¿Conociendo a u nnuevo y peludo amigo? [Privado Pasado. Callum Lynch - Arribor] {Mar 3 Ene 2017 - 15:13}

02/04/2014

Me encontraba en la Villa Fucsia, la cual pertenecía a la Isla de Dawn. Mi aventura pirata ya había comenzado aunque por el momento solo quería relajarme. Seguramente sería muy raro ver a un Mink en el East Blue mas concretamente en Fucsia, y no pasaría desapercibido, pero me daba absolutamente igual. Solo estaba de turismo y nadie me conocía todavía como pirata.

Lo primero que iba a hacer, sería encontrar una taberna y pegarme un buen banquete. Sería mejor no meterse en líos, por el momento así que estaría tranquilo en la taberna por si acaso habría algún alborotador en el establecimiento.

Tras preguntar a los habitantes de la Villa, me indicaron el sitio exacto donde se encontraba la taberna y para allá que me fui.
Al llegar a aquel lugar, entré por la puerta como si nada, tranquilamente, acercándome a la barra. Tras llegar a la barra, le dije al tabernero:

- Póngame una jarra de sake y unos buenos trozos de carne y llévelos a aquella mesa por favor. - Dije señalándole la mesa más cercana a mí.

Me fui a la mesa y esperé impaciente la comida y la bebida.

07/05/2013

-Maldita sea, Franklin. ¿Dónde estamos? -El pirata dio la enésima vuelta al mapa, intentando descifrar su incomprensible contenido. ¿Por qué no salía él en el maldito mapa? -¿Sabes? Creo que esto no es Grand Line -dijo cuando vio un barco que pasó por su lado en cuya cubierta ponía claramente "Compañía de Pieles de East Blue" en letras grandes.

Arribor estaba tan frustrado que terminó por hacer una bola con el inútil mapa y tirarlo al mar. Se cruzó de brazos y se sentó indignado con el mundo y con cara de pocos amigos. No tenía ni idea de cómo demonios había llegado al East Blue sin darse cuenta. Quizás ocurrió cuando le tragó aquel enorme pez payaso del tamaño de una montaña. Hasta que logró salir habían pasado al menos diez días, y desde entonces vagaba sin rumbo intentando volver al Nuevo Mundo.

Algunos dirían que al menos no estaba solo y que la compañía de una querida mascota era incalculable. Claro que esa gente no conocía a Franklin. Solo por un milagro había contenido sus ganas de matar a aquel engendro irritante y baboso. La morsa parecía también enfadada con el mundo y comenzó a hacer aspavientos con las aletas. En ese momento oyeron como alguien gritaba:

-¡Mooooooooorsaaaaaa!

La exclamación provenía del barco que pasaba por su lado. De inmediato, varios remos surgieron de su cubierta y el navío se dirigió a su posición a toda velocidad. Estuvieron a punto de pasarles por encima, cosa que no ayudó a crear una buena primera impresión.

-Oiga usted -le dijo a Arribor un hombrecillo tal delgado que parecía un palillo. Estaba casi calvo y vestía con pieles-. ¿Cuánto pide por ese animal? La piel de morsa es lo más cotizado estos días.

-¿Quieres la piel de Franklin? -El aludido se escondió tras la espalda de Arribor para salvar, literalmente, su pellejo.

-Así es -contestó el hombre-. Soy Aurelius Mato D. Todo, cazador y comerciante de pieles de lujo. Puedo darle cualquier cosa que desee a cambio, señor -El pirata estuvo tentado de aceptar su oferta, pero realmente no era tan cruel. Aunque tal vez pudieran ayudarle.

-No sé muy bien dónde estoy. ¿Podéis guiarme hasta la Grand Line?

-¿Nos dará a la morsa?

-No, pero así no os robaré -fue su oferta.

-Ya veo -el anciano delgaducho se lo pensó unos segundos-. Así que es usted un criminal, ¿eh? Los piratas abundan mucho últimamente, aunque no tengo nada en su contra. Quizás pueda ayudarnos. Unos socios han dicho que han visto un lobo cerca de aquí, un lobo que camina a dos patas. ¿Se lo imagina? Si nos ayuda usted a conseguir su piel nosotros le llevaremos hasta donde guste. ¿Trato hecho?

No tuvo que pensárselo mucho antes de aceptar.

02/04/2014

Me había terminado tanto la jarra de sake como los trozos de carne. Ya estaba satisfecho. Ahora lo que iba a hacer era darme una vuelta por la villa Fucsia. Mientras paseaba, la gente se quedaba mirándome. ¿Acaso no habían visto nunca a un Mink? Maldita sea, no era extraño que los animales hablaran o se paseasen por alguna ciudad...

Cuando pasé al lado de dos hombres estaban cuchicheando entre ellos y pude oír como decía uno: - Ojalá Aurelius no se entere de que está aquí si no irá a cazarlo para vender muy cara su piel.

Yo le escuché, me acerqué a ellos y amablemente les dije:

- Perdonad, no he podido evitar escuchar vuestra conversación cuando pasaba a vuestro lado. Miro al que dijo lo del tal Aurelius. - Dices que un tal Aurelius si se enterase que estoy aquí... ¿me cazaría para vender mi piel? ¿Podrías decirme donde encontrarlo?, quiero saber si se atreve a hacerlo.

- Cla... claro. Siempre está con su compañía de pieles del East Blue en el puerto. Donde están todos los comerciantes. Muchos piratas acuden a ellos para hacer negocio. Es posible que ya le haya encargado la tarea a algún pirata...

- ¿Pirata? Interesante. Vosotros dos, recordad bien mi cara y mi nombre. Porque algún día seré una leyenda en mi País y uno de los piratas mas grandes del mundo. Mi nombre... Callum Lynch. Muchas gracias por vuestra información.

Me voy despidiéndome de los dos hombres, amablemente, en dirección hacia el puerto de la Isla de Dawn. tenía mucha curiosidad por ese tal Aurelius y si era cierto lo del pirata, a ver a que pirata había "contratado".

07/05/2013

Arribor descubrió un montón de cosas curiosas sobre el negocio de la venta de pieles de animal. Los vendedores parecían disfrutar hablando sin parar sobre su trabajo, y le agobiaron durante todo el trayecto hasta la isla de Dawn con anécdotas sobre su profesión. Arribor se sumió en un estado cercano a la catalepsia para escapar de aquel tormento verbal, sin ver ni oír nada, como si no estuviera allí.

Aguantó así durante poco tiempo antes de mandarlos callar a gritos. Por suerte, los comerciantes no solo contrataban piratas por su fiereza y su falta de escrúpulos sino que también les temían por ello, así que cerraron el pico de inmediato. Por su parte, Franklin se dedicó a esquilmar la despensa de la Compañía de Pieles, aunque permanecía siempre pendiente de Arribor para que le protegiese en caso de que intentasen hacerse con su piel. ¿Por qué le gustaba a la gente la piel de morsa?

No tardaron mucho en llegar a la isla a pesar de que a Arribor se le hiciese eterno. Desembarcaron y le explicaron que su presa debería ser fácil de identificar, algo en lo que el pirata estuvo de acuerdo. Al fin y al cabo, un lobo andando por ahí no era algo muy común. Por lo menos no en esa parte del mundo.

-¡¡¡Sal aquí, lobo!!! -gritó a todo pulmón nada más pisar tierra.

-Oiga, si grita no aparecerá. Así va a espantarlo -le recriminó uno de los comerciantes entre aspavientos.

-¿Tú crees? A lo mejor así aparece antes y nos ahorramos tiempo.

02/04/2014

Tras varios minutos andando, mientras estaba llegando al puerto, se oyó una voz gritando algo a pleno pulmón, era algo como - ¡¡¡Sal aquí, lobo!!!.

Mi "captor" estaba en el puerto. Esto sería divertido sí. Tenía mucha curiosidad por quien era y cuanto le habían pagado por cazarme.

Nada más llegar al puerto le respondí:

- ¿Quien eres y qué quieres de mí? Aquí me tienes.

No me había percatado de quien era. Estaba algo alejado y no conseguía distinguir quien era realmente.

07/05/2013

Realmente no había esperado tener éxito. Como en la mayoría de cosas impulsivas que hacía, imaginaba que solo conseguiría miradas reprobatorias y asustar a algún que otro ciudadano despistado que pasase por allí. Por eso se sorprendió tanto cuando el lobo realmente apareció para responder a su llamada. Era alto y musculoso, y era cierto eso de que caminaba a dos patas como una persona. Lo cierto era que imponía bastante para ser un lobo. En lugar de uno normal, parecía salido de una guerra. O al menos preparado para una.

-¿Quién eres y qué quieres de mí? -le preguntó. Arribor simplemente le ignoró y se giró hacia los comerciantes de pieles.

-¿Es este? -Aurelius le miró con extrañeza.

-¿Acaso cree usted que habrá más criaturas así por aquí?

Arribor supuso que esa borde contestación debía significar un "sí". Echó un vistazo al hombre lobo, o lo que fuese esa cosa, y se preguntó si realmente alguien pagaría por su piel. Por otro lado, la idea de matarlo y despellejarlo, pensándolo crudamente, le resultaba desagradable. ¿Qué tenía la gente en contra del cuero sintético? Él mismo llevaba una chaqueta hecha de ese material.

-¿Así que tengo que matar a este bicho? Nadie me dijo que podía hablar -Como buen superviviente que era, había cazado todo tipo de animales para tener algo que llevarse a la boca, pero nunca ninguno que pareciese más humano que muchas personas que había visto por ahí.

02/04/2014

Yo miraba fijamente al pirata, saqué los carteles de "Se Busca" que tenía guardados y tras mirarlos uno por uno le vi a él. Era el pirata Arribor Neus, su cabeza valía 1.000.000.000 de berries. No me interesaba llamar a la Marina por ver a este pirata, así que enrollé los carteles de "Se Busca" y me los guardé de nuevo.

Tras volver a mirar al pirata, le hablé: - ¿Tu eres Arribor Neus verdad? No intentes engañarme porque lo acabo de ver en mis carteles de "Se Busca". Tranquilo, no me manda nadie ni he venido a delatarte a la marina. Yo también soy pirata. ¿Que hace un gran pirata como tu ayudando a un cazador mediocre como ese? ¿Acaso no habéis visto a más como yo? Eso es que no habéis viajado a mi isla natal, Zou. Es una isla en el lomo de un gigantesco elefante que ha vivido durante milenios, su nombre es Zunisha. En esa isla todos somos animales humanoides, somos una raza valerosa y guerrera. Somos inofensivos con quienes vienen en son de paz y se hacen nuestros amigos, pero quienes vienen a destruir nuestra maravillosa isla y a perturbar nuestra tranquilidad... sacamos nuestro lado mas guerrero y defendemos nuestra isla y a los nuestros aunque nos cueste nuestra propia vida.

Ahora hablé al "comerciante de pieles".

- Eh tu, si tu el jefe de los comerciantes. Si tan interesado estás en mi piel... ¿por qué no vienes tu mismo a buscarla? Yo no me moveré de aquí. Puedes traer tantos hombres como quieras. Si consigues vencerme me rendiré y podrás matarme, aunque no creo que lo consigas. Nadie a podido tocarme todavía. Adelante, venid aquí os espero.

Le dije mientras me triscaba los nudillos.

07/05/2013

Arribor se sorprendió de que el lobo conociese su nombre. Lo cierto era que jamás se había acostumbrado a que la gente le conociera por ahí y no llevaba muy bien lo de que guardasen carteles con su cara en los bolsillos Se sentía como parte de una guía de viajes. "Criminales infames. Volumen I". Tampoco podía dejar de pensar en si la criatura que tenía delante era Drake transformado en alguna de sus extrañas apariencias y le estaba gastando una broma. Un lobo que conocía su nombre, era mucha casualidad. Pero... no, si fuese Drake seguramente ya se habría cargado a los que querían su piel.

El pirata escuchó con curiosidad como el ser lobuno le hablaba de su isla natal. ¿Animales parlantes? ¿Encima de un elefante milenario? ¿Guerrero? Al final iba a resultar que ese tipo no era las mascota perdida de un niño, precisamente. Se preguntaba si realmente sería tan fuerte como afirmaba. Si provenía de una tribu de animales combatientes que vivía encima de un elefante... ¿Y si estaba borracho y solo se lo inventaba? "No, es un lobo de verdad", se dijo.

Para terminar de rematar su molona presentación, desafió a la gente que quería comerciar con su pellejo, literalmente, a un combate. Al final iba a terminar gustándole ese bicho y todo.

-En realidad yo solo quiero su barco -confesó Arribor-. No me interesa lo que hagan.

-¿Cómo se atreve a hablarnos así, sucio engendro? -exclamó Aurelius, fuera de sí de indignación. A voz en grito ordenó a Arribor acabar con "esa bestia". De hecho, usó la palabra "orden", lo cual no le ayudó para nada. El pirata le lanzó una mirada gélida y se sentó en el suelo con la espalda apoyada contra un poste señalizador.

-He cambiado de opinión. Dejaré que el lobo os liquide y luego robaré vuestro barco -Luego se dirigió al lobo-. Si no puedes con ellos, te matarán -advirtió, sin la menor intención de ayudarle si fracasaba-. Y luego me ocuparé yo de ellos y robaré su barco igualmente. Claro que... si les vences, quizás tengas que luchar conmigo luego -añadió con una sonrisa maliciosa.

02/04/2014

Mis palabras ofendieron a Aurelius, que se preparó para venir a atacarme con sus hombres. Mis extremidades se empezaronn a cargar de electricidad, me puse en posición de batalla y les hablé:

- Venga venid, aquí os espero. Me divertiré mucho con vosotros.

Luego el pirata Arribor Neus me dijo que si les vencía igual tenía que luchar contra el. Lo miré y le respondí.

- Me da igual que tenga que luchar contra ti. Me da igual que me venzas. Los Mink no nos arrodillaremos ante nadie suplicando clemencia y no le tenemos miedo a nadie. Se que no puedo vencerte, aún. Pero si tengo que luchar contra ti lo haré.

Tras eso dejé de mirarle y me centré en Aurelius, que se estaba prepadado cogiendo todo tipo de armas con sus hombres.

Yo, mientras mis extremidades se cargaron de electricidad y se podía ver físicamente como chisporroteaba por mis brazos y piernas adopte mi pose de batalla, pegando un aullido, el cual significaba que el lobo se iba de caza.

Pose de batalla:

07/05/2013

-Je -fue lo único que respondió Arribor ante las palabras del lobo. Le gustaba su espíritu de lucha; quizás algún día visitase su hogar para conocer a la gente que vivía allí. Menos mal que no tenía alergia al pelo de animal.

Desde su cómoda posición, sentado en el suelo de tierra y con la espalda apoyada contra el poste de madera que sostenía el cartel con las indicaciones para llegar a la aldea, el pirata observó como el hombre lobo aullaba. Le resultaba bastante curioso oír aullidos de día, ya que siempre había creído que los lobos solo aullaban de noche, cuando había luna llena, y solo cuando el ambiente era lo más siniestro y tétrico posible. Bien pensado, esos bichos sí que sabían cómo ponerle a uno los pelos de punta.

Mientras tanto, el tratante de pieles le miraba con furia. Parecía que al bueno de Aurelius se le iban a salir los ojos de las órbitas. A gritos, ordenó a sus hombres que se preparasen para combatir. Ellos mismos se ocuparían tanto de la presa como del pirata, o al menos eso decían. Arribor no pudo más que sonreír con burla cuando vio salir del barco a un pintoresco grupo de cazadores, entre los cuales no había ninguno menor de sesenta años. Vestían con sombreros redondos y ropa de camuflaje, la cual no era muy útil en ese entorno, y estaban armados con rifles y algún que otro machete.

-No seas muy duro con ellos -pidió al lobo. Casi le daban lástima los ancianos guerreros. Se preguntaba cuánto habría pasado desde que empuñasen un arma por última vez esos hombres de negocios.

Curiosamente, en el barco aún se veían a combatientes más jóvenes, pero los ancianos parecían demasiado orgullosos como para no pelear ellos mismos. Ojalá tuviese palomitas.

02/04/2014

- ¿De verdad Aurelius me traes unos guerreros que ya tendrían que estar jubilados y disfrutando de los nietos? Me decepcionas y, por ello, aniquilaré a todos tus secuaces. Tanto a estos viejos como a aquellos jóvenes que no están combatiendo. Y en cuanto a ti... Te destrozaré y dejaré que Arribor haga lo que quiera contigo. Te voy a demostrar la verdadera fuerza de la raza Mink...- dije a Aurelius antes de relamerme. ¡Y QUE NADIE DEBE SUBESTIMARNOS!- prosiguió a esto último dando un último grito y yendo corriendo hacia ellos como un auténtico obús.

Estaba con mis brazos y piernas cargados de electricidad y en cuanto llegué a los secuaces de Aurelius comencé a propinarles muchos golpes, moviéndome lo más rápido que podía y aplicando mis técnicas de combate. Primero les pegaba con mis brazos, estos eran menos potentes que mis piernas, ya que si les golpeaba con estas podría llegar a matarlos de lo fortalecidas que estaban y no me convenía matarlos... por el momento.

Primero me derroté a cinco de ellos que no vieron venir los golpes y sus machetes no pudieron hacer nada. Los de los rifles no eran problema ya que con la velocidad que me caracterizaba no les di tiempo a disparar. Y cayeron en un santiamén. Eran cinco con machetes y cinco con rifles.

Tras derrotar a los ancianos y dejarles totalmente inconscientes. Mi mirada se clavó en los jóvenes del barco. En mi rostro se veía como estaba disfrutando esta batalla y tan rápido como pude, fui corriendo hacia el barco para derrotar a los jóvenes.
Una vez me planté allí, les veía temblar de miedo. Se notaba como no tenían experiencia en combates pero, eso me dio absolutamente igual. Me habían ofendido a mí y a mi raza y eso no podía permitirlo. Di un salto y me apoyé sobre el suelo con mis manos, como si hiciera el pino y extendí mis piernas para luego girar con mis manos propinándoles patadas a todos. Como si fueran las hélices de un helicóptero, así con un ataque caerían varios. Cualquier luchador experimentado, sabría que mis patadas hacían mucho más daño que mis brazos. Aunque todo mi cuerpo en sí era letal.

Tras derrotar y dejar nuevamente inconscientes a los hombres de Aurelius, le miré a él y le dije:

- ¿Quieres que te ocurra lo mismo por mi mano, o prefieres que sea Arribor Neus quien te aniquile por completo? Te aseguro que el no sería nada bueno contigo y menos después de haberlo ofendido. Eres un privilegiado. Puedes elegir tu muerte, una cosa que nunca nadie puede elegir. Decide, ¿muerte por lobo o muerte por el gran pirata Arribor? El tiempo corre en tu contra.- decía mientras cogía los cuerpos inconscientes de sus hombres y lamía la sangre que había en ellos.

07/05/2013

A pesar de que no consideraba que sus oponentes fuesen excepcionalmente fuerte o hábiles, no se podía negar que el lobo tenía cierto talento. Con un poco más de tiempo quizás podría llegar a ser realmente fuerte. Y además, sus puños chiporroteaban y parecían generar electricidad. ¿Cómo diablos hacía eso? Ojalá pudiese él hacerlo; sería muy práctico poder dar calambres. Y también le serviría para cocinar más rápido.

Los pobres comerciantes de pieles no duraron demasiado. Seguramente hacía mucho que no combatían ellos mismos para conseguir sus productos, y si lo hacían sería solo contra animales. Enfrentar a un lobo inteligente, capaz de luchar como un humano y de añadir electricidad a sus golpes era sin duda algo muy distinto. Luego el lobo se dirigió hacia el bueno de Aurelius. Lo cierto era que Arribor no tenía pensado matar a nadie, y mucho menos a un puñado de debiluchos del East Blue, pero se ahorró cualquier comentario. Si querían pensar que era un tipo sanguinario, pues que lo pensasen. Daño no le haría.

"¿Acaba de lamer la sangre de ese tipo?", pensó al ver la actuación del hombre-animal. No pudo evitar hacer una mueca de asco. Eso ya era pasarse, ahora empezaba a darle mal rollo. Prefirió tratar de olvidar eso y achacarlo a la emoción del combate.

En ese momento, Arribor se levantó, echó a andar hacia el barco y subió por la estrecha pasarela de madera con total parsimonia. Sin mediar palabra, agarró los cuerpos inconscientes de sus tripulantes y los fue arrojando al agua uno a uno para despejar el navío. Pensaba usarlo para volver a un mar decente y no quería que estuviese lleno de gente. Luego se dirigió hacia Aurelius, que estaba blanco como un papel. Le señaló con el dedo el límite de la cubierta y el hombre pareció entender lo que quería decirle. Sin esperar a que Arribor se lo pidiera, Aurelius saltó al agua y nadó hasta la orilla.

-Bueno -exclamó el pirata mientras se estiraba para desentumecerse-, pues ya está, problema resuelto. Ahora solo queda llevar este trasto de vuelta a un sitio menos aburrido que éste -Echó un vistazo al canino, planteándose una posibilidad. Ya tenía un lobo consigo, pero que él supiera no podía dar calambres. Y desde luego no le llevaría a la isla-elefante. Así que señaló al animal humanoide y se dirigió a él-. Tú puedes venir si quieres, lobo, si no te importa ser un criminal infame en constante peligro. Pero no aúlles cuando esté durmiendo.

02/04/2014

- Tú puedes venir si quieres, lobo, si no te importa ser un criminal infame en constante peligro. Pero no aúlles cuando esté durmiendo. Me dijo Arribor.

¿Me estaba pidiendo que me uniera a su banda pirata? Lo cierto es que no tenía donde ir y eso de tener compañeros de tripulación no sonaba nada mal.

Yo ya estaba en el barco y eso me facilitaba el llegar hasta él. A su ofrecimiento solo le dije una palabra:

-Acepto. -mientras me sentaba en la cubierta del barco esperando a que Arribor cogiera el timón y nos fuéramos de esta isla tan aburrida.

¿Conociendo a u nnuevo y peludo amigo? [Privado Pasado. Callum Lynch - Arribor]

¿Conociendo a u nnuevo y peludo amigo? [Privado Pasado. Callum Lynch - Arribor] {Mar 3 Ene 2017 - 15:13}

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