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Akuma no mi
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Era un día como cualquier otro, había llegado a Karakura, gracias a la ayuda de uno de mis compañeros; este, me dejo un den den mushi para localizarlo y si quería salir de allí poderle llamar y estar en contacto. Iba vestido con una camiseta blanca con capucha, una chaqueta negra de cuero y unos pantalones negros. Había llegado a este lugar mas que nada para investigar la vegetación de este, llevaba encima las pistolas shangri-la y mi látigo, por si había alguna necesidad de luchar, pero por el momento parecía que no.
Empecé a andar por aquel frondoso bosque que se encontraba delante mio, sin recordarme, de que tenía un sentido de la orientación nula. Los árboles eran como cualquier otro, y las plantas, según una enciclopedia que me había leído, muchas de ellas eran medicinales. No podía resistirme, necesitaba dibujar ese paisaje o me acabaría desesperando. Empecé a andar hasta que vi una roca, en la cual me senté y saqué de una bolsa, la cual llevaba encima un cuaderno y un lápiz. Empecé a dibujar cada detalle de aquel sitio; los animales, los árboles, la hierba, las plantas, todo lo que podía dibujar en el cuaderno, vamos.
Estaba tan absorto en el dibujo, que no me di cuenta que se estaba empezando a nublar, hasta que el sol dejo de iluminar ese sitio. -Va a llover, sería mejor que fuera a refugiarme en algún sitio... tengo entendido que por aquí había alguna ciudad...- Dije mientras me levantaba de la roca y guardaba el lápiz y el cuaderno en esa bolsa; no iba a ser bueno que se mojara el dibujo, además de que el papel y el agua, no es que congenien muy bien.
Empecé a volver a andar por aquel bosque, pero por mas que andará siguiendo mi instinto, todos los lugares por donde pasaba, creía que ya había pasado por ellos antes y en efecto, había estado dando vueltas por aquel bosque. Aun seguía nublado por suerte, pero sabía que por mas que buscará la ciudad, no lograría encontrarla debido a mi sentido de la orientación, así que cualquier lugar para refugiarme que encontrará me era válido. Seguía caminando por ese bosque, sin tener ni idea de a donde ir, simplemente iba en línea recta.
Parecía que ese bosque no terminara nunca, aunque debido a lo fácil que era que me perdiese, era comprensible que pensará así. Al final, por fin pude ver, algo que no me esperaba, la ciudad, las casas eran normales y corrientes, habían unas de un color y otras de otro, pero eran lo típico que se podría encontrar allí. Ahora lo que debía de hacer era ponerme a refugiarme antes de que empezara a llover, pero mientras andaba, vi algo en la plaza que no me gustaba nada. Unos chicos, serían tres, se estaban metiendo con un niño.
No pude evitar no saltar y pegarle un rodillazo en la cara al que parecía el jefe de esos chicos mientras les miraba con una mirada fría y sin sentimientos, fría como el hielo. -Si teneis algún problema, o estais demasiado aburridos para meteros con un chaval como este, es que dais pena...- Les dije a los chicos, además, los tres tenían ojos negros, solo vestían pantalones negros y tenían el pelo corto y algo despeinado de color negro; el chaval solo tenía el pelo amarillo, los ojos azules, llevaba una bandana roja en la cabeza y vestía con una camiseta blanca y unos pantalones negros.
Empecé a andar por aquel frondoso bosque que se encontraba delante mio, sin recordarme, de que tenía un sentido de la orientación nula. Los árboles eran como cualquier otro, y las plantas, según una enciclopedia que me había leído, muchas de ellas eran medicinales. No podía resistirme, necesitaba dibujar ese paisaje o me acabaría desesperando. Empecé a andar hasta que vi una roca, en la cual me senté y saqué de una bolsa, la cual llevaba encima un cuaderno y un lápiz. Empecé a dibujar cada detalle de aquel sitio; los animales, los árboles, la hierba, las plantas, todo lo que podía dibujar en el cuaderno, vamos.
Estaba tan absorto en el dibujo, que no me di cuenta que se estaba empezando a nublar, hasta que el sol dejo de iluminar ese sitio. -Va a llover, sería mejor que fuera a refugiarme en algún sitio... tengo entendido que por aquí había alguna ciudad...- Dije mientras me levantaba de la roca y guardaba el lápiz y el cuaderno en esa bolsa; no iba a ser bueno que se mojara el dibujo, además de que el papel y el agua, no es que congenien muy bien.
Empecé a volver a andar por aquel bosque, pero por mas que andará siguiendo mi instinto, todos los lugares por donde pasaba, creía que ya había pasado por ellos antes y en efecto, había estado dando vueltas por aquel bosque. Aun seguía nublado por suerte, pero sabía que por mas que buscará la ciudad, no lograría encontrarla debido a mi sentido de la orientación, así que cualquier lugar para refugiarme que encontrará me era válido. Seguía caminando por ese bosque, sin tener ni idea de a donde ir, simplemente iba en línea recta.
Parecía que ese bosque no terminara nunca, aunque debido a lo fácil que era que me perdiese, era comprensible que pensará así. Al final, por fin pude ver, algo que no me esperaba, la ciudad, las casas eran normales y corrientes, habían unas de un color y otras de otro, pero eran lo típico que se podría encontrar allí. Ahora lo que debía de hacer era ponerme a refugiarme antes de que empezara a llover, pero mientras andaba, vi algo en la plaza que no me gustaba nada. Unos chicos, serían tres, se estaban metiendo con un niño.
No pude evitar no saltar y pegarle un rodillazo en la cara al que parecía el jefe de esos chicos mientras les miraba con una mirada fría y sin sentimientos, fría como el hielo. -Si teneis algún problema, o estais demasiado aburridos para meteros con un chaval como este, es que dais pena...- Les dije a los chicos, además, los tres tenían ojos negros, solo vestían pantalones negros y tenían el pelo corto y algo despeinado de color negro; el chaval solo tenía el pelo amarillo, los ojos azules, llevaba una bandana roja en la cabeza y vestía con una camiseta blanca y unos pantalones negros.
Eichi Tsukasa
Fama
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Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mis viajes por recuperar mi memoria hicieron que llegara hasta esta isla en el West Blue. más concreto la isla de Karakura. La razón del porque estoy vagando por esta isla es porque según Azuna, el tipo que destruyo mi casa, mi hogar y mi pueblo fue avistado por estos lugares. Naturalmente mi reacción fue tomar todas mis cosas y venir inmediatamente a esta isla.
Ahora mismo me encuentro caminando por este espeso bosque, tratando de encontrar una salida que llegue al pueblo para tratar de buscar a ese mal nacido que arruinó mi vida, aunque digamos que no he tenido demasiada suerte que digamos. Además de estar perdido, se nota claramente que pronto lloverá, por lo que tengo que encontrar un refugio y rápido.
Mierda, desearía que Azuna estuviera conmigo, así tendría a alguien con quién hablar
Paré en seco al momento de escuchar unas voces despertando mi curiosidad un poco. Naturalmente me dirigí hasta el lugar de donde venían los murmullos, además de satisfacer mi curiosidad di en el clavo al ver una ciudad delante de mí. Los murmullos vienen de la plaza que tengo enfrente, donde puedo notar a unos 3 chavales metiéndose con un niño.
Tsk, estúpida gente, metiéndose con los más débiles porque no tienen por donde con los fuertes.
Antes de que pudiera hacer algo, un tipo pelirrojo apareció de la nata y le puso un tremendo rodillazo en la cara del que parecía ser el jefe. Arqueo una ceja y me quedo observando sin hacer nada, sin siquiera hacer el mínimo esfuerzo de esconderme. Al fin encontré algo para matar el aburrimiento, quien sabe, tal vez podría descubrir algo de ese maldito de Vector de esta situación.
Ahora mismo me encuentro caminando por este espeso bosque, tratando de encontrar una salida que llegue al pueblo para tratar de buscar a ese mal nacido que arruinó mi vida, aunque digamos que no he tenido demasiada suerte que digamos. Además de estar perdido, se nota claramente que pronto lloverá, por lo que tengo que encontrar un refugio y rápido.
Mierda, desearía que Azuna estuviera conmigo, así tendría a alguien con quién hablar
Paré en seco al momento de escuchar unas voces despertando mi curiosidad un poco. Naturalmente me dirigí hasta el lugar de donde venían los murmullos, además de satisfacer mi curiosidad di en el clavo al ver una ciudad delante de mí. Los murmullos vienen de la plaza que tengo enfrente, donde puedo notar a unos 3 chavales metiéndose con un niño.
Tsk, estúpida gente, metiéndose con los más débiles porque no tienen por donde con los fuertes.
Antes de que pudiera hacer algo, un tipo pelirrojo apareció de la nata y le puso un tremendo rodillazo en la cara del que parecía ser el jefe. Arqueo una ceja y me quedo observando sin hacer nada, sin siquiera hacer el mínimo esfuerzo de esconderme. Al fin encontré algo para matar el aburrimiento, quien sabe, tal vez podría descubrir algo de ese maldito de Vector de esta situación.
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