Tirame del dedo [libre]

Estábamos andando por el bosque cuando Nairb decidió disculparse conmigo.

-Oye colega, dejalo, no hace falta que te disculpes. Comprendo que fue una situación algo... ''cortante''. Me imaginaba su reacción al ver a alguien con una raja en el cuerpo flotando sobre un lago salado que, si seguía vivo, las heridas tendrían que dolerle bastante por la sal.

De repente se escuchó un grito de una mujer y Nairb dijo que seguramente fuera Cloe y no me extrañaría. Esa chica casi no sabe defenderse sola, solo sabe dar abrazos y alegrar a la gente así que si de verdad es ella sería un problema. Nairb empezó a correr y parecía saberse bastante bien el terreno así que decidí seguirle balanceándome de árbol en árbol con mis cables.

-¡Espero que lleguemos a tiempo! Grité a Nairb con un tono preocupado.

El corazón de Cloe latía cada vez más y más deprisa al observar aterrada como la enorme bestia se acercaba a ella. La pobre chica estaba tan aterrada que el propio miedo la impedía moverse y huir del lugar, pues el rostro de la bestia era aterrador. Según el enorme bicho se acerba a ella, pequeños matices de luz iluminaban su rostro mostrando una cara mutilada en la cual se podía apreciar un ojo inyectado en sangre y una boca deforme llena de colmillos afilados y sangrientos.

Cloe intentó retroceder con sus manos, pero estas parecían pesar una tonelada, además del hecho de estar acorralada por unos árboles. La enorme bestia extendió su brazo y agarro el cuerpo de Cloe con una enorme y monstruosa mano. Cloe intentó gritar, pero parecía que debido al primer grito esta se había quedado afónica y ahora no podía emitir ningún ruido sin producirla un dolor terrible en la garganta.

La enorme bestia se cargó a Cloe al hombro mientras con la otra mano agarraba una pata del enorme tigre y lo llevaba a rastras por el suelo. Mientras tanto la joven seguía inmóvil y aterrada, sus las lágrimas recorrían su rostro mientras imaginaba como aquella bestia iba a acabar con su vida. Los recuerdos de su familia y amigos pasaban por su mente mientras sentía como poco a poco se acercaba a su fin. Pero en ese momento se empezaron a escuchar unos pasos que se acercaban a ellos y la bestia se detuvo para observar quien se acercaba.

Corrí tanto como pude por ese bosque. No podía ni imaginarme que haría si algo malo llegase a pasarle a Cloe. Mi corazón latía a una velocidad desorbitada y notaba como la adrenalina comenzaba a hacer efecto en mí. Estaba totalmente preparado para cualquier cosa que pudiese encontrar en mi destino.

Comenzaba a estar cansado por la inmensa carrera cuando finalmente lo vi entre los árboles. Una enorme bestia de forma humanoide llevaba a Cloe cargado sobre su hombro como si fuese un saco de patatas. No iba a dejar que se la llevase. Di un último sprint mientras gritaba a Error.

-¡Cloe! ¡Atento!- grité intentando no perder completamente el aliento.

Vi como aquel monstruo se giraba hacia nosotros alertado por el ruido que hacíamos al correr. Por suerte llevaba una buena velocidad y para cuando quiso verme ya estaba saltando hacia el con los sinawali desenfundados. Mi ataque impactó directo en su cabeza. El golpe fue bastante fuerte por lo que sorprendido dejo caer a Cloe y retrocedió un poco. Esperaba que Error hubiese entendido mi telegráfico mensaje y fuese capaz de atrapar a la muchacha con sus cables antes de que cayese al suelo. La bestia, que solo tenía un ojo no parecía haber sufrido un gran daño por el golpe. Ahora me encontraba en una mala situación, pero quería ganar tiempo para que mi huesudo compañero sacase a nuestra asustada amiga de la zona de peligro.

-¡Apártala Error!- grité mientras me agarraba a mis armas con fuerza preparándome para la pelea.

Seguía de cerca a Nairb columpiándome por los árboles, de vez en cuando le observaba y cada vez se le veía más y más cansado hasta que la tierra comenzó a temblar un poco y entre la maleza se podía vislumbrar una forma humanoide. Con forme nos acercamos nos dimos cuenta de que aquella figura tenía a alguien cargado al hombro... ¡es Cloe! Tenía que adelantarme si queríamos salvarla.

Nairb se lanzó hacia la cara de aquel monstruo aprovechando la velocidad y el impulso que llevaba y le dió un golpe que hizo soltar a Cloe. Rápidamente recogí a Cloe al vuelo mientras me agarraba a los árboles con mis cables.

-¿Baja o sube señorita? Bromeé un poco intentando calmarla. La dejé en el suelo despacio y con cuidado.

-No te preocupes, pronto ese monstruo estará algo ''liado''. Tras decir eso me lancé hacia el monstruo por la parte de los pies, esquivando un par de pisotones del mismo logré atraparle las piernas con mis cables, tiré con todas mis fuerzas del humanoide hasta que por fin cayó al suelo, levantando un pequeño montón de tierra por el aire.

-¡Rápido! ¡No duraré demasiado, decidid que hacer con el! ¿Lo calmamos con los poderes de Cloe o lo matamos? Poco a poco el monstruo se iba levantando y tirando de mi, como no hicieran algo rápido saldría volando.

Los amigos de Cloe aparecieron entre la maleza atacando fieramente al enorme ser que no pareció oponer resistencia. Al impactar el ataque de Nairb, Cloe salió despedida del hombro de la bestia. Pero gracias a los cables de Error la joven no salió lastimada. Una vez paso eso, tardo unos segundo en salir del shock. Pero nada más salir de él abrazo fuertemente el cuerpo huesudo de Error, mientras no paraba de llorar.

-No puedo calmar a esa cosa. Está llena de odio y energía oscura. Mis poderes no le afectan.-en ese momento Error se lanzó a la batalla inmovilizando a la bestia. Pero al pequeño esqueleto parecía constarle mantenerlo a raya.

Cloe se apartó a una distancia prudente y se escondió detrás de un árbol. La joven no tenía conocimientos de lucha o caza, se sentía muy inútil de no poder ayudar a sus amigos. Pero confiaba plenamente en ellos para que acabaran con la bestia. Después la joven se quedó mirando el cuerpo mutilado del enorme tigre que la había ayudado todo ese tiempo. Cloe se hizo una bola en el suelo y se puso a llorar mientras esperaba a sus compañeros. En ese momento, la enorme bestia dio un grito y empezó a oponer resistencia, mientras intentaba escapar de los cables de Error. Cloe se puso a temblar de miedo, tapándose los oídos para no escuchar los gritos de aquel ser terrorífico.

Por suerte habíamos llegado a tiempo para sacar a Cloe del peligro, pero ahora nos enfrentábamos a un duro rival. Error había dejado a la muchacha a un lado, al parecer la situación le superaba y no podríamos contar con su ayuda. Quedábamos solo mi amigo huesudo y yo. Iba a ser difícil pero seguro que lo lográbamos.

Estaba frente a frente con aquella monstruosidad. No sentía miedo, la emoción empezaba a apoderarse de mí. Hacía bastante que no disfrutaba de una auténtica pelea como aquella. Error fue el primero en mover ficha. Agarró con sus cuerdas las piernas de nuestro enemigo hasta derribarlo, dándome la oportunidad de comenzar el ataque. Me sentía un poco mal por lo injusto que iba a resultar para aquel ser esa pelea. Me acerqué a él, esquivando ágilmente los golpes que lanzaba desde el suelo. Finalmente llegué a su cara y golpeé con todas mis fuerzas en su ojo usando mi sinawali. Sin duda había anulado completamente la visión de nuestro rival, pero eso hizo que se enfureciera aún más. La batalla debería hacerse más fácil desde ahora, aunque tendríamos que seguir teniendo extrema precaución por la elevada fuerza y resistencia de la bestia.

La bestia rugía mientras Cloe se hacía una bola y esperaba que todo pasase. Pero algo extraño ocurrió, de repente los gritos de odio pasaron a formar gritos de dolor. Cloe se quedó un poco extrañada por lo sucedido y salió a ver qué ocurría. Error tiraba de sus cables para inmovilizar a la bestia, los cuales parecían que estaban a punto de partirse; Nairb parecía que acababa de atacar a la bestia y se mantenía en guardia con sus armas. Pero lo que más llamó la atención de Cloe fue el ojo rojizo del monstruo, el cual parecía estar dañado y apuntó de desquebrajarse.

La enorme bestia zarandeaba sus brazos en busca de venganza, y Nairb parecía que iba a atacar en cualquier momento, pero Cloe se interpuso delante de él.-No lo ataques más. Creo que algo le está pasando.- dijo Cloe señalando al monstruo el cual se desplomaba en el suelo y empezaba a encoger poco a poco. La piel de la bestia empezó a desquebrajarse y de ella salió el cuerpo de un niño no mucho más alto que Error.

-¿Eso es un niño?- Cloe se acercó despacio a él, mientras de reojo observaba que Nairb le siguiera para protegerla de cualquier peligro venidero.- Parece ser que el rubí tiene poderes extraños. Ten cuidado al cogerlo Nairb, podrías transformarte en un monstruo.-dijo Cloe con un poco de burla mientras inspeccionaba por encima que el joven no estuviera malherido. Después intentó cogerlo en brazos, pero aun siendo un niño pesaba demasiado para una joven como ella y esperaba que alguno de sus amigos le echara una mano.

orden:

Tras mi golpe la bestia se movía enloquecida. Era el momento de asestarle el golpe de gracia, no podía darle tiempo a recuperarse. Estaba a punto de saltar para impactar mi golpe definitivo cuando escuché la voz de Cloe pidiéndome que esperara. Vale que era una chica pacifista, pero ese monstruo no se merecía compasión alguna. No tenía planeado detenerme, pero la muchacha me distrajo el tiempo suficiente para que el monstruo comenzase a disminuir. Al parecer ella llevaba razón, no hacía falta acabar con él. Aquel cíclope horroroso que teníamos delante nuestra se había convertido en un niño pequeño. Todo esto era demasiado raro.

Cloe se acercó a él a la vez que me hacía un gesto con la mirada para que la siguiese. No estaba contento, estaba disfrutando de la pelea. Junto al niño quedó un rubí que aunque Cloe lo comentó de broma, seguro que era el causante de todo esto. Mi amiga comenzó a examinar que el niño estuviese bien. Yo por mi parte decidí envolver la joya con una manta que tenía en la mochila procurando no tocarla directamente. Si era cierto que era mágica me podría ser útil investigarla. Tras esto guardé la joya en mi mochila y me dirigí a ayudar a mi compañera.

-¿Esta bien el niño?- le pregunté estando ya a su lado. -Me gustaría llevarme la joya para que un amigo la examine y podamos saber si realmente es la causante de esto. ¿Os importa?- añadí preguntando a la vez que giraba mi cabeza hacia Error.

Cloe golpeo varias veces la cara del niño con la mano abierta hasta que este dio señales de vida. La joven le miro las pupilas una vez este las abrió.-El chico se encuentra bien. No tiene heridas físicas, solo se encuentra algo desorientado. Creo que deberíamos ir al puerto y olvidarnos ya de esta maldita isla.- Cloe ayudo al joven a ponerse en pie y en ese momento se dio cuenta que seguía teniendo el cordón atado al dedo.-Puedes quedarte el rubí sin problemas, pero deberíamos irnos antes de que anochezca. Ese ciclope me ha puesto los pelos de punta.

Cloe parecía ponerse a dirigir la vuelta a casa, mientras iba consiguiendo un ovillo entre sus manos. El niño parecía un poco asustado y callado, en todo el viaje no dijo ni una sola palabra. Como si fuera mudo. Al cabo de unos largos minutos llegaron a las proximidades del puerto. Los allí presentes se quedaron mirando al ver a Cloe y sus amigos salir de las profundidades de la selva de nuevo. Los más curiosos se acercaron a ellos y se sorprendieron al ver al niño. De repente una anciana(o mujer mayor) se puso a llorar a cantaros, fue corriendo a abrazar al niño mientras repetía "mi hijo, mi hijo..." entre lágrimas y sollozos. Cloe no entendía que pasaba y miro extrañada a sus compañeros.

- Lo has vuelto a hacer. Este niño desapareció en la selva hace 2 años. Le habíamos dado por muerto, ¿cómo lo habéis encontrado?- dijo el viejo que se enzarzo con Cloe al principio de llegar a esa isla.

-Es una larga historia.-con aquellas palabras parecía que Cloe no quería dar explicaciones de lo sucedido.-Tengo que marcharme, ¿quién se ofrece a llevarme?- el viejo marinero se ofreció.- ¿Alguno de vosotros se quiere venir conmigo?-dijo Cloe mientras repartía el dinero a partes iguales y se apresuraba a marcharse en la barca de pescador.

La situación era un poco tensa, pero a Cloe se le daba bien organizar a la gente en momentos así. Era una buena forma de compensar su falta de habilidad en el combate. El niño seguía en el suelo, por lo que lo primero que decidió hacer fue intentar espabilarlo. Tras un par de golpes suaves en la mejilla el chico acabó despertándose. No parecía muy consciente de nada de lo que había pasado, pero eso tampoco tenía mayor importancia. La isla tenía un problema y nosotros lo habíamos solucionado, fin de la historia por mi parte. Ya no había riesgo, pero Cloe seguía un poco alterada, no quería seguir más tiempo en esa isla. No la culpaba, ese día había habido mucha acción y ese no era su estilo. Así haciendo caso a la voluntad de la muchacha seguimos un hilo un hilo que llevaba atado y salimos rápidamente del bosque.

Al llegar una multitud se acercó al grupo. Todos parecían muy asombrados, y no era de extrañar, pues Cloe había sacado a una segunda persona de ese bosque de perdición. Yo por mi parte decidí que se encargase ella del asunto mientras observaba desde un sitio un poco más apartado de la marabunta. Me resultó gracioso ver como la chica que antes era todo alegría y cariño, ahora cansada y abrumada por nuestra aventura, eludía las preguntas de aquellos que la consideraban una heroína y pedía transporte para salir de la isla. No tardó mucho en ofrecerse un marine, era lo mínimo que podía hacer por ella. Yo por mi parte decidí pasar allí la noche y marchar en mi barco con la primera luz, aunque esto no me impedía ir a despedirla.

-Esperaré a mañana para marcharme, no me gusta navegar de noche. Gracias.- le respondí al ofrecimiento de viajar juntos que hizo mientras repartía el botín. –Recuerda que esto no es un adiós permanente. Nos veremos pronto.- añadí sonriente mientras me marchaba a guardar el rubí en la bodega de mi barco.