Calor veraniego (Aki-Theo-Shun-Byakuro)

Llevaba volando a lomos de Cetus por lo menos 4 horas, y hacía un día y pico que se me había terminado el agua. Esto era inaguantable y más que sentada estaba derretida encima de mi pobre dragón, que iba también con la lengua fuera. Empezaba a considerar el tumbarnos ambos en la alfombra, aunque el avance fuera más lento, cuando presentí algo. Inmediatamente me enderecé y señalé con el dedo.

-¡¡AGUA!! ¡¡ES AGUA!! ¡¡Corre, Cetus, agua, agua!!

Bajo nosotros discurría un pequeño río. Lo remontamos ansiosos y llegamos hasta una catarata. No era especialmente grande, pero era un pequeño paraíso. En mitad del bosque había un monton de enormes piedras entre las que discurría el agua, generando un montón de pozas y piscinas naturales. Ansiosa, bajé y mientras él menguaba y se sumergía, yo me desnudé y me tiré al río de cabeza. ¡Qué gusto! El agua, fresca, casi fría, era una delicia. Bebí hasta hartarme y después fui a tirarme a una de las pozas. Por suerte, era agua dulce y no tenía problemas en mojarme. El sol seguía dando pero algunos árboles nos dejaban a la sombra.

Más tarde, sin ganas de vestirme, extendí la alfombra en la hierba y me tumbé allí, boca arriba a descansar. Pensándolo bien, por muy bonito que fuera el lugar, era algo solitario. Para rematarlo sería un lujo que viniera alguien con quien poder jugar. Dicen que el fuego se combate con fuego... y para la ''calor'' del verano, no había nada mejor.

Byakuro llevaba un rato sentado bajo una catarata, meditando. Había pasado mucho tiempo desde que había tenido un momento de intimidad para él solo, así que había aprovechado para relajarse y dejar que el agua terminase con su tensión, al menos por un rato.

El ruido de la cascada, la presión del agua sobre sus hombros, todo aquello hacía que pudiera evadirse del mundo allá afuera. Y sin embargo, no pudo evitar sentir dos presencias acercarse rápidamente al lugar en el que se encontraba. Entreabrió un ojo, pero la gran cantidad de agua cayendo sobre él hacía bastante difícil el ver algo.

- Mmmm... -el chico se levantó, luchando contra la fuerza de la cascada, y salió de debajo de la cortina líquida. A un lado del río tenía su ropa colocada en una roca, junto a una toalla. Se secó el pelo con rapidez y se puso una camisa negra y roja y unos pantalones negros y unas botas del mismo color, de estilo militar. Las presencias seguían allí, cerca de él. Parecía que su meditación había terminado, así que el hombre se acercó al lugar donde las había detectado, para acabar descubriendo una figura extrañamente familiar tumbada en la hierba: Aki.

La sorpresa dio paso a una sonrisa traviesa, cuando el chico se convirtió en tinta y empezó a deslizarse en silencio hasta ella. Cuando estuvo a su lado, tomó forma humana de nuevo, tapándole el sol y, con la misma sonrisa, dijo:

- Buenos días, imoto-chan... que bonita vista ofreces... ¿no? -tras eso, se sentó a su lado.

Había llegado a una pequeña isla con Bya para tranquilizarnos junto al río. Concretamente en un pequeño claro junto a una cascada. Bya se me adelantó mientras yo me quedé en el barco, en la cocina, cogiendo lo que íbamos a necesitar para la sesión de picnic. Nada serio, una simple cesta de fresas y un par de latas de nata para acompañarlas. Eso estaría bien. Cuando cogí la cesta y la nata, bajé del barco y empecé a correr hasta donde estaba la cascada según las indicaciones de Bya. Para llegar mas rápido me transformé en forma completa. Era bastante curioso ver a un velociraptor cargando con una cesta de picnic.

Llegué a la cascada y solté un grito para llamar la atención de Bya. Pero no estaba solo, estaba con una chica. Una chica pelirroja y... ¡Desnuda! Sí, tenía un cuerpo despampanante, para que decirlo. Y Bya estaba con ella. Vestido, por suerte. ¿O por desgracia? Volví a transformarme en humana y me acerqué, intentando no mirar demasiado directa a la muchacha.

- Amm... Hola...

Cerré los ojos, notando la luz del sol encima de mi, dándome calor. Solté un suspiro de satisfacción, todo estaba en paz... y de repente la luz desapareció. Abrí los ojos y entonces los abrí aún más, sorprendida. Era Byakuro. Sonriendo, me incorporé. No me esforcé en taparme, no tenía nada de qué avergonzarme y además no había nada que él no hubiera visto ya.

-¿De dónde sales? No te oí llegar, estás cogiendo la mala costumbre de pillarme por sorpresa.

Justo estaba pensando en que tal vez pudiera convencerlo para hacer algo más divertido que tumbarnos al sol cuando oí un extraño... ¿Grito? Me giré hacia la cascada y vi un dinosaurio. Si, un dinosaurio. Me levanté inmediatamente, dispuesta a buscar algo con lo que protegerme, cuando el velociraptor se transformó en una hermosa chica. Vaya, solo era una akuma, debería haberme fijado que llevaba una cesta entre las garras. La jovencita se acercó. Tenía un hermoso pelo negro que le caía por la espalda, y un cuerpo fuerte y torneado. Era muy guapa, la verdad. Ella le lanzaba miradas a Byakuro, supuse que para evitar mirarme a mi. Podría haberme vestido, pero no sabía donde estaba Cetus y el tenía todas mis cosas. Y no iba a envolverme con la alfombra. Así que me acerqué a ella para darle la bienvenida.

-Vaya, Bya, no sabía que tuvieras tan buenas compañías. ¿No vas a presentarnos?

Iba a girarme cuando una mancha oscura cayó de la cascada. Cogí un palo y me acerqué con precaución al río. La mancha oscura había llegado a la orilla y parecía... un samurai. Con una gran melena y el pecho al aire, cubierto de cicatrices. No estaba nada mal, la verdad es que tenía muy buen cuerpo. Empecé a preguntarme si no habría algo en el agua de las pozas o de la cascada, ya que no solía fijarme tanto en el cuerpo de otros, y los pensamientos libidinosos.. bueno, esos de tarde en tarde. Me agaché a su lado rodeando mis rodillas con una mano y con cuidado le di golpecitos con el palo en el costado, para comprobar si estaba consciente.

- Claro... Aki, esta es Theo... Theo, esta es Aki. -Byakuro hizo una rápida presentación de ambas, mientras sentía un aura caer por la catarata cercana.

Aki se acercó al río a golpear con un palito el cuerpo del hombre que había caído río abajo. La figura del espadachín hizo que Byakuro se sorprendiese: ¿es que acaso toda su banda había ido hasta allí?

- ¡Shun! ¿Qué haces ahí? -preguntó con un grito. El cazador agarró al samurai y lo sacó del agua a rastras-. Aki... este es Shun... Shun, esta... mejor recupérate primero... -añadió.

El peliblanco sonrió a la pelirroja, se encaró a ella y le dijo, con una sonrisa algo traviesa:

- Tal vez deberías vestirte un poco... o mis compañeros de gremio podrían hacerse una idea equivocada -el chico se enrojeció ligeramente, azorado ante la situación de verse con Aki desnuda frente a él y dos de los miembros de su gremio al lado.

Poco a poco mi vergüenza fue desapareciendo y mi boca se fue convirtiendo en una media sonrisa pícara. Empecé a observar a la pelirroja, que Bya presentó como Aki. Mis ojos recorrieron su cuerpo de forma disimulada, siguiendo sus sinuosas curvas y notando su aparente tersa piel.

Mientras lo hacía, un cuerpo cayó de golpe por la cascada y Bya lo reconoció como Shun, nuestro compañero en el gremio. No pude evitar reírme como cada vez que veía al serio samurai quedar en ridículo de alguna forma. Entonces, Bya comentó a la pelirroja que debería vestirse, no sea que yo o Shun nos hagamos una idea equivocada. Solté una leve risa y abrí la cesta, sacando una fresa. Me la llevé a la boca y dije:

- A mí no me importa... -Abrí la boca ligeramente y me comí la fresa lentamente y deleitándome con el sabor, de forma sugerente, mirando a la pelirroja a los ojos.

Viole female:

Me estaba quedando sola en el barco... Shun había salido a hacer lo que fuera, Theo había salido corriendo con comida en una cesta de picnic, Byakuro... No había casi nadie con quien hablar, me aburría bastante. Así, salté del barco con gran tranquilidad y emprendí rumbo hacia donde había ido Theo, intentando seguirlo lo más fielmente posible y no acabar en la mitad de un bosque. Con las manos en la nuca, en bikini para no pasar demasiado calor y tarareando, terminé por escuchar el fluir del agua, siguiéndolo al momento. Llegué a una zona bastante bonita, en la cual estaban Shun, Byakuro y Theo, además de una chica sin ropa alguna.

Con gran tranquilidad, me acerqué a donde estaban para terminar esbozando una gigantesca sonrisa en mi cara, en gran mayoría traviesa.

-Byakuro, ¿me la presentas?

La dama gozaba de un magnífico cuerpo, atrayente como poco aún siendo una mujer o un hombre. Pasé la mano por detrás de Theo, rodeando su espalda hasta llegar a la cesta y sacar una fresa, para darle un pequeño bocado y seguir mirando a la musa, indiferente a su desnudo cuerpo.

-¿Una idea equivocada?- Sonreí, era divertido ver a Byakuro turbado. Dejé de darle con el palito al semiinconsciente samurai y me levanté para mirarle de frente.

-La verdad es que aunque quisiera vestirme, no podría. Lamentablemente Cetus está por ahí arriba bañándose a placer... y se llevó mis cosas con él. Sólo estaba tomando el sol, Bya. ¿Acaso te molesta?

Me giré para saludar a esa chica de pelo negro, Theo. Los ojos me brillaron al descubrir las fresas... y la mirada que esta me dirigía. Sonriendo aún más me acerqué a ella.

-A Theo no parece molestarle. De echo, se está muy cómoda así. ¿No te molestaría si te cojo una fresa? Son mi... debilidad.

Sin recato, le sujeté la muñeca y mirándole a los ojos mordí la fresa a la que ella acababa de pegarle un bocado. Iba a decir algo cuando otra persona llegó. Me giré y vi a una joven preciosa, en bikini y con un largo cabello castaño. Fui hacia ella dispuesta a presentarme también cuando de repente se escuchó un grito y la ropa de todo el grupo quedó rasgada... e inservible. Vaya, que suerte estar ya desnuda. Volví a girar para descubrir al samurai de pie, desnudo y desconcertado. ¿Acaso eso había sido cosa suya? Vaya vaya... si que debía haber algo en el agua. Me acerqué a el y posé la mano en su hombro con una sonrisa, mientras miraba a Byakuro.

- Vaya, Bya, estás muy bien acompañado. Aunque tu amigo es un poco impaciente, ¿No crees?

El cazador sintió una presencia acercándose al lugar, y reconoció a Viole. Desde que había dejado de ser un hombre, había mejorado varios enteros. Tan ocupado estaba observando cómo la escena se desarrollaba a su alrededor que por poco ignora a Shun. "Joder... cruel destino, ¿por qué me haces esto?"

Byakuro vio venir el ataque. Así que dado que no se podía mover a tiempo para evitarlo, simplemente se transformó en tinta y se hizo intangible, dejando que las ondas lo atravesaran. Sin embargo el resto de presentes se vio afectado por ellas. Byakuro vio cómo todos quedaban desnudos, y él permanecía con la ropa puesta. El cazador suspiró y pensó para sí: "Y parecía tonto...". El chico se llevó las manos a la camiseta y se la sacó con un movimiento. A continuación se desvistió lentamente, quitándose los pantalones y los calzoncillos.

- Se suponía que yo debería ser un Yonkaikyo respetable ahora... -suspiró con cierta desgana-. Sigh... supongo que no hay más remedio.

Dicho esto, se acercó a Aki y le dio un beso con pasión y rapidez, para no dejarla reaccionar. El chico sintió el sabor a fresa en su boca. Estaba delicioso. A continuación, convirtió su mano en un látigo de tinta con el que rodeó a Viole y a Theo por la cintura, para agarrarlas también y besarlas, una a una, moviendo su lengua en un erótico y seductor juego. Cada una de ellas tenía un sabor, un bouquet y una forma de besar única y distinta. Al mismo tiempo, su mano acariciaba los cuerpos desnudos de las mujeres. Al dejar de hacer contacto con los labios de éstas, dijo:

- No sé si él es impaciente... pero yo no voy a desaprovechar la situación, ¿sabes? -el cazador soltó una leve carcajada, mientras observaba a Shun en el suelo-. Se suponía que este iba a ser un día tranquilo... pero parece que la fortuna me ha querido dar un premio por ser tan buena persona. Un regalo de Navidad anticipado.

Al final acabamos todos desnudos debido a un "ataque" de Shun. En cierto modo, lo agradecí, ahora había una "excusa" para que se calentara el asunto. Y así fue. El primero en reaccionar fue Bya, besando con pasión a Aki. Al ver aquello un cosquilleo me subió desde el estómago hasta el pecho desnudo. Después, Bya nos atrajo a mi y a Viole a su cuerpo, haciendo que mi sombrero cayese al suelo. Mejor, no quería que nada me incomodase. Después de que su boca se juntase con Aki, se juntó con la mía. Le rodeé el cuello con los brazos y jugué con su lengua sedienta de pasión. Tras aquello, se centró en Viole.

Miré a Aki y di un paso adelante, besándola con una mano en su mejilla, sintiendo el sabor de la fresa que habíamos compartido. Con la otra mano la rodeé hasta llegar a su espalda, deslizándola poco a poco sin dejar de jugar con su lengua en el interior de su boca, llegué hasta una de sus nalgas y la apreté ligeramente, sintiendo su firmeza y suavidad en la piel. Me giré y separé de ella para ver a Viole, que ya se había soltado de Bya.

Tal como hice con Aki, la besé haciendo que nuestras lenguas. Pero esta vez, la empujé ligeramente e hice que se tumbara sobre la alfombra de Aki. Me tumbé sobre ella, pero ladeada, para que los demás pudiesen ver lo que le hacía. Volví a juntar mi lengua con la suya mientras mi mano jugaba con uno de sus pechos, apretando ligeramente. Me solté y apreté mis pechos contra los suyos, mirando de forma sugerente a Aki y los demás para que se unieran.

El cegato samurai lanzó un tajo hacia todos, cortando la ropa con la total perfección. Le iba a echar la reprimenda, pues el bikini me gustaba bastante y era caro, pero algo tocó mi espalda y me hizo acercarme a Byakuro quisiera o no, para que éste me diera un beso. No sentí nada, a decir verdad. Simplemente su lengua jugando por mi boca, a lo que le correspondí. Una vez me soltó, Theo se acercó a mí y me hizo echarme encima de la alfombra en la que estaba la mujer, para comenzar con los tan esperados juegos.

Mi lengua se juntó con la suya, creando una compenetrada danza en la cual las dos disfrutaban a la par. La chica puso la mano en uno de mis pechos, apretándolo. Un gusto recorrió todo mi cuerpo, que no hizo otra cosa sino aumentar el líbido en mi cuerpo y darme ganas de tomar la iniciativa. Terminó de tocarme, para apretar sus pechos contra los míos. Esbocé una sonrisa, para mover la mano hacia su brazo y moverla suavemente sobre su piel hasta llegar a la nuca. La otra mano se colocó sola en la cintura, la cual bajé hasta llegar al glúteo. En ese momento, hice un poco de fuerza, tirándola a ella al suelo con cuidado y posicionándome yo encima. Mi boca se juntó de nuevo con la suya, y mi mano se fue desplazando hacia la entrepierna, donde se asentó y empezó a jugar sin mi previo permiso. Cuando terminó el beso, bajé un poco hasta llegar a los pechos, en los cuales comencé a jugar con la lengua mientras miraba insinuante a Theo en ciertos momentos.

Todo se había desmadrado rápidamente. Primero se me acercó Byakuro. Le sonreí intuyendo lo que se proponía y correspondí a su beso mientras varios recuerdos me asaltaban de golpe. Le dejé ir tras morderle el labio, pero entonces Theo se me acercó. Yo me lancé a ella, acariciándole la cintura y besándola sin recato. ¿Para qué, si era obvio lo que iba a pasar? Acaricié su espalda notando como ella me imitaba, y cuando se distrajo, le lamí el cuello buscando provocarle un escalofrío. Noté un pequeño azote, supuse que como venganza y marchó también. Segundos después, ella y la tal Viole estaban retozando en mi alfombra. Resultaba tentador unirme a ellas y de hecho me acerqué. Posé la mano en la nalga de Viole y la acaricié con calma, ya que había tiempo.

Pero entonces me llegó un olor conocido.

-Byakuro, cielo, tienes que dejar de llevar eso en tu bolsa. No hacía ninguna falta.

Sin embargo, al mirarle tenía las manos vacías. El humo venía de otro lado. Confusa, miré a mi alrededor hasta que descubrí al samurái acurrucado en el suelo y mordiéndose el pulgar... como si estuviera intentando aguantar algo. A sus pies veía algo rosa y en mi cara se formó una enorme sonrisa. Me agaché, interponiéndome entre la lucha de pechos que se gestaba y arranqué un beso a cada fémina. Acto seguido, les señalé al samurái.

-Ha pisado un dial de feromonas... e intenta reprimirse. ¿No sería divertido impedírselo?

Sonriéndo, me levanté y le di una palmada juguetona a Theo en la nalga, antes de dirigirme al desnudo samurai. Con movimientos lentos y sensuales, me agaché delante suya. Me costaba horrores a causa del puñetero dial, la verdad. Notaba los pechos sensibles y humedad en la entrepierna. Mi propia respiración se volvía pesada y ansiosa y no pude evitar relamerme al ver al desnudo samurai y sumarlo mentalmente al lío que se estaba montando apenas a dos pasos detrás de mi. Me incliné sobre el y mordiéndole la oreja le susurré:

-No... te resistas.

Byakuro esnifó aquel aroma, y sus pupilas se dilataron. Y no fue lo único que se dilató. Entrecerró los ojos mientras sentía cómo a su alrededor la gente empezaba a cometer todo tipo de actos lujuriosos. El cazador se debatía, como un niño pequeño pensando en qué atracción de un parque temático montar primero. Sus ojos se fijaron en Shun, con una mirada lasciva e incluso algo violenta. Luego pasaron a Aki, que estaba a un par de pasos del samurai. Y luego se posaron en Theo y Viole, que parecían ir algo más... avanzadas.

- Bueno... -el cazador se crujió el cuello mientras su espalda empezaba a tintarse con un tono oscuro, y cuatro largos protuberancias surgían de él, para terminar convirtiéndose en cuatro largos y flexibles tentáculos.

Centrémonos en los tentáculos:

Con la respiración completamente agitada, el cazador lanzó cada uno de los tentáculos negros a uno de los presentes. Con uno de ellos, empezó a acariciar los pechos de Theo, rodeándolos y apretándolos ligeramente. Otro se dirigió a la espalda de Viole, y en su punta surgió una garra negra con la que empezó a arañarle la piel a la joven, con cuidado de no hacerle daño. Aki sentiría otro de los tentáculos frotándose contra su entrepierna de forma sugerente, y Shun... bueno, el último de los tentáculos rodearía su pene y empezaría a moverse de forma bastante lógica, adelante y atrás.

En medio de esta escena digna de un espectáculo de hentai japonés, Byakuro mantenía una pose estoica con los ojos cerrados y los brazos cruzados. Pero pese a que el aspecto exterior era de relativa calma, su interior estaba ardiendo con fuego. Y lo que había entre sus piernas así lo demostraba.

Un suave aroma inundó mis fosas nasales mientras Viole besaba mis pechos y jugaba con mi entrepierna, provocando que yo las abriese invitándola a seguir, mientras un cosquilleo me inundaba hasta lo mas alto de mi ser. De golpe, un brazo de tinta creado por Bya empezó a tocarnos a todos. Me rodeó los pechos y apretó suavemente, provocando que cerrara un ojo y soltará un pequeño gemido al aire. Miré a Bya, el cual estaba en pose satisfecha, completamente desnudo y con el miembro erecto, llamándome y pidiéndome que lo agarrara y tratara como aquella vez.

Mi respiración se aceleraba conforme Viole jugaba conmigo, pero yo buscaba aún más. Algo en el aire me hacía desear a todos y cada uno de los presentes de una forma mayor de lo que ya hacía. Me levanté, colocándome a cuatro patas y empezando a gatear hasta Bya, esperando que Viole me siguiera. Llegué hasta su pierna y me agarré a ella, subiendo poco a poco hasta ponerme al nivel de su erecto miembro. Lo cogí con una mano, moviendolo suavemente hacia adelante y hacia atrás, acercando poco a poco mi boca jadeante, haciendo que seguramente Bya sienta mi cálido aliento.

Le di un suave beso sin soltar la mano, dando cada vez besos mas prolongados y abriendo la boca cada vez más, acercándome a la punta lentamente. Me coloqué frente a él en vez de a su lado y abrí la boca, metiéndome en ella la mitad de su miembro, mientras levantaba la mirada y la clavaba en sus ojos.