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- Spoiler:
- Yo seré claro y conciso, no vas a ver que mis posts en ésto vayan a ser largos o muy elaborados. voy a ir al grano para tratar de no liarte y que tú lo hagas lo mejor posible, es decir, que tengas todo el protagonismo. Rolearé con mi PJ y lo importante a destacar te lo pongo en spoilers tal cual está éste mensaje. Suerte.
Finalmente desembarqué. No sabía por qué diantres había ido a parar a este lugar, pero me habían mandado aquí. Esperaba que no fuera gran cosa, no tenía hoy muchas ganas de moverme. El viaje había sido agotador, habíamos sido atacados por unos estúpidos y sucios piratas que quedaron bastante escaldados, y que en estos momentos estaban encerrados en las bodegas adaptadas como calabozos del navío que me había traído. El caso es que ahora estaba bastante cansado como para moverme mucho, necesitaba descansar para recuperar mis fueras. No fueron demasiado complicados, pero no podía consentir que mis hombres resultasen heridos, por lo que estuve más tiempo protegiendo y ayudando que encargándome de los que tenía enfrente.
Desembarqué y comencé a caminar por el puerto. Ya no recordaba ni donde ni con quién tenía que reunirme, ni siquiera estaba seguro de que me hubieran mandando a verme con nadie en concreto, por lo que simplemente avancé y comencé a caminar por las calles de la ciudad. No estaba nada mal, pero había bastante pobreza a pie de calle, algunas personas daba coraje mirarles a la cara, aunque por otro lado no me sentía bien dándoles la espalda. Una frustración tener que ver toda esa inmundicia y tener que apartar la mirada por no poder hacer nada. Esperaba encontrar pronto el motivo que me trajera aquí, y esperaba que no fuera muy problemático.
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Salgo de los vestuarios y me dirijo a mi habitación. Me había despertado casi dos horas antes para aprovechar la mañana entrenando, así que estaba hecho un asco. Por lo general eso no es algo que me moleste demasiado, pero me habían encomendado una misión de supuesta importancia así que debía dar una buena impresión. Al menos si quería empezar con buen pie en mi nuevo destino. El trabajo, según había entendido, era dirigirme al puerto a mediodía y recibir a unos oficiales. No termino de entender el porqué me envían precisamente a mí a hacer algo así, pero tampoco estoy como para quejarme.
Llego a mi habitación y me apresuro a prepararme. Me pongo el uniforme, muy a mi pesar, y me aseguro de que todo esté en orden. Cojo mi gorra, me la coloco con orgullo y salgo de nuevo, esta vez en dirección a la cafetería. Al fin y al cabo, no se puede trabajar con el estomago vacío. Al llegar, me doy prisa en hacerme con una bandeja y me pongo a hacer cola. Es entonces cuando me doy cuenta de que algo no va bien. Doy un par de vistazos por encima del resto de reclutas, buscándole, pero no le encuentro.
"¿Pero dónde se ha metido?".
Para mi desgracia, no es mi compañero al que le toca repartir el desayuno. Y eso es algo terrible, ya que no podré conseguir raciones extra. "Hay que joderse". Pienso con resignación. "Tengo que tratar con oficiales y además tendré que hacerlo con hambre".
Tras esperar durante un buen rato finalmente llega mi turno. Veo entonces como un tipo con cara de pocos amigos deja caer sobre la bandeja un par de tazones al grito de: ¡Siguiente!. Con resignación, me dirijo a las mesas y me siento en el primer sitio libre que encuentro. Me termino el desayuno sin perder un instante, que al menos era mejor que las gachas que nos daban en mi último destino, y una vez he acabado pongo rumbo al puerto.
Camino durante un rato por las calles de la ciudad, sin mucha prisa pero manteniendo el ritmo. En cuestión de minutos he llegado al puerto, así que me limito a esperar. Pasada algo más de media hora veo llegar un barco de la marina, para mi sorpresa con el casco algo dañado.
- Veo que habéis tenido un viaje entretenido - Me dirijo a ellos sin perder ni un instante - Soy el recluta Jack Silver y estoy a vuestra disposición.
Llego a mi habitación y me apresuro a prepararme. Me pongo el uniforme, muy a mi pesar, y me aseguro de que todo esté en orden. Cojo mi gorra, me la coloco con orgullo y salgo de nuevo, esta vez en dirección a la cafetería. Al fin y al cabo, no se puede trabajar con el estomago vacío. Al llegar, me doy prisa en hacerme con una bandeja y me pongo a hacer cola. Es entonces cuando me doy cuenta de que algo no va bien. Doy un par de vistazos por encima del resto de reclutas, buscándole, pero no le encuentro.
"¿Pero dónde se ha metido?".
Para mi desgracia, no es mi compañero al que le toca repartir el desayuno. Y eso es algo terrible, ya que no podré conseguir raciones extra. "Hay que joderse". Pienso con resignación. "Tengo que tratar con oficiales y además tendré que hacerlo con hambre".
Tras esperar durante un buen rato finalmente llega mi turno. Veo entonces como un tipo con cara de pocos amigos deja caer sobre la bandeja un par de tazones al grito de: ¡Siguiente!. Con resignación, me dirijo a las mesas y me siento en el primer sitio libre que encuentro. Me termino el desayuno sin perder un instante, que al menos era mejor que las gachas que nos daban en mi último destino, y una vez he acabado pongo rumbo al puerto.
Camino durante un rato por las calles de la ciudad, sin mucha prisa pero manteniendo el ritmo. En cuestión de minutos he llegado al puerto, así que me limito a esperar. Pasada algo más de media hora veo llegar un barco de la marina, para mi sorpresa con el casco algo dañado.
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No tardó mucho en presentarse ante mí un chico y ponerse a mi disposición. Se presentó como Jack silver, un recluta.
-Si, ha sido un viaje movido. Unos piratas querían ganarse fama, y solo han logrado unos años en los calabozos de prisión. Yo soy el teniente-comandante Kimura Hayate. Quisiera saber en primera instancia cómo está la situación en el lugar. Desconozco el motivo de mi venida...
Un estrépito se escuchó por detrás. Los piratas se habían escapado de los calabozos y ahora estaban detrás llamando la atención, en busca de mi persona.
-Genial -murmuré mientras me giraba- Ahora no puedo luchar contra ellos...
-Si, ha sido un viaje movido. Unos piratas querían ganarse fama, y solo han logrado unos años en los calabozos de prisión. Yo soy el teniente-comandante Kimura Hayate. Quisiera saber en primera instancia cómo está la situación en el lugar. Desconozco el motivo de mi venida...
Un estrépito se escuchó por detrás. Los piratas se habían escapado de los calabozos y ahora estaban detrás llamando la atención, en busca de mi persona.
-Genial -murmuré mientras me giraba- Ahora no puedo luchar contra ellos...
- Spoiler:
- Los piratas se acercan desafiantes, puedes ver que el teniente Kimura está herido y le has oído decir que no va a poder luchar contra ellos. ¿Qué harás?
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De entre el grupo de marines frente al que me encuentro hay uno que destaca a simple vista. Basta con mirarle para saber que es diferente al resto, tiene algo que llama mi atención. Sin duda alguna es de los pocos con los que haya tratado desde mi graduación que no me genera una necesidad de propinarle un buen golpe para que espabile. Este mismo marine es el que da un paso al frente y se dirige a mí, identificándose como el oficial al mando, el Teniente-Comandante Kimura Hayate. Me informa de que, como ya podía imaginar, han tenido un breve encontronazo con un grupo de piratas. Me fijo entonces en que, aunque aparentemente no hay nadie herido de gravedad, sí que la mayoría parecen exhaustos, incluido el oficial.
Me pide también que le ponga al día de la situación de la isla. A lo que me dispongo, justo cuando la situación se complica. Tras los debilitados marines aparece un grupo piratas sedientos de venganza. No son demasiados, pero todo apunta a que la mayoría no podrá luchar. Maldigo haber ido solo, pero no podía haber imaginado que me vería en una situación como esa.
- ¡Poned a salvo al Teniente Hayate y evacuad a los civiles!, ¡que un par de hombres vayan al cuartel en busca de refuerzos!
No termino de entender cómo, pero de pronto me veo dando órdenes y en una situación para nada favorable. Desconozco el nivel de mis rivales, pero puedo suponer que están al menos tan cansados por la batalla como mis compañeros marines. El objetivo parece claro, contenerles hasta que lleguen refuerzos y evitar que entren en la ciudad.
- Los que aún puedan luchar que se unan a mí.
Sin perder un instante me sitúo frente al grupo de piratas, cortándoles el paso. Me detengo a unos cuantos metros de ellos, asegurándome de mantenerme fuera de su alcance. Echo el brazo hacia atrás, preparado para lanzar un puñetazo. Dada la distancia a la que me encuentro algunos me miran extrañados mientras otros simplemente se ríen. Mas su reacción cambia cuando lanzo el golpe y mi puño sale disparado, en dirección a uno de los piratas. Sonrío. Siempre he adorado la cara de payasos que se les queda.
Me pide también que le ponga al día de la situación de la isla. A lo que me dispongo, justo cuando la situación se complica. Tras los debilitados marines aparece un grupo piratas sedientos de venganza. No son demasiados, pero todo apunta a que la mayoría no podrá luchar. Maldigo haber ido solo, pero no podía haber imaginado que me vería en una situación como esa.
- ¡Poned a salvo al Teniente Hayate y evacuad a los civiles!, ¡que un par de hombres vayan al cuartel en busca de refuerzos!
No termino de entender cómo, pero de pronto me veo dando órdenes y en una situación para nada favorable. Desconozco el nivel de mis rivales, pero puedo suponer que están al menos tan cansados por la batalla como mis compañeros marines. El objetivo parece claro, contenerles hasta que lleguen refuerzos y evitar que entren en la ciudad.
- Los que aún puedan luchar que se unan a mí.
Sin perder un instante me sitúo frente al grupo de piratas, cortándoles el paso. Me detengo a unos cuantos metros de ellos, asegurándome de mantenerme fuera de su alcance. Echo el brazo hacia atrás, preparado para lanzar un puñetazo. Dada la distancia a la que me encuentro algunos me miran extrañados mientras otros simplemente se ríen. Mas su reacción cambia cuando lanzo el golpe y mi puño sale disparado, en dirección a uno de los piratas. Sonrío. Siempre he adorado la cara de payasos que se les queda.
- Anotaciones:
- Como indico en el post, desconozco el número de piratas y el nivel de estos, así como si cuentan con algún arma (los habrán desarmado al detenerlos, pero es posible que hayan conseguido alguna al liberarse). Es por esto que no me explayo mucho, prefiero esperar a concretar. Aclarado esto, espero no haberme flipado mucho. Si ves que ocurre no dudes en avisarme para poder evitarlo.
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Aquellos piratas fueron golpeados por ese recluta. Otro que venía conmigo había salido corriendo, tal vez a por refuerzos. No podía creerme lo que estaba haciendo ese hombre... No iba a poder, aunque me quedé sorprendido cuando vi que ese hombre lanzó su puño, el cual se separó de su cuerpo.
Los hombres golpeados se levantaron y comenzaron a reirse, era como si los golpes del recluta no le hubieran hecho nada. Se lanzaron a por él todos al unísono. Tenía que hacer algo, lo iban a matar... No me quedaba otra.
Hice acopio de las últimas fuerzas de flaqueza que me quedaban y di un salto hacia adelante. Golpeé al recluta en el interior de las rodillas para hacerle caer, entonces con una espada en cada mano descargué toda mi energía de ámbito viento junto al Koto Senmon, ésto lanzó una gran cantidad de ondas cortantes rodeadas de aire cortante que arrasaron todo a su paso. Acabando con los piratas, o por lo menos haciéndoles caer muy heridos al mar.
-Estás loco chico. -dije casi sin voz- Admiro tu valía...
Me quedé sin energías, mi mente se vio enturbiada y mi vista se nubló. Cuando quise darme cuenta estaba cayendo en seco de espaldas. Inconsciente.
Los hombres golpeados se levantaron y comenzaron a reirse, era como si los golpes del recluta no le hubieran hecho nada. Se lanzaron a por él todos al unísono. Tenía que hacer algo, lo iban a matar... No me quedaba otra.
Hice acopio de las últimas fuerzas de flaqueza que me quedaban y di un salto hacia adelante. Golpeé al recluta en el interior de las rodillas para hacerle caer, entonces con una espada en cada mano descargué toda mi energía de ámbito viento junto al Koto Senmon, ésto lanzó una gran cantidad de ondas cortantes rodeadas de aire cortante que arrasaron todo a su paso. Acabando con los piratas, o por lo menos haciéndoles caer muy heridos al mar.
-Estás loco chico. -dije casi sin voz- Admiro tu valía...
Me quedé sin energías, mi mente se vio enturbiada y mi vista se nubló. Cuando quise darme cuenta estaba cayendo en seco de espaldas. Inconsciente.
- Spoiler:
- El teniente está inconsciente en el suelo, no hay peligro, pues se ha deshecho de los piratas, o al menos eso parece.
No obstante hay algo que te ha llamado bastante la atención. La piel de alguno de aquellos tipos que se lanzaban a por ti se tornaba de un color oscuro antes de ser golpeados por el ataque de Kimura.
El puerto está en silencio, no hay marines a la vista y los transeúntes están como paralizados sin saber qué acaba de ocurrir.
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El puño salió disparado del brazo, impactando de lleno en la mandíbula de uno de ellos y logrando derribarlo. No obstante, y para mi sorpresa, el pirata volvió a ponerse en pie sin dificultad alguna, riéndose junto al resto.
“¿Cómo diablos?”. No terminaba de entenderlo. Mi puño era de metal y le había dado de lleno, el golpe debería haberlo noqueado. Pero parecía completamente ileso. Me dispuse a lanzar un segundo ataque, pero no tuve tiempo. Mientras el cable que unía brazo y mano se recogía, los piratas pasaron a la ofensiva y se lanzaron contra mí.
Maldije en voz baja. Por un instante creí que todo se había acabado, que moriría en aquel maldito puerto, frente a unos asquerosos delincuentes, y que me vida no habría servido para nada. Después de todo lo que había hecho, después de tantos años, de los duros entrenamientos y todo por lo que había pasado, iba a acabar así.
El primero de los piratas estaba ya frente a mí, con su sable en alto dispuesto a acabar con mi vida. En un desesperado intento de ganar algo de tiempo alcé mi brazo robótico con la intención de detener la hoja, y cerré los ojos, esperando oír el sonido de los aceros al chocar. Pero no fue así. Los abrí enseguida, para ver qué había ocurrido, y enfrente tenía al pirata tirado en el suelo y al Teniente-Comandante Hayate encarando al resto. Antes de que pudiese decir o preguntar nada, el oficial desenvainó sus armas y, con un rápido movimiento de pies y manos giró sobre sí mismo proyectando lo que parecían ser ondas cortantes en prácticamente todas las direcciones. Estas golpearon de lleno a los piratas, que uno tras otro fueron cayendo completamente derrotados. Para cuando había terminado su ataque, no quedaba un pirata en pie y yo estaba frente a él, mirándole con cara de tonto, tratando de analizar lo que había visto.
- Hay que joderse. - Exclamé sin poder contenerme.
Se dirigió a mí y pronunció unas palabras de ánimo, luego se desplomó, quedando completamente inconsciente. Eché a correr y enseguida llegué a su posición. Traté de analizar su estado, que en apariencia no era grave, así que supuse que tan solo debía estar agotado. Pensé en tratarle, pero no disponía del material ni de los conocimientos necesarios para hacerlo correctamente. Tampoco sabía cuánto tardarían en llegar con los refuerzos, y no podía esperar. Solo había una cosa que pudiese hacer en esa situación, y no dudé ni un instante. Con todo el cuidado que pude, dada la urgencia, cargué su cuerpo y me lo eché al hombro, para acto seguido echar a correr en dirección al cuartel.
“¿Cómo diablos?”. No terminaba de entenderlo. Mi puño era de metal y le había dado de lleno, el golpe debería haberlo noqueado. Pero parecía completamente ileso. Me dispuse a lanzar un segundo ataque, pero no tuve tiempo. Mientras el cable que unía brazo y mano se recogía, los piratas pasaron a la ofensiva y se lanzaron contra mí.
Maldije en voz baja. Por un instante creí que todo se había acabado, que moriría en aquel maldito puerto, frente a unos asquerosos delincuentes, y que me vida no habría servido para nada. Después de todo lo que había hecho, después de tantos años, de los duros entrenamientos y todo por lo que había pasado, iba a acabar así.
El primero de los piratas estaba ya frente a mí, con su sable en alto dispuesto a acabar con mi vida. En un desesperado intento de ganar algo de tiempo alcé mi brazo robótico con la intención de detener la hoja, y cerré los ojos, esperando oír el sonido de los aceros al chocar. Pero no fue así. Los abrí enseguida, para ver qué había ocurrido, y enfrente tenía al pirata tirado en el suelo y al Teniente-Comandante Hayate encarando al resto. Antes de que pudiese decir o preguntar nada, el oficial desenvainó sus armas y, con un rápido movimiento de pies y manos giró sobre sí mismo proyectando lo que parecían ser ondas cortantes en prácticamente todas las direcciones. Estas golpearon de lleno a los piratas, que uno tras otro fueron cayendo completamente derrotados. Para cuando había terminado su ataque, no quedaba un pirata en pie y yo estaba frente a él, mirándole con cara de tonto, tratando de analizar lo que había visto.
- Hay que joderse. - Exclamé sin poder contenerme.
Se dirigió a mí y pronunció unas palabras de ánimo, luego se desplomó, quedando completamente inconsciente. Eché a correr y enseguida llegué a su posición. Traté de analizar su estado, que en apariencia no era grave, así que supuse que tan solo debía estar agotado. Pensé en tratarle, pero no disponía del material ni de los conocimientos necesarios para hacerlo correctamente. Tampoco sabía cuánto tardarían en llegar con los refuerzos, y no podía esperar. Solo había una cosa que pudiese hacer en esa situación, y no dudé ni un instante. Con todo el cuidado que pude, dada la urgencia, cargué su cuerpo y me lo eché al hombro, para acto seguido echar a correr en dirección al cuartel.
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Cargas el cuerpo del teniente, a los cincuenta metros ves llegar un grupo de marines, los refuerzos al parecer. Te ayudan a cargar el cuerpo y llegáis al cuartel, donde rápidamente es llevado a una enfermera, la cuál tan solo es capaz de decirte que es un gran agotamiento lo que lleva en el cuerpo. Estará un buen rato inconsciente.
Escuchas unos marines hablando próximos a tí, te están mirando, son los que han corrido en busca de ayuda.
-El teniente se arriesgó por el chico. Seguramente agotaría todo su haki salvandole y por eso esta así.
Es lo que más has entendido. Te llama la atención esa conversación, no parece haber desprecio hacia tu persona, pero tampoco te miran con buenos ojos.
Escuchas unos marines hablando próximos a tí, te están mirando, son los que han corrido en busca de ayuda.
-El teniente se arriesgó por el chico. Seguramente agotaría todo su haki salvandole y por eso esta así.
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