis ni un segundo más, al menos los sanados.
Emití un leve suspiro y colgué de inmediato agarrando del hombro a Leoshiro.
- Perdona si te ofendí antes con lo de igualar a tu padre... no se lo que es tener uno, por lo que disculpa si cometo un error así... - Comencé a caminar para alejarme y sonreí mirándolo de reojo. - Si muero hazme el favor de cuidar de Kidah por mi... pero no se te ocurra tocarle un solo pelo o vendré como fantasma a matarte ¿Está claro? - Reí levemente y me encogí de hombros antes de irme. - Ten cuidado, y por favor, espera a que llegue el resto, o al menos avanza despacio hacia tu padre, corres un gran peligro y estás solo... ánimo.
Dicho esto aceleré el paso impulsado por el uso de los hilos, siguiendo la gran presencia de Noel a toda prisa, sabía su localización, con lo que calculaba que llegaría en apenas unos segundos y evitando ser sorprendido en alguna trampa o ataque.
- Debo darme prisa, mis misiones están aún por completarse... - Pensé llegando ya a la zona cercana a su posición. - Te encontré primito... - Susurré en mis pensamientos con una sonrisa.
En ese mismo momento me detuve frenando a Leoshiro y emití un suspiro.
- Lo lamento Leoshiro... pero parece que no vas a ser el único que tendrá una reunión familiar... - Cogí el Den Den Mushi para contactar con el equipo del Cipher Pol observando como desde el cielo caían personas gritando por la revolución. - Señores, Asderseker está inconsciente, y no puedo explicaros el motivo, pero debo de alejarme de ustedes... así que a ritmo rápido acercaros a apoyar a Leoshiro, y cuidado, hay revolucionarios cayendo del cielo por absurdo que pueda sonar... Kasan, aguarles la fiesta del descenso si puedes, y por favor, acudir todos a por Leoshiro, le diré que aguarde, sin embargo dudo que espere a vuestra llegada, así que no perdáis ni un segundo más, al menos los sanados.
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- Perdona si te ofendí antes con lo de igualar a tu padre... no se lo que es tener uno, por lo que disculpa si cometo un error así... - Comencé a caminar para alejarme y sonreí mirándolo de reojo. - Si muero hazme el favor de cuidar de Kidah por mi... pero no se te ocurra tocarle un solo pelo o vendré como fantasma a matarte ¿Está claro? - Reí levemente y me encogí de hombros antes de irme. - Ten cuidado, y por favor, espera a que llegue el resto, o al menos avanza despacio hacia tu padre, corres un gran peligro y estás solo... ánimo.
Dicho esto aceleré el paso impulsado por el uso de los hilos, siguiendo la gran presencia de Noel a toda prisa, sabía su localización, con lo que calculaba que llegaría en apenas unos segundos y evitando ser sorprendido en alguna trampa o ataque.
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El hombre estaba en la gloria, rodeado de sus camaradas sanos y salvos, disfrutando en un lugar seguro, donde no paraba de correr el néctar por las gargantas de los allí presentes, no sabía si eso era la tierra prometida por los dioses, pero no le importaría pasar allí toda la eternidad...
...Sin embargo la realidad era mas cruel, el hombre abrió con dificultad los ojos ``por los dioses...´´ susurro el hombre, estaba tumbado en el pavimento, todo había sido un sueño, había varias personas reunidas, no conocía a la mayoría, entre ellos se encontraban algunos de sus camaradas, parecían estar heridos y agotados, el campo de batalla se había recrudecido, parecía que no se podía hacer nada en esa guerra, mas que perecer, eso no era un impedimento para el hombre, este se levanto, estaba algo agotado, pero por suerte no mostraba ninguna herida de gravedad, lo cual era raro a esas alturas, dirigió una mirada de barrido al panorama, para evaluar la situación, fue entonces cuando se percato de algo, Midorima su camarada, tenia la pierna destrozada, el hombre se arrodillo ante el, parecía que empezaba a despertar, el hombre no podía dejar que eso ocurriera, le cogió de ambas partes de la cabeza, y le procuro una anestesia en su pueblo
Cabezazo con amor (AD)
Intentando así desmayarlo unos segundo mas, lo siguiente podría doler bastante, el hombre busco dos palos firmes, y una cuerda entre los escombros del lugar, no sabia curar heridas, pero sabia algo de primeros auxilios gracias a la vida solitaria y de supervivencia que había experimentado, vendo la pierna con sus propios ropajes, y coloco sendos tablones a ambos lados de la pierna rota, los rodeo y apretó bien con la cuerda, evidentemente eso no curaría la pierna, pero la mantendría en un estado, en el cual no podría empeorar.
Sus compañeros no perdían el tiempo, parecía que su capitán estaba en un combate importante, no podía dejar la oportunidad, subió cuidadosamente a un desmayado Midorima a su espalda, encajan dolo en su arnés, con la piel de lobo lo ato por la cintura para que no se cayese al despertar, y portando ya sus hachas, miro al rededor, donde estaba su capitán? un ave negra enorme partió en una dirección, `` el hombre de armadura no espera a sus camaradas...agárrate amigo Mido´´ dijo el hombre antes de salir a la carrera siguiendo con la mirada a Deathstroke, estaba listo para entablar batalla, pero protegería al herido que portaba con su vida si era preciso, en ese momento era su responsabilidad
...Sin embargo la realidad era mas cruel, el hombre abrió con dificultad los ojos ``por los dioses...´´ susurro el hombre, estaba tumbado en el pavimento, todo había sido un sueño, había varias personas reunidas, no conocía a la mayoría, entre ellos se encontraban algunos de sus camaradas, parecían estar heridos y agotados, el campo de batalla se había recrudecido, parecía que no se podía hacer nada en esa guerra, mas que perecer, eso no era un impedimento para el hombre, este se levanto, estaba algo agotado, pero por suerte no mostraba ninguna herida de gravedad, lo cual era raro a esas alturas, dirigió una mirada de barrido al panorama, para evaluar la situación, fue entonces cuando se percato de algo, Midorima su camarada, tenia la pierna destrozada, el hombre se arrodillo ante el, parecía que empezaba a despertar, el hombre no podía dejar que eso ocurriera, le cogió de ambas partes de la cabeza, y le procuro una anestesia en su pueblo
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Intentando así desmayarlo unos segundo mas, lo siguiente podría doler bastante, el hombre busco dos palos firmes, y una cuerda entre los escombros del lugar, no sabia curar heridas, pero sabia algo de primeros auxilios gracias a la vida solitaria y de supervivencia que había experimentado, vendo la pierna con sus propios ropajes, y coloco sendos tablones a ambos lados de la pierna rota, los rodeo y apretó bien con la cuerda, evidentemente eso no curaría la pierna, pero la mantendría en un estado, en el cual no podría empeorar.
Sus compañeros no perdían el tiempo, parecía que su capitán estaba en un combate importante, no podía dejar la oportunidad, subió cuidadosamente a un desmayado Midorima a su espalda, encajan dolo en su arnés, con la piel de lobo lo ato por la cintura para que no se cayese al despertar, y portando ya sus hachas, miro al rededor, donde estaba su capitán? un ave negra enorme partió en una dirección, `` el hombre de armadura no espera a sus camaradas...agárrate amigo Mido´´ dijo el hombre antes de salir a la carrera siguiendo con la mirada a Deathstroke, estaba listo para entablar batalla, pero protegería al herido que portaba con su vida si era preciso, en ese momento era su responsabilidad
- Resumen:
- Despertar+primeros auxilios a Mido+fusión vikinga+seguir a Deathstroke a la batalla
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Leoshiro vio como su padre caía al suelo inconsciente. "P-Pero... ¡Papá! ¿Qué cojones le pasa?" Estaba sorprendido al ver aquello. Era un gran hombre, fuerte y para él era invencible. Se fijó que León se detenía, pegando un suspiro, para hablarle a Leoshiro. No entendía las palabras de su compañero, pero sacó un DDM y se puso a hablar por él, avisando a los demás. Acto seguido, le dijo que debía cuidar de Kidah. Por sus palabras pudo predecir que eran pareja. "Vaya... Seguro que son pareja... O eso, o son hermanos... Ya no podré ligármela. Vaya vida, siempre pasa algo y jamás podré mojar el churro..." Le dijo que corría peligro, que estaba solo y debía tener cuidado y tras eso, se fue.
Leoshiro empezó a correr hacia su padre, que ya había despertado, pero con velocidad, tal y como despertó, salió volando. "Venga ya, ahora se va. ¿A caso no se ha dado cuenta de mi? Este padre es idiota... Hayai 60 m/s" Empezó a correr a gran velocidad, esquivando a todo lo que se interponía en su camino y entonces lo vio. Su padre se paró de repente, volviéndose negro totalmente, para lanzar de entre sus manos una bala de cañón, explotando parte de un tejado. "Ya no me cabe dudas... Mi padre es idiota y está loco." Tras eso, se quedó cerca, observando, viendo como una especie de humano se volvía gigante, mientras un gyojin con enorme poder iba a por él, a atacarle.
- Equipar Kunais.
Tras esas palabras, en ambas manos aparecieron unos kunais. Sin más dilaciones, corrió hacia allí, pero sin acercarse mucho, para así lanzar aquellas dagas ninjas hacia el gyojin, que se encontraba cerca de la cabeza del gigante. Los Kunais empezaron a imbuirse en escarcha mientras se dirigían con velocidad a por su enemigo. "Necesito 30 de Dex para utilizar los kunais, pero tengo más de 60. Al doblar la DEX que se necesita, mi puntería usándolos son las de todo un experto, por lo que será muy difícil que falle. Son 4 Kunais Tsumetai, por lo que cada uno gasta 1 de maná y tengo el maná completo. Debería quedarme en 100 de maná, ya que mi máximo es 104, es perfecto."
Cuatro kunais imbuidos en escarcha [AM]
Leoshiro empezó a correr hacia su padre, que ya había despertado, pero con velocidad, tal y como despertó, salió volando. "Venga ya, ahora se va. ¿A caso no se ha dado cuenta de mi? Este padre es idiota... Hayai 60 m/s" Empezó a correr a gran velocidad, esquivando a todo lo que se interponía en su camino y entonces lo vio. Su padre se paró de repente, volviéndose negro totalmente, para lanzar de entre sus manos una bala de cañón, explotando parte de un tejado. "Ya no me cabe dudas... Mi padre es idiota y está loco." Tras eso, se quedó cerca, observando, viendo como una especie de humano se volvía gigante, mientras un gyojin con enorme poder iba a por él, a atacarle.
- Equipar Kunais.
Tras esas palabras, en ambas manos aparecieron unos kunais. Sin más dilaciones, corrió hacia allí, pero sin acercarse mucho, para así lanzar aquellas dagas ninjas hacia el gyojin, que se encontraba cerca de la cabeza del gigante. Los Kunais empezaron a imbuirse en escarcha mientras se dirigían con velocidad a por su enemigo. "Necesito 30 de Dex para utilizar los kunais, pero tengo más de 60. Al doblar la DEX que se necesita, mi puntería usándolos son las de todo un experto, por lo que será muy difícil que falle. Son 4 Kunais Tsumetai, por lo que cada uno gasta 1 de maná y tengo el maná completo. Debería quedarme en 100 de maná, ya que mi máximo es 104, es perfecto."
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"Hermoso lugar..." Fue lo primero que se le pasó por la cabeza a Black Berrie. Ver aquello solitario, lleno de edificios lujosos y un enorme muro en frente suyo, le encantaba. Era precioso, una gran obra arquitectónica, una obra maestra. Los que trabajaron para hacer Mariejoa, debían ser los mejores profesionales, dejándose la piel en crear esta isla. El hombre parecía con ganas de descubrir más sobre aquel lugar y, al estar todo tan solitario, podía hacer dos cosas. La primera era seguir como Black Berrie y seguir robando todo lo que podía, la segunda sería reunirse con su gremio de cazadores como Rob Marney. La avaricia podía con él, las ganas de descubrir cosas hermosas le hacían descontrolado, amaba todo. "La avaricia rompe el saco..." Pensó.
Pero igualmente, sacar dinero para sus verdaderos propósitos, era lo que de verdad le importaba, así que encontró otras dos opciones. Podría dedicarse a cazar delincuentes con recompensa, aprovechando la oportunidad de la guerra, o seguir robando... Ya había encontrado una fruta que posiblemente fuera una akuma no mi y dudaba seguir con la misma suerte. Decidió ir en busca de delincuentes. Intentó buscar algún lugar por donde pasar hacia el lugar de la guerra, detrás de los muros y si no lo encontraba, decidiría seguir buscando, entrando en el edificio más lujoso que viese.
Pero igualmente, sacar dinero para sus verdaderos propósitos, era lo que de verdad le importaba, así que encontró otras dos opciones. Podría dedicarse a cazar delincuentes con recompensa, aprovechando la oportunidad de la guerra, o seguir robando... Ya había encontrado una fruta que posiblemente fuera una akuma no mi y dudaba seguir con la misma suerte. Decidió ir en busca de delincuentes. Intentó buscar algún lugar por donde pasar hacia el lugar de la guerra, detrás de los muros y si no lo encontraba, decidiría seguir buscando, entrando en el edificio más lujoso que viese.
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Había sido salvado, pero ahora estaba harto de esperar, de seguir sin nada que machacar. Entonces lo vio, varios robots atacaban a Bisutomaru, para que uno de ellos fuese golpeado y destruido por Cánabar, o eso creía. Era la hora de la acción y él iba a mostrar sus habilidades. Abrió sus manos, como si fuese a abrazar el aire y su collar se desmontó.
Cada bola de billar giraba a su alrededor, para con un movimiento, lanzarlas contra uno de los enemigos que seguían en pie. De entre todas las bolas, dos eran especiales, la negra y la blanca. 14 bolas eran simplemente de acero puro, mientras que las otras dos, eran mucho mejores. La negra tenía la capacidad de rodearse de fuego ardiente, mientras que la blanca era capaz de rodearse de pinchos de hielo. No solo eso, sino que mientras las bolas se dirigían a su adversario, sacó su bastón, para dar un giro de trecientos noventa grados y lanzar una estocada al aire y lanzando electricidad, que viajarían de una bola a otra, rodeando las 16 bolas de electricidad gracias al agua en su interior y el acero conductor.
16 bolas de billar electrificantes, 1 con fuego y otra rodeada de pinchos de hielo [AI]
Cada bola de billar giraba a su alrededor, para con un movimiento, lanzarlas contra uno de los enemigos que seguían en pie. De entre todas las bolas, dos eran especiales, la negra y la blanca. 14 bolas eran simplemente de acero puro, mientras que las otras dos, eran mucho mejores. La negra tenía la capacidad de rodearse de fuego ardiente, mientras que la blanca era capaz de rodearse de pinchos de hielo. No solo eso, sino que mientras las bolas se dirigían a su adversario, sacó su bastón, para dar un giro de trecientos noventa grados y lanzar una estocada al aire y lanzando electricidad, que viajarían de una bola a otra, rodeando las 16 bolas de electricidad gracias al agua en su interior y el acero conductor.
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Karl tragó saliva, y una gota de sudor descendió por su rostro. Estaba paralizado de la impresión, con el den den mushi en las manos. No acababa de asimilar lo que acababa de escuchar. ¿Tenía un aliado en las sombras? Se limpió la cara con la mano derecha y suspiró. Si bien aquello posiblemente podía ser una trampa... no necesariamente lo era. Pero había demasiadas incógnitas. ¿Quién era su misterioso amigo? ¿Cómo esperaba que derrotase él sólo al Gorosei? ¿Realmente podía apoyarle y darle el poder necesario para que los derrotara? Y lo más importante... ¿realmente podía fiarse de él? Sacudió la cabeza, inquieto y nervioso. Lo mejor sería quitárselo de la cabeza, pero por alguna razón no podía. ¡Maldita sea! Hacía un momento estaba planeando eso mismo. ¿No podía ahora mandarlo todo a paseo y realizar su ataque suicida, pero con la pequeña esperanza de tener a un aliado?
- ¿A este punto he llegado? ¿Tiraré mi vida tan fácilmente?
Se dejó caer de rodillas, destrozado por la presión. "Yo tenía un plan, un objetivo y esperanza. Y tenía aliados. Mi plan ha fracasado, mi objetivo parece más lejano que nunca, y mis aliados me han abandonado. Y la esperanza muere poco a poco." Recordó las palabras de su "yo malvado" cuando meditaba en la isla del Sokudan. Era débil... tenía razón. Si quería hacer algo, tenía que hacerlo por las malas. Hacer el bien no lo llevaría a ningún lado. Si hubiese matado a Minato en lugar de pedirle ayuda, hubiese tenido más margen de tiempo para actuar. Entonces, ¿qué debía hacer? Ya lo habían descubierto. Tal vez aun estuviera a tiempo de huir. Se convertiría en un fugitivo, pero podría refugiarse en mares remotos, en islas fuera del control del Gobierno. Pasar su vida con Aki, incluso. Comenzó a soñar despierto, pensando en la hermosa vida que podría disfrutar. Sin preocuparse más por ninguna conspiración, ni por guerras. No era la primera vez que pensaba en aquello.
- Pero no sería posible... - murmuró, con una lágrima asomando en su ojo sano.
No... él no era así. Aun si huía, se arrepentiría toda su vida de haberse acobardado. Y nunca dejarían de perseguirlo. Sería sólo posponer un momento inevitable, y tal vez incluso comprometer a Aki con ello. Y si ella saliese dañada por su culpa, entonces no podría perdonárselo jamás. Aquella pelea era una de la que no podía huir. Hacía mucho tiempo que las oportunidades de abandonar aquel sendero que transitaba se habían acabado. Y visto eso... sólo le quedaba un camino posible. Erguirse, y luchar. Ganar, o morir con la frente bien alta, una mirada desafiante y la seguridad de saber que al menos lo había intentado. Que había luchado por sus sueños y por librar al mundo de un gran mal. Se levantó, secándose la cara, y con una mirada de profunda determinación. Lo haría. Combatiría al Gorosei, con o sin aliados. Pero intentaría obtener ayuda para ello. Marcó un número en el den den mushi y dijo:
- "Código Sol Rojo". Es la hora. Levantad el vuelo y esparciros por la ciudad retransmitiendo mis palabras.
De repente, todos los Soldados TK-1 alzaron el vuelo, dejando sus combates. Los Pacifistas ascendieron al cielo y se repartieron por la ciudad. Acto seguido, todos ellos comenzaron a hablar al unísono, con una voz profunda y poderosa que resonó por todo el lugar:
- Marines, agentes, piratas, revolucionarios y a todos los demás presentes en Mariejoa. Os habla Lion D. Karl, Almirante de la Marina - por unos momentos, se calló pensando cómo continuar - Desde hace siglos todos vivimos en una situación injusta. Y esto nos afecta a todos, seamos quienes seamos y tengamos las ideas que tengamos. Pues tenemos a un Gobierno que nos rige a todos, y que en teoría lo hace con justicia. Pero hermanos, ¿es cierto esto? ¿Qué justicia hay en ser gobernados por un grupo de personas que no han sido elegidas si no por gente totalmente ajena a nosotros? Más aun, pues ese no es el caso... ¿qué justicia hay en un Gobierno que además de regir al mundo con poder absoluto, defiende a una casta de nobles autodenominados "tenryuubitos"? ¿O en que esa misma casta tenga derecho a asesinar impunemente y esté protegida aunque cometa los más terribles crímenes? Se nos prohíbe conocer qué ocultan los Phoneglyphs. Se nos prohíbe hacerle nada a los Nobles Mundiales, o ayudar a sus esclavos. Se nos ordena callar, obedecer y sonreír como si no pasara nada... ¡YA BASTA! ¡ES HORA DE ACABAR CON ESTA TIRANIA! Todos tenemos objetivos e ideas diferentes, pero estoy seguro de que la mayor parte de nosotros estamos de acuerdo en que esta situación es injusta. Hoy os convoco a todos. ¡TODOS DEBEMOS LUCHAR UNIDOS, SIN DIFERENCIAS DE RAZA, IDEAS O CUALQUIER OTRA DIVISION! ¡Pues esas divisiones no hacen si no fortalecer a nuestro verdadero enemigo! ¡Revolucionarios, vosotros sois enemigos del Gobierno! Entended la necesidad de la unidad. ¡Os pido vuestra fuerza y perseverancia! ¡Piratas! ¡Sois gente libre! ¡Es hora de que demostréis vuestro deseo de mantener esa libertad derrotando a quien pretende arrebatárosla! ¡Agentes del Cipher Pol! ¡Sois meras herramientas del Gobierno y los Nobles! ¡Abrid los ojos y comprended en qué clase de realidad vivís! Es hora de que rompáis vuestras cadenas. Y finalmente... ¡hermanos marines! ¡Desde siempre hemos sido la carne de cañón del Gobierno, y el día de hoy ha sido otro ejemplo más! ¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei. ¡JUSTICIA O MUERTE!
Cortó la llamada y se guardó el den den mushi en el bolsillo. Acto seguido se acercó a un Pacifista cercano y le hizo una señal para que bajara. Le ordenó reunir a un grupo nutrido y traerlo junto a él. Al poco rato, avanzaba por las calles de la ciudad con paso firme, escoltado por un grupo de treinta Pacifistas. Pronto tendría los jardines del Gorosei frente a él. Tan sólo esperaba que alguien respondiera a su llamado... Con un gesto feroz, se sacó la chaqueta de Almirante. Sacó las cosas que tenía en los bolsillos y se las metió en la bolsa que colgaba de su cinto. Entonces la lanzó hacia un lado con desprecio. Ya no la volvería a necesitar. Vestido con su traje rojo de monje, con el guantelete de kairoseki en su mano izquierda y sujetando su Bastón del Fundador, se dirigió hacia su destino.
- Esta será mi última batalla. ¡La última batalla de Lion D. Karl!
- ¿A este punto he llegado? ¿Tiraré mi vida tan fácilmente?
Se dejó caer de rodillas, destrozado por la presión. "Yo tenía un plan, un objetivo y esperanza. Y tenía aliados. Mi plan ha fracasado, mi objetivo parece más lejano que nunca, y mis aliados me han abandonado. Y la esperanza muere poco a poco." Recordó las palabras de su "yo malvado" cuando meditaba en la isla del Sokudan. Era débil... tenía razón. Si quería hacer algo, tenía que hacerlo por las malas. Hacer el bien no lo llevaría a ningún lado. Si hubiese matado a Minato en lugar de pedirle ayuda, hubiese tenido más margen de tiempo para actuar. Entonces, ¿qué debía hacer? Ya lo habían descubierto. Tal vez aun estuviera a tiempo de huir. Se convertiría en un fugitivo, pero podría refugiarse en mares remotos, en islas fuera del control del Gobierno. Pasar su vida con Aki, incluso. Comenzó a soñar despierto, pensando en la hermosa vida que podría disfrutar. Sin preocuparse más por ninguna conspiración, ni por guerras. No era la primera vez que pensaba en aquello.
- Pero no sería posible... - murmuró, con una lágrima asomando en su ojo sano.
No... él no era así. Aun si huía, se arrepentiría toda su vida de haberse acobardado. Y nunca dejarían de perseguirlo. Sería sólo posponer un momento inevitable, y tal vez incluso comprometer a Aki con ello. Y si ella saliese dañada por su culpa, entonces no podría perdonárselo jamás. Aquella pelea era una de la que no podía huir. Hacía mucho tiempo que las oportunidades de abandonar aquel sendero que transitaba se habían acabado. Y visto eso... sólo le quedaba un camino posible. Erguirse, y luchar. Ganar, o morir con la frente bien alta, una mirada desafiante y la seguridad de saber que al menos lo había intentado. Que había luchado por sus sueños y por librar al mundo de un gran mal. Se levantó, secándose la cara, y con una mirada de profunda determinación. Lo haría. Combatiría al Gorosei, con o sin aliados. Pero intentaría obtener ayuda para ello. Marcó un número en el den den mushi y dijo:
- "Código Sol Rojo". Es la hora. Levantad el vuelo y esparciros por la ciudad retransmitiendo mis palabras.
De repente, todos los Soldados TK-1 alzaron el vuelo, dejando sus combates. Los Pacifistas ascendieron al cielo y se repartieron por la ciudad. Acto seguido, todos ellos comenzaron a hablar al unísono, con una voz profunda y poderosa que resonó por todo el lugar:
- Marines, agentes, piratas, revolucionarios y a todos los demás presentes en Mariejoa. Os habla Lion D. Karl, Almirante de la Marina - por unos momentos, se calló pensando cómo continuar - Desde hace siglos todos vivimos en una situación injusta. Y esto nos afecta a todos, seamos quienes seamos y tengamos las ideas que tengamos. Pues tenemos a un Gobierno que nos rige a todos, y que en teoría lo hace con justicia. Pero hermanos, ¿es cierto esto? ¿Qué justicia hay en ser gobernados por un grupo de personas que no han sido elegidas si no por gente totalmente ajena a nosotros? Más aun, pues ese no es el caso... ¿qué justicia hay en un Gobierno que además de regir al mundo con poder absoluto, defiende a una casta de nobles autodenominados "tenryuubitos"? ¿O en que esa misma casta tenga derecho a asesinar impunemente y esté protegida aunque cometa los más terribles crímenes? Se nos prohíbe conocer qué ocultan los Phoneglyphs. Se nos prohíbe hacerle nada a los Nobles Mundiales, o ayudar a sus esclavos. Se nos ordena callar, obedecer y sonreír como si no pasara nada... ¡YA BASTA! ¡ES HORA DE ACABAR CON ESTA TIRANIA! Todos tenemos objetivos e ideas diferentes, pero estoy seguro de que la mayor parte de nosotros estamos de acuerdo en que esta situación es injusta. Hoy os convoco a todos. ¡TODOS DEBEMOS LUCHAR UNIDOS, SIN DIFERENCIAS DE RAZA, IDEAS O CUALQUIER OTRA DIVISION! ¡Pues esas divisiones no hacen si no fortalecer a nuestro verdadero enemigo! ¡Revolucionarios, vosotros sois enemigos del Gobierno! Entended la necesidad de la unidad. ¡Os pido vuestra fuerza y perseverancia! ¡Piratas! ¡Sois gente libre! ¡Es hora de que demostréis vuestro deseo de mantener esa libertad derrotando a quien pretende arrebatárosla! ¡Agentes del Cipher Pol! ¡Sois meras herramientas del Gobierno y los Nobles! ¡Abrid los ojos y comprended en qué clase de realidad vivís! Es hora de que rompáis vuestras cadenas. Y finalmente... ¡hermanos marines! ¡Desde siempre hemos sido la carne de cañón del Gobierno, y el día de hoy ha sido otro ejemplo más! ¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei. ¡JUSTICIA O MUERTE!
Cortó la llamada y se guardó el den den mushi en el bolsillo. Acto seguido se acercó a un Pacifista cercano y le hizo una señal para que bajara. Le ordenó reunir a un grupo nutrido y traerlo junto a él. Al poco rato, avanzaba por las calles de la ciudad con paso firme, escoltado por un grupo de treinta Pacifistas. Pronto tendría los jardines del Gorosei frente a él. Tan sólo esperaba que alguien respondiera a su llamado... Con un gesto feroz, se sacó la chaqueta de Almirante. Sacó las cosas que tenía en los bolsillos y se las metió en la bolsa que colgaba de su cinto. Entonces la lanzó hacia un lado con desprecio. Ya no la volvería a necesitar. Vestido con su traje rojo de monje, con el guantelete de kairoseki en su mano izquierda y sujetando su Bastón del Fundador, se dirigió hacia su destino.
- Esta será mi última batalla. ¡La última batalla de Lion D. Karl!
- Resumen:
- Divagar -> Tomar la resolución de combatir -> Enviar el cógido Sol Rojo por den den mushi -> Ordenar a los Pacifistas retransmitir mi voz a toda la ciudad, y dar un discurso llamando a luchar contra el Gobierno -> Reunir a un grupo de Pacifistas y avanzar hacia los jardines del Gorosei.
- A todo el mundo:
- Deberíais leer mi post, pues le incumbe a todo el capítulo. Concretamente la parte de mi discurso y el pequeño párrafo justo anterior.
Dexter Black
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Dexter no pudo evitar sonreír mientras sus espadas se desvanecían. Todo había terminado al fin. Kiara se retiraba, y con ella seguramente su tripulación... O la tripulación de Cánabar. Quién sabe lo que planearían, pero por el momento había conseguido una tregua. ¿Cuánta gente podía decir eso? Había detenido la batalla contra los Gyojins, aunque ese mérito debía compartirlo con el tiburón que a su espalda marchaba con la mujer crustáceo más bella que jamás vio (y la única). Se sentía en parte traicionado, pues lo que tenía con aquella pirata era especial. No había sido sólo un choque de fuerzas, sino que habían sido dos almas danzando en sutil armonía hasta que la música se detuvo. Y de nuevo, tras casi un año sin aquel cosquilleo en los brazos, sin aquel escalofrío recorriendo su espalda, volvía a estar solo.
¿Solo? No, no estaba solo. La voz de Deathstroke sonó a través del auricular, estaba cerca de su posición. Era una buena noticia escuchar que estaba bien, y que le traía sus juguetes. Aunque ya no los necesitaba eran de agradecer, y Uracha también se acercaba a la posición. Se dio la vuelta momentáneamente y echó un último vistazo a Kiara y a Cánabar. Sacó el último auricular que llevaba y lo miró un momento. Era muy curioso que algo tan pequeño tuviera tanto poder.
-Gracias- dijo, secamente, tendiéndole el objeto-. Si en algún momento me escuchas con él significará que estoy cerca, y podremos enfrentarnos.
De nuevo, tras unos segundos, dio la espalda a ambos piratas y pudo ver a Uracha aproximándose. Con paso tranquilo se acercó a él y alzó la mano a modo de saludo, y Deathstroke no tardó mucho en llegar por el lado contrario. Era sorprendente todo lo que habrían recorrido si contaran la distancia en alguna unidad, y el tiempo que, a pesar de ser una banda, habían pasado separados.
-Bueno chicos, esto ha terminado. Los Trilobite se retiran y están lloviendo revolucionarios- "Alleluyah", pensó cuando sintió el olor de Worgulv aproximándose, muy unido al de Midorima. Giró el cuello y pudo ver a ambos llegar, pero sólo uno iba despierto-. Worgulv, deja a Midorima en el suelo- dijo, acercándose a él y quitándoselo de encima como si de un saquito de patatas se tratase, para dejarlo tumbado y examinar la pierna-. Vaya...- dijo, tocando la gelatinosa masa en la que su pierna, con el hueso roto en infinitesimales pedazos, se había convertido-. Hasta yo sé que esto no tiene arreglo- palpó toda aquel viscoso rollo de carne, buscando el primer hueso "sano". Y con sano, quería decir recuperable. Agachó la cabeza hasta que sus labios rozaron la oreja del peliverde, y le susurró, mientras en la palma de su mano una guillotina se formaba-. Esto va a doler, lo siento- Y cortó toda la sección donde no había hueso palpable, intentando hacerlo con tanta fuerza que no sintiera nada hasta que todo hubiera pasado. Y la sangre manó. Arrancó la última tira en buen estado de su camisa y le envolvió el muñón, para mirar hacia Uracha-. ¿Tienes de esas pomadas que aceleran la cicatrización? Porque parece un buen momento para usarlas.
- Marines, agentes, piratas, revolucionarios y a todos los demás presentes en Mariejoa. Os habla Lion D. Karl, Almirante de la Marina, Desde hace siglos todos vivimos en una situación injusta. Y esto nos afecta a todos, seamos quienes seamos y tengamos las ideas que tengamos. Pues tenemos a un Gobierno que nos rige a todos, y que en teoría lo hace con justicia. Pero hermanos, ¿es cierto esto? ¿Qué justicia hay en ser gobernados por un grupo de personas que no han sido elegidas si no por gente totalmente ajena a nosotros? Más aun, pues ese no es el caso... ¿qué justicia hay en un Gobierno que además de regir al mundo con poder absoluto, defiende a una casta de nobles autodenominados "tenryuubitos"? ¿O en que esa misma casta tenga derecho a asesinar impunemente y esté protegida aunque cometa los más terribles crímenes? Se nos prohíbe conocer qué ocultan los Phoneglyphs. Se nos prohíbe hacerle nada a los Nobles Mundiales, o ayudar a sus esclavos. Se nos ordena callar, obedecer y sonreír como si no pasara nada... ¡YA BASTA! ¡ES HORA DE ACABAR CON ESTA TIRANIA! Todos tenemos objetivos e ideas diferentes, pero estoy seguro de que la mayor parte de nosotros estamos de acuerdo en que esta situación es injusta. Hoy os convoco a todos. ¡TODOS DEBEMOS LUCHAR UNIDOS, SIN DIFERENCIAS DE RAZA, IDEAS O CUALQUIER OTRA DIVISION! ¡Pues esas divisiones no hacen si no fortalecer a nuestro verdadero enemigo! ¡Revolucionarios, vosotros sois enemigos del Gobierno! Entended la necesidad de la unidad. ¡Os pido vuestra fuerza y perseverancia! ¡Piratas! ¡Sois gente libre! ¡Es hora de que demostréis vuestro deseo de mantener esa libertad derrotando a quien pretende arrebatárosla! ¡Agentes del Cipher Pol! ¡Sois meras herramientas del Gobierno y los Nobles! ¡Abrid los ojos y comprended en qué clase de realidad vivís! Es hora de que rompáis vuestras cadenas. Y finalmente... ¡hermanos marines! ¡Desde siempre hemos sido la carne de cañón del Gobierno, y el día de hoy ha sido otro ejemplo más! ¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei. ¡JUSTICIA O MUERTE!
Miró detenidamente a todos y cada uno de los allí presentes, sin saber qué hacer. ¿Debían detenerlo, unirse o ignorarlo? En su mente surgieron todas las posibles ramas de aquel árbol lógico, y supo cuál era su deber.
-Por la justicia- dijo, en una voz algo sombría-. Deberíamos ayudar a Karl- y así era. El Marine se estaba inmolando por la caída del Gobierno Mundial, algo que él perseguía desde hacía seis o siete años. Pero él no era una persona que siguiera la justicia. Era una persona que sólo servía a su justicia, y aún no era el momento. Si atacaba ahora los Trilobites no podrían tener una verdadera paz. Si no esperaba sólo morirían sin remedio. Tenía que dejar pasar tiempo para que el odio se disipara y un sentimiento común naciera en todos, la unidad en busca de la paz-. Pero por el bien debemos detenerlo. A él, a los revolucionarios y a quien se ponga por delante de la paz que muchos han muerto por proteger hoy. Uracha, cuando Midorima esté curado... Si hace falta matar para poder regresar al barco, hazlo. Deathstroke- dijo, sacando su anillo de zafiro del dedo anular-. Ésta es la llave de todos los sistemas del barco. Mientras yo no vuelva estás al mando- echó un último vistazo a todos, y desplegó en su espalda un par de alas-. Manteneos con vida, y cuidaos. Os veré pronto.
-¡KAAAARL!- gritó, al tiempo que salía volando en dirección al olor que identificaba como Almirante Kurotora. Todo había ido demasiado lejos. Todo iba a terminar aquel día. Todo podía ser nada si fallaba-. ¡¿Dónde estas, Kurotora?!- se detuvo en un tejado, observando. Podía olerlo, pero no lo veía-. ¡Ven aquí y lucha por tus creencias, Karl!- saltó a otro edificio, pero seguía sin identificarlo. Sabía que se acercaba, pero demasiados clones vestidos de camarero con la cara de Karl como para identificarlo, y, de pronto, lo vio.
Había tirado su chaquetón al viento, y se disponía a atacar, protegido por sus clones. Pero podía derrotarlos, estaba seguro. Sólo tenía que lanzarse a por él.
-¡No me ignores, Almirante!- dijo, y un bastón de combate apareció en su mano derecha mientras una hoja se alargó de su puño izquierdo.
"Que comience la última cruzada".
¿Solo? No, no estaba solo. La voz de Deathstroke sonó a través del auricular, estaba cerca de su posición. Era una buena noticia escuchar que estaba bien, y que le traía sus juguetes. Aunque ya no los necesitaba eran de agradecer, y Uracha también se acercaba a la posición. Se dio la vuelta momentáneamente y echó un último vistazo a Kiara y a Cánabar. Sacó el último auricular que llevaba y lo miró un momento. Era muy curioso que algo tan pequeño tuviera tanto poder.
-Gracias- dijo, secamente, tendiéndole el objeto-. Si en algún momento me escuchas con él significará que estoy cerca, y podremos enfrentarnos.
De nuevo, tras unos segundos, dio la espalda a ambos piratas y pudo ver a Uracha aproximándose. Con paso tranquilo se acercó a él y alzó la mano a modo de saludo, y Deathstroke no tardó mucho en llegar por el lado contrario. Era sorprendente todo lo que habrían recorrido si contaran la distancia en alguna unidad, y el tiempo que, a pesar de ser una banda, habían pasado separados.
-Bueno chicos, esto ha terminado. Los Trilobite se retiran y están lloviendo revolucionarios- "Alleluyah", pensó cuando sintió el olor de Worgulv aproximándose, muy unido al de Midorima. Giró el cuello y pudo ver a ambos llegar, pero sólo uno iba despierto-. Worgulv, deja a Midorima en el suelo- dijo, acercándose a él y quitándoselo de encima como si de un saquito de patatas se tratase, para dejarlo tumbado y examinar la pierna-. Vaya...- dijo, tocando la gelatinosa masa en la que su pierna, con el hueso roto en infinitesimales pedazos, se había convertido-. Hasta yo sé que esto no tiene arreglo- palpó toda aquel viscoso rollo de carne, buscando el primer hueso "sano". Y con sano, quería decir recuperable. Agachó la cabeza hasta que sus labios rozaron la oreja del peliverde, y le susurró, mientras en la palma de su mano una guillotina se formaba-. Esto va a doler, lo siento- Y cortó toda la sección donde no había hueso palpable, intentando hacerlo con tanta fuerza que no sintiera nada hasta que todo hubiera pasado. Y la sangre manó. Arrancó la última tira en buen estado de su camisa y le envolvió el muñón, para mirar hacia Uracha-. ¿Tienes de esas pomadas que aceleran la cicatrización? Porque parece un buen momento para usarlas.
- Marines, agentes, piratas, revolucionarios y a todos los demás presentes en Mariejoa. Os habla Lion D. Karl, Almirante de la Marina, Desde hace siglos todos vivimos en una situación injusta. Y esto nos afecta a todos, seamos quienes seamos y tengamos las ideas que tengamos. Pues tenemos a un Gobierno que nos rige a todos, y que en teoría lo hace con justicia. Pero hermanos, ¿es cierto esto? ¿Qué justicia hay en ser gobernados por un grupo de personas que no han sido elegidas si no por gente totalmente ajena a nosotros? Más aun, pues ese no es el caso... ¿qué justicia hay en un Gobierno que además de regir al mundo con poder absoluto, defiende a una casta de nobles autodenominados "tenryuubitos"? ¿O en que esa misma casta tenga derecho a asesinar impunemente y esté protegida aunque cometa los más terribles crímenes? Se nos prohíbe conocer qué ocultan los Phoneglyphs. Se nos prohíbe hacerle nada a los Nobles Mundiales, o ayudar a sus esclavos. Se nos ordena callar, obedecer y sonreír como si no pasara nada... ¡YA BASTA! ¡ES HORA DE ACABAR CON ESTA TIRANIA! Todos tenemos objetivos e ideas diferentes, pero estoy seguro de que la mayor parte de nosotros estamos de acuerdo en que esta situación es injusta. Hoy os convoco a todos. ¡TODOS DEBEMOS LUCHAR UNIDOS, SIN DIFERENCIAS DE RAZA, IDEAS O CUALQUIER OTRA DIVISION! ¡Pues esas divisiones no hacen si no fortalecer a nuestro verdadero enemigo! ¡Revolucionarios, vosotros sois enemigos del Gobierno! Entended la necesidad de la unidad. ¡Os pido vuestra fuerza y perseverancia! ¡Piratas! ¡Sois gente libre! ¡Es hora de que demostréis vuestro deseo de mantener esa libertad derrotando a quien pretende arrebatárosla! ¡Agentes del Cipher Pol! ¡Sois meras herramientas del Gobierno y los Nobles! ¡Abrid los ojos y comprended en qué clase de realidad vivís! Es hora de que rompáis vuestras cadenas. Y finalmente... ¡hermanos marines! ¡Desde siempre hemos sido la carne de cañón del Gobierno, y el día de hoy ha sido otro ejemplo más! ¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei. ¡JUSTICIA O MUERTE!
Miró detenidamente a todos y cada uno de los allí presentes, sin saber qué hacer. ¿Debían detenerlo, unirse o ignorarlo? En su mente surgieron todas las posibles ramas de aquel árbol lógico, y supo cuál era su deber.
-Por la justicia- dijo, en una voz algo sombría-. Deberíamos ayudar a Karl- y así era. El Marine se estaba inmolando por la caída del Gobierno Mundial, algo que él perseguía desde hacía seis o siete años. Pero él no era una persona que siguiera la justicia. Era una persona que sólo servía a su justicia, y aún no era el momento. Si atacaba ahora los Trilobites no podrían tener una verdadera paz. Si no esperaba sólo morirían sin remedio. Tenía que dejar pasar tiempo para que el odio se disipara y un sentimiento común naciera en todos, la unidad en busca de la paz-. Pero por el bien debemos detenerlo. A él, a los revolucionarios y a quien se ponga por delante de la paz que muchos han muerto por proteger hoy. Uracha, cuando Midorima esté curado... Si hace falta matar para poder regresar al barco, hazlo. Deathstroke- dijo, sacando su anillo de zafiro del dedo anular-. Ésta es la llave de todos los sistemas del barco. Mientras yo no vuelva estás al mando- echó un último vistazo a todos, y desplegó en su espalda un par de alas-. Manteneos con vida, y cuidaos. Os veré pronto.
-¡KAAAARL!- gritó, al tiempo que salía volando en dirección al olor que identificaba como Almirante Kurotora. Todo había ido demasiado lejos. Todo iba a terminar aquel día. Todo podía ser nada si fallaba-. ¡¿Dónde estas, Kurotora?!- se detuvo en un tejado, observando. Podía olerlo, pero no lo veía-. ¡Ven aquí y lucha por tus creencias, Karl!- saltó a otro edificio, pero seguía sin identificarlo. Sabía que se acercaba, pero demasiados clones vestidos de camarero con la cara de Karl como para identificarlo, y, de pronto, lo vio.
Había tirado su chaquetón al viento, y se disponía a atacar, protegido por sus clones. Pero podía derrotarlos, estaba seguro. Sólo tenía que lanzarse a por él.
-¡No me ignores, Almirante!- dijo, y un bastón de combate apareció en su mano derecha mientras una hoja se alargó de su puño izquierdo.
"Que comience la última cruzada".
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Por fin me había reencontrado con mis compañeros, Midorina parecía tener la pierna hecha polvo, mientras tanto Death parecía recomponerse al igual que el bárbaro del grupo. Todos estaban vivos, ya que Uracha nos aviso por el auricular de que todo estaba en orden y que se dirigía a la posición de Dexter.
Junto a nosotros había lo que parecían los restos de dos reyes marinos, una de las cuales parecía estar siendo devorada por Asder, aquel chico raro con al que desafié hacía años, pero el nuevo Schibukai lucia más salvaje. Este se giro para atacar a Alex, si no recordaba mal era un aliado del gobierno, pero poco más sabía de eso...dicho joven tenía un aura potente y freno en seco desmayando al compañero de manera similar a lo que habían hecho los peces conmigo instantes antes. Tras el “ataque y coscorrón” Asder pareció volver a un estado más normal y humano.
Al parecer Dexter quería que ese hombre nos cuidará, pero yo en el fondo era orgulloso cabezota. Además tampoco era tan débil, era el momento de caminar mi sendero:
-“¿Qué hacer?” -pensé justo antes de ver el Den den Mushi de mi tío.
Un grito de revolución se alzo en el cielo. Una presencia poderosa volaba por el cielo disparando a lo que parecía ser brigadas enteras revolucionarias cayendo desde el cielo. Por si todo esto fuera poco al parecer el yonkou Kirito había hecho acto de presencia.
Simultáneamente los pacifistas hicieron un llamamiento, un discurso de guerra, esa no era la voz de...Karl, el almirante al que había atacado anteriormente...Se estaba rebelando contra el gobierno:
-Marines, agentes, piratas, revolucionarios y a todos los demás presentes en Mariejoa. Os habla Lion D. Karl, Almirante de la Marina, Desde hace siglos todos vivimos en una situación injusta. Y esto nos afecta a todos, seamos quienes seamos y tengamos las ideas que tengamos. Pues tenemos a un Gobierno que nos rige a todos, y que en teoría lo hace con justicia. Pero hermanos, ¿es cierto esto? ¿Qué justicia hay en ser gobernados por un grupo de personas que no han sido elegidas si no por gente totalmente ajena a nosotros? Más aun, pues ese no es el caso... ¿qué justicia hay en un Gobierno que además de regir al mundo con poder absoluto, defiende a una casta de nobles autodenominados "tenryuubitos"? ¿O en que esa misma casta tenga derecho a asesinar impunemente y esté protegida aunque cometa los más terribles crímenes? Se nos prohíbe conocer qué ocultan los Phoneglyphs. Se nos prohíbe hacerle nada a los Nobles Mundiales, o ayudar a sus esclavos. Se nos ordena callar, obedecer y sonreír como si no pasara nada... ¡YA BASTA! ¡ES HORA DE ACABAR CON ESTA TIRANIA! Todos tenemos objetivos e ideas diferentes, pero estoy seguro de que la mayor parte de nosotros estamos de acuerdo en que esta situación es injusta. Hoy os convoco a todos. ¡TODOS DEBEMOS LUCHAR UNIDOS, SIN DIFERENCIAS DE RAZA, IDEAS O CUALQUIER OTRA DIVISION! ¡Pues esas divisiones no hacen si no fortalecer a nuestro verdadero enemigo! ¡Revolucionarios, vosotros sois enemigos del Gobierno! Entended la necesidad de la unidad. ¡Os pido vuestra fuerza y perseverancia! ¡Piratas! ¡Sois gente libre! ¡Es hora de que demostréis vuestro deseo de mantener esa libertad derrotando a quien pretende arrebatárosla! ¡Agentes del Cipher Pol! ¡Sois meras herramientas del Gobierno y los Nobles! ¡Abrid los ojos y comprended en qué clase de realidad vivís! Es hora de que rompáis vuestras cadenas. Y finalmente... ¡hermanos marines! ¡Desde siempre hemos sido la carne de cañón del Gobierno, y el día de hoy ha sido otro ejemplo más! ¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei. ¡JUSTICIA O MUERTE!-dijeron él y los pacifistas con una voz al unisono
Él hablaba de las verdades y las diferencias que había en el mundo, en el fondo tenía razón. El mensaje tenía calado pero no terminaba de convencerme, pese a que aquel hombre me había perdonado la vida no tenía intención de revelarme contra el sistema aún. Esa no era mi solución.
-“Había llegado el momento” -pensé para mis adentros.
Mis compañeros parecían estar yendo a apoyar a Dexter, pero este daba otras ordenes ya que parecía que la guerra con los Trilobites había acabado y yo no podía hacer mucho más...si iba con Dexter le seguiría exponiendo más. Decidí apagar el micrófono de banda unos instantes. Descolgué el Den den Mushi y realice una llamada con él:
-Diga... -respondía este.
-Ha llegado el momento tío, eres un Cp0, dime que he de hacer para ganarme el favor de gobierno, ya hice todo tal como me lo pediste. Es hora de enfrentarme a mi Destino-le dije por el Den den Mushi.
Espere la respuesta de mi tío mientras me planteo surcar el vuelo a la caza de revolucionarios.
Por fin me había reencontrado con mis compañeros, Midorina parecía tener la pierna hecha polvo, mientras tanto Death parecía recomponerse al igual que el bárbaro del grupo. Todos estaban vivos, ya que Uracha nos aviso por el auricular de que todo estaba en orden y que se dirigía a la posición de Dexter.
Junto a nosotros había lo que parecían los restos de dos reyes marinos, una de las cuales parecía estar siendo devorada por Asder, aquel chico raro con al que desafié hacía años, pero el nuevo Schibukai lucia más salvaje. Este se giro para atacar a Alex, si no recordaba mal era un aliado del gobierno, pero poco más sabía de eso...dicho joven tenía un aura potente y freno en seco desmayando al compañero de manera similar a lo que habían hecho los peces conmigo instantes antes. Tras el “ataque y coscorrón” Asder pareció volver a un estado más normal y humano.
Al parecer Dexter quería que ese hombre nos cuidará, pero yo en el fondo era orgulloso cabezota. Además tampoco era tan débil, era el momento de caminar mi sendero:
-“¿Qué hacer?” -pensé justo antes de ver el Den den Mushi de mi tío.
Un grito de revolución se alzo en el cielo. Una presencia poderosa volaba por el cielo disparando a lo que parecía ser brigadas enteras revolucionarias cayendo desde el cielo. Por si todo esto fuera poco al parecer el yonkou Kirito había hecho acto de presencia.
Simultáneamente los pacifistas hicieron un llamamiento, un discurso de guerra, esa no era la voz de...Karl, el almirante al que había atacado anteriormente...Se estaba rebelando contra el gobierno:
-Marines, agentes, piratas, revolucionarios y a todos los demás presentes en Mariejoa. Os habla Lion D. Karl, Almirante de la Marina, Desde hace siglos todos vivimos en una situación injusta. Y esto nos afecta a todos, seamos quienes seamos y tengamos las ideas que tengamos. Pues tenemos a un Gobierno que nos rige a todos, y que en teoría lo hace con justicia. Pero hermanos, ¿es cierto esto? ¿Qué justicia hay en ser gobernados por un grupo de personas que no han sido elegidas si no por gente totalmente ajena a nosotros? Más aun, pues ese no es el caso... ¿qué justicia hay en un Gobierno que además de regir al mundo con poder absoluto, defiende a una casta de nobles autodenominados "tenryuubitos"? ¿O en que esa misma casta tenga derecho a asesinar impunemente y esté protegida aunque cometa los más terribles crímenes? Se nos prohíbe conocer qué ocultan los Phoneglyphs. Se nos prohíbe hacerle nada a los Nobles Mundiales, o ayudar a sus esclavos. Se nos ordena callar, obedecer y sonreír como si no pasara nada... ¡YA BASTA! ¡ES HORA DE ACABAR CON ESTA TIRANIA! Todos tenemos objetivos e ideas diferentes, pero estoy seguro de que la mayor parte de nosotros estamos de acuerdo en que esta situación es injusta. Hoy os convoco a todos. ¡TODOS DEBEMOS LUCHAR UNIDOS, SIN DIFERENCIAS DE RAZA, IDEAS O CUALQUIER OTRA DIVISION! ¡Pues esas divisiones no hacen si no fortalecer a nuestro verdadero enemigo! ¡Revolucionarios, vosotros sois enemigos del Gobierno! Entended la necesidad de la unidad. ¡Os pido vuestra fuerza y perseverancia! ¡Piratas! ¡Sois gente libre! ¡Es hora de que demostréis vuestro deseo de mantener esa libertad derrotando a quien pretende arrebatárosla! ¡Agentes del Cipher Pol! ¡Sois meras herramientas del Gobierno y los Nobles! ¡Abrid los ojos y comprended en qué clase de realidad vivís! Es hora de que rompáis vuestras cadenas. Y finalmente... ¡hermanos marines! ¡Desde siempre hemos sido la carne de cañón del Gobierno, y el día de hoy ha sido otro ejemplo más! ¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei. ¡JUSTICIA O MUERTE!-dijeron él y los pacifistas con una voz al unisono
Él hablaba de las verdades y las diferencias que había en el mundo, en el fondo tenía razón. El mensaje tenía calado pero no terminaba de convencerme, pese a que aquel hombre me había perdonado la vida no tenía intención de revelarme contra el sistema aún. Esa no era mi solución.
-“Había llegado el momento” -pensé para mis adentros.
Mis compañeros parecían estar yendo a apoyar a Dexter, pero este daba otras ordenes ya que parecía que la guerra con los Trilobites había acabado y yo no podía hacer mucho más...si iba con Dexter le seguiría exponiendo más. Decidí apagar el micrófono de banda unos instantes. Descolgué el Den den Mushi y realice una llamada con él:
-Diga... -respondía este.
-Ha llegado el momento tío, eres un Cp0, dime que he de hacer para ganarme el favor de gobierno, ya hice todo tal como me lo pediste. Es hora de enfrentarme a mi Destino-le dije por el Den den Mushi.
Espere la respuesta de mi tío mientras me planteo surcar el vuelo a la caza de revolucionarios.
- Resumen:
Divago y veo a mis compañeros / veo pelea de Asder y Alex / pensamientos y observaciones de Karl, los revos y Kirito / veo a mis compañeros ir a ayudar a Dexter / medito sobre mis objetivos en la vida / apago micro de banda y llamo a mi tío del CP0 y le pregunto como puedo ganarme el favor del gobierno.
Pd: Mi tio como el den den mushi están mencionados en el Ts, al igual que el plan así que supongo que es un argumento y acción valida
AlexEmpanadilla
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SITUACIÓN GENERAL
16:40 Mariejoa
Uno de los líderes de los Trilobites ha caído, un anciano que hasta el momento no había hecho nada. El resto de los líderes de los gyojin están combatiendo o han caído en el transcurso de la pelea. Mientras tanto, muchos de los revolucionarios llegan al suelo y comienzan a esparcirse por las calles de la ciudad. En ese momento, cinco poderosas presencias, similares a la figura que está derribando a los revolucionarios, aparecen en el centro de la ciudad. Cualquier persona con haki observación de nivel 2 lo podrá detectar.
Al mismo tiempo, una extraña cúpula vaporosa empieza a cubrir la ciudad. Algunos de los revolucionarios que descienden desde el cielo son aprisionados en ella, y sus cuerpos estallan como si de palomitas se tratasen. Si gritan, no se les oye. Esa especie de capa que cubre la ciudad aísla lo que hay dentro y lo que hay fuera. La voz del Almirante Kurotora ha sido una gran llamada a combatir al gobierno, y muchos de los revolucionarios sueltan ovaciones.
En ese momento, todos los trilobites parecen retirarse hacia el agujero del géiser a toda prisa. Tan solo unos pocos continúan luchando: entre ellos Shark. La poderosa armadura también está combatiendo. Algo está a punto de suceder. Algo grande. En efecto, con la derrota de Goru, se oye un estruendoso sonido en una de las calles de la ciudad, cerca del barco estrellado. Un enorme hongo nuclear se eleva en el aire. La bomba instalada en la cabeza de Same D. Shark, con capacidad para destruir la Ciudad Santa, acaba de explotar. Estáis muertos.
O no…
En efecto, pese al espectacular sonido y al efecto visual, lo único que recorre las calles es una suave ráfaga de viento. Es como si la potencia de la bomba nuclear fuera igual a la potencia de una brisa marina. Y entonces los miembros del Gorosei, se dispersan por las calles, para terminar con los revolucionarios. Mientras tanto, uno de ellos, grande y con un poblado bigote rubio proclama:
- El Almirante Kurotora ha hecho pública su traición. Por ello, seremos generosos. ¡Quien nos traiga su cabeza será recompensado con los más altos honores!
Mientras tanto, de un barrio cercano sale un montón de cyborgs, de aspecto similar a los TK-1, pero de aspecto más pálido, y empiezan a combatir con los TK-1 en una loca batalla aérea.
NOTAS
MAPAS
16:40 Mariejoa
Uno de los líderes de los Trilobites ha caído, un anciano que hasta el momento no había hecho nada. El resto de los líderes de los gyojin están combatiendo o han caído en el transcurso de la pelea. Mientras tanto, muchos de los revolucionarios llegan al suelo y comienzan a esparcirse por las calles de la ciudad. En ese momento, cinco poderosas presencias, similares a la figura que está derribando a los revolucionarios, aparecen en el centro de la ciudad. Cualquier persona con haki observación de nivel 2 lo podrá detectar.
Al mismo tiempo, una extraña cúpula vaporosa empieza a cubrir la ciudad. Algunos de los revolucionarios que descienden desde el cielo son aprisionados en ella, y sus cuerpos estallan como si de palomitas se tratasen. Si gritan, no se les oye. Esa especie de capa que cubre la ciudad aísla lo que hay dentro y lo que hay fuera. La voz del Almirante Kurotora ha sido una gran llamada a combatir al gobierno, y muchos de los revolucionarios sueltan ovaciones.
En ese momento, todos los trilobites parecen retirarse hacia el agujero del géiser a toda prisa. Tan solo unos pocos continúan luchando: entre ellos Shark. La poderosa armadura también está combatiendo. Algo está a punto de suceder. Algo grande. En efecto, con la derrota de Goru, se oye un estruendoso sonido en una de las calles de la ciudad, cerca del barco estrellado. Un enorme hongo nuclear se eleva en el aire. La bomba instalada en la cabeza de Same D. Shark, con capacidad para destruir la Ciudad Santa, acaba de explotar. Estáis muertos.
O no…
En efecto, pese al espectacular sonido y al efecto visual, lo único que recorre las calles es una suave ráfaga de viento. Es como si la potencia de la bomba nuclear fuera igual a la potencia de una brisa marina. Y entonces los miembros del Gorosei, se dispersan por las calles, para terminar con los revolucionarios. Mientras tanto, uno de ellos, grande y con un poblado bigote rubio proclama:
- El Almirante Kurotora ha hecho pública su traición. Por ello, seremos generosos. ¡Quien nos traiga su cabeza será recompensado con los más altos honores!
Mientras tanto, de un barrio cercano sale un montón de cyborgs, de aspecto similar a los TK-1, pero de aspecto más pálido, y empiezan a combatir con los TK-1 en una loca batalla aérea.
NOTAS
- 1)Karl:
- Te acercas a la zona de los jardines, y de pronto una sombra amarilla y negra aparece volando sobre los edificios. Se apoya en una pared, y ves que se trata de una enorme avispa del tamaño de un león. El enorme animal desciende de la fachada del edificio, y se apoya en el suelo. Se transforma en una joven que te mira con una sonrisa:
- Oh… el Almirante Karl. ¿Sabes? Eres bastante atractivo… es una pena que tenga que matarte. Podríamos haberlo pasado tan bien…
Al mismo tiempo, sientes la poderosa presencia de Dexter Black acercándose. Mierda, mierda, MIERDA.
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- 2)Shun, Isma, Jesaix:
- Alex y Asderdeker se han ido a acabar con Goru. Y vosotros os habéis quedado solos.
- 3)Midorima, Worgulv, Deathstroke, Nemo:
- Mido, estás perdiendo algo de sangre debido a la pierna cortada. Tal vez deberían hacerte un torniquete, o un vendaje. Los demás… mirad que bonito espectáculo sobre vuestras cabezas, cyborgs destruyéndose entre ellos. Además, sobre el sonido de la batalla, se escucha el sonido de la voz de Karl, dando su discurso. ¿Os uniréis a él?
- 4)Fear, Issei, Kidah, Vagadus, Kasan, Drako:
- Recibís las órdenes de León, justo cuando empezáis a oír explosiones afuera. Y escucháis el poderoso discurso del Almirante. ¿Qué haréis?
- 5)Deivid:
- Acabas de recargar tus armas cuando escuchas las voces de Karl y el Gorosei. ¿Te unirás al Almirante corrupto? Tal vez sea la ocasión que la Revolución estaba esperando.
- 6)Kogato:
- La casa acaba de explotar, y veis cómo un grupo de gente está combatiendo. Aunque al mismo tiempo, un montón de cyborgs aparecen a lo lejos. Escuchas tu Den-Den Mushi sonar:
- Tú, agente –al otro lado se escucha una voz aguda-. Te necesitan en la zona central. Corre a cubrir al Gorosei, el Almirante Karl debe ser detenido, órdenes de arriba.
- 7)Uracha, Hinori:
- Dexter se ha ido… ¿y ahora qué?
- Caja y saco:
- En la caja hay un par de guanteletes negros. Tienen un remache en cada uno de los nudillos. Estos remaches sueltan pequeñas descargas eléctricas. En el saco hay un montón de billetes de berries: aproximadamente 20.000.000.
- 8)Satou:
- Os encontráis con unos hombres armados con espadas. Los reconocéis. Son hombres de la organización que mató a tu hija. Al veros, uno de ellos sonríe con malicia y dice:
- Vaya… mirad quién ha venido. –dicho esto, los cinco hombres se lanzan contra vosotros, intentando mataros.
- 9)Meneror:
- Los hombres te miran con cierta desconfianza, pero parece que los has convencido, porque bajan sus armas. Asienten y te indican con un gesto que los sigas. Llegáis a la entrada del cuartel. Te lanzan un llavero. Tal vez puedas liberar las esposas así. Y con suerte encuentres tus cosas en ese armarito de ahí.
- 10)Dranser, Lugh, Virginia, Goliat:
- El Comodoro ha muerto. Y los revolucionarios bajan del cielo. ¿Vais a uniros a la revolución?
- 11)Derian:
- Sigues peleando.
- 12)Raikov:
- No logras encontrar al fugitivo. Y ahora que has escuchado el discurso del almirante Karl, tal vez tu presencia sea requerida en otro lugar.
- 13)Krauser:
- Sientes el aura de Minato cerca. Y en ese momento ves un montón de cyborgs con aspecto de Karl, aunque más pálidos saliendo de una especie de almacén. Del mismo almacén en el que sientes el aura de Minato.
- 14)Kaishi, Garland, Joseph:
- Un equipo de médicos llegan al lugar para trataros. Pero ¿tenéis tiempo acaso para descansar?
- 15)Rob Marney:
- No hay nada de interés ahí, salvo tal vez esa libélula gigante del tamaño de un perro grande. Vaya, se está lanzando contra tu cara [AF]
- 16) Kodama, Sora:
- Estáis rodeados de gyojins. Pero de pronto parecen retirarse a toda velocidad hacia el agujero del géiser. ¿Qué demonios? Y entonces veis la explosión de hongo.
- 17)Bleyd:
- Parece que has encontrado una botica. Dado que no eres un experto en cosas naturales, tal vez no seas capaz de curarte, pero oye… al menos ahí parece que pueden haber vendas o algo así.
- 18) Haine, Eris, Ban:
- Seguís peleando.
- 19)Al Naion:
- Y ahora que estás despierto ¿qué vas a hacer? ¿Comer flan o dormir de nuevo?
- 20)Drake:
- Vas volando, derribando a los revolucionarios que pasan cerca de ti. La figura que los está haciendo caer, la misma que desprende esa potente aura de presencia, se te acerca a toda prisa, para detenerse a algunos metros de distancia. Te observa con indiferencia y dice:
- ¿Y tú quien eres?
- 21)Nemonic, Sinclair, Kaito, Furukawa:
- Esa presencia tan poderosa parece haber desaparecido de pronto, y una brisa de viento llega en vuestra dirección. ¿Qué demonios ha ocurrido? Veis el hongo nuclear elevándose, pero sin haceros el más mínimo daño.
- 22)Arribor, Rose, Abel:
- Al otro lado del muro hay un pasillo que desciende. Tal vez sea interesante bajar para ver adonde os lleva. O tal vez podáis quedaros ahí y no hacer nada.
- 23)Liam, Bale, Eoghan, Rowan:
- 24)Habu, Abraham, Lugh E., Kamemaru, Yumiko:
- Nada que comentar, a excepción de la descripción general.
- 25)Kaede, Shi:
- Seguís caminando por la calle. A lo lejos oís un alarido gutural. Parece que viene de alguien muy enfadado. ¿Iréis hacia allí o mejor os alejáis?
- 26)Date, Anglesey, Erik:
- Seguís peleando.
- 27)Crock, Akai, Etsu, Ayane, Madara:
- Y ahora que habéis vencido a ese tío… ¿qué vais a hacer?
- 28)Vongola, Ugetsu, Ushi:
- Seguís peleando.
- 29)Kyogre:
- No hay novedades.
- 30)Minato:
- Acabas de activar los TK-2, cuando salen volando por la puerta del almacén. Al fondo del lugar ves un montón de lonas cubriendo algo. Deben ser más cyborgs. Siguiendo la lógica, si los primeros eran los TK-1, y estos eran los TK-2… esos de ahí serán los TK-3, ¿no? Tal vez podrías activarlos. Toda ayuda es poca, ahora que Karl parece haber controlado a los TK-1
- 31)Xira, Xenmas:
- Parece que el tío ha caído al suelo, inconsciente por el dolor. Un hombre de aspecto decrépito, con la piel amarillenta y unas gafas ahumadas, acompañado por un hombre de aspecto noble se os acerca. Os mira y dice:
- No sé a qué habéis venido aquí… cof, cof… pero mejor iros.
- 32)Roy, Mellanie, Maximillian, Emile:
- Estáis peleando con el gyojin, cuando una enorme explosión os lanza por el aire. Sin embargo, tras volar un par de metros y aterrizar de culo, os dais cuenta de que estáis enteros. ¿Qué demonios ha sido eso?
- 33)Shiroi:
- Sales del lugar. Cerca no hay enemigos. Al menos no enemigos importantes. Parece que los gyojin están retirándose hacia el lugar por el que habían venido.
- 34)Nagato:
- Caminas por las calles cuando ves la enorme explosión. Sin embargo nada ocurre. No hay calor, ni muerte radiactiva.
- 35)Kyros:
- El Gorosei sale de los restos del edificio. Parece que te van a dejar solo, hasta que el hombre de gafas ahumadas te mira y te hace un gesto para que te acerques.
- No te alejes de mi lado. Puedo protegerte de los peligros, pero no te aseguro tu supervivencia si te alejas.
- 36)Jack Dralion Stark:
- Sigues peleando.
- 37)Ryuta:
- Entre las cosas del loco están los apuntes que ha ido tomando. Parece que habla de una especie de fruta extraña que ha encontrado en uno de sus viajes por el Nuevo Mundo. Según sus escritos, la fruta es una especie de piña negra con espirales amarillas. Y según los apuntes, está guardada en un pequeño hueco en el suelo, debajo de la cama.
- 38)Elkilian, Alex, Asderdeker, Leoshiro:
- Cuando seguís a Goru a través del edificio veis que el animal está muerto. Parece ser que el primer golpe que le dio el Yonkaikyo le ha reventado totalmente. El segundo ataque simplemente lo ha terminado de rematar. Tiene los ojos en blanco, y el que era su brazo es un amasijo de carne informe. Vaya, sí que tienes potencia en ese brazo, chaval.
- Alex y Asder:
- Salió par.
- 39)Rhaegel:
- No hay novedades.
- 40)Kaiser:
- Detectas el aura de Lara cerca. Tal vez deberías ir a buscarla. O tal vez puedas convencer a tu “nuevo amigo” para que se una a Atesaki.
- 41)Bisutomaru:
- Los cyborgs se elevan en el aire. Y Cánabar está ahí cerca, con la líder de los trilobites. ¿Pero y Kaiser-sama?
- 42)Dexter:
- Estás acercándote a toda velocidad hacia Karl. Debes detenerlo a toda costa. En ese momento, una presencia se interpone entre tú y él.
- Hola, hermano… -la figura te mira, bajo su sombrero negro. Hacía tiempo que no sentías aquella aura. Desde que murió tu padre, casi.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t12759-lucha-fraternal
- 43)Kurotabo:
- Ves una figura sobre uno de los tejados de la zona de donde vienen los cyborgs pálidos. En un primer momento no lo reconoces, pero te suenan sus rasgos. ¿Tu padre? ¿Dirigiendo a los cyborgs? Ahora que lo piensas con frialdad… sí que tiene sentido.
- 44)León:
- Tu primo está dentro de una de las casas del barrio. Si entras en el edificio, puedes detectar su presencia con mucha mayor intensidad. Hay un ventanal abierto. Si entras por él, ves la figura de tu primo frente a ti, sentado en un sillón de cuero negro, sonriéndote con una expresión de locura. Apoyada en el sillón hay una lanza negra. El hombre se levanta y te dice:
- Vaya… primo –escupe esta palabra, con desprecio-. Mira quién se ha dignado a aparecer.
- 45)Cánabar:
- Kiara parece dispuesta a abandonarlo todo si vas con ella. Te mira con determinación.
- Sígueme, Cánabar. Retirémonos y planeemos juntos una venganza. –dice mientras se acerca al agujero lleno de agua.
- 46)Etsu Rui:
- Llegas al otro lado del muro, y ves el caos que ahí se ha formado. Tal vez deberías.
- 47)Flea:
- Te acercas al muro de los jardines centrales. Escuchas al Almirante Karl hablar, y la respuesta del Gorosei. Pero no encuentras a ninguno de los miembros. Al menos, no antes de que salgan disparados por la ciudad. El fuego bajo ti es abrasador.
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De repente desperté. Me había desmayado tras lo del ojo. Me encontraba en el tejado. Al principio asustado porque no veía con mi ojo izquierdo. Rapidamente, de mi bolsillo izquierdo, saqué un Bañador de Leopardo y me lo puse en la cabeza con la intención de usarlo de parche para el ojo. Por lo que lo apreté y escoció. mis habilidades de Médico Cirujano me permitió actuar rápido y de forma efectiva con respecto el daño en mi "ojo" izquierdo.
Me levanté e intenté buscar al Gyojin. Quería hacerselo pagar. Ojo por Ojo, Diente por Diente. Tras buscar por el destruido alrededor pude observar el cuerpo del Gyojin aunque, algo más destrozado junto a dos personas hablando. Salté del tejado y me dirigí sin prisa pero sin pausa hacia el gyojin. Una vez a su lado me arrodillé ante él. Y le dije.
Me levanté e intenté buscar al Gyojin. Quería hacerselo pagar. Ojo por Ojo, Diente por Diente. Tras buscar por el destruido alrededor pude observar el cuerpo del Gyojin aunque, algo más destrozado junto a dos personas hablando. Salté del tejado y me dirigí sin prisa pero sin pausa hacia el gyojin. Una vez a su lado me arrodillé ante él. Y le dije.
- Vengo a por lo que es mío - y tras esto apoyé mi brazo derecho en su pecho y los brazaletes del rey se transformaron en arañas que le empezaron a cortar alrededor de su ojo izquierdo. Las arañas se apartaron y con mi mano derecha, le arranqué su ojo izquierdo. - Ojo por Ojo amigo
Las arañas volvieron a formar el brazalete del rey. Finalmente me senté y observé su ojo.
- Se que esto que voy a hacer ahora es algo temporal pero luego ya lo prepararé en serio - cogí su ojo e intenté colocarmelo en donde estaba mi antiguo ojo izquierdo. Si esto salía bien, y gracias a mi conocimientos, podría recuperar la vista de ese ojo temporalmente, más o menos lo que durara en Tierra Santa.
- Resumen:
- Recuperar el conocimiento. Ponerme un parche (bañador de leopardo). Acercarme a Goru muerto. Arrancarle un ojo y ponermelo. (Posibles efectos secundarios)
Alex14ac
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Había terminado, el combate por fin había terminado. Aquella terrible criatura ya no causaría más daño, aunque el precio había sido demasiado alto pues sus víctimas debían ser incontables ya. Alex se sentía triste por haber tenido que hacer aquello, no le gustaba matar y Goru parecía más un animal que un ser racional. Pero era incontrolable y peligroso, no había otra opción. Además Karl parecía ser otro traidor, pedía ayuda para derrocar al Gobierno Mundial. ¿por qué? ¿Por qué su maestro estaba alargando la ya cruenta guerra? No cabía en la cabeza del cazador el por qué el Almirante condenaba aun más a los "malditos" afectados por todo esto. Aunque compartía esas ideas, aunque también quería derrocar al Gobierno Mundial, esta no era la manera. No en una guerra como esta.
Por si fuera poco Krauser también había mostrado todo lo contrario a lo que había sido, o eso parecía. Aunque Alex no quería creerlo. La desgracia y la tristeza volvían a él, pero esta vez había algo diferente. Ya no era débil, no era un crío, y tenía la fuerza para cambiar aquello o la tendría pronto. El Gobierno Mundial caería, pero no perjudicando a inocentes. Poco a poco se fraguaría su caída hasta poder dar el golpe final. No más sangre derramada, no más lágrimas por aquellos que no merecían morir. El cazador se acercó a Asderdeker y le ofreció la mano a modo de agradecimiento. Había escuchado algo sobre su apetito y esperaba que entendiera que era para estrecharle la suya y no para que se la comiera. Qué tontería, lo entendería... ¿no?
-Muchas gracias, no sé cómo habría terminado sin tu ayuda. Espero que conozcas un sitio bueno para comer, porque te invito a ti y a tu banda al lugar que quieras- Le prometió.
Tras eso se dirigió al cadáver de Goru. Alex llamó a Farkas que llegó presto y aterrizó a su lado. Era un animal increíble y leal. Cogió el cuerpo del gyojin, al cual el shichibukai había arrancado un brazo para algo que el cazador prefería desconocer, y lo cargó en la grupa del anima. Después recogió la cabeza y observó que le faltaba un ojo. ¿De verdad? Miró por el suelo como si pudiera encontrarlo, pero no halló nada. Acto seguido se subió a Farkas y le lanzó su den den mushi a Asderdeker. Con él podrían comunicarse en un futuro y cumplir lo prometido. Le sonrió a modo de despedida junto a un gesto con la mano y el animal emprendió el vuelo. En primera instancia se dirigía hacia su gremio, pero desvió su camino hacia el centro de la ciudad.
Una vez allí sintió la presencia de personas realmente poderosas, casi imposibles. Entre ellas estaba el hombre que había presidido la reunión de los sichibukais. Instó al lobo a aterrizar junto a él. Una vez llegó descargó el cuerpo de Goru y lo dejó en el suelo frente a aquel hombre mientras depositaba, también, la cabeza. Había cuerpo suficiente como para que se reconociera al criminal, por lo que ya entendería lo que eso significaba. No se sentía muy orgulloso por lo que había hecho, pero tampoco lo iba a lamentar. Le dio unas palmadas al animal a modo de agradecimiento y se dirigió hacia el hombre tras hacer una reverencia respetuosa. Después de su comportamiento en la reunión debía mostrar algo de decoro ante aquel alto cargo.
-Este es el cadáver de Goru, lo he matado con la ayuda del Shichibukai Asderdeker. Sin él la fuerza de los trilobites se verá muy reducida, espero que sirva de ayuda- Le indicó. -Además me gustaría solicitar permiso para evacuar a los miembros heridos de mi gremio. Yo permaneceré aquí para reagruparme con los que todavía puedan luchar y ayudar en la medida de lo posible- Rogó.
Tras recibir la respuesta se dispuso a marchar, pero su mantra le alertó de Dark. No había nadie más con él, lo cual era raro. Solo podía significar que había ocurrido algo. Se montó en el lobo y voló rápido hasta la posición de su amigo, un cuartel. Llegó hasta él y observó un panorama desolador. Aunque tenía vendaje provisionales, Dark estaba destrozado y le faltaba tanto un brazo como una pierna. A su alrededor había varios cadáveres, uno de ellos luciendo la espada del moreno. Alex corrió a su lado y se arrodilló. Escuchó algo como "¿Por qué has tardado tanto?" Una pregunta que realmente le dolió, pues no había excusa posible ante aquello. ¿Cómo podía haber descuidado así a uno de los suyos? Pero intentó solucionarlo de la mejor forma que pudo.
-Porque he sido un idiota y no soy tan rápido como tú, hermano. Pero estaba seguro de que podías resolver esto solo y no me equivocaba- Le respondió.
El poder que emanaba de Dark era increíble, equiparable al de algunos de los luchadores de la zona, pero era algo más parecido a un resquicio, cenizas de esa llama que había poseído en el pasado. Se dirigió hacia el cadáver con el arma incrustada y arrancó la espada de su cuerpo. Acto seguido le quitó las gafas y se las puso a Dark. Según lo que sabía de aquel hombre, aquellos debían ser los asesinos de Kiseki, los hombres que Rayne había nombrado. Dark había hecho justicia. Dijo algo, pero Alex no lo entendió del todo, aunque parecía sonreír orgulloso. Cargó con su amigo y sus armas y lo subió al lobo. Acto seguido se marcharon de allí y volvieron junto al resto de Lupus Custos. Les encargó a los doctores del gremio que atendieran al herido. No sabía qué hacer ahora, se había encargado de Goru y llegaban nuevos enemigos. Además la balanza parecía cambiar su sentido en contra del Gobierno Mundial. ¿Qué debían hacer ahora? Seguir defendiéndolo, marcharse, apoyarlos... había muchas opciones, pero su objetivo era ayudar a los inocentes y ya habían cumplido.
-He de deciros que me siento orgulloso de ser vuestro líder. Nadie habría hecho mejor lo que vosotros habéis realizado. Nuestro objetivo era ayudar a los inocentes y lo hemos hecho. hemos sido la espada de la justicia, pero ahora la justicia es caprichosa y se decanta por varios bandos. No quiero hacer nada sin conocer vuestras opiniones, pues puede que mi visión de la justicia esté ahora mismo empañada pro la situación. Por favor, decidme lo que pensáis- Dijo a los miembros de su gremio.
Por si fuera poco Krauser también había mostrado todo lo contrario a lo que había sido, o eso parecía. Aunque Alex no quería creerlo. La desgracia y la tristeza volvían a él, pero esta vez había algo diferente. Ya no era débil, no era un crío, y tenía la fuerza para cambiar aquello o la tendría pronto. El Gobierno Mundial caería, pero no perjudicando a inocentes. Poco a poco se fraguaría su caída hasta poder dar el golpe final. No más sangre derramada, no más lágrimas por aquellos que no merecían morir. El cazador se acercó a Asderdeker y le ofreció la mano a modo de agradecimiento. Había escuchado algo sobre su apetito y esperaba que entendiera que era para estrecharle la suya y no para que se la comiera. Qué tontería, lo entendería... ¿no?
-Muchas gracias, no sé cómo habría terminado sin tu ayuda. Espero que conozcas un sitio bueno para comer, porque te invito a ti y a tu banda al lugar que quieras- Le prometió.
Tras eso se dirigió al cadáver de Goru. Alex llamó a Farkas que llegó presto y aterrizó a su lado. Era un animal increíble y leal. Cogió el cuerpo del gyojin, al cual el shichibukai había arrancado un brazo para algo que el cazador prefería desconocer, y lo cargó en la grupa del anima. Después recogió la cabeza y observó que le faltaba un ojo. ¿De verdad? Miró por el suelo como si pudiera encontrarlo, pero no halló nada. Acto seguido se subió a Farkas y le lanzó su den den mushi a Asderdeker. Con él podrían comunicarse en un futuro y cumplir lo prometido. Le sonrió a modo de despedida junto a un gesto con la mano y el animal emprendió el vuelo. En primera instancia se dirigía hacia su gremio, pero desvió su camino hacia el centro de la ciudad.
Una vez allí sintió la presencia de personas realmente poderosas, casi imposibles. Entre ellas estaba el hombre que había presidido la reunión de los sichibukais. Instó al lobo a aterrizar junto a él. Una vez llegó descargó el cuerpo de Goru y lo dejó en el suelo frente a aquel hombre mientras depositaba, también, la cabeza. Había cuerpo suficiente como para que se reconociera al criminal, por lo que ya entendería lo que eso significaba. No se sentía muy orgulloso por lo que había hecho, pero tampoco lo iba a lamentar. Le dio unas palmadas al animal a modo de agradecimiento y se dirigió hacia el hombre tras hacer una reverencia respetuosa. Después de su comportamiento en la reunión debía mostrar algo de decoro ante aquel alto cargo.
-Este es el cadáver de Goru, lo he matado con la ayuda del Shichibukai Asderdeker. Sin él la fuerza de los trilobites se verá muy reducida, espero que sirva de ayuda- Le indicó. -Además me gustaría solicitar permiso para evacuar a los miembros heridos de mi gremio. Yo permaneceré aquí para reagruparme con los que todavía puedan luchar y ayudar en la medida de lo posible- Rogó.
Tras recibir la respuesta se dispuso a marchar, pero su mantra le alertó de Dark. No había nadie más con él, lo cual era raro. Solo podía significar que había ocurrido algo. Se montó en el lobo y voló rápido hasta la posición de su amigo, un cuartel. Llegó hasta él y observó un panorama desolador. Aunque tenía vendaje provisionales, Dark estaba destrozado y le faltaba tanto un brazo como una pierna. A su alrededor había varios cadáveres, uno de ellos luciendo la espada del moreno. Alex corrió a su lado y se arrodilló. Escuchó algo como "¿Por qué has tardado tanto?" Una pregunta que realmente le dolió, pues no había excusa posible ante aquello. ¿Cómo podía haber descuidado así a uno de los suyos? Pero intentó solucionarlo de la mejor forma que pudo.
-Porque he sido un idiota y no soy tan rápido como tú, hermano. Pero estaba seguro de que podías resolver esto solo y no me equivocaba- Le respondió.
El poder que emanaba de Dark era increíble, equiparable al de algunos de los luchadores de la zona, pero era algo más parecido a un resquicio, cenizas de esa llama que había poseído en el pasado. Se dirigió hacia el cadáver con el arma incrustada y arrancó la espada de su cuerpo. Acto seguido le quitó las gafas y se las puso a Dark. Según lo que sabía de aquel hombre, aquellos debían ser los asesinos de Kiseki, los hombres que Rayne había nombrado. Dark había hecho justicia. Dijo algo, pero Alex no lo entendió del todo, aunque parecía sonreír orgulloso. Cargó con su amigo y sus armas y lo subió al lobo. Acto seguido se marcharon de allí y volvieron junto al resto de Lupus Custos. Les encargó a los doctores del gremio que atendieran al herido. No sabía qué hacer ahora, se había encargado de Goru y llegaban nuevos enemigos. Además la balanza parecía cambiar su sentido en contra del Gobierno Mundial. ¿Qué debían hacer ahora? Seguir defendiéndolo, marcharse, apoyarlos... había muchas opciones, pero su objetivo era ayudar a los inocentes y ya habían cumplido.
-He de deciros que me siento orgulloso de ser vuestro líder. Nadie habría hecho mejor lo que vosotros habéis realizado. Nuestro objetivo era ayudar a los inocentes y lo hemos hecho. hemos sido la espada de la justicia, pero ahora la justicia es caprichosa y se decanta por varios bandos. No quiero hacer nada sin conocer vuestras opiniones, pues puede que mi visión de la justicia esté ahora mismo empañada pro la situación. Por favor, decidme lo que pensáis- Dijo a los miembros de su gremio.
- Resumen:
- Interactuar con Asderdeker, cargar el cadáver de Goru en el lobo y llevarlo ante los almirantes. Entregar al gyojin y pedir permiso para evacuar a los heridos del gremio. Rescatar a Dark y volver con Isma, Shun y Jesaix y hablar con ellos.
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El agente se hallaba junto a las dos mujeres cuando de repente escuchó aquellas palabras por parte de sus superiores, el Den den mushi le había alertado de hecho. Se dirigió con su Kamisori a toda velocidad por el aire hacia el lugar indicado, pero en ese momento las palabras de aquel tipo de la marina empezaron a sonar. “Ya era hora, creía que estaba solo en esta locura” Pensó ahora mientras se colocaba la máscara blanca en la cara y salía despedido a toda velocidad. Mientras sonreía de lado, de repente suspiró y empezó a contestar por aquel caracol de forma tranquila y calmada.
- A mi no me habléis de tú… ¡Al habla Jin Surfer! ¡El asesino de la matanza del cuartel marine de hace cinco años! Habéis tenido infiltrado al peor de los asesinos en el gobierno, he sido feliz sabiendo todas vuestras técnicas ilusos. Ha llegado la hora de que el gobierno se vaya a la mierda. Kogáto solo ha sido un montaje, yo soy el emperador del fuego ¡Soy Vader! ¡Soy Jin Surfer idiotas! ¿Qué se siente al saber que gracias a vosotros he matado a miles de agentes y marines inocentes? ¡Hehehehehe!
Dicho eso apretó su mano haciendo surgir llamas y cargándose el caracol con suma facilidad, apresuró el ritmo y no tardó en llegar a dónde estaba aquel almirante peleando. Al parecer se enfrentaba a una chica o estaban a punto de combatir, el enmascarado se llevó la mano al rostro e hizo pedazos la máscara con violencia, mostrando su rostro de una forma algo descarada y manteniendo un semblante serio.
- Spoiler:
No tardó en llevar la mano a su guadaña blanca y sacarla mientras activaba su haki de observación y se preparaba, no se metería en la pelea de aquel marine, pero lo defendería de cualquiera que osara atacarle. Ese tipo iba a hacer algo que Kogáto llevaba tiempo esperando y el momento había llegado, el asesino sentía ahora tener un poderoso aliado de su lado, además llegaba la hora de convocar a la caballería. El ex agente elevó el brazo derecho lanzando una poderosa llamarada al cielo “Asder ven aquí capullo” Pensó con una media sonrisa en su rostro mientras ahora se ponía a volar despacio por el lugar atento a lo que pudiera pasar por el lugar.
- ¡Más te vale cumplir tu promesa! ¡Yo te cubro Kurotora! ¡Pongamos fin a esta jodida basura!
Gritó ahora a pleno pulmón mientras activaba su ojo derecho, el Tyrant estaba listo y ahora veía todo un 10% más lento, además se puso sobre un edificio para no cansarse mucho. No le cogerían por la espalda ya que a la mínima presencia se daría la vuelta. Tantos años de escondite para por fin salir de la madriguera y plantar cara al maldito gobierno mundial, esos cabrones estaban muertos.
- ¡!!GUERRA!!!
- Off:
- Traicionar al gobierno, seguir a karl y tratar de cubrirle de todo marine o cp que intenta atacarle
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Krauser llevaba ya un buen rato corriendo, pero ahora llegaba la parte difícil, por fin había sentido la presencia de Minato lo suficientemente cerca de su posición. En ese momento frunció el ceño, llegaba la hora de la verdad y no sabía cómo iba a reaccionar su amigo ante las palabras de un criminal. De aquel almacén no paraban de salir aquellos tipos, pero pasó de ellos y salió corriendo hasta llegar hasta una de las paredes, sin pensárselo sacó su espadón e hizo una brecha de forma violenta, a continuación entró.
- ¡Quieto ahí Minato!
El marine llegó hasta el otro almirante y se quedó mirándole de forma seria ¿Qué diablos estaba haciendo? Las sospechas del demonio no podían hacer más que aumentar al ver los pacifistas salir de ese almacén dónde él se hallaba. En su mano derecha se hallaba su enorme arma, en la otra el machete, el cual guardó enseguida para después soltar un leve suspiro al mismo tiempo que observaba al pelirrojo.
- Sé lo que dije y seguramente te habrán informado de ello. Pero ahora quiero decirte una cosa, yo no he dejado de amar a la marina en ningún momento, pero quiero que me respondas a una cosa. ¿Por qué coño hay marines muertos que afirmaron ser atacados por ti Minato? Ya sabes que ante todo te considero uno de mis amigos, uno de los pocos que me quedan. Si te soy sincero no me creo que alguien como tú hiciera eso ¡Pero aún así quiero una jodida explicación Almirante!
Los castaños ojos del asesino de la niebla estaban fijos en su amigo, analizándole despacio y esperando una respuesta, además el hecho de que estuviera allí solo no era algo que pudiera ignorar, había gato encerrado. Puso su enorme espadón en otra posición para no parecer amenazante pues no pretendía eso, tan solo quería hablar con él y según lo que respondiera allí podía haber combate. El haki de observación del demonio estaba activado en todo momento y eso podía evitar ataques de terceros que entraran en aquel lugar.
- ¿Qué demonios haces aquí en lugar de estar batallando? Minato respondeme de amigo a amigo.
- ¡Quieto ahí Minato!
El marine llegó hasta el otro almirante y se quedó mirándole de forma seria ¿Qué diablos estaba haciendo? Las sospechas del demonio no podían hacer más que aumentar al ver los pacifistas salir de ese almacén dónde él se hallaba. En su mano derecha se hallaba su enorme arma, en la otra el machete, el cual guardó enseguida para después soltar un leve suspiro al mismo tiempo que observaba al pelirrojo.
- Sé lo que dije y seguramente te habrán informado de ello. Pero ahora quiero decirte una cosa, yo no he dejado de amar a la marina en ningún momento, pero quiero que me respondas a una cosa. ¿Por qué coño hay marines muertos que afirmaron ser atacados por ti Minato? Ya sabes que ante todo te considero uno de mis amigos, uno de los pocos que me quedan. Si te soy sincero no me creo que alguien como tú hiciera eso ¡Pero aún así quiero una jodida explicación Almirante!
Los castaños ojos del asesino de la niebla estaban fijos en su amigo, analizándole despacio y esperando una respuesta, además el hecho de que estuviera allí solo no era algo que pudiera ignorar, había gato encerrado. Puso su enorme espadón en otra posición para no parecer amenazante pues no pretendía eso, tan solo quería hablar con él y según lo que respondiera allí podía haber combate. El haki de observación del demonio estaba activado en todo momento y eso podía evitar ataques de terceros que entraran en aquel lugar.
- ¿Qué demonios haces aquí en lugar de estar batallando? Minato respondeme de amigo a amigo.
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Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Sí, ahí habían cinco hombres con el símbolo del as de picas en su espalda. Miré hacia el castaño con rabia, pero éste me puso la mano encima del hombro y sonrió tranquilamente. Bajé la cabeza y traté de pensar en la situación; si lo que le había dicho Berny era verdad, estos eran los verdaderos asesinos de Kiseki. Kanna estaba bien, y todos los de las islas de arriba sabían que estaba vivo. "volveré, os lo prometo, volveré cuando sea el mismo de antes" pensé hacia mis adentros y miré una vez más a mi compañero de toda la vida, el que había sido mi mejor amigo y seguía siéndolo incluso ahora, a pesar de la distancia, y, tal vez, aunque uno de los dos muriese, seguiría siendo así para el resto de nuestras vidas. Demasiadas batallas, entrenamientos, años juntos, habíamos salvado las islas del cielo juntos, y, una vez más estábamos ahí, para acabar con los restos de los causantes de toda su trágica historia, "aquella mala historia". Era el momento y la hora de cobrar mi venganza hacia mi hija, aunque no fuese fan de estas mismas, y, era hipócrita por mi parte, pero toda la rabia que tenía en mi interior me obligaba a llevar la solución a mis armas y no al diálogo. Éramos los restantes de la guerra y de nuestra generación, y esperaba que tras esto pudiésemos parar de buscarles y erradicarles, sin importar cuanto costase.
Berny los miró fijamente y el silencio permanecía entre nosotros siete; era una situación crítica para todos y debíamos atacar primero o nos matarían en ese mismo momento. Notaba en mi compañero que estaba igual de débil que yo, no éramos ni las sombras de lo que fuimos entonces. Pudimos contra miles de bestias en una misma pelea, codo con codo junto a mi difunta esposa, ¿y ahora esos cinco nos iban a frenar? Era triste llegar a la conclusión de que nuestro poder no estaba ni al diez por ciento de lo de antaño, pero no podíamos parar en ese momento. A pesar de estar débiles, la compenetración seguía existiendo, y no necesitábamos ni mirarmos para saber qué haría el otro. Sonreí ligeramente y esa mueca, provocó que éste se diera cuenta y comenzáramos una carrera rápida hacia ellos a la misma vez. Nos apoyamos en la pared ligeramente y saltamos hacia delante coordinados de tal forma que una misma plataforma de luz que creé debajo de nuestros pies nos permitió saltar una vez más para colocarnos a las espaldas de estos. Era el sótano más grande que habíamos visto, o por lo menos yo había visto; lancé dos lanzas de luz hacia los focos y nos fundimos a la vez hacia la oscuridad.
Golpeé ligeramente el suelo dando un toque con la mano y saltamos hacia delante, degollando completamente a dos de los hombres con muchísima facilidad. Volvimos a la entrada de las escaleras y chocamos puños mientras nos girábamos para mirar a los otros tres, que permanecían calmados e indiferentes por la pérdida de dos de sus compañeros. ¿Y si ellos eran un cebo colocados a propósito para medir nuestra fuerza? Me preparé una vez más para volver a abalanzarme con Berny pero el hombre del medio, el más musculoso y corpulento agarró a mi compañero con tal velocidad que ni pudimos darnos cuenta. Fui a ayudarle intentando cortar el brazo, pero mi espada rebotó y me tambaleé hacia atrás mirando hacia el brazo del hombre. Soltó a mi compañero y fue a pegar un puñetazo hacia mi estómago, el cual intenté esquivar volviéndome etéreo ya que no me daba tiempo a apartarme... Me estampó contra la pared y caí al suelo soltando sangre por la boca. Haki de armadura, eso sería un grave problema. Me recompuse con algo de dificultad y agité la cabeza intentando mantener la conciencia, el golpe había sido tremedo y ya llevaba fatiga de las anteriores batallas que había librado desde que habíamos llegado a Mariejoa. El hombre volvió a agarrar a mi aliado con una velocidad increíble pero éste se soltó asestándole una patada en la nuca que provocó que se tambalease nuestro enemigo y se echara varios pasos hacia atrás.
Habían pasado varios segundos y debíamos actuar de forma rápida, una simple mirada de reojo de mi compañero me indicó que fuese hacia los otros dos ya que se encargaría del grandullón el solo, y, confiando ciegamente, me adelanté agarrando a Soror Ignis y Soror Ventus para intentar asestarles un corte a cada uno a la vez. Lo esquivaron fácilmente y los dos se apartaron al son, soltándome cada uno una patada a la altura de las costillas, las cuales no pude evitar porque estaban imbuidas en Haki de armadura. Caí al suelo secamente por el impacto pero rodé hacia delante levantándome de un salto para poder reincorporarme rápido. Intenté echar una ojeada a Berny, el cual también lo estaba pasando perras con el grandullón y volví a abalanzarme, esta vez apoyándome con mi pie en el pecho de uno para asestarle una patada en la boca al otro que lo lanzó varios metros hacia atrás. Rodé hacia un lado y me levanté haciendo fuerza con mis muñecas para poder agarrar con las dos piernas a mi otro enemigo y hacerle una llave con estas que lo estampó contra el suelo rompiéndole el cuello al instante. Antes de poder reincorporarme bien, el otro aprovechó y sacó una espada asestando una estocada que me perforó el estomago y provocó que me cayera hacia atrás con la espada clavada. Por suerte, logré evitar que fuera mortal al haberme apartado en el último instante gracias a mis conocimientos vitales de la anatomía. Me quedé de lado y eché otra ojeada hacia mi aliado, el cual estaba agarrado del pelo de las manos del grandullón y tenía toda la cara sangrando.
"No, no es momento de perder la conciencia" me dije hacia mí mismo mientras intentaba levantarme ya con mucha dificultad. Volví mi torso etéreo logrando deshacerme así de la espada sin provocar un desgarro extra y me llevé la mano hacia la herida, la cual sangraba una exageración. Agité la cabeza y me abalancé contra mi enemigo, intercambiando varios golpes con él de tal forma que yo bloqueaba para seguir con un contraataque y viceversa. Intenté asestarle un gancho de derecha en el mentón, pero él fue más rápido y me pegó una patada en el tobillo que provocó que cayese hacia atrás, y en el mismo aire, me agarró de la pierna y me estampó contra el suelo, provocando que mostrase una cara de dolor total y escupir una barbaridad de sangre y saliva. Agarró la espada y me la fue a asestar al pecho, pero rodé hacia un lado rápidamente y me la clavó en el hombro izquierdo, el cual, sin titubear, hizo que amputase todo mi brazo izquierdo desde un poco más allá del hombro. Mis ojos comenzaron a cerrarse a pesar de mi voluntad de seguir peleando; ese ya realmente era mi límite de dolor, mi cuerpo y mi mente no podían soportar mayor dolor que el de perder una extremidad con un tajo limpio. Pero, mientras mis ojos se cerraban, varias figuras pudieron verse... Una chica castaña con ojos púrpura... Louise. Una chica rubia con ojos azules... Ashley... Y, finalmente, girándose y tendiéndome la mano, una chica con apariencia idéntica a la mía... Kiseki.
"¡No es mi hora!" grité mientras me levantaba y lanzaba a Soror Ignis hacia arriba, provocando que mi enemigo mirase hacia ella y dejara de prestarme atención. Logré pegarle una patada en el pecho que le tiró hacia atrás, y pegué un fino giro al son mientras caía la espada, agarrando esta y asestándole un tajo en la cara para seguir un empalamiento contra el suelo que provocó su muerte. Me llevé la mano hacia el hombro izquierdo y me mordí los labios de tal forma que mantuvo mi conciencia un poco más allá; debía ayudar a mi aliado, el cual había logrado reducir al más grande de ellos. Fui hacia su lado mientras me arrancaba la camiseta y me la ataba hacia lo que me quedaba de hombro y preparé mi brazo derecho para hacer "aquel ataque" que siempre habíamos pensado entre los dos y nunca logramos asestar a la vez. Nuestras miradas se cruzaron y fuimos a atacar a la son, pero una onda procediente de la mano de nuestro malherido enemigo fue dirigida hacia mi pierna derecha en diagonal, provocando que perdiera ésta también y mi compañero recibiera un corte muy hondo en el pecho puesto que el cuerpo de Berny era cyborg y por ende, más resistente al mío. Caí hacia la pared y ya, lo único que podía ver, era toda mi vista totalmente borrosa, o eso vería antes de que mi enemigo corriera hacia mí y me metiera dos dedos entre mi único ojo, arrancándolo totalmente. ¿Cómo podía seguir vivo, y, lo más importante, cómo no me había desmallado aún?
No era mi hora de reunirme con ellas, no aún. Me levanté y asesté un puñetazo hacia delante a ciegas ya que ya no disponía de ojos para ver, pero si podía escuchar los sonoros pasos de mi enemigo corpulento debido a su peso. Logré escuchar varios golpes y un silbido tras un "¡delante!", el cual me indicó que debíamos hacerlo, y que el enemigo estaba delante de mí. Cargué mi brazo hacia atrás y asesté un puñetazo que, gracias a la ayuda de mi aliado que agarró mi brazo con los dos suyos y le dio velocidad y mucha más fuerza, impactó contra la cara de mi enemigo, tan raudo que nuestro enemigo no pudo ni siquiera pararlo. El golpe había sido tan fuerte que mi hombro había acabado dislocado y mis nudillos rotos, y notaba algo blando entre mi mano... el cerebro de mi enemigo {PUÑETAZO COMBINADO, AB}. Volví a caer hacia atrás arrancándome la otra pierna del pantalón con un brazo y atándolo como pude en mi pierna para intentar detener la hemorragia. Creé una capa de luz con mi único brazo que provocó que las heridas se cerraran ligeramente, por lo menos como para poder parar la hemorragia. {MANUAL MICAIAH}
-¿Berny...? -pregunté con la voz rota, todavía podía mantener la conciencia- he detenido las hemorragias, saldré de esta... ¿y tú...?
Una katana, la katana de mi compañero, cayó hacia mi lado y no pude ver nada, no sabía si había muerto o estaba desmallado, o incluso al ver que estaba bien, se había ido como siempre había hecho. La agarré con fuerza con el brazo derecho, esa katana era de herencia, y había sido su aliada durante casi treinta años... Estaría bien con ella, como con la esmeralda. Debería devolverle las dos cosas si nos volvíamos a encontrar una vez más... Apoyé la cabeza, la verdad, es que estar ciego daba miedo. Me daba más miedo que perder mis extremidades, solo veía negro y el dolor de todas las partes de mi cuerpo era enorme, hasta que escuché unos pasos. ¿Ese era mi momento? Bah, ya había vengado a Kiseki y erradicado el último rastro de Spade. Estaba bien así, estaba feliz. Sentía como, lograba una paz interior enorme... me resguardaba del dolor, y, lo más bonito, era que tenía mi corazón y mis dudas despejadas. Tras escuchar los pasos más cerca, le reconocí.
-Por qué has tardado tanto... -pregunté con la voz rota, intentando dar un tono de sarcasmo, pero imposible de entender.
--Porque he sido un idiota y no soy tan rápido como tú, hermano. Pero estaba seguro de que podías resolver esto solo y no me equivocaba. -me respondió.
No era ni un cuarto de lo que habías hecho tú, Álex. Esta gente no tenía ni punto de comparación contra los enemigos que tú habías enfrentado. "la he vengado..." dije con la voz aún más rota y viendo como me ponía las gafas, provocando que unas lágrimas bajaran a la par y se juntaban con la sangre, volviéndolas invisibles para la persona que tenía enfrente. Me agarró y dejamos la escena; si no hubiera sido por él, no podría haber salido de ninguna forma de ahí. Tenía que agradecérselo de alguna forma, en un futuro no muy lejano... ¿acabaría con esa forma, ciego y sin extremidades? Iba a ser una carga para mis aliados...
-¿Crees que el mundo podría ser cambiado por la fuerza? -pregunté ya con una voz ligeramente más estable.
Sí, se puede cambiar el mundo por la fuerza. pero el resultado no sería mejor del que queríamos cambiar. Si queremos mejorarlo no debemos hacerlo así. -me contestó serio.
-Te conozco... no te eches las culpas por esto. -le contesté ignorando ligeramente lo que me había dicho, ya que esa pregunta había sido como... retórica, como si de mí mismo me tratase de convencer- Si hubieras sido tú o otro los que hubiera acabado con los asesinos de mi hija, no podría haber descansado en paz. Gracias por venir a por mí y gracias por todo, de verdad. Intentaré aprender eso del... mantra, o como sea... Ya aprenderé a vivir con una pierna y un brazo, siempre y cuando pueda ayudarte en batalla... -acabé diciendo, no sin antes quedarme inconsciente encima de Farkas por la pelea más brutal que había tenido y la cantidad más exagerada de sangre que había perdido.
Berny los miró fijamente y el silencio permanecía entre nosotros siete; era una situación crítica para todos y debíamos atacar primero o nos matarían en ese mismo momento. Notaba en mi compañero que estaba igual de débil que yo, no éramos ni las sombras de lo que fuimos entonces. Pudimos contra miles de bestias en una misma pelea, codo con codo junto a mi difunta esposa, ¿y ahora esos cinco nos iban a frenar? Era triste llegar a la conclusión de que nuestro poder no estaba ni al diez por ciento de lo de antaño, pero no podíamos parar en ese momento. A pesar de estar débiles, la compenetración seguía existiendo, y no necesitábamos ni mirarmos para saber qué haría el otro. Sonreí ligeramente y esa mueca, provocó que éste se diera cuenta y comenzáramos una carrera rápida hacia ellos a la misma vez. Nos apoyamos en la pared ligeramente y saltamos hacia delante coordinados de tal forma que una misma plataforma de luz que creé debajo de nuestros pies nos permitió saltar una vez más para colocarnos a las espaldas de estos. Era el sótano más grande que habíamos visto, o por lo menos yo había visto; lancé dos lanzas de luz hacia los focos y nos fundimos a la vez hacia la oscuridad.
Golpeé ligeramente el suelo dando un toque con la mano y saltamos hacia delante, degollando completamente a dos de los hombres con muchísima facilidad. Volvimos a la entrada de las escaleras y chocamos puños mientras nos girábamos para mirar a los otros tres, que permanecían calmados e indiferentes por la pérdida de dos de sus compañeros. ¿Y si ellos eran un cebo colocados a propósito para medir nuestra fuerza? Me preparé una vez más para volver a abalanzarme con Berny pero el hombre del medio, el más musculoso y corpulento agarró a mi compañero con tal velocidad que ni pudimos darnos cuenta. Fui a ayudarle intentando cortar el brazo, pero mi espada rebotó y me tambaleé hacia atrás mirando hacia el brazo del hombre. Soltó a mi compañero y fue a pegar un puñetazo hacia mi estómago, el cual intenté esquivar volviéndome etéreo ya que no me daba tiempo a apartarme... Me estampó contra la pared y caí al suelo soltando sangre por la boca. Haki de armadura, eso sería un grave problema. Me recompuse con algo de dificultad y agité la cabeza intentando mantener la conciencia, el golpe había sido tremedo y ya llevaba fatiga de las anteriores batallas que había librado desde que habíamos llegado a Mariejoa. El hombre volvió a agarrar a mi aliado con una velocidad increíble pero éste se soltó asestándole una patada en la nuca que provocó que se tambalease nuestro enemigo y se echara varios pasos hacia atrás.
Habían pasado varios segundos y debíamos actuar de forma rápida, una simple mirada de reojo de mi compañero me indicó que fuese hacia los otros dos ya que se encargaría del grandullón el solo, y, confiando ciegamente, me adelanté agarrando a Soror Ignis y Soror Ventus para intentar asestarles un corte a cada uno a la vez. Lo esquivaron fácilmente y los dos se apartaron al son, soltándome cada uno una patada a la altura de las costillas, las cuales no pude evitar porque estaban imbuidas en Haki de armadura. Caí al suelo secamente por el impacto pero rodé hacia delante levantándome de un salto para poder reincorporarme rápido. Intenté echar una ojeada a Berny, el cual también lo estaba pasando perras con el grandullón y volví a abalanzarme, esta vez apoyándome con mi pie en el pecho de uno para asestarle una patada en la boca al otro que lo lanzó varios metros hacia atrás. Rodé hacia un lado y me levanté haciendo fuerza con mis muñecas para poder agarrar con las dos piernas a mi otro enemigo y hacerle una llave con estas que lo estampó contra el suelo rompiéndole el cuello al instante. Antes de poder reincorporarme bien, el otro aprovechó y sacó una espada asestando una estocada que me perforó el estomago y provocó que me cayera hacia atrás con la espada clavada. Por suerte, logré evitar que fuera mortal al haberme apartado en el último instante gracias a mis conocimientos vitales de la anatomía. Me quedé de lado y eché otra ojeada hacia mi aliado, el cual estaba agarrado del pelo de las manos del grandullón y tenía toda la cara sangrando.
"No, no es momento de perder la conciencia" me dije hacia mí mismo mientras intentaba levantarme ya con mucha dificultad. Volví mi torso etéreo logrando deshacerme así de la espada sin provocar un desgarro extra y me llevé la mano hacia la herida, la cual sangraba una exageración. Agité la cabeza y me abalancé contra mi enemigo, intercambiando varios golpes con él de tal forma que yo bloqueaba para seguir con un contraataque y viceversa. Intenté asestarle un gancho de derecha en el mentón, pero él fue más rápido y me pegó una patada en el tobillo que provocó que cayese hacia atrás, y en el mismo aire, me agarró de la pierna y me estampó contra el suelo, provocando que mostrase una cara de dolor total y escupir una barbaridad de sangre y saliva. Agarró la espada y me la fue a asestar al pecho, pero rodé hacia un lado rápidamente y me la clavó en el hombro izquierdo, el cual, sin titubear, hizo que amputase todo mi brazo izquierdo desde un poco más allá del hombro. Mis ojos comenzaron a cerrarse a pesar de mi voluntad de seguir peleando; ese ya realmente era mi límite de dolor, mi cuerpo y mi mente no podían soportar mayor dolor que el de perder una extremidad con un tajo limpio. Pero, mientras mis ojos se cerraban, varias figuras pudieron verse... Una chica castaña con ojos púrpura... Louise. Una chica rubia con ojos azules... Ashley... Y, finalmente, girándose y tendiéndome la mano, una chica con apariencia idéntica a la mía... Kiseki.
"¡No es mi hora!" grité mientras me levantaba y lanzaba a Soror Ignis hacia arriba, provocando que mi enemigo mirase hacia ella y dejara de prestarme atención. Logré pegarle una patada en el pecho que le tiró hacia atrás, y pegué un fino giro al son mientras caía la espada, agarrando esta y asestándole un tajo en la cara para seguir un empalamiento contra el suelo que provocó su muerte. Me llevé la mano hacia el hombro izquierdo y me mordí los labios de tal forma que mantuvo mi conciencia un poco más allá; debía ayudar a mi aliado, el cual había logrado reducir al más grande de ellos. Fui hacia su lado mientras me arrancaba la camiseta y me la ataba hacia lo que me quedaba de hombro y preparé mi brazo derecho para hacer "aquel ataque" que siempre habíamos pensado entre los dos y nunca logramos asestar a la vez. Nuestras miradas se cruzaron y fuimos a atacar a la son, pero una onda procediente de la mano de nuestro malherido enemigo fue dirigida hacia mi pierna derecha en diagonal, provocando que perdiera ésta también y mi compañero recibiera un corte muy hondo en el pecho puesto que el cuerpo de Berny era cyborg y por ende, más resistente al mío. Caí hacia la pared y ya, lo único que podía ver, era toda mi vista totalmente borrosa, o eso vería antes de que mi enemigo corriera hacia mí y me metiera dos dedos entre mi único ojo, arrancándolo totalmente. ¿Cómo podía seguir vivo, y, lo más importante, cómo no me había desmallado aún?
No era mi hora de reunirme con ellas, no aún. Me levanté y asesté un puñetazo hacia delante a ciegas ya que ya no disponía de ojos para ver, pero si podía escuchar los sonoros pasos de mi enemigo corpulento debido a su peso. Logré escuchar varios golpes y un silbido tras un "¡delante!", el cual me indicó que debíamos hacerlo, y que el enemigo estaba delante de mí. Cargué mi brazo hacia atrás y asesté un puñetazo que, gracias a la ayuda de mi aliado que agarró mi brazo con los dos suyos y le dio velocidad y mucha más fuerza, impactó contra la cara de mi enemigo, tan raudo que nuestro enemigo no pudo ni siquiera pararlo. El golpe había sido tan fuerte que mi hombro había acabado dislocado y mis nudillos rotos, y notaba algo blando entre mi mano... el cerebro de mi enemigo {PUÑETAZO COMBINADO, AB}. Volví a caer hacia atrás arrancándome la otra pierna del pantalón con un brazo y atándolo como pude en mi pierna para intentar detener la hemorragia. Creé una capa de luz con mi único brazo que provocó que las heridas se cerraran ligeramente, por lo menos como para poder parar la hemorragia. {MANUAL MICAIAH}
-¿Berny...? -pregunté con la voz rota, todavía podía mantener la conciencia- he detenido las hemorragias, saldré de esta... ¿y tú...?
Una katana, la katana de mi compañero, cayó hacia mi lado y no pude ver nada, no sabía si había muerto o estaba desmallado, o incluso al ver que estaba bien, se había ido como siempre había hecho. La agarré con fuerza con el brazo derecho, esa katana era de herencia, y había sido su aliada durante casi treinta años... Estaría bien con ella, como con la esmeralda. Debería devolverle las dos cosas si nos volvíamos a encontrar una vez más... Apoyé la cabeza, la verdad, es que estar ciego daba miedo. Me daba más miedo que perder mis extremidades, solo veía negro y el dolor de todas las partes de mi cuerpo era enorme, hasta que escuché unos pasos. ¿Ese era mi momento? Bah, ya había vengado a Kiseki y erradicado el último rastro de Spade. Estaba bien así, estaba feliz. Sentía como, lograba una paz interior enorme... me resguardaba del dolor, y, lo más bonito, era que tenía mi corazón y mis dudas despejadas. Tras escuchar los pasos más cerca, le reconocí.
-Por qué has tardado tanto... -pregunté con la voz rota, intentando dar un tono de sarcasmo, pero imposible de entender.
--Porque he sido un idiota y no soy tan rápido como tú, hermano. Pero estaba seguro de que podías resolver esto solo y no me equivocaba. -me respondió.
No era ni un cuarto de lo que habías hecho tú, Álex. Esta gente no tenía ni punto de comparación contra los enemigos que tú habías enfrentado. "la he vengado..." dije con la voz aún más rota y viendo como me ponía las gafas, provocando que unas lágrimas bajaran a la par y se juntaban con la sangre, volviéndolas invisibles para la persona que tenía enfrente. Me agarró y dejamos la escena; si no hubiera sido por él, no podría haber salido de ninguna forma de ahí. Tenía que agradecérselo de alguna forma, en un futuro no muy lejano... ¿acabaría con esa forma, ciego y sin extremidades? Iba a ser una carga para mis aliados...
-¿Crees que el mundo podría ser cambiado por la fuerza? -pregunté ya con una voz ligeramente más estable.
Sí, se puede cambiar el mundo por la fuerza. pero el resultado no sería mejor del que queríamos cambiar. Si queremos mejorarlo no debemos hacerlo así. -me contestó serio.
-Te conozco... no te eches las culpas por esto. -le contesté ignorando ligeramente lo que me había dicho, ya que esa pregunta había sido como... retórica, como si de mí mismo me tratase de convencer- Si hubieras sido tú o otro los que hubiera acabado con los asesinos de mi hija, no podría haber descansado en paz. Gracias por venir a por mí y gracias por todo, de verdad. Intentaré aprender eso del... mantra, o como sea... Ya aprenderé a vivir con una pierna y un brazo, siempre y cuando pueda ayudarte en batalla... -acabé diciendo, no sin antes quedarme inconsciente encima de Farkas por la pelea más brutal que había tenido y la cantidad más exagerada de sangre que había perdido.
- Resumen:
- LA PUTA PELEA MÁS ÉPICA DEL MUNDO Y DEL CAP OKIS¿?¿?¿? OKIS. Dark lanza su AB al final de la batalla para concluirla.
Dark pierde: Brazo izquierdo, el ojo izquierdo que le quedaba (queda ciego) y la pierna derecha.
Dark se disloca el codo del brazo que le queda, le rompen las costillas por los dos lados y se rompe los nudillos.
Dark recibe la katana de su amigo, la cual dejo a elección del mod si es especial o no (?)
Álex me salva y me lleva con él.
Dark acaba desmallado.
Steve
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me puse a mirar las cosas del hombre, recogiendo algunas hojas que habían volado debido a nuestra pequeña conversación sobre cómo, debería haber comprado una maquina que le avisara cuando gente entraba a su casa, en la cual yo tenía toda la razón o al menos mi arma tenía toda la razón, si llamamos razón a los impactos en la cara de otras personas. Las coloque sobre la mesa, apartando las piernas del hombre que cayeron como si de un saco lleno de piedras se tratase y los reuní con los demás, formando una extraña y, al principio, indescifrable nota, pues símbolos, letras y ¿caritas? Estaban dibujados al parecer sin ningún tipo de sentido, todo al tuntún, así que me rasque la cabeza, intentando buscarle algo que me dijera que significaban las notas de aquel señor que no parecía muy cuerdo.
Cogí la pluma estilográfica que había caído minutos antes y reposaba en el suelo, tras haber pasado unos segundos en mi boca cuando salió volando de las manos de su propietario, que intento apuñalarme con esta, cuanto más lo pensaba más absurdo me parecía ¿Sería este el creador del sillón con lanzallamas que había visto en una casa de aquella urbanización? Sin duda no parecía el invento de una persona normal, pero al menos estarías seguro en tu casa. Dándome leves golpecitos con la pluma en la frente, pude ver que algunas de las hojas, parecían continuar el texto o símbolos cortados por terminarse la hoja, por lo que las iba juntando, haciendo que tanto frases como símbolos tuvieran un sentido lógico. Cuando acabe, que había llenado toda la mesa de papeles, se había formado un enorme mapa de la casa, junto a un pequeño texto que afirmaba el lugar de un tesoro, algo así como “tras Morfeo buscar debes.” Pues iba listo ¿quién sería ese tal Morfeo? ¿Dónde estaría? ¿Cómo sabría que era él? Infinidad de preguntas plagaban mi mente, me atosigaban y no me dejaban pensar con claridad, lo cual me hizo enfadar, tirando todos los papeles que estaban perfectamente posicionados sobre la mesa, volviendo a hacerlos volar pero esta vez hacía un lado de la estancia.
Suspiré, intentando descifrar aquel enorme rompecabezas, ¿realmente aquel hombre estaba loco? ¿O era simplemente un gran genio? Mire mejor el cuarto, que, estaba iluminado solamente por un pequeño aparato que proporcionaba luz, mas esa era la única fuente de luz del lugar, aunque en una de las paredes de la habitación hubiera una especie de cristalera, tapada con unas gruesas cortinas de color negro, a las que me dirigí para abrirlas, estaba seguro de que no había pasado tanto tiempo en aquel cuarto como para que se hubiera hecho de noche, como mucho una media hora.
Cuando toque la tela, la sentí suave a la vez que resistente, mientras la apartaba para ver lo que acontecía ahora en la plaza, un enorme cuadro de guerra y destrucción, en pocos segundos se podía resumir como el fin de la inteligencia de cualquier raza, pero lo peor no había llegado y es que un enorme fulgor inundo el lugar acompañado de un sonoro estruendo, que hizo vibrar los cristales, me puse las manos delante de la cara ante la sensación de peligro que daba eso pero no paso… ¿nada? Extraño, sumamente extraño, casi tan extraño como yo. Bueno, giré sobre mí mismo, esperando estar más despierto con el hecho de que algo que podría haberme matado no lo había hecho, el cuarto, ahora lleno de luz natural, podía dejar ver como un cuadro adornaba la pared y una cama simple, con unas mantas de color rosa en la estancia.
Me dirigí al cuadro, para ver si me daba alguna pista, pero este solo era sobre un chico con un color de piel extraño, muy amarillenta y ropas simples, incoloras, por lo que supuse que tendría alguna enfermedad rara, con un… ¿cono de helado en la cabeza? Me acerqué a leer el titulo, Ralf el unicornio retrasado. No me aportaba nada, pero al menos pude pensar en que sería un unicornio, puede que buscara uno al de salir de aquella isla. Acto seguido mire a la cama, las sabanas rosas parecían calentar en las noches, pero aparte de alguna flor de un tono más oscuro, no había nada en aquel lugar que me dejara una pista sobre su tesoro. Y eso me cabreo de nuevo, bastante más que la anterior vez, no había entrado a aquella casa y noqueado a su dueño para irme con las manos vacías. Pero no la encontraba, así que rendido, me tire al suelo, con la mirada perdida hacía debajo de la propia cama, lo cual me hizo sentir absurdamente tonto, creí ver como algo sobresalía, aunque tranquilamente podría haber sido un gnomo de jardín, así que me introduje debajo de esta, sacando una enorme fruta conmigo al salir. Era extraña, de colores negros con espirales amarillas, el olor era… dejémoslo en que era, pero me interesaba probarla, por lo que le metí un mordisco, saboreando este, el cual no era para nada malo, tenía un extraño sabor a carne cocinada, pero ese único bocado me lleno el poco espacio que tenía en el estomago, por lo que la vote sobre mi hombro mientras me levantaba, alejándome del cuarto, todavía preguntándome que hacía ahí.
Bajando por las escaleras, intentaba pensar en algo que hacer, ¿quizás ir a la enorme plaza? Mmmm, había mucha gente, también podría intentar lotear un poco más. Bueno, ya lo vería por el camino.
Cogí la pluma estilográfica que había caído minutos antes y reposaba en el suelo, tras haber pasado unos segundos en mi boca cuando salió volando de las manos de su propietario, que intento apuñalarme con esta, cuanto más lo pensaba más absurdo me parecía ¿Sería este el creador del sillón con lanzallamas que había visto en una casa de aquella urbanización? Sin duda no parecía el invento de una persona normal, pero al menos estarías seguro en tu casa. Dándome leves golpecitos con la pluma en la frente, pude ver que algunas de las hojas, parecían continuar el texto o símbolos cortados por terminarse la hoja, por lo que las iba juntando, haciendo que tanto frases como símbolos tuvieran un sentido lógico. Cuando acabe, que había llenado toda la mesa de papeles, se había formado un enorme mapa de la casa, junto a un pequeño texto que afirmaba el lugar de un tesoro, algo así como “tras Morfeo buscar debes.” Pues iba listo ¿quién sería ese tal Morfeo? ¿Dónde estaría? ¿Cómo sabría que era él? Infinidad de preguntas plagaban mi mente, me atosigaban y no me dejaban pensar con claridad, lo cual me hizo enfadar, tirando todos los papeles que estaban perfectamente posicionados sobre la mesa, volviendo a hacerlos volar pero esta vez hacía un lado de la estancia.
Suspiré, intentando descifrar aquel enorme rompecabezas, ¿realmente aquel hombre estaba loco? ¿O era simplemente un gran genio? Mire mejor el cuarto, que, estaba iluminado solamente por un pequeño aparato que proporcionaba luz, mas esa era la única fuente de luz del lugar, aunque en una de las paredes de la habitación hubiera una especie de cristalera, tapada con unas gruesas cortinas de color negro, a las que me dirigí para abrirlas, estaba seguro de que no había pasado tanto tiempo en aquel cuarto como para que se hubiera hecho de noche, como mucho una media hora.
Cuando toque la tela, la sentí suave a la vez que resistente, mientras la apartaba para ver lo que acontecía ahora en la plaza, un enorme cuadro de guerra y destrucción, en pocos segundos se podía resumir como el fin de la inteligencia de cualquier raza, pero lo peor no había llegado y es que un enorme fulgor inundo el lugar acompañado de un sonoro estruendo, que hizo vibrar los cristales, me puse las manos delante de la cara ante la sensación de peligro que daba eso pero no paso… ¿nada? Extraño, sumamente extraño, casi tan extraño como yo. Bueno, giré sobre mí mismo, esperando estar más despierto con el hecho de que algo que podría haberme matado no lo había hecho, el cuarto, ahora lleno de luz natural, podía dejar ver como un cuadro adornaba la pared y una cama simple, con unas mantas de color rosa en la estancia.
Me dirigí al cuadro, para ver si me daba alguna pista, pero este solo era sobre un chico con un color de piel extraño, muy amarillenta y ropas simples, incoloras, por lo que supuse que tendría alguna enfermedad rara, con un… ¿cono de helado en la cabeza? Me acerqué a leer el titulo, Ralf el unicornio retrasado. No me aportaba nada, pero al menos pude pensar en que sería un unicornio, puede que buscara uno al de salir de aquella isla. Acto seguido mire a la cama, las sabanas rosas parecían calentar en las noches, pero aparte de alguna flor de un tono más oscuro, no había nada en aquel lugar que me dejara una pista sobre su tesoro. Y eso me cabreo de nuevo, bastante más que la anterior vez, no había entrado a aquella casa y noqueado a su dueño para irme con las manos vacías. Pero no la encontraba, así que rendido, me tire al suelo, con la mirada perdida hacía debajo de la propia cama, lo cual me hizo sentir absurdamente tonto, creí ver como algo sobresalía, aunque tranquilamente podría haber sido un gnomo de jardín, así que me introduje debajo de esta, sacando una enorme fruta conmigo al salir. Era extraña, de colores negros con espirales amarillas, el olor era… dejémoslo en que era, pero me interesaba probarla, por lo que le metí un mordisco, saboreando este, el cual no era para nada malo, tenía un extraño sabor a carne cocinada, pero ese único bocado me lleno el poco espacio que tenía en el estomago, por lo que la vote sobre mi hombro mientras me levantaba, alejándome del cuarto, todavía preguntándome que hacía ahí.
Bajando por las escaleras, intentaba pensar en algo que hacer, ¿quizás ir a la enorme plaza? Mmmm, había mucha gente, también podría intentar lotear un poco más. Bueno, ya lo vería por el camino.
- Resumen:
- Desvariar demasiado (creo que iba haciendo falta ¿no?) acto seguido comerse la akuma y salir de la mansión.
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Madara continuaba su camino junto al resto de mercenarios, al parecer y al juzgar por las palabras del hombre del fuego, algo no había sentado bien a su persona. Eso hizo que el moreno continuara con una mirada seria, dijo no confiar en nadie que no fuera él mismo o sus hermanos, pues vaya soldado. Pero si pensaba así era su problema, después cuando dijo la sensación de favoritismo no pudo evitar poner una sonrisa amplia “Novatos” Pensó mientras se relamía despacio y continuaba su camino. Sin embargo lo de la espada ya fue el colmo, tirar un arma al mar así porque sí era la peor de las opciones, un regalo al primer Gyojin que pasase por la zona, definitivamente Akai no pensaba antes de hablar. No pudo evitar hablar al mismo tiempo que iba avanzando a la zona.
- Yo también odio a la gente que no da la cara, pero cada uno tiene su estilo de hacer las cosas Akai, el mundo no está dividido en valientes y cobardes, solo en supervivientes y muertos. Pensaba decíroslo a todos juntos cuando os invité a montar en mi lomo pero ni ninguno lo hizo es culpa suya, por eso Ayane recibió esa información y tan solo tres minutos antes que el resto. Me parece una soberana gilipollez discutir por esto y la espada no irá al mar, ya hablaremos en la base, ahora centraos y procurad no morir, a diferencia de ti como bien has dicho, yo si confío en ti Akai. De modo que dejemos el temita y hagamos lo que mejor sabemos hacer.
Dicho eso continuó caminando hasta ver a un hombre pasar, el cual dejó a un Gyojin a los pies de un hombre (Alex) después se fue, seguramente el otro tipo era un marine o algo. Decidió hacer lo mismo y se acercó con el rostro serio hasta aquel hombre (Almirante de la flota) simplemente dejó el cadáver de Hao Lao ante sus pies, junto al otro tiburón. Después de eso sabiendo cómo estaba la situación entendía que no había tiempo para nada, pero no pensaba largarse de la isla hasta el final y así poder hablar tranquilamente. Por el momento lo único que hizo fue dirigirle unas palabras a aquel hombre de forma tranquila, en un tono ni muy alto ni muy bajo, lo justo para que ese hombre le escuchara bien y sin problemas.
- Aquí tiene uno de los cabecillas señor, somos unos mercenarios que hemos venido a apoyar al gobierno y la marina. Seguiremos con nuestro labor, espero poder hablar con algún cargo alto después de la guerra, un saludo señor.
Tras eso el dragón se alejó hasta estar algo alejados, observó como los paracaídas iban cayendo mientras que otros eran abatidos. Si querían caer mejor allí deberían seguir apoyando a la “justicia” pero en ese momento una voz empezó a escucharse por el lugar, eso provocó que el mercenario sonriera de lado. Al parecer iban a dar un golpe de estado allí mismo, no solo una guerra, ahora debían soportar el ataque revolucionario, aquello se estaba poniendo muy interesante. No pensaba que fueran a apoyar a ese tipo que había hablado, además a él no le interesaba, era neutral y solo se preocupaba por sus hombres y por el dinero. Pero en ese momento pudo ver una figura pasar a una velocidad endiablada por el aire, lo único que alcanzó a ver fue una máscara blanca, eso le hizo quedar un poco confuso. Al momento y gracias a su haki supo de quién se trataba, lo que hizo que su rostro pasara a una seriedad increíble ¿Para qué mentir? Un rostro de preocupación exagerado. “Kogáto qué coño estás… “De repente abrió los ojos como platos mientras empezaba a gruñir “!!!GILIPOLLAS!!!” Pensó sabiendo que ese loco se dirigía hacia dónde venía la presencia del hombre que habló sobre el plan contra el gobierno.
Madara no podía hacer nada si su hermano hacia eso, él estaba ahora en una situación de desesperación y miedo, si ese idiota se descubría todo se iría al garete, podían matar a su hermano delante de sus narices y sin que este pudiera hacer nada para evitarlo. Sintió un dolor muy grande en el pecho, una sensación de nervios y de temor, es que era subnormal. Que pila de ostiones se iba a llevar si salía de allí “Maldito idiota ¿Qué coño haces?” Pese a esta todo Kyofu delante, el dragón negro no se cortaba ni un pelo y se ponía a gruñir allí mismo ¿Era una sensación de miedo? Estaba realmente asustado por si a su hermano pequeño le pasaba algo malo, la impotencia estaba apoderándose de él y ahora se sentía muy débil. Las palabras no salían de su boca y temblaba ligeramente, como el pasara algo él mismo se ocuparía de la jodida destrucción del maldito planeta, empezando por la puta revolución al iniciar aquel ataque y seguidamente de los malditos peces.
- Imbécil… ¡¿Qué coño crees que estás haciendo idiota?!
Gritó de repente en la dirección en la que había visto al moreno pasar, se tiró al suelo pegando un puñetazo en este con su brazo bueno y agrietando ligeramente la zona del golpe. Su rostro ahora era de ira y desesperación, su respiración se estaba volviendo ya demasiado agitada, era de suicidas, conocía bien a su hermano y ya sabía lo que pretendía hacer. Sabía que Kogáto no le había escuchado de ninguna forma y eso era muy fácil de saber debido a la velocidad que este había llevado al pasar. Las venas de la frente del mercenario se empezaron a hinchar, incluso ignoró el dolor de su mano quemada y apretó ambos puños con furia y coraje, llegando incluso a hacerse daño en ambos. Había perdido los papeles, lo único que apreciaba hasta la muerte en el mundo después de sus compañeros era su hermanito y sabía que había una probabilidad muy alta de que este muriese allí mismo. No pudo evitar imbuir su puño en haki armadura y golpear una pequeña venta haciéndola pedazos mientras gritaba de ira.
- ¡¿Por qué tiene que ser tan inmaduro!? ¡Cómo le pase algo juro que me presento en la base de la rebelión para arrancarles la puta cabeza personalmente! ¡Inoportunos de los cojones!
Seguramente ninguno de sus hombres sabría qué diablos le estaba pasando, salvo Ayane que había presenciado el anterior encuentro entre hermanos. El ojo izquierdo del mercenario empezó a emitir sangre mientras brillaba, Madara respiraba cada vez más deprisa y no pudo evitar apoyarse en Crok. No le gustaba que le vieran en ese estado pero no podía hacer nada para evitarlo, había cuidado de aquel enano desde hacía mucho tiempo.
- Lo mato… ¡Grrrrr!
- Yo también odio a la gente que no da la cara, pero cada uno tiene su estilo de hacer las cosas Akai, el mundo no está dividido en valientes y cobardes, solo en supervivientes y muertos. Pensaba decíroslo a todos juntos cuando os invité a montar en mi lomo pero ni ninguno lo hizo es culpa suya, por eso Ayane recibió esa información y tan solo tres minutos antes que el resto. Me parece una soberana gilipollez discutir por esto y la espada no irá al mar, ya hablaremos en la base, ahora centraos y procurad no morir, a diferencia de ti como bien has dicho, yo si confío en ti Akai. De modo que dejemos el temita y hagamos lo que mejor sabemos hacer.
Dicho eso continuó caminando hasta ver a un hombre pasar, el cual dejó a un Gyojin a los pies de un hombre (Alex) después se fue, seguramente el otro tipo era un marine o algo. Decidió hacer lo mismo y se acercó con el rostro serio hasta aquel hombre (Almirante de la flota) simplemente dejó el cadáver de Hao Lao ante sus pies, junto al otro tiburón. Después de eso sabiendo cómo estaba la situación entendía que no había tiempo para nada, pero no pensaba largarse de la isla hasta el final y así poder hablar tranquilamente. Por el momento lo único que hizo fue dirigirle unas palabras a aquel hombre de forma tranquila, en un tono ni muy alto ni muy bajo, lo justo para que ese hombre le escuchara bien y sin problemas.
- Aquí tiene uno de los cabecillas señor, somos unos mercenarios que hemos venido a apoyar al gobierno y la marina. Seguiremos con nuestro labor, espero poder hablar con algún cargo alto después de la guerra, un saludo señor.
Tras eso el dragón se alejó hasta estar algo alejados, observó como los paracaídas iban cayendo mientras que otros eran abatidos. Si querían caer mejor allí deberían seguir apoyando a la “justicia” pero en ese momento una voz empezó a escucharse por el lugar, eso provocó que el mercenario sonriera de lado. Al parecer iban a dar un golpe de estado allí mismo, no solo una guerra, ahora debían soportar el ataque revolucionario, aquello se estaba poniendo muy interesante. No pensaba que fueran a apoyar a ese tipo que había hablado, además a él no le interesaba, era neutral y solo se preocupaba por sus hombres y por el dinero. Pero en ese momento pudo ver una figura pasar a una velocidad endiablada por el aire, lo único que alcanzó a ver fue una máscara blanca, eso le hizo quedar un poco confuso. Al momento y gracias a su haki supo de quién se trataba, lo que hizo que su rostro pasara a una seriedad increíble ¿Para qué mentir? Un rostro de preocupación exagerado. “Kogáto qué coño estás… “De repente abrió los ojos como platos mientras empezaba a gruñir “!!!GILIPOLLAS!!!” Pensó sabiendo que ese loco se dirigía hacia dónde venía la presencia del hombre que habló sobre el plan contra el gobierno.
Madara no podía hacer nada si su hermano hacia eso, él estaba ahora en una situación de desesperación y miedo, si ese idiota se descubría todo se iría al garete, podían matar a su hermano delante de sus narices y sin que este pudiera hacer nada para evitarlo. Sintió un dolor muy grande en el pecho, una sensación de nervios y de temor, es que era subnormal. Que pila de ostiones se iba a llevar si salía de allí “Maldito idiota ¿Qué coño haces?” Pese a esta todo Kyofu delante, el dragón negro no se cortaba ni un pelo y se ponía a gruñir allí mismo ¿Era una sensación de miedo? Estaba realmente asustado por si a su hermano pequeño le pasaba algo malo, la impotencia estaba apoderándose de él y ahora se sentía muy débil. Las palabras no salían de su boca y temblaba ligeramente, como el pasara algo él mismo se ocuparía de la jodida destrucción del maldito planeta, empezando por la puta revolución al iniciar aquel ataque y seguidamente de los malditos peces.
- Imbécil… ¡¿Qué coño crees que estás haciendo idiota?!
Gritó de repente en la dirección en la que había visto al moreno pasar, se tiró al suelo pegando un puñetazo en este con su brazo bueno y agrietando ligeramente la zona del golpe. Su rostro ahora era de ira y desesperación, su respiración se estaba volviendo ya demasiado agitada, era de suicidas, conocía bien a su hermano y ya sabía lo que pretendía hacer. Sabía que Kogáto no le había escuchado de ninguna forma y eso era muy fácil de saber debido a la velocidad que este había llevado al pasar. Las venas de la frente del mercenario se empezaron a hinchar, incluso ignoró el dolor de su mano quemada y apretó ambos puños con furia y coraje, llegando incluso a hacerse daño en ambos. Había perdido los papeles, lo único que apreciaba hasta la muerte en el mundo después de sus compañeros era su hermanito y sabía que había una probabilidad muy alta de que este muriese allí mismo. No pudo evitar imbuir su puño en haki armadura y golpear una pequeña venta haciéndola pedazos mientras gritaba de ira.
- ¡¿Por qué tiene que ser tan inmaduro!? ¡Cómo le pase algo juro que me presento en la base de la rebelión para arrancarles la puta cabeza personalmente! ¡Inoportunos de los cojones!
Seguramente ninguno de sus hombres sabría qué diablos le estaba pasando, salvo Ayane que había presenciado el anterior encuentro entre hermanos. El ojo izquierdo del mercenario empezó a emitir sangre mientras brillaba, Madara respiraba cada vez más deprisa y no pudo evitar apoyarse en Crok. No le gustaba que le vieran en ese estado pero no podía hacer nada para evitarlo, había cuidado de aquel enano desde hacía mucho tiempo.
- Lo mato… ¡Grrrrr!
- Off:
- Entregar a Hao Lao, mosqueo brutal al ver a kogato dirigirse con la mascara hacia el centro, perdida de papeles de madara, nervios aumentando hasta el punto de posible ataque de nervios y enfado monumental
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Por fin habíamos cumplido el primer cometido con el que habíamos comenzado a movernos ese día, entregándole los tubos a nuestro capitán. Parecía que había terminado su combate, poco a poco fuimos llegando todos al lugar donde se encontraba el capitán, quien al ver la pierna de Midorima se la amputó, provocando que empezase a sangrar de forma considerable, necesitábamos que se encargase de él Uracha ya que era el que sabría qué hacer, aunque de momento le hice un torniquete con una tela que había por el suelo y un palo para apretarla bien. De repente escuchamos una voz que resonó en todo el lugar, y que resultó ser del Almirante Kurotora:
- Marines, agentes, piratas, revolucionarios y a todos los demás presentes en Mariejoa. Os habla Lion D. Karl, Almirante de la Marina - hizo una pequeña pausa - Desde hace siglos todos vivimos en una situación injusta. Y esto nos afecta a todos, seamos quienes seamos y tengamos las ideas que tengamos. Pues tenemos a un Gobierno que nos rige a todos, y que en teoría lo hace con justicia. Pero hermanos, ¿es cierto esto? ¿Qué justicia hay en ser gobernados por un grupo de personas que no han sido elegidas si no por gente totalmente ajena a nosotros? Más aun, pues ese no es el caso... ¿qué justicia hay en un Gobierno que además de regir al mundo con poder absoluto, defiende a una casta de nobles autodenominados "tenryuubitos"? ¿O en que esa misma casta tenga derecho a asesinar impunemente y esté protegida aunque cometa los más terribles crímenes? Se nos prohíbe conocer qué ocultan los Phoneglyphs. Se nos prohíbe hacerle nada a los Nobles Mundiales, o ayudar a sus esclavos. Se nos ordena callar, obedecer y sonreír como si no pasara nada... ¡YA BASTA! ¡ES HORA DE ACABAR CON ESTA TIRANIA! Todos tenemos objetivos e ideas diferentes, pero estoy seguro de que la mayor parte de nosotros estamos de acuerdo en que esta situación es injusta. Hoy os convoco a todos. ¡TODOS DEBEMOS LUCHAR UNIDOS, SIN DIFERENCIAS DE RAZA, IDEAS O CUALQUIER OTRA DIVISION! ¡Pues esas divisiones no hacen si no fortalecer a nuestro verdadero enemigo! ¡Revolucionarios, vosotros sois enemigos del Gobierno! Entended la necesidad de la unidad. ¡Os pido vuestra fuerza y perseverancia! ¡Piratas! ¡Sois gente libre! ¡Es hora de que demostréis vuestro deseo de mantener esa libertad derrotando a quien pretende arrebatárosla! ¡Agentes del Cipher Pol! ¡Sois meras herramientas del Gobierno y los Nobles! ¡Abrid los ojos y comprended en qué clase de realidad vivís! Es hora de que rompáis vuestras cadenas. Y finalmente... ¡hermanos marines! ¡Desde siempre hemos sido la carne de cañón del Gobierno, y el día de hoy ha sido otro ejemplo más! ¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei. ¡JUSTICIA O MUERTE!
Era un discurso en el que traicionaba a la marina y al gobierno, sin esperar Dexter nos dio nuevas órdenes para que volviésemos al barco, pero primero deberíamos encargarnos de la pierna de Midorima, si perdía demasiada sangre podría morir. Por otra parte el capitán se quitó un anillo que llevaba y me lo entregó, era el anillo con el que el barco podría ponerse en funcionamiento, y me dejó al mando hasta su vuelta, tras esto se marcho en dirección al centro de la ciudad.
Me quedé bloqueado durante unos momentos, no sabía qué hacer, y me había pillado por sorpresa lo que había dicho el capitán, nunca me había gustado dar órdenes, pero ahora era responsable de llevar a salvo a mis compañeros de vuelta al barco, hice una profunda inspiración y solté el aire despacio para relajarme y poder pensar con la cabeza fría.
-Uracha necesito que trates lo básico la pierna de Mido, al menos para que deje de sangrar, en el barco terminaremos de curarle, y yo te daré una pierna nueva- dije mientras me ponía el anillo en un dedo que me valiese para no perderlo- cuando esté listo empezaremos a movernos, Uracha y Nemo, si os gusta la idea ir abriendo camino en dirección al barco, Worgulv si te ves con fuerza carga a Midorima, y Hinori iras conmigo para cubrirles las espaldas.
Mientras nos preparábamos para la vuelta al barco pude ver cerca de nosotros que en el aire ascendía una humareda en forma de hongo junto con un gran sonido de explosión, y en el cielo cyborgs peleando, teníamos que irnos cuanto antes.
- Marines, agentes, piratas, revolucionarios y a todos los demás presentes en Mariejoa. Os habla Lion D. Karl, Almirante de la Marina - hizo una pequeña pausa - Desde hace siglos todos vivimos en una situación injusta. Y esto nos afecta a todos, seamos quienes seamos y tengamos las ideas que tengamos. Pues tenemos a un Gobierno que nos rige a todos, y que en teoría lo hace con justicia. Pero hermanos, ¿es cierto esto? ¿Qué justicia hay en ser gobernados por un grupo de personas que no han sido elegidas si no por gente totalmente ajena a nosotros? Más aun, pues ese no es el caso... ¿qué justicia hay en un Gobierno que además de regir al mundo con poder absoluto, defiende a una casta de nobles autodenominados "tenryuubitos"? ¿O en que esa misma casta tenga derecho a asesinar impunemente y esté protegida aunque cometa los más terribles crímenes? Se nos prohíbe conocer qué ocultan los Phoneglyphs. Se nos prohíbe hacerle nada a los Nobles Mundiales, o ayudar a sus esclavos. Se nos ordena callar, obedecer y sonreír como si no pasara nada... ¡YA BASTA! ¡ES HORA DE ACABAR CON ESTA TIRANIA! Todos tenemos objetivos e ideas diferentes, pero estoy seguro de que la mayor parte de nosotros estamos de acuerdo en que esta situación es injusta. Hoy os convoco a todos. ¡TODOS DEBEMOS LUCHAR UNIDOS, SIN DIFERENCIAS DE RAZA, IDEAS O CUALQUIER OTRA DIVISION! ¡Pues esas divisiones no hacen si no fortalecer a nuestro verdadero enemigo! ¡Revolucionarios, vosotros sois enemigos del Gobierno! Entended la necesidad de la unidad. ¡Os pido vuestra fuerza y perseverancia! ¡Piratas! ¡Sois gente libre! ¡Es hora de que demostréis vuestro deseo de mantener esa libertad derrotando a quien pretende arrebatárosla! ¡Agentes del Cipher Pol! ¡Sois meras herramientas del Gobierno y los Nobles! ¡Abrid los ojos y comprended en qué clase de realidad vivís! Es hora de que rompáis vuestras cadenas. Y finalmente... ¡hermanos marines! ¡Desde siempre hemos sido la carne de cañón del Gobierno, y el día de hoy ha sido otro ejemplo más! ¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei. ¡JUSTICIA O MUERTE!
Era un discurso en el que traicionaba a la marina y al gobierno, sin esperar Dexter nos dio nuevas órdenes para que volviésemos al barco, pero primero deberíamos encargarnos de la pierna de Midorima, si perdía demasiada sangre podría morir. Por otra parte el capitán se quitó un anillo que llevaba y me lo entregó, era el anillo con el que el barco podría ponerse en funcionamiento, y me dejó al mando hasta su vuelta, tras esto se marcho en dirección al centro de la ciudad.
Me quedé bloqueado durante unos momentos, no sabía qué hacer, y me había pillado por sorpresa lo que había dicho el capitán, nunca me había gustado dar órdenes, pero ahora era responsable de llevar a salvo a mis compañeros de vuelta al barco, hice una profunda inspiración y solté el aire despacio para relajarme y poder pensar con la cabeza fría.
-Uracha necesito que trates lo básico la pierna de Mido, al menos para que deje de sangrar, en el barco terminaremos de curarle, y yo te daré una pierna nueva- dije mientras me ponía el anillo en un dedo que me valiese para no perderlo- cuando esté listo empezaremos a movernos, Uracha y Nemo, si os gusta la idea ir abriendo camino en dirección al barco, Worgulv si te ves con fuerza carga a Midorima, y Hinori iras conmigo para cubrirles las espaldas.
Mientras nos preparábamos para la vuelta al barco pude ver cerca de nosotros que en el aire ascendía una humareda en forma de hongo junto con un gran sonido de explosión, y en el cielo cyborgs peleando, teníamos que irnos cuanto antes.
- resumen:
- entregar los tubos a Dexter entes de que se vaya - escuchar el discurso de Karl - recibir las ordenes de Dexter y el anillo - organizar a mis compañeros para volver al barco
Rayne Von Valliere
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La morena saltaba grácilmente de su bote para dirigirse hacia donde ella sabía que tenía que ir. La última misión del CP la había mantenido muy ocupada, pero eso a ella no le importaba en absoluto. Ella estaba para conocerle de una vez por todas, y comunicarle que ella era su hija, y que su madre estaba viva a pesar de las creencias de su padre. Sabía donde estaban de sobras, y no le haría falta buscar demasiado para encontrarles. Debía llegar hacia la zona lo más rápido posible, y así hizo; llegó hasta Álex, Isma... ¿y los otros dos quiénes eran? No, eso no importaba ahora. Buscó asustada a su padre y agarró a Isma y Álex, intentando chocar sus cabezas con fuerza cabreada mientras volvía a mirar una vez más hacia todos los lados. Vio a Farkas, y ahí se quedo boquiabierta... Se dirigió corriendo hacia su padre, que estaba desmallado encima, y le pasó la mano delicadamente por la espalda. Una pierna, un brazo... incluso el ojo que le quedaba. La agente del CP bajó la cabeza y se cayó de rodillas, ¿qué debía haberle hecho eso?
-Hey, Rayne... ¿qué haces tú por aquí? -le preguntó el moreno con la voz rota, parecía haber recobrado la conciencia.
-Yo... lo siento por no haber estado antes. -pronunció con una voz débil- ¿ya los has matado, no?
-Sí, ya los he matado. Bueno, chiquilla, déjame descansar un poco... -contestó el moreno mientras volvía a recostarse encima del lobo.
La morena se giró enfadada y miró hacia Álex, al cual comenzó a andar de forma violenta mientras levantaba el puño y cargó hacia él, intentando soltarle en el estómago el puñetazo más fuerte que pudo soltar en ese mismo momento {AB} seguido de un guantazo por si eso fallaba. Bajó la cabeza y comenzó a golpear el pecho del aliado de su padre, ya que no sabía cómo sentirse o comportarse en ese mismo momento... Lo único que se le pasaba por la cabeza, es que la culpa la tenía Álex, ya que sabía de sobras el estado de su padre y aún así lo había dejado solo. A ella le daba igual el resto de gente en ese mismo momento, solo le importaba su padre, el cual, no estaba en su mejor momento.
-Ya te vale. Confié en ti... -dijo cabizbaja, mientras sacaba una tarjeta que tenía en el bolsillo del esmoquin- toma, con tu rango y tu renombre, te dejarán ir hacia allá de sobras. Di que vas de mi parte y pondrán a mi padre unos implantes para las extremidades que le faltan, e incluso unos ojos nuevos. Eso sí, te pido... por favor, que le ayudes a recuperar su fuerza. Yo no puedo estar con él... -dijo elevando la mirada- quiero subir de rango en el CP para poder llegar al Gorosei y convencerles de tal forma que podamos cambiar el mundo. Lo estás haciendo bien, lo has hecho fenomenal, pero debemos de actuar mejor y más rápido. Voy a ser la líder del CP -dijo convencida- y cambiaré la corrupción que lo mantiene en pie. Hasta entonces, seguid así, necesitaré tiempo y entrenamiento
Se acercó a Farkas y acarició al lobo, después se acercó hacia la cara del lobo y le besó encima del hocico. Le encantaba ese lobo, sin dudas. Se acercó una vez más a Álex e Isma ignorando a los otros que estaban ahí y les soltó una nota en la mano.
-Dadle esto cuando mi padre tenga los implantes -dijo ya calmada- y observad la cara que pondrá después, no tendrá precio -exclamó sonriendo- se quedará de piedra al saber que mi madre está viva.
Acto seguido, la morena se cruzó de brazos esperando.
-Hey, Rayne... ¿qué haces tú por aquí? -le preguntó el moreno con la voz rota, parecía haber recobrado la conciencia.
-Yo... lo siento por no haber estado antes. -pronunció con una voz débil- ¿ya los has matado, no?
-Sí, ya los he matado. Bueno, chiquilla, déjame descansar un poco... -contestó el moreno mientras volvía a recostarse encima del lobo.
La morena se giró enfadada y miró hacia Álex, al cual comenzó a andar de forma violenta mientras levantaba el puño y cargó hacia él, intentando soltarle en el estómago el puñetazo más fuerte que pudo soltar en ese mismo momento {AB} seguido de un guantazo por si eso fallaba. Bajó la cabeza y comenzó a golpear el pecho del aliado de su padre, ya que no sabía cómo sentirse o comportarse en ese mismo momento... Lo único que se le pasaba por la cabeza, es que la culpa la tenía Álex, ya que sabía de sobras el estado de su padre y aún así lo había dejado solo. A ella le daba igual el resto de gente en ese mismo momento, solo le importaba su padre, el cual, no estaba en su mejor momento.
-Ya te vale. Confié en ti... -dijo cabizbaja, mientras sacaba una tarjeta que tenía en el bolsillo del esmoquin- toma, con tu rango y tu renombre, te dejarán ir hacia allá de sobras. Di que vas de mi parte y pondrán a mi padre unos implantes para las extremidades que le faltan, e incluso unos ojos nuevos. Eso sí, te pido... por favor, que le ayudes a recuperar su fuerza. Yo no puedo estar con él... -dijo elevando la mirada- quiero subir de rango en el CP para poder llegar al Gorosei y convencerles de tal forma que podamos cambiar el mundo. Lo estás haciendo bien, lo has hecho fenomenal, pero debemos de actuar mejor y más rápido. Voy a ser la líder del CP -dijo convencida- y cambiaré la corrupción que lo mantiene en pie. Hasta entonces, seguid así, necesitaré tiempo y entrenamiento
Se acercó a Farkas y acarició al lobo, después se acercó hacia la cara del lobo y le besó encima del hocico. Le encantaba ese lobo, sin dudas. Se acercó una vez más a Álex e Isma ignorando a los otros que estaban ahí y les soltó una nota en la mano.
-Dadle esto cuando mi padre tenga los implantes -dijo ya calmada- y observad la cara que pondrá después, no tendrá precio -exclamó sonriendo- se quedará de piedra al saber que mi madre está viva.
Acto seguido, la morena se cruzó de brazos esperando.
- Resumen:
- Llego al punto 2, que es donde están los aliados de Dark E. Satou, mi padre. Veo el estado de mi padre y, cabreada, lanzo un AB a Álex. Suelto un discursito y después le otorgo una nota a Álex y otra a Isma, dándoles información de donde pueden poner implantes a Dark e información sobre mi madre, que está viva.
Drako Hyrule
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Tras escuchar las órdenes de León, me quedé un tanto paralizado. No sabía bien quienes eran, pero iría a ayudar. Por sus ropajes, parecían agentes del gobierno, por lo que eran mis aliados. Me encontraba en condiciones de luchar, pero...¿realmente buscaba eso? Proteger a alguien a quien si quiera conocía no era mi obligación, debía defender a los míos, a los tantos de marines que estaban sacrificando sus vidas por salvar esta tierra, y sobre todo, quería honrar el nombre de mi gran amigo, Demon C. Genos. Aquel chaval me había considerado como su hermano desde siempre, ayudándome en todo lo que estuviese a su alcance para que mejorase y me sintiese bien, pero ahora, ahora él estaba muerto, pero no dejaría que su muerte hubiese sido en vano.
-Muchas gracias por todo chicos, un placer haberos conocido, pero este no es mi sitio, mucha suerte con Leoshiro.- Les dije a la vez que agarraba el pomo de la puerta.
Tras esto, lo giré con firmeza y abandoné aquella habitación. Al salir, pude escuchar una voz que me resultaba familiar. No conseguía recordar de quien se trataba, me sonaba muy conocida, como si la conociese de bastante tiempo...
¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei.
Esas palabras... ¿de quién se trataba...?
¡JUSTICIA O MUERTE!
¡Eso era! El Almirante Lion D. Karl. Estaba haciendo una especie de cruzada para acabar de una vez por todas con los Tenryubitos, era el momento. En su momento le dije lo que pensaba de ellos, y que me gustaría acabar con ellos. Miré fijamente al cielo, como revolucionarios caían, marines mataban, todo era muerte, destrucción y más muerte... Debía hacerlo. Cogí una túnica de un revolucionario caido, de color verde. Tras eso, me la puse encima de todo mi cuerpo, y me puse una máscara de gas, consiguiendo así que fuese practicamente imposible distinguirme, ya que a no ser que me conociese bastante de antes (cosa que no imaginaba), no me reconocerían.
Pude escuchar como Karl nos citó en jardines del Gorosei, me dirigiría hacia allí, pues lo ayudaría en su plan, ya que ambos teníamos los mismos fines. Si por alguna razón me pillaban junto a él, fingiría que era para descubrir sus planes. La túnica no me tapaba toda la camisa, pero solamente dejaba ver la parte de más abajo, así como un poco del pantalón. Me estaba bastante grande, ya que pertenecería a un hombre grande.
Una vez llegase a los jardines, esperaría a Karl para escuchar su plan y ver que haríamos para continuar. Había llegado el fin de los tenryubitos.
-Drako, debes estar tranquilo, todo saldrá bien, tienes a tu lado a uno de los mayores guerreros de los 7 mares, su plan no puede fallar.
Si me encontraba a alguien conocido por el camino, no le diría que era yo, solamente lo diría en caso de que me reconociese.
-Muchas gracias por todo chicos, un placer haberos conocido, pero este no es mi sitio, mucha suerte con Leoshiro.- Les dije a la vez que agarraba el pomo de la puerta.
Tras esto, lo giré con firmeza y abandoné aquella habitación. Al salir, pude escuchar una voz que me resultaba familiar. No conseguía recordar de quien se trataba, me sonaba muy conocida, como si la conociese de bastante tiempo...
¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei.
Esas palabras... ¿de quién se trataba...?
¡JUSTICIA O MUERTE!
¡Eso era! El Almirante Lion D. Karl. Estaba haciendo una especie de cruzada para acabar de una vez por todas con los Tenryubitos, era el momento. En su momento le dije lo que pensaba de ellos, y que me gustaría acabar con ellos. Miré fijamente al cielo, como revolucionarios caían, marines mataban, todo era muerte, destrucción y más muerte... Debía hacerlo. Cogí una túnica de un revolucionario caido, de color verde. Tras eso, me la puse encima de todo mi cuerpo, y me puse una máscara de gas, consiguiendo así que fuese practicamente imposible distinguirme, ya que a no ser que me conociese bastante de antes (cosa que no imaginaba), no me reconocerían.
- Mas o menos...:
- Mas o menos así, pero con túnica de color verde oscuro como la de Monkey D Dragon
Pude escuchar como Karl nos citó en jardines del Gorosei, me dirigiría hacia allí, pues lo ayudaría en su plan, ya que ambos teníamos los mismos fines. Si por alguna razón me pillaban junto a él, fingiría que era para descubrir sus planes. La túnica no me tapaba toda la camisa, pero solamente dejaba ver la parte de más abajo, así como un poco del pantalón. Me estaba bastante grande, ya que pertenecería a un hombre grande.
Una vez llegase a los jardines, esperaría a Karl para escuchar su plan y ver que haríamos para continuar. Había llegado el fin de los tenryubitos.
-Drako, debes estar tranquilo, todo saldrá bien, tienes a tu lado a uno de los mayores guerreros de los 7 mares, su plan no puede fallar.
Si me encontraba a alguien conocido por el camino, no le diría que era yo, solamente lo diría en caso de que me reconociese.
- Resumen:
- Despedirme de los CPs - Salir de la habitación y escuchar un trozo del discurso de Karl - Me disfrazo de incognito - Me dirijo hacia el lugar citado por Karl para ayudarlo mientras iba de incognito.
- KARL ESTE POST PUEDE INTERESARTE:
- Me dirijo a los jardines del Gorosei para ayudarte en tu plan ^^.
Rainbow662
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Un pasillo oscuro fue lo único que encontró tras la pared derruida. El pirata escudriñó la oscuridad durante unos segundos y se preguntó que habría al final del pasadizo, no quería llevarse sorpresas desagradables. Ya había tenido bastante cuando Rose atacó a la pared al mismo tiempo que él y casi le da un infarto. No se esperaba que usase un golpe tan fuerte para un muro, aunque al menos habían conseguido abrir un agujero al otro lado. -¿Quién es la ruidosa ahora? -preguntó burlonamente. Siempre se había considerado un tipo relativamente discreto y no entendía porque la gente tendía a pensar que era ruidoso y llamativo. Si lo decían sobre la morsa podía entenderlo, pero claro, ese bicho era un engendro que desentonaba en cualquier lugar pero él era un apacible ciudadano más... bueno, algo así.
-En fin, vamos para dentro, ¿no? -dijo dirigiéndose a la pelirroja. Arribor sacó al dial de su chaqueta y lo lanzó al suelo. En cuanto cayó al suelo, Franklin abandonó su forma de concha y se transformó en morsa. No era precisamente normal que el pirata llamase a su mascota, sobretodo porque normalmente aparecía cuando menos se lo esperaba y le incordiaba todo lo que podía, pero en esa situación tal vez fuese útil por primera vez desde que tenía memoria. Aunque teniendo en cuenta como bebía a veces, no le extrañaba tener varias lagunas en su mente. Apretó el botón que había tras la nuca del animal y le ordenó que abriese la boca. De inmediato, sus facultades de dial le permitieron soltar un haz de luz similar a una linterna, iluminando así el oscuro pasillo.
-Ehh, bibliotecario, ¿no te importa que echemos un vistazo, no? Vale, guay. Sigue con tu libro. -dijo sin dejarle siquiera contestar. Lo cierto era que entraría de todos modos pero no estaba de más restregarle por la cara el hecho de que habían podido cruzar la puerta y él no. Consciente de que fuera había una guerra, avanzó a paso ligero, pateando de vez en cuando a la morsa para que fuese más deprisa y recordando como casi muere por su culpa la última vez que estuvieron en un lugar de ese tipo. Solo esperaba que no pasase esta vez, aunque teniendo en cuenta que había una guerra fuera, quizás eso fuese complicado. En fin, el futuro Arribor se preocuparía de eso.
-En fin, vamos para dentro, ¿no? -dijo dirigiéndose a la pelirroja. Arribor sacó al dial de su chaqueta y lo lanzó al suelo. En cuanto cayó al suelo, Franklin abandonó su forma de concha y se transformó en morsa. No era precisamente normal que el pirata llamase a su mascota, sobretodo porque normalmente aparecía cuando menos se lo esperaba y le incordiaba todo lo que podía, pero en esa situación tal vez fuese útil por primera vez desde que tenía memoria. Aunque teniendo en cuenta como bebía a veces, no le extrañaba tener varias lagunas en su mente. Apretó el botón que había tras la nuca del animal y le ordenó que abriese la boca. De inmediato, sus facultades de dial le permitieron soltar un haz de luz similar a una linterna, iluminando así el oscuro pasillo.
-Ehh, bibliotecario, ¿no te importa que echemos un vistazo, no? Vale, guay. Sigue con tu libro. -dijo sin dejarle siquiera contestar. Lo cierto era que entraría de todos modos pero no estaba de más restregarle por la cara el hecho de que habían podido cruzar la puerta y él no. Consciente de que fuera había una guerra, avanzó a paso ligero, pateando de vez en cuando a la morsa para que fuese más deprisa y recordando como casi muere por su culpa la última vez que estuvieron en un lugar de ese tipo. Solo esperaba que no pasase esta vez, aunque teniendo en cuenta que había una guerra fuera, quizás eso fuese complicado. En fin, el futuro Arribor se preocuparía de eso.
Aoi Sasaki
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La lucha nos estaba costando, pero antes de darle mi ataque a aquel Gyojin, un hombre que se encontraba volando sobre nosotros, se metió a la pelea para ayudarnos.
Descendió y de un golpe pareció derrotar a aquel pez, nos empezó a hablar, cosas de como que escapamos que el se encargara de todo.
Cuando ya tenia la bolsa con la fruta y intentaba irme de aquel lugar, de pronto un gran estallido hizo que mis oídos se taponaran un poco, era como si algo muy superior a mi me hubiese empujado, y lanzarme unos metros hacia atrás, salir despedido por los aires.
Al caer, fue un aterrizaje bien echo, ya que no me hice ninguna rasguño, a mi lado tenia a la señorita Grim, y seguía agarrando aquella bolsa, unos metros mas allá se encontraba Max, pero al señor que nos ayudo, no podía divisarlo, abria caído un poco mas lejos, deberíamos de buscarlo y poder darle las gracias por lo que hizo.
Descendió y de un golpe pareció derrotar a aquel pez, nos empezó a hablar, cosas de como que escapamos que el se encargara de todo.
Cuando ya tenia la bolsa con la fruta y intentaba irme de aquel lugar, de pronto un gran estallido hizo que mis oídos se taponaran un poco, era como si algo muy superior a mi me hubiese empujado, y lanzarme unos metros hacia atrás, salir despedido por los aires.
Al caer, fue un aterrizaje bien echo, ya que no me hice ninguna rasguño, a mi lado tenia a la señorita Grim, y seguía agarrando aquella bolsa, unos metros mas allá se encontraba Max, pero al señor que nos ayudo, no podía divisarlo, abria caído un poco mas lejos, deberíamos de buscarlo y poder darle las gracias por lo que hizo.
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Cuando llegue junto a Dexter este parecía haber terminado su pelea y luego se acerco a Midorima y comenzó a observar la pierna cualquier persona sabría que ya eso no tenia solución y lo mejor que se podía hacer es cortar aquella masa viscosa y vendarla para que no se desangre y eso fue exactamente lo que hizo se acerco a el lo corto yo por mi parte ya estaba preparado había sacado varias vendas un lo dos regeneradores celulares me acerque a Mido y comencé a tratar sus heridas en especial la pierna.
-Supongo que ya lo sabes pero lo mejor seria que consiguieras una pierna cyborg, no se te hará mucha gracias o no, pero no tienes mas opción que esa.
Dije mientras seguía tratando la pierna y comenzaba a vendarla -Worgulv si es posible ocupate de Midorima cuando termine de curarlo.
Tras terminar de hablar una voz resonó por toda la isla era una voz familiar se trataba de el almirante karl y al parecía estaba pidiendo que nos uniéramos todos.
- Marines, agentes, piratas, revolucionarios y a todos los demás presentes en Mariejoa. Os habla Lion D. Karl, Almirante de la Marina, Desde hace siglos todos vivimos en una situación injusta. Y esto nos afecta a todos, seamos quienes seamos y tengamos las ideas que tengamos. Pues tenemos a un Gobierno que nos rige a todos, y que en teoría lo hace con justicia. Pero hermanos, ¿es cierto esto? ¿Qué justicia hay en ser gobernados por un grupo de personas que no han sido elegidas si no por gente totalmente ajena a nosotros? Más aun, pues ese no es el caso... ¿qué justicia hay en un Gobierno que además de regir al mundo con poder absoluto, defiende a una casta de nobles autodenominados "tenryuubitos"? ¿O en que esa misma casta tenga derecho a asesinar impunemente y esté protegida aunque cometa los más terribles crímenes? Se nos prohíbe conocer qué ocultan los Phoneglyphs. Se nos prohíbe hacerle nada a los Nobles Mundiales, o ayudar a sus esclavos. Se nos ordena callar, obedecer y sonreír como si no pasara nada... ¡YA BASTA! ¡ES HORA DE ACABAR CON ESTA TIRANIA! Todos tenemos objetivos e ideas diferentes, pero estoy seguro de que la mayor parte de nosotros estamos de acuerdo en que esta situación es injusta. Hoy os convoco a todos. ¡TODOS DEBEMOS LUCHAR UNIDOS, SIN DIFERENCIAS DE RAZA, IDEAS O CUALQUIER OTRA DIVISION! ¡Pues esas divisiones no hacen si no fortalecer a nuestro verdadero enemigo! ¡Revolucionarios, vosotros sois enemigos del Gobierno! Entended la necesidad de la unidad. ¡Os pido vuestra fuerza y perseverancia! ¡Piratas! ¡Sois gente libre! ¡Es hora de que demostréis vuestro deseo de mantener esa libertad derrotando a quien pretende arrebatárosla! ¡Agentes del Cipher Pol! ¡Sois meras herramientas del Gobierno y los Nobles! ¡Abrid los ojos y comprended en qué clase de realidad vivís! Es hora de que rompáis vuestras cadenas. Y finalmente... ¡hermanos marines! ¡Desde siempre hemos sido la carne de cañón del Gobierno, y el día de hoy ha sido otro ejemplo más! ¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei. ¡JUSTICIA O MUERTE!
Cuando este termino de hablar Dexter dio un gran grito y seguidamente se transformo en Dragón y salio volando en dirección donde parecía estar Karl Yo por mi parte ya había terminado de atender a Midorima y sonreí
-Tíos yo me voy con Dexter, vosotros volver al barco y cuidad de los heridos si necesitáis medicinas en mi camarote hay algunas.
A continuación estire un poco y como aun estaba en modo velocidad comencé a seguir lo mas rápido que pude a Dexter
-Capitán te acompaño, por si necesitas de alguna de mis habilidades. mientras corría en dirección donde se escucho aquella voz
-Supongo que ya lo sabes pero lo mejor seria que consiguieras una pierna cyborg, no se te hará mucha gracias o no, pero no tienes mas opción que esa.
Dije mientras seguía tratando la pierna y comenzaba a vendarla -Worgulv si es posible ocupate de Midorima cuando termine de curarlo.
Tras terminar de hablar una voz resonó por toda la isla era una voz familiar se trataba de el almirante karl y al parecía estaba pidiendo que nos uniéramos todos.
- Marines, agentes, piratas, revolucionarios y a todos los demás presentes en Mariejoa. Os habla Lion D. Karl, Almirante de la Marina, Desde hace siglos todos vivimos en una situación injusta. Y esto nos afecta a todos, seamos quienes seamos y tengamos las ideas que tengamos. Pues tenemos a un Gobierno que nos rige a todos, y que en teoría lo hace con justicia. Pero hermanos, ¿es cierto esto? ¿Qué justicia hay en ser gobernados por un grupo de personas que no han sido elegidas si no por gente totalmente ajena a nosotros? Más aun, pues ese no es el caso... ¿qué justicia hay en un Gobierno que además de regir al mundo con poder absoluto, defiende a una casta de nobles autodenominados "tenryuubitos"? ¿O en que esa misma casta tenga derecho a asesinar impunemente y esté protegida aunque cometa los más terribles crímenes? Se nos prohíbe conocer qué ocultan los Phoneglyphs. Se nos prohíbe hacerle nada a los Nobles Mundiales, o ayudar a sus esclavos. Se nos ordena callar, obedecer y sonreír como si no pasara nada... ¡YA BASTA! ¡ES HORA DE ACABAR CON ESTA TIRANIA! Todos tenemos objetivos e ideas diferentes, pero estoy seguro de que la mayor parte de nosotros estamos de acuerdo en que esta situación es injusta. Hoy os convoco a todos. ¡TODOS DEBEMOS LUCHAR UNIDOS, SIN DIFERENCIAS DE RAZA, IDEAS O CUALQUIER OTRA DIVISION! ¡Pues esas divisiones no hacen si no fortalecer a nuestro verdadero enemigo! ¡Revolucionarios, vosotros sois enemigos del Gobierno! Entended la necesidad de la unidad. ¡Os pido vuestra fuerza y perseverancia! ¡Piratas! ¡Sois gente libre! ¡Es hora de que demostréis vuestro deseo de mantener esa libertad derrotando a quien pretende arrebatárosla! ¡Agentes del Cipher Pol! ¡Sois meras herramientas del Gobierno y los Nobles! ¡Abrid los ojos y comprended en qué clase de realidad vivís! Es hora de que rompáis vuestras cadenas. Y finalmente... ¡hermanos marines! ¡Desde siempre hemos sido la carne de cañón del Gobierno, y el día de hoy ha sido otro ejemplo más! ¡Tomad las armas y luchad por la verdadera Justicia! ¡ES LA HORA DE LA VERDAD! Aquellos que pretendan luchar por la libertad y la dignidad, os espero. Nos veremos en los jardines del Gorosei. ¡JUSTICIA O MUERTE!
Cuando este termino de hablar Dexter dio un gran grito y seguidamente se transformo en Dragón y salio volando en dirección donde parecía estar Karl Yo por mi parte ya había terminado de atender a Midorima y sonreí
-Tíos yo me voy con Dexter, vosotros volver al barco y cuidad de los heridos si necesitáis medicinas en mi camarote hay algunas.
A continuación estire un poco y como aun estaba en modo velocidad comencé a seguir lo mas rápido que pude a Dexter
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