Teravan Zallen

Exp: 2700

Nivel: 12

Nombre: Teravan Zallen.

Apodo: Agente 42,42

Edad: 22

Sexo: Hombre.

Raza: Humano.

Rango/Empleo: Iniciado (Cipher Pol).

Rango social: Alto.

Descripción estilo de lucha:
-Nombre: Realidad aumentada.
-Ejecución: Consigue, a través de su akuma, su pistola y su espada, dañar a su enemigo con engaños, de forma que este no consigue dilucidar completamente qué le ha dañado. Las personas más paranoicas pensarían que se trata de una ilusión.

Akuma no mi: Uchi-Uchi no mi

Descripción de poder: Puede lanzar cualquier objeto, dentro de unos límites establecidos por su nivel, de diferente geometría, peso y material en una dirección concreta. La velocidad a la que lanza los cuerpos se establece en relación a la masa del objeto en comparación con la velocidad a la que lanza la máxima masa soportable.

La ecuación que rige este principio es la siguiente: Velocidad = Masa máxima soportada / Masa del objeto * Velocidad a máxima masa(30 km/h).

La velocidad máxima no aumenta por debajo del kilogramo de masa.

Nota: Los objetos no pueden superar la velocidad del sonido (1235 km/h).

Tabla de niveles:

Hakis, técnicas y PowerUps:

Haki armadura entrenado.

Descripción física:

Tiene un aspecto meticulosamente cuidado, como si se tratase de un cálculo previo hecho sobre el papel. Su vestimenta impoluta consta de un elegante traje de color negro, tipo smokin, una corbata usualmente negra y unos guantes blancos. Su pelo, negro como el azabache y alisado a conciencia nunca presentará un aspecto descuidado.

Su rostro goza de aspecto jovial y alegre. Su tendencia a sonreír en las situaciones de mayor tensión suele desorientar a sus adversarios, sobre todo estando acompañada de su mirada de color rubí sangriento. Los rasgos finos y afilados de su faz ayudan al aire de seducción que lo acompaña. Además, no parece haber tenido nunca un solo pelo en un lugar por encima de los ojos.

Su complexión es atlética, de alta estatura y musculatura definida, pero no extravagante. Su esbelto cuerpo puede moverse con agilidad y soltura hasta en las zonas poco espaciosas. Sus piernas tienen el aspecto de estar acostumbradas a los esfuerzos explosivos continuos, así como a la actividad deportiva. Su torso no es especialmente musculoso, mas no por ello carece de fuerza física.

Alineamiento: Legal maligno.

Descripción psicológica: ¿Quién es Teravan? En ocasiones ni él mismo lo sabe. Su obsesión con la suplantación y la manipulación le llevaron a las mismas puertas del legendario CP, sin embargo, le han hecho progresivamente olvidar sus verdaderos recuerdos y sus motivaciones menores. Por fortuna nada es capaz de eliminar su objetivo de su mente, sustituir absolutamente toda la cubertería de los edificios gubernamentales por cubiertos de plata de ley. No recuerda la razón de tener ese objetivo, solamente su total y absoluta dedicación al mismo. Tampoco recuerda claramente a partir de qué punto ha perdido la memoria.

El don de la palabra siempre ha bendecido al agente 42,42. Engañar ha sido siempre uno de sus puntos fuertes, con una mezcla de elegancia y elocuencia. Sus formas son aristocráticas y su conversación variada y rica. Nunca ha temido hacer lo que era necesario para obtener sus objetivos, siempre dentro de los límites de su código ético, que en ocasiones puede ser tratado de moralmente alternativo.

No es una persona tímida, tampoco especialmente habladora, interviene en las conversaciones cuando tiene que hacerlo, cuando puede sacar beneficio o cuando se le pregunta. También mantiene en ocasiones contadas conversaciones por placer, aunque poca gente cuenta con la cultura suficiente como para no aburrirle.

Es sonriente y alegre, su sonrisa siempre acompaña cada uno de sus pausados y calculados movimientos. Consta de una patente educación de alto nivel, fruto de su procedencia de alta clase.

Gustos:

Disfruta de una buena taza de té, preferiblemente Earl Grey de reciente extracción, espeso y con media cucharada de azúcar. Si la sed apretase podría disfrutarlo con limón o incluso con leche. Durante su ritual de las cinco de la tarde escucha buena música, lee las noticias o goza de una buena conversación, si tiene la oportunidad.

Los paseos por la playa siempre le han cautivado, sobre todo en las tardes veraniegas cuando el sol empieza a perder su fuerza. Los atardeceres pueden entretenerle durante toda su duración, sobre todo si se disfrutan con buena compañía.

Las mujeres hermosas y, sobre todo, cultas, refinadas e inteligentes son su debilidad. Le gusta el aspecto delicado de las damas y tiene un fetiche con el poder, puesto que le gusta el contraste que causa el comportamiento decidido y autoritario con esa delicadeza.

En ningún momento ha quedado descartado el té helado.

Una de sus más profundas pasiones es su amor por la música y la literatura. Se entretiene con la fantástica y la romántica, pero le apasiona la realista ambientada en la clase alta. Su música preferida es la barroca, pero cualquier tipo de música clásica le fascina. Por este mismo fenómeno se recrea en bailes de salón con acompañantes del sexo opuesto que sepan seguir su ritmo.

Le gusta de forma parecida al baile los duelos con florete. Su juego de pies es similar a un vals perfectamente ejecutado y sus reflejos ayudan a salir vencedor en la mayoría de las ocasiones.

Desagrados:

Odia el desorden y tiende a deshacerlo cuando tiene oportunidad, ganando el título de mayordomo entre sus más allegados. Ordena y limpia a una velocidad vertiginosa y con una precisión milimétrica. No comprende de dónde ha obtenido esas dotes, pero siempre le han asegurado que no es natural, sino casi demoníaco.

Detesta las malas palabras y los malos modales. Nunca se escuchará una vulgaridad salir de su boca ni un tono poco apropiado. Cuando otras personas cometen ese tipo de impertinencias sufren a continuación una mirada de odio aterrador por su parte. Las personas burdas y vulgares, sobre todo si visten mal o con descuido no le agradan, aunque tampoco las juzga, puesto que la plebe es necesaria.

Los griteríos y sonidos elevados le molestan y causan malestar. No soporta que la gente grite en conversaciones o discusiones de ningún tipo, sobre todo si es de forma innecesaria. El exceso de efusividad le pone nervioso, pero tampoco lo censura rotundamente.

Los cuadros inclinados, las bombillas fundidas y los pequeños detalles fruto de errores le desconciertan, causándole la irremediable necesidad de solucionarlos. Este tipo de trastorno obsesivo-compulsivo suele ser común en personas de su nivel intelectual, sin embargo, Teravan tiende a ocultarlo.

Los fanatismos chocan con su propia forma de ser, ya que obstaculizan la conversación y envenenan la mente. La falta de criterio que causan es un punto desfavorable, pero su falta de racionalidad podría tomarse como el mayor punto negativo. El fanatismo es un sentimiento demasiado fuerte como para ser aceptado en la alta sociedad.

No disfruta del té mal preparado, por lo que detesta tener que tomárselo por educación. Los imprevistos y los cambios de planes le ponen de un mal humor constante, como si le hubiesen dado un golpe en el estómago. La gente muy insistente, las personas apáticas e indiferentes y las causas vacías son sus otros desagrados.

Habilidades:

Limpia y ordena con precisión y cálculo. Hasta el más sucio cuarto de calderas podría servir para degustar un buen vino o tomar un buen té tras cinco minutos a solas con el agente 42,42. En cuestión de horas es capaz de cambiar casi por completo una vivienda de tamaño medio.

El baile y la esgrima son otro de sus puntos fuertes, fruto de su pasión por la música. De desearlo podría dejar encinta a una mujer tras un tango con el ritmo apropiado. No sucede lo mismo con los bailes que no son de salón.

Los juegos de manos y, por lo tanto, la magia y los trucos no tienen secretos para él. Es capaz de hacer desaparecer una moneda de su mano con tan solo mirarla de forma intimidante, o al menos eso piensa el público... Pregúntale, a lo mejor te dice su secreto.

Uno de sus puntos más fuertes es la conversación. La seducción es simple y eficaz y el engaño es innato y sencillo. Puede que esto tenga repercusiones a largo plazo, pero para entonces ya será otra persona, así que...

Torpezas:

A pesar de su gusto por la literatura, no es capaz de escribir de forma poética. Sus sentimientos son intransmitibles a través de su escritura, y cuando intenta seducir por carta, casi siempre necesita usar el engaño.

Tiene un gusto pésimo para la decoración y el diseño. Hasta el más perfecto de los salones se convertiría en una tasca si se le da vía libre a este agente. Puede observar y apreciar las buenas distribuciones, pero no causarlas él mismo.

No es capaz de silbar, lo ha intentado muchas veces, pero no puede emitir sonidos musicales a través de esa vía. Le molesta enormemente esta torpeza, pues choca con su amor por la música.

Sus cambios de personalidad y su profesión han causado un total desapego por las personas. No es capaz de sentir empatía ni de ponerse en el lugar de las personas.

Profesiones: 1 principal (referente al estilo de lucha) y 3 secundarias, o bien renunciar a una secundaria en función de una especialización:

Alternativo [katana] (1: Puntería (Tirador) 2: Poder de destrucción (Espadachín) 3: Reflejos (Asesino) 4: Sigilo (Asesino))

Espía (Agente especial), Espía (Decodificador), Ladrón (Ladrón de guante blanco).

Banda: Ninguna.

Armas: Katana, pistola y cuchillo.

Historia:

Caminaba tranquilamente, con el paso decidido propio de las personas que saben lo que están haciendo. Los calculados movimientos que realizaba no podían ser fruto de la casualidad ni de simple elegancia. Llevaba la chaqueta del traje sujetada por encima del hombro debido al calor, pero eso no restaba distinción a su figura. ¿Quién era ese hombre? Muchos dirían que era Aleksei Ivánovich, destacado jugador y consejero de las altas esferas; otros dirían que era Sebastian Michaelis, un mayordomo de especial eficacia que seguía a todas partes a su joven señor. Sin embargo, la verdad era otra muy diferente. Una verdad que apenas podía distinguirse entre la inmensa cantidad de cortinas y velos que adornaban la vida del apuesto y elegante joven. Una verdad de la que ni él mismo se acordaba completamente. Había sido tantas personas al mismo tiempo que los recuerdos se mezclaban y retorcían, por lo que para él solo existía una verdad: quién era en ese momento.

La entrada del Cipher Pol, allí recordaba que había pasado algo importante, ¿o era solo una tapadera? Su objetivo no parecía ser el mismo que el de las otras personas, pero no por ello tenía menos importancia: cambiar toda la cubertería de los edificios del Gobierno por una de plata. ¿De dónde había sacado una idea tan extraña? Solo sabía que era esencial cumplir su objetivo, que era fundamental cumplimentar su misión, y que para ello debía meterse en esa organización. No era una mala idea, convertir sus habilidades de cambio de personalidad en una profesión bien pagada.

Su extraña habilidad suponía una extraña incógnita. Su funcionamiento era simple: tocaba un objeto, decidía una dirección y una velocidad y el objeto obedecía. Podía llegar a ser útil en algún momento, sin embargo, dada su ocupación discreta y calmada, no resultaba especialmente imprescindible. Su descubrimiento no fue planeado, simplemente deseó atravesar con una moneda un Den Den Mushi que emitía un sonido molesto a todo volumen. Odiaba los ruidos innecesarios. Inexplicablemente aquella moneda cumplió sus deseos y atravesó esa molesta fuente de malestar. Logró mantener la compostura y, sonriendo, se alejó hacia su residencia para pensar en qué había sucedido.

Pensó en ello ardua y meticulosamente, pero las lagunas inquebrantables que poblaban su memoria le provocaban unas dolorosas migrañas, al principio, derivando en unas potentes crisis nerviosas si insistía durante el tiempo suficiente. Lo único que salía a la luz eran voces, y la intensa luminosidad de un foco. Sabía que algo se le escapaba, que había algo muy importante que había olvidado.

Sin embargo, logró superar la desazón y seguir adelante, su poder era sencillo de controlar. Además, era potente, muy potente, pues en poco tiempo logró lanzar objetos de hasta 15 kg a velocidad significativas. En el Cipher Pol lograría extraer su máximo potencial. Su mayor habilidad, sin embargo, era la habilidad con la katana que poseía. Recuerda que la encontró un día al borde de su cama, pero no recuerda haberla comprado. Sabía usarla muy bien, mas debía de ser algo innato, pues no recuerda haber tomado clases de esgrima ni haber practicado por su cuenta en ningún momento. De todas formas, esa posibilidad no debe ser descartada por el momento.

Su estancia en el CP no fue un camino de rosas. Se levantaba temprano, asistía a clases y entrenamientos y ordenaba los estropicios de sus compañeros, que eran especialmente sucios. No podía estar en una sala con tanta porquería tirada por las mesas y el suelo. Sus habilidades sorprendieron a algunos de sus instructores, sobre todo en el apartado social. No eran nada mitológico ni legendario, pero se apartaban notablemente de la media. Las primeras misiones que se le encomendaron eran sencillas, nada del otro mundo. Más que un objetivo concreto eran un par de instrucciones como comprobación de que se podían llevar a cabo ciertas tareas. Al principio le recordó a una gresca entre amigos para saber quién es el más capaz, pero pronto empezaron a complicarse.

El camino no sería tan fácil, pero ahora tocaba lo mejor.

Mar de origen: Sin recuerdos.

Isla de origen: Sin recuerdos.

Pertenencias iniciales: Una pequeña colección de trajes, un juego de té, un colgante de rubí y unos pares de guantes blancos.

Botín de partidas:

Sueños: Cambiar la cubertería de los edificios del Gobierno por cubertería de plata.

Multicuenta de:

Referido por: Kai.

Ficha terminada.

Ficha aceptada.

Actualizado con haki armadura despertado (obtenido en el capítulo "La fiebre del oro").

Sería entrenado y aceptado

Actualizo a entrenado, entonces. Muchas gracias.

Todo correcto.