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Esta nueva incursión era de esperarse, según había escuchado no hace mucho, mi hermano se encontraba cerca de las aguas del North Blue, al menos eso me comentó un hombre que decía haberle visto. No sabía muy bien donde se encontraba, pero confiaba en que ya estaba muy cerca de encontrarlo. El viaje me llevó a parar en la isla de Galuna, una isla dónde corre una legenda, una legenda que habla de la montaña en el norte de la isla. Estos cuentos dicen que las personas que se acerquen a la montaña del norte estarán condenados a pasar el resto de sus vidas aislados en la montaña por invadir el territorio del dios de la montaña que protege a los habitantes de la isla de las tormentas.
A pesar de que no me creo esos cuentos de hadas, necesitaba un poco de tiempo en tierra firme, el olor a sal marina no me hacía bien al estómago y me intrigaba saber a que hacía referencia la leyenda de la isla. Por esa razón, apenas desembarqué en la costa, me dirigí directamente hacia el norte del lugar, la montaña decoraba el horizonte, siendo la única elevación de la isla, parecía bastante grande. Comencé a escalar, buscando los "fenómenos del dios" de los que tanto hablan los pueblerinos, pero no parecía haber ningún rastro de un dios, o siquiera de magia siniestra. Simplemente era una montaña común y corriente, o al menos eso creía....
A pesar de que no me creo esos cuentos de hadas, necesitaba un poco de tiempo en tierra firme, el olor a sal marina no me hacía bien al estómago y me intrigaba saber a que hacía referencia la leyenda de la isla. Por esa razón, apenas desembarqué en la costa, me dirigí directamente hacia el norte del lugar, la montaña decoraba el horizonte, siendo la única elevación de la isla, parecía bastante grande. Comencé a escalar, buscando los "fenómenos del dios" de los que tanto hablan los pueblerinos, pero no parecía haber ningún rastro de un dios, o siquiera de magia siniestra. Simplemente era una montaña común y corriente, o al menos eso creía....
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Vaya cachondeo la misión en la isla del calor. Había sido bastante aburrido pero había merecido la pena totalmente. El shicihbukai había aumentado sus poderes de forma exagerada y ahora era capaz de reventar incluso trenes en marcha. Se estaba convirtiendo en un jodido monstruo con el paso de los años. Su poder cada vez era mayor y era algo que le divertía bastante pues de esa forma podía aterrorizar a cualquier enemigo que se cruzase en su camino. Debía continuar ganando buen dinero para mejorar su base ya que por el momento daba un poco de pena. Al menos ya tenía su precioso barco y no iba a cambiarlo por ninguno. Tenía un sistema impresionante y el moreno estaba bastante a gusto en él. Debía reunirse con Qui Gon cuanto antes para de aquella forma hacerle conducir y llevarse a mejores sitios. No era muy bueno navegando.
En ese momento estaba caminando por la montaña con toda la calma del mundo, dando un paseo y vigilando la isla. En su mano derecha portaba una bolsita de nubes que usaba para satisfacer su necesidad de alimento. No llevaba la camiseta, dejando ver un cuerpo exageradamente fuerte. En su mano derecha un guantelete blanco y de parte inferior unos pantalones azulados. En los pies portaba unas sandalias y en la mano libre una botella de ron. Era el tipo más feliz del mundo y estaba paseando por el sitio como si fuese su casa. En ese momento soltó un enorme suspiro y detectó el olor de una persona. Empezó a caminar hacia ella despacio mientras silbaba y de vez en cuando le daba un trago a su botella.
En ese momento estaba caminando por la montaña con toda la calma del mundo, dando un paseo y vigilando la isla. En su mano derecha portaba una bolsita de nubes que usaba para satisfacer su necesidad de alimento. No llevaba la camiseta, dejando ver un cuerpo exageradamente fuerte. En su mano derecha un guantelete blanco y de parte inferior unos pantalones azulados. En los pies portaba unas sandalias y en la mano libre una botella de ron. Era el tipo más feliz del mundo y estaba paseando por el sitio como si fuese su casa. En ese momento soltó un enorme suspiro y detectó el olor de una persona. Empezó a caminar hacia ella despacio mientras silbaba y de vez en cuando le daba un trago a su botella.
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De la nada comencé a escuchar un pequeño ruido, un ruido molesto, que aumentaba su volumen a cada segundo, era un silbido. Supuse que sería algún truco barato para asustar a los turistas con eso de la leyenda, pero no era así, simplemente era un hombre que caminaba hacia mi, silbando sin parar y además por lo que llevaba en las manos, un borracho.
A pesar de su apariencia de pobre, el hombre no parecía nada débil ni necesitado, ya que estaba en forma. Supuse que era un habitante de la isla que no hacía más que venir a tomar al monte del lugar sin importarle en lo más mínimo el hecho de que un "dios" , pudiera castigarle. Ante tal curiosidad, me interpuse en su camino y le dije:"Hola señor... usted es un habitante de esta isla, ¿sabe algo de la leyenda de esta montaña? Justamente por eso estoy aquí..."
A pesar de su apariencia de pobre, el hombre no parecía nada débil ni necesitado, ya que estaba en forma. Supuse que era un habitante de la isla que no hacía más que venir a tomar al monte del lugar sin importarle en lo más mínimo el hecho de que un "dios" , pudiera castigarle. Ante tal curiosidad, me interpuse en su camino y le dije:"Hola señor... usted es un habitante de esta isla, ¿sabe algo de la leyenda de esta montaña? Justamente por eso estoy aquí..."
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El moreno continuó caminando mientras notaba el olor cada vez más cerca. En ese momento pudo ver como un chico rubio se acercaba a él. Su aura le decía que tenía muy poco poder a su lado pero no era culpa suya, Madara era un monstruo. Entonces fue cuando aquel tipo le habló y le hizo unas preguntas. Al parecer no sabía quién era pero eso solo hacía la situación bastante divertida. Al parecer quedaba todavía gente que no reconocía a los shichibukais pero eso solo hacía todo más interesante. El devastador tomó una de aquellas nubecitas y se llevó una a la boca al mismo tiempo que le miraba. Masticó despacio con toda la pereza del mundo para después tragar el contenido.
Tras unos momentos más pensó en lo que iba a decir. Conocía la leyenda pero allí no había nada peor que él, de modo que decidió atribuirse el merito. – Pues habla sobre un Dios. Resulta que soy yo. – Dijo con toda la calma del mundo mientras le daba otro trago a su botella de ron y mostraba una sonrisa tranquila. La situación podía ser bastante rara pero el shichibukai podía adaptarse a cualquier tipo de situación.
Tras unos momentos más pensó en lo que iba a decir. Conocía la leyenda pero allí no había nada peor que él, de modo que decidió atribuirse el merito. – Pues habla sobre un Dios. Resulta que soy yo. – Dijo con toda la calma del mundo mientras le daba otro trago a su botella de ron y mostraba una sonrisa tranquila. La situación podía ser bastante rara pero el shichibukai podía adaptarse a cualquier tipo de situación.
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El hombre parado frente a mis narices no decía nada, ¿me estaría ignorando? ¿pensaría que estaba loco por preguntar sobre la leyenda? Mis preguntas no tardaron en ser contestadas, luego de comer y beber de lo que tenía en sus manos, el moreno expresó que no solo conocía la leyenda, sino que hablaba de él como el supuesto dios que resguardaba la montaña. Al principio mostré una sonrisa en mi cara y pensé que todo era una broma para asustar a los extranjeros, que simplemente se divertía con el hecho de ver como los turistas se retorcían de miedo al contarles que él era el temido dios.
Sin embargo pude notar como él no se reía, no se movía, estaba parado frente a mi, demostrando con su mirada que lo que había dicho era totalmente cierto. Mi sonrisa se transformó en una cara seria, ya no importaba si toda la historieta era cierta o no, lo que si importaba era que estaba bien con un tipo borracho que le gusta asustar a las personas o con un realmente poderoso guerrero que se ajustaba con las descripciones de la leyenda.
No tenía mejor forma de probarlo que haciendo algo que me encanta hacer, improvisar. - "¡No creo en los cuentos de hadas!" - . Apenas dije eso, corrí a la máxima velocidad que pude alcanzar en dirección al auto proclamado dios. No demoré más de un segundo en recorrer la distancia que nos separaba, en cuanto estuve lo suficientemente cerca de su cuerpo, salté girando sobre mi mismo, y mientras lo hacía saqué mi katana de su vaina, comenzando así un ataque en rotación que me demostraría si este hombre era tan poderoso como decía serlo.
Sin embargo pude notar como él no se reía, no se movía, estaba parado frente a mi, demostrando con su mirada que lo que había dicho era totalmente cierto. Mi sonrisa se transformó en una cara seria, ya no importaba si toda la historieta era cierta o no, lo que si importaba era que estaba bien con un tipo borracho que le gusta asustar a las personas o con un realmente poderoso guerrero que se ajustaba con las descripciones de la leyenda.
No tenía mejor forma de probarlo que haciendo algo que me encanta hacer, improvisar. - "¡No creo en los cuentos de hadas!" - . Apenas dije eso, corrí a la máxima velocidad que pude alcanzar en dirección al auto proclamado dios. No demoré más de un segundo en recorrer la distancia que nos separaba, en cuanto estuve lo suficientemente cerca de su cuerpo, salté girando sobre mi mismo, y mientras lo hacía saqué mi katana de su vaina, comenzando así un ataque en rotación que me demostraría si este hombre era tan poderoso como decía serlo.
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El chico parecía mirarle de forma un poco incrédula pero al mercenario le daba lo mismo pues simplemente mantenía las manos en sus objetos y sonreía de lado. Comió otra deliciosa nubecita sintiendo aquel agradable sabor recorrer su paladar. Después de unos momentos entrecerró los ojos esperando una respuesta de aquel chico. No sabía si se lo había creído pero a decir verdad, el devastador estaba en lo cierto. No había nadie más poderoso que él en aquella isla norteña. De modo que podía considerarse el Dios de aquella isla, en caso de que hubiese otro, mostraba su respeto caminando en su territorio en pijama. La ironía del dragón era bastante buena pero ahora continuaba mirando al chico de forma calmada. No tenía intención de decir nada más por el momento y le dio otro trago a su deliciosa botella. El alcohol caía por su garganta y el lagarto disfrutaba bastante de ello.
En ese momento volvió a mirar al chico con toda la calma del mundo. De repente el joven pareció ponerse hostil y sin motivo corrió a por él. Tal vez aquel supuesto Dios era su padre o algo por el estilo pero de todas formas no iba a dejarse tocar. Simplemente sonrió de forma amable mirándole para después cerrar sus ojos con calma. Cuando la espada estaba a punto de cortarle, una especie de barrera azulada en forma de costillas salió de la nada. El arma del chico impactó contra ésta y pareció hacer tan solo una leve grieta. El moreno estaba en el interior con una sonrisa que podía resultar un poco humillante para él, pues parecía estar conteniendo las ganas de reír. En ese momento deshizo aquella barrera y simplemente abrió los ojos observando a aquel chico. – No creas en los cuentos de hadas, pero cree en los de dragones… – Dijo entonces mirándole de forma siniestra.
A continuación el líder mercenario simplemente iluminó sus ojos, dejándolos en un tono rojizo para después hacer que tomasen la forma de los orbes de un reptil. A continuación reventó la botella con su mano, cogió la bolsa y la metió en el bolsillo de su pantalón. No se había cortado la mano ni nada parecido, su piel era casi tan dura como una armadura. Pasaron unos segundos y el moreno simplemente sonrió de lado para después dar un paso hacia el chico. – ¿Ahora qué? ¿Crees que puedes atacar a un Dios y vivir? – Mencionó entonces el shichibukai mientras le miraba de forma macabra y relamiéndose al mismo tiempo.
En ese momento volvió a mirar al chico con toda la calma del mundo. De repente el joven pareció ponerse hostil y sin motivo corrió a por él. Tal vez aquel supuesto Dios era su padre o algo por el estilo pero de todas formas no iba a dejarse tocar. Simplemente sonrió de forma amable mirándole para después cerrar sus ojos con calma. Cuando la espada estaba a punto de cortarle, una especie de barrera azulada en forma de costillas salió de la nada. El arma del chico impactó contra ésta y pareció hacer tan solo una leve grieta. El moreno estaba en el interior con una sonrisa que podía resultar un poco humillante para él, pues parecía estar conteniendo las ganas de reír. En ese momento deshizo aquella barrera y simplemente abrió los ojos observando a aquel chico. – No creas en los cuentos de hadas, pero cree en los de dragones… – Dijo entonces mirándole de forma siniestra.
A continuación el líder mercenario simplemente iluminó sus ojos, dejándolos en un tono rojizo para después hacer que tomasen la forma de los orbes de un reptil. A continuación reventó la botella con su mano, cogió la bolsa y la metió en el bolsillo de su pantalón. No se había cortado la mano ni nada parecido, su piel era casi tan dura como una armadura. Pasaron unos segundos y el moreno simplemente sonrió de lado para después dar un paso hacia el chico. – ¿Ahora qué? ¿Crees que puedes atacar a un Dios y vivir? – Mencionó entonces el shichibukai mientras le miraba de forma macabra y relamiéndose al mismo tiempo.
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¡No puede ser! pensé, este hombre había parado mi ataque sin siquiera moverse, un esqueleto extraño se interponía entre su cuerpo y mi espada. Apenas pude, salté hacia atrás, dando una vuelta para caer de pie unos metros atrás. Pero antes de que pudiera sacar alguna conclusión de lo sucedido, el moreno habló. Al principio sus palabras no parecieron del todo coherentes, pero poco a poco entendía a que se refería.
Comenzó por sus ojos, pasaron de ser los de un humano a ser ojos rojos, llenos de rabia, parecían los de un reptil en busca de su presa. Luego siguió con todo su cuerpo, comenzó a denotar mucha más fuerza en su piel, como si lo cubriese una armadura, o algo parecido. Literalmente este hombre era un dragón, no eran leyendas de un dios, solo era un hombre poderoso con una akuma no mi.
Mi duda principal había sido resuelta, pero ahora me topaba con un problema mayor. El moreno movió sus labios nuevamente y lo que explresó hizo que me pusiera un poco nervioso, ya había comprobado su poder y ahora amenazaba con asesinarme. No tenía opción, escapar de una isla contra un dragón no era buena idea, solo podía continuar la pelea y ver hacia donde me llevaría el destino. No podía morir, si lo hacía todas mis ambiciones y deseos se desvanecerían junto con mi vida, por lo que debía ser cuidadoso de que movimientos haría.
- "Veamos si el dios puede sangrar" - Luego de decir eso, tomé mi espada con ambas manos y la moví rápidamente, enviando una onda de choque, un corte rápido en el aire, apenas lo lancé dije - "¡Nice Sound!" - , con este movimiento aturdiría al moreno. Y antes de que mi ataque hiciera efecto, salté en dirección a él y con una patada golpeé el aire diciendo - "¡Blue Cat!" -, entonces un gato de color azul avanzó a gran velocidad rumbo a mi adversario.
Esa combinación era uno de mis mejores ataques, así que si no lograba hacerle nada, estaría en problemas.
Comenzó por sus ojos, pasaron de ser los de un humano a ser ojos rojos, llenos de rabia, parecían los de un reptil en busca de su presa. Luego siguió con todo su cuerpo, comenzó a denotar mucha más fuerza en su piel, como si lo cubriese una armadura, o algo parecido. Literalmente este hombre era un dragón, no eran leyendas de un dios, solo era un hombre poderoso con una akuma no mi.
Mi duda principal había sido resuelta, pero ahora me topaba con un problema mayor. El moreno movió sus labios nuevamente y lo que explresó hizo que me pusiera un poco nervioso, ya había comprobado su poder y ahora amenazaba con asesinarme. No tenía opción, escapar de una isla contra un dragón no era buena idea, solo podía continuar la pelea y ver hacia donde me llevaría el destino. No podía morir, si lo hacía todas mis ambiciones y deseos se desvanecerían junto con mi vida, por lo que debía ser cuidadoso de que movimientos haría.
- "Veamos si el dios puede sangrar" - Luego de decir eso, tomé mi espada con ambas manos y la moví rápidamente, enviando una onda de choque, un corte rápido en el aire, apenas lo lancé dije - "¡Nice Sound!" - , con este movimiento aturdiría al moreno. Y antes de que mi ataque hiciera efecto, salté en dirección a él y con una patada golpeé el aire diciendo - "¡Blue Cat!" -, entonces un gato de color azul avanzó a gran velocidad rumbo a mi adversario.
Esa combinación era uno de mis mejores ataques, así que si no lograba hacerle nada, estaría en problemas.
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La situación se estaba poniendo demasiado graciosa al parecer pues el chico pese a haber visto todo, quería continuar peleando. El moreno estaba conteniéndose las ganas de reír y aplastar a aquel ser inferior. De hecho ahora activó su haki de observación para de aquella forma poder predecir lo que iba a hacer el chico. Pudo ver sus intenciones y rápidamente llevó ambas manos a los oídos mientras cerraba los ojos. Recibió aquella onda, que apenas lo movió del sitio. Después soltó un suspiro mirando al chico de forma calmada. El rubio estaba haciendo el tonto pues su poder era demasiado débil para enfrentar al del shichibukai. Madara tomó una nubecita de la bolsa, empezando a comérsela con toda la calma del mundo. Disfrutaba de aquel maravilloso sabor y dejó de pensar en el chico.
El capullo no se daba por vencido y ahora lanzó una especie de animal que trató de atacar al moreno. El devastador continuó comiendo mientras su cuerpo tomaba un color morado bastante intenso, mostrando un haki impresionante. Cuando el animal le atacó, éste no recibió ni una pizca de daño. De hecho simplemente continuó alimentándose. Su piel de por sí era casi tan dura como una armadura y además el haki que poseía era sencillamente perfecto (Nvl4). Pasaron unos momentos más y se fijó en el chico. Le piraban los oídos un poco pero había podido evadir un gran daño al haber previsto las intenciones. – No puedes hacerme ni una pizca de daño. Estamos en categorías muy distantes. Yo soy un Dios y tú un simple insecto. – Dijo al mismo tiempo que sonreía de lado.
En ese momento soltó un suspiro y pegó una zancada hacia el chico, trató de impactarle un puñetazo recto. La fuerza era tremenda y por lo menos había usado un veinte por ciento. Si le daba podía llegar a hacerle bastante daño. No lo había imbuido en haki para no matarlo pero tan solo era un aviso. – Un ataque más contra mí y estás muerto, pequeño. No puedes matar a lo divino. – Dijo entonces al mismo tiempo que se comía otra nube y cambiaba su expresión a la de una sonrisa. – Además si me chivo te pondrían precio por la cabeza y no creo que desees eso. – Nada más decir aquello se cruzó de brazos esperando una respuesta por parte de aquel chico.
El capullo no se daba por vencido y ahora lanzó una especie de animal que trató de atacar al moreno. El devastador continuó comiendo mientras su cuerpo tomaba un color morado bastante intenso, mostrando un haki impresionante. Cuando el animal le atacó, éste no recibió ni una pizca de daño. De hecho simplemente continuó alimentándose. Su piel de por sí era casi tan dura como una armadura y además el haki que poseía era sencillamente perfecto (Nvl4). Pasaron unos momentos más y se fijó en el chico. Le piraban los oídos un poco pero había podido evadir un gran daño al haber previsto las intenciones. – No puedes hacerme ni una pizca de daño. Estamos en categorías muy distantes. Yo soy un Dios y tú un simple insecto. – Dijo al mismo tiempo que sonreía de lado.
En ese momento soltó un suspiro y pegó una zancada hacia el chico, trató de impactarle un puñetazo recto. La fuerza era tremenda y por lo menos había usado un veinte por ciento. Si le daba podía llegar a hacerle bastante daño. No lo había imbuido en haki para no matarlo pero tan solo era un aviso. – Un ataque más contra mí y estás muerto, pequeño. No puedes matar a lo divino. – Dijo entonces al mismo tiempo que se comía otra nube y cambiaba su expresión a la de una sonrisa. – Además si me chivo te pondrían precio por la cabeza y no creo que desees eso. – Nada más decir aquello se cruzó de brazos esperando una respuesta por parte de aquel chico.
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No podía ser sierto, mi ataque no le hizo absolutamente nada, el moreno estaba parado allí comiendo, mientras uno de mis mejores ataques no le hacía ni un razguño. No tenía ninguna posibilidad ante tal guerrero, por lo que decidí pensarmelo bien en si seguir atacándolo o simplemente rendirme y ver lo que sucedería.
De la nada, pude ver como un puñetazo se acercaba hacia mí. Rápido como nunca había visto. Intenté esquivarlo con rapidez, pero no me dio el tiempo, su puño impactó contra el costado de mi hombro, haciendo que volara metros hacia atrás mientras sentía un dolor en el hombro bastante significativo. Supuse que ese golpe era uno de sus ataques básicos y me di cuenta de que sería imposible pelear contra él.
Antes de que pudiera pensar mi siguiente movimiento, el hombre me recordó que nuestros niveles de fuerza eran totalmente diferentes y que si lo atacaba otra vez me mataría. Por esta razón decidí re pensar mi siguiente movimiento, si lo atacaba seguramente moriría, pero no podía rendirme, no podía abandonar mi dignidad.
Ante tal problema, una idea salió de mi cabeza, este hombre no parecía demasiado amable ni bueno, pero si lograba convencerlo, esta situación podría salir hasta favorable para mí. Miré fijamente al poderoso hombre y le dije: - "Tienes razón... nuestros poderes están totalmente desnivelados, y como no tengo malas intenciones contra ti, dejemos este combate. De hecho, ahora que lo pienso... podrías enseñarme..." -
De la nada, pude ver como un puñetazo se acercaba hacia mí. Rápido como nunca había visto. Intenté esquivarlo con rapidez, pero no me dio el tiempo, su puño impactó contra el costado de mi hombro, haciendo que volara metros hacia atrás mientras sentía un dolor en el hombro bastante significativo. Supuse que ese golpe era uno de sus ataques básicos y me di cuenta de que sería imposible pelear contra él.
Antes de que pudiera pensar mi siguiente movimiento, el hombre me recordó que nuestros niveles de fuerza eran totalmente diferentes y que si lo atacaba otra vez me mataría. Por esta razón decidí re pensar mi siguiente movimiento, si lo atacaba seguramente moriría, pero no podía rendirme, no podía abandonar mi dignidad.
Ante tal problema, una idea salió de mi cabeza, este hombre no parecía demasiado amable ni bueno, pero si lograba convencerlo, esta situación podría salir hasta favorable para mí. Miré fijamente al poderoso hombre y le dije: - "Tienes razón... nuestros poderes están totalmente desnivelados, y como no tengo malas intenciones contra ti, dejemos este combate. De hecho, ahora que lo pienso... podrías enseñarme..." -
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Aquel chico tras recibir el puñetazo de roce salió despedido hacia atrás. La fuerza de Madara estaba a un nivel demasiado por encima de la de cualquier humano normal. El poderoso ser de las pesadillas ahora miraba al chico con una expresión tranquila. La verdad es que si volvía a recibir un intento de ataque iba a tener que meterle una sobredosis de ácido. Él intentaba portarse bien con los tipos de la isla, pero si se ponían violentos no iba a consentir faltas de respeto. De todas formas tampoco iba a abusar mucho de aquel chico, pues su poder lo superaba por muchísimo. Era como un pequeño mosquito ante el mayor de los depredadores. Tampoco había que confiarse mucho pues al fin y al cabo poseía un arma afilada, aunque dudaba que pudiese atravesar su defensa.
De repente el chico dio la opción de dejar el combate y fue cuando el moreno mostró una sonrisa ladeada. Lo mejor vino después, cuando quiso que le enseñase. El shichibukai entonces se cruzó de brazos y se quedó mirándole de forma calmada. – Para que yo enseñe a una persona, debe cumplir ciertos requisitos. El primero es formar parte de mi equipo de mercenarios y el segundo que tenga mi confianza y la del subcapitán. – Dijo entonces al mismo tiempo que mostraba sus dientes afilados.
En ese momento alzó la mano derecha, haciendo que el cielo se oscureciera con sus poderes. Realmente el dragón era un ser increíble. – Si deseas aprender de mí, ya sabes lo que hacer. Pero te aviso que las traiciones se pagan con la muerte. – Una vez dijo aquello, tomó otra nubecita y comenzó a comérsela con toda la calma del mundo. Sin duda alguna el sabor de aquellas cabronas era deliciosos.
De repente el chico dio la opción de dejar el combate y fue cuando el moreno mostró una sonrisa ladeada. Lo mejor vino después, cuando quiso que le enseñase. El shichibukai entonces se cruzó de brazos y se quedó mirándole de forma calmada. – Para que yo enseñe a una persona, debe cumplir ciertos requisitos. El primero es formar parte de mi equipo de mercenarios y el segundo que tenga mi confianza y la del subcapitán. – Dijo entonces al mismo tiempo que mostraba sus dientes afilados.
En ese momento alzó la mano derecha, haciendo que el cielo se oscureciera con sus poderes. Realmente el dragón era un ser increíble. – Si deseas aprender de mí, ya sabes lo que hacer. Pero te aviso que las traiciones se pagan con la muerte. – Una vez dijo aquello, tomó otra nubecita y comenzó a comérsela con toda la calma del mundo. Sin duda alguna el sabor de aquellas cabronas era deliciosos.
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No sabía que decir exactamente, al parecer el moreno no tuvo ningún problema en enseñarme en un futuro, pero debía servirle como unos de sus mercenarios y tener su confianza y la de su subcapitán. Era obvio que en un futuro solo tendría un objetivo: Buscar a mi hermano, pero por ahora podía tomar estas "vacaciones" para entrenar y ganar reputación en el mundo, a su vez este hombre era muy poderoso, por lo que con su ayuda, podría sobrevivir de una buena manera aprendiendo nuevas técnicas y siguiéndolo en sus negocios.
Por esa razón, solo dije: - "Acepto, te darás cuenta con el tiempo de que no soy un niño, te serviré y haré lo que me pidas con la única condición de que me enseñes a mejorar mi poder. Aún no se tu nombre, el mío es Carmelo B.Volpi" -
Por esa razón, solo dije: - "Acepto, te darás cuenta con el tiempo de que no soy un niño, te serviré y haré lo que me pidas con la única condición de que me enseñes a mejorar mi poder. Aún no se tu nombre, el mío es Carmelo B.Volpi" -
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El nombre de aquel chico le resultaba familiar al dragón. Había escuchado antes aquella palabra “Volpi” sin embargo ahora no recordaba de dónde. Tal vez era un tipo al que se había cargado o quizás un científico de su hermano. Las opciones eran bastantes y por ello no se acordaba. Después de unos momentos no tardó en alzar una ceja. Juka también se llamaba así, el pirata con el que había hecho la alianza, tal vez era hermanos o algo por el estilo. Decidió por el momento no decir nada y ahora le dio la espalda al joven para después empezar a caminar montaña abajo.
Le hizo una señal al tipo para que le siguiera y mantuvo su haki de observación activado para de esa forma no recibir ataques a traición. – Ven conmigo y pórtate bien. – Dijo con una sonrisa siniestra para acto seguido continuar caminando. No tardaron en llegar mucho a una cueva enorme, la cual estaba bien iluminada. Dentro había una estatua demoníaca con nueve ojos, además había pesas, botellas de alcohol, comida y colchones tirados por allí. Sin duda la culpa era de sus hombres, los capullos la habían estado liando ya.
Cerca de la pared había una armadura roja de titanio, una guadaña explosiva y además varias armas. Todo era propiedad del dragón, pero lo mejor de todo era su fortuna, la cual estaba a salvo en su barco. – No toques nada, todo es mío y bien caro. No cojas nada y bienvenido a mi base. Los demás están fuera realizando misiones ahora. – Una vez dijo aquello se sentó en una silla y sonrió de lado observando al chico. – ¿Conoces a un tal Juka B. Volpi? – Dijo para después cruzarse de brazos tranquilamente, deseaba saber la respuesta de aquel tipo.
Le hizo una señal al tipo para que le siguiera y mantuvo su haki de observación activado para de esa forma no recibir ataques a traición. – Ven conmigo y pórtate bien. – Dijo con una sonrisa siniestra para acto seguido continuar caminando. No tardaron en llegar mucho a una cueva enorme, la cual estaba bien iluminada. Dentro había una estatua demoníaca con nueve ojos, además había pesas, botellas de alcohol, comida y colchones tirados por allí. Sin duda la culpa era de sus hombres, los capullos la habían estado liando ya.
Cerca de la pared había una armadura roja de titanio, una guadaña explosiva y además varias armas. Todo era propiedad del dragón, pero lo mejor de todo era su fortuna, la cual estaba a salvo en su barco. – No toques nada, todo es mío y bien caro. No cojas nada y bienvenido a mi base. Los demás están fuera realizando misiones ahora. – Una vez dijo aquello se sentó en una silla y sonrió de lado observando al chico. – ¿Conoces a un tal Juka B. Volpi? – Dijo para después cruzarse de brazos tranquilamente, deseaba saber la respuesta de aquel tipo.
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Como mi nuevo "maestro" me lo indicó, lo seguí a través del camino montañoso. Luego de un rato caminando, ingresamos a una cueva, la cuál supuse que era su base o su guarida. Al ingresar en la misma pude ver como una gran estatua que no tenía muy buena pinta, la cuál tenía nueve ojos y daba miedo. También había un gran desorden por todos lados, según la cara del moreno, ese desorden no lo había provocado él.
Apenas pude ver todo eso, me dijo que no tocara nada, que todo era de valor, y además hizo una pregunta que me dejó impactado - "Conoces a un tal Juka B. Volpi?" - . ¿De dónde lo conocía?
- "¡Si! , es mi hermano mayor, ¿de dónde lo conoces? ¿sabes dónde está en este momento? , hace unos 2 años que lo busco por los mares y aún no lo encuentro." -
Apenas pude ver todo eso, me dijo que no tocara nada, que todo era de valor, y además hizo una pregunta que me dejó impactado - "Conoces a un tal Juka B. Volpi?" - . ¿De dónde lo conocía?
- "¡Si! , es mi hermano mayor, ¿de dónde lo conoces? ¿sabes dónde está en este momento? , hace unos 2 años que lo busco por los mares y aún no lo encuentro." -
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Una sonrisa siniestra se formó en el rostro del shichibukai. Al parecer aquel chico era el hermano de Juka. Él tampoco sabía nada del pirata desde hacía ya bastante. Debido a sus entrenamientos y misiones por el mundo, había perdido el contacto. De todas formas su viejo socio de alianzas debía estar bien. – Es un hombre con el que mantengo alianza, pero no sé mucho de él hace ya años. – Dijo entonces con una expresión seria para después colocarse en pie.
Le dio la espalda al joven y comenzó a caminar hacia el interior de su cueva. Era el momento de echarse una buena siesta. – Voy a dormir un poco, no la líes mucho, pueden que los demás estén al llegar. Puedes hacer algún trabajo mientras. – Dijo refiriéndose a los carteles de recompensas por la cabeza. Después de unos momentos se retiró del todo para irse a uno de sus colchones.
Le dio la espalda al joven y comenzó a caminar hacia el interior de su cueva. Era el momento de echarse una buena siesta. – Voy a dormir un poco, no la líes mucho, pueden que los demás estén al llegar. Puedes hacer algún trabajo mientras. – Dijo refiriéndose a los carteles de recompensas por la cabeza. Después de unos momentos se retiró del todo para irse a uno de sus colchones.
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Akuma no mi
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