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Me encontraba sentado, al cobijo de la sombra de un árbol, observando como varios reclutas marines trotaban todos en fila y más o menos a un mismo ritmo. No pude evitar pensar en cuando yo mismo estuve en el lugar de uno de esos muchachos, había pasado ya un tiempo de que concluyó mi entrenamiento con Kimura en este mismo lugar, pero al ver a aquellos jóvenes todo pasó por mi mente como si hubiese sido ayer. La tensión de los entrenamientos, las duras noches de meditación y todas las horas que empleé para terminarlo me parecían ahora pocas para el gran resultado que obtuve.
La sensación de recordar todo aquello en este momento me lo tomé como algo positivo, ya que esperaba que la nitidez de mis pensamientos me ayudase a desempeñar bien la tarea que tenía entre manos. Durante mis años de vida había estado nervioso u preocupado porque algo no me saliese como yo quería, pero esta vez mi cometido era de mayor envergadura. Debía ser el entrenador yo ahora.
Hace dos semanas llegó una carta a mis dependencias en la central del CP, la cual estaba lacrada con el símbolo de los CW. Rápidamente abrí dicha carta esperando que mis nakamas me necesitasen para algún tipo de misión como la de salvar a Bianca, pero mi sorpresa fue tal cuando descubrí que uno de los más nuevos integrantes del grupo solicitaba entrenar conmigo. Al principio me sorprendió que no fuese el mismo Kimura quien los adoctrinase como había hecho conmigo y con Gusi, aunque por mi cabeza también pasó que quizás era el mismo Kimura quien había hecho que esto sucediese. Había sido ascendido dentro de la flota y podía ser una prueba para comprobar otras de mis cualidades, asique tras pensarlo detenidamente y pedir varios favores, mandé a Croc con la respuesta citando al miembro de los CW en este cuarte y en este día. En parte estaba nervioso porque la misiva no llevaba más identificativo que el de nuestra flota y tenía mucha curiosidad por saber quien era de ellos.
- ¿Será el joven Kiryu? Quizás haya decidido tomarse más en serio sus entrenamientos, aunque también podría ser Bizvan. Sabía que varias de mis habilidades le habían sorprendido siempre que nos habíamos visto... - pensaba intentando averiguar quien sería el que apareciese. En el fondo no me importaba, pero era una manera de divertirme mientras esperaba, ya que quien fuese tendría que venir con mi cuervo y sabía que no a todo el mundo en la banda le gustaba, aunque para mí era importante para conocer el carácter de la persona con la que viniese, puesto que aquel maldito animal tiene un sexto sentido para tratar con las personas de buen corazón.
La sensación de recordar todo aquello en este momento me lo tomé como algo positivo, ya que esperaba que la nitidez de mis pensamientos me ayudase a desempeñar bien la tarea que tenía entre manos. Durante mis años de vida había estado nervioso u preocupado porque algo no me saliese como yo quería, pero esta vez mi cometido era de mayor envergadura. Debía ser el entrenador yo ahora.
Hace dos semanas llegó una carta a mis dependencias en la central del CP, la cual estaba lacrada con el símbolo de los CW. Rápidamente abrí dicha carta esperando que mis nakamas me necesitasen para algún tipo de misión como la de salvar a Bianca, pero mi sorpresa fue tal cuando descubrí que uno de los más nuevos integrantes del grupo solicitaba entrenar conmigo. Al principio me sorprendió que no fuese el mismo Kimura quien los adoctrinase como había hecho conmigo y con Gusi, aunque por mi cabeza también pasó que quizás era el mismo Kimura quien había hecho que esto sucediese. Había sido ascendido dentro de la flota y podía ser una prueba para comprobar otras de mis cualidades, asique tras pensarlo detenidamente y pedir varios favores, mandé a Croc con la respuesta citando al miembro de los CW en este cuarte y en este día. En parte estaba nervioso porque la misiva no llevaba más identificativo que el de nuestra flota y tenía mucha curiosidad por saber quien era de ellos.
- ¿Será el joven Kiryu? Quizás haya decidido tomarse más en serio sus entrenamientos, aunque también podría ser Bizvan. Sabía que varias de mis habilidades le habían sorprendido siempre que nos habíamos visto... - pensaba intentando averiguar quien sería el que apareciese. En el fondo no me importaba, pero era una manera de divertirme mientras esperaba, ya que quien fuese tendría que venir con mi cuervo y sabía que no a todo el mundo en la banda le gustaba, aunque para mí era importante para conocer el carácter de la persona con la que viniese, puesto que aquel maldito animal tiene un sexto sentido para tratar con las personas de buen corazón.
Yoshi
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Se me había pasado el tiempo volando, había llegado casi tres horas antes a aquel cuartel donde me habían citado y para matar el tiempo me dediqué a entrenar un poco en una pequeña sala algo apartada de todas las demás para que nadie me molestase. Pero desgraciadamente me había entretenido demasiado y cuando quise darme cuenta hacía más de veinte minutos que había pasado la hora de la cita, maldición no podía dar tan mala impresión a Tobias, de verdad que pensaba tomarme aquel entrenamiento lo más en serio posible.
Desde que me había unido a los Crimson estaba entrenando muy duro, todas mis técnicas y toda mi fuerza se había incrementado considerablemente gracias al duro entrenamiento, a las ayudas de mis compañeros y por supuesto a la akuma que Gusi me regaló cuando le conocí. Aun así no era suficientemente fuerte para mi objetivo principal y tampoco para proteger a mis compañeros y a todos los que quería por lo que decidí desarrollar algo que tenía pendiente de aprender desde hacía mucho, el haki de armadura.
Con esta convicción me apresuré a escribirle a uno de los miembros que más admiraba de toda la banda y al primero que había conocido sin saber que pertenecía a los Crimson, escribí a Tobias para que me ayudara con mi entrenamiento. La primera vez que lo conocí, su fuerza y su habilidad me sorprendieron gratamente así que ¿Quién mejor que él para enseñármelo?
No pude alegrarme más cuando recibí su contestación positiva en la que me citaba hoy mismo en aquel cuartel, en el patio contrario a la sala en la que me encontraba.
Silbé y el cuervo de Tobi se puso en mi hombro, llevaba con el casi una semana cuidándolo y haciéndole compañía, aquellas eran las instrucciones del chico quería que le devolviese al cuervo que me había traído su carta de confirmación hoy mismo, al empiece de nuestro entrenamiento. No había sido una tarea nada dura, me gustaban mucho los animales y más los pájaros como aquellos, sin contar lo bueno que era Croc, incluso me había trasformado en mi forma completa alguna vez para hacerle compañía de pájaro a pájaro. Corrí por el cuartel lo más rápido que podía con el cuervo siguiéndome, la verdad es que no era una escena muy frecuenta así que era inevitable que algunos marines me mirasen raro cuando pasaba por su lado. Conseguí llegar al lugar cinco minutos después, en total me había retrasado veinticinco minutos de la hora acordada, esperaba que no lo tomara muy en cuenta, no quería causarle mala impresión.
Encontré al pelinegro sentado debajo de un árbol, en cuanto le vio Croc salió disparado hacía él, parecía que echaba de menos a su dueño, hacían una entrañable pareja. Después de él me acerqué yo andando ya normal e intentando recuperar el aliento de la carrera que me había pegado. -Buenos días Tobias.- Le saludé amablemente cuando estuve a su altura. -Siento mucho haber tardado tanto.- Me disculpé agachando un poco la cabeza. -Cuando quieras empezamos a practicar el Haki armadura- Esperaba que si me veía con tanta energía y tan entusiasmada por empezar cuanto antes con el entrenamiento se olvidaría de mi reciente falta y comprendería que de verdad quería hacer aquello y estaba dispuesta a darlo todo.
Desde que me había unido a los Crimson estaba entrenando muy duro, todas mis técnicas y toda mi fuerza se había incrementado considerablemente gracias al duro entrenamiento, a las ayudas de mis compañeros y por supuesto a la akuma que Gusi me regaló cuando le conocí. Aun así no era suficientemente fuerte para mi objetivo principal y tampoco para proteger a mis compañeros y a todos los que quería por lo que decidí desarrollar algo que tenía pendiente de aprender desde hacía mucho, el haki de armadura.
Con esta convicción me apresuré a escribirle a uno de los miembros que más admiraba de toda la banda y al primero que había conocido sin saber que pertenecía a los Crimson, escribí a Tobias para que me ayudara con mi entrenamiento. La primera vez que lo conocí, su fuerza y su habilidad me sorprendieron gratamente así que ¿Quién mejor que él para enseñármelo?
No pude alegrarme más cuando recibí su contestación positiva en la que me citaba hoy mismo en aquel cuartel, en el patio contrario a la sala en la que me encontraba.
Silbé y el cuervo de Tobi se puso en mi hombro, llevaba con el casi una semana cuidándolo y haciéndole compañía, aquellas eran las instrucciones del chico quería que le devolviese al cuervo que me había traído su carta de confirmación hoy mismo, al empiece de nuestro entrenamiento. No había sido una tarea nada dura, me gustaban mucho los animales y más los pájaros como aquellos, sin contar lo bueno que era Croc, incluso me había trasformado en mi forma completa alguna vez para hacerle compañía de pájaro a pájaro. Corrí por el cuartel lo más rápido que podía con el cuervo siguiéndome, la verdad es que no era una escena muy frecuenta así que era inevitable que algunos marines me mirasen raro cuando pasaba por su lado. Conseguí llegar al lugar cinco minutos después, en total me había retrasado veinticinco minutos de la hora acordada, esperaba que no lo tomara muy en cuenta, no quería causarle mala impresión.
Encontré al pelinegro sentado debajo de un árbol, en cuanto le vio Croc salió disparado hacía él, parecía que echaba de menos a su dueño, hacían una entrañable pareja. Después de él me acerqué yo andando ya normal e intentando recuperar el aliento de la carrera que me había pegado. -Buenos días Tobias.- Le saludé amablemente cuando estuve a su altura. -Siento mucho haber tardado tanto.- Me disculpé agachando un poco la cabeza. -Cuando quieras empezamos a practicar el Haki armadura- Esperaba que si me veía con tanta energía y tan entusiasmada por empezar cuanto antes con el entrenamiento se olvidaría de mi reciente falta y comprendería que de verdad quería hacer aquello y estaba dispuesta a darlo todo.
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Seguía ensimismado viendo el calentamiento de los marines cuando un graznido más que familiar me hizo fijarme en una preciosa ave de color negro que avanzaba directamente hacia mí. Nada más verlo metí la mano en mis ropajes hasta encontrar una de las chucherías que siempre llevaba conmigo, para lanzarla al aire con un movimiento ensayado. El hermoso pájaro hizo una pirueta en el aire, antes de atrapar dicha chuchería, para terminar posándose en mi hombro mientras soltaba un pequeño gorgoteo de satisfacción.
-¿A qué hueles? - pregunté al animal como si pudiese contestar.
El ave traía un aroma bastante peculiar, parecía que quien fuese a venir a entrenar conmigo se había molestado en tener bien cuidado al cuervo, ya que aparte de su buen olor se podía ver que estaba limpio, su plumaje brillaba con un negro casi azulado. Quien fuese se había ganado puntos de carácter personal conmigo, aunque eso no significaba que fuese a ser blando, sino que tendría mi estima. Tenía curiosidad por saber quien vendría a entrenar, aunque no tardé en mucho en saberlo, puesto que Croc tras un pequeño graznido de aviso hizo que me fijase en quien se acercaba.
No pude reprimir una sonrisa cuando vi a lo lejos venir a una joven rubia con paso decidido. -Con que eres tú... - pensé al ver a la pequeña Yoshi ya a mi altura.
Ahora quizás podía comenzar a vislumbrar la cima del iceberg y comprender porque debía ser yo el instructor. Era un secreto a voces dentro de la banda que esta joven encantadora había conseguido llegar al corazón del bueno de nuestro capitán y quizás era por eso que Kimura no quería entremezclar sus sentimientos con la preparación de sus hombres. Me parecía lo más inteligente, pero ya dilucidaría más pausadamente sobre el tema puesto que la joven esperaba una respuesta.
-Buenos días Yoshi, espero que este no te haya dado mucha guerra - respondí mientras señalaba con un dedo a Croc. - Aunque realmente lo que espero es que él no se haya acostumbrados a tus mimos - seguí con un tono alegre a la vez que la guiñaba un ojo. Me gustaba comprobar que uno de los últimos integrantes en la flota quería mejorar y ser más útil. Yo mismo tuve que recurrir a entrenar con el pelirrojo para mejorar, aunque esa es otra historia.
- Me encanta ver tú entusiasmo compañera, pero antes hablemos sobre ello.
En realidad me había esperado otro tipo de entrenamiento, así que al escuchar a la rubia mencionar el Busoshoku comencé a repasar mentalmente cada minuto que pasé con Kimura para poder explicárselo mejor, aunque primero necesitaba saber que conocía ya de él.
- Bien, primero debes saber que el cuerpo tiene una energía propia capaz de proporcionarte habilidades innatas, cada persona es capaz de hacer cosas realmente excepcionales si es capaz de controlar esa fuerza y energía interna, pero algo que no todos son capaces de hacer con dicha energía es el haki - comencé a explicarle lo mejor que sabía a Yoshi sobre el control de la energía mientras estiraba un brazo para usar mi haki armadura sobre él y así mostrárselo de una forma más visual.
- Hay dos formas de liberar esa energía. Está el Busoshoku haki, que es este que te estoy mostrando, que sirve para formar una especie de armadura sobre la piel como para potenciar tus ataques, luego está el Kenbunshoku, que es usado para prever los ataques de un adversario, aunque ese último yo no lo domino y no sabría explicarte mucho más sobre él - terminé del tirón. No quería liarme y por eso preferí soltarlo del golpe.
- Espero haberme explicado bien, aunque si tienes dudas pregunta en cualquier momento, recuerda que estoy para ayudarte por muy estricto que pueda ponerme.
Sabía por experiencia propia que podía ser lioso y mejor empezar despacio, asique una vez aclarado eso proseguí.
- Te aviso que dominarlo no es nada fácil, yo mismo estuve en este lugar durante meses hasta que lo conseguí, asique si aún sigues queriendo hacerlo ten en cuenta esto. Tendrás que llevar tu cuerpo al límite - dije en un tono más serio.
Debía ser sincero con la tiradora, si quería que entrenásemos juntos debía mentalizarse y sobre todo estar segura de disponer de tiempo. Cosa que me recordó que debía mandar a Croc con un par de mensajes.
-¿A qué hueles? - pregunté al animal como si pudiese contestar.
El ave traía un aroma bastante peculiar, parecía que quien fuese a venir a entrenar conmigo se había molestado en tener bien cuidado al cuervo, ya que aparte de su buen olor se podía ver que estaba limpio, su plumaje brillaba con un negro casi azulado. Quien fuese se había ganado puntos de carácter personal conmigo, aunque eso no significaba que fuese a ser blando, sino que tendría mi estima. Tenía curiosidad por saber quien vendría a entrenar, aunque no tardé en mucho en saberlo, puesto que Croc tras un pequeño graznido de aviso hizo que me fijase en quien se acercaba.
No pude reprimir una sonrisa cuando vi a lo lejos venir a una joven rubia con paso decidido. -Con que eres tú... - pensé al ver a la pequeña Yoshi ya a mi altura.
Ahora quizás podía comenzar a vislumbrar la cima del iceberg y comprender porque debía ser yo el instructor. Era un secreto a voces dentro de la banda que esta joven encantadora había conseguido llegar al corazón del bueno de nuestro capitán y quizás era por eso que Kimura no quería entremezclar sus sentimientos con la preparación de sus hombres. Me parecía lo más inteligente, pero ya dilucidaría más pausadamente sobre el tema puesto que la joven esperaba una respuesta.
-Buenos días Yoshi, espero que este no te haya dado mucha guerra - respondí mientras señalaba con un dedo a Croc. - Aunque realmente lo que espero es que él no se haya acostumbrados a tus mimos - seguí con un tono alegre a la vez que la guiñaba un ojo. Me gustaba comprobar que uno de los últimos integrantes en la flota quería mejorar y ser más útil. Yo mismo tuve que recurrir a entrenar con el pelirrojo para mejorar, aunque esa es otra historia.
- Me encanta ver tú entusiasmo compañera, pero antes hablemos sobre ello.
En realidad me había esperado otro tipo de entrenamiento, así que al escuchar a la rubia mencionar el Busoshoku comencé a repasar mentalmente cada minuto que pasé con Kimura para poder explicárselo mejor, aunque primero necesitaba saber que conocía ya de él.
- Bien, primero debes saber que el cuerpo tiene una energía propia capaz de proporcionarte habilidades innatas, cada persona es capaz de hacer cosas realmente excepcionales si es capaz de controlar esa fuerza y energía interna, pero algo que no todos son capaces de hacer con dicha energía es el haki - comencé a explicarle lo mejor que sabía a Yoshi sobre el control de la energía mientras estiraba un brazo para usar mi haki armadura sobre él y así mostrárselo de una forma más visual.
- Hay dos formas de liberar esa energía. Está el Busoshoku haki, que es este que te estoy mostrando, que sirve para formar una especie de armadura sobre la piel como para potenciar tus ataques, luego está el Kenbunshoku, que es usado para prever los ataques de un adversario, aunque ese último yo no lo domino y no sabría explicarte mucho más sobre él - terminé del tirón. No quería liarme y por eso preferí soltarlo del golpe.
- Espero haberme explicado bien, aunque si tienes dudas pregunta en cualquier momento, recuerda que estoy para ayudarte por muy estricto que pueda ponerme.
Sabía por experiencia propia que podía ser lioso y mejor empezar despacio, asique una vez aclarado eso proseguí.
- Te aviso que dominarlo no es nada fácil, yo mismo estuve en este lugar durante meses hasta que lo conseguí, asique si aún sigues queriendo hacerlo ten en cuenta esto. Tendrás que llevar tu cuerpo al límite - dije en un tono más serio.
Debía ser sincero con la tiradora, si quería que entrenásemos juntos debía mentalizarse y sobre todo estar segura de disponer de tiempo. Cosa que me recordó que debía mandar a Croc con un par de mensajes.
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El joven pelinegro se mostró como siempre amable y algo formal conmigo, bromeó sobre el tiempo que había pasado con su cuervo y que esperaba que no me hubiese dado muchos problemas, realmente esos dos se querían mucho y no era para menos pues había comprobado de primera mano lo bueno que era ese cuervo, le había cogido cariño esperaba que me dejase jugar con él más a menudo.
Volviendo a cosas más importantes, Tobias se puso serio al oír mi propuesta ¿Se me había olvidado decírselo en la carta? lo desconocía pero parecía que si pues parecía algo sorprendido por mi petición sobre el Haki aunque eso no le echó para atrás sino al contrario, rápidamente nos pusimos a trabajar empezando antes de nada por una pequeña explicación teórica de que era el Haki realmente.
Comenzó explicándome que cada uno tenía una energía propia con la que se podían conseguir miles de cosas increíbles, entre ellas se encontraban los hakis. Supuse que esas cosas extraordinarias de las que hablaba eran los distintos ámbitos, conocía a mucha gente que podía usarlos a decir verdad incluso yo poseía uno, así era como hacía crecer la vegetación a mi alrededor a mi antojo.
Estiró el brazo para hacer una demostración gráfica de todo aquello que me había contado, había visto usar ese haki alguna vez a Tobias, a Kim y a algunos enemigos menores pero aquella vez intenté concentrarme y visualizarlo de verdad, analizar lo que pasaba visualmente cada vez que el chico se hacía eso aunque tampoco conseguí mucho de esta pequeña investigación porque Tobías siguió hablando y yo le escuchaba con atención si perderme ni una palabra. Me explicó que había dos hakis el Busoshoku haki, comúnmente llamado Haki armadura que era el que a él le había pedido que me enseñase y el Kenbunshoku Haki, había oído hablar de él era el que permitía anticiparse a los movimientos del enemigo o algo así, no entro mucho en este Haki pues dijo que él no le manejaba y por tanto no me podía explicar mucho.
Una vez terminada lo que supuse que era la introducción teórica estándar para ese tipo de entrenamientos me dijo que si necesitaba alguna cosa o tenía alguna duda que se lo preguntara sin problema, al fin y al cabo iba a ser mi maestro, estaba allí para ayudarme. Yo asentí con la cabeza, aquella charla inicial me había mostrado claramente a que me enfrentaba y que no iba a ser nada fácil.
Este hecho se corroboró con la última frase de Tobias quien me advirtió que iba a ser duro y que se tardaban meses en controlarlo del todo, que tendría que llevar mi cuerpo al límite para conseguirlo.
Aquellas palabras no me desanimaron si no al contrario, solo hicieron que me diese más ganas de entregarme a aquello al cien por cien, tenía claro desde el principio que iba a ser duro y pensaba a darlo todo, de verdad quería ser más fuerte, quería estar a la altura de aquel hombre que tenía delante y de todos los Crimson en general, quería ser útil.
-No me voy a rendir.- Dije en tono decidido, por una vez no sonreía sino que el miraba seriamente para que supiese que aquello no iba de broma. -Sé que será dura, pero no me pienso rendir por muy duro que sea.- Apretaba un poco mis puños en parte para demostrar mi determinación pero también porque las manos me estaban temblando de los nervios, no sabía cuál era el siguiente paso pero pensaba darlo todo para hacerlo perfecto. -Gracias por la explicación creo que me ha quedado todo claro, ¿Por dónde debo empezar?- Después de aquella charla estaba aún más metida en ello que antes, tenía ganas de comenzar ya mi entrenamiento. Prometí no decepcionarle, me esforzaría al máximo.
Volviendo a cosas más importantes, Tobias se puso serio al oír mi propuesta ¿Se me había olvidado decírselo en la carta? lo desconocía pero parecía que si pues parecía algo sorprendido por mi petición sobre el Haki aunque eso no le echó para atrás sino al contrario, rápidamente nos pusimos a trabajar empezando antes de nada por una pequeña explicación teórica de que era el Haki realmente.
Comenzó explicándome que cada uno tenía una energía propia con la que se podían conseguir miles de cosas increíbles, entre ellas se encontraban los hakis. Supuse que esas cosas extraordinarias de las que hablaba eran los distintos ámbitos, conocía a mucha gente que podía usarlos a decir verdad incluso yo poseía uno, así era como hacía crecer la vegetación a mi alrededor a mi antojo.
Estiró el brazo para hacer una demostración gráfica de todo aquello que me había contado, había visto usar ese haki alguna vez a Tobias, a Kim y a algunos enemigos menores pero aquella vez intenté concentrarme y visualizarlo de verdad, analizar lo que pasaba visualmente cada vez que el chico se hacía eso aunque tampoco conseguí mucho de esta pequeña investigación porque Tobías siguió hablando y yo le escuchaba con atención si perderme ni una palabra. Me explicó que había dos hakis el Busoshoku haki, comúnmente llamado Haki armadura que era el que a él le había pedido que me enseñase y el Kenbunshoku Haki, había oído hablar de él era el que permitía anticiparse a los movimientos del enemigo o algo así, no entro mucho en este Haki pues dijo que él no le manejaba y por tanto no me podía explicar mucho.
Una vez terminada lo que supuse que era la introducción teórica estándar para ese tipo de entrenamientos me dijo que si necesitaba alguna cosa o tenía alguna duda que se lo preguntara sin problema, al fin y al cabo iba a ser mi maestro, estaba allí para ayudarme. Yo asentí con la cabeza, aquella charla inicial me había mostrado claramente a que me enfrentaba y que no iba a ser nada fácil.
Este hecho se corroboró con la última frase de Tobias quien me advirtió que iba a ser duro y que se tardaban meses en controlarlo del todo, que tendría que llevar mi cuerpo al límite para conseguirlo.
Aquellas palabras no me desanimaron si no al contrario, solo hicieron que me diese más ganas de entregarme a aquello al cien por cien, tenía claro desde el principio que iba a ser duro y pensaba a darlo todo, de verdad quería ser más fuerte, quería estar a la altura de aquel hombre que tenía delante y de todos los Crimson en general, quería ser útil.
-No me voy a rendir.- Dije en tono decidido, por una vez no sonreía sino que el miraba seriamente para que supiese que aquello no iba de broma. -Sé que será dura, pero no me pienso rendir por muy duro que sea.- Apretaba un poco mis puños en parte para demostrar mi determinación pero también porque las manos me estaban temblando de los nervios, no sabía cuál era el siguiente paso pero pensaba darlo todo para hacerlo perfecto. -Gracias por la explicación creo que me ha quedado todo claro, ¿Por dónde debo empezar?- Después de aquella charla estaba aún más metida en ello que antes, tenía ganas de comenzar ya mi entrenamiento. Prometí no decepcionarle, me esforzaría al máximo.
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Sonreí contagiado por el entusiasmo de la marine. Sabía por experiencia propia que a pesar de su dulce apariencia en su interior había un gran valor, asique no dudé de sus palabras cuando dijo que pondría todo su empeño en conseguirlo.
- Muy bien, entonces si todo está claro comienza a concentrarte buscando esa energía e intenta usarla. Quiero comprobar si posees alguna técnica que tenga que ver con eso. Yo por ejemplo al usar la mía pasa esto.. – dije mientras mis cabellos adquieren un tono verdoso al usar mi Suikoden.
Primero debía averiguar si la joven tenía algún conocimiento sobre su energía interior y sabría usarla. Sabía que cada persona conseguía cosas distintas, Gusi por ejemplo lanzaba rayos, mientras que el pelirrojo controlaba el viento. Había oído de miles de usos más, pero tenía curiosidad por saber de que sería capaz la rubia, asique esperé pacientemente mientras desactivaba mi técnica.
- Muy bien, entonces si todo está claro comienza a concentrarte buscando esa energía e intenta usarla. Quiero comprobar si posees alguna técnica que tenga que ver con eso. Yo por ejemplo al usar la mía pasa esto.. – dije mientras mis cabellos adquieren un tono verdoso al usar mi Suikoden.
Primero debía averiguar si la joven tenía algún conocimiento sobre su energía interior y sabría usarla. Sabía que cada persona conseguía cosas distintas, Gusi por ejemplo lanzaba rayos, mientras que el pelirrojo controlaba el viento. Había oído de miles de usos más, pero tenía curiosidad por saber de que sería capaz la rubia, asique esperé pacientemente mientras desactivaba mi técnica.
- Spoiler:
- Bueno compañera, voy a decirte lo mismo que me dijo a mí mi mentor. No te dejes llevar porque yo haga un post escueto en algunas ocasiones, no te dejes arrastrar, si no que tú sigue dando lo mejor que tengas en cada post.
Yo simplemente soy un guía para que tú consigas tu objetivo, pero ya sabes que me tienes a un MP.
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Tobias pareció satisfecho al ver todo el entusiasmo que irradiaba, realmente estaba decidida a llevar aquello a buen puerto y no iba a permitir que aquello saliera mal ni lo iba a dejar a la mitad, lo iba conseguir sí o sí por mucho que costase.
Después de la charla sobre que era un haki venia lo que se podía llamar la parte teórica, intentar controlar el haki a partir de mi energía interior. Lo primero según me explicó era comprobar si poseía alguna técnica relacionado con aquello, con mi energía.
Para que esto me quedara claro el que ahora era mi maestro me hizo una demostración con su propio cuerpo y energía, en seguida sus cabellos se tornaron verdosos, le había visto usar aquella técnica antes y en su momento ni siquiera pensé como era capaz de hacer aquello pero ahora conocía la respuesta.
Aunque dudaba mucho que yo poseyera alguna capacidad como aquella intenté hacer lo que me decía, siguiendo de modelo lo que él acababa de mostrarme. -Está bien, lo intentaré aunque yo no tengo nada que se parezca a eso.- Dije un poco avergonzada mientras me sentaba en el suelo con las piernas cruzadas. Yo no poseía nada que hiciera que mis cabellos cambiaran de color o que me volviera una persona casi sobrehumana como él había demostrado que le pasaba cuando usaba aquello.
Aunque mirándolo de otro modo y sin dejar de tener de modelo lo que él había hecho tal vez se refería a otra cosa, a otra cosa que yo poseía y podía mostrarle casi sin problemas. No tenía ninguna capacidad que me hiciera cambiar físicamente (obviando mi akuma) pero si una especie de capacidad especial, un vínculo que me permitía hacer crecer y dar forma a plantas y semillas si así lo deseaba, tal vez era aquello a lo que se refería pero no podía imaginarme que tendría que ver eso con el haki armadura.
Pero aunque no encontré ninguna relación lógica entre lo que el me estaba pidiendo y el haki se lo mostré igualmente, tenía que confiar en él, yo misma le había pedido que me enseñara y era lo que estaba haciendo así que no me quedaba otra que hacer exactamente lo que me decía sin ponerle en duda o llevarle la contraria en cualquier momento. Me concentré con todas mis fuerzas en aquella energía intentando canalizarla hacía fuera para dar todo de mí, esperaba que aquello le sirviera o no le pareciese una tontería, no quería quedar en ridículo delante suyo y que pensara que no estaba preparada para ello.
Después de la charla sobre que era un haki venia lo que se podía llamar la parte teórica, intentar controlar el haki a partir de mi energía interior. Lo primero según me explicó era comprobar si poseía alguna técnica relacionado con aquello, con mi energía.
Para que esto me quedara claro el que ahora era mi maestro me hizo una demostración con su propio cuerpo y energía, en seguida sus cabellos se tornaron verdosos, le había visto usar aquella técnica antes y en su momento ni siquiera pensé como era capaz de hacer aquello pero ahora conocía la respuesta.
Aunque dudaba mucho que yo poseyera alguna capacidad como aquella intenté hacer lo que me decía, siguiendo de modelo lo que él acababa de mostrarme. -Está bien, lo intentaré aunque yo no tengo nada que se parezca a eso.- Dije un poco avergonzada mientras me sentaba en el suelo con las piernas cruzadas. Yo no poseía nada que hiciera que mis cabellos cambiaran de color o que me volviera una persona casi sobrehumana como él había demostrado que le pasaba cuando usaba aquello.
Aunque mirándolo de otro modo y sin dejar de tener de modelo lo que él había hecho tal vez se refería a otra cosa, a otra cosa que yo poseía y podía mostrarle casi sin problemas. No tenía ninguna capacidad que me hiciera cambiar físicamente (obviando mi akuma) pero si una especie de capacidad especial, un vínculo que me permitía hacer crecer y dar forma a plantas y semillas si así lo deseaba, tal vez era aquello a lo que se refería pero no podía imaginarme que tendría que ver eso con el haki armadura.
Pero aunque no encontré ninguna relación lógica entre lo que el me estaba pidiendo y el haki se lo mostré igualmente, tenía que confiar en él, yo misma le había pedido que me enseñara y era lo que estaba haciendo así que no me quedaba otra que hacer exactamente lo que me decía sin ponerle en duda o llevarle la contraria en cualquier momento. Me concentré con todas mis fuerzas en aquella energía intentando canalizarla hacía fuera para dar todo de mí, esperaba que aquello le sirviera o no le pareciese una tontería, no quería quedar en ridículo delante suyo y que pensara que no estaba preparada para ello.
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Pude notar la incredulidad por parte de la marine, pero esta no se resignó, sino que tras hacerme caso se colocó en el suelo y comenzó a concentrarse.
Al principio creí que no estaba consiguiendo nada. No veía ningún cambio a simple vista y creí que quizás no me hubiese explicado bien, cuando de repente me percaté en que la vegetación alrededor de la pequeña Yoshi adquiría un tono más vivo y comenzaba a crecer. Era una habilidad bastante curiosa a la que podríamos dar utilidad en un futuro, pero eso era algo que ya veríamos más adelante si quería.
- Muy bien pequeña, a algo así me refería - dije llamando su atención para que dejase de gastar energías. - Veo que tienes un mínimo de control sobre tu energía y eso puede ser bueno si no llegas a liarte con el siguiente paso - seguí mientras usaba aquel tono de instructor. - Ahora tienes que ser capaz de purificar esa energía, ya que si recurres a ella así como la usas sólo podrás conseguir ese efecto. Tienes que conseguir depurarla e intentar focalizarla como una segunda piel para conseguir el efecto que queremos.
Por experiencia propia sabía que eso podría ser lioso cuando te lo explicaban, pero a mi me lo explicaron de forma similar y siendo sinceros no sabría hacerlo mejor.
- Tienes que intentar canalizar tu energía sin recurrir a eso tan curioso que haces, no debes confundir una cosa con la otra. Sé que es lioso y siento no ser más claro, pero es algo que comprenderás cuando lo sientas.
No podía evitar la sensación de que quizás este trabajo me quedase grande, pero yo también me iba a esforzar para intentar ayudar a mi compañera a realizar su propósito. No iba a permitir que se esforzase ella sola.
Al principio creí que no estaba consiguiendo nada. No veía ningún cambio a simple vista y creí que quizás no me hubiese explicado bien, cuando de repente me percaté en que la vegetación alrededor de la pequeña Yoshi adquiría un tono más vivo y comenzaba a crecer. Era una habilidad bastante curiosa a la que podríamos dar utilidad en un futuro, pero eso era algo que ya veríamos más adelante si quería.
- Muy bien pequeña, a algo así me refería - dije llamando su atención para que dejase de gastar energías. - Veo que tienes un mínimo de control sobre tu energía y eso puede ser bueno si no llegas a liarte con el siguiente paso - seguí mientras usaba aquel tono de instructor. - Ahora tienes que ser capaz de purificar esa energía, ya que si recurres a ella así como la usas sólo podrás conseguir ese efecto. Tienes que conseguir depurarla e intentar focalizarla como una segunda piel para conseguir el efecto que queremos.
Por experiencia propia sabía que eso podría ser lioso cuando te lo explicaban, pero a mi me lo explicaron de forma similar y siendo sinceros no sabría hacerlo mejor.
- Tienes que intentar canalizar tu energía sin recurrir a eso tan curioso que haces, no debes confundir una cosa con la otra. Sé que es lioso y siento no ser más claro, pero es algo que comprenderás cuando lo sientas.
No podía evitar la sensación de que quizás este trabajo me quedase grande, pero yo también me iba a esforzar para intentar ayudar a mi compañera a realizar su propósito. No iba a permitir que se esforzase ella sola.
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Para mi alivio Tobías no pareció decepcionado con lo que había conseguido, más bien parecía que le había gustado incluso que sentía un poco de curiosidad por aquello y no pude evitar sentirme orgullosa de haber conseguido impresionar un poco a mi compañero, o al menos esperaba que estuviese impresionado o algo así. En cuantó el me llamó la atención, paré de utilizar mi ámbito, pero no sin antes devolver a las plantas que había hecho crecer a su estado natural.
Me quedé de nuevo escuchando sus palabras con toda la atención que podía reunir aunque la verdad es que mi cabeza acabó hecha un lío con toda la información que me había proporcionado en un momento. Al menos había sacado una cosa en claro, debía purificar la energía que utilizaba para crecer plantas para que estas no crecieran y esa energía saliera al exterior en forma de haki, eso si de la manera de hacerlo no tenía ni idea pero aquello ya era otra cuestión.
Asentí con la cabeza dando a entender que había entendido todo lo que me había dicho, aunque esto no era del todo correcto pero bueno, seguramente si se lo mandaba hacer repetir me enteraría aún de menos. Me senté en el césped dispuesta a depurar mi energía como él había dicho, cerré los ojos y comencé a buscar en mi algún tipo de energía o algo similar pero solo conseguí encontrar una vocecilla en mi cabeza diciéndome que aquello era una estupidez, una pérdida de tiempo y no valdría en absoluto para desarrollar el Haki.
A duras penas ignoré la voz pesimista de mi interior y me concentré en mis recuerdos, y en la voz de Tobias que hacía escasos minutos me había indicado que hacer e intente seguir esa voz, a lo mejor así llegaba a algo, tal vez conseguía que algo cambiara en mi.
Encontré una especie de energía mientras me imaginaba un precioso bosque, como en los que había pasado mi infancia y sonreía, era un recuerdo precioso y a lo mejor me servía para estar concentrada y purificar esa energía, al fin y al cabo los árboles eran lo más puro del mundo. Para desgracia mía aquello no funcionó y solo conseguí hacer crecer la rama de un árbol cercano, me di cuenta de esto por los graznidos del cuervo de Tobías que hicieron que me pusiese alerta, abriese los ojos y presenciase mi enorme fracaso, pedí perdón arreglé aquel error y me volví a concentrar, tenía que servir de algo si no el pelinegro no me habría mandado hacerlo.
Esta vez me concentré en otro recuerdo distinto, en el cuervo del chico y en lo bien que lo había pasado con él, pero tampoco resultó bien por que cada vez que me intentaba concentrar en ello oía a todas las plantas de mi alrededor llamarme queriendo crecer, queriendo contarme algo o simplemente requiriendo un poco de atención.
Me acabé tumbando en el suelo con un bufido, no quería dejar de entrenar, no me iba a dar por vencida pero era imposible que me concentrara con todas las plantas llamándome a la vez, era francamente agotador y ni siquiera había hecho un gran esfuerzo, no pude sentir que una ola de desasosiego me invadía, jamás sería capaz de manejar aquello.
-Lo siento Tobías, lo intentó pero las malditas plantas me distraen todas quieren que las haga caso.- Seguramente el chico pensaría que estaba mal de la cabeza y la verdad es que en aquellos momentos no podía negarlo, le había fallado y eso que se estaba esforzando mucho por ser mi maestro.
Me quedé de nuevo escuchando sus palabras con toda la atención que podía reunir aunque la verdad es que mi cabeza acabó hecha un lío con toda la información que me había proporcionado en un momento. Al menos había sacado una cosa en claro, debía purificar la energía que utilizaba para crecer plantas para que estas no crecieran y esa energía saliera al exterior en forma de haki, eso si de la manera de hacerlo no tenía ni idea pero aquello ya era otra cuestión.
Asentí con la cabeza dando a entender que había entendido todo lo que me había dicho, aunque esto no era del todo correcto pero bueno, seguramente si se lo mandaba hacer repetir me enteraría aún de menos. Me senté en el césped dispuesta a depurar mi energía como él había dicho, cerré los ojos y comencé a buscar en mi algún tipo de energía o algo similar pero solo conseguí encontrar una vocecilla en mi cabeza diciéndome que aquello era una estupidez, una pérdida de tiempo y no valdría en absoluto para desarrollar el Haki.
A duras penas ignoré la voz pesimista de mi interior y me concentré en mis recuerdos, y en la voz de Tobias que hacía escasos minutos me había indicado que hacer e intente seguir esa voz, a lo mejor así llegaba a algo, tal vez conseguía que algo cambiara en mi.
Encontré una especie de energía mientras me imaginaba un precioso bosque, como en los que había pasado mi infancia y sonreía, era un recuerdo precioso y a lo mejor me servía para estar concentrada y purificar esa energía, al fin y al cabo los árboles eran lo más puro del mundo. Para desgracia mía aquello no funcionó y solo conseguí hacer crecer la rama de un árbol cercano, me di cuenta de esto por los graznidos del cuervo de Tobías que hicieron que me pusiese alerta, abriese los ojos y presenciase mi enorme fracaso, pedí perdón arreglé aquel error y me volví a concentrar, tenía que servir de algo si no el pelinegro no me habría mandado hacerlo.
Esta vez me concentré en otro recuerdo distinto, en el cuervo del chico y en lo bien que lo había pasado con él, pero tampoco resultó bien por que cada vez que me intentaba concentrar en ello oía a todas las plantas de mi alrededor llamarme queriendo crecer, queriendo contarme algo o simplemente requiriendo un poco de atención.
Me acabé tumbando en el suelo con un bufido, no quería dejar de entrenar, no me iba a dar por vencida pero era imposible que me concentrara con todas las plantas llamándome a la vez, era francamente agotador y ni siquiera había hecho un gran esfuerzo, no pude sentir que una ola de desasosiego me invadía, jamás sería capaz de manejar aquello.
-Lo siento Tobías, lo intentó pero las malditas plantas me distraen todas quieren que las haga caso.- Seguramente el chico pensaría que estaba mal de la cabeza y la verdad es que en aquellos momentos no podía negarlo, le había fallado y eso que se estaba esforzando mucho por ser mi maestro.
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La concentración de la muchacha se hacía patente en cada gesto corporal que dejaba escapar en medio de su concentración. Como sabía por propia experiencia no era algo fácil de conseguir, por lo que no la interrumpí ni cuando veía que se le escapaba algo de energía y el césped tomaba un tono más claro a su alrededor. Sabía que eso solo la agotaría, pero opté por dejarla que aprendiese de sus propios actos. Si decía algo solo rompería aquella concentración en la que llevaba ya horas, aunque sin avances aparentes.
Por lo menos así me lo transmitió la rubia tras abrir los ojos y contarme que es lo que la sucedía. Tuve que reprimir decenas de preguntas sobre eso que decía que las plantas la "hablaban", ya que como buen amante de la flora me interesaban sobre manera sus cualidades, pero dado que no era yo el "aprendiz" esta vez me callé mis preguntas y me limité a contestar a la chica tras pensar detenidamente sobre el tema.
- No sabría ayudarte en el tema de las "voces". No me pasó nada igual, pero sí que puedo decirte algo sobre la energía que tratamos que encuentres - contesté algo molesto por no poder ayudar todo lo que quería. -Debes de intentar encontrar la energía adecuada, sabrás que es ella porque notarás como esta fluye por todo tu cuerpo, formando parte de tu ser. Tienes que ser capaz de depurarla y usarla en tu beneficio, intentando generar una especie de segunda piel con ella, pero sin expulsar dicha energía de tu cuerpo. Si lo haces te agotarás y no avanzarás en el entrenamiento - fue mi consejo.
La verdad es que los primeros pasos tenía que conseguirlos por ella misma, yo podría ayudarla a fortalecerlo si conseguía despertar ese poder, pero por otro lado no podría hacer nada si no lo poseía.
-He de decirte que no te desanimes. Yo mismo pasé muchos días encerrado en este cuartel entrenando noche y día. Llevando mi cuerpo más allá de sus límites, aunque tampoco te tienes que romper ni llegar a frustrarte. Sino centrarte en tu propósito y encontrar un verdadero motivo para esforzarte.
Dejé que la chica cavilase si quería sobre mis palabras un instantes, para acto seguido hacer una invitación.
- Si te apetece podemos parar y comer algo, así pones tus ideas en orden si quieres.
La cocina de este cuartel estaba bastante bien, proporcionando platos nutritivos a todo recluta que por allí pasase.
Por lo menos así me lo transmitió la rubia tras abrir los ojos y contarme que es lo que la sucedía. Tuve que reprimir decenas de preguntas sobre eso que decía que las plantas la "hablaban", ya que como buen amante de la flora me interesaban sobre manera sus cualidades, pero dado que no era yo el "aprendiz" esta vez me callé mis preguntas y me limité a contestar a la chica tras pensar detenidamente sobre el tema.
- No sabría ayudarte en el tema de las "voces". No me pasó nada igual, pero sí que puedo decirte algo sobre la energía que tratamos que encuentres - contesté algo molesto por no poder ayudar todo lo que quería. -Debes de intentar encontrar la energía adecuada, sabrás que es ella porque notarás como esta fluye por todo tu cuerpo, formando parte de tu ser. Tienes que ser capaz de depurarla y usarla en tu beneficio, intentando generar una especie de segunda piel con ella, pero sin expulsar dicha energía de tu cuerpo. Si lo haces te agotarás y no avanzarás en el entrenamiento - fue mi consejo.
La verdad es que los primeros pasos tenía que conseguirlos por ella misma, yo podría ayudarla a fortalecerlo si conseguía despertar ese poder, pero por otro lado no podría hacer nada si no lo poseía.
-He de decirte que no te desanimes. Yo mismo pasé muchos días encerrado en este cuartel entrenando noche y día. Llevando mi cuerpo más allá de sus límites, aunque tampoco te tienes que romper ni llegar a frustrarte. Sino centrarte en tu propósito y encontrar un verdadero motivo para esforzarte.
Dejé que la chica cavilase si quería sobre mis palabras un instantes, para acto seguido hacer una invitación.
- Si te apetece podemos parar y comer algo, así pones tus ideas en orden si quieres.
La cocina de este cuartel estaba bastante bien, proporcionando platos nutritivos a todo recluta que por allí pasase.
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Estaba tendida en la hierba con los ojos cerrados tumbada sin prestar mucha atención a todo lo que ocurría a mi alrededor, solo me centraba en las palabras de mi instructor quien intentaba animarme y aconsejarme después de mi desastroso primer intento. No sabía por qué me costaba tanto entrenar aquella cosa y conseguir manejarla a mi antojo, no podía ser tan difícil, aunque me sentí un poco mejor y mucho más arropada cuando Tobías me confesó que a él también le había costado lo suyo y que por eso no me debía desanimar, aunque claro él no sentía ese irrefrenable deseo de hacer crecer a todas las plantas de su alrededor cada vez que se concentraba, malditas plantas, por primera vez en mi vida empezaba a detestar la naturaleza que me rodeaba, aunque fuese solo un poquito.
¿De verdad merecía aquello la pena? Sin ninguna duda por supuesto que merecía la pena, cuando el pelinegro me planteó que buscara algo por lo que luchar de verdad, un motivo por el que si o si debía crecer como luchadora y debía aprender eso costase lo que costase solo pude pensar en Bely, en mi querida madre que solo buscaba un poco de paz que yo me había prometido darla, en Kimura el cual quería proteger a toda cosa, al cual no podía dejar con todo el peso de esa guerra interna que parecía que siempre libraba. Abrí los ojos y miré al pelinegro un poco por encima de mi y le sonreí, también debía hacerlo por él y por los Crimson, para serles de utilidad y ser más que una niña, una chiquilla o la excazadora.
Iba a volver a intentar aquel entrenamiento, esta vez con más fuerzas y aquella vez iba a salir seguro, no sabía como pero iba a conseguir que las plantas se callaran y que esa fuerza interior que debía mostrar saliera a la superficie, en forma de armadura por supuesto.
No recaí en todo el cansancio físico que había acumulado ni en el hambre que tenía hasta que Tobías mencionó las palabras mágicas "Parar y comer", podía ser una buena idea, estaba claro que todo aquel entrenamiento aunque hubiera fallado, me había dejado exhausta tanto física como mentalmente así que lo mejor era un pequeño descanso, así después tendría el doble de fuerzas y podría dar todo de mi, llegar hasta el límite si era necesario para aprender a dominar aquella técnica y no decepcionar a toda la gente que quería.
-Tienes razón, la verdad es que tengo bastante hambre, hagamos un descanso.- Me levanté de un salto y emprendí el camino hacía donde mi compañero indicó que estaba la cafetería.
Una vez estuve sentada enfrente de mi plato de macarrones con tomate y mientras movía uno de esos cilindritos de un lado al otro del plato empecé a pensar en como podía hacer para que no me distrajeran las plantas. Y después de mucho pensar llegué a la conclusión más obvia del mundo, para que no me molestaran simplemente debía ignorarlas y si no podía hacer eso ir a un lugar donde no las pudiese oír, es decir donde no hubiese vegetación. -¡Eso es!- Exclamé como absorta mientras enviaba el tenedor y el pobre macarrón al otro lado de la sala y se me quedaban mirando todos los demás marines del comedor. Ignoré su presencia y me levanté para agarrar a Tobías de los hombros. -Tobías, ¿En este cuartel hay cárceles para los reclusos menores o algo así?- Le pregunté con una cara de felicidad extrema como si los presos fueran lo mejor del mundo y estuviese deseando ser uno de ellos y que me encerraran con ellos, y si esas cárceles estaban bajo tierra y muy muy alejadas de todo mucho mejor.
¿De verdad merecía aquello la pena? Sin ninguna duda por supuesto que merecía la pena, cuando el pelinegro me planteó que buscara algo por lo que luchar de verdad, un motivo por el que si o si debía crecer como luchadora y debía aprender eso costase lo que costase solo pude pensar en Bely, en mi querida madre que solo buscaba un poco de paz que yo me había prometido darla, en Kimura el cual quería proteger a toda cosa, al cual no podía dejar con todo el peso de esa guerra interna que parecía que siempre libraba. Abrí los ojos y miré al pelinegro un poco por encima de mi y le sonreí, también debía hacerlo por él y por los Crimson, para serles de utilidad y ser más que una niña, una chiquilla o la excazadora.
Iba a volver a intentar aquel entrenamiento, esta vez con más fuerzas y aquella vez iba a salir seguro, no sabía como pero iba a conseguir que las plantas se callaran y que esa fuerza interior que debía mostrar saliera a la superficie, en forma de armadura por supuesto.
No recaí en todo el cansancio físico que había acumulado ni en el hambre que tenía hasta que Tobías mencionó las palabras mágicas "Parar y comer", podía ser una buena idea, estaba claro que todo aquel entrenamiento aunque hubiera fallado, me había dejado exhausta tanto física como mentalmente así que lo mejor era un pequeño descanso, así después tendría el doble de fuerzas y podría dar todo de mi, llegar hasta el límite si era necesario para aprender a dominar aquella técnica y no decepcionar a toda la gente que quería.
-Tienes razón, la verdad es que tengo bastante hambre, hagamos un descanso.- Me levanté de un salto y emprendí el camino hacía donde mi compañero indicó que estaba la cafetería.
Una vez estuve sentada enfrente de mi plato de macarrones con tomate y mientras movía uno de esos cilindritos de un lado al otro del plato empecé a pensar en como podía hacer para que no me distrajeran las plantas. Y después de mucho pensar llegué a la conclusión más obvia del mundo, para que no me molestaran simplemente debía ignorarlas y si no podía hacer eso ir a un lugar donde no las pudiese oír, es decir donde no hubiese vegetación. -¡Eso es!- Exclamé como absorta mientras enviaba el tenedor y el pobre macarrón al otro lado de la sala y se me quedaban mirando todos los demás marines del comedor. Ignoré su presencia y me levanté para agarrar a Tobías de los hombros. -Tobías, ¿En este cuartel hay cárceles para los reclusos menores o algo así?- Le pregunté con una cara de felicidad extrema como si los presos fueran lo mejor del mundo y estuviese deseando ser uno de ellos y que me encerraran con ellos, y si esas cárceles estaban bajo tierra y muy muy alejadas de todo mucho mejor.
Tobías Thorn
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La rubia aceptó mi oferta de tomarse un descanso y recuperar energías, por lo que en apenas unos minutos dejamos el campo de entrenamiento y nos introdujimos en la cafetería. El simple aroma del lugar me traía recuerdos, pero más lo hizo el plato de pasta y el batido de frutas. Simplemente delicioso. Me fijé en que la marine no terminaba de disfrutar del descanso, aunque no tuve que preguntar por qué cuando abrió la boca. Seguía dándole vueltas al entrenamiento.
- Creo que sé por donde vas. Eres aún más distraída que yo... -dije sonriendo abiertamente. - Tú termina de comer y reúnete conmigo en la zona Sur de la base. Yo voy a hacer unos preparativos.
Tras mis palabras me levanté y me marché sin mediar ninguna palabra más, simplemente le di un pequeño toque en la nariz y fui directo a hablar con uno de los encargados de la base. Me costó varios minutos convencerle de que desplazasen a los dos presos que había en los calabozos, pero me parecía indispensable que la joven estuviese sin más distracciones de la necesaria. Tras llegar a un duro acuerdo me fui a esperar a Yoshi donde me había citado con ella.
- Lo he dejado todo listo. Por ahí se baja a los calabozos. Estarás sola... Lo siento. Para conseguir que esté vacía tengo que llevarme yo a los dos preso que había aquí hasta el lugar de encarcelamiento más cercano - dije una vez estuviese la marine a mi lado. - Tardaré una semana como mucho, así que espero que cuando vuelvas ya puedas concentrarte - bromeé de forma tranquila. - En esta fase poco más te puedo ayudar, de que vuelva si has conseguido canalizar la energía del haki te ayudaré a entrenarlo. Si por algún casual fuese a tardar más, te mandaré un mensaje con Croc.
- Creo que sé por donde vas. Eres aún más distraída que yo... -dije sonriendo abiertamente. - Tú termina de comer y reúnete conmigo en la zona Sur de la base. Yo voy a hacer unos preparativos.
Tras mis palabras me levanté y me marché sin mediar ninguna palabra más, simplemente le di un pequeño toque en la nariz y fui directo a hablar con uno de los encargados de la base. Me costó varios minutos convencerle de que desplazasen a los dos presos que había en los calabozos, pero me parecía indispensable que la joven estuviese sin más distracciones de la necesaria. Tras llegar a un duro acuerdo me fui a esperar a Yoshi donde me había citado con ella.
- Lo he dejado todo listo. Por ahí se baja a los calabozos. Estarás sola... Lo siento. Para conseguir que esté vacía tengo que llevarme yo a los dos preso que había aquí hasta el lugar de encarcelamiento más cercano - dije una vez estuviese la marine a mi lado. - Tardaré una semana como mucho, así que espero que cuando vuelvas ya puedas concentrarte - bromeé de forma tranquila. - En esta fase poco más te puedo ayudar, de que vuelva si has conseguido canalizar la energía del haki te ayudaré a entrenarlo. Si por algún casual fuese a tardar más, te mandaré un mensaje con Croc.
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