Deadweight (Privado Shiro - Nova)

Era otro hermoso día soleado en el Reino Lvneel, las calles presentando una actividad envidiable con cientos de personas transitándola y un bullicio que casi llegaba a ser molesto. Shiro se movía entre toda esta actividad con soltura, como una sombra encapuchada, sin que muchos le notasen; por supuesto, la gente tenía mejores cosas que hacer que preguntarse quién era el crío encapuchado que acababa de pasar a su lado, y pronto terminaban olvidándose del asunto los pocos que si lo notaban. Su objetivo, sin embargo, yacía mucho más adelante. Al parecer se estaba llevando a cabo un intercambio entre mafias muy peligroso, ya que probablemente en ese intercambio hubiesen armas y dinero sucio involucrados. Su misión era encontrar la localización del acuerdo y eliminar a todos los involucrados de forma no-letal, si bien con un mensaje y sin armas ni dinero. Estos serían confiscados por el Ejército Revolucionario, que les daría un uso justo, y no las apuntaría al pueblo sino al Gobierno, que al menos tiene más que suficientes recursos para defenderse.

Según había leído en el portafolio que indicaba la misión antes de haberlo quemado para evitar que se filtrase información, el pacto se llevaría a cabo en un hotel, y solo había uno en todo el reino, por lo que estaba dirigiéndose a este. Tras algunos minutos de caminar, es recibido en el local, entrando al hotel sin ni siquiera fijarse en su nombre. No era un dato necesario, todo lo que debía hacer era entrar y preguntar por una habitación en concreto. La chica que trabajaba en la recepción le da la bienvenida y el rubio procede a preguntar por sus objetivos.

"¿Disculpe, ha visto a un grupo de personas vestidas de negro, posiblemente unos 12 o más? Yo estaba con ellos pero me distraje y terminé separado de ellos, necesito saber en que habitación se hospedan los chicos." Una mentira del tamaño del palacio de la isla, pero necesaria para llegar a su objetivo. La verdad no tenía ni idea de si esos hombres iban vestidos de negro, pero era ya casi cliché que vistieran con traje y gafas, venga. Subiendo las escaleras hasta la habitación número 276 (la cual era la que la mujer le había indicado), Shiro rápidamente divisó un plan de ataque.

Primero, colocó el oído en la puerta para intentar averiguar si era la correcta; efectivamente, escuchó a varios hombres de voces gruesas hablando de un negocio y de altas sumas de dinero. No podía estar equivocado, tenía que ser esa. Como segunda parte de su plan, el rubio disminuye su peso hasta apenas unos 23 kilogramos, y al permanecer con su velocidad usual, logra dar algunos pasos por la pared y llegar de un salto hasta el techo, del cual se agarra encajando sus dedos en la posición Ryusoken. Finalmente, suelta el seguro de su mano derecha para dejarla caer suavemente hacia la alfombra negra que cubría el suelo de todo el pasillo, y luego la retrae un poco para que quede colgando justo en frente de la puerta del objetivo. Tras esto, su mano da unos toquecillos en la puerta y se retrae por completo luego, mientras Shiro decía en voz alta "¡Servicio a la habitación! ¡Le traigo el champán que pidieron!". Al oír voces aparentemente mosqueadas, el revolucionario preparó el sistema de disparo de su mano derecha, listo para derrotar a algunos maleantes de poca monta que amenazaban a la seguridad del pueblo.

¿Cuánto tiempo habia sido desde que desaparecí? ¿Días? ¿Meses? ¿Tal vez años? bueno, eso no importaba demasiado, yo ni siquiera sabía en donde me encontraba cuando finalmente me encontraron, ¿Y cómo lo podía saber? mi visión incapacitada era un obstáculo. Aun seguía trabajando para el gobierno de forma oficial, pero todo los que conocía estaban muertos... eso sí es mala suerte. Desde mi amante hasta la niña que cuidaba con gran esmero porque no estuve presente, carajo… ¡No estuve presente! Estaba enojado conmigo, mi incapacidad de proteger a otros era digna de burlarse.

Al final aquí estaba, como un miembro de la Cipher Pol haciendo lo que todo miembro ha hecho desde que se une: ensuciarse las manos. Esta misión consistía en infiltrarse en una de las mafias más nombradas en el North Blue, cosa que era bastante sencillo o por lo menos para mí, era mi habilidad de combate el cual me dejo entrar al igual que las aptitudes de médico, al parecer tienen más heridos de los que pueden atender.

-Yu, ¿estas despierto?- una voz sonó cerca de mi lado derecho, él era uno de los guardaespaldas de nuestro jefe, un chico bastante bueno para estar en un negocio peligroso. He estado platicando con él desde que entre, y descubrí cosas bastante interesantes como el hecho de que estaba aquí porque necesitaba dinero para sostener a su madre como a sus hermanos, una razón noble pero estúpida, esto no era un juego y ya le habia dicho… pero parece ser que tiene oídos de pescado.

-Claro Yuki, no te preocupes- y con una sonrisa le dije, y al parecer se mantuvo callado después de esto. La multitud de personas que pasaban en la calle era demasiada, era demasiado útil para mí como molesto, revisar si cada persona tenía un usuario de fruta, o si tenía entrenamiento de haki o por el simple hecho de que si alguna aura era ligeramente más fuerte que las demás era cansado, y tal vez se escuche paranoico pero al fin y al cabo ese era mi deber, por otro lado era bastante bueno porque las voces chocaban y rebotaban, dejándome “ver” por así decirlo mis alrededores ya que… bueno, mi vista solo me deja ver sombras y lo demás oscuridad.

Éramos catorce el grupo que estábamos recorriendo las calles, todos uniformados de traje negro los cuales se habrían paso solo con su presencia. Esto no me gustaba demasiado, notar como la gente se alejaba con tan solo escuchar sus pasos o los susurros que dejaban salir de sus labios, y por esta razón deje salir un suspiro.

-¿Me puedes repetir a donde nos estamos dirigiendo Yuki?- pregunte estando un poco curioso, aunque me habían dicho dónde iba a ser el intercambio se me habia olvidado por un momento.

-En un hotel, no te preocupes de la habitación, solamente síguenos y todo estará bien- por lo menos podía confiar en este chico, eso era lo que me decía el aura, cosa que mostraba el verdadero ser de todos los seres vivos. Como sea, el punto es que ya habíamos llegado y uno de los guardaespaldas hablo con la recepcionista, y escuchando mejor ya hasta tenían reservación de la habitación así como el ruido de los billetes siendo contados para mantenerla callada si es que alguien preguntaba por ellos.

-… Faltan solo algunas personas que vienen vestidos igual, déjenlos pasar- estas fueron las últimas palabras de aquel guardia llamado Ryu, su tono era amenazador como usualmente lo era. Me acomode la venda que cubría mis ojos y revise que estaba bien sujeta mi guadaña que colgaba en mi espalda baja, esperaba que esto solamente sea un día más sin nada que nos molestara, y si fuera así tendría casi toda la información que necesitaba para incriminar a más de 50 personas que estaban en este negocio incluyendo a los guardaespaldas por el silencio que han otorgado todo este tiempo… y aun así Yuki podría salvarse por una simple petición que haga, recordando bien no era malo en la pelea, era una de sus pocas habilidades.

Seguía a los demás, subiendo las escaleras, parecía que todos estábamos sincronizados tanto con los pasos como nuestras acciones como si fuéramos una tropa del ejército. Escuche la llave siendo introducida en la puerta seguida por el giro del picaporte para que al final un chillido de la puerta anunciara que fue abierta. Todos pasamos en fila hasta que Ryu fue el último, cerrando la puerta detrás de nosotros, el olor de esta sala era sumamente limpia como agradable, y también por el eco que hacían las voces de los demás estaba espaciosa, fácilmente podrían entrar 8 personas más y todos cómodos. De mi pantalón colgaba un recipiente el cual con una mano busque hasta que mis dedos se toparon con este, y con una sonrisa la eleve hasta mi rostro, y con la lengua hice un ruido para poder ubicar la tapa… la estaba sujetando al revés. Gire el recipiente y con la otra mano la abrí para así poder darle un gran sorbo, rico y delicioso vino que tenía, al parecer elegí bien. Conforme tomaba extendía mi aura para cubrir todo el edificio y así estar vigilante, esta transacción debía de pasar sin ningún problema.

-Entonces comencemos con esto… - la voz de uno de los negociadores se hizo escuchar para que todos le pusieran atención -… Los demás llegaran en poco tiempo, por lo que es mejor gastar el tiempo en las estrategias que tenemos para comercializar y…- cosas que no me interesaban mucho, sin embargo tenía el oído atento para grabarme todo lo que decían, aunque no supiera escribir era muy bueno con la memoria, hasta podía repetir conversaciones enteras con tan solo escucharlas.

-Silencio- dije en tono serio y todos se callaron, notaba como las auras de algunos estaban inestables, como si estuvieran molestos o enfadados por mi interrupción –parece que tenemos compañía- añadí al sentir a una persona en la planta baja, era usuario de una fruta, esto podría ponerse interesante –Ryu, llama a recepción- y con una mueca de disgusto aquel hombre lo hizo, caminando hasta el Den Den Mushi y marcando.

-Gracias- con esto finalizo la conversación que tuvo la recepcionista con Ryu que duro apenas los 20 segundos –Si, viene un hombre- como esperaba, y con un suspiro camine hacia sentía a Yuki y le puse una mano en el hombro –mantente detrás de mí-  y con esto dicho me dirigí a los demás –Sigan con sus planes, yo me encargo- Y como ordene todos comenzaron a platicar con normalidad.

Espere, y lo bueno es que la paciencia trae recompensa. El aura de aquel tipo parecía ahora estaba en el techo, una táctica buena si es que planeaba atacar por sorpresa… cosa que no servía contra mí. ¿Servicio a la habitación? claro, como no, que broma más estúpida era esa. Le di un trago a mi vino antes de cerrar el recipiente y dejarlo colgado, estando pegado en mi pierna derecha.

-No pedimos ningún champan- le conteste y mande a Yuki con una seña en la cabeza para que se dirigiera a la puerta y tomara el picaporte, ahora solamente tenía que esperar mi señal. Me prepare, con concentración lentamente mi cuerpo se llenaba de una corriente eléctrica.

-Puño de rayo- susurre y todo mi cuerpo se mostró cubierto por electricidad la cual de manera silenciosa se difundía por mi cuerpo. Doble las rodillas y apunte mi palma derecha al techo en donde estaba aquella aura –Técnica número cinco: Narukami- y la mayor parte de aquella corriente se concentró en la palma, y solamente fue cuestión de momentos lo que iba a pasar. Calculando un poco la distancia que estaba del hombre, él estaba casi al límite de mí rayo, esto se iba a poner interesante. Del centro de mi palma fue disparada un relámpago el cual viajo a través de la pared para dar al hombre, y al mismo tiempo que impactaba Yuki abrió la puerta, era un plan fácil y rápido, aquel proyectil que viajaba a la velocidad de la luz era lo suficientemente poderoso como para noquear al oponente, no era letal por ahora.

Cuando Yuki pasó por la puerta velozmente pase a un lado de él con mi soru, estaba listo de enfrentar al oponente si es que había reaccionado lo suficientemente rápido como para esquivar aquel ataque… cosa que dudo mucho.

Al oír la voz del hombre que le afirmó que no habían pedido ningún champán, Shiro repentinamente se sintió amenazado. Era algo raro: Supuestamente estos eran mafiosos de poco calibre que posiblemente solo limpiasen dinero y amenazaran negocios por protección, nada del otro mundo; sin embargo, la voz de este hombre era claramente la voz de alguien con experiencia, pareciéndosele demasiado a los altos cargos revolucionarios e incluso, sonando ligeramente tan dura y amenazadora como la del Oficial que lideraba su pelotón. ¿Será que estaban haciendo negocios con gente ASÍ de peligrosa? Esto no podía ser nada bueno, ¡tenía que salir de ahí ya!

Rápidamente reaccionando, Shiro dispara su puño cyborg a través del techo con toda su fuerza hasta aguantar con sus dedos el techo del piso siguiente, dejando un agujero lo suficientemente grande como para permitirle atravesarlo, tras lo cual retracta su brazo hacia su puño, ascendiendo a 5 metros por segundo con una ligereza inmensa gracias a su peso reducido. Justo en el momento en el que había subido apenas uno o dos metros, logró escuchar un impacto de algún tipo y tras ello algo de cristal rompiéndose, tal vez una lámpara o una ventana, no estaba seguro. ¿Le habían disparado con un arma de fuego? ¿O tal vez fuese un usuario de fruta del diablo? No tenía tiempo para pensar en eso, ahora había confirmado cuán mala idea había sido aceptar esta misión.

Ni siquiera esperando a llegar al techo, el rubio suelta su mano de este apenas pone un pie en el piso superior, tras esto retractándola y disparándola nuevamente, pero esta vez hacia una ventana a cinco metros, atravesándola fácilmente y aguantándose del marco mientras se dispara con el sistema de retracción a través de esta. No pasó un segundo antes de que se viera volando a toda máquina por los aires, a varios pisos de altura pero descendiendo muy lentamente, viajando mucho más rápido por el eje X que por el Y (esto se debía a pesar tan poco y llevar una gabardina, que amortigua la caída al hacerle fuerte resistencia al viento) Mientras iba descendiendo, gritando por pura adrenalina y miedo para sus adentros, pensaba rápidamente en un lugar para sostenerse, finalmente encontrando una zona boscosa de la que podía aprovecharse. Shiro entonces disparó su mano hacia el árbol más cercano (a su derecha), sosteniéndolo fuertemente con un agarre que casi lo destroza mientras su cuerpo giraba con dicho árbol como eje por pura inercia, redirigiéndolo hacia el bosque con algo menos de velocidad que antes.

Finalmente, el revolucionario retira su mano mientras observa que está cerca a caer, tras lo cual ágilmente se quita la gabardina y la extiende tras su espalda a modo de paracaídas, logrando detener muy abruptamente buena parte de su velocidad, pero irremediablemente aterrizando de manera forzosa, rodando por el suelo durante un par de segundos ni muy rápido ni muy lento, aunque esto solo le dejó algunos rasguños y bastante polvo esparcido por su cuerpo, dando la impresión de que se había dado una tunda. La verdad no le había dolido mucho la caída, pero había valido la pena: Prefería escapar para contar la hazaña a sus superiores, que morir a manos de un hombre que podría rivalizar con estos. Buscando la salida de la isla, Shiro sale entonces corriendo hacia uno de los puertos, decidido a colarse en algún barco mercantil cercano o, de ser totalmente necesario, mandar una señal de auxilio vía el localizador que siempre llevaba encima, si es que no habían localizado aún su repentino cambio de posición.

Al parecer lo alerte, algo que no quería que pasara pero bueno, ¿Qué se podía hacer? lo que estaba hecho no se podía revertir. El aura de aquella persona se movía rápido para ser una persona normal, pero al parecer la velocidad era más mi estilo que el suyo. Me troné los dedos, el intruso hizo un agujero en el techo para salir rápidamente, algo inteligente he de decir.

-Yuki, comunícate con los demás guardias, aseguren las rutas de escape, mueve tus contactos para que ningún barco salga de la isla, solo necesito unos 20 minutos- le ordene, sabía que el infiltrado se andaba moviendo mientras hablaba, sin embargo es difícil o casi imposible que se me escape una presa, mi racha era imparable por ahora, y este no será el primero.

-Claro Yu – dijo y corrió de regreso a la habitación para comunicarse con los demás. Con mis oídos atentos pude notar el brazo robótico que tenía el tipo, del lado derecho si fuera más preciso. Su aura cambia de posición en cuestión de segundos, pero aquel salto fue lo peor que el chico podría haber hecho. Salte con mi geppou y cuando estuve en el piso superior utilice el soru para lanzarme por la ventana en cuanto la punta de mi pie toco el suelo. Aquel hombre parecía caer lentamente, seguramente debe de ser por su fruta ya que no había detectado otro sonido que no fuera el brazo o sus pasos… o su grito. No me gustaba como gritaba.

“Séptima técnica: Kanmuru” mencione mentalmente y todo mi cuerpo fue envuelto en una clase de capa eléctrica solo para ajustarse y darme lo que pensaba era un tono azul claro, con esto sería suficiente para ser veloz. Combinado con esto utilice mi geppou para estar en posición hacia mi objetivo y con gran fuerza me impulse, fusionando la técnica con el soru llegando a una velocidad la cual no había tiempo de reacción… 40 m/s... –Gotcha- dije cuando solamente quedaba unos centímetros antes de que estuviera en contacto con aquel tipo.

La velocidad fue tal que sentía mi cuerpo tensarse por la fuerza que estaba ejerciendo, por lo menos tenia entrenamiento con esta combinación de técnicas, sin embargo me iba a doler después, y esto vamos a agregarle otra técnica: “primera técnica: sutanbīmu”. Logre escuchar el disparo de su brazo antes de abrazarlo por espalda y con una gran sonrisa lo electrocute con mis palmas pegadas al ajeno, no iba a perder tiempo para su captura. Una se ubicaba en el pecho cerca de su corazón y otra en el lugar donde se encontraba en el hígado, esperando a que la electricidad viajara lo suficientemente rápido por todo el cuerpo ajeno antes de que hiciera algo, o por lo menos tendria algunas partes de su cuerpo paralizadas tal y como quería. Al final si había alguna manera de zafarse de esta su parte inferior o superior estarían dormidas por un tiempo, lo suficiente como para capturarlo.

De alguna u otra manera no había mucha opción de escaparse, lo único que no fue lo que mantuve en mente fue su brazo robótico el cual cambio drásticamente la dirección que tenía hacia un árbol… esto daba mala espina. Tuve que reaccionar para utilizar el geppou antes de chocar contra el maldito árbol, provocando un ligero dolor en mis piernas que era soportable.

-Nunca tuviste oportunidad- le dije al chico dejando que un suspiro saliera de mis labios. Caí al suelo sin mucha dificultad, cargando al hombre en mi hombro derecho mientras que dejaba mis energías descansar, y como esperaba el brazo de este rubio se contrajo, esto iba a ser más fácil de transpórtalo, ¿Cómo sabía que estaba completamente noqueado? su aura dictaba eso, esperaba a que esta estuviera en el punto de estar completamente pegada al cuerpo como si fuera un traje, cosa que solo pasa al perder la conciencia, y les digo porque ya he experimentado con esto. Con todo esto deje al espía a un lado, debí de agarrar una cuerda o algo por el estilo para inmovilizarlo, pero bueno, cosas pasan. Me senté a un lado y pegue mi oído a su pecho para saber cómo estaba sus latidos, y con la mano izquierda lo puse debajo de su nariz, contando así tanto su respiración como el ritmo cardíaco que el hombre indeseado tenia. Ahora era cuestión de regresar con Yuki y los demás para que lo interroguemos, y yo seré el que hará las preguntas, me enseñaron a sacar muy bien la información.

Shiro se encontraba en medio de su maniobra aérea, a punto de comenzar a aterrizar mediante el uso de su gabardina, cuando repentinamente sintió a alguien abrazarle por la espalda; El mero susto que se dio, agregado al nerviosismo que tenía desde que sintió la voz de ese tipo y que solo había aumentado desde que se lanzó por los aires sin ninguna idea de como aterrizar (que más adelante había improvisado), fue suficiente para provocar tal reacción fisiológica en su cuerpo que activó casi involuntariamente su poder de fruta del diablo, aumentando el peso de su cuerpo a 240 kilos y el de su brazo cyborg, a 420 kilos (ya que la mano no estaba aún en dicho brazo) Tal peso, sumado a la increíble velocidad que el joven había alcanzado y el aumento de velocidad provocado por lo que sea que lo estuviese abrazando, hizo que en cuestión de minisegundos ambos impactaran contra el suelo, estando Shiro sobre su enemigo (ya que había caído abrúptamente de espaldas, causando un cráter enorme en el área del impacto) y con un fortísimo dolor en las costillas del lado derecho: Una veloz inspección demostró que había sido su brazo, que había impactado con ese peso y a esa velocidad contra su pecho; si bien no se había roto nada por suerte pura y dura, debía salir de allí YA.

Sin esperar a que el sujeto se recuperase del súbito golpe o de la confusión por el cambio de peso repentino, el rubio regresó a su peso mínimo y dio un salto extremadamente alto con la fuerza que sus piernas le permitían mientras que su mano regresaba a su brazo, para luego dispararla 20 metros adelante hasta alcanzar un árbol lejano y dispararse contra este, llegando en cuatro segundos al susodicho árbol, tras lo cual repetía una y otra vez, recorriendo el bosque en silencio y con una soltura increíble gracias a sus capacidades aéreas que, si bien limitadas, eran superiores a los humanos normales gracias a su falta de peso corporal y su brazo que podía hacer las veces de auto-tirachinas o gancho arrojadizo. Con la mano libre, sostenía su pecho en el área más golpeada, sintiendo como se formaba un hematoma en una zona del tamaño de su antebrazo, más o menos. Ese golpe le había dolido mucho, y si bien no era nada que no pudiese aguantar hasta llegar a la base, era molesto colgarse de los árboles cual tarzán de la selva con un dolor moderado como ese. Y para qué hablar del dolor de espalda del impacto, que si bien había sido amortiguado por el hombre que le había agarrado por la espalda, no es que el tipo estuviese hecho de almohadas y malvaviscos precisamente.

Mientras viajaba, decidió definitivamente tocar el interruptor de su localizador para que mandaran un barco a buscarle desde la base más cercana; no podía darse el lujo de montar un barco común si esa gente podía moverse por el aire con tanta soltura como para abrazar a alguien que va a velocidad digna de un vehículo a motor aéreo, debía de poder contar con algunos camaradas que le auxiliasen mientras escapaban. Posiblemente tuviese que sobrevivir mientras el barco llegaba, pero una vez allí solo necesitaba pisar el acelerador y escapar como alma que lleva al diablo.

No salió como esperaba por el hecho de no contar con la fruta del diablo de este tipo, y sufriré las consecuencias. Por mera reacción active mi tekkai y mi haki antes del aterrizaje, cosa que por lo menos me ayudo un poco puesto a que el impacto fue tal que hicimos un maldito cráter en el suelo, y lo peor es que él estaba encima de mí. Por suerte el tekkai fue resistente como para proteger partes importantes y el haki el cual estaba puesto en mi pecho había salvado mi esternón de un daño leve, sin embargo me saco el aire por un momento.

Mi poder solamente detectaba aquel hombre yéndose, cosa que no debía de dejar. Golpee con mis palmas el suelo para levantarme lo más rápido posible, necesitaba alcanzarlo aunque mi cuerpo estuviera adolorido, en serio que no contaba con ese maldito factor que arruino todo lo que tenía planeado, debería de ser más cuidadoso con lo que hago. Unos cinco segundos fueron suficientes para poder respirar bien, no podía detenerme, necesitaba alcanzar a aquel sujeto como fuera por lo que forcé a mi cuerpo tanto a moverse como reaccionar a mis órdenes. Con mi kanmuru fue suficiente para alcanzarlo, pero ahora mi objetivo era incapacitarlo poco a poco, comenzando con ese brazo ciborg que tenía. Con el ruido que mis relámpagos dejaban salir era suficiente para hacer eco por el lugar sabiendo la posición de los árboles, esto era una ventaja.

Desenfunde mi guadaña y  con una patada en el aire me acerque lo suficiente para poder hacer una de mis técnicas superiores, esta vez ya no iba a ser suavecito. Mi pierna se llenó de energía eléctrica y con mi técnica activada solo fue cuestión de no segundos, mili segundos o hasta más rápido para que el otro reaccionara. Apuntando en la extensión del brazo lo patee con gran fuerza para que este se destrozara y el chico cayera al suelo, “inazuma kikku” era mi técnica, ya como si fuera necesaria nombrarla a estas alturas. El coste era que ya no me quedaba “corriente” para seguir activando mis habilidades de puño de rayo… como si ahora las necesitase.

Con el soru y geppou me acerque al hombre, ahora que él estaba en el suelo no podía darme el lujo de que reaccionara ni por un segundo, por lo que velozmente me puse enfrente de él y le di un buen golpe con haki en el estómago tan fuerte como para noquearlo, ahora si esperaba que todo esto terminara, al fin y al cabo fue divertido y aprendí que no debo de subestimar a mis enemigos, no importa si tengo mucha habilidad o lo que sea, esto me habia dejado una buena marca en mi cuerpo.

Ahora solamente esperaba llevar este hombre con aura curiosa hacia los demás, sin embargo primero a relajarme por un momento y tratar mis heridas y de paso las de este intruso, por lo menos habia dado una buena pelea en todo este tiempo. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que perseguí a alguien? no recordaba, tal vez por eso ya estaba bastante oxidado, era tiempo ya de ponerse a trabajar como antes lo hacía e iba a comenzar por cargar pesas, no quería soportar de nuevo aquel momento el cual parecía que iba a morir por asfixia.

Mientras Shiro huía, adolorido como estaba, se percató de que algo estaba mal. Escuchaba algo raro, como un sonido eléctrico que hacía eco por todo el bosque. Repentinamente, el sonido dejó de sentirse tan lejano y prácticamente pudo sentirlo justo a sus espaldas, con lo que soltó su mano del árbol en el que se encontraba para dejarse caer justo antes de que una patada se lo destrozara, a duras penas evitando ese daño gracias a sus reflejos.

Aprovechando que su enemigo estaría ligeramente confuso y abierto a un contraataque tras atacar al aire, el revolucionario dio un fuerte salto diagonal hacia el frente para luego disparar de nuevo su brazo a una rama lejana, prosiguiendo a escapar de su oponente. Sin embargo, tras algunos metros más de recorrido, llegó a la costa de la isla, sin tener más escapatoria que meterse de nuevo en el bosque, pero esto solo le retrasaría si el barco aliado llegaba a recogerlo. Girándose hacia atrás una vez más, Shiro encaró a aquel que lo había estado persiguiendo todo este tiempo, su mano estando preparada para dispararse a la más mínima señal de estrés.

"¿Quién eres y por qué estás tan empeñado en atraparme?" -Dijo, más para comprar tiempo mientras sus aliados llegaban a recogerlo que para realmente saber sus intenciones. Venga ya. Era un tío de negro con habilidades de viaje aéreo y que estaba empeñado en atraparle, y él un revolucionario con un precio demasiado alto por su cabeza. ¿Debía decir más? Era obvio que era o había sido un Cipher Pol, si bien solo podía asumir esto por el uso de Geppo del individuo. Ahora esperaría su respuesta e intentaría seguir ganando tiempo.