Haciéndole frente al horror [Pasado][Privado][Maximilian - Yusei]

Los músculos de mi cuerpo estaba en un estado de relajación y lo único que podía sentir era un intenso olor a humo y pólvora que provenía de alguna ubicación indeterminada. Me dolía un poco la cabeza y todo estaba oscuro. De pronto todo cambio y mi visión fueron dando paso de un oscuro muy intenso a una pequeña brillante rojiza y luego a un azul con motas de blanco. Era el cielo azul y no entendía que hacia viéndolo. De pronto llegaron a mis montones de sonidos que no pude entender muy bien porque se producían. Gritos y más gritos, llantos, voces agitadas y preocupadas se llegaban de todos los lugares. Me senté levantando la mitad de mi cuerpo y llevé mi mano para tomarme la cabeza en un gesto de confusión. Traté de recordar algo rascándome la cabeza pero no tenía aun respuesta de mi mente. Lentamente  me puse en pie y pude ver con asombro que montones de personas pasaban por mi lado corriendo en todas las direcciones. De pronto, una figura inmensa a lo lejos se alzó por encima de las casa de la ciudad. El ser imponente produjo un efecto otros en los ánimos de la gente cuando lo vieron emerger. El suelo tembló por un momento y las mujeres chillaron de horror al verlo.

En ese momento montones de recuerdos llegaron hasta mi mente y me produjeron un inmenso dolor en la cabeza que hizo que me tambaleara. Había llegado a Domica días antes y tuve que tener mucho cuidado con los marines que recorrían las calles. No entendía por qué estaba allí si la gente de Domica tenía su propia fuerza militar y cuidaban de ellos sin el apoyo del gobierno. Había oído extraños rumores de que una fuerza increíblemente peligrosa se había visto en islas cercanas a la de Domica y que el gobierno envió a sus buques a resguardar el orden de sus territorios. Esta fuerza peligrosa era obviamente piratas pero no cualquiera, era 10 barcos llenos de los más perversos corsarios del mar, hombre sin escrúpulos llenos de locura por el dinero y con sed de sangre. Los hombres estaban al mando de uno de los piratas más temibles y despiadados de los mares, el gran capitán Smith o como se le llamaba en ese momento “Ojo de dragón”. Un hombre único por su crueldad y perversión para asesinar personas.

Se decía que tenía en sus barcos tanto a hombres como bestia e incluso a ex – marines que habían renunciado a sus cargos para unirse a su fuerza aniquiladora y ahora yo mismo estaba comprobando su poder. El gigante que alzaba frente a mis ojos poseía una coraza de metal negra con un casco del mismo color diseñado para generar en sus oponentes la imagen de un colosal demonio. No sabía cómo había terminado en medio de una avenida casi inconsciente y sin poder reaccionar pero ahora ya estaba despierto y listo para actuar.

Oí una voz: ''Hey, Yusei, venga, despierta, no te hagas el loco'', me desperté,
estaba en un callejón, tirado, acababa de tener una pesadilla... Pero no recordaba nada.

Me senté en el suelo, saqué mi cajita de metal, la abrí y cogí algo de ganja, saqué un papel, rulé un cartón y me dispuse a liarme mi cigarrillo matutino, cuando de repente escuché algunos gritos y gente correr de un lado a otro.
No podía ser cierto, ¿dónde estaba?, que yo recordase estaba en mi pequeño barco dibujando algo... Apareció una tormenta en el camino y... Mi mente no daba más de sí, acabé de liarme el canutillo, lo puse en mis labios, saqué una caja de cerillas, en su interior sólo quedaba una.

Prendí mi peta y caminé hacia afuera de ese largo callejón, al salir, ví a un montón de gente corriendo como aterrados, miré hacia arriba y lo que observé me impactó bastante, era un gigante con un gran peto de metal y un casco negros, pensé ''¿Dónde estoy? ¿Qué hace un gigante aquí? ¿Qué está pasando?''.

Caminé por algunas callejuelas, atravesé varias intersecciones que dividían la ciudad en algunas partes y llegué a una especie de avenida, entre tanto cáos y tanta gente horrorizada, en medio de aquella calle había un hombre, parado, observando al gigante, el individuo tenía el pelo largo y negro atado con una especie de lazo rojo, llevaba una gabardina negra con unos pantalones y botas de cuero del mismo color, parecía muy tranquilo observando al gigante.

Le dí unas cuantas caladas a mi cigarro, me acerqué a Él y mientras echaba el humo por mi boca, le pregunté: ''¿Tú no vas a huir? ¿O quizás estás esperando a alguien? Bueno, siento mi descortesía, me llamo Yusei, aunque creo que este no es un buen momento para presentarse... ¿Sabe usted dónde me hallo?''

El gigante movía de un lado a otro su porra y destruía edificios enteros, se acercaba más y más hacia donde estaba. Estaba seguro de que pronto se percataría de que estaba yo allí, observándolo como un niño curioso cuando pude escuchar la voz de alguien detrás de mí. Moví la cabeza y vi que un muchacho estaba a mi lado.

-Pues...veamos, supongo que es Domina si no me equivoco – dije mientras le sonreía – y respecto a lo que acabas de preguntar, pues no, no huiré, hay mucha gente en peligro así que me gustaría ayudar un poco.

De pronto se pudo oír un estruendoso sonido muy cerca de donde estaba. Me giré y note ‘que en la cara del gigante había explotado algo. Su cuerpo retrocedió unos pasos atrás y llevo sus manos hacia su casco. La gente seguía corriendo a mí alrededor alejándose más y más de la costa cuando detrás de toda la multitud apareció una gran masa negruzca acercándose a toda velocidad.

“Vaya, esto no está bien” – pensé mientras me recaba la cabeza con la mano derecha

Una multitud de piratas con espadas y rifles arremetían contra todo lo que encontraban a su paso. Entraban a las casas y algunas cosas salían disparadas afuera atravesando las ventanas. La gran cantidad de piratas estaba ya muy cerca cuando sonreí y desenvaine Shuryo Tamashi. Mi mano izquierda apretó suavemente la empuñadura mientras un sonido algo agudo y fino se generaba al desenvainarla. La brillante hoja de mi katana se movió en el aire y pude sentir una pequeña picazón en la mano.

“Así que ya estas lista”

Sonreí y luego llevé mi brazo izquierdo en diagonal para soltar un tajo en el aire en dirección a la multitud de piratas que avanzaba, al mismo tiempo que esto pasaba, una potente energía de color plateada salio disparada en forma rectilínea como una hoja fina. La energía pasó en medio de la gran multitud y partió a la mitad separándolos en dos grupos. Una línea no tan profunda apareció en medio de la avenida y a lado de ella unas llamas de fuego plateado bailaban encina de la línea. Algunos gritos se generaron entre el gran grupo y el desconcierto hizo que todos se detuvieran. Algunos piratas estaba rodeados por flamas plateadas y quemándose. Otros estaban en el suelo desangrándose y otros sin algún miembro o corte que les habían abierto un gran tajo profundo cerca al hombro o en algún costado.

-Jajaja, lo siento, aun no la controlo del todo bien – dije sonriendo y entrecerrado los ojos con inocencia

Yusei pensó: ''Domica, ¿qué diablos estoy haciendo en el south blue?''. En ese mismo momento el hombre que estaba al lado suya desenvainó su espada y creó una gran onda de energía que atravesó la calle entera.

Me quedé perplejo ante tal situación, disimulé mi risa al estar un poquillo ciego y pregunté:
''¿Así te presentas habitualmente?, bueno me llamo Yusei, encantado''

Percibí la imagen de una sombra detrás mía, un sujeto gritó ''AAAH'' y me intentó golpear con una maza en la cabeza, lo esquivé moviendome hacia la izquierda, desenvainé mi espada y dando un giro de 180 grados corté al enemigo, hecho esto envainé mi espada antes de que el oponente empezara a derramar sangre por al barriga.

''Esto se empieza a complicar, quizás debería seguir a este sujeto, creo que con él estaré más seguro'' pensé.
Miré al espadachín y le dije: ''Sinceramente, ando perdido por aquí, no sé como he llegado, le agradecería que me permitiera ir con usted hasta que consiga de alguna manera salir de aquí, siento que esto sea tan repentino, si me rechaza lo entenderé''

Entre explosiones y gente corriendo aterrada ví algo saltando de hombro en hombro, se impulsó y pegó un brinco, llegó derecho hacia mí, alzé las manos y lo cogí. Era mi mono, llamado Zack, este, nervioso, empezó a alzar y bajar las manos golpeándome en la cabeza, arañandome algo la cara. ''Eh, Zack, tranquilo'' le formulé intentando esquivar sus sacudidas, él fue disminuyendo la fuerza de sus impactos. Se sentó en mi hombro observando el estruendo que formaba aquél gigante, el susodicho ya había destruído gran parte del área en el que nos encontrabamos y ahora estaba al lado de nuestra ubicación.

''Quizás no es el mejor momento para decirlo, pero creo que ese gigante va a ata- intenté avisar al individuo cercano a mí, pero el enorme ser pisó el lugar donde nos hallábamos, salté a un lado intentando proteger de algún daño a Zack, no podía creerlo, había sobrevivido al pisotón de un monstruo!, pero esta felicidad no duró mucho tiempo, el ente estaba muy agresivo y seguía pretendiendo aplastarnos.

Pateaba el suelo como si de una alfombra se tratase, yo saltaba de un lado a otro sin saber muy bien cómo estaba sucediendo todo eso, desenfundé mi katana y le propicié un corte encima del pie al coloso, él, dolorido, se puso más violento y inició una tanda de múltiples golpes con su gigantesca arma.
Intentando esquivarlo, salté y llegué hacia el espadachín ''Esto se ha puesto interesante, no? - comenté sonriendo''.

El gigante arremetió contra nosotros, evité su gran puño junto con el chico que antes me había hablado quien volvió a acercarse a mí. Tenía un pequeño simio en su hombro y cuando desenvaino su espada sonreí de una manera conciliadora. No entendía muy bien que hacia él en ese lugar pero  ya que estábamos en una situación bastante peligrosa, necesitaríamos toda la ayuda posible. Unos disparos de algún lugar hicieron que girara mi mirada hacia el otro lado de la avenida. Una tropa de marines disparaba sus rifles contra los piratas que habían llegado. Una bala pasó justo al lado de mi mejilla lo cual me obligó a moverme rápidamente a un lado dejando la avenida libre para que los marines tuvieran paso libre para atacar a los piratas. Una batalla comenzó en medio de la avenida y pronto unas ráfagas de pólvora y balas pasaban de un lado a otro. El gigante no parecía haberse dado cuenta de esto pero cuando lo hizo, lanzó su porra contra los marines. Estos salieron despedidos en el aire y algunos cuerpos se estrellaron contra las paredes de las casas.

Aproveché el momento para subir hasta el tejado de una casa y hacerlo mismo con otra que tenía más niveles. Debía moverme lo más rápido posible. Cuando estuve justo a la altura de la cintura del gigante, vi que su porra pasaba justo frente a mí. Sin dudarlo, cogí impulso desde donde estaba y clave mi katana en su arma que se elevaba rápidamente. Llegó hasta por encima de su cabeza y justo cuando iba a volver a la lanzar un fuerte ataque, me balance hacia un lado y salté hasta su casco. Me cogí de una saliente justo encima de su cabeza y tuve que usar toda mi habilidad para mantenerme en equilibrio.

“Bien, aquí voy” – dije mientras salta en el aire hasta una altura bastante considerable.

Me incliné hacia abajo y estirando mi brazo izquierdo descendí a toda velocidad para lanzar un corte hacia la cabeza del gigante. La hoja de mi espada adopto un naranja brillante y estiré mi brazo para lanzar un corte hacia el casco. Fue un corte limpio, una línea muy fina apareció en medio de la parte delantera del casco y de ella emergieron llamas naranjas. Caí en picada pero pronto sentí un tirón en la espalda. Alguien me había cogido justo cuando caí y ahora me dirigía hacia el techo de una casa medio destruida a lado de una figura que aún no reconocía.

-Te has pasado Maximilian – dijo una voz gruesa y varonil

El rostro de mi compañero Owen apareció frente a mí. Me sostenía con su mano derecha de la gabardina mientras caí de pie en el tejado de una casa. Estaba seguro de que me había visto elevarme en el aire para atacar desde arriba al gigante y justo cuando caía había saltado en diagonal para atraparme el aire y caer justo en el techo de la casa. Me dejo en el suelo y me puse en pie al instante.

-Ustedes siempre llegan tarde – dije sonriendo

Miré en dirección hacia el gigante y este era todo un espectáculo. Su casco se había partido a la mitad en la parte anterior de su cara y toda su barba negra prominente estaba rodeada por llamas naranjas. Gritaba muy fuerte mientras trataba de apagar con sus manos las llamas de fuego. Cayó de rodillas al suelo haciendo que el suelo temblara.

Owen Bear:

OFF- ROL:

El espadachín saltó por encima de los tejados, y yo, ante todo el cáos y las luchas que había entre piratas y marines, decidí irme algo más adelante, ví a un tipo bastante alto y de una complexión fuerte, tenía el pelo negro y una barba no muy prominente. Éste alzó la mano y cogió al hombre que había atacado al gigante al vuelo, miré al enorme monstruo y observé que ya no tenía casco, gritaba de dolor mientras unas llamas naranjas se extendían por su barba. Los dos sujetos parecía que se conocieran desde hace mucho tiempo, saqué mi preciada cajita de metal y rápidamente líe un canutillo de ganja, me fijé en que parte de mi ropa estaba rasgada por haber estado tirándome al suelo al esquivar los golpes que sucedieron poco tiempo antes. Con mi cigarrillo líado y listo para fumar, lo encendí sacando mi mechero, le dí unas caladas y me quedé observando a esos dos hombres, no parecían muy normales... Eran muy fuertes, pero quizás yo podría servirles de algo.

''Lamento interrumpir vuestra reunión, ¿Maximilian te llamabas?, si no llega a ser por este gran hombre - dije señalando al señor fornido - nunca hubiese sabido tu nombre, pero... creo que es momento de salir de este sitio, se empieza a complicar''. - comenté al mismo tiempo que Zack huía a lo alto de un edificio aterrado.

Marines y piratas encarnaban una cacería bastante violenta, sangre, cuerpos, gente aterrada llorando y corriendo para todos lados era lo que se veía alrededor de nosotros. Para nuestra sorpresa alguien acababa de aparecer justo en frente, un tipo alto pero no tanto como el amigo del espadachín, un poco regordete, con un largo cabello rubio que le llegaba hasta el pecho, de ojos negros, una barba bastante extensa que acababa en dos trenzas sujetadas por dos lazos blancos en sus puntas, una cara bastante gordita y llena de grasa, estaba comiendo lo que parecía ser un trozo abismal de carne fresca. Tenía una buena banda detrás suya con cuchillos, hachas, mazas y demás armas mortiferas. Iba vestido con lo que parecía una cazadora grande sin nada debajo, pero no tenía pelo en su torso, sólo tenía una cicatriz grande que le atravesaba desde el pecho en vertical hasta el ombligo.

''Vaya, parece que tenemos unas buenas presas aquí, id a por ellos soldados míos!'' - dijo apuntandonos con su gran trozo de carne, que siguió comiendo mientras observaba como los demás venían a por nosotros.

Le dí las últimas caladillas a mi cigarrillo, lo tiré al suelo y lo pisé con fuerza, desenvainé mi katana y comencé a pelear contra esa gente. Uno de ellos intentó golpearme con su espada en la cabeza, me moví hacia un lado y lancé un corte vertical con el que el sujeto acabó desangrado en el suelo con una tremenda herida en su torso. Hecho esto, un compañero suyo, cegado de furia intentó herirme con su gran hacha en la barriga, fue fácil de esquivar, me agaché y por la fuerza que había gastado en intentar darme acabo rotando sobre si mismo y golpeó a varios de sus compañeros, antes de que se diera la vuelta le hicé un corte bastante profundo en su espalda y le empujé de una patada contra sus camaradas, que calleron al suelo de la inercia.

Pero venían más y más enemigos, parecía que nunca iba a acabar esa pelea. ''No paran de salir, hay que hacer algo, ah, y repito, que ahora somos dos y quizás no me oíste... soy Yusei, Yusei D. Mori, espero sobrevivir bastante con ustedes!'' - les dije a los hombres que se encontraban conmigo, al mismo tiempo Zack saltó de el edificio, en su caida golpeó a uno de los atacantes en la cabeza, éste cayo de cara contra el suelo, Zack disimuló una sonrisa y se posó en mi hombro de nuevo.

El sujeto que había aparecido tras un momento parecía ser el que daba las órdenes a aquellos hombres. Podía sentir que el calor de la batalla aumentaría, así que pronto deberíamos hacer algo. Owen me miró con una seriedad notoria en su rostro y luego de un momento entendí lo que debíamos hacer. Dos sujetos nos vieron de pie y se lanzaron contra nosotros. Las grandes manos de Owen los tomaron en el aire cuando se lanzaba contra nosotros con las espadas desenvainadas. Mi compañero retrocedió uno de sus brazos para que tomara impulso y soltó a uno de los piratas para que fuera estrellarse contra una casa de madera y destruir casi por completo la pared exterior. El otro se revolvía para liberarse de la gran mano de Owen pero no pudo hacer nada cuando se cuerpo se elevó en el aire y se estrelló en el pavimento. El cemento se agrieto y el hombre vomito una gran cantidad de sangre.

-Pequeñajos – dijo Owen juntando sus palmas y haciendo un movimiento como si estuviera limpiándoselas

Tres piratas empezaron a correr hacia nosotros pero el primero del ese trio cayó al suelo luego de que oímos un silbido muy agudo. Los otros tres se frenaron y miraron a su alrededor para ver a su atacante. No vieron nada pero poco pudieron hacer para detener a quien los estaba acribillando. Dos disparos, uno para cada uno fueron en dirección hacia ellos. Cayeron al piso desangrándose. Mire tras la espalda de Owen y una figura conocida apareció frente a nosotros.

-Ryuto – dije agitando la mano para que me viera

Ryuto:

El peli purpura llegó corriendo en medio del caos y nos saludó con gran alegría. Mi mirada comenzó a buscar con la mirada a Ariana, la francotiradora de mi tripulación. La encontré de pie algo a la distancia sobre el techo de un edificio de donde se podía ver con claridad la batalla.

-Oh that´s so amazing – dijo Ryuto mientras se giraba sobre sí mismo como si estuviera bailando – esto es demasiado genial, hay muchas personas a las que podría agregar a mi cuadro de arte sangriento, capitán

Ryuto parecía fascinado con lo que estaba pasando. Sin embargo, nuestra breve reunión se vio interrumpida cuando una gran sombra nos cubrió. Una porra inmensa venia hacia nosotros para aplastarnos y tuvimos que saltar hacia atrás para esquivarla. El gigante aún estaba allí, con la mitad de su rostro quemada y ya no tenía barba. Los piratas que luchaban contra los marines retrocedieron al ver a su monstruoso camarada estrellar su porra contra la avenida y los marines también hicieron lo mismo. Había escuchado el nombre del espadachín que antes me había hablado y pronto me dirigí al rápidamente.

-He, Yusei puedes contener a estos tipos, nosotros nos encargaremos del gigante – dije mientras veíamos la porra elevarse en el aire otra vez

-Se ha percatado de que tú fuiste el que le hizo eso – dijo Owen

-Entonces debemos alejarnos de aquí

Rápidamente salte hacia un tejado, seguido sobre mis compañeros y nos alejamos unos metros más allá para que el gigante no interfiera con la batalla entre marines y piratas. Cuando estuvimos a una distancia lo bastante prudente, nos separamos entre puntos formando un triángulo imaginaron alrededor del gigante. Owen fue el primero en golpear. Se lanzó de con el puño cerrado para golpear al gigante en la parte posterior de la rodilla. Yo le seguí, atacando su rodilla por delante y Ryuto con sus cartas cortantes ataco por la parte externa de la misma rodilla. Cuando cruzamos nuestros ataques, el gigante se tambaleo y apoyó su rodilla en el suelo. Nos lanzamos al ataque al ver que teníamos la parte superior de su cuerpo al mismo nivel que nosotros pero fue una gran sorpresa que el puño izquierdo del gigante reaccionara con gran velocidad, impactando el cuerpo de Owen quien se estrelló contra un edificio cercano. Ryuto se desconcentró y recibió un puñetazo derecho que lo mando a volar también hacia unas calles más allá. Yo por mi parte ese todos mis reflejos reaccionar a otro puñetazo que lanzaba y clave mi katana en uno de sus dedos para luego girarme en el aire y lanzar cortes sucesivos mientras corría por su brazo. Justo cuando llegaba a la parte de su hombre y de mi espada comenzaba a emerger flamas plateadas, una figura extraña apareció frente a mi derecho elevándose en el aire. Apenas y pude ver que un destello de luz salio disparado hacia y tuve que cubrirme con mi espada para que no me diera de lleno pero si me lanzó hacia el techo de un edificio cercano. Detuve mi retroceso pocos centímetros antes de que cayera del edificio.

El humo salía de alguna parte de mi cuerpo. Había quemado algunos lugares de mi ropa y chamuscado mi cabello. Me agité un poco la cabeza y caminé hacia adelante mirando al gigante y al tipo extraño que había llegado pero mi sorpresa fue mayor cuando vi que no solo había uno sino cuatro sujetos encapuchados y con máscaras extrañas. Uno de ellos llevaba en el hombro una especie de bazuca de donde supuse me había lanzado el destello. Estaba los cuatro de pie el hombro del gigante mirándome.

Asesinos:

-Vaya, así que no estaba solo – dije mientras veía como Ryuto y Owen saltaba nuevamente hacia algunos tejados cercanos.

Entre una sangrienta pelea Maximilian me pidió que me ocupase de contener a los sujetos que nos acataban, ya que ellos iban a acabar contra el gigante. Asentí y solté un comentario: ''No muráis, colegas, me habéis caído demasiado bien'', dicho esto, apareció un nuevo amigo de Maximilian, llamado Ryuto, tenía el pelo morado y una peculiar forma de bailar, además, por el comentario que hizo, parecía que le gustaba mucho lo que tuviera que ver con la sangre. Mis compañeros fueron a la caza del gigante, yo miré a Zack y dije ''Es hora de ponerse serio, tronco'' Dos espadachines arremetieron contra mí de una forma bastante agresiva, colocaron sus espadas en forma horizontal y corrieron hacia mí intentando dar un golpe seco para cortarme la cabeza. Zack saltó y enganchó a uno de los sujetos con la cola intentándolo ahogar, Yusei se agachó y de una forma rápida desenvaino, cortó la pierna del contrincante y se levantó para luego clavarla en la barriga del que su animal de compañía había inmovilizado.

Al cabo de unos cuantos oponentes derrotados, apareció el capitán frente a mí. Estaba bastante enfurecido y llevaba una gran maza que agarraba con su gran mano, al parecer, ya se había comido el trozo de carne. Un destello iluminó el cielo y hizo que nuestras miradas fuesen directamente hacia allí, parecía que Maximilian y los demás tenían problemas, acababan de salir volando, y se veían 4 encapuchados con mascaras en el hombro de aquel coloso. ''No puedo perder el tiempo aquí, debo acudir rápidamente en su ayuda'' pensé.

''2 minutos..'' le dije al capitán de la banda de piratas que me tenían arrinconado. ''¿Dos minutos, para qué? ¿Para tu muerte?'' dijo riéndose a carcajadas mientras goterones de saliba mezclados con algunos cachos de la carne sobrante que llevaba en su dentadura caían lentamente al suelo. Intentó herirme dando un gran golpe diagonalmente, pero lo esquivé dando un simple paso a la izquierda. Zack se tiró a la cara de éste y le arañó, enfadado, el enorme sujeto grasiento lo cogió de la cola y lo tiró hacia delante mientras se tocaba su ojo, de donde ahora mismo brotaba algo de sangre. Cogí a Zack al vuelo y propulsé un salto hacía su cabeza impulsándome en la cara de uno de sus soldados. Con mi katana dí un golpe seco verticalmente y caí de píe el suelo. ''Has fallado'' dijo el barbudo.

''Yo no estaría tan seguro'' respondí envainando mi espada. Al sonido de que el enfundamiento había sido completado salieron varios chorros de sangre disparados y el grasiento quedó inconsciente en el suelo. Subí por el edificio cercano a mí y me dispuse a correr hacia donde se encontraban mis amigos, pero al parecer el gigante estaba dando porrazos contra todo lo que veía. Bajé del edificío y corrí por la amplia avenida. Cuando llegué a los pies del monstruo chillé ''Maximilian, Owen, Ryuto! Es vuestra oportunidad!''. Acto seguido desenvainé mi espada y le hice unas profundas heridas en los píes al coloso con un ataque girando sobre mí mismo. Él calló de rodillas y 1 encapuchado vino hacia mí y me atacó con una katana, pero me dió tiempo a parar el ataque y Zack le quitó la máscara en un descuido.

El enmascarado huyó y yo subí el edifició más cercano a mí para encontrarme con mis queridos compañeros.

Oí una voz que gritaba algo para que luego uno de los encapuchados desapareciera al instante. Los tres encapuchados saltaron hacia adelante y se colocaron justo frente a mí. El gigante que estaba detrás de ellos se arrodillo extrañamente lo cual no entendí. Uno de los tres enmascarados que tenía aquella extraña bazuca la dejo caer pesadamente, luego dio unos pasos al frente y dijo:

-Maximilian D. Frinz, te hemos estado buscando

Aquello en verdad me desconcertó, ya que no me imaginaba que los miembros de una banda de piratas me estuvieran buscando.

-¿Y eso por qué? – preguntó curiosamente

-Posees dos de las más fuertes katanas del mundo, serian un perfecto regalo para nuestro señor. No sabíamos que estuvieran aquí y tú las poseías no podíamos perder la oportunidad de obtenerlas.

-Así y ¿cómo lo harán? – pregunté graciosamente

-Te asesinaremos y luego nos las llevaremos

-Inténtelo – dije desenvainando Shuryo Tamashi

Los tres enmascarados desenvainaron sus espadas luego de que yo lo hiciera y comenzaron a separarse para rodearme. Al instante comprendí que no eran cualquier tipo de oponente, ya que en una serie de movimientos pude darme cuenta de la habilidad de ellos. El primero con el pie derecho hacia adelante se impulsó sobre este y tomo impulso para lanzar un corte que desvié con mi espada. El segundo llegó desde arriba, mi brazo dibujo una curva para golpear con la hoja de mi espada la espada del enemigo y evitar que fuera a cortarme la cabeza. El tercero ya estaba detrás de mí obligándome a agacharme rápidamente para evitar su veloz ataque que cruzaba en un semi círculo. Los sucesivos ataques llegaron desde todos lados y apenas y podía contenerlos. Jamás me había enfrentado a tres adversarios tan fuertes y al mismo tiempo, así la desventaja la tenía yo.

“No pienses Maximilian, deja que tu cuerpo reaccioné” –me dije a mi mismo mientras mi espada se movía a mi máxima velocidad posible para evitar los ataques de mis oponentes.

Por otro lado, Ryuto y Owen luchaba contra el gigante, quien cojeaba por alguna extraña razón. Owen lanzaba un fuerte puñetazo en la cara del gigante y este tambaleándose trataba de alcanzar a mi fornido compañero con su porra. Ryuto por otra parte usaba sus cartas explosivas para debilitar las partes más descuidadas de su anatomía.

Los tres estábamos en situaciones complicadas y si no hacíamos algo pronto todo terminaría mal.

Al llegar arriba del edifício observé que Maximilian estaba siendo atacado por los 3 encapuchados a la vez, y Ryuto y Owen parecían estar en una intensa lucha con el gigante. Desenvainé mi katana y arremetí contra uno de los encapuchados que peleaba contra Maxi, logré atravesarle gracias a que no se habían percatado de mi presencia. ''Te veo confundido, Maxi, pero yo también estoy aquí'' le dije con un aire sonriente.

Acto seguido saqué mi espada del cuerpo del encapuchado, al cuál se le reventó un organo interno y cayó al suelo desangrado. Pero recibí una estocada de otro de los encapuchados, sin embargo, al ser tan rápida sólo pude mover parte de mi cuerpo y me hizo un corte en el hombro no muy profundo, éste, al impulsarse para delante, con mi antebrazo le propicié un golpe en el cuello y se desplomó agarrándoselo como si se estuviera afixiando.

''Buah, qué suerte he tenido, quizás lo tengáis merecido por sobrevalorarme, y lógicamente por sobrevalorar también el factor sorpresa - dije mirando al encapuchado que quedaba - Bueno, Maxi, éste te le dejo a tí, ten cuidado que los demás no se levanten'' le comenté a mi compañero espadachín mientras daba un salto abajo del edifício.

Ya en la amplia avenida, manchada entera de sangre y viendo gente herida y horrorizada corriendo de un lado para otro sin saber muy bien cuál era su destino, encontré mi objetivo, quería arremeter contra las piernas del gigante aprovechando que no se había percatado de mí por su intensa pelea con Owen y Ryuto. Así que le hice unos cuantos cortes en sus piernas, el enorme monstruo gritó de dolor y siguió dando porrazos... Pero esto no iba a durar mucho tiempo, ya que todos oímos una voz con un tono muy elevado.

''¿Quién osa lastimar a mi querida mascota? ¿Quién osa herir a mis súbditos? Todos moriréis en este infierno, no quedará nadie'' Dijo una voz. Y de repente en el cielo apareció la proyección de vídeo de un Den Den Mushi... ¿Quién sería este nuevo enemigo al que nos tendríamos que enfrentar?