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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Mar 24 Mayo 2016 - 16:44}

Era un pacífico día en la isla del Puño. El cielo estaba casi completamente despejado, el sol brillaba en lo alto agraciando a los habitantes con su cálida luz y el mar enviaba hacia el pueblo de los Suaves una fresca brisa con olor a sal.
Los pájaros cantaban, los niños jugaban y los adultos paseaban por las calles del pueblo charlando animadamente entre ellos.

Para Sora, aquello no parecía otra cosa que la calma antes de la tormenta.

La chiquilla caminaba en dirección a su sitio favorito de la isla: la colina de las flores. Estaba situada a la derecha del pueblo, a las afueras y en dirección a la selva. Desde la colina se podía ver todo el pueblo, y también se podía disfrutar de los bonitos atardeceres, y contemplar al sol hundiéndose en las profundidades del océano. Como su nombre indicaba, estaba cubierta de flores de varios tipos y colores, y contaba con un único árbol en el centro, bajo el que Sora solía resguardarse de los rayos del astro.

Sora sabía perfectamente lo que iba a suceder en tan sólo unas horas. El evento que daría comienzo en cuanto se pusiese el sol. Por eso, había decidido saltarse las clases de kung-fu de su maestro y doctor Tiedoll, y había decidido escabullirse hacia un lugar tranquilo donde poder descansar antes de que todo diese comienzo.

Kumo, su pequeño y caprichoso cachorro, trotaba a su lado con su indeleble mueca de enfado en el rostro. Con los días, se había acostumbrado a seguirla a todas partes, porque era ella quien le daba de comer y lo cuidaba, después de todo. Así que casi no tenía que llamarlo para que fuese con ella, el perro automáticamente la seguía en cuanto la veía moverse.

Ambos llegaron a la colina y se acercaron al solitario árbol de su punto más alto. Allí, Sora se tumbó con un suspiro, se acomodó y cerró los ojos. Su cachorro dio un par de vueltas a su alrededor, y luego sobre sí mismo, antes de tumbarse a su lado.

La niña se quedó en silencio, disfrutando del sonido de las hojas al ser movidas por la fresca brisa, el susurro de la hierba y las flores y los pequeños y cálidos rayos de sol que se colaban entre las ramas.
Ella sólo quería descansar, desconectar un rato de la civilización, antes de que el gran evento comenzase. Quizá incluso echarse una siestecita en aquella apacible colina.

Pero las cosas no siempre salen como un espera.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Mar 24 Mayo 2016 - 17:52}

- ¿Tú también lo hueles, Mondo?

Alistar olfateó el aire. Notaba el olor de un animal, posiblemente de un perro o un canino. Sin embargo, era un olor extraño. No era un canino normal. El lobo se había decidido a buscarlo, para ver como era el extraño animal y tal vez añadirlo a su elenco de mascotas. El husky lo seguía muy cerca, olfateando el suelo.

Escuchó una rama romperse y se paró en seco. Miró hacia atrás, donde había escuchado la rama romperse. Afinó el oído y olfateó el aire de nuevo, buscando un olor extraño en aquella dirección. Cada vez estaba más acostumbrado a guiarse por el olfato más que por la vista. De algo debía servirle tenerlo tan agudizado. El olor a ser humano llenó su nariz. Se llevó la mano a la empuñadura de la espada que asomaba tras su hombro derecho.

- ¿Quién anda ahí? -oyó decir.

Se mantuvo en silencio un rato, apretando con fuerza la empuñadura de Luz del Alba. Un hombre, vestido con un kimono blanco de luchador, salió de entre los árboles que denotaban el borde del camino. Alistar soltó la empuñadura y miró fijamente al luchador. Éste lo miró fijamente.

- Esto... ¿Has visto un...?

- ¿Con quién estás?

- ¿Cómo? Con... con nadie.

- No se puede ser neutral, chico. O estás con nosotros, o estás con ellos. Así que lárgate de aquí antes de que pase algo malo.

Dicho aquello, se fue. Alistar no entendía nada. Suspiró. Se dio la vuelta y siguió caminando, siguiendo el rastro del extraño animal. Finalmente, llegó hasta una colina en la que había un único árbol. Pudo ver, justo bajo este, una figura. Empezó a caminar hacia ella, con cuidado.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Miér 25 Mayo 2016 - 16:20}

La isla del Puño era una isla de luchadores. No tenía tanta fama como su acérrima archienemiga, la isla del Karate, pero la isla del Puño contaba con algunos de los mejores maestros de artes marciales del mundo. Cada pueblo se especializaba en un arte marcial concreto, y cada uno contaba con una academia bajo el liderazgo de un respetado maestro de dicho arte marcial.
La mayor parte de los habitantes asistían a la academia con asiduidad, y practicaban artes marciales casi a diario.
A los niños se les enseñaba desde pequeños que la violencia no era algo malo per se, aunque podía utilizarse para hacer el mal.

Cada cierto tiempo, se llevaban a cabo ciertos eventos, batallas programadas entre los pueblos, para demostrar cuál era el más fuerte de la isla. En esa batalla participaban todos los habitantes del pueblo que no estuviesen enfermos, indispuestos o embarazados. Si te negabas a participar por motivos ideológicos, eras considerado un paria social.
Aquella noche se llevaría a cabo la batalla programada entre los "suaves" y los "duros", es decir, entre el pueblo situado al sur de la isla y el situado al este.

La batalla campal que se llevaría a cabo iba a dar comienzo esa noche, tras el sonido de los tambores y los tradicionales cánticos de guerra de cada pueblo, y se extendería indefinidamente hasta conseguir un vencedor. Ya que sólo se luchaba por ver qué pueblo era más fuerte, estaba prohibido matar. Los luchadores de la isla del Puño eran personas honorables, que solían hablar a través de sus puños pero carecían de intenciones malignas.

Con este evento, además, intentaban atraer turistas para aumentar la fama de la isla del Puño y poder llegar a hacerle sombra a la isla del Karate. Sin embargo, si estabas en las cercanías de alguno de los pueblos participantes, los propios habitantes te obligaban a escoger bando y participar en la batalla. Ellos creían que estaban siendo generosos, ya que opinaban que no había mejor manera de sumergirse en la cultura de la isla y sus maravillas que formando parte de una de sus tradiciones. Pero a veces se les iba un poco de las manos el asunto.

En resumen, se trataba de una batalla de hombría y fuerza bruta y, debido a ello, la atmósfera parecía haberse cubierto de testosterona aquel día. Otro motivo por el que Sora había decidido huir de allí y respirar un poco de aire fresco.

Volviendo con nuestra protagonista, la chiquilla seguía tumbada bajo la sombra del único árbol de la colina, rodeada de flores, respirando el aroma de la naturaleza y escuchando el sosegado y plácido sonido de la respiración de Kumo, al tiempo que las mariposas revoloteaban a su alrededor en busca de néctar.

"La violencia engendra violencia, sea utilizada con buenas o malas intenciones. Quizá por eso aquellos tres niños del pueblo no dejan de insultarme y tirarme piedras. Si sus padres los educasen para ser más tolerantes y pacíficos, en lugar de meterles en la cabeza que la violencia está justificada, quizá no pasarían este tipo de cosas. Violencia, violencia, violencia... ¿Es qué el hombre no sabe pensar en otra cosa? No son más que un grupo de animales salvajes guiándose por sus instintos primarios e intentando satisfacer sus necesidades de poder. No se diferencian en nada de los monos idiotas de la selva. Aunque algunos de los monos son más fuertes y tienen mayores conocimientos de artes marciales que los del pueblo...", meditaba Sora para sus adentros.

A Sora no le gustaba la violencia, pero había aceptado que, en la sociedad actual, era tan necesaria como comer o dormir. Si no podías defenderte a ti mismo, si no sabías luchar, entonces tu único destino era esconderte en un armario mientras toda tu familia era masacrada. Y ella sabía muy bien cómo se sentía eso.

Al tiempo que su humana meditaba todo aquello, Kumo se incorporó y movió sus pequeñas orejitas, en busca del sonido que lo había alertado, y emitió un ladrido sordo, inquieto. Alguien se acercaba a ellos, alguien que no conocía y al que nunca había visto. Un olor desconocido y extraño, acompañado de un perro.
Comenzó a gruñir en tono amenazador. Después de todo, a Kumo no le gustaban los extraños. Ni los humanos en general.

Debido al sonido, Sora abrió los ojos y se incorporó, preguntándose qué le pasaría al perro. Miró a su alrededor y enseguida se dio cuenta. Un ser humano y un perro se acercaban a ellos.
¿Turistas? ¿Justo ese día? Sora se compadeció de ellos en su cabeza, y les dirigió una mirada apática, al tiempo que apoyaba la espalda en el tronco del árbol.

Ella sólo quería descansar un ratito y alejarse de los problemas... ¿Por qué nunca la dejaban descansar?
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Miér 1 Jun 2016 - 13:08}

Aquello podía ser complicado. Si aquel extraño perro de... extraña cola se mostraba hostil de aquella forma, no podría intentar saber que tenía de especial. El lobo caminó hacia delante, con Mondo a su lado. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, dirigió una mirada fija y dominante al animal, con el propósito de amedrentarlo. Sabía que, gracias a su fruta, los cánidos tenían la costumbre de verlo como un líder al que temer y respetar. Esperaba que lo que pensase fuese cierto y aquel perro dejase de mostrarse hostil. Hecho aquello, llevaría su mano a la pequeña bolsa que colgaba de su cinturón y sacaría una de las galletitas para perro que llevaba por Mondo. La lanzaría al perro como premio por tranquilizarse y después le daría otra a Mondo, con una sonrisa tranquilizadora.

- Ah... hola -dijo, esta vez dirigiéndose a la humana-. Si no es molestia... Soy un entrenador de animales, los cánidos son... bueno, son mi vida. Casi soy uno de ellos, podría decirse. Y... bueno. Tu amigo tiene un aspecto un tanto extraño, algo que no he visto nunca en un perro. Podría... ¿Podría saber a que se debe?

Era un acercamiento bastante arriesgado, pues no sabía si la chica se lo tomaría a bien. Era cierto que tenía curiosidad por el animal, pero hacer amigos tampoco estaba tan mal. Vio como Mondo se acercaba con cuidado y respeto al extraño animal, olisqueando el aire. Esperaba que de verdad su habilidad hubiese intimidado al animal lo suficiente como para no atacar al husky.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Miér 1 Jun 2016 - 16:03}

Sora echó un vistazo al perro que acompañaba al humano, y luego posó sus ojos sobre aquél para observarlo con detenimiento. El joven se había acercado a ellos y ahora dedicaba una larga y amenazante mirada a Kumo.
Por lo que ella había leído, y por su experiencia personal, aquella no era manera de saludar a un perro.
La forma correcta de saludar a un perro consistía en no mirarle nunca fijamente, darle espacio y colocarse en una posición que resultase poco amenazadora, bien dándole la espalda o poniéndote de lado, para demostrar que no tenías intención de hacerle daño. Lo mejor para conseguir que un perro te hiciese caso, era ignorarlo completamente. Y a Sora, aquella estrategia con Kumo le había funcionado a las mil maravillas.

Al llegar a la isla, el perro tenía miedo de los humanos porque había sido maltratado, y cada vez que Sora intentaba acercarse a él con intenciones amistosas, recibía un mordisco o el perro salía corriendo y se escondía en alguna parte. Sora cambió entonces su estrategia y decidió que Kumo necesitaba tiempo para adaptarse y era mejor dejarle su espacio. Que, si el perro quería, se acercaría a ella por voluntad propia. Así que lo ignoró durante un par de días, simplemente encargándose de que no le faltase comida ni agua. Y, cuando estaba leyendo un libro en el salón y pensando en qué nombre ponerle a su nuevo compañero, el cachorro se había acercado a ella por motu propio y se había mostrado amigable. Desde entonces, la seguía a todas partes como el pollito a la gallina, no había vuelto a morderla ni gruñirle.

Y, sin embargo, allí estaba aquel tipo, fulminando con la mirada a un animal con genes salvajes, como si lo estuviese retando a un combate o algo por el estilo. Sora centró su vista en Kumo en busca de la respuesta del cachorro, preguntándose quién narices sería el rubio, y por qué hacía aquello.
Kumo entonces sacudió sus orejitas y dejó de gruñir, para volver a olisquear el aire y sentarse en pose alerta, comenzando a menear su colita articulada con alegría.

El joven se acercó a él y le dio una galletita, que Kumo olisqueó con cierta desconfianza antes de comerse de un bocado.

"Ah... No le he enseñado a no aceptar cosas de extraños...", cayó en la cuenta Sora. El joven habló entonces, dirigiéndose a ella, y la niña volvió a centrar sus apáticos ojos en él.

¿Un entrenador de animales? ¿Especialista en cánidos? Pues menuda estrategia para acercarse a un perro...
¿Y por qué le había funcionado?
Con todas esas cosas en la cabeza, Sora planeó su respuesta.

"En el mar del oeste hay una isla llamada Lavengre y, en ella, vive una especie única de lobos, que tienen la cola articulada y en forma de hacha. Kumo es un cruce entre uno de esos lobos y un perro normal, y su cola en forma de hoz es un vestigio de los genes lobunos que lleva en la sangre.", eso era lo que planeaba decir.

Pero a Sora se le daba muy mal relacionarse con la gente. Era demasiado cohibida, demasiado autoconsciente, y se ponía muy nerviosa cuando tenía que relacionarse con desconocidos. Ya no era una persona habladora per se, porque le costaba un mundo expresar sus pensamientos, emociones y sentimientos. Para cuánto más hablar con un completo extraño.

- Es un híbrido -fue lo único que pronunciaron sus labios. Quiso llevarse una mano al rostro en gesto de autoresignación, pero se contuvo, recordando la batalla campal que estaba a punto de empezar. Si el joven se quedaba en la isla con su perro, alguien acabaría obligándolos a participar. Así que tenía que advertirlo. Tenía que explicarle lo que iba a suceder en la isla, sus tradiciones, y la excesiva amabilidad de sus habitantes. Debería, pero...- No deberías estar aquí -Eso fue lo único que pudo decir.

Sora quiso abofetearse a sí misma, pero aquello habría quedado extraño y prefirió no hacerlo.
No sólo no había dicho todo lo que quería, sino que ahora se había comportado de manera hostil con el pobre turista, que no tenía la culpa de nada.

"Seguro que malinterpreta lo que he dicho y piensa que quiero echarlo y estoy siendo hostil...", se deprimía para sus adentros.

Entonces el perro del turista se acercó a Kumo con cautela, y el cachorro se levantó para olisquearlo amistosamente.

"Kumo, hijo de perrilla... Conmigo tardas días en ser bueno, ¿y con esta gente eres manso desde el principio? Esta no te la perdono, Kumorin. No te voy a dar mis galletas.", lo reprendió Sora en su cabeza, al tiempo que lo miraba con gesto duro.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Dom 19 Jun 2016 - 0:19}

"Es un híbrido" es lo único en claro que el lobo pudo sacar sobre la especie del extraño animal. Cogió aire con la nariz, tal vez intentando detectar algún olor extraño del cánido, pero no fue capaz de discernir nada en claro a parte de que tenía parte de perro. Suspiró y miró a un lado tras escuchar de boca de la muchacha que no debía estar allí. ¿No era obvio por su aspecto? Llevaba una armadura, que aunque no parezca muy pesada, era versátil y de aspecto duro, así como la espada bastarda que llevaba colgada a la espalda. Podía defenderse sólo sin ningún problema.

El cielo empezaba a oscurecer y la luna empezaba a verse. Alistar miró al cielo, para asegurarse de que la luna no sería llena. Ya lo había imaginado, pues había hecho cálculos con anterioridad y no quería poner en peligro la vida de nadie, sin embargo nunca podía estar muy seguro. La luna, aún menguante, empezaba a dejarse notar entre los tonos anaranjados del anochecer. Si bien así podía sentir la sed de sangre y caza corriendo por sus venas, no era lo suficientemente fuerte como para transformarse en lobo y dejarse llevar por sus instintos, como pasaba las noches en las que había luna llena. Cerró los ojos y suspiró, buscando tranquilizarse y dejar aquella sensación de salvajismo en segundo plano. Tras ello, miró a la chica.

- Perdona si te he molestado -dijo con una sonrisa.

Dio un silbido para llamar a Mondo y éste se puso a su lado. Se dio la vuelta, haciendo que su capa hondeara un poco al moverse y empezó a caminar, dispuesto a alejarse. Dejó el claro de nuevo, volviendo a meterse en las zonas frondosas del lugar, teniendo todo el rato en la cabeza la sensación de que estaba a punto de pasar algo malo. No sabía el qué, cómo ni cuándo, pero estaba seguro de que iba a pasar, como el instinto de un depredador ante la presencia de un animal mayor.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Miér 22 Jun 2016 - 17:11}

Sora desvió su mirada del turista ya que le costaba mirar a la gente fijamente, y la centró en el perro. Debía ser un husky por su aspecto, quizá de raza pura o quizá mestizo. Pero desde luego parecía un husky. Sora lo sabía bien porque esa era una de sus razas de perro favoritas. Y este husky en particular era bastante bonito, y se notaba que estaba bien cuidado. Probablemente su dueño lo trataba bien. Aunque no tuviese ni idea de cómo aproximarse a un animal desconocido...

El turista se disculpó entonces llamando la atención de la chiquilla, que quiso detenerlo para explicarse mejor y quizá disculparse por el malentendido. Pero su personalidad no le dejó pronunciar palabra, así que no le quedó más remedio que mirar cómo el turista y su bonito husky se alejaban de la colina y se acercaban a las zonas salvajes de la isla.
Iba en dirección a la selva. Probablemente los monos querrían luchar con él nada más verlo con esa brillante armadura, nada común en la isla. Pero el tipo tenía una espada a su espalda.
Eso era peligroso.

Eso implicaba que, probablemente, aquel hombre era algún tipo de espadachín o caballero, y que no dudaba en utilizar su arma de filo para cortar y herir a sus oponentes. Y eso... eso no era bueno.
Podía matar a alguno de esos monos idiotas con ansias de pelear.
¿Y qué pasaría si lo mataba? Quizá los demás monos se enfadarían tanto que saldrían de su territorio en busca de venganza.
Una cosa es pelearse por amor al arte de la lucha y pasar un buen rato al tiempo que entrenas y te haces más fuerte, usando tu propio cuerpo para atacar. Lo máximo que puedes hacer es romperle algún hueso a alguien y causarle algunos moretones. ¿Pero una espada? Una espada era terriblemente más peligrosa. Podía partir a un mono por la mitad con esa espada si tenía la suficiente fuerza. Y a los monos les gustaba pelear por culpa de los propios habitantes de la isla, era una afición, una tradición pasada de generación en generación. Aquellos animales no mataban a la gente, sólo se pegaban con los idiotas que irrumpían en su territorio. Aunque un par de personas se habían muerto, e incluso Sora se había encontrado en grave peligro en su momento. Pero aquello había sido culpa suya. Sora había pegado a un mono sin motivo, así que se había ganado la paliza.
Aunque Sora todavía quería una merecida revancha contra ese mono actor y sus lágrimas de cocodrilo...

"Ah... Usar armas está prohibido en la batalla. Si algún vecino lo pilla, le obligará a dejarlas en alguna parte... ¿El pobre sabrá luchar cuerpo a cuerpo? Si depende de un arma para defenderse, no es muy probable...", meditaba Sora al tiempo que volvía a tumbarse y bostezaba ampliamente.

Kumo dio varias vueltas sobre sí mismo antes de acostarse a su lado y contagiarse de su bostezo. Sora esbozó una ligera sonrisa y le rascó una oreja.

- Sigo sin perdonarte aunque seas mono. No hay galletas -le dijo. Kumo emitió un gruñido de incomprensión al tiempo que ladeaba la cabeza para mirar a su compañera con sus ojitos verdosos-. Bueno... sólo una -cedió Sora.

La muchacha se acurrucó al lado de su perro y cerró los ojos con un suspiro, dispuesta a echarse su siesta al fin.
A los pocos minutos se quedó dormida, todavía pensando en aquel turista con armadura y su bonito perro, y en la batalla que estaba por comenzar.

Cuando despertó, ya se había hecho de noche.
Sora se quedó observando el despejado cielo nocturno cubierto de estrellas unos segundos, antes de levantarse y poner rumbo a su pueblo, seguida por un saltarín y descansado Kumo, que estaba jugueteando con las flores y los insectos para cuando ella abrió los ojos.

"Por la posición de la luna debe ser tarde, aunque no sé qué hora es exactamente. Tengo hambre, así que quizá es hora de cenar. Ah, ¿habrá preparado Roy la cena ya? ¿Qué habrá hoy de cenar?", se preguntaba mientras se acercaba a su hogar.

Para cenar había carne. Roy mencionó algo de que las proteínas eran buenas para fortalecer los músculos, y que iban a necesitarlos esa noche. Sora comió sin rechistar, no sin antes llenar el comedero de Kumo, y salió de la casa un rato más tarde para dirigirse al centro del pueblo, al tiempo que se acercaba la medianoche.

En la plaza central habían colocado varios taiko en un semicírculo, dispuestos para anunciar el comienzo de la batalla entre los Suaves y los Duros.

Allí pude identificar de nuevo al turista, claramente reconocible gracias a esa armadura suya.

"Luchar con armadura... Ni que estuviésemos en la Edad Media... Menudo pupas.", no pudo evitar pensar Sora, poniendo los ojos en blanco antes de acercarse a él y darle un toquecito en la armadura para llamar su atención.

- ¿Sabes lo que está a punto de comenzar? Va a empezar una batalla entre dos pueblos. Las reglas son: "Sólo se puede utilizar el propio cuerpo para pelear" y "No se puede matar". Eso implica nada de armaduras y nada de espadas -explicó Sora, mirando a los taiko para no ponerse nerviosa-. ¿Te ha obligado alguien a participar? Aún estás a tiempo de irte. Yo no puedo permitirme ese lujo, sin embargo.

Al tiempo que pronunciaba aquellas palabras, un grupo de jóvenes con una cuerda atada alrededor de la frente y ropas tradicionales se acercaban a los timbales y se preparaba para comenzar su espectáculo. En la espalda de sus happi -los kimonos cortos que vestían- se podía leer el kanji de "fuerza".
En el pueblo de los Duros, probablemente al mismo tiempo, los músicos se preparaban para tocar algún otro instrumento tradicional de la isla.
Aquello también formaba parte de sus tradiciones. Cada pueblo tocaba su canción de guerra antes de la batalla, anunciándole al otro que estaban listos.
Cuando ambas canciones terminaban, normalmente al mismo tiempo, los vecinos se lanzaban en dirección al otro pueblo dispuestos a pelear. Aquella era la señal que daba inicio a la batalla.

Tras unos segundos de completo silencio, los músicos dieron comienzo a su actuación.

Battle song - Bushido:

Cuando la música terminó, los habitantes del pueblo allí reunidos emitieron un sonoro grito de guerra al unísono y alzaron los brazos hacia las estrellas. Sora no gritó, y tampoco alzó los brazos, pero al ser de tan pequeña estatura pasó desapercibida.
A lo lejos, pudieron escuchar unos gritos de guerra similares, y los vecinos echaron a correr en dirección al pueblo de los Duros.

La batalla daba comienzo.

- Ahora ya no hay marcha atrás -suspiró Sora, quizá diciéndoselo al turista, o quizá a sí misma. Hablando de eso, no podía seguir llamándolo "turista" todo el tiempo, ¿no?-. Ah, cierto. Me llamo Sora -se presentó al fin, mirándolo de soslayo con sus ojos inexpresivos.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Miér 6 Jul 2016 - 16:38}

Ya estaba cayendo la noche. El caballero se encontraba en el bosque, sentado sobre una roca y mirando al cielo. Estaba pensando pues, hacía escasos momentos, había pasado un hombre que le advirtió sobre lo que le iba a pasar y de como no podía usar armas ni armadura. Sin duda, le sería difícil, pero se las podría arreglar para sobrevivir. Ya estaba a punto de llegar la medianoche, por lo que decidió bajar a la plaza. Y allí estaba. La gente empezaba a juntarse y el sonido de los tambores llenaba el lugar. Por suerte, había decidido dejar a Mondo en el bosque junto a sus dos espadas, de forma que no iba armado, tan solo con su armadura.

Sintió un toque en el hombro y vio a la muchacha del claro. Le dedicó una sonrisa cuando ésta le dijo aquello que ya sabía sobre la prohibición de las armas y armaduras. Alistar se llevo una mano al hombro y empezó a desanudarse las cuerdas que sujetaban las piezas de su armadura, quitándose ésta una a una mientras respondía a la chica.

- No te preocupes. Siempre viene bien practicar con los puños.

Sin embargo, sabía que sería difícil. Debería transformarse y confiar en la fuerza del lobo para poder mantener alejados a aquellos luchadores experimentados. Cuando se hubo quitado la armadura, se quedó con una simple camisa y unos pantalones marrones, descalzo debido a que el único calzado que tenía eran las grebas y las botas de cuero de su armadura. Pudo escuchar como la chica se presentaba como Sora.

- Encantado. Yo soy Alistar.

Dicho aquello, su forma física empezó a cambiar. Su cuerpo y musculatura se hicieron más anchos, rasgando la tela de la camisa. Se volvió varios centímetros más alto y sus brazos, ahora descubiertos al romper la camisa, se cubrieron de pelo. Sus uñas se convirtieron en garras y su nariz se acható hasta convertirse en un morro junto a su boca. Sus ojos se volvieron amarillos y caninos, mientras que sus orejas se volvieron puntiagudas. Sus sentidos se amplificaron y la oscuridad de la noche era ahora la claridad del día para él. Esperaba aguantar lo suficiente.

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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Vie 8 Jul 2016 - 16:33}

El joven se quitó la armadura cuando Sora le advirtió las normas. Parecía bastante dispuesto a pelear como si de un luchador se tratase, aunque quizá no tenía experiencia suficiente como para superar a los experimentados luchadores de Puño.

Por su tono de voz, parecía una persona más amable de lo que Sora pensaba. Aunque al haberse acercado a ella preguntando por Kumo, la chiquilla se había sentido amenazada. Ese pequeño cachorrillo caprichoso formaba parte de su vida desde no hacía mucho tiempo, pero ya se había ganado un lugar en su corazón, y no estaba dispuesta a separarse de él.

El joven se presentó como Alistar, justo antes de empezar a cambiar de color.
No, no estaba cambiando de color. Se estaba transformando. Sora se quedó mirándolo con los ojos como platos hasta que finalizó su transformación. El hombre rubio y de rasgos refinados que había conocido se había transformado en una especie de híbrido entre un humano y un perro. Su cuerpo se había recubierto de pelo oscuro y sus rasgos habían cambiado para parecerse más a los de un perro.
Sora no había visto nada como aquello antes en toda su vida, pero Roy le había contado historias. Aquel mundo en el que vivían era maravilloso, y estaba repleto de criaturas con poderes sobrenaturales y capacidades sobrehumanas. Alistar debía ser una de esas criaturas.

"¿Me preguntó por Kumorin porque quería hacerse su amigo? A lo mejor sólo querían jugar, de perro a perro. Oh, dioses, es un perro.", pensaba la muchacha.

En lugar de reaccionar con sorpresa o con miedo, como lo haría una persona normal, a Sora la situación le había hecho gracia. Intentó no reírse, pensando en cómo viviría aquel chico exactamente siendo un perro. ¿Obedecería órdenes?

- Eres... un perro -señaló lo obvio, antes de extender su mano hacia él-. Dame la patita -le pidió, para luego empezar a reírse por lo bajo y terminar por bajar la mano. Seguidamente carraspeó, sintiéndose avergonzada de su propia conducta y, con las mejillas sonrosadas, señaló hacia el camino que salía del pueblo y llevaba al pueblo de los Duros-. Tenemos que ir por ahí. Nos encontraremos con los Duros a mitad de camino. Se hace así para evitar dañar los pueblos -informó, echando a caminar y llevándose una mano a la cabeza para asegurarse de que Kumo iba bien sujeto.

El perro se había aficionado a viajar sobre su cabeza. No pesaba mucho porque aún era un cachorro así que a Sora tampoco le importaba, y así al menos lo tenía un poco controlado. La última vez que lo dejó deambular libremente se había metido en la selva y había estado a punto de convertirse en comida para monos. Así que cada vez que salía a la calle, y a menos que Kumo se negase por algún motivo, lo llevaba siempre sobre la cabeza, casi a modo de sombrero.

- ¡Sora-chin! ¡Sora-chin! ¡A por los Duros! -exclamó Aslan entonces pasando por su lado a toda velocidad con los puños en alto, y sin siquiera fijarse en el híbrido humano-lobo que la chica tenía a su lado. Aslan era un amigo de la infancia de Sora, y se emocionaba especialmente con aquella fiesta bélica tradicional. Estaba en su salsa, después de todo.

Sora suspiró con resignación y echó a caminar a paso ligero en dirección al cruce donde se encontrarían los habitantes del pueblo de los Duros, y los de los Suaves.

"Un perro... Alistar es un perro... Es un perro...", se reía Sora para sus adentros, sacando su faceta más cruel. "Hablando de perros, ¿dónde habrá metido al perro bonito? Supongo que no querría meterlo en problemas..."

La chica miró hacia arriba para ver el morro de Kumo asomando sobre su cabeza.

- Ojalá pudiera decirte simplemente que te quedases en casa... Pero me sigues a todas partes como el pollito a la gallina, y eso tampoco me disgusta -Kumo emitió un gruñidito en respuesta y se acomodó mejor sobre su cabeza.

Tras unos escasos minutos de caminata, llegaron a la encrucijada donde los habitantes de Puño ya se estaban peleando con rostros de emoción. Algunos instaban a los enemigos a atacarlos en grupo, y otros se peleaban en un 1vs1 para medir sus habilidades. Sora parpadeó al tiempo que unos jóvenes de los Duros se acercaban a ellos al verlos libres.

"Tienen agallas para acercarse a este bicho... quiero decir, perro. Meh, supongo que la batalla comienza."

Sí.
La batalla campal había dado comienzo.
Y, si no se andaban con cuidado, acabarían apalizados por daños colaterales.
Sora se ajustó bien los guantes de kick-boxing y se colocó en posición ofensiva, con los puños en alto y a la altura del pecho. Deslizó una pierna hacia atrás para colocarse de lado y ser un objetivo más pequeño, y miró fijamente a uno de sus oponentes, antes de hacerle un gesto con la cabeza, invitándolo a atacar primero, antes de mirar a Alistar por el rabillo del ojo durante un segundo.
¿Podría el caballero de brillante armadura luchar adecuadamente? Sora no podía esperar a averiguarlo.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Lun 12 Sep 2016 - 17:42}

Sora parecía sorprendida, aunque lo llamó perro. Incluso le pidió la patita, en tono jocoso. Alistar no pudo hacer más que reírse por lo bajo y negar con la cabeza.

- Lobo, en realidad. Pero dejemos los detalles... -en aquella forma, su voz era más grave de lo habitual e incluso gutural. Algunos dirían que inhumana.

Entonces, junto a la muchacha, caminó por las calles. La gente parecía exhausta, otros querían esconderse. Lo que era claramente obvio es que aquella tradición era esperada y famosa en el lugar. Algo extraño, pensó el lobo. Pero no era asunto suyo el inmiscuirse en tradiciones que no le conciernen. Lo único que debía hacer en aquel momento era aprovechar su gran fuerza para noquear a sus enemigos antes de que alguno se diese cuenta de su escaso conocimiento en la lucha cuerpo a cuerpo.

Llegaron por fin al centro de la encrucijada y el lobo cerró los puños, gruñendo por lo bajo, casi sin darse cuenta. El licántropo daba gracias a dios que no fuese luna llena aquella noche. De serlo, su aspecto sería distinto y probablemente la muchacha ya habría sido atacada por una bestia descontrolada y sedienta de sangre y carne cruda. Entonces, se le acercaron un grupo de luchadores.

El lobo cogió aire y soltó un fuerte rugido, mostrando sus enormes colmillos y moviendo los brazos hacia atrás, buscando también mostrar sus garras. Cuánto más asustados estén de él, más probable era que no se le acercasen, y entonces no tendría que meterse en peleas.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Sáb 17 Sep 2016 - 15:52}

Todo a su alrededor era un poco caótico.
La zona estaba pobremente iluminada con antorchas de caña clavadas en las cercanías de la encrucijada, pero las sombras de los combatientes tapaban la poca luz que emitía el fuego.
Nunca se habían preocupado por iluminar mejor aquellas zonas, porque los caminos no solían usarse durante la noche, con la única excepción de las batallas campales.

Sora no había sido nunca especialmente amiga de la violencia gratuita, y educarse en aquella isla sólo le había hecho darse cuenta de lo poco que le gustaba el asunto.
Emitió un suspiro al tiempo que se concentraba para esquivar el puño que se acercaba a su rostro, se inclinó hacia la derecha para que el brazo pasase al lado de su cabeza y luego le propinó a su oponente un gancho de izquierda, que clavó en su estómago y lo obligó a retirarse unos metros.

El perro... o lobo, que la acompañaba, emitió entonces un sonoro rugido que le molestó en los oídos, y los oponentes que se habían situado a su alrededor se quedaron momentáneamente paralizados. Probablemente debido a la escasa luz, no se habían dado cuenta en medio de la noche de que se encontraban frente a una criatura poco usual y con pinta peligrosa.

Kumo se revolvió con nerviosismo sobre la cabeza de Sora y emitió un intento de aullido para acompañar al rugido de su compañero cánido.
Sora no pudo evitar poner los ojos en blanco, y se aguantó las ganas de taparse el rostro con una mano.
Probablemente la intención de Alistar había sido asustar a los combatientes para que no se le acercasen.
Pero en aquel lugar, donde la testosterona reinaba en el ambiente y hombres y mujeres eran educados para ansiar la batalla día tras día, aquel lugar donde los monos habían terminado por aprender artes marciales porque los lugareños se metían en la selva para luchar contra ellos... No era buena idea.

Uno de los hombres que Sora tenía más cerca empezó a rugir también, y enseguida los demás le siguieron, uniéndose al alboroto y aullando hacia la luna como si de animales se tratase.
La chiquilla aprovechó ese momento de frenesí para escabullirse sigilosamente hacia la selva, no sin antes darle un par de palmaditas al hombre lobo en el brazo para llamar su atención e indicarle con un gesto que la siguiera.

Tras avanzar unos metros por la maleza, todavía podía oír los gritos de euforia y aullidos de los lugareños de Puño.

Sora se volvió para mirar a Alistar con rostro impasible al tiempo que alzaba una mano para acariciar la cabecita de su cachorro, que aún descansaba sobre su cabeza.

- Entiendo tus intenciones, pero eso ha sido contraprodu... -antes de poder terminar la oración, sin embargo, la muchacha recibió un contundente golpe en la nuca que la tiró al suelo.
Kumo se bajó de su cabeza y olisqueó a su dueña con preocupación antes de empezar a gruñir a la oscuridad con tono amenazante.

Como respuesta, recibió un grito de amenaza.
Los monos de la selva habían sido atraídos hacia los lindes de su territorio por todo el alboroto de los lugareños, y estaban deseosos de participar en alguna pelea.
Y ahora Sora y Alistar habían invadido sus dominios.
Por el sonido de los árboles, probablemente ya habían sido rodeados.

No había sido tan buena idea tampoco el meterse a la selva para escapar de los conflictos.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Dom 13 Nov 2016 - 11:07}

En un principio parecía que el rugido hubiese surtido efecto, sin embargo, el lobo no tardó en ver como aquellos hombres no eran tan fáciles de asustar, pues le devolvieron el rugido. El lobo gruñó, mientras notaba la llamada de atención de Sora, que se escabullía entre la gente. Sin embargo, no podía irse aún. Él no era tan pequeño como para colarse entre la multitud. Uno de los luchadores saltó contra él. El lobo lo repelió con un golpe de brazo hacia un lado. Corrió hacia delante, embistiendo al otro, y empezó a correr a cuatro patas, siguiendo el olor de la chica.

Llegaron entonces hasta los límites de la selva. Alistar notaba en sus fosas nasales el olor de las bestias que estaban cerca. Sabía que no estaban solos. Y sus sospechas fueron confirmadas cuando la chica recibió un golpe en la nuca, interrumpiendo su frase, y tirándola el suelo. El lobo gruñó mientras, poco a poco, empezaban a verse rodeados por monos luchadores. No le quedaba otra. Tenía que luchar en su máximo.

El lobo empezó a cambiar de forma una vez más. Si bien antes parecía más humano que lobo, ahora era todo lo contrario. Un gigantesco cánido que, de pie, alcanzaba los tres metros de altura, se formó ante los simios. Su blanco pelaje ocupaba ahora todo el cuerpo y, si bien su forma era la de un lobo cuadrúpedo, sus brazos aún tenían parte de humanos, y la bestia podía mantenerse de pie con la espalda encorvada. El lobo aulló al cielo, tal vez retando a aquellos simios, o tal vez esperando que se marcharan.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Miér 16 Nov 2016 - 15:58}

OFF: Me transformo, aúllo, me transformo y aúllo. Good job! xD
Pues ahora piensas un poquito y avanzas tú la trama ;D


Sora se llevó una mano a la nuca casi inconscientemente y se frotó la zona afectada al tiempo que emitía un gruñido de frustración. Kumo dio un par de saltitos ante ella al tiempo que se incorporaba, con clara expresión preocupada. Aunque era complicado darse cuenta a menos que lo conocieses bien, debido al eterno ceño fruncido que dibujaba el pelaje sobre sus cejas.

La chiquilla se volvió al tiempo que el cachorro se enredaba entre sus piernas para ver al mono actor que casi le había costado la vida tan sólo unos días atrás. Aquel monito todavía joven ahora enseñaba los dientes en una mueca que mezclaba amenaza y jolgorio. Probablemente aquella había sido la criatura que había golpeado a la pequeña en la nuca cuando no estaba mirando.

Sora comprendía su punto de vista. Ella probablemente habría hecho lo mismo, se habría aprovechado de la confusión y la falta de atención para ensañarse con el estúpido mono.
Pero el día en que pudiese al fin saborear la victoria aún estaba por llegar.

La chica emitió un suspiro de resignación y se colocó en posición ofensiva, mientras su compañero volvía a transformarse para adoptar una apariencia más animal y menos humana. A estas alturas, a nuestra pequeña protagonista ya no le sorprendía nada. Simplemente se preguntó durante una milésima de segundo si, en esa forma más animal, Alistar estaría dispuesto a darle la patita.

Sin más dilación, viendo que el pelo del lomo de Kumo se erizaba y sus pequeños gemiditos se convertían en un gruñido más propiamente amenazador, debido probablemente a que ahora imitaba el nuevo rugido de Alistar, Sora se lanzó al ataque.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Dom 27 Nov 2016 - 21:08}

Uno de los monos saltó hasta la chepa de Alistar mientras que otro lo atacaba por delante. Haciendo un barrido con el dorso de la mano, ahora garra, lo golpeó para alejarlo mientras intentaba quitarse al mono de encima. Los primates empezaban a tirarse sobre él a lo bruto, aprovechando su superioridad numérica. Casi parecía que querían enterrarlo. El gigantesco lobo se sacudió con fuerza, quitándoselos de encima. Llegó incluso al punto de embestir el hombro contra un árbol con el propósito de golpear a un mano y mantenerlo dañado y apartado.

Librarse de los primates era más difícil de lo que parecería a simple vista. El lobo rugía y movía los brazos, golpeando a aquellas bestias con el propósito de alejarlas. Cuando por fin hubo tenido un momento en el que no habían monos en su espalda cada dos segundos, saltó hasta ponerse junto a Sora. Cuando estuvo a su lado, habló. Aunque su voz era demasiado grave y gutural. Llegó a temer incluso que no se le entendiera en absoluto.

- ¡Sube!

En cuanto Sora se hubiese subido a su grupa, con la compañía del perrito, por supuesto, Alistar empezaría a correr a cuatro patas, sorteando árboles y raíces. Los monos eran persistentes, pero sabía, o más bien esperaba, que la velocidad de su forma lupina fuese suficiente como para dejarlos atrás. Llegó incluso a dar vueltas entre la vegetación, haciendo todo lo posible para que los perdieran de vista. Cuando por fin lo hubo conseguido, salió al claro bajo la luz de la luna en la cima de una tranquila colina. Era el lugar donde había visto a la muchacha por primera vez.

En cuanto Sora hubiese bajado de su lomo, el lobo adquiriría de nuevo su forma humana, teniendo que sujetarse los rotos pantalones para no quedar completamente desnudo. ¿Por qué no podía ser como las demás Zoan y conservar la ropa? Sin embargo, gracias a dios, Mondo estaba allí con toda su armadura. Llegó hasta él ladrando y moviendo la cola, contento. Alistar lo acarició y se dirigió a las piezas de armadura para volver a vestirse.
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Jue 1 Dic 2016 - 22:04}

Sora se inclinó hacia delante para ganar velocidad al tiempo que flexionaba el brazo por el codo y lo echaba hacia atrás con intención de ganar impulso, apuntando con la mirada hacia el mono actor. Al tiempo que alargaba el puño hacia su cara peluda, cargó el puño con toda su fuerza y lo insertó en el rostro del homínido, que se cayó de culo debido al impacto.
Sin detenerse para dar tiempo a su oponente a levantarse, la chiquilla alargó la pierna izquierda, que tenía atrás y utilizó el impulso para golpear de nuevo al mono, ahora en la boca del estómago, y lanzarlo volando un par de metros más allá.

Frunció el ceño con decisión y emitió un gruñido de satisfacción al tiempo que asentía con la cabeza.
Pero los otros monos se exaltaron entonces, ofendidos por la agresión a sus compañeros, y entre gritos de guerra y odio se lanzaron hacia ella y Alistar.

Su compañero le gritó entonces que se subiese y la pequeña no dudó en saltar a la espalda del hombre lobo, que ahora tenía una forma diferente a la anterior, todavía con Kumo sobre su cabeza sujetándose fuertemente con sus patitas.
Alistar se encorvó para ponerse a cuatro patas, obligando a Sora a sujetarse mejor a su cuello, y echó a correr a toda velocidad para deshacerse de los monos.
La niña dio un par de puñetazos aquí y allá cuando los monos se lanzaron hacia ellos, apartándolos de su camino y, tras recorrer unos metros, salieron de la selva y llegaron a la colina de las flores.

El licántropo se detuvo y Sora se bajó de un salto de su grupa, para luego coger a Kumo y dejarlo en el suelo. El perrito dio unas cuentas vueltas sobre sí mismo como señal de excitación y emitió un ladrido agudo mirando a su ama.

- Día largo y aún así tienes energía. Como te pases el día sobre mi cabeza, vas a engordar un montón. Tengo que obligarte a hacer más ejercicio -le dijo a Kumo. El cachorro ladeó la cabeza en señal de confusión y emitió un ruidito agudo.

Seguidamente, olisqueó el aire y echó a correr hacia el otro lado de la colina. Por allí aparecía entonces el perro de Alistar, con la armadura de su dueño y cara de felicidad. Kumo se acercó con aire juguetón y le dedicó un ladrido amistoso, agitando felizmente la cola.

- Al menos él ha hecho un amigo -comentó Sora, con una ligera sonrisa, antes de dirigirse a Alistar, que caminaba hacia su perro agarrándose los pantalones-. Perdón por todo el caos y el belicismo. En esta isla son así. Pero no son mala gente -añadió apresuradamente, imaginando la mala imagen que estaban dando sus cohabitantes a aquel joven rubio con armadura-. Pero debe ser genial viajar -continuó Sora tras una pausa y la respuesta de Alistar, con mirada apagada y sonrisa melancólica-. Algún día saldré de aquí y veré con mis propios ojos cómo funciona el mundo. Como haces tú -Kumo ladró a su dueña entonces, llamándola-. Por supuesto, te llevaré conmigo. Pero primero tienes que crecer un poco -le respondió. El cachorro volvió a ladrar en respuesta y sacó la lengua a modo de sonrisa. Aunque su sonrisa parecía maliciosa con ese ceño eternamente fruncido que formaba su pelaje en la zona de la frente. Tras corresponder su sonrisa, la chiquilla volvió a fijar sus verdes orbes en el hombre lobo-. Deberías aprovechar ahora que están todos ocupados pegándose entre ellos para marcharte. Si alguien te ve, te arrastrarán a la batalla de nuevo. Espero que no te lleves muy mala impresión de la isla y... ehm... Bueno, eres bienvenido si quieres volver. Pero procura que no sea por estas fechas.

Tras la respuesta de Alistar, Sora le dedicaría una ligera sonrisa y le haría una seña a Kumo para indicarle que la siguiera, antes de comenzar su descenso hacia el pueblo de los Suaves, de vuelta a su hogar.
Al día siguiente tendría que soportar un montón de preguntas sobre su paradero por parte de sus amigos, y también más de una anécdota de la batalla, así que le vendría bien descansar durante lo que quedaba de noche.
Con aquello en mente, bostezó ampliamente y se restregó un ojo.

"Quizá debería dejar de echar siestas... Me despierto más cansada de lo que me acuesto..."
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {Lun 5 Dic 2016 - 17:52}

El lobo se colocó la armadura casi enseguida, lo más rápido que pudo. Cuando terminó, se ajustó el cinturón diagonal y la espada en su espalda. Dio un par de pasos hacia delante, escuchando lo que decía Sora y viendo como su perro parecía animado de ver a Mondo. Alistar miró a un lado con una sonrisa melancólica cuando la muchacha comentó sobre viajar.

- Bueno... Si viajas con la compañía correcta...

El lobo asintió ante la meta que la muchacha se había puesto, eligiendo salir a viajar algún día, en compañía del pequeño cachorro. Cuando este creciese, por supuesto. Acarició a Mondo, el cual se había colocado a su lado.

- No te preocupes -dijo el lobo ante el consejo de Sora-. Me las arreglaré. Estaba aquí de paso, de hecho. Voy de camino a una isla de El Paraíso... Se llama Greenlyn. Se supone que vienen a buscarme a esta isla. Espero que vengan mañana... Adiós, Sora. Hasta que nos volvamos a ver.

Y, mientras la muchacha se iba, se quedó un rato observando a Mondo. El husky se sentó y ladró. Le había cogido cariño al perro, a pesar de que no era suyo. No, debía encontrar a su dueño. Debía...
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No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] Empty Re: No todo es lo que parece [Privado Alistar-Sora] {}

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