Eneis Lobby corrupto Moderado 3 (Adam)

El que te habla no parece creerse del todo la historia, está a punto de darte otro empujón cuando el segundo lo para. Con un tono más calmado te hace preguntas similares al bestia, pero incluyendo varias acerca de tus movimientos después de salir del restaurante. Poco después de que contestes aparece el jefe con otros dos agentes detrás.

-Parece que pasaste la prueba novato, no puedo decir lo mismo de algunos de mis hombres. – Su tono es tranquilo y calmado hasta el final que parece enojado. –Las medicas llevan tiempo vigilando la tienda al parecer, y alguno de sus hombres te habrá visto entrar las dos veces hoy. Por suerte, hemos descubierto a tiempo su llegada y la frutería ha sufrido un terrible accidente provocado por una fuga de gas. Tardaran en darse cuenta que nos hemos escapado así que tenemos una oportunidad. Quiero que vayas con un par de hombres a su consulta y encuentres pruebas de sus operaciones, estarán ocultas así que tendrás que usar la imaginación. Si lo consigues libraremos esta isla de un profundo cáncer.

Te acompañan por el túnel hasta lo que parece una salida en un callejón, encima de la puerta pone funeraria negra pintado en la pared, sería difícil verlo sin entrar al callejón. ¿Qué vas ha hacer?

El muchacho, deseoso de infligirme dolor físico para aliviar su estrés y no satisfecho con mis palabras, intenta empujarme de nuevo, pero es detenido por el otro, en el que mi veracidad ha calado.

Desea saber dónde ha estado el error, en qué lugar me han visto y cuanto se remonta la ignorada persecución.
- A ver, tras salir de la hamburguesería, ¿por dónde fuiste? – sobrepasa su nerviosismo con una paciencia abismal, puede que  vea futuro en mí.
- Bueno volví sobre mis pasos por el lugar donde me dijeron que estaba la hamburguesería la primera vez… así que subí la calle, luego giré a la izquierda, luego fui recto otras dos calles más… todo muy normal, ya sabes. Aunque no había mucha gente por la calle,  es la hora después de comer al fin y al cabo…

Los pasos en el pasillo parecen más tranquilos, el jefe es acompañado por dos guardaespaldas, la severidad en los rostros del trío augura malas noticias. ¿Malas noticias para mí? ¿Debo prepararme para acuchillarles e intentar salir de aquí? Quizás sea un laberinto… mejor espero, no hay razón para ser hostiles. No aún.

-Parece que pasaste la prueba novato, no puedo decir lo mismo de algunos de mis hombres- ¿entonces aunque no la hubiera pasado sería de tus hombres? Bueno, el parecer prometedor es bueno… o muy malo, pero dado el deje de enfado al terminar la frase indica una acusación de ineptitud a los que no la pasan, un cierto desprecio- . Las médicas llevan tiempo vigilando la tienda al parecer, y alguno de sus hombres te habrá visto entrar las dos veces hoy. Por suerte, hemos descubierto a tiempo su llegada y la frutería ha sufrido un terrible accidente provocado por una fuga de gas- Porque es muy normal tener butano en las fruterías, como ahí se ducha mucha gente… debería haber puesto más sarcasmo en la palabra ‘accidente’ - .Tardaran en darse cuenta que nos hemos escapado –claro, claro, no es obvio…- así que tenemos una oportunidad. Quiero que vayas con un par de hombres a su consulta y encuentres pruebas de sus operaciones, estarán ocultas así que tendrás que usar la imaginación. Si lo consigues libraremos esta isla de un profundo cáncer.
Habla con la pasión de un profeta, con la convicción de un moribundo dispuesto a entrar en el cielo, como un niño que cree sus propias mentiras.  Tratar con un “psicótico” es muy jodido.

Asiento ante sus órdenes, luego seguimos por el pasillo… pero es momento de hacer preguntas, pero no puedo hacerlas como yo las haría.

- Y… bueno, sólo soy un novato, pero después de que encontremos esas pruebas, ¿qué hacemos? Si las hay claro… ¿Por qué nos escondemos, o más bien de quién? ¿Tanto llega la influencia de esas mujeres?- pueden sospechar, relajar tensión- Que ya sé que tiran más dos tetas que dos carretas, y tienen cuatro muy bien puestas… - iniciar paranoia- pero sí usted confiaba en esa, supuesta traidora, y luego… todo esto… la verdad es que estoy perdiendo el objetivo final de todo esto. Sé que es bueno y demás, pero ya me he hecho tal lío que he perdido la situación. Creo que es mucho más fácil que pregunte qué coño hacemos, para qué y demás… porque cuando las cosas no están bajo control, cuando las cosas no se miden van siempre al caos, y el caos  es malo, el caos rompe y mata… Y las cosas fuera de control no están en orden, no están en su sitio, y así me es mucho más difícil trabajar.  Porque hay ocho, de nueve, posibles sospechosos hombres, tres de cuatro posibles mujeres, y tres okamas, todos sospechosos para que al final tenga que restituir una categoría que había desechado para identificar a un sospechoso que no sólo miente, si no que sus compañeros enmascaran su mentira. Porque nadie me explica las cosas en su momento, gastando segundos de pánico y olvidándoseme…- tomo una ansiada bocanada en la caída del tono- respirar…- suspiro, pero la agitada respiración no vuelve a la normalidad.

La puerta se abre, la Funeraria Negra no oculta cadáveres, pero podía haberlo hecho. Avanzo unos pasos y apoyo la frente en la pared del vacío callejón. Miro al vacío sólo visible cuando las cosas abruman a la gente, donde todo sale, o puede, salir mal.

Respiro, a la espera de la respuesta y dejando caer la tensión del diálogo.

Quizás con la respuesta  de la persona más “normal” , quizás con cierta obsesión por el control,  obtenga la más oculta de las respuestas.

Antes de cerrar la puerta te contesta:

-Una vez con las pruebas en la mano, conseguiremos que sean encerradas ellas y todos sus secuaces, liberando esta isla de agentes que solo buscan el lucro propio a costa de otros. Mi confianza es algo de lo que nunca gozaron esas corruptas, no como de la de otros. Ahora ve y asegúrate esta vez de que no te siguen al ir o al volver novato. Todo tu esfuerzo hasta ahora depende de esto.

Las calles están más abarrotadas, en especial curiosos que se dirigen a ver qué ha pasado en la frutería. Esto te dará una mayor cobertura, pero a los agentes que puedas seguirte también, tendrás que inventar algo para evitar esto. Al llegar cerca de la clínica uno de los hombres que asignaron para ayudarte te dará un pequeño DDM, por el que dice que te avisara si pasa algo, o por el que tú puedes pedir ayuda. La clínica está cerrada, puerta candada, ventanas con las persianas bajadas, tendrás que arreglártelas para entrar.

La, adecuada, interpretación de la crisis nerviosa funciona.
-Una vez con las pruebas en la mano, conseguiremos que sean encerradas ellas y todos sus secuaces, liberando esta isla de agentes que solo buscan el lucro propio a costa de otros. Mi confianza es algo de lo que nunca gozaron esas corruptas, no como de la de otros. Ahora ve y asegúrate esta vez de que no te siguen al ir o al volver novato. Todo tu esfuerzo hasta ahora depende de esto.

Cierra la puerta suavemente, y antes de lo que puedo darme cuenta se marchan.
Existen varias posibilidades.
1º He cometido un error inicial, lo que deriva en que ellos no son los corruptos, si no que dentro de su propio grupo ha habido topos que son los que tenían que encontrar. Puede ser verdadero lo que me acaba de decir…
2º No he cometido un error inicial, me he infiltrado en un grupo corrupto y ahora tengo que considerar que hago…
3º Creo haber cometido el error inicial de juzgar que ellos son corruptos, pero en verdad lo son y me están azuzando para que combata contra la propia justicia.

Ahora consideremos los hechos.
- La entrega del mensaje ha sido poco ortodoxa, tanto por cifrado como por la entrega.
- De haber una trama oscura, no podrían confiar en agentes antiguos… ya que podrían estar influenciados, deberían buscar a un iniciado que acabara de llegar, con el añadido de que si provenía de instituciones podría estar igualmente corrupto.
- Las mujeres han intentado de seducirme, un método rápido de captación, y tras negar el coito han lanzado rumores que me dejan en una posición social más vulnerable.
- El jefe tiene a gente a su cargo, debe ser carismático, y se ha portado relativamente bien conmigo… no hay razón para ello, puede que la de juzgarme para ver si puedo tomar hueco en sus planes.
- Traicionar al gobierno significa la muerte. Y la imposibilidad de cumplir la misión más primordial.
- Hemos sido descubiertos. Prioridad de sigilo.
Decisión, decantarse por el ámbito social ante la ausencia de pruebas de uno u otro grupo: Grupo ganador… ENNIESLOBBYBURGER.
Plan de respuesta frente a fracaso, realizado.

Camino en silencio por las calles, quitándome antes de salir a la calle principal la chaqueta para sacudirla del polvillo de la sufrida estructura, realizo la misma acción con mi pelo y zapato, para éste ayudado de un poco de saliva. Las masas parecen curiosas, lo que permite la cobertura… ¿pero qué hacer?

Mi aspecto es demasiado atípico como para mezclarme de manera efectiva… pueden detectarme fácilmente pues saben cómo luzco, y yo no sé qué pinta tienen ellos. Modificar mi aspecto es difícil, tanto por la situación, la ausencia de ropas que intercambiar, así como la imposibilidad de cambiar mi peinado. Escoger mal menor, ruta…

Tienen información sobre mí, pero y si no soy yo quien va. ¿Quién podría ser?
Entro en la marabunta, alzando mi cabeza entre las gentes con actitud inquisitiva hacia la maltrecha tienda, escuchando los “¿Qué ha pasado?” y “¿Habrá heridos?”, sin que nadie se atreva a comprobarlo…

¿Cuál es la mejor manera de descubrirme? Extenderse desde la raíz del daño… evitar posibilidades de huida hacia el puerto; de refugio en barrios grandes y proximidades al local… aprovechar la cobertura social para encontrar a la gente huidiza, o que parezca que no quiere ser detectada. Contrastar aspectos determinados, buscar a un hombre de pelo blanco vestido de CP.

Camino entre la multitud para arrojar mi chaqueta, tras vaciarla, en un cambio de esquina, la camisa blanca interior no debería llamar tanto la atención como el contraste negro y blanco… ando a paso tranquilo, sin ser firme, comprobando las tiendas de los alrededores como un cliente curioso que sólo aviva las esperanzas de los tenderos. Sonrío y niego, no le gustará ese regalo… no tengo dinero… pensamientos faciales.

Tras la pequeña vuelta voy directo hacia la clínica. Puede verse desde lejos las persianas cerradas a cal y canto, sería muy ruidoso forzarlas, y de seguro alguien está vigilando desde fuera la estancia… o desde dentro. Soy asaltado, y mi mano se introduce en mi bolsillo en búsqueda de protección. Está bien, es uno de los asignados.

- Toma, ten esto- me tiende un pequeño caracol, un DDM más pequeño que los normales, él lleva uno sobre su oreja…- Por si pasa algo.
- Gracias, pero no puedo usarlo- toco la concha y el animal se introduce en sí mismo, aterrorizado- . ¿Ves? Pero gracias por la… preocupación- continúo andando, la puerta está cerrada, y mi pequeño forcejeo contra el pomo es un gesto inútil.

Miro hacia el impedimento. Abrirla de un portazo sería demasiado obvio, las llaves no están disponibles, y dudo que haya alguna más escondida cerca de la puerta. No sé forzar una puerta. Debería haber al menos una persona para urgencias… esto sigue siendo una clínica.
Aporreo la puerta con urgencia, luego introduzco los dedos de mi mano izquierda en mi boca, presionando la parte final de la lengua hasta la úvula. Mi derecha sostiene la daga escondida en la curvatura de mi brazo . El vómito es inminente.

-Tiraremos alguna piedra u objeto contra la ventana si vienen enemigos entonces, pero luego, desapareceremos.

La puerta no se abre, no parece que se enciendan luces ni nada por el estilo, el único cambio es la mirada furiosa del hombre que estaba a tu lado y que no ha podido alejarse mucho antes de tu numerito. Aunque cuando vomitas parece darse de lo que querías hacer, aun así, niega con la cabeza y se retira a la oscuridad. No parece buena idea quedarse donde estas, y menos con el vómito recién echado a tus pies, aunque claro tus zapatos ya están manchados. Por la calle de momento no pasa nadie, aunque tendrías que seguir buscando una manera de entrar.

- Tiraremos alguna piedra u objeto contra la ventana si vienen enemigos entonces, pero luego, desapareceremos - dice el hombre ante el cambio de planes. La opción es factible.

La treta parece no dar resultado, no hay nadie en el edificio... o no quieren salir, la arcada termina irrevocablemente en el vómito que encharca mis pies. La mirada del acompañante lo dice todo antes de desaparecer.
"¿Qué coño haces con tu vida? Es una misión de sigilo. SIGILO ".

Me alejo de la puerta para contemplarla durante un instante, para luego buscar una entrada alternativa, como una puerta trasera, únicamente acompañado por el chapoteo del vómito dentro de mis calcetines. Me descalzo pisando los talones de mis zapatos para así, con un movimiento de piés, continuar en un modo más sigiloso.

Tu sigilo mejora un poco con el cambio, pero es posible que casi cualquiera te siga por el olor. Rodeando la clínica ves una fuente con el desagüe al lado, las ventanas cerradas como las otras y una chimenea en la parte contraria del tejado a donde empezaste. Has dejado de ver al agente, y no se escucha más que el ruido de tus pisadas. Al fondo del jardín han aparecido dos pares de ojos brillantes, lo más probable es que sean gatos. ¿ Lo comprobarás? ¿Te la varas, escalaras o mandaras todo a la mierda?

Es el conjunto de sensaciones de la boca rechinante, los pantalones pegados y el ácido olor de mi garganta lo que define mi patético estado. Apesto, y puedo saborearlo.
Parece que la clínica fue antaño una casa, como puede juzgarse por el jardín de una fuente cuyo desagüe reposa a uno de sus lados, probablemente se trate de un modelo rebosante, así como una chimenea… porque claro está, una estructura así carece de propósito en el ámbito médico… Quizá es actualmente usada como un armario empotrado, o un depósito para quemar muestras demasiado tóxicas como para ser desechadas de otra manera.
Los destellos de cuatro iris brillan entre los arbustos del fondo… la idea de lavarme queda desechada, así evitaré que me ataquen semejantes criaturas... si yo estoy molesto por el olor, ellas deben sentirse demasiado asqueadas. Digo yo que igual que hay perros de guardia los gatos también podrán usarse, ¿no? Confirmar ante expertos.
Miro la pared de la chimenea, ligeramente diferente al resto de la casa ¿una piedra para evitar la pérdida de calor? Es más rugosa que el resto, ¿pero será lo suficiente como para ser escalada?
Lo intento tras secar los pies en la tierra, eliminando la capa del inmundo líquido para favorecer el agarre. Tendré que llegar arriba y esperar que la chimenea ni esté, ni haya sido utilizada para los propósitos médicos… Claro que el calor debería acabar con todo residuo tóxico… ¿no? ¿Y luego como bajo? Podría abrir desde dentro las persiasnas, eso sería más fácil… claro que…

Consigues escalar la pared con un par de resbalones que abren nuevos agujeros en tus pantalones a la altura de las rodillas. No parece que se hayan producido heridas en la zona. La chimenea, parece que tiene espacio suficiente para que bajes, pero eres incapaz de ver que hay abajo. El hollín de los bordes no parece muy antiguo, por lo que fuego se hace en ella, el uso del mismo está por determinar. Los gatos no parecen haberse movido, pero te siguen mirando, no es muy probable que sean gatos guardianes. El resto del tejado es normal, tejas de barro superpuestas unas con otras para evitar filtraciones.

¿Te vas a meter por la chimenea? ¿Miraras bajo las tejas? ¿Provocaras posibles goteras adrede en una clínica?

Pierdo el contacto con la roca en un par de ocasiones, pego las rodillas en respuesta e intento abrazarme a la chimenea con todas mis fuerzas... freno y vuelvo a agarrarme con el mínimo coste de quedarme sin tela en las rodillas, ahora mi pantalón está sólo sujeto por la restante tela en la corva y los laterales de la rótula.

Llego arriba, donde la primera cosa que noto es el hollín pegado a mis manos, fresco... ¿Qué habrán quemado? ¿Estaré en lo cierto con mi deducción de la quema de materiales biopeligrosos?

Las tejas parecen estar en exceso, no se trata de una sola capa uniforme, si no de multicapas superpuestas... todo el tejado parece estar de la misma manera, así que debe de ser algún método arquitectónico, bien con funcionalidad, o sólo estético.

Creo que podré bajar por la chimenea, deberé ejercer presión a ambos lados para tener una bajada lenta y segura... tendré que añadir una mayor presion para vencer la resbaladiza superficie del negro carbonzillo que tizna el interior.

Los ojos de los gatos brilan aún en el seto. No tengo suficiente conocimiento en etología felina para saber si se comportan como deberían... deberé estar atento... hay demasiadas akumas no mi por el mundo, demasiado fáciles de encontrar.

Tomo una última bocanada de aire limpio antes de introducirme en la oscuridad.

Resbalas por la chimenea hacía abajo, no parece que nada raro este pasando. Cuando no has bajado ni un metro así, te resbalas por el hollín que desprende, dejándote sin apoyo. Caes de culo contra el duro suelo. No parece haberte dolido, puede que la gran cantidad ceniza tengo algo que ver con ello. No parece que quemen cosas raras hay. Esta todo oscuro, no se cuela luz por ningún lado, además pues notar que has levantado mucha ceniza, por lo que seguramente la sala tenga una gran polvareda. No estás seguro de cuanto has bajado, pero puede ser hora de ponerte manos a la obra con tu encargo, al menos ahora estas más seco.

Mis piernas pueden aguantar mi peso, la espalda se encarga de aportar una correcta sujección a la sucia piedra... la oscuridad no me permite saber cuanto voy bajando, pero el contacto con la pie...

Pierdo el agarre, la medida y la referencia. Inclino la cabeza hacia delante para evitar su impacto contra la roca, permaneciendo lo más recto posible... ¿no me rompería así la columa con un golpe en el...

PAFF, y no PAM. El impacto es mucho más suave de lo esperado, evitándome así posibles lesiones medulares. Anotar realización de protocolo de caídas. Mis ojos se irritan por el polvo levantado mientras intento salir a tientas de la estructura.

El contacto con la arcillosa sustancia que se pega a mis dedos me da una información inesperada, la quema que se ha realizado no ha dejado residuos metálicos, ni de cristal... por suerte para mi salud. ¿Qué han quemado entonces? ¿Madera y papel?

Papeles...
Me pongo recto, tengo que encontrar los documentos... si es que no los han quemado antes. Deben estar en la consulta, escondidos por alguna parte...

Comienzo a moverme dejando negrura a mi paso.

OFF: Investigo el edificio, que no tengo así mucha información para empezar.

Avanzas por la sala dando tumbos, chocándote con objetos duros e incluso llevándote alguna esquina. Tus rodillas y canillas te duelen bastante, incluso alguna puede que este sangrando. Puede que quieras dar la luz para no seguir chocándote con todo y haciendo más ruido que un grupo de monos aulladores. De cualquier forma, estas en el sótano del consultorio, concretamente en la sala de la calefacción en la que queman madera para impulsar aire caliente por el edificio, o calentar agua. Si consigues dar con la puerta en esta oscuridad saldrás a un pasillo iluminado tenuemente por luces blancas. Al fondo hay unas escaleras que suben y en este pasillo otras dos puertas cerradas parecen llamar tu atención.

Puede que quieras mangar alguna venda para tapar esas heridas, o bueno, ¿Qué harás?

Pero no es mucha negrura la que consigo traer en la oscuridad de la sala. Tropiezo cuando mi pie pierde el que creía ser un apoyo firme, mi cuerpo cae sobre las esructuras de madera que parecen no tener fin… una y otra vez sin el apoyo visual pertinente y a pesar de estirar los brazos las estructuras parecen estar simplemente amontonadas sin ningún tipo de orden ni consenso. ¿Qué clase de salón es este?

Por fin, el tanteo a través de la pared me lleva a una puerta, y su apertura trae la pedagógica luz consigo. No era un salón despues de todo, si no una especie de aserradero donde se apilan muebles a desguazar y trozos de madera tronchados.
Mis piernas han sufrido el desgaste de los encontronazos con las astillas, pero viendo la cara buena no tendré que ponerme la antitetánica… no hay óxido en la madera, creo. Consultar.¿Pero para qué tener una chimenea en un lugar donde el sol siempre calienta? Quizás para cuando llueva… o para calentar el agua…

Me giro hacia la salida, el largo pasillo blanco tan sólo tiene dos puertas antes de finalizar en una escalera. ¿Estoy en un sótano? ¿Un sótano con chimenea? Ni que fuera la sala de calderas de un barco.
Primero veamos si las puertas pueden ser abiertas, tanto tirando como empujando… puede haber algo de interés en las zonas donde los pacientes no deberían estar, es lo más lógico.

Al abrir las puertas y con la tenue luz no parecen tener nada interesante dentro. Puede que con algo más de luz y algo de tiempo revisando los armarios encontraras algo de interés en tu investigación. Si lo haces hallaras varios tipos de medicamentos ilegales, mezclados con los legales (sí, es el almacén de medicinas). Si en cambio, o además subes las escaleras acabaras en un pasillo conocido, el que lleva a las consultas donde estuviste. Hay seis puertas, incluida la de la sala donde te trataron a ti. La luz, a diferencia de abajo, está encendida, pero no has escuchado ningún aviso.

Abiertas al empujar, no hay ningún tipo de cierre con llave echado. La tenue luz del pasillo deja entrever armarios posicionados en orden, como con algún método de clasificación... además el tenue sonido de los motores eléctricos sugiere que alguno de ellos funciona como una nevera.

¿Qué contendrán? Mi mano se desliza sobre el lado de la puerta en la búsqueda de un interruptor. Click. Algo más de luz, pero aún así sigue siendo débil en comparación con la media de una habitación común. ¿Por qué?

Abro los armarios de uno en uno, para luego cerrarlos en sucesión. No hay documentos, tan sólo tarros que contienen fluidos, botes de pastillas y productos químicos. Es el almacén de medicinas... aquí no encontraré los documentos.

Salgo de la habitación procurando minimizar mi rastro... todo de vuelta a su sitio, luces apagadas, puertas cerradas... y un bonito rastro de ceniza.

Nota mental: No perder el tiempo en ocultar el rastro.
Nota mental 2: Buscar la lista de compra de los medicamentos. Acusaciones de desfalco, venta ilegal a personas con falsas recetas...

Subo las escaleras para encontrarme con una visión más familiar. Las seis puertas que recuerdo de mi visita permanecen cerradas. Ya he estado en una, que parecía funcionar de consulta para aquellas dos mujeres. ¿Debería ir allí o debería probar suerte en otra previamente?

Me dirijo hacia la más cercana a la salida principal, así podré escuchar si se abre con más facilidad... Otra habitación más que inspeccionar.

Las puertas están abiertas, las de todas las habitaciones, por lo que no tienes problemas en abrir ninguna. Cuando entras en la que quieres, te encuentras con el armario de limpieza, más grande de lo que imaginabas y lleno de productos en botes con nombres extraños. Las otras cinco puertas son consultas, dentro de ellas encontraras muchos informes médicos en los escritorios guardados, nada como para poder denunciarlas o que muestren algo ilegal. No escuchas nada, ni abrirse la puerta, ni piedras en ventanas, nada. La puerta más cercana a las escaleras es diferente, esta es un despacho, algo así como la oficina del jefe. Tiene muchas estanterías en las paredes, los títulos de la jefa y varios cuadros, además de una mesa grande de madera con aspecto de vieja.

¿Qué vas a hacer en las salas?

La primera puerta abre sin ninguna problemática. Allí la estancia de más de tres metros cuadrados está un único armario… que tras abrirlo se añade el apellido de “de limpieza”. Docenas de productos químicos, rascadores, paños y algún que otro cubo llenan cada estante del tremendo armario.

Si tuviera tiempo de limpiarme, y conocimiento de cómo quitar estas manchas sin una lavadora… lo haría.
Las restantes puertas parecen seguir un patrón homogéneo de consultas adaptadas en mobiliario a las diferentes facetas de simetría del edificio, aun así todas constan de la típica mesa, su lavabo, sus archivadores en los cajones, su armarito lleno de palos que te introducen hasta la garganta y demás bagatelas médicas.
Una ojeada a los archivos no desvela ningún patrón ni información demasiado confidencial, alguna que otra alergia de personas desconocidas que habrán pasado en algún momento de su estancia en el cuartel por la consulta. Aunque en un principio parecía que la separación diferenciada de apellidos según consulta iba a dar alguna pista, no tardé en deducir que esta diferenciada cantidad de letras para cada una se debe a la estadística de la distribución de los nombres. No muchos apellidos empiezan por Q, o por X.

Tras abrir y cerrar las habitaciones 1-5, aún quedaba una. La más cercana a las escaleras posee la vanidad de un despacho. Lejos de parecer una consulta ésta es algo más burocrática, pues no hay camillas ni ninguna floritura médica más que los títulos en la pared y tomos pesados a los que sólo recurrir cuando la memoria falla o cuando no existe. Un par de cuadros armonizan la visión técnica, y la manufactura de la mesa parece decadente y ajada por el paso de los años. ¿Cómo ha entrado esta mesa aquí? Parece macica y hecha de una sola pieza…
Los documentos. ¿Dónde podrían estar? Me senté en el sillón para ver la perspectiva de la mente “criminal”. Todo el mundo sabe, en especial los ladrones, que si tienes algo de valor debes tenerlo o cerca o muy bien escondido. Pero claro, si encuentran esos documentos, también pueden culparte de algo… así que aparte de bien escondidos tienen que estar lo suficientemente a mano como para destruirlos lo más rápido posible.

Siendo documentos de acciones ilegales que suceden en repetición cada X tiempo, deben estar en un lugar donde puedan añadirse periódicamente, por lo que una costura dentro del sillón queda descartada. Detrás de los cuadros podría haber algún tipo de cámara secreta, como en muchas novelas detectivescas… Ocultar cosas en un cajón, a menos que esté cerrado con llave es estúpido y obvio.

Podría sustituir los documentos con páginas de los libros en la estantería, pero de ser así…¿cómo determinar cuál de todos ellos es? Descartando el hecho de que empujar la estantería tiraría la inmensa cantidad de enciclopedias médicas. A determinar el desgaste de los lomos, en especial la zona inferior donde tocaría con la madera, así como la cantidad de polvo acumulado en la estantería. Comprobar orden de tomos por orden alfabético y por rama de conocimiento.

Mientras analizo mentalmente la imagen paso a comprobar las ideas estúpidas pero plausibles de los cuadros y cajones.

Tardas bastante en recorrer todos los libros de la estantería, están todos perfectamente ordenados alfabéticamente. Aunque parece no seguir un orden concreto por enfermedades o ámbitos de conocimiento. Hay varios que parece que se usan más, por las zonas sin polvo delante de ellos, pero no hay nada de interés dentro. Los cuadros son un camino sin salida, no esconden nada en ellos o detrás delos mismos. Los cajones contienen documentos poco relevantes para tu investigación, pudiéndose abrir todos ellos. Puede que una inspección más a fondo de armarios, mesa o demás muebles rebele algo de interés.

Los cuadros no ocultan nada. Los cajones no contienen nada de interés. Los libros están ordenados según el alfabeto, y a los que se le da mayor uso aunque están desgastados por el sacar y volver a colocar en la estantería tampoco esconden hojas despegadas de las suyas propias.

Me siento de nuevo en el sillón, dejando caer mi peso mientras evalúo las siguientes posibilidades.

La mesa podría contener, como en muchos relatos de misterio, algún compartimento, o quizás alguna zona deslizante, o simplemente los documentos colocados con cinta adhesiva en la parte donde se introduce uno con la silla.
Compruebo la vieja estructura de madera tallada. De no contener nada lo siguiente sería comprobar los compartimentos de los armarios y el resto de mobiliario decorativo.

Yo optaría por esconder los documentos en un lugar donde la presencia de otros documentos ocultara, como un asesino entre la multitud, con la mundanidad de éstos la información peligrosa para mi persona. Pero.. si alguien quiere buscar documentos los buscaría ahí, así que al comprobar legalmente si están los documentos en regla podría detectarlos rápidamente y encarcelarme.
¿Para qué necesitaría yo documentos? Todo estaría en mi memoria... pero entonces no podría llevar la cuenta ante terceros que no se fiaran de mí. Así como a la gente a la que podría comprarle las cosas, o a la que hubiera mandado el dinero antes de tener mi mercancía...

¿Dónde?

Buscando por la mesa te das cuenta que hay en un lugar que no cuadra la proporción. El cajón es más corto que el fondo, y, sin embargo, por debajo parece continuo. Es probable que lo que buscas este ahí, aunque también, puede que ese armario tenga más ancho de lo normal. Si trasteas con ellos darás con que un remate del armario se puede soltar, aunque no llega la luz como ver si hay algo dentro. El cajón, sin embargo, tiene una cerradura de combinación de cuatro números tras una madera que se quita. La gente suele guardar las claves cerca, deberías revisar a ver si la sacas.

*Si metes la manaza en lo del armario te digo en la siguiente que pasa.

Los cajones se abren sin esfuerzo, contienen utensilios comunes de oficina. Plumas, cajas de grapas, cinta adhesiva, plumas, papeles y recetarios en blanco. Medito al abrirlos todos, uno tras otro y vuelvo a cerrarlos sin terminar de discernir cual es el fallo.

Hay algo que no va bien. ¿Qué es? No es la manufacturación de la madera, el veteado parece igual. Tampoco es el tirador, todos son de la misma forma. El contenido es similar. No, no lo es. Uno pesa menos. ¿Por qué? Es más corto. ¿Por qué hay un cajón de la misma columna más corto?

Lo extraigo y coloco sobre la mesa para descubrir dactilarmente en el fondo de este, en la pulida superficie de una madera tratada, un panel suelto que esconde cuatro ruedas de metal. Una combinación para acceder a algo oculto, probablemente los documentos. ¿Pero cual es la contraseña? Hay 10.000 posibilidades, ya que el cero toma prestado una de ellas, y suponiendo que sí importa el orden de los dígitos.

¿Qué puede ser? Fechas, años de nacimiento, número preferido, cuatro dígitos de una constante… demasiadas incógnitas para probar números al azar.
Podría estar aquí un buen rato yendo de número en número. ¿Y si hay un número límite de intentos? Debería aprender el oficio de ladrón para estas cosas… pero no soy un ladrón, soy un psicólogo aficionado… tendré que apañármelas con los conocimientos que tengo.

Puedo intentar estimar una edad, pero eso resultaría obvio para cualquiera con los datos de las muchachas así como un cumpleaños. De no estar ellas aquí debe informar a un tercero para que recoja la información que debe ocultar antes de que las verdaderas instituciones las obtengan… Pistas… apuntar…
Compruebo cada cajón, por si están grabados los números en alguna de sus caras. De no contener ninguna información paso a comprobar las imágenes de los cuadros en búsqueda de dígitos, ya sea por elementos comunes a los mismos (árboles, personas vestidas del mismo color o haciendo lo mismo), o propios dígitos como nombres a pie de cuadro.

Realizadas estas operaciones es el turno del armario, y las dimensiones vuelven a dar otra pista que me lleva a un remate que puede soltarse. Lo extraigo para comprobar si es en la propia pieza de madera dónde se encuentra grabada la clave ayudándome de mis dagas como palanca. El hueco será posteriormente inspeccionado, primero con la parte no afilada de la daga para intentar abrirlo un poco más y luego con la mano.

OFF: Todo esto es secuencial, porque no tiene lógica seguir si encuentro la contraseña. Si no encuentro nada en los cajones paso a los cuadros (lo de buscar patrones), que si no paso a ver el armario mirando primero la pieza del remate que se suelta y luego ya inspeccionando el hueco.

En los cajones no ves nada que pueda parecerse a una contraseña. A menos que las enfermedades y los pedidos cuenten. En los cuadros ves árboles y personas, en diferente numero en cada uno, pero eso solo te daría tres de los cuatro números si fueran parte de la contraseña. Los cuadros tienen más detalles, pero no parecen repetirse lo suficiente como para formar parte de la combinación. En cuanto vas al hueco del armario, notas como la parte de la daga que metes recibe un golpe. Cuando la retiras, más que un golpe ves una marca de algo punzante, de la que sale un líquido anaranjado. A parte de eso has notado que hay algo dentro, ¿Seguro que vas a meter la mano ahí?

Nada, no puedo pensar un orden específico de los dígitos encontrados en los patrones artísticos de referencia. Habrá que pensar otra cos…

Noto la presión rápida en la hoja.

Al extraer la daga tras el golpe puedo ver la pequeña ondulación en el metal pulido, algo ha impactado a una velocidad suficiente como para deformar el metal en un pequeño hoyo, dejando además algún tipo de líquido naranja como rastro. Veneno, seguramente. Y como todo método de protección quiere decir que algo hay ahí digno de tomar. ¿Pero como sacarlo?

No puedo meter la mano sin el riesgo de que ese mecanismo, siempre que sea un mecanismo, puede ser un animal vivo y no muy contento de que irrumpa en su guarida, me pinche y trasmita lo que quiera que provoque ese icor ocre.
Hmm… romper una silla sería demasiado, el papel no me permitiría un agarre… ah, claro. Tomo la pieza de madera que he extraído del mueble, la ladeo para tomarla por su canto, permitiendo así la entrada en el hueco, y la utilizo como herramienta para barrer afuera lo que haya dentro. Nuestros antepasados debieron sentir algo al usar una herramienta, una cierta sensación de orgullo intelectual en un acto tan simple. A mí no me sabe a mucho, pero al menos sabe.

¿Qué es lo que hace que se desarrollen herramientas? ¿Ser débil o encontrar dificultades? Quizás sea un poco de ambas.
Me preparo para aplastar a la bestia bajo el peso de la madera, de ser un bicho venenoso lo que salga primero.

Consigues sacar el papel de dentro del hueco con la pieza de madera. Es bastante pequeño como para ser algún informe de lo que buscas, pero puede que dentro este la clave del cajón. Si lo abres, descubrirás una imagen, es un paisaje con árboles y personas. Junto con los otros tres cuadros, parece que ya tienes la combinación, pero, son los árboles o las personas, y, ¿Cuál es el orden?

Nota: cuadro 1: tres personas y dos árboles. Cuadro dos: una persona y cuatro árboles. Cuadro tres: cuatro personas y siete árboles. Cuadro en la hoja: dos personas y cinco árboles.