Zeno Wave
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fuerza
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Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Pesadilla Jurásica primera parte
Zeno El Iluminator
El pirata de rojos cabellos exhalaba aire con suavidad al viento mirando desde la costa al interior de la isla, Little Garden, escucho historias de este lugar debido a ancianos años atrás en su isla natal.
–Iré a explorar-
no quedaba nada extraordinario, aparte para eso estaba en la Grand Line, para vivir la aventura. Sin más se internó poco a poco en esa especie de jungla enorme, los arboles eran inmensos en comparación de lo que estaba acostumbrado y algunas plantas igualmente le superaban en tamaño
–Que coñazo…- Caminando tranquilamente con sus Nunchakus al cinto bien ajustadas miraba de un lado a otro, atento por si algo llegaba a saltar de repente, muchos pensarían que estaba algo paranoico pero tras tantas sorpresas no quería tener otra mas podía entenderse que no confiara mucho en “su suerte”, es más, parecía que le estaban buscando con especial atención, cosa que no entendía del todo, pues, hasta la última vez que tuvo conocimiento sigue siendo un pirata poco famoso diría que aun no tenía recompensa. Como sea, con ambas manos en los bolsillos se detuvo un momento para poder admirar lo que parecía ser un gigantesco cráneo asentado en tierra, no se veía de una persona sino de algún animal.
-Qué cosa más rara…- libero sus palabras de sus labios, el día para su fortuna era despejado y hacia mucho sol, aparte la isla se notaba desierta, eso hasta el momento, claro que debían existir animales y cosas de esa naturaleza por ahí rondando, pero personas u otra cosa lo dudaba mucho –En fin, esto es la Grand Line, al menos espero sea más divertida de los cardinales- tomo asiento en una roca, el campo visual era relativamente despejado, aparte de aquel cráneo y unos cuantos árboles, no existía mucho que impidiese su visión.
Xaix El Noble
Desde que se unió a Ix ha estado perseguido por un barco más pequeño, aunque del mismo tipo. Una persecución sutil y muy panificada. Su pabellón ondeaba con una bandera de comerciante, lo que facilitaba las maniobras de la pequeña goleta. Sus tripulantes eran, y son, excelentes marineros, con años y años de vida marítima. Entre estos, se podían encontrar casi todas las profesiones importantes para la supervivencia en el mar; navegantes y cartógrafos; cocineros, herreros, carpinteros y hasta un médico. Era, sin duda, un barco con una tripulación muy bien preparada.
Este barco, el "Helios", estaba comandado y capitaneado por un tipo conocido como Xaix, el Noble; un marine, a decir verdad, no profesaba mucha fidelidad al apodo. Era un tipo oscuro, misterioso; el pelo canoso y completamente plateado, pero de aspecto muy joven. Vestía gabardina, ceñida y de cuero; una extraña pieza de sastrería ideada para otorgar movilidad y algo de protección. Sus ropas eran iguales; cuero curtido, negro y ornamentado. Sus ojos eran verdes, como las aguas tranquilas en las playas que reflejaban la vida de los corales. De su cintura, pero a la parte trasera, pendía un arma envainada.
El capitán ordenó atracar cuando lo vio hacer al barco de Ix y Zeno. Echó un último vistazo a su libro, en cuya carátula se veía escrito "Se buscan...". Contenía prácticamente todos los carteles de "Se busca", y tras ojear en sus innumerables páginas, miró con detenimiento el de Zeno en el cual poseía toda la información de el sus gustos,disgustos hasta si poseía akuma y su cuantiosa recompensa. Sin duda, el tal Zeno el Iluminator sería un rival muy interesante. El Noble esperaba encontrar en él un contrincante digno.
Tras atracar, alejado y oculto de la vista de los tripulantes, Xaix el Noble bajó de su barco, dispuesto a buscar, combatir y capturar (vivo o muerto) a Zeno. Posó su mano derecha en la empuñadura de su arma y caminó por aquella extra selva, enorme y frondosa. Sabía que allí podría encontrarse con criaturas gigantes, por eso extremó la precaución y caminó y buscó con cautela. Más o menos tenía en su mente la localización del individuo que buscaba, pero también otras tantas criaturas que debía evitar.
Zeno El Iluminator
Pasaron los minutos y no se veía mucho, de hecho solo creyó ver alguna criatura a lo lejos con un inmenso tamaño, no le sorprendió, después de todo en donde existían arboles grandes y plantas enormes, debían haber cosas de un tamaño comparativo. Pensaba en muchas cosas, la mayoría relacionadas a sus objetivos, ahora quedaba volverse un sujeto reconocido en esas aguas pues, no era nadie si no llegaba a ostentar lo suficiente como para ser reconocido por la marina y el gobierno mundial como una verdadera amenaza, por si fuera poco, el paso hacia Nuevo Mundo estaba aun relativamente lejos y los peligros en ese lugar iban a ser cuantiosos.
Pensó que era estúpido quedarse a pensar más y se levantó retomando el camino al navío, eso al menos hasta que, repentinamente se quedó estático mirando al frente –Vaya…- ladeo ligeramente su cabeza, ahí al frente a varios metros la figura de un hombre desconocido se hacía presente, pero considerando la isla y su aparente mirada por no decir el aspecto, dudaba que se tratase de algún aliado, de hecho era probable que fuese un marine que buscaba problemas o quien sabe, pero no estaba afiliado a los piratas o a los revolucionarios, no se notaba como esos idiotas -¿Te has perdido?- elevo sin mucho temor, exhalo el aire al viento dejando que se lo llevase. Serio y alerta, por primera vez le preocupo la tripulación de Ix, no tanto por su valía de vida sino porque, en caso de estar muertos no habría forma de reparar el barco con velocidad suficiente para zarpar ese mismo día -¿Vienes a buscarme?- se le ocurrió preguntar, últimamente todo mundo le estaba buscando por motivos que le resultaban superfluos –Si es así, te advierto, no tengo intenciones de quedarme a charlar…- pretendía estar aún sereno, pero algo en ese tipo le daba muy mala espina, quizás sus ropajes, o su cabello, o que portaba un arma y no se notaba para nada amigable desde su punto de vista, quien sabe.
Xaix El Noble
Xaix alcanzó finalmente a Zeno. El marine se dejó ver a cosa hecha. Tampoco era un tipo dado al subterfugio o al ocultismo, más propio de asesinos y ladrones. Desde hacía rato, y desde bien lejos, había localizado al pirata. Sus extrañas habilidades en el Haki le permitían conocer, en parte, la potencia de su espíritu y la de sus emociones, sensaciones y sentimientos.
El Noble no contestó a las preguntas de Zeno. Le resultaron retóricas, pero le valieron para percibir el tinte agresivo en sus palabras y en las que serían sus futuras acciones.
Movió lentamente el brazo que descansaba en la empuñadura de la espada. La extrajo con la misma lentitud y parsimonia con la que alzaba la extremidad. Era quizá la espada más rara que los ojos de Zeno hubieran visto. Era plateada y reluciente; su filo parecía blanco como el nácar y las perlas de las almejas. Pero lo más insólito eran las dos hojas que salía en la misma dirección, paralelas y equidistantes de la empuñadura, otra pieza de igual singularidad. Así, las intenciones de Xaix quedaron reveladas.
- Me adviertes, pero no te presentas... Es una actitud muy descortés, Zeno Wane - comentó el marine - Yo sí lo haré; soy Xaix el Noble, capitán del Helios y marine y exterminador de calaña.-
Zeno El Iluminator
sus ojos se desviaron a este, era extraño, por algún motivo aquel acto no era usual, pero bueno, quizás solo fue una coincidencia. Una leve brisa de viento corrió por el sitio mientras el pirata simplemente y aun con las manos en los bolsillos esperaba a ese extraño sujeto, una palabra o un gesto, ya que tampoco iba a lanzarse como lunático para un ataque suicida.
Arqueo ligeramente su ceja derecha al notar una espada de lo más rara, con doble hoja y de un color aperlado –Vaya, que cosa más extraña- dijo para sí mismo aun en cierto modo pensando que eso estaba controlado. Inclino un poco la cabeza al frente escuchando cada una de las palabras dictadas por aquel hombre, un marine que estaba buscándole y toda ese discurso, vaya que estos tipos no sabían otra cosa que dar monólogos de lo más aburridos, de hecho se preguntaba si existía alguna escuela o curso dentro de la marina y gobierno donde enseñasen a las personas a decir cosas carentes de relevancia. Lo que era por demás extraño sin duda, era que conociese su nombre tomando en cuenta que solo era un pirata del montón, pero bueno, si lo pensaba con lógica,después del incidente en la Isla Drum con aquellos piratas su identidad ya estaba tirada al traste, que más daba, tampoco es que buscara esconderse de ellos eternamente.
-Nunca me he distinguido por los modales, no veo necesidad de decirle a alguien mi nombre, después de todo los muertos no hablan- con ligeros movimientos de cuello se preparó para lo que era a todas luces inminente –La verdad me vale muy poco si eres de la división de Helios, Halos o quien sea, tampoco me interesa que seas o con que motivo estas aquí- la diestra se colocó en el mango de sus Nunchakus sacándolos con una lentitud apremiante, el dialogo reinaba por ahora –Lo único que me importa, es que si te cruzas en mi camino y no te quitas, entonces abre de quitarte- una vez con los Nunchakus en mano los dejo reposando a su costado. Sus ojos clavados en el contrario simplemente argumentaron lo final –Me sorprende que me estén buscando, aunque supongo que es normal, creen que nadie tiene las agallas para retarlos…pues les demostrare que no es así- y lanzando sus Nunchakus a mano contraria la sujeto con extrema habilidad haciendo que estos girasen con rápidos movimientos de muñeca hasta detenerse en la mano elevada a la altura de su pecho –Acabemos esto rápido…no tengo ganas de perder mi tiempo- lanzo entonces la mano al frente con potencia.
Xaix El Noble
Xaix escuchaba la palabrería de Zeno como el que escucha el mar; no le prestó una atención excesiva. Más bien le observaba mover la boca, pero sus oídos eludían lo dicho por el pirata. En opinión del marine, El Noble detestaba esa cualidad de Zeno. Se fijó entonces en su arma, en cómo la movía y dónde la colocaba. No era la primera vez, ni la última, que tenía delante a un Luchador que usaba Nunchakus. Al parecer,era una técnica y un estilo de combate bastante practicado.
El extraño y siniestro marine no se movía, ni parecía ponerse en defensa. Se mostraba bastante arrogante, quizá demasiado seguro de sí mismo. Pero es que sus habilidades no hacían si no afianzar e incrementar esa seguridad en sí mismo. Sus músculos no recibieron orden para moverse, por lo que se quedó quieto cuando Zeno atacó. Atravesó a Xaix como si fuera aire para luego desvanecerse tras varios metros de destructivo avance.
La zona impactada donde se encontraba el marine parecía haberse descompuesto en una forma singularmente parecía barro. La expresión de El Noble no cambió; no sintió dolor. Aquella parte de barro volvió a ser tangible, sin presentar daños ni rasguños. Aquello quizá delatase su verdadera esencia y sus poderes, pero no todo lo que el rival quisiera. Entonces ejecutó un contraataque. Estando estático en el sitio, su cuerpo sólo se movió en un leve balanceo de atrás hacia delante, momento en el cual escupió una extraña sustancia de barro. Era como una bala lanzada a presión y que, cerca de Zeno golpeó pero al ser este logia pasó igual que con el marine. El marine empezaba fuerte.
Zeno El Iluminator
El pirata de rojos cabellos exhalaba aire con suavidad al viento mirando desde la costa al interior de la isla, Little Garden, escucho historias de este lugar debido a ancianos años atrás en su isla natal.
–Iré a explorar-
no quedaba nada extraordinario, aparte para eso estaba en la Grand Line, para vivir la aventura. Sin más se internó poco a poco en esa especie de jungla enorme, los arboles eran inmensos en comparación de lo que estaba acostumbrado y algunas plantas igualmente le superaban en tamaño
–Que coñazo…- Caminando tranquilamente con sus Nunchakus al cinto bien ajustadas miraba de un lado a otro, atento por si algo llegaba a saltar de repente, muchos pensarían que estaba algo paranoico pero tras tantas sorpresas no quería tener otra mas podía entenderse que no confiara mucho en “su suerte”, es más, parecía que le estaban buscando con especial atención, cosa que no entendía del todo, pues, hasta la última vez que tuvo conocimiento sigue siendo un pirata poco famoso diría que aun no tenía recompensa. Como sea, con ambas manos en los bolsillos se detuvo un momento para poder admirar lo que parecía ser un gigantesco cráneo asentado en tierra, no se veía de una persona sino de algún animal.
-Qué cosa más rara…- libero sus palabras de sus labios, el día para su fortuna era despejado y hacia mucho sol, aparte la isla se notaba desierta, eso hasta el momento, claro que debían existir animales y cosas de esa naturaleza por ahí rondando, pero personas u otra cosa lo dudaba mucho –En fin, esto es la Grand Line, al menos espero sea más divertida de los cardinales- tomo asiento en una roca, el campo visual era relativamente despejado, aparte de aquel cráneo y unos cuantos árboles, no existía mucho que impidiese su visión.
Xaix El Noble
Desde que se unió a Ix ha estado perseguido por un barco más pequeño, aunque del mismo tipo. Una persecución sutil y muy panificada. Su pabellón ondeaba con una bandera de comerciante, lo que facilitaba las maniobras de la pequeña goleta. Sus tripulantes eran, y son, excelentes marineros, con años y años de vida marítima. Entre estos, se podían encontrar casi todas las profesiones importantes para la supervivencia en el mar; navegantes y cartógrafos; cocineros, herreros, carpinteros y hasta un médico. Era, sin duda, un barco con una tripulación muy bien preparada.
Este barco, el "Helios", estaba comandado y capitaneado por un tipo conocido como Xaix, el Noble; un marine, a decir verdad, no profesaba mucha fidelidad al apodo. Era un tipo oscuro, misterioso; el pelo canoso y completamente plateado, pero de aspecto muy joven. Vestía gabardina, ceñida y de cuero; una extraña pieza de sastrería ideada para otorgar movilidad y algo de protección. Sus ropas eran iguales; cuero curtido, negro y ornamentado. Sus ojos eran verdes, como las aguas tranquilas en las playas que reflejaban la vida de los corales. De su cintura, pero a la parte trasera, pendía un arma envainada.
El capitán ordenó atracar cuando lo vio hacer al barco de Ix y Zeno. Echó un último vistazo a su libro, en cuya carátula se veía escrito "Se buscan...". Contenía prácticamente todos los carteles de "Se busca", y tras ojear en sus innumerables páginas, miró con detenimiento el de Zeno en el cual poseía toda la información de el sus gustos,disgustos hasta si poseía akuma y su cuantiosa recompensa. Sin duda, el tal Zeno el Iluminator sería un rival muy interesante. El Noble esperaba encontrar en él un contrincante digno.
Tras atracar, alejado y oculto de la vista de los tripulantes, Xaix el Noble bajó de su barco, dispuesto a buscar, combatir y capturar (vivo o muerto) a Zeno. Posó su mano derecha en la empuñadura de su arma y caminó por aquella extra selva, enorme y frondosa. Sabía que allí podría encontrarse con criaturas gigantes, por eso extremó la precaución y caminó y buscó con cautela. Más o menos tenía en su mente la localización del individuo que buscaba, pero también otras tantas criaturas que debía evitar.
Zeno El Iluminator
Pasaron los minutos y no se veía mucho, de hecho solo creyó ver alguna criatura a lo lejos con un inmenso tamaño, no le sorprendió, después de todo en donde existían arboles grandes y plantas enormes, debían haber cosas de un tamaño comparativo. Pensaba en muchas cosas, la mayoría relacionadas a sus objetivos, ahora quedaba volverse un sujeto reconocido en esas aguas pues, no era nadie si no llegaba a ostentar lo suficiente como para ser reconocido por la marina y el gobierno mundial como una verdadera amenaza, por si fuera poco, el paso hacia Nuevo Mundo estaba aun relativamente lejos y los peligros en ese lugar iban a ser cuantiosos.
Pensó que era estúpido quedarse a pensar más y se levantó retomando el camino al navío, eso al menos hasta que, repentinamente se quedó estático mirando al frente –Vaya…- ladeo ligeramente su cabeza, ahí al frente a varios metros la figura de un hombre desconocido se hacía presente, pero considerando la isla y su aparente mirada por no decir el aspecto, dudaba que se tratase de algún aliado, de hecho era probable que fuese un marine que buscaba problemas o quien sabe, pero no estaba afiliado a los piratas o a los revolucionarios, no se notaba como esos idiotas -¿Te has perdido?- elevo sin mucho temor, exhalo el aire al viento dejando que se lo llevase. Serio y alerta, por primera vez le preocupo la tripulación de Ix, no tanto por su valía de vida sino porque, en caso de estar muertos no habría forma de reparar el barco con velocidad suficiente para zarpar ese mismo día -¿Vienes a buscarme?- se le ocurrió preguntar, últimamente todo mundo le estaba buscando por motivos que le resultaban superfluos –Si es así, te advierto, no tengo intenciones de quedarme a charlar…- pretendía estar aún sereno, pero algo en ese tipo le daba muy mala espina, quizás sus ropajes, o su cabello, o que portaba un arma y no se notaba para nada amigable desde su punto de vista, quien sabe.
Xaix El Noble
Xaix alcanzó finalmente a Zeno. El marine se dejó ver a cosa hecha. Tampoco era un tipo dado al subterfugio o al ocultismo, más propio de asesinos y ladrones. Desde hacía rato, y desde bien lejos, había localizado al pirata. Sus extrañas habilidades en el Haki le permitían conocer, en parte, la potencia de su espíritu y la de sus emociones, sensaciones y sentimientos.
El Noble no contestó a las preguntas de Zeno. Le resultaron retóricas, pero le valieron para percibir el tinte agresivo en sus palabras y en las que serían sus futuras acciones.
Movió lentamente el brazo que descansaba en la empuñadura de la espada. La extrajo con la misma lentitud y parsimonia con la que alzaba la extremidad. Era quizá la espada más rara que los ojos de Zeno hubieran visto. Era plateada y reluciente; su filo parecía blanco como el nácar y las perlas de las almejas. Pero lo más insólito eran las dos hojas que salía en la misma dirección, paralelas y equidistantes de la empuñadura, otra pieza de igual singularidad. Así, las intenciones de Xaix quedaron reveladas.
- Me adviertes, pero no te presentas... Es una actitud muy descortés, Zeno Wane - comentó el marine - Yo sí lo haré; soy Xaix el Noble, capitán del Helios y marine y exterminador de calaña.-
Zeno El Iluminator
sus ojos se desviaron a este, era extraño, por algún motivo aquel acto no era usual, pero bueno, quizás solo fue una coincidencia. Una leve brisa de viento corrió por el sitio mientras el pirata simplemente y aun con las manos en los bolsillos esperaba a ese extraño sujeto, una palabra o un gesto, ya que tampoco iba a lanzarse como lunático para un ataque suicida.
Arqueo ligeramente su ceja derecha al notar una espada de lo más rara, con doble hoja y de un color aperlado –Vaya, que cosa más extraña- dijo para sí mismo aun en cierto modo pensando que eso estaba controlado. Inclino un poco la cabeza al frente escuchando cada una de las palabras dictadas por aquel hombre, un marine que estaba buscándole y toda ese discurso, vaya que estos tipos no sabían otra cosa que dar monólogos de lo más aburridos, de hecho se preguntaba si existía alguna escuela o curso dentro de la marina y gobierno donde enseñasen a las personas a decir cosas carentes de relevancia. Lo que era por demás extraño sin duda, era que conociese su nombre tomando en cuenta que solo era un pirata del montón, pero bueno, si lo pensaba con lógica,después del incidente en la Isla Drum con aquellos piratas su identidad ya estaba tirada al traste, que más daba, tampoco es que buscara esconderse de ellos eternamente.
-Nunca me he distinguido por los modales, no veo necesidad de decirle a alguien mi nombre, después de todo los muertos no hablan- con ligeros movimientos de cuello se preparó para lo que era a todas luces inminente –La verdad me vale muy poco si eres de la división de Helios, Halos o quien sea, tampoco me interesa que seas o con que motivo estas aquí- la diestra se colocó en el mango de sus Nunchakus sacándolos con una lentitud apremiante, el dialogo reinaba por ahora –Lo único que me importa, es que si te cruzas en mi camino y no te quitas, entonces abre de quitarte- una vez con los Nunchakus en mano los dejo reposando a su costado. Sus ojos clavados en el contrario simplemente argumentaron lo final –Me sorprende que me estén buscando, aunque supongo que es normal, creen que nadie tiene las agallas para retarlos…pues les demostrare que no es así- y lanzando sus Nunchakus a mano contraria la sujeto con extrema habilidad haciendo que estos girasen con rápidos movimientos de muñeca hasta detenerse en la mano elevada a la altura de su pecho –Acabemos esto rápido…no tengo ganas de perder mi tiempo- lanzo entonces la mano al frente con potencia.
Xaix El Noble
Xaix escuchaba la palabrería de Zeno como el que escucha el mar; no le prestó una atención excesiva. Más bien le observaba mover la boca, pero sus oídos eludían lo dicho por el pirata. En opinión del marine, El Noble detestaba esa cualidad de Zeno. Se fijó entonces en su arma, en cómo la movía y dónde la colocaba. No era la primera vez, ni la última, que tenía delante a un Luchador que usaba Nunchakus. Al parecer,era una técnica y un estilo de combate bastante practicado.
El extraño y siniestro marine no se movía, ni parecía ponerse en defensa. Se mostraba bastante arrogante, quizá demasiado seguro de sí mismo. Pero es que sus habilidades no hacían si no afianzar e incrementar esa seguridad en sí mismo. Sus músculos no recibieron orden para moverse, por lo que se quedó quieto cuando Zeno atacó. Atravesó a Xaix como si fuera aire para luego desvanecerse tras varios metros de destructivo avance.
La zona impactada donde se encontraba el marine parecía haberse descompuesto en una forma singularmente parecía barro. La expresión de El Noble no cambió; no sintió dolor. Aquella parte de barro volvió a ser tangible, sin presentar daños ni rasguños. Aquello quizá delatase su verdadera esencia y sus poderes, pero no todo lo que el rival quisiera. Entonces ejecutó un contraataque. Estando estático en el sitio, su cuerpo sólo se movió en un leve balanceo de atrás hacia delante, momento en el cual escupió una extraña sustancia de barro. Era como una bala lanzada a presión y que, cerca de Zeno golpeó pero al ser este logia pasó igual que con el marine. El marine empezaba fuerte.
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