[Privado/Pasado] Conociendo a un pulpo [Koro & Kidah]

Hacía mucho tiempo que no venía al Reino de Sakura, aquí es dónde conocí a León pero no esta ciudad, no en Robelle si no en el pueblo de Brighorn. Pero no sería como aquella vez, esta vez venía bien abrigada e iba bien calentita, no tenía nada de frío. Vine a esta ciudad para conocer más este hermoso Reino dónde siempre esta nevando, y había venido a la ciudad más alejada de los otros pueblos pero era tan precioso como Brighorn, y sus habitantes tan amables como siempre. Había venido sola, sin acompañante ni nada pero tenía el presentimiento de que eso iba cambiar, no sabía muy bien el que pero iba a conocer a alguien. Caminaba por las calles tranquilamente, a mi aire sin ninguna prisa. Hacía muy buen tiempo, había salido el sol pero la nieve seguía por las calles, este sol no duraría mucho.

Tras estar horas caminando, entrando y saliendo de las tiendas, me fui a un bar. No tenía nada mejor que hacer, era un sitio tranquilo sin delincuentes. Era un buen lugar para olvidarse del trabajo y quitarse la ansiedad provocada por este. Entre a un bar que tenía muy buena pinta, limpio, bien decorado... Era muy cuco, perfecto para mí. Al entrar pude apreciar el sonido de un piano... Al escucharlo pensé en aquel momento con León en el pueblo, ese día fue el mejor de todos. Me senté en la mesa más cercana a la chimenea y esperé a que el camarero me atendiera. Cuando vino a pedirme lo que quería le pedí un café calentito y un pastel de queso para acompañarlo, me apetecía mucho. Mientras me tomaba el café me entró calor por estar cerca de la chimenea, así que me quité el abrigo y me quedé con el vestido negro que llevaba debajo. Así estaba mejor, no tenía ni frío ni calor, estaba de lujo.

Ya terminado el café, seguí con el pastel de queso, tenía muy buena pinta y no lo pensé dos veces antes de devorarlo. Estaba riquísimo, no me había comido uno tan bueno pero el de mi madre estaba aún mejor... Ojala aún viviera para volver a comer su pastel de queso... Agité la cabeza de lado rápidamente para quitarme esos pensamientos nostálgicos de la cabeza, no quería pensar en mi familia en ese momento. Cuando terminé el pastel, saqué un libro de mi bolsa, empecé a leerlo y le pedí una cerveza al camarero.

Un descanso en el Reino de Sakura dijeron, sera agradable cambiar de aires dijeron.-Me cago en todos los muertos del que pensó que una isla de invierno era el lugar ideal para mi.-Pensé mientras temblaba del frío que hacia en aquella isla, ¿Que sentido tenían unas vacaciones si no podía disfrutar de ellas?-Traed mas abrigos antes de que me congele maldita sea.-Le gritaba a los tripulantes del barco en el que había llegado.

-Aquí tiene toda la ropa que nos sobra, pero sintiéndolo mucho no hay nada que sirva especialmente para alguien como usted.-Dijo uno de los marineros que me trajo un montón de ropa.-Que remedio, es lo malo de ser un pulpo pero tendré que apañarme con esto, gracias por la ropa.-Le respondí mientras me ponía encima todo lo que pudiera llevar. La verdad es que el aspecto que llevaba era gracioso rozando lo ridículo, gorro de lana, bufanda, jersey, cuatro pantalones para los ocho tentáculos con los que andaba y diez guantes para el extremo de cada uno de estos.

Tras despedirme de de todos los miembros de la tripulación que me habían tratado muy amablemente durante la travesía baje a tierra, o eso me habría gustado, estaba todo cubierto de nieve y yo sin zapatos. Gracias a lo abrigado que iba no sentía mucho el frió, excepto en los tentáculos que se me estaban helando por estar en contacto con la nieve al andar.-Ya no lo soporto más.-Pensé mientras entraba en el bar mas próximo para calentarme lo antes posible. No parecía un mal sitio, limpio y bien decorado, ademas sonaba la música de un piano que era bastante agradable, pero lo mejor de todo era una chimenea encendida que llamo mi atención sobre las demás cosas. Instantáneamente me puse junto a la chimenea corriendo para calentarme mientras sonreía aun mas por el placer que me producía aquella sensación tan agradable que da el calorcito cuando hace frío.

El camarero se acerco a mi un tanto preocupado por saber que era aquella cosa que acababa de entrar en su local.-Disculpe... ¿Señor? ¿Quiere... Tomar algo?-Me pregunto titubeando.-Pues ahora que lo menciona me vendría de lujo una taza de chocolate caliente, si es que tiene.-Le conteste mientras un poco mas caliente ya me sentaba en una de las mesas libres mas próximas a la chimenea para descansar hasta que me lo trajera. El camarero se fue y yo me puse a observar en interior de aquel bar mas detenidamente, a parte de lo mencionado anteriormente parecía un bar normal y corriente, muy acogedor, pero lo de normal y corriente era bueno a su manera, significaba que allí podía relajarme sin problemas. Un segundo vistazo me hizo fijarme en una tía bella tanto de cara como de cuerpo que estaba leyendo un libro en otra mesa, en lo que mas me fije fue en sus ojos, los tenia de un precioso color rojo como dos rubíes. Había pedido una cerveza y estaba leyendo... Agudice mi vista puesto que desde ahí no podía ver bien el titulo del libro que tenia entre las manos así que me quede mirándola fijamente un rato.

Oí como la puerta del bar se abría y entraba alguien. no me fijé quién era porque no apartaba los ojos del libro, estaba demasiado interesante como para distraerme. Por el rabillo del ojo pude ver como el camarero se acercó al nuevo cliente y le preguntó que quería tomar, pero por el tono de su voz parecía asustado-Ni que hubiera entrado un gioyin- pensé mientras seguía leyendo pero algo iba mal, me sentía observada, como si alguien no me quitara la mirada de encima. Cerré el libro lentamente, le dí un sorbo a la cerveza y me fijé en quién tenía delante.

-¡Hostia puta! -dije abriendo los ojos de par en par y cayéndome de la silla del susto-.

No me esperaba un gioyin por estos lares, encima un pulpo amarillo que llamaba muchísimo la atención. Volví a sentarme en la silla con alguna dificultad, me había pegado un buen susto, no me habría imaginado que fuera un pulpo. Me lo quede mirando un rato con cara de incertidumbre y torciendo un poco la cabeza como si fuera un perro que hubiera escuchado un ruido extraño, pero en mi caso por era ver por primera vez un gioyin pulpo.

No me dí cuenta que llevaba una gran cantidad de ropa encima, normal, no creo que hubiera ropa especial de invierno para pulpos. Aunque, iba todo de negro, podría ser un miembro del Cipher Pol. No estaba muy segura pero sería lo mejor preguntar, así me quito las dudas de encima. Intenté relajarme y con una gran sonrisa, le dirigí la palabra.

-Siento molestarte pero...¿Eres un agente del CP?-pregunté un tanto insegura-.

Aquella mujer cerro el libro, le dio un sorbo a su cerveza y cuando me vio dijo "¡Hostia puta!" y se cayo de la silla. Volvió a sentarse con algo de dificultad y se me quedo mirando con la cabeza un poco ladeada durante un rato, creo que o era la primera vez que veía un gyojin, o la primera vez que veía un gyojin pulpo. El caso es que tras haberme observado bien, y yo a ella, me pregunto que si era un agente del CP.

-En efecto señorita, me llamo Koro y soy miembro del CP1.-Le respondí amablemente.-¿Y usted es? Si me permite la pregunta.-Parecía una buena persona, al menos me había hecho gracia esa reacción suya al verme. Creo que ella pertenecía al CP al igual que yo, no estaba seguro del todo acerca de esto pero si había averiguado que yo lo era supongo que seria porque ella también, aunque nadie lo diría por el sobresalto que le dio al verme, pero aun así me había hablado que ya era algo aun mas raro dado mi aspecto.

Era agradable hablar con ella, simplemente por el hecho de que como los demás a causa del miedo se mantenían alejados solo porque era diferente no tenia muchas oportunidades de entablar una conversación. A diferencia del resto y a pesar del susto de la primera reacción ella se había dignado a dirigirme la palabra, aunque el camarero también lo había hecho ese no contaba puesto que por poco le da un patatús al hacerlo. Por ahora estaba empezando a no arrepentirme de haber ido a esa isla pero ya veríamos como acabaría el día.

Aquel hombre o chico, o hombre pulpo o chico pulpo, no sabía como definirlo, nunca había conocido a alguien así. Dijo que se llamaba Koro y era del CP1, tenía que ser nuevo en la agencia nunca le había visto antes. Era extraño ver a un gioyin en la  Cipher Pol, no me lo esperaba para nada... Me preguntó quién era yo, me sorprendió que fuera tan educado y respetuoso. Me levanté de mi mesa, cogí mis cosas y me senté en su mesa, así se nos haría más fácil para hablar y nos conoceríamos mejor.

-Encantada Koro, yo me llamo Kidaihla Donquixote pero me puedes llamar Kidah, es más corto. -dije con una sonrisa amable-. Y también soy del CP, del CP7 para ser más clara jeje -dí un sorbo a la cerveza-. Y dime, ¿qué haces en este lugar?,  ¿estás en alguna misión o estás de paso?

Parecía buena persona y agradable, no entendía porque el camarero parecía asustado antes, puede que su aspecto fuera diferente y que por aquí no pasen gioyins pero no hay que dejarse llevar por las apariencias, estas engañan muchas veces. Lo mejor es conocer a las personas y juzgar por ti mismo. Así qué, apoyé los codos en la mesa y con los dedos entrelazados apoyé mi barbilla en ellos con una sonrisa esperando su respuesta, así estaría más cómoda, y podría escucharle. Quería conocer a mi compañero mejor, como ya dije antes parecía un buen tío y esperaba no equivocarme.

Aquella mujer se levanto de su mesa y tras recoger sus cosas vino a sentarse en la mía para que pudiéramos hablar con tranquilidad. Me respondió a la pregunta anterior diciéndome que se llamaba Kidaihla Donquixote pero que podía llamarla Kidah, tenia un nombre que al menos a mi me pareció que era muy bonito. También me dijo que era del CP7, una superior guapa y amable, eso no podia ser real, en un rato despertaré pero por ahora disfrutaría del sueño.

Dio un sorbo a su cerveza y me pregunto que por que estaba en aquel lugar, tras decir la pregunta puso los codos sobre la mesa y entrelazando los dedos apoyo la barbilla sobre sus manos.-Digamos que a mis superiores les pareció un buen lugar para pasar unas vacaciones, y yo estoy empezando a pensar lo mismo.-Respondí al tiempo que me quitaba el gorro, la bufanda y todos los guantes. Tras decir esto ultimo llego el camarero con mi chocolate caliente.-A-aquí tiene su pedido señor.-Dijo entre titubeos.-Muchas gracias.-Le conteste mientras se iba.

Di un sorbo al chocolate caliente y agradecí aquella sensación de alivio tan reconfortante que se siente al tomar algo caliente los días de invierno. Deje el chocolate y me acomodé.-¿Tu también estas aquí para descansar o te han enviado para una misión?-Le pregunte amablemente con la intención de saber si debía dirigirme a ella como una compañera o como una superior. Me alegraba el hecho de haberme encontrado a una buena persona como ella que hablara conmigo, parecía una mujer dulce y cariñosa, ojala mas gente fuera así, si hubiera mas como ella el mundo no seria un lugar tan malo.

Me respondió diciendo que sus superiores le dijeron de venir a pasar unas vacaciones a esta isla, mientras hablaba se iba quitando la bufanda, el gorro y todos los guantes de sus tentáculos. Tenía que ser un coñazo llevar tanta ropa encima, al menos para mí, no me gusta quilos de ropa encima, me es muy incómodo, prefiero ir ligera.

-¿Eeeh?, ¿te dijeron que era un buen lugar de vacaciones? -dije sorprendida por lo que dijo-. A ver, es una isla bonita y muy tranquila pero hace mucho frío, esta bien para pasar un día no unas vacaciones, a no ser que te guste mucho el frío jaja -me reí un poco-.

Al rato vino el camarero con una taza de chocolate caliente que era para Koro, miré un poco mal al camarero al oír como titubeaba -Tsk...Ni que le fuera a morder...- pensé para mí misma. Parecía que el chocolate le alivió un poco, se le notaba en la cara tras dar un trago a la taza... Le dí otro trago a la cerveza pero un sorbo grande, no puedo beber alcohol de servicio así que tenía que aprovechar, el sabor amargo de la cerveza me hacía sentir genial pero no podía pasarme bebiendo, si no cogería una buena cogorza...

-Yo solo estoy de paso, hacía tiempo que no venía al Reino de Sakura y tenía ganas de volver -le sonreí-. Pero en vez de ir a Brighorn pensé en venir a aquí, a Robelle.

Le sorprendió que me hubieran dicho que aquella isla era un buen lugar para pasar unas vacaciones ya que a pesar de ser un lugar bonito también hacia mucho frío. Soltó una risita tras añadir que seria un buen lugar si me gustaba mucho el frío, cosa que por desgracia no era así. Aunque la verdad era que tanta nieve si que tenia su encanto, en cierto modo una isla de invierno tiene algunas cosas que ofrecer que no tienen otras islas mas cálidas como la posibilidad de pasarlo bien tomando algo caliente junto a un buen fuego. Esa era precisamente la situación que estaba viviendo en aquel bar y por si fuera poco ademas con compañía, una agradable compañía que jamas se me hubiese ocurrido imaginar que tendría allí.

Vi como miro un poco mal al camarero cuando me trajo el chocolate entre titubeos, aunque para mi ya no era nada del otro mundo así que me daba un poco igual, estaba acostumbrado a que me tuvieran miedo debido a mi aspecto por lo que no le daba importancia al asunto. Dio un buen trago a su cerveza y me dijo que solo estaba de paso ya que hacia tiempo que no venia por esta isla y tenia ganas de visitarla de nuevo, aunque también dijo que a pesar de estar en Robelle la otra vez fue a Brighorn mientras sonreía. Eso ultimo me intrigo un poco, debía de tener algún recuerdo agradable para actuar asi, ¿Pero entonces por que no volver al mismo lugar?

-¿Puedo preguntarte por que viniste a Robelle en vez de ir a Brighorn? Por como me lo estas contando lo mas lógico en caso de sentir nostalgia seria volver al mismo lugar de la otra vez creo yo.-Le dije sin dejar de mirar su bonita sonrisa. A lo mejor no es un recuerdo tan agradable como tenia en mente y me estaba metiendo en donde no me llamaban pero de todos modos era mejor preguntar para salir de dudas, aunque no creo que ese fuera el caso. Si por casualidad metía la pata ya me disculparía, me haría el loco o correría mas tarde, tenia ya memorizado el tamaño del local y el numero de mesas y su situación para escapar rápidamente si era necesario por costumbre de otras misiones, aunque sinceramente esperaba no tener que llegar a eso.

Me lo quedé un rato mirando tras lo que dijo, algo de razón tenía cuando sientes nostalgia de algún lugar normalmente sueles volver a aquel sitio pero en mi caso es diferente, adoraba aquel pueblecito y me gustaría volver pero también quiero ver más partes de este Reino tan bonito... y tan frío, también. Me apoyé en el respaldo de la silla cruzando los brazos y piernas, y dedicándole una sonrisa antes de responderle.

-Sí, sería lo más lógico pero quiero ver más partes de este Reino, tengo mucho tiempo por delante para volver a Brighorn pero primero quiero conocer más sitios. Por mucha nostalgia que tenga no tengo la obligación de volver cada dos por tres... Si no me aburría del lugar -esto último lo dije con una pequeña risa-.

Me volví a incorporar hacia la mesa y le dí el último trago a la cerveza, era una jarra pero se me hizo como si fuera un vaso, cuando se trata de cerveza bebo rápido y a grandes tragos, lo bueno era que no se me subía como otros tipos de alcohol que sí lo hacen...y rápido. Levanté la mano haciendo una señal al camarero para que me viera, me vio en seguida y le señalé la jarra vacía, haciéndole entender que quería otra más. No tardó mucho en llegar con la segunda jarra y llevarse la vacía. Miré a mi compañero y con un tono de voz de curiosidad le pregunté:

-Contéstame a una pregunta... ¿Por qué te hiciste agente del CP? Es una pregunta tonta pero tengo curiosidad, nunca había visto un gyojin en el CP...

Se recostó sobre el respaldo de la silla, cruzo brazos y piernas y me respondió con una sonrisa. Dijo que quería visitar mas partes de aquel reino ademas de Brighorn ya que si siempre iba al mismo lugar acabaría aburriéndose de el por mucha nostalgia que tuviera, una vez dicho esto soltó una pequeña risita. La verdad es que tenia razón, mucho acabaría hartando a cualquiera y mas con semejante frió como hacia en aquella isla.

Cuando termino de hablar se volvió a incorporar y se acabo su cerveza de un trago, tras bebérsela llamo al camarero con un gesto de la mano para que le pusiera otra y se llevara la vacía, el cual lo hizo casi en el momento. Aquello me intrigo bastante ya que nunca antes lo había visto hacer, pero como parecía interesante probé a hacer lo mismo que ella y llamar al camarero agitando un tentáculo, esta vez tardo algo mas en acercarse quizás porque al no tener manos la señal era un poco mas confusa.

-¿Qui-quiere algo?-Pegunto al llegar.-Una ración de patatitas bravas para compartir aquí con la señorita.-Le respondí. Acto seguido se marcho a por ellas tras lo que Kidah me pregunto que por que era agente del CP y que tenia curiosidad porque nunca antes había visto a un gyojin en el. Sinceramente era verdad  ya que los gyojin no solían llevarse muy bien ni con los humanos ni con el gobierno.

-Es una larga historia que se remonta a un pasado que ni quiero ni puedo recordar, por otro lado lo de que sea parte del CP siendo un gyojin es porque digamos que soy especialito y ademas le debía un favor a cierta persona que en su momento me salvo la vida.-Dije con tono serio antes de darle otro trago al chocolate caliente.-Pero dejemos de hablar de mi o acabaremos tristes, mejor cuéntame como te hiciste tu agente del CP.-Añadí ya con un tono de voz un tanto mas animado.

Me sorprendí a ver a Koro hacer el mismo gesto que yo para llamar al camarero, fue gracioso cuando agitó uno de sus tentáculos pero a diferencia de mí, el camarero tardó un poco más en llegar y pedir lo que quería. Aquel camarero seguía titubeando de miedo, si Koro fuera peligroso ya habría hecho algún desastre o amenazado al camarero, no había ninguna razón para comportarse así.

Al oír las palabras patatitas bravas se me hizo la boca agua, desde que llegué no había pegado bocado y me estaba muriendo de hambre. Una ración de patatas no me llenaría del todo pero sería suficiente para calmar a mi estómago hambriento, que ya me estaba dando la lata con tanto rugido... Tras irse el camarero y apuntar lo que Koro pidió, éste respondió a mi pregunta. Estaba bastante serio mientras hablaba, así que lo mejor era dejarlo estar, no podía obligarle a hablar y aún menos de un tema que no quiere recordar, así que cambió de tema y me hizo la misma pregunta que yo antes.

-Pues, puedes creértelo o no, pero yo antes era pirata. No era conocida y tampoco tenía recompensa por mi cabeza pero un día, conocí a una persona del CP...-sonreí al recordar ese día-. Y nos enamoramos... Después de aquel día, pensaba mucho en él y tantos meses sin verle pasaban factura, así que, no lo pensé dos veces y me hice agente del CP por amor.

Tras terminar, le di un trago a la cerveza y justamente el camarero trajo las patatitas bravas. Le di las gracias al camarero y sin dudar, empecé a comer, tenía mucha hambre y ese plato me estaba llamando a voces que me lo comiera, pero dejando también para Koro.

Me di cuenta de que Kidah tenia hambre por como reacciono al oír "patatitas bravas" y porque su estomago rugía como si de una fiera salvaje se tratase. La respuesta que me dio a la pregunta que le hice fue que empezó siendo pirata pero que ingreso en el CP por amor mientras sonreía. Aquello me resultaba bastante extraño, aunque fuera cierto lo que me dijo de que no tenia recompensa el gobierno no dejaría que un pirata se uniera a sus filas así como si nada. Para que accedieran a ello Kidah debía de ser muy fuerte, habilidosa y sobre todo tener unos principios muy flojos para abandonar la causa por la que se hizo pirata, aunque no quería meterme en ese tema.

De repente un pensamiento paso por mi cabeza, era una opción que no había considerado antes por el hecho de que no entendía en que consistía. ¿Y si la razón de haberse unido al CP era por amor? Amor, curiosa palabra, algunas personas la usaban como si fuera la fuerza mas poderosa del mundo capaz de hacer cualquier cosa, pero para mi era solo un sonido como cualquier otro vació de contenido. Por mucho que le diera vueltas nunca alcanzaba a comprender que era el amor puesto que nunca había estado enamorado y cuando busque su significado solo encontré respuestas ambiguas que no llevaban  ninguna parte. Un sentimiento abstracto imposible de entender si no has estado enamorado, algo que parecía ser inalcanzable para mi y que me llenaba de curiosidad.

En cuanto el camarero trajo las patatas bravas Kidah se lanzo a comer como si no hubiera un mañana, vi que se estaba conteniendo un poco para dejarme una parte pero yo ya no tenia hambre, se me había pasado por darle tantas vueltas a aquella idea que me tenia absorto en mi mismo. Llegue a la conclusión de que por mucho tiempo que pasase no lograría dar con la solución por mi mismo así que me dispuse a preguntárselo a Kidah tras una breve pausa para dejar que calmase al menos un poco su apetito, como al parecer ella si estaba enamorada es posible que pudiera aclararme de una vez por todas lo que era amar a una persona hasta el punto de abandonar tus propias creencias.

-Disculpa si esta pregunta te incomoda pero me gustaría saber.- Me incline un poco sobre la mesa dejándome llevar por la curiosidad. -¿Que es el amor?-