Viaje de aprendizaje [Rol entre Difter y Zaheera]

Zaheera rodó por el suelo forcejeando con el hombre que la había tirado. A decir verdad había sido un momento bastante perturbador y aunque ella peleaba con todas sus fuerzas no se podía sacar de encima a aquel hombre. Para su suerte Difter apareció y de un golpe le quitó de encima a su atacante. El agradecimiento que sentía fue superado por el asombro ante la potencia del puñetazo que el peliverde le había propinado al sujeto. - Wow - dijo ella tomando el brazo de Difter para volver a ponerse de pie. - Si, gracias. Estoy bien. Fue mi culpa por confiarme - contestó.

Tomó las cajas y asintió cuando el peliverde le pidió que lo guiara a una comisaría. Zaheera nunca había echo algo como eso, así que se sorprendió cuando les dieron el dinero. ¿Se dedicaría Difter a eso? ¿Era un Cazarecompensas? Su padre no se refería a ellos con mucho afecto, pero a Zaheera siempre le había parecido un trabajo lleno de aventuras y riesgos, una vida interesante.
Tomo el dinero y lo guardó con sus otras pertenencias. Lo poco que puede tener un fantasma.

Se despidieron allí junto al muelle. Habían muchas posadas por el sector y no le sería difícil encontrar un lugar para dormir. Ella, por otro lado tenía algo que hacer.

Anduve en la noche por la larga calle hasta encontrar una posada que me convenciera, pagué unos 100 berries para dormir la noche, menos mal que habíamos capturados a aquellos sujetos, un aspirante a pirata que no tiene una tripulación no debería liarla demasiado. La noche pasó sin mayor dificultad y por la mañana recogí mis cosas y salí lleno de energía de allí, rumbo al puerto.
El mismo barco en el que vine estaba esperando a que la gente entrara, pero yo tenía que esperar a Zah.
Al cabo de unos minutos, la ví corriendo hacia mí

-Por fin llegas, dije con una sonrisa guasona. -¿Preparada para el viaje? ¿Has hecho todo lo que tenías que hacer? Bien porque, ¡allá vamos! Una risa alegre se me escapó y encaré el barco, preparado para la vuelta a mi isla. Así fue como acabó esta historia para mi, pero estoy seguro de que ahora vendrá algo mucho mejor. El barco zarpó y fuí a proa, preparado y con la luz del amanecer proyectándose en mis ojos y con una sonrisa renovada, pensé en lo que mi siguiente viaje me daría.