Página 1 de 2. • 1, 2
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Era una tarde cálida, justo cuando el barco en el que iba montado desembarcó en el puerto de una curiosa isla, Ireleen, la isla de los arquitectos. Oí de ella por un amigo, que me dijo que gozaban de una tecnología bastante buena para sus labores, así que ya sea verdad o mentira, decidí ponerme rumbo a dicha isla, y aquí estoy ahora, justo saliendo de aquel gran barco que me trajo hasta aquí.
Salí del barco y por fin puse mis pies en tierra firme, aunque una tierra desconocida para mi. Caminé sin rumbo durante un tiempo intentando buscar algún método para guiarme, un mapa, un guía, lo que fuera, hasta que decidí preguntarle a una ciudadana que pasaba por allí y no parecía demasiado ocupada:
-¡Oiga, señorita! ¿Sería tan amable de enseñarme los sitios de interés de esta isla? Vengo por interés turístico y me gustaría ver la tecnología de aquí.
Ella parece que aceptó, así que decidí seguirla, ya que, aparte de ser bastante guapa, parecía ser de fiar, incluso con ese parche en el ojo.
Salí del barco y por fin puse mis pies en tierra firme, aunque una tierra desconocida para mi. Caminé sin rumbo durante un tiempo intentando buscar algún método para guiarme, un mapa, un guía, lo que fuera, hasta que decidí preguntarle a una ciudadana que pasaba por allí y no parecía demasiado ocupada:
-¡Oiga, señorita! ¿Sería tan amable de enseñarme los sitios de interés de esta isla? Vengo por interés turístico y me gustaría ver la tecnología de aquí.
Ella parece que aceptó, así que decidí seguirla, ya que, aparte de ser bastante guapa, parecía ser de fiar, incluso con ese parche en el ojo.
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El olor del salitre marino se mezclaba con el olor de las miles de especias, flores y perfumes que desembarcaban de los barcos mercantes del puerto de Ireleen. Hacia calor, como siempre aunque una fresca brisa refrescaba el ambiente con suficiente fuerza para que el cabello negro de Zaheera danzara un poco en el aire.
Estaba buscando un transporte que la sacara de aquella isla. Todo lo que había pasado tras la muerte de su padre la tenían un poco nerviosa. La situación era mas grande de lo que ella imaginaba, lo sentía muy en lo profundo de su ser, pero no se atrevía a ir más lejos. Después de todo, si ella estaba en lo cierto habían grandes nombres involucrados. Por ahora solo quería alejarse de allí.
Mientras caminaba varias mariposas revolotearon a su lado, parando en los charcos de agua marina o en las frentes sudorosas de los marineros que trabajaban descargando materiales de los barcos. Una de ellas, de alas muy amarillas se situó en un gran tronco cerca a un barco que acababa de atracar y del que descendían algunos pasajeros. Uno de ellos llamó la atención de Zaheera al aparentemente dirigirse a ella.
Era un hombre joven, un poco más alto que ella y solo dos características lo alejaban del común de la población: Tenía el cabello de un color tan verde que le recordaba los días de mar en calma, cuando se puede ver a través del agua el lecho marino. Su mirada, por otro lado era bastante profunda y segura de si misma. Tanta confianza la obligo a contestar - Buenas tardes - respondió con cierta timidez. No estaba acostumbrada a que la abordasen de esa manera. -... por supuesto... - dijo, aun sin superar la sorpresa. Los modales que su padre le había enseñado siempre la obligaban a corresponder.
- Por cierto. Bienvenido a Ireleen. ¿Viene de muy lejos? - preguntó mientras empezaba a caminar. Tal vez, pensandolo bien, aquel hombre podría ayudarle a subir al barco... tal vez incluso sin pagar.
Estaba buscando un transporte que la sacara de aquella isla. Todo lo que había pasado tras la muerte de su padre la tenían un poco nerviosa. La situación era mas grande de lo que ella imaginaba, lo sentía muy en lo profundo de su ser, pero no se atrevía a ir más lejos. Después de todo, si ella estaba en lo cierto habían grandes nombres involucrados. Por ahora solo quería alejarse de allí.
Mientras caminaba varias mariposas revolotearon a su lado, parando en los charcos de agua marina o en las frentes sudorosas de los marineros que trabajaban descargando materiales de los barcos. Una de ellas, de alas muy amarillas se situó en un gran tronco cerca a un barco que acababa de atracar y del que descendían algunos pasajeros. Uno de ellos llamó la atención de Zaheera al aparentemente dirigirse a ella.
Era un hombre joven, un poco más alto que ella y solo dos características lo alejaban del común de la población: Tenía el cabello de un color tan verde que le recordaba los días de mar en calma, cuando se puede ver a través del agua el lecho marino. Su mirada, por otro lado era bastante profunda y segura de si misma. Tanta confianza la obligo a contestar - Buenas tardes - respondió con cierta timidez. No estaba acostumbrada a que la abordasen de esa manera. -... por supuesto... - dijo, aun sin superar la sorpresa. Los modales que su padre le había enseñado siempre la obligaban a corresponder.
- Por cierto. Bienvenido a Ireleen. ¿Viene de muy lejos? - preguntó mientras empezaba a caminar. Tal vez, pensandolo bien, aquel hombre podría ayudarle a subir al barco... tal vez incluso sin pagar.
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Las palabras de aquella mujer le parecieron tímidas y correctas, parecía ser una chica bastante peculiar.
Mientras el albedrío del puerto llenaba el silencio, me fijé en los barcos mercantes, parecía que trasportaban pertenencias bastantes costosas como especias, entre otras cosas.
Esta parecía ser una isla bastante interesante, llena de naturaleza. Aquella isla, en la que parecía haber una coexistencia entre tecnología y naturaleza, podría llegar a enseñarme bastantes cosas.
-¿Eh? ¡Gracias por la bienvenida! Pues no muy lejos la verdad, vengo de mi isla natal, Nagasarete, no tiene mucho de especial, pero es un sitio muy bonito para vivir
Pude ver un esbozo de una sonrisa sospechosa en su cara, pero no presté demasiada atención
-¿Oye, que es lo primero que vamos a ver? Dije con una voz alegre y llena de curiosidad por empezar a ver la tecnología de aquella isla.
Mientras el albedrío del puerto llenaba el silencio, me fijé en los barcos mercantes, parecía que trasportaban pertenencias bastantes costosas como especias, entre otras cosas.
Esta parecía ser una isla bastante interesante, llena de naturaleza. Aquella isla, en la que parecía haber una coexistencia entre tecnología y naturaleza, podría llegar a enseñarme bastantes cosas.
-¿Eh? ¡Gracias por la bienvenida! Pues no muy lejos la verdad, vengo de mi isla natal, Nagasarete, no tiene mucho de especial, pero es un sitio muy bonito para vivir
Pude ver un esbozo de una sonrisa sospechosa en su cara, pero no presté demasiada atención
-¿Oye, que es lo primero que vamos a ver? Dije con una voz alegre y llena de curiosidad por empezar a ver la tecnología de aquella isla.
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La confianza y el desparpajo del hombre le parecían divertidos a Zaheera y no pudo disimular una pequeña sonrisa en sus labios. - Nagaserete - intentó repetir la joven, frunciendo el ceño, pronunciando cada una de las silabas. - Nunca había escuchado de ella. ¿Es agradable? - tal vez sería un buen lugar para visitar, una vez se animara a marcharse de Irelese. Para ella todos los paisajes tenían cosas especiales. No había una isla igual en ninguno de los mares y ella quería conocerlas todas.
Caminaban por entre los pasajes que conducían el gran puerto con el Gran Bazar del millón de Bazares. Zaheera amaba aquel lugar por la cantidad de tesoros que se podían encontrar. El gran bazar era un lugar que ponía a prueba toda la paciencia y astucia de cualquier persona pues había que caminar por todas sus tiendas hasta encontrar justo lo que necesitabas, y luego regatear con el vendedor durante minutos para evitar ser estafado. Sin embargo no irían allí. - Vamos allá - dijo Zaheera señalando un gran Faro que se levantaba en la cima de un promontorio de piedra. - Se llama Minarete de la lluvia. Fue construído hace muchos años, antes de Gol D. Roger. Al principio era un faro, y durante mucho tiempo se uso de esa manera, pero después el Senado Civil lo uso para algo mas... interesante. Cuando lleguemos te lo mostrare.- dijo Zaheera, recitando una historia que le habían contado millones de veces.
Los adoquines de la ciudad adornaban el camino hacia el Minarete con piedras brillantes rescatadas del fondo del mar. Zaheera rebusco algo en su ropa y tras unos segundos extrajo un pequeño paquete de papel. - Quieres... - empezó aunque se interrumpió antes de proseguir. - No mes has dicho tu nombre, no se como llamarte. Que falta de cortesia pedirle a una joven que te lleve a pasea y no presentarte primero. - bromeó al tiempo que le ofrecía pequeñas frutas y semillas.
Caminaban por entre los pasajes que conducían el gran puerto con el Gran Bazar del millón de Bazares. Zaheera amaba aquel lugar por la cantidad de tesoros que se podían encontrar. El gran bazar era un lugar que ponía a prueba toda la paciencia y astucia de cualquier persona pues había que caminar por todas sus tiendas hasta encontrar justo lo que necesitabas, y luego regatear con el vendedor durante minutos para evitar ser estafado. Sin embargo no irían allí. - Vamos allá - dijo Zaheera señalando un gran Faro que se levantaba en la cima de un promontorio de piedra. - Se llama Minarete de la lluvia. Fue construído hace muchos años, antes de Gol D. Roger. Al principio era un faro, y durante mucho tiempo se uso de esa manera, pero después el Senado Civil lo uso para algo mas... interesante. Cuando lleguemos te lo mostrare.- dijo Zaheera, recitando una historia que le habían contado millones de veces.
Los adoquines de la ciudad adornaban el camino hacia el Minarete con piedras brillantes rescatadas del fondo del mar. Zaheera rebusco algo en su ropa y tras unos segundos extrajo un pequeño paquete de papel. - Quieres... - empezó aunque se interrumpió antes de proseguir. - No mes has dicho tu nombre, no se como llamarte. Que falta de cortesia pedirle a una joven que te lleve a pasea y no presentarte primero. - bromeó al tiempo que le ofrecía pequeñas frutas y semillas.
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Difter se rió del intento de aquella chica de pronunciar Nagaserete, le pareció bastante entrañable como pronunciaba silaba por silaba, intentando no equivocarse, mientrás se le escapó un pequeña carcajada.
-Si, es un lugar lleno de naturaleza, de pequeño me encantaba perderme por un bosque que había cerca de mi casa, es bastante genial sentir su brisa mientras la hierba te acaricia la piel, es una sensación maravillosa
Parece que a esa chica le gustaba de lo que hablaba, así que supuse que también le gustaría la naturaleza.
La seguía lleno de curiosidad, preguntando sobre todo lo que veía, aunque lo que más me llamó la atención fue un lugar con muchos bazares bastante interesantes, había mucho ajetreo, personas saliendo y entrando de bazares, corriendo para encontrar alguna cosa, incluso había gente haciendo publicidad de su propio negocio. Ese lugar era bastante enorme, (¿Como serán capaces de encontrar lo que necesitan?) pensé para mí. Mientras pasábamos por la multitud, logré ver algunas tiendas de tecnología, piezas, comida, artilugios, armas, etc. Quería ir a ver como eran esas tiendas, parecían interesantes, pero decidí que era mejor no perder de vista a aquella chica, ya vendría aquí mas adelante, suponía, al fin y al cabo tengo 4 días hasta que el próximo barco zarpe hacia Nagaserete.
Esa chica me explicó la historia de un faro que se podía ver en la lejanía llamado ''El minarete de la lluvia'', me pareció una historia muy interesante y tenía muchas ganas de descubrir para que lo utilizaban ahora, ya que me dijo que ahora su uso es algo interesante.
Mientras que ella sacaba una pequeña bolsa con algo dentro, dijo algo muy cierto, ¡Aún no me había presentado! Maldita cabeza la mía, menuda falta de respeto, bueno, ¿que se le va a hacer? lo mejor sería presentarse ahora.
-¡Es verdad! Que cabeza la mía, mi nombre es Difter, aunque puedes llamarme Dift, ¿y cual es tu nombre bella dama?
-Si, es un lugar lleno de naturaleza, de pequeño me encantaba perderme por un bosque que había cerca de mi casa, es bastante genial sentir su brisa mientras la hierba te acaricia la piel, es una sensación maravillosa
Parece que a esa chica le gustaba de lo que hablaba, así que supuse que también le gustaría la naturaleza.
La seguía lleno de curiosidad, preguntando sobre todo lo que veía, aunque lo que más me llamó la atención fue un lugar con muchos bazares bastante interesantes, había mucho ajetreo, personas saliendo y entrando de bazares, corriendo para encontrar alguna cosa, incluso había gente haciendo publicidad de su propio negocio. Ese lugar era bastante enorme, (¿Como serán capaces de encontrar lo que necesitan?) pensé para mí. Mientras pasábamos por la multitud, logré ver algunas tiendas de tecnología, piezas, comida, artilugios, armas, etc. Quería ir a ver como eran esas tiendas, parecían interesantes, pero decidí que era mejor no perder de vista a aquella chica, ya vendría aquí mas adelante, suponía, al fin y al cabo tengo 4 días hasta que el próximo barco zarpe hacia Nagaserete.
Esa chica me explicó la historia de un faro que se podía ver en la lejanía llamado ''El minarete de la lluvia'', me pareció una historia muy interesante y tenía muchas ganas de descubrir para que lo utilizaban ahora, ya que me dijo que ahora su uso es algo interesante.
Mientras que ella sacaba una pequeña bolsa con algo dentro, dijo algo muy cierto, ¡Aún no me había presentado! Maldita cabeza la mía, menuda falta de respeto, bueno, ¿que se le va a hacer? lo mejor sería presentarse ahora.
-¡Es verdad! Que cabeza la mía, mi nombre es Difter, aunque puedes llamarme Dift, ¿y cual es tu nombre bella dama?
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Mucho gusto Drfiter, yo soy Zaheera - respondió ella haciendo un movimiento de cabeza, cerrando lo ojos y colocando su mano contra su nariz. Después de todo, así saludaban en su tierra natal. - ... y me puedes llamar Zah - contestó, girando un poco la cabeza. Aunque era tarde disimuló un poco para sacarse una hebra de cabello y tratar de ocultar el parche que tapaba su ojo derecho. El joven estaba era simpático y a toda mujer le agrada sentirse alagada con lindas palabras... así estuviera incompleta.
A pocos pasos se abría una gran calle por donde hombres, mujeres y niños deambulaban. A lado y lado se extendían tiendas de comida. Los helados aromatizados y las tiras de carne de camello picantes erán la especialidad de Ireleste, capital de Ireleen. Varios rieles se marcaban en el suelo, a cada lado de la calle. Por ellos decenas de pequeños vagones eran movidos cargando con todo lo que se pudiera imaginar cualquier persona. Algunos eran pequeños, otros suficientemente grandes para llevar a dos o tres personas. Al fondo se recortaba la figura del gran Minarete, imponente y gigantesca. Calle y rieles, con todo y vagones parecían llevar a sus pies. - Esta hecha en roca solida, tallada en una sola pieza - explicó Zaheera señalando la gran mole. - Mide aproximadamente 300 mts de altura. Hace mucho tiempo esta isla era atacada por muchos piratas. Llego el día en que un hombre se presentó ante el pueblo y juró que protegería la isla para siempre, pero nadie le creía. "no tienes dinero" decían unos, "no tienes ni siquiera un barco", "eres un inútil", "solo harás que te maten", decían otros. Sin embargo, el hombre que no escuchaba esas palabras, construyó el mismo un pequeño navío y salió al mar. Años mas tarde volvió a la isla. Todos pensaban que había muerto, luego que se había vuelto pirata y venía a vengarse de la gente que no le creía. Traía consigo una gran flota de barcos y entre ellos muchos, muchos gigantes de Elbaf. Traían herramientas y andamios gigantes, excavaron en el desierto y extrajeron un gran bloque de roca, en unos meses habían terminado. "Ahora los podremos ver mucho antes de que lleguen" gritó a la plaza, acá mismo donde estamos, llena de gente avergonzada por no haberle creído. El los miró y les dijo "Les dije que lo haría, he confiado en mi y lo he logrado. ¿Os imagináis lo que lograríamos si creyéramos unos en otros?" - Aquel relato siempre le había gustado, y aunque las versiones eran muchas esa era su preferida. Se había emocionado mucho contándola y se puso un poco colorada al darse cuenta de que había tomado tanto tiempo la palabra.
Aunque estaban aún bastante lejos, la sombra que proyectaba empezaba a cubrir lentamente la calle. - ¿No es asombroso? - preguntó, mirando hacia la imponente estructura.
A pocos pasos se abría una gran calle por donde hombres, mujeres y niños deambulaban. A lado y lado se extendían tiendas de comida. Los helados aromatizados y las tiras de carne de camello picantes erán la especialidad de Ireleste, capital de Ireleen. Varios rieles se marcaban en el suelo, a cada lado de la calle. Por ellos decenas de pequeños vagones eran movidos cargando con todo lo que se pudiera imaginar cualquier persona. Algunos eran pequeños, otros suficientemente grandes para llevar a dos o tres personas. Al fondo se recortaba la figura del gran Minarete, imponente y gigantesca. Calle y rieles, con todo y vagones parecían llevar a sus pies. - Esta hecha en roca solida, tallada en una sola pieza - explicó Zaheera señalando la gran mole. - Mide aproximadamente 300 mts de altura. Hace mucho tiempo esta isla era atacada por muchos piratas. Llego el día en que un hombre se presentó ante el pueblo y juró que protegería la isla para siempre, pero nadie le creía. "no tienes dinero" decían unos, "no tienes ni siquiera un barco", "eres un inútil", "solo harás que te maten", decían otros. Sin embargo, el hombre que no escuchaba esas palabras, construyó el mismo un pequeño navío y salió al mar. Años mas tarde volvió a la isla. Todos pensaban que había muerto, luego que se había vuelto pirata y venía a vengarse de la gente que no le creía. Traía consigo una gran flota de barcos y entre ellos muchos, muchos gigantes de Elbaf. Traían herramientas y andamios gigantes, excavaron en el desierto y extrajeron un gran bloque de roca, en unos meses habían terminado. "Ahora los podremos ver mucho antes de que lleguen" gritó a la plaza, acá mismo donde estamos, llena de gente avergonzada por no haberle creído. El los miró y les dijo "Les dije que lo haría, he confiado en mi y lo he logrado. ¿Os imagináis lo que lograríamos si creyéramos unos en otros?" - Aquel relato siempre le había gustado, y aunque las versiones eran muchas esa era su preferida. Se había emocionado mucho contándola y se puso un poco colorada al darse cuenta de que había tomado tanto tiempo la palabra.
Aunque estaban aún bastante lejos, la sombra que proyectaba empezaba a cubrir lentamente la calle. - ¿No es asombroso? - preguntó, mirando hacia la imponente estructura.
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-Bueno, es todo un placer Zah, aunque mi nombre Difter, sin r, pero puedes llamarme como quieras
Difter escuchaba atento cada una de las palabras que aquella bella joven decía, aquella historia era preciosa, y se imaginó cada uno de los momentos de aquella bella historia y se dió cuenta de que
-Es increíble, respondí con cara de sorprendido.- Es increíble que alguien sea capaz de defender a su isla a pesar de que tanta gente le repudiara, debe ser un gran ejemplo a seguir tuyo, no? Pregunté. -En mi isla hay una historia también, aunque no tan bonita, pero me gustaría que la escucharas. ''En mi isla los bosques son muy venerados por la mayoría de los ciudadanos, se respetan y se intenta estar lo más cerca de ellos posible, ya que se dice que dan mucha suerte, aunque hay gente que los usa para llevar a cabo atrocidades como palizas, torturas e incluso asesinatos. Un día, un hombre vió a alguien entrar al bosque, era alguien con un cuchillo y manchado de lo que parecía ser sangre. Aquel hombre llamó rápidamente a las autoridades y, como un milagro, descubrieron al hombre intentando asesinar a una persona ya torturada y se le condenó a cárcel. Tiempo después, cuando yo tenía 10 años, aquel hombre escapo de la cárcel con el motivo de darle una paliza de muerte al que le delató en el mismo sitio que le encontraron, en el bosque. Curiosamente ese bosque estaba cerca de mi casa y esto ocurrió mientras yo paseaba por él tranquilamente, aquel hombre estaba apalizando a quien le delató, un niño intentó oponerse al matón, pero solo consiguió encadenar un golpe y tuvo que huir ya que el matón intento ir a por el, por entrometerse, así que el niño tuvo que escapar y esconderse, aunque no pudiera ser muy lejos. Mientras que el niño contemplaba la escena de esa paliza, un hombre, de la nada, apareció y asestándole un solo golpe al matón, cayó al suelo y la policía fue avisada para ir a por el. Desde entonces, ese hombre misterioso ha ido protegiendo los bosques de Nagaserete aunque nunca nadie le ha visto la cara''
Me dí cuenta de que llevaba un buen rato hablando, así que decidí parar y observar la estructura,tal y como me dijo Zah, movido por mi corazón y la belleza de la escena, no pude contener mi emoción.
-Es genial... dije con cara de incrédulo.- Es ciertamente increíble, y mas si se comparte con una señorita tan guapa, porcierto, no tienes por que tapar ese parche, te da un toque especial y único, un toque que me gusta. Dije con una sonrisa en la boca, aunque no pretendía ligar con la chica, algo en mi me impulsaba a decirlo, ¿Quizás solo volvía a ser pasional y dejé llevarme por la preciosidad del momento? Puede ser, pero era tan precioso que no controlaba mis palabras
Difter escuchaba atento cada una de las palabras que aquella bella joven decía, aquella historia era preciosa, y se imaginó cada uno de los momentos de aquella bella historia y se dió cuenta de que
-Es increíble, respondí con cara de sorprendido.- Es increíble que alguien sea capaz de defender a su isla a pesar de que tanta gente le repudiara, debe ser un gran ejemplo a seguir tuyo, no? Pregunté. -En mi isla hay una historia también, aunque no tan bonita, pero me gustaría que la escucharas. ''En mi isla los bosques son muy venerados por la mayoría de los ciudadanos, se respetan y se intenta estar lo más cerca de ellos posible, ya que se dice que dan mucha suerte, aunque hay gente que los usa para llevar a cabo atrocidades como palizas, torturas e incluso asesinatos. Un día, un hombre vió a alguien entrar al bosque, era alguien con un cuchillo y manchado de lo que parecía ser sangre. Aquel hombre llamó rápidamente a las autoridades y, como un milagro, descubrieron al hombre intentando asesinar a una persona ya torturada y se le condenó a cárcel. Tiempo después, cuando yo tenía 10 años, aquel hombre escapo de la cárcel con el motivo de darle una paliza de muerte al que le delató en el mismo sitio que le encontraron, en el bosque. Curiosamente ese bosque estaba cerca de mi casa y esto ocurrió mientras yo paseaba por él tranquilamente, aquel hombre estaba apalizando a quien le delató, un niño intentó oponerse al matón, pero solo consiguió encadenar un golpe y tuvo que huir ya que el matón intento ir a por el, por entrometerse, así que el niño tuvo que escapar y esconderse, aunque no pudiera ser muy lejos. Mientras que el niño contemplaba la escena de esa paliza, un hombre, de la nada, apareció y asestándole un solo golpe al matón, cayó al suelo y la policía fue avisada para ir a por el. Desde entonces, ese hombre misterioso ha ido protegiendo los bosques de Nagaserete aunque nunca nadie le ha visto la cara''
Me dí cuenta de que llevaba un buen rato hablando, así que decidí parar y observar la estructura,tal y como me dijo Zah, movido por mi corazón y la belleza de la escena, no pude contener mi emoción.
-Es genial... dije con cara de incrédulo.- Es ciertamente increíble, y mas si se comparte con una señorita tan guapa, porcierto, no tienes por que tapar ese parche, te da un toque especial y único, un toque que me gusta. Dije con una sonrisa en la boca, aunque no pretendía ligar con la chica, algo en mi me impulsaba a decirlo, ¿Quizás solo volvía a ser pasional y dejé llevarme por la preciosidad del momento? Puede ser, pero era tan precioso que no controlaba mis palabras
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Zaheera asintió. - Una gran inspiración para todos en esta Isla - corroboró dando un suspiro. - Cree en tí aún cuando nadie lo haga - dijo mas para ella que para su acompañante. Según su padre la historia de hombre del faro se trataba de eso, principalmente aunque también era una invitación al trabajo colectivo.
Difter empezó también una historia, un poco más oscura que la suya. Ella, que nunca había visto bosques tan grandes intento imaginar el sentimiento de estar perdido en medio de la nada con alguien que esta apunto de torturarte pero el escalofrío de la imagen fue demasiado para ella. Miro con su único ojo al peliverde, intentando escrutar su rostro en busca de alguna pista de su verdadera personalidad. Algo tan traumático seguramente dejaba huellas psicológicas. Había sido salvado por aquel hombre, así que podía guardarle mucha admiración o un profundo desprecio. Le debía la vida, prácticamente. Hecho esos pensamientos lejos y escucho las palabras del joven que la hicieron enrojecer de inmediato. - Es una historia... espeluznante - dijo, dibujando una sonrisa. No quería sonar descortés, pero historias de tortura, venganza y persecuciones en bosques ancestrales daban mucho miedo.
- Mmmm - refunfuño. - Así esta bien. Aún no me acostumbro del todo ¿sabes?... pero gracias - dijo sincerando su corazón. Sin embargo apartó el cabello dejándolo como estaba antes. Ya estaban a unas manzanas de distancia y la estructura del minarete se podría ver mejor. - Mira esto es lo que te quería mostrar-
La mano morena de Zaheera señalo hasta el final de los rieles por donde andaban los vagones. Estos llegaban hasta la pared y en lugar de detenerse empezaban a subir y a subir por la gigantes pared. - Tienen un mecanismo que se activa al llegar a la pared. Los que son de suministros se cierran herméticamente. Los que son de pasajeros entran en el ascensor. Y puedes subir casi hasta el final de la torre... - completó la chica del parche. Seguramente esto le gustaría. Todos los turistas quedaban con la boca abierta cuando llegaban hasta el Minarete de la Lluvia. - También hay escaleras por si te gusta lo más tradicional - sugirió Zaheera, invitándolo a seguir.
Difter empezó también una historia, un poco más oscura que la suya. Ella, que nunca había visto bosques tan grandes intento imaginar el sentimiento de estar perdido en medio de la nada con alguien que esta apunto de torturarte pero el escalofrío de la imagen fue demasiado para ella. Miro con su único ojo al peliverde, intentando escrutar su rostro en busca de alguna pista de su verdadera personalidad. Algo tan traumático seguramente dejaba huellas psicológicas. Había sido salvado por aquel hombre, así que podía guardarle mucha admiración o un profundo desprecio. Le debía la vida, prácticamente. Hecho esos pensamientos lejos y escucho las palabras del joven que la hicieron enrojecer de inmediato. - Es una historia... espeluznante - dijo, dibujando una sonrisa. No quería sonar descortés, pero historias de tortura, venganza y persecuciones en bosques ancestrales daban mucho miedo.
- Mmmm - refunfuño. - Así esta bien. Aún no me acostumbro del todo ¿sabes?... pero gracias - dijo sincerando su corazón. Sin embargo apartó el cabello dejándolo como estaba antes. Ya estaban a unas manzanas de distancia y la estructura del minarete se podría ver mejor. - Mira esto es lo que te quería mostrar-
La mano morena de Zaheera señalo hasta el final de los rieles por donde andaban los vagones. Estos llegaban hasta la pared y en lugar de detenerse empezaban a subir y a subir por la gigantes pared. - Tienen un mecanismo que se activa al llegar a la pared. Los que son de suministros se cierran herméticamente. Los que son de pasajeros entran en el ascensor. Y puedes subir casi hasta el final de la torre... - completó la chica del parche. Seguramente esto le gustaría. Todos los turistas quedaban con la boca abierta cuando llegaban hasta el Minarete de la Lluvia. - También hay escaleras por si te gusta lo más tradicional - sugirió Zaheera, invitándolo a seguir.
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-Ciertamente si, es espeluznante, pero es la historia de mi héroe, y por eso la recuerdo con cariño, un día deberías de venir a Nagaserete, te gustará ver sus bosques, sobre todo con un guía tan experimentado en estos bosques como yo. Dije con una sonrisa en la boca
Miré asombrado lo que aquella chica me mostró, era un mecanismo de selección de pesos, según lo que llevaba cada vagón, subía a un ascensor o se cerraba herméticamente. Era un mecanismo genial, me quedé con la boca abierta ante tal hazaña, ya que por Nagaserete no había mecanismos tan sofisticados como aquellos.
Me pareció que la chica no estaba a gusto con su parche, así que decidí preguntarle el motivo de su incomodidad, pero no aquí, quizas en un sitio mas... alto, algo mas tranquilo, que me lo contara entre tanta multitud no debería ser agradable para ella
-Oye, te incomodaría que te preguntara por que no te gusta ese parche? Se que algo como verse obligado a llevar un parche siempre es traumático, pero me gustaría ayudarte, dije, conmovido por mis ganas de ayudar a los demás. -Pero no aquí, subamos por lo vagones, quiero contemplar las vistas de la isla entera, ahí hablaremos un poco entre los dos, me has caído muy bien. Y con una sonrisa, me dispuse a ir a los vagones, parece que se sorprendió de algo, porque ya estaba un poco enrojecida, así que tuve que llamarla para que reaccionara, parece que no demasiada gente se porta así por aquí, o quizás solo le pilló de improviso, espero que no le molestase demasiado mi forma de ser, de verdad pensaba que podríamos ser buenos amigos.
Miré asombrado lo que aquella chica me mostró, era un mecanismo de selección de pesos, según lo que llevaba cada vagón, subía a un ascensor o se cerraba herméticamente. Era un mecanismo genial, me quedé con la boca abierta ante tal hazaña, ya que por Nagaserete no había mecanismos tan sofisticados como aquellos.
Me pareció que la chica no estaba a gusto con su parche, así que decidí preguntarle el motivo de su incomodidad, pero no aquí, quizas en un sitio mas... alto, algo mas tranquilo, que me lo contara entre tanta multitud no debería ser agradable para ella
-Oye, te incomodaría que te preguntara por que no te gusta ese parche? Se que algo como verse obligado a llevar un parche siempre es traumático, pero me gustaría ayudarte, dije, conmovido por mis ganas de ayudar a los demás. -Pero no aquí, subamos por lo vagones, quiero contemplar las vistas de la isla entera, ahí hablaremos un poco entre los dos, me has caído muy bien. Y con una sonrisa, me dispuse a ir a los vagones, parece que se sorprendió de algo, porque ya estaba un poco enrojecida, así que tuve que llamarla para que reaccionara, parece que no demasiada gente se porta así por aquí, o quizás solo le pilló de improviso, espero que no le molestase demasiado mi forma de ser, de verdad pensaba que podríamos ser buenos amigos.
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Ver el bosque del que hablaba Difter no sonaba nada mal, siempre le habían gustado lo árboles y podría poner en práctica todo lo que había aprendido sobre cartografía. - Me encantaría conocer Nagaserete - concluyó ofreciéndole la mano derecha - Un trato, Dift, sin r - No se había fijado bien, pero su compañero tenía pecas en sus mejillas, pequeños puntos que le daban aquel aire jovial y alegre que la había impactado desde el principio.
La mención del parche no le agradó mucho a Zaheera, pero las palabras del chico ayudaron a suavizar su estado. Por supuesto que no se encontraba cómoda, a nadie le gustaría perder un ojo y estar obligada toda la vida a llevarlo. Lo miró con una mezcla de rabia y vergüenza, que se reflejaba haciendo más claros sus ambarinos ojos. - Perdón - se disculpo casi de inmediato. - Tienes razón, subamos. La vista es muy bonita en los últimos pisos. Ademas aún no has visto lo mejor- continuó Zah, sonriendo de nuevo.
Sus emociones con su parche eran demasiado profundas y significaban mucho para ella. Era difícil contar sus razones. Y sin embargo, en esa tarde deseaba hacerlo. Las mariposas revoloteaban a su alrededor, una característica muy propia de aquella isla y que la hacía mas hermosa en esas horas de la tarde. Subieron en el vagón y unas luces artificiales iluminaron el interior de lo que parecía un túnel cilíndrico que atravesaba la estructura. - Tranquilo. no tomara ni dos minutos. - dijo a modo de información. El lugar estaba completamente cerrado y tan pronto Zaheera dijo aquellas palabras, un sonido muy fuerte inundó el aire. - Al piso 34, por favor - dijo alto y claro y el piso se estremeció.
Y de repente estaban subiendo.
La mención del parche no le agradó mucho a Zaheera, pero las palabras del chico ayudaron a suavizar su estado. Por supuesto que no se encontraba cómoda, a nadie le gustaría perder un ojo y estar obligada toda la vida a llevarlo. Lo miró con una mezcla de rabia y vergüenza, que se reflejaba haciendo más claros sus ambarinos ojos. - Perdón - se disculpo casi de inmediato. - Tienes razón, subamos. La vista es muy bonita en los últimos pisos. Ademas aún no has visto lo mejor- continuó Zah, sonriendo de nuevo.
Sus emociones con su parche eran demasiado profundas y significaban mucho para ella. Era difícil contar sus razones. Y sin embargo, en esa tarde deseaba hacerlo. Las mariposas revoloteaban a su alrededor, una característica muy propia de aquella isla y que la hacía mas hermosa en esas horas de la tarde. Subieron en el vagón y unas luces artificiales iluminaron el interior de lo que parecía un túnel cilíndrico que atravesaba la estructura. - Tranquilo. no tomara ni dos minutos. - dijo a modo de información. El lugar estaba completamente cerrado y tan pronto Zaheera dijo aquellas palabras, un sonido muy fuerte inundó el aire. - Al piso 34, por favor - dijo alto y claro y el piso se estremeció.
Y de repente estaban subiendo.
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Noté cierta angustia cuando le dije aquello del parche, y está perfectamente fundamentada. ¿Quien querría contarle a un desconocido la historia de como perdió un ojo? Está claro que debía disculparme por mis acciones antes de que se sintiera peor.
-Oye... No es necesario que hables de ello si no quieres, entiendo que tiene que ser difícil hablar de ello a un desconocido con el que te has topado hoy, dije, con una sonrisa agradable y tranquila, intentando hacer esta situación un poco menos.. tensa.
Entramos en un vagón, intenté aferrarme a el ya que no sabía a la velocidad a la que iría, solo sabía que aquella obra tecnológica era lo mejor que vi de tecnología desde aquél tren de alta velocidad que se construyó en mi isla. Zah me dijo que aún no había visto lo mejor, y lleno de duda y curiosidad, miré fijamente nuestro destino, el fin de aquel tubo cilíndrico en el que nos veíamos bañados en luz artificial, ya que estaba completamente cerrado.
Zaheera dijo algo del piso 34, parece ser que aquél minarete era más grande que lo que en un principio pensaba, y el vagón comenzó a subir. Zah dijo que tomaría dos minutos, así que decidí llenar el vacío con una conversación.
- Dices mucho sobre lo enorme que es este sitio, las vistas tienen que ser geniales allí arriba. Mientras decía eso, cada vez notaba mas la velocidad de aquellos vagones, era fantástico pensar que una tecnología así se encontrase en un minarete de ''hace mucho tiempo''. Después, esperé con inquietud llegar a lo más alto de aquel sitio, seguro que se podría ver la ciudad entera desde ahí.
-Oye... No es necesario que hables de ello si no quieres, entiendo que tiene que ser difícil hablar de ello a un desconocido con el que te has topado hoy, dije, con una sonrisa agradable y tranquila, intentando hacer esta situación un poco menos.. tensa.
Entramos en un vagón, intenté aferrarme a el ya que no sabía a la velocidad a la que iría, solo sabía que aquella obra tecnológica era lo mejor que vi de tecnología desde aquél tren de alta velocidad que se construyó en mi isla. Zah me dijo que aún no había visto lo mejor, y lleno de duda y curiosidad, miré fijamente nuestro destino, el fin de aquel tubo cilíndrico en el que nos veíamos bañados en luz artificial, ya que estaba completamente cerrado.
Zaheera dijo algo del piso 34, parece ser que aquél minarete era más grande que lo que en un principio pensaba, y el vagón comenzó a subir. Zah dijo que tomaría dos minutos, así que decidí llenar el vacío con una conversación.
- Dices mucho sobre lo enorme que es este sitio, las vistas tienen que ser geniales allí arriba. Mientras decía eso, cada vez notaba mas la velocidad de aquellos vagones, era fantástico pensar que una tecnología así se encontrase en un minarete de ''hace mucho tiempo''. Después, esperé con inquietud llegar a lo más alto de aquel sitio, seguro que se podría ver la ciudad entera desde ahí.
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Zaheera suspiro aliviada, aceptaba de muy buen grado el grado de tranquilidad que le ofrecía el joven de pelo verde. Poco a poco se empezaba a sentir en mayor confianza con él, aunque era un completo desconocido. - Gracias por comprenderlo, Dif - contesto ella con una sonrisa también.
El ruido del vagón hacía mientras subía hizo que Zaheera no alcanzara a escuchar apropiadamente las palabras de su compañero, así que tubo que acercarse un poco para escucharlo. Al momento de responder tuvo que subir un poco la voz. - ¿Pero es ruidoso, no te parece? - contesto ella tapándose los oídos. - Si, las visitas son geniales arriba - contestó, confundiendo lo que su interlocutor decía. Entonces, a medida que llegaban a su destino el ruido se hizo cada vez menos molesto hasta solo ser un ligero sollozo.
- El mecanismo del ascensor es relativamente nuevo, como muchas cosas que habían cambiado en aquella isla - comentó Zaheera. - Antes de que los Hermanos de Ren llegaran, eso fue hace cientos de años y desde entonces han implementado todo tipo de cosas -
El vagon se detuvo y una puerta se abrió para darles paso a una gran sala circular rodeada de ventanales del tamaño de una persona. Aunque había gente en aquella sala el espacio era suficiente para caminar a su alrededor. Habían sillas pegadas al cilindro interno en donde funcionaba el ascensor para sentarse y observar. Y menos mal estaban allí pues la vista desde aquel piso era impresionante.
- Bienvenido al penultimo piso del Minarete de la lluvia. - dijo Zaheera extendiendo su brazo con un movimiento delicado de bailarina.
Los rayos del sol se reflejaban en el inacabable océano azul dibujando sombras sobres las olas que impavidas continuaban su camino para morir en la costa de Ireleen. Mar y cielo se fundían en la inmensidad del horizonte y aquí o allá la luz recortaba las figuras de algunos barcos en el oleaje. El puerto, a la derecha parecía como una pequeña ciudad de insectos que se movían de un lado a otro, las casitas pegadas subian y bajaban cruzadas por zigzagueantes callejuelas, el Gran Bazar se extendía hacia la izquierda. - Por ahí vinimos, ¿recuerdas? - señalo Zaheera con uno de sus finos dedos. Mas allá se levantaba un gran palacio con pequeñas extensiones de bosque sobre plataformas extrañamente distribuidas y que parecían flotar. - Ese es mi lugar favorito de esta Isla - dijo alegre mientras se los señalaba. - y mas allá esta el Cuartel de la Marina, mi padre lo dirigió durante años - comentó señalando hacia un prominente rocoso en la que se alzaba un edificio grande, donde ondeaba la bandera blanca y azul del gobierno mundial.
El ruido del vagón hacía mientras subía hizo que Zaheera no alcanzara a escuchar apropiadamente las palabras de su compañero, así que tubo que acercarse un poco para escucharlo. Al momento de responder tuvo que subir un poco la voz. - ¿Pero es ruidoso, no te parece? - contesto ella tapándose los oídos. - Si, las visitas son geniales arriba - contestó, confundiendo lo que su interlocutor decía. Entonces, a medida que llegaban a su destino el ruido se hizo cada vez menos molesto hasta solo ser un ligero sollozo.
- El mecanismo del ascensor es relativamente nuevo, como muchas cosas que habían cambiado en aquella isla - comentó Zaheera. - Antes de que los Hermanos de Ren llegaran, eso fue hace cientos de años y desde entonces han implementado todo tipo de cosas -
El vagon se detuvo y una puerta se abrió para darles paso a una gran sala circular rodeada de ventanales del tamaño de una persona. Aunque había gente en aquella sala el espacio era suficiente para caminar a su alrededor. Habían sillas pegadas al cilindro interno en donde funcionaba el ascensor para sentarse y observar. Y menos mal estaban allí pues la vista desde aquel piso era impresionante.
- Bienvenido al penultimo piso del Minarete de la lluvia. - dijo Zaheera extendiendo su brazo con un movimiento delicado de bailarina.
Los rayos del sol se reflejaban en el inacabable océano azul dibujando sombras sobres las olas que impavidas continuaban su camino para morir en la costa de Ireleen. Mar y cielo se fundían en la inmensidad del horizonte y aquí o allá la luz recortaba las figuras de algunos barcos en el oleaje. El puerto, a la derecha parecía como una pequeña ciudad de insectos que se movían de un lado a otro, las casitas pegadas subian y bajaban cruzadas por zigzagueantes callejuelas, el Gran Bazar se extendía hacia la izquierda. - Por ahí vinimos, ¿recuerdas? - señalo Zaheera con uno de sus finos dedos. Mas allá se levantaba un gran palacio con pequeñas extensiones de bosque sobre plataformas extrañamente distribuidas y que parecían flotar. - Ese es mi lugar favorito de esta Isla - dijo alegre mientras se los señalaba. - y mas allá esta el Cuartel de la Marina, mi padre lo dirigió durante años - comentó señalando hacia un prominente rocoso en la que se alzaba un edificio grande, donde ondeaba la bandera blanca y azul del gobierno mundial.
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Parece que Zah no oyó bien mi pregunta dado al traqueteo del vagón, pero incluso si contestó algo diferente, me conformé con la respuesta, puesto que solo era para rellenar aquel momento
-Si, si que hacen ruido, le dije, asentando con la cabeza
Me contó algo de los Hermanos Ren, pero no oí el resto por el ruido de los vagones, supuse que no debería de darle mucha importancia
Llegamos a nuestro destino, era una sala con muchas personas, pero aún podíamos movernos por aquel lugar. Decidí acercarme al mirador y contemplar las vistas, pude ver la puesta de sol, mientras las sombras jugueteaban con las luces en un baile armonioso. También pude ver algunos animales marinos, aunque no fuí capaz de diferenciarlos bien porque estábamos muy alto.
-Si, por ahora recuerdo por donde ando, dije en tono bromista y simpático.-Wau, las vistas aparte de preciosas son geniales, ¿todo lo que se ve desde aquí es la ciudad?
Me contó que su padre dirigió un cuartel de la marina por aquí, me temía que pudiera querer seguir sus pasos de su padre, pero eso fue durante un momento, decidí tranquilizarme y seguir con la conversación, no podía dejar que supiera que estoy pensando en volver a ser pirata, no quería arruinar este momento. Miré una vez mas por el mirador, contemplé las vistas, lo pequeña que se ve Ireleen desde aquel lugar, durante aquel segundo recobré la compostura y decidí volver a preguntarle algo.
-¿Tu padre debe haber sido alguien muy respetado en la marina no? Dije, recobrando esa sonrisa que tanto me caracteriza.
Esperé su respuesta, aunque solo temía que hubiera leído mis actos y hubiera adivinado mi nerviosismo
-Si, si que hacen ruido, le dije, asentando con la cabeza
Me contó algo de los Hermanos Ren, pero no oí el resto por el ruido de los vagones, supuse que no debería de darle mucha importancia
Llegamos a nuestro destino, era una sala con muchas personas, pero aún podíamos movernos por aquel lugar. Decidí acercarme al mirador y contemplar las vistas, pude ver la puesta de sol, mientras las sombras jugueteaban con las luces en un baile armonioso. También pude ver algunos animales marinos, aunque no fuí capaz de diferenciarlos bien porque estábamos muy alto.
-Si, por ahora recuerdo por donde ando, dije en tono bromista y simpático.-Wau, las vistas aparte de preciosas son geniales, ¿todo lo que se ve desde aquí es la ciudad?
Me contó que su padre dirigió un cuartel de la marina por aquí, me temía que pudiera querer seguir sus pasos de su padre, pero eso fue durante un momento, decidí tranquilizarme y seguir con la conversación, no podía dejar que supiera que estoy pensando en volver a ser pirata, no quería arruinar este momento. Miré una vez mas por el mirador, contemplé las vistas, lo pequeña que se ve Ireleen desde aquel lugar, durante aquel segundo recobré la compostura y decidí volver a preguntarle algo.
-¿Tu padre debe haber sido alguien muy respetado en la marina no? Dije, recobrando esa sonrisa que tanto me caracteriza.
Esperé su respuesta, aunque solo temía que hubiera leído mis actos y hubiera adivinado mi nerviosismo
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Zaheera podía saber cuando alguien se ponía nervioso y justo eso estaba pasando con Difter. Sin embargo siempre que ella decía que su padre era Oros Mana-Grousse la gente solía ponerse así. Después de todo el nombre de un héroe de la Marina era reconocido en todas partes del mundo. Decidió no darle importancia y simplemente alzo los hombros - Si, es... perdón, era un hombre muy respetado. Murió hace poco. Tenía una edad muy avanzada. - contestó ella, colocando ambas manos en su costado.
Una lagrima se deslizó por la mejilla izquierda, pero no se dio cuenta hasta que sintió el sabor salado en la comisura de los labios. Se apresuró y se limpió con el dorso de su dedo indice. - ¡Mira, ya va a empezar! esto es lo que quería que vieras - dijo, cambiando el tema y tomando de forma impulsiva el brazo de su acompañante. Un nuevo ruido lleno la sala, pero parecía provenir de abajo del suelo. Era posible que Difter no se hubiera percatado, pero la sala circular también tenía rieles justo frente a las grandes ventanas.
El rostro de Zaheera estaba iluminado por la expectativa. - Este piso es conocido como la "sala de los catalejos" por esto - dijo, señalando un punto concreto del suelo, que justo en ese momento se abría para darle paso a una estructura compuesta por una silla adecuada con una cantidad incontable de catalejos. Parecía un insecto gigante con muchas patas y muchos ojos. Un hombre de edad adulta y vestido totalmente de blanco estaba sentado y acomodaba con manos presurosas todos los trastos que colgaban de la estructura.
- El es uno de los visores - susurro Zaheera, pegando su rostro al del muchacho. - Su trabajo consiste en observar 360° en búsqueda de cualquier cosa que pueda representar peligro para Ireleen - El hombre tosió y miro con el ceño fruncido hacia Zaheera y Difter. - Se toman muy enserio su trabajo. Lo hacen cada cuatro horas. Justo nos toco el más gruñon - dijo sonriendo.
Mientras hablaban el aparato, con todo y Visor empezó a dar un periplo por la sala circular, mientras de manera lenta y parsimoniosa anotaba todo en una agenda que sostenía en sus muslos.
Una lagrima se deslizó por la mejilla izquierda, pero no se dio cuenta hasta que sintió el sabor salado en la comisura de los labios. Se apresuró y se limpió con el dorso de su dedo indice. - ¡Mira, ya va a empezar! esto es lo que quería que vieras - dijo, cambiando el tema y tomando de forma impulsiva el brazo de su acompañante. Un nuevo ruido lleno la sala, pero parecía provenir de abajo del suelo. Era posible que Difter no se hubiera percatado, pero la sala circular también tenía rieles justo frente a las grandes ventanas.
El rostro de Zaheera estaba iluminado por la expectativa. - Este piso es conocido como la "sala de los catalejos" por esto - dijo, señalando un punto concreto del suelo, que justo en ese momento se abría para darle paso a una estructura compuesta por una silla adecuada con una cantidad incontable de catalejos. Parecía un insecto gigante con muchas patas y muchos ojos. Un hombre de edad adulta y vestido totalmente de blanco estaba sentado y acomodaba con manos presurosas todos los trastos que colgaban de la estructura.
- El es uno de los visores - susurro Zaheera, pegando su rostro al del muchacho. - Su trabajo consiste en observar 360° en búsqueda de cualquier cosa que pueda representar peligro para Ireleen - El hombre tosió y miro con el ceño fruncido hacia Zaheera y Difter. - Se toman muy enserio su trabajo. Lo hacen cada cuatro horas. Justo nos toco el más gruñon - dijo sonriendo.
Mientras hablaban el aparato, con todo y Visor empezó a dar un periplo por la sala circular, mientras de manera lenta y parsimoniosa anotaba todo en una agenda que sostenía en sus muslos.
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
No pude evitar entristecerme por escuchar sobre la muerte de su padre, tuvo que ser muy duro perder a alguien querido, a pesar de ser un marine. Una lagrima cayó por su rostro, reflejando mi cara de preocupación por ella, ya que no me gusta ver a la gente así, pero justo cuando iba a decirle que si quería hablar sobre eso o si quería algo de ayuda me cortó agarrandome del brazo y haciéndome mirar hacia el centro de la isla donde, como por arte de magia, se abrió el suelo y salió un hombre sentado en una silla llena de catalejos por todos lados, el hombre de avanzada edad tosió y nos miró a los dos, no sabía cual era su función hasta que Zaheera me lo explicó, el se ocupaba de supervisar en 360º los alrededores en busca de amenazas.
Zaheera me dijo que nos tocó el más gruñon, a lo que respondí susurrando:
-¿El más gruñon? ¿Que le hace ser el más gruñon? ¿Hay más ''visores''?
Mientras que le preguntaba a Zah aquello, observé a aquel hombre pasear por la sala, apuntando todo en su libreta, la cual le cabía en una mano, así que no debía escribir cosas demasiado detalladas, veía fruncirle el ceño a cualquiera que tuviera un aspecto minimamente sospechoso, aquél hombre parecía ser alguien a tener en cuenta, parecía ser fuerte, algo en mi me lo decía, pero claro, debía ser fuerte si su deber era vigilar y proteger aquel lugar.
-Y oye, ¿este lugar suele ser atacado por bandidos o algo así? Parece bastante seguro a primera vista. Me moría por un buen combate, debía entrenar para llegar a ser como mi héroe, pero no podía decirselo, no quería parecer un bruto, así que simplemente dejé caer la pregunta
Zaheera me dijo que nos tocó el más gruñon, a lo que respondí susurrando:
-¿El más gruñon? ¿Que le hace ser el más gruñon? ¿Hay más ''visores''?
Mientras que le preguntaba a Zah aquello, observé a aquel hombre pasear por la sala, apuntando todo en su libreta, la cual le cabía en una mano, así que no debía escribir cosas demasiado detalladas, veía fruncirle el ceño a cualquiera que tuviera un aspecto minimamente sospechoso, aquél hombre parecía ser alguien a tener en cuenta, parecía ser fuerte, algo en mi me lo decía, pero claro, debía ser fuerte si su deber era vigilar y proteger aquel lugar.
-Y oye, ¿este lugar suele ser atacado por bandidos o algo así? Parece bastante seguro a primera vista. Me moría por un buen combate, debía entrenar para llegar a ser como mi héroe, pero no podía decirselo, no quería parecer un bruto, así que simplemente dejé caer la pregunta
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Spoiler:
- ¿Iliana?, soy Zaheera. :x
- Nadie sabe cuantos son exactamente. Son como un tipo de monjes. Todos viven el el piso superior. - contestó la pelinegra, alzando sus hombros para darle énfasis a su desconocimiento. - La entrada al piso de arriba esta prohibida. - Zaheera siguió al hombre mientras daba la vuelta por la sala. - Me encanta este lugar, vengo a menudo a dibujar, siempre he querido sentarme en esa silla y poder observar desde esos aparatos. Me gustaría ser cartógrafa, ¿sabes? - confesó, tal vez contagiada de la energía positiva de Difter. Se sentía bien por haber seguido su instinto y haber acompañado al joven aquella tarde.
- Ahora no mucho. Los Catalejos ayudan y la presencia del cuartel es imponente, pero aún así hay algunos intrépidos que se atreven, después de todo este es el Nuevo Mundo y hay gente allá fuera en el Océano que podría tomarse la isla si le apeteciera. También ha habido invasiones durante Las Cinco Guerras... sin contar con las bandas criminales de la isla. Se dice que en el Gran Bazar hay zonas del mercado negro a las que ni siquiera los Marines se atreven a entrar.- contestó. Estaba consiente de aquellos peligros, su padre varias veces había tenido que enfrentarse a Piratas que hambrientos por el capital económico de Ireleste no habían dudado en soltar contra Ireleen toda su fuerza destructora. Ahora que su padre había muerto se abría una posibilidad a nuevos ataques. - ¿Por que preguntas? ¿piensas atacarnos? - pregunto a modo de broma, posando su ojo almendrado en el rostro de Difter.
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Ahora me entraron unas ganas locas de ver como estaba el piso superior, cuantos eran, como se organizaban, etc. Pero está prohibido y no parecía gente que se andara con chiquitas, así que es mejor no tentar a la suerte y seguir las reglas.
-Vaya, una pena, tengo mucha curiosidad de saber como es el piso superior, pero lo prohibido, prohibido está ¿no?
Zah me confesó algo que le gustaría ser, cartógrafa, era un sueño un tanto raro, pero no peor que cualquier
Por lo que Zaheera me dijo, esta isla ya no era muy atacada, lo que fue un gran alivio en parte, esta tecnologia podría reservarse durante años gracias a ello. Además, un bello paisaje como aquel, en el cual el sol se escondía entre en el mar, dejando la sombra de casas fundiendose con la oscuridad, cada vez mayor del cielo. Me preguntó si quería atacarles, no podría ni aunque quisiera. Vi una oportunidad de oro para ejercer un poco de justicia como mi heroe, ¿siempre que fueran malos no pasa nada, no?
-No no, ni mucho menos planeo eso, no podría ni aunque quisiera, reí con una sonrisa afable. -¿Recuerdas la historia que conté antes? Esa persona me hizo querer ejercer justicia contra bandidos así y defender a los que mas lo necesitan así, uno de mis sueños es llegar a ser tan fuerte como el. ¡Oye! ¿Por que no vamos allí y repartimos algo de justicia? Suena algo loco, ¿pero no quieres ver tu isla un poco mejor de lo que ya es?. Temía la respuesta de aquella chica, seguro que me trataba como un loco, pero me moría de ganas de limpiar las calles de aquella preciosa isla, siempre que la otra persona haya cometido algún delito y además, así alomejor puedo conseguir alguna recompensa y no llegar con las manos vacías a casa, aparte de que se me olvidó traer dinero para comer, solo tenía lo justo para la vuelta en barco. Suspiré con cara hambrienta, espero que no viera el hambre que tengo, no es mucho, pero no podría durar 4 días sin comer. Miré con cara decisiva a Zaheera y dije:
-¿Entonces que me dices? y esperé temeroso su respuesta
-Vaya, una pena, tengo mucha curiosidad de saber como es el piso superior, pero lo prohibido, prohibido está ¿no?
Zah me confesó algo que le gustaría ser, cartógrafa, era un sueño un tanto raro, pero no peor que cualquier
Por lo que Zaheera me dijo, esta isla ya no era muy atacada, lo que fue un gran alivio en parte, esta tecnologia podría reservarse durante años gracias a ello. Además, un bello paisaje como aquel, en el cual el sol se escondía entre en el mar, dejando la sombra de casas fundiendose con la oscuridad, cada vez mayor del cielo. Me preguntó si quería atacarles, no podría ni aunque quisiera. Vi una oportunidad de oro para ejercer un poco de justicia como mi heroe, ¿siempre que fueran malos no pasa nada, no?
-No no, ni mucho menos planeo eso, no podría ni aunque quisiera, reí con una sonrisa afable. -¿Recuerdas la historia que conté antes? Esa persona me hizo querer ejercer justicia contra bandidos así y defender a los que mas lo necesitan así, uno de mis sueños es llegar a ser tan fuerte como el. ¡Oye! ¿Por que no vamos allí y repartimos algo de justicia? Suena algo loco, ¿pero no quieres ver tu isla un poco mejor de lo que ya es?. Temía la respuesta de aquella chica, seguro que me trataba como un loco, pero me moría de ganas de limpiar las calles de aquella preciosa isla, siempre que la otra persona haya cometido algún delito y además, así alomejor puedo conseguir alguna recompensa y no llegar con las manos vacías a casa, aparte de que se me olvidó traer dinero para comer, solo tenía lo justo para la vuelta en barco. Suspiré con cara hambrienta, espero que no viera el hambre que tengo, no es mucho, pero no podría durar 4 días sin comer. Miré con cara decisiva a Zaheera y dije:
-¿Entonces que me dices? y esperé temeroso su respuesta
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Zaheera se mordió el labio, dejando la marca de su canino sobre la piel roja. Siempre había sido una mujer muy curiosa y la idea de escurrirse hasta el piso de arriba no se le salía de la cabeza. Sin embargo Difter tenía razón y no había que estar tentando la suerte, por algo estaba prohibido subir. Sin embargo tanto misterio le había dejado el corazón como atravesado por la duda.
Sacudió la cabeza, aún seguía pensando en lo que escondían en aquella torre cuando Difter le hizo una extraña propuesta. Pasaron algunos segundos en los que la chica del parche comprendía lo que quería decir el peli-verde. - ¿Quieres pelear con los matones del Bazar? - preguntó algo incrédula. Su pregunta no necesitó respuesta. Bastaba con ver el rostro de su acompañante para entender que hablaba totalmente en serio. - No son gente que se ande con rodeos, son... peligrosos - respondió Zaheera. Los criminales del bazar tenían estructuras muy grandes y bien establecidas, los raponeros y ladrones eran solo la base de grandes imperios criminales que crecían con subterfugio en las calles de Ireleste. Los líderes de las bandas, llamados "Visires", tenían poder incluso entre las autoridades de la isla. O al menos eso decían en las calles. - Si atacas a uno de ellos, los tendrás a todos encima tuyo. - Alzó sus cejas y miro con su único ojo al chico. Quería ver si la determinación en su mirada era tan grande como ella esperaba.
Se sentía nerviosa pero algo crecía en su interior. Tal vez había sido la vista espectacular, la compañía o el impetu ingenuo y valiente de Difter, o el recuerdo de su padre, pero en ese día se sentía la dueña del mundo. - Pero tengo una condición. Tengo algo de dinero y quisiera que me llevaras de acá. Yo te llevo al Bazar, pero tu me llevas al barco en donde vas a partir. - dijo la joven con decisión.
Ahora ella esperaba la respuesta del chico.
Sacudió la cabeza, aún seguía pensando en lo que escondían en aquella torre cuando Difter le hizo una extraña propuesta. Pasaron algunos segundos en los que la chica del parche comprendía lo que quería decir el peli-verde. - ¿Quieres pelear con los matones del Bazar? - preguntó algo incrédula. Su pregunta no necesitó respuesta. Bastaba con ver el rostro de su acompañante para entender que hablaba totalmente en serio. - No son gente que se ande con rodeos, son... peligrosos - respondió Zaheera. Los criminales del bazar tenían estructuras muy grandes y bien establecidas, los raponeros y ladrones eran solo la base de grandes imperios criminales que crecían con subterfugio en las calles de Ireleste. Los líderes de las bandas, llamados "Visires", tenían poder incluso entre las autoridades de la isla. O al menos eso decían en las calles. - Si atacas a uno de ellos, los tendrás a todos encima tuyo. - Alzó sus cejas y miro con su único ojo al chico. Quería ver si la determinación en su mirada era tan grande como ella esperaba.
Se sentía nerviosa pero algo crecía en su interior. Tal vez había sido la vista espectacular, la compañía o el impetu ingenuo y valiente de Difter, o el recuerdo de su padre, pero en ese día se sentía la dueña del mundo. - Pero tengo una condición. Tengo algo de dinero y quisiera que me llevaras de acá. Yo te llevo al Bazar, pero tu me llevas al barco en donde vas a partir. - dijo la joven con decisión.
Ahora ella esperaba la respuesta del chico.
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-¡Sí!, ¡Claro que quiero! Eso fue lo que dije a su pregunta, y en mi cara se dibujó un rostro de determinación.
Me dijo que esa gente es peligrosa, pero no son los primeros que me encontraría, en mi isla de nacimiento el índice de criminalidad es bastante alto, y ya tuve que enfrentarme a gente así antes, y gracias al poder de mi fruta y mi propio entrenamiento siempre era capaz de salir de aprietos, así que estaba decidido a limpiar un poco las calles de este sitio, aunque tampoco era plan de que una mafia se nos echara encima, pero debía de limpiar este mundo algo más de tanta delincuencia sin sentido.
-¡Seguro que podemos con ellos! ¡Confía en mi! Dije, lleno de confianza y emoción, -¿Entonces me guías allí?
Justo cuando me disponía a irme, Zah me propuso un trato, quería que la llevara conmigo en el próximo barco. -¿Por que no? Eres bienvenida en mi viaje de vuelta a Nagaserete.
El vigía volvió a sentarse en la zona de donde salió y el cilindro volvió a la normalidad, parece que ya era seguro bajar por ahí. Con el brillo en nuestros ojos y determinación en nuestra sonrisa, decidimos bajar, aunque yo tuviera que seguirla hasta el bazar de vuelta.
Me dijo que esa gente es peligrosa, pero no son los primeros que me encontraría, en mi isla de nacimiento el índice de criminalidad es bastante alto, y ya tuve que enfrentarme a gente así antes, y gracias al poder de mi fruta y mi propio entrenamiento siempre era capaz de salir de aprietos, así que estaba decidido a limpiar un poco las calles de este sitio, aunque tampoco era plan de que una mafia se nos echara encima, pero debía de limpiar este mundo algo más de tanta delincuencia sin sentido.
-¡Seguro que podemos con ellos! ¡Confía en mi! Dije, lleno de confianza y emoción, -¿Entonces me guías allí?
Justo cuando me disponía a irme, Zah me propuso un trato, quería que la llevara conmigo en el próximo barco. -¿Por que no? Eres bienvenida en mi viaje de vuelta a Nagaserete.
El vigía volvió a sentarse en la zona de donde salió y el cilindro volvió a la normalidad, parece que ya era seguro bajar por ahí. Con el brillo en nuestros ojos y determinación en nuestra sonrisa, decidimos bajar, aunque yo tuviera que seguirla hasta el bazar de vuelta.
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Zaheer sonrió, contagiada por la emoción con la que Difter había respondido, si algo tenía aquel chico era agallas. - Yo te guío - respondió la chica del parche en el ojo. - Pero prométeme que no harás nada demasiado tonto. - Una cosa era tener agallas y otra ser estúpido, los visires tenían mucho poder en el submundo de aquella isla.
El descenso fue rápido, o eso sintió Zaheera, su corazón latía con fuerza y las calles que había recorrido tantas veces parecieron brillar con nuevos colores. Tal vez estaba esperando eso, un empujón de la vida para lanzarse a cumplir sus sueños. Salir de aquella isla y ver el mundo. Recrearlo en un mapa que fuera digno de la memoria de su hermano muerto.
Las calles abiertas y soleadas se fueron convirtiendo paulatinamente en pequeños callejones llenos de gente, animales de carga y mercancías de todo tipo en cientos de tiendas. Pronto, entre aquellas sombras Difter encontraría lo que estaba buscando.
El descenso fue rápido, o eso sintió Zaheera, su corazón latía con fuerza y las calles que había recorrido tantas veces parecieron brillar con nuevos colores. Tal vez estaba esperando eso, un empujón de la vida para lanzarse a cumplir sus sueños. Salir de aquella isla y ver el mundo. Recrearlo en un mapa que fuera digno de la memoria de su hermano muerto.
Las calles abiertas y soleadas se fueron convirtiendo paulatinamente en pequeños callejones llenos de gente, animales de carga y mercancías de todo tipo en cientos de tiendas. Pronto, entre aquellas sombras Difter encontraría lo que estaba buscando.
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-De acuerdo, respondí, -Tampoco es plan de que se nos eche una mafia encima, prometo que solo iremos a por los que estén apartados y haciendo maldades de menor calibre, dejaremos el resto a los altos cargos, pero una pequeña limpieza siempre viene bien. No estaba seguro de si estas acciones era éticas o no, pero es lo que me pedía mi corazón, ya que me sentía lleno de determinación y justicia.
Bajamos de aquel minarete a una velocidad bastante acelerada, o eso me pareció. Estaba muy nervioso, no se si aquí la gente es tan fuerte como en mi isla, pero lo que estoy seguro es que estuve entrenando mucho tiempo y me veía capaz de pararle los pies a unos delincuentes, aún me quedaba un tiempo en esta isla para visitar todo, o eso creía. De repente, se oyó a un marinero gritar por unos altavoces
-El barco hacia Nagaserete se adelanta ha mañana por motivos de seguridad, muchas gracias por su colaboración.
Maldita sea, no me va a dar tiempo a verlo todo, en fín, no me arrepentiría de mi última acción aquí.
-Continuemos, no tenemos mucho tiempo
De repente, el paisaje tan bonito del que había gozado esta isla fue transformándose en unos callejones oscuros y estrechos, se oían animales exóticos en cajas pequeñas, sufriendo, también se veían algunos negocios con sustancias ilegales, etc, aunque aún había mucha gente junta, demasiada para nosotros. Poco a poco, aquel pasillo fue despejándose mas y mas, hasta que hubo un punto en el solo había 4 personas negociando con un par de cajas al lado, estaba oscuro y alejado, por lo que era imposible que alguien desde más lejos nos viera ni nos oyese. No se si serían objetos valiosos o no, robados o adquiridos de unas formas mas... agresivas. -Déjame empezar esto a mí, susurré a Zah. Por suerte, se veía que no eran de una mafia muy rica, ya que iban vestidos con ropa de calle y con unas armas bastante, malas. Uno llevaba una espada, quizás podría llegar a ser lo más peligroso pero aún así, estaba rasgada y desgastada, por lo que no sería lo más peligroso. El resto solo llevaban sus puños y unos guantes de tela dura.
-Estate atenta, el primer movimiento decidirá el rumbo de aquel combate. Susurré a Zaheera. Cogí una caja, (no sonaba nada y era resistente, así que no se rompería si lo tiraba y tampoco era ningún ser vivo) y me acerqué al hombre de la espada. -Disculpe señor, ¿puede decirme que hay aquí? Cuando tuve su atención, tiré la caja hacia arriba y, despistados por aquel movimiento y siguiendo la caja, apartaron su vista, dirigiéndola hacia arriba, mirando la caja. Sé que solo tenía un segundo para actuar, así que asesté un puñetazo al hombre de la espada en la cara con toda mi fuerza, dejandole en el suelo medio inconsciente, aunque sabía que mi pelea con aquel hombre de la espada no había acabado, solo estaba reponiéndose del golpe inicial, aunque seguro que si se levanta sería mas fácil de volver a tumbar, por el fuerte dolor en su cara. Aprovechando el shock inicial, me lancé a por uno de los 3 matones restantes intentando asestarle un golpe en el pecho, aunque casi consigue esquivarlo y se llevó el golpe en el hombro, dejándoselo dolorido
Bajamos de aquel minarete a una velocidad bastante acelerada, o eso me pareció. Estaba muy nervioso, no se si aquí la gente es tan fuerte como en mi isla, pero lo que estoy seguro es que estuve entrenando mucho tiempo y me veía capaz de pararle los pies a unos delincuentes, aún me quedaba un tiempo en esta isla para visitar todo, o eso creía. De repente, se oyó a un marinero gritar por unos altavoces
-El barco hacia Nagaserete se adelanta ha mañana por motivos de seguridad, muchas gracias por su colaboración.
Maldita sea, no me va a dar tiempo a verlo todo, en fín, no me arrepentiría de mi última acción aquí.
-Continuemos, no tenemos mucho tiempo
De repente, el paisaje tan bonito del que había gozado esta isla fue transformándose en unos callejones oscuros y estrechos, se oían animales exóticos en cajas pequeñas, sufriendo, también se veían algunos negocios con sustancias ilegales, etc, aunque aún había mucha gente junta, demasiada para nosotros. Poco a poco, aquel pasillo fue despejándose mas y mas, hasta que hubo un punto en el solo había 4 personas negociando con un par de cajas al lado, estaba oscuro y alejado, por lo que era imposible que alguien desde más lejos nos viera ni nos oyese. No se si serían objetos valiosos o no, robados o adquiridos de unas formas mas... agresivas. -Déjame empezar esto a mí, susurré a Zah. Por suerte, se veía que no eran de una mafia muy rica, ya que iban vestidos con ropa de calle y con unas armas bastante, malas. Uno llevaba una espada, quizás podría llegar a ser lo más peligroso pero aún así, estaba rasgada y desgastada, por lo que no sería lo más peligroso. El resto solo llevaban sus puños y unos guantes de tela dura.
-Estate atenta, el primer movimiento decidirá el rumbo de aquel combate. Susurré a Zaheera. Cogí una caja, (no sonaba nada y era resistente, así que no se rompería si lo tiraba y tampoco era ningún ser vivo) y me acerqué al hombre de la espada. -Disculpe señor, ¿puede decirme que hay aquí? Cuando tuve su atención, tiré la caja hacia arriba y, despistados por aquel movimiento y siguiendo la caja, apartaron su vista, dirigiéndola hacia arriba, mirando la caja. Sé que solo tenía un segundo para actuar, así que asesté un puñetazo al hombre de la espada en la cara con toda mi fuerza, dejandole en el suelo medio inconsciente, aunque sabía que mi pelea con aquel hombre de la espada no había acabado, solo estaba reponiéndose del golpe inicial, aunque seguro que si se levanta sería mas fácil de volver a tumbar, por el fuerte dolor en su cara. Aprovechando el shock inicial, me lancé a por uno de los 3 matones restantes intentando asestarle un golpe en el pecho, aunque casi consigue esquivarlo y se llevó el golpe en el hombro, dejándoselo dolorido
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Al parecer el barco que salía hacia Nagaserete debía salir en poco tiempo, o al menos eso dijo una voz mecánica que se levantó por encima del bullicio del muelle, informándole a los dos jóvenes que su tiempo en Ireleen se acababa. El corazón de ella palpitó con fuerza mientras pensaba en todas las cosas que había vivido allí en esas pocas semanas, y también en todo lo que aún tenía que hacer en aquella isla.
Recluida en sus pensamientos no puso demasiada atención a lo que sucedía a su alrededor hasta que vio a los cuatro hombres. - ¿Estas seguro que son... - preguntó la chica del parche demasiado tarde, pues su compañero ya se había movido hacia los comerciantes. Aunque tenían aspecto sospechoso (era un callejón oscuro, con mercancía escondida y uno de ellos tenía una espada) podían ser comerciantes comunes y corrientes. Allí no era ninguna casualidad que los mercaderes contrataran servicio de guardaespaldas, sin embargo Difter ya estaba muy lejos para escucharla. - criminales... - terminó, al tiempo en que su compañero se abalanzaba hacia ellos. - Demonios - se quejó en voz baja.
Difter se movía rápido, atacó al hombre de la espada logrando que este la soltara por la conmoción y luego alcanzó a otro en un hombro. Zaheera, no quería intervenir y se mantuvo alejada durante un segundo, que duró hasta que observó a uno de los hombres meter su mano en sus ropajes y extraer algo metálico. - Demonios - suspiró de nuevo y se lanzó hacia los hombres. Dio una voltereta pegando su espalda al suelo para cubrir mas distancia y esconderse entre las sombras del oscuro pasillo, en medio del bote, sus manos aferraron la espada que el otro hombre había dejado caer para luego, aprovechando la inercia del movimiento levantarse de un saltito justo enfrente del hombre que en esos momentos extendía su brazo apuntando a Difter con una pistola casera. - Yo de usted señor, soltaría eso - dijo la Pelinegra colocando la espada en el cuello del hombre de la pistola. - Las armas de fuego me ponen nerviosa -
Recluida en sus pensamientos no puso demasiada atención a lo que sucedía a su alrededor hasta que vio a los cuatro hombres. - ¿Estas seguro que son... - preguntó la chica del parche demasiado tarde, pues su compañero ya se había movido hacia los comerciantes. Aunque tenían aspecto sospechoso (era un callejón oscuro, con mercancía escondida y uno de ellos tenía una espada) podían ser comerciantes comunes y corrientes. Allí no era ninguna casualidad que los mercaderes contrataran servicio de guardaespaldas, sin embargo Difter ya estaba muy lejos para escucharla. - criminales... - terminó, al tiempo en que su compañero se abalanzaba hacia ellos. - Demonios - se quejó en voz baja.
Difter se movía rápido, atacó al hombre de la espada logrando que este la soltara por la conmoción y luego alcanzó a otro en un hombro. Zaheera, no quería intervenir y se mantuvo alejada durante un segundo, que duró hasta que observó a uno de los hombres meter su mano en sus ropajes y extraer algo metálico. - Demonios - suspiró de nuevo y se lanzó hacia los hombres. Dio una voltereta pegando su espalda al suelo para cubrir mas distancia y esconderse entre las sombras del oscuro pasillo, en medio del bote, sus manos aferraron la espada que el otro hombre había dejado caer para luego, aprovechando la inercia del movimiento levantarse de un saltito justo enfrente del hombre que en esos momentos extendía su brazo apuntando a Difter con una pistola casera. - Yo de usted señor, soltaría eso - dijo la Pelinegra colocando la espada en el cuello del hombre de la pistola. - Las armas de fuego me ponen nerviosa -
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Estaba demasiado centrado en la pelea para atender a lo que pasaba fuera, pero me pareció oír a Zah decirle a alguien algo de que soltara ''eso''. Hubo un pequeño detalle al que no presté mayor importancia pero que dejaba mas que claro la condición de aquellas personas, la segunda caja. Era una caja llena de agujeros de la que, hasta ahora, no se había escuchado nada. Un pequeño ruido característico llegó a mi oído, un pequeño llanto de una cría de Cocox, de la isla de los animales raros. Eso no me dejó duda ninguna, y mi seguridad sobre mis actos aumento.
-¡En esa caja con agujeros hay una cría de Cocox! ¿Sigues indecisa de si son comerciantes o bandidos? Dije.
Efectivamente, había oído la pregunta que mi compañera me había hecho antes, pero me dejé llevar por mi corazonada y esta vez, era cierta. Eso era una transacción ilegal. Volví a centrarme en mi combate, atacando con una lluvia de golpes directos de los cuales el hombre recibió la mayoría en el pecho y los que bloqueó en los brazos. Estaba para el arrastre, pero consiguió acertarme un puñetazo en el estómago aunque no me hizo tanto daño como el creía gracias a ser de plomo, por lo que dirigí un golpe directo a la barbilla de aquel hombre intentando noquearle.
-¡En esa caja con agujeros hay una cría de Cocox! ¿Sigues indecisa de si son comerciantes o bandidos? Dije.
Efectivamente, había oído la pregunta que mi compañera me había hecho antes, pero me dejé llevar por mi corazonada y esta vez, era cierta. Eso era una transacción ilegal. Volví a centrarme en mi combate, atacando con una lluvia de golpes directos de los cuales el hombre recibió la mayoría en el pecho y los que bloqueó en los brazos. Estaba para el arrastre, pero consiguió acertarme un puñetazo en el estómago aunque no me hizo tanto daño como el creía gracias a ser de plomo, por lo que dirigí un golpe directo a la barbilla de aquel hombre intentando noquearle.
Zaheera Mana-Grousse
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Zaheera no podía apartar su ojo del hombre al que amenazaba con el filo de la espada, así que por mas que quisiera ver la cría de Cocox no podía voltear. - Vale - respondió la joven. - Te creo. -
El hombre de la pistola mantenía una mueca horrible en su rostro y se negaba a bajar el arma que seguía apuntando a Difter, que seguía peleando con uno de los hombres. El de la espada continuaba botado en el suelo recuperandose del golpe. Faltaba uno y Zaheera lo sabía perfectamente, sin embargo Difter estaba concentrado y ella no podía apartar su único ojo del hombre de la pistola... Pero tenía un plan.
El hombre de la pistola sonrío y Zaheera supo entonces que debía moverse. La atacarían por la espalda, intentando aprovechar su flanco ciego. Movió su cuerpo rápidamente hacia un lado, justo cuando el hombre movió su pistola. Con la espada golpeó el brazo, haciendo que este se inclinara haciendo que el disparo estuviera fuera de la trayectoria de la mujer. - Maldita - gritó el otro hombre a espaldas de la mujer parche en el ojo. El rostro del hombre de la pistola se puso blanco y la sonrisa desapareció inmediatamente cuando la joven lo golpeó directamente en el rostro.
Zaheera miró hacia un lado, pero se había demorado demasiado y el tipo de la espada, al que Difter había golpeado en primera instancia se había recuperado del golpe, y en con un movimiento muy brusco la tacleo haciéndole perder el equilibrio.
El hombre de la pistola mantenía una mueca horrible en su rostro y se negaba a bajar el arma que seguía apuntando a Difter, que seguía peleando con uno de los hombres. El de la espada continuaba botado en el suelo recuperandose del golpe. Faltaba uno y Zaheera lo sabía perfectamente, sin embargo Difter estaba concentrado y ella no podía apartar su único ojo del hombre de la pistola... Pero tenía un plan.
El hombre de la pistola sonrío y Zaheera supo entonces que debía moverse. La atacarían por la espalda, intentando aprovechar su flanco ciego. Movió su cuerpo rápidamente hacia un lado, justo cuando el hombre movió su pistola. Con la espada golpeó el brazo, haciendo que este se inclinara haciendo que el disparo estuviera fuera de la trayectoria de la mujer. - Maldita - gritó el otro hombre a espaldas de la mujer parche en el ojo. El rostro del hombre de la pistola se puso blanco y la sonrisa desapareció inmediatamente cuando la joven lo golpeó directamente en el rostro.
Zaheera miró hacia un lado, pero se había demorado demasiado y el tipo de la espada, al que Difter había golpeado en primera instancia se había recuperado del golpe, y en con un movimiento muy brusco la tacleo haciéndole perder el equilibrio.
Difter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Logré encajarle aquel golpe al hombre, no se levantaría en unas horas dado al terrible puñetazo que se llevó. Giré para ver como le iba a Zah, pero cuando me dí la vuelta la vi tirada en el suelo, todo por culpa del que antes tenía la espada. La ira se apoderó de mí y me lancé en un ataque de ira a por aquel hombre, dándole tal puñetazo en la cabeza que le mandé a volar unos metros y chocó de cara contra la pared, por lo que quedó totalmente inconsciente.
-Uf, ¿estás bien Zah? Es mi culpa por no haber estado atento, lo siento. Dije con un tono de tristeza.- En fin, ya está, se acabó, deberíamos meterlos fuera de la vista de los demás, que tal si nos llevamos a los que han sobrevivido y las cajas de contrabando por ahí? Señalé a una especie de casa abandonada que comunicaba con el exterior de aquel sitio, ya que se escuchaba el ruido de la calle. Agarré a los dos que estaban KO y Zah agarró las cajas. Atravesamos la casa sin ningún problema, solo que tuvimos que saltar por una ventana trasera ya que no había puerta por atrás, pero nada ni nadie sufrió mayor daño. Era ya muy tarde, pero seguro que aún había comisarías abiertas, así que le dije a Zah
-Oye, ¿me guías a la comisaría más cercana? y así fue, fuimos allí, entregamos todo a los policias y nos dieron una pequeña recompensa de unos 10.000 berries, 10.000 para cada uno.
-Waaah... bostecé. -Ha sido un día muy ajetreado, deberíamos irnos a dormir, mañana tenemos un viaje que hacer, aunque te aviso que no estaré mucho por mi isla, he oído sobre un tesoro bastante grande, por lo que debo de entrenarme en cuantos mas diferentes sitios mejor, si quieres venir es cosa tuya. Dije, con una sonrisa cansada. -En fín, supongo que buscaré alguna posada y pasaré lo que queda de noche allí, ¡hasta mañana! Me despedí con una sonrisa en la cara.
-Uf, ¿estás bien Zah? Es mi culpa por no haber estado atento, lo siento. Dije con un tono de tristeza.- En fin, ya está, se acabó, deberíamos meterlos fuera de la vista de los demás, que tal si nos llevamos a los que han sobrevivido y las cajas de contrabando por ahí? Señalé a una especie de casa abandonada que comunicaba con el exterior de aquel sitio, ya que se escuchaba el ruido de la calle. Agarré a los dos que estaban KO y Zah agarró las cajas. Atravesamos la casa sin ningún problema, solo que tuvimos que saltar por una ventana trasera ya que no había puerta por atrás, pero nada ni nadie sufrió mayor daño. Era ya muy tarde, pero seguro que aún había comisarías abiertas, así que le dije a Zah
-Oye, ¿me guías a la comisaría más cercana? y así fue, fuimos allí, entregamos todo a los policias y nos dieron una pequeña recompensa de unos 10.000 berries, 10.000 para cada uno.
-Waaah... bostecé. -Ha sido un día muy ajetreado, deberíamos irnos a dormir, mañana tenemos un viaje que hacer, aunque te aviso que no estaré mucho por mi isla, he oído sobre un tesoro bastante grande, por lo que debo de entrenarme en cuantos mas diferentes sitios mejor, si quieres venir es cosa tuya. Dije, con una sonrisa cansada. -En fín, supongo que buscaré alguna posada y pasaré lo que queda de noche allí, ¡hasta mañana! Me despedí con una sonrisa en la cara.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Página 1 de 2. • 1, 2
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.