Se buscan jugadores para un moderado.

Tal vez el elegir la caminata para encontrar un establecimiento para pasar una siesta allá sido la correcta ya que gracias a la suerte pude encontrar una taberna, específicamente la taberna de drakon, la cual para mi suerte está situada muy cerca del hall de las maravillas. Pensé que pudo haber sido un golpe de suerte, el museo era bastante grande como era de suponerse, mientras la taberna era algo pequeña pero se veía acogedora y posiblemente no sean mala gente los que me reciban dentro de aquel lugar. No sabía cuando cerrarían el museo, pero me arriesgue y decidí preguntar después del descanso que tomaría en una habitación de aquella taberna. Estaba bastante cansadete, así que decidí ir directamente sin detenerme para ver nada.

-No puedo esperar para descansar e ir al gran hall de las maravillas. (Había dicho en voz baja para mi mismo)

Caminaba lentamente para no desperdiciar energía, después de todo, la taberna se encontraba en frente de mí a una distancia no muy lejana. Entre al establecimiento intentando buscar al propietario o a alguien capaz de proporcionarme una habitación privada lo suficientemente acogedora para tomar una agradable siesta. No lograba encontrar a nadie ya que me perdía y mientras más caminaba más me cansaba y eso no era algo bueno. En ese momento intentando relajarme un poco para poder buscar mejor a los propietarios, empecé a recordar sobre aquel sueño que había tenido ni bien la primera noche que pase en esa isla. Temía que volviera a pasar de nuevo mientras volvía a dormir, no podía adivinar aunque quisiese que o quien fue el responsable de aquella pesadilla.

-Si llego a saber que fue alguna persona…le haré pasar las mismas pesadillas. (Dije en voz baja maldiciendo esos sueños que parecían bastante reales)

Seguía caminando por el local buscando y buscando, hasta que por fin encontré lo que buscaba. A lo lejos lograba distinguir al famoso barman el cual siempre estaba limpiando sus vasos y copas tan meticulosamente que parecería que tuviera ojos de halcón o que simplemente estuviera imaginando que hay suciedad en algo tan limpio que hasta brilla. Después de admirarlo por unos minutos me acerque a el, caminando obviamente lento para no gastar energías innecesarias, y aunque no sirviera de mucho lo hacia de todas maneras. Habían muchas habitaciones libres, sus precios era bastante razonable y eso me puso contento.

-Hora de descansar por hoy. (Dije mientras me decidía por cual habitación tomar)

Después de pagar la habitación me dirigí hacia ella a paso lento, pensando en que pasaría esta vez. ¿Volvería a aparecer aquella pesadilla? ¿Habría una mucho peor? ¿O simplemente no pasaría nada? No lo sabia, y tampoco quería averiguarlo mucho que digamos. Una vez llegue a la puerta de mi habitación recién alquilada, pude escuchar como los vecinos hablaban, no tan alto por lo cual no me molestarían al dormir. Pero por alguna razón, no podía aguantarme las ganas de escuchar lo que decían, no por acoso si no mas bien por curiosidad extrema.

-¿De que hablaran? (Me pregunte en voz baja para que nadie se diera cuenta de lo que estaba diciendo)

Al arrimar la oreja para poder escuchar lo que decían, logre oír sobre un suceso donde uno de sus compañeros de cuarto llamado Wilian, había ido a un prostíbulo pero que de repente no había vuelto. Un tema interesante, ya que parecía como si aquella ciudad estuviera maldita o algo por el estilo, pasaban cosas muy extrañas en aquel lugar. Y fue entonces cuando pense si eso tendría alguna especie de conexión con las pesadillas o con la reina del mar. Fuera lo que fuera, no podría saberlo así como así.

Sin tener más nada interesante que escuchar en aquella conversación, me retire a paso lento hacía mi habitación directo a la cama para poder obviamente dormir, y tener energías suficientes para seguir con mi pequeña “aventura” la cual se empezaba a volver más grande cada vez que pasaba el tiempo. Antes de conciliar el sueño, pensé en como aquello parecía a un juego de azar, donde cada acción que tomes, cambia en algún sentido la historia. Después de haber reído un poco ya que era algo casi imposible estar dentro de un juego, como también era algo posible el estar dentro de una ilusión creada por algo o alguien. Pero estaba seguro que aquella era la realidad, y actuaria como tal.

Pensé “en hora buena” al notar como en aquel descanso, no apareció ninguna pesadilla de ningún tipo. Aunque también me pareció bastante extraño, ¿me abra dejado en paz? ¿Abra sido un sueño loco mío? ¿Por qué no volvió a aparecer? Todas esas preguntas pasaban por mi cabeza sin ninguna pregunta, y eso me molestaba bastante. Ya despierto, aclarando mi mente y notando como aquel nuevo día parecía estar bastante mejor que los anteriores, me arreglé e intente salir del establecimiento para seguir en mi aventura. Y fue entonces cuando me acorde de aquella conversación sobre una desaparición en un prostíbulo, ¿debía investigar? Me llamaba bastante la atención, todo hay que decirlo, pero en ese momento quería ver aquel museo a como dé lugar.

-Primero el museo, luego el prostíbulo. (Dije con una sonrisa y una pequeña carcajada notando o que acababa de decir esperando que nadie me allá escuchado)

Era una suerte que el hall de las maravillas se encontrara cerca de aquella taberna, me fue muy fácil encontrarlo de nuevo. Me había posicionado enfrente de la entrada, acercándome lentamente, pensando en las cosas que posiblemente me llegara a encontrar en aquel lugar.

Un museo impresionante era lo que me encontré al entrar en aquel lugar, decir que era grande se quedaba corto. Podía notar como el hall de las maravillas era algo que exactamente dejaba estupefacto a las personas que jamás abran visto algo similar. Los objetos, tanto los nuevos como los viejos, eran geniales. Todos brindaban ese sentimiento de antigüedad, valor, historia y muchas cosas más que a un amante de estas cosas no puede perderse por nada. Vidrieras eran las que mantenían en pie a aquellas reliquias las cuales parecían bastantes costosas, sin hablar de las construcciones de ingeniera las cuales deberían tener un valor superior a las ya antes mencionadas reliquias. En las paredes, volviendo la vista aun más perfecta, se encontraban cuadros pintados a mano. Ver todo aquello era algo reconfortante después de presenciar muchos fenómenos de esta ciudad, la mayoría de ellos molestos.

Fue entonces, mientras más me adentraba en aquel museo, logre ver lo que parecía un aviso que decía que la exposición central se encontraba en otro lugar del lugar. Según decía el cartel, estaba en otro pabellón, pero lo que me pareció increíble fue que en aquella exposición se hablaría de la historia del legendario Gold D Roger. Al leer aquello no pude aguantar estar nervioso como también entusiasmado por ir a aquel lugar lo más rápido posible, ya que estábamos hablando de alguien que en su tiempo, era el rey de los piratas, el hombre más libre del mundo. De él sabía muy poco, aunque eso no quitaba mi gran admiración ante tal hombre que logro la libertad absoluta. En aquel momento en mi mente fue algo imposible no pensar y recordad en el pasado, donde mi sueño de ser pirata se fortaleció al conocerlo a él, a Gold D Roger. La época en donde él vivía fue legendaria, no sabía muchas cosas sobre aquel tiempo pero eso no me quitaba las ganas de seguir los pasos para llegar a ser un hombre libre.

-Vamos allá. (Dije con una sonrisa mientras sin ningún problema, camine hacia la supuesta dirección donde se encontraba el siguiente pabellón)

No podía esperar más, quería saber que encontraría en aquel lugar, aunque claramente también podría ser una trampa. Eso pensé todo el tiempo, era genial poder ver algo sobre ese hombre legendario, pero tampoco era muy seguro. Intente despejar mi mente, por más que lo fuera, no me iría de allí sin antes entrar en aquel lugar donde se presentaba parte de la historia de Gold D Roger. Y si así lo fuera, entonces ya estaba preparándome por si debía luchar o escapar.