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Un barco navegaba por aquel lugar, en este se podían ver varias personas brindando y comiendo en la cubierta. Un polizón estaba a punto de colarse, el castaño estaba subiendo por la parte de atrás mientras miraba a su alrededor, asegurándose de que nadie le pillara. Dejó por fin el maldito bote donde viajaba y se acopló al barco, la verdad es que se había pateado todo el mar del Oeste en todas sus islas. Estaba muy cansado y lo primero que hizo fue tumbarse en la madera, respirando de forma agitada debido al cansancio mientras entrecerraba los ojos de forma lenta y calmada.
- Joder… estoy reventado, no puedo creer que me haya recorrido todo el jodido mar del Oeste en tan poco tiempo.
La gente parecía ocupada y la música continuaba sonando a toda pastilla en el barco, ahora el joven revolucionario caminó despacio hacia el interior del barco. Buscaba las cocinas, la verdad es que era muy vago pero llevaba mucho sin poder alimentarse y buscaba algo para saciar su enorme apetito. No tardó mucho en conseguir llegar a una pequeña sala dónde el olor de gambas asadas llegó hasta su nariz, la boca se le hizo agua en ese momento, comenzó a relamerse despacio mientras caminaba hacia la mesa.
- Ahí huele a gloria… me comería ochenta raciones de esa delicia que hay ahí…
No tardó mucho en destapar una olla y ver los deliciosos gambones asados y bien sazonados. No podía evitarlo y estiró la mano cogiendo uno con gula, comenzando a pelarlo con avaricia mientras se relamía y sonreía de lado soltando algunas carcajadas algo macabras y sádicas, el pobre estaba muy hambriento y se notaba.
- Joder… estoy reventado, no puedo creer que me haya recorrido todo el jodido mar del Oeste en tan poco tiempo.
La gente parecía ocupada y la música continuaba sonando a toda pastilla en el barco, ahora el joven revolucionario caminó despacio hacia el interior del barco. Buscaba las cocinas, la verdad es que era muy vago pero llevaba mucho sin poder alimentarse y buscaba algo para saciar su enorme apetito. No tardó mucho en conseguir llegar a una pequeña sala dónde el olor de gambas asadas llegó hasta su nariz, la boca se le hizo agua en ese momento, comenzó a relamerse despacio mientras caminaba hacia la mesa.
- Ahí huele a gloria… me comería ochenta raciones de esa delicia que hay ahí…
No tardó mucho en destapar una olla y ver los deliciosos gambones asados y bien sazonados. No podía evitarlo y estiró la mano cogiendo uno con gula, comenzando a pelarlo con avaricia mientras se relamía y sonreía de lado soltando algunas carcajadas algo macabras y sádicas, el pobre estaba muy hambriento y se notaba.
Danio Rerio
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Acababa de terminar una misión entregando a dos piratas de poca monta en el cuartel general del West Blue, y aunque no había sido muy cansado decidí que ya era hora de tomarme unos pocos de los días libres que tenía acumulados, pues si no me los cogía seguro que Al me los quitaba cuando llegara el año nuevo. No tenía pensado en que gastarlos hasta que vi un fantástico anuncio de un crucero, en una especie de yate. Me importaba más bien poco que fuera un yate, un transmares o un sumergible, siempre y cuando pudiera dormir, comer y beber a gusto.
Cuando llegué al puerto de donde salía el barco me sorprendí por la modernidad de este, y si bien era verdad que no era enormerrimo, tenía una buena eslora. Para mí era más que suficiente, y aunque el billete que pague era caro, estaba seguro de amortizarlo con él come y bebe todo lo que quieras del anuncio promocional. Además de eso, según el panfleto se visitaría las islas justas, siendo en su mayoría por mar. Todo esto unido hizo que desembolsara encantado la cantidad de dinero que pedían aquellos estafadores, a los que se la devolvería.
-Aquí tiene mi ticket. –Le di al hombre el papel que me había dado su compañera, y a pesar de la mirada de asco que tenía me lo devolvió y señalo hacía el barco con la mano.- Gracias amigo.- Conteste con un tono muy rimbombante.
-Tome caballero. –Me dijo un camarero sirviéndome ya un aperitivo y una copa de un licor con olor a menta.
Si todo el viaje era sí quizás me convenía hacerme rico rápido y retírame para estar así todo lo que me quedaba de vida, y seguro que Kai estaría más que dispuesto a acompañarme, aunque no pudiera disfrutar de los baños. Ahora que lo pensaba una piscina en la que Jack usara sus poderes seria el paraíso, agua súper dulce en la que además de nadar pudiera beber azúcar, seria los más, aunque siendo el único no usuario lo mismo ninguno quería poner para una piscina.
Cuando llegué al puerto de donde salía el barco me sorprendí por la modernidad de este, y si bien era verdad que no era enormerrimo, tenía una buena eslora. Para mí era más que suficiente, y aunque el billete que pague era caro, estaba seguro de amortizarlo con él come y bebe todo lo que quieras del anuncio promocional. Además de eso, según el panfleto se visitaría las islas justas, siendo en su mayoría por mar. Todo esto unido hizo que desembolsara encantado la cantidad de dinero que pedían aquellos estafadores, a los que se la devolvería.
-Aquí tiene mi ticket. –Le di al hombre el papel que me había dado su compañera, y a pesar de la mirada de asco que tenía me lo devolvió y señalo hacía el barco con la mano.- Gracias amigo.- Conteste con un tono muy rimbombante.
-Tome caballero. –Me dijo un camarero sirviéndome ya un aperitivo y una copa de un licor con olor a menta.
Si todo el viaje era sí quizás me convenía hacerme rico rápido y retírame para estar así todo lo que me quedaba de vida, y seguro que Kai estaría más que dispuesto a acompañarme, aunque no pudiera disfrutar de los baños. Ahora que lo pensaba una piscina en la que Jack usara sus poderes seria el paraíso, agua súper dulce en la que además de nadar pudiera beber azúcar, seria los más, aunque siendo el único no usuario lo mismo ninguno quería poner para una piscina.
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El chico llevó la gamba ya pelada a su boca. El cielo se había abierto ante él, un estallido de sabores recorrió su paladar haciéndole gemir incluso. No pensaba que podía estar tan rica y llevaba mucho sin probar algo semejante. Tuvo que agarrarse a la mesa para no caerse incluso, debía de coger más de aquellas preciosidades. Empezó a pelar más de una mientras sus avariciosos ojos miraban con deseo aquellas pequeñas. Se tiró un par de minutos comiendo y cuando quiso darse cuenta se había comido unas doce. Estiró su mano cogiendo un trozo de pan de al lado y comiéndoselo para acto seguido agarrar una botella de agua y bebérsela del tirón. Estaba pasándoselo muy bien hasta que escuchó un ruido a su espalda. Al darse la vuelta observó que uno de los cocineros venía con una sartén a pegarle por detrás.
Quizás ese capullo sabía del elevado precio de la cabeza del revolucionario y quería cobrarla a como diese lugar. Dranser llevó la mano derecha a su espada Gin Kiba y la sacó a toda velocidad, parando aquel utensilio de cocina y de un elegante movimiento partiéndolo en dos. El rostro de aquel tipo se llenó de terror al verse desarmado. Sin embargo el espadachín se fijó bien en él y pudo notar que era un chico joven y algo nervioso. Con tan poca edad era ya un codicioso y eso provocó una leve carcajada por parte del Oficial de la rebelión. Tras unos momentos el chico miró a su agresor y le sonrió tranquilamente.
- Tranquilo, solo vengo a coger algo de comer y me marcho. Eres demasiado joven para batirte conmigo aún, ven a buscarme cuando cumplas unos siete años más.
Tras decirle aquello, el revolucionario salió de la cocina con un par de gambas más en su mano libre. Llegó a la cubierta y guardó su espada en la funda para después activar su haki de observación para evadir más sorpresas. Se sentó en la borda mirando a la gente mientras se ponía a pelar las otras gambas. La escena era algo extraña pero el hambre de aquel castaño le hacía continuar buscando su delicioso tesoro en el interior de aquellos seres marinos. Una vez las hubo pelado se las comió disfrutando de aquel delicioso sabor que los dioses le habían regalado aquel fabuloso día. Al final valer 350.000.000 no iba a ser tan malo y todo.
Quizás ese capullo sabía del elevado precio de la cabeza del revolucionario y quería cobrarla a como diese lugar. Dranser llevó la mano derecha a su espada Gin Kiba y la sacó a toda velocidad, parando aquel utensilio de cocina y de un elegante movimiento partiéndolo en dos. El rostro de aquel tipo se llenó de terror al verse desarmado. Sin embargo el espadachín se fijó bien en él y pudo notar que era un chico joven y algo nervioso. Con tan poca edad era ya un codicioso y eso provocó una leve carcajada por parte del Oficial de la rebelión. Tras unos momentos el chico miró a su agresor y le sonrió tranquilamente.
- Tranquilo, solo vengo a coger algo de comer y me marcho. Eres demasiado joven para batirte conmigo aún, ven a buscarme cuando cumplas unos siete años más.
Tras decirle aquello, el revolucionario salió de la cocina con un par de gambas más en su mano libre. Llegó a la cubierta y guardó su espada en la funda para después activar su haki de observación para evadir más sorpresas. Se sentó en la borda mirando a la gente mientras se ponía a pelar las otras gambas. La escena era algo extraña pero el hambre de aquel castaño le hacía continuar buscando su delicioso tesoro en el interior de aquellos seres marinos. Una vez las hubo pelado se las comió disfrutando de aquel delicioso sabor que los dioses le habían regalado aquel fabuloso día. Al final valer 350.000.000 no iba a ser tan malo y todo.
- Dato:
- Dado que nadie comenta lo dejaré con nosotros
Danio Rerio
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Mientras disfrutaba de la piscina, estaba esperando a un gran pedido de gambas al limón. Ya había comido estas durante el resto de días del viaje y estaban deliciosas, casi tanto como las almejas, el pulpo o la gran variedad de partes de cerdo que había. Sin embargo, a diferencia de otros días la cocina parecía ir hoy mucho más lenta de lo habitual. Como ya estaba empezando a sentir algo de hambre me acerqué al a mesa donde había muchos platos diferentes, pero ni gambas ni pulpo. Llené un plato con un montón de filetes, poniéndoles de guarnición almejas y calamares. Para a continuación ir hasta una mesa a comer.
Tras llenarme decidí que dar una vuelta por el barco sería lo mejor antes de volver a ponerme a tumbar el sol. Mientras paseaba pude ver al resto de pasajeros, disfrutando de algunas máquinas y mesas de juego, los tipos de seguridad parecían muy bien armados, aunque estando en medio del mar si nos atacaban Gyojin estaríamos en problemas igualmente. Cuando decidí que ya era suficiente el paseo y me disponía a volver me encontré con un tipo comiendo gambas, me acerqué hasta el para preguntarle de donde las había sacado.
-Perdona, de donde las has sacado, llevo todo el día esperando que las hicieran. No se abran acabado ya verdad.-Mientras le hablaba pude ver que portaba una katana, cosa que me pareció extraña, ya que solo estaban permitidas las armas a miembros de seguridad.- Oye, eres de seguridad verdad, creo deberíais mejorar esta, sois muchos pero parece que pocos cuerpo a cuerpo. – Era mentira, pues la mayoría de ellos llevaba espada además de pistolas o metralletas.
Tras llenarme decidí que dar una vuelta por el barco sería lo mejor antes de volver a ponerme a tumbar el sol. Mientras paseaba pude ver al resto de pasajeros, disfrutando de algunas máquinas y mesas de juego, los tipos de seguridad parecían muy bien armados, aunque estando en medio del mar si nos atacaban Gyojin estaríamos en problemas igualmente. Cuando decidí que ya era suficiente el paseo y me disponía a volver me encontré con un tipo comiendo gambas, me acerqué hasta el para preguntarle de donde las había sacado.
-Perdona, de donde las has sacado, llevo todo el día esperando que las hicieran. No se abran acabado ya verdad.-Mientras le hablaba pude ver que portaba una katana, cosa que me pareció extraña, ya que solo estaban permitidas las armas a miembros de seguridad.- Oye, eres de seguridad verdad, creo deberíais mejorar esta, sois muchos pero parece que pocos cuerpo a cuerpo. – Era mentira, pues la mayoría de ellos llevaba espada además de pistolas o metralletas.
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El chico se hallaba calmado cuando de repente sintió una presencia acercarse, se fijó bien y pudo ver lo que parecía ser un Gyojin. Se mantuvo tranquilo y con una sonrisa en el rostro. La pregunta le hizo ponerse algo nervioso pues él había sido el causante de la desgracia de aquel hombre, se había comido las deliciosas gambas. Estaba a punto de inventarse una excusa de lo más tonta cuando escuchó ahora su siguiente pregunta. Le había confundido con un hombre del servicio de seguridad y fue cuando empezó a soltar una sonora carcajada para después mirarle con una sonrisa tranquila.
Al parecer ese hombre no sabía a quién tenía delante de él y ahora el espadachín negó tranquilamente para después responderle. – No soy del servicio de seguridad, soy el Oficial Silver D. Dranser, de la revolución. – Una vez hubo dicho eso, el castaño se puso en pie sobre la borda. Miró al Gyojin de forma amistosa y le respondió de forma tranquila. – Valiendo casi cuatrocientos millones pensaba que la gente me reconocería. Bueno pues yo me comí algunas gambas pero si no han hecho más es que son unos vagos de cuidado. – Una vez dijo eso pudo ver a un camarero pasar al lado de ellos con una bandeja de pinchitos.
El revolucionario sonrió de lado y cuando el tipo pasó estiró la mano y cogió uno de ellos, comiéndoselo con facilidad. Estaba delicioso y notaba un sabor increíble en su boca, tan solo le faltaba un refresco más. Su haki de observación empezó a advertirle que los más fuertes del barco se estaban acercando a su posición. Entre ellos había bastantes guardias que iban disimulando y formando pequeños grupos. Al castaño no le podían engañar y claramente le habían pillado.
Al parecer ese hombre no sabía a quién tenía delante de él y ahora el espadachín negó tranquilamente para después responderle. – No soy del servicio de seguridad, soy el Oficial Silver D. Dranser, de la revolución. – Una vez hubo dicho eso, el castaño se puso en pie sobre la borda. Miró al Gyojin de forma amistosa y le respondió de forma tranquila. – Valiendo casi cuatrocientos millones pensaba que la gente me reconocería. Bueno pues yo me comí algunas gambas pero si no han hecho más es que son unos vagos de cuidado. – Una vez dijo eso pudo ver a un camarero pasar al lado de ellos con una bandeja de pinchitos.
El revolucionario sonrió de lado y cuando el tipo pasó estiró la mano y cogió uno de ellos, comiéndoselo con facilidad. Estaba delicioso y notaba un sabor increíble en su boca, tan solo le faltaba un refresco más. Su haki de observación empezó a advertirle que los más fuertes del barco se estaban acercando a su posición. Entre ellos había bastantes guardias que iban disimulando y formando pequeños grupos. Al castaño no le podían engañar y claramente le habían pillado.
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El hombre con el que hablaba resultó ser un revolucionario, o eso decía de él, mientras me lo estaba comentando un camarero con aperitivos pasó cerca nuestro, cogiendo los dos aperitivos de la bandeja, terminando el supuesto revolucionario de hablar tras ellos. Me despedí de aquel tipo con la mano, quería llamar al cuartel para corroborar su historia, antes de actuar. Alguien con tanta recompensa seria peligroso, sin duda y por tanto el barco estaba en peligro. Al doblar la esquina me encontré con un grupo de guardias, que parecían dirigirse hacia el hombre.
-Me llamo Danio Rerio, oficial técnico de la marina. Si vais por ese hombre de la cubierta debíais esperar a que contacte con el cuartel, según él posee una cuantiosa recompensa, que de ser cierto pone en riesgo a los civiles si se inician las hostilidades.
Esperando que me hicieran caso los guardias, pues no podía hacer muchos más en ese momento seguí hasta el otro lado, cogiendo uno de los DDM que había sobre una mesa y llamando al cuartel, esperando que Al o Arthur se pusieran al otro lado. Finalmente alguien descolgó.
-Danio Rerio reportando un posible avistamiento de Silver D. Dranser, necesito de su descripción para confirmación y en caso de ser el apoyo inmediato, trasmito coordenadas pues la seguridad no sé si me ha hecho caso y lo ha dejado hasta la confirmación.
-Me llamo Danio Rerio, oficial técnico de la marina. Si vais por ese hombre de la cubierta debíais esperar a que contacte con el cuartel, según él posee una cuantiosa recompensa, que de ser cierto pone en riesgo a los civiles si se inician las hostilidades.
Esperando que me hicieran caso los guardias, pues no podía hacer muchos más en ese momento seguí hasta el otro lado, cogiendo uno de los DDM que había sobre una mesa y llamando al cuartel, esperando que Al o Arthur se pusieran al otro lado. Finalmente alguien descolgó.
-Danio Rerio reportando un posible avistamiento de Silver D. Dranser, necesito de su descripción para confirmación y en caso de ser el apoyo inmediato, trasmito coordenadas pues la seguridad no sé si me ha hecho caso y lo ha dejado hasta la confirmación.
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De repente aquel tipo se despidió y se fue, cosa que hizo a Dranser sonreír simplemente mientras se quedaba allí sentado en el borde. Los tipos que iban formando grupos parecieron detenerse por algún motivo que el revolucionario desconocía. No tardó en soltar un leve suspiro para después calmarse un poco pero con su haki de observación listo por si las moscas. Últimamente no podía fiarse de nadie y menos en aquella clase de barcos.
Una presencia algo fuerte se acercaba corriendo en aquel momento, parecía ser un hombre rubio y vestido con una armadura roja. Ese tío no parecía un guardia pero perfectamente podía ser un cazador. Notó las intenciones hostiles y cuando aquel capullo estuvo cerca, el revolucionario desenvainó a su espada, Shiro Kiba. La velocidad fue tan buena que aquel imbécil fue partido en dos de un solo tajo, además la hoja del castaño tenía un brillo especial, como si hubiese usado alguna técnica especial. Así había sido pues había usado su canalización de energía “Kaze” para formar una hoja más peligrosa.
La gente se puso a gritar cuando vio el cuerpo pero el Oficial no tuvo otra opción. No era cuestión dejarse asesinar por un capullo avaricioso que atacaba sin preguntar. Aquello provocó que más guardias acudieran y lo miraran despacio y frunciendo el ceño. Dranser por su parte mantuvo su haki alerta y guardó su espada en la funda, observando bien a aquellos idiotas. No le costaba nada dejarlos a todos fuera de combate menos a los ciudadanos. Algunos se ponían muy nerviosos cuando se trataba de gambas al parecer. O simplemente eran tan agoniosos que deseaban su cabeza a cualquier precio. Fuese como fuese, aquel hombre simplemente suspiró esperando a que todos se fueran y le dejaran en paz. Aunque aquello no iba a ser tan fácil al parecer.
Una presencia algo fuerte se acercaba corriendo en aquel momento, parecía ser un hombre rubio y vestido con una armadura roja. Ese tío no parecía un guardia pero perfectamente podía ser un cazador. Notó las intenciones hostiles y cuando aquel capullo estuvo cerca, el revolucionario desenvainó a su espada, Shiro Kiba. La velocidad fue tan buena que aquel imbécil fue partido en dos de un solo tajo, además la hoja del castaño tenía un brillo especial, como si hubiese usado alguna técnica especial. Así había sido pues había usado su canalización de energía “Kaze” para formar una hoja más peligrosa.
La gente se puso a gritar cuando vio el cuerpo pero el Oficial no tuvo otra opción. No era cuestión dejarse asesinar por un capullo avaricioso que atacaba sin preguntar. Aquello provocó que más guardias acudieran y lo miraran despacio y frunciendo el ceño. Dranser por su parte mantuvo su haki alerta y guardó su espada en la funda, observando bien a aquellos idiotas. No le costaba nada dejarlos a todos fuera de combate menos a los ciudadanos. Algunos se ponían muy nerviosos cuando se trataba de gambas al parecer. O simplemente eran tan agoniosos que deseaban su cabeza a cualquier precio. Fuese como fuese, aquel hombre simplemente suspiró esperando a que todos se fueran y le dejaran en paz. Aunque aquello no iba a ser tan fácil al parecer.
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- ¿En serio me llamas para estas cosas? –Escucho a Jefe preguntar.- Creí que iba directo a la oficina de Arthur. En fin, supongo que no queda más remedio... Silver D. Dranser, a ver. Aquí lo tengo, su cabeza vale 450.000.000, cabello de punta castaño y actitud despreocupada, incluso temeraria. Si se parece mínimamente a Kai invítalo a tomar el té contigo y pasa un buen rato. Nosotros vamos para allá en cuanto podamos.- De fondo llegó a escuchar a alguno de mis compañeros preguntar por los mojitos. Detrás de mí escucho gritos aterrados de los pasajeros, así que cuelgo el DDM tras decirle a Al que minimizaré las bajas civiles si puedo.
Cuando me giro veo a los guardias acercarse hacia la posición del hombre, y sabiendo el precio que tiene eso puede acabar muy mal.
-No os hagáis los héroes. -Le digo al que parece que está al mando.- No es buena idea lo que ha hecho vuestro compañero, ese tipo vale 450.000.000 millones, es un miembro muy peligroso de la revolución. Si lo atacáis ahora habrá víctimas civiles y no puedo permitirlo. Voy a alejar a todos de aquí después volveré para hablar con él e intentar que se vaya pacíficamente.
Corro hacia donde están los civiles indicándoles que se alejen de la zona y vayan hacia la proa del barco para que se alejen lo más posible de la zona. Una vez hecho esto entro al casino para sacar a los allí presentes. Luego vuelvo hasta los guardias, rezando para que no hayan hecho ninguna estupidez como atacar al tipo o cabrearlo de alguna manera.
Cuando me giro veo a los guardias acercarse hacia la posición del hombre, y sabiendo el precio que tiene eso puede acabar muy mal.
-No os hagáis los héroes. -Le digo al que parece que está al mando.- No es buena idea lo que ha hecho vuestro compañero, ese tipo vale 450.000.000 millones, es un miembro muy peligroso de la revolución. Si lo atacáis ahora habrá víctimas civiles y no puedo permitirlo. Voy a alejar a todos de aquí después volveré para hablar con él e intentar que se vaya pacíficamente.
Corro hacia donde están los civiles indicándoles que se alejen de la zona y vayan hacia la proa del barco para que se alejen lo más posible de la zona. Una vez hecho esto entro al casino para sacar a los allí presentes. Luego vuelvo hasta los guardias, rezando para que no hayan hecho ninguna estupidez como atacar al tipo o cabrearlo de alguna manera.
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- ¡Pero qué yo solo quería gambas! – Dijo el pobre revolucionario mientras veía como un marine alejaba a toda la gente del lugar. En pocos momentos el espadachín estaba allí solo.
No iba a quedarse de brazos cruzados y enseguida se puso en pie empezando a caminar hacia los guardias. De repente uno de ellos empezó a gritarle bastante nervioso mientras daba algunos pasos hacia atrás. – No te muevas cuatrocientos cincuenta millones… – ¿En serio le había llamado por un precio? Qué cabrones. Además ese hombre le había sumado cien millones así de gratis. El pobre valía trescientos cincuenta. Ahora no pudo evitar soltar un suspiro mientras uno de aquellos marines le miraba seriamente con la mano en la vaina de la espada. Cosa que hizo a Dranser sonreír de lado.
Poco a poco llevó también la mano a su funda. – Si lo haces deberé matarte. – Aquel hombre pareció darse cuenta de su error y se estuvo quieto. Ahora fue cuando el tipo de antes volvió, parecía ser una especie de Gyojin. El espadachín suspiró y sonrió de forma amable pues adoraba aquellos seres. – ¿No sabes si quedan algunas gambas? – Tras decir aquello se acordó de que eran marines y podían envenenarlo. De todas formas podía librarse del veneno por lo que suspiro y miró a otro marine que estaba algo nervioso. – Hazme el favor y pon este barco rumbo a la isla más cercana. Allí me bajaré y os dejaré tranquilos. – Dranser podía librarse y largarse de forma fácil con sus habilidades pero ahora quería divertirse un poco con aquellas personas.
Al parecer en aquella sociedad estaba mal visto ser buena gente. Él solo mataba si el otro rival desenfundaba su arma y se ponía chulo. De hecho ahora no tardó en soltar una carcajada mientras susurraba despacio. – Fauna Fauna No… ¡Aguila! – Una vez dijo aquello empezó a volar un poco hasta quedar a unos seis metros sobre el barco. Ahora empezó a reír y a jugar un poco haciéndose el malo. – ¡Me comeré el barco! ¡Bu! – Empezó a aguantar la risa mientras mantenía su haki de observación activado por si le atacaban.
No iba a quedarse de brazos cruzados y enseguida se puso en pie empezando a caminar hacia los guardias. De repente uno de ellos empezó a gritarle bastante nervioso mientras daba algunos pasos hacia atrás. – No te muevas cuatrocientos cincuenta millones… – ¿En serio le había llamado por un precio? Qué cabrones. Además ese hombre le había sumado cien millones así de gratis. El pobre valía trescientos cincuenta. Ahora no pudo evitar soltar un suspiro mientras uno de aquellos marines le miraba seriamente con la mano en la vaina de la espada. Cosa que hizo a Dranser sonreír de lado.
Poco a poco llevó también la mano a su funda. – Si lo haces deberé matarte. – Aquel hombre pareció darse cuenta de su error y se estuvo quieto. Ahora fue cuando el tipo de antes volvió, parecía ser una especie de Gyojin. El espadachín suspiró y sonrió de forma amable pues adoraba aquellos seres. – ¿No sabes si quedan algunas gambas? – Tras decir aquello se acordó de que eran marines y podían envenenarlo. De todas formas podía librarse del veneno por lo que suspiro y miró a otro marine que estaba algo nervioso. – Hazme el favor y pon este barco rumbo a la isla más cercana. Allí me bajaré y os dejaré tranquilos. – Dranser podía librarse y largarse de forma fácil con sus habilidades pero ahora quería divertirse un poco con aquellas personas.
Al parecer en aquella sociedad estaba mal visto ser buena gente. Él solo mataba si el otro rival desenfundaba su arma y se ponía chulo. De hecho ahora no tardó en soltar una carcajada mientras susurraba despacio. – Fauna Fauna No… ¡Aguila! – Una vez dijo aquello empezó a volar un poco hasta quedar a unos seis metros sobre el barco. Ahora empezó a reír y a jugar un poco haciéndose el malo. – ¡Me comeré el barco! ¡Bu! – Empezó a aguantar la risa mientras mantenía su haki de observación activado por si le atacaban.
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Cuando volví hasta donde estaban los guardias rodeando al hombre me di cuenta de que esta ya no estaba apoyado en la barandilla, sino en medio del pasillo y la mano apoyada en la espada. Que narices habían hecho aquellos paletos, bueno de cualquier manera Silver pareció sonreírme con amabilidad al verme, parecía uno de los pocos a los que no les importaba mi aspecto. Éste pidió más gambas como las que se había acabado antes en la cocina.
Tras la pregunta además hizo una petición, acercarse a una isla cercana para poder bajarse, pero si todo esto estaba preparado quizás en esa isla hubiera más revolucionarios. La situación era cada vez más extraña y complicada y que el oficial revolucionario sacara alas y se pusiera sobre el barco diciendo algo de comerse el barco.
-Me llamo Danio, y me da que no, que te comiste todas y noqueaste al cocinero que las hacía. –Le grite al oficial.- Dime Dranser, que hace un oficial de la revolución en un barco de recreo sin nobles ni nadie del gobierno, quitándome a mí que estoy de vacaciones. –Tras una pausa continué.- Con respecto a lo de la isla y viendo tus habilidades me temo que sería más peligroso acercarse hasta una a que fueras tú volando. Estos pobres son simplemente guardias privados, debes comprender que están asustados como el resto del pasaje, y no puedes culparles.-Dije mientras señalaba el cuerpo partido por la mitad.
Tras la pregunta además hizo una petición, acercarse a una isla cercana para poder bajarse, pero si todo esto estaba preparado quizás en esa isla hubiera más revolucionarios. La situación era cada vez más extraña y complicada y que el oficial revolucionario sacara alas y se pusiera sobre el barco diciendo algo de comerse el barco.
-Me llamo Danio, y me da que no, que te comiste todas y noqueaste al cocinero que las hacía. –Le grite al oficial.- Dime Dranser, que hace un oficial de la revolución en un barco de recreo sin nobles ni nadie del gobierno, quitándome a mí que estoy de vacaciones. –Tras una pausa continué.- Con respecto a lo de la isla y viendo tus habilidades me temo que sería más peligroso acercarse hasta una a que fueras tú volando. Estos pobres son simplemente guardias privados, debes comprender que están asustados como el resto del pasaje, y no puedes culparles.-Dije mientras señalaba el cuerpo partido por la mitad.
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Una risa salió ahora de la boca del revolucionario mientras escuchaba al marine. Claro que los capullos tenían culpa. El pobre Dranser solo quería comerse unas gambas y casi lo matan. El cazador que acabó eliminado fue el más agonioso. Aquel hombre le preguntó por el motivo por el que estaba allí. El castaño no pudo evitar mostrar una sonrisa tranquila para después contestarle tranquilamente. – ¡Solo quería comer algo! – Gritó ahora de forma tranquila mientras bajaba y se colocaba en la cubierta frente a todos los guardias.
No tardó en soltar una leve carcajada. – Soy el primero que quiero mantener a los inocentes a salvo. Pero si cada vez que aparezco os ponéis así se me hace difícil. Si tengo este precio fue por eliminar a un Comodoro que trató de matarme. El resto digamos que es por salir de una prisión y derrotar al jefe. – No pudo evitar mostrar una sonrisa amable ahora mientras colocaba su mano tras la nuca. – Mi honor me permite eliminar a cualquiera que empuñe una espada contra mí. Por el resto yo nunca asesino a nadie ni no intentan matarme a mí. Iría en contra de mi filosofía. – Dijo ahora sentándose de nuevo en la borda.
Su mirada se fijó en los guardias que ya parecían más sensatos escuchando a aquel Gyojin. El castaño sonrió a aquel hombre tranquilamente y simplemente metió ambas manos en los bolsillos pero sin dejar de desactivar su mantra. Había aprendido a no fiarse de nadie. En ese momento pudo ver como otro de aquellos tipos sacaba disimuladamente una pistola. – Fauna Fauna No… Araña tejedora… – Tras decir aquello movió la mano derecha y de sus dedos surgieron unos hilos envueltos en haki que partieron el arma del hombre. Este se tiró al suelo temblando. – Bueno parece que estáis nervioso. Será mejor entonces que me vaya. – Dijo poniéndose en pie y mirando con una sonrisa amable al Gyojin.
No tardó en soltar una leve carcajada. – Soy el primero que quiero mantener a los inocentes a salvo. Pero si cada vez que aparezco os ponéis así se me hace difícil. Si tengo este precio fue por eliminar a un Comodoro que trató de matarme. El resto digamos que es por salir de una prisión y derrotar al jefe. – No pudo evitar mostrar una sonrisa amable ahora mientras colocaba su mano tras la nuca. – Mi honor me permite eliminar a cualquiera que empuñe una espada contra mí. Por el resto yo nunca asesino a nadie ni no intentan matarme a mí. Iría en contra de mi filosofía. – Dijo ahora sentándose de nuevo en la borda.
Su mirada se fijó en los guardias que ya parecían más sensatos escuchando a aquel Gyojin. El castaño sonrió a aquel hombre tranquilamente y simplemente metió ambas manos en los bolsillos pero sin dejar de desactivar su mantra. Había aprendido a no fiarse de nadie. En ese momento pudo ver como otro de aquellos tipos sacaba disimuladamente una pistola. – Fauna Fauna No… Araña tejedora… – Tras decir aquello movió la mano derecha y de sus dedos surgieron unos hilos envueltos en haki que partieron el arma del hombre. Este se tiró al suelo temblando. – Bueno parece que estáis nervioso. Será mejor entonces que me vaya. – Dijo poniéndose en pie y mirando con una sonrisa amable al Gyojin.
Danio Rerio
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Akuma no mi
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-Si únicamente querías comer algo podías haberlo pedido, si algo he aprendido es que no todas las personas son malas, aunque no todos entienden eso. -Tras escuchar su siguientes palabras continúe yo.- Es normal que la seguridad de un barco de recreo se ponga así cuando alguien agrede a un cocinero, deberías comprender eso, los pobres no tiene entrenamiento como los marines. Por otra parte si el comodoro te atacó porque sí, que no lo creo podías haberlo denunciado y encerrado a él. Y respondiendo a lo último mi honor no me permite matar a gente de nivel muy inferior a mí por muy armada que este, lo siento.
Tras esto esperé tranquilamente ver que me contestaba, esperando que ya que el tampoco quería lastimar inocentes recapacitara y se marchara volando sin más. Cuando de repente sacó dos hilos de seda hacía uno de los guardias, el idiota estaba sacando una pistola. ¿En serio, cuando aprenderían esos tipos? De cualquier manera quien los podía culpar quien podría pensar que un oficial de la revolución se pasaría por allí de esa manera.
-Gracias por tu comprensión, me recuerdas mucho a alguien.
Tras esto esperé tranquilamente ver que me contestaba, esperando que ya que el tampoco quería lastimar inocentes recapacitara y se marchara volando sin más. Cuando de repente sacó dos hilos de seda hacía uno de los guardias, el idiota estaba sacando una pistola. ¿En serio, cuando aprenderían esos tipos? De cualquier manera quien los podía culpar quien podría pensar que un oficial de la revolución se pasaría por allí de esa manera.
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Dranser observaba a aquel gyojin con una sonrisa tranquila y amable. No había agredido a ningún cocinero, solo a un capullo que le atacó. Sin duda lo más interesante fue lo del honor. El castaño no pudo evitar sonreír de lado al mismo tiempo que miraba aquel hombre de forma seria. – Respeto tu forma de verlo. Pero si tienen un nivel inferior no deberían tratar de matar a alguien superior. – El oficial ahora alzó una ceja observando bien a todos los hombres allí reunidos. Ahora fue cuando aquel gyojin dijo que le recordaba mucho a alguien y fue cuando el espadachín soltó una carcajada.
Colocó su pie en la borda y emitió una sonrisa sádica para después guiñarle el ojo a aquel hombre de forma bromista. – Espero que ese alguien no sea un marine. Al menos sí lo es que tenga personalidad como tú. Un placer conocerte, marine. – Una vez dijo aquello saltó. Parecía que iba a caer al mar cuando de repente activó su habilidad de águila y de escarabajo tigre. Salió despedido a cien metros por segundo rumbo a la isla más cercana de todas. Su viaje por el mar del Oeste había finalizado.
Colocó su pie en la borda y emitió una sonrisa sádica para después guiñarle el ojo a aquel hombre de forma bromista. – Espero que ese alguien no sea un marine. Al menos sí lo es que tenga personalidad como tú. Un placer conocerte, marine. – Una vez dijo aquello saltó. Parecía que iba a caer al mar cuando de repente activó su habilidad de águila y de escarabajo tigre. Salió despedido a cien metros por segundo rumbo a la isla más cercana de todas. Su viaje por el mar del Oeste había finalizado.
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Tras decir que respetaba mi forma de pensar el chico, soltó una risotada al oír que me recordaba a alguien, diciendo que esperaba que no fuera marine, o si lo era, que al menos fuera como yo. Eso me gusto, pues denotaba que a pesar de todo, aquel revolucionario no era como otros que había conocido. Esperaba no tener que enfrentarme a ese chico, me daría mucha lastima tener que encerrarle en la cárcel. Aunque para ello primero tendría que hacerme mucho más fuerte, pues en mi nivel actual no habría tenido ninguna oportunidad contra él.
El joven tras despedirse se lanzó al mar, pero no llegó a caer a él pues se alejó de nosotros volando, aunque no llegaba a comprender muy bien como lo estaba haciendo, supuse que con algún tipo de Akuma no mi. Tras ello di unas cuantas órdenes a los de seguridad, para que se hicieran cargo del cuerpo del cazador y para que atendieran a los demás civiles, yo seguía de permiso así que me dispuse a disfrutar de lo que quedaba de viaje, esperando que no hubiera más sobresaltos.
El joven tras despedirse se lanzó al mar, pero no llegó a caer a él pues se alejó de nosotros volando, aunque no llegaba a comprender muy bien como lo estaba haciendo, supuse que con algún tipo de Akuma no mi. Tras ello di unas cuantas órdenes a los de seguridad, para que se hicieran cargo del cuerpo del cazador y para que atendieran a los demás civiles, yo seguía de permiso así que me dispuse a disfrutar de lo que quedaba de viaje, esperando que no hubiera más sobresaltos.
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