¡No Me Des Con Ese Látigo! | Privado | Azuka - Ken - Xiba {Sáb 18 Jul 2015 - 1:44}

01/02/2014

Ya estábamos otra vez. ¿Por qué la mayoría de trabajos que recibía eran de cazar criminales? Estaba harto. En esta ocasión un marine llamó a mi grupo mercenario para consultar la captura de un malhechor. Al parecer ese marine no tenía escrúpulos algunos, y bajo la confianza de mi confidencialidad me admitió su plan. ¿Cuál plan? Sencillo, buscaba ascender de clase, y para ello necesitaba atrapar a algún que otro criminal peligroso. Por supuesto me prometió que me pagaría la totalidad de la recompensa actual por la cabeza del susodicho. Oscilaba los nueve millones, y nueve millones serían míos. No era una gran recompensa, es decir, he visto a gente con mayores recompensas, gente peligrosa de verdad y por la cual si te darían un ascenso si se conseguían atrapar. Sin embargo también contó que le robó a la marina sin que se diesen cuenta y aquello le hacía peligroso. Vaya, ¿a qué me recordaba eso? En fin, el caso era que el marine me pagaría nueve millones de su bolsillo –los cuales no quise preguntar por la procedencia– a cambio de capturar a una persona. No sonaba mal, sin embargo casi todo lo que llegaba a la agencia eran contratos para atrapar personas, para eso me hago Cazarrecompensas. En fin, ya llegaría algún trabajo interesante.
Me dio el nombre de una isla, el del último lugar donde se dice que se vio al ladrón, y también me pasó su cartel por fax. Se trataba de una mujer, tenía un largo cabello de color naranja –pero por la fruta, no por el color-. Lo único que podía distinguirla de otras mujeres con ese tipo de cabello era su bien curvada y dotada figura, junto a un pañuelo con un estampado de leopardo de tonos oscuros, marrones. Ese pañuelo se situaba en su frente, aguantando algo del pelo. “Wendy Royal”, nueve millones por ella. Dicen que hay mujeres que valen dinero, puede que la expresión no se usase para este sentido, pero me resultaba gracioso. En fin, no tenía nada mejor que hacer, así pues acepté el trabajo y me puse manos a la obra.

Archipiélago Arachi, isla de Ame. Era un lugar muy bonito. Según tenía entendido esta isla estaba llena de pescadores y no vivía mucha gente que no se dedicase a ese oficio. Era un poco más pequeña que la isla central del archipiélago, pero a mi me gustaba. Tenía un montón de lagos fluviales por los que había visto ahora y por lo que había oído. Si yo fuese un criminal posiblemente también elegiría este destino para poder pasar un tiempo fuera de juego.
Pero no había venido de vacaciones, y aunque no me importaría tomarme un coco recostado sobre un árbol contemplando la belleza y la calma del lugar, no podía en estos momentos. En serio, se respiraba tranquilidad y calma en el ambiente, este era uno de esos lugares en los cuales sientes que todo estaba bien, que emanaba energía positiva y que te purificaría. No sabía bien por qué no había venido antes –en realidad sí, porque no la conocía–.
Pensé que lo mejor para poder encontrar antes a esta mujer sería preguntarle a algún pescador, así pues decidí ir en dirección a la costa. Si ella se encontraba aquí, deben de haberla visto, sino no me hubiesen dado la dirección de esta isla. –Empieza el Show. –Me dije a mi mismo mientras caminaba feliz de la vida y sin preocupación ninguna hacia donde pensaba que estaría un pescador, pescando.