Flea
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Condiciones:
- Sin posibilidad de muerte pero con daños on-rol.
Escenario: Ireos: Isla totalmente deshabitada por el ser humano y alejada de la mano de Dios, es montañosa, tiene un pequeño bosque muy frondoso en el centro y hay un poblado en ruinas, abandonada hace mucho tiempo en el sur, la única zona sin montañas.
Comienza Akashi por ser el retado.
Al empezar el combate, Akashi es nivel 18 y Derian 64.
Invitado
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– Esto apesta. – Akashi había llegado a Ireos, una isla abandonada de la mano de Dios. ¿Qué mierda podía hacer ahí? ¿Aparte de perder el tiempo? Quizás tomar un descanso de sus aventuras, ser capitán, era en ciertos momentos, aburrido. Aunque no podía negar que las cosas fueran interesantes, tenía buenos nakamas y sobre todo, ellos confiaban en él. Bajó del barco junto con Asuna y Hayate. Explorar la isla podía ser divertido para ellos, matar el tiempo, organizar sus ideas y esas cosas. Pero sobre todo iba a servir para descansar, tomar aire y luego volver a entrenar con fuerza.
– Ya sabes las reglas, Asuna. No te separes de mí. – dijo mientras la miraba de lado. Vestía con una camiseta amarilla y unos pantalones cortos, en su brazo derecho, llevaba un libro de plantas medicinales. Akashi vestía una camiseta roja, debajo de esta una camiseta de mangas largas de color plomo, y unos pantalones largos oscuros.
– Ya lo sé, capitán. – respondió con cierta indiferencia. Akashi pegó un suspiro mientras alejaba unas hojas que molestaban en su camino. Hayate estaba en su cabeza, como siempre, durmiendo. A diferencia de que lograba controlarlo más, cada vez existía más confianza. Su mejor amigo y compañero.
Los tres llegaron a un claro. Era grande, quizás con unos veinte metros de radio, una explanada total. Sin obstáculos molestos, todo estaba bien. A lo lejos, escuchaba los gritos de los animales ¿Serían muy peligrosos? Por precaución, activó su Kenbunshoku Haki, era muy útil en estas circunstancias. ”Bueno, tampoco es que sea fácil tomarme con la guardia baja.” se dijo mientras ahora notaba que Asuna se quedaba mirando una planta con cierto recelo. ¿Un descubrimiento? Recordó que ella le había mencionado que estaba buscando una y al parecer, ya la había encontrado, se acercó con curiosidad justo en el momento en que la sacaba (sus manos estaban con guantes)
– Ya he encontrado la planta, Akashi-kun. – dijo con una sonrisa de éxito. – Este es un buen lugar, tomemos un descanso. Estoy segura que esta isla esconde muchas otras plantas interesantes. – Akashi solo pudo asentir con la cabeza. La isla era grande y de nada servía agotar todas sus energías de golpe.
– Ya sabes las reglas, Asuna. No te separes de mí. – dijo mientras la miraba de lado. Vestía con una camiseta amarilla y unos pantalones cortos, en su brazo derecho, llevaba un libro de plantas medicinales. Akashi vestía una camiseta roja, debajo de esta una camiseta de mangas largas de color plomo, y unos pantalones largos oscuros.
– Ya lo sé, capitán. – respondió con cierta indiferencia. Akashi pegó un suspiro mientras alejaba unas hojas que molestaban en su camino. Hayate estaba en su cabeza, como siempre, durmiendo. A diferencia de que lograba controlarlo más, cada vez existía más confianza. Su mejor amigo y compañero.
Los tres llegaron a un claro. Era grande, quizás con unos veinte metros de radio, una explanada total. Sin obstáculos molestos, todo estaba bien. A lo lejos, escuchaba los gritos de los animales ¿Serían muy peligrosos? Por precaución, activó su Kenbunshoku Haki, era muy útil en estas circunstancias. ”Bueno, tampoco es que sea fácil tomarme con la guardia baja.” se dijo mientras ahora notaba que Asuna se quedaba mirando una planta con cierto recelo. ¿Un descubrimiento? Recordó que ella le había mencionado que estaba buscando una y al parecer, ya la había encontrado, se acercó con curiosidad justo en el momento en que la sacaba (sus manos estaban con guantes)
– Ya he encontrado la planta, Akashi-kun. – dijo con una sonrisa de éxito. – Este es un buen lugar, tomemos un descanso. Estoy segura que esta isla esconde muchas otras plantas interesantes. – Akashi solo pudo asentir con la cabeza. La isla era grande y de nada servía agotar todas sus energías de golpe.
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