AlexEmpanadilla
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La mirada del demonio de la niebla seguía centrada en su compañero. La seriedad era increíble, no le costaba nada lanzar un ataque a los comandos y cargarse aquellas cosas que activaban los Tk2. Pues el mimo Minato lo había dicho y eso era un error, sin embargo no iba a hacer eso. La verdad es que ya esperaba que el pelirrojo no fuera un asesino, pero en ese caso algo estaba pasando por qué los marines dijeron otra cosa. Todo era demasiado confuso, el castaño entrecerró los ojos unos segundos y estiró su brazo izquierdo elevando su enorme espadón. Después empezó a girarlo como si estuviese a punto de liberar su técnica infernal arrasadora, con la cual derrotó al Yonkou Kirito, pero de repente ese movimiento cesó y la guardó en su funda. Acto seguido miró a su amigo a los ojos con una sonrisa amable.
- Ya sabía que tú no podías haber sido el causante de esas muertes Minato. Sin embargo no voy a pelear contigo aquí, quiero que los revolucionarios fracasen y la marina venza. Eres mi amigo Minato y aunque tú no me aprecies mucho yo si lo hago.
Krauser suspiró notando el aura de Alex acercarse ¿Qué hacía allí el cazador? ¿Estaría por el lugar para capturarle? Eso le hizo sonreír un poco, estaba rodeado por dos amigos y uno de los dos le apresaría, de repente soltó una pequeña risa y miró hacia el cielo. Gracioso, pues solo vio el techo del almacén, después pegó un pequeño suspiro mientras se calmaba. Finalmente miró de nuevo al marine, este le había pedido que se entregara, las ganas de volver a la marina del demonio eran increíbles, pero ya era tarde para eso. Se había condenado a sí mismo y de nada había servido, ya que Karl había revelado el ataque. El asesino miró al almirante con una sonrisa amable y se quitó los vendajes despacio, dejando a la vista aquella boca llena de dientes afilados por todas partes.
- ¿Sabes una cosa? Desde el momento en que dije aquello… he sentido como mi vida se iba apagando un poco más a cada segundo que pasaba… esto se ha acabado Minato. No sé qué ha pasado pero ya he tomado una decisión, he decidido pudrirme dentro de Impel Down.
- Ya sabía que tú no podías haber sido el causante de esas muertes Minato. Sin embargo no voy a pelear contigo aquí, quiero que los revolucionarios fracasen y la marina venza. Eres mi amigo Minato y aunque tú no me aprecies mucho yo si lo hago.
Krauser suspiró notando el aura de Alex acercarse ¿Qué hacía allí el cazador? ¿Estaría por el lugar para capturarle? Eso le hizo sonreír un poco, estaba rodeado por dos amigos y uno de los dos le apresaría, de repente soltó una pequeña risa y miró hacia el cielo. Gracioso, pues solo vio el techo del almacén, después pegó un pequeño suspiro mientras se calmaba. Finalmente miró de nuevo al marine, este le había pedido que se entregara, las ganas de volver a la marina del demonio eran increíbles, pero ya era tarde para eso. Se había condenado a sí mismo y de nada había servido, ya que Karl había revelado el ataque. El asesino miró al almirante con una sonrisa amable y se quitó los vendajes despacio, dejando a la vista aquella boca llena de dientes afilados por todas partes.
- ¿Sabes una cosa? Desde el momento en que dije aquello… he sentido como mi vida se iba apagando un poco más a cada segundo que pasaba… esto se ha acabado Minato. No sé qué ha pasado pero ya he tomado una decisión, he decidido pudrirme dentro de Impel Down.
Minato Kazuo
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Por un momento Minato pensó que era el fin, que ganara o perdiera el combate que estaba a punto de desarrollarse no podría hacer nada más para detener la revolución. Gilbert le había advertido que no activara el resto de drones, los TK-3 según había supuesto, por lo que la misión había sido cumplida con éxito. Pero sentir que eso era todo lo que podía hacer le provocaba dolor de cabeza, y aún así se preparó para luchar. Su mirada estaba fija en aquel hombre que parecía estar concentrando sus energías para comenzar el combate, pero cuando todo estaba a punto de empezar nunca sucedió. Aquel hombre guardó su gran arma y se quitó la venda de su rostro, mostrando una sonrisa que solo pudo intuirse por debajo de los vendajes. Y entonces unas palabras que transmitieron confianza, y que provocaron que Minato se relajara y no llegara a cerrar la máscara de la armadura que poseía. Sonrió, pese a que no estaba de acuerdo en una cosa que se apresuraría a remarcar.
—Discrepo en nuestra amistad. Dices que yo no te aprecio, pero sí lo hago y eso será algo que no dejaré de hacer aunque traiciones a la marina. Desde que nos conocimos en aquella isla del East Blue y supiste mostrarme que estaba equivocado con ese pirata supe que eras una gran persona. No estoy seguro de qué te ha llevado a hacer todo esto, pero para mí y aunque ahora le ley esté persiguiéndote, sigues siendo un marine.— le dijo, gesticulando una sonrisa antes de seguir escuchándole. El hombre se desvendó el rostro dejando ver la hilera de afilados dientes, y de nuevo sus labios enviaron palabras que para Minato significaban mucho. Con aquella decisión Krauser se sacrificaría para enmendar su error, un gesto valeroso que no mucha gente se atrevería a realizar. Para Minato aquello era un "bienvenido de nuevo", pero él no podía controlar lo que el Gobierno Mundial decidiría ni las intenciones que el propio ex-Almirante quisiera tomar. —Está bien, déjame hacer una cosa... Estoy seguro de que podrás romper esto, pero le dará más realismo a la situación de que te has entregado voluntariamente.— le dijo.
Sus manos brillaron mientras el pelirrojo se acercaba hasta Krauser y cuando él estuviera listo lo tomaría por las muñecas tocando ambas al mismo tiempo. La luz se extendería por esta articulación y tras unos segundos se solidificaría en un metal de una dureza bastante impresionante, pero no lo suficiente para encerrar a alguien como el demonio de la niebla. De ambas superficies de metal se generaría una cadena, de forma que salvo que usara su akuma o rompiera la cadena no podría realizar movimientos bruscos con los brazos. —Tan solo déjame avisar, si bien no creo que aprueben tu movimiento anterior... Quizás puedan levantarte la condena si la situación lo requiere, al menos hasta que todo se aclare.— le dijo Minato. Él no dictaba las leyes, solo era su ejecutor. Si el Gobierno Mundial decidía no tomar como prisionero a Krauser sería genial, pero si decidía lo contrario tendría que encerrarlo por mucho que le doliera... —¿Almirante de Flota Luchs-sama? ¿Está ahí? Krauser se ha entregado voluntariamente pues desea el triunfo de la marina. Lo escoltaré hasta su posición donde esperaré nuevas órdenes. Le ruego no haga nada precipitado con Krauser-san, dado que se ha entregado voluntariamente.— "y en realidad no llegó a hacer nada", le habría gustado añadir. Pero él no discutía las leyes.
Tras eso le indicó el camino a Krauser hacia la última posición en la que había visto a Luchs, con el Haki mantra al máximo pero no por si Krauser resultaba ser un traidor de verdad. No, de hecho ni se fijaba en él, simplemente trataba de identificar la presencia del Almirante de Flota y fijarse en todas las otras presencias que pudieran llamar su atención. En ese momento no era un marine entregando a un buscado por la ley... Era un amigo entregando a otro por obligación, y eso es algo que duele no de forma física, sino en el alma.
—Discrepo en nuestra amistad. Dices que yo no te aprecio, pero sí lo hago y eso será algo que no dejaré de hacer aunque traiciones a la marina. Desde que nos conocimos en aquella isla del East Blue y supiste mostrarme que estaba equivocado con ese pirata supe que eras una gran persona. No estoy seguro de qué te ha llevado a hacer todo esto, pero para mí y aunque ahora le ley esté persiguiéndote, sigues siendo un marine.— le dijo, gesticulando una sonrisa antes de seguir escuchándole. El hombre se desvendó el rostro dejando ver la hilera de afilados dientes, y de nuevo sus labios enviaron palabras que para Minato significaban mucho. Con aquella decisión Krauser se sacrificaría para enmendar su error, un gesto valeroso que no mucha gente se atrevería a realizar. Para Minato aquello era un "bienvenido de nuevo", pero él no podía controlar lo que el Gobierno Mundial decidiría ni las intenciones que el propio ex-Almirante quisiera tomar. —Está bien, déjame hacer una cosa... Estoy seguro de que podrás romper esto, pero le dará más realismo a la situación de que te has entregado voluntariamente.— le dijo.
Sus manos brillaron mientras el pelirrojo se acercaba hasta Krauser y cuando él estuviera listo lo tomaría por las muñecas tocando ambas al mismo tiempo. La luz se extendería por esta articulación y tras unos segundos se solidificaría en un metal de una dureza bastante impresionante, pero no lo suficiente para encerrar a alguien como el demonio de la niebla. De ambas superficies de metal se generaría una cadena, de forma que salvo que usara su akuma o rompiera la cadena no podría realizar movimientos bruscos con los brazos. —Tan solo déjame avisar, si bien no creo que aprueben tu movimiento anterior... Quizás puedan levantarte la condena si la situación lo requiere, al menos hasta que todo se aclare.— le dijo Minato. Él no dictaba las leyes, solo era su ejecutor. Si el Gobierno Mundial decidía no tomar como prisionero a Krauser sería genial, pero si decidía lo contrario tendría que encerrarlo por mucho que le doliera... —¿Almirante de Flota Luchs-sama? ¿Está ahí? Krauser se ha entregado voluntariamente pues desea el triunfo de la marina. Lo escoltaré hasta su posición donde esperaré nuevas órdenes. Le ruego no haga nada precipitado con Krauser-san, dado que se ha entregado voluntariamente.— "y en realidad no llegó a hacer nada", le habría gustado añadir. Pero él no discutía las leyes.
Tras eso le indicó el camino a Krauser hacia la última posición en la que había visto a Luchs, con el Haki mantra al máximo pero no por si Krauser resultaba ser un traidor de verdad. No, de hecho ni se fijaba en él, simplemente trataba de identificar la presencia del Almirante de Flota y fijarse en todas las otras presencias que pudieran llamar su atención. En ese momento no era un marine entregando a un buscado por la ley... Era un amigo entregando a otro por obligación, y eso es algo que duele no de forma física, sino en el alma.
Alex14ac
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La presencia de Krauser se hacía cada vez más presente hasta que se mostró por completo. Alex abrió la puerta de un edificio y entró. Frente a él estaba su amigo y alguien más. Lo reconocía, era el actual Almirante Minato. Hacía poco tiempo se había enfrentado a él en Desrossa. ¿Se acordaría también el marine? El demonio de la niebla tenía unas esposas, cosa que puso nervioso al cazador. No podía estar ocurriendo eso, Krauser capturado. Lo matarían, con su "traición" la única condena que pesará sobre su cabeza sería la muerte. Nada de redención. No podía permitir eso. Se acercó a los dos marines.
-Yonkaikyo Alex Drachen, a su servicio. No sé si me recuerda, Almirante Kazuo, pero me alegro de verlo bien. Me gustaría encargarme personalmente de la detención y entrega de Krauser. Dado mi puesto me otorgaría méritos muy necesarios, aunque puede parecerle repudiable. Por su parte... quizás debería ayudar al Almirante de la Flota y el resto, están en serios peligros y he visto muchos marines luchando de camino a aquí- Dijo.
Esperaba convencer a Minato para poder llevarse a Krauser. El Almirante, sin duda, tendría que atender sus obligaciones y ayudar a los suyos. ¿Pero qué diría? Tampoco sabía lo que Krauser opinaría pero... preferiría que lo entregara el cazador, ¿no es así?
-Si en algo valoras la opinión de Krauser, creo que él preferiría que yo me llevara los méritos de su entrega. ¿No es así, demonio de la niebla?- Preguntó.
-Yonkaikyo Alex Drachen, a su servicio. No sé si me recuerda, Almirante Kazuo, pero me alegro de verlo bien. Me gustaría encargarme personalmente de la detención y entrega de Krauser. Dado mi puesto me otorgaría méritos muy necesarios, aunque puede parecerle repudiable. Por su parte... quizás debería ayudar al Almirante de la Flota y el resto, están en serios peligros y he visto muchos marines luchando de camino a aquí- Dijo.
Esperaba convencer a Minato para poder llevarse a Krauser. El Almirante, sin duda, tendría que atender sus obligaciones y ayudar a los suyos. ¿Pero qué diría? Tampoco sabía lo que Krauser opinaría pero... preferiría que lo entregara el cazador, ¿no es así?
-Si en algo valoras la opinión de Krauser, creo que él preferiría que yo me llevara los méritos de su entrega. ¿No es así, demonio de la niebla?- Preguntó.
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Minato le dijo unas palabras que le hicieron sonreír, al parecer si le apreciaba, acto seguido el pelirrojo se acercó colocándole una especie de grilletes que le salieron de la nada. Era algo que le sonaba, tal vez del combate contra la brigada, en el cual no pudieron ver al líder. Se dio cuenta de aquel material, no era algo que le debilitara y con su poderosa energía cortante podría destrozarla. Sin embargo no lo hizo y permaneció callado ¿Condena? ¿Tan cabrones iban a ser los superiores pese a todo? Bueno nunca esperó una muerte en combate, era bueno tenerla en un lugar dónde le gustaba estar, él no había traicionado a la marina, más bien al puto gobierno. Ahora pegó un suspiro mientras miraba a Minato a los ojos con una sonrisa amable y tranquila.
- Gracias por todo amigo.
De repente la puerta se abrió y surgió aquella persona, el cazador más poderoso del mundo, Alex Drachen. Krauser se quedó mirándole de forma seria ¿Cómo sería aquel encuentro tras haber confesado aquello delante de tal persona? Al parecer el mismo luchador pretendía entregar al demonio, este se quedó mirándole a los ojos pero con una expresión seria en el rostro. No sabía ni siquiera si estaría enfadado con él, pero de todas formas estaba algo nervioso, no por su poder, más bien por las posibles cosas que podían sentir ahora hacia el castaño. El marine fue el que habló ahora tras unos segundos.
- Bueno, creo que después de todo lo mereces Alex. Minato ya está en un puesto muy alto y sé que no le interesa el rango, total no puede subir por el momento. Sin embargo mi captura te serviría a ti. Seguramente es la última vez que nos vemos Alex… acepto siempre y claro, Minato le parezca correcto y en caso de que lo haga, quiero un abrazo y si no, pues también.
Dijo ahora tratando de quitar un poco de tensión en el ambiente y tratando de tranquilizarse a sí mismo, frente a sus ojos estaban dos de las pocas personas que siempre quiso proteger. Ser entregado por ellas no le resultaba un problema, era una lástima pero ya no se podía hacer nada de nada.
- Gracias por todo amigo.
De repente la puerta se abrió y surgió aquella persona, el cazador más poderoso del mundo, Alex Drachen. Krauser se quedó mirándole de forma seria ¿Cómo sería aquel encuentro tras haber confesado aquello delante de tal persona? Al parecer el mismo luchador pretendía entregar al demonio, este se quedó mirándole a los ojos pero con una expresión seria en el rostro. No sabía ni siquiera si estaría enfadado con él, pero de todas formas estaba algo nervioso, no por su poder, más bien por las posibles cosas que podían sentir ahora hacia el castaño. El marine fue el que habló ahora tras unos segundos.
- Bueno, creo que después de todo lo mereces Alex. Minato ya está en un puesto muy alto y sé que no le interesa el rango, total no puede subir por el momento. Sin embargo mi captura te serviría a ti. Seguramente es la última vez que nos vemos Alex… acepto siempre y claro, Minato le parezca correcto y en caso de que lo haga, quiero un abrazo y si no, pues también.
Dijo ahora tratando de quitar un poco de tensión en el ambiente y tratando de tranquilizarse a sí mismo, frente a sus ojos estaban dos de las pocas personas que siempre quiso proteger. Ser entregado por ellas no le resultaba un problema, era una lástima pero ya no se podía hacer nada de nada.
Minato Kazuo
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Una nueva presencia llamó su atención, una presencia que se le hacía familiar pese a que no sabía dónde la había sentido antes. Pero cuando la puerta se abrió y pudo ver quién era el que entraba supo que se trataba de uno de los yonkaikyos al que se había enfrentado tiempo atrás en un torneo. Torneo en el que el maldito pirata Arribor Neus había suplantado a su compañero de combate y que había perdido contra ese tipo y su pareja. Pero eso era agua pasada, además de ser un torneo amistoso y no un combate por la ley. Ahora ese cazador insistía en llevarse a Krauser, lo cual era bastante sospechoso, pero era algo que Minato estaba dispuesto a aceptar.
Al fin y al cabo el Yonkaikyo era un seguidor de la ley, un cazarrecompensas, alguien que quizás podría ascender a Shichibukai o ser más valorado por el Gobierno. Era estúpido pues Minato ya había anunciado que Krauser se había entregado, pero si así lo quería no iba a negarle la que podía ser su última voluntad. Confiaba en el Ex-Almirante y sabía que no escaparía, y conocía la fuerza del cazarrecompensas. Por eso estaba tranquilo, confiando en que aquellos dos no generarían ningún problema adicional. Su Den Den Mushi comenzó a sonar, provocando que antes de darles su visto bueno para aquello tomara la llamada. Era Kodama, el cual lo había llamado a su número personal con la única intención de pedir ayuda. No una ayuda personal, sino una ayuda general para acabar con toda aquella locura. —Enseguida estoy allí, Kodama-san.— dijo, tras lo que colgó el aparato y miró a los dos allí presentes.
—Yonkaikyo Alex Drachen, confío en usted para que lleve a Krauser junto al Gobierno Mundial donde se decidirá su destino. Hablaré en su defensa y juntos buscaremos una forma de que sea perdonado.— le dijo al cazarrecompensas. Y tras eso se dio la vuelta y le dio un abrazo a Krauser, por si no lo volvía a ver. —Estoy seguro de que sabrás afrontar las consecuencias de tus actos, y eso te honra. Espero que el resto pueda ver eso.— dijo en forma de despedida. Y tras eso se puso firme haciendo el saludo de la marina y desapareció por la puerta, alejándose a gran velocidad y adentrándose en aquella plaza que parecía una constante guerra. Sacó su Den Den Mushi y marcó el número del Almirante de Flota, pues era un asunto de extrema importancia.
—¡Almirante Luchs-sama siento molestar pero ha habido un cambio de planes! ¡He dejado a Krauser con el Yonkaikyo Alex Drachen y va a entregarlo tal y como comenté! Ahora me dirijo hacia el campo de batalla con la intención de finalizar de una vez por todas esta guerra.— le dijo a su superior cuando tomara su Den Den Mushi. De esa forma y aunque no lo había dicho con esa intención, si Krauser nunca llegaba a su destino significaría que Alex lo había ayudado a escapar. Y si Alex se hacía el malherido, la culpa que caería sobre Krauser sería todavía mayor y seguro que no caerían en eso. Además, era casi imposible que alguien pudiera vencer a esos dos juntos, por lo que la credibilidad si algo pasaba sería nula. Sin darse cuenta con esa llamada los estaba obligando a cumplir lo que había dicho o a sufrir una consecuencia de la que seguramente no habría palabras suficientes para defenderlos.
Al fin y al cabo el Yonkaikyo era un seguidor de la ley, un cazarrecompensas, alguien que quizás podría ascender a Shichibukai o ser más valorado por el Gobierno. Era estúpido pues Minato ya había anunciado que Krauser se había entregado, pero si así lo quería no iba a negarle la que podía ser su última voluntad. Confiaba en el Ex-Almirante y sabía que no escaparía, y conocía la fuerza del cazarrecompensas. Por eso estaba tranquilo, confiando en que aquellos dos no generarían ningún problema adicional. Su Den Den Mushi comenzó a sonar, provocando que antes de darles su visto bueno para aquello tomara la llamada. Era Kodama, el cual lo había llamado a su número personal con la única intención de pedir ayuda. No una ayuda personal, sino una ayuda general para acabar con toda aquella locura. —Enseguida estoy allí, Kodama-san.— dijo, tras lo que colgó el aparato y miró a los dos allí presentes.
—Yonkaikyo Alex Drachen, confío en usted para que lleve a Krauser junto al Gobierno Mundial donde se decidirá su destino. Hablaré en su defensa y juntos buscaremos una forma de que sea perdonado.— le dijo al cazarrecompensas. Y tras eso se dio la vuelta y le dio un abrazo a Krauser, por si no lo volvía a ver. —Estoy seguro de que sabrás afrontar las consecuencias de tus actos, y eso te honra. Espero que el resto pueda ver eso.— dijo en forma de despedida. Y tras eso se puso firme haciendo el saludo de la marina y desapareció por la puerta, alejándose a gran velocidad y adentrándose en aquella plaza que parecía una constante guerra. Sacó su Den Den Mushi y marcó el número del Almirante de Flota, pues era un asunto de extrema importancia.
—¡Almirante Luchs-sama siento molestar pero ha habido un cambio de planes! ¡He dejado a Krauser con el Yonkaikyo Alex Drachen y va a entregarlo tal y como comenté! Ahora me dirijo hacia el campo de batalla con la intención de finalizar de una vez por todas esta guerra.— le dijo a su superior cuando tomara su Den Den Mushi. De esa forma y aunque no lo había dicho con esa intención, si Krauser nunca llegaba a su destino significaría que Alex lo había ayudado a escapar. Y si Alex se hacía el malherido, la culpa que caería sobre Krauser sería todavía mayor y seguro que no caerían en eso. Además, era casi imposible que alguien pudiera vencer a esos dos juntos, por lo que la credibilidad si algo pasaba sería nula. Sin darse cuenta con esa llamada los estaba obligando a cumplir lo que había dicho o a sufrir una consecuencia de la que seguramente no habría palabras suficientes para defenderlos.
- Resumen:
- Les dejo que hagan lo que quieran y aviso al Almirante de flota de que van para allá esos dos. Por otro lado, me dirijo hacia la localización de Kodama.
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Minato aceptó que Alex se llevara al Almirante Redfield antes de marcharse de allí. Abrazó a Krauser, si él confiaba en el marine es porque era un buen hombre. Pero el cazador no podía permitir que Krauser afrontara las consecuencias, estaba seguro de que no era culpable de todo lo que había dicho y debía luchar a su lado por construir el mundo que querían. Esperó a que el otro Almirante se marchara y rompió las esposas mediante una vibración antes de darle un puñetazo a Krauser en el rostro. Le había molestado mucho que su amigo no le contara lo que había ocurrido, que se marchara así y no confiara en él.
-¿No decías que éramos hermanos? ¿Que querías luchar a mi lado? ¿Que yo era el mejor cazador? Cumple tu palabra- Le dijo Alex.
Lo cierto es que le ayudaría a escapar, dejándolo inconsciente si era necesario, pero traería problemas. Debían inventar algo para que fuese creíble y ya se había hecho una idea. Afrontaría cualquier cosa si era necesario, pero no iba a permitir que aquel hombre se sacrificara en vano. Le dio un abrazo y lo miró con cierta tristeza.
-Lo siento mucho, hermano, pero no puedo entregarte. A partir de ahora serás un criminal, pero no a mis ojos. Lucha conmigo por cumplir nuestros sueños, debemos proteger el mundo y crear un lugar mejor. Si te entregas... no podrás hacerlo y yo me quedaré solo. Lo siento pero no puedo permitirlo. Por favor, cuando salgamos haz tanta niebla como sea posible. Farkas llegará a tu lado y te sacará de aquí oculto. No mires atrás, no hagas nada, solo márchate ahora para ayudarme en el futuro. Sin ti nada sería lo mismo. Sé que amas a la Marina, pero si mueres ahora tu querida organización morirá contigo. Solo tú puedes arreglarlo- Le comentó.
Esperaba que Krauser aceptara. Sabía de sobras que era un hombre de honro y que prefería morir si así ayudaba al mundo, pero la verdadera forma que tenía de ayudar era viviendo. Si no aceptaba... algo haría, pero Alex iba a salvar a su hermano costase lo que costase.
-¿No decías que éramos hermanos? ¿Que querías luchar a mi lado? ¿Que yo era el mejor cazador? Cumple tu palabra- Le dijo Alex.
Lo cierto es que le ayudaría a escapar, dejándolo inconsciente si era necesario, pero traería problemas. Debían inventar algo para que fuese creíble y ya se había hecho una idea. Afrontaría cualquier cosa si era necesario, pero no iba a permitir que aquel hombre se sacrificara en vano. Le dio un abrazo y lo miró con cierta tristeza.
-Lo siento mucho, hermano, pero no puedo entregarte. A partir de ahora serás un criminal, pero no a mis ojos. Lucha conmigo por cumplir nuestros sueños, debemos proteger el mundo y crear un lugar mejor. Si te entregas... no podrás hacerlo y yo me quedaré solo. Lo siento pero no puedo permitirlo. Por favor, cuando salgamos haz tanta niebla como sea posible. Farkas llegará a tu lado y te sacará de aquí oculto. No mires atrás, no hagas nada, solo márchate ahora para ayudarme en el futuro. Sin ti nada sería lo mismo. Sé que amas a la Marina, pero si mueres ahora tu querida organización morirá contigo. Solo tú puedes arreglarlo- Le comentó.
Esperaba que Krauser aceptara. Sabía de sobras que era un hombre de honro y que prefería morir si así ayudaba al mundo, pero la verdadera forma que tenía de ayudar era viviendo. Si no aceptaba... algo haría, pero Alex iba a salvar a su hermano costase lo que costase.
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Krauser suspiró y contempló como Minato se iba. Sus palabras le habían hecho sonreír de lado, al parecer iba a luchar por él, a fin de cuentas era un buen amigo. Ahora solo quedaba que el cazador le entregase, justo cuando iba a darse la vuelta, el puño de aquel hombre se chocó en su cara. Cayó al suelo sonriendo mientras escupía a un lado viendo algunas gotas de sangre, sin embargo no era algo que le importase, se levantó de nuevo mirando a Alex a los ojos con una sonrisa alegre. Sus palabras le hicieron cerrar un momento los ojos para después dar unos pasos hacia él, no iba a defenderse de los demás golpes, si es que llegaban, el marine simplemente miraba al chico de forma tranquila como si no pasase nada. “Vamos entrégame hermano” Pensó al mismo tiempo que le miraba sonriendo sádicamente, pero de repente llegó aquel abrazo que le hizo abrir los ojos como platos.
Después de haberle escuchado no pudo evitar entrecerrar los ojos despacio para después abrazarle y pensar en aquellos momentos, su primera misión en la brigada disciplinaria. Su flota llamada la Élite, seguramente le odiarían por aquello, además de su pequeña, aquella hermosa recluta de la que estaba enamorado ¿Qué sería de Minako? Esperaba poder a verla y que ella no le odiara, aunque confiaba en ella. Esperaba también que Karl estuviera bien, le encantaría poder ir pero su brazo estaba en un estado pésimo y tan solo sería un estorbo en el camino del otro almirante, pero sabía que no iba a morir. ¡KARL NO PODÍA MORIR JODER! Pensó mientras ahora se separaba un poco mirando a Alex a los ojos y sonriéndole tranquilamente, después lo colocó su mano izquierda en el hombro y asintió despacio mientras se relajaba.
- Shellston, me alegro mucho haber estado de servicio aquel día en esa isla. Tuve el honor de conocer a un gran hombre, el mismo que hoy tengo frente a mis ojos, un hombre tan poderoso que de un golpe podría acabar con todo el que se le pusiera delante. Alguien con una personalidad de hierro y un verdadero sentido del honor y la amistad, hace tres años me dijiste que no había nada más para ti, pero has completado tu promesa. Como te dije voy a cumplir la mía, voy a formar la Neo Marina y a acabar con todo esto de una vez. Ten mucho cuidado Alex, después nos veremos para hablar, te diré una cosa… tú mujer allá dónde esté estaría realmente orgullosa de ti, te has convertido en aquello que yo siempre admiré. Gracias por todo hermanito, te debo la vida, me has dado un motivo para seguir luchando y no pienso rendirme. Te aseguro que… ¡Voy a liberar este mundo de las garras del mal! ¡Aunque para ello debe convertirme en el peor de los diablos y vender mi alma y luego suicidarme! ¡EL DEMONIO DE LA NIEBLA COMIENZA CON EL IMPERIO DE LA NEO MARINA!
Dicho eso abrazó al cazador con fuerza para después salir corriendo al exterior, colocó su mano izquierda en el suelo llenando todo de niebla a unos cincuenta metros de altura y a unos sesentaicinco a la redonda. Salió corriendo y después notó como algo le tomaba en su lomo, acarició a aquel bello animal con una sonrisa “Hola colega” Pensó mientras se colocaba los vendajes y sonreía alejándose de aquella isla mientras miraba hacia atrás. “Karl sal de ahí por lo que más quieras, Alex ten cuidado y Drake cuidado con lo que haces” Pensó para después sonreír y permanecer atento y saliendo de aquella isla.
Después de haberle escuchado no pudo evitar entrecerrar los ojos despacio para después abrazarle y pensar en aquellos momentos, su primera misión en la brigada disciplinaria. Su flota llamada la Élite, seguramente le odiarían por aquello, además de su pequeña, aquella hermosa recluta de la que estaba enamorado ¿Qué sería de Minako? Esperaba poder a verla y que ella no le odiara, aunque confiaba en ella. Esperaba también que Karl estuviera bien, le encantaría poder ir pero su brazo estaba en un estado pésimo y tan solo sería un estorbo en el camino del otro almirante, pero sabía que no iba a morir. ¡KARL NO PODÍA MORIR JODER! Pensó mientras ahora se separaba un poco mirando a Alex a los ojos y sonriéndole tranquilamente, después lo colocó su mano izquierda en el hombro y asintió despacio mientras se relajaba.
- Shellston, me alegro mucho haber estado de servicio aquel día en esa isla. Tuve el honor de conocer a un gran hombre, el mismo que hoy tengo frente a mis ojos, un hombre tan poderoso que de un golpe podría acabar con todo el que se le pusiera delante. Alguien con una personalidad de hierro y un verdadero sentido del honor y la amistad, hace tres años me dijiste que no había nada más para ti, pero has completado tu promesa. Como te dije voy a cumplir la mía, voy a formar la Neo Marina y a acabar con todo esto de una vez. Ten mucho cuidado Alex, después nos veremos para hablar, te diré una cosa… tú mujer allá dónde esté estaría realmente orgullosa de ti, te has convertido en aquello que yo siempre admiré. Gracias por todo hermanito, te debo la vida, me has dado un motivo para seguir luchando y no pienso rendirme. Te aseguro que… ¡Voy a liberar este mundo de las garras del mal! ¡Aunque para ello debe convertirme en el peor de los diablos y vender mi alma y luego suicidarme! ¡EL DEMONIO DE LA NIEBLA COMIENZA CON EL IMPERIO DE LA NEO MARINA!
Dicho eso abrazó al cazador con fuerza para después salir corriendo al exterior, colocó su mano izquierda en el suelo llenando todo de niebla a unos cincuenta metros de altura y a unos sesentaicinco a la redonda. Salió corriendo y después notó como algo le tomaba en su lomo, acarició a aquel bello animal con una sonrisa “Hola colega” Pensó mientras se colocaba los vendajes y sonreía alejándose de aquella isla mientras miraba hacia atrás. “Karl sal de ahí por lo que más quieras, Alex ten cuidado y Drake cuidado con lo que haces” Pensó para después sonreír y permanecer atento y saliendo de aquella isla.
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